Equinoterapia y Problemas de Aprendizaje

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LA EQUITACIÓN TERAPÉUTICA COMO HERRAMIENTA EDUCATIVA

EN PROBLEMAS DE APRENDIZAJE.

Con éste artículo pretendo iniciar un recorrido por los diferentes campos de
aplicación de la Equinoterapia, que son muy amplios debido al gran abanico
de beneficiarios y profesionales que pueden intervenir en cada caso
particular.
Mi labor profesional me ha demostrado que la Equitación Terapéutica puede
convertirse en una actividad complementaria a las reeducaciones ordinarias
para aquellos niños/as que presentan dificultades de aprendizaje escolar,
sobretodo en la adquisición de la lectura y la escritura.
Pero antes de entrar en materia, es necesario definir el marco teórico de ésta
intervención.

¿Qué entendemos por Dificultades de aprendizaje?


Definimos las dificultades de aprendizaje como un desorden en uno o más de
los procesos psicológicos básicos que intervienen en la comprensión o en la
utilización del lenguaje oral o escrito y que no vienen dados por
discapacidades motrices, auditivas, visuales y/o retraso mental.

¿Cuales son los pre-requisitos para adquirir la lecto-escritpura?


Para adquirir la lecto-escriptura hace falta que el niño/a tenga adquiridas una
serie de habilidades y destrezas:

- La organización espacial y - La discriminación perceptiva.


temporal. - Destrezas auditivas y visuales.
- La organización del lenguaje. - La respiración.
- La secuenciación. - La independencia segmentaria.
- Capacidades cognitivas. - La tonicidad adecuada.
- El esquema corporal. - La coordinación óculo-manual.
- La lateralidad.

Todas estas habilidades se trabajan de forma directa (en negrita) o indirecta (en
cursiva) mediante la práctica de la equitación.
No hablo de la ejecución de fichas, redacciones, etc. que pueden ser interesantes
a ciertas edades y en ciertas fases de la intervención, sino de una clase casi
ordinaria de equitación.

La intervención educativa mediante la Equitación Terapéutica.


Una vez conocida la compleja realidad del colectivo, cada vez más numeroso en
nuestra sociedad, vamos a analizar qué diferencia la Equitación Terapéutica de
otras reeducaciones, cuál es el rol que juega el caballo y la intervención del
equinoterapeuta.

En Equitación Terapéutica y en Equinoterapia, por extensión, se parte de un


enfoque de atención de la diversidad que parte de las habilidades, de una
concepción única del individuo y no de las dificultades.

Esto supone una visión totalmente diferente a la de la mayoría de reeducaciones


tradicionales que se basan en trabajar sobre el déficit para mejorarlo.

El caballo se instaura en este enfoque pedagógico como un mediador y


sobretodo como un centro de interés, sobre el cual trabajar con los usuarios
desde una perspectiva lúdica, al considerar que no aprendemos si no nos
encontramos en una situación de placer.

Esto supone que el equinoterapeuta debe tener una actitud empática, abierta, de
confianza en el niño/a y en sus habilidades, de aceptación de sus dificultades y
debe trabajar sin presionar, utilizando dos recursos que se complementan de
maravilla, que son el juego y la enseñanza de la equitación.

El contacto con el caballo nos permite potenciar aprendizajes


significativos para el usuario ya que se desarrollan en un entorno diferente, no
institucional, al aire libre, sin mesas por en medio, etc. El niño/a casi no se da
cuenta de que estamos trabajando porque hay una parte importante de
diversión. Además el caballo no es un concepto abstracto, sino que lo podemos
palpar, tocar, montar y compartir con el nuestro tiempo.
Ésta es la originalidad de nuestra práctica profesional, que se basa en potenciar
las capacidades que cada persona posee.

¿Cuáles serán los objetivos generales a trabajar en estos casos?


- Mejorar la coordinación general.
P. ej: al conducir el caballo de la mano, en el momento de montar y desmontar,
al guiar el caballo montado, al realizar ejercicios de equilibrio, volteo, etc.
- Mejorar la coordinación óculo-manual:
P.ej: en el momento de realizar la higiene general del caballo, al abrochar las
hebillas de la cabezada de trabajo y la cincha, al conducir el caballo montado y
realizar ejercicios de manejabilidad.
- Mejorar la orientación espacial:
P.ej: al escoger el mejor camino para llegar a la pista, al realizar pequeños
circuitos a gimkanas, al dirigir el caballo hacia donde nos señala el terapeuta.
- Mejorar la lateralidad:
P.ej: con objeto mediador (ir hacia la derecha al lado del árbol), sin objeto
mediador (al llegar al final de la pista ve hacia la derecha).
- Mejorar las dificultades sensoriomotoras (torpeza): consiguiendo subirnos
desde el suelo a un caballo alto, bajando con agilidad, realizando ejercicios de
volteo (al paso) cada vez más sofisticados…
- Mejorar la autoestima:
Al realizar una actividad considerada como “arriesgada” por muchas personas,
conseguimos aumentar esa autoestima muchas veces maltrecha.
Fotos: los laberintos permiten trabajar la orientación espacial, la lateralidad, la
coordinación óculo-manual y la capacidad de atención de una manera divertida y
experimental.

Todo esto se da al proporcionar un entorno para practicar muchas habilidades en


un ambiente no amenazador y de igualdad, ya que las sesiones se estructuran de
manera muy similar a las de equitación ‘ordinaria’. Por este motivo el
equinoterapeuta debe tener formación en equitación o ayudarse de un
profesional del sector.
Una vez el niño/a ha adquirido un nivel de equitación y de manejo aceptable, se
le puede incluir en clases de iniciación ordinarias. Con esto conseguimos dos
objetivos muy importantes:
- La integración de estos alumnos.
- El aumento de la autoestima al poder compartir la clase con otros chicos/as que
no manifestan problemas y encontrarse con un mismo nivel, o más alto, de
habilidades.
Es en éste momento cuando se aconseja empezar a trabajar conceptos mediante
fichas, pequeñas redacciones, juegos didácticos en la pista… Pero que no deben
convertirse en el eje central, que es el caballo y su manejo.
Lo que diferenciará nuestro trabajo del de un profesor de equitación será siempre
la elaboración de un Proyecto Individual, en el que se reflejará:
a) la historia del niño/a,
b) sus capacidades y dificultades,
c) tipo de escolarización,
d) actividades complementarias que realiza,
e) objetivos generales a trabajar,
f) objetivos específicos,
g) metodología de trabajo,
h) material utilizado.
El equinoterapeuta, que debe tener formación en Educación (magisterio,
pedagogía, psicología, educador…) debe llevar a cabo un seguimiento de cada
sesión, que le permita objetivar los avances y realizar los informes para los
familiares y profesionales que intervienen en el proceso de estimulación del
niño/a, con los que siempre es interesante tener comunicación.

Bibliografía:
- TIERNO JIMÉNEZ, B. (1993): Del fracaso al éxito escolar. Ed.Plaza & Janés.
Barcelona.
- TOLEDO GONZÁLEZ, M. (1995): La escuela ordinaria ante el niño con
necesidades especiales. Ed.Santillana. Madrid.
- TEICHMANN ENGEL, B. (1998): Therapeutic Riding I Strategies for Instruction.
Book II. Edited by Barbara Teichmann Engel. USA.

Sònia Romera.
Maestra de Educación Especial.
Especialista en Reeducación por la Equitación, Universidad Complutense Madrid.
Coordinadora del Postgrado de Equitación Terapéutica de la Universidad de Vic.
Directora del Centro Hípico Adaptado Mas Aragó. Santes Creus. Tarragona

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