Obligaciones - Incumplimiento de Contrato

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LOS LLANOS CENTRALES


“RÓMULO GALLEGOS”
ÁREA CIENCIAS POLÍTICAS Y JURÍDICAS
UNIDAD CURRICULAR: OBLIGACIONES II

ENSAYO

Junio- 2021
Introducción
La facultad resolutoria está establecida en el artículo 1.167 del Código
Civil, estudiada dentro del título de las obligaciones condicionales, como una
condición resolutoria envuelta en todo contrato bilateral, que en caso de
incumplimiento de unas de las obligaciones pactadas por una de las partes, faculta
a la otra a pedir a su arbitrio (judicialmente, de ahí el término “pedir”), o el
cumplimiento, o la resolución del contrato, ambas con indemnización de perjuicios.
Y como cualquier otro remedio contractual que se concede al acreedor por
falta de cumplimiento en la prestación, es decir, dentro del ámbito de los efectos
de las obligaciones, junto a la facultad del acreedor de exigir el cumplimiento de
la prestación, o también la indemnización de perjuicios, o los derechos
auxiliares del acreedor (acción oblicua o subrogativa y la acción paulinia o
revocatoria, entre otros).El acreedor instará por la resolución cuando, no tenga
interés en continuar con el contrato, buscando perfeccionarlo de otro modo a
través de un tercero, mas no con su deudor. Por tanto, hoy en día, ¿será
dable entender a la resolución como una simple condición?, ¿o será necesario
darle el carácter de uno de los tantos remedios contractuales que posee el
acreedor en caso de no cumplimiento de las obligaciones por unas de las partes?
Lo último parece ser lo recomendable, ya que es de esta manera como se han
tratado en el derecho comparado. En este ensayo, se dará repuesta a esas
interrogantes y mas.
El autor civilista, Maduro Luyando (ob. cit.), parte de la noción de que la
acción resolutoria “es la facultad que tiene una de las partes en un contrato
bilateral, de pedir la terminación del mismo y en consecuencia ser liberada de su
obligación, si la otra parte no cumple a su vez con la suya”.
Ossorio (2006), indica que esta acción en estudio, “es la ejercida para que
se proceda a la resolución forzosa de un contrato u obligación al que no se accede
extrajudicialmente”. (p. 40)
Se desprende entonces, que la resolución no es más que la terminación de
un contrato bilateral motivada por el incumplimiento culposo de una de las parte.
Esta acción, encuentra su base legal en el artículo 1167 del Código Civil
venezolano vigente, el cual dispone: “En el contrato bilateral, si una de las partes
no ejecuta su obligación, la otra puede a su elección reclamar judicialmente la
ejecución del contrato o la resolución del mismo, con los daños y perjuicios en
ambos casos, si hubiere lugar a ello”.
Dicho esto es importante destacar las diferencias con la nulidad y otras
formas de los contratos
La nulidad es un modo de terminación de los contratos que han nacido con
un vicio que afecta su eficacia. La resolución es un modo de terminación de
contratos que han nacido legalmente perfectos y que producen los efectos
normales propios de todo contrato válido.
Las causas de nulidad surgen con el contrato mismo. Las mismas causas
de resolución (incumplimiento culposo) surgen después que el contrato se ha
perfeccionado.
Como consecuencia de las diferencias apuntadas, la nulidad no es más que
la constatación de un contrato inválido o ineficaz. La resolución es la terminación
de un contrato perfecto.
La nulidad es la consecuencia de la violación en el contrato de normas de
orden público que tutelan intereses generales (nulidades absolutas) o intereses
particulares (nulidades relativas) y opera aun cuando las partes cumplan o quieran
cumplir sus respectivas obligaciones. La resolución ocurre en los contratos
bilaterales, motivada a incumplimiento culposo de sus obligaciones por una de las
partes.
Por otra parte, la rescisión es un medio especial para atacar ciertos contratos
bilaterales, que si bien no violan ninguna cláusula de orden público, establecen
una desproporción excesiva entre las prestaciones de las partes en perjuicio o
detrimento de una de ellas.
Además, la doctrina expone que en general la rescisión tiene carácter
subsidiario y sólo opera en falta de otro recurso capaz de colocar a las partes en
situación de equilibrio. La resolución no tiene carácter subsidiario, ni tampoco
opera a falta de otro recurso.
Y también es necesario saber que el efecto retroactivo de la resolución no es
aplicable en los casos de rescisión.
Del mismo modo, la disolución es un medio voluntario de terminación de los
contratos mediante el cual las partes de mutuo acuerdo deciden la extinción del
contrato. La resolución no es propiamente voluntaria, sino que es motivada por el
incumplimiento culposo de una de las partes en un contrato bilateral, viéndose
obligada la otra parte, en resguardo de sus intereses, a pedir la terminación del
mismo.
Así como, la disolución del contrato es un medio general de terminación de
todo contrato, sea de la clase que fuere (art. 1159). La resolución del contrato es
típica de los contratos bilaterales y sólo para los casos de incumplimiento culposo.
La revocación del contrato, tomada en un sentido estricto, es la terminación
de determinados tipos de contrato por voluntad unilateral de una de las partes. Ello
ocurre en algunas clases de contratos: mandato, sociedades por tiempo ilimitado,
sociedades dé hecho, entre otros.
Cabe destacar que la resolución no depende de la sola voluntad de una de
las partes, sino que es motivada por el incumplimiento culposo de la otra parte.
La resolución, por el contrario, tiene efectos retroactivos colocando a las
partes en la misma situación en que se encontraban antes de celebrar el contrato
y, por consiguiente, tiende a eliminar las prestaciones cumplidas con anterioridad,
mediante la mutua restitución de las mismas (salvo los casos de excepción).
En el mismo orden de ideas podemos decir que la doctrina señala como efectos
principales los siguientes:
La terminación del contrato bilateral, que al ser declarado resuelto se
extingue. Ahora bien, el contrato se considera terminado, no desde el momento en
que se declara la resolución, sino se considera como si jamás hubiese existido,
volviendo las partes a la misma situación en que estaban antes de contratar.
Un efecto retroactivo, mediante el cual el contrato se con sidera como si
efectivamente jamás hubiese sido celebrado.
La parte cuyo incumplimiento culposo da motivo a la resolución queda
obligada a la indemnización de los daños y perjuicios que la resolución cause a la
parte accionante. Para algunos autores, la acción por daños y perjuicios es
subsidiaria de la de cumplimiento o de la de resolución de los contratos bilaterales.
Es decir, para que proceda la acción por daños y perjuicios debe haberse pedido
necesariamente el cumplimiento o la resolución del contrato. Para ello se
fundamentan en la redacción del artículo 1167 del Código Civil, el cual dispone
que en los contratos bilaterales, si una de las partes no ejecuta su obligación, la
otra puede a su elección reclamar judicialmente la ejecución del contrato o la
resolución del mismo, con los daños y perjuicios en ambos casos, si hubiere lugar
a ello.
También se hace importante señalar las diferencias entre la Acción
Resolutoria y la Excepción Non Adimpleti Contractus
La acción resolutoria tiene como objeto fundamental obtener la terminación de
un contrato bilateral, mientras que la excepción non adimpleti contractus sólo
persigue obtener la suspensión del contrato bilateral. Mientras que la acción
resolutoria extingue el contrato, la excepción non adimpleti lo suspende mientras
la parte que dio motivo a su oposición cumple la obligación prometida, caso en el
cual el contrato vuelve a producir sus efectos normales. Sólo existe una situación
excepcional en que la excepción non adimpleti contractus no suspende el contrato
sino lo extingue: es en los contratos de tracto sucesivo, pues la oposición de la
excepción deja inexistente el contrato durante el lapso en el cual una de las partes
dejó de cumplir su obligación.
Aunado a ello, la acción resolutoria es una acción. Es un medio o poder
jurídico de acudir ante los órganos jurisdiccionales a fin de impugnar un contrato
solicitando su terminación, es un medio de ataque para tener la terminación de un
contrato. La excepción non adimpleti contractus es un medio de defensa que
opone la parte de un contrato bilateral, para ser liberada del cumplimiento de sus
obligaciones, cuando es demandada para tal cumplimiento por la otra parte que a
su vez no ha cumplido con sus propias obligaciones
Nuevamente es necesario resaltar que El artículo 1167 del Código Civil
Venezolano consagra la acción resolutoria al disponer: “En el contrato bilateral, si
una de las partes no ejecuta la obligación, la otra puede a su elección reclamar
judicialmente la ejecución del contrato o la resolución del mismo, con los daños y
perjuicios en ambos caso si hubiere lugar a ello”.
Y la misma se clasifican en:
Resolución Convencional. No siendo una materia en la cual está interesado
el orden público, las partes pueden estipular libremente las causas de resolución y
sus consecuencias, salvo en ciertos contratos en que la ley limita, restringe o
regula la acción resolutoria. Las partes pueden limitarse a determinar causas
específicas de incumplimiento (falta de cumplimiento dentro de cierto término,
incumplimiento defectuoso determinado por un tercero designado por las partes,
retraso en la ejecución de una obra). El papel del juez, cuya intervención es
entonces necesaria, se limita a determinar si efectivamente se produjo o no la
causa de resolución; pero no podrá calificar si el incumplimiento es o no es
suficiente para declarar la resolución del contrato. Ejemplo: El Decreto Ley de
Arrendamientos Inmobiliarios, el cual limita las causas para exigir la resolución de
los contrato por tiempo indeterminado a las previstas en ella (art. 33) y concede un
plazo de gracia para el pago del canon de arrendamiento.
Resolución de Pleno Derecho. Puede estipularse que la resolución se
produzca de pleno derecho ante el incumplimiento de una de las partes. Será
necesario que la parte inocente, que tiene la alternativa de exigir el cumplimiento o
la resolución, notifique a la otra parte que ha hecho uso de la facultad de resolver
el contrato por su propia voluntad. No siendo una cuestión en la cual está
interesado el orden público, las partes pueden libremente determinar las
consecuencias del incumplimiento de una de ellas, salvo en los casos que la ley
limita las causas de resolución. Tampoco será lícita la cláusula cuando ella es
abusiva. La resolución del contrato se producirá tan pronto como la otra parte haya
sido notificada, sin necesidad de intervención judicial. Sin embargo esta no se
excluye en todos los casos. Si el contrato se ha cumplido parcialmente, la parte
inocente que notifica su decisión de dar por resuelto el contrato tendrá que recurrir
ante los órganos jurisdiccionales para que se le restituya la prestación cumplida,
pero en tal caso el juez no tendrá que decretar la resolución, ya que operó la
voluntad de las partes.
La doctrina exige ciertas condiciones para la procedencia de la acción, a saber:
Es necesario que se trate de un contrato bilateral. Este requisito es exigido
literalmente por el artículo 1167 del Código Civil Venezolano.
Es necesario el incumplimiento culposo de la obligación por la parte
demandada. Por lo que respecta al carácter culposo del incumplimiento de la
obligación, ello es evidente, porque de lo contrario, si el incumplimiento es debido
a una causa extraña no imputable a las partes, se aplicarán las normas de la
teoría de los riesgos y no las relativas a la resolución.
El actor debe proceder de buena fe. En este sentido se dice que el actor debe
haber cumplido u ofrecido el cumplimiento de su propia obligación. El actor no
tiene que probar que ha cumplido con sus obligaciones, ni que ha iniciado un
procedimiento de oferta real de pago de su obligación, ni siquiera tiene que haber
ofrecido la ejecución de su obligación; ya que tales circunstancias no son hechos
constitutivos de la acción. Es más bien un hecho impeditivo.
Es necesario que el juez decrete la resolución. El artículo 1167 del Código Civil
exige expresamente la intervención judicial. Ella es necesaria, porque el juez debe
determinar si hay o no incumplimiento culposo, y si el incumplimiento tardío,
parcial o defectuoso es suficiente para que proceda la acción resolutoria.
No es subsidiaria. En Venezuela, la acción resolutoria no es subsidiaria de
cumplimiento, como se pretende en otros países. La parte accionante puede pedir
o bien el cumplimiento, o la resolución, como lo ha previsto el artículo 1167 del
Código Civil y exigir en ambos casos, el pago de daños y perjuicios.
No es necesaria la mora del deudor. En la doctrina se discute si es necesario
poner en mora al deudor. Buena parte de la doctrina así lo sostiene, pero sin darle
mayor importancia a la cuestión, considerando que la demanda serviría para poner
en mora al deudor, pero ello no es cierto, porque sólo la demanda exigiendo el
cumplimiento es la que tiene esa consecuencia.
Así mismo, las personas que pueden pedir la Acción Resolutoria
La doctrina señala en primer lugar a la parte víctima del incumplimiento y sus
causahabientes a titulo universal o a título particular, como cesionario o legatario.
La doctrina señala como efectos de la declaratoria judicial de la resolución del
contrato los siguientes:
Entre las Partes:
Efectos liberatorios. Al ser declarado resuelto el contrato se extinguen todas
las obligaciones nacidas del mismo: se considera terminado no desde el momento
en que se declara la resolución, sino como si jamás hubiese existido, volviendo las
partes a la misma situación en que estaban antes de contratar; se extinguen todas
las obligaciones nacidas del contrato.
Efectos restitutorios. Al extinguirse las obligaciones, las partes deberán
restituirse mutuamente todas las prestaciones que hubieren cumplido.
Daños y perjuicios. La parte cuyo incumplimiento culposo da motivo a la
resolución queda obligada a la indemnización de los daños y perjuicios que la
resolución cause a la parte accionante. La mayoría de tales daños pueden quedar
satisfechos por los efectos restitutorios de la acción resolutoria; pero el actor tiene
derecho a reclamar todos los daños que le produzca la resolución, tanto los daños
emergentes como el lucro cesante.
Efectos respecto a Terceros: La resolución con los efectos indicados, se
produce tanto entre las partes como con respecto a terceros, en virtud del principio
de que resuelto el derecho del enajenante desaparece el derecho del
causahabiente, pues nadie puede transmitir un derecho que no tiene.
Los Efectos de la Cosa Juzgada: El subadquirente tendría que haber sido
demandado para que la sentencia que declara la resolución le sea aplicable. En
materia de venta con reserva de dominio, basta que el contrato tenga fecha cierta,
para que sea oponible al tercero subadquirente (art. 7 Ley de Reserva de
Dominio), por consiguiente, le es oponible la sentencia que declara la resolución.
Por ende, es importante señalar los requisitos de dicho contrato:
Es necesario que se trate de un contrato bilateral.
Es necesario que exista incumplimiento culposo por la parte demandada.
Cuando se incumple la obligación principal da lugar a la resolución del
contrato. En cambio sí son obligaciones accesorias no procede la resolución, sino
la acción por cumplimiento con daños y perjuicios correspondientes.
Cuando se trate de incumplimiento total o parcial, será el juez quien determine
si procede la resolución.
Existen algunas situaciones previstas expresamente en ley para determinados
contratos: Art 1513, 1515 y 1795.
El actor debe proceder de buena fe.
El actor debe haber cumplido u ofrecido el cumplimiento de su propia
obligación.
El actor no puede prevalerse de su propio incumplimiento para exigir la
resolución del contrato, pues es contraria a la buena fe.
No procede la resolución del contrato cuando el autor por su propia culpa haya
hecho imposible la restitución de la prestación parcialmente cumplida por el
demandado.
Es necesario que el juez decrete la resolución: Art 1167.
También existen casos de resolución parcial dados por el incumplimiento parcial
puede dar lugar resolución parcial del contrato. El tracto sucesivo.
Y finalmente es necesario señalar los riesgos de este contrato:
La extinción de la obligación incumplida es un problema de responsabilidad
civil, los riegos se refieren a la ventaja que una de las partes obtendrá o no, del
contrato incumplido, se habla entonces de riesgo del contrato porque se trata de
determinar si el deudor de la obligación extinguida corre peligro de sufrir la perdida
de las ventajas que le procuraría el contrato.
Conclusión
Ya desmenuzado el tema a nivel investigativo puedo decir que la acción
resolutoria es la facultad que tiene una de las partes en un contrato bilateral, de
pedir la terminación del mismo y en consecuencia ser liberada de su obligación, si
la otra parte no cumple a su vez con la suya; pedir la restitución de la prestación
que hubiere cumplido.
Del mismo modo, la acción resolutoria expresa no es más que el acuerdo de
voluntades en que una persona o más personas se obligan a dar hacer o no
hacer, en todo contrato existen dos voluntades, pero existen contratos en que
participando las dos voluntades solo una de las partes se obliga. El contrato es a
la vez Acto o Negocio Jurídico y Fuente de Obligación.
Por otra parte también se establecieron diferencias con la nulidad que también
es un modo de terminación de los contratos que han nacido con un vicio que
afecta su eficacia. La resolución es un modo de terminación de contratos que han
nacido legalmente perfectos y que producen los efectos normales propios de todo
contrato válido.
Y finalmente los riesgos de este contrato, la extinción de la obligación
incumplida es un problema de responsabilidad civil, los riegos se refieren a la
ventaja que una de las partes obtendrá o no, del contrato incumplido, se habla
entonces de riesgo del contrato porque se trata de determinar si el deudor de la
obligación extinguida corre peligro de sufrir la perdida de las ventajas que le
procuraría el contrato.

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