Libro Historia Eclesiastica 2 ,. Franklin Gaviria
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UNIDAD I.
Aun los gobernantes nativos gozaban de una limitada autoridad en ciertas regiones del
imperio, así como subsistían algunos estados nativos bajo el dominio británico en la
India. Uno de tales países era universal de mejores relaciones con lo espiritual
invisible, y del anhelo de los hombres de una ayuda mayor que la que podían
prestarse.
Palestina en tiempo del nacimiento de Cristo. No poco del éxito de Roma como señora
de sus diversos súbditos se debía a ese trato considerado de los derechos y prejuicios
locales. La diversidad del imperío apenas si era menos notable que su unidad.
Variedad que en ningún otro aspecto era más notable que en el pensamiento religioso.
Aristóteles. (384-322 a. de J. C.) tenía un espíritu mucho menos místico que Plat ón.
Para el, el mundo visible era una realidad indiscutible. Desechaba la fina distinción
platónica entre "ideas" y fenómenos. Ninguno de los dos podía existir sin el otro. Toda
existencia es una sustancia, resultante, salvo en el caso de Dios, que es totalmente
inmaterial, de la impresión de la "idea", como fuerza formativa, sobre la materia, que
es el contenido Ia materia en sí es sólo una sustancia potencial. Ha existido siempre,
pero nunca sin forma. De ahí que el mundo sea eterno, pues no existe un reino de
"ideas" anteriores a su manifestación en fenómenos. El mundo es el primer objeto del
conocimiento, y Aristóteles es por consiguiente estrictamente hablando un cientifico.
Sus transformaciones exigen la iniciación de un "primer motor", que es él mismo
inamovible. Así presenta Aristóteles este célebre argumento de la existencia de Dios.
Pero el "primer motor" procede con un propósito inteligente, y Dios es, en
consecuencia, no sólo el principio, sino el fin del procéso del desarrollo del mundo. El
hombre pertenece al mundo de las sustancias, pero en el, no sólo existe el cuerpo y el
"alma" sensible del animal; tiene tambien una chispa divina, un Logos, que comparte
con Dios, y que es eterno.
UNIDAD II.
El padre de Calvino lo había destinado para la carrera teológica, pero en 1527 Gerardo
Calvino tuvo un entredicho con el capítulo de la catedral de Noyon, y decidió que su
hijo estudiara derecho. Para ello Juan se dirigió entonces a la Universidad de Orleans,
donde Pedro de Estoile (1480-1537) gozaba de fama de gran jurista, y en 1529 a la
Universidad de Bourges, para escuchar a Andrés Alciati (1493-1550). El humanismo le
atraía también poderosamente, y empezó a estudiar griego en Bourges, con la ayuda
de un profesor alemán, Melchor Wolmar (1496-1561). Se graduó en leyes; pero la
muerte de su padre, en 1531, dejó a Calvino dueño de sus actos, y entonces se dedicó
al estudio del griego y el hebreo en el Colegio de Francia, institución humanística
creada por el rey Francisco I, en París, en 1530. Trabajó asiduamente en su primer
libro, su comentario al tratado de Séneca sobre la clemencia, que fué publicado en
abril de 1532. Era una maravilla de erudición, destacándose no menos su profundo
sentido de los valores morales; pero Calvino no muestra interés por las cuestiones
religiosas de la época. Era simplemente un humanista entusiasta y profundamente
ilustrado. Sin embargo, no era por falta de oportunidad para conocer las nuevas
doctrinas, que Calvino no había sido alcanzado todavía por la lucha. El humanismo
había hecho su labor preparatoria en Francia como en todas partes. Su representante
más conspicuo había sido Jacques Le Févre de Etaples (1455-1536), quien a partir de
1507 vivió durante algunos años en el Monasterio de St. Germain des Prés, en París, y
se rodeó de un grupo de discípulos notables. Le Févre nunca rompió, ni quería
hacerlo, con la Iglesia Romana, pero en 1512 publicó un comentario a las epístolas de
Pablo, en el que negaba la validez meritoria de las buenas obras, declaraba que la
salvación es un don gratuito de Dios, y sostenía la sola autoridad de las Escrituras. Era
un trabajo de un tranquilo erudito y no causó sensación en la época. Once años más
tarde, en 1523, publicó una traducción del Nuevo Testamento. Entre sus discípulos
estaban Guillermo Briconnet (1470-1534), desde 1516 obispo de Meaux; Guillermo
Budé (1467-1540), a cuya instancia se debió el establecimiento del Colegio de Francia
por la autoridad real; Francisco Vatable (1547), maestro de hebreo de Calvino en esa
institución; Gerardo Roussel (150O-1550), amigo de Calvino, más tarde obispo de
Oloron; Luis de Berquin (1490-l529).
LA TEOLOGÍA DE CALVINO.
Estas Escrituras enseñan que Dios es bueno y fuente de toda bondad en todas partes.
La obediencia a la voluntad de Dios es el deber primordial del hombre. El hombre fué
creado originalmente bueno y capaz de obedecer la voluntad de Dios, pero perdió la
bondad y así mismo el poder en la caída de Adán, y ahora es absolutamente incapaz
de ser bueno, por sí mismo. De ahí que ninguna obra del hombre pueda tener ningún
mérito; y todos los hombres están en estado de ruina, mereciendo sólo la
condenación. De esta situación desesperada y desesperante algunos hombres son
inmerecidamente rescatados por la obra de Cristo. El pagó la pena debida por los
pecados de aquellos por quienes murió; sin embargo, el ofrecimiento y recepción de
este rescate es un acto libre de Dios, de modo que su causa es el amor de Dios.
Es absurdo buscar un motivo de esa elección más allá de la voluntad dé Dios, puesto
que la voluntad de Dios es final. Sin embargo, para Calvino la elección fué siempre
una doctrina de consolación cristiana. El que Dios tuviera un pIan de salvación para un
hombre, individualmente, era una roca inconmovible de confianza, no sólo para el que
está convencido de su propia indignidad, sino para aquel que está rodeado de fuerzas
adversas, aun cuando fueren las de sacerdotes y reyes. Esto hacía de un hombre un
colaborador con Dios en el cumplimiento de su voluntad.
Seguidamente, han sido establecidas divinamente tres instituciones por las cuales se
sostiene la vida cristiana: la iglesia, los sacramentos y el gobierno civil. En último
análisis, la iglesia consiste en "todos los elegidos por Dios"; pero también se aplica
correctamente al "conjunto total de la humanidad, que profesa adorar al único Dios y
Cristo". Sin embargo, no hay verdadera iglesia "donde la mentira y la falsedad han
usurpado la ascendencia". El Nuevo Testamento presenta como funcionarios de la
iglesia a pastores, maestros, presbíteros y diáconos, quienes entran en el desempeño
de sus cargos con el consentimiento de la congregación que sirven. Su "llamado" es
doble: la secreta inclinación que da Dios, y la "aprobación del pueblo". Calvino dió así
a la congregación voz en la elección de sus funcionarios, que no le había sido
acordada por ningún otro partido de la Reforma, salvo los anabaptistas. aunque las
circunstancias en Ginebra habrían de obligarlo a considerar que allí esa voz se
expresaba por el gobierno de la ciudad. Asimismo Calvino reclamaba para la iglesia
plena independencia de jurisdicción en cuanto a disciplina, aun para aplicar la
excomunión. Más lejos no podía ir; pero ésta era una retención de una libertad que
todos los otros reformadores habían dejado a cargo del Estado. El gobierno civil tenía,
sin embargo, la tarea divinamente asignada de proteger a la iglesia, guardándola de
falsas doctrinas, y castigando a los ofensores para cuyos delitos no basta la
excomunión. Esta era esencialmente la teoría medieval de las relaciones entre iglesia
y Estado.
Bajo la dirección de Calvino, quien no desempeñaba otro cargo que el de uno de los
ministros de la ciudad, se lograron grandes mejoras en la instrucción y en el comercio;
pero toda la vida de Ginebra estaba bajo la constante y minuciosa supervisión del
Consistorio. elecciones de 1554 la favorecieron decididamente, y las de 1555 mucho
más. En enero de 1555 consiguió el reconocimiento permanente del derecho del
Consistorio a aplicar la excomunión sin intromisión del gobierno.1 El gobierno, ahora
de mayoría calvinista, procedió el mismo año a asegurar su posición concediendo
derechos políticos a un número considerable de refugiados. Una ligera revuelta la
noche del 16 de mayo de 1555, iniciada por adversarios de Calvino, fué aprovechada
corno ocasión para ejecutar y desterrar por traidores a sus jefes.
En adelante el partido l'avorable a Calvino era dueño indiscutido cÍe Gi· nebra. Berna
le era aún hostil, pero el peligro común unió a Berna y Ginebra en una "alianza
perpetua", en la cual por primera vez Ginebra disfrutaba de plena igualdad con su
aliada, Berna, cuando en enero de 1558 Ernrnanuel Filiberto, duque de Saboya y
vencedor de los franceses que luchaban por España en San Quentín, en 1557, pudo
reclamar su ducado, en ese entonces en gran parte en poder de los l'ranceses.
Aliviado así de los peligros más inminentes, en la ciudad y en el exterior, Calvino
coronó su obra en Ginebra con la fundación, en 1559, de la "Academia ginebrina", en
realidad, corno hace mucho llegó a serlo, la Universidad de Ginebra. Esta se
constituyó en seguida en el mayor centro de enseñanza teológica de las cornunidades
reformadas no luteranas, y el gran seminario del cual salieron una cantidad de
ministros no sólo para Francia, sino en menor número para los Países Bajos, Escocia,
Inglaterra, Alemania e Italia.
2. LA REVUELTA EN INGLATERRA.
Enrique había hallado un nuevo colaborador para su obra en Tomás Cromwell (1485-
1540), hombre de humilde origen que había sido sucesivamente soldado, comerciante
y prestamista, y a quien Wokey, había utilizado mucho como agente de negocios y
parlamentario. Hacia 1531 Cromwell formaba parte del consejo privado; en 1534, jefe
del archivo; y en 1536, aunque era laico, viceregente del rey para asuntos
eclesiásticos. Enrique tenía hambre de las propiedades eclesiásticas, tanto para
mantener su despilfarradora corte como para ganar adeptos y recompensarlos, la
Reforma en todas partes se caracterizó por tales confiscaciones y a fines de 1534,
encargó a Cromwell que visitara todos los monasterios e informara sobre sus
condiciones. Los hechos alegados, cuya verdad o falsedad son todavía discutidas,
fueron elevados al Parlamento, el cual, en febrero de 1536, asignó al rey, "sus
herederos y cesionarios para siempre, para hacer y usar con ellos sus propias
voluntades".
El papa Pablo II, fluctuó por un tiempo entre el método de conciliación defendido por
Contarini, quien formó parte en las reuniones de discusión en Ratisbona, como legado
papal, y el de Carraíla, quien abogaba por una severa represión de las divergencias
doctrinales, a la vez que recomendaba reformas administrativas y morales.
Eventualmente se decidió por este último, y su decisión se convirtió en la política de
sus sucesores. Ante la urgente apelación de Caralla, el 21 de julio de 1542, Pablo III
reorganizó la inquisición, en gran parte sobre el modelo español, en escala universal. 2
aunque, desde luego, sólo se estableció en realidad donde contaba con la simpatía de
las autoridades civiles. Ante ella, desapareció rápidamente el débil comienzo de
protestantismo italiano. Así se forjó una de las armas principales de la contrarreforma
católica. Mucho más importante fué el avivamiento del celo misionero que el genio de
España contribuyó para encender el entusiasmo católico. Desde cualquier punto de
vista que se lo considere, Ignacio de Loyola es una de las figuras capitales de la época
de la Reforma. Iñigo López de Recalde nació, de familia noble, en el norte de España,
en 1491. Después de servir como paje en la corte de Fernando, se hizo soldado.
Demostró su valor e intripidez en el sitio de Pamplona por los franceses, en 1521; pero
allí recibió una herida que lo incapacitó para el servicio militar. Durante su lento
restablecimiento, estudió las vidas de Jesús, Santo Domingo y San Francisco. En
España aun subsistían las ideas caballerescas, y él decidió hacerse caballero de la
Virgen. Convaleciente aún, viajó a Montserrat y colgó sus armas en el altar de la
virgen. De ahí fue a Manresa, donde, en el monasterio dominico.
Convencido de que para hacer la obra que deseaba debía instruirse, Ignacio ingresó
en una escuela de muchachos en Barcelona y terminó rápidamente los cursos,
siguiendo en las universidades de Alcalá y Salamanca. Siendo un dirigente nato, se
rodeó de compañeros de ideas semejantes a las suyas, con quienes practicaba sus
ejercicios espirituales. Esto suscitó las sospechas de la inquisición española y su vida
se vió en peligro. En 1528 entró en la Universidad de París, justamente cuando
Calvino salía de ella. Allí no hizo ninguna demostración publica, pero se rodeó de un
grupo de fieles amigos y discípulos: Pedro Lefévre, Francisco Javier, Diego Láinez,
Alfonso Salmerón, Nicolás Bobadilla y Simón Rodríguez, la mayoría de ellos
españoles. Estos compañeros, el 15 de agosto de 1534, en la iglesia de Santa María,
en Montmartre, en París, hicieron voto de ir a Jerusalén a trabajar por la iglesia y sus
prójimos, o, si eso era imposible, ponerse a la disposición del papa. Era una pequeña
asociación de estudiantes, cuyo vínculo de unión era el amor a Dios y a la iglesia,
como ellos lo entendían. El año 1536 los encuentra en Venecia; pero las
comunicaciones con Jerusalén estaban interrumpidas por la guerra, y ellos
determinaron pedir directivas al papa. Ignacio estaba comenzando a percibir lo que
podría llegar a ser su sociedad. Italia había visto muchas compañías militares en el
servicio terrenal. La suya sería la compañía militar de Jesús, ligada por una obediencia
igualmente estricta, y un ejercicio de las armas espirituales, igualmente cuidadoso,
para librar la batalla de la iglesia contra los infieles y los herejes.
A pesar de la oposición eclesiástica, Pablo III fué inducido por la actitud favorable de
Contarini y la habilidad de Ignacio, a autorizar la sociedad, el 27 de septiembre de
1540,1 La constituciÓn de la misma todavía era indefinida, salvo que había de tener
un jefe al cual se debería obediencia total, y trabajaría donde ese jefe y el papa lo
indicasen. En abril de 1541, Ignacio fuC electo primer "general" —función que
desempeñó hasta su muerte, el 31 de julio de 1556. La constitución de los jesuitas se
desarrolló gradualmente, en rea· lidad no se completó hasta después de la muerte de
Ignacio, aunque sus rasgos principales se le deben a él. A la cabeza se encuentra un
UNIDAD III.
Debe ser esencialmente razonable. Puede estar por encima de la razón moral" interior,
que determina el valor de las acciones. Shaftesbury basaba así el bien y el mal en la
constitución fundamental de la naturaleza humana, no en la voluntad de Dios. Esto
explica por qué aun el que rechazara la existencia de Dios, lo que no sucedía con
Shaftesbury, estaba, sin embargo, obligado a mantener una conducta moral. Eliminaba
la esperanza de recompensa o el miedo al castigo como motivos primordiales de la
conducta moral. Ateo y rechazador de la moral no podían ser considerados ya
términos equivalentes, como lo habían sido generalmente. No le resultó difícil al obispo
José Butler (1692-1752), conservar el "sentido moral" de Shaftesbury, dándole la
interpretación teísta de "conciencia", un monitor y juez de la conducta
—trascender la experiencia— pero no puede contradecir a la razón.
Pero las ideas existen no sólo subjetivamente en nuestras mentes. En cierto sentido lo
que llamarnos naturaleza es un campo de ideas en la mente divina, impresionado en
un orden definido y constante en nuestras mentes, aunque su realidad para nosotros
está solamente en nuestra percepción de ellas en nuestras mentes. Negando así la
realidad de la materia, Berkeley quería destruir todo ese concepto deísta del mundo
como un gran mecanismo, un reloj magnificado, hecho de una vez por todas por un
sabio Hacedor, que no tiene nada que ver ahora con su funcionamiento. Quería
substituirlo por una constante actividad espiritual divina universal.
Aunque esta concepción de Berkeley ha gozado siempre de alta consideración
filosófica, para el hombre común es demasiado sutil y demasiado contraria a las
evidencias de sus sentidos. Mucho más famosa en su tiempo, aunque de capacidad
filosófica o valor permanente mucho menor, fue una obra de José Butler (1692-1752),
de ascendencia presbiteriana, que había ingresado en la Iglesia Anglicana llegando a
obispo de Bristol en 1738 y de Durham en 1750. Su Analogía de la religión (1736) era
una obra de inmenso trabajo, candor y cuidado. Respondiendo a los deístas, parte de
las premisas, sustentadas tanto por los deístas como por sus adversarios, de que Dios
existe, que la naturaleza sigue un curso uniforme, y que el conocimiento humano es
limitado.
Dios es reconociclamente el autor de la naturaleza;
ortodoxa común era que los primeros discípulos estaban tan convencidos de la verdad
del Evangelio por los milagros, que estaban dispuestos a arriesgar su vida por él. I.a
excitaciÓn suscitada por la explicación más bien superficial de Gibbon se debió a que
daba otras causas, menos directamente sobrenaturales, para la difusión del
cristianismo. Su resultado permanente fué contribuir, junto Con otras influencias, a la
investigación histórica de las Escrituras y los orígenes cristianos, que habría de ser en
tan gran parte obra del siglo XIX. La actitud general de la época, así como la
racionalización general aun de la presentación ortodoxa del cristianismo en Inglaterra,
a fines del siglo XVIII, se ve mejor en la obra de Guillermo Paley (1743-1805). Sus
Ebidencias cristianas (1794) y Teología natural (1802), estaban escrito con notable
claridad de estilo y fuerza de razonamiento, y gozaron de larga popularidad. De un
reloj —dice— inferimos la existencia de su fabricante, y así de la maravillosa
adaptación del cuerpo humano, el ojo la mano, los músculos, inferimos la existencia
del Diseñador todopoderoso. Estos argumentos, pues, prueban la existencia de Dios.
Dios ha establecido su voluntad como norma para la acción humana y la ha revelado a
los hombres. El propósito de la revelación es "la prueba de un futuro estado de
recompensas y castigos". Esta revelación fué dada por Cristo, y su fuerza de
convicción para los primeros discípulos estuvo en los milagros de que iba
acompañada. "Los que actuaron y sufrieron en la causa, actuaron y sufrieron por los
milagros".
4. SE ORGANIZA EL METODISMO.
Juan Wesley tenía eminentes dotes de organizador. Sin embargo, la creación del
metodismo fué una obra gradual —una adaptación de los medios a las circunstancias.
En Bristol fundó, en 1739, su primera "sociedad" realmente metodista, y empezó la
construcción de la primera capilla, el 12 de mayo de 1739. A fines de ese año
consiguió en Londres una vieja "fundición" que fue la primera capilla en esa ciudad.
Estas actividades. La obra se extendió con gran rapidez. Wesley y los no-conformistas
la apoyaron. En 1785 se organizó en Londres una Sociedad para la promoción de las
Escuelas Dominicales en los Dominios británicos, y otra similar se formó en Filadelfia,
en 1791. Aunque el crecimiento del movimiento fué tan rápido como permanente, no
dejó cIé tener oposición del clero, en parte debido a la novedad y en parte porque se lo
consideró una profanación del domingo. La instrucción secular pronto decreció, y los
maestros pagos dieron lugar a obreros voluntarios. Ninguna otra institución cristiana
ha llegado al ser una parte tan normal de la vida de la- iglesia moderna.
y un sermón de Carey sobre lsaías 54: 2,3, indujeron a la organización de la Sociedad
Bautista para la PropagaciÓn del Evangelio entre los Paganos. Carey fué su primer
misionero, y sus "cartas desde la India”.
En octubre de ese año, este libro resultaron un estímulo poderoso para otras
empresas misioneras, En 179'5 se formó la Sociedad Misionera de Londres, como una
empresa interdenominacional, en gran parte debido a los esfuerzos de David Bogue
(1750-1825), un ministro congregacional de Gosport, y de Tomás Haweis (l734-l82O),
el rector "evangelical" de Aldwinkle. En 1796, fueron enviados sus primeros misioneros
a Tahití. Desde hace mucho tiempo esta Sociedad ha siclo congregacional. El
creciente sentido de obligación misionera llevó a la organización, en 1799, de la
Sociedad Misionera de la Iglesia, representante del ala "evangelical" de la iglesia
establecida, por instrumentalidad de Juan Venn (1759-1813), rector de Clapham, y
Tomás Scott, editor de la Biblia de Familia. Esta profundización de la obligación
misionera en Inglaterra despertó mucho interés en otros países. En los Estados
Unidos las nuevas de esos esfuerzos encendieron el celo de un grupo de estudiantes
del Williams College, entre ellos especialmente Samuel J. Milis (17831818), y en 1810
se formó la Junta de Comisionados para las Misiones Extranjeras —originalmente
interdenominacional, pero desde hace mucho esencialmente congregacional. Sus
primeros misioneros fueron enviados a la India, en 1812. En 1814 se organizó la Unión
Misionera Bautista Americana. En 1813 se fundó la Sociedad Misionera Metodista
Wesleyana, de Inglaterra, y en 1819, su contraparte Metodista Americana. Las iglesias
Reformada Holandesa y Presbiteriana, de los Estados Unidos, que habían cooperado
con la Junta Americana, formaron sus propias organizaciones en 1835 y 1837,
respectivamente. En 1825, después de pequeños comienzos locales en Escocia, ya en
1796, vió la luz la Junta de Misiones de la Iglesia Escocesa. En el continente europeo,
la Sociedad Misionera Evangélica de Basilea data de 1815; la Sociedad Misionera
Danesa, de 1821; la Sociedad de Berlín, de 1824; y la de París, del mismo año. El
siglo XIX presenció una constante extensión de las actividades misioneras,
protestantes y católicoromanas, un sentido más cabal de obligación misionera, y un
constante aumento en el número de hombres y mujeres que se consagraban a la
difusión del Evangelio.
6. LA ERUDICION BÍBLICA.
-REIMARUS Y SEMLER.
En 1778, por primera vez sometió la vida de Cristo a rígidos métodos históricos, como
los que se aplicaban en la historia secular. Su rechazo total de lo sobrenatural, lo
místico o lo legendario lo dejó con un resultado bastante árido, pero planteó
cuestiones de método y de conclusión que desde entonces han constituido en gran
parte los problemas de esa investigación. J uan Salomo Semler (1725-1791), profesor
en Halle desde 1752, había sido educado en el pietismo, aunque en su edad adulta
fué un racionalista conservador. Su importancia residió en los pasos que señaló más
que éll los resultados que alcanzara. El distinguía entre las verdades permanentes de
las Escrituras y los elementos debidos a las épocas en que fueron escritos los diversos
libros. Negó que todas las partes de las Escrituras tuvieran el mismo valor. La
revelación, enseñaba, está en las Escrituras, pero toda la Escritura no es revelación.
Los credos de la iglesia son algo que ha crecido. La historia de la iglesia es un
desarrollo, en particular, hacía una distinción entre los partidos petrino (judaizante) y
paulino (anti-judaizante), en la iglesia primitiva, distinción que habría de desempeñar
un papel muy importante en discusiones posteriores.
UNIDAD IV.
1. EL ROMANTICISMO.
Nada parecía más característico de la primera mitad del siglo XVIII, que el dominio de
la "razón", o el sentido común. Era una época antiemocional, intelectual. Se
especializó en discutir todo aquello que había sido aceptado por tradición, en aventar
antiguas supersticiones y abusos, y en exigir las credenciales a todo aquello que
pretendiera ser de autoridad. Pero era una época fría y unilateral, y contra ella se
levantó una creciente oposición a medida que avanzaba el siglo. El sentimiento
afirmaba su derecho, proclamando un "retorno a la naturaleza", a una naturaleza que
muy a menudo era simple fruto de la imaginaciÓn, pero acompañado por un renovado
aprecio de lo clásico y lo medieval, y el avivamiento de un sentido de lo sobrenatural
en la religion, a menudo vago y oscuro, pero que creaba una atmósfera totalmente
diferente, en la que eran afirmados los derechos del hombre como ser dotado de
sentimientos, no sólo de pensamiento. Su apóstol más eficaz fué Juan Jacobo
Rousseau (1712-1778); pero el movimiento se manifestó en toda Europa. En ninguna
parte fué más evidente que en Alemania. Lessing lo compartió. Sus más conspicuos
representantes literarios fueron Juan Wolfgang Goethe (1749 -1832) y Juan Christoph
Friedrich Schiller (1759-1805).
El viejo racionalismo no fué desalojado del campo, es cierto, pero tuvo que luchar en
desventaja con un nuevo hábito de pensamiento —el del roma nticismo. La filosofía,
en el siglo XVIII, había parecido conducir a un callejón sin salida. Leibnitz había
enseñado que, el conocimiento, pues, es el producto de dos elementos, un contenido
procedente de afuera, al cual dan forma las leyes de la mente. Estos dos elementos
nos dan la experiencia; pero no nos dan el conocimiento de lo que las cosas son en sí
mismas, sino sólo de lo que la mente ha hecho con lo que ha venido a ella desde
afuera. La demostración de Dios, la religión natural y la constitución del universo, que
Wolff había intentado mediante la "razón pura", es intelectualmente imposible. No
podernos demostrar la naturaleza de esas existencias tal corno son en. sí mismas. La
naturaleza puede ser estudiada en el reino de la ley exacta, pero la ley es simplemente
la de nuestro propio pensamiento. Si bien, pues, el conocimiento absoluto de lo que
está más allá de la experiencia es inalcanzable por los procesos puramente
intelectuales, el hombre tiene conciencia de un sentido de obligación moral cuando se
pregunta qué es lo que debe hacer.
Este tema fue desarrollado, una educación de lo que estaba innato en la mónada.
Wolff había afirmado el poder de la "razón pura" para proporcionar las únicas
certidumbres. Por otro lado, Locke había enseñado que todo procede de la
experiencia, y aunque Hume había llevado hasta el escepticismo toda conclusión
basada en causa y sustancia, para él también, corno para Locke, todo conocimiento se
basaba en la experiencia. Las tendencias británicas y alemanas eran al parecer
mutuamente destructivas. Le tocaría a Kant combinarlas y superarlas, sobre una
nueva base que sería el punto de partida de la filosofía moderna, y dar al sentimiento
un valor que ninguna de las partes le había reconocido antes. Manuel Kant (1724-
1804) era natural de Kónigsberg, donde pasó toda su vida. Segúrí creía, sus
antepasados por parte de padre eran escoceses. Las primeras influencias a que
estuvo expuesto fueron pietistas. En 1755, comenzó sus tareas docentes en la
Universidad de Kónigsberg. Su desarrollo fue lento. Al principio se atuvo a la escuela
de Leibnitz-Wolff, hasta que el estudio de Hume le hizo entrar en duda en cuanto a la
adecuación de sus teorías; pero no se hizo discípulo de Hume. Rousseau influyó en él
poderosamente, con el "descubrimiento de la naturaleza interior oculta del hombre".
En 1781 apareció la obra de Kant que señalaría una época, la Critica de la razón.
Pum. un golpe aplicado principalmente a la filosofía dominante de Wolff. Siguieron en
rápida sucesión sus tratados formativos, y su pensamiento pronto ganó descendiente
en Alemania. Hacia 1797, sus potencias mentales y físicas habían entrado en una
declinación que terminaría en lamentable ruina. Hombre de pequeña estatura física,
permaneció soltero, era de una estricta rectitud moral, y vivió consagrado a su tarea
con sencillez y fidelidad singulares.
El sistema de Kant es en muchos sentidos una teoría del conocimiento. Con la escuela
de Locke y Hume, sostenía que algo en nuestro conocimieno, o algún estímulo —el
contenido— proviene de aluera. Cor Leibnitz y Wolff, sostenía que la mente tiene
ciertas cualidades innatas, trascendentes en el sentido de que no proceden de la
experiencia,
llado por Kant en su Crítica de la razón. Práctica (1788). Al responder su pregunta
relacionada con la conducta, el hombre siente dentro de sí el "imperativo categórico"
—imperativo, porque es una orden, y categÓrico porque es incondicional. Es actuar de
tal manera que los principios de la acción puedan ser los de la ley universal —en una
frase, "Hai'. tu deber". Esa ley moral interior es la más noble de las posesiones
humanas, y es la que hace del hombre una personalidad y no una máqui" na. Unidos a
este "imperativo categórico" van tres postulados, o pensamientos inseparables. El más
evidente es que si el hombre debe hacer su deber, puede hacerlo. De ahí que el
hombre deba tener libertad. Y la libertad nos da una visiÓn de un reino supersensorio
de propósito moral —un esfera de orden moral. Un segundo postulado es el de la
inmortalidad. Si la vida debe estar sujeta al imperativo categórico, débe durar lo
suficiente para que ese resultado sea alcanzado. Estrechamente relacionado con éste
está el tercer postulado: la virtud debe resultar en felicidad. La experiencia no da esta
unión; por consiguiente, para que se realice se necesita un poder que pueda unir a
ambas cosas. Por consiguiente, el tercer postulado es Dios. Su existencia, para la
"razón pura" es sólo una hipótesis; pero en los postulados de la razÓn práctica se
convierte en una convicción.
Kant presentó sus ideas religiosas en La religión dentro de los limites de la razón
solamente (1793). Acentuando la moralidad como el contenido primordial de la razón
práctica, reduce prácticamente la religión a una ética teísta. El mal y el imperativo
categÓrico se disputan la obediencia del hombre. El que es gobernado por este
principio de bien moral —el imperativo categórico— agrada a Dios, es un hijo de Dios.
Cristo es el ejemplo más alto de esta filiación divina. La iglesia invisible es la uniÓn
ideal cIé todos aquellos que obedecen a la ley moral. La iglesia visible es una unión
para desarrollar esa obediencia. Su realización cabal será el reino de Dios. La
contribuciÓn de Kant a la teología cristiana no fué su interpretación racionalizante de
las doctrinas, sino su vindicación de 'los profundos sentimientos del hombre como
base de la convicción religiosa y la conducta moral. La interpretación histórica de la
Biblia recibió un impulso decidido de Juan Godofredo Herder (1744-1803), íntimo
amigo de Goethe. En su juventud, influido por el contacto personal con Kant, y
ardiente defensor del movimiento romántico. Desde 1776, hasta su muerte fué
predicador de la corte de Weimar. Su Espiritu de la Poesía hebrea apareció en 1782-
1783. Su Filosofía de la historia de la humanidad, en 1784-1791. Para él la religión,
especialmente el cristianismo, es la incorporación de todo lo que es más profundo en
los sentimientos de la humanidad.
Las Escrituras han de ser entendidas a la luz de los numérico y en muchos sentidos
también por su significación espiritual, en el siglo XIX, fué el desarrollo de la iglesia
"alta" o partido anglo-católico. En los primeros años del segundo cuarto del siglo XIX
se produjeron varias brechas significativas en los privilegios exclusivos de la iglesia
establecida. Las Actas de Prueba y Corporación fueron abolidas en 1828. En 1829 se
concedió a los católicos romanos el derecho de ser elegidos a la Cámara de los
Comunes y a la mayoría de los cargos públicos. La revolución de julio de 1830, en
Francia estimuló la demanda de reformas en la representación parlamentaria, que
triunfó en 1832, después de una enconada lucha, pasando gran parte del poder de
manos de la nobleza de la tierra a las clases medias, aumentando fundó el Colegio de
Trabajadores, y fué instrumento para la organización de un movimiento socialista
cristiano. En 1866 fué nombrado profesor en Cambridge. Según el pensamiento de
Maurice, Cristo es el Jefe de toda la humanidad. Nadie está bajo la maldición de Dios.
Todos son hijos que no necesitan otra reconciliación que el reconocimiento por su
parte de su condición de tales, con el amor filial y el servicio a que ha de conducir
naturalmente ese reconocimiento. Todos volverán finalmente a Dios, y nadie se
perderá eternamente. No muy distinto de Maurice en su teología, se destacó en primer
término como gran predicador Federico Guillermo Robertson (1816-1853), que,
educado bajo influencias "evangelicales" pasó, después de intensas cavilaciones, a la
posición eclesiástica liberal.
El segundo problema íué el causado por el surgimiento del modernismo. A. pesar del
creciente ultramontanismo, la moderna crítica histórica, la investigación bíblica y los
conceptos científicos de desa-eclesiástico, han experimentado muchas
modificaciones, lo que puede desarrollar un progreso, hallaron seguidores, aunque
pocos, en la comunión católicorromana. Hubo algunos hombres sinceros y de mente
amplia que consideraron imperativa alguna reinterpretación del catolicismo. en
términos del mundo intelectual moderno. Tales fueron Hermann Schell (1850-1906) en
Alemania, Alfredo Loisy (1857-1940) en Francia, Jorge Tyrrell (1861-1909) en
Inglaterra, y un pequeño grupo en Italia. El modernismo no estaba confinado a un país
determinado. Pío X se dedicó decididamente con este movimiento. Mediante un
"syllabus" y una "encíclica", en 1907, el modernismo fijé condenado y se adoptaron
severas medidas para su represión. Estas al parecer han tenido éxito, pero sólo el
tiempo podrá decir si es posible, ser independencia del estado, las formas europeas,
especialmente de gobierno llamarse americanización. La conversión de América del
Sur y Central fué en gran parte la obra de las Órdenes monásticas, apoyadas
vigorosamente por el gobierno español.
En 1508, los franciscanos estaban trabajando en Venezuela. Hacia 1529, en México,
eran suficientemente numerosos como para formar un sínodo provincial. En 1535
habían constituido una provincia en Perú. Cuatro años más tarde comenzaron la obra
en la Argentina. Fueron los primeros en entrar en el Brasil. Hacia 1597, habían
fundado comunidades cristianas en lo que ahora es parte de los Estados Unidos —
Nuevo México. En 1700, estaban en Texas. Y en California, actuaron desde 1769
hasta 1843. Los franciscanos hallaron dignos competidores en los dominicos. Estos
estaban en México en 1526, y poco después estaban trabajando permanentemente
tales tendencias. Pío X se interesó con éxito en muchas reformas administrativas.
En este último país, en 1610, establecieron sus muy discutidas misiones o aldeas en
las que gobernaban paternalmente a los indígenas. El siglo XVII. El cristianismo
americano es primorclialmente una importación del viejo Mundo. Así como la
colonización de América representó tensas actividades en Ecuador, Bolivia y Chile.
Hacia 1572, empezaron una gran obra en México. No podría escribirse una página
más brillante de heroísmo misionero que la de los jesuitas en el Canadá, a partir de
1611. Aunque ayudados por otras Órdenes, la provincia de Quebec, fuertemente
romanista, es su monumento hasta el día de hoy. En 1673 un misionero jesuita,
Jacques Marquette (1637-1675), se vieron también reproducidos en el nuevo
continente. Donde, como en la América Central y del Sur, la inmigración perteneció a
una sola raza, que impuso a los nativos su propia civilización, domina hoy en día un
solo tipo de cristianismo, el católicorromano, Por más que haya sido desafiado su
dominio por las influencias secularistas.
Donde, estaciones misioneras a lo largo del valle de ese río, hasta Luisiana. Como en
la América del Norte, contribuyeron a la población diversas corrientes raciales, aunque
aquí y allá predominara una determinada Florida, fué tierra misionera para los
dominicos, franciscanos y jesuitas, desde 1568, pero resultó difícil. El período de
florecimiento forma del cristianismo en la época colonial, el resultado ha sido una gran
variedad y la libertad religiosa, como consecuencia de la necesaria tolerancia mutua.
América ha producido ciertos tipos religiosos indicando las misiones católicas, allí se
extendió, desde 1625 hasta 170O.
5. EL GRAN AVIVAMIENTO.
La iglesia Anglicana fue introducida en la colonia inglesa mas antigua de lo que es hoy
Estados Unidos. Poblaron gran parte de Maine y Nueva Hampshire, en Nueva
Inglaterra, donde, sin embargo, fueron mayormente absorbiclos por las iglesias
congregacionales. En Nueva York constituyeron una gran parte de la población. Pero
en ninguna parte estaban más representados que en Pennsylvania, y hacia 1764,
estaban en condiciones prácticamente de disputar a los cuáqueros el dominio político
de la colonia. Buscaban especialmente la frontera, y a esas gentes enérgicas se debe
la colonización de lo que ahora es Virginia del Oeste, el Oeste de Carolina del Norte, y
finalmente Kentucky y Tennesse, así como grandes secciones de Carolina del Sur,
Georgia y Alabama. En 1717, se formó un sínodo, que incluía los presbiterios de
Nueva York y Nueva Jersey, Pennsylvania, Delaware y Marylancl. En general, los
iroescoceses pasaron por un largo período de decadencia religiosa, debido a la falta
de ministros e iglesias organizadas. 'Hasta el segundo cuarto del siglo XVIII, la vida
religiosa americana consistió esencialmente en la propagación de los cuerpos
europeos. Salvo en Nueva Inglaterra, era relativamente débil, y aun allí había
experimentado una grave declinación su primitivo entusiasmo. Ningún cuerpo religioso
dominaba en el total de las colonias. Aunque algunas denominaciones estaban más
fuertes en determinadas colonias, ninguna era suficientemente fuerte para dominar en
todas ellas, El camino, pues, estaba expedito para esa libertad religiosa que habría de
llegar a ser característica de los Estados Unidos como nación. El acontecimiento de
mayor influencia y alcance en la vida religiosa de la América del Norte, en el siglo
XVIII, fué el conocido como, Gran Avivamiento. No sólo fué un tremendo despertar de
la vida cristiana, sino que también transformó los conceptos sobre la manera de entrar
en esa vida, en una forma que afectó profundamente a la mayoría cIé las iglesias
americanas de ese entonces. En este sentido fué análogo al pietismo en Alemania o al
metodismo en Gran Bretaña. Acentuó el concepto de un cambio regenerativo, una
"conversión", ' como método normal de entrada en el reino de Dios. Dió difusión en
general al concepto bautista o congregacional de la iglesia como una compañía de
cristianos por experiencia. Daba poca importancia a la educación cristiana. Promovió
una teoría ascética de la vida cristiana. Algunas reuniones del avivamiento se vieron
en las vecindades de Raritan, Nueva Jersey, durante la predicación de Teodoro
Frelinghuysen.
JONATAN EDWARDS.
Norteamericanos, tuvo sólo un breve período cIé actividad. Una serie de absorbentes
acontecimientos militares y políticos hicieron que la gente dejara de interesarse tan
vivamente por la religión. La lucha comenzó en 1755, cuando por resultado la
conquista del Canadá, y apenas había terminado, en 1763, cuando la siguieron las
controversias provocadas por la "Ley del timbre", y por una creciente fricción con la
madre patria, que terminó con el estallido de la revolución de 1775; la declaración cIé
independencia de los Estados Unidos, en 1776; la guerra destructiva hasta 1783; y las
prolongadas discusiones sobre la estructuración del país, que no terminaron hasta el
establecimiento del gobierno constitucional en 1789.( Durante más de una generación
los hombres tuvieron su pensamiento absorbido por estas cuestiones, y la religión
ocupó un plano inferior. Muchos de los principales dirigentes políticos habían siclo
influidos por el cleísmo de Inglaterra o Francia. La fuerza religiosa más significativa
durante este período fue la irnplantación del metodismo, que comenzó en 1766.
Una siembra destinada a producir una abundante cosecha. De las discusiones del
Gran Avivamiento surgió en Nueva Inglaterra la contribución más considerable que la
América del siglo XVIII hiciera a la teología, en la obra de Jonatán Eclwards y su
escuela. Nacido en un hogar pastoral en lo que es ahora South Windsor, Connecticut,
en 1703, Eclwarcls se graduÓ en Yale en I72O. Desde 1727 hasta su cesantía,
después de una penosa controversia, en l75O, fuC pastor en Northampton,
Massachusetts; clespuCs, misionero entre los indios en Stockbriclge, en el mismo
condado, hasta que ábanclonÓ esa tarea para hacerse cargo de la presidencia de
Princeton, pocos días antes de su muerte, en 1758. Uno de los dirigentes del Gran
Aviva· miento, fuC tarnbiCn la mentalidad filosÓfica más aguda que produjo la
AmCrica colonial. Calvinista, acentuando la absoluta s'oberanía divina en la
conversiÓn, en contra de las modificaciones arminianas, en su Enqu.iTy into. , .
Freedom of Will (1754) sostenía que aunque tocios los hombres tienen capacidad
natural para volverse a Dios, les falta habilidad moral —es decir, inclinaciÓn— para
hecerlo. Esta inclinaciÓn determinante es el don transformador de Dios; aunque su
auumcia no es excusa para el pecado.
6. DESARROLLO TEOLÓGICO.
En 1808, Baltimore fué convertida en sede arzobispal, con Carroll a su frente, mientras
se creaban obispados en Nueva York, Boston, Filadelfia y Barclstown (Kentucky).
Cuando falleció Carroll, los fundamentos del catolicismo romano en los Estados
Unidos estaban ya firmente establecidos, y los sacerdotes sumaban más de ciento,
aunque la inmigración que habría de aumentar tan enormemente esta comunión, era
cosa del futuro. Ninguna comunión en la América del Norte sufrió tanto por causa de la
Revolución, como la Iglesia de Inglaterra. Sus ministros y congregaciones en gran
parte simpatizaban con la madre patria, y la terminación de la lucha la vió reducida a
ruinas. Su mismo nombre parecía antipatriótico, y una conferencia de clérigos y laicos,
realizada en Maryland, en noviembre de 1780, adoptó el nombre de "Protestante
Episcopal". Dos años más tarde, Guillermo White (1748-1836), rector de la Iglesia de
Cristo, en Filadelfia, y cordial partidario de la independencia americana, bosquejó el
plan según el cual habría de organizarse esencialmente la Iglesia Protestante
Episcopal Americana, independientemente del estado y del gobierno eclesiástico
inglés, con cuerpos representativos compuestos no solamente por clérigos, sino
también por laicos. El creía remotas las perspectivas de conseguir un episcopado
americano. De acuerdo con las sugestiones de White, se reunió en la ciudad de Nueva
York, en octubre de 1784, una convención voluntaria, representativa de ocho estados,
y Convocó la Primera ConvenciÓn General, que debía reunirse en Filadelfia, en
setiembre de 1785.
El hacia 1790, los universalistas eran suficientemente numerosos para celebrar una
convención en Filadelfia. Tres años después se organizó una convención de Nueva
Inglaterra, la cual se reunió en 1803, en Winchester, Nueva Hampshire, y adoptó un
breve credo que, aunque modificado en 1900, es la base histórica del universalismo
americano. Los primeros conversos al universalismo eran predominantemente, aunque
no todos, pertenecientes a las esferas más humildes.
Aunque en gran parte limitada al este de Nueva Inglaterra, los hombres de letras,
filántropos y servidores públicos unitarios forman una listados o no. Rápidamente
alcanzaron esa preponderancia numérica que desde entonces han mantenido entre
los protestantes americanos. La eminentemente distinguida. Los períodos de las
luchas revolucionarias y de las discusiones que dieron por resultado la adopción de la
Constitución de los Estados, fidelidad de congregacionalistas y presbiterianos a la
tradición de un ministerio capacitado, los hizo fundadores de escuelas y colegios, pero
hizo que sus apelaciones fueran menos populares; pero todos crecieron unidos fueron
épocas de gran depresión religiosa. Pero la última década asombrosamente en
números y poder.
En la decada del siglo XVIII, vió la iniciación de una maravillosa transformación. Sin la
ayuda de ninguna personalidad destacada, como había bajo el impulso del nuevo
espíritu religioso, la vida cristiana norteamericaná floreció en nuevas actividades. La
Escuela Dominical, introducida en Inglaterra en 1791, ahora se volvió casi universal.
La reunión de oración, hasta entonces esporádica, se hizo general. Whitefield en el
"Gran Avivamiento", comenzó un poderoso despertar del interés religioso.
Comenzando en Nueva Inglaterra hacia misiones extranjeras, iniciadas por los
congregacionalistas en 1810.
12.MORMONES.
Una notable perversión del cristianismo es el mormonismo, fundado por Jose Smith
(1805-1844): Sostienen que Adán fué una revelación de Dios, y que Cristo, Mahoma,
José Smith y Brigham Young, fueron también manifestaciones de la divinidad. Estos
seres divinos crean almas, para las cuales los fieles deben proporcionar cuerpos. A su
muerte, los justos participarán de la divinidad. La salvación se opera por la expiación
de Cristo, mediante la fe, el arrepentimiento y el bautismo por inmersión; también tiene
valor el báutismo por poder en favor de los muertos. El número de mormones es tal,
que promete ser por mucho tiempo un elemento en la vida religiosa americana. La
actividad religiosa de la primera parte del siglo XIX, fué acompañada por esfuerzos en
pro de la justicia social. La muerte de Alejandro Hamilton a manos de Aarón Burr, en
1804, determinó una vasta oposición de la costumbre del duelo, a cuyo éxito
contribuyó mucho un sermón de Lyman Beecher (1775-1863), que tuvo amplia
circulación. La temperancia ocupó la atención de la Asamblea Generar, cerca de
Manchester, Nueva York, en 1827, un volumen de hojas literiana y de las Asociaciones
Congregacionalistas de Connecticut y Massachusetts, en 1811. Los sermones que
Lyman Beecher pronunció, el Libro de Mormón, suplementario de la Biblia, escrito en
caracteres misteriosos que él pudo traducir con la ayuda de un par de anteojos
mágicos, pero cuyo original le fué arrebatado por un ángel. En ese libro se proclama
profeta a Smith. La primera iglesia mormona y permanente en los hábitos de los que
profesaban ser cristianos. Entonces los esfuerzos se dirigieron a la promoción, se
organizó en 1830, en Fayette, Nueva York. Pronto sus miembros procedían en gran
parte de las cercanías de Kirtland, Ohio. Aquí se afilió Brigham Young (1801-1877). En
1838 los jefes mormones se trasladaron a Missouri, y en 1840 fundaron Nauvoo, en
Illinois. A pesar de que el Libro de Mormón ordena la monogamia, en 1843, Smith
pretendió haber recibido una revelación, estableciendo la poligamia. La hostilidad
popular hizo que fuera asesinado al año siguiente. La iglesia quedó entonces bajo la
dirección de Brigham Young, dotado de gran capacidad como organizador y jefe, Bajo
sus órdenes los mormones, de la temperancia entre los que no pertenecían a las
iglesias. En Wáshington, el movimiento se inició en 1840, con el fin de reformar a los
beodos. En 1846, en el estado de Maine, las bebidas alcohólicas fueron prohibidas por
ley. La legislación prohibitiva ha tenido grandes altibajos, pero ha contado con el
creciente apoyo de los elementos activamente cristianos, de la población
norteamericana.
En la segunda década del siglo XX "estalló en Europa una guería que rápidamente se
extendió a casi todos los países del mundo. La primera guerra mundial no solamente
trastornó la situación política y económica, sino sacudió profundamente al alma del
hombre occidental. El idealismo y el optimismo de pre-guerra sufrieron un rudo golpe,
y a partir de esta guerra podemos discernir profundos cambios en el sentir y el pensar
de la iglesia. Firmada la paz en 1919, siguió un breve período de nuevo optimismo. La
creación de la Sociedad de las Naciones parecía dar una solución al problema de la
guerra, y algunos soñaron con una larga era de paz y prosperidad. Warren Harding fué
elegido presidente de los Estados Unidos de América bajo el lema: "retorno a la
normalidad". Pero la enfermedad del mundo moderno no tardó mucho en hacerse
sentir. Aparecieron nuevos movimientos ideológicos. Mussolini y su doctrina fascista
ganaban terreno en Italia. La revolución rusa pronto pasó a manos de los comunistas,
y uno de los más grandes países trató de demostrar al mundo lo que la filosofía
marxista puede hacer para la renovación de un pueblo. Los pocos años de
prosperidad pronto dieron lugar a un caos económico. Este problema económico se
sintió primeramente en Alemania y sin duda alguna la angustia del pueblo alemán
contribuyó grandemente a hacer posible el movimiento nazi. Pero alrededor del año
1930 el caos económico se extendió a todo el mundo; las monedas perdieron su valor
anterior, muchos países se vieron en la obligación de quitar el respaldo metálico a su
moneda, y en general, se creó uná situación en la cual las masas del mundo sufrieron
profundamente. Esta situación caótica presentó un terreno fértil para que los
movimientos marxista, nazi y fascista tuvieran gran éxito.
Del patriarcado y con el beneplácito de los turcos usó su poder eclesiástico para tratar
de imponer la cultura griega en los demás países de los balcanes. El idioma griego fué
hecho obligatorio en las escuelas eclesiásticas; los ritos y ceremonias griegos
desplazaron a las costumbres propias de las distintas regiones de los balcanes, y en
algunos casos la sede de un metropolitano fué disuelta a fin de que el patriarca
pudiera intervenir directamente en la administración local de las iglesias. Toda esta
política creó un fuerte espíritu antigriego en los demás pueblos de los balcanes y una
rebeldía contra el patriarcado de Constantinopla. Pero mientras duraba el poder de los
turcos, nada podía hacerse. Al fin, en la segunda mitad del siglo XIX el Imperio de los
turcos se debilitaba, y en cuanto fuera posible los pueblos balcánicos no solamente
ganaron su independencia política de los turcos, sino también su autonomía
eclesiástica de Constantinopla. En 1870 la iglesia en Bulgaria se declaró "autocéfala" y
eligieron un patriarca. Serbia, en 1879, y Rumanía, en 1885, siguieron su ejemplo con
el resultado de que para el principio del siglo XX encontramos que las iglesias
nacionales en los balcanes y en algunos lugares en el cercano oriente tienen sus
propios patriarcas. Todavía se reconoce cierta primacía en el patriarca de
Constantinopla, pero es el "primero entre iguales" y no un primado en el sentido
romano. El período después de la primera guerra mundial se caracterizó por una mejor
organización en estas iglesias, nuevos contactos con las iglesias protestantes,
negociaciones directas con los anglicanos y participación en varios movimientos
ecuménicos. Después de la segunda guerra mundial la mayoría de estas iglesias
autocéfalas en el sudeste de Europa cayeron dentro de la órbita rusa y fueron
sometidas a las restricciones y presiones comunes en los países comunistas.
UNIDAD V.
1. LA IGLESIA CATOLICA ROMANA, DESPUÉS DE LA GUERRA MUNDIAL.
Terreno de la política internacional, donde Pío XI, tuvo que hacer grandes decisiones.
Al ver el surgimiento del fascismo en Italia, la iglesia dió su apoyo a Mussolini, y en
1929 llegó a una serie, de acuerdos con el gobierno fascista por medio de los cuales
fué resuelto el viejo problema del "status" de la Ciudad Vaticana, y la iglesia recibió
ciertas promesas con respecto a su autonomía en cuestiones religiosas y
educacionales. La iglesia recibió también grandes sumas de dinero en la forma de
bonos oficiales, y así quedó económicamente ligada al gobierno fascista. Dos años
despues, cuando Mussolini no había cumplido algunas cíe las promesas del acuerdo,
Pío XI protestó, pero en términos moderados que no llegaron a condenar directamente
al fascismo. Cuando las fuerzas armadas italianas invadieron al pequeño país africano
de Etiopía, la iglesia aplaudió la invasión y se apresuró a fundar un colegio para la
preparación de misioneros que seguirían a la invasión militar. En el caso de Alemania
la historia es parecida. La política del Vaticano debilitó el partido centrista y así facilitó
el surgimiento del nazismo. En 1933, fue firmado un Concordato con Alemania que se
parece en parte a los acuerdos con Italia. Cuando en los años posteriores los nazis
violaron el concordato, Pío XI protestó, pero no llegó a condenar el carácter
anticristiano del nazismo. El pensamiento político y social del Vaticano durante el
reinado de Pío XI, fué expresado en su mejor forma en el Quadragésimo anno (1931),
que no solamente tuvo gran efecto en el pensamiento italiano, alemán y austriaco, sino
también en Portugal, España y varios países de América Latina. El sucesor de Pío XI
fue el Cardenal Pacelli, su secretario de estado, quien fué elegido papa en 1939 y
tomó el título Pío XII. El nuevo papa siguió de cerca el desarrollo de la segunda guerra
mundial y trató de trazar una línea diplomática en armonía con la cada vez más
evidente victoria cíe los aliados. La reorientación de la diplomacia del Vaticano se hizo
con, habiliclad, y en la post-guerra se ha podido notar un acercamiento entre la política
del Vaticano y la de las democracias occidentales. Este paso fué facilitado por la
amenaza del comunismo. En cuanto a las ganancias y pérdidas de la Iglesia Católica,
se puede decir que por primera vez en la historia moderna, ninguno de los países más
poderosos es católico. Hay millones de católicos romanos que viven detrás de la
cortina de hierro del comunismo, tanto en los Balcanes como en Rusia y en la China.
En vista de la política oficial de estos gobiernos comunistas, es fácil ver las
consecuencias funestas que esta situación significa para la Iglesia Católica Romana.
Además, los dos países católicos más fuertes.
2. EL PROTESTANTISMO EUROPEO.
En 1918 Carios Barth publicó su Comentario sobre Romanos, obra que puede
tornarse como el principio de una nueva era teológica. La tendencia de la nueva
corriente, cuyos dirigentes eran casi todos ex-liberales, era volver a la Reforma para
su inspiración, y es conocida corno una "neo-ortodoxia". La influencia del pensamiento
de Kierkegaarcl aumentó notablemente en Europa durante la cuarta y quinta décadas
del siglo, y puede notarse en casi tocios los teólogos de la época. Barth es la principal
figura entre muchos teólogos reformados neo-calvinistas. Simultáneamente en los
círculos luteranos surgieron destacados personajes corno Aulén y Nygren, que han
jugado papeles importantes en la renovación de la teología luterana. En el terreno de
los estudios bíblicos ha surgido una nueva escuela de crítica bíblica que va más allá
del estudio minucioso de los textos y trata de descubrir y reconstruir la tradición oral
que sirvió de base para los documentos escritos. Los nombres de Rodolfo Bultmann y
Martín Dibelius, figuran entre los principales exponentes de este método, llamado
Formgeschichte. Algunos de los destacados teólogos alemanes se vieron obligados a
huir de la persecución nazi y han actuado en Inglaterra y Estados Unidos. Richard
Kroner y Paul Tillich, representan esta poderosa influencia europea en el munclo de
habla inglesa. La neo-ortodoxia ha siclo la respuesta del protestantismo europeo a la
situación caótica y desalentadora del continente; y en las horas de peligro y crisis ha
provisto a la iglesia cristiana de una fuerte base doctrinaria. A medida que los años
pasan y se entra en la segunda mitad del siglo XX, algunos creen descubrir los
principios de una nueva era que podría llamarse un neo-liberalismo, reflejando la
influencia correctora de la neo-ortodoxia, pero volviendo a descubrir los valores del
liberalismo anterior.
-GRAN BRETAÑA.
Ciencia "anglo-católica". Aun a mediados del siglo no es posible discernir una victoria
definitiva, para ninguna de las dos tendencias. Probablemente los anglo-católicos
ganaron terreno en el curso del siglo, pero no en el sentido de un acercamiento con
Roma, cosa hecha cada vez más difícil por la definición de los dogmas de la
Inmaculada Concepción y la Infalibilidad Papal del siglo pasado y de la Asunción de la
Virgen en 1950), sino en el sentido de dar mayor importancia al episcopado histórico y
a la reincorporación en la práctica de la iglesia de algunos elementos eliminados por la
Reforma, tales como las órdenes religiosas, confesión auricular, etc. En la tercera
década del siglo se hizo una tentativa de hacer reformas en el Libro de Oración
Común, pero el esfuerzo fracasó al no lograr la aprobación del Parlamento. En algunos
círculos se aboga por la separación de la iglesia y el estado a fin de librar a la iglesia
de los controles que actualmente el estado ejerce y así posibilitar reformas en liturgia y
práctica sin la aprobación del estado. Quizás la figura principal en la iglesia anglicana
en la primera mitad del siglo XX, fué Guillermo Temple (1881-1944), arzobispo de York
y luego de Canterbury, destacada figura en el movimiento ecuménico y un pensador y
teólogo de gran influencia, particularmente en el terreno de la ética social. Después de
la primera guerra mundial la Iglesia Anglicana entró en negociaciones con los
ortodoxos y se logró el reconocimiento mutuo de ministerios y de sus respectivas
tradiciones episcopales. Las conferencias de Lambeth crecieron en importancia, y el
anglicanismo lentamente adquirió una conciencia y carácter cada vez más
internacionales pues aunque la iglesia retuvo sus vínculos con el gobierno inglés, hubo
millones de anglicanos y más de cuatrocientos obispos que residían fuera de
Inglaterra. Después de la segunda guerra mundial se notaba un nuevo fervor
evangelístico en la Iglesia Anglicana y una resolución de hacer mayor impacto
religioso en las masas del pueblo inglés. Durante este mismo período las iglesias
"libres" o disidentes encontraron que su actuación social y política sufría por falta de
organizacion central; y ante los fuertes movimientos de masas, no tenían en sus
manos los instrumentos de influencia como los tenían los anglicanos y los católicos.
Se nota una ligera tendencia hacia mayor centralización en las iglesias libres; y donde
existían varios sectores de una sola familia evangélica una tendencia hacia la unión,
como en el caso de los metodistas.
La Iglesia Católica Romana, librada de las limitaciones que por mucho tiempo después
de la Reforma inhibían su actuación, ha ganado terreno y aumentado su prestigio
mucho en Inglaterra en el corriente siglo. La historia de la Iglesia cristiana en Escocia
gira principalmente en torno al problema de las relaciones entre iglesia y estado; y
durante los siglos XVIII y XIX hubo varias divisiones o separaciones de la iglesia
oficial. Hacia fines del siglo XIX y principios del XX se nota que muchas de las causas
de estas divisiones desaparecían lentamente y las relaciones eran cada vez más
cordiales. La gran mayoría de los presbiterianos que no pertenecían a la Iglesia de
Escocia (oficial), se encontraban en la Iglesia Libre Unida de Escocia. Durante la
primera guerra mundial las relaciones entre estos dos grupos se hacían cada vez más
cordiales; algunos de sus principales seminarios fueron unidos y sus pastores servían
en pie de igualdad como capellanes en las fuerzas armadas. Inmediatamente después
de la guerra se empezó a tomar las medidas necesarias para hacer posible la unión de
estas dos iglesias. Varias medidas aprobadas en la Asanblea General de la Iglesia de
Escocia y otras aprobadas en el parlamento aseguraron la autonomía de la iglesia en
todos los asuntos religiosos, y en 1929 se efectuó la unión de las dos iglesias para
formar la Iglesia de Escocia, en la cual se encuentra la gran mayoría del pueblo
escocés. La teología escocesa, caracterizada por un equilibrio y sensatez poco
comunes en un siglo famoso por sus extremismos, ejerció gran influencia a través del
mundo de habla inglesa, tanto dentro como fuera de las Íglesiad reformadas.
A través del período, se nota una mayor preocupación por la preparacion de los
pastores y una constante evolución en los seminarios dedicados a este fin. La creación
cIé la Asociación Americana cIé Escuelas Teológicas, fundada en 1918, ha siclo un
gran estímulo para la elevación de los niveles acaclánicos cIé los seminarios. La
producción de literatura teológica y la publicación de traducciones de las principales
obras extranjeras hizo que la literatura teológica y religiosa fuera muy enriquecida en
el siglo XX. En l95O se creó el Concilio Nacional cIé Iglesias cIé Cristo, uniendo en un
solo organismo al Concilio Federal cIé Iglesias. la Conferencia Misionera de
Norteamerica.
7. EL MOVIMIENTO ECUMENICO.
Así el movimiento de "Vida y Obra" preparó el camino para un acercamiento entre las
iglesias. Desde los días de la conferencia de Edimburgo de l9lO, algunos dirigentes
veían con claridad que había llegado el momento en que las iglesias tenían que
discutir con franqueza lo que tenían en común y las cosas que las separaban. El
principal personaje en reclamar una conferencia para estudiar estos problemas de
doctrina y de organización eclesiástica fuC el obispo Carios Brent de la Iglesia
Episcopal Protestante de Estados Unidos. El resultado del esfuerzo del obispo Brent y
sus colegas fué la celebración en 1927 en 'Lausana de la primera conferencia de "Fe y
Orden". En esta conferencia los delegados trataron de definir con precisión las
diferencias entre sus respectivas iglesias y llegar a una comprensión mayor de las
características de otras tradiciones. Diez años después se celebró en Edimburgo la
segunda conferencia de "Fe y Orden". Las discusiones y los documentos publicados
posteriormente hicieron evidente que las principales iglesias del mundo creían que
había llegado el momento para asociarse en una gran organización internacional. Las
comisiones después de 1937 prepararon un anteproyecto de estatuto para un Concilio
Mundial de Iglesias, pero el estallido de la segunda guerra mundial hizo imposible la
realización de una asamblea constituyente. A pesar de este inconveniente se creó una
comisión provisoria, y durante los largos años de la guerra esta comisión trabajó
eficazmente desde su sede en Ginebra. En 1948 se pudo efectuar la asamblea
constituyente, la que dió forma oficial al Concilio Mundial- de Iglesias i. Este Concilio
celebró su segunda asamblea en la ciudad de Evanston (cerca de Chicago) en 1954 y
proclamó al mundo su resolución de "permanecer unidos" y presentar un frente común
al mundo no-cristiano. Así que la creación del Concilio Mundial de Iglesias fué el
resultado directo de los movimientos de "Vida y Obra" y "Fe y Orden". Pero ha habido
otros frutos del movimiento ecuménico, quizás de mayor importancia todavía. En
muchas partes del mundo se ha producido la unión de varios grupos para formar
iglesias unidas. Hoy en todos los continentes estas iglesias unidas son cáda vez más
comunes y de mayor importancia. La Iglesia Unida del Canadá (metodistas,
congregacionalistas y presbiterianos) fué una de las primeras. Pero ahora en el Japón,
en las Filipinas, en el sur de la India y en otros ' " El Concilio Mundial de Iglesias de
una comunidad de iglesias que aceptan a nuestro Señor Jesucristo como Dios y
Salvador, " Así reza el artíeulo primero de los estatutos del Concilio, lugares se ha
consumado la unión de varias iglesias para formar iglesias unidas. La historia del
cristianismo en la primera mitad del siglo XX cs trágica y confusa en muchos sentidos.
Pero en medio de los peligros y amenazas, el testimonio cristiano ha sido claro; y
precisamente cuando el mundo parecía en proceso de desintegración, los pueblos
cristianos del mundo han unido sus manos para formar una gran comunidad
internacional y espiritual, "resueltos a permanecer unidos" y que ofrece efectivamente
"la única esperanza del mundo,".
INDICE ALÍTICO Abbot, jorge, arzobispo de Cantorbery, 465, 466. A belardo, 264-66;
267, 273, 275. Abisinia, Iglesia de, 157, 168. Aeacio de Cbn.ñantinopla, 135, 154.
Acólitos, 90, 91. Adaldago, 236. Ademaro de Puy, 24U, Adeodato, 176, 178. Adriano
IV, papa, 248. Adriano VI, 351, 354, 422. Adriano, emp., 25, 49, 5O, 73. Adventistas,
5,92. Aecio, 132. Ágape, 23, 43, 92. Agalón, papa, 161. Agilulfo, 192. Agrícola,
Rodolfo, 327. Agustín, abad, 198. Agustín, San, 175-193; estudio de, 279, 298, 327;
Lutero, 337-339. Aidán, 197, 199. Ainsworth, Enrique, 463. Alarico, 131, 184. Alba,
duque de, 434, 436. Alberico, 215. Alberto, margrave de I3r¿z]]de})\l]"go, 381. Alberto,
arzob. de Maguncia, 340, 341. Alberto V, de Baviera, 444. Alberto de Mansfeld, 325.
Alberto, duque de Prusia, 355, 357. Alberto Magno, 256, 269. Albigenses, v. Cátaros.
Albornoz, cardenal, 296, 297. Alciatj, Andrea, 390. Alcuino,""2(u, 21o, 261. Aleandro,
3Í6;~3.47. ájejandría, escüéía de, 76, 77. A.lejanclro II, papa, 27, 228, 276. (v.
Anselmo de Lucca). Alejandro III, 251-253, 285, 286. Alejandro V, 3O3, 3O4, 308,
Alejandro VI, 318, 32O. Alejandro, ob. de Alejandría, 117, 115, 117, 146. Alejandro de
Hales, 269, 276. Alejandro Magno, 5, 11, 76. Alejandro Severo, 85. Alelo I,' enjp., 239,
240. Alejo iii, 243. Alfonso IX de León, 287. Alfredo el Grande, 211. Alipio, 176, 178.
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