EN DEFENSA DE LA LUCIDEZ - Lydia Cacho

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EN DEFENSA DE LA LUCIDEZ

Por Lydia Cacho

S
24 de octubre 2021

alí a caminar en el puntiaguda usados como carnada). Más


puerto. El muelle es muy adelante un hombre muy equipado para
la misma tarea carece de suerte, intenta
pequeño, apenas creado inspirar a dos chiquillos que lo ignoran y
para yates de lujo que juegan con sus celulares.
una vez al año asisten
a un torneo de pesca supuesta- Miro a una veintena de personas con
diferentes anzuelos, unos de potera, con
mente dedicado a una incumpli- anillo, triples o dobles… Claramente la
da promesa de atracción turís- mayoría ignora que el material con el que
tica. El verdadero puerto, de pretende atrapar un pez, al menos en
los barcos de carga, está a un ese sitio, es inadecuado. Algunos traen
anzuelos para pesca de fondo, otros im-
kilómetro de este pintoresco provisan con hilo de costura, unos con
rincón del mundo cuyo símbo- trozos de redes que fueron desechadas
lo es un pequeño y antiguo faro por grandes barcos y ellos hallaron es-
cupidos por el mar en algún sitio de la
inclinado sobre la arena por playa donde lo mismo aparecen botellas
la fuerza de un huracán que de plástico de refrescos del África, que
hace décadas barrió con media cantidades ingentes de odorífero sarga-
aldea. zo enredado en plástico añejo.

Camino por el muelle; entre los ta- Un niño afanoso, parado en la orilla
blones de madera oscura, personas de del muelle más lejana a la playa, estre-
todas las edades intentan pescar. Una na una caña enchufable con un buen
mujer fuerte probablemente rasando carrete de spinning. Probablemente el
los treinta años, vestida con unos shorts regalo de cumpleaños para un niño rico.
pequeños y una playera pintada al cuer- El anzuelo carece de carnada, el chico
po, maneja el cáñamo de pescar como está impaciente, lanza con persistencia
una experta. No utiliza caña, sus manos y poco resultado haciendo arcos latera-
se mueven a toda velocidad fungien- les. Sabe mover la vara, pero es imposi-
do como carretes; intuyo en ella a una ble que pesque porque no tiene todos
niña que creció bajo el sol con su padre los elementos para que funcione su sue-
o abuelo pescador. A su lado, una cube- ño. Le pregunto si trae consigo carnada
ta de pintura bien lavada y decorada con y señuelos, asegura soberbio que no le
una red de la que penden pequeñas con- hacen falta, me mira con un desprecio
chuelas de mar delata las habilidades sorprendente, ese de los niños que no
de la pescadora: tres barracudas pla- miran a las personas adultas probable-
teadas de buen tamaño evidencian que mente porque nunca han sido mirados
viene de pescar en otro sitio, aquí busca con respeto tampoco. Lo observo en si-
escribanos (esos pececillos de cabeza lencio, mientras falla, es claro que acu-
mula enfado y su rostro pueril muestra
#Soytejadelosdanieles
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una rabieta contenida. Se ha enojado pueblo; han arrojado al mar los restos
con el mar que no obedece a sus deseos de la comida que, mezclada con el sarga-
de entregarle los peces que imaginó po- zo y los despojos de animales engullidos
dría pescar con su costoso juguete. por pelícanos y gaviotas, crean la falsa
sensación de que este es un puerto de
Me acuerdo entonces de la pregunta pescadores. Las barcazas atadas sobre
que me hizo un amigo periodista sobre la arena ratifican lo imaginado. Las per-
cómo es nuestra relación con las impo- sonas del muelle eligen ignorar los gran-
sibilidades. Para entender hacia dónde des motores fuera de borda que indican
voy con esta conversación, el paisaje que hay que salir millas mar adentro
humano del muelle se convierte en el para ir a por los peces para comer. El ori-
principio de una revelación sobre la ta- gen de lo que anhelan está en otra parte,
rea de buscar la verdad y documentar la lejana y más profunda.
realidad.
¿Qué papel juega nuestra imaginación
Los personajes del muelle bien podrían en la construcción de los anhelos? ¿En
representar a la sociedad: familias que la idealización de lo que queremos ver,
juegan a saber hacer algo que en rea- aquellos que somos capaces de percibir,
lidad desconocen; personas solitarias lo que decidimos ignorar a fin de ratifi-
que comprenden su tarea y están pre- car nuestra idea de lo que está por suce-
paradas para ella; niños, niñas que imi- der, eso que anhelamos acontezca? No
tan a sus mayores o los ignoran; necios es lo mismo, claro está, intentar pescar
que descartan toda idea ajena por obvia con el equipo incorrecto y sin un colori-
que sea; ilusos y expertas que a pesar do señuelo, que imaginar el tipo de so-
de estar de pie a un metro de distancia ciedad o comunidad en el que deseamos
no se comunican para aprender y ense- vivir; construir una democracia funcio-
ñar, que no evalúan el entorno. Una sola nal en la que la gente con ideas dife-
cosa los une, lo que no ven: es la nimia rentes sea capaz de convivir y dialogar
profundidad del mar bajo el pequeño partiendo de un mínimo de percepción/
pasillo flotante de madera tropical por comprensión de realidad. Permítanme
cuyas rejillas traslucen arena blanca y jugar con esta imagen para argumentar
mínimas escuelas de pececillos, apenas que lo cierto es que habría que diferen-
del tamaño del pulgar de la mano de un ciar entre la inocencia y la estupidez, la
recién nacido. No hay nada que pescar; ignorancia y la necedad, la soberbia idio-
los ha convocado la ilusión de la multi- ta y la arrogancia de quienes entienden,
tud que acude al lugar equivocado. saben, pueden y tienen los medios para
hacerlo bien, pero deciden hacer lo in-
Esta gente quiere pescar, algunos para correcto por simple necedad, por la ob-
comer una pequeña barracuda distraí- cecación de su poder: los necios imbéci-
da, otros porque han dado por cierto les que a veces nos gobiernan o lideran a
que allí se pesca. Se lo confirma el aroma la opinión pública se parecen a algunos
del mar que tiene un tufillo de animales de estos personajes del muelle, que pre-
marinos muertos, lo que implicaría que tenden doblegar la realidad concentra-
los hubo vivos antes. No han mirado a dos en la búsqueda de un logro personal.
su alrededor, porque si lo hubiesen he-
cho se darían cuenta de que hay familias Cuestionarse en qué invertimos nues-
enteras que rodean el muelle y pasan tra energía síquica me resulta funda-
el fin de semana en esta pequeña pla- mental para seguir escudriñando cómo
ya pública, traen consigo pescado frito identificamos lo que somos capaces de
comprado tres calles tierra adentro, o sacrificar y conseguir para transformar
una variedad de ceviches de la fonda del una realidad que nos duele, para iden-

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tificar lo que verdaderamente resulta antes que nosotras a esa orilla que han
imposible de cambiar, debido a tantos conquistado; desde ella son incapaces
factores internos y externos, incluso de de escuchar el sonido juguetón de las
temporalidad, es decir, aquello que no olas que indica que están parados en el
sucederá en nuestros tiempos sino des- sitio equivocado, con el equipo inade-
pués de muerta mi generación y la tuya. cuado, mientras unos metros atrás de
¿Quiénes estarán dispuestos a esforzar- su maravilloso muelle, con una vista es-
se por construir un futuro posible que no pectacular al horizonte luminoso no hay
les pertenezca? ¿A quiénes les importan más que materia muerta, que se pudre.
la paz y un bienestar que no disfrutarán? Se convierten en los promotores del éxi-
to de su error.
Sentada en una banca en el muelle, jus-
to al lado de la pequeña edificación del Muy pocas personas son capaces de
cuartel militar, reflexiono sobre la impo- comprender lo que una persona cons-
sibilidad, por ejemplo, ciente e inspirada en la
de abatir la violencia paz es capaz de perder
que aqueja a la socie- Sentada en una para evidenciar la imbe-
dad con la elevación del banca en el cilidad cegadora de los
uso y abuso de la fuerza poderosos. La insolen-
pública como estrategia muelle, justo al cia es el atrevimiento
de paz. Su defensa a ul- lado de la pequeña de quienes han abierto
tranza es resultado de la edificación del los ojos y saben que ya
negación de las pruebas jamás podrán cerrarlos;
científicas que demues- cuartel militar, ella tiene un costo a ve-
tran qué estrategias de- reflexiono sobre ces demasiado alto para
ben ser utilizadas para
erradicar el extendido la imposibilidad soportarlo durante toda
una vida y sin embargo
poder de la delincuencia de abatir la seguimos, caminamos
organizada y sus brazos violencia que por el muelle hacia el va-
deshonestos, ya inser- cío para observar, seña-
tados en el poder políti- aqueja a la lando la realidad.
co, militar y judicial. sociedad con la
Algunas hemos descu-
Al mismo tiempo, otras elevación del uso y bierto que la lucidez es
pruebas científicas es- abuso de la fuerza un bien común invalua-
tán aquí para demos- pública como ble que nos agota, que
trar que la violencia de nos persigue de por vida;
Estado genera opresión estrategia de paz. la defendemos porque
y destruye la democra- tenemos la certeza de
cia, pero si quien manda es como el niño que nos ayudará a sembrar semillas de
con la caña más costosa que entiende la un árbol que no veremos jamás. Esa es la
forma, que no el fondo, la necesidad y el magia de la inteligencia colectiva: crear
método, entonces la estrategia profun- un futuro que no nos pertenezca, cons-
dizará la violencia del Estado y el auto- truirlo para que quienes vienes detrás
ritarismo de quienes creen en ella como no tengan que pagar con sangre, cárcel
instrumento de salvación. La necedad y persecución el atrevimiento de ser re-
hará que defiendan su posición porque beldes frente a un sistema operado por
es privilegiada y desde el privilegio la la soberbia del idiota que teme a la luci-
opresión es una simple anécdota. dez; ese poderoso que asesina antes de
que se sepa que es él quien se ha equi-
Después de todo, esos necios llegaron vocado.

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