Didáctica
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Didáctica
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Expectativas de logro
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Propósitos del docente
3
Contenidos
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Actividades
Clase 1
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requerido para lo anterior, pausaremos el ejercicio de lectura para
introducirla la siguiente pregunta generadora: ¿Qué problemáticas
sociales de la actualidad podrían identificar en el texto?
Las respuestas se realizarán en las carpetas y consistirá en la producción de
un escrito ensayístico que no supere las dos carillas y que serán
socializados de manera voluntaria. El ejercicio se evaluará tomándolo
como una instancia previa necesaria que les permita construir saberes que
sirvan de herramientas para la producción del trabajo final.
Clase 2
Duración: 2 módulos de 40 minutos.
Desarrollo
Clase 3
Clase 4
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Durante el desarrollo del trabajo ofreceremos al alumno cualquier
tipo de orientación que resulte necesaria para la realización del
mismo.
Cinco minutos antes del cierre del bloque se pedirá la devolución de
los trabajos. Se saluda a los/as alumnos y cerramos la clase.
Clase 5
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Recursos
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Anexo
Los restos de Federico García Lorca aún siguen sin encontrarse. En septiembre de 2017,
en el municipio de Alfacar, se retomaría la búsqueda. La idea era encontrar la fosa común
donde se cree que el cuerpo de García Lorca fue a parar, tras ser fusilado junto al maestro
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Dióscoro Galindo y los anarquistas Francisco Galadí Melgar y Joaquín Arcollas Cabezas.
Como parte de los homenajes de una de las grandes revoluciones del Siglo XX,
abordamos parte la vida y la obra del imponente poeta y dramaturgo, universal como
Cervantes, el artista que tomó partido por “los que nada tienen”.
La Barraca fue una compañía teatral ambulante que salió a recorrer los pueblos. Surgió a
comienzos de 1932 y estuvo integrada por jóvenes vinculados a la Residencia de
Estudiantes de Madrid y herederos de la Institución Libre de Enseñanza. El objetivo era
representar y difundir el olvidado gran repertorio clásico del Teatro Español entre los
obreros y campesinos.
El catedrático Fernando de los Ríos, Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes del
gobierno de la Segunda República y amigo personal de Lorca, garantizó el apoyo del
gobierno que por entonces impulsaba las llamadas misiones pedagógicas.
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García Lorca opinaba que la batalla más importante que tendría que librar la República
concernía a la enseñanza primaria y secundaria dominada desde hacía siglos por la
Iglesia. En ese marco, Lorca y los jóvenes de La Barraca, en su batalla cultural, estaban
convencidos de que lo burgués estaba terminando con lo dramático de lo teatral. Lorca
inyecta un fuerte contenido social a su obra, manifestándose siempre en pro de los
derechos del individuo, de la libertad, de la dignidad humana, luchando contra los
convencionalismos sociales.
En ese sentido, no se puede dejar de destacar su lucha por la libre elección sexual. García
Lorca también dejó tres textos donde hacía explícita su homosexualidad, reivindicando el
derecho de amar libremente, que fueron publicados en España mucho tiempo después de
la muerte del autor, como por ejemplo “Oda a Walt Whitman”, “La obra de teatro del
público” y “Los sonetos del amor oscuro”. Desde su creación hasta el cese con el
comienzo de la Guerra Civil Española, La Barraca representó un total de 13 obras de
teatro en 74 localidades. Por esos escenarios pasaron obras clásicas y variadas como
“Entremeses” de Cervantes, “La vida es sueño” de Calderón de La Barca y
“Fuenteovejuna” de Lope de Vega; entre otras.
El poeta está convencido de que las obras dramáticas de calidad y bien montadas, llegan
siempre a las personas sencillas. Ian Gibson, cuenta que cuando “los jóvenes de La
Barraca llegaban a los poblados, las caras campesinas en sonrisa, en éxtasis, sobretodo
en expectación, temiendo y deseando lo que al instante siguiente sucedería en el tablado.
Y de pronto la expectación se descargaba en la explosión de la carcajada y el aplauso”.
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representando a la Sombra, es decir a la muerte, envuelto en velos negros y con un
extraño tocado bicorne del que penden otros tantos velos negros que le cubren la cara,
moviéndose fantasmalmente por el escenario.
¿Trilogía?
El 8 de marzo de 1933 Lorca estrena “Bodas de Sangre”, con la que inaugura lo que se
llama sus obras rurales. Él habló de una trilogía compuesta por “Bodas de Sangre”,
“Yerma” (1934) y una tercera tragedia no concluida: “La destrucción de Sodoma”. Sin
embargo, estas tres obras, no tenían entre sí una conexión temática muy evidente. Es que
esta tercera tragedia, con su marco bíblico, ni siquiera posee una ambientación afín con
las dos anteriores de localización andaluza.
Algunos críticos consideraron a “La Casa de Bernarda Alba” como la tercera obra de esta
supuesta trilogía que tendría como denominador común, el marco rural andaluz. Tal vez no
se equivoquen, pero pese al mismo ámbito, la conformación teatral de esta obra parece
distinta a las anteriores. A “Bodas de Sangre” y “Yerma", el autor la subtitula tragedia;
mientras que a "La casa de Bernarda Alba”, la llama drama. En las dos primeras entiende
el desarrollo más como espectáculo. En tanto que en la última, se autoimpone un teatro
más “realista”.
Entre la vasta obra de Lorca que no podemos contener en esta nota, elegimos hablar de
La casa de Bernarda Alba; la última antes de su asesinato. Termina de escribirla el 19 de
junio de 1936 y la define como un documental fotográfico, representando una “crónica
verídica, con ilustraciones en blanco y negro, de la España intolerante y autoritaria siempre
dispuesta a aplastar los impulsos vitales del pueblo, representado en la obra no sólo por
las hijas de Bernarda, sino también por las criadas” (I. Gibson). “Los pobres son como los
animales. Parece como si estuvieran hechos con otras sustancias”, sentencia
visceralmente el inquisidor y tirano personaje de Bernarda Alba.
Adolfo Salazar, amigo de Lorca que participó en la lectura de la obra ya concluída, cuenta
que cada vez que terminaba una escena aparecía entusiasmado exclamando: “¡Ni una
gota de poesía! ¡Realidad! ¡Realismo puro!”.
Gibson dice que “no pudo ser casualidad que Lorca concibiera una obra sobre la tiranía en
momentos en que había en España el peligro de un golpe de Estado fascista. Bernarda,
con su hipocresía, su catolicismo inquisitorial y su voluntad de suprimir los derechos de los
demás, expresa una mentalidad que el poeta conoce muy bien.
En una entrevista del 7 de abril de 1933 del diario La Voz, Lorca sostiene que en
momentos tan críticos como los que vivía España, el teatro tiene el deber de afrontar los
problemas sociales. La noción del arte por el arte ya resulta insostenible. Y con respecto a
su última obra (“La Casa…”), señala: “Ahora estoy trabajando en una nueva comedia. Ya
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no será como las anteriores. Ahora es una obra en la que no puedo escribir nada, ni una
línea, porque se han desatado y andan por los aires la verdad y la mentira, el hambre y la
poesía. Se me han escapado de las páginas. Mientras haya desequilibrio económico, el
mundo no piensa. Ya lo tengo visto. Van dos hombres por la orilla de un río. Uno es rico,
otro es pobre. Uno lleva la barriga llena, y el otro pone sucio el aire con sus bostezos. Y el
rico dice: ‘¡Oh, qué barca más linda se ve por el agua! Mire, mire usted, el lirio que florece
en la orilla.’ Y el pobre reza: ‘Tengo hambre, no veo nada. Tengo hambre, mucha hambre.’
Natural. El día que el hambre desaparezca, va a producirse en el mundo la explosión
espiritual más grande que jamás conoció la Humanidad. Nunca jamás se podrán figurar los
hombres la alegría que estallará el día de la Gran Revolución. ¿Verdad que estoy
hablando en socialista puro?”
La “tragedia” de Lorca
La tragedia como género teatral conlleva un inevitable destino fatal. ¿Nuestro protagonista
estaba predestinado a ser asesinado? ¿Su final debía ser irremediablemente triste? Es
imposible afirmar post factum que su muerte era evitable si la clase obrera española
hubiese tenido otra dirección y su revolución hubiera triunfado.
El 16 de agosto del ’36 Federico García Lorca es detenido por los falangistas que habían
tomado Granada. El poeta había vuelto a esa ciudad creyendo que estaría más seguro
que en Madrid.
Según Ian Gibson: “Cerca del sitio donde mataron a Federico García Lorca se encuentra la
célebre Fuente Grande. Los árabes granadinos, intrigados por las burbujas que subían sin
parar a su superficie, la llamaron Ainadamar, ‘La Fuente de las Lágrimas’. No deja de ser
emocionante que la Fuente de las Lágrimas, siga manando todavía sus borbollones cerca
del lugar donde los fascistas mataron al más excelso poeta granadino de todos los
tiempos.”
La noche que lo asesinaron, un joven amigo de Lorca, Ricardo Rodríguez Jiménez, lo vio
cuando salía del Gobierno Civil, esposado. Y recuerda: “Aquella madrugada salí de la
comisaría a las tres y cuarto por ahí y me encontré con que de pronto me llaman por
encima. Me vuelvo ‘¡Federico!’ Me echó un brazo por encima… ‘Pero ¿dónde vas,
Federico?’ ‘No sé’. Salía del Gobierno Civil. Iba con guardias y falangistas de la ‘Escuadra
Negra’… A mí me pusieron el fusil en el pecho. Y yo les grité: ‘¡Criminales! ¡Vais a matar a
un genio! ¡A un genio! ¡Criminales!’
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Bibliografía:
García Lorca, Federico, (2015), la casa de Bernarda Alba, Buenos Aires,
Argentina, Gradifco.
: https://www.laizquierdadiario.com/Federico-Garcia-Lorca-el-poeta-de-los-que-nada-tienen
https://www.youtube.com/watch?v=9F9ogyxMt6k
https://www.youtube.com/watch?v=fnJlUeqdYJE&feature=youtu.be
https://www.youtube.com/watch?v=xaubXfLuTcg&feature=youtu.be
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