Textos Lema Mi Utopía

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LEMA: MI UTOPÍA

TEXT 1: MI UTOPÍA I (Berta)


Eran las ganas de tenerte a mi lado, como de costumbre, las que me daban una pizca de
esperanza cuando me sentía más débil. Sí, quizás pareceré ingenua... Eso era imposible y yo
bien que lo sabía. Pero por alguna que otra razón no me rendía y hacía lo que estaba a mi
alcance para hallarme lo más cerca posible de mi anhelo: sentir tu presencia para siempre.

Tu fotografía le sacaba a mi rostro la primera sonrisa del día; también era a quien le
dedicaba mis últimas buenas noches cuando la soledad de mi cama se apoderaba de mí.
Pero era entonces, mientras yacía en mi lecho, cuando te percibía más cerca. Era cuando
todo lo que habíamos vivido se me mostraba, noche tras noche, como la más hermosa de las
películas: la de nuestra vida, y de la que nunca me podría hastiar. Sin embargo al despertar y
volver a la realidad tu vacío me llenaba otra vez de dolor.

Mientras paseaba por las calles, antiguos testimonios de nuestro amor, me venían a la
cabeza todos los besos o abrazos que no te podría librar. Todos aquellos silencios en que me
hacías feliz, porque no me imaginaba perderte. Es en ellos en los que ahora te diría todo lo
que no pude y no podré. Miles de pensamientos que revolotean en mi cabeza sin cesar,
cientos de preguntas que no puedo contestar. Y de todas, solo una me ayuda a seguir, a no
dejarlo todo y unirme a ti: y es que tú no decidiste marcharte, el destino lo hizo por ti.

TEXT 2: TRISTE UTOPÍA (Gisela Alberch)


Eran las tres de la mañana. Él estaba tumbado en el sofá con los pantalones bajados y el
cinturón en la mano. Le sangraba el labio: esa noche me defendí. No debí de haberlo hecho,
ya que los golpes fueron rudos y dolieron más. Hacía ya meses que no conciliaba el sueño
porque las lágrimas me impedían cerrar bien los ojos y las costillas me ardían al primer
contacto con el colchón. La habitación estaba impregnada de un repugnante hedor a alcohol.
Le miré una y otra vez y, como era habitual, la maldad huyó de su rostro: “Pobre, solo estaba
cansado, le he de tratar mejor. Soy un desastre.” Poco a poco el miedo y el temblor salen de
mi cuerpo. Tarde o temprano siempre acaban por desaparecer. Es entonces cuando un
repentino cansancio me invade y consigo por fin dormir.

Sueño con la lluviosa tarde en que le conocí, fue en un tren, hacía frío. Él se sentó a mi lado y
lo que me atrajo primero fueron sus enormes ojos. De un tono claro, parecían humildes,
honestos. Daba la impresión de ser un muchacho sencillo, no muy especial, con el pelo
alborotado. Recordé también con añoranza el primer beso, la primera caricia. Era todo
extremadamente dulce, suave… me hechizó. Ahora anhelo sincera e intensamente esos días
en que el amor fluía ligero en el aire, esos días alegres y felices. Se me antojan lejanos y
ajenos a mi vida, una vida que apenas ya reconozco. Desearía salir de este infierno donde el
remordimiento, la humillación y la culpa son ya rutina. Donde el temor te acoge piadoso,
donde las heridas que más duelen no están precisamente en la piel. Pero le quiero.
Demasiado.

Despierto a la luz del alba con una nota en la almohada. Corta y simple, dice: “Lo siento… Lo
sabes.” Siento en mí una extraña mezcla entre miedo, rabia y tristeza. Me juro que llegará el
día en que firmemente cruce la puerta para no volver jamás.
LEMA: MI UTOPÍA

TEXT 3: GRACIAS
El día que tuve la oportunidad de escribir algo parecido a esto, mi corazón estaba lleno de
lágrimas y mi cerebro no pudo reaccionar ante el hecho de que te habías ido para siempre.
Hoy cierro los ojos y me doy cuenta de que por mucho tiempo que pase, sigo recordándote
todos los días.

Me acuerdo de tus ojos cálidos, profundos, azules, esos que permitían alejarse del mundo y
soñar con cualquier cosa tan solo con mirarlos. También recuerdo tu sincera sonrisa, tu piel
de porcelana, tu característica olor aún presente en mi cabeza, tus ganas de crecer, de
aprender, tu ilusión por la vida era indescriptible y tú lucha, admirable.

Eres un gran ejemplo a seguir, una de las mejores personas que he conocido y una de las
que menos se merecía tal castigo. Reconozco que me costó un terrible esfuerzo aceptar tal
injusticia; todavía ahora el vacío, la impotencia, las lágrimas y la nostalgia siguen
apoderándose de mi corazón, solo encuentro un pequeño reflejo del consuelo al imaginarte
delante de mí, o simplemente sentada a mi lado en clase, donde compartimos largas charlas
y profundas sonrisas, para así tener la oportunidad de agradecerte en todo lo que has sido
capaz de hacerme creer y decirte lo mucho que te acho de menos.

Nos hiciste reír, nos hiciste reflexionar, nos iluminaste con tus ganas de seguir adelante, nos
diste ánimos para vivir y nos ayudaste a valorar los insignificantes detalles que hacen únicos
e irrepetibles cada uno de los momentos de nuestras vidas, nos deslumbraste con tu enorme
fuerza de voluntad… Pero por encima de todo, nos has enseñado que alcanzar las estrellas sí
es posible, y eso, jamás podremos olvidarlo.

TEXT 4: ETERNIDAD
Me levantaría tarde cada día.

Saldría a media mañana, bajo el ardiente sol de verano, pasearía por las calles. Me cruzaría
con conocidos, desconocidos, saludaría, miraría, sonreiría, avanzaría, seguiría mi camino.
Gente a ambos lados. Día cálido de agosto, olería el mar. Pasar delante de jardines
perfumados, de personas sentadas, delante de bares, restaurantes, tiendas… Todos me
sonreirían.

Seguir caminando, hasta que mis pies tocaran la arena de la playa. Caliente, fina, húmeda,
suave arena. Avanzar hasta la orilla. Dejar mis cosas, toalla y libro, delante del mar.
Entrar lentamente al agua. Tibia, movida, transparente y azul. Me encanta. Vería pequeños
peces nadar a toda prisa a mi alrededor.

Noto cómo mi piel se calienta bajo el sol, las olas acarician mi cuerpo, oír gaviotas.

Y luego estaría él. Aparecería, como un espejismo, desde la orilla.

Me abrazaría, dentro del agua, mientras me susurraría al oído: “te quiero”.

Pasaríamos la tarde entre risas, paseos en bici, siesta sobre la arena, helados de mil sabores
diferentes, chapuzones, guiños y miradas, caricias, música suave, lucha contra las olas que
quieren hundirnos bajo el agua, puesta de sol anaranjada.
LEMA: MI UTOPÍA

Nunca habría sido más feliz.

Lo besaría, me besaría, este día no acabaría nunca. Eternidad.

TEXT 5: MI UTOPÍA II (Judith Ballestin)


Basta de golpes. Basta de ignorar el presente y apartar la realidad hasta el punto de negar.
Basta de olvidar a las mujeres que han perdido el rumbo, navegando por un mar a quien han
robado las estrellas. Un mar donde duele más una dura palabra que un golpe, duele más el
silencio que el grito.

Basta de callar el silencio. Mujeres prisioneras de sus vidas, sin poder escapar, sin poder huir.
Con el miedo y el terror viviendo con ellas, a su lado, día tras día. Temiendo el sonido de sus
zapatos al subir las escaleras, el sonido de sus llaves al pasar el cerrojo, el sonido del viento
que esconde los gritos y los golpes.

Basta de cerrar los ojos. Nadie mira, nadie oye sus voces en el cielo, nadie entiende esas
miradas. El espanto en sus corazones latiendo con fuerza al llegar la hora de regresar a casa.
Despidiéndose poco a poco de sus vidas siendo arrebatadas a la fuerza y olvidándose de
ellas y viviendo por él. Olvidando que les gusta leer, las comedias, pasar tardes de café con
amigas, trabajar en la oficina o comprarse unos bonitos zapatos, olvidando quienes son.

Por desgracia nuestra realidad no es una utopía y esto solo son sueños, deseos pedidos.
Pero cada noche mujeres gritan en silencio que con el amanecer el mar vuelva a tener
estrellas.

TEXT 6: A LARGO PLAZO


Como si se tratara de una pieza delicada de mármol, su cara era fría pero sus ojos verdes
resaltaban. Era castaña, alta y de delgada cintura. Su carácter era diferente, era especial:
cariñosa pero a la vez rebelde. Era una mezcla de sensaciones contrarias. Dulce pero
amarga, divertida pero con prudencia, extravagante pero paciente.

Su rostro aparecía siempre en mí, recordar cada vez que la veía era como presenciar un
suspiro de felicidad. Sólo ella era capaz de hacer que mi vida girase en torno a ese nombre
de seis letras.

Las primaveras fueron pasando y al mismo tiempo mi amor por ella. De esto como todo en la
vida aprendí dos cosas: el amor es algo inexplicable y se vive pocas veces y otra más, no se
vive de ilusiones porqué quien algo desea algo consigue.
LEMA: MI UTOPÍA

TEXT 7: MI UTOPÍA III


Destrucción de vidas, sueños y esperanza. Personas malévolas, en poblaciones en desarrollo
que se aprovechan de las miserables condiciones de vida. Mujeres y niños tratados como
animales domesticables sin derecho a pronunciar palabra. No son escuchados y su interior
resta oscuro, con pavor a una intimidación causada por una mano alzada. Días sin sol, largas
horas de trabajo acaban con la infancia de infinitos niños, robándoles horas para crecer junto
a su familia. Recompensas miserables, por su sacrificio y por el sudor vertido, son salvación
para subsistir delante de los obstáculos que se van encontrando en el camino de la vida. La
infancia se desvanece como sonrisas en sus desdeñables rostros, acechando la obligación a
madurar y a saber valerse por sí mismos. Obedeciendo de manera mecánica y monótona,
sin cuestionarse preguntas que les guiarían hacia un profundo pozo repleto de respuestas
inciertas. Ellos no dan credibilidad a la existencia de otra vida mejor mientras que nosotros,
abrumados por un carácter egoísta y egocéntrico, no hacemos nada para remediarlo,
llegándonos información constante de casos inverosímiles. Incluso, es más, ayudamos a la
prolongación de estas explotaciones cotizando utensilios urdidos por diminutas manos que
pertenecían a un ilusionado niño. Conmutamos dinero por el destino de una persona cuya
vida cambiará, accediendo a un mundo paralelo lleno de abusos e injusticias. Nosotros no
somos conscientes de la fatalidad que estos gestos pueden provocar en un lugar donde la
corrupción está accesible a todos.

TEXT 8: EN MI CORAZÓN VIVIRÁS


Paseando por mi corazón, te encontré a ti, no he tenido que buscar mucho porque siempre
has estado allí. Me miras con unos ojos ilusionados y me sonríes. Voy hacia a ti y te abrazo
como si nunca más pudiera hacerlo. Tú me acaricias el pelo y me das un beso, entonces no
puedo evitar que mis lágrimas se desvanezcan y empiece a recordar.

Recuerdos y más recuerdos. Recuerdos que duelen a pesar de querer dibujar un mar de
sonrisas.

Cada noche las estrellas brillan al oír la melodía que canta la luna y tu sentada frente al piano,
acariciando los sueños.

Los corazones se ablandan y el mío se siente vacío, porque por mucho que la vida siga y el
tiempo no pare, siempre te recordaré sea con lágrimas o una gran sonrisa.

Gracias por querer compartir conmigo tus últimos suspiros, por no perder el brillo de tus ojos
hasta el último momento y por tener siempre el corazón lleno de amor.

Y ya sea por soñar, solo desearía por última vez poder oír un te quiero de tus labios, ya que el
olvido se apoderó de ti y te arrebató tus palabras.

Son en estos momentos cuando te das cuenta que la vida es muy corta y que daría lo que
fuera por volver a atrás, mucho antes de tu enfermedad. Pero sé que esto es imposible,
porque ahora ya no estás, te has ido a un lugar mejor, donde allí vuelves a ser tú, donde
vuelves a hablar, andar y recordar.
LEMA: MI UTOPÍA

Tú estás en todos mis recuerdos, acompañándome en mi largo camino a hacerme mayor,


siempre agarradas de la mano, hasta que en un punto nos soltamos y me dices adiós, pero
no un para siempre, sino un hasta pronto, porque sé que cuando te necesite, solo tendré que
cerrar los ojos y pasear otra vez por mi corazón.

TEXT 9: MOMENTOS
El momento ha llegado. Los días, las horas pasan de forma efímera.
Inconscientemente miro hacia atrás y me veo de pequeña: inocente y sin saberlo, perdida.
Perdida entre tantos caminos, demasiadas palabras y tantas oportunidades. Observo aquellas
personas aparentemente importantes, pero que con el tiempo no han vagado conmigo. Todas
las que siendo lejos, siempre me han dado la mano, siempre me han hablado con sólo una
mirada, miradas que con el tiempo me han ayudado a crecer. Aquellas que con menos, han
sido mucho. Es el siglo de la verdad, el momento en que todas esas personas pasan por el
filtro de la vida. Llega la hora de los cambios, llega el momento de crecer, de dibujar el futuro
y de crear la burbuja de los tuyos. Aparecen los segundos en blanco, los segundos de
confusión y desorientación. Pero persisten las sonrisas verdaderas, sin duda las que te
impulsan a alcanzar los sueños y las utopías. Ahora es cuando dejamos la infancia para
decidir los pasos, las direcciones y los objetivos. Dejamos atrás nuestro segundo hogar,
nuestra segunda familia, nuestro segundo entorno, pero seguirán nuestras primeras mejores
personas. Me daré cuenta de la exacta definición de amistad y todos los que la definen. Me
gustaría escribir la historia, nuestra propia historia. El cuento de todos con cada detalle que
busca las piezas para el puzzle de toda esa larga etapa. La etapa que me ha enseñado la
mayoría de valores que me ayudarán a no mirar atrás. El pasado será el que me dará la
mano para escoger, para cambiar, para decidir todo lo que pensaba que muy lejos quedaba.
Nunca olvidaré. Palabras, ellos, ellas, vosotros, fotos, recuerdos, escritos, caminos... todo
forma y formará siempre parte de mí.

TEXT 10: ENTRE LA NOCHE Y EL DÍA.


Corría, corría sin parar, dejando atrás las calles empapadas por la lluvia, dejando atrás todo,
pero a la vez no dejando nada. Hasta que al fin llegué donde acaba la tierra y empieza el mar.
Permanecí sentada, esperando, realmente no sabía qué era lo que esperaba. Llovía pero aun
así el sol se negaba a desaparecer detrás del espeso manto de nubes. Permanecí sentada
bajo aquella lluvia de oro. Me dediqué a observar, observar todo lo que había, o se supone
que tenía que haber. Me di cuenta de que el repiqueteo de la lluvia sobre mi cabeza había
cedido y levantándola con suavidad comprobé que aquel manto, las nubes, había
desaparecido, se había desintegrado, esfumado. Estirada sobre la arena, observé como el sol
se acercaba lentamente hacia su final, el momento en el que el mar engulliría al sol. Mientras
esperé, el viento me susurraba algo sin palabras, las olas rompían contra la orilla, el frío
empezaba a penetrar a través de la ropa. Lentamente el sol se acercaba, desconocedor de
todo lo que le esperaba. Cerré los ojos, podía escuchar el siseo del viento, si me concentraba,
incluso podía oír los pasos del sol acercándose hacia el agua y también podía sentir como el
mar lo reclamaba. Cuando abrí los ojos, el sol estaba tan cerca de la gran lámina azul, que
parecía que una ola podría apagar aquella gran luz. El mar, se quedó quieto, ni una miserable
ola osó perturbar aquella tranquilidad, y el sol danzaba, con elegancia y decisión, con la
intención de darse un chapuzón en las gélidas aguas del océano. En aquel momento empezó
la lucha. El sol chocó contra el mar, el astro intentaba volver hacia atrás, dirigirse hacia otro
lugar, pero ya era demasiado tarde, el mar lo estaba engullendo. Cuando la batalla ya estaba
perdida por parte de la gran estrella, aún fue capaz de dejar ir unos rayos de su luz que
iluminaron aquella penumbra en la cual yo estaba sumida. La desaparición del sol dio paso a
LEMA: MI UTOPÍA

la salida de la luna. La playa se vio invadida por una oscuridad impenetrable. La oscuridad
era tal que no era capaz de ver el mar a un par de metros de distancia. Tenía miedo. El
silencio, aquel silencio era el que me asustaba, el que me obligaba a sentirme como una
intrusa en aquel lugar tan pacífico. Una intrusa, no era más que eso. Pero volví a escuchar el
susurro del mar, el romper de las olas contra la orilla, y entonces, solo en ese momento, pude
ver como dos manos encendían pequeñas luces en la gran lámina, vestida ahora de luto por
la muerte del sol. La luna se encaramó a lo alto del cielo y su brillo era reflejado por las
tranquilas aguas. Las estrellas y la luna,en lo alto de la gran cúpula, me dijeron que lo único
que queda después del ocaso es esperar al alba.

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