Accion de Tutela A Un Contrato de Arrendamiento

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ACCION DE TUTELA A UN CONTRATO DE ARRENDAMIENTO

A partir de una acción de tutela El señor Edilberto Olaya Murillo promovió acción de tutela
para hacer valer sus derechos el 6 de noviembre de 2013, contra el Juzgado 25 Civil
Municipal de Descongestión de Bogotá, solicitando la protección de sus derechos
fundamentales al debido proceso, a la defensa y al acceso a la administración de justicia,
que consideró vulnerados por las actuaciones surtidas dentro de un proceso abreviado de
restitución de bien inmueble arrendado seguido en su contra, según los hechos resumidos a
continuación.

Valiéndose de los diferentes hechos:


Edilberto Olaya Murillo indicó que el 16 de marzo de 2013 fue notificado del proceso de
restitución de bien inmueble arrendado adelantado por la señora Clara Eugenia Rodríguez
de Rincón, en contra suya y de Angélica María Mogollón Sánchez, ante el Juzgado 25 Civil
Municipal de Descongestión de Bogotá. La causal de restitución alegada fue el
incumplimiento del contrato por ausencia de pago de los cánones de arrendamiento desde
mayo de 2008 hasta octubre de 2012.
El accionante explicó que dentro de ese proceso de restitución se opuso a las pretensiones
de la demanda y propuso varias excepciones de mérito, en tanto consideró que la señora
Rodríguez de Rincón no se encontraba legitimada en la causa por activa, pues aportó “una
simple copia informal de un contrato de arrendamiento… que es prueba sumaría al
cual (sic) me opuse por falta de veracidad de la misma” (f. 6 cd. inicial).
Manifestó el actor que el Juzgado 25 Civil Municipal de Descongestión de Bogotá aplicó el
numeral 2° del parágrafo 2° del artículo 424 del Código de Procedimiento Civil, en adelante
CPC, y tuvo por no contestada la demanda de restitución, en tanto verificó que él no canceló
los cánones adeudados, requisito para ser oído en el proceso.
El señor Edilberto Olaya Murillo argumentó que con la actuación del Juzgado accionado, se
violaron sus derechos fundamentales al debido proceso, a la defensa y al acceso a la
administración de justicia, en la medida en que debió valorarse la controversia sobre la
legitimidad de la presunta arrendadora, en tanto ésta aportó una copia simple del contrato de
arrendamiento que fue tachada de falsa, sin que pudiera comprobarse la veracidad de la
misma, al ser desestimada su defensa.
 
Sostuvo que en su caso no se tuvo en cuenta la subregla establecida por la Corte
Constitucional en la sentencia T-067 de febrero 4 de 2010 (M. P. Jorge Ignacio Pretelt
Chaljub) la cual establece que, si se presentan serias dudas sobre la existencia del contrato
de arrendamiento, no debe exigírsele al demandando el pago de los cánones adeudados para
ser oído en el juicio, situación fáctica que, en opinión del actor, es la que ocurrió en este
caso.
El accionante consideró que la demandante en restitución, Clara Eugenia Rodríguez de
Rincón faltó a la verdad, pues no ha legalizado totalmente la compra o traspaso del
inmueble arrendado. Explicó que el contrato pasó a sus manos por vía de cesión, acto
jurídico que no le fue notificado en su calidad de arrendatario, por lo cual se acrecientan las
dudas sobre su legitimidad para hacer valer el contrato de arrendamiento.
De otra parte, el actor afirmó que el original del contrato desapareció en manos de la señora
Matilde Rubio Rubio (posteriormente fallecida) y recalcó que en el documento que la
demandante en restitución presentó “se suprimió la figura de coarrendataria” de la señora
Angélica María Mogollón Sánchez, por lo cual él desconoció la veracidad y autenticidad del
mismo frente al Juez accionado. 
De otra parte, el señor Edilberto Olaya Murillo explicó que la presente acción de tutela
cumple el requisito de inmediatez, pues entre octubre 18 de 2013 (sentencia atacada) y
noviembre 6 de ese año (instauración de la acción de tutela), transcurrió un término
razonable.
El propósito del demandante Edilberto Olaya Murillo (arrendatario) es exigir sus derechos,
ante una demanda interpuesta por la señora Clara Eugenia Rodríguez (arrendadora) en la
que exige la restitución del bien inmueble al arrendatario donde él había pagado unos meses
por adelantado, él le coloca una acción de tutela a esta señora y se niega a desocupar el
inmueble porque dice que la señora ante la demanda impuesta tiene irregularidades en los
hechos mostrados ante la corte.
Las consideraciones de la corte frente al problema jurídico,
II. CONSIDERACIONES DE LA CORTE CONSTITUCIONAL
 
Corresponde a la Corte Constitucional analizar, en Sala de Revisión, el fallo proferido
dentro de la acción de tutela en referencia, con fundamento en los artículos 86 y 241-9 de la
Constitución y 31 a 36 del Decreto 2591 de 1991.
 
Establecerá si los derechos del señor Edilberto Olaya fueron vulnerables por el juzgado 25
civil municipal de descongestión de Bogotá, al no haberlo escuchado en el juicio dentro del
proceso de restitución del inmueble arrendado.
analizaran el origen excepcional de la acción de tutela para debatir decisiones
judiciales; reiterar la jurisprudencia constitucional en relación a la aplicación del numeral 2º
del parágrafo 2º del artículo 424 del CPC, cuando se presentan dudas sobre la existencia de
contrato de arrendamiento.
mediante la sentencia C-543 de octubre 1º de 1992 (M. P. José Gregorio Hernández
Galindo) esta Corte declaró la inexequibilidad de los artículos 11, 12 y 40 del Decreto 2591
de 1991, normas que establecían reglas relacionadas con el trámite de acciones de tutela
contra determinaciones judiciales que pongan fin a un proceso, cuya inconstitucionalidad
derivó de afirmarse la improcedencia del amparo contra tal clase de providencias, salvo si se
trata de una ostensible y grave “actuación de hecho”, perpetrada por el propio funcionario
judicial.
Entre otras razones, se consideró inviable el especial amparo constitucional ante
diligenciamientos reglados, dentro de los cuales están previstos, al interior de cada
respectivo proceso judicial, mecanismos de protección de las garantías fundamentales. 
Al respecto, al estudiar el asunto frente al tema del “principio democrático de la autonomía
funcional del juez”, reconocido expresamente en la carta política y en preceptos del bloque
de constitucionalidad, esta Corte determinó que el juez de tutela no puede extender su
actuación a resolver la cuestión litigiosa, obstaculizar el ejercicio de diligencias ordenadas
por el juez ordinario, ni modificar sus providencias, o cambiar las formas propias de cada
juicio, lo cual sí violaría gravemente los principios constitucionales del debido proceso.
 

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