9.excepción de Contrato No Cumplido

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Artículos

La excepción de contrato no cumplido. Algunas cuestiones relativas a su supuesto de


hecho y consecuencias jurídicas*
Exceptio non Adimpleti Contractus. Some Notes Relating to its Condition of Fact and Legal Consequences

Íñigo Andrés de la Maza-Gazmuri a


Universidad Diego Portales, Chile DOI: https://doi.org/10.11144/Javeriana.vj139.ecnc
[email protected]
ORCID: http://orcid.org/0000-0001-6239-2837 Recepción: 17 Mayo 2019
Aceptación: 02 Junio 2019
Álvaro Vidal-Olivares Fecha de publicación: 30 Diciembre 2019
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile
ORCID: http://orcid.org/0000-0001-5362-9310

Resumen:
En este artículo se analiza el remedio de la suspensión del cumplimiento o excepción de contrato no cumplido en Chile. En
particular, se examina el supuesto de hecho de este remedio contractual y sus particulares condiciones, para luego atender a los
efectos de la gura, atendiendo, también, a la relación que existe entre esta y los restantes remedios frente al incumplimiento.
Palabras clave: Incumplimiento, contrato, excepción de contrato no cumplido, remedios del acreedor, suspensión del
cumplimiento.

Abstract:
is article aims to analyze the remedy of the suspension of the compliance or exceptio non adimpleti contractus. In particular,
considering the factual budget of the contractual remedy, its particular conditions, to then attend to the effects of this remedy, also
attending to the relationship that exists between it and the other remedies against the breach of contract.
Keywords: Breach of contract, contract, exceptio non adimpleti contractus, creditor remedies, suspension of fulllment.

Ideas previas

Como en todos los códigos decimonónicos, en el Código Civil chileno no existe una regulación completa
y sistemática de aquel remedio que, con denominaciones diversas —“excepción de contrato no cumplido”
o “suspensión”— permite a una parte suspender el cumplimiento de su prestación mientras la otra parte no
cumpla la propia en un contrato sinalagmático. Tal carencia de disciplina se reere tanto al supuesto de hecho
como a las consecuencias del remedio al que, en atención a la denominación que recibe en la doctrina nacional
y no obstante lo inadecuada que pueda resultar[1], nos referiremos en adelante como “excepción de contrato
no cumplido”.
El vacío apuntado no signica, sin embargo, que en el Código Civil no exista ningún material pertinente,
sino, más bien, que ese material resulta deciente para construir tanto el supuesto de hecho como las
consecuencias jurídicas de la aplicación del remedio. Existen al menos tres disposiciones particulares en
el Código Civil que han servido de fundamento a su desarrollo doctrinario y jurisprudencial. Se trata del
artículo 1552 (1609 del Código colombiano) con ocasión de la mora en los contratos bilaterales, el inciso
nal del artículo 1826 (1882 del Código colombiano) respecto del incumplimiento de las obligaciones del
comprador; asimismo, ha de considerarse el artículo 2158 (2184 del Código colombiano), a propósito de las
obligaciones del mandante[2].
Notas de autor

a Autor de correspondencia. Correo electrónico: [email protected]


Vniversitas, 2019, núm. 139, ISSN: 0041-9060 / 2011-1711

La primera de las normas enumeradas, sin duda, ha sido la de mayor relevancia, pues a partir de su
conguración tanto la academia como los tribunales han formulado un remedio de extensión general; uno
que, por cierto, se constituye como una de las alternativas de defensa ante la pretensión de cumplimiento en
naturaleza, la demanda resolutoria o la acción de daños contractuales.
Conviene en este punto atender al fundamento de la excepción de contrato no cumplido, toda vez que
ello permitirá claricar la comprensión de esta institución como remedio del acreedor en cuanto a la facultad
de suspender su propio cumplimiento, como hoy lo concibe el nuevo derecho de los contratos o la moderna
dogmática contractual[3].
Bien sabemos que todo contrato bilateral obliga a ambas partes recíprocamente, produciendo obligaciones
interdependientes entre sí. La obligación que nace para una de las partes encuentra su causa (causa nal)[4], a
su turno, en la obligación correlativa de la otra, al punto que ninguna de ellas se explica sin la otra. Por muy
abstracto que nos parezca, esta es la explicación de los llamados efectos particulares de esta especie de contratos
en caso de incumplimiento de uno de los contratantes, efectos entre los que se incluye la excepción de contrato
no cumplido[5]. En estas convenciones, el incumplimiento, en sentido amplio[6], necesariamente repercute
en el contrato y, más precisamente, en la posición de la otra parte. Así, en lo que a nosotros nos interesa,
si una parte incumple, la exigibilidad de la obligación de la otra se suspende, actuando como una genuina
excusa de cumplimiento para la otra parte afectada y reconociéndosele la facultad de suspensión del mismo,
la que nuestro derecho decimonónico concibe como excepción, aunque hoy también puede desenvolverse
como acción desde su comprensión de remedio contractual. Es, precisamente, la interdependencia de las
obligaciones recíprocas la que explica este efecto de suspensión de los efectos de la convención[7].
Llegados a este punto, podemos precisar la primera idea, esto es, que en los contratos bilaterales una parte
se obliga para con el otro, porque éste, a su vez, contrae una obligación con el primero. Lo cierto es que, lo
que resulta especialmente relevante y que explica la excepción de contrato no cumplido en todo contrato de
esta naturaleza, como los otros efectos particulares, no es tanto que la otra parte se obligue, sino más bien que
esa parte que se obliga cumpla el contrato el y oportunamente[8].
En lo que concierne al objeto este artículo, pretendemos demostrar que el fundamento de la excepción de
contrato no cumplido es aquel principio de la simultaneidad en el cumplimiento de las obligaciones[9], que
no es otra cosa que lo anunciado antes: una parte cumple en la medida que la otra lo hace y si esta última no
lo hace, la primera queda facultada para suspender su propio cumplimiento.
Entendido así el fundamento, podemos observar cómo se plasma la gura en el derecho uniforme de
contratos. Este ejercicio es relevante, desde que permite comprender con mayor claridad por qué se ha
calicado ya no como una “excepción”, con la carga adjetiva y procesal que ello comporta, sino como un
remedio contractual; como una medida que el contrato prevé para el caso del incumplimiento a favor del
acreedor afectado, y que se traduce en la facultad de que dispone unos de los contratantes de suspender su
propio cumplimiento[10].
La Convención de las Naciones Unidas sobre los contratos de compraventa internacional de mercaderías
(CISG)[11], por ejemplo, establece en su artículo 71 que ambas partes disponen de la facultad de diferir la
ejecución de sus obligaciones con posterioridad a la celebración del contrato si se advierte palmariamente que
su contraparte no dará cumplimiento sustancial a sus obligaciones[12].
Otro tanto sucede con los Principios de Unidroit (PICC) que recogen en su artículo 7.1.3 la suspensión del
cumplimiento para los casos en que 1) las partes cumplen simultáneamente sus obligaciones, en cuyo caso, una
parte podrá suspender el cumplimiento de su obligación mientras su cocontratante no oezca su prestación,
o 2) en la hipótesis en que las partes cumplen sucesivamente sus obligaciones, caso en el cual podrá una de
ellas suspender en tanto la otra lo haga primero[13].
La gura también ha sido acogida en los Principios Latinoamericanos de Derecho de Contratos (PLDC).
En su artículo 102 precisa que cada una de las partes podrá negarse a dar cumplimiento a sus obligaciones en
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tanto que la otra no lo haga, salvo que por su naturaleza o por acuerdo de los mismos contratantes la ejecución
de las obligaciones de una de ellas deba tener lugar antes que la otra[14].
Cada uno de los cuerpos de derecho uniforme citados prevén la excepción de contrato no cumplido o
suspensión del cumplimiento, bajo el acápite de los remedios frente al incumplimiento. Por lo demás, en los
comentarios al artículo 7.1.3 de los PICC se indica explícitamente que la aludida norma debe necesariamente
leerse o relacionarse con los remedios. En este señala que:
is Article must be read together with Article 6.1.4 (Order of performance). is Article is concerned with remedies and
corresponds in effect to the civil law concept of exceptio non adimpleti contractus[15].

Sirva también para ilustrar lo que se viene sosteniendo lo que disponen, por su parte, los códigos civiles
argentino[16] y francés, recientemente reformados. El primero establece en su artículo 1031 la suspensión del
cumplimiento, se señala que:
En los contratos bilaterales, cuando las partes deben cumplir simultáneamente, una de ellas puede
suspender el cumplimiento de la prestación, hasta que la otra cumpla u ofrezca cumplir”. El Código francés,
en tanto, dispone en su artículo 1219 que: “Una parte podrá rehusar cumplir su obligación, aun cuando ésta
sea exigible, si la otra no cumple la suya y si dicho incumplimiento es sucientemente grave[17].
Como vemos, en la mentada legislación comparada se concibe a la excepción de contrato no cumplido
dentro de la disciplina de los efectos del del contrato y de su incumplimiento. Es decir, se le ubica dentro del
conjunto de los remedios al incumplimiento de que dispone el acreedor y que se concreta, al igual que en
derecho uniforme y armonizado de contratos, como una facultad de suspender el cumplimiento del contrato.
Expuesto el panorama, nos proponemos avanzar en la determinación del supuesto de hecho de la excepción
de contrato no cumplido, y sus consecuencias jurídicas.

Supuesto de hecho

Al hacer uso de la voz “supuesto de hecho”, pretendemos referirnos al conjunto de condiciones que hacen
procedente el remedio. El supuesto puede ser expresado con precisión, entendiendo que se constituye cuando
las partes concernidas incumplen lo que ellas mismas han convenido en virtud del contrato. La gura en
examen tiene por base la existencia de incumplimientos recíprocos, independientemente de la relación que
entre ellos puede mediar.
Existe debate en torno a su ámbito de aplicación, pues se ha estimado, por unos, que la excepción de
contrato no cumplido procede solo en presencia de incumplimientos en contratos bilaterales, y por otros se
ha entendido que es posible extenderla a otras hipótesis distintas[18]. Sin perjuicio de lo antes advertido, el
alcance de este artículo sólo se ocupa de los casos de contratos bilaterales ya que, muy probablemente, ha sido
con ocasión de su estudio que se ha presentado mayor debate, sobre todo en la Corte Suprema y los tribunales
de alzada.
En este apartado nos interesa prestar atención a tres cuestiones que se han suscitado a propósito de la
determinación del supuesto de hecho de la excepción de contrato no cumplido. La primera de ellas reere a
las obligaciones actualmente exigibles; la segunda, a la relación causal de ambos incumplimientos; y la tercera,
a la buena fe y la proporcionalidad.

Obligaciones actualmente exigibles

Tratándose de los contratos bilaterales, puede armarse con seguridad que el fundamento de la excepción de
contrato no cumplido se halla en la interdependencia de las obligaciones. Ante el incumplimiento de una
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de las partes, la otra no se ve compelida a hacerlo. En el lenguaje contemporáneo, esta última se encuentra
excusada de cumplir lo pactado en tanto la primera no cumpla o no esté llana a cumplir.
En consecuencia, al tiempo de oponer la excepción como defensa ante el ejercicio de otros remedios, la
obligación en contra de quien se deduce ha de serle actualmente exigible puesto que, de lo contrato, ¿cómo
podría alegarse su incumplimiento?[19].
Sin embargo, resulta necesario advertir que no basta la existencia de una obligación incumplida desde un
punto de vista objetivo; también es necesario que la ejecución de aquella obligación sea exigible. En este orden
de ideas, por ejemplo, para evaluar un caso al que luego recurriremos, una parte se obliga a entregar a otra
un semirremolque y su contraparte a pagarlo en dinero dentro de cierto plazo. Quien debe la entrega cumple
imperfectamente; el comprador, en tanto, no realiza del pago en el término convenido y, por consiguiente,
objetivamente, incurre en un incumplimiento contractual. No obstante, conforme nos parece, no es posible
armar que la prestación a que se ha obligado el comprador -pagar el precio- fuera actualmente exigible.
Por esta consideración, por ejemplo, si el comprador fuese quien hubiera pretendido obtener a través de
demanda judicial, la sustitución del semirremolque defectuoso por otro que no lo sea conforme se pactó, más
el resarcimiento de los perjuicios, y la parte vendedora opone la excepción de contrato no cumplido fundada
en el incumplimiento de la obligación del comprador como defensa, ésta no prosperará porque esta última
obligación no le era exigible.
Ahora bien, el hecho de que en un contrato sinalagmático se registren incumplimientos de ambas partes y
que las obligaciones sean actualmente exigibles, no basta para responder a la pregunta respecto a si una parte
puede oponer la excepción de contrato no cumplido. De esta manera, no parece adecuado que una parte cuyo
incumplimiento ha determinado el de la contraria pueda interponerle la excepción de contrato no cumplido.

Que un incumplimiento sea la causa del otro

Conforme se ha pronunciado Claudia Mejías-Alonzo, el nexo causal se ha utilizado tanto para dar lugar
como denegar la institución que nos ocupa[20]. Así, se ha fallado que no procede la excepción cuando
el incumplimiento de quien la opone como defensa se funda en términos causales; vale decir, que dicho
incumplimiento se haya producido por uno suyo que le preceda, dejando de ejecutar lo convenido.
Ante todo, hemos de distinguir la cuestión de la causalidad, por una parte, como elemento que integra el
supuesto de hecho de la excepción de contrato no cumplido, de aquella referida a la conducta del acreedor
#acción u omisión# como condición del cumplimiento de la otra parte, por la otra. Y esta conducta impuesta
al acreedor en cuanto tal puede tener su origen en el propio contrato, o en la buena fe que le impone ciertos
deberes de colaboración. No son propiamente obligaciones, sino más bien cargas contractuales del acreedor.
Es por este orden de consideraciones que no pueden confundirse ambas hipótesis.
Sin embargo, Yusari no es de quienes lo aprecian de la referida forma, pues al desarrollar el criterio de la
causalidad, recuerda el ejemplo de Clemente-Meoro acerca de un contrato de confección de vestuario, en
donde una parte se ha obligado a entregar los diseños y la otra a confeccionar unas prendas teniendo por base
tales bocetos. Estos autores estiman se estaría frente a un caso de incumplimientos recíprocos (excepción de
contrato no cumplido, resultando evidente para ellos que, si la parte que ordenó la confección no entrega
los diseños, la otra que se obligó a confeccionar las prendas tampoco estará en condiciones de cumplir con su
obligación[21]. Con todo, nuestra opinión para este caso no es una en que el incumplimiento de una parte se
funda causalmente en el de la otra, sino más bien en que es la conducta del acreedor, plasmada por su omisión,
la que impide que el deudor ejecute la obligación que por el contrato ha contraído.
Podemos hallar expresada claramente esta distinción en los PICC (artículo 7.1.3), en los Principios
Europeos de Derecho de Contratos (PECL; artículo 9:201)[22] y los PLDC (artículos 91 y 102). Estos
instrumentos regulan el supuesto en que el incumplimiento tenga su causa en la conducta del acreedor
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#sea esta acción u omisión#, y la solución que se consagra es la de privarle del derecho a invocar dicho
incumplimiento en contra de su cocontratante y, seguidamente, de cualquier remedio contractual. Esta regla
tiene por antecedente la constada en el artículo 80 de la CISG. A título ejemplar, el artículo 88 (Acción u
omisión del acreedor) de los PLDC prescribe que “El acreedor no puede invocar el incumplimiento causado
por su propia acción u omisión”[23].
A propósito de esta regla, en otra oportunidad tuvimos ocasión de expresar que “La norma del artículo 88
se reere a aquellos casos en los que el incumplimiento es absolutamente imputable al acreedor, sea que se
trate de la inobservancia de un deber contractualmente pactado o que éste uya de la propia naturaleza de la
obligación por aplicación del principio de la buena fe en función de interpretación integradora. Es una regla
de sentido común y que es una evidente concreción de la doctrina de los actos propios, porque precisamente se
está reprimiendo la contradicción de una conducta anterior propia, la del acreedor que habiendo provocado
exclusivamente el incumplimiento, ahora pretende demandar al deudor por tal incumplimiento, ejercitando
un remedio o medio de tutela”[24].
Si observamos nuestro ordenamiento, podría arribarse a la misma solución recurriendo a la regla de
causalidad contenida en el artículo 1558, o bien a partir de la regla del artículo 1546 del Código Civil,
continente del principio de buena fe como deber de colaboración[25].
Volvamos ahora a considerar la causalidad en tanto criterio dirimente en la admisión o rechazo de la
excepción de contrato no cumplido, e ilustremos cómo se desenvuelve en uno y otro sentido (para rechazar
y para acoger.
Primeramente, tengamos en mente un caso en el que quien demanda por incumplimiento contractual es
la parte que, a su vez, dejó de ejecutar lo convenido, dando lugar al incumplimiento de su contraparte. Esta
es la hipótesis que recoge el fallo de la Corte Suprema de 31 de octubre de 2012. Conforme los hechos,
el vendedor entregó mercaderías con anomalías materiales. Acto seguido, opuso al comprador, entre otras
defensas, la excepción de contrato no cumplido por no haber pagado el precio de la venta, solicitando el
rechazo de la demanda de indemnización autónoma. La Corte Suprema, pronunciándose sobre el caso declara
en su considerando 13º:
Que tampoco se acogerá la excepción de contrato no cumplido, fundado en el artículo 1552 del Código Civil, basado en
el hecho de que la actora adeuda parte del precio convenido en la compraventa, porque la demanda de autos se basa en
que las cosas vendidas no reunían las calidades que se habían convenido, lo que le ha supuesto perjuicios, por lo que parece
perfectamente esperable que en esas circunstancias se haya suspendido el pago del saldo de precio. Cuando la demandante
debió pagar el saldo de precio, la demandada ya había incurrido en el incumplimiento que por este juicio se le reprocha[26].

En segundo término, resulta procedente pensar un caso en que el nexo causal actúe en el sentido opuesto,
en otras palabras, en el que ella faculta a defenderse con la excepción de contrato no cumplido. Sirve para
ilustrar aquello la decisión contenida en la sentencia de la Corte Suprema de 24 de marzo de 2011[27]. Se trata
de un contrato de compraventa de unos semirremolques tolva, ejemplo que prevenimos con precedencia.
Aquellos no cumplían con las especicaciones acordadas por las partes. Fruto de ello, frente a la demanda de
pago del precio interpuesta por el vendedor, el comprador opuso como defensa la excepción en comento. El
tribunal estimó procedente la defensa en virtud del carácter exigible de las obligaciones recíprocas, estando
de buena fe quien excepciona y siendo el incumplimiento que alega una falta o inacción contractual que se
constituye en su favor. Se termina por concluir en el fallo que, conforme la equidad, la buena fe y la causalidad,
el incumplimiento de la parte demandante, recayó sobre una obligación relevante y de real trascendencia, ya
que el desentendimiento de las especicaciones técnicas tornó ostensiblemente inútiles los bienes objeto de
la compraventa[28].
Entonces, podemos formularnos la siguiente pregunta: ¿por qué el comprador no pagó el precio al
vendedor? Nos parece que la respuesta, con base en la interpretación que se propone de la sentencia de la
Corte, es que la obligación vinculada al pago referido fue incumplida en primer término por el vendedor; en
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este sentido, puede decirse que el incumplimiento de la obligación del vendedor causó el incumplimiento de
la del comprador.
En este sentido, una cuestión que ha de considerarse llegado a este punto es si acaso la causalidad, en
tanto criterio que justica acoger la excepción de contrato no cumplido, integra en todo caso su supuesto de
hecho. Y la respuesta, nos parece, es que no necesariamente. Resulta perfectamente plausible que no podamos
hablar de relación de causalidad entre los incumplimientos y aun así sea procedente la excepción. Así será, por
ejemplo, cuando existe incumplimiento simultáneo de ambas partes, en cuyo caso ¿cómo podría armarse
que uno es causa del otro?
En este orden, consideremos, con los matices necesarios, los hechos de una sentencia de la Corte Suprema
de 4 de diciembre 2003[29]. Se trataba de un contrato de promesa de compraventa en el que una parte se obligó
a reunir en su totalidad los derechos en una sucesión y la otra a obtener el dinero necesario #por medio de un
mutuo# para saldar el monto convenido por precio. Ambas obligaciones se entendieron como exigibles en
un mismo momento y fueron incumplidas en dicho instante[30].
En casos como los que se presentan resulta indudable que, por una parte, no se puede aseverar que un
incumplimiento sea causa del otro; no obstante, según creemos, tampoco puede armarse que no tenga cabida
la excepción de contrato no cumplido. En verdad, al menos tal y como hemos expuesto el caso, es un ejemplo
sucientemente claro de procedencia.
Así las cosas, al explorar el vínculo causal, descubrimos que no necesariamente es parte del supuesto de
hecho de la excepción de contrato no cumplido; ello, porque hay casos en los cuales la condición que concurre
para congurar su supuesto de hecho es distinta: la de los incumplimientos simultáneos.

Buena fe y proporcionalidad

Ha sido indicado respecto de la resolución por incumplimiento que no todo incumplimiento, sino solamente
aquellos que revisten la calicación de esenciales o resolutorios, permiten su procedencia.
Algún debate parecido se ha desarrollado en relación con la excepción de contrato no cumplido. Como
sabemos, señala la regla del artículo 1552 del Código Civil que: “En los contratos bilaterales ninguno de los
contratantes está en mora dejando de cumplir lo pactado, mientras el otro no lo cumple por su parte, o no se
allana a cumplirlo en la forma y tiempo debidos”[31].
La cuestión por considerar ahora nos lleva al siguiente interrogante: ¿qué alcanza a cubrir la expresión
“dejando de cumplir lo pactado”? ¿Todo incumplimiento o, como acontece con la facultad resolutoria, es
preciso calicar dicho incumplimiento? Y si requiere de calicación, entonces surge otra pregunta: ¿dicha
calicación funciona de la misma forma que en el remedio resolutorio?
Para abordar la pregunta, tenemos advertir que el supuesto sobre el cual se construye no es el de un
incumplimiento total; en tal hipótesis, no existe duda que la excepción tiene lugar. La procedencia, eso sí, deja
de ser posible en ciertas de las variadas manifestaciones del cumplimiento defectuoso.
En Chile, parece predominar la idea de que no cualquier incumplimiento la permite, sino exclusivamente
aquellos que resulten graves[32] y, a veces, se ha estimado que el criterio para determinar la gravedad debiese
ser el mismo de la resolución por inejecución, tanto por la doctrina[33] como por lo jurisprudencial[34] (y aquí
ha aparecido la segunda pregunta).
La jurisprudencia ha requerido que un incumplimiento revista de cierta magnitud y ello se ha justicado
en la regla contractual de la buena fe objetiva. Al efecto, una sentencia de la Corte de Apelaciones de San
Miguel, discutiendo sobre el incumplimiento de un contrato de arrendamiento de un bien raíz en el que la
parte arrendataria denunciaba defectos en la cosa arrendada, el tribunal de segunda instancia consideró que,
por las exigencias de la buena fe, el incumplimiento que funda la excepción de contrato no cumplida debe
revestir de cierta gravedad[35].
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Podría estimarse que cualquier incumplimiento que permita resolver el contrato faculta, al mismo tiempo,
a oponer la excepción de contrato no cumplido. Sin embargo, al inverso las cosas no funcionan de la misma
manera; es decir, no cualquier incumplimiento que justica la excepción de contrato no cumplido permite
declarar resuelto un contrato.
Claudia Mejías-Alonzo propone que, en principio, todo incumplimiento posibilita el ejercicio de la
excepción de contrato no cumplido; no obstante, tal ejercicio no debe generar una colisión con la buena
fe[36]. De esta forma, sugiere Mejías, el dispositivo de la buena fe permitiría distinguir entre aquellos
incumplimientos de envergadura o de suciente entidad para justicar la suspensión de la ejecución de lo
pactado. Somos de la idea de pensar que se trata de una idea acertada; y sostenemos, tal como lo plantea esta
autora, que la exigencia de proporcionalidad de los incumplimientos es una manifestación de los límites que
impone la buena fe objetiva en el ejercicio de este remedio[37].
Adicionalmente, en relación con lo ya dicho, la Corte Suprema en un fallo de 31 de marzo de 2003 ha
resuelto en este sentido. En este caso, los contratantes incurrieron en incumplimientos recíprocos. Al efecto,
el incumplimiento que ENAMI atribuye a INCOMIN S. A. en las alegaciones vertidas, se encuentra referido
únicamente a las obligaciones que, en el contexto de lo estipulado, exhiben una importancia de menor relieve
respecto de otras. Concluyen los sentenciadores:
“Que, resumiendo lo razonado en las consideraciones precedentes –y al margen de la inoportunidad y consiguiente
improcedencia de su formulación­– la pretendida defensa de ENAMI, fundada en el incumplimiento parcial de INCOMIN
S.A. respecto de las obligaciones que, en el contexto global del contrato, presentan una envergadura menor, no constituía
un motivo sucientemente serio que la excusase de satisfacer su compromiso principal y básico para la ejecución del
contrato como era aquél de entregar a INCOMIN S.A. la cantidad acordada de mineral en bruto para el procedimiento de
lixiviación”.[38]

Como se observa, la Corte consideró que conforme las exigencias de la buena fe, el incumplimiento
de INCOMIN debía tener una cierta entidad como para justicar la suspensión de la entrega de 30.000
toneladas mensuales de mineral para su tratamiento que pretendía ENAMI; dicha entidad, por decirlo de
alguna forma, se mide contra la obligación cuya suspensión se pretende.
En otro fallo, ahora de la Corte de Apelaciones de Temuco, de 11 de septiembre de 2015[39], analizó
la procedencia de la excepción de incumplimiento contractual del arrendador al entregar el bien raíz con
importantes defectos materiales que impedían su uso como complejo hotelero. La Corte tiene por establecer
las condiciones que deben concurrir para dar lugar a la excepción. Citando a la profesora Claudia Mejías-
Alonzo, se lee del fallo que:
“la doctrina suele mencionar: que estemos en presencia de un contrato bilateral; que las obligaciones sean actualmente
exigibles; que el acreedor, contra quien se opone la excepción, no haya cumplido con su prestación ni se encuentre llano a
hacerlo y, se agrega, por la mayoría de los autores, que el deudor la oponga de buena fe”.[40]

Posteriormente, el tribunal indica que no se actúa de buena fe si el incumplimiento que se pretende


denunciar es de menor entidad o poca monta, o si deriva de otro incumplimiento que tenga por causa el hecho
del que alega la excepción. De esta manera, si el incumplimiento es irrelevante, no justica la suspensión del
cumplimiento[41].
Conforme a todo lo expuesto, podemos entender que incluso en el caso de que ambas partes no
cumplan sus obligaciones (hallándose presente la relación de causalidad o de simultaneidad) o de no mediar
proporcionalidad entre las obligaciones o entre los incumplimientos #el que habilita la procedencia de la
excepción y el de la contraparte# entonces el remedio no debe prosperar.
Se aprecia, de este modo, cómo la buena fe cumple el papel de limitar la procedencia de la excepción
de contrato no cumplido en este punto. Si bien este remedio procede ante cualquier incumplimiento,
como se ha anotado más arriba[42], necesario es que exista una relación de proporcionalidad entre los
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incumplimientos. Y es, precisamente, esta exigencia la materialización de la buena fe como límite a la


excepción de contrato no cumplido. Si el incumplimiento que se aduce como justicación para la propia
suspensión es desproporcionado con la propia prestación, la buena fe actuará impidiendo el ejercicio del
remedio. Entonces, no se mira a la gravedad del incumplimiento, sino más bien a la relación de aquel con el
propio que se suspende. Y esta exigencia halla su fuente en la buena fe[43].

Sobre los efectos de la excepción de contrato no cumplido sobre el resto de los


remedios contractuales

Al preguntarnos por los efectos de la excepción de contrato no cumplido, nos referimos a las relaciones
existentes entre esta y los remedios contractuales frente a los que cuales el excipiens procura defenderse.
Una primera cuestión que es preciso claricar es que la excepción da al excipiens la facultad para suspender
el cumplimiento de su obligación, mientras que la contraparte, es decir, el demandante, no ha hecho lo propio
o lo ha hecho imperfectamente. La suspensión, entonces, se traduce en una neutralización de la exigibilidad
de la obligación de quien se deende con la excepción de contrato no cumplido, asemejándose en cuanto al
efecto con el caso fortuito.
Con ello, resulta claro que el instituto en estudio altera la procedencia de, por lo menos, dos de los remedios
contractuales: la pretensión de cumplimiento especíco y la indemnización de perjuicios. Las anteriores,
tienen por supuesto que la obligación le sea exigible al deudor y que, no obstante, no cumpla. En Chile no
parece cuestionarse que la excepción obstaculiza estos dos medios de tutela del acreedor[44].
En lo que reere a la acción indemnizatoria, el Código Civil establece explícitamente que la indemnización
se debe desde que el deudor se halla en mora. Y, complementando la regla para los contratos sinalagmáticos, el
artículo 1552 prescribe que en esta clase de contratos ninguna de las partes está en mora de cumplir mientras
el otro contratante no cumpla lo pactado o no esté llano a cumplirlo. Entonces, ¿quién puede discutir que la
excepción de contrato no cumplido incide en la procedencia de la indemnización de daños?
En relación con la pretensión de cumplimiento especíco, si bien no existen reglas con alcance general
en el Código Civil, la misma solución para la indemnización la podemos extraer del principio de la fuerza
obligatoria del artículo 1545, conforme el cual la ejecución de la obligación presupone su exigibilidad[45].

Eficacia de la excepción ante el remedio resolutorio

Sin olvidar que en relación con los efectos de la gura en estudio existe un relevante cuestionamiento por
parte del profesor Bruno Caprile[46], nos ocuparemos en analizar su incidencia en la facultad resolutoria del
artículo 1489 del Código Civil pues, como se verá, es el que mayores inconvenientes ha reportado para la
academia y los tribunales.
Es posible inducir una primera idea con la siguiente pregunta: ¿resulta posible enervar una demanda
resolutoria por medio de la excepción de contrato no cumplido?
La opinión tradicional de la doctrina y jurisprudencia local arma que la excepción de contrato no
cumplido enerva la acción resolutoria. Su argumento principal descansa en la regla del artículo 1489 del
Código Civil, puesto que las condiciones que integran el supuesto de hecho del remedio resolutorio,
conforme con su interpretación, son la existencia de un incumplimiento grave e imputable al deudor, y que
quien demande la resolución sea el contratante diligente, es decir, aquel que haya cumplido o esté llano a
cumplir su obligación[47]. De este modo, la mora integraría no solo los supuestos de hecho de la indemnización
y el cumplimiento especíco, sino también el de la resolución.[48] La doctrina lee conjuntamente las
disposiciones de los artículos 1489 y 1552[49]. Por ejemplo, la opinión de Alessandri, quien, al criticar
Íñigo Andrés de la Maza-Gazmuri, et al. La excepción de contrato no cumplido. Algunas cuestiones...

profusamente una sentencia de la Corte Suprema de 9 de julio de 1931, caratulada “Aravena con Lizarralde,
sentencia que dio lugar a la resolución en un caso de incumplimiento recíproco sostiene:
“Esta solución aparece como un medio ideado para mantener la decisión de los jueces sentenciadores que, si estaba reñida
con la ley, se conformaba con la equidad. Como dice el considerando 20, la cuestión sometida a la casación era determinar si
pudo el demandante, que no cumplió sus obligaciones, impetrar la resolución del contrato frente al demandado que tampoco
dio cumplimiento a las suyas. Esta cuestión, contrario a lo que dice la Corte, está resuelta en forma concreta por el Código
Civil en sus artículos 1489 y 1552 CCCh, ya que éstos, como la misma Corte lo establece en sus considerandos 13º a 17,
sólo coneren la acción resolutoria al contratante que cumplió o que está llano a cumplir el contrato contra el otro que se
niega a hacerlo. Por esto estimo quebrantado el artículo 1489 CCCh. Pues la sentencia recurrida admitió la acción resolutoria
deducida por el contratante que no cumplió su obligación es contra el otro que tampoco habría cumplido las suyas”[50].

Hoy, la doctrina actual del derecho de contratos, sin atender al artículo 1552, excluye la procedencia de la
facultad resolutoria para hipótesis de incumplimientos recíprocos. Así, Pizarro Wilson ha armado que:
“En mi opinión, el incumplimiento recíproco de las obligaciones impide resolver el contrato no en razón de la excepción
prevista en el artículo 1552, sino que, invocando la falta de un elemento de la acción resolutoria, cuál es la calidad de acreedor
diligente del demandante. Basta constatar el incumplimiento de sus obligaciones por el demandante para rechazar la demanda
de resolución de contrato”[51].

Finalmente, los tribunales no sólo en la primera mitad del siglo XIX, sino tambien en algunas sentencias
más recientes han fallado admitiendo la excepción de contrato no cumplido y rechazando la demanda del
remedio resolutoria por no haberla ejercitado el contratante diligente[52].
En un sentido distinto, Caprile, quien cuestiona la posición clásica, para mostrar sus consecuencias
desfavorables formula una serie de interrogantes:
“Si el promitente comprador no puede demandar la resolución del contrato de promesa de compraventa, ¿cómo obtendrá
la restitución del anticipo de precio que pagó? En el mismo sentido, si el promitente vendedor anticipó la entrega material
del inmueble, ¿cómo lo recupera? (…). Si no procede la acción resolutoria: ¿hasta cuándo quedará en suspenso el contrato?
¿Lo anterior signica que, mientras corren los cinco años hasta que se cumpla el plazo de prescripción de las obligaciones
contractuales, el promitente vendedor no podrá transferir el inmueble a un tercero, pues la promesa sigue vigente? Y si lo
hace, ¿el tercero adquirente quedará expuesto a una acción de responsabilidad aquiliana que pueda dirigir en su contra el
promitente comprador, por haber cooperado o haberse constituido cómplice en la violación de una obligación contractual?
En el mismo sentido, ¿signica que, en cualquier momento, cualquiera de las partes puede razonar que ahora el negocio le
conviene y, por ende, exigir su cumplimiento, allanándose naturalmente a cumplir sus propias obligaciones?”[53].

Actualmente, la postura dominante es la que estima que en casos de incumplimientos recíprocos -o


simultáneos, en nuestra terminología- la excepción de contrato no cumplido no obsta la resolución. Así lo
reconoce la sentencia de de la Corte Suprema del 4 de diciembre de 2003. En el caso, el máximo tribunal
casa de ocio dicta sentencia de reemplazo, acogiendo la resolución del contrato y rechaza la demanda de
indemnización de daños. La sentencia, reconociendo el incumplimiento recíproco de las partes, recalca lo
siguiente:
“Que el artículo 1489 del Código Civil envuelve una regla que rige exclusivamente la situación que se produce en los contratos
bilaterales cuando una de las partes ha cumplido o está llana a cumplir el contrato y la otra se niega a hacerlo. (…) conrman
esta interpretación los fundamentos racionales y de equidad y justicia que inspiran esa disposición que no son otros que
presumir que en los contratos bilaterales cada una de las partes consienten en obligarse a condición que la otra se obligue a
su vez para con ella, o sea, la reciprocidad de las obligaciones acarrea necesariamente la de las prestaciones. Que, aunque no
hay precepto alguno que resuelva la cuestión de si uno de los contratantes que no ha cumplido las obligaciones contraídas
puede o no solicitar la resolución de la promesa de venta en contra de la otra parte que tampoco ha dado cumplimiento a las
suyas, los jueces están en el deber de juzgarla del modo que más conforme parezca al espíritu general de la legislación y a la
equidad natural de acuerdo con lo preceptuado en el No 5 del artículo 170 del Código de Procedimiento Civil. En efecto no
parece justo ni equitativo dejar a las partes ligadas por un contrato que ambas no quieren cumplir y que de hecho aparece así
inecaz por voluntad de las mismas. Luego no pugna, por lo tanto, con la índole y naturaleza de los principios jurídicos que
informan la acción resolutoria que ella se acoja en este caso, porque la resolución, precisamente el medio que la ley otorga
Vniversitas, 2019, núm. 139, ISSN: 0041-9060 / 2011-1711

para romper un contrato que nació a la vida del derecho, pero que no está llamado a producir sus naturales consecuencias en
razón de que las partes se niegan a respetarlo y todavía, porque acogiéndola se llega a la realidad propia de toda resolución,
cual es que las cosas puedan restituirse al estado anterior, como si el contrato no hubiese existido, sin embargo no procede la
indemnización de perjuicios pedida pues ella requiere de mora y en este caso no podría existir para ninguna de las partes de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 1552 del citado Código Civil./ 6o. Que la referida conclusión ha sido aceptada
por la jurisprudencia (R.D.J. T. 28 sección 1a página 687 y 57, sección 1a, página 274) y corroborada por la doctrina”[54].

Otro fallo del máximo tribunal, del 18 de enero de 2016, que se pronuncia sobre la resolución e
indemnizacion de perjuicios por un contrato de prestación de servicios, siguiendo la doctrina de la
sentencia de 4 de diciembre de 2003, reconoce un vacío en el artículo 1489 Código Civil -que la parte
que pida la resolución no haya cumplido ni éste llana a cumplir con su parte en el contrato-, expresa que:
“En efecto, no parece justo ni equitativo dejar a las partes ligadas por un contrato que ambas no quieren cumplir y que
de hecho aparece así inecaz por voluntad de las mismas. Luego no pugna, por lo tanto, con la índole y naturaleza de los
principios jurídicos que informan la acción resolutoria que ella se acoja en este caso, porque la resolución es precisamente el
medio que la ley otorga para romper un contrato que nació a la vida del derecho, pero que no está llamado a producir sus
naturales consecuencias en razón de que las partes se niegan a respetarlo y, todavía, porque acogiéndola se llega a la realidad
propia de toda resolución, cual es que las cosas puedan restituirse al estado anterior, como si el contrato no hubiese existido.
Sin embargo, en el caso en cuestión no procede la indemnización de perjuicios pedida, pues ella requiere de mora y en este
caso no podría existir para ninguna de las partes de conformidad con lo dispuesto en el artículo 1552 del citado Código Civil,
que dispone que en los contratos bilaterales ninguna de las partes está en mora dejando de cumplir lo pactado, mientras el
otro no lo cumple por su parte o no se allana a cumplirlo, motivo que decidirá a estos sentenciadores a hacer lugar a la acción
de resolución del contrato, en los términos que se declarará en la parte resolutiva del fallo”[55].

Lo anterior puede formularse de la siguiente manera: en supuestos de incumplimientos simultáneos, a


cada parte le asiste la facultad de suspender el cumplimiento de su obligación y oponer la excepción, la cual
producirá la exclusión de la indemnización de daños, mas no de la resolución por incumplimiento, la cual
siempre se sujetará a la existencia de un incumplimiento esencial.
De este modo, es posible resaltar que esta solución resulta de vital interés en casos en que alguno de los
contratantes incumple -excusada, claro, en el incumplimiento de la otra- hubiera cumplido parcialmente
sus obligaciones, como es el caso del primer fallo citado, que, junto con acoger la resolución de un contrato
de promesa, da lugar a sus efectos restitutorios.
En síntesis, es posible concluir que para la Corte Suprema el artículo 1489 del Código Civil sólo prevé
para un supuesto, aquél en el que una de las partes no cumple y la otra si o está llana a hacerlo. El Código
Civil chileno, entonces, no se hace cargo del supuesto en que ambos contratantes incumplan sus obligaciones
y, en opinión de la Corte Suprema, debe colmarse de acuerdo con el artículo 170, n.º 5 del Código de
Procedimiento Civil, aplicando principios de equidad y el espíritu general de la legislación para dar lugar a la
acción resolutoria y declarar resuelto el contrato.
Si bien esta solución ha sido acogida, se ha fundado en diversos argumentos. Elgueta-Ortiz, por ejemplo,
esgrima una postura que es precisamente la que adopta nuestra Corte Suprema. Para el autor constituye un
error no dar lugar a la resolución en caso de incumplimiento recíproco, pues se daría lugar a una exigencia
impropia: condicionar la titularidad de la acción resolutoria a haber cumplido las obligaciones propias.
Aduce, además, que en este punto el articulo 1489 presenta un vacío. Termina por armar que, si las partes
no han cumplido, ambas tienen derecho a pedir la resolución del contrato[56].
María Sara Rodríguez-Pinto, comentando la sentencia del 2003, explica que, al demandar la resolución, la
actora busca verdaderamente una restitución. De esta forma, el recurso a las fuentes subsidiarias de la equidad
y el espíritu general de la legislación representan un instrumento para repeler un caso de enriquecimiento sin
causa a costa de los incumplimientos recíprocos[57].
Bruno Caprile, por su parte, acepta la procedencia de la resolución pese a la oposición de la excepción de
contrato no cumplido, pero se aleja del razonamiento hecho por la Corte Suprema, fundando su opinión
particularmente en que la mora no constituye condición de la resolución, pero sí de la indemnización y, al
Íñigo Andrés de la Maza-Gazmuri, et al. La excepción de contrato no cumplido. Algunas cuestiones...

mismo tiempo, que no podemos confundir la mora y la excepción de contrato no cumplido. Cada una con
ámbitos de aplicación diferenciados[58].
En conclusión, la opinión dominante es aquella que considera que, en hipótesis de incumplimientos
recíprocos, la excepción de contrato no cumplido no impide la resolución del contrato; su procedencia
requiere de la existencia de un incumplimiento esencial. Vale decir que ambas partes son titulares
eventualmente de la excepción de contrato no cumplido y de la resolución por inejecución.

La excepción de incumplimientos vinculados causalmente y la resolución del


contrato

En lo que nos queda, examinaremos aquellos supuestos en que el incumplimiento de uno de los contratantes
se explica por el incumplimiento de su contraparte; o sea, en los casos en que es posible denir una relación
de causalidad entre ambos incumplimientos.
En esta hipótesis, cabe preguntarnos: ¿tiene lugar la resolución? Para responder a este cuestionamiento
hemos de recordar que el criterio de la causalidad tiene dos sentidos. El primero hace relación con que la parte
que incumple provocando que la otra suspenda su cumplimiento, carece de la excepción; y, el segundo, que la
parte que suspende su cumplimiento en razón del cumplimiento anterior, sí puede oponerla a su contratante
incumplidor.

a) Es procedente la excepción de contrato no cumplido

En el ya examinado caso de los semirremolques tolva, si bien el comprador sólo opuso la excepción de contrato
no cumplido, podría perfectamente haber demandado reconvencionalmente la resolución del contrato de
compraventa. Si tal hubiese sido el caso, aplicando el criterio de la causalidad como argumento justicativo
del rechazo de la excepción de contrato no cumplido, la resolución no quedaría sujeta a otro límite más que
a la calicación de la gravedad o esencialidad del incumplimiento. En este caso lo era, porque las anomalías
materiales de los semirremolques eran de tal magnitud que la hacían inhabil para el propósito por la que
fueron comprados[59].
Desde luego, la respuesta es patente puesto que, como tuvimos ocasión de explicar, en un caso como este,
el vendedor no es titular de la excepción de incumplimiento.

b) El contratante que incumple no es titular de la excepción de contrato no


cumplido.

En este supuesto la causalidad del incumplimiento -que justica el rechazo de la excepción- plantea ciertas
peculiaridades, en el entendido de que la doctrina mayoritaria ha sostenido que el contratante que provoca
el incumplimiento de la otra no sólo está privado de la excepción de contrato no cumplido, sino también de
la acción de resolución del contrato[60].
Y para ilustrar lo expresado conviene preguntarnos acerca de la posición en que queda el vendedor de
los semirremolques tolva defectuosos. Esto, porque, al privarle de la acción resolutoria, se le priva de la
restitución de los semirremolques tolvas que, aun siendo muy defectuosos, han de representar algún valor
para el vendedor. Consideramos que, al privar al vendedor de la acción resolutoria, estaríamos justicando un
enriquecimiento injusticado a favor del comprador, pues él conservaría los camiones sin haber pagado suma
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alguna a título de precio. En tal supuesto, el vendedor no tendría otro medio que la acción in rem verso para
obtener la restitución de los semirremolques tolva.
El punto, sin embargo, es que no alcanzamos a divisar cuáles serían las razones que justicarían una solución
como esta, más cuando hay acuerdo en orden a que el supuesto de hecho de la resolución se limita solamente
a la existencia de un incumplimiento esencial[61].
Todo pareciera indicar que se estaría imponiendo una suerte de sanción al contratante que incumple
haciendo procedente la excepción de contrato no cumplido. Habría un reproche a su conducta, todo lo cual
resulta bastante ajeno a la actual construcción del derecho de contratos, sin llegar a considerar la ausencia de
una norma que prive a este contratante de la acción resolutoria.
En nuestra opinión, prima facie, no habría buenas razones para negar a este contratante la acción de
resolución, por el contrario, las habría para reconocerlas. De cualquier modo, la objeción a este postulado es
que reconocer la titularidad de la acción resolutoria en este supuesto podría signicar dejar abierta una puerta
para que los contratantes incumplan y posteriormente soliciten la resolución, obteniendo un provecho de su
propio dolo o culpa grave (porque si es el caso, al menos habría actuado con culpa grave). Si se está fuera el
caso y se logra acreditar en juicio que el contratante que pide la resolución incumplió con dolo o culpa grave,
podríamos adoptar una solución similar a la que se extrae del inciso segundo del artículo 1558 Código Civil
chileno, esto es, dejar a un lado el contrato que reconoce la acción resolutoria al contratante afectado por un
incumplimiento esencial, privándole así de la acción.

Algunas conclusiones

De todo lo expuesto, podemos arribar a las ideas que a continuación se expresan:


1. La excepción de contrato no cumplido dota a las partes de la facultad de suspender el cumplimiento
de su parte en el contrato y siempre presupone incumplimientos recíprocos, sean simultáneos, sean uno
consecuencia de otro.
2. El incumplimiento en que se funda la excepción de contrato no cumplido debe ser de entidad o relevante
magnitud o, si se preere, proporcional al incumplimiento de quien la opone en juicio.
3. La excepción de contrato no cumplido, en atención a que la exigibilidad de la obligación de quien
interpone se ve afectada por el incumplimiento, solo sirve para evitar la pretensión de cumplimiento especíco
y la indemnización de daños, no a la demanda resolutoria. Esta última sólo requiere de un incumplimiento
que pueda calicarse de esencial, grave o resolutorio.

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Notas

* Artículo de investigación.

[1] Una mirada al artículo 1131 del Código Civil y Comercial argentino, muestra que se reconoce al acreedor la facultad de
suspender el cumplimiento de su propia prestación y que dicha facultad puede ejercitarse por vía de acción o de excepción, al
prescribir que: “En los contratos bilaterales, cuando las partes deben cumplir simultáneamente, una de ellas puede suspender el
cumplimiento de la prestación, hasta que la otra cumpla u ofrezca cumplir. La suspensión puede ser deducida judicialmente
como acción o como excepción. Si la prestación es a favor de varios interesados, puede suspenderse la parte debida a cada uno
hasta la ejecución completa de la contraprestación”. Código Civil y Comercial Unicado de la Nación [CCCUN]. Ley 26994
de 2014. Art. 1131. 7 de octubre de 2014 (Argentina).

[2] Luis Claro-Solar, Explicaciones de derecho civil chileno y comparado. De las obligaciones, Ed. Jurídica de Chile, 768 (1978).
En Colombia, la doctrina también da el asiento normativo con la norma del artículo 1609 del Código Civil de disponer sobre la
ejecución simultánea de los contratos bilaterales. Cfr. entre otros: Jorge Cubides-Camacho, Obligaciones, Ed. Ibañez, 117
(2017). Guillermo Ospina-Fernández & Eduardo Ospina-Acosta, Teoría general del contrato y del negocio jurídico, Ed. Temis,
542 y 576 (2016). Álvaro Pérez-Vives, Teoría general de las obligaciones, Ed. Temis, 286 (1953). Haciendo alusión a sentencias
de la Corte Suprema de Justicia de Colombia que han reconocido la potestad para una parte de no ejecutar su obligación
mientras el otro no ejecute la suya, véase: Fabricio Mantilla-Espinosa, La excepción de inejecución, en Los contratos en el derecho
privado, 276 (Fabricio Mantilla-Espinosa & Fernando Ternera-Barrios eds., 2007). Por otra parte, y armando que el artículo
1609 del Código Civil colombiano no consagra la excepción de contrato no cumplido, véase Jorge Oviedo-Albán, El contrato
de promesa en el derecho privado. Ed. Depalma, Ponticia Universidad Javeriana & Ibañez, 105-110 (2010).
Vniversitas, 2019, núm. 139, ISSN: 0041-9060 / 2011-1711

[3] En la doctrina colombiana, al calicar a la excepción de contrato no cumplido como remedio del acreedor, al que se le
atribuye la función de servir de mecanismo de gestión de la relación contractual, Chinchilla arma que la excepción de contrato
no cumplido consiste en un remedio por medio del cual los contratantes deenden sus propios intereses, de tal manera que su
ubicación dentro de los remedios contractuales no de tipo “destructivo” sino “suspensivo”, permite entender su función y efectos
frente al incumplimiento. Carlos Chinchilla-Imbett, La excepción de incumplimiento contractual. Estructura, función y límites,
Ed. Universidad Externado de Colombia, 288 (2018).

[4] Rodrigo Barcia-Lehmann, Lecciones de Derecho Civil chileno I. Del acto jurídico, Ed. Jurídica de Chile, 98 (2010); Víctor
Vial-Del Río, Teoría general del acto jurídico, Ed. Jurídica de Chile, 190 (2011).

[5] La triada de los efectos particulares se constituye, además, por la facultad resolutoria o resolución por inejecución (condición
resolutoria tácita), y la teoría de los riesgos; I René Abeliuk-Manasevich, Las obligaciones, Ed. Jurídica de Chile, 75 (2009); Arturo
Alessandri-Rodríguez, De los contratos, Ed. Jurídica de Chile, 21 (2009).

[6] En este sentido: Carlos Pizarro-Wilson & Álvaro Vidal-Olivares, Riesgo del contrato, incumplimiento contractual y
remedios. Una relectura para el Derecho Civil chileno, en Lo público y lo privado en el Derecho, Ed. omson Reuters, 615-640
(2017); Íñigo De La Maza-Gazmuri & Álvaro Vidal-Olivares, El contenido de los PDLC, en Los Principios Latinoamericanos de
Derecho de Contratos, 53 (Íñigo De La Maza-Gazmuri, Carlos Pizarro-Wilson & Álvaro Vidal-Olivares eds., 2017).

[7] Jorge López-Santa María, Los Contratos. Parte General, Ed. Abeledo Perrot, 74 (2010).

[8] Íd., párr. 91; II Luis Díez-Picazo, Fundamentos de Derecho Civil Patrimonial, Ed. Civitas, 693 (1996).

[9] Claudia Mejías-Alonzo, La excepción de contrato no cumplido y su consagración en el Código Civil Chileno, 40 Revista
Chilena de Derecho, n.° 2, 406 (2013).

[10] Juan Contardo-González, Recensión Rodríguez- Rosado, Bruno, Resolución y sinalagma contractual, en Revista Chilena
de Derecho Privado, n.° 24, 277-286 (2015); Juan Contardo-González, Obligaciones y responsabilidad civil, Revista Chilena de
Derecho Privado, n.° 23, 346 (2014).

[11] Organización de las Naciones Unidas, Convención de las Naciones Unidas sobre los Contratos de Compraventa
Internacional de Mercaderías, 11 de abril de 1980.

[12] Señala la norma: “1) la facultad que asiste a ambas partes a diferir el cumplimiento de sus obligaciones si, después de la
celebración del contrato, resulta maniesto que la otra parte no cumplirá una parte sustancial de sus obligaciones (…)”. En este
punto, véase Alfonso Calvo-Caravaca, Comentarioal art. 71, en La Compraventa Internacional de Mercaderías, 560-566 (Luis
Díez-Picazo coord., 1998); Alexander Von Ziegle, e right of suspension and stoppage in transit (and notification thereof), 25
e Journal of Law and Commerce, 353-374 (2005); Ingeborg Schwenzer, Schlectriem & Schwnzer: Commentary on the UN
Convention on the International Sales of Goods, Ed. Oxford University Press, 179-188 (2016).

[13] Indica el texto que procederá la suspensión: “(1) Cuando las partes han de cumplir simultáneamente, cada parte puede
suspender el cumplimiento de su prestación hasta que la otra ofrezca su prestación; (2) Cuando las partes han de cumplir de modo
sucesivo, la parte que ha de cumplir después puede suspender su cumplimiento hasta que la parte que ha de hacerlo primero haya
cumplido”. International Institute for the Unication of Private Law (UNIDROIT), Principios de Unidroit (2016). Se agrega que
las condiciones de procedencia que se observan en el citado artículo de los PICC son: incumplimiento, falta de aviso que justique
tal incumplimiento, y reciprocidad de la obligación incumplida por la debida de la contraparte; Stefan Vogenauer, Commentary on
UNIDROIT Principles of International Commercial Contracts (PICC), Ed. Oxford University Press, 837-844 (2015).

[14] En el texto de los PLDC, se lee: “Cada parte puede negarse a ejecutar el contrato si la otra no lo ejecuta, a menos que por su
naturaleza o por acuerdo de las partes el cumplimiento de una deba anteceder al de la otra”. Véase para el efecto: Iñigo De La Maza-
Gazmuri, Carlos Pizarro-Wilson, Álvaro Vidal-Olivares, Los Principios Latinoamericanos de Derecho de los Contratos, 27-29
(2017). Señala el artículo 91 de los PLDC: “En caso de incumplimiento, el acreedor puede ejercer, a su elección y según proceda,
alguno de los siguientes medios de tutela: Cumplimiento especíco; Reducción del precio; Resolución del contrato; Suspensión del
cumplimiento e Indemnización de perjuicios. La indemnización de perjuicios puede ejercerse de manera autónoma, o en conjunto
con los demás medios de tutela”.

[15] International Institute for the Unication of Private Law (UNIDROIT), Principios de Unidroit (2016). Este artículo debe
ser leído en conjunto con el artículo 6.1.4 (Orden de cumplimiento). Este artículo se ocupa de los remedios y corresponde a lo que
el derecho civil denomina exceptionon adimpleti contractus.
Íñigo Andrés de la Maza-Gazmuri, et al. La excepción de contrato no cumplido. Algunas cuestiones...

[16] Código Civil y Comercial Unicado de la Nación [CCCUN]. Ley 26994 de 2014. Arts. 1031. 7 de octubre de 2014
(Argentina).

[17] Une partie peut refuser d'exécuter son obligation, alors même que celle-ci est exigible, si l'autre n'exécute pas la sienne et si cette
inexécution est suffisamment grave”. Código Civil Francés [CCFr]. Ley del 21 de marzo de 1804. Arts. 1219. 21 de marzo de 1804
(Francia). Versión original disponible [en línea]: http://codes.droit.org/CodV3/civil.pdf.

[18] Sobre la posibilidad de extender la excepción a otras situaciones ver Bruno Caprile-Biermann, Algunos problemas o
ecidos por la excepción de contrato no cumplido y, en especial, el de su invocación para atajar la acción resolutoria en el caso de
incumplimiento recíproco de los contratantes, Revista de Derecho de la Ponticia Universidad Católica de Valparaíso, n.° 39, 53-93
(2012).

[19] Salvo, por supuesto, que se acepte que procede frente a incumplimientos anticipados. Ver Claudia Mejías-Alonzo, La
excepción de contrato no cumplido, un análisis de su aplicación en la jurisprudencia nacional reciente y en la doctrina, 21 Revista de
Derecho de la Universidad Católica del Norte, n.° 1, 111-122 (2014); Juan Contardo-González, La resolución por anticipación o
por incumplimiento previsible. Intento de construcción a partir de los artículos 1826 del Código Civil y 147 del Código de Comercio,
en Estudios de Derecho Civil VIII (Carmen Domínguez-Hidalgo ed., 2013).

[20] Claudia Mejías-Alonzo, La excepción, un análisis de su aplicación en la jurisprudencia nacional reciente, op. cit., 136.

[21] Tarek Yusari, Incumplimiento recíproco y remedios contractuales Ed. omson Reuters (2012); Mario Clemente-
Meoro, La facultad de resolver los contratos por incumplimiento, Ed. Tirant lo Blanch, 179 (1999).

[22] Comisión de Derecho Europeo de los Contratos, Principios Europeos de Derecho de Contratos, PECL (2000).

[23] La misma regla se encuentra en los artículos 7.1.2 de los PCCI y 8:101 (3) de los PECL, entre otros.

[24] Íñigo De La Maza-Gazmuri, Álvaro Vidal-Olivares, op. cit., 53-54.

[25] En Chile el deber de colaboración del acreedor ha sido calicado como una genuina obligación, así: Pamela Prado-López,
La colaboración del acreedor en los contratos civiles, Ed. omson Reuters (2015); Pamela Prado-López, La inobservancia al deber
de colaboración del acreedor en el derecho chileno: un caso de incumplimiento contractual, 29 Revista de Derecho (Valdivia), n.° 2,
59-83 (2016); o como un deber de conducta cuya infracción acarrea la obligación de indemnizar, Lilian San Martín-Neira, Sobre
la naturaleza jurídica de la ‘cooperación’ del acreedor al cumplimiento de la obligación, Revista de Derecho Privado, n.° 21, 273-325
(2011); o como una carga contractual impuesta por el contrato o la buena fe objetiva del artículo 1546 del Código Civil, Cristián
Aedo-Barrena, Cargas o deberes en la posición contractual del acreedor con especial referencia a su mora de recibir, en Colección de
estudios de Derecho civil en homenaje a la profesora Inés Pardo de Carvallo, 281-303 (Alejandro Guzmán Brito ed., 2008). En
España, Nieves Fenoy-Picón, La modernización del régimen del incumplimiento del contrato: Propuestas de la Comisión General de
Codificación. Parte primera: Aspectos generales. El incumplimiento, LXIII Anuario de Derecho Civil, n.°1, 93-97 (2010); Antonio
Cabanillas-Sánchez, Las cargas del acreedor en el derecho civil y mercantil, 91 (1988); Albert Lamarca-Marqués, El hecho del
acreedor y la imposibilidad de la prestación, Real Colegio de España, 53 (2001); I Fernando Hinestrosa, Tratado de las obligaciones.
Concepto, estructura y vicisitudes, Ed. Universidad del Externado de Colombia, 541 (2002). Finalmente, con referencia a los
PECL, la Commission on European Contract Law, Comment B (iii) of the article 8:101 PECL, en Principles of European Contract
Law, 361 (Ole Lando ed., 2000).

[26] Corte Suprema de Chile. Rol n.º 3325-20. “Zorín S.A con Compañía Siderúrgica Huachipato S.A.”, 31 de octubre de
2012.

[27] Corte Suprema de Chile. Rol n.° 3789-2009. “Fuentes Rodríguez, José Belisario con Canteras Lonco S.A.”, 24 de marzo
de 2011.

[28] Se lee textualmente del fallo: “Que, en el caso sublite, se cumplen las exigencias requeridas para aplicar el artículo 1552
del Código Civil, porque se trata de obligaciones recíprocas exigibles que constan en un mismo vínculo contractual, concurre
buena fe de parte de quien alega la excepción de contrato no cumplido y son faltas o infracciones que emanan del contrato a
favor de quien alega la citada infracción. Que, fundada en principios de equidad, buena fe y en la teoría de la causa, la inejecución
atribuida al acreedor demandante en el caso sublite incide en una obligación relevante, de real trascendencia en el contrato cuyo
incumplimiento en lo concerniente a las especicaciones técnicas convenidas llegaron al extremo que las tolvas objeto del contrato
resultaron ulteriormente inservibles para los nes que le son propios”.
Vniversitas, 2019, núm. 139, ISSN: 0041-9060 / 2011-1711

[29] Juzgado Civil de Talca. Rol n.º 59.502 “Centro Médico Dental Santa Marta con Verdugo”, 4 de diciembre de 2003.
Decimos con cierta distancia porque, como apunta correctamente Tarek Yusari, op. cit., 26. Los hechos del caso muestran que puede
establecerse una relación causal entre ambos incumplimientos.

[30] Clemente-Meoro nos muestra un caso de incumplimientos simultáneos y que trata -aunque, con el n de simplicarlo, con
algunas modicaciones- de un contrato por el cual una parte se obliga a pagar el precio y la otra a suscribir la correspondiente
escritura de compraventa. Ambas incumplen, ni la una paga el precio, ni la otra suscribe la escritura. Ambas obligaciones se
entienden exigibles al mismo tiempo y se producen incumplimientos recíprocos simultáneos; Mario Clemente-Meoro, op. cit., 179;
Bruno Caprile-Biermann, op. cit., 77-79.

[31] Código Civil de Chile [CCCh]. Ley de 14 de diciembre de 1855. Art. 1552. 1 de enero de 1857 (Chile).

[32] Claudia Mejías-Alonzo, La excepción, un análisis de su aplicación en la jurisprudencia nacional reciente, op. cit., 123-131.

[33] Fernando Fueyo-Laneri, Cumplimiento e incumplimiento de las obligaciones, Ed. Jurídica de Chile, 241 (3.ª edición
actualizada por Gonzalo Figueroa-Yañez, 2004); Bruno Caprile-Biermann, op. cit., 58-59.

[34] Ver ejemplos en Claudia Mejías-Alonzo, La excepción, un análisis de su aplicación en la jurisprudencia nacional reciente, op.
cit., 123-131.

[35] Corte de apelaciones de San Miguel. Rol n.° 486-2012. “Moyano Sepúlveda Kathia Pamela con González Pereira Eduardo
Gastón”, 7 de septiembre de 2012; se lee de la sentencia: “…esta excepción universalmente conocida como exceptionon adimpleti
contractus, institución característica de los contratos bilaterales o sinalagmáticos, cuya fundamentación radica en la teoría de la
causa y el principio de la buena fe que debe presidir la ejecución de los contratos”.

[36] Claudia Mejías-Alonzo, La excepción, un análisis de su aplicación en la jurisprudencia nacional reciente, op. cit., 127. Una idea
que ya aparece en Luis Claro-Solar, Explicaciones de derecho civil chileno y comparado. De las obligaciones, Ed. Jurídica de Chile,
694 (1978). En la doctrina colombiana, también Chinchilla-Imbett advierte que “La buena fe implicaría realizar una valoración del
incumplimiento ‘legitimado’ del excipiens y del incumplimiento ‘legitimante’ de la contraparte con relación al contrato”.
Chinchilla-Imbett, op. cit., 369.

[37] Igualmente, simpatizamos con la idea de Sebastián Bozzo-Hauri, La “excepción de contrato no cumplido adecuada o
regularmente” y su régimen en el derecho civil español, Revista de Derecho de la Ponticia Universidad Católica de Valparaíso, n.°
42, 105 (2014), según la cual un cumplimiento defectuoso que sea de fácil subsanación no debería, al menos en principio, justicar
la excepción de contrato no cumplido. Por su parte, Chinchilla considera que el requisito de la gravedad del incumplimiento
de la contraparte para el ejercicio de la excepción de incumplimiento conforme de buena fe debe ser leído como un
incumplimiento serio, pero no igualable al que se exige para la resolución por incumplimiento contractual, pues de lo contrario -
arma el autor-, se desconocería la funcionalidad conservativa de esta institución. Carlos Chinchilla-Imbett, op. cit., 383-390.
También, y fundado en la opinión de la jurisprudencia colombiana sobre el tema, Hinestrosa señala que la negativa a cumplir
debe estar fundada en motivos serios para hacerlo. II Fernando Hinestrosa, Tratado de las obligaciones II. De las fuentes de las
obligaciones: el negocio jurídico, Ed. Universidad del Externado de Colombia, 935 (2015).

[38] Corte Suprema de Chile. Rol n.° 1594-2001. “Incomin con Enami”, 31 de marzo de 2003. Señala la sentencia: “(…) es
preciso recordar que constituyen hechos de la causa que, como tales, han quedado establecidos en la sentencia recurrida– que, en lo
concerniente al cumplimiento de las obligaciones que le imponía el contrato de maquila, ENAMI no satiszo aquélla consistente
en suministrar 30.000 toneladas mensuales de mineral para su tratamiento por parte de INCOMIN S.A.; y ésta cumplió con su
obligación de someter al procedimiento de lixiviación el material en bruto que le entregaba ENAMI, construyendo una planta
para realizar ese tratamiento, pero incurrió, a su vez, en otra clase de incumplimientos de obligaciones reguladas en el contrato, al
haber devuelto productos con exceso de humedad y con menor cantidad de ley de cobre, de acuerdo a la regulación estipulada sobre
la materia; por haber incurrido en retrasos al devolver los productos; y por adeudar ciertas prestaciones a ENAMI, a causa de la
utilización de un cargador frontal de propiedad de ésta. (…) según aparece de los antecedentes de la sentencia recurrida, establecidos
en ella como hechos de la causa, el contrato de maquila celebrado entre ENAMI e INCOMIN S. A. impuso a éstas, obligaciones de
diversa índole y trascendencia, siendo las principales: para ENAMI, la de entregar a INCOMIN S .A. 30.000 toneladas de cobre
en bruto para su procesamiento en la Cancha del Salar del Carmen y para INCOMIN S. A., la de someter esos minerales a un
tratamiento de lixiviación e instalar una planta para realizar dicho procedimiento”.

[39] Corte de Apelaciones de Temuco. Rol n.º 758-2014, “Ademar Teodomiro Suárez con Christel y Nicolás Mazet Limitada”,
11 de septiembre de 2015.
Íñigo Andrés de la Maza-Gazmuri, et al. La excepción de contrato no cumplido. Algunas cuestiones...

[40] Claudia Mejías-Alonzo, La excepción de contrato no cumplido, un análisis de su aplicación en la jurisprudencia nacional
reciente, op. cit., 113.

[41] “(…) la buena fe desaparece, en primer lugar, si el incumplimiento del acreedor es de pequeña monta, es decir, irrelevante o
no presenta conexión con las obligaciones que deben ser cumplidas por el deudor. En segundo lugar, si dicho incumplimiento es
consecuencia del incumplimiento en que previamente ha incurrido el deudor (…) se debe hacer presente que el incumplimiento en
que ha incurrido en arrendador demandante no puede calicarse de irrelevante y tiene directa relación con el incumplimiento que
se reprocha al arrendatario demandado. Por otra parte, el deudor, esto es, el arrendatario demandado, no ha incurrido previamente
en el incumplimiento, desde que entregó la renta de arrendamiento correspondiente al primer año completo, y las reparaciones
para superar los problemas que presentaba el inmueble se iniciaron tan solo tres meses después de suscrito el respectivo contrato”
Corte de Apelaciones de Temuco. Rol n.º 758-2014, “Ademar Teodomiro Suárez con Christel y Nicolás Mazet Limitada”, 11 de
septiembre de 2015. (Considerando decimotercero).

[42] Claudia Mejías-Alonzo, La excepción, un análisis de su aplicación en la jurisprudencia nacional reciente, op. cit., 127.

[43] Por la doctrina española, Bruno Rodri#guez-Rosado, Resolucio#n y sinalagma contractual, Ed. Marcial Pons, 100 (2013).
En el caso de la doctrina francesa, Jean Carbonnier, Droit Civil, Ed. Presse Universitaires de France, 2245-2246 (2004).

[44] Bruno Caprile-Biermann, op. cit., 79-90.

[45] Una de las condiciones para la ejecución de una obligación es que ella sea actualmente exigible (artículo 437 CPC). Además,
hemos de considerar la disposición del inciso 3º del artículo 1826, conforme con el cual la procedencia de la acción de cumplimiento
de la obligación de entrega requiere que el comprador haya pagado o esté llano a pagar el precio del contrato. En contra: Enrique
Alcalde-Rodríguez, Acción resolutoria y excepción de contrato no cumplido, algunas precisiones fundamentales respecto del ámbito de
aplicación, 8 Revista Actualidad Jurídica, 69-93 (2003). Para el autor la excepción de contrato no cumplido sólo repele a la acción
indemnizatoria, no así a la acción de cumplimiento, ni la de resolución.

[46] Bruno Caprile-Biermann, op. cit., 53-93.

[47] Arturo Alessandri-Rodríguez, Manuel Somarriva-Undurraga, Antonio Vodanovic-Hacklika, Tratado de las obligaciones.
Del cumplimiento e incumplimiento de las obligaciones; de la protección de los derechos del acreedor; de la insolvencia y las formas
de pago de los deudores insolventes, Ed. Jurídica de Chile, 295 (2.a ed., 2004); II René Abeliuk-Manasevich, Las obligaciones, Ed.
omson Reuters, 941 (6ª ed., 2014); Pablo Rodríguez-Grez, Sobre la excepción del contrato no cumplido, 5 Revista de Actualidad
Jurídica, n.° 9, 125 y ss. (2004); Carlos Pizarro-Wilson, La excepción por incumplimiento contractual en el Derecho civil chileno, en
II Cuadernos de Análisis Jurídico, Ed. Universidad Diego Portales, 324 (2005).

[48] Por todos: Pablo Rodríguez-Grez, op. cit., 125-127. .

[49] “Si se aplican estos postulados, la derivación lógica es que, en caso de incumplimiento recíproco, cualquiera de los
contratantes podrá oponer la excepción de inejecución y, de esa forma, paralizar las acciones de su contraparte. En el lenguaje
tradicional, ‘la mora purgaría la mora’ o, si se quiere, ‘incumplo porque incumples’”. Bruno Caprile-Biermann, op. cit., 65.

[50] Arturo Alessandri-Rodríguez, Comentario a una sentencia de la Corte Suprema de 9.07.1931, Revista de Derecho y
Jurisprudencia, n.° 42, 689 y 693 (1931). En el mismo sentido, Rodríguez Grez ha armado: “La referida conclusión no nos parece
acertada, por una cuestión fundamental: la mora es condición de exigibilidad de una obligación para todos los efectos relacionados
con la interposición de acciones, así# sea de cumplimiento, resolución o indemnización (…). Si, como nosotros sostenemos, la mora
es presupuesto de la exigibilidad de las obligaciones nacidas de los contratos bilaterales, estando pendiente el cumplimiento de la
obligación correlativa que nace del contrato bilateral, queda suspendida la ejecución de dichas obligaciones y, como es obvio, no
podrá# demandarse ni la resolución ni el cumplimiento forzoso. La mora, como se dijo, es un estado jurídico especial según el cual el
retardo en el cumplimiento de la obligación es imputable al deudor. A partir de ese instante puede este último ser sujeto de la acción
de cumplimiento forzoso o resolución y, en ambos casos, con más una indemnización de perjuicios, derecho que, tratándose de
obligaciones pendientes, deberá# ir unido a otra cosa (ejecución forzosa o resolución)”; Pablo Rodríguez-Grez, Sobre la excepción
del contrato no cumplido, 5 Revista de Actualidad Jurídica, n.° 9, 121-130 (2004).

[51] Carlos Pizarro-Wilson, op. cit., 332.

[52] Corte Suprema de Chile. Rol n.° 3981-2001. “Mariela Renee Luza Tapia con Sociedad Constructora Inmobiliaria Delfos
S.A.”, 3 de septiembre de 2002; Corte de Apelaciones de La Serena. Rol n.º 1203/2011 “Alcar con U. Católica del Norte”, 19 de
diciembre de 2011. (2011); Corte de Apelaciones de La Serena. Rol n.° 39-2012. “Pirodais con Serena”, 31 de julio de 2012.
Vniversitas, 2019, núm. 139, ISSN: 0041-9060 / 2011-1711

[53] Bruno Caprile-Biermann, op. cit., 68-72.

[54] Juzgado Civil de Talca. Rol n.º 59.502 “Centro Médico Dental Santa Marta con Verdugo”, 4 de diciembre de 2003. En
el mismo sentido, véase Corte de Apelaciones de Santiago. n.º 1744-2008. “Parra Riffo, Héctor con Rade Morales, Juan”, 19 de
agosto de 2009.

[55] Corte de Apelaciones de Santiago. Rol n.º 6212-2015. “Javier Medina Casanova con Instituto de Normalización
Previsional”, 18 de enero de 2016.

[56] Augusto Elgueta-Ortiz, La resolución y el incumplimiento recíproco (estudio de un caso de interpretación del art. 1489 del
código civil y de integración de una laguna legal mediante el procedimiento por analogía), 94, 96 y 98 (1947). (Memoria de prueba
para optar al grado de licenciado en la facultad de ciencias jurídicas y sociales, Universidad de Chile). En el mismo sentido, Augusto
Elgueta-Anguita, Resolución de contrato y excepción de pago Ed. Jurídica de Chile, 97 y ss. (1981) y Fabricio Mantilla-Espinosa,
op. cit., 282.

[57] “Al deducir la resolutoria, la demandante pretende, en realidad, una restitución. El recurso del tribunal al espíritu general de
la legislación y a la equidad natural (artículo 24 del Código civil) es, en realidad, una aplicación del principio de que nadie puede
enriquecerse injustamente a costa de otro al supuesto de incumplimientos recíprocos, cuando una parte ha dado o pagado algo en
virtud del contrato que pide resolver y lo que se pretende con la resolución es obtener una restitución que la otra parte se niega a
hacer”; María Sara Rodríguez-Pinto, El principio ‘Nadie debe hacerse más rico en detrimento de otro’ (D.12, 6, 14) en la resolución
de un contrato de promesa por incumplimientos recíprocos: una tendencia jurisprudencial chilena, en Estudios de Derecho Civil II,
33-34 (2006).

[58] “Por lo demás, la prescindencia de la mora como requisito de la acción resolutoria es coincidente con la tendencia del
nuevo derecho de los contratos a considerar el incumplimiento como un hecho objetivo, desprovisto de consideraciones subjetivas
relativas a la culpa, a las que necesariamente conduce la mora, al ser conceptualizada ésta como el retardo imputable en el
cumplimiento de una obligación, después que el deudor ha sido requerido o interpelado por el acreedor. (…) La mora y la
excepción de contrato no cumplido son instituciones distintas, pese a que en nuestro medio se tiende a confundirlas. Los
artículos 1551 y 1552 CCCh. regulan la primera, en tanto que la segunda carece de regulación positiva, aun cuando no cabe
duda que nuestro sistema jurídico la acoge. Si se lee detenidamente los artículos 1551 y 1552 CCCh., se observa que ambos
regulan la mora. El primero establece la forma de constituir al deudor en mora y el segundo prescribe que la mora de uno de los
contratantes purga la del otro. Ninguna de esas disposiciones regula la excepción de inejecución; una cosa es prescribir que la mora
de una de las partes purga la de la otra, pero cosa distinta es autorizar derechamente a una de las partes a abstenerse de ejecutar su
prestación en tanto la otra no la cumpla o se allane a hacerlo”. Bruno Caprile-Biermann, op. cit., 79-80 y 82; En el mismo sentido:
Mario Clemente-Meoro, op. cit., 346-349 y II Luis Di#ez-Picazo, Fundamentos de derecho civil patrimonial, Ed. Civitas,
622-625 (1996).

[59] Así se aprecia en el fallo: “Que, fundada en principios de equidad, buena fe y en la teoría de la causa, la inejecución
atribuida al acreedor demandante en el caso sublite incide en una obligación relevante, de real trascendencia en el contrato cuyo
incumplimiento en lo concerniente a las especicaciones técnicas convenidas llegaron al extremo que las tolvas objeto del contrato
resultaron ulteriormente inservibles para los nes que le son propios”; Corte Suprema de Chile. Rol n.° 3789-2009.
“Fuentes Rodríguez, José Belisario con Canteras Lonco S.A.”, 24 de marzo de 2011.

[60] Bruno Caprile-Biermann, op. cit., 77; Claudia Mejías-Alonzo, La excepción, un análisis de su aplicación en la jurisprudencia
nacional reciente, op. cit., 136-138; Mario Clemente-Meoro, op. cit., 179.

[61] Con todo, para este caso, se retornaría la antigua exigencia referida a que quien puede pedir la resolución es el contratante
diligente –el que cumplió lo pactado o está llano a hacerlo–.

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Para citar este artículo/To cite this article: Íñigo Andrés de la Maza-Gazmuri, & Álvaro Vidal-Olivares, La
excepción de contrato no cumplido. Algunas cuestiones relativas a su supuesto de hecho y consecuencias jurídicas,
68 Vniversitas, n.° 139 (2019). https://doi.org/10.11144/Javeriana.vj139.ecnc

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