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Comunicación, lenguaje y pedagogía: una

mirada desde las mediaciones 1

Communication, language and pedagogy: a view from


the mediations

Tomás Vásquez Arrieta 2

Resumen
El presente trabajo se propone exponer, de modo general, el concepto de mediación y su im-
portancia para la comprensión de la comunicación y el lenguaje y su importancia en la práctica
pedagógica. En un primer momento se presenta una breve semblanza histórica del concepto
de mediación en la tradición filosófica. Posteriormente, se presentan algunas consideraciones
de la mediación en el marco de la problemática de la comunicación y del lenguaje desde la
propuesta fenomenológica de Merleau–Ponty. Finalmente, se relaciona la reflexión anterior
con algunas consideraciones sobre el campo de la pedagogía.

Palabras clave
Comunicación, lenguaje, mediaciones, pedagogía,

Abstract
This paper presents, in a general way, the concept of mediation and its importance for the
comprehension of communication and language, as well as its importance in the pedagogical
context. First, there is a short historical description about the concept of mediation in the
philosophy tradition. After, some considerations of mediation from the point of view of com-
munication and language and the phenomenological proposal of language of Merleau–Ponty
are presented. Finally, the relationship between the reflections made and some considerations
about the pedagogical field are shown.

Keywords
Communication, language, mediations, pedagogy.

1 Artículo recibido el 12 de marzo de 2008 y aprobado el 28 de abril de 2009.


El presente texto es resultado de unas reflexiones en el marco del seminario “Problemática del sentido
y pedagogía del lenguaje”, ofrecido por la Universidad Pedagógica Nacional y dirigido por el profesor
Alfonso Cárdenas, correspondiente al Doctorado Interinstitucional en Educación.

2 Filósofo, Magíster en Sociología de la Educación y estudiante de Doctorado en Educación. Profesor de


la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Correo electrónico: [email protected]

Folios • Segunda época • N. o 29 • Primer semestre de 2009 • pp. 27-36 27


Universidad Pedagógica Nacional

El concepto de mediación y sus raíces Ahora bien, la mediación es la realidad efectiva


filosóficas del devenir en cuanto que opone, disgrega y reúne,
El concepto de mediación, unas veces asociado especifica y actualiza lo que sólo era en–sí (uno).
directamente con medios y otras empleado en el Como principio ontológico, la mediación es el
discurso del ámbito de la resolución de conflictos, momento en que el ser, oponiéndose a sí mismo,
proviene, a nivel histórico, de la filosofía, concreta- se piensa y, desde este pensamiento, vuelve sobre sí
mente del pensamiento hegeliano del que toma las enriquecido con un conocimiento propio, que es la
connotaciones de las que se carga hoy en el campo inmediatez relativa de la que surgirá nuevamente la
del pensamiento social, es decir, de ser una categoría oposición. La mediación es el acto mismo por el que
relacional. el pensamiento y la cosa pensada realizan su identi-
Ya empleado en la lógica, específicamente en dad en el conocimiento del ser por sí. La filosofía del
los silogismos aristotélicos, para identificar el espíritu, la fenomenología, la lógica, mantienen este
término que une la premisa mayor con la premisa principio, y extiende su uso a la comprensión de la
menor (término medio), el concepto de mediación cultura y sus manifestaciones comunicativas.
adquiere en la filosofía moderna, con Hegel, un La otra vertiente filosófica para la que la me-
valor filosófico distinto, aunque siempre como diación es un concepto clave, en tanto contribuye
recurso de la reflexión para buscar comprender las a la descripción y comprensión de las complejas
complicadas relaciones del hombre con la realidad, relaciones de los sujetos entre sí y entre estos y su
tanto ideal como material. Para algunos, podría mundo inmediato, es la fenomenología francesa,
haber sido la Lógica de Aristóteles, a partir de una en particular, la representada por Merleau–Ponty,
relectura del término medio, la fuente de la idea de quién propone la percepción como el elemento ar-
mediación en Hegel (Sánchez López, 1985). Para el ticulador de la mediación. Para Merleau–Ponty, en
filósofo alemán, la mediación tiene que ver con el el acto mismo de la percepción de la realidad nos
movimiento del sujeto en su permanente camino, relacionamos desde nuestra experiencia subjetiva
en su desenvolvimiento, hacia su constitución como como totalidad de sentido. De allí que no podríamos
tal. En este sentido, ella es la esencia de todas las captar la unidad del objeto sin la mediación de la
manifestaciones. De allí que la mediación3 –dirá experiencia corpórea. Esta experiencia compromete
Hegel– se mueve con uno mismo. Puesto que no a fondo el lenguaje en cuanto el hombre se sirve
cabe concebir un comienzo absoluto, nada se da de él:
inmediatamente que no haya devenido. En palabras [...] Para establecer una relación viva consigo
del filósofo español Valls Plana (1971, p. 43): mismo o con sus semejantes, el lenguaje no es
El motor que da vida al concepto se llama me- ya un instrumento, es una manifestación, una
diación; despliega al sujeto y lo hace devenir pre- revelación del ser íntimo y del vínculo psíquico
dicado u objeto. La mediación es lo que permite que nos une al mundo y a nuestros semejantes
oponer el concepto hegeliano y su subjetividad (Merleau–Ponty, 1975, p. 213).
a la substancialidad inmóvil y a la simplicidad
inerte. Gracias a la mediación posee el concepto
Es decir, se trata de una mediación.
hegeliano el movimiento.
Es, sobre todo, con los aportes de los filósofos
arriba señalados que el concepto de mediación entra
en los campos de la comunicación y de la cultura en
los que ha tenido un amplio desarrollo y difusión
3 El concepto de mediación se encuentra diseminado en la obra de académica en las últimas décadas, aportando a las
Hegel e inunda su discurso, pero son la Fenomenología del espíritu reflexiones e investigaciones que en este terreno se
y la Lógica las obras en las que más se ha empleado, aunque no se
encuentra una elaboración conceptual de esta categoría que so- vienen llevando a cabo hoy, sobre todo, en el ámbito
porta buena parte de la arquitectura del pensamiento hegeliano. latinoamericano.

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Las mediaciones de los medios ciables en la representación que los medios masivos
En la década del setenta, el teórico social español hacen para que el acontecer diario se vuelva de
Manuel Martín Serrano (1987) plantea por primera dominio público.
vez su propuesta epistemológica para las ciencias No obstante, Martín Serrano observa que las
sociales de lo que se dio en llamar la mediación tareas que los medios de comunicación desarrollan
social. Su objetivo no era otro que, desde una teoría para producir representaciones del acontecer están
social, buscar nuevas perspectivas de análisis para condicionadas por una doble tensión: por una parte,
explicar el cambio y el control social: “Desde el la tensión existente entre la necesidad de reproduc-
punto de vista cognitivo, la mediación equivaldría ción del orden al que está sometido el sistema social
al sistema de reglas y de operaciones aplicadas a y sus cambios o transformaciones que debían ser re-
cualquier conjunto de hechos, o de cosas pertene- gistrados por los medios de comunicación. Por otra
cientes a planos heterogéneos de la realidad para parte, también observa la tensión existente entre la
introducir un orden” (Martín Serrano, 1987, p. 49). imprevisibilidad propia del acontecer y la necesidad
Sin duda, este era el propósito fundamental de una de someter, eso que escapa al orden, a los formatos
propuesta que iba mucho más allá de una teoría o lenguajes con los que los medios lo expresan.
de la comunicación. Este mismo autor afirmaría Al hacer frente a estas tensiones, los medios de
en su momento: “La teoría de la mediación social comunicación, lejos de pretender reproducir deli-
ofrece un nuevo objeto para las ciencias sociales: el beradamente la realidad, tal como ésta acontece,
estudio de la producción, transmisión y utilización median cultural, política y económicamente sus
de la cultura, a partir de los modelos culturales y de producciones, a fin de elaborar un tipo de repre-
sus funciones” (Martín Serrano, 1997, p. 137). En sentación de esa realidad, compatible con las nece-
esta perspectiva, todas las instituciones normativas sidades del sistema. Por este camino, Martín Serrano
(escuela, familia, medios de comunicación) podrían identificó dos tipos de mediaciones en la producción
ser estudiadas desde el punto de vista de la teoría de de representaciones que los medios realizan. Por
la mediación, en cuanto mediadoras en los procesos un lado, la existencia de una mediación cognitiva,
sociales. Este paradigma de la mediación surge fuer- que supone que los medios informan a partir de la
temente emparentado con fuentes epistemológicas recolección de algunos datos de referencia de los
de distinto origen, entre las que podemos destacar acontecimientos que seleccionan, para hacerlos
el marxismo, el estructuralismo y, más tarde, los objetos de la atención pública. Esta mediación,
estudios culturales. según el autor, mitifica la realidad en la medida
En su libro La producción social de comunicación, en que busca que los acontecimientos, en lugar
Martín Serrano (1986) introduce y desarrolla el con- de irrumpir violentamente sobre el orden social,
cepto de mediación en el campo de la comunicación. sean familiares a los individuos y puedan encajar
Según este autor, lo que permite comprender la rela- en sus modelos de percepción y de comprensión
ción entre sistema social y sistema de comunicación del mundo. En palabras de Martín Serrano (1997,
es la mutua afectación que se observa cuando cada p. 140): “La mediación cognitiva está orientada a
uno de estos sistemas cumple sus tareas. Así, por lograr que aquello que cambia tenga un lugar en la
ejemplo, el cambio que se produce en cualquiera de concepción del mundo de las audiencias, aunque
los tres niveles que integran a uno de los sistemas para proporcionarle ese lugar sea preciso intentar la
(infraestructura, estructura y supraestructura) tiene transformación de esa concepción del mundo”.
una incidencia sobre un homólogo, en el otro siste- Por otro lado, la existencia de una mediación
ma, o sobre cualquiera de los demás niveles. estructural supone que los medios adaptan a sus
La influencia del estructuralismo, por su parte, posibilidades expresivas la información que produ-
se observa en el tipo de metodología que Serrano cen sobre el acontecer. Esta mediación ritualiza estas
propone para el análisis de las mediaciones eviden- operaciones, mediante el recurso a la reiteración, a

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la redundancia de las formas en las que se presenta las mediaciones que se generaban en el proceso de
el acontecer: producción de representaciones de los medios, sino
La mediación estructural está destinada a conse- a las mediaciones que se producen en el otro polo, es
guir que aquello que irrumpe sirva para realimen- decir, en los procesos de recepción de los mensajes
tar las modalidades comunicativas de cada medio de la comunicación masiva.
productor. Esta mediación opera sobre los relatos,
ofreciendo a las audiencias modelos de represen- Las mediaciones de la comunicación
tación del mundo y modelos de producción de Para Jesús Martín–Barbero (1984), pionero de esta
comunicación (Martín Serrano, 1986, p. 141). tendencia en América Latina, el tipo de negocia-
Como se puede observar, se trata de analizar los ción que los destinatarios ponen en juego en los
movimientos y las estrategias sociales sobre los que procesos de comunicación tiene que ver con el tipo
se articulan los medios para desplegar su accionar de desarrollo histórico de la región que, entre otras
comunicativo. cosas, ha tenido como constante la existencia de un
Si, como se dijo inicialmente, la mediación –en colonialismo que domina desde dentro, desde los
la perspectiva de Hegel y de Merleau–Ponty– hace modos mismos en los que se percibe y se comprende
referencia al conjunto de relaciones gracias a las cua- al mundo. Por eso, estudiar la comunicación com-
les las cosas, que sólo tienen razón de ser en función promete la cultura, el lenguaje y las prácticas sociales
de todo el resto, de todo lo que ellas no son y sin lo de los sujetos, es decir, los contextos que le otorgan
cual no serían, son determinadas entre sí, es decir, el significado a la comunicación y a la producción
el fundamento de cada cosa es su relación con las del sentido social. Entonces, adoptar la perspectiva
demás. En el caso de los medios, su naturaleza social de las mediaciones implica, sin desconocer el papel
le viene dada no por ninguna esencia per se, sino por de los medios, dejar de lado el mediacentrismo que
lo que ellos constituyen en relación con su entorno impide ver las dinámicas de la cultura y los cambios
social. Ellos son determinados y determinantes en ocurridos en las prácticas y los diversos modos en
su relación con su entorno. Se comprende ahora la que los sujetos construyen y re–construyen sus
importancia que reviste para la comprensión de los culturas en los procesos de comunicación. “De ahí
medios, su relación con la cultura, la política y la que el eje del debate se desplace de los medios a
economía. Así se entiende, de igual modo, el valor las mediaciones, esto es, a las articulaciones entre
del planteamiento del que parte el análisis inicial de prácticas de comunicación y movimientos sociales, a
Serrano, al poner en relación el sistema social con el las diferentes temporalidades y la pluralidad de ma-
sistema de comunicación, para analizar el proceso trices de cultura” (Martín–Barbero, 1984, p. 203).
de afectación mutua entre ellos. Este es, pues, uno Desde este punto de vista, la comunicación tras-
de los aportes más significativos para los estudios ciende los medios, puesto que, como práctica social,
de comunicación en América Latina en las últimas la comunicación se articula a las diversas actividades
décadas del siglo XX, lo que cambiaría el rumbo de que los sujetos llevan a cabo con su entorno. Pero
las futuras investigaciones y análisis en el campo de también la objeción a la centralidad de los medios
la comunicación. tiene que ver con que ellos no operan solos, ya que
A pesar de los avances que representaba en su cada vez más se encuentran integrados a otros ámbi-
momento el paradigma de la mediación en las in- tos de la vida social que es necesario tener en cuenta
vestigaciones sobre los medios de comunicación, en los análisis. Ahora bien, “[…] si el sistema de los
los años ochenta vieron nacer en América Latina media está perdiendo en parte su especificidad para
una nueva perspectiva de análisis que, inspirada convertirse en elemento integrante de otros sistemas
en la obra de Serrano y en los estudios culturales, de mayor envergadura, como el económico, cultural
ahora abordaba como centro de interés, ya no a y político” (Martín-Barbero, 1984, p. 233), entonces
esto es significativo para los estudios de comunica-

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ción. Y es hacia allá adonde apunta la propuesta de de nuevos actores y movimientos sociales,
Martín–Barbero al decir que ahora: como organizaciones ecológicas o de dere-
[…] En lugar de hacer partir la investigación chos humanos, los movimientos étnicos o
del análisis de las lógicas de la producción y la de género, introducen nuevos sentidos de lo
recepción, para buscar después sus relaciones de social y nuevos usos sociales de los medios.
imbricación o enfrentamiento, proponemos partir Sentidos y usos que en sus tanteos y tensio-
nes remiten, de una parte, a la dificultad de
de las mediaciones, esto es, de los lugares de los
superar la concepción y las prácticas pura-
que provienen las constricciones que delimitan y
mente instrumentales para asumir el desafió
configuran la materialidad social y la expresividad político, técnico y expresivo, que conlleva el
cultural […] (Martín–Barbero, 1984, p. 233). reconocimiento en la práctica del espesor
El concepto de mediación, elemento central en cultural que hoy contienen los procesos y los
el trabajo de Martín–Barbero, y el que de algún medios de comunicación, pero de otra parte
modo ha marcado derroteros en los estudios sobre remiten también al lento alumbramiento de
la comunicación en Latinoamérica, le viene, según nuevas esferas de lo público y nuevas formas
él mismo afirma, por lados de la filosofía de Hegel, de la imaginación y la creatividad social
Paul Ricoeur y Merleau–Ponty y de la sociología (Martín–Barbero, 2002, pp. 226-227).
de Martín Serrano (Martín–Barbero, 1998 ). En En esta larga cita, se puede sintetizar un punto
su desarrollo, articula el concepto de mediación al de vista que compromete en su análisis comunica-
de hegemonía para dar cuenta de los conflictos y tivo, sin abandonar la atención a los medios, otros
las luchas en las culturas. Así, se muestra cómo la fenómenos culturales aparentemente dispersos, pero
eficacia de la hegemonía, en contraste con la de la que guardan una articulación de modo estructural
dominación, no procede del uso de la fuerza, sino a partir de los movimientos sociales y de las prác-
del sofisticado uso de la seducción y, por el contrario, ticas y usos que los sujetos hacen de los contextos
sus eventuales fracasos se explicarían por el recurso históricos. En esta cita subyace, también, la idea de
a la resistencia, también posible entre los sectores mediación en tanto conjunto de relaciones determi-
populares. nantes, de movimiento y condiciones históricas de
Los cambios en el ámbito de la tecnicidad y la producción de sentidos multidimensionales y mul-
identidad están reclamando imperiosamente tidireccionales, en parte porque los sujetos ocupan
pensar las mediaciones comunicativas de la diferentes posiciones sociales desde las cuales cargan
cultura, un nuevo mapa que dé cuenta de la de sentido las prácticas sociales. De este modo, se
complejidad en las relaciones constitutivas reorienta la mirada sobre la comunicación hacia
de la comunicación en la cultura, pues los los sentidos que la trascienden, vinculándolos a la
medios han pasado a constituir un espacio cultura y a sus matrices de significación compleja
clave de condensación e intersección de la
y múltiple4.
producción y el consumo cultural, al mismo
tiempo que catalizan hoy algunas de las más
intensas redes de poder. […] La lucha con-
4 También desde la perspectiva de las mediaciones, pero ahora
tra el pensamiento único halla así un lugar específicamente en relación con las audiencias televisivas y los
estratégico no sólo en el politeísmo nómada actores escolares, el investigador mexicano Guillermo Orozco ha
estudiado las relaciones de distintos sujetos sociales con las institu-
y descentrador que moviliza la reflexión e ciones de comunicación y de educación. Su análisis se ha centrado
investigación sobre las mediaciones históricas en observar el trabajo cognitivo y cultural de las audiencias para
del comunicar, sino también en las trans- analizar lo que éstas hacen con lo que los medios le proporcionan.
Según este autor, las mediaciones son múltiples y provienen de
formaciones que atraviesan los mediadores diversas fuentes. Algunas del propio sujeto en cuanto individuo
socioculturales, tanto en sus figuras institu- con una historia y una serie de condicionamientos socioculturales
cionales y tradicionales –la escuela, la familia, específicos. También provienen del mismo discurso televisivo, al
ser capaces de neutralizar su significación y anclarse en el sentido
la iglesia, el barrio– como en el surgimiento común. Otras mediaciones provienen de la situación en la que se

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El lenguaje como mediación del hombre con su mundo vivencial y señalar las
Este punto lo abordaremos desde la perspectiva de limitaciones de una filosofía de la conciencia.
la fenomenología de Maurice Merleau–Ponty. Para En la propuesta de Merleau–Ponty, resulta más
este filósofo el lenguaje, mediación en la relación fácil concebir la raigambre corporal del gesto que
del hombre con el mundo, es concebido en estrecha de la palabra. Bajo este supuesto, entonces, una de
unidad con la experiencia del mundo percibido, las tareas de la teoría del lenguaje sería la de abrirse
experiencia en la que el cuerpo, tema central en la un camino hasta llegar a la experiencia de los su-
obra de este autor, desempeña un importante papel, jetos hablantes. En sus reflexiones, Merleau–Ponty
puesto que es el que nos permite, como condición argumenta que:
primaria, entrar en relación con el mundo que La idea de un lenguaje posible se forma y se apoya
percibimos. Así como nuestra percepción no es sobre el lenguaje actual que hablamos, que somos,
posible sino mediante nuestro cuerpo, del mismo y la lingüística no es otra cosa que una manera
modo, gracias a nuestra gesticulación lingüística, metódica y mediata de esclarecer mediante todos
somos sujetos parlantes. La palabra es el modo por los demás hechos del lenguaje esta palabra que
el cual el cuerpo hace aparecer el sentido del mundo se pronuncia en nosotros, y a la que, incluso en
y lo realiza en la expresión, es decir, es un acto de medio de nuestro trabajo científico, nos mante-
significación y un modo de objetivación. Pero es, a nemos unidos como por un cordón umbilical
la vez, un modo de aprehender el mundo, un modo (Merleau–Ponty, 1971, p. 41).
por el cual el cuerpo se ahueca sobre las cosas bajo la Indagar acerca de los sujetos hablantes implica,
forma del sentido que ellas tienen para mí y se con- entre otras cosas, enfrentarse a la dificultad de com-
vierten en mi carne. La palabra es originariamente prender, por ejemplo, lo pasivo y lo activo del yo y
un gesto, para aquel que adviene a la palabra y vive del otro en el diálogo. Aquí se asume que hablar y
en forma definitiva en un mundo lingüístico, el gesto comprender son momentos de un mismo sistema
se convierte, inversamente, en palabra. yo–otro, yo–tú, en el que no se trata de un yo puro y
Puede decirse, entonces, que cuerpo y lenguaje universal, sino más bien de un yo encarnado en un
conforman una unidad existencial por la que el cuerpo, un yo en cuerpo propio, y continuamente
hombre entra en el mundo y lo experimenta. Así, el sobrepasado por este cuerpo con el que tenemos
cuerpo, situado en un espacio y en un tiempo, es in- presencia y relación con los demás. Esto quiere decir
disoluble del lenguaje, es también lenguaje y comu- que mediante el lenguaje y el cuerpo, o si se quiere,
nicación vital con el mundo, esto es, sentido, como de un lenguaje incorporado, o encarnado, nos en-
el lenguaje también es cuerpo. Vale subrayar, en este contramos acomodados a los otros, a la distancia
punto, que el cuerpo no es un objeto entre otros. En entre el yo y el otro, entre sí mismo y el otro, esto
su estrecho vínculo con el lenguaje, es asumido en es, en las relaciones intersubjetivas, en las que las
su dimensión subjetiva y cultural, puesto que es el distinciones entre hablar y escuchar son una de las
que posibilita la relación intersubjetiva, lo que ayuda modalidades del sistema de los sujetos encarnados.
a comprender la sugestiva idea de Merleau–Ponty Sin duda, esto es lo que hace posible una comuni-
cuando habla de un sujeto en cuerpo propio, lo que cación mediada por el sentido, en la que algunas
nos remite a la vez al cuerpo como expresión visible veces ese yo dotado de un cuerpo y continuamente
del sujeto, con lo que proponía una nueva relación sobrepasado por este cuerpo, que algunas veces le
despoja de sus pensamientos para atribuírselos a sí
mismo o para imputárselos a otro. Esto quiere decir
da el encuentro y la negociación entre la audiencia y la televisión. que la unidad del cuerpo con el pensamiento, en
Otras más se derivan de factores contextuales, institucionales y procura de comprender la relación del hombre con
estructurales del entorno en el que interactúan las audiencias. Ver
las obras este autor en las referencias bibliográficas. su mundo percibido, es planteada aquí en términos
de la relación lenguaje–cuerpo, hablar–escuchar,

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ver–ser visto, pasivo–activo. Lo anterior lleva a re- tras habla; su discurso es su pensamiento” (1975, p.
conocer que es el todo, de modo articulado, lo que 197). Y afirmando su crítica al representacionismo,
tiene sentido y no cada parte por separado. concluye:
Esta experiencia de la palabra en su relación con No es con unas representaciones o con un pensa-
el cuerpo–mundo está –dice Merleau–Ponty en La miento que, primero, comunico, sino con un suje-
prosa del mundo– “por encima de las filosofías que to hablante, con cierto estilo de ser y con el mundo
piensan estar por encima de ella y la tratan como que él enfoca. Así como la intención significativa
una variedad de los puros actos de significación que que ha puesto en movimiento la palabra del otro
la reflexión nos haría alcanzar simplemente”. (1971, no es pensamiento explícito, sino cierto hueco que
p. 40). En este mundo percibido, el lenguaje nos lleva quiere colmarse, igualmente la prosecución por
a las “cosas mismas”. En el marco de la propuesta de mi parte de esta intención no es una operación de
Merleau–Ponty, el lenguaje dista de ser la simple mi pensamiento, sino una modulación sincrónica
vestimenta de un pensamiento que ya poseemos de de mi propia existencia, una transformación de mi
ser (Merleau–Ponty, 1975, p. 201).
antemano con toda claridad. La percepción del otro
es clave para comprender el proceso de la comuni- Lo anterior sustenta la idea de la importancia de
cación, de allí que se diga que: la percepción del otro en el proceso comunicativo,
Yo no comunico con los demás depositando todo esto es, en las relaciones intersubjetivas, de la arti-
mi pensamiento en unas palabras en las que ellos culación de los diferentes y variados aspectos que
vendrían a recogerlo, sino, componiendo, con participan en tal proceso y lo distante del supuesto
mi garganta, con mi voz, con mi entonación, y de un lenguaje puro, de una gramática universal,
por supuesto también con las palabras, con las que tendríamos en nuestro poder. De este modo, se
construcciones que prefiero, con el tiempo que he entiende que sólo es posible comprender una frase
decidido dar a cada parte de la frase, un enigma dicha si se asume como un gesto que atañe a todo
que no es susceptible mas que de una solución, un contexto cultural. Con este mismo argumento, se
de manera que el otro, acompañando en silencio puede decir, con Merleau–Ponty, que lo que sostiene
esta melodía erizada de cambios de clave, de un sistema de expresión es el impulso, el deseo de
elevaciones y de caídas, acabe por tomarla por su
los sujetos hablantes de comprenderse, para lo cual
cuenta y decirla conmigo, que es en lo que consiste
se inventan unas nuevas maneras de hablar a partir
comprender (Merleau–Ponty, 1971, p. 59).
de los despojos de otros modos de expresión ya gas-
Puede decirse, entonces, que el discurso no tados (1971, p. 66). Así, se comprende el hecho de
traduce en el sujeto hablante un pensamiento ya que la lengua es profundamente transformada por el
conformado, más bien lo consuma. Existe una tal habla de los sujetos que la usan en su vivir cotidiano
imbricación entre el pensamiento y la palabra, están para sus necesidades comunicativas; que no existe
envueltos el uno dentro del otro de tal modo que el una lengua pura, que esto es sólo una fantasía, que la
sentido está preso en la palabra mientras que ésta lengua es ambigua cuando se le emplea en la expre-
es la existencia exterior del sentido. Una no existe sión, tanto que expresarse es una empresa paradóji-
antes de la otra, una no es la representación de la ca. En síntesis, se podría decir que es la práctica de
otra, entre ellas se da una unidad entre lo interior los sujetos hablantes, las relaciones intersubjetivas,
y lo exterior. La palabra escrita o escuchada es un lo que le imprime dinámica al lenguaje, y “sólo la
llamado a la significación, nunca un llamado a la lógica ciega e involuntaria de las cosas percibidas,
significación misma, por esto, dirá Merleau–Ponty, suspendidas por completo de la actividad de nuestro
hay que reconocer “[…] que el pensamiento, en el cuerpo, puede hacernos entender el espíritu anó-
sujeto hablante, no es una representación, eso es, nimo que inventa, en el caso del idioma, un nuevo
no propone expresamente objetos o relaciones. El modo de expresión” (1971, p. 68).
orador no piensa antes de hablar, ni siquiera mien-

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Si, como ya se dijo, la mediación es ante todo la en la enseñanza del lenguaje, es un ejercicio
relación de las partes constitutivas de los fenóme- centrado en reglas gramaticales, pasando por
nos que conforman su unidad, el análisis fenome- encima de las experiencias vivenciales de los
nológico que propone Merleau–Ponty muestra la sujetos implicados en la enseñanza. Allí queda
percepción como una síntesis de carácter práctico, atrapada buena parte del propósito de la política
no intelectual, que sólo es posible por darse en el de las competencias, esto es, en la retórica, muy
mundo percibido las formas de las diversas relacio- a pesar de que ellas se definan como “un saber
nes entre los elementos de la esa percepción. Este hacer en contextos particulares”.
análisis de relaciones, que no se queda en la crítica Si se ha dicho que el lenguaje está indisolu-
a la filosofía anterior y contemporánea, incluyendo blemente comprometido con el mundo, que él
la de su colega Jean Paul Sartre, en el que es posible es su movimiento vital, inserto en la experiencia
encontrar las mediaciones, tiende a tomar puntos corporal–intencional, entonces una pedagogía
de apoyo concreto entre elementos, aparentemente del lenguaje tendría que reconocer ese “movi-
extremos, por ejemplo: sentido y sinsentido, visible miento vital” sujeto–mundo en el que el len-
e invisible, lo corporal y lo intelectual, lo natural y guaje constituye un fenómeno existencial, en
lo cultural, entre otros. Es justo allí donde se ubica el mismo ser del hombre. La palabra y el gesto,
el lenguaje, que es analizado desde sus múltiples as- el signo y la significación, hablar y escuchar,
pectos en cuanto opera como mediación del hombre escribir y leer, todos estos aspectos, aunque
con el mundo y con los otros. aparezcan inicialmente como opuestos y dife-
rentes, no son independientes los unos de los
Unas pistas para abordar la pedagogía otros –el uno y el otro, él y el otro– se articulan
desde las mediaciones formando una síntesis en la que la mediación es
Pero ¿dónde encontrar el aporte de la propuesta el elemento fundamental para su comprensión.
de Merleau–Ponty a la pedagogía? Pensamos Sin mediación sólo aparecerían determinismos,
que sus reflexiones sobre el lenguaje y la comu- verticalidades y causalismos.
nicación, como ámbitos de mediación, abren Por otra parte, el giro cultural de nuestro tiempo,
un espacio para repensar algunos aspectos de la presencia hegemónica de las tecnologías y las
la práctica pedagógica, fundamentalmente lo novedosas estrategias de comunicación apuntan
relativo a la experiencia, de la que tanto se habla a que la cultura se ha convertido en un elemento
cuando se toca el problema de la enseñanza. central y de apoyo para la reflexión y comprensión
Una mirada pedagógica, no sólo sobre el len- de los complejos fenómenos educativos. Ahora
guaje y la comunicación, sino también sobre bien, si, como se ha dicho, la mediación es un pro-
las otras disciplinas y saberes, encontraría en ceso mediante el cual los sujetos, por decirlo así,
esta propuesta elementos que ayudarían a la construyen su propia subjetividad, y en ese proceso
comprensión y análisis de las problemáticas par- dejan ver sus manifestaciones comunicativas y con
ticulares. En una época como la presente, en la ello su cultura, tendríamos, entonces, un espacio
que las miradas a la realidad, cualquiera que sea, de posibilidad para pensar la educación desde la
desde la escuela o fuera de ella, se caracterizan cultura y las mediaciones. Es en este sentido que se
por las oposiciones simples, por los determi- ha dicho que:
nismos mecanicistas –racionales o empíricos–, La educación y la comunicación son dos
por los espacios y temáticas rigurosamente dimensiones del proceso cultural. [...] Si
especializados del saber (creyendo encontrar no se introduce la cultura como mediación
en ello y en la formalidad del universalismo para la educación y para la comunicación se
el conocimiento de la realidad). Así, lo que establece una relación vertical, autoritaria, de
prima en la práctica pedagógica, por ejemplo, alguien que sabe para alguien que no sabe, es

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decir, no se sale del terreno de la información En una sociedad como la que vivimos hoy, en la
(Martín–Barbero, 1990, pp. 209-210). que las crisis de identidades, las nuevas estrategias
del poder y las seducciones del mercado pasan,
Si aceptamos que uno de los imperativos polí- cada vez más, por las revoluciones tecnológicas,
ticos y culturales de la educación es indagar por el por nuevas narrativas que reorganizan los modos
papel del lenguaje en la conformación de las socie- de relacionarnos con la cultura, desde la produc-
dades como sistemas y en la configuración de las ción, circulación y consumo (con las imágenes,
estructuras mentales colectivas y de las prácticas los textos, los objetos y otros sujetos), atender a las
sociales, esto nos ayudaría a comprender cómo, prácticas, a los habitus y a los usos podría traducirse
mediados por el lenguaje, nos instalamos en un en una posibilidad de acercarnos al conocimiento y
sistema de cosas desde el sistema de las palabras que re–conocimiento de la cultura escolar; de sus ten-
alimentan y sostienen las relaciones. De esta manera, siones y contradicciones, de sus expresiones y sus
sólo cuando el lenguaje configura la conflictiva ex- silencios, es decir, de sus estrategias comunicativas
periencia de convivir, se da la comunicación como a través de las cuales se manifiestas las mediaciones
horizonte de reciprocidad entre los hombres. culturales.
Abordar la educación, pues, desde las mediacio- Un verdadero desafío epistemológico ahora es
nes, significa, entonces, interrogarla desde adentro vincular la mediación al campo de la pedagogía. Sin
para comprender sus manifestaciones externas, duda, a partir de ello surgirían múltiples interro-
asumidas por lo general como elementos dispersos gantes que comprometen las prácticas pedagógicas
y desarticulados, pero que, observadas desde las y los repertorios culturales de los diversos actores
prácticas lingüísticas y comunicativas de los diver- educativos; las instituciones escolares, sus rituales y
sos sujetos de la educación, podrían leerse como sus tradiciones, sus prácticas evaluativas, sus mode-
aspectos coherentes y articulados, puesto que son los de comunicación y sus diferentes estrategias de
producidos desde las matrices históricas y culturales producción de sentido; los sujetos, sus trayectorias
que les dan un sentido práctico (Bourdieu, 1991). En culturales, sus conflictos intersubjetivos, sus estra-
esta misma dirección, se podría indagar por la mul- tegias metodológicas, los usos de los espacios y los
tiplicidad de prácticas, de habitus (Bourdieu, 1991) tiempos escolares. Sin duda que las respuestas a estos
y de usos, entre ellos el uso del lenguaje (De Certeau, y a otros interrogantes y las reflexiones que estos
1996) que se despliegan en el escenario educativo, susciten pueden contribuir, en parte, a la compren-
sólo por nombrar tres categorías, a nuestro modo sión de las complejidades del fenómeno educativo
de ver, centrales en el paradigma de las mediacio- de nuestro tiempo, llamado, por algunos, el tiempo
nes y que aportarían elementos para el análisis de de la comunicación y la cultura.
la educación. Por la importancia que ellos tienen
para nuestra propuesta, terminamos haciendo unas
breves anotaciones sobre estos tres conceptos.

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