24 Poetas Latinoamericanos
24 Poetas Latinoamericanos
24 Poetas Latinoamericanos
2
responde t, dnde tu padre reposa bajo una cruz, dnde dejars tus huesos? Responde t. Ah desdichado, responde, responde t, dnde hallars verde y verde, azul y azul, palma y palma bajo el cielo? Responde t.
3
entonces que lo saben todo. Se ven desnudos y lo saben todo. (Yo no lo s de cierto. Lo supongo.)
4
une el tedio del pasado a una futura energa. Se har en el suelo simiente? Todo va a recomenzar? Es la falta o l que siente el sueo del verbo amar? (Traduccin de Francisco Serrano)
5
Tu visita, apenas una limosna. (Traduccin de Victor Sosa)
6
Con su inefable msica secreta Record el mar y enumer las hojas En homenaje a mis hermanas muertas. Perfectamente bien. Segu mi viaje Como quien de la vida nada espera. Pas frente a la rueda del molino, Me detuve delante de una tienda: El olor del caf siempre es el mismo, Siempre la misma luna en mi cabeza; Entre el ro de entonces y el de ahora No distingo ninguna diferencia. Lo reconozco bien, ste es el rbol Que mi padre plant frente a la puerta (Ilustre padre que en sus buenos tiempos Fuera mejor que una ventana abierta). Yo me atrevo a afirmar que su conducta Era un trasunto fiel de la Edad Media Cuando el perro dorma dulcemente Bajo el ngulo recto de una estrella. A estas alturas siento que me envuelve El delicado olor de las violetas Que mi amorosa madre cultivaba Para curar la tos y la tristeza. Cunto tiempo ha pasado des de entonces No podra decirlo con certeza; Todo est igual, seguramente, El vino y el ruiseor encima de la mesa, Mis hermanos menores a esta hora Deben venir de vuelta de la escuela: Slo que el tiempo lo ha borrado todo Como una blanca tempestad de aren a!
7
Espanta los sueos los arrasa desnuda la realidad descarnada. Finge ser breve y se establece en mis prpados. Tiene el tamao del pasado y del futuro. Se viste con harapos de pnico. Nada lo ahuyenta. Envilece lo que toca. Se alimenta con gotas tibias y saladas de ruidos nocturnos. Decepciones pensamientos turbios laberintos intrincados albas sin esperanzas. Su corona de escarcha Hiere la madrugada. Y suele creerse rey de la noche.
9
que tanto quema el que me hace soar con sus inviernos. Esta contradiccin ecuatorial de buscar una nieve que preserve en el fondo su calor, que no borre las hojas de los cedros. Nunca ir a Islandia. Est muy lejos. A muchos grados bajo cero. Voy a plegar el mapa para acercala. Voy a cubrir sus fiordos con bosques de palmeras
Manoa
No vi a Manoa, no hall sus torres en el aire, ningn indicio de sus piedras. Segu el cortejo de sombras ilusorias que dibujan sus mapas. Cruc el ro de los tigres y el hervor del silencio en los pantanos. Nada vi parecido a Manoa ni a su leyenda. Anduve absorto detrs del arco iris que se curva hacia el sur y no se alcanza. Manoa no estaba all, quedaba a leguas de esos mundos, -siempre ms lejos. Ya fatigado de buscarla me detengo, qu me importa el hallazgo de sus torres? Manoa no fue cantada como Troya ni cay en sitio ni grab sus paredes con hexmetros. Manoa no es un lugar sino un sentimiento. A veces en un rostro, un paisaje, una calle su sol de pronto resplandece. Toda mujer que amamos se vuelve Manoa sin darnos cuenta. Manoa es la otra luz del horizonte, quien suea puede divisarla, va en camino, pero quien ama ya lleg, ya vive en ella.
10
11
El centro de la casa vuela como el punto en la lnea. En tus pesadillas llueve interminablemente sobre la coleccin de matas enanas y el flamboyn subterrneo. Si te atolondraras, el firmamento roto en lanzas de mrmol, se echara sobre nosotros.
12