Conceptos 2

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La 

lingüística: es el estudio científico del origen, la evolución y la estructura del lenguaje, a fin de


deducir las leyes que rigen las lenguas (antiguas y modernas). Así, la lingüística estudia las
estructuras fundamentales del lenguaje humano, sus variaciones a través de todas las familias de
lenguas (las cuales también identifica y clasifica) y las condiciones que hacen posible la
comprensión y la comunicación por medio de la lengua natural.

Si bien la gramática es un estudio antiguo, el enfoque no tradicional de la lingüística moderna


tiene varias fuentes. Una de las más importantes la constituyen los Neogrammatiker,  que
inauguraron la lingüística histórica e introdujeron la noción de ley en el contexto de la lingüística y
que en particular formularon diversas leyes fonéticas para representar el cambio lingüístico. Otro
punto importante son los términos de sincronía, diacronía y las nociones estructuralistas
popularizadas por el trabajo de Ferdinand de Saussure y el Curso de lingüística general

El siglo XX se considera, a partir del estructuralismo derivado de los trabajos de Saussure, el


«punto de arranque» de la lingüística moderna. A partir de esa época parece haberse generalizado
el uso de la palabra «lingüística». La palabra «lingüista» se encuentra por primera vez en la página
1 del tomo I de la obra Choix des poésies des troubadours, escrita en 1816 por Raynouard.

El objetivo de la lingüística teórica es la construcción de una teoría general de la estructura de las


lenguas naturales y del sistema cognitivo que la hace posible, es decir, las representaciones
mentales abstractas que hace un hablante y que le permiten hacer uso del lenguaje. El objetivo es
describir las lenguas caracterizando el conocimiento tácito que de las mismas tienen los hablantes
y determinar cómo estos las adquieren. Ha existido cierta discusión sobre si la lingüística debe
considerarse una ciencia social o más bien parte de la psicología. En las ciencias sociales la
conciencia de los participantes es parte esencial en el proceso, sin embargo, parece que ni en
el cambio lingüístico, ni en la estructura de las lenguas la conciencia de los hablantes juegue
ningún papel relevante. Aunque ciertamente en áreas incluidas normalmente dentro de la
lingüística como la sociolingüística o la psicolingüística la conciencia del hablante sí tiene un papel,
sin embargo, esas dos áreas no son el núcleo principal de la lingüística teórica sino disciplinas que
estudian aspectos colaterales del uso del lenguaje.

Componentes y proceso del habla según los conceptos de Ferdinand de Saussure.

El objetivo de la lingüística aplicada es el estudio de la adquisición del lenguaje y la aplicación del


estudio científico de la lengua a una variedad de tareas básicas como la elaboración de métodos
mejorados de enseñanza de idiomas. Existe un considerable debate sobre si la lingüística es una
ciencia social, ya que sólo los seres humanos usan las lenguas, o una ciencia natural porque,
aunque es usada por los seres humanos, la intención de los hablantes no desempeña un papel
importante en la evolución histórica de las lenguas ya que usan las estructuras lingüísticas de
manera inconsciente (esto es estudiado por F. de Saussure quien llega a la conclusión de que los
cambios de una lengua se producen arbitrariamente por variaciones que el sujeto realiza y estos
son involuntarios, y que la lengua varía en la historia y por eso plantea que el estudio de la lengua
debe realizarse diacrónica y sincrónicamente. Saussure deja de lado la historia de las lenguas y las
estudia sincrónicamente, en un momento dado del tiempo). En particular, Noam Chomsky señala
que la lingüística debe ser considerada parte del ámbito de la ciencia cognitiva o la psicología
humana, ya que la lingüística tiene más que ver con el funcionamiento del cerebro humano y
su desarrollo evolutivo que con la organización social o las instituciones, que son el objeto de
estudio de las ciencias sociales.

Para situar el ámbito o el objetivo de una investigación lingüística, el campo puede dividirse en la
práctica según tres dicotomías importantes:

 Lingüística teórica frente a lingüística con fines prácticos, cuyas diferencias se han


señalado un poco más arriba.

 Lingüística sincrónica frente a lingüística diacrónica. Una descripción sincrónica de una


lengua describe la lengua tal y como es en un momento dado; una descripción diacrónica
se ocupa del desarrollo histórico de esa lengua y de los cambios estructurales que han
tenido lugar en ella. Aunque en sus inicios científicos la lingüística del siglo XIX se interesó
ante todo por el cambio lingüístico y la evolución de las lenguas a través del tiempo, el
enfoque moderno se centra en explicar cómo funcionan las lenguas en un punto dado en
el tiempo y cómo los hablantes son capaces de entenderlas y procesarlas mentalmente.

 Micro-lingüística frente a macro-lingüística. La primera se refiere a un más estrecho y el


segundo a un más amplio punto de vista en el ámbito de la lingüística. Desde el punto de
vista micro-lingüístico, las lenguas deben analizarse en provecho propio y sin referencia a
su función social, no a la manera en que son adquiridas por los niños, ni a los mecanismos
psicológicos que subyacen en la producción y en la recepción del habla, ni en la función
estética o comunicativa del lenguaje, etc. En contraste, la macro-lingüística abarca todos
estos aspectos de la lengua. Varias áreas de la macro-lingüística han tenido un
reconocimiento terminológico como, por ejemplo, la psicolingüística, la sociolingüística,
la lingüística antropológica, la dialectología, la lingüística matemática, la lingüística
computacional y la estilística.

Historia de la lingüística

Lingüística pre-científica

La ciencia que se ha constituido en torno de los hechos del lenguaje ha pasado por tres fases
sucesivas antes de adoptar el enfoque moderno actual.

Se comenzó por organizar lo que se llamaba la gramática. Este estudio, inaugurado por los griegos
y continuado especialmente por los franceses, estaba fundado en la lógica y desprovisto de toda
visión científica y desinteresada de la lengua misma; lo que la gramática se proponía era
únicamente dar reglas para distinguir las formas correctas de las formas incorrectas; se trataba de
una disciplina normativa, muy alejada de la pura observación y su punto de vista era, por lo tanto,
necesariamente reducido.
Después apareció la filología. Ya en Alejandría existía una escuela filológica, pero este término se
asocia sobre todo con el movimiento científico creado por Friedrich August Wolf, a partir de 1777,
que continúa hasta nuestros días. La lengua no es el único objeto de la filología que quiere sobre
todo fijar, interpretar, comentar los textos. Este primer estudio lleva también a la historia literaria,
de las costumbres, de las instituciones, etc.; en todas partes usa el método que le es propio, que
es la crítica. Si aborda cuestiones lingüísticas, es sobre todo para comparar textos de diferentes
épocas, para determinar la lengua particular de cada autor, para descifrar y explicar inscripciones
redactadas en una lengua arcaica u oscura. Sin duda estas investigaciones son las que prepararon
la lingüística histórica: los trabajos de Ritschl sobre Plauto pueden ya llamarse lingüísticos, pero, en
ese terreno, la crítica filológica falla en un punto: en que se atiene demasiado servilmente a la
lengua escrita, y olvida la lengua viva. Por lo demás, la antigüedad grecolatina es la que la absorbe
casi por entero.

El tercer período comenzó cuando se descubrió que las lenguas podían compararse entre sí. Este
fue el origen de la filología comparada o gramática comparativa. En 1816, en una obra
titulada Sistema de la conjugación del  sánscrito, Franz Bopp estudió las relaciones que unen
el sánscrito con el germánico, el griego, el latín, etc. y comprendió que las relaciones entre lenguas
parientes podían convertirse en una ciencia autónoma. Pero esta escuela, con haber tenido el
mérito indisputable de abrir un campo nuevo y fecundo, no llegó a constituir la verdadera ciencia
lingüística. Nunca se preocupó por determinar la naturaleza de su objeto de estudio. Y sin tal
operación elemental, una ciencia es incapaz de procurarse un método. (Fragmento del capítulo I
"Ojeada a la historia de la lingüística" de la Introducción del Curso de lingüística general. Ferdinand
de Saussure)

Lingüística científica

La lingüística moderna tiene su comienzo en el siglo XIX con las actividades de los conocidos
como neo gramáticos que, gracias al descubrimiento del sánscrito, pudieron comparar las lenguas
y reconstruir una supuesta lengua original, el idioma protoindoeuropeo. Esto animó a los lingüistas
a crear una ciencia positiva en la que incluso se llegó a hablar de leyes fonéticas para el cambio
lingüístico.

No será, sin embargo, hasta la publicación del Curso de lingüística general (1916), compuesto por
apuntes que alumnos tomaron en el curso dictado por el suizo Ferdinand de Saussure, cuando se
convierte la lingüística en una ciencia integrada a una disciplina más amplia, la semiología, que a
su vez forma parte de la psicología social, y defina su objeto de estudio. La distinción entre lengua
(el sistema) y habla (el uso) y la definición de signo lingüístico (significado y significante) han sido
fundamentales para el desarrollo posterior de la nueva ciencia. Sin embargo, su perspectiva —
conocida como estructuralista y que podemos calificar, por oposición a corrientes posteriores,
como de corte empirista— será puesta en cuestión en el momento en que ya había dado la mayor
parte de sus frutos y, por lo tanto, sus limitaciones quedaban más de relieve.

La filología: es el estudio de los textos escritos, a través de los que se intenta reconstruir, lo más


fielmente posible, el sentido original de estos con el respaldo de la cultura que en ellos subyace.
El trabajo filológico se aproxima al hermenéutico, al menos en la medida en que interpreta el
sentido, y se sirve, por tanto, del estudio del lenguaje, la literatura y demás manifestaciones
idiomáticas, en cuanto constituyen la expresión de una comunidad cultural determinada o de
varias, o de meros individuos. Se entiende usualmente por filología, bien el estudio de las lenguas
y las literaturas, así como la correspondiente cultura de sus hablantes, bien el estudio diacrónico o
eidético de los textos literarios o incluso de todo vestigio de lengua escrita o de la lengua en
general.

En su más amplio y pleno sentido, especialmente en las tradiciones modernas románica y


germánica, Filología es el término general que designa el estudio de las lenguas naturales y abarca,
pues, tanto la serie disciplinaria de la Ciencia del Lenguaje o Lingüística (Lingüística histórica,
Lingüística teórico-descriptiva y Lingüística aplicada), una de las dos grandes series filológicas,
como aquella otra formada por la Ciencia de la literatura (esto es, Historia de la literatura, Teoría
de la literatura y Crítica literaria), según ha venido a establecer simétricamente el desarrollo de los
criterios de la "ciencia real". Ello representa en consecuencia, no solo la integración de
la Retórica y la Poética clásicas (cosa evidente desde la Antigüedad), y también modernas, sino la
completa integración de todas aquellas metodologías internas, ya fuertemente transversales y
compartidas como sobre todo la Comparatística, la Gramática comparada o la Literatura
comparada, ya técnicamente restrictivas y particularizadoras como la Ecdótica o Crítica textual.

En este último aspecto, además, la Filología, técnicamente fundada para Occidente en el Museo
de Alejandría, ha asumido paulatinamente durante la segunda mitad del siglo XX el instrumental
proporcionado por los medios digitales, los cuales han transformado la aplicabilidad e incluso los
resultados (en el caso del hipertexto) del trabajo crítico textual y en general la edición de textos.

La Filología, en sus bases se suele distinguir entre filología general y filologías particulares sector
disciplinar de las Ciencias humanas.

La gramática: es el estudio de las reglas y principios que gobiernan el uso de las lenguas y la


organización de las palabras dentro de unas oraciones y otro tipo de constituyentes sintácticos.
También se denomina así al conjunto de reglas y principios que gobiernan el uso de una lengua
concreta; así, cada lengua tiene su propia gramática.

La gramática es parte del estudio general del lenguaje denominado lingüística. Clásicamente, el


estudio de la lengua se divide en cuatro niveles:

 Nivel fonético-fonológico.

 Nivel sintáctico-morfológico.

 Nivel léxico-semántico.

 Nivel pragmático.

A veces se restringe el uso del término gramática a las reglas y principios que definen el segundo
de estos niveles. Sin embargo, la separación de los niveles no es totalmente nítida porque ciertas
reglas gramaticales se realizan en el nivel fonético-fonológico e igualmente existen parámetros o
criterios semánticos que sirven para decidir cuándo una determinada construcción es gramatical.
Tipos de gramática

Entre los principales tipos de gramática o enfoques en el estudio de la gramática se encuentran los
siguientes:

 La gramática prescriptiva, o gramática normativa, es la que presenta normas de uso para


un lenguaje específico, desaconsejando ciertas construcciones. La gramática tradicional es
típicamente prescriptiva. Este tipo de gramática está basada usualmente en el dialecto de
prestigio de una comunidad hablante, y desaconseja a menudo especialmente ciertas
construcciones que son comunes entre los grupos socioeconómicos bajos, y que pueden o
no usarse también en grupos sociales más altos. Aunque la gramática prescriptiva aún
suele utilizarse en pedagogía y en la enseñanza de lenguas extranjeras, ha perdido peso en
la lingüística académica moderna, y actualmente describe solamente un subconjunto del
uso de la lengua.

 La gramática descriptiva intenta describir el uso real de una lengua, evitando juzgar en


forma prescriptiva. Se vincula a una determinada comunidad hablante y pretende
entender las reglas de uso para esa comunidad.

 La gramática tradicional es la colección de ideas acerca de la gramática que las sociedades


occidentales han heredado de Grecia y Roma. La gramática prescriptiva es formulada
usualmente en términos de los conceptos descriptivos heredados de la gramática
tradicional. La gramática descriptiva moderna apunta a corregir los errores de la gramática
tradicional, y generaliza su normativa restrictiva para evitar circunscribir los lenguajes al
modelo del latín.

 La gramática funcional, es una visión general sobre la organización del lenguaje natural,


formulada por Simon Dik, que contempla tres normas básicas de adecuación: la tipológica,
que implica la aplicación de reglas a cualquier lengua, la pragmática, que promueve la
aplicación de los enunciados a la interacción en la comunicación, y la psicológica, por la
que trata de ser compatible con los mecanismos psicológicos involucrados en el
procesamiento de un lenguaje natural.

 La gramática generativa es un enfoque formal para el estudio sintáctico de las lenguas


que puede en algunos sentidos generar las expresiones bien construidas de una lengua
natural. Una rama de la teoría lingüística (psicolingüística) se basa en la gramática
generativa, promovida por Noam Chomsky.

 Las gramáticas formales aparecen en lingüística computacional. La sintaxis de cada


lenguaje de programación se define de hecho por una gramática formal. En teoría de la
informática y en matemática, la gramática formal define lenguajes formales. La Jerarquía
de Chomsky describe varias clases importantes de gramática formal.

La sintaxis: es la parte de la gramática que estudia las reglas y principios que gobiernan la


combinatoria de constituyentes sintácticos y la formación de unidades superiores a estos, como
los sintagmas y las oraciones gramaticales. La sintaxis, por tanto, estudia las formas en que se
combinan las palabras, así como las relaciones sintagmáticas y paradigmáticas existentes entre
ellas.

Sintaxis estructural

La sintaxis para Leonard Bloomfield, era «el estudio de formas libres compuestas completamente
por formas libres». Central a esta teoría de la sintaxis eran las nociones de clases de forma (form
classes) y estructura constituyente. (Estas nociones eran también relevantes, aunque menos
centrales, en la teoría de la morfología). Bloomfield definió clases de forma más bien de manera
imprecisa, en términos de algún "rasgo fonético o gramático reconocible común y compartido por
todos los miembros". Dio como ejemplos las clases de forma que consisten en “expresiones
substantivas personales” de la lengua inglesa (definidas como “las formas que, cuando están
expresadas con tono exclamatorio final, constituyen requerimientos (llamadas) de la presencia o la
atención de una persona”: por ejemplo "John", "Boy", "Mr. Smith"); las clases de forma que
consisten en “expresiones infinitivas” (definidas como "formas que, cuando están expresadas con
tono exclamatorio final, tienen el significado de una orden: por ejemplo, "run", "jump", "come
on"); las clases de la forma de “expresiones sustantivas nominativas” (por ejemplo: "John", "the
boys") y así sucesivamente. Debe estar claro, a partir de estos ejemplos, que las clases de forma
son similares, aunque no idénticas, a las partes del discurso tradicionales y que una misma forma
puede pertenecer a más de una clase de forma.

Sustituibilidad

Lo que Bloomfield tuvo en cuenta como criterio para la pertenencia a clases de forma (y por tanto
de equivalencia sintáctica) podría ser mejor expresado en términos de sustituibilidad. Las formas
de clase son conjuntos de formas (ya sean simples o complejas, libres o ligadas), de las cuales
cualquiera podría sustituirse por otra en una construcción o conjunto de construcciones dadas en
todas las oraciones de una lengua determinada.

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