Liderazgo - El Arte de Convertirse en Un Ejecutivo
Liderazgo - El Arte de Convertirse en Un Ejecutivo
Liderazgo - El Arte de Convertirse en Un Ejecutivo
El arte de
convertirse en
un ejecutivo
LIDERAZGO
El arte de
convertirse en
un ejecutivo
Philip B. Crosby
McGraw-Hill
New York St. Louis San Francisco Auckland Bogotá
Caracas Hamburg Lisbon London Madrid México Milán
Montrael New Delhi Oklahoma City París San Juan
São Paulo Singapur Sydney Tokio Toronto
Dedicado a Victoria
Antoinette Crosby, de cinco
años de edad, pero que anda
por los veintiuno
LIDERAZGO
El arte de convertirse en un ejecutivo
ISBN 968-422-773-6
ISBN 0-07-014567-9
5. Un nuevo inicio 67
6. La organización de Kargston Associates 77
7. Los participantes 87
8. Introducción a la clase; "Una tarde de cine" 95
9. Elizabeth 115
10. Nick 129
11. Anna 143
vi Contenido
Índice 196
Prefacio
Con toda intención me he detenido en el camino que va de gerente a
ejecutivo con el fin de mejorar mi vida y mi contribución. Este libro
pretende presentar algunas de las lecciones más útiles que aprendí al
recorrer ese camino. No es biográfico ya que casi todo lo que
aprendí fue resultado de observar a los demás tratando de escalar
montañas con traje de etiqueta. De todas formas existen ciertos
elementos básicos, y cuando una persona logra comprender lo que
significa ser un ejecutivo y desarrollar la actitud apropiada,
desaparecen los obstáculos que le impiden encontrar ese tipo de
trabajo. Aun cuando el mundo está saturado de gerentes, existe una
tremenda escasez de ejecutivos.
Uno de los aspectos más importantes que un ejecutivo debe apren-
der es que un buen gerente puede hacerse cargo de casi cualquier
cosa, pero un buen ejecutivo debe limitarse a los aspectos que pue-
den comprenderse. El timonel debe saber todo lo necesario sobre na-
vegación; en cambio el capitán debe comprender la misión, el rum-
bo, las implicaciones políticas y el efecto que un viraje súbito del
barco podría tener sobre el banquete que se está sirviendo en el co-
medor, varios pisos más abajo. Pocos son los conglomerados que
han tenido éxito por esta razón. El capitán debe comprender a fondo
el mundo de los barcos. Los gerentes pueden hacerse cargo de casi
todas las labores que ello implica.
viii Prefacio
Por ejemplo, sé casi todo lo que se puede esperar que una persona
aprenda en 40 años de vida laboral. Mi experiencia abarca aspectos
como sistemas financieros, recursos humanos, motivación del perso-
nal, control de inventarios, calidad y muchos otros más. Inicié mi
carrera en la base de la pirámide jerárquica y pasé por cada uno de
sus niveles en mi ascenso hacia la cúspide. Durante 14 años me senté
a la mesa de Harold Geneen y participé en casi todo evento sobre-
saliente del campo de la administración. Fundé una compañía y fui
su director ejecutivo 9 años durante los cuales la convertí en una em-
presa internacional, sólida y sin deudas. Pasé por casi todo lo que
puede sucederle a uno, desde estar en la cima del mundo, a tener que
luchar con denuedo por sobrevivir.
No obstante, si me preguntaran, "¿De qué color van a vestir las
mujeres el año que viene?" o "¿Cómo deberíamos diseñar los cuar-
tos de nuestro próximo hotel?" o "¿Qué precio deberíamos fijar a tal
o cual producto?" o cientos de otras preguntas acerca de aspectos es-
pecíficos, lo más seguro es que no sabría las respuestas. Nadie es ca-
paz de saberlo todo.
Aprendí todo lo necesario sobre calidad y aprendí a trabajar como
consultor. Por lo tanto, cuando fundé Philip Crosby and Associates
pude hacer frente a los aspectos específicos que ello me implicó. Sin
embargo, si hubiésemos seguido algunos de los consejos que nos
ofrecieron, podríamos haber comprado un hotel o un restaurante. Y
de ser así, hubiese sido un error que yo me pusiera a elaborar los
menús o arreglar los cuartos. Yo puedo lograr que todo eso se haga
y determinar si el resultado final me gusta o no, pero no sé lo sufi-
ciente acerca del tejemaneje de esos negocios para hacer que tengan
éxito.
Esa es la razón por la cual muchos capitanes de empresa que
pudieron haber convertido sus compañías en grandes conglomerados
acabaron encallándolas en bancos de arena. En vez de buscar
ejecutivos que realmente entendieran cada uno de sus negocios,
darles instrucciones bien precisas y dejarlos dirigir sus operaciones
(como lo hacía Harold Geneen), la mayor parte de ellos trató de
hacerlo todo. En una era en que hasta los equipos deportivos tienen
especialistas para todo, debería ser obvio que el poderoso ejecutivo
"sabelotodo" ya está pasado de moda, y eso si es que alguna vez
realmente existió tal persona.
La verdadera razón de ser de los ejecutivos radica en el manejo
general de la organización y en la selección del trabajo que deben
llevar a cabo los gerentes. Deben crear un entorno que haga que las
personas se entreguen a fondo a su trabajo; deben establecer una vi-
Prefacio ix
los problemas que enfrentan los ejecutivos en todas partes. Si los go-
biernos pudiesen ponerse de acuerdo entre sí como lo hacen los
grandes capitanes de empresa, el mundo resolvería gran parte de sus
dificultades.
Deseo agradecer a mi esposa Peggy todo el apoyo que me ha brin-
dado en este libro. Insiste en que haga todo lo necesario para mante-
nerme en forma para así poder emprender todo lo demás. Es un estu-
pendo consejo de parte de una excelente ejecutiva.
PHIL CROSBY
Winter Park, Florida
Introducción
Autodeclaración del
"juramento de los ejecutivos"
Algo que no he podido olvidar, a pesar de los años que han pasado
desde entonces, es lo que aprendí cuando pertenecí a los Boy Scouts.
Esforzándome un poco, todavía puedo recordar la Promesa Scout y la
lista de características que todo Scout debe esforzarse por tener. De
joven me resultaron muy útiles porque representaban una declaración
muy precisa de lo que debía esforzarme por alcanzar. ¿Trivial? Qui-
zás. Pero se trataba de la primera declaración escrita, repetible y cla-
ra de principios personales con la que me enfrentaba. (En la vida de
cualquier niño, por lo general los adultos creen explicarle apropiada-
mente dichos principios, pero la verdad de las cosas es que nunca
pasan del nivel "no se habla con la boca llena".)
Cuando pienso en el liderazgo, se me ocurre que los líderes debe-
rían emplear una lista similar de aspiraciones deseables. Si vamos a
aprender a ser ejecutivos, mucho nos convendría analizar lo que po-
dríamos llamar las "características del liderazgo".
Los líderes auténticos son personas:
■ dispuestas a aprender
■ éticas
■ disponibles
■ decididas
■ enérgicas
■ confiables
8 Los tres principios del liderazgo
■ sensatas
■ modestas
■ apasionadas
■ agradables
Para tener una idea más clara del contenido de lo anterior, analice-
mos a fondo cada característica del liderazgo.
Un ejecutivo es ético
El mejor atributo de un líder consiste en mostrar una conducta ética en
cualquier circunstancia. Quienes así se comportan gozan de la con-
fianza y el respeto de los demás. Nunca se les solicita que emprendan
actividades sospechosas; normalmente se les pide que hagan lo que
gustan hacer. Quienes se la pasan pidiendo una lista de lo que es éti-
co y lo que no lo es, siempre acaban teniendo problemas de este tipo.
La conducta poco ética es conocida por los que la consideran como
tal. Este es un aspecto que requiere una política clara y una acción
igualmente clara en caso de incumplimiento de la política.
Un ejecutivo es decidido
La diferencia entre un atleta ganador y otro que normalmente llega
tras él no es la capacidad sino los deseos de triunfo: la decisicion. Los
subordinados establecen su propio nivel de decisicion con base en el
ejemplo de su líder. Una conducta indolente sólo dará lugar a resulta-
dos indolentes.
10 Los tres principios del liderazgo
Un ejecutivo es enérgico
La energía es palpable en los individuos serios. Quizás no la demues-
tren físicamente -como quienes no cesan de moverse- pero en algu-
na forma se les nota. Esto funciona como un generador de confianza
para los demás. El entusiasmo surge cuando una persona enérgica
trabaja en algo que considera muy interesante. Esto implica que un
líder no debe aceptar proyectos que no provoquen una sacudida has-
ta los niveles más bajos de su organización. El personal a cargo del
ejecutivo refleja directamente el nivel de energía que ven y que sien-
ten.
Un ejecutivo es confiable
Un desempeño ininterrumpido es la clave de la confiabilidad. ¿Aca-
so el líder olvida sus promesas, se deja llevar por las circunstancias,
cambia de rumbo a la mitad del camino? Aunque personalmente no
sea del todo predecible, ¿el ejecutivo sigue un patrón que permite a los
demás saber qué pueden esperar? Nada provoca más pronto la inefi-
ciencia de una organización que el tener que estar adivinando aquello
que puede agradar o desagradar al jefe. Es algo que cambia la concen-
tración de todos. Nadie tendrá el tiempo necesario para sacar adelante
el trabajo en puerta si ante todo es menester determinar cómo se
siente el jefe. Y el jefe que abusa de alguna sustancia -como del alco-
hol, de las drogas y hasta de la comida- exhibe una personalidad que
cambia de un minuto a otro. Yo tuve un jefe con quien era peligroso
hablar después de la comida. La confiabilidad es uno de los primeros
indicios de un ejecutivo maduro.
Un ejecutivo es sensato
En la película Bananas de Woody Alien, el presidente recién investi-
do de una república latinoamericana pronuncia un discurso en el que
anuncia que de ahora en adelante la ropa interior deberá usarse por
fuera y que el idioma oficial será el sueco. Esto diverge tanto de lo
razonable que todo el mundo está de acuerdo en que el presidente no
es sensato. Al convertirse en ejecutivos, hay quienes sienten que el
poder que les ha sido conferido los autoriza para dejar de tratar con la
realidad. Si bien estos ejecutivos no van a pedirnos que llevemos la
ropa interior por fuera, llevan a cabo acciones muy sutiles que, si bien
dan la impresión de ser empresariales, pueden erosionar la operación.
Enfoque ejecutivo 11
Un ejecutivo es modesto
Puesto que la mayor parte de los egoístas parecen haberse abierto
camino hasta el ámbito de los negocios, los modestos auténticos tie-
nen dificultades para que se les reconozca. Para los ejecutivos resul-
ta muy fácil llegar a la conclusión de que son el principio y el fin de
todo lo que acontece. Pueden desarrollar la idea de que ellos deben
pensar en todo y de que no se les aprecia como es debido. En conse-
cuencia, empiezan a dominar toda reunión y toda relación. Esto aca-
lla a los demás y refuerza la actitud de "soy-el-único-aquí-que-hace-
que-las-cosas-funcionen".
Las personas que desean dar la impresión de ser humildes, pero que
se niegan a que los demás dejen de reconocer sus logros, acuden a lo
que yo llamo "humildades". Se trata de frases cuidadosamente prepa-
radas que por fuera transmiten la idea de que el orador es un fracasa-
do o una víctima pero que dan a entender un mensaje más profundo de
superioridad. Algunas "humildades" podrían ser:
Un ejecutivo es apasionado
"Concentrado en el trabajo" es otra forma de decir apasionado, y lo
12 Los tres principios del liderazgo
Un ejecutivo es agradable
Los personajes más poderosos que he conocido siempre tienen tiem-
po para ser corteses y preocuparse por los demás. Saben que no tienen
que ser groseros para que los demás reconozcan su preeminencia. Dan
la bienvenida a las personas; se informan sobre sus familiares; escu-
chan. Los meseros los aprecian, y no precisamente por las propinas
que les dejan. Son bienvenidos en todas partes.
vir, los demás aceptaron sus ideas y su liderazgo. Por ser conocedor
y decidido, fue uno de los pocos que han logrado cambiar el curso de
la historia.
Eisenhower resultó eficaz tanto en tiempos de guerra como de paz
porque se concentró en el liderazgo y en la formación de un equipo
con metas comunes y recursos apropiados. Fue una persona con un
carácter muy fuerte que estableció relaciones muy sólidas y supo
tratar con personajes muy difíciles.
Roosevelt demostró tener muy buen ojo para seleccionar a las per-
sonas. Era capaz de escoger a la persona adecuada para cada puesto
y después proporcionarle su liderazgo inspirador.
Quienes ocupan la Dirección de las empresas están ahí porque son
los fundadores de las mismas o porque son ejecutivos profesionales
contratados para administrar su operación. Deben trabajar en un
mundo donde las vidas de las personas incluyen mucho más que el
negocio de la corporación. Los empleados no se encuentran en condi-
ciones de combate por lo cual de vez en cuando piensan en cosas aje-
nas a los intereses de la empresa. Pueden soñar despiertos en ciertos
momentos del día sin que por ello se expongan al fuego del enemigo.
El líder ha de aprender cómo mantener a todo el mundo entregado a
las tareas y las metas que permitirán el éxito de la corporación.
Otros siguen la misma línea: "Esta gente no acata las POGA" (prác-
ticas operativas generalmente aceptadas). En las situaciones de
POGA, bastaba con ofrecer calidad, precio y entregas similares a la
competencia. Servir a los clientes al máximo de nuestras capacidades
en nada se parece a las POGA. Normalmente los clientes pasaban por
todos los proveedores potenciales, cambiando de uno a otro cuando se
sentían engañados, pero volviendo finalmente a sus vendedores origi-
nales. Así, un Ford podía cambiarse por un Chevrolet y éste por un
Plymouth. Pero, pasados unos años, el cliente volvería a comprar un
Ford para iniciar un nuevo ciclo. Lo que provocó esta revolución de
parte de los clientes fue la eterna esperanza de comprar algo que fun-
cionara de acuerdo con lo que prometía la publicidad. Se habían can-
sado de sentirse decepcionados.
Todas las razones que se dieron para la pérdida de participación en
el mercado y la destrucción del tranquilo y predecible mundo de los
negocios de antes parecían girar en torno a las insuficiencias del per-
sonal, las restricciones a las operaciones, las injustas ventajas de la
competencia y la volubilidad del público consumidor. Sin embargo,
la verdadera razón de este desastre, así como del que amenaza a lo
lejos, está definitivamente en manos de los ejecutivos. Se han quema-
do las pestañas trabajando... en aspectos equivocados. No se han
tomado el tiempo para aprender su trabajo; nadie les enseñó la dife-
rencia entre un ejecutivo y un gerente.
De allí que cuando un gerente es promovido a un puesto ejecutivo,
sigue esperando que suene el teléfono, que llegue la correspondencia
o que el jefe le diga qué hacer. Centra su atención en los problemas o
en las situaciones que provienen del otro extremo de estas
comunicaciones, lo que implica que la compañía se administra con
20 Los tres principios del liderazgo
Un mandato ejecutivo:
establecer políticas
Los ejecutivos hacen que las cosas sucedan. Los gerentes dirigen esas
acciones. Si los ejecutivos delegan sus responsabilidades creativas en
sus subordinados, entonces los acontecimientos se basarán en las
necesidades locales y no en los objetivos corporativos. Esto implica
que los ejecutivos deben intervenir personalmente en la fijación de las
políticas.
Una política no es un viejo pedazo de papel amarillento escondido
entre las páginas de carpetas forradas de cuero que todo el mundo
exhibe en su librero. Una política es lo que la organización lleva a
cabo todo el tiempo. Si nada se establece formalmente, entonces todo
el mundo actuará por su cuenta, basándose en la experiencia del per-
sonal involucrado.
Veamos un ejemplo. Me gusta pagar mis cuentas en cuanto me lle-
gan los avisos de cobro. Durante mis años mozos, no siempre logra-
ba mantener constante mi diminuto flujo de efectivo. Pero con los
años y mucho esfuerzo sí conseguí mantener un buen índice de crédi-
to, lo que me permitió pedir dinero prestado cuando lo necesitaba para
poder conservar un buen crédito. Quizás otros puedan identificarse
con mi proceder. Hoy en día mi flujo de efectivo es mucho más hol-
gado.
Hace poco, mi esposa y yo decidimos que el pago oportuno de
nuestras cuentas personales nos quitaba mucho tiempo, además de re-
sultarnos una actividad muy aburrida. Por lo tanto fui al banco y pedí
que se encargaran de pagarlas por nosotros. Ahora recibimos las
cuentas, las rubricamos y las mandamos al banco para que las paguen.
Ellos giran los cheques, los mandan a los proveedores y a nosotros
nos llega un estado de cuenta mensual con todos los movimientos.
Nosotros depositamos dinero en la cuenta, les mandamos los avisos
de cobro y ellos se encargan del resto.
Sin embargo, apenas iniciado este procedimiento, empezamos a
recibir recordatorios atrasados de pago y hasta un par de llamadas
telefónicas con ese mismo propósito. Cuando fui al banco a reclamar-
les su proceder, me dijeron que no había razón para que pagaran an-
Enfoque ejecutivo 21
Un mandato ejecutivo:
cómo dominar una multitud de relaciones
La solución a los problemas de las relaciones no siempre es algo tan
directo y manejable. A menudo no nos damos cuenta ni de la cantidad
Relaciones 29
de cuentas. Se sabe de parejas que han vivido años sin hablarse, des-
pués de lo cual siguen vivas, aunque mudas. En cambio el mundo de
los negocios no goza de ese nivel de tolerancia. Una compañía hace lo
que se espera de ella o se la echa fuera del camino donde no podrá
sobrevivir por sí sola. A lo largo de esta línea no hay un plan previsto;
las cosas simplemente suceden. Ninguna compañía es una isla, como
dijo un poeta hablando de otro asunto. Las compañías difícilmente
pueden sobrevivir sin proveedores, clientes, empleados participativos
o fuentes de financiamiento. Los contactos con todas estas entidades
deben cultivarse, abonarse y valorarse, o se marchitarán y morirán.
Algunas veces es posible revivir los tallos atrofiados, pero nunca
volverán a florecer como antes.
Para tener una mejor idea del alcance que para nosotros tiene la
palabra "relaciones", veamos algunos ejemplos de las relaciones que
todo ejecutivo debe aceptar como dignas de su atención personal.
Internas
■ Los ejecutivos entre sí. ¿Están dispuestos a apoyarse entre sí con
sus acciones?
■ Los ejecutivos con los gerentes y los empleados. ¿Poseen la empa-
tia suficiente para comprender y ayudar a las personas a realizar su
trabajo? ¿Los escuchan? ¿Los ayudan a progresar? ¿Les permiten
hacer bien las cosas?
■ Los ejecutivos con sus subordinados. ¿Se respeta la lealtad? ¿Se
trata a los obreros con respeto? ¿Se les brinda capacitación?
■ Los gerentes con sus superiores. ¿Toman el tiempo necesario para
comprender los requisitos y contribuyen a su realización? ¿Son lea
les y serviciales?
■ Los gerentes con los novatos. ¿Muestran el interés suficiente para
asegurarse de que estas personas reciban el trato y la capacitación
adecuados? ¿Construyen un ambiente "familiar"?
■ Los empleados entre sí y con sus superiores. ¿Se esfuerzan por
ayudarse a cumplir los objetivos de la compañía? ¿Se interesan por
estar más preparados? ¿Confían en los directivos?
Externas
■ Clientes. ¿Sienten que conocemos sus necesidades y que tratamos
de satisfacerlas? ¿Cuentan con alguien con quien hablar? ¿Nos pa-
gan oportunamente?
34 Los tres principios del liderazgo
Familia
■ Esposa. ¿La esposa comprende los requisitos de la empresa y está de
acuerdo con la dedicación que implica? ¿Los beneficios son tan ob-
vios como los sacrificios?
■Hijos. ¿Saben a dónde va el ejecutivo? ¿Han estado allí alguna vez?
¿Reciben la atención personal suficiente, cuando menos los fines de
semana? ¿Se da una comunicación básica? ¿Se reúne toda la fami-
lia para comer juntos regularmente?
■ Otros miembros de la familia. ¿Efectúan contactos regulares?
■ Fe. ¿El ejecutivo lleva su familia a la iglesia? ¿La familia habla
abiertamente de temas religiosos? ¿Practican su religión?
Conclusión
El ejecutivo ha de ser asertivo y prudente en el manejo de la ecología
de su operación. Y para lograrlo debe estar enterado de lo que pasa en
ella y establecer relaciones en serio y a largo plazo. No hay organiza-
ción ni bosque que pueda crecer y prosperar con base en una serie de
medidas transitorias tendientes a resolver los problemas del momen-
to. A las personas les agrada saber dónde están paradas y qué está
pasando en el subsuelo.
3
Calidad
Un mandato ejecutivo:
borrón y cuenta nueva
Para empezar, el campo de operaciones debe limpiarse de cualesquie-
ra órdenes del día o intereses personales contradictorios. En el mundo
real, aunque resulte difícil creerlo, no todos están en favor de la cali-
dad. Algunas veces puede parecer una buena idea que todo esté en
desorden ya que ello representa una muy buena oportunidad para que
alguien se vuelva famoso reparando la casa. Hay personas que en rea-
lidad piensan así. Provocar el desorden y después recibir los honores
por arreglar las cosas sigue siendo una forma muy efectiva de salir
adelante, sobre todo cuando el grupo directivo sólo cuenta con unas
cuantas mediciones precisas y realistas.
Prevención
Segunda condición, toda acción debe orientarse hacia la prevención.
Cada persona debe conocer el contenido de su puesto y estar capacita-
do para desempeñarlo. Deben emplearse mediciones para determinar
la necesidad continua de mejoramiento y los recursos que se dedican
a ello. Los gerentes que aprenden a pensar en términos de prevención
deben ser premiados y reconocidos.
De cara a la realidad
Más tarde ese día, durante la reunión del Consejo de Administración
y mientras Harold presentaba su informe mensual, uno de los adminis-
tradores le pidió que explicara por qué la reserva de efectivo había
disminuido. (Las unidades no lucrativas para el cuidado de la salud no
hablan de utilidades sino de "reservas de efectivo".) En este caso, lo
que otras empresas llaman margen se estaba deteriorando. La opera-
ción seguía en números negros, pero cada vez le era más difícil lograr-
lo.
El encargado de las finanzas explicó al Consejo que el gobierno y las
compañías de seguros ahora pagaban menos que antes por cada pa-
ciente. Era necesario volverse más eficiente para reducir los costos de
operación. Al mismo tiempo, el personal médico se sentía muy preo-
cupado por las decisiones de los tribunales relativas a las prácticas
médicas negligentes que no sólo estaban provocando un aumento en
las pólizas de los seguros sino que los obligaban a realizar un trabajo
de diagnóstico más detallado.
"Así," dijo uno de los administradores, "mientras los ingresos dismi-
nuyen, los médicos ordenan más exámenes y otras pruebas para evitar
que los acusen de negligencia. Puesto que la mayor parte de los pacien-
tes se atienden bajo convenios de cuotas fijas, hemos de aprender a
atenderlos dentro de esos límites. ¿No es cierto?"
"Correcto," dijo el jefe del personal médico. "Se nos asigna una
determinada cantidad para tratar un padecimiento específico. Si todo
se hace como es debido y el padecimiento mejora, podemos salir
avante con ese monto. En cambio, si el paciente no responde como se
espera, o si alguien lleva a cabo algo innecesario, o si el médico actúa
con exceso de precaución, entonces todo el asunto presentará números
rojos."
42 Los tres principios del liderazgo
51
52 Los tres principios del liderazgo
deuda casual que traen aparejada las tarjetas de crédito. A veces hablan
de una casa, cuando el tema se trae desde el noviazgo. Pero cuando se
dan cuenta de que les es necesario hablar del asunto, casi siempre
acaban a gritos.
Cuentas por cobrar (CPC). Lo que nos deben los demás por los
productos o servicios que les hemos vendido. Muchas compañías
otorgan un descuento a los clientes que les pagan dentro de los prime-
ros 10 días. Normalmente, este descuento es menor que 5%, pero es
suficiente. Generalmente, las cuentas por cobrar se miden por los días
que toma cobrarlas. Se considera normal que el pago se realice dentro
de los primeros 30 días siguientes a la presentación de la factura.
Algunas compañías no prestan mucha atención a este punto y sus
cuentas por cobrar se alargan 90 y hasta 120 días, lo que puede dar
lugar a que nunca las cobren. Puesto que la vida no se detiene, la
mayoría de las compañías piden prestado para seguir operando mien-
tras sus clientes se deciden a pagar sus facturas. De ahí que una com-
Finanzas 59
pañía que gane 10% antes de impuestos podría estar pagando más que
eso si pide prestado. ¿Siente la atracción magnética?
Deuda. Palabra femenina de cinco letras mas no por ello amiga suya.
Una deuda a largo plazo, como una hipoteca sobre una propiedad cuyo
valor aumenta con el tiempo, no es demasiado mala. La clave está en
no meterse en una situación en la cual una caída en sus ingresos con-
vierta esa propiedad en una carga para usted. En épocas malas, resulta
muy difícil vender cualquier cosa.
Dividendos. Dinero que se paga a los accionistas con base en las uti-
lidades después de impuestos. Las utilidades siempre suscitan un
pleito entre quienes desean reinvertirlas y quienes prefieren distribuir-
las. La clave en este renglón es que los dividendos no son deducibles
de impuestos para la compañía y que el accionista debe pagar impues-
tos sobre ellos cuando los recibe. Por esta razón a los gobiernos les
agrada tanto que se paguen dividendos. Lo curioso es que en Estados
Unidos las empresas que poseen acciones de otras empresas no pagan
impuestos sobre los dividendos que reciben de ellas. Haga usted cál-
culos.
Gastos. Todo aquello que se paga. Cada año aumentan por sí solos a
menos que alguien haga algo al respecto. Aumenta el número de
empleados, aumentan los servicios, se planea más investigación, se
asignan proyectos, se ponen en ejecución planes de expansión y todo
cuesta más de lo planeado. Es aquí donde el grupo de ejecutivos se
gana su paga. Es difícil encontrar una compañía que haya ido a la
quiebra por mantener muy bajos sus gastos. En cambio, forman legio-
nes las que desaparecieron por no utilizar sus recursos en forma mesu-
rada. Los ejecutivos deben ser consistentes y no perder de vista el
propósito y la política de la corporación.
La mayor parte de los informes financieros se concentran para vigi-
Finanzas 61
Pero están en problemas sobre todo debido a que nunca tuvieron que
encarar este tipo de situaciones antes. Los gerentes simplemente
sumaban los costos, agregaban una utilidad y mandaban sus facturas
al cobro (al igual que AT&T antes de su desintegración). Ahora, de
pronto tienen que encarar las realidades -a veces algo injustas- de la
vida y deben salir adelante como el resto de nosotros. Podrían lograr
mejores resultados si dejaran de concentrarse en curar a las personas
y se dedicaran a ayudar a esas mismas personas a prevenir las enferme-
dades. Esa transformación quizás les tome tiempo. Por el momento, es
necesario que aprendan a manejar sus finanzas como lo exigen las
condiciones actuales y al mismo tiempo se preparen para el futuro.
Utilidad neta. Utilidad después del pago de todos los gastos, inclu-
yendo el impuesto sobre la renta; también llamada utilidad después de
impuestos.
Ilusiones
El cuerpo fornido y algo barrigón de Ed era tan grande que intimida-
ba. Empero, siempre hacía todo lo posible por parecer gentil y coope-
rador. Escuchaba con atención, se doblaba en cuatro para ayudar a los
demás y era una persona auténticamente humilde. Con toda razón se
le reconocía como un ejecutivo sumamente efectivo y se había abier-
to camino hasta el puesto de director ejecutivo de esa organización
enorme y opulenta. Como ya había pasado la barrera de los 60 años,
ahora dedicaba más tiempo a pensar en dejar la compañía y en dedicar-
se a una actividad adecuada en sus últimos años. En varias ocasiones
le habían ofrecido la oportunidad de ser profesor en diversas escuelas
de administración pero se había negado a participar en la vida acadé-
mica oficial que le parecía demasiado restrictiva. "Hay que ir a clases
todos los días", decía como excusa. En cierta forma, con eso dio una
negativa a ese régimen.
Por lo tanto, mientras atravesaba el estacionamiento al finalizar el
día, automáticamente repasaba el proceso mental que ya había recorri-
do antes: qué hacer cuando se jubilara, pero qué hacer realmente. No
deseaba dedicarse a un trabajo que sólo lo mantuviese ocupado, y tenía
pensado renunciar al Consejo de Administración de la compañía.
Tommie se iba a sorprender cuando se lo anunciara, pero no deseaba
mantener ese vínculo que le parecía poco útil. Le iba a resultar muy
difícil no involucrarse en los asuntos de la compañía y, después de
tantos años, ya era hora de que a los más jóvenes se les diese la opor-
tunidad de divertirse un poco.
Ser un ejecutivo era divertido. Cuando menos siempre lo había
considerado así. Por ejemplo, aquella época en que el gerente de la
fábrica de pan había declarado que ya no era posible reducir el desper-
dicio a un nivel más bajo. Entonces, Ed se había topado con un obre-
ro que tenía una idea para reducir drásticamente la cantidad de produc-
tos dañados. Cada dos días llegaba a la fábrica un criador de cerdos
que salía con su camión repleto de productos rotos o dañados. La
mayor parte de ese desperdicio se debía a que los paquetes se caían de
Un nuevo inicio 69
de esa distancia. Yo eliminaría todos los hoyos largos y sólo jugaría los
de 300 yardas o menos."
Miró a Ed y le preguntó, "¿Qué le parece mi estrategia?"
Ed suspiró.
"Mi experiencia", contestó, "es que tiro la misma cantidad de golpes
en cualquier campo, sea fácil o difícil. Siempre me las arreglo para
cometer diferentes faltas. La mejor parte de este juego es alrededor del
green. Para quien sabe 'chipear' y 'potear' lo demás es pan comido."
"Usted sí que sabe llegar al meollo del asunto", dijo Cari. "A noso-
tros nos gusta imaginar que pudiésemos cambiar los campos de golf
para facilitarnos las cosas. Usted habla de lo que sí lograría mejorar
nuestro juego, pero pocas veces nos preocupamos de eso. Todos lo
sabemos, pero no lo hacemos. ¿Por qué?"
"Eso me llega", dijo Ed. "Casi siempre, las personas saben lo que les
conviene y sin embargo se niegan a hacerlo. O hacen algo que saben
que les es nocivo."
"Como fumar", dijo Harriet, al encender un cigarrillo.
"O ingerir demasiadas calorías", añadió Cari que se llevaba una ba-
rra de chocolate a la boca.
Ed sonrió. "Me he dado cuenta de que las personas logran cambiar
sus costumbres cuando comprenden mejor el efecto de lo que hacen.
Yo dejé la cafeína cuando me di cuenta de que me ponía más nervio-
so. Sin embargo, todavía no logro convencerme de que dos horas de
práctica a la semana en el green mejorarían muchísimo mi juego."
Mientras el grupo se acercaba al segundo green, el cielo se estreme-
ció con un trueno y empezaron a caer las primeras gotas de lluvia.
Todos corrieron hacia un refugio cercano al que llegaron en el momen-
to en que se desataba tremendo aguacero.
"No creo que dure mucho", dijo uno de los golfistas. "En menos de
10 minutos habrá terminado."
Los cuatro se sentaron en silencio a contemplar cómo llovía. Estos
momentos parecen hechos para reflexionar, pensó Ed. No hay requi-
sitos que cumplir ni oportunidades de hacer otra cosa; no hay razón de
sentirse culpable por no hacer nada; el ambiente es agradable y la
compañía también. Era un buen momento para una charla intrascen-
dente o para soñar despierto.
"¿Es cierto que se va a jubilar?" preguntó Cari.
"¿Perdón?" dijo Ed.
"No quiero ser indiscreto, pero todo el mundo habla de ello. Nos
sentiríamos muy mal si dejara la compañía. Con usted es fácil hablar."
Los otros dos voltearon hacia Cari con cierta aprensión y después
hacia Ed, quien recuperó su compostura y hasta logró sonreír.
Un nuevo inicio 73
"Bueno, creo que a todos nos llega la hora algún día, Cari. He esta-
do pensando en ello últimamente. De hecho, todavía me queda algún
tiempo antes de que tenga que vaciar mi escritorio."
"¿Va a seguir jugando en la liga?" preguntó Walt. "Si hay alguna
regla que se lo impida, usted puede pedir que se cambie."
"¿Y ya sabe lo que va a hacer cuando se jubile?" preguntó Harriet.
"No te preocupes por eso, Harry", interrumpió Walt. "Te apuesto a
que ya lo tiene todo previsto. ¿No es cierto?"
A Ed le empezó a poner nervioso la plática, pero si quería formar
parte del grupo, lo mejor es que se convirtiera en parte del mismo. Por
lo tanto, siguió la conversación sin darle mayor importancia.
"De hecho, he estado pensando en el asunto, pero no he logrado
llegar a ninguna conclusión. Si tienen alguna sugerencia se las agrade-
cería. Desde ahora podemos decidir que lo más seguro es que no voy
a convertirme en jugador profesional de golf. Nunca he dejado de ser
gerente de uno u otro tipo. ¿Qué creen que debería hacer?"
El grupo se sintió algo desconcertado durante un momento y des-
pués empezó a pensar en el asunto con la seriedad de cualquier asigna-
ción.
"Yo creía que las personas de su nivel formaban parte de los conse-
jos de administración de varias compañías y así se mantenían activos
durante el tiempo que quisieran", dijo Harriet.
"A veces así es", asintió Ed. "Pero yo siempre he sido más activo
que eso. Los Consejos son buenos; pero cuando una compañía cuenta
con un Director General que sabe hacer las cosas, es poca la inter-
vención de los miembros del Consejo. Lo más que podría lograr es
mantenerme en contacto con todos ustedes."
"¿Y dar clases? ¿No podría enseñar a los demás a convertirse en eje-
cutivos? Le aseguro que no hay muchos. Es indudable que hay muchos
gerentes, algunos de ellos muy buenos, pero no hay muchos ejecuti-
vos", dijo Cari.
"¡Eso es!" secundó Walt. "Recuerdo que una vez usted habló sobre
la diferencia entre los gerentes y los ejecutivos. Usted sería muy bue-
no para eso. ¿No ha pensado en dar clases?"
"Ya me pidieron que diera clases en dos universidades, pero sigo
creyendo que no es lo que me conviene. La mayor parte de la orienta-
ción que he dado en todos estos años ha sido a personas que ya ocupan
cierto nivel jerárquico dentro de una compañía. Por ejemplo, si recuer-
dan, esa plática sobre la diferencia entre los gerentes y los ejecutivos
fue parte de un programa de capacitación sobre administración gene-
ral que la compañía dio después de las horas de oficina. Quienes asis-
tieron a él ya hablaban un mismo lenguaje en materia de negocios. En
74 Cinco variaciones sobre el tema de convertirse en líder
Resolución
A medida que esa idea fue echando raíces en la mente de Ed durante
las siguientes semanas, su juego de golf empeoró. Le resultaba difícil
concentrarse cuando en su cabeza giraban tantos planes y pensamien-
tos. Puesto que un swing de golf cuando mucho tomaba dos segundos,
era evidente que tendría que tomar una decisión sobre el asunto antes
de lograr cambio alguno.
Si pudiese trabajar con un pequeño grupo de personas, esas que tie-
nen la madera adecuada, podría mejorar sus probabilidades de éxito y
lograrlo en un tiempo razonable. Seis meses de "asesoría" sería un
lapso conveniente. Deberían acudir por sí mismos, con el apoyo de sus
compañías y pagar una cuota poco razonable. También tendrían que
seguir trabajando. Esa práctica los mantendría en contacto con el
mundo real. En vez de resolver historias de casos basadas en el pasa-
do, tratarían con todo aquello que estuviese sucediendo a su alrededor.
Los reuniría en sesiones de discusión y pasaría cierto tiempo con cada
uno de ellos.
La idea consistiría en acelerar su proceso de aprendizaje para que no
tuviesen que pasar 40 años y estar cerca de la jubilación antes de saber
cómo ser ejecutivos. Como era obvio, tendrían que estar dispuestos a
aprender y a trabajar en serio. Para empezar, recibiría a tres de ellos.
Había llegado el momento de hacer unas llamadas telefónicas.
6
La organización de
Kargston Associates
Tarde o temprano, todo sueño acaba por enfrentar la realidad. En el
caso de Ed, esto le sucedió cuando cayó en cuenta de que lo primero
que iba a necesitar para iniciar su aventura eran clientes que le propor-
cionaran tanto estudiantes como ingresos. Lo cual no sería un proble-
ma si lograba identificar personas sinceramente interesadas en la
necesidad de la preparación de los ejecutivos. En consecuencia, deci-
dió ofrecer una comida a varios conocidos suyos.
Tommie Thompson, Presidente de Estate, la compañía de Ed, insis-
tió en patrocinar la reunión después de que Ed le planteara su idea. La
compañía tenía por política jubilar a sus ejecutivos al cumplir 60 años,
y aun cuando el Consejo de Administración había hecho una excep-
ción en el caso de Ed permitiéndole quedarse uno o dos años más, éste
sentía que con ello sólo prolongaría lo inevitable. De todas formas,
aceptó seguir formando parte del Consejo durante dos años más des-
pués de separarse de la empresa.
Tommie siempre había apoyado los programas de desarrollo perso-
nal elaborados por Recursos Humanos. Pero en el fondo sentía que
quienes realmente tenían interés por capacitarse lo hacían por cuenta
propia y que los enfoques tradicionales para crear ejecutivos les ofre-
cían pocas esperanzas. Tommie se enorgullecía diciendo que no había
podido aprender gran cosa en la universidad por su falta de concentra-
ción y que se había visto obligado a educarse él solo. Dado que
Estate se había triplicado bajo la dirección de Tommie, era indudable
que había sido un buen autodidacta.
78 Cinco variaciones sobre el tema de convertirse en líder
Planteamiento
Cuando todo el mundo hubo ordenado su comida, Ed consideró que
era tiempo de comenzar. En el primer momento de silencio empezó a
hablar, agradeció la asistencia y planteó el propósito de la reunión.
"A todos nos gustaría encontrar alguien que hiciera lo correcto, en
el momento oportuno y por la razón correcta. Nos gustaría poder de-
legarles cada tarea con la confianza absoluta de que le impondrían ob-
jetivos comprensibles, de que dicha tarea, cualquiera que fuese, se lle-
varía a cabo sin contratiempos y de que conduciría al éxito y no a más
problemas. Nos gustaría encontrar personas que al mismo tiempo
supiesen innovar y ejecutar. ¿No es así?" preguntó Ed.
"En pocas palabras", dijo Andling. "Me gustaría contar con una
fuente constante de personal como ese; personas que pudiesen seguir
adelantando sin perder la perspectiva."
"¿Crees que se podría lograr la producción en masa de ese tipo de
personas, Ed?", pregunto Betty.
"¿Piensas construir una fábrica para ellos?" Sonrió al imaginar lo
dicho.
"Tendríamos que hacernos cargo de ellos desde los seis meses,
Betty", le contestó Ed. "Y no me quedan 35 años para invertir en tu
idea."
Wallace Smith no había dejado de observar a Ed desde que se sen-
tara. Era obvio que dudaba que la reunión se adaptara a sus planes.
"¿Cómo piensa concretar ese vivero de ejecutivos, señor Kargston?"
preguntó. "¿Cuánto tiempo tardaría en producirlos y cuántos podría
producir al año?"
Desarrollo de calificación
Ed meneó la cabeza y miró a los ojos de Smith.
"Pienso trabajar personalmente con cada uno de ellos lo más que
pueda, señor Smith. Mi idea consiste en recibir a los individuos que
ustedes seleccionen por sus innegables muestras de potencial, siempre
y cuando yo también los apruebe. Tendrán que ser muy brillantes;
listos más que intelectuales; deberán tener ambición y energía; y
deberán estar dispuestos a aprender.
"En lo que se refiere a resultados, pienso que me tomará unos seis
meses desde el momento en que acepten que yo me encargue de diri-
girlos por el camino correcto. Serán seis meses de intenso trabajo.
Seguirán desempeñando sus puestos y nunca dejaremos de hablar de
su trabajo. Durante ese periodo llevaremos a cabo varios talleres con
todos los estudiantes."
La organización de Kargston Associates 81
te resulta muy positivo. La administración del club hace que todo esto
suceda porque han definido lo que sus miembros desean. Dedican
mucho tiempo tras bambalinas a enseñar al personal a anticiparse a los
acontecimientos y a manejarlos sin aspavientos, a seleccionar los
menús y a afinar cada detalle.
"En una compañía, la administración crea el ambiente por la forma
en que actúa y dirige. Algunas compañías son lugares agradables para
trabajar, otras resultan caóticas. El punto es que todo se puede hacer
con un propósito. Gran parte del éxito de una operación depende de su
entorno gerencial. En la mayor parte de las empresas todo esto se da
por accidente."
Smith se interesó vivamente por el tema.
"¿Quiere decir que usted va enseñarles cómo establecer las cosas en
cierta forma específica?"
"No necesariamente. Mi labor habrá de consistir más bien en hacer-
les comprender que esto es algo que ellos deben enfrentar y provocar
para que suceda como debe ser. No existe un ambiente empresarial
estándar que se adapte a todas las compañías. Lo quiera o no, cada
ejecutivo crea un ambiente que tiene efectos reales sobre todo lo que
pasa a su alrededor."
"¿Qué otras cosas debe provocar un ejecutivo?" preguntó Betty.
"Bueno", dijo Ed, "necesitan una constancia de propósito si esperan
crear algo duradero. Si, por ejemplo, sólo se preocupan por sobrevivir,
nada de lo que hagan durará mucho tiempo. Es menester que establez-
can relaciones con su personal, con los clientes, con el gobierno, con
todo el mundo.
"Al decir finanzas, calidad y relaciones me refiero a la esencia del
trabajo de un ejecutivo. Los líderes más eficaces de la historia com-
prendieron este punto."
"¿A quiénes consideras grandes líderes de la historia, Ed?" pregun-
tó Tommie. "¿A quiénes nos darías como ejemplos?"
"¡Tenga cuidado, Ed!" le advirtió Wallace Smith. "He vivido tantos
años que conozco a casi todos los personajes de la historia."
Todos rieron.
"No se preocupe, Wallace; no voy a remontarme tanto", dijo Ed.
"Pero es una pregunta interesante. Permítanme recordar los nombres
de algunos líderes bien conocidos y darles mi opinión sobre su efec-
tividad.
"Abraham Lincoln llegó a la Presidencia en el peor momento para
el país y para él mismo. No era popular, la nación no se encontraba
preparada para esa situación y hasta su gabinete lo consideraba un in-
competente.
La organización de Kargston Associates 83
En marcha
Jim se encontraba listo para iniciar una acción ante la propuesta de
Ed.
84 Cinco variaciones sobre el tema de convertirse en líder
"¿Podías precisar lo que deseas que hagamos, Ed? Creo que lo que
nos has propuesto hoy podría resultar sumamente provechoso para
nuestras operaciones y, es más, para nosotros mismos. ¿Cómo piensas
echar a andar tu proyecto?"
"He redactado un breve memorándum en el que respondo a tu pre-
gunta y que les entregaré al terminar la reunión. Pero básicamente he
pensado que cada uno de ustedes nombre a uno o dos individuos. Me
entrevistaré con ellos y, si todo resulta mutuamente satisfactorio, for-
maremos el primer grupo de estudiantes. Para empezar, he previsto
una relación con una duración de seis meses.
"El grupo y yo determinaremos nuestro propio calendario y sistema.
Estoy seguro de que iremos estructurándolos más a medida que vaya-
mos aprendiendo cómo hacer las cosas. Si dentro de unos meses a
ustedes les satisfacen los resultados, podríamos formar otros grupos.
Considero que en los próximos tres años podría hacerme cargo de
entre seis y siete individuos para cada uno de ustedes.
"Para entonces espero haber establecido un sistema que haga menos
dependiente de mi participación personal el desarrollo de los ejecuti-
vos. En este momento no sé cómo me las voy a arreglar, pero ya ten-
go varias ideas al respecto.
"Por lo tanto, si les interesa, hagan favor de seleccionar a sus candi-
datos, díganles que me llamen y nos pondremos en marcha. Ya no
trabajo para Estate sino que he alquilado una pequeña oficina. Por el
momento mi empresa se llama Kargston Associates, Inc. Las facturas
para el programa están en los sobres. Si desean participar, sólo firmen
una por cada estudiante y mándenla a su departamento de finanzas. No
volverán a recibir otra más, cuando menos para este grupo. Creo que
un solo pago es lo mejor. Esa cantidad deberá servir para cubrir todo
lo que haga falta."
Ed hizo una pausa y miró a los presentes.
Wallace Smith extrajo un sobre del bolsillo de su saco y se lo
entregó a Ed.
"Aquí encontrará dos nombres y sus currículums. Son las personas
que me gustaría que asistieran a su curso. Una ya no es muy joven y la
otra no es muy vieja. Espero que en unos meses usted me diga a cuál
de los dos deberé nombrar presidente y mi sucesor. Le prometo dejar
que esa persona ocupe mi lugar si usted lo considera capaz."
Todo el mundo se quedó pasmado viendo a Smith.
"¡Vaya voto de confianza!" dijo Tommie. "En lo personal, creo que
es una idea fascinante."
"Me siento muy honrado, Wallace", dijo Ed. "Me mantendré en
contacto permanente con usted a este respecto. Me imagino que los
La organización de Kargston Associates 85
Ultimas dudas
Al abandonar el club todos juntos, Ed empezó a preocuparse por la
forma en que todo aquello acabaría. Una cosa era concebir una idea y
otra muy distinta convertirla en realidad. Ahora tenía que asegurarse
de que los individuos que escogiese como participantes tuviesen el
potencial para llegar más allá de lo que de ellos se esperaba. Nadie
conoce su verdadera valía; nadie sabe de antemano lo que es capaz de
alcanzar.
El propio Ed podía recordar una vez en que habría firmado un con-
trato de por vida como jefe de un departamento. En esa época, ese
puesto le parecía inalcanzable. Por lo tanto, no podía colocar un anun-
cio que dijera, "Venga al taller de Ed. Lo convertimos en Director
General o le devolvemos su dinero," De cualquier forma no era su
dinero; y, pensándolo bien, ni siquiera iban a participar por iniciativa
propia.
Eso podría ser un problema. Si los candidatos consideraban el cur-
so como una especie de rutina, una escuela de buenos modales empre-
sariales, quizás no darían su mejor esfuerzo. Tendría que imaginar
cómo podría haber tratado a Lincoln, Eisenhower o Churchill si se
hubiesen presentado ante su puerta como jóvenes ejecutivos en cier-
ne. Se sentía inseguro al pensar que tendría que tratar con individuos
de ese calibre.
Sabía que eran estudiantes perseverantes en constante búsqueda de
más información. Pero le resultaba difícil imaginarlos sentados en
círculo a sus pies, mientras él filosofaba sobre las incongruencias de
la administración de los activos. Las personas de esa categoría esco-
gen a sus profesores.
Tanto George Marshall como Franklin Roosevelt (FDR) fueron dos
personas que intuían el talento cuando lo veían. Ambos llevaban lis-
tas recopiladas al correr de los años de los individuos que poseían el
talento y la capacidad para ser líderes. Por eso Eisenhower ascendió de
mayor a general de dos estrellas en apenas dos años. De esas listas
salieron las personas que dirigieron el esfuerzo de guerra del país.
Pero FDR y Marshall también podían ofrecerles puestos de mando
ya que ellos mismos estaban a cargo de la operación. En cambio él no
tendría nada que ofrecer directamente, a no ser la información adqui-
rida con la experiencia y sus pensamientos. Las personas tendrían que
estar hambrientas de esa información. De nada serviría ponérselas
delante. Tendría que determinar cómo presentarse ante quienes iban a
ser sus estudiantes. Iba a tener que crear y después poner en ejecución
su sistema.
Pero, pensándolo bien, eso es lo que implica ser un ejecutivo.
7
Los participantes
Ed era un convencido de las tareas en casa, mas no en una cantidad
que provocara el aburrimiento, sino como algo que permitiese saber
lo que estaba sucediendo. Pidió los currículums de quienes le habían
sido recomendados para formar el primer grupo de su programa y los
había recibido junto con los comentarios de sus respectivos directo-
res generales y un análisis de personalidad, realizado por los distintos
departamentos de personal. No sabía que esas evaluaciones eran ru-
tinarias en esos niveles. Hasta su propia compañía, Estate, los hacía
(con lo cual decidió que uno de esos días iría a echar una ojeada a su
propio expediente).
A partir de esa información, Ed preparó una hoja de resumen para
su propio uso, ya que si bien no era de los que se dejaban influir por
los demás acerca de la valía de los individuos, sí era importante saber
cómo se llevaban con los demás esos futuros ejecutivos. A menudo
esa interacción era lo que mantenía encendida la llama del éxito.
Pocas veces nos vemos como nos ven los demás, una idea que Robert
Burns aplicara a la poesía hace unos años y que sigue siendo válida.
Si pudiésemos vernos en acción, quizás podríamos corregir muchos
de nuestros errores.
¿Lo haríamos? Ed recordó un experimento realizado por una clíni-
ca especializada en el tratamiento del alcoholismo. Grabaron en vi-
deotape a una pareja de alcohólicos totalmente borrachos y corportán-
dose de lo peor. Al día siguiente, mostraron la cinta a los infractores
quienes la vieron sin siquiera inmutarse. No lograban relacionarse
con lo que presenciaban. No lograban reconocer que los "actores"
88 Cinco variaciones sobre el tema de convertirse en líder
eran las personas que mejor conocían. Observar las acciones de las
que tanto se quejaban los demás no les provocaba reacción alguna. Ed
supuso que era como convencer a quienes roncan de que roncan.
Cuando están despiertos, no hacen ruido.
FAMILIA: Casado hace tres años. Esposa, Alicia, quien había que-
dado viuda con dos hijos. Alvin los adoptó. El y Alicia tienen
una hija de un año. Alvin no tiene más intereses que su fami-
lia y su trabajo. Expresa con orgullo que se considera fuera de
serie.
PERSONALIDAD: Muy brillante y alerta. Agradable pero firme en
el fondo.
COMENTARIOS DE su DIRECTOR GENERAL: Alvin promete. Es un
poco cerrado por el momento y se dedica sobre todo a las
compras.
NOTAS DE KARGSTON: NO estoy seguro de Alvin, pero ya vere-
mos.
Recorte final
Todas las entrevistas individuales transcurrieron sin contratiempos y
Ed escogió suficientes personas para formar un segundo grupo en
Los participantes 93
Primeras impresiones
Ed miró a sus cinco alumnos sentados alrededor de la mesa de confe-
rencias. Esa iba a ser, según lo acordado, su única sesión juntos. Des-
pués de eso Ed trabajaría en forma individual con cada uno de ellos. Ed
tenía pensado realizar más actividades en grupo, no obstante, durante
las entrevistas iniciales ninguno de ellos expresó mucho entusiasmo
por ese tipo de actividades. De cualquier forma, nunca se sabe de an-
temano lo que las personas pueden hacer cuando se ven involucradas
en cierta situación. Por el momento parecían llevarse bien entré sí. Las
reuniones iniciales siempre le recordaban a los perros girando uno en
torno al otro, observándose y oliéndose con precaución.
"Necesitamos sentar ciertas bases para nuestro edificio," dijo Ed.
"Por lo mismo, he anotado aquí cuatro puntos. Van a servirnos como
puntos de partida. Dudo que encontremos más. Si pudiésemos redac-
tar la descripción de puesto de un líder, sería algo como esto." 1.
Crea un entorno correcto, a propósito.
96 Cinco variaciones sobre el tema de convertirse en líder
El mundo de Nick:
Utilidades ante todo
VOZ DE FONDO: La escena muestra una sala de conferencias de la
Electronic División de Marlot. Allí se encuentra reunido el
equipo de un programa, responsable de desarrollar productos
electrónicos de consumo. El tema es la posible adquisición de
una pequeña compañía que fabrica un chip semiconductor
exclusivo. El nombre en clave de la compañía es Bravo.
GERENTE DEL PROGRAMA: Antes de proseguir con este trato deseo
que ingeniería nos confirme si la familia de chips Bravo es
exactamente lo que necesitamos. Y deseo una garantía por parte
de ustedes, jóvenes, de que esa compra nos va a permitir contar
con una ventaja comercial durante un par de años.
Introducción a la clase: "Una Tarde de cine" 99
El mundo de Elizabeth:
Escuela de Administración
"The Head-in-the-Sand"
VOZ DE FONDO: El escenario es una cafetería en pleno centro de
Chicago. Tres vendedores de Eastland sostienen su reunión
102 Cinco variaciones sobre el tema de convertirse en líder
semanal en el café.
EVELYN: ¡Vaya partida de asnos!
JIM: Deben haber creído que nos iniciamos en este negocio la se-
mana pasada o algo parecido. Todavía no entiendo cómo recu-
rrieron a esa vieja rutina de los pasos para una llamada de ven-
tas. Eso nos lo enseñaron hace quince años.
CAROL: Desde luego. Yo esperaba que nos informaran más sobre los
nuevos productos y nos enseñaran cómo ayudar a los clientes. Me
cuesta mucho trabajo mantenerme al corriente en esos aspectos.
JIM: Hay cambios muy rápidos. Asisto cada mes a una sesión ves-
pertina en casa de Harry. El se mantiene al tanto por medio de
unos amigos que tiene en el Departamento de Desarrollo y
que le dan la información sobre operaciones e instalación que
nosotros no logramos recibir de mercadotecnia.
EVELYN: ¿Por qué la gente de la corporación creerá que somos
unos auténticos ineptos en ventas? Nos tratan como si acabáse-
mos de entrar al negocio.
JIM: ¿Pensarán que quién ha estado vendiendo todo esto durante
los últimos años? ¿A dónde creerán que lo enviamos?
CAROL: Lo que más me gustó fue cuando ella nos pidió que hicié-
ramos una lista de nuestros problemas más graves y después
volteó la lista atribuyéndola a la "tradicional" depresión de los
vendedores al hacer sus llamadas de ventas.
JIM: Me da la impresión de que no sabe que cada llamada que ha-
cemos se programa tras una cita que concertamos con los clien-
tes potenciales en respuesta a sus solicitudes de atención. Ellos
nos invitan a pasar.
EVELYN: Nunca hemos tenido que humillarnos para que nos reci-
ban.
CAROL: Ni que rogarles para que nos concedan "un minuto".
EVELYN: ¿Cuándo han visto a alguien del grupo corporativo de
mercadotecnia en el campo? ¿A uno solo?
JIM: Elizabeth, la jefa suprema de mercadotecnia, sale al campo en
forma regular. Ella parece estar bastante enterada de lo que pasa
en el mercado; en cambio su gente no tiene la menor idea. Me
imagino que todo lo que saben lo sacan de libros y revistas.
CAROL: Como dijo Evelyn, '¡Son unos tontos!'
FIN
clase de cuentos de horror. Tratamos de hacer las cosas como debe ser,
pero ahora empiezo a preguntarme qué significa "como debe ser".
Cuando una orden se concibe y transmite con una idea en mente y se
lleva a cabo con otra muy diferente, entonces no me cabe duda de que
este asunto de ser un ejecutivo es más complicado de lo que me ima-
ginaba hasta ahora."
"Estoy de acuerdo contigo," dijo Anna. "Hasta ahora nunca me ha
sido muy difícil decir a mi gente qué hacer y después decidir si lo
hicieron bien o no. Pero me estoy dando cuenta de que me he compor-
tado más bien como una jefa de Guías Scout y no como una ejecutiva.
Se los he servido todo en bandeja de plata. Empiezo a creer que sé
menos de todo esto de lo que imaginaba."
"Todos ustedes tienen cuando menos un punto en común," les dijo
Ed. "Algo que tiene que ver con el alcance. Los líderes deben ser más
listos que el promedio de sus subordinados. Deben estar en condicio-
nes de captar las situaciones muy aprisa, de almacenar grandes canti-
dades de datos sin problema, de pensar a plazos más largos que los
demás y de poder transformar los pensamientos y las ideas en accio-
nes.
"Con todo, estas no son necesariamente las características de un
intelectual, y con frecuencia los líderes no tienen por qué caer en esa
clasificación. Pero deben ser conocedores, listos y decisivos. Todos
ustedes son listos; eso lo sé. El resto está por verse."
"Y ese 'resto' es todo un paquete, ¿o no, Ed?," preguntó Alvin. "Mi
jefe es capaz de ojear un informe de 30 páginas y descubrir los únicos
dos errores que contiene. Además de ser 'listo', eso me parece intui-
ción o algo similar."
"Es concentración aprendida," contestó Ed. "Por ejemplo, es posi-
ble recorrer un sendero familiar por en medio del bosque y nunca
prestar mucho cuidado a los peligros que entraña. Pero si tienen que
llevar a una media docena de lobatos con ustedes y cuidar de su segu-
ridad, entonces su subconsciente les irá recordando cada zona de pe-
ligro.
"Cuando nos llega un informe que otros habrán de leer con todo
cuidado, es posible descubrirle errores hasta en la portada."
"Creo que he acumulado suficiente valor para enfrentar mi video,
Ed," dijo Anna. "¿De qué trata?"
Ed sonrió.
"De sistemas, Anna. De sistemas."
106 Cinco variaciones sobre el tema de convertirse en líder
El mundo de Anna:
innovación a cualquier costo
VOZ DE FONDO: La escena se desarrolla en las oficinas de "tras-
tienda" de la sucursal del banco. Una empleada ha sido transfe-
rida de otra sucursal y su responsabilidad va a ser el manejo y
la distribución de la correspondencia en la sucursal. Alex, su
supervisor, es el encargado de instruirla.
ALEX: Tenemos un apartado postal. Guardamos la llave en este ca-
jón. Deberás ir a recoger la correspondencia varias veces al día.
HELEN: ¿Cómo voy y vengo?
ALEX: En auto. Sólo son tres cuadras.
HELEN: No tengo mi auto. Mi esposo me trae por las mañanas
cuando va a su trabajo y mi hermana me recoje por las tardes.
ALEX: Contamos con un auto del banco. Es esa camioneta blanca
que está ahí afuera. Mi secretaria tiene las llaves; la puedes
usar.
HELEN: ¿No podríamos pedir a la oficina de correos que nos la
traiga dos veces al día?
ALEX: No vacían los apartados postales para entregar su conteni-
do a domicilio.
HELEN: En la otra sucursal no teníamos apartado postal. Nostraían
cuatro o cinco sacos de cartas al día hasta la sucursal.
ALEX: Bueno, pues esa es la forma en que hacemos las cosas aquí.
Cada vez que traigas la correspondencia, deberás clasificarla
aquí y colocarla en estos casilleros.
HELEN: ¿Y cada quien viene a recoger su correspondencia?
ALEX: No. Tú tienes que repartirla. Todas las cartas que te den la
impresión de que traen dinero deberás entregarlas al jefe de
cajeros. Casi siempre las demás vienen dirigidas a alguien en
especial. Entrégaselas.
HELEN: De acuerdo. Pero aquí el sistema es diferente. He trabajado
en tres sucursales distintas. La matriz del banco autorizó mi
cambio cuando mi esposo y yo nos mudamos de casa, y el sis-
tema que aplican aquí es diferente al de las otras sucursales en
donde he estado.
ALEX: Es que nuestra gerente es una innovadora. Siempre está
buscando nuevas formas de hacer las cosas. Por eso es una de
las ejecutivas más jóvenes y prometedoras del banco. A los
altos jefes les gusta exhibirla ante los visitantes.
HELEN: ¡Qué bueno! Me agrada que se reconozca lo que hacen las
mujeres. Lo que quería decirte es que aquí el sistema implica
más trabajo y hay más posibilidades de confundir las cosas.
Introducción a la clase: "Una Tarde de cine" 107
"No estuvo tan mal, Anna," le dijo Harold. "Da la impresión de que
la nueva empleada tendrá que mojarse un poco los pies. No compren-
de tu sistema."
"Yo inventé ese sistema para la correspondencia," dijo Anna. "No
sabía que hubiese uno más eficiente. Nunca me preocupé por averi-
guarlo."
"¿Por qué crees que nadie te había dicho antes que era un proble-
ma?" le preguntó Nick.
"Quizás ellos tampoco sabían que había uno mejor," dijo Elizabeth.
Anna pensaba en ello. Ed esperó con calma.
"Un pensamiento me ha estado rondando la mente desde hace ya
algún tiempo. Cada vez me es más difícil conseguir comentarios ob-
jetivos sobre lo que hago. Las personas ya no me tratan como antes,"
dijo Anna.
"Es lo que yo llamo el 'síndrome de la mujer maravilla', comentó
Elizabeth.
"¿Qué nombre es ese?" preguntó Alvin. "¿Se supone que lo cono-
ces?"
"No creo," dijo Elizabeth. "Es creación mía. Pero es descriptivo."
Miró a Anna que asintió con la cabeza.
"Cuando una mujer, sobre todo una mujer joven como Anna, de-
muestra ser brillante y eficaz, los hombres tienden a mostrarse sor-
prendidos. Por lo tanto, se le presta más atención y se le atribuyen más
conocimientos de los que realmente tiene o podría tener," dijo Eliza-
beth.
Los hombres se pusieron de inmediato a debatir ese punto, pero
Elizabeth los hizo callar con un ademán.
"Déjame terminar tu argumento, Elizabeth," intervino Anna. "En
consecuencia, después de un tiempo ella se vuelve infalible, aunque no
lo sea. A ello se debe que siguieran usando mi sistema de correspon-
dencia: pensaron que yo debía saber algo que ellos desconocían."
"Siento desilusionarlas," dijo Nick, "pero lo mismo puede aplicar-
108 Cinco variaciones sobre el tema de convertirse en líder
El mundo de Harold:
La política del "Ad Hoc"
VOZ DE FONDO: Estamos en la reunión semanal del comité de
préstamos de Eastland Finance. Este grupo aprueba o rechaza
las solicitudes presentadas por las oficinas distritales. Normal-
mente, sólo le llegan las solicitudes de préstamos por más de
50000 dólares y de líneas de crédito superiores a 100 000 dó-
lares, y dejan los asuntos de montos menores en manos de los
gerentes locales. Los asistentes normalmente son el Director
Ejecutivo de Finanzas (DEF), el gerente de Crédito, el Vicepre-
sidente Ejecutivo, el Ejecutivo Regional y Harold. Este día Ha-
rold no pudo asistir.
Introducción a la clase: "Una Tarde de cine" 109
El mundo de Alvin:
el caos en calidad
VOZ DE FONDO: Cada trimestre, la corporación Estate sostiene con
sus proveedores una reunión de calidad a la que asisten los de-
legados de las compañías que le surten productos y servicios.
En esas reuniones se discute la situación de la calidad en Estate
y se insta a los proveedores a que planteen los problemas que
tienen con la entrega de sus productos o servicios. La reunión se
desarrolla bajo la coordinación del Director de Compras Adjun-
to y del representante de calidad.
COMPRAS: Puesto que hemos terminado con las presentaciones y
hemos presenciado la proyección de la película sobre calidad
de nuestro Presidente, pasemos ahora a las preguntas. Pueden
preguntar lo que deseen.
PROVEEDOR UNO: Nuestro personal me pidió que les planteara el
tema de las gráficas para el control estadístico del proceso.
Todas las semanas tenemos que mandarles las gráficas de
nuestra operación, pero nunca oímos nada al respecto. Nuestras
preguntas son: ¿Qué hacen con esas gráficas? y ¿Debemos
considerar que si no nos dicen nada al respecto es porque todo
está bien?
CALIDAD: Las analizamos todas y las comentamos. Si no han oído
nada de parte nuestra debe ser porque todo está bien con uste-
des. Como hemos estado recibiendo muchas de ellas, por el
momento nos hemos retrasado un poco.
PROVEEDOR DOS: ¿Alguna vez han recibido una gráfica que mues-
tre un proceso fuera de control?
CALIDAD: No que yo recuerde.
PROVEEDOR UNO: ¿Realmente creen que alguien les va a mandar
una gráfica que muestre que su operación está fuera de control?
CALIDAD: Lo dudo.
PROVEEDOR DOS: Entonces, ¿por qué insisten en que les mande-
mos esas gráficas? A todos nos cuesta dinero prepararlas y ana-
lizarlas y debemos hacerlas hasta en áreas donde normalmen-
te no se consideran útiles.
112 Cinco variaciones sobre el tema de convertirse en líder
Ed apagó la videograbadora.
"Después de eso las cosas se complican un poco," dijo.
"Se suponía que iba a ser una reunión cordial y provechosa," dijo
Alvin. "Ensayamos todas las presentaciones, contratamos a un consul-
tor, grabamos películas especiales y tratamos de hacer todo correcta-
mente."
"Esos dos amigos no parecían estar muy seguros de lo que debían
contestar," dijo Nick. "Los deben haber lapidado antes de que termi-
nara la reunión."
"Parece que se olvidaron del propósito de la reunión que, me imagi-
no, consistía en ayudar a los proveedores a mejorar sus relaciones con
Estate," señaló Elizabeth.
"Para eso era," dijo Alvin. "Pero pensándolo bien, nunca lo defini-
mos con claridad. Sólo lo supusimos."
Cierre
Hubo un largo silencio. Por fin, Nick tomó la palabra.
"Creo que deberíamos sostener otras reuniones de grupo como ésta,
aunque sea para saber que no somos los únicos que no comprendemos
el arte de convertirse en un ejecutivo. De cualquier forma, deseo ex-
presar que me siento mejor en todos sentidos."
Los demás mostraron su adhesión a los comentarios de Nick.
"De acuerdo," dijo Ed. "Las tendremos más adelante. Por el momen-
Introducción a la clase: "Una Tarde de cine" 113
¿Arrogante? ¿Yo?
"El asunto," dijo Ed, "es que la gente te considera arrogante y que
sólo pretendes interesarte en los demás. Que sea o no cierto es algo
que queda por determinar, pero así es como te ven."
Elizabeth se quedó callada durante un buen rato. Por fin, meneó la
cabeza y dijo:
"¿Arrogante? Me he desvivido por la compañía, y por ella y por mi
carrera he llegado a sacrificar parte de mi vida privada. He estudiado
y he trabajado. Me he preocupado por impulsar a mi gente para que
Elizabeth 119
mejore y ahora me sales con que soy arrogante. Y aunque así fuera,
¿qué tiene eso que ver con el hecho de ser un ejecutivo eficaz?
Siempre he pensado que la confianza en uno mismo es una ventaja."
Ed hizo una mueca y se arrellanó en el sillón.
"Un día, mi esposa me preguntó por qué había dejado de jugar golf
con Harry. Le pregunté si a ella le gustaría jugar con una persona que
hacía trampas en el score, que cambiaba de lugar su pelota cuando
caía entre las hierbas altas y que no dejaba de hablar cuando su opo-
nente estaba por tirar. A lo cual me contestó que no. 'Pues lo mismo
me dijo Harry,' le dije."
Elizabeth se rió y empezó a relajarse.
"¿Así es que yo soy el personaje malo de la película pero no logro
darme cuenta?" preguntó.
"Un poco," le contestó Ed. Pero vamos a analizar tu estilo. Es po-
sible que generes un efecto negativo aun cuando te esfuerces al máxi-
mo por lograr lo contrario.
"La arrogancia es una de las principales causas del fracaso de los
ejecutivos, y el egoismo puro y simple le pisa los talones. Sin embar-
go, la arrogancia es curable, mientras que el egotismo no lo es.
"Las personas que se hacen cargo de una compañía y la someten a
una reestructuración total para que parezca suya son como los grupos
de monos en los cuales el nuevo líder mata a todos los recién nacidos
para que no haya otro que no sea de los suyos.
"Venden todas las divisiones existentes, compran algunas nuevas,
inician un par de negocios nuevos y entonces se sienten a salvo. Sin
embargo, los grupos de monos sobreviven a esos exterminios, mien-
tras que las compañías no siempre lo logran.
"En tu caso, el comportamiento no es tan radical pero es del mismo
tipo. Llamaste a tu cliente, anunciaste el programa que todos deberían
seguir, diste las órdenes pertinentes a su director general, intrigaste a
sus espaldas y a todos los hiciste partícipes de tus apuestas en favor de
la inmortalidad.
"Aun cuando el propósito de tu visita pretendía fomentar las rela-
ciones, hiciste a un lado a la persona con la que normalmente tienen
tratos. Quizás piensen que el verdadero propósito de tu visita consis-
tió en acabar con tu propio ejecutivo de cuenta."
Doloroso despertar
Elizabeth se veía pálida y Ed temió que sufriera un desvanecimiento.
"Algunas veces me excedo," le dijo. "Quizás valdría la pena que
120 Cinco variaciones sobre el tema de convertirse en líder
Reparación de la cerca
Elizabeth se presentó en la oficina de Ernest Whalton, ejecutivo de
cuenta asignado a la Compañía Smeldon. Lo había llamado antes para
saber si tenía un momento libre porque quena hablar con él. Ernest se
levantó cuando la vio llegar y ambos se sentaron ante su mesa de jun-
tas. Se sentía un poco nerviosa por esta visita y por su reciente deter-
minación de ser ella misma. Después de algunas informalidades, Eli-
zabeth abordó el tema en cuestión.
"Deseo que hablemos de Smeldon y de nuestra relación con ellos
como clientes. Siento que no manejé mi visita a sus instalaciones de
la mejor manera posible y que quizás hasta te dejé mal parado ante
ellos. Por lo tanto, creo que podríamos elaborar un plan en el que te
pueda ayudar a poner las cosas en orden nuevamente. O, si lo prefie-
res, me retiro de todo este asunto."
"No, no vayas a hacer eso," dijo Ernest. "Me puedes ser de mucha
ayuda. Dan la impresión de haberse puesto en hibernación durante un
tiempo, pero creo que se están dando cuenta de que sólo se están ha-
ciendo más daño. Tengo una cita con ellos la semana próxima. ¿Te
gustaría acompañarme?"
"Me encantaría, pero deseo que sea parte de un plan bien pensado."
Y así lo hicieron. Elizabeth comprendió que tenía que utilizar esa
actividad como un laboratorio de pruebas para desarrollar un nuevo
"programa de orientación al cliente". Iba a ser necesario que tanto el
personal de Eastland como el cliente reconocieran que debían tener
una misma idea de lo que iba a ocurrir y de cómo habría de ocurrir.
En el pasado, la persona que llevaba a cabo el contacto inicial y
desarrollaba la estrategia desaparecía de la relación en cuanto el equi-
po de implantación entraba en acción. El resultado era que se hacía
caso omiso de gran parte del trabajo inicial y entonces surgían innu-
124 Cinco variaciones sobre el tema de convertirse en líder
¿Crees que nos conviene que esas personas se pasen el tiempo senta-
dos en las salas de espera de los clientes?"
"Estoy seguro de que podemos encontrar reemplazos sin muchos
problemas. Sólo es cuestión de buscarlos con ganas," dijo Stan.
"No pretendo llevar a cabo una reorganización," intervino
Elizabeth. "De nada nos sirve crear un problema más grande para
resolver una situación existente. Lo que estamos buscando es un mapa
de carreteras que ayude a todo el mundo a saber hacia dónde se dirige.
Si me permiten, creo que puedo aclararles las cosas, por lo menos eso
espero."
Elizabeth se puso a escribir en el rotafolios.
"En mi opinión, esta es la dirección que debemos seguir. Estas son
las fases de la relación con el cliente. Debemos desarrollar cada una
de ellas para saber quién va a hacer qué.
de las cosas que le había dicho Ed. Sonrió con seguridad ante el gru-
po y dijo: "Bueno, este es el camino que vamos a seguir. Voy a ir asig-
nando cada una de las fases de la lista a varios de ustedes; y cuando el
trabajo de base esté terminado, conjuntaremos toda la operación para
expresar los pormenores del caso. Stan, tú te vas a encargar de este
programa.
"Vamos a organizamos para ser más eficaces, pero sobre todo, te-
nemos que reducir a cero esa tasa de abandonos por parte de los clien-
tes. Les agradezco su asistencia."
Cuando volvió a su oficina, Elizabeth llamó por teléfono a Ed. Su
contestadora automática respondió pidiéndole que dejase su mensaje.
"Ed," le dejó grabado, "por fin comprendí la diferencia entre ser un
ejecutivo y ser un gerente."
10
Nick
en todo aquello que fuese a largo plazo en vista de la rapidez con que
estaba cambiando la tecnología. La idea fue que, aunque no sea nece-
sario, de todas formas ahora vamos a tener que reemplazar nuestros
equipos más a menudo. Al mismo tiempo, a todos los departamentos
funcionales se les pidió un recorte de entre 5 y 8% en sus presupues-
tos. Para nosotros ha sido una labor muy difícil, máxime que por otro
lado nos han aumentado los objetivos.'
" '¿Qué áreas fueron las más afectadas?' pregunté.
" 'No recuerdo muy bien,' me dijo. 'Los directores funcionales son
los responsables de decidir esas reducciones. En algunos casos tuvie-
ron que combinarse varias operaciones.'
" '¿Como en el caso de inspección de recibo de materiales?' Su
expresión cambió de inmediato.
" 'Tú no te andas por las ramas. Ahí parece que todo funciona muy
bien. Logramos eliminar la necesidad de un supervisor y un despacha-
dor.'
" 'Y me imagino que también un empleado de embarques, porque
por lo que vi ya no devuelven nada. ¿Alguien se ha puesto a calcular
lo que nos está costando la inspección de materiales que ahora debe
hacerse en el área de producción, además de la que supuestamente se
hace en recibo? Me imagino que ahí la nómina ha aumentado.'
" 'No es posible eliminar algo sin afectar a alguien más en otra par-
te. El camino ha sido una clara suposición de que todos nuestros
artículos estaban excedidos en precio y que debíamos reducirlos. Yo
no estoy de acuerdo con ellos, pero no tuve más remedio que acatar
sus órdenes lo mejor posible.'
" 'No te estoy echando la culpa de lo que está sucediendo. Debemos
reexaminar nuestra estrategia y definir a dónde queremos llegar. No
es necesario que gastemos un centavo más de lo necesario, pero sí de-
bemos asegurarnos de no comprometer nuestro futuro,' le respondí.
"Me despedí de él asegurándole nuevamente que consideraba que
estaba haciendo una buena labor en la fábrica y que nos volveríamos
a reunir muy pronto. Al conducir de vuelta a casa, comprendí que
debía hacer algo con nuestro entorno gerencial. Creo que sólo voy a
tener una oportunidad de enderezar las cosas y no me gustaría desper-
diciarla."
SOFTWARE ADAMS
(Cifras en miles de dólares)
Ingresos: $31625 Utilidad bruta: $3 285
Gastos: $28 340 Utilidad neta: $1905
Producto Ingresos Gastos Ut. bruta
Software normal $18 450 $15 129 $3 320
Software especial 2150 4 140 (1 990)
Capacitación de los clientes 6 785 5 225 1560
Consultorías 4 240 3 850 390
Sospechas confirmadas
"Los agentes del FBI llegarán en 30 minutos. ¿Por qué no nos relaja-
mos y tomamos un café?"
Apenas se habían sentado, cuando la voz de la secretaria se oyó por
el intercom.
152 Cinco variaciones sobre el tema de convertirse en líder
"La señorita Gilbert está en la línea. Le urge hablar con usted. ¿Le
digo que hable más tarde?"
Betty miró a sus visitantes.
"Helen, páseme la llamada a la extensión de la mesa de conferen-
cias."
Se sentó, contestó y estuvo escuchando durante unos momentos.
"¿Por qué no vienes a mi oficina ahora mismo, Allison?" le pregun-
tó. Anna y Ed Kargston están aquí conmigo y estarán muy interesados
en oír lo que tienes que decirme. Nos vemos en un minuto."
Betty colgó la bocina y se volvió hacia sus huéspedes.
"Allison me acaba de decir que un intruso está tratando de entrar al
sistema de cómputo. Sospecho que ya descubrió la investigación que
acabas de hacer, Anna. El cuarto de computadoras detectó que alguien
estaba intentando obtener información confidencial. ¿Podría lograrlo?"
"Sólo con mucha suerte," contestó Anna. "Tenemos docenas de
terminales solicitando información al mismo equipo central y al mis-
mo tiempo. Sería interesante saber cómo lograron identificarlo. Estoy
segura de que el personal de Sistemas de Información Gerencial nos lo
podría decir."
En ese momento entró Allison. Mujer alta y atractiva, se notaba que
las noticias que traía la habían trastornado. Respondió en forma auto-
mática a Ed cuando le fue presentado y apenas saludó a Anna con un
movimiento de la cabeza. Era obvio que dudaba en compartir sus
noticias con esas dos personas.
"No te preocupes, Allison," dijo Betty. "También Anna y Ed están
interesados en escuchar lo del intruso."
"Bueno, se trata de algo muy delicado. Podríamos sufrir graves
daños si alguien de fuera supiese nuestros códigos. Podría tergiversar
nuestras cuentas, extraer dinero cada vez que quisiera y hasta incluir-
se en la nómina. Vamos a tener que cambiarlos todos."
Betty le hizo un ademán para que se sentara.
"¿Cómo descubrió que alguien se estaba introduciendo en su siste-
ma de datos? ¿Suena alguna campana o algo por el estilo?" preguntó
Ed.
Allison volteó a verlo y empezó a relajarse un poco.
"No, no hay tal campana. Pero sí hay señales. Alguien acostumbra-
do a trabajar con una cuenta puede detectar un cambio mínimo en ella
aunque no logre explicarlo. Es como volver a casa y captar que hay
algo que no está en su lugar acostumbrado."
"¿Quién descubrió eso?" preguntó Anna.
"¿Perdón?" dijo Allison.
"¿Qué persona descubrió que alguien se estaba comiendo su sopa?
Anna 153
Por lo tanto, cada tres meses nos peleamos por cuestiones de em-
pleados y demás. Pero no tengo idea si la sucursal gana dinero en sus
transacciones. ¿Me pregunto si alguien lo sabrá?
"Me parece un buen tema para mi próxima investigación. Si logro
determinar de qué información disponemos por el momento, entonces
sabré lo que voy a necesitar." Se veía entusiasmada al solo pensar en ello.
"También podrías pensar en ello desde el otro extremo," le sugirió
Ed. "¿Quénecesitas para determinar cuán bien se hacen las cosas en forma
normal? ¿Qué datos se requieren? Haz una lista en este momento."
Anna estaba pasmada.
"Es que no sé gran cosa de contabilidad, si bien pienso tomar clases
el próximo verano. Ni siquiera comprendo bien los términos."
Ed movió la cabeza.
"No es tan complicado. Pero debes aprender algo acerca de todas las
acciones que se requieren para manejar un negocio. Betty, por ejem-
plo, nunca ha podido incorporar la computadora a su estilo gerencial
propio. Siempre le resulta como un pegoste y lo admite. Pero se ha
convertido en su debilidad. Admito que no hay nada que una compu-
tadora haga y que no pueda hacerse a mano. La diferencia está en el
tiempo y la capacidad. Nadie parece comprenderlo.
"Ahora veamos tus finanzas personales. ¿Sabes cuánto dinero ganas?"
Anna asintió.
"¿Y sabes de dónde viene?"
Anna volvió a asentir.
"¿Estás al tanto de tus obligaciones?"
"Sí. También sé cuántos son mis gastos. No tengo problemas con
mis finanzas personales. Como comprenderás, nunca me quedan
sobrantes y por eso mi cuenta de ahorros es bastante raquítica. Pero en
cuanto a entradas y salidas, siempre me las arreglo para equilibrarlas,"
declaró Anna.
"Muy bien," dijo Ed. "Ahora, apliquemos esa misma forma de
pensar a tu sucursal. ¿De dónde proviene el dinero?"
"Bueno," dijo Anna, "viene de los intereses que pagan los clientes
por el dinero que les prestamos; también de los honorarios por servi-
cio que cobramos a las cuentas de cheques y a otras cosas, como los
cheques de viajero. También cobramos honorarios por apertura de
hipotecas, pero esas operaciones casi siempre se realizan en la oficina
matriz."
"De acuerdo," asintió Ed. "Ya sabes bastante como para realizar un
esbozo de un estado de origen de recursos. Una plática con el contralor
te permitirá saber cuáles son los demás renglones de ingresos. Pero vas
a querer mantener una vigilancia en tiempo real sobre cada uno de ,
156 Cinco variaciones sobre el tema de convertirse en líder
"Todo el mundo sabe que significa que alguien quiere dinero y tie-
ne que pelear para conseguirlo. La gente les dice 'sapos', porque des-
pués de que los directivos terminan con ellas quedan tan maltratadas
que da pena verlas," dijo Tom.
"Tom, no creo que al señor Kargston le interesen nuestros chismes
internos," dijo Harold de mal humor. "Hilary, ¿podrías explicarnos en
qué consiste tu SAP?"
Con nerviosismo, Hilary puso ante los dos hombres sendas copias de
su solicitud.
"Se trata de remodelar el área de recibo de nuestra oficina del cen-
tro de Chicago. Como los dueños del edificio lo están renovando, nos
pidieron que participáramos remodelando nuestra entrada y el área de
recibo ya que se ven bastante mal. Esta SAP sólo requiere una inver-
sión de 2500 dólares durante este año y de 14 000 dólares durante el
primer trimestre del año entrante," dijo Hilary con una leve sonrisa de
esperanza.
"¿Y el dueño nos va a reducir la renta en esa proporción?" preguntó
Harold.
Hilary se sonrojó.
"No nos dijo nada al respecto, señor Clark," le contestó. "Me imagi-
no que como él se está gastando un par de millones de dólares en
mejorar el edificio, debe haber pensado que sus inquilinos podrían
hacer lo propio en la parte que les corresponde."
"Por lo tanto, nunca vamos a recuperar un centavo de esa inversión,
¿no es cierto?" declaró Harold sin levantar la vista del papel.
Hilary tartamudeó.
"No... me imagino que no. Pero como ya le dije, puesto que esa área
ya se ve vieja, tarde o temprano algo vamos a tener que hacer al respec-
to. En tal sentido, el comité ejecutivo consideró que era un buen
momento para llevar a cabo esa renovación," logró añadir.
Hubo un breve silencio.
"¿Me la llevo de vuelta?" preguntó Hilary.
Harold se la quedó viendo.
"En realidad, Hilary, me extraña que se hayan atrevido a mandarla.
El edificio es problema del dueño. Entiendo que se trata de una canti-
dad relativamente pequeña, pero no creo que sea el momento de sen-
tar un precedente con este caso. Tenemos docenas de oficinas en todo
el país. Si las multiplicamos por esa cantidad, la cifra resultante sería
enorme.
"Por lo tanto, voy a anotar aquí que queda rechazada y se la lleva de
vuelta a su jefe. Quizás se les ocurra otra forma de decorar el área de
recibo."
160 Cinco variaciones sobre el tema de convertirse en líder
Problemas en el paraíso
Ed se dejó ir para atrás en su sillón, se les quedó viendo y sacudió
negativamente la cabeza.
"Voy a decirles lo que voy a hacer. Aquí traigo mi chequera. Voy a
llenar un cheque de 1000 dólares a favor de la organización de caridad
que cada uno de ustedes prefiera si logran traerme a dos empleados
que no sean de nivel gerencial y que puedan repetirme esas tres carac-
terísticas culturales. Es más, les daré otro tanto si encuentran a alguien
que sepa lo bastante sobre la corporación para que nos dé una plática
de cinco minutos sobre ella."
Ed sacó su chequera y la abrió sobre la mesa.
"¿Quién es primero?" los retó.
"¿Estás diciendo que no conocemos nuestra propia cultura?" pre-
guntó Harold. "Creo que eso va más allá de tu experiencia, Ed. No
conoces a la compañía tan bien."
Harriet aprobó esas palabras con un movimiento de cabeza.
"No sé qué evidencia tenga, señor Kargston, y tampoco sé cuál es su
interés en este asunto, pero puedo asegurarle que esta compañía es
coherente."
"¿Cuentan con un programa de inducción? ¿Uno que informe al
personal de nuevo ingreso acerca de la compañía y sus características
culturales?" preguntó Ed.
"No uno formal," le contestó Harriet. "Pero dentro de las funciones
de los gerentes de cada área está la de poner al tanto de todo a los
empleados de recién ingreso."
"Sí," dijo Harold. "Sentimos que el mejor lugar para aprender es el
propio puesto para que tengan una idea real de la operación."
"Así es que de esa forma aprenden todos los aspectos maravillosos
de la vida de la compañía, dijo Ed. ¿Qué los ata a esta hermosa
familia? Acabo de vivir dos experiencias diferentes con Eastland y en
ninguna de ellas pude descubrir algo que me indicara que la adminis-
tración hace todo lo posible por comunicarse con los empleados o que
los empleados hacen todo lo posible por lograr el éxito de la compa-
ñía."
"Es una acusación muy grave," dijo Harold.
"Ustedes se toman el pelo solos, como tantas otras compañías.
Harold 163
"Espero que te guste esta oficina. Será tuya la semana que viene.
Además, tendrás el honor de enfrentarte a la prensa, a los analistas de
la bolsa y a los accionistas."
Harold estaba trastornado. No podía moverse. El Presidente le
sonrió.
"Ya te acostumbrarás, no te preocupes. Cuando te mandé a hablar
con Ed Kargston, fue para saber si sólo eras un contador demasiado
bien pagado o alguien a quien era posible convertir en un ejecutivo.
Por lo visto, te has convertido en esto último.
"Encontrarás que para ser un ejecutivo no es necesario poseer atri-
butos especiales. Es cuestión de decidir lo que debe hacerse y motivar
a los demás para que lo realicen. Por fortuna, puedes lograrlo de modo
que pongan manos a la obra con entusiasmo y sonriendo, pero de
cualquier manera tiene que llevarse a cabo.
"Mantendremos esto entre nosotros hasta la reunión del consejo." Se
levantó para despedirse de mano de un Harold que seguía pasmado y
al que condujo hasta la puerta de su oficina.
"Quizás en un principio se te ocurra dividir esta oficina en un par de
salas de conferencias para los demás y una oficinita para ti. No le ha-
gas ningún cambio antes de un año. Vas a descubrir que es un lugar
muy agradable para trabajar y, además, que siempre recuerda a las per-
sonas en dónde se encuentran," le dijo Wallace.
Harold regresó caminando a su oficina y se encerró en ella. Ya ante
su escritorio hizo una llamada telefónica.
"¿Ed?" preguntó. "No lo creerás, pero acabas de graduar a tu primer
estudiante. ¿Te gustaría hacerte cargo de un nuevo grupo de ellos?"
13
Alvin
GERENTE UNO: Hay una parte muy vieja. Otra tiene uso limitado
debido a las desviaciones. Otra está bien. Otra está obsoleta.
Aunque no cuento con los documentos de apoyo, yo diría que
25% de nuestros inventarios son inservibles.
ALVIN: ESO es mucho dinero y no habla muy bien de nuestra
organización. ¿Hay forma de confirmar esa cifra con datos
reales?
CALIDAD DOS: Los auditores internos han estando trabajando con
nosotros para extraer muestras de nuestro inventario. Pronto
estarán disponibles los resultados, pero apuesto que esa cifra
del 25% podría ser baja.
ALVIN: NO parece que tengamos una política uniforme en todo
esto.
AGENTE UNO: No es posible porque nuestros clientes se rehusan a
cooperar con nosotros.
GERENTE DOS: Este no es precisamente un campo en el que la co-
operación sea algo que salte de inmediato a la mente. Siempre
ha sido caótico debido a la falta de un plan a largo plazo. No sa-
bemos lo que vamos a comprar el mes entrante. Hay muchos ar-
tículos normales y estándares, pero casi todos ellos general-
mente son diferentes. Parecemos un taller de producción por
lotes.
ALVIN: Deseo agradecerles su presencia en esta reunión. Los
mantendré informados sobre lo que vaya a pasar. Les agradez-
co mucho que me hayan puesto al corriente de lo que está pa-
sando. Buenas tardes.
A: Gerenciasde Compras
DE: Alvin Austin
ASUNTO: Estrategia departamental
Alvin 177
Las políticas deben abarcar todas las bases y relacionarse con todas
las operaciones. Deben incorporar un pensamiento a nivel mundial,
sectorial y de todo el personal. 15
La mayor parte de las compañías... trabajan con más ahínco y con más
inteligencia pero no han emprendido las acciones agresivas y positi-
vas que darían por resultado un cambio cultural permanente. 17
Si los ejecutivos delegan sus responsabilidades creativas en sus subor-
dinados, entonces los acontecimientos se basarán en las necesidades
locales y no en los objetivos corporativos. 20
Una política no es un viejo pedazo de papel amarillento escondido
entre las páginas de carpetas forradas de cuero que todo el mundo
exhibe en su librero. Una política es lo que la organización lleva a
cabo todo el tiempo. Si nada se establece formalmente, entonces todo
el mundo actuará por su cuenta, basándose en la experiencia del per-
sonal involucrado. 20
La prevención debe convertirse en el orden del día. 21
Las relaciones son lo que une o desune el conjunto. A falta de ellas
nada de todo lo demás podrá llevarse a cabo. 21
A menos que alguien determine enfáticamente en qué consiste lo que
está correcto y lo que no lo está, los demás seguirán aplicando su jui-
cio, el cual inevitablemente se basa en prioridades diferentes. 22
Si las políticas que causaron el resurgimiento no se refuerzan y actua-
lizan constantemente, la cultura que dio lugar a la situación original se
presentará de nuevo. 23
La ecología de una organización es tan delicada y vulnerable como la
de un bosque. 25
El tono de las relaciones organizacionales lo establecen, directa
o indirectamente, los propios ejecutivos. Una administración irra-
cional puede acabar con un bosque, al igual que una dirección ade-
cuada puede hacerlo prosperar hermosamente. 25
Las organizaciones brillan o se apagan dependiendo de la forma en
que las personas se tratan unas a otras, de cómo trabajan en conjunto
y de cómo sus actividades se relacionan entre sí. 25-26
No es posible desatender las situaciones bajo la premisa de que habrán
de arreglarse por sí solas; eso normalmente nunca sucede. 26
A menudo no nos damos cuenta ni de la cantidad de personas con
quienes debemos tratar en nuestra vida diaria. 28-29
188 Cinco variaciones sobre el tema de convertirse en líder
En cuanto una persona con mayor poder que las demás entra a escena,
todas las demás se hacen a un lado. 122
Una organización es un cuerpo y cada una de sus partes debe nutrirse.
130
En una organización grande, basta con que seas medio listo y demues-
tres confianza en ti mismo para que logres casi cualquier cosa. Todos
piensan que sabes lo que haces. 136
No pidas permiso para hacer algo que se te ha ordenado hacer. Pero
no te tropieces contra alguien sólo porque se te atraviesa en el cami-
no. 137
La simple eliminación de lo que no se quiere o necesita ya de por sí es
rentable. 140
Los individuos con éxito casi siempre multiplican el éxito. 140
La única forma de crecer constantemente consiste en ser parte real de
cada economía. Luego es posible contar con clientes en todas partes.
140
La clave de un vida útil y satisfactoria, cuando menos en la parte que
los seres humanos estamos en condiciones de modificar, está en nues-
tro empeño en aprender y en seguir aprendiendo. 141
Para dirigir tienes que concentrarte o enfocarte en aquello que quieres
lograr. Y el líder o dirigente debe saber comunicar su mensaje a quie-
nes habrán de llevarlo a cabo. 144
El proceso para llegar al consenso puede procurar paz y tranquilidad,
pero raras veces genera innovación y entusiasmo. Normalmente, es-
tos dos elementos sólo se dan en los individuos. 144
El consenso debe emplearse para la fase de implantación y no para la
de determinación. 144
Las divergencias no surgen tanto al 'hacer las cosas', sino más bien
cuando se pretende establecer 'es que debe hacerse'. 145
El entorno laboral lo es todo. La cultura sólo es parte de él. Una cul-
tura puede verse superada y ahogada por un entorno negativo. La pro-
ductividad de los obreros y de los empleados puede herrumbrarse.
164
Es más difícil lograr que las cosas se hagan en una gran organización
porque todo ha de someterse a una evaluación del tipo '¿qué-efectos-
puede-causarme-esto?' 169
Pensamientos para recordar 193