Modulo 0.1 Material de Trabajo

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PREESENTAC
CIÓN GEN
NERAL DEEL CONT
TENIDO D
DE LA ASIIGNATUR
RA 

Estrategias de investiggación en
n Psicología de laa Salud 

María José Nav
vas Ara

ÍNDICE DE CONTENIDOS 

Tradiciones de investigación enn Psicologíaa


Metodología experim mental
Metodología no exp perimental
Cómo pllanificar unaa investigacción
Investiggación en Pssicología dee la Salud
El pilar d
del diseño
El pilar d
de la medid da
El pilar d
del análisiss
El psicóllogo clínico
o y la investtigación

Referencias

Anexo

TRADICIONES DE INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA 

Para comprender las dos grandes tradiciones de investigación en Psicología hay que
recordar cuáles son las dos grandes fuentes de variación utilizadas a la hora de explicar
la realidad psicológica, ya se conceptúe ésta en términos de estados de conciencia, de
respuesta o conducta o de procesos mentales.

Para explicar la variabilidad de la conducta, para explicar por qué los seres humanos
sentimos, percibimos y reaccionamos de forma diferente la Psicología ha apelado a:

 las condiciones ambientales o estimulares en las que tiene lugar la conducta: no


es lo mismo detectar en el radar la señal producida por un avión enemigo
durante una contienda que identificar una señal de la misma intensidad durante
el período de instrucción de ese mismo soldado.
 las diferencias individuales, las diferencias que ineludiblemente existen entre
los seres humanos: no reaccionarán de la misma forma ante el anuncio
publicitario de un coche de lujo una persona con un alto poder adquisitivo y un
parado de larga duración.

Según se cargue el acento en unas o en otras, tenemos dos orientaciones bastante


diferentes vinculadas a dos tradiciones distintas de investigación en Psicología:

 la tradición manipulativo-experimental, con una clara orientación nomotética,


es decir, cargando el acento más en el lado de las condiciones ambientales o
estimulares que en las diferencias individuales y preocupada por encontrar leyes
generales de la conducta que sean válidas para todos, para lo cual manipula
experimentalmente las variables con el fin de ver cuál es el efecto causal que
esto produce en otras variables.
 la tradición asociativo-correlacional, con una clara orientación ideográfica, es
decir, cargando el acento más en el lado de las diferencias individuales que en
las condiciones estimulares, preocupada de hecho por medir y evaluar las
diferencias existentes entre personas y grupos y utilizando por vez primera
técnicas estadísticas, al buscar fundamentalmente patrones de asociación,
variación conjunta o concomitante entre las variables (de ahí la denominación de
correlacional).

Este desdoblamiento refleja una dificultad epistemológica clásica que puede formularse
como sigue:

¿Cómo conciliar el carácter nomológico o legaliforme de los procesos con su


irrepetible concreción individual?

Murray (1938) refleja magistralmente la radical polivalencia del ser humano al afirmar
que cualquier ser humano es:

 en algunos aspectos como todos los demás seres humanos


 en algunos aspectos como algunos seres humanos
 en algunos aspectos como ningún otro ser humano.

1
En suuma, la Psiccología recooge desde suu misma fun
ndación el debate
d sobrre lo
nomotético fren nte a lo ideográfico y, como pronnto veremos, la Psicologgía de la Saalud
tamppoco se ha podido
p sustrraer al mism
mo, más bien
n al contrariio ...

Son ttres los pilaares metodo ológicos quue sustentan el proceso general de iinvestigació ón
(Ato, López y Benavente,
B 2013;
2 Pedhaazur y Smellkin, 1991; Kline,
K 20099): el diseñoo, la
mediida y el anállisis. Estos tres pilares están íntim
mamente relaacionados enntre sí y, tal
comoo recoge la Figura 1, caada uno de eellos resultaa crítico al menos
m para alguno de losl
tiposs de validez de la investtigación quee postularonn Cook y Campbell (19979) a partirr de
un trrabajo previo de Campb bell y Stanleey (1966).

ura 1. Los trres pilares del


Figu d proceso de investigaación.

Ambbas tradicionnes compartten el recursso a la mediición como requisito prrevio, si bieen el


tipo dde hipótesiss que formu
ulan son difeerentes y so
on también distintas
d suss preferenciias
por lo que respeecta al tipo de
d diseño quue utilizan en
e la investiigación y a las técnicass
estaddísticas que habitualmeente emplean
an para analiizar los dato
os obtenidoss en la mism
ma.
La Figura 2 recooge esquem máticamente el planteam miento de ammbas tradiciiones, siguiendo

2
de ceerca la propuesta de Arrnau (1995) .

Figu
ura 2. Tradicciones de in
nvestigaciónn en Psicolo
ogía.

Commo señala estte autor, la diferencia


d ffundamental entre ambos paradigm mas a nivel de
hipóttesis es la asunción o no
n de relacioones causalees entre las variables coonsideradass.

En ell paradigmaa experimen ntal las hipóótesis formu


uladas planteean la existeencia de unn
efectto causal dee una o más variables (ddenominadaas habitualm mente variaables
indep pendientess o causa) en n una o máss variables (denominad
( das habitualm mente varia ables
depeendientes o efecto), sup puesto que se controlan n adecuadam mente todass las variab bles
extraañas, con ell fin de exclluir la posibbilidad de que otros facctores puedaan explicar los
resulltados obtennidos. Por ejjemplo, se ttrataría de estudiar
e la eficacia de uun programaa de
entreenamiento (vvariable ind dependientee) en el niveel de deterio
oro del funciionamiento
cognnitivo (variaable dependiiente) en ennfermos de Alzheimer
A controlando
c o, entre otras
variaables, la fasee de desarro
ollo de la ennfermedad (variable
( extraña) en loos pacientes.

En ell paradigmaa correlacion


nal las hipóótesis formuuladas planteean la existeencia de unna
variaación conjunnta o concom
mitante entrre las variabbles, pero no una relaciión causa-efecto
sino únicamentee un patrón de variaciónn correlativ va entre ellass, un patrónn de posibles
relacciones de caambio entre las variablees. Por ejem
mplo, se trataaría de examminar las
caraccterísticas más
m habitualles que pressentan los cu uidadores/aas de enferm mos de
Alzhheimer.

A su vez, cada tipo


t de hipótesis lleva a trabajar co on distintas modalidadees del métod
do
cienttífico. En paarticular, lass hipótesis ccausales sup
ponen norm malmente el recurso a
estuddios habituaalmente den nominados dde laboratorrio, porque se trabaja ccon un númeero
reduccido de variiables en co ondiciones eestrictamentte controlad das en las quue el
invesstigador maanipula activ vamente la vvariable ind dependiente o causa parra ver cómoo

3
influye en la variable dependiente o efecto, tratando de controlar todas las posibles
variables extrañas. Por consiguiente, las hipótesis causales conducen a la metodología
experimental. Por su parte, las hipótesis de covariación llevan a la metodología no
experimental; esto es, suponen el recurso a estudios de campo en los que habitualmente
se recoge información acerca de un gran número de variables pero donde el grado de
intervención del investigador en la situación estudiada es mucho menor: no manipula
variable alguna -simplemente observa y/o registra y mide- y no existe un control activo
por parte del investigador de las posibles variables extrañas. En suma, la metodología
experimental está especialmente indicada cuando el objetivo de la investigación es
establecer relaciones causales mientras que la metodología no experimental es la
apropiada cuando se trata de describir una gran cantidad de variables y de estudiar de
forma intensiva y global un determinado fenómeno.

Como puede observarse en la figura, estas metodologías llevan aparejados unos diseños
de investigación específicos: los diseños experimentales y cuasi experimentales en la
metodología experimental y los diseños de encuesta y los observacionales y cualitativos
en la metodología no experimental.

Por último, no solo difieren las hipótesis formuladas y los diseños empleados para
someter a prueba dichas hipótesis sino que son también diferentes las técnicas de
análisis de datos utilizadas en una y otra orientación o tradición. Habitualmente, los
datos obtenidos en estudios que se enmarcan en la tradición experimental suelen ser
analizados mediante una técnica conocida como análisis de la varianza, que permite
determinar si las diferencias observadas empíricamente entre grupos de sujetos
sometidos a distintas condiciones experimentales (distintos valores de la variable
independiente) se deben exclusivamente al azar o si, por el contrario, tienen que ver
realmente con la variable independiente o causa que el investigador ha manipulado en el
estudio. Los datos obtenidos en estudios que se enmarcan en la tradición correlacional
suelen ser analizados mediante técnicas correlacionales y mediante análisis de
regresión, que nos indican hasta qué punto o en qué medida están relacionadas entre sí
un conjunto de variables.

LA METODOLOGÍA EXPERIMENTAL 

La metodología experimental resulta particularmente útil para someter a prueba o


contrastar hipótesis causales. ¿Por qué?

1. El investigador modifica o manipula directamente la variable independiente o


causa: por ejemplo, decide qué dosis va a administrar a distintos pacientes de
SIDA de un nuevo fármaco todavía en fase experimental para observar su
efecto.
2. El investigador controla -o trata de controlar- todas las posibles variables que,
sin ser la variable independiente o causa, pueden influir en la variable
dependiente o efecto: por ejemplo, trabaja exclusivamente con pacientes que
están en la misma fase de la enfermedad. De no ser así, es posible que la mejora
experimentada por alguno(s) de los pacientes tenga que ver más con la fase de
desarrollo de su enfermedad que con la dosis administrada del nuevo fármaco.

4
Pero falta por introducir todavía un elemento decisivo en el proceso para caracterizar a
la metodología experimental: la aleatorización. Siguiendo con el ejemplo anterior,
imaginemos que como investigadores disponemos de un grupo de pacientes con SIDA,
todos ellos en la misma fase de la enfermedad, a los que se va a administrar distintas
dosis de ese nuevo fármaco en fase experimental, con el fin de determinar cuál es la
posología adecuada. Supongamos que se va a trabajar con cuatro dosis distintas:
ninguna, baja, media y alta. Por consiguiente, habrá que formar cuatro grupos con el
colectivo de pacientes disponibles para el estudio (digamos N). Una posible estrategia
es asignar al grupo de dosis nula a los N/4 primeros pacientes que se apuntaron al
programa experimental, a los N/4 siguientes en apuntarse los asignamos al grupo de
dosis baja, a los N/4 siguientes al grupo de dosis media y a los N/4 últimos al grupo de
dosis alta. En el supuesto de que el orden en el que se apuntan los pacientes tenga algo
que ver con su motivación para curarse y en el supuesto de que ésta tenga algo que ver
con la posible mejoría en el estado del paciente -supuestos ambos más que razonables-,
entonces es posible que el cambio operado en su estado de salud no se deba solo -o
incluso no se deba en absoluto- a la dosis o cantidad en la que le ha sido administrado el
medicamento sino que dicho cambio puede obedecer también al distinto nivel inicial de
motivación que tenían los pacientes de uno y otro grupo. Este problema se puede evitar
perfectamente si se asignan los pacientes de forma aleatoria a uno de los cuatro grupos,
en lugar de hacerlo atendiendo al orden en el que se apuntan al programa experimental.

En resumen, éstas serían las tres características clave de la metodología experimental:


 la manipulación activa por parte del investigador de la variable independiente,
causa o de tratamiento
 el control de las variables extrañas
 la asignación aleatoria de los sujetos a los grupos definidos por los distintos
niveles de la variable independiente.

A pesar del enorme interés y de la conveniencia de asignar aleatoriamente a los distintos


sujetos a los grupos de tratamiento, esto no siempre es posible o deseable. Supongamos
ahora que se desea comparar los efectos de este nuevo fármaco –llamémosle X- y del
fármaco Y con el que se trata habitualmente a los pacientes. Supongamos también que
disponemos ya de datos relativos a un grupo de pacientes tratados con el fármaco Y y
que éstos se encuentran en la misma fase de la enfermedad que los pacientes que van a
recibir el nuevo fármaco X. En este caso, no tiene sentido asignar aleatoriamente los
sujetos a los grupos de tratamiento, puesto que la composición de los mismos está ya
previamente definida.

Cuando, por la razón que sea, el investigador no puede asignar aleatoriamente a los
sujetos a los distintos grupos definidos por los niveles de la variable independiente y se
ve abocado a realizar esta asignación atendiendo no al azar sino, por ejemplo, a las
características de los sujetos, no se habla de experimento sino de cuasi experimento,
que es sencillamente un experimento en el que la asignación de los sujetos a los grupos
no se produce al azar. Es decir, la metodología cuasi experimental comparte las dos
primeras características señaladas para la metodología experimental. La aleatorización
constituye ciertamente un elemento decisivo en el control de las fuentes
extrañas de variación de la variable dependiente (la función que cumple justamente es
repartir aleatoriamente entre los distintos grupos los efectos que las variables extrañas
pueden tener en nuestra variable dependiente) pero en modo alguno es el único ...

5
¿Qué otrros métodoss de control experimenttal de las vaariables extrrañas conocce?

METTODOLOGÍÍA NO EXPE
ERIMENTA
AL 

La mmetodología no experim mental no poone a pruebaa hipótesis causales.


c Caambiamos de d
escennario. Hay que
q retirar conceptos
c taales como variable
v dependiente, inndependientte,
extraaña, manipuulación, control experim mental y aleeatorización. Las variabbles son aho ora
senciillamente vaariables quee van a ser rregistradas o medidas porp el investtigador, sin más
etiquuetas: no hayy variables independienntes que maanipular ni variables
v exxtrañas que
contrrolar experimentalmentte ni tampo co hay asig gnación aleaatoria de loss sujetos a lo os
grupoos de tratammiento ya qu ue éstos tam
mpoco existeen. El atrezo o ahora es ddiferente: éssta es
la meetodología que
q se utilizza para desccribir las carracterísticass -o, todavíaa mejor, alg
gunas
caraccterísticas- de
d una deterrminada pob oblación o para realizar un estudio comprensiv vo y
globaal de un detterminado fenómeno.
fe EEn el primerr caso se utiiliza la metoodología de
encuuestas y en el
e segundo básicamente
b e la metodología observ vacional y ccualitativa.

Las eencuestas apenas


a si necesitan tarjeeta de preseentación dad da su populaaridad y su
creciiente presenncia en la so
ociedad. Cuaando se utilliza esta metodología, lla informaciión
se registra o recooge a partirr de las resppuestas que dad una muestra de sujeetos o fracciión
de laa población de interés (n no se suele encuestar a todos los miembros
m de la poblaciión) a
las prreguntas forrmuladas en n una entrevvista o en un n cuestionarrio. Tradicioonalmente se
han uutilizado enn la investigaación de meercado paraa comprendeer las preferrencias e
intereeses de los consumidorres; en sonddeos electorrales para veer la tendenncia al voto y
pulsaar la opiniónn y percepciones políti cas con el finf de ayudaar en las eleccciones a loos
canddidatos polítticos y tambbién en sonddeos de opin nión realizados por meddios de
comuunicación (ssobre todo, periódicos y revistas) acercaa de to
odo tipo de ccuestiones de
d
más o menos actualidad o supuesto
s intterés generaal (se ha acu
uñado inclusso el términno
sonddeocracia). El
E ámbito ed ducativo tam mpoco ha siido ajeno a esta metodoología y son n
hartoo conocidas encuestas educativas
e ccomo PISA (Programa a Internacioonal para laa
Evaluuación de Estudiantes
E según su accrónimo ing glés), promoovidas por lla OCDE deesde
el añño 2000 y enn la que partticipan máss de 60 paísees para pulssar las comppetencias báásicas
de loos estudiantees que estánn a punto dee finalizar laa escolarización obligatatoria. En el
ámbiito de la saluud, algunoss estudios eppidemiológiicos utilizan n también essta metodollogía.

A differencia de las encuestaas, la metoddología obseervacional y la cualitattiva trabajan


n con
un núúmero muchho menor de sujetos y se centran en e el estudioo intensivo y en la
compprensión gloobal de un determinado
d o fenómenoo o cuestión..

La mmetodologíaa observacional se utilliza para desscribir fenóm menos que ocurren en


ambiientes naturrales, esto ess, la fuente principal y directa de los
l datos sonn las situaciiones
naturrales y el innvestigador su principall instrumentto de recogiida; por ejem
mplo, para
descrribir la condducta agresiiva y la connducta coopeerativa de lo
os niños en el recreo, laa
condducta preverrbal, las inteeracciones ffamiliares, etc..
e Desde la l década dee los ochentta,
los estudios basaados en la observación
o n del individ
duo en conteextos naturaales están
adquuiriendo un mayor
m protaagonismo, een parte relaacionado co
on los espect
ctaculares
avannces tecnológicos, inforrmáticos y aaudiovisualees que han tenido
t lugarr en las últim
mas

6
décaddas y que faacilitan notaablemente l as tareas dee registro sisstemático de la conduccta.
Denttro de la meetodología observaciona
o al, el métod
do clínico o estudio de casos es de
ón psicológiica. Consiste en el estuddio minucio
particcular relevaancia en la investigació
i oso y
porm
menorizado de d casos ind dividuales y ha sido utiilizado en diversos
d ámbbitos de la
Psicoología (no solo
s en la clínica) por innvestigadorres del presttigio de Piagget o de Lurria,
por nno mencionaar a Freud.

Los m métodos cuantitativos -dentro


- de llos que se en ngloban tod
dos los métoodos recién
preseentados- hann ejercido ded forma cassi exclusivaa el control del d monopoolio de la
produucción del conocimien
c nto en la invvestigación psicológica
p . Sin embarrgo, hay
práctticas cualitaativas como los grupos de discusió ón y las entrrevistas en pprofundidad d que
cuenntan con unaa larga tradición en la innvestigación social y que q tienen un una utilidad
incueestionable ene la Psicolo ogía en geneeral y en la Psicología de la Saludd en particullar.
Bajo la etiqueta de metodo ología cualittativa se en ncuadra un conjunto
c dee técnicas
interppretativas que
q lo que trratan es de ddescribir, deecodificar y traducir unn fenómeno o que
ocurrre de formaa más o men nos natural y que trabajan orientad das más haciia el significcado
del fe
fenómeno enn cuestión (cualidad) qu que hacia su frecuencia o cuantificaación (cantiidad)
(van Maanen, 19983). La viñ ñeta adjuntaa se ha realiizado a partiir de la situaación recreaada
en laa primera páágina del libbro editado ppor el autorr anterior soobre metodoología
cualiitativa: se deescribe la siituación dessarrollada en un seminaario parodiaando la
persppectiva adopptada por un n cualitativiista y por un
n cuantitativ
vista.

Lo ciierto es quee los investig


gadores cuaalitativos co
onsideran los fenómenoos sociales no n
tantoo como algoo perfectameente replicab
able y clarammente definiido sino com mo algo máás
particcular, menoos delimitaddo o cerradoo: defiendenn la existenccia de relaciiones abiertas,
no taanto unívocaas y denotattivas como los cuantitaativistas sinoo multívocaas y polisémmicas.

En suuma, cada una


u de estass metodologgías respond
de a una lógica diferentte y producee y
analiiza informacciones de diistinta índolle.

COM
MO PLANIFFICAR UNA
A INVESTIGACIÓN 

El m
método científico proporrciona una fforma de acctuar median nte operacioones ordenaadas
que oorientan la investigació
i ón hacia los fines de la ciencia (describir, expplicar, predeecir y
contrrolar), a travvés de una serie
s de fasees interdepeendientes en
ntre sí recoggidas en la
Figurra 3. Tras plantear
p un problema
p y formular un na solución tentativa enn forma de
hipóttesis, el restto de fases del
d proceso se ocupan de d comprob bar empíricaamente la
adecuuación de laa (posible) solución
s enu
nunciada en la hipótesiss.

7
ura 3. Secueencia de fases interdepeendientes a través de laas que operaa el método
Figu
cienttífico.

Para ilustrar estaas fases, vam


mos a tomaar un ejempllo de un cam mpo que dessgraciadamente
tienee una gran actualidad
a paara los proffesionales de la Psicolo
ogía: la interrvención
psicoológica en desastres.
d

Desdde la riada del


d camping g de Biescass hace ya 200 años, la inttervención ppsicológicaa en
desasstres ha sidoo una constaante. La revvista Papelees del Psicólogo dedicóó un número o
monoográfico a la cuestión ene 1997 (núúmero 68); asimismo,
a existe desdee 1998 un grrupo
de inntervención psicológicaa en emergeencias y desastres en el Colegio Official de
Psicóólogos e inccluso hay alguna univerrsidad que ya y oferta unn programa dde master en e
Psicoología de Em mergencias y Catástroffes. A nadiee escapa la importancia
i a que pueden n
tenerr en los afecctados por este
e tipo de ssituaciones las consecu uencias psiccopatológicaas y
sociaales que pueeden produccir las catásttrofes. La Organización
O n Mundial dde la Salud ha

8
identificado varios síndromes, entre ellos, el síndrome del superviviente, caracterizado
por irritabilidad, ira y agresión, que aumentan en los años siguientes al desastre, y
también por desórdenes físicos como hipertensión, cefaleas tensionales y trastornos
gastrointestinales, entre otros. Un aspecto llamativo es que la tasa de mortalidad se
incrementa de forma notable entre los supervivientes que son familiares de víctimas
mortales, sobre todo, en el año siguiente a la catástrofe.

Podríamos plantearnos realizar una investigación sobre este síndrome. Se podría


estudiar, por un lado, la incidencia del síndrome y la tasa de mortalidad entre los
supervivientes a catástrofes. Por otro lado, se podría investigar si estas dos tasas varían
con las características de personalidad de los sujetos. Esta información podría ser de
gran interés porque puede orientar o dar pistas acerca del tipo de intervención al que
hay que someter a un sujeto tras una situación de emergencia. Por consiguiente, el
problema a investigar sería la cuantificación y cualificación de la incidencia del
síndrome de supervivencia y de la tasa de mortalidad entre los afectados por situaciones
de emergencia al año del desastre.

Una vez planteado el problema, hay que tratar de resolverlo. Enunciado el problema, el
investigador debe ofrecer una serie de conjeturas como soluciones tentativas en forma
de hipótesis. En este caso se podrían formular las hipótesis siguientes:

HIPÓTESIS 1: La incidencia del síndrome del superviviente entre los afectados por una
situación de emergencia o catástrofe varía con las características de personalidad de los
sujetos.
HIPÓTESIS 2: La tasa de mortalidad entre los afectados por una situación de
emergencia o catástrofe varía con las características de personalidad de los sujetos.

Las dos hipótesis formuladas se plantean si la incidencia del síndrome del superviviente
y la tasa de mortalidad covarían, varían con las características de la personalidad de los
afectados por una catástrofe. Es decir, la investigación plantea una hipótesis de
covariación y no una hipótesis causal. Esto significa que habrá que optar por la
metodología no experimental (ninguna de las variables de las hipótesis es susceptible
ni de manipulación activa por parte del investigador ni tampoco es posible la asignación
aleatoria de los sujetos a los grupos).

Dentro de la metodología no experimental, se puede trabajar con la metodología de


encuestas, observacional, cualitativa o alguna combinación de ellas. Dado el objetivo
que persigue esta investigación, se podría utilizar una estrategia combinada de
metodología de encuestas y cualitativa (la aplicación de la metodología observacional
posible pero costosa- supondría disponer de un conjunto de observadores entrenados
que tendrían que observar a una muestra representativa -y numerosa- de supervivientes
en distintos momentos del día y situaciones). En particular, se podrían realizar algunas
entrevistas en profundidad y grupos de discusión con supervivientes de catástrofes con
el fin de ver la forma en la que éstos perciben y valoran su experiencia y para identificar
los posibles perfiles y los matices más importantes de la cuestión investigada. El
análisis del discurso y de los contenidos surgidos en estos grupos y entrevistas puede
servir como fuente de información para diseñar la entrevista o el cuestionario que se
utilizará posteriormente en la encuesta a una muestra de supervivientes.

Formuladas las hipótesis, habrá que ver si éstas son o no plausibles, habrá que

9
someterlas a prueba para comprobar su verosimilitud como posible explicación al
problema planteado. Para someter a prueba o contrastar empíricamente una hipótesis, lo
primero que hay que hacer es definir de forma operativa las variables implicadas en
la hipótesis, esto es, hay que definirlas de modo que podamos trabajar con ellas.

Son tres las variables implicadas en las hipótesis:

 el síndrome del superviviente


Se trata de una variable dicotómica, es decir, con solo dos valores posibles:
presencia o ausencia del síndrome.
Para definirla operativamente, podemos atender a las manifestaciones
conductuales del síndrome, a sus manifestaciones fisiológicas o a ambas.
Supongamos que nos circunscribimos exclusivamente a las manifestaciones
conductuales anteriormente citadas.
 las características de personalidad
Supongamos que el modelo de personalidad adoptado en la investigación es la
teoría de los cinco grandes, que defiende una estructura pentafactorial de la
personalidad con los siguientes factores: neuroticismo, extraversión, apertura,
amabilidad y responsabilidad.
 la mortalidad
Se trata también de una variable dicotómica con dos valores posibles cuya
definición operativa no plantea problema alguno al investigador.

Una vez definidas las variables de forma que podamos operar con ellas, el paso
siguiente en la investigación será obtener medidas de esas variables, habrá que proceder
a medir las variables de las hipótesis:

 el síndrome del superviviente


Se puede medir a través de las respuestas dadas por una muestra de
supervivientes a los ítems o preguntas de un cuestionario, test o escala, esto es,
de un instrumento de medida diseñado para determinar si un sujeto manifiesta o
no las características conductuales a partir de las cuales ha sido definido
operativamente este síndrome en la investigación en curso.
Antes de proceder a la construcción de dicho instrumento de medida, conviene
comprobar si en el mercado -o en la literatura- existe ya algún instrumento -
comercializado o no- que mida la variable que se desea medir en esta
investigación.
La aplicación del cuestionario a la muestra de supervivientes resultará bastante
menos gravosa que la entrevista individual a estos sujetos.
 la personalidad
Dado que el modelo adoptado para conceptualizar la personalidad es el de los
cinco grandes, parece apropiado utilizar el instrumento de medida desarrollado
para
estos factores: el cuestionario NEO-PI-R (Costa y McCrae, 1992).
 la mortalidad
Para medir esta variable basta con comprobar si se ha producido la defunción en
el período de interés.

Cuando ya se han seleccionado o construido los instrumentos -cuestionarios, pruebas,


tests, escalas- que nos van a permitir obtener medidas de las variables de las hipótesis,

10
el paso siguiente en el proceso supone garantizar que se está trabajando con
instrumentos adecuados, esto es, hay que comprobar que los instrumentos utilizados
para medir esas variables cumplen los requisitos mínimos de calidad que todo
instrumento científico debe satisfacer para poder ser utilizado con garantía.

¿Cuáles son esos requisitos o criterios métricos de calidad que todo instrumento ha de
satisfacer?

 Fiabilidad: se dice que un instrumento es fiable si proporciona medidas precisas


de la variable que mide.
 Validez: se dice que un instrumento es válido si proporciona medidas de la
variable que pretende medir.

En el caso que nos ocupa, tenemos que garantizar que el cuestionario diseñado para
medir el síndrome del superviviente mide realmente ese síndrome y no el síndrome de
estrés postraumático o el síndrome de aflicción por catástrofe (validez) y que la medida
obtenida para el síndrome del superviviente es una medida precisa y estable,
razonablemente libre de error de medida (fiabilidad). Ahora bien, no basta con examinar
la calidad métrica global de las pruebas utilizadas (su fiabilidad y validez), es preciso
también examinar la calidad individual de todos y cada uno los elementos o ítems que
integran esas pruebas o cuestionarios. Para ello, hay que realizar el correspondiente
análisis de los ítems del test. Por consiguiente, es preciso evaluar la calidad métrica
de los instrumentos utilizados para medir las variables de las hipótesis y hay que
hacerlo considerando tanto el instrumento en su conjunto (fiabilidad y validez del test)
como en términos de los ítems o preguntas que lo integran.

Seleccionados y evaluados los instrumentos con los que medir, habrá que seleccionar a
los sujetos a los que hay que aplicar dichos instrumentos para obtener las medidas de
las variables de las hipótesis; en nuestro caso, habrá que seleccionar una muestra de
supervivientes de catástrofes y situaciones de emergencia para pasar seguidamente a la
recogida de datos, en el marco de un diseño que permita dar respuesta al problema que
suscitó la investigación y acorde lógicamente con la hipótesis formulada. El diseño es
un plan de acción orientado a la obtención de datos apropiados a las hipótesis de
trabajo.

Una vez recogidos los datos, solo restaría analizarlos: pasaríamos, por tanto, a la fase de
análisis de los datos que, como no puede ser de otro modo, es también dependiente del
problema planteado en la investigación y de la hipótesis formulada como solución
tentativa al problema. Dicho de otro modo, el análisis de los datos obtenidos en una
investigación hay que hacerlo siempre en función de los objetivos de la misma. En esta
fase suele ser necesario el concurso de la Estadística que nos permite:

1. representar las distintas medidas obtenidas por un grupo de sujetos mediante un


índice estadístico (por ejemplo, la media, la mediana, la moda) que describe de
forma resumida y en un único valor el conjunto de medidas.
Éste es el cometido de la estadística descriptiva.
En nuestro caso, para cuantificar la incidencia del síndrome estudiado habría que
ver cuál es la proporción de personas que manifiestan las características
conductuales propias del síndrome en la muestra examinada de supervivientes de
catástrofes, información recabada en las respuestas de estos sujetos al

11
cuestionario que mide este síndrome.
2. decidir si los resultados obtenidos confirman las hipótesis o si, por el contrario,
éstos pueden explicarse por variaciones casuales entre los sujetos.
Éste es el cometido de la estadística inferencial.
En nuestro caso, podemos encontrarnos con que la proporción de afectados por
el síndrome entre los sujetos extrovertidos es del orden de 0,30 mientras que
entre los sujetos introvertidos ésta se eleva hasta 0,55. La estadística inferencial
nos ayudará a decidir si esa diferencia es real o es fruto simplemente del error
aleatorio. Es decir, tras realizar una prueba de significación estadística estaremos
en condiciones de afirmar que la diferencia observada entre esas dos
proporciones responde a una incidencia significativamente distinta del síndrome
del superviviente entre sujetos extrovertidos e introvertidos o de afirmar que esa
diferencia desaparecería si se tomara una muestra diferente de sujetos o si se
midiera a esos mismos sujetos en otra ocasión.

Una vez analizados los datos, se puede ya proceder a interpretar los resultados, es
decir, hay que ver si los datos proporcionan o no evidencia favorable a las hipótesis
formuladas como soluciones tentativas al problema que suscitó la investigación. En
caso negativo, es necesario proponer soluciones alternativas al problema, formular
nuevas hipótesis que deberán ser también empíricamente contrastadas.

El hecho de haber presentado todas las fases a través de las que opera el método
científico de forma secuencial y lineal no debe inducir a error. Si bien la distancia más
corta entre dos puntos es la línea recta, eso no quiere decir que sea ése siempre el
camino recorrido, ni siquiera que sea el mejor camino. El modo de operar en la
investigación científica no puede ser concebido como una sucesión ordenada de pasos
fijos (otra cosa es que una presentación didáctica del asunto suponga hacer una
presentación ordenada de una serie consecutiva de pasos) sino como un conjunto de
pasos o etapas interdependientes e interrelacionadas por las que se va avanzando y
retrocediendo continuamente (Babbie, 1990). Como indica Meliá (1990), ‘solo en la
reflexión sobre el trabajo puede encontrarse tanta linealidad y distinción en las fases y
niveles de análisis’ (p.100).

LA INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA DE LA SALUD

La Psicología puede poner el acento en la salud (o el bienestar) de la persona


(Psicología Clínica) o de un colectivo o población (Epidemiología); en el primer caso
se trabajará con un carácter marcadamente ideográfico y en el segundo claramente
nomotético.

Siguiendo con el ejemplo de la riada de Biescas, el trabajo del psicólogo clínico será el
diagnóstico y tratamiento de los afectados que lleguen a su consulta (y previamente la
atención in situ en la propia situación de emergencia), mientras que el trabajo del
epidemiólogo será cuantificar y cualificar los distintos síndromes asociados a este tipo
de experiencias traumáticas.

El trabajo del epidemiólogo puede revertir en el del clínico (e.g., la investigación puede
revelar que determinados tratamientos del síndrome del superviviente son más eficaces

12
cuando el paciente presenta un determinado tipo de personalidad o se dan determinadas
circunstancias) y, a su vez, el psicólogo clínico también puede hacer sus pinitos
epidemiológicos (e.g., poniendo a prueba la eficacia de distintos tratamientos de este
síndrome con sus pacientes y trabajando en red o equipo con otros colegas que también
estén tratando a este tipo de pacientes, para contar con suficiente masa crítica y poder
concluir con cierta garantía acerca de la eficacia o efectividad de los distintos
tratamientos). El aparente abismo que separa al clínico del epidemiólogo es bastante
menor de lo que parece al principio y, como tendremos ocasión de comprobar a lo largo
del curso, no sólo comparten objetivos generales sino también buena parte de sus
herramientas de trabajo.

A continuación se van a caracterizar brevemente los 3 pilares metodológicos en los que


descansa cualquier investigación y en los siguientes bloques del programa se abordará
ya con un cierto detalle las especificidades de la investigación en el ámbito clínico y
epidemiológico en relación al diseño, la medida y el análisis.

EL PILAR DEL DISEÑO 

La metodología ofrece una nutrida batería de diseños que permiten dar respuesta a los
interrogantes que tanto clínicos como epidemiólogos se plantean sobre la salud y que
giran siempre en torno al diagnóstico, tratamiento, etiología o prevención de trastornos
psicológicos así como a los tests y pruebas diagnósticas.

En un excelente trabajo en el que tratan de organizar el campo, Ato, López y Benavente


(2013) contabilizan y clasifican más de 70 diseños de investigación, con una lógica de
clasificación que es clara heredera de las dos grandes tradiciones de investigación en
Psicología (manipulativa y asociativa) a la que unen una tercera (la descriptiva), en la
que sitúan la metodología observacional y la de encuestas (que también estaría de algún
modo presente en la estrategia asociativa).

Para ordenar la gran variedad de diseños existentes en la estrategia manipulativa-


experimental, se propone considerar como criterio de clasificación a los participantes en
la investigación atendiendo, por un lado, a si cada sujeto pasa por una única condición
(diseños intersujeto) o si todos los sujetos pasan por todas las condiciones
experimentales (diseños intrasujeto) y, por otro lado, dentro de estos últimos, si se
trabaja con un buen número de sujetos o solo con un número muy reducido de ellos
(véase la Figura 4).

La gran mayoría de los estudios en Psicología (y también en el ámbito de la Psicología


de la Salud) son diseños intersujeto (Kazdin, 1999).

Los diseños que utilizan comparaciones intersujeto son especialmente apropiados para
la investigación transversal mientras que los diseños que utilizan comparaciones
intrasujeto son particularmente adecuados para la investigación longitudinal.

13
Experimentales
Diseños de grupos al azar
Diseños de bloques homogéneos al azar
Diseños con grupo de control no equivalente
INTERSUJETO Cuasi experimentales Diseños de discontinuidad en la regresión
Diseños pre-experimentales1
No experimentales Diseños de casos-controles
Diseños prospectivos
Con un buen número Diseños experimentales
de sujetos: Diseños Diseños cuasi experimentales
INTRASUJETO de medidas repetidas Diseños no experimentales
Con un número muy Diseños de caso único
reducido de sujetos Diseños de series temporales interrumpidas

Figura 4. Diseños en la estrategia manipulativa-experimental.

En el ámbito de la salud, los diseños experimentales son conocidos como Ensayos


Clínicos Aleatorizados (ECA) o estudios de eficacia, donde se evalúa el efecto o
eficacia de al menos dos intervenciones alternativas por medio de la asignación
aleatoria de cada participante a una de ellas, y se compara los resultados obtenidos en
cada grupo. Se reserva el término de estudios de efectividad para cuando no hay
aleatorización, cuando no se asignan al azar los sujetos a los grupos y los diseños son
solo cuasi experimentales.

Si además de no haber aleatorización la variable independiente no es activa sino


asignada (no se puede -o no conviene- manipularla y los sujetos son asignados a los
grupos en función de sus características y no al azar), entonces estamos frente a un
diseño no experimental (y que, por tanto, nos llevaría a la estrategia asociativa). Dentro
de este tipo de diseños, uno muy común es el diseño de estudios de casos y controles:
se identifica a los casos, esto es, a los sujetos que tienen la característica de interés
(transexuales, adictos al trabajo, personas que han experimentado algún tipo de
experiencia traumática) y a los controles, esto es, a los sujetos que no tienen dicha
característica (no transexuales, personas sin adicción al trabajo, personas que no han
experimentado algún tipo de experiencia traumática) y se comparan ambos grupos de
sujetos. En los diseños prospectivos, a diferencia de los anteriores, no se sabe de
entrada quiénes de entre los sujetos son casos y quiénes controles: solo lo
sabremos durante el transcurso del estudio y, además, una vez finalizado el mismo
se espera poder identificar aquellos factores que conducen a la aparición de esos
casos (e.g., personas que desarrollan una depresión), ya que evaluamos a todos los
sujetos antes (y muchas veces también después) de que suceda el fenómeno que
queremos estudiar y dé lugar a los casos correspondientes.

Los diseños de medidas repetidas pueden ser experimentales, cuasi experimentales o no


experimentales, si hay algún tipo de aleatorización (en el primer caso) o, si en caso de
no haberla, la variable independiente ha sido manipulada (en el segundo caso). En este
caso, el impacto de la variable independiente se evalúa examinando el patrón de

1 Se trata de diseños donde hay grupo experimental y de control pero sin pretest, o bien solo hay un
grupo experimental (con o incluso sin pretest), esto es, se trata de investigaciones tan endebles para
establecer inferencias causales que se les considera investigaciones pre-experimentales.

14
respuuesta observvado en el sujeto
s (o gruupo de sujettos) a lo larg
go de las meedidas tomaadas
de foorma repetidda en el tiem
mpo.

Los ddiseños de caso


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consiiderados tam
mbién como o diseños dee caso únicoo (Kazdin, 1999).
1

Commo vemos, laa clasificación propuestta proporcio ona básicam


mente una foorma de pen nsar
para organizar ele campo, no o un férreo eesquema sin no una herramienta de trabajo con n
límittes más bienn difusos enntre las categgorías e incluso con alg
guna incursiión a estrateegias
distinntas a la maanipulativa-experimenttal ....

EL PILAR DE LA
A MEDIDA 

El piilar de la meedida está definido


d porr las fases 3 a 5 de la Fiigura 3, donnde se recog
ge el
conjuunto ordenaado de operaaciones quee describen losl pasos qu ue hay que ddar en la
invesstigación cieentífica:

 la definnición operaativa de las vvariables


 la mediición de las variables
 la evaluuación de laa calidad méétrica de loss instrumenttos de mediida.

Commo investigaddores necessitamos obteener medidaas de las varriables de nnuestras


hipóttesis; como psicólogos que trabajaan en el ámb bito de la saalud necesita
tamos evalu
uar e
intervvenir, y tannto la evaluaación como la intervencción se apoyyan decididdamente en la
l
mediición (Meliáá, 1990).

La mmedición de lo psicológ gico reviste uuna compleejidad imporrtante, ya quue implica


consiiderar consttructos o caaracterísticass latentes, no
n directameente observvables (e.g., la
agressividad, la depresión,
d laa propensióón a los acciidentes, la predisposició
p ón a la
moviilidad laborral). Estas caaracterísticaas han de seer inferidas a partir de uuna muestraa de
indiccadores indiirectos de laas mismas (nno existen para
p ellas un nidades connvencionales de
mediida como ell metro, el kilo
k o el minnuto) y, en buenab lógicaa, contienenn un error ded
mediida mayor queq las variaables manifi fiestas o direectamente observables
o (e.g., el pesso, la
alturaa, la edad, el
e sexo). Ahhora bien, laa medición aporta
a preciisión y rigorr a la
descrripción de los fenómen nos psicológgicos y sociaales, así com mo a la expllicación de las
condductas de loss sujetos y de
d las situacciones o con ntextos en laas que éstass tienen lugaar: la
mediición juega un papel ab bsolutamentte fundamen ntal en la deescripción y explicación (y,
por eende, en la predicción
p y control) dee los fenómmenos psicollógicos.


El processo de medición psicológgica2

Niveles de
d medición n


2 Se ttrata de una p presentación audio/video y que, por taanto, solo es v
visible en la vversión naveg
gable
del do ocumento.

15
 
 
 
EL PILAR DEL ANÁLISIS 

El tercer y último pilar de la investigación es el análisis de los datos recogidos con


arreglo al plan trazado por el diseño de la misma, el análisis de las medidas obtenidas
para las variables de interés en los sujetos (o grupos de sujetos) de nuestra muestra.

Como ya se señaló en el primer apartado, las técnicas de análisis más frecuentes son:

(1) el análisis de varianza, para comparar los logros conseguidos por los grupos a
los que se han administrado tratamientos diferentes, o para evaluar el progreso
de un grupo (la diferencia entre el valor en cuestión antes y después del
tratamiento)
(2) el análisis de correlación/regresión, para examinar la relación entre dos (o más)
variables.

Sea cual sea la prueba utilizada, una vez realizada hay que examinar la significación
estadística del resultado obtenido, para poder determinar si ese resultado es más bien
fruto del azar o, por el contrario, está revelando un efecto que tiene que ver con
diferencias reales en la eficacia/efectividad de los distintos tratamientos considerados, o
con una relación efectiva entre las variables medidas en el estudio.

Ahora bien, la significación estadística no puede ser el único criterio que se ha de


utilizar para interpretar los resultados de un estudio. Junto a la significación estadística
hemos de examinar también la significación práctica, esto es, el significado psicológico
del resultado obtenido o, en el ámbito de la salud, su significación clínica. Por ejemplo,
podemos encontrar una diferencia de cinco puntos en el Cuestionario de Interacciones
Sociales CHIS al comparar a dos grupos (por ejemplo, de niños diagnosticados de
trastorno del espectro autista y sometidos uno de ellos a una terapia colectiva y el otro
grupo a una terapia individual para reforzar su competencia social), pero esa diferencia
se puede deber exclusivamente al hecho de que hemos trabajado con una muestra muy
numerosa (todas las pruebas estadísticas son muy sensibles al tamaño muestral) y puede
no estar reflejando una diferencia sustantiva entre las dos formas de realizar la terapia.

La significación clínica nos permite valorar si ese efecto encontrado (esa diferencia en
las medias de los dos grupos en la variable dependiente o la correlación entre dos
variables) es relevante o no, esto es, si tiene un tamaño pequeño, moderado o grande y,
además, los indicadores del tamaño del efecto proporcionan valores que son
comparables en distintos estudios. Los más habituales son los:

 indicadores tipo d, basados en la diferencia estandarizada en el valor de la


variable dependiente en los dos grupos comparados: se calcula la media de la
variable que recoge el efecto en cuestión en cada grupo de la variable
independiente, se halla la diferencia y se divide ésta por una medida combinada

16
de la variabilidad observada en el conjunto de los dos grupos (e.g., el promedio
de la desviación típica).
 indicadores tipo r, basados en la correlación y en la proporción de varianza
explicada.

En definitiva, no basta con obtener un resultado estadísticamente significativo en


nuestro estudio sino que hay que ver si también es clínicamente relevante.

La introducción y utilización sistemática de este nuevo tipo de indicadores no sólo ha


contribuido a dar una interpretación mucho más ajustada y realista de los resultados
obtenidos en una investigación concreta (de hecho, cada vez son más las revistas que
exigen a los autores su inclusión como requisito para la publicación de los trabajos) sino
que ha dado un tremendo impulso a la investigación teórica, superando las limitaciones
de las revisiones impresionistas o narrativas, tal y como las denominan Ato, López y
Benavente (2013), que eran las predominantes hasta hace no muchos años.

La corriente de la significación práctica ha sido crítica para desarrollar el meta-análisis,


que es una metodología de investigación teórica concebida para revisar, ordenar y
sintetizar los resultados de una pregunta de investigación, al poder obtener conclusiones
de alcance general analizando los resultados de un volumen importante de estudios con
la ayuda de una métrica común que facilita su comparación. El meta-análisis sería una
revisión sistemática cuantitativa, en la que se utiliza el análisis de datos para integrar
estudios primarios y, al proceder de este modo, da un sentido global y colectivo a los
esfuerzos de investigación de la comunidad científica.

El meta-análisis o revisiones meta-analíticas constituyen una herramienta de trabajo


extraordinariamente útil para los psicólogos clínicos, ya que pueden consultar en un
único trabajo de revisión cuáles han sido los avances experimentados en el periodo de
tiempo revisado por el campo definido por la pregunta de investigación y disponer,
además, de una medida resumen (por ejemplo, de la eficacia/efectividad relativa de una
terapia frente a otra), ya que proporciona una actualización de la temática del campo
que 'contiene tanto un desarrollo sistemático del proceso de acumulación de datos como
la utilización de métodos estadísticos para integrar los estudios' (Ato, López y
Benavente, 2013, p. 1042).

En el bloque 2 del programa se hará una pequeña presentación de las principales


características de esta nueva metodología de investigación teórica.

EL PSICÓLOGO CLÍNICO Y LA INVESTIGACIÓN  

La primera tarea a realizar por el clínico cuando se enfrenta a un problema es ver qué
respuesta ha dado hasta el momento la literatura, buscando en las correspondientes
bases de datos para ver si se ha realizado ya alguna revisión meta-analítica. Por
consiguiente, la primera investigación es siempre la teórica (no hay nada más práctico
que una buena teoría) y la forma más provechosa y rica es el meta-análisis; en caso de
no haberse realizado todavía ninguno se puede buscar si hay disponible alguna buena
revisión sistemática (no cuantitativa) o, al menos, una revisión narrativa o, en caso
contrario, quizá sería el momento de plantearse la realización y posterior publicación de

17
un trabajo meta-analítico sobre el tema ....

Otro tipo de investigación muy útil para el psicólogo clínico es la instrumental, la


investigación acerca de las propiedades (psico)métricas de los instrumentos de medida
utilizados para recabar información sobre los pacientes. La metodología cualitativa
proporciona instrumentos clave en el trabajo del psicólogo clínico (en particular, la
entrevista en profundidad o entrevista clínica) y también la observación puede ofrecer
información de interés en algunas situaciones pero, en muchos casos, es preciso
administrar también tests, escalas, inventarios o cuestionarios para poder valorar con
mayor precisión la presencia e intensidad de algunos síntomas. Es fundamental entonces
elegir aquellas pruebas que ofrecen más garantías para medir de manera fiable y válida
esos síntomas o características que deseamos evaluar en nuestros pacientes, ya que la
medición rigurosa de las variables psicológicas constituye siempre el paso previo e
ineludible para cualquier uso posterior que se vaya a hacer de ellas, ya sea en el campo
de la investigación científica pero también en el de la práctica profesional.

También conviene estar al tanto de posibles innovaciones que bien en el ámbito del
diseño o en el de la medida o el análisis nos pueda proporcionar la investigación
metodológica.

En esta asignatura, sin embargo, lo que se pretende es acercar al psicólogo clínico a la


investigación empírica, no sólo presentando la forma de trabajar de la epidemiología
sino viendo cómo se pueden utilizar algunas estrategias para poder realizar algún tipo
de investigación desde la propia consulta donde se atiende a los pacientes.

El objetivo al que aspira esta asignatura es crear sinergias entre la investigación y el


trabajo aplicado a pie de obra/consulta, que se ha de nutrir con las aportaciones de la
investigación teórica, instrumental y metodológica y que, a su vez, puede contribuir a
incrementar el corpus al menos de la investigación teórica mediante incursiones del
psicólogo clínico en la investigación empírica, que se han de basar en una sólida
formación metodológica y en el trabajo en equipo. Se trata, en definitiva, de crear
canales de comunicación fluida de la teoría a la práctica y viceversa, utilizando las
estrategias de investigación disponibles en el ámbito de la Psicología de la Salud.

REFERENCIAS  

Arnau, J. (1995). Metodología de la investigación psicológica. En M. T. Anguera, J.


Arnau, M. Ato, R. Martínez, J. Pascual y G. Vallejo (Eds.), Métodos de investigación
en Psicología. Madrid: Síntesis.

Ato, M., López, J. J. y Benavente, A. (2013). Un sistema de clasificación de los diseños


de investigación en psicología. Anales de Psicología, 29(3), 1038-1059.

Babbie, E. (1990). Survey research methods. Belmont: Wadsworth.

Campbell, D. T. y Stanley, J. C. (1966). Experimental and quasi-experimental designs


for research. Chicago: Rand McNally.

18
Cook, T. D. y Campbell, D. T. (1979). Quasi-experimentation. Design and analysis
issues for field settings. Chicago: Rand McNally.

Costa, P. T. y McCrae, R. R. (1992). NEO-PI-R. Professional Manual. Odessa, FL:


Psychological Assessment Resources.

Kazdin, A. E. (1999). Overview of research design issues in Clinical Psychology. En P.


C. Kendall, J. N. Butcher y G. N. Holmbeck (Eds.), Handbook of research methods in
clinical psychology. Nueva York: Wiley.

Kline, R. B. (2009). Become a behavioral science researcher. A guide to producing re-


search that matters. Nueva York: The Guilford Press.

Maanen, J. van (1983). Qualitative methodology. Thousand Oaks, CA: Sage.

Meliá, J. L. (1990). Introducción a la medición.Valencia: Cristóbal Serrano.

Murray, H. A. (1938). Explorations in personality. Nueva York: Oxford University


Press.

Pedhazur, E. J. y Smelkin, L. P. (1991). Measurement, design and analysis: An


integrated approach. Hillsdale: Lawrence Erlbaum Associates.

19
ANEXO 





En este Anexo se incluye el texto de los materiales que aparecen como enlaces o
puntos activos en la versión navegable del documento (e indicados en esta versión
impresa utilizando también el color azul subrayado).

1. Los 7 diseños indicados en la Figura 4.
Todo estos materiales proceden del siguiente trabajo:
Fidalgo, A. M. (2001). Metodología experimental y cuasiexperimental. En M.
J. Navas (Ed.), Métodos, diseños y técnicas de investigación psicológica.
Madrid: UNED.
2. La entrada de refresco relativa a los niveles de medida de las variables de
interés, al final del apartado El pilar de la medida.

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NIVELES DE MEDIDA

En la edición de 1941 del Congreso Internacional para la Unidad de la Ciencia Stevens


defiende que en la Psicología son posibles distintos niveles de medición. Propone una
concepción liberal de la medición frente a la concepción conservadora imperante en ese
momento, como vía para salir del callejón -aparentemente sin salida- al que había
conducido a la Psicología la adopción del método científico-positivo propio de las
Ciencias Naturales. Cinco años después publica su famoso artículo en la revista Science
donde acaba de perfilar sus ideas principales. Sin embargo, es a partir de la publicación
en 1951 del Handbook of Experimental Psychology cuando su teoría llegará a ser bien
conocida. Como señala Jáñez (1989)1, ‘por esta grieta los psicólogos salieron de las
murallas conceptuales impuestas por la Física y se situaron entre los principales
impulsores de la moderna teoría de la medición’ (p. 423).

Según la teoría de las escalas de medida de Stevens, son cuatro los posibles niveles de
medida:

• nominal
• ordinal
• de intervalo
• de razón.

Cada uno de ellos otorga un significado diferente a los números asignados a los objetos,
sujetos, hechos o conductas en cuestión. Además, soporta un tipo u otro de posibles
transformaciones en ese conjunto de números, por lo que varían también las técnicas de
análisis de datos que se pueden utilizar (paramétricas, para variables medidas a nivel de
intervalo o razón, y no paramétricas, para variables medidas a nivel nominal u ordinal).

Escala nominal
Esta escala representa el nivel de medida más bajo ya que los números se asignan a los
objetos con el único fin de designarlos o clasificarlos. Es decir, no se asignan para
indicar orden o magnitud sino simplemente para nombrarlos o denominarlos, nada más.
Por ejemplo, una escala nominal serían los números que llevan los jugadores de fútbol
en las camisetas, que se utilizan exclusivamente para identificarlos en el campo y poder
seguir su juego. Otras escalas nominales serían las definidas por variables socio-
demográficas como el sexo (1=Varón, 2=Mujer), el estado civil (1=Soltero, 2=Casado,
3=Separado, 4=Divorciado, 5=Viudo) o un diagnóstico psicológico (1=Depresión,
2=Trastorno por ansiedad).

El único tipo de modificación que soporta esta escala es la transformación uno a uno, es
decir, cualquiera que a números o códigos distintos haga corresponder números también
distintos. La razón es que la única relación válida entre los números de una escala
nominal es la relación igualdad/desigualdad: aquí los números no gozan de ninguna de
las propiedades aritméticas. Pensemos en el equipo de fútbol del Real Madrid. Si
aceptamos que 9 = 5 + 4 estamos aceptando que Benzema es igual a Sergio Ramos más
Varane, lo cual es un auténtico disparate. La única relación posible entre los números es


1 Jáñez, L. (1989). Fundamentos de Psicología Matemática. Madrid: Pirámide.

34
la de igual/diferente: el número 9 es distinto al número 4, pero no mayor ni tampoco
implica que se trate de un jugador mejor. Simplemente denotan a jugadores distintos
para los que podríamos haber utilizado cualesquiera otros números (102, 8, 1001) o
incluso etiquetas no numéricas (A, B, C; *, #, @).

Escala ordinal
En esta escala los números asignados a los objetos no solo permiten decidir si un objeto
es igual o diferente a otro sino también si un objeto posee en mayor grado que otro la
característica de interés. Esto es, una escala ordinal admite como válidas las relaciones
igualdad/desigualdad y orden.

Examinemos la clasificación general de los equipos de la liga nacional de fútbol de


primera división de la temporada 2015-2016. Al equipo mejor clasificado se le asigna el
número 1, al segundo mejor clasificado el 2 y así sucesivamente hasta llegar a los
colistas, a los que se asignan los números 18, 19 y 20. En este caso, se puede afirmar
perfectamente que el Celta de Vigo (6º) está mejor clasificado que la Real Sociedad (9º)
y ésta está a su vez mejor clasificada que el Valencia (12º), y no solo que se trata de
equipos de fútbol diferentes.

Otras escalas ordinales serían las definidas por numerosas pruebas de personalidad y de
actitud en las que, habitualmente, se le presenta al sujeto una serie de preguntas que
constan de un enunciado:

Soy tímido en las relaciones sociales

y un conjunto de opciones de respuesta:

1. Totalmente en desacuerdo
2. En desacuerdo
3. De acuerdo
4. Totalmente de acuerdo

35
Una persona que escoge como respuesta la opción 4 será en principio más tímida que
otra que escoge la 2: se puede ordenar a las personas según su timidez (o, mejor dicho,
según su percepción subjetiva de la misma) atendiendo a las respuestas que han dado a
estas preguntas o ítems de la prueba.

La escala ordinal soporta cualquier transformación monótona creciente que se realice a


los números asignados a los objetos, es decir, cualquier transformación que haga
corresponder a una sucesión ordenada de números (1, 2, 3, ... , 18, 19, 20) otra sucesión
de números ordenados del mismo modo que los primeros (por ejemplo, 101, 102, 103,
... , 118, 119, 120). Ahora bien, con estos números no se puede operar, solo se pueden
ordenar.

Volviendo al campo de juego, para decidir el lugar que ocupa un equipo en la


clasificación general se suman los puntos que va obteniendo el equipo a lo largo de la
liga (3 puntos por partido ganado, 1 por partido empatado y 0 por partido perdido). No
podemos decir entonces que 9 - 6 = 12 - 9 ya que eso significaría que la distancia real
(la distancia en puntos) entre el Celta de Vigo y la Real Sociedad (60 - 48 = 12) es la
misma que la existente entre la Real Sociedad y el Valencia (48 - 44 = 4). Del mismo
modo, no se puede decir que 4 - 2 = 3 - 1 ya que eso significaría que la diferencia que
existe en timidez entre las personas que optan por las opciones 4 y 2 es la misma que
entre las personas que escogen la 3 y la 1: lo único que podemos decir es que la persona
que opta por la opción 4 se considera más tímida que la que escoge la alternativa 2 y
ésta a su vez más tímida que la que elige la opción 1. Dicho de otro modo, podemos
ordenarlas según su timidez pero no cuantificar su timidez. En resumen, idénticas
diferencias entre los números de una escala ordinal no equivalen a idénticas
diferencias en la característica que se está midiendo; para ello es necesario contar
con una escala de intervalo.

Escala de intervalo
En esta escala los números asignados a los objetos no solo permiten decidir si un objeto
es igual o diferente a otro o si posee en mayor o menor grado la característica de interés
sino que estos números se pueden sumar y restar y, además, las diferencias entre estos
números se pueden multiplicar y dividir.

Volvamos de nuevo al terreno futbolístico pero esta vez vamos a utilizar como
indicador de la calidad de juego de los equipos el número de partidos ganados por cada
equipo, no su clasificación general en la liga como en el caso anterior. Como puede
observarse, el Atlético de Madrid ha ganado tantos partidos como el Atlético de Bilbao
y el Sporting juntos (28 = 18 + 10). Por otra parte, la diferencia de partidos ganados
entre el Barcelona y la Real Sociedad es la misma que entre el Real Madrid y el Español
(29 - 13 = 28 - 12), mientras que la diferencia entre el Villareal y el Granada es la mitad
que las anteriores (18 - 10 = 1/2(29 – 13) = 1/2(28 - 12)).

Otras escalas de intervalo serían, por ejemplo, las definidas por la temperatura medida
en grados Celsius o Fahrenheit.

En el ámbito psicológico no abundan este tipo de escalas, incluso se discute –en


ocasiones, acaloradamente- acerca de la posibilidad de que existan variables

36
psicológicas con un nivel de medida de intervalo. En cualquier caso, asumamos, por
ejemplo, que se mide la inteligencia con una escala de intervalo mediante la conocida
prueba de Wechsler y que la puntuación estimada para tres niños cualesquiera es un
Cociente Intelectual (CI) de 150, 125 y 75, respectivamente. En este caso, al asumir una
escala de intervalo se puede afirmar que la diferencia entre los dos primeros niños es la
mitad que la existente entre el segundo y el tercero (150 - 125 = (125 - 75)/2).

La escala de intervalo soporta cualquier transformación lineal del tipo y = ax + b (donde


a > 0 y b ≠ 0) que preserve las relaciones que son válidas para esta escala:

• igualdad/desigualdad
• orden
• suma y resta de los números
• multiplicación y división de la diferencia entre los números.

Por ejemplo, podemos multiplicar los valores anteriores de CI por 3 (a = 3) y restarle


200 (b = -200), con lo que la puntuación estimada ahora para la inteligencia de esos tres
niños sería:
• y1 = 3 x 150 - 200 = 250
• y2 = 3 x 125 – 200 = 175
• y3 = 3 x 75 - 200 = 25.

Los nuevos valores transformados (y) preservan todas las propiedades que cumplían los
valores originales (x):

• los tres valores son diferentes: 250 ≠ 175 ≠ 25


• los nuevos valores se pueden ordenar en el mismo sentido o dirección que los
originales: 250 > 175 > 25
• la diferencia en inteligencia entre los dos primeros niños es la mitad que la
existente entre el segundo y el tercero: 250 - 175 = (175 - 25)/2.

Ahora bien, no se puede decir que el primer niño sea el doble de inteligente que el
tercero -si atendemos a la escala original (150 = 2 x 75)- o que el primero sea diez veces
más inteligente que el tercero -si atendemos a la escala transformada (250 = 10 x 25)-
sino solo que la diferencia entre el segundo y el tercero -con cualquiera de las escalas-
es el doble que la diferencia entre el primero y el segundo. Para poder concluir lo
anterior se necesita disponer de una escala de razón.

Escala de razón
En esta escala los números asignados a los objetos admiten como válidas las relaciones
de igualdad-desigualdad, orden, suma, resta, multiplicación y división.

Consideremos ahora no la clasificación general de los equipos sino la de los jugadores,


para ver qué jugador es el máximo goleador de la liga. Examinemos, por tanto, los goles
marcados por cada jugador. Como se puede observar en la tabla, Suarez, pichichi de la
temporada, ha metido el doble de goles que Aduriz mientras que Nolito solo consiguió
marcar la mitad de los goles metidos por Benzema o Neymar.

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Otras escalas de razón serían, por ejemplo, el peso, la altura y muchas otras variables
físicas.

Si escasas son las variables psicológicas con nivel de medida de intervalo, todavía lo
son más las medidas a nivel de razón. Un ejemplo de éstas sería el tiempo de reacción
de un sujeto ante la presentación de un estímulo doloroso. Si un sujeto tarda 16
milisegundos en responder a un estímulo de estas características y otro sujeto tarda solo
8 milisegundos, se puede decir perfectamente que el tiempo de reacción del primer
sujeto es el doble que el del segundo (16 = 2 x 8).

La escala de razón soporta cualquier transformación del tipo y = ax (donde a > 0) que
preserve las relaciones anteriores definidas como válidas para esta escala. Por ejemplo,
podemos multiplicar los tiempos de reacción anteriores por la constante 10 (a = 10)
obteniendo los valores transformados 160 y 80. Compruebe el lector a modo de
ejercicio que se preservan las relaciones de igualdad-desigualdad, orden, suma, resta,
multiplicación y división.

A diferencia de lo que ocurría en la escala de intervalo, cuando la escala es de razón el


cociente entre los valores originales x es el mismo que el cociente entre los valores

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transformados y (16/8 = 160/80), algo que no sucedía en la escala de intervalo (150/75 ≠
250/25). La razón es que en la escala de intervalo el origen de la escala de medida es
arbitrario (por eso, las transformaciones admisibles adoptan la forma y = ax + b)
mientras que en la escala de razón el origen de la escala no es arbitrario sino que
representa un origen real que corresponde a la ausencia (valor cero) de la característica
que se está midiendo (por eso, las transformaciones admisibles adoptan la forma y = ax,
en las que lo único arbitrario es la unidad de medida -a- pero no el origen de la escala
con b = 0). Retomando el ejemplo del fútbol, la variable número de goles marcados
tiene un cero real que coincide con el origen de la escala. Del mismo modo, existen
ceros reales para variables físicas como el peso, la altura o para variables psicológicas
como el tiempo de reacción de un sujeto, que indican ausencia de la característica
medida.

¿Una puntuación de 0 en una prueba psicológica significa ausencia de la


característica medida?

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