Clase 4

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Clase 4

1. Bienvenidos a la Clase 4

Continuando con la propuesta de reflexión y análisis de la enseñanza, tal como lo


venimos desarrollando desde las clases anteriores, seguimos afirmando que la gran
preocupación de la enseñanza es ofrecer propuestas que ofrezcan experiencias de
aprendizaje potente. Ante este desafío nos interesa analizar algunas características
y procesos en la planificación de la enseñanza, en tanto instancia de preparación
del trabajo áulico.

En la planificación se explicitan los propósitos, se seleccionan y jerarquizan los


contenidos y se prevé la puesta a disposición de los mismos a través de diversas
construcciones metodológicas. Un capítulo importante en el tema de las
previsiones es el referido al registro de evidencias de aprendizaje, aspecto que
trataremos en especial durante el próximo eje. Este conjunto de previsiones pone
en evidencia concepciones sobre la enseñanza y sobre las prácticas educativas en
general. De alguna forma se ponen en evidencia los aprendizajes esperados.

¿Por qué es importante planificar?

Davini (2008) sostiene que la enseñanza, más allá de las contingencias que puedan
surgir, es una tarea muy importante para dejarla en manos de la improvisación.

Por su parte, Feldman (2010) sostiene que una de las razones obedece al carácter
intencional de la enseñanza ya que será la planificación las que nos permitirá
asegurarnos que nuestras finalidades sean cumplidas y modificarlas en caso de ser
necesario.

Dada la complejidad de la enseñanza y atendiendo a la diversidad de variables que


intervienen, la planificación nos permitirá anticipar nuestras acciones y reducir la
incertidumbre.  En este sentido podemos pensarla como una hoja de ruta que
anticipa y orienta las futuras intervenciones a la vez que permite reflexionar sobre
las decisiones que debemos tomar y da visibilidad a la tarea.

Cuando diseñamos nuestras clases estamos trazando un curso de acción, un


recorrido, en función de un tiempo esperable en determinadas condiciones. Sin
embargo, es importante aclarar que la planificación no es un instrumento rígido,
sino que es una hipótesis de trabajo para organizar el proceso. Las interacciones y
los posibles emergentes que suceden en la práctica pueden modificar el desarrollo
de nuestra tarea.

Feldman (2010) en el texto elaborado para el Instituto Nacional de Formación


Docente con el fin de realizar aportes didácticos a la formación docente, plantea:

 “La programación es un medio para buscar el mejor balance entre


intenciones y restricciones. La última razón para programar es que la
enseñanza, aparte de tener propósitos y operar con restricciones, siempre
opera en ambientes complejos por la cantidad de factores intervinientes y por
el ritmo en el cual esos factores concurren. En una sala de clases no sólo pasan
muchas cosas, a veces pasan muchas cosas al mismo tiempo. Cuantas más
variables están previstas dentro de la programación, más capacidad quedará
disponible para atender a otros sucesos” (Feldman, 2010:41)

Desde la perspectiva que continuamos analizando acerca de las trayectorias


escolares, la planificación constituye una instancia preparatoria de la práctica que
ha de contemplar el contexto donde se a desarrollar y los destinatarios (cobra
relevancia aquí lo planteado a lo largo del Eje 2)

 Algunas preguntas para pensar la planificación de la enseñanza: ¿Cómo planificar


una buena enseñanza? ¿Cómo organizar la enseñanza teniendo en cuenta la
existencia de la heterogeneidad de saberes, contextos y culturas? 

Caracterizando a la enseñanza como una acción intencional y política, se entiende


que estas situaciones son variadas, que pueden ser organizadas y también han
prever/ anticipar cursos de acción. Sin embargo, también se reconoce la existencia
de algunos condicionantes en términos de Gvirtz y Palamidessi quienes definen
decisiones a seguir de la siguiente manera:

“El primer condicionante de la planificación que realiza el docente es el


carácter social e histórico de la situación de enseñanza La planificación no se
realiza desde la nada, en abstracto. Se desarrolla en circunstancias sociales,
institucionales, culturales, en las que la mayor parte de las veces ya se
encuentra definido qué es la ciencia, qué es el saber, cuáles son las
finalidades que la escuela persigue, cuál es el rol asignado a los docentes y a
los alumnos. Los criterios generales de lo que es una buena enseñanza o un
buen docente están definidos antes de que los  sujetos particulares ocupen el
lugar de docentes”. (Gvirtz, Palamidessi, 1998:177)

Al planificar la enseñanza, cualquiera sea su formato, se están respondiendo cuatro


preguntas básicas: ¿Qué enseñar? ¿Para qué enseñar? ¿Cómo enseñar? ¿Cómo
evaluar?

Por el nivel de análisis y decisión que implica una planificación es importante que
institucionalmente se promocione la realización colaborativa y se tenga en cuenta
que, ante la rotación docente, será importante dar la oportunidad de que cada
docente pueda revisar y ajustar la planificación. Lo importante es que facilite la
continuidad de los aprendizajes, que se evite el volver a comenzar perdiendo de
vista la trayectoria escolar del estudiante.

Asegurar su concreción o tratamiento implicaría que se decida con claridad qué


aspectos nodales deben ser explicitados para poder comunicarla a otro, incluso
como recorrido a compartir con la comunidad de padres.

Preguntarse si será necesario que la bibliografía o recursos mencionados se dejen a


disposición para su uso, porque a  veces se explicitan excelentes fuentes pero no
están disponibles.

Si el punto de partida de la planificación es el currículo oficial, es muy importante


que todo el equipo docente conozca la estructura, articulación y expectativas del
diseño vigente.

Será importante que pueda ser una herramienta que pueda escribirse, subrayarse,
que registre un uso activo y sobre todo intentar compilar en una sola carpeta todas
estas declaraciones ya que sirven como registro del camino recorrido y como
material de reflexión sobre la práctica. Es importante actualizar permanentemente
la lectura de ese registro de trabajo.

El eje sobre el cual hacer foco siempre que se piensa en la planificación ha de ser la
continuidad de los aprendizajes que se han de  garantizar.

 Algunos criterios que pueden considerarse en el diálogo colaborativo entre


colegas:
Adecuación a la norma: Las planificaciones, ¿recogen lo requerido por los diseños
curriculares? Si bien cada docente adapta los contenidos a la realidad de su aula, es
esencial que la planificación se alinee estrechamente con las prescripciones
curriculares. Hay que recordar que los/as alumnos/as tienen derecho a acceder a
esos contenidos, por lo que es deber  de docentes y directivos asegurar que se
ofrezcan oportunidades de aprenderlos.

Correspondencia con el proyecto institucional y la secuencia mayor en que se


encuentra. Lo planificado, ¿se corresponde con los contenidos prioritarios de ese
año acordados en la institución? ¿Considera qué conocimientos previos tienen
los/as alumnos/as? Cuidar la correspondencia de lo planificado con los mapas
curriculares, con los contenidos prioritarios para cada nivel es una manera de
asegurarse de que los /as alumnos/as aprendan todo lo que se considera relevante
en cada área y así evitar baches y culpabilizaciones entre colegas. En la medida en
que se fomente un trabajo coordinado entre docentes que enseñan en años
consecutivos se afina cada vez más esta coherencia.

Progresión. El aprendizaje no es un proceso lineal ni sigue los mismos tiempos


para todos. Por eso, es necesario que la organización del tiempo contemple largos
plazos. No basta con proponer una o algunas actividades recortadas y aisladas,
sino que será necesario planificar secuencias.

Diversidad. Así como los tiempos de aprendizaje varían, también hay diversidad en
cuanto a los modos de aprender. Algunos/as alumnos/as comprenden los
contenidos al leer sobre ellos, otros al escuchar explicaciones, otros a través de la
realización de actividades y experimentos, por mencionar algunos.  Es importante
considerar una variedad equilibrada de estrategias sobre el mismo contenido para
ofrecer diversas oportunidades de aprendizaje. Se pueden prever actividades entre
las cuales los estudiantes puedan elegir a partir de sus intereses y potencialidades.

Complejidad. Cuidar la complejidad implica preocuparse por la actualidad y


relevancia del tratamiento que se da a cada contenido. Se trata de mantenerse al
tanto de los debates y preguntas de las disciplinas, para lograr que los/as
alumnos/as se sumerjan en la riqueza y complejidad de cada área. La planificación
puede incluir diferentes tipos de problemas sobre un mismo contenido que
impliquen diferentes grados de complejidad. Esto promoverá intercambios,
debates y discusiones de gran riqueza. 

Realismo. Las planificaciones son herramientas pensadas para la acción. Deben


poder realizarse con los recursos y tiempos disponibles, en el contexto en el que se
trabaja y en el marco institucional real, con sus restricciones y posibilidades.
Claridad en cuanto al aprendizaje esperado y los niveles de logro. La
planificación, como la enseñanza, tiene sentido si promueve aprendizajes. En la
medida en que esos aprendizajes se anticipen y formen parte de la planificación,
será posible obtener mejores logros.   Esto ayudará a evaluar el nivel de coherencia
de lo planificado y pensar mejores alternativas para lograrlo. Al mismo tiempo,
considerar diferentes niveles de logro aleja las visiones dicotómicas aprendió / no
aprendió, abriendo la mirada a considerar los progresos de todas y todos.

 Por último, no podemos dejar de considerar que sucede con la planificación en


este tiempo tan particular atravesado por una pandemia que nos obligó a pensar y
transformar los procesos de enseñanza.

 La pandemia colocó a los sistemas educativos frente a un estado de


excepcionalidad al que no estábamos preparadxs. Sin previo aviso lxs docentes
tuvimos que generar diferentes alternativas y recursos para sostener la continuidad
pedagógica, con muchos interrogantes acerca del “cómo”. La comunicación fue la
primera puerta de sostén y seguidamente la multiplicidad de tareas con todas sus
variables. Así fue como se sumó mayor carga de tareas escolares mediante
diferentes acciones y saberes, probando y revisando sin parar.

El acceso y uso de la tecnología pasó a ser el recurso fundamental para este


sostenimiento, el uso de aplicaciones, las redes sociales y plataformas virtuales se
convierten en voces, miradas y presencias. La pandemia también llegó para
visibilizar aún más las desigualdades sociales.  ¿Todxs tienen acceso a la
tecnología? ¿Todxs lxs familias están en condiciones de acompañar el proceso de
sostenimiento? Volvemos a probar y revisar.

El ciclo “Diálogos en cuarentena” consiste en entrevistas que el Rector de UNIPE,


Adrián Cannellotto, realiza a distintos especialistas que nos invitan a pensar sobre
distintas cuestiones educativas en el contexto actual. En esta ocasión compartimos
la entrevista con Flavia Terigi (una vez más) quien creemos tiene una mirada
interesante y comprometida sobre lo que sucede en la escuela

https://www.youtube.com/watch?v=0cbbr0QXWJE&t=26s

 Como ustedes saben, en este escenario, el Consejo Federal de Educación elaboró


una serie de normativas para orientar y posibilitar la “continuidad pedagógica”.  La
Resolución Nº 367 “Reorganización de los contenidos y metas de aprendizaje” que
se ocupa particularmente de establecer un MARCO FEDERAL DE ORIENTACIONES
PARA LA CONTEXTUALIZACIÓN CURRICULAR (Anexo I) y un MARCO FEDERAL
PARA LA GESTIÓN DE LA ENSEÑANZA EN ESCENARIOS COMPLEJOS (Anexo II)
En el Anexo I se presentan una serie de propuestas según el nivel para abordar los
contenidos prioritarios donde “se espera que a partir de esta selección cada
jurisdicción pueda reorganizar, seleccionar, orientar la secuenciación de contenidos y
priorizar metas de aprendizaje de todas las áreas según su situación particular en el
contexto actual”

En el Anexo II se abordan diferentes producciones realizadas en las diversas áreas


de trabajo, esta articulación es producto de la preocupación de “generar un
conjunto de orientaciones posibles de encuadre nacional para este momento
de planificación del retorno a la escolaridad, de modo que puedan ser
articuladas con aquellas que cada jurisdicción haya generado o que pueda
servir de apoyatura para las jurisdicciones que no hayan aún avanzado en
esta tarea”.

Esta resolución aspira a la reorganización y recuperación de aquellos saberes que


se consideren formativos. Expresa la necesidad de comprender que la acción de
enseñar no se puede realizar de forma descontextualizada. Invita a la posibilidad de
sostener formas, prácticas no habituales La norma da orientaciones para el
sostenimiento de la continuidad pedagógica que permita a lxs docentes tomar
decisiones que permitan proyectar y acompañar las trayectorias escolares. Y es así
como se van construyendo y configurando día a día, con que se van revisando y
anticipando nuevos ciclos lectivos pos-pandemia tal como expresa el
documento “que hagan posible la reformulación de los propósitos previstos”

Actividades

Leer los textos de lectura obligatoria correspondientes a esta clase teniendo en


cuenta las ideas centrales que plantean lxs autores.

Bibliografía de lectura obligatoria:

-        Feldman, Daniel (2010) “La Programación”, Capítulo IV, en Didáctica general.
Aportes para el desarrollo curricular. Documento INFD Ministerio de Educación de
la Nación (páginas 41 a 58)

-        Davini, M. Cristina (2008) “Programación de la enseñanza”- Cap. 8,


en Métodos de enseñanza: didáctica general para maestros y profesores. Bs.As: Ed.
Santillana. (páginas 167 a 181)

Normativas
-Resolución CFE N°367 – Anexos I y II

Bibliografía de consulta:

-Gvirtz, S. y Palamidessi, M. (1998) El ABC de la Tarea Docente: Currículum y


Enseñanza. Grupo Editor Aique.

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