Grupo 19 Paralisis Cerebral Infantil.

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 26

UNIVERSIDAD MAYOR DE SAN ANDRES

. . FACULTAD DE MEDICINA-ENFERMERIA-NUTRICION Y
. TECNOLOGIA MEDICA-FISIOTERAPIA Y KINESIOLOGIA

“PARALISIS CEREBRAL INFANTIL Y SU CLASIFICACION


. SEGÚN SUS ENFERMEDADES”

NOSOLOGIA MÉDICA
DOCENTE: DR. LUIS ROMERO FLORES
AUXILIAR DE DOCENCIA: UNIV. RICARDO SAMIR CASTELLON
INTEGRANTES:
• ROSA LIDIA QUISPE TORRES
• MICHEL CAROL RAMOS QUISPE
1. PARALISIS CEREBRAL INFANTIL
La parálisis cerebral infantil (PCI) o encefalopatía estática es un síndrome cuyo origen está
localizado en el Sistema Nervioso Central (SNC), primera neurona o neurona motora superior; eso
implica que casi todos los niños con PCI presentan, además de los defectos de la postura y
movimiento, otros trastornos asociados.
MOTONEURONA SUPERIOR

La 1ª MOTONEURONA (Motoneurona Superior); se encuentran en la CORTEZA CEREBRAL y


envían axones que forman la vía piramidal. Descienden hasta las pirámides bulbares donde existe
una decusación y finalmente conectan a la médula.
Causas
La parálisis cerebral infantil (PCI) es causada por el desarrollo anormal del cerebro o daño al cerebro
en desarrollo que afecta la capacidad del niño para controlar sus músculos. Antes se pensaba que la
causa principal cerebral era falta de oxígeno durante el proceso de parto. Pero ahora los científicos
creen que esto causa solo una pequeña cantidad de los casos.
El daño al cerebro que provoca parálisis cerebral infantil puede ocurrir antes del nacimiento, durante
el parto, dentro del primer mes de vida o durante los primeros años de vida del niño, cuando su
cerebro todavía se está desarrollando.
Parálisis
Congénita
La mayoría de los casos de parálisis cerebral (85-90 %) son congénitos.
Algunas cosas aumentan las probabilidades de que un niño presente parálisis cerebral. Estas cosas
se llaman factores de riesgo. Es importante recordar que tener uno de estos factores de riesgo no
significa que el niño tendrá parálisis cerebral. Algunos de estos factores de riesgo son:
•Peso bajo al nacer, los bebés que pesan menos de 2500 gramos al nacer, y especialmente los que
pesan menos de 1500 gramos están en mayor riesgo de presentar parálisis cerebral.
•Nacimiento prematuro. Los bebés que nacieron antes de la semana 37 de embarazo, especialmente
si nacieron antes de la semana 32, están en mayor riesgo de presentar parálisis cerebral. Los
cuidados intensivos para los bebés prematuros han mejorado mucho en las últimas décadas. Los
bebés que nacen mucho antes de tiempo tienen ahora muchas más probabilidades de vivir; sin
embargo, muchos tienen problemas médicos que pueden ponerlos en riesgo de presentar parálisis
cerebral.
•Parto múltiple. Los gemelos o trillizos y los bebés que nacen de otros partos múltiples están en
mayor riesgo de presentar parálisis cerebral, especialmente si muere el gemelo o uno de los trillizos
antes o poco después de nacer. Parte, pero no todo este aumento en el riesgo se debe al hecho de
que los bebés de embarazos múltiples frecuentemente nacen antes de tiempo o con bajo peso.
•Tratamiento para la infertilidad por medio de tecnología de reproducción asistida. Los bebés que
nacen como resultado del uso de algunos tratamientos para la infertilidad están en mayor riesgo de
presentar parálisis cerebral. Este aumento en el riesgo se debe mayormente a partos prematuros,
múltiples, o ambos, porque son más comunes entre los bebés concebidos mediante el uso de
tratamientos para la infertilidad con ART.
•Infecciones durante el embarazo. Las infecciones pueden provocar un aumento de ciertas proteínas
llamadas citocinas que circulan en el cerebro y la sangre del bebé durante el embarazo. Las
citocinas causan inflamación, lo cual puede dañar el cerebro del bebé. También puede producirse
este problema si la madre tiene fiebre durante el embarazo o el parto. Algunos tipos de infección que
se han vinculado a la parálisis cerebral infantil incluyen infecciones virales, como la varicela, la
rubéola (sarampión alemán) y el citomegalovirus (CMV), e infecciones bacterianas, como las
infecciones de la placenta o de las membranas fetales, o las infecciones pélvicas maternas.

•Ictericia y kernícterus. La ictericia es el tono amarillento que se ve en la piel de muchos recién


nacidos. Se presenta cuando se acumula una sustancia química llamada bilirrubina en la sangre del
bebé. Cuando se acumula demasiada bilirrubina en el cuerpo de un recién nacido, la piel y el blanco
de los ojos pueden adquirir un color amarillento. Esta coloración amarillenta recibe el nombre de
ictericia. Cuando la ictericia grave se deja sin tratar durante demasiado tiempo, puede provocar una
afección llamada kernícterus. Esto puede causar parálisis cerebral y otras afecciones. A veces, el
kernícterus es causado porque el grupo AB0 o el factor Rh de la sangre de la madre y el bebé son
diferentes. Esto hace que los glóbulos rojos de la sangre del bebé se descompongan demasiado
rápido y provoquen ictericia grave.
•Afecciones de la madre. Las madres con problemas de tiroides, discapacidad intelectual o
convulsiones tienen un riesgo ligeramente mayor de tener un hijo con parálisis cerebral.
•Complicaciones durante el parto. El desprendimiento de la placenta, la rotura del útero o los
problemas con el cordón umbilical durante el parto pueden interrumpir el suministro de oxígeno al
bebé y provocar parálisis cerebral.
Parálisis cerebral infantil adquirida
En un pequeño porcentaje de casos de parálisis cerebral la causa es daño cerebral ocurrido más de
28 días después del parto. Esto se llama parálisis cerebral infantil adquirida y por lo general se
asocia a una infección (como meningitis) o a una lesión en la cabeza.

Causas
Algunas de las causas de la parálisis cerebral adquirida son:
•Infecciones del cerebro como, por ejemplo, meningitis o encefalitis durante la primera infancia.

•Lesiones. Lesiones cerebrales como, por ejemplo, por lesiones a la cabeza causadas por un
accidente vehicular o maltrato infantil.
•Problemas con la irrigación sanguínea al cerebro. Por ejemplo, por accidentes cerebro vasculares o
sangrados en el cerebro asociados a problemas de la coagulación, vasos sanguíneos que no se
formaron adecuadamente, defectos del corazón presentes al nacer o enfermedad de células
falciformes.

Factores de riesgo
Estos son algunos de los factores de riesgo de parálisis cerebral son:
•Los bebés están en mayor riesgo de estar en un incidente que cause daño cerebral que los niños
mayores.
•Nacer prematuro o con bajo peso. Los niños prematuros o que nacen con bajo peso tienen un
mayor riesgo de presentar parálisis cerebral adquirida.
•Infecciones cerebrales. No recibir ciertas vacunas aumenta el riesgo de tener infecciones cerebrales
que pueden provocar parálisis cerebral.
•Las medidas de seguridad inapropiadas o la falta de supervisión adulta pueden aumentar el riesgo
de lesiones que pueden causar parálisis cerebral.
Síntomas
Los signos y síntomas pueden variar en gran medida. Los problemas de movimiento y coordinación
asociados con la parálisis cerebral incluyen los siguientes:

• Variaciones en el tono muscular, como demasiado rígido o demasiado blando


• Rigidez muscular y reflejos exagerados (espasticidad)
• Músculos rígidos con reflejos normales (rigidez)
• Falta de equilibrio y coordinación muscular (ataxia)
• Temblores o movimientos involuntarios
• Movimientos lentos y de contorsión
• Retrasos para alcanzar los objetivos de las habilidades motrices, como empujar con los
brazos, sentarse o gatear
• Favorecer un lado del cuerpo, como alcanzar con una mano o arrastrar una pierna mientras
gateas
• Dificultad para caminar, como caminar sobre los dedos de los pies, una marcha en cuclillas,
una marcha en forma de tijera con las rodillas cruzadas, una marcha ancha o una marcha asimétrica
• Babeo excesivo o problemas para deglutir
• Dificultad para succionar o comer
• Retrasos en el desarrollo del habla o dificultad para hablar
• Dificultades de aprendizaje
• Dificultad con las habilidades motrices finas, como abotonar la ropa o recoger utensilios
• Convulsiones
La parálisis cerebral puede afectar a todo el cuerpo o puede limitarse principalmente a una
extremidad o a un lado del cuerpo. El trastorno cerebral que causa la parálisis cerebral no cambia
con el tiempo, así que los síntomas generalmente no empeoran con la edad.
Sin embargo, a medida que el niño crece, algunos síntomas pueden hacerse más o menos
evidentes. Y el acortamiento muscular y la rigidez muscular pueden empeorar si no se tratan
agresivamente.
Las anomalías cerebrales asociadas con la parálisis cerebral también podrían contribuir a otros
problemas neurológicos, que incluyen los siguientes:
• Dificultad para ver y oír
• Discapacidades intelectuales
• Convulsiones
• Percepciones anormales de tacto o dolor
• Enfermedades bucales
• Afecciones de salud mental
• Incontinencia urinaria
Prevención de la parálisis cerebral
En muchos casos, no se sabe bien qué es lo que causa la parálisis cerebral congénita y, por
consiguiente, es poco lo que se puede hacer para prevenirla. Los casos de parálisis cerebral
relacionados con causas genéticas no son prevenibles. Sin embargo, se pueden tomar ciertas
medidas antes y durante el embarazo, así como después del nacimiento del bebé para ayudar a
reducir el riesgo de que tenga problemas del desarrollo, incluida la parálisis cerebral.
Tomar medidas para ayudar a asegurar un embarazo saludable puede ayudar a prevenir los
problemas del desarrollo, incluida la parálisis cerebral. La parálisis cerebral adquirida se relaciona
frecuentemente con infecciones o lesiones, y algunos de estos casos se pueden prevenir.
Antes del embarazo
Esté lo más saludable que pueda antes del embarazo. Asegúrese de que cualquier infección que
tenga esté tratada y cualquier afección, bajo control, idealmente antes de quedar embarazada.
Vacúnese contra ciertas enfermedades (como la varicela y la rubéola) que podrían afectar al bebé en
desarrollo. En el caso de muchas de estas vacunas, es importante que las reciba antes de quedar
embarazada.
Si usa un tratamiento con tecnología de reproducción asistida para quedar embarazada, tenga en
cuenta las maneras de reducir las probabilidades de tener un embarazo múltiple (de gemelos, trillizos
o más), como transferir un solo embrión a la vez.
Durante el embarazo
Infórmese sobre cómo tener un embarazo saludable.
Reciba atención prenatal en forma temprana y con regularidad, tanto para su salud como para la
salud del bebé en desarrollo.
Lávese las manos con agua y jabón frecuentemente para ayudar a reducir el riesgo de contraer
infecciones que podrían afectar al bebé.
Comuníquese con atención médica si se enferma, tiene fiebre o presenta cualquier otro signo de
infección durante el embarazo.
Una vacuna contra la influenza es la mejor forma de protegerse contra infecciones graves por la
influenza. Una vacuna contra la influenza puede proteger a la mujer embarazada y al bebé en
gestación, tanto antes como después del parto. Las vacunas contra la influenza no han mostrado
causar daño a las mujeres embarazadas ni a sus bebés.
Si el grupo sanguíneo de la madre es diferente al del bebé o el factor Rh es incompatible, esto puede
causar ictericia y kernícterus. Las mujeres deben saber el grupo sanguíneo que tienen y hablar con
el médico sobre cómo prevenir los problemas. Los médicos pueden tratar a la madre con
inmunoglobulina Rho(D) a las 28 semanas de embarazo y nuevamente poco después del parto para
prevenir el kernícterus.
Las investigaciones han mostrado que tomar sulfato de magnesio antes de un parto prematuro
reduce el riesgo de parálisis cerebral en los bebés que sobreviven.
Después de que nazca el bebé
A cualquier bebé le puede dar ictericia. La ictericia grave que no se trata, puede causar un daño
cerebral llamado kernícterus. El kernícterus es una de las causas de parálisis cerebral
potencialmente prevenibles. Para determinar si su bebé tiene ictericia, se lo debe examinar en el
hospital y nuevamente dentro de las 48 horas de haber salido del hospital. Pregúntele al médico o
enfermera sobre la prueba de bilirrubina para detectar la ictericia. Además, se pueden tomar
medidas para prevenir el kernícterus causado por la incompatibilidad entre el factor Rh de la madre y
el bebé.
Asegúrese de que su hijo esté vacunado contra las infecciones que pueden causar meningitis y
encefalitis,
Prevención:
1. En el automóvil, sujete a su hijo en un asiento de seguridad para bebés o niños, en un asiento
elevado o con el cinturón de seguridad (de acuerdo con su estatura, peso y edad).
2. Haga que las áreas de estar de su casa sean más seguras para niños; instale rejas en las
ventanas para evitar que los niños pequeños se caigan de las ventanas abiertas y coloque rejas de
seguridad en la parte superior e inferior de las escaleras.
3. Asegúrese de que el suelo del patio de juegos de su hijo esté hecho de un material
amortiguador, como virutas de madera o arena.
4. Supervise a los niños pequeños en todo momento alrededor de las bañeras, las piscinas
(grandes y pequeñas) y los cuerpos de agua naturales. Los adultos que estén supervisando a los
niños cerca de agua deben evitar las actividades que causen distracciones como usar una
computadora o dispositivo portátil, leer o hablar por teléfono.
5. Asegúrese de que su hijo use siempre casco para las actividades como andar en bicicleta.
6. Nunca golpee, sacuda, arroje ni lastime a un niño.

Formas
Espástica: Este es el tipo más común de parálisis cerebral. Espasticidad es el término médico para
referirse a un determinado tipo de aumento de tono muscular que provoca rigidez muscular y afecta
el movimiento. Las dificultades para mover los miembros hacen que a su hijo le resulte difícil
caminar, pero si su parálisis cerebral es leve, quizás esta dificultad únicamente afecte determinadas
actividades, como por ejemplo, correr. También podría tener dificultades para formar palabras
cuando habla.
En la parálisis cerebral espástica, la lesión o el problema se encuentran en un área del cerebro
llamada corteza motora. La corteza motora (o córtex motor) planifica y controla el movimiento.
Síntomas:
Debido a que sus músculos están tensos y rígidos, los niños con este tipo de parálisis cerebral no se
pueden mover con fluidez. Sus movimientos pueden parecer espasmódicos o entrecortados. A
menudo, los músculos del niño no hacen lo que el niño quiere que hagan.
La parálisis cerebral espástica puede ser leve o grave. Esto depende de cuánta cantidad de cerebro
esté afectada. Por ejemplo, un niño con una parálisis cerebral espástica leve puede tener rigidez solo
en una mano. Sin embargo, los niños con una parálisis cerebral espástica grave pueden no ser
capaces de mover en absoluto algunos de sus músculos. Pueden necesitar ayuda para comer y/o
usar una silla de ruedas para desplazarse.
Los niños con cualquier tipo de parálisis cerebral pueden tener problemas en la vista, la audición, el
habla, la conducta de comer y el aprendizaje. Algunos niños con parálisis cerebral tienen
convulsiones.
Atetoide
La parálisis cerebral atetoide (también llamada disquinesia) es un tipo de parálisis cerebral. Los
niños con parálisis cerebral atetoide tienen problemas para controlar los movimientos musculares.
Tienen movimientos abruptos y de retorcimiento.
Este tipo de parálisis causa movimientos musculares lentos e involuntarios y movimientos bruscos
que pueden ser repetitivos. La parálisis cerebral atetósica puede dificultar el habla porque a su hijo le
podría resultar difícil controlar la lengua, la respiración y las cuerdas vocales. Es posible que su hijo
también tenga problemas de audición.
Causas:
En la parálisis cerebral atetoide, la lesión o el problema se encuentra en un área del cerebro llamada
ganglios basales. Los ganglios basales son los encargados de recibir los mensajes sobre el
movimiento procedentes del cerebro y de enviarlos a los músculos.
Síntomas:
Los niños con una parálisis cerebral atetoide tienen problemas para conseguir que sus músculos
hagan lo que ellos quieren que hagan. Cuando intentan que sus músculos hagan ciertos
movimientos, presentan:
• Distonía: movimientos repetitivos y de contorsión que pueden ser dolorosos
• atetosis: movimientos lentos y de retorcimiento
• corea: movimiento abrupto e irregular
Los niños con cualquier tipo de parálisis cerebral pueden tener problemas en la vista, la audición, el
habla, la conducta de comer y el aprendizaje. Algunos niños con parálisis cerebral tienen
convulsiones.
Ataxia
La parálisis cerebral atáxica es un tipo de parálisis cerebral. Los niños con este tipo de parálisis
cerebral tienen problemas con el equilibrio. Pueden caminar con las piernas bastante más separadas
entre sí que los demás niños. Y pueden tener problemas para saber dónde están exactamente las
cosas. Pueden creer que una cosa está más cerca o más lejos de lo que está en realidad.
Síntomas
Ataxia significa que una persona tiene problemas para coordinar los músculos en la ejecución de
tareas. Los niños con una parálisis cerebral atáxica pueden andar con los pies más separados de lo
normal, y su andar puede parecer desequilibrado o espasmódico. También pueden no ser capaces
de que sus músculos desempeñen tareas, como, por ejemplo, alcanzar un tenedor.
2. CLASIFICACION SEGUN SUS EXTREMIDADES:
• HEMIPLEJIA
• PARAPLEJIA
• CUADRIPLEJIA
• TRIPLEJIA
Tipos de PCI en cuanto a la extensión de la lesión Esta clasificación hace referencia a la parálisis
cerebral espástica, cuyas manifestaciones variarán si se afecta en mayor o menor extensión la
corteza cerebral. Cuando se afecta una sola extremidad se llama monoparesia. Si la parálisis es de
ambas piernas decimos que hay una paraparesia o una diplejía espástica. Cuando afecta a las
extremidades de un solo lado del cuerpo, hablamos de hemiplejía. Si se afectan las 4 extremidades,
se trata de una tetraplejia.

2.1. HEMIPLEJIA
Es una parálisis que afecta mitad del cuerpo, quien la sufre no puede mover bien el brazo y la pierna
de un lado. Cuando se produce antes de los 3 años de edad se considera un tipo de parálisis
cerebral infantil (PCI), supone el 20% del total de casos. Es debida a una lesión focal de la corteza
cerebral que provoca una alteración del tono muscular y que puede tener múltiples causas, las más
frecuentes son vasculares, traumáticas o infecciosas.
Alteraciones motoras en la hemiplejia en la mayoría de los niños con hemiplejia espástica, el brazo
está mucho más afectado que la pierna. En la espasticidad siempre están más afectados los
músculos que se contraen para vencer la gravedad (anti gravitatorios) por lo que la postura suele ser
en flexión del brazo y de la pierna. En el brazo, los músculos flexores están en continua contracción,
les cuesta separar el brazo del tronco y girarlo hacia fuera, extender el codo y la muñeca, girar la
palma de la mano hacia arriba y abrir la mano separando los dedos. El pulgar está flexionado y
queda incluido en la palma de la mano, dificultando mucho la manipulación. En cambio la
espasticidad de la pierna puede causar tanto extensión como flexión excesivas. La cadera suele
estar en flexión lo que causa que el tronco se incline hacia adelante, la rodilla suele estar en flexión y
mirando hacia adentro, aunque también puede estar estirada, el pie está casi siempre en puntillas,
girado hacia dentro y cuesta el apoyo del talón. El lado afectado crece menos, cuanto más grave
menos crecimiento, tanto el tronco como las extremidades. Esto repercute en la columna vertebral
que puede sufrir escoliosis.
La marcha hemipléjica se caracteriza porque la pierna afecta tiende a cruzarse por delante de la
sana con la rodilla girada hacia el interior y apoyo del el pie en la punta. El brazo suele colocarse en
flexión especialmente cuando el niño corre.
Problemas asociados a la hemiplejia diferencia de otras PCI, la mayoría de los niños con hemiplejia
no tienen otros problemas asociados. Tampoco está afectado el desarrollo de la comunicación ni el
del lenguaje por lo que su integración social es normal. Hasta un 33% sufren de epilepsia, casi
siempre focal, secundaria a su lesión. Generalmente es de buen pronóstico y fácil control mediante
fármacos antiepilépticos, aunque a veces las lesiones cerebrales son origen de una epilepsia
intratable. Algunos tienen un retraso mental leve, dificultades del aprendizaje o de la conducta que
deben ser atendidos en consecuencia. Puede haber una afectación del campo visual por lo que,
como todos los niños con dificultades en el neurodesarrollo, es imprescindible revisar la vista y la
audición para que en caso de presentar deficiencias, se puedan detectar a tiempo y recibir el
tratamiento más adecuado para que interfieran lo mínimo en un desarrollo ya afectado.
Signos y síntomas:
Aparecen antes de los 3 años en los casos congénitos el déficit motor no siempre está presente en
los primeros meses y se va evidenciando a medida que madura el sistema nervioso.
• Dificultad en la extensión de los MMSS e MMII
• Dificultades del aprendizaje o de la conducta
• Dificultad con la marcha
• Afectación del campo visual y la audición
• Dificultad en actividades motoras
• Rigidez articular
• Un 33% presenta epilepsia
• Retraso en los hitos del desarrollo
Diagnostico:
• Neuropediatra
• Resonancia magnética
• Electroencefalograma (EEG)
Además del desarrollo motor propio de la PCI y la afectación característica de la hemiplejia, el
diagnóstico lo confirmará la neuropediatra realizando una resonancia magnética que mostrará la
lesión cerebral concordante con la clínica. La realización de un electroencefalograma (EEG) solo
está indicada si se producen crisis. En caso de presentar otros problemas se indicarán las pruebas
complementarias pertinentes para su estudio.
Tratamiento:
El tratamiento debe iniciarse cuanto antes, por lo que la detección precoz es imprescindible, ante la
mínima sospecha debe derivarse al niño al centro de desarrollo y atención precoz (CDIAP) más
cercano a su domicilio. El tratamiento está dirigido a disminuir los efectos de la espasticidad,
mejorando la postura, la movilidad y la coordinación. Como la afectación suele ser más grave en el
brazo y la mano, es imprescindible mejorar su función y sobre todo integrarla en el esquema corporal
del niño para que la utilice de forma funcional en las tareas de la vida cotidiana. La base del
tratamiento es la fisioterapia, y si esta es insuficiente pueden utilizarse también ortesis y fármacos
relajantes, como la toxina botulínica. En los casos más graves será necesaria cirugía, para alargar o
transferir los tendones adecuados, corrigiendo las contracturas y mejorando la fuerza y la movilidad
de la extremidad. El pronóstico funcional de la hemiplejia infantil es bueno, ya que el lado sano
compensa. A los 3 años de edad todos los niños con hemiplejia han adquirido la marcha y en la edad
adulta serán independientes para las actividades de la vida diaria. Tipos de PCI en cuanto a la
gravedad Tanto el tipo de afectación como la intensidad de los síntomas determinarán cuan
autónoma es una persona con parálisis cerebral. No es igual que un niño pueda andar solo, con
apoyo, desplazarse en una silla de ruedas o que tengan que empujarle. Tampoco es lo mismo que
pueda hablar o comunicarse con gestos, paneles de comunicación o herramientas electrónicas. Lo
mismo sucede con la alimentación y la higiene. Lo importante es su grado de autonomía, lo de
menos si los movimientos que hace son más o menos armoniosos, más o menos precisos. Podemos
usar escalas para valorar el grado de autonomía de cada niño. Algunas escalas son descriptivas y
comparan la funcionalidad del niño con la esperada para su edad otras evalúan los cambios en el
tiempo teniendo en cuenta el crecimiento y el tratamiento que recibe. La aplicación de estas escalas
requiere entrenamiento previo que cuesta tiempo y dinero. También es costoso pasarlas en consulta
ya que algunas pueden llevar más de una hora. En general este tipo de escalas tienen más interés
para la investigación que para el propio paciente y aunque pueden ser útiles al inicio de la práctica
clínica la verdad es que aportan poco al médico con experiencia. En mi opinión lo más práctico es
una clasificación rápida que tenga en cuenta cuales son las limitaciones funcionales para cada
paciente y en que circunstancias necesita ayuda y/o apoyos. En este sentido el Sistema de
Clasificación de la Función Motora Postural me parece el más simple y práctico además de ser el
más utilizado universalmente.
PARAPLEJIA:
Para saber qué es la paraplejia hay que saber dónde está la lesión medular, cuando el daño se
encuentra en la vértebra dorsal o en zonas inferiores, entonces la parálisis es una paraplejia. La
característica más importante de una paraplejia es que afecta solamente a los miembros inferiores,
es decir, piernas y pies.
La paraplejia espástica es aquella en la que los músculos de los miembros afectados permanecen en
constante contracción, lo cual es un problema para realizar movimientos coordinados y funcionales
Hay diferentes grados de parálisis en una paraplejia, esto va a depender de la extensión del daño en
la vértebra.
Parálisis total y sin sensibilidad. La persona no puede hacer el más mínimo movimiento y no tiene
sensación cutánea. En estos casos se presentan problemas como: control de esfínteres,
disfuncionalidad intestinal, impotencia, etcétera.
Algunos movimientos y alguna sensibilidad. Algunos pacientes pueden mover los miembros, pero sin
mucha fuerza, además tienen sensibilidad total o en algunas partes de la zona paralizada.
Capacidad limitada para caminar. En algunos casos el paciente puede caminar con ayuda de
elementos ortopédicos, andadores, muletas o bastones.
Capacidad de caminar. En algunas ocasiones, el paciente logra la fuerza y equilibrio suficiente para
caminar sin elemento externos, aunque con movimientos limitados y dificultades.
Se llama paraplejia completa a la de grado más alto, es decir, la más grave. En estos casos el
paciente no tiene ningún movimiento en sus miembros inferiores e incluso en una parte del torso.
Además de la ausencia de movimiento y total falta de control, los pacientes con paraplejia no tienen
sensibilidad en la zona paralizada, es decir, no sienten pinchazos, roces, apretones ni golpes.
Paraplejia parcial es aquella en la que el paciente conserva alguna capacidad, aunque sea limitada.
Puede presentar disfunción intestinal, debilidad en los miembros inferiores, pero con movilidad y
sensibilidad. Las lesiones parciales permiten algún grado de independencia y mejoría por medio de
fisioterapia y ortopedia.
Es importante que el paciente tenga una información completa de la paraplejia, su significado y los
posibles tratamientos, para que pueda tomar decisiones en cuanto a su salud.
Causas:
Hay dos causas principales para la paraplejia: los traumatismos y enfermedades. Entre las
enfermedades que pueden ocasionar paraplejia está la espina bífida, la esclerosis múltiple, mielitis
transversa, tumores y otras.
Los traumatismos que producen una paraplejia suelen ser severos, ya que para golpes leves y
moderados por lo general las vértebras ofrecen protección suficiente.
Los factores de riesgo habituales son los accidentes de tráfico, practicar deportes extremos o realizar
actividades peligrosas sin protección.
Tratamiento:
Dependiendo de la extensión del daño, la paraplejia puede causar problemas en los órganos internos
del bajo abdomen. Esto se debe a que las funciones de estos órganos, aunque son controladas por
el cerebro, lo hacen a través de impulsos que llegan a través de la médula espinal. Debido a esto, la
función intestinal, el control de la micción y la potencia sexual en los varones se ve afectada
habitualmente en casos de paraplejia.
Para la función intestinal, en muchos casos los pacientes deben recibir tratamiento para estimular los
intestinos, esto puede ser supositorios, masajes, lavados y otras terapias. Además, es posible que
sea necesario un sistema para recoger los desechos, por ejemplo, pañales.
Para el control urinario se pueden usar sondas o pañales, en función de cada caso. También hay
que prestar especial atención a las infecciones urinarias que son frecuentes en estos casos.
En el caso de la salud sexual y reproductiva, hay una gran diferencia entre hombres y mujeres. Es
frecuente que los hombres experimenten impotencia e infertilidad, sin embargo, las mujeres
conservan la fertilidad. Fisioterapia
El fisioterapeuta es el profesional de la salud que, mediante masajes, ejercicios, terapias de láser,
electricidad y muchas otras, busca recuperar o mejorar la función muscular.
Es muy importante para un paciente parapléjico recuperar o mantener el tono muscular, aún si no
hay movimiento, de esta manera se evita la atrofia de los músculos y todos los problemas que esto
conlleva.
Recuperación de autonomía: La autonomía física se refiere a la capacidad que tiene la persona a
asistirse a sí misma. Mientras más actividades de autocuidado puedan realizar el paciente, más
autónomo será. Por ejemplo: alimentarse, levantarse y acostarse de la cama, asearse, etcétera. Lo
ideal es que el paciente tenga la capacidad de trabajar, trasladarse y vivir solo, ya que esto le
permite sentirse útil y tiene una gran influencia en la autoestima y el bienestar del paciente.
TETRAPLEJIA O CUADRIPLEJIA ESPASTICA:
La tetraplejía o cuadriplejia o parálisis cerebral bilateral, es una de las formas en las que se
manifiesta la parálisis cerebral, que afecta a los músculos y el control de los movimientos a nivel de
los brazos, las piernas, del tronco y/o cuello.
Causas:
La tetraplejía espástica se produce tras una lesión extensa en el cerebro, o debido a malformaciones
congénitas del cerebro. Esta lesión puede producirse por diferentes causas, o por la sucesión de
varios factores. Sabemos que el cerebro es especialmente susceptible al desarrollo anormal o a
lesión durante las 20 primeras semanas del embarazo. Consecuentemente, existen muchas
circunstancias que pueden hacer que el desarrollo cerebral intrauterino se realice de forma anormal,
entre ellos: la infección materna o del feto, la exposición a tóxicos, el embarazo múltiple, etc.
Esta condición, al igual que otras formas de PC, también puede producirse como consecuencia de
diferentes sucesos en el momento del parto, por ejemplo: una leuco malacia periventricular o
lesiones o microlesiones en la sustancia blanca del cerebro (la cual se encarga de enviar las señales
desde el cerebro al resto de partes del cuerpo, por lo que cuando ésta se lesiona puede afectar a
todo el cuerpo). También puede deberse a un infarto cerebral o la disminución de oxígeno en el
cerebro del bebé, sin embargo los investigadores consideran que esto ocurre en menos del 10% de
los niños con PC.
Manifestaciones y alteraciones secundarias
Esta condición afecta al control de movimientos y a la postura de todo el cuerpo, incluyendo brazos,
piernas, tronco y cabeza. Esto hace que muchos niños con este diagnóstico presenten dificultades
para controlar especialmente la postura de su cabeza y la postura del tronco en la mayoría de las
posiciones, debido a la presencia de hipotonía de los músculos del cuello y tronco, en contraste con
la espasticidad de las extremidades. Por otro lado, presentan dificultades para hacer los movimientos
deseados con sus extremidades, puesto que tienden a hacer movimientos esterotipados debido a la
presencia de espasticidad. Como consecuencia de la espasticidad de los músculos, con el tiempo,
pueden aparecer alteraciones o deformaciones músculo-esqueléticas en las extremidades
(acortamientos musculares, deformidades articulares y otros. Las dificultades para controlar la
postura del tronco también predisponen a estos niños a desarrollar una escoliosis. A nivel de las
extremidades, una de las deformidades más habituales se produce en los pies, siendo el pie equino
la deformidad más frecuente.
Debido a estas alteraciones y a las dificultades de control de los músculos y del movimiento,
muchos niños con esta condición presentan dificultades para aprender a caminar. A día de hoy es
posible saber qué forma de desplazamiento va a ser la más funcional y con la que va ofrecer mayor
autonomía, siendo esto lo más importante que consiga un desplazamiento autónomo/asistido.
Algunos niños también presentan la capacidad de hablar profundamente afectada debido a las
dificultades para articular las palabras. Su comprensión sin embargo, no tiene por qué verse
afectada. En ocasiones, sin embargo sí que puede haber un retraso mental asociado que también
dificulta el nivel de comprensión del niño. Las alteraciones en la musculatura de la cara y cuello
hacen que algunos niños con cuadriplejia espástica presenten graves dificultades en la deglución, lo
cual puede conllevar a problemas respiratorios y en la alimentación. Las alteraciones intestinales y
urinarias también pueden estar presentes.
Pronóstico:
La tetraplejia afecta de forma distinta a cada niño, sin embargo, hoy en día tenemos información
general sobre los grados de afectación que suelen presentar los niños que presentan esta forma de
parálisis cerebral. Gracias al trabajo de diferentes investigadores de la parálisis cerebral,
dependiendo de la clasificación del niño según la GMFCS, podemos determinar aproximadamente
las habilidades motrices que adquirirá el niño a lo largo de su vida. De esta manera, nuestro trabajo
irá encaminado a potenciar al máximo aquellas habilidades motrices que el niño va a adquirir.
Habilidad para caminar: Algunos de los niños con tetraplejía espástica (aproximadamente 24%) van
a ser niños que van a llegar a desplazarse caminando, ya que se encuentran en los niveles I, II y III
del sistema de clasificación GMFCS. Parte de ellos con ayuda de productos de apoyo (muletas,
caminador, etc.).
Sin embargo, un número importante de niños con esta condición se encuentran en los niveles IV y V
del sistema de clasificación GMFCS (76% de los niños), van a poder desplazarse de forma
autónoma gracias al uso de una silla de ruedas eléctrica, dado que sus dificultades motrices les
impiden caminar de manera funcional.
Habilidad manual: En cuanto a la habilidad manual, según los últimos estudios, la mayoría de niños
con tetraplejia espástica se encuentran en un nivel IV o V de la escala de clasificación MACS. Esto
significa que presentan una limitada capacidad de manipular objetos y que necesitan un equipo
adaptado o una supervisión constante. Hoy en día, se dispone de diversas ayudas técnicas que
pueden facilitar algunas actividades de la vida diaria. Además, no debemos olvidar que la terapia
ocupacional dispone de muchas herramientas para ayudar en las diversas actividades
En las familias con parálisis cerebral, los cuidadores y familiares deben estar conscientes de dejar
para ellos mismos espacios de descanso, para evitar sobrecargarse física y emocionalmente con la
atención del paciente. Brindar atención a un niño con parálisis cerebral requiere compromiso y
mucho trabajo. Pero cuando el niño va creciendo, puede suceder que este trabajo se vuelva más
complicado, porque el peso y estatura de la persona requieren que los cuidadores a cargo realicen
un esfuerzo extra para apoyarlo en su vida diaria y terapias.
Tratamiento:
Fisioterapia y rehabilitación. Un niño con parálisis cerebral por lo general comienza estas terapias en
los primeros años de vida o enseguida después del diagnóstico. La fisioterapia es una de las partes
más importantes del tratamiento. Involucra ejercicios y actividades que pueden mantener o mejorar
la fuerza muscular, el equilibrio y el movimiento. Un fisioterapeuta ayudar al niño a desarrollar
destrezas como sentarse, caminar o usar una silla de ruedas. Otros tipos de terapia incluyen:
Terapia ocupacional. Este tipo de terapia ayuda al niño a aprender a hacer las tareas cotidianas
como vestirse o ir a la escuela.
Terapia recreativa. Participar en programas de arte, actividades culturales y deportes puede ayudar a
mejorar las habilidades físicas e intelectuales del niño.
Terapia del habla y el lenguaje. Un terapeuta del habla puede ayudar al niño a aprender a hablar
más claramente, ayudar con los problemas para tragar, y enseñar nuevas maneras de comunicarse,
como el lenguaje de señas, o a usar un dispositivo de comunicación especial. Dispositivos
ortopédicos. Se pueden colocar soportes ortopédicos, tablillas y escayolas en los miembros
afectados para mejorar el movimiento y el equilibrio. Otros dispositivos que pueden ayudar con el
movimiento y la postura incluyen sillas de rueda, caminadores y scooteres motorizadas.
Tecnología y dispositivos de asistencia. Estos incluyen máquinas de comunicación computarizadas,
zapatos que se amarran con velcro, o muletas, que pueden facilitar la vida cotidiana.
TRIPLEJIA:
La verdadera triplejia es un diagnóstico muy poco frecuente, siendo más habitual que se trate en
realidad de una tetraplejia incompleta o en evolución, en la que una de las extremidades se
encuentra menos afectada clínicamente que las demás. Este déficit motor puede darse por varias
causas, principalmente entre ellas por un mecanismo compresivo, como ocurre en el caso de los
tumores del agujero magno, o bien causada por una infiltración tumoral y por lesiones inflamatorias
de localización medular, como en el caso de la esclerosis múltiple o la neuromielitits óptica.
CLINICA
Los tumores del agujero magno (típicamente suelen ser meningiomas) pueden producir una parálisis
de instauración aguda y que puede evolucionar de un modo un tanto peculiar en su presentación
clínica, siguiendo un curso en "agujas de reloj", comenzando como una monoplejia braquial, que
posteriormente evoluciona a hemiplejia y luego afecta al miembro inferior contralateral, por último
evolucionando a un patrón de tetraplejia. (Adams y Victor, 2004)
DIAGNOSTICO:
Al igual que ocurre en los casos de paraplejia, las técnicas de neuroimagen son de especial utilidad
para el diagnóstico de triplejia. En cuadros agudos, la primera prueba diagnóstica a realizar si es
posible, es la Resonancia Magnética medular, que descartará procesos agudos potencialmente
reversibles e indicará en muchos casos la lesión responsable del cuadro.

PARALISIS CEREBRAL DEL ADULTO:


Estos pacientes enfrentan algunas condiciones particulares, por ejemplo: Algunos de sus órganos
internos no se desarrollan a su máxima capacidad debido a su condición, y por tal motivo otros
sistemas, por ejemplo el pulmonar, trabajan más y envejecen prematuramente. Dolor, fatiga y
debilidad son síntomas que se presentan con la edad debido al esfuerzo extra que estos pacientes
hacen cotidianamente. Osteoartritis, que ocurre debido a las anormalidades musculo esqueléticas de
sus cuerpos. Puede ser que esto no haya sido doloroso durante la infancia, pero que sí lo sea en la
adultez. Dolor en cadera, rodillas, tobillos, espalda, que quizá no pueda ser bien explicado por el
paciente. En estos casos, podría recomendarse alguna alternativa quirúrgica, ya que tampoco deben
resignarse, ni el paciente ni sus familiares, a vivir con dolor. La incontinencia urinaria, hipertensión
arterial, y dificultad para deglutir alimentos y medicinas son otras situaciones médicas que requieren
atención y apoyo por parte de la familia, ya que en algunos casos incluso el paciente no logra definir
dónde tiene un dolor o qué es lo que exactamente le está sucediendo.
Sugerencias para cuidar de adultos con parálisis cerebral Si bien la atención médica debe ser
constante, también es importante que los cuidadores principales planeen en casa la vida cotidiana,
además de determinar qué otras personas se encargarán del paciente con parálisis, en caso de faltar
los cuidadores principales. Algunas sugerencias para el día a día con pacientes adultos que viven
con parálisis cerebral: Procurar una terapia ocupacional al paciente, para que pueda tener un
espacio de desarrollo personal, e incluso, un ingreso. Alentarlo en casa a ser independiente, y a
valerse por sí mismo en su rutina diaria, de acuerdo a sus capacidades. Ayudar al paciente a
identificarse por sus cualidades específicas, por su personalidad, más que por su discapacidad. Que
pueda construir una autoestima sana que le permita sentirse bien consigo mismo. Es muy importante
superar el sentimiento de culpa, tanto en los cuidadores como en el paciente. Tener siempre a la
mano una lista con los teléfonos de médicos, instituciones donde la persona recibe terapia, escuelas
y demás contacto necesarios. Es válido sentirse frustrado de vez en cuando. Un terapeuta, grupo de
apoyo o persona de confianza que ayude a ventilar estos sentimientos hará que los cuidadores
puedan tener la fuerza suficiente para atender a su paciente. Comer bien y descansar suficiente es
indispensable. La parálisis cerebral es una condición de por vida. Una actitud positiva permitirá a los
cuidadores que el paciente pueda desarrollarse y recibir una buena atención y apoyo en casa, para
que tenga la mejor calidad de vida posible.
Discapacidad intelectual Es una afección diagnosticada antes de los 18 años de edad que incluye
un funcionamiento intelectual general por debajo del promedio y una carencia de las destrezas
necesarias para la vida diaria. En el pasado, el término retardo mental se usaba para describir esta
afección. Este término ya no se utiliza.
La parálisis cerebral (PC) es la discapacidad física más común en niños. La PC es causada por daño
cerebral temprano en la vida que afecta la coordinación de los músculos. Las personas con PC
pueden tener desafíos de por vida con el movimiento, la comunicación, y la salud. Hasta la mitad de
las personas con PC también tienen otras discapacidades como la discapacidad intelectual (DI),
autismo, o epilepsia. Además, los adultos con PC también pueden experimentar otras condiciones de
salud física y mental en tasas más altas que los adultos sin PC. En un reciente estudio financiado por
NIDILRR, los investigadores analizaron datos que mostraban las tasas de diagnósticos de salud
mental entre una gran muestra de adultos con y sin PC. Querían averiguar si más altos porcentajes
de adultos con PC fueron diagnosticados con trastornos de salud mental que los adultos sin PC.
También querían averiguar si estos trastornos de salud mental eran más comúnmente
diagnosticados en los adultos con PC que también tenían otras discapacidades en comparación con
los adultos solo con PC.
Causas:
La discapacidad intelectual afecta alrededor del 1% al 3% de la población. Existen muchas causas
de discapacidad intelectual, pero los médicos encuentran una razón específica en solo el 25% de los
casos. Los factores de riesgo están relacionados con las causas. Las causas de la discapacidad
intelectual pueden incluir: • Infecciones (presentes al nacer o que ocurren después del nacimiento) •
Anomalías cromosómicas (como el síndrome de Down) • Ambientales • Metabólicas (por ejemplo,
hiperbilirrubinemia o niveles muy altos de bilirrubina en los bebés) • Nutricionales (por ejemplo,
desnutrición) • Tóxicas (exposición intrauterina al alcohol, la cocaína, las anfetaminas y otras drogas)
• Traumatismos (antes y después del nacimiento) • Inexplicables (los médicos desconocen la razón
de la discapacidad intelectual de una persona).
Cuadro clínico:
Como familia, usted puede sospechar que su hijo tiene una discapacidad intelectual cuando presente
cualquiera de las siguientes características: Falta o retraso del desarrollo de habilidades motoras,
destrezas del lenguaje y habilidades de autoayuda, especialmente cuando se compara con sus
pares. Insuficiencia para crecer intelectualmente o comportamiento infantil continuado. Falta de
curiosidad.
• Problemas para mantenerse al día en la escuela.
• Incapacidad para adaptarse (ajustarse a nuevas situaciones).
• Dificultad para entender y acatar reglas sociales.
• Los signos de discapacidad intelectual pueden variar de leves a graves.
Diagnostico:
A menudo se utilizan pruebas del desarrollo para evaluar al niño: Prueba del desarrollo de Denver
anormal Puntaje en el comportamiento de adaptación por debajo del promedio Desarrollo muy
inferior al de compañeros de su misma edad Puntaje del coeficiente intelectual (CI) por debajo de 70
en un examen estándar de CI.
Tratamiento:
El objetivo del tratamiento es desarrollar al máximo el potencial de la persona. El entrenamiento y la
educación especial pueden comenzar desde la lactancia. Este incluye destrezas sociales para
ayudar a la persona a desempeñarse de la manera más normal posible. Es importante que un
especialista evalúe a la persona en busca de otros problemas de salud mental y física.
Generalmente la terapia conductual es útil para las personas con discapacidad intelectual. Analice
las opciones de tratamiento y apoyo para su hijo con su proveedor de atención médica o la
trabajadora social para poder ayudarle al niño a alcanzar todo su potencial. Expectativas (pronóstico)
El desenlace clínico depende de: La gravedad y la causa de la discapacidad intelectual Otras
afecciones Tratamiento y terapias Prevención Genética. La asesoría genética y los exámenes
durante el embarazo pueden ayudarles a los padres a entender los riesgos, al igual que a hacer
planes y tomar decisiones. Social. Los programas de nutrición pueden reducir la discapacidad
intelectual asociada con desnutrición. Igualmente, es de gran ayuda la intervención oportuna en
situaciones que involucran maltrato y pobreza. Tóxica. Prevenir la exposición al plomo, al mercurio y
a otras toxinas reduce el riesgo de discapacidad. Enseñarles a las mujeres acerca de los riesgos del
alcohol y las drogas durante el embarazo también puede ayudar a reducir el riesgo. Enfermedades
infecciosas. Ciertas infecciones pueden llevar a que se presente discapacidad intelectual. La
prevención de estas enfermedades reduce el riesgo.
RETARDO MENTAL:
Es una afección diagnosticada antes de los 18 años de edad que incluye un funcionamiento
intelectual general por debajo del promedio y una carencia de las destrezas necesarias para la vida
diaria.
En el pasado, el término retardo mental se usaba para describir esta afección. Este término ya no se
utiliza.
Causas:
La discapacidad intelectual afecta alrededor del 1% al 3% de la población. Existen muchas causas
de discapacidad intelectual, pero los médicos encuentran una razón específica en solo el 25% de los
casos.
Los factores de riesgo están relacionados con las causas. Las causas de la discapacidad intelectual
pueden incluir:
Infecciones (presentes al nacer o que ocurren después del nacimiento)
Anomalías cromosómicas (como el síndrome de Down)
Ambientales
Metabólicas (por ejemplo, hiperbilirrubinemia o niveles muy altos de bilirrubina en los bebés)
Nutricionales (por ejemplo, desnutrición)
Tóxicas (exposición intrauterina al alcohol, la cocaína, las anfetaminas y otras drogas)
Traumatismos (antes y después del nacimiento)
Inexplicables (los médicos desconocen la razón de la discapacidad intelectual de una persona)
Cuadro clínico:
Falta o retraso del desarrollo de habilidades motoras, destrezas del lenguaje y habilidades de
autoayuda, especialmente cuando se compara con sus pares.
Insuficiencia para crecer intelectualmente o comportamiento infantil continuado.
Falta de curiosidad.
Problemas para mantenerse al día en la escuela.
Diagnostico:
Los estudios cromosómicos son procedimientos sistemáticos de laboratorio importantes en la
evaluación del retraso mental o del retraso del desarrollo, cuya indicación debe aplicarse sin importar
la presencia o la ausencia de caracteres dismórficos, talla baja, anomalías congénitas o fenotipo
conductual (recordando que el retraso del desarrollo, para la prescripción de pruebas genéticas,
debe implicar déficit de aprendizaje y adaptativos.
Tratamiento:
La mejor acción por parte del pediatra o neurólogo infantil debe ser el diagnóstico precoz. Éste va a
permitir la rehabilitación o reeducación de habilidades del paciente en los primeros años de vida,
mejorando así las capacidades adaptativas a las que hacíamos mención.
Debemos conocer los medios que el sistema sanitario y educativo pone a disposición de estos
pacientes, para ofrecer al niño con retraso mental todas aquellas ayudas que puedan beneficiarle
escolar, social o laboralmente.
Asimismo, deberán ser tratados de forma específica y adecuada los trastornos neurológicos
(epilepsia, trastornos motores) o comportamentales (autismo, hiperactividad) que interfieran en la
evolución del mismo. El empleo de metilfenidato en el retraso mental ha mejorado la capacidad
atencional en algunos pacientes; sin embargo, en otros ha originado la aparición de reacciones
distócicas no deseables, por lo que su uso debe ser controlado.
Desde el punto de vista farmacológico no existen tratamientos específicos para el retraso mental. Se
han empleado diferentes fármacos con eficacia clínica muy cuestionable (citicolina, piracetam,
vitamina B) con el objeto de regenerar o proteger la función cerebral.
AUTISMO
Muchos niños con el trastorno del espectro autista (TEA) muestran diferencias en el desarrollo
cuando son bebés –especialmente relacionados con sus habilidades sociales y del lenguaje. Debido
a que por lo general se sientan, gatean y caminan a tiempo, con frecuencia algunas diferencias
obvias en el desarrollo de los gestos, juegos de simulación, el lenguaje y las destrezas sociales
pasan desapercibidas. Además de los retrasos en el habla y las diferencias de comportamiento, las
familias podrían notar algunas diferencias en la forma como su hijo se relaciona con sus pares o
niños de su edad.
Pequeñas diferencias relacionadas con el autismo pueden presentarse antes del primer cumpleaños
y generalmente se presentan antes de los 24 meses. Cómo identificar los signos del autismo A
continuación ofrecemos algunos ejemplos de las diferencias que se presentan en el ámbito social y
del comportamiento de los niños con autismo. Tenga en cuenta: Un niño con el TEA no siempre
tendrá los mismos síntomas de otro niño con el TEA. ¡La cantidad y la severidad de los síntomas
pueden variar mucho!
Cuadro clínico:
No mantiene contacto visual o establece muy poco contacto visual. No responde a la sonrisa ni a
otras expresiones faciales de los padres. No mira los objetos ni los eventos que están mirando o
señalando los padres. No señala objetos ni eventos para lograr que los padres los miren. No lleva
objetos de interés personal para mostrárselos a los padres. No suele tener expresiones faciales
adecuadas. Es incapaz de percibir lo que otros podrían estar pensando o sintiendo al observar sus
expresiones faciales. No demuestra preocupación (empatía) por los demás. Es incapaz de hacer
amigos o no le interesa hacerlo. Diferencias de comunicación en los niños con autismo: No señala
cosas para indicar sus necesidades ni comparte cosas con los demás. No dice palabras sueltas a los
16 meses. Repite exactamente lo que otros dicen sin comprender el significado (generalmente
llamado repetición mecánica o ecolalia). Un niño con TEA puede no hacer intentos para compensar
su retraso del habla o puede limitarse a hablar imitando o repitiendo lo que oye en la televisión o lo
que acaba de oír. A los 24 meses Un niño con desarrollo típico trae un imagen o fotografía para
mostrarle a su madre y comparte la alegría que le causa con ella. Un niño con TEA puede traer un
frasco o envase de burbujas de jabón para que se lo abra, pero no hace contacto visual con su
madre o muestra alegría de jugar juntos.
Los trastornos del espectro autista (TEA) son una discapacidad del desarrollo provocada por
diferencias en el cerebro. Los científicos desconocen exactamente qué provoca estas diferencias en
la mayoría de las personas con TEA. Sin embargo, algunas tienen una diferencia conocida, como
una afección genética. Existen muchas causas para los TEA, si bien aún la mayoría son
desconocidas. A menudo, no hay indicios en el aspecto de las personas con TEA que los diferencien
de otras personas, pero es posible que se comuniquen, interactúen, se comporten y aprendan de
maneras distintas a otras personas. Las capacidades de aprendizaje, pensamiento y resolución de
problemas de las personas con TEA pueden variar; hay desde personas con muy altos niveles de
capacidad (dotadas, o gifted en inglés) y personas que tienen muchas dificultades. Algunas
necesitan mucha ayuda en la vida diaria, mientras que otras necesitan menos.
Actualmente, el diagnóstico de TEA incluye muchas afecciones que solían diagnosticarse por
separado e incluyen el trastorno autista, el trastorno generalizado del desarrollo no especificado de
otra manera (PDD-NOS, por sus siglas en inglés) y el síndrome de Asperger. Hoy en día, a todas
estas afecciones se las denomina trastornos del espectro autista.
Los TEA comienzan antes de los 3 años de edad y duran toda la vida de la persona; no obstante,
los síntomas pueden mejorar con el tiempo. Algunos niños con TEA muestran indicios de problemas
futuros en los primeros meses de vida. En otros casos, es posible que los síntomas no se
manifiesten hasta los 24 meses o incluso después. Algunos niños con un TEA parecen desarrollarse
normalmente hasta los 18 a 24 meses de edad y después dejan de adquirir destrezas nuevas o
pierden las que tenían antes. Los estudios realizados han mostrado que entre un tercio y la mitad de
los padres de niños con TEA observaron un problema antes del primer año de vida de sus hijos y
entre el 80 % y 90 % de los padres detectaron problemas antes de los 24 meses.
Es importante destacar que algunas personas que no tienen un TEA también pueden presentar
algunos de los síntomas. Pero, en el caso de las personas con TEA, los problemas hacen que la vida
sea muy difícil. Posibles “signos de alarma” Las personas con un TEA pueden presentar las
siguientes características: No responder a su nombre para cuando tienen 12 meses de edad. No
señalar los objetos para demostrar su interés (no señalar un avión que pasa volando) para cuando
tienen 14 meses de edad. No jugar juegos de simulación (jugar “a darle de comer” a un muñeco)
para cuando llegan a los 18 meses de edad. Evitar el contacto visual y querer estar solos. Tener
dificultades para comprender los sentimientos de otras personas y para hablar de sus propios
sentimientos. Presentar retrasos en las destrezas del habla y el lenguaje. Repetir palabras o frases
una y otra vez (ecolalia). Dar respuestas no relacionadas con las preguntas que se les hace. Irritarse
con los cambios pequeños. Tener intereses obsesivos. Aletear las manos, mecerse o girar en
círculos. Tener reacciones poco habituales al sonido, el olor, el gusto, el aspecto, el tacto o el sonido
de las cosas.
Destrezas sociales Los problemas sociales son uno de los síntomas más comunes de todos los
tipos de TEA. Los problemas sociales de las personas con un TEA no son simplemente “dificultades”
sociales, como ser tímidos. Son dificultades sociales que pueden generar problemas graves en la
vida diaria. Algunos ejemplos de los problemas sociales relacionados con los TEA son los siguientes:
No responder al nombre para cuando tienen 12 meses de edad. Evitar el contacto visual. Preferir
jugar solos. No compartir intereses con los demás. Interactuar únicamente para llegar a una meta
deseada. Tener expresiones faciales apáticas o inadecuadas. No comprender los límites del espacio
personal. Evitar o resistirse al contacto físico. No sentir el consuelo que le dan otras personas
cuando están angustiados. Tener dificultades para comprender los sentimientos de otras personas y
para hablar de sus propios sentimientos. Los bebés con un desarrollo típico se interesan por el
mundo y las personas que los rodean. Para cuando cumplen el primer año de vida, los niños
pequeños con desarrollo típico interactúan con los demás haciendo contacto visual, repitiendo
palabras y acciones, y usando gestos simples como aplaudir y decir “adiós” con la mano. Los niños
con un desarrollo típico también muestran interés por los juegos sociales como las escondidas y las
palmaditas con las manos. Pero los niños pequeños con un TEA pueden tener mucha dificultad para
aprender a interactuar con otras personas. Es posible que algunas personas con TEA no se
interesen en absoluto en los demás. Otras, tal vez, quieran tener amigos pero no comprendan cómo
entablar las relaciones de amistad. A muchos niños con un TEA les cuesta mucho aprender a
turnarse y compartir, bastante más que a los otros niños. Esto puede hacer que los otros niños no
quieran jugar con ellos. Las personas que tienen un TEA pueden tener problemas para demostrar
sus sentimientos o hablar de ellos. También es posible que tengan problemas para comprender los
sentimientos de los demás. Muchas personas con un TEA son muy sensibles al tacto y,
posiblemente, no quieran que se las abrace. Los comportamientos autoestimulantes (p. ej., aletear
con los brazos) son habituales en las personas con TEA. La ansiedad y la depresión también afectan
a algunas personas que tienen un TEA. Todos estos síntomas pueden hacer que los otros problemas
sociales sean aún más difíciles de manejar.

Comunicación Cada persona con TEA tiene distintas destrezas de comunicación. Algunas personas
pueden hablar bien. Otras no pueden hablar en absoluto o hablan muy poco. Cerca del 40 % de los
niños con un TEA no hablan nada. Entre el 25 % y el 30 % de los niños con TEA dicen algunas
palabras entre los 12 y 18 meses de edad y después dejan de hacerlo.1 Otros pueden hablar pero
no hasta entrada la niñez. Algunos ejemplos de problemas de comunicación relacionados con los
TEA incluyen los siguientes: Presentar un retraso en las destrezas del habla y el lenguaje. Repetir
palabras o frases una y otra vez (ecolalia). Invertir los pronombres (p. ej., decir “tú” en lugar de “yo”).
Dar respuestas no relacionadas con las preguntas que se les hace. No señalar ni responder cuando
se les señala algo. Usar pocos o ningún gesto (p. ej., no decir adiós con la mano). Hablar con un
tono monótono, robótico o cantado. No jugar juegos de simulación (p. ej., no jugar “a darle de comer”
al muñeco). No comprender los chistes, el sarcasmo ni las bromas. Las personas con TEA que
hablan pueden usar el lenguaje de maneras poco habituales. Es posible que no puedan poner
palabras en oraciones reales. Algunas personas con TEA dicen solo una palabra por vez. Otras
personas repiten las mismas palabras o frases una y otra vez. Algunos niños repiten lo que dicen los
demás, una afección que se denomina ecolalia. Pueden repetir las palabras inmediatamente
después de que las escucharon o después. Por ejemplo, si le pregunta a alguien con un TEA:
“¿Quieres jugo?”, es posible que la persona repita “¿Quieres jugo?” en lugar de responder la
pregunta. Si bien muchos niños que no tienen TEA atraviesan una etapa en la que repiten lo que
escuchan, habitualmente se les pasa para cuando tienen tres años. Algunas personas con un TEA
pueden hablar bien pero podrían tener dificultades para escuchar lo que dicen los demás. Las
personas con TEA pueden tener dificultades para usar y comprender los gestos, el lenguaje corporal
o el tono de voz. Por ejemplo, las personas con TEA pueden no comprender qué significa decir adiós
con la mano. Es posible que las expresiones faciales, los movimientos y los gestos no coincidan con
lo que están diciendo. Por ejemplo, es posible que sonrían cuando dicen algo triste. Las personas
con TEA podrían decir “yo” cuando quieren decir “tú” o viceversa. Es posible que su tono de voz
suene monótono, robótico o agudo. Las personas que tienen un TEA podrían pararse demasiada
cerca de las personas con quienes hablan o hablar de un tema de conversación durante demasiado
tiempo. Podrían hablar mucho sobre algo que les gusta, en lugar de tener una conversación
recíproca con la otra persona. Algunos niños con destrezas de lenguaje bastante buenas hablan
como pequeños adultos, sin poder expresarse como se expresan comúnmente los niños. Intereses y
comportamientos poco habituales Muchas personas con TEA tienen intereses o comportamientos
poco habituales. Algunos ejemplos de intereses y comportamientos poco habituales relacionados
con los TEA incluyen los siguientes: Formar líneas con juguetes u otros objetos. Jugar con los
juguetes de la misma forma todas las veces. Mostrar interés por partes de los objetos (p. ej., las
ruedas). Ser muy organizados. Irritarse con los cambios pequeños. Tener intereses obsesivos.
Tener que seguir determinadas rutinas. Aletear las manos, mecerse o girar en círculos. Los
movimientos repetitivos son acciones que se repiten una y otra vez. Pueden incluir una parte del
cuerpo o todo el cuerpo, o incluso un objeto o juguete. Por ejemplo, las personas con un TEA
pueden pasar mucho tiempo aleteando los brazos de manera repetitiva o meciéndose de lado a lado.
Pueden encender y apagar una luz o hacer girar las ruedas de un automóvil de juguete de manera
repetida. Estos tipos de actividades se conocen como auto estimulación o “conductas
estereotipadas”. Las personas con TEA frecuentemente se desenvuelven si tienen rutinas. Un
cambio en la rutina habitual del día, como hacer una parada en el camino de la escuela al hogar,
puede ser algo muy angustiante para las personas con TEA. Podrían “perder el control” y tener una
“crisis” o berrinche, en especial si están en un lugar desconocido. Algunas personas con TEA
también podrían crear rutinas que parecen inusuales o innecesarias. Por ejemplo, mirar por todas las
ventanas cuando pasan por un edificio o querer mirar siempre un video de inicio a fin, incluidos los
anticipos y créditos. Si no se les permite seguir este tipo de rutina, esto puede provocar gran
frustración y berrinches.
Otros síntomas
Algunas personas con TEA tienen otros síntomas. Estos pueden incluir los siguientes:
Hiperactividad (exceso de actividad) Impulsividad (actuar sin pensar) Corta capacidad de
concentración Agresión Autolesionarse Berrinches Hábitos de alimentación y sueño poco habituales
Estado de ánimo o reacciones emocionales poco habituales Falta de miedo o más miedo de lo
esperado Reacciones poco habituales al sonido, el olor, el gusto, el aspecto o el tacto de las cosas
Las personas con TEA pueden tener respuestas poco habituales al tacto, el olor, los sonidos, el
aspecto y el gusto de las cosas. Por ejemplo, es posible que tengan poca reacción o una reacción
exagerada al dolor o a un ruido fuerte. Podrían tener hábitos alimentarios anormales. Por ejemplo,
algunas personas con un TEA limitan su alimentación únicamente a algunas comidas. Otros pueden
comer cosas que no son comestibles como tierra o piedras (esto se denomina pica). Además,
podrían tener problemas como estreñimiento o diarrea crónicos. Las personas con TEA pueden tener
hábitos del sueño extraños. También pueden tener estados de ánimo o reacciones emocionales
anormales. Por ejemplo, es posible que se rían o lloren en momentos inusuales, o bien, que no
demuestren una respuesta emocional en momentos en los que es de esperarse. Además, es posible
que no le tengan miedo a cosas peligrosas y que le tengan miedo a objetos o situaciones
inofensivos.
Tratamiento:
Existen muchos tipos de tratamiento disponibles. Por ejemplo, el entrenamiento auditivo, el
entrenamiento con pruebas discretas, la terapia con vitaminas, la terapia antilevadura, la
comunicación facilitada, la musicoterapia, la terapia ocupacional, la fisioterapia y la integración
sensorial.
Generalmente, los distintos tipos de tratamiento pueden dividirse en las siguientes categorías:
*Enfoques en torno al comportamiento y la comunicación
*Enfoques en torno a la alimentación
*Medicamentos
*Medicina complementaria y alternativa
Síndrome de Down
El síndrome de Down es un trastorno genético que se origina cuando la división celular anormal
produce una copia adicional total o parcial del cromosoma 21. Este material genético adicional
provoca los cambios en el desarrollo y en las características físicas
Causas

Trisomía 21. Aproximadamente en el 95 por ciento de los casos, el síndrome de Down tiene origen
en la trisomía 21: la persona tiene tres copias del cromosoma 21 en lugar de las dos copias
habituales, en todas las células. Esto sucede por la división celular anormal durante el desarrollo del
espermatozoide o del óvulo.
Síndrome de Down mosaico. En esta forma poco frecuente de síndrome de Down, solo algunas
células de la persona tienen una copia adicional del cromosoma 21. Este mosaico de células
normales y anormales ocurre por la división celular anormal después de la fertilización.
Síndrome de Down por translocación. El síndrome de Down también puede ocurrir cuando parte del
cromosoma 21 se une (transloca) a otro cromosoma, antes o durante la concepción. Estos niños
tienen las dos copias habituales del cromosoma 21, pero también tienen material genético adicional
del cromosoma 21 unido a otro cromosoma.
Síntomas
Todas las personas con síndrome de Down son diferentes —los problemas intelectuales y de
desarrollo oscilan entre leves, moderados y graves—. Algunas personas son sanas, mientras que
otras tienen problemas de salud importantes, como defectos cardíacos graves.
Los niños y los adultos con síndrome de Down tienen un aspecto facial definido. Si bien no todas las
personas con síndrome de Down tienen las mismas características, algunas de las más frecuentes
son las siguientes:

• Rostro aplanado
• Cabeza pequeña
• Cuello cortó
• Lengua protuberante
• Párpados inclinados hacia arriba (fisuras palpebrales)
• Orejas pequeñas o de forma inusual
• Poco tono muscular
• Manos anchas y cortas con un solo pliegue en la palma
• Dedos de las manos relativamente cortos, y manos y pies pequeños
• Flexibilidad excesiva
• Pequeñas manchas blancas en la parte de color del ojo (iris) denominadas «manchas de
Brushfield»
• Baja estatura
Los bebés con síndrome de Down pueden ser de estatura promedio, pero, por lo general, crecen
más lentamente y son más bajos que los niños de la misma edad.
Discapacidades intelectuales
La mayoría de los niños con síndrome de Down tienen deterioro cognitivo de leve a moderado.
Presentan retrasos en el lenguaje y problemas de memoria a corto y largo plazo.
Complicaciones de salud:
Aunque las personas con síndrome de Down pueden tener diversas complicaciones, la salud de
muchos de estos niños no tiene por qué ser distinta a la del resto de la población pediátrica. Ciertas
patologías asociadas pueden ser congénitas y otras son más patentes con la edad. La mayoría de
ellas cuentan con tratamiento eficaz. Estas son algunas de las más destacadas.
• Cardiopatías congénitas.
• Patologías gastrointestinales.
• Trastornos del sistema inmune.
• Apnea del sueño.
• Obesidad.
• Problemas en la columna vertebral.
• Leucemia infantil.
• Enfermedad de Alzheimer en la edad adulta.
• Problemas de audición y de visión.
Discapacidad intelectual
La mayoría de los niños con síndrome de Down tienen deterioro cognitivo de leve a moderado.
Presentan problemas de desarrollo del lenguaje y de memoria a corto y largo plazo. La estimulación
cognitiva permite mejorar la memoria, la atención, las funciones ejecutivas y el lenguaje en personas
con esta discapacidad intelectual.
Prevención Dado que se desconoce su causa última, el síndrome de Down no se puede prevenir.
Diagnóstico El síndrome de Down se puede diagnosticar de forma prenatal o tras el nacimiento.

Diagnóstico prenatal Existen distintas formas de detectar, con mayor o menor fiabilidad, el síndrome
de Down durante el embarazo. Las pruebas prenatales pueden ser de sospecha (cribado) o de
confirmación. La más importante de setas últimas es la amniocentesis, que se suele realizar
únicamente si existen antecedentes de alteraciones genéticas o si las pruebas de cribado dan un
riesgo alto de que el feto presente la alteración. Diagnóstico después del nacimiento.
Diagnostico:
El síndrome de Down se puede diagnosticar de forma prenatal o tras el nacimiento
Las pruebas prenatales pueden ser de sospecha (cribado) o de confirmación. La más importante de
setas últimas es la amniocentesis, que se suele realizar únicamente si existen antecedentes de
alteraciones genéticas o si las pruebas de cribado dan un riesgo alto de que el feto presente la
alteración. Diagnóstico después del nacimiento
Se hace mediante la exploración clínica ya la confirmación posterior con un cariotipo, es decir, el
análisis del tamaño, la forma y el número de los cromosomas.
Tratamiento:
El síndrome de Down no es una enfermedad y, por lo tanto, no se trata médicamente.
Atención temprana y estimulación cognitiva, programas de atención cognitiva (entre 0 y 6 años), así
como la estimulación cognitiva, permiten mejorar significativamente las habilidades de las personas
con síndrome de Down y contribuyen a que tengan un mayor nivel de autonomía.
Unidades especializadas, tratar en unidades con experiencia y dentro de hospitales con una alta
especialización.

También podría gustarte