Revolucion Francesa Resumen

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Revolución Francesa

El caso de la revolución francesa fue uno de los más diferenciados del británico, ya que se da de
forma más lenta, y fue una industrialización sin “revolución industrial”, es decir, sin una etapa
clara de despegue. Fue un proceso gradual, que inicio en la década del siglo XVIII, y en la que se
alternaron procesos de aceleración y desaceleración de crecimiento.
La industria comenzó a desarrollarse en el siglo xviii, pero se vio interrumpida por el estallido de la
Revolución Francesa (1789), y se reinició en 1815, luego de las guerras napoleónicas.
Se pueden observar dos oleadas de industrialización en el siglo XIX. la primera etapa se ubica en
tres 1815 y 1860. Durante esta primera etapa el crecimiento de la población se dio dentro de las
formas de producción tradicionales, con una mecanización reducida y un alto empleo de mano de
obra.
Durante la segunda etapa que se da entre 1860 y 1885, el ritmo de crecimiento económico y de la
industria fue más lento como consecuencia del agotamiento de los recursos de la primera
industrialización.
Durante la década de 1885 se dio una nueva etapa en la que se dio una segunda revolución
industrial, que fue más intensa, con una amplia difusión de las innovaciones, características de la
industria moderna.
A lo largo del siglo xix, la transformación de la estructura económica de Francia fue lenta, y la
agricultura siguió teniendo alta participación. Durante el siglo xix, la tasa de urbanización fue baja,
y a diferencia de Inglaterra y Alemania siguió teniendo un país predominantemente rural.
Economía de Francia: Francia era uno de los países más ricos de Europa. Durante el siglo xviii
Francia tuvo un crecimiento en las actividades protoindustrial.
 Se expandió la industria a domicilio, gracias al impulso de la demanda exterior y a la acción
de los comerciantes empresarios de las ciudades que contrataban mano de obra rural.
 El sector más importante era el de la industria textil, particularmente la lana, aunque en
las últimas décadas también empezó a expandirse el algodón (que adopto las innovaciones
provenientes de GB).
 Otros sectores destacados eran la minería del carbón y la metalurgia, en la que
predominaban las viejas técnicas
 En algunas ramas de la industria funcionaban protofabricas, que se expandieron en el siglo
xvii, y contribuyeron a la creación de grandes empresas para la producción de bienes de
lujo
Según el historiados Crouzet el desarrollo industrial francés se dio en un marco de industria
tradicional, mientras que el crecimiento de la producción de GB estuvo condicionado por las
innovaciones. También señalo que Gb no hubiera podido sostener la industria con los métodos
de producción tradicionales, mientras que, en Francia, la producción pudo satisfacer la
demanda sin que tuviera lugar un proceso de innovación generalizada.
El impacto de la revolución francesa:
Francia, entre 1789 y 1885, vivió en casi permanentes guerras, lo que ocasiono una disminución
del ritmo de crecimiento de la economía. El impacto de la revolución francesa sobre el proceso de
industrialización fue ambiguo. Desde el punto de vista económico tuvo efectos negativos (perdida
de su imperio colonial, mercados externos y de fuentes de abastecimientos, y también la
movilidad de la población x a guerra). En general, el proceso de innovación tecnológica se detuvo,
excepto el de la industria textil del algodón. El efecto fue aún más negativo en términos relativos,
ya que se amplió la brecha con Gran Bretaña.
Por otra parte, muchas de las reformas institucionales que se impulsaron durante la revolución
francesa y el imperio, beneficiaron en el largo plazo el desarrollo industrial. La nueva legislación
creo un marco favorable para el desarrollo de la iniciativa privada, consolidando derechos de
propiedad y suprimiendo los vestigios del régimen corporativo.
Otro de los aspectos positivos de esta etapa revolucionaria fue la política educativa, ya que se
crearon escuelas especializadas en materias científicas y en ingeniería, dedicadas a la formación de
profesionales y a la investigación.
La revolución industrial modifico profundamente la industria, aboliendo los derechos feudales y
consolidando un régimen de pequeñas y medianas propiedades, que constituyo uno de los rasgos
principales de la economía francesa. El sistema de propiedad de la tierra, explica la baja tasa de
urbanización de Francia a lo largo del siglo xix.
La industrialización en el siglo xix: el dualismo industrial francés.
La expresión “dualismo francés” se utiliza para caracterizar el desarrollo industrial de Francia en el
siglo xix, y refleja la complejidad que conllevo la evolución industrial, que no fue unilineal ni
univoca.
Este término hace referencia a la coexistencia de formas tradicionales y formas innovadoras de
producción industrial, de la industria manual y la industria mecanizada.
Hasta mediados del siglo XIX, la producción francesa se basó en la manufactura tradicional al igual
que en la nueva industria moderna. Las formas modernas de producción industrial se mantuvieron
durante gran parte de este siglo, siendo excepcionales, localizadas en algunas regiones, y en
algunas ramas de actividad, como el carbón y la siderurgia (en gran medida), y otras como la
industria metalúrgica, la química y la del vidrio (menor medida). Estos sectores tenían las tasas de
crecimiento más elevadas.
Hacia 1860 eran mayor los establecimientos industriales en Francia que utilizaban energía
hidráulica, mientras que los que utilizaban energía a vapor eran una pequeña proporción vapor
(esta se empleaba para la navegación y los ferrocarriles).
La industria se caracterizó por su mano de obra intensiva, y la introducción de nuevas técnicas no
fue muy característica de ella en el siglo XIX.
La mano de obra empleada vivía en el campo y trabajaba a domicilio. Uno de los sectores con
mayor interés fue el de la seda, producto con mayor exportación de Francia en el s xix. la región de
Lyon era la de mayor producción. La producción de esta seda siguió haciéndose con métodos
tradicionales.
El ritmo de expansión de la economía francesa se desacelero (1860 a 1880), que declino la tasa
crecimiento de la renta nacional y de las producciones industriales. Esto fue producto de la crisis
de la agricultura y al agotamiento del modelo de industrialización que comento a revelar sus
insuficiencias (falta de acometividad).
Como respuesta a esto, la industria se modernizo, y a partir de 1880 se aceleró la inversión en
equipos. Se difundió el uso de la maquina a vapor, las industrias tradicionales se mecanizaron.
También se desarrollaron la industria de la metalúrgica, y la química, y aparecieron nuevas
industrias (hidroelectricidad, construcción de autos y material fotográfico). Durante esta etapa se
incrementó la financiación bancaria de las inversiones industriales y creció el número de
asociaciones anónimas, favorecidas por una reforma de legislación. Durante este periodo también
se asociaron grandes empresas que dieron nacimiento a grupos económicos de gran magnitud.
El desarrollo industrial durante las últimas décadas del siglo xix fue generando loa transformación
económica de esta, reduciendo el predominio de la agricultura. El sector primario (1914) todavía
era el mayor sector en términos de empleo (40% de la población activa), pero ya no era el primero
en su contribución al producto nacional.
en su contribución al producto nacional.
Los sectores de la actividad industrial:
Francia fue uno de los países que tuvo menor dotación de los recursos naturales, no tuvo
abundancia de ellos en comparación de GB, Alemania y Bélgica.
Esto explica algunas características de la industrialización francesa, como la lenta difusión de la
máquina de vapor y el papel menos protagónico que tuvieron las industrias del hierro y del
carbón. Una parte significativa del carbón se cubría importando desde Bélgica.
Durante la segunda mitad del siglo xix, con la utilización de la tecnología, la cuenca carbonífera
noroccidental jugo un papel importante en la fase de industrialización francesa. En 1913 producía
dos tercios de la producción total de país.
La producción de hierro en el área noroccidental también era menor en comparación con Bélgica.
La protección aduanera favoreció la industria siderurgia, desde 1820, con aporte de técnicos
belgas e ingleses y la utilización de los nuevos métodos de producción. En 1835, los
departamentos del noroeste tenían casi la mitad del total de máquinas de producción de Francia.
El valle de Loira fue otra gran área de producción de carbón de muy alta calidad, esto favoreció la
temprana modernización de la industria siderurgia y mecánica.
La industria textil fue una de las que más se expandió en el siglo xix, en ella se combinaron técnicas
viejas y nuevas de producción. El sector que más se modernizo fue el del algodón, sus principales
centros de producción se encontraban en el noreste y en Alsacia, esta región, fue una de las más
dinámicas de la economía francesa, gracias a la abundancia de energía hidráulica.
La industria del hilado se mecanizo rápidamente en la década de 1880. El algodón impulso el
desarrollo de otros sectores como la industria química y maquinaria (maquinaria textil como otros
productos maquinaros, como locomotoras). A mediados del siglo xix, Alsacia comprendía la
producción siderurgia, textil, de azúcar y otros productos para la exportación. Era un centro
secundario para la difusión de la tecnología británica hacia otras áreas.
En la industria de la lana fue mayor la persistencia de los métodos de producción tradicionales. El
hilado comenzó a mecanizarse desde 1820, y el telar mecanizo comendo a utilizarse en la década
de 1840, pero su difusión fue muy lenta. Otro sector destacado de la industria textil era la seda,
cuyo centro de producción era Lyon, esta dominaba el mercado mundial de la seda. También la
producción de ella se llevaba a cabo mediante la combinación de métodos de producción
tradicionales y modernos.

Las empresas y los empresarios:


Diversos autores han atribuido la lenta difusión de la industria moderna en Francia tanto a las
características de la sociedad francesa como a la presunta falta de espíritu innovador por parte de
los empresarios.
Esta difusión fue difundida en los años cincuenta y sesenta, a partir de las obras de dos
historiadores norteamericanos, John Sawyer y David Landes.
Sawyer creía que los rasgos tradicionales de la sociedad francesa, de la etapa pre revolución,
habrían obstaculizado el proceso de innovación y la toma de riesgos por parte de los empresarios.
Landes creía que los empresarios franceses eran conservadores y hostiles a lo nuevo, por lo que
habrían hecho estén pocos dispuestos a aceptar la innovación. Esto habría causado que las
empresas fueran pequeñas y familiares, que no se modernizaran y sean poco competitivas.
La imagen de los empresarios como poco innovadores persistió por mucho tiempo. En la
actualidad se cree que el tema de la dimensión y estructura de las empresas fueron un signo de
atraso relativo frente a otros países.
El caso de los empresarios, es uno de los temas más criticados en el modelo francés, ya que estos
adoptaron las innovaciones características de la industria moderna a un ritmo más lento. Por ello
se la pinta de empresarios arcaicos, que seguían utilizando los métodos de producción
tradicionales (como la industria a domicilio, y cuyas empresas eran de dimensiones reducidas).
Aunque en la industria francesa de la primera mitad del siglo xix, no siempre la opción más
racional era la modernización tecnológica. Los métodos de producción tradicionales presentaban
una serie de ventajas, ya que el sistema funcionaba con mínimos costos y con los menores riesgos.
El capital fijo era reducido, la fuerza hidráulica era más barata, y la utilización de reservas de mano
de obra costaba menos que maquinaria.
Desde esta perspectiva los empresarios son percibidos como racionales, que se adaptan a las
condiciones de mercado, y sacan ventajas combinando lo viejo con lo nuevo.
En el caso de las empresas, el argumento que se utiliza para explicar el atraso es que a comienzos
del siglo xx la dimensión promedio de las firmas francesas era menor que en la de otros países
industrializados. El desarrollo de la empresa moderna, gerencial y descentralizada, fue lento. Las
empresas familiares siguieron siendo predominantes, y hasta 1870 se crearon muy pocas
sociedades anónimas.
Algunos historiadores atribuyen esta falta de iniciativa a los empresarios otros, en cambio,
remarcan que ellas respondían en gran medida a las condiciones del mercado, en la que la
demanda de los productos industriales era más reducida en otros países desarrollados y el nivel de
urbanización era más bajo, lo cual reducía las posibilidades de desarrollar una producción a gran
escala.

El debate sobre el modelo de industrialización francesa:


Uno de los principales focos a los que se hace referencia cuando hablamos del retraso de Francia
en cuanto a la industrialización es hacia los empresarios. Aunque a esta perspectiva han
contribuido en gran medida los estudios sobre las tasas de crecimiento de la economía francesa en
el siglo xix, y la comparación con otros países.
El producto nacional francés creció más lentamente que el de otros países occidentales, pero la
población francesa también creció en una tasa menor que estos. En consecuencia, el producto per
cápita se expandió a un ritmo que no fue inferior al de los países de industrialización más exitosa
(el ingreso per cápita de GB era un tercio mayor que el de Francia).
Al hablar de la economía francesa en conjunto, debemos tener en cuenta que Francia se
autoabastecía de productos agrícolas, e incluso exportaba una parte de la producción. Este rasgo
lo diferencio notablemente de GB y Bélgica.
Otra de las características relevantes de la historia de Francia es que tuvo un lento crecimiento de
población en los últimos siglos. Desde fines del siglo xviii se difundió, antes que, en otros países, el
control de natalidad.
Mientras que en otros países la población creció a tasas muy elevada (siglo xix), la población de
Francia tuvo un comportamiento diverso. Francia no fue un país de emigración masiva, sino que
recibió inmigrantes europeas.
En lo relativo al crecimiento de la producción industrial, historiadores han estudiado en forma
comprada a Francia e Inglaterra, llegando a la conclusión de que a lo largo del siglo xix la industria
francesa no estuvo retrasada con respecto a la inglesa. Estos historiadores hacen hincapié en las
diferencias sectoriales, sosteniendo que la industria francesa fue competitiva al concentrarse en
actividades en las que tenía ventaja relativa, y que, a pesar de su menor difusión de la innovación
tecnológica, la productividad de la industria francesa no fue inferior a la de GB.
Los historiadores también señalan que los costos sociales del proceso de industrialización es un
punto crucial. En principal señalan que la población francesa del siglo xix tuvo una calidad de vida
superior a la inglesa, sobre todo porque el sistema de propiedad privada fue más igualitario en
Francia, favoreciendo la existencia de la pequeña propiedad rural y manteniendo por mucho más
tiempo a la población en el campo.

Otro punto crucial es su exposición, que tanto el crecimiento económico como el cambio
estructural no son fines en sí mismo, sino instrumentos para promover el bienestar social,
elevando los niveles de consumo, y la calidad de vida. En función de esto sostiene que el desarrollo
francés puede ser considerado una transición más humana, y tal vez no menos eficaz, hacia la
sociedad industrial.

Landes por otra parte opina que la interpretación de estos historiadores es provocadora, y que, en
la comparación de GB y Francia, ignoran temas que son más centrales para él, como la importancia
del cambio tecnológico y la transformación estructural de la economía.

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