Pediatria

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Constipación:

Se entiende por constipación al retardo o la incapacidad en la defecación, por un período de


más de dos semanas.

Es el concepto, sin embargo, no por ello vamos a esperar la evolución de un paciente de 2


semanas para considerar el tratamiento.

La frecuencia de defecación en recién nacidos (1ra semana) son 4 deposiciones por día, la de
lactantes (1er año) son dos deposiciones por día, y a edad preescolar (4 años ) el ritmo de
deposiciones se hace similar al del adulto, de 1 o 2 deposiciones por día. Sin embargo, la
deposición en recién nacidos y lactantes hasta las 4 semanas son de frecuencia muy diferente
entre pacientes y para determinar si hay constipación o no se toma en cuenta la consistencia
de las heces.

En neonatos con lactancia materna es enormemente improbable, y la principal causa es la


alimentación a base de fórmulas, pues son más difíciles de digerir y pueden causar heces de
consistencia más dura y difíciles de expulsar.

Tambien puede estar causada por insuficiente alimentación, y un signo que nos ayuda a
diferenciarlo es el color verdoso, similar al meconio, de las heces, que se mantiene al 4to o 5to
día de vida o la ausencia absoluta de movimientos intestinales.

Otras causas asociadas son las metabólicas (hipotiroidismo, hipokalemia, hipercalcemia) y las
causas anatómicas (ano imperforado y estenosis anal)

Durante la ablactación puede presentarse la constipación transicional, en el período en el que


el lactante comienza a adaptar su sistema gastrointestinal al nuevo contenido alimentario. Las
heces tienen más consistencia y su aspecto es más similar a las heces de un niño mayor o un
adulto. De igual forma, se toma muy en cuenta la consistencia de las heces, también la
frecuencia evacuatoria y los síntomas propios del paciente durante la evacuación o entre
evacuaciones. La principal causa durante la ablactación, dejando a un lado la constipación
transicional, es la deshidratación.

En el resto de la población pediátrica hay causas psicológicas asociadas que llevan al niño a
retener las heces, tales como la fobia al baño por padres ansiosos, el rechazo de baños
diferentes al del hogar y la retención voluntaria de heces por evitar dejar de jugar o realizar
cualquier otra actividad. Las causas dietéticas también son frecuentes, la deshidratación, dieta
baja en fibras y alta en lácteos contribuyen a la constipación.

Hematemesis:

Es sangre expulsada por la boca, habitualmente con el vómito, que varía desde rojo rutilante
hasta sangre degradada por el jugo gástrico en cuncho de café.

Lo primero que hay que hacer es descartar que el origen del sangrado sea gastrointestinal, y
no de nasofaringe u orofaringe, ya que fácilmente puede originarse por traumatismos en
faringe y epistaxis y ser desapercibida por el médico. Y saber que si se trata de sangre roja
rutilante, generalmente se asocia a un sangrado más abundante que si se trata de cunchos de
café, donde el sangrado es mas lento de forma que da tiempo a su degradación por el jugo
gástrico.

En neonatos, la hematemesis generalmente cesa en un período de 24 horas y no es


identificada su etiología. Sin embargo, cuando se identifica, las más comunes son la
regurgitación de la sangre materna deglutida en el canal del parto, y trastornos de coagulación
por deficiencia de Vitamina K. En el caso de sangre materna deglutida, está disponible el test
de Apt para diferenciar la sangre materna de la sangre fetal, basándonos en la presencia de
hemoglobina fetal en ésta última. Para ello se diluye una parte de sangre con 5 partes de agua,
se centrifuga y se aplica 1ml de hidróxido sódico, con lo que la sangre se colorea a rosado
(sangre de neonato) o a amarillento-marrón (sangre de adulto).

Dentro del sangrado verdadero del neonato, también éste ocurre por gastritis hemorrágica a
consecuencia de un parto distócico con hipoxia, sepsis neonatal y trastornos del sistema
nervioso central. También, las fórmulas lácteas de leche de vaca y de soya pueden causar tanto
hemoptisis como sangrado intestinal bajo, y generalmente va acompañado de una cuenta
blanca elevada y neutrofilia.

En los lactantes la principal causa de hematemesis es la ingestión de cuerpos extraños y


laceraciones esofágicas o en orofaringe, a su vez, también la ingestión de cáusticos como soda
cáustica (hidróxido de sodio), nitrato de plata, etc. Todo esto dado a la curiosidad de los
lactantes, y sus impulsos de llevarse las cosas a la boca durante su período de aparición
dentaria.

En el resto de la población pediátrica también puede presentarse hemoptisis por úlcera


péptica y gastritis por el estrés académico principalmente, y por causa medicamentosa (uso y
abuso de AINES). También puede incluirse la ingestión de hierro y cáusticos, aunque la
hematemesis resultante no es tan abundante. También en esta etapa puede darse el síndrome
de mallory Weiss por arcadas y vómitos a repetición que causan laceraciones gastroesofágicas
y sangrado correspondiente.

Enterorragia:

Se trata del sangrado intestinal, generalmente referido como sangrado intestinal bajo, en sus
dos manifestaciones, sangre roja rutilante (que hace pensar en una injuria en el tracto
intestinal inferior, por debajo del ángulo de Treitz) y melena (que hace pensar en injuria en el
tracto intestinal superior, por encima del ángulo de Treitz). Sin embargo, la ubicación de la
lesión no es necesariamente la predicha por ésta suposición pues la melena puede ser igual
causada por sangrado intestinal inferior lento o bien ingesta de sangre.

En los niños puede ocurrir una falsa melena, que son heces oscurecidas por alto contenido de
hierro en la dieta o por utilización de medicamentos con bismuto, destinados a aliviar síntomas
de diarrea.

En el caso de la sangre roja rutilante, generalmente es causada por fisuras anales en un 90% de
los casos, donde la sangre es poco abundante, generalmente asociada a constipación y heces
de consistencia dura, y puede o no observarse una fisura en los bordes del ano a la inspección
simple.
Otras causas son los cuerpos extraños y el traumatismo por abuso sexual.

Disentería:

Son evacuaciones diarreicas con moco y sangre. Sin embargo en ocasiones sólo la presencia de
moco basta pues en muchos casos la sangre no es visible macroscópicamente.

En todos los grupos etarios, los agentes etiológicos son los mismos, sin embargo hay
predominancia de estos síntomas desde los 6 meses en adelante, especialmente después del
1er año de edad. Entre los agentes etiológicos causales predomina el género Shigella pero
también se incluyen Salmonella, Escherichia coli, etc.

Diarrea:

Es una alteración en la frecuencia de deposiciones y la consistencia de las mismas. Se


considera crónica si es superior a 14 días.

En el caso de la diarrea aguda, el agente etiológico es el mismo en todos los grupos etarios,
generalmente es viral por rotavirus o adenovirus.

Sin embargo cuando la diarrea se hace crónica hay que sospechar otras causas, como la
desnutrición y sobrecarga alimenticia. También tomar en cuenta que el 60% de los pacientes
usuarios de antibióticos pueden presentar diarrea por destrucción de la flora intestinal normal
y consecutiva invasión de microorganismos patógenos. De igual forma, la inmunosupresión
infantil puede dar origen a la colonización por Giardia lamblia, Entameba histolytica,
Salmonella spp, y Yersinia.

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