Musil. Ensayo

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[Sobre el ensayo]
[Sin título - ¿Alrededor de 1914?]

Para mí se anudan en la palabra «essay>' lensayo] ética y estética.


Debe venir de "atrevimiento», la mayoría de los eruditos la emplean sólo
para designar aquellas ramificaciones de la obra de su vida más ligeras y
escritas sin plena responsabilidad, y también significa "intento». En este último
sentido, que sin embargo yo entiendo de forma diferente, la puedo utilizar.
Ensayo es: en un terreno en que se puede trabajar con precisión, hacer algo
con descuido ... O bien: el máximo rigor accesible en un terreno en el que no
se puede trabajar con precisión.
Trataré de probar lo segundo.
Descripción del terreno: A un lado se halla el terreno del quehacer
cientÍfico'. Al otro, el de la vida y el arte. De entrada, no se puede decir esto
con más prccisión. De ahí que tengamos que preguntar lo primero cómo cstá
delimitado el terreno de la ciencia. No resulta lo más indicado para nuestros
fines decir que deja fuera de uso por completo a la subjetividad. "Por
completo» es mucho decir. Pues sigue salvándose una cierta subjetividad fria,
racional; también hay elementos arbitrarios y azarosos. Sino que nos será
mejor decir que sus resultados son objetivos. Está dominada por el criterio de
verdad. Este es un criterio objetivo, radica en la naturaleza misma del terreno.
l-hy verdades lógicas y matemáticas. Hay hechos, y una cierta conexión de
hechos, ambas cosas con una validez general. De tipo legal o sistem:Ítico. En
ambos casos adrniten una amplia actividad de ordenaclón espiritual --y al
mismo tiempo, ésa es la exigencia mínima que les planteamos.
y hay terrenos que no admiten tal ordenación. Que se saquen de los libros
de los escritores los personajes que han conjurado allí dentro, y se intente
aplicar a esa sociedad las leyes morales de la sociedad humana. Se encontnrá
que todo personaje de libro consiste en diversos seres humanos, que es al
mismo tiempo bueno y digno de reproche, que no tiene carácter, es inconse-
cuente' y no actúa de forma causal: en una palabra, que no se pueden ordenar

I Musil escribe separado en esta ocasión "Wi;sen-óchaft», hobituaJmente ciencia, y OSI, in.,
"creación de saber». [N. del T.J

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ni alinear de ninguna manera las fuerzas morales que le mueven. No se puede
indicar a tales personas otro camino que ése azaroso de la acción del libro. La
pregunta de si Tórless tiene o no derecho a atormentar a Basini, de si su
indiferencia ante tal cuestión es además un signo de justicia o injusticia, no se
puede responder. La cuestión de porqué no se puede ni siquiera plantear sólo
se podría responder en un auténtico ensayo. Leemos un poema como seres
humanos que formamos parte de un entorno moral, con deberes, obligaciones
y propósitos, y durante la lectura todo se transforma levemente, de un modo
que casi no se puede constatar más que por medio del sentimiento y que se
pierde rápidamente. Algo similar se puede decir de las vivencias que padecemos
en momentos inhabituales, como los del amor, una cólera distinta de las
cotidianas, o cualquier relación desacostumbrada con hombres y cosas.
Entre esos dos terrenos se encuentra el ensayo. Tiene de la ciencia la forma
y el método. Del arre, la materia. ( De la vida, ya no sería correcto afirmarlo,
pues ésta abarca también lo que sucede conforme a ley. Es en la parte en que
se asemeja al arte en lo que se pensaha al decir más arriba el terreno de la
vida). El ensayo trata de crear un orden. No ofrece figuras, sino un
encadenamiento de ideas, lógico por tanto, y al igual que las ciencias de la
naturaleza parte de unos hechos que también relaciona. Sólo que estos hechos
no son observables en general, y también su encadenamiento es en muchos
casos singular. No hay solución total, sino tan sólo una serie de soluciones
particulares. Pero expresa e investiga.
Maet.(erlinck) dijo una vez de él que, en lugar de una verdad, ofrece tres
buenas posibilidades verosímiles. Más tarde plantearemos la cuestión de
cuándo se puede calificar de «buena» a una de tales verosimilitudes. Pero antes
vamos a preguntar una vez más cómo es que existen terrenos en los que no
impera la verdad, y en los que la verosimilitUd es más que una aproximación
a la verdad.
Esto tiene que radicar en la naturaleza de los objetos. Lo lógico, en un
sentido amplio del término, sigue en el ensayo exactamente igual. Con todo,
la diferencia se ha buscado hasta ahora en una diferencia de función. Se puso
al conocimiento intuitivo en contradicción al habitual, para derivar de ahí la
dignidad del conocimiemo místico. Intuición hay también en las áreas más
puramente intelectUales. Aparte de lo cual, ese concepto se aplica científicamente
para... La función mística sin embargo no es esa intuición, sino una más
abarcadora y conceptualmente menos pura. El hombre no sólo piensa, sino que
también siente, quiere, percibe, actúa. Así como existen acciones puramente
automáticas, sin que tome parte en ellas el pensamiento, también existen
pensamientos puramente racionales, sin que estén implicados el semimiento ni
la voluntad. Y tamhién existen otros tipos. Cuando una idea nos atrapa, nos
trastorna, etc., hace en el terreno sen ti-mental lo que un descubrimiento
revolucionario en e! purameme racional. Lo profundo de su efecto es un signo
de qué gran masa de sentimiento se ve arrastrada por simpatÍa. Masa: pues no
se trata aquí de sentimientos en el sentido más restringido del término, sino de
semimientos de fondo, disposiciones sentimentales como las que constituyen
una individualidad. Se trata de un terreno aún poco investigado. Pero se puede
suponer que uno de los factores sea la característica emocional de! individuo,
lo que se ha llamado el temperamento, la reactividad, excitabilidad, etc, una

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disposición relativamente estable. Otro factor, las vivencias personales, inclusive An
las espirituales. Conservadas en una suma de complejos, entrelazados mediante
cursos de ideas. La melancolía es desde luego una de las llamadas enfermedades
del ánimo, pero consolida su dominio con ayuda de los cursos de ideas teñidos
de ella. El pesimismo fjlosófico, el estoicismo, la sabiduría epicúrea de la vida,
no son en absoluto imágenes únicamente racionales, sino también vivencias.
Un curso racional de ideas sólo puede ser verdadero o falso, uno sentimental,
también, pero además «nos dice» algo o no nos dice nada. Y hay c'ursos de'
ideas que propiamente sólo tienen algún efecto gracias a lo segundo. Para un
hombre en el que no encuentren eco, son un embrollo completamente
incomprensible. Pero evidentemente se trata pese a todo de un medio de
comprensión totalmente legítimo, aun cuando no sea de un carácter general
vinculante. Además, el número de tales formas de comprensión en los seres
humanos es mayor de lo que se suele aceptar (matrimonios chimpancés, efectos
de sugestión del líder, etc.) También el ser humano individual tiene la
experiencia de que la misma idea que una vez le resultó completamente
muerta, en otra ocasión vivifica toda una serie de palabras.
Esa repentina resurrección de un pensamiento, ese fundirse en él como una
centella todo un complejo sentimental (algo cuya imagen más ilustrativa es la
conversión de Saulo en Pablo), .de tal manera que se entiende de golpe al
mundo y a uno mismo de otra forma, eso es el conocimiento intuitivo en
sentido místico.
A pequeña escala, ese es el movimiento constante del pensamiento ensayístico.
En él toman parte sentimientos, ideas, conjuntos complejos de deseos. No son
una función excepcional, sino la normal. Pero el hilo de un pensamiento
arranca de su sitio a los demás, y sus desplazamientos, incluso meramente
virtuales, condicionan la comprensión, la resonancia, la segunda dimensión del
pensamlento.
Como la diferencia no estriba por tanto en la función, sólo puede basarse
en la naturaleza misma del terreno. Ya sabemos cuánto más restringido es el
círculo de nuestro conocimiento que el de nuestros intereses.
Exduímos los intereses místicos por ser su objeto metafísico, y porque
pretenden alcanzar un conocimiento, mientras nosotros sólo pretendemos del
ensayo una transformación humana.
Maeterlinck, Emerson, Nietzsche en parte Epicuro, los estoicos, los
místicos, haciendo abstracción de la trascendencia, pero también Dilthey,
Taine, la investigación nomotética de la historia, se cuentan en el ámbito del
ensayo. En él se encuentra la rama humana de la religión.
Nos hallamos ante una nueva división de la actividad espiritual. La que se
orienta al conocimiento, y la que lo hace a la transformación del hombre.
Complejos de sentimientos luchan por la supremacía. Ideas rectoras de siglos
o de generaciones. Emergen nuevas relaciones entre los hombres.
Naturalmente es valiosa una elaboración racional de los diferentes resultados.
Al menos una ordenación sistemática. Simplemente, ésta lucha con dificultades
que jamás se dejan vencer del todo a causa de la multivocidad de la expresión.
Historia del movimiento del alma.

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