Fiebre Rematoidea Sem 12
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Fiebre Rematoidea Sem 12
FIEBRE REUMATICA
CURSO: 2021.
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FIEBRE REUMÁTICA.
La fiebre reumática es una complicación tardía que puede afectar cualquier parte del
organismo, siendo el principal órgano afectado el corazón, donde puede afectar al
pericardio (pericarditis), al miocardio (miocarditis) o al endocardio (endocarditis). En la
fase aguda produce una pancarditis que provoca valvulopatías cardíacas en la fase
crónica, también llamada enfermedad cardíaca reumática. Afecta también a
la piel (eritema marginado), a las articulaciones (poliartritis migratoria), al cerebro (corea
de Sydenham) y al tejido celular subcutáneo (nódulos subcutáneos).
EPIDEMIOLOGIA
La ARF es una enfermedad sobre todo de los niños de entre 5 a 14 años de edad. Los
episodios iniciales se tornaron menos comunes en adolescentes mayores y adultos
jóvenes, y son inusuales en personas >30 años de edad. En cambio, los episodios
recurrentes de ARF son todavía relativamente frecuentes en adolescentes y adultos
jóvenes. Este patrón difiere de la prevalencia de la RHD, que alcanza su máximo entre
los 25 y 40 años de edad. No hay una relación clara respecto del género para la fiebre
reumática aguda, pero la cardiopatía reumática afecta más a menudo a las mujeres,
algunas veces hasta dos veces más que a los varones.
ETIOLOGÍA.
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El agente etiológico es el sistema inmune al desarrollar anticuerpos contra estreptococo
beta hemolítico del grupo A y persistir éstos después de que la infección haya sido
superada. Ocurre por factores que aún no se han aclarado, aunque por lo general se le
atribuye un mecanismo autoinmune, presentándose como una inflamación difusa
del tejido conjuntivo.
PATOGENIA.
RESPUESTA INMUNITARIA
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Por lo general se ven afectadas las válvulas mitral y aórtica. El daño a la válvula
tricúspide suele ser inusual y mucho más leve y, de aparecer, se asocia con previas
lesiones extensas de las válvulas mitral y aórtica.
MANIFESTACIONES CLINICAS
AFECTACIÓN CARDIACA
Hasta 60% de los pacientes con fiebre reumática aguda evoluciona a la cardiopatía
reumática. El endocardio, el pericardio o el miocardio resultan afectados. La lesión
valvular es el dato distintivo de la carditis reumática. La válvula mitral casi siempre está
afectada, algunas veces junto con la válvula aórtica; la alteración sola de la válvula
aórtica es rara. El daño de las válvulas pulmonar o tricúspide es consecuencia por lo
regular de las mayores presiones pulmonares que a su vez son resultado de la
valvulopatía izquierda. El comienzo del daño valvular origina insuficiencia y, con el paso
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de los años, casi siempre como consecuencia de episodios recurrentes, hay
engrosamiento, cicatrices y calcificación de valvas y estenosis valvular. Por tanto, la
manifestación característica de la carditis en personas que no estaban afectadas es la
insuficiencia mitral que en ocasiones se acompaña de insuficiencia aórtica. La
inflamación del miocardio puede afectar las vías de conducción eléctrica y prolongar el
intervalo P-R (bloqueo auriculoventricular de primer grado o, en raras veces, un bloqueo
de mayor grado), y amortiguamiento del primer ruido cardiaco.
AFECTACIÓN ARTICULAR
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Las manifestaciones articulares de la ARF responden muy bien a los salicilatos y a
otros antiinflamatorios no esteroideos (NSAID, nonsteroidal anti-inflammatory drugs). En
realidad, es improbable que la afectación articular que persiste más de uno o dos días
después de iniciar la administración de salicilatos se deba a ARF.
COREA
MANIFESTACIONES CUTÁNEAS
OTRAS MANIFESTACIONES
En gran parte de los casos de ARF hay fiebre, aunque raras veces en pacientes con
corea pura. Si bien la fiebre alta (≥39°C) es la regla, no son infrecuentes los aumentos
menores en la temperatura. En muchos casos se encuentran elevados los reactantes
de fase aguda.
Con excepción de la corea y la carditis leve, las cuales se manifiestan muchos meses
más tarde, es esencial el dato de una infección previa por estreptococos del grupo A
para establecer el diagnóstico de fiebre reumática aguda. Dado que en muchos casos
no se dispone de un cultivo positivo de frotis faríngeo o una prueba de antígeno rápida,
por lo general se necesitan datos serológicos. Las pruebas serológicas más comunes
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son las concentraciones de antiestreptolisina O (ASO) y anti-DNasa B (ADB). Cuando
sea posible, se determinan los intervalos de referencia específicos de edad en una
población local de personas sanas que no tengan una infección reciente por
estreptococos del grupo A
Dado que no hay una prueba definitiva, el diagnóstico de ARF se basa en la presencia
de una combinación de manifestaciones clínicas típicas junto con datos de una
infección previa por estreptococos del grupo A y la exclusión de otros diagnósticos. Tal
incertidumbre llevó en 1944 al Dr. T. Duckett Jones a elaborar un conjunto de criterios
(conocidos más adelante como criterios de Jones) para facilitar el diagnóstico. La
revisión más reciente de los criterios de Jones exige que el médico determine si el
paciente proviene de una población que se sabe que experimenta tasas bajas de ARF.
Para este grupo, hay un ajuste de criterios de “bajo riesgo”; para todos los demás, hay
una serie de criterios más sensible
CRITERIOS MAYORES.
CRITERIOS MENORES.
1. Fiebre > 38.2 ºC.
2. Artralgias: dolor en articulación y músculos sin inflamación. (Este criterio no
puede ir junto con el criterio mayor de Poliartritis migratoria).
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3. Presencia de antecedentes faringo-amigdalares por estreptococo grupo A, sea
por un cultivo positivo o una elevación serológica de antiestreptolisinas O.
Dolor abdominal.
Epistaxis o hemorragias nasales.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL.
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Se realiza fundamentalmente con padecimientos que cursan con dolor e inflamación
articular.
Artritis reumatoide
Artritis infecciosa
PRONOSTICO
Sin tratamiento, la fiebre reumática aguda tiene una duración promedio de 12 semanas.
Con tratamiento, los pacientes casi siempre reciben el alta médica en 1 o 2 semanas.
Se vigilan los marcadores inflamatorios cada 1 a 2 semanas hasta que se normalizan
(por lo regular en las primeras 4 a 6 semanas) y se lleva a cabo una ecocardiografía
luego de 1 mes para determinar una posible progresión a la carditis. Los casos con
carditis más grave necesitan vigilancia clínica y ecocardiográfica rigurosa a largo plazo.
PREVENCION
PREVENCIÓN PRIMARIA
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Por tanto, la base de la prevención primaria de la fiebre reumática aguda es todavía la
profilaxis primaria, es decir, el tratamiento oportuno y completo de la faringitis por
estreptococos del grupo A con antimicrobianos. Si se instituye durante los primeros 9
días después de iniciada la disfagia, el régimen de penicilina (como se describió para el
tratamiento de la ARF) previene casi todos los casos. En sitios en que son frecuentes
ARF y RHD, pero no se cuenta con el diagnóstico microbiológico de faringitis por
estreptococos del grupo A, como en países de escasos recursos, las guías de atención
primaria recomiendan tratar a todo paciente de faringitis con penicilina o, de manera
alternativa, utilizar un algoritmo clínico para identificar a individuos que muestran una
mayor probabilidad de padecer faringitis por estreptococos del grupo A. Estas medidas,
aunque son imperfectas, reconocen la importancia de la prevención de ARF a costa de
tratar en grado excesivo muchos casos de faringitis sin relación con estreptococos del
grupo A.
PREVENCIÓN SECUNDARIA
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penicilina V oral (250 mg), pero es menos eficaz que la penicilina G benzatínica. Los
pacientes alérgicos a este fármaco reciben 250 mg de eritromicina dos veces al día.
TRATAMIENTO
Fiebre reumática aguda En los pacientes con posible ARF se establece una vigilancia
constante para asegurar la confirmación del diagnóstico, el tratamiento de la
insuficiencia cardiaca y otros síntomas, además del inicio de medidas preventivas que
comprendan profilaxis secundaria, incluidos un registro de ARF y la educación para la
salud. Se solicita ecocardiografía en todos los casos posibles con el propósito de
ayudar a establecer el diagnóstico y determinar la gravedad al inicio de cualquier
carditis.
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ANTIBIÓTICOS
Todos los pacientes con fiebre reumática aguda deben recibir antibióticos suficientes
para tratar la infección desencadenante por estreptococos del grupo A. La penicilina es
el fármaco de elección y se administra por vía oral (como fenoximetilpenicilina, 500 mg
[250 mg para niños ≤27 kg] VO c/12 h, o amoxicilina, 50 mg/kg [máximo 1 g] por día
durante 10 días) o en una sola dosis de 1.2 millones de unidades (600 000 unidades
para niños ≤27 kg) IM de penicilina G benzatínica.
Pueden utilizarse para tratar la artritis, la artralgia y la fiebre, una vez que se confirma el
diagnóstico. No son de utilidad en el tratamiento de la carditis o la corea. El ácido
acetilsalicílico es el fármaco más indicado, en dosis de 50 a 60 mg/kg de peso al día
hasta un máximo de 80 a 100 mg/kg al día (4 a 8 g/día en adultos) en cuatro a cinco
fracciones. Con dosis mayores, es importante vigilar al paciente en busca de síntomas
de salicilismo, como náusea, vómito o acúfenos; si aparecen tales manifestaciones es
necesario reducir la dosis. Cuando los síntomas agudos se resuelven de forma
importante, por lo regular en las primeras 2 semanas, pueden disminuirse las dosis
altas a 50 a 60 mg/kg al día durante 2 a 4 semanas más. Después de 3 semanas de
interrumpir el fármaco, algunas veces reaparecen la fiebre, los signos articulares y los
reactivos de fase aguda altos; ello no implica una recurrencia y puede comenzarse de
nuevo el uso de salicilatos por un lapso breve. En vez del ácido acetilsalicílico, una
alternativa útil es el naproxeno en dosis de 10 a 20 mg/kg al día, con la ventaja
adicional de que se administra dos veces al día.
Glucocorticoides
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El empleo de glucocorticoides en la fiebre reumática aguda es todavía controvertido.
Dos metaanálisis no han logrado demostrar un beneficio de los glucocorticoides en
comparación con placebo o salicilatos para mejorar el pronóstico de la carditis a corto o
más largo plazo. Sin embargo, los estudios incluidos en estos metaanálisis tuvieron
lugar hace >40 años y no se emplearon los fármacos administrados con regularidad en
la actualidad. Muchos médicos tratan los casos de carditis grave (que producen
insuficiencia cardiaca) con glucocorticoides porque consideran que pueden reducir la
inflamación aguda y favorecer una curación más rápida de la insuficiencia. Sin
embargo, los beneficios potenciales de este tratamiento deben equilibrarse con los
posibles efectos adversos. Si se recetan, se recomienda la prednisona o la
prednisolona en dosis de 1 a 2 mg/kg por día (máximo, 80 mg), y a menudo sólo se
necesitan durante algunos días o hasta por un máximo de 3 semanas.
REPOSO EN CAMA
Las recomendaciones habituales del reposo en cama a largo plazo, alguna vez parte
fundamental del tratamiento, ya no suelen ponerse en práctica. Más bien, el reposo en
cama se prescribe según se necesite mientras haya artritis y artralgia, y en los
pacientes con insuficiencia cardiaca. Una vez que se controlan bien los síntomas,
puede iniciarse la movilización según se tolere.
COREA
INMUNOGLOBULINA INTRAVENOSA
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