SOCIOCRITICA

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 9

SOCIOCRITICA –– MODELOS ACTANCIALES

En términos generales, la teoría sociocrítica estudia la forma como el momento histórico

influye en la creación literaria, y que a partir del análisis de elementos semiótico-

ideológicos presentes en los textos e posible identificar cómo el proceso histórico está

profundamente involucrado en el proceso de escritura.

Al respecto, Edmund Cros plantea que la teoría socio-crítica pretende ser crítica de la

sociedad y del mismo modo crítica literaria. Esta teoría se interesa por saber cómo

problemáticas sociales, intereses, y valores de un determinado grupo se articula en los

planos semánticos, sintácticos y narrativos, de este modo se convierte en una crítica

del discurso cuyos intereses van más allá del ámbito literario. (Díaz Pardo, 2015)

El análisis de las obras Juegos de Mentes y Compañeros de Viaje utilizando los referentes

conceptuales de la teoría sociocrítica pone de manifiesto las relaciones existentes entre las

estructuras de la obra literaria y las de la sociedad colombiana del periodo posterior al

frente nacional y a la transformación que experimentó la novela nacional, esto es, de la

estética costumbrista o de realismo mágico a la estética urbana y formas modernas de

narración.

Para el estudio de los textos seleccionados, es necesario establecer las relaciones entre la

escritura, los diferentes aspectos sociológicos que en ellas aparecen y la manera como se

incorporan a la narración momentos clave de la historia nacional.

Para ello debemos tener en cuenta algunas nociones sociológicas fundamentales, entre ellas

la de sistema social e instituciones, con la cual explicamos que “la sociedad no es un ente

aislado sino más bien uno global, que es dinámico, cambiante, que posee conflictos de
clases y cuyo objetivo es precisamente ese, informar el desarrollo histórico del

sistema con los conflictos.” (Díaz Pardo, 2015, p.28)

En las novelas la sociedad es conservadora, por tradición la gente siente gran admiración y

respeto por las instituciones del Estado y la iglesia católica, el estado es administrado por

una élite capitalista que legisla para su propio beneficio económico y para conservar sus

privilegios de clase; esa misma élite negoció el poder para bloquear el ascenso de líderes

populares y lo monopoliza. Ese estado elitista recurre a la opresión violenta con la fuerza

pública para controlar sectores inconformes de la población, como estudiantes

universitarios, líderes sindicales y líderes campesinos. En ese contexto de opresión surgen

grupos insurgentes o se refuerzan otros ya existentes.

Dentro del estudio sociocrítico la pluralidad es el resultado de los procesos dinámicos

y dialécticos de la historia. (Cros, 2011) Esta dialéctica se evidencia por medio de la

conciencia de clase y la ideología de cada uno de los personajes. Si se tienen en cuenta los

antecedentes de cada uno se ve que provienen de diferentes clases sociales, no obstante, se

encuentran en la misma orilla en la lucha de clases en la que se sustenta parte de las

novelas; esto es, como colectivo de estudiantes universitarios inconformes con el gobierno

capitalista conservador y trabajando en pro de la revolución socialista.

En las novelas las clases sociales están claramente diferenciadas, encontramos los que

representan a la élite como son las familias de Lavinia González y Alden McCastro, el

padre de Demetrio Delhúyar en Juegos de Mentes; Eduardo Esguerra y su familia en

Compañeros de Viaje. Amadeo hace parte de una familia pequeñoburguesa con

aspiraciones de ascenso en la sociedad tradicional bogotana, al igual que otros personajes

descritos en esta novela. Por otro lado se encuentran Waldemar y los personajes principales
de Juego de Mentes que provienen de la clase trabajadora llegados a Bogotá de ciudades

pequeñas o provincias.

Otra noción sociológica a tener en cuenta es la conciencia colectiva, en ella se expone que

las normas y valores de los personajes de las novelas analizadas se encuentran en contravía

con los valores convencionales y se manifiesta por medio de su visión del mundo y su

comportamiento revolucionario. Cabe resaltar que, según Cros (2011), identificar las

ideologías y las tensiones antagónicas entre las clases sociales es fundamental para

cualquier lectura de textos.

La tensión proviene del hecho de que los estudiantes tienen una visión del mundo diferente

a la tradicional y están dispuestos a hacerla realidad, eso se manifiesta en los diferentes

roles que cumplen dentro de las respectivas organizaciones de las que hacen parte. Al

analizar la forma de división del trabajo y los roles de cada uno, pueden identificarse

personajes que a lo largo de la historia se entregan a un sinnúmero de tareas que apuntan a

la realización de la lucha estudiantil, que va desde tareas pequeñas (cómo operar la

manivela del mimeógrafo) hasta el compromiso máximo (participar en las protestas, unirse

a movimiento insurgente y empuñar las armas).

Para el análisis sociocrítico el termino reificación de los objetos suspende su carácter de

producto humano, hecho para satisfacer ciertas necesidades y le da el valor de

mercancía, de objeto de cambio. (Díaz Pardo, 2015) En la novela Juegos de Mentes el

personaje principal sufre una crisis de valores y una transformación que lo conduce a la

reificación y al conformismo luego de ascender en la escala burocrática dentro del gobierno

contra el cual estuvo en contra alguna vez.


Al analizar los discursos de ambas novelas se identifica la posición contrahegemónica o

contraria al orden social opresivo de la época en la que son creadas. Se identifica el interés

de los autores en contar la historia desde una perspectiva crítica a partir del punto de vista

del estudiante universitario, que fue protagonista de las luchas y víctima de la violenta

respuesta de las fuerzas estatales.

El análisis sociocrítico de la obra literaria nos permite identificar los conflictos sociales y

políticos de los grupos humanos, ya que la literatura, tal como afirma Hernán Díaz:

Tiene como función denunciar sucesos que atacan a la sociedad, sus causas y

consecuencias, la literatura nos permite tener esa ventana, ese espacio con el cual

viajamos al pasado para identificar la semilla de problemas actuales, es una forma de

revolución que no emplea armas, emplea la pluma y la tinta. (Díaz Pardo, 2015)

CRONOTOPOS

La categoría de cronotopo (lo que en traducción literal significa «tiempo-espacio») fue

planteada por Bajtin y se refiere a la conexión esencial de relaciones temporales y

espaciales asimiladas artísticamente en la literatura. (Bajtin, 1986)

Este autor plantea que los cronotopos funcionan como una categoría de la forma y el

contenido en la literatura. Para esa clasificación recurre a definiciones como el cronotopo

artístico literario. En esta clase de cronotopo de ficción “los elementos del tiempo son

medidos en el espacio, y el espacio es entendido y medido a través del tiempo. La

intersección de las series y uniones de esos elementos constituye la característica del

cronotopo artístico”.(Bajtin, 1989, p. 238)


Otra clase de cronotopo es el histórico real. Bajtin asegura que los cronotopos reales

determinan en buena medida los literarios. El autor esboza la historia del progreso en una

visión lineal y progresiva del devenir, que el autor considera ser la real y que es la que

impera en la cultura occidental moderna.

A partir de estas dos definiciones surge una diversidad (quizá ilimitada) de cronotopos, que

a su vez pueden conformar otro cronotopo. En el análisis que hace de la novela griega,

Bajtin explica varios cronotopos específicos del género por ejemplo el cronotopo de la

aventura, cronotopo bucólico, cronotopo idílico amoroso, cronotopo pastoril idílico, entre

otros.

Esta diversidad posible de cronotopos demuestra la importancia del cronotopo para los

géneros en la literatura, ya que al identificar la presencia de uno o varios cronotopos puede

relacionarse una obra literaria a partir de la recurrencia de ciertas temáticas, situaciones o

personajes. De hecho, para Bajtin, “puede afirmarse decididamente que el género y sus

variantes se determinan precisamente por el cronotopo.” (Bajtin, 1989, p. 238)

El concepto de cronotopo permite entender las diferentes funciones del tiempo en la

narrativa. Para el autor la relación que existe entre el espacio y el tiempo es indisoluble, de

tal manera que así como existe un tiempo para la acción también existe un espacio para la

acción de tal manera que la escena descrita tenga una interpretación o significado para el

lector.

El análisis posterior a la obra de Bajtín y los aportes de Ricoeur (2009) permiten analizar el

tiempo y espacio de forma separada a partir de nociones empleadas incluso desde niveles

escolares, como son tiempo en la narración y espacio en la narración. En términos


generales en el texto narrativo los acontecimientos suceden en un tiempo y espacio

determinados. Respecto al tiempo de la narración, se pueden distinguir el tiempo de la

historia y el tiempo del relato.

El primero corresponde a la presentación de los acontecimientos del relato en un orden

lógico y causal. También se utiliza el término fábula para referirse a esta reproducción y

ordenada de los hechos en el texto narrativo. El tiempo del relato se refiere al modo en que

los acontecimientos son presentados por el narrador.

Estos dos tipos de tiempo pueden coincidir o no, ya que el relato puede presentar saltos

temporales o anacronías (racconto, analepsis, prolepsis premonición). Con estos saltos el

autor organiza de forma estética el tiempo de la obra.

Además de estos dos tipos, existe una tercera categoría: el tiempo referencial histórico, que

se refiere a la fecha o época real en la que está se sitúan los hechos narrados. Por otra parte,

alude también al tiempo del escritor, es decir, al contexto cultural y social en el que se

produjo la obra, costumbres de época, educación, sistemas políticos, formas de vida.

Así, estos tres tiempos se presentan en la narración y es tarea del lector interpretarlos para

comprender la obra.

Respecto al espacio narrativo, el concepto se refiere a al lugar donde se enmarcan los

sucesos y los personajes de un texto narrativo. Además abarca la atmosfera espiritual

que se crea en la obra y el ámbito social en el que se desenvuelven los

acontecimientos.

Se distinguen entonces un espacio físico, un espacio psicológico y un espacio social.

El espacio físico puede presentarse de forma explícita o implícita en el texto. En este


caso es importante poner atención a los diálogos de los personajes e incluso a la

descripción que el narrador haga de los mismos.

El análisis del espacio desde la perspectiva psicológica permite comprender el estado

de ánimo y los sentimientos de los personajes. Asimismo el análisis del espacio

social en una obra conocer las condiciones sociales, culturales, políticas y económica

en las que se desarrollan los acontecimientos de la narración.

IDENTIDAD

En las ciencias sociales el termino identidad tiene diversas elaboraciones

conceptuales. Con frecuencia se abordan temas como la identidad cultural, identidad

nacional, identidad política, identidad de género; sin mencionar los usos que se le da

al mismo término en disciplinas como las matemáticas, la economía, la informática,

entre otras.

Para el análisis de las novelas Juegos de Mentes y Compañeros de Viaje se han

descartado estas interpretaciones, recurriendo solamente al uso del concepto en la

psicología que nos permite comprender el desarrollo personal y social de cada ser

humano o personaje de ficción.

En ese sentido, se asume la identidad como la cualidad o conjunto de cualidades a

partir de las cuales un objeto o persona se define a sí misma. En pocas palabras, es lo

que un objeto es o quien es una persona; las características, sentimientos o creencias

que distinguen a alguien de los demás; la identidad también se refiere al sentimiento

de ser muy similar con algo o alguien y ser capaz de entenderlo al punto de compartir

intereses y actuar colectivamente.


Cuando hablamos de identidad –dice Larraín (2003)

Nos referimos, no a una especie de alma o esencia con la que nacemos, no a un

conjunto de disposiciones internas que permanecen fundamentalmente iguales durante

toda la vida, independientemente del medio social donde la persona se encuentre, sino

que a un proceso de construcción en la que los individuos se van definiendo a sí

mismos en estrecha interacción simbólica con otras personas. (p.32)

Este autor afirma que la construcción de identidad es un proceso al mismo tiempo

cultural, material y social. Cultural porque los individuos se definen a sí mismos en

términos de ciertas categorías compartidas, cuyo significado está culturalmente

definido, tales como religión, género, clase, profesión, etnia, sexualidad,

nacionalidad que contribuyen a especificar al sujeto y su sentido de identidad.

(Larraín, 2003)

Es material en cuanto los seres humanos “proyectan simbólicamente su sí mismo, sus

propias cualidades en cosas materiales, partiendo por su propio cuerpo; se ven a sí

mismos en ellas y las ven de acuerdo a su propia imagen.” (Larraín, 2003, p.32)

Es también un proceso social, porque la identidad implica una referencia a los

“otros” en dos sentidos. Primero los otros son aquellos cuyas opiniones acerca de

nosotros internalizamos, cuyas expectativas se transforman en nuestras propias

autoexpectativas. Pero también son aquellos con respecto a los cuales queremos

diferenciarnos.

Al respecto, Alejos (2006) plantea que la identidad es el resultado de la interacción

compleja entre ego y alter, ya que no se puede ser sin el otro. De allí la
necesidad de repensar la identidad como un fenómeno social, resultado de las

relaciones del ser consigo mismo y con otros.

El autor indaga en el concepto de alteridad propuesto por Bajtín en el que plantea

que la identidad del sujeto se forma y transforma dentro un continuo proceso

dialógico en el que el otro es parte constitutiva del ser.

Bajtin examina la intersubjetividad como un fenómeno en el cual al sujeto se le

reconoce más allá de su eje egocéntrico para ubicarlo dentro de una red de relaciones

dialógicas que establece consigo mismo y con la alteridad. Para este autor los seres

humanos valoramos nuestro propio ser “desde el otro, buscamos conocernos a través

del otro, vemos nuestra exterioridad con los ojos del otro, orientamos nuestra

conducta en relación con el otro, construimos nuestro discurso propio en

referencia al discurso ajeno, entrelazado con éste, en respuesta a él y en anticipación

a sus futuras respuestas.” (Alejos, 2006, p. 53)

También podría gustarte