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RESUMEN
ZUSAMMENFASSUNG
Anales del Seminario de Historia de laFilosofia, 9,99-106, Editorial complutense, Madrid, 1992
100 Rivera de Rosales, Jacinto
Véase KANT: Traume, Mc. Ausg. II, 348-349. Así como Beweisgrund, Ak-Ausg. II, 67-68.
2 KANT: KU, * 40 (Ak-Ausg. V, 295; trad. en Austral, p. 200), y Anthropologie § 43 (Mc.
Ausg. VII, 290), y § 59 (Ak. Ausg. VII, 228). - - -
La universalidad de la ley moral 101
realidad externa, y sólo entonces puede retornar sobre si, reconocer su propia
objetualidad, el yo empírico, y distinguirla de los demás objetos. Es entonces
cuando nace propiamente la conciencia empírica reflexiva; ella sólo es posible
en la distinción, en la contraposición, en la diferenciac¡ón. A ese nivel, el sujeto
no sólo sabe intuitivamente de sí &rerreflexivamente), sino también conceptual-
mente, y de este modo el Yo logra un mayor grado de construcción de sí mismo.
‘ B274ss.
104 Rivera de Rosales, Jacinto
- - -Pifes bien, del mismo modo que sólo conociendo los objetos del mundo el
sujeto reconoce su propia objetualidad, así también es en el espejo del ñtro donde
pédemos reconocer nuestra propia figura. Entonces, si tenemos-en cuenta qúe el
acto de libertad que aquí estamos tratando como fundamento de la ley moral no
es un acto meramente espontáneo, natural, sino reflexivo-raciónal, propio de un
sujeto-individual, podremos concluir que dicho actosólo podrá tener lugar en el
ámbito de-una pluralidad de sujetos que convivan entre sí, o sea, en una comu-
nidad.- Ese acto de libertad es, por tanto, esencialmente intersubjetivd. - -
--La ley moral kantianase presenta como la forma básica de esa relación de la
libertad-consigo mism~vPerisada- en analogía a las leyes naturales, ella seriada
estructura básica de esa<¿segunda naturaleza»; del-reino de fines, que no admite
violación alguna sin que se degrade la libertad. El-derecho es la cara-externade
ese reino, y su-establecimiento perfecto sería una constitución justa,nd sólo-pata
los integrantes d¿iin-Estadé, sino también paralas relaciones de todos los pueblos
entre si,-lo que instauraría entre-ellos la paz perpetua. La exigencia racional de
totalidad- y universalidad (que vimos en el punto primero) no;sólo tiende a