Modelos de Embalses Trajo 2

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Modelos de Embalses y

Lagunas de Laminación
Se define el embalse como un reservorio o lago artificial construido en un río para
almacenar agua y que tiene como propósito la regulación estacional, anual o multianual, de
los caudales naturales de un río.
Todo embalse consta de las siguientes estructuras básicas: la presa, el aliviadero y las obras
de toma.
• La presa, dique o represa, es la estructura de retención de las aguas y resiste un empuje.
Puede ser una presa frontal o una presa de derivación hacia una depresión natural.
• El aliviadero o estructura de alivio o descarga de los excesos que llegan al embalse, los
cuales no se desean almacenar. Su característica más importante es la de evacuar con
facilidad las máximas crecientes que llegan al vaso de almacenamiento. Su insuficiencia
provoca el desborde del agua por encima de la cresta de la presa y el posible colapso de esta
estructura sobre todo si se trata de una presa de tierra o enrocado.
• Las obras de toma son un conjunto de estructuras formadas por una entrada o toma, un
túnel o conducto a través de un estribo o de la presa y una estructura de salida. Este
conjunto permite tomar las aguas del embalse y pasarlas al canal principal. Debe tener
suficiente capacidad para descargar las aguas, abastecer las demandas dispuestas para la
operación del embalse, de acuerdo a los requerimientos para niveles mínimos del mismo.

9.1 CLASIFICACIÓN
Los embalses se pueden clasificar mediante los siguientes criterios:
• En función de las condiciones físicas de su lugar de ubicación. Los embalses pueden ser
de montaña o de llanura.
• En función de las demandas a satisfacer. Es común clasificar los embalses por sus
objetivos en:
a. Embalses de un objetivo, se reducen a aquellos de control de crecidas (“detention
dams”).
b. Embalses de múltiobjetivo, se construyen con el fin de abastecer dos o más demandas
simultáneamente. Éstos consideran implícitamente en su diseño el control de las crecidas
por razones de seguridad.
• En relación a la demanda a satisfacer éstas se pueden agrupar en las siguientes categorías:
generación hidroeléctrica; irrigación; aguas de uso industrial o municipal; navegación;
conservación de la vida silvestre; turismo y recreación; y mantenimiento del cauce.
En general, los embalses se construyen para satisfacer dos o más demandas, en cuyo caso
con frecuencia existen conflictos de necesidades e intereses que el ingeniero deberá
considerar en el diseño y en la formulación de normas de operación. Cuando se diseña para
satisfacer una sola demanda (por ejemplo riego ó generación hidroeléctrica) resulta simple
su posterior operación, ya que no se presentan conflictos de necesidades e intereses.
• Según el control de las descargas. Los embalses que se construyen para satisfacer una o
varias demandas específicas tienen válvulas o compuertas ó sistemas de bombeo para
entregar la demanda prevista. Aquellos que son sólo de detención de crecidas, pueden no
tener descargadores de fondo controlados, artificialmente, sino que la descarga se regula
hidráulicamente en función del nivel que alcanza el embalse.
• Según la forma de controlar las descargas de caudales de crecientes por el vertedero, se
dividen en embalses con vertedero sin compuerta, cuya descarga se regula hidráulicamente
en función del tirante por encima de la cresta del vertedero, y en embalses con compuertas
y descarga controlada (Chow, 1964; USBR, 1987, Davis et al, 1969).

9.2 DIMENSIONADO DEEMBALSES


El dimensionado hidrológico de un embalse involucra buena parte de los estudios
hidrológicos, detallados en los capítulos 4, 5, 7 y 8, estudios topográficos y geológicos
vinculados al sitio de ubicación de la presa y el futuro embalse.
Los estudios previos, para definir la necesidad o no de regular artificialmente un río, se
refieren principalmente, a la necesidad del control de crecidas debido a las consecuencias
económicas y sociales que estas producen en relocalización de centros urbanos,
industriales, rurales, de recreación o de protección de infraestructura aguas abajo del
probable sitio de ubicación de la presa. En función de la relación que existe entre el nivel de
la demanda prevista a través del tiempo, D(t) y los caudales naturales del río, Q(t) se tiene:

δ = Q (t)− D(t) (9.1)

La pregunta es: ¿Hay valores negativos de δ? En caso que no hay incluso para años de
sequía decenal (capítulo 5), la necesidad del embalse, en función de esas demandas no es
necesaria. Si hay valores negativos de δ, análisis de frecuencia más detallados en los
períodos de falta de agua (capítulos 4 y 5) definirán el criterio de necesidad o no. En el caso
que se defina la necesidad, por efecto de la demanda, un estudio previo usando el método
de la curva de masa de volúmenes (Diagrama de RIPPL) darán una primera idea de la
capacidad necesaria de regulación. Al definir esta necesidad se impone entonces el
dimensionamiento hidrológico de la presa que incluye fundamentalmente: altura de la presa
y capacidad del vertedero de control de crecientes.

Altura de la presa
La altura de la presa, puede estar implícitamente controlada por la topografía y las
condiciones geológicas del sitio de cierre del río, las cuales a su vez definen el tipo de
presa, presa de tierra, de gravedad, de arco, etc. (Davis et al, 1969; USBR, 1987 ).
Los datos básicos necesarios que se deben tener, una vez seleccionado el sitio, para poder
calcular la altura de una presa son:
• Mapas topográficos del vaso que permitan determinar las relaciones de cota-volumen y
cotaáreas.
Para vasos grandes la escala adecuada puede ser 1:25.000 y 1:10.000 o menor para vasos
medianos o pequeños.
Igualmente las curvas de nivel deberán tener un espaciamiento tal que permita obtener
mapas de los sectores del vaso para alturas sucesivas con buena precisión.
De estos mapas, se obtienen para diferentes alturas de la presa las curvas altura-volumen y
altura-área (Figura 9.1).
• Datos de caudales o volúmenes anuales y mensuales de series históricas o generadas.
• Datos de aporte de sedimentos en el río.
• Datos de demandas estimadas a nivel anual y mensual.
• Datos climáticos de lluvias (si son importantes), evaporación y vientos.
• Datos de crecientes.
• Curvas de superficie libre del río aguas abajo de la presa para diferentes descargas y áreas
inundables correspondientes a las mismas.
Resulta cada vez más importante tener en cuenta el análisis de impacto ambiental de un
futuro embalse en relación con la inundación de sitios de interés histórico o arqueológico,
así como la protección de la flora y la fauna. Todos los estudios de factibilidad de la
construcción de un futuro embalse deben ir acompañados de un estudio de impacto
ambiental y un estudio de las probables consecuencias de la falla de la presa. (capítulo 10)
Figura

Figura 9.1 Curvas de área y capacidad de un embalse

Para el cálculo de la altura de una presa en la Figura 9.2 se indican las franjas imaginarias
en que se divide una presa a los fines de ordenar su diseño hidrológico.
Figura
Figura 9.2 Franjas imaginarias para el cálculo de la altura de una presa de embalse.

Cálculo del volumen muerto (VM)


El volumen muerto es la parte del embalse que durante su vida útil se colma de sedimentos.
Este volumen no se tiene en cuenta en el volumen útil usado en la simulación de la
operación del embalse.
Los métodos de limpieza existentes para eliminar los sedimentos que se depositan en el
fondo del embalse no han dado buenos resultados por esto debe dejarse un volumen que
pueda llenarse con el aporte sólido del río y no afecte la funcionalidad durante la vida útil
del embalse.
El sedimento en suspensión es el que interesa porque el arrastre de fondo en su mayoría se
deposita en la cola del embalse. El sedimento en suspensión se deposita en el embalse en
una proporción diferente según sean las características del sedimento, las normas de
operación y la relación entre la descarga del río y el volumen del embalse. El cálculo del
sedimento que el río aporta al embalse se puede realizar con diferentes metodologías que se
describen en el capítulo
5.
Con respecto a las normas de operación, si un embalse retiene el agua por varios meses
tendrá más sedimentación que otro que en pocos días descarga el agua que recibe.
El porcentaje del sedimento que ingresa y es retenido en el embalse, se llama “eficiencia de
atrape”(ηA), la cual es función de la relación entre el volumen del embalse (VE) en m3y el
volumen anual de la descarga del río (VDR), en m3:

Así, se tendrá que un embalse pequeño en comparación con la magnitud de la descarga


anual de
un río dejará pasar gran parte del sedimento, mientras que un embalse cuyo volumen sea
significativo con respecto a la descarga del río presentará una alta eficiencia de atrape. La
relación volumen anual de descarga del río vs volumen del embalse ha sido tratado por
Brune y Churchill, la cual se muestra en la Figura 9.3 y la Tabla 9.1.

Tabla 9.1 Eficiencia de atrape en embalses (USBR, 1987).

Figura 9.3 Eficiencia de atrape de sedimentos de un embalse (Brune, 1953).

Cálculo del nivel mínimo para turbinas (NT)


Cuando la presa tiene turbinas existe una altura de carga mínima que asegura el buen
funcionamiento de las mismas. Conocido ese valor, en base a las especificaciones de las
turbinas a colocar, se calcula con las curvas de superficie libre (perfiles de flujos) del río de
aguas abajo de la presa, el nivel que tendrá el mismo para la máxima descarga normal. Esta
cota más la altura de carga mínima de las turbinas dará la cota del nivel mínimo a que
puede llegar el embalse durante su operación. Este nivel determina en realidad un
verdadero volumen muerto adicional que a veces es muy significativo con respecto al
volumen total de embalse.
Lógicamente, el volumen correspondiente al nivel de turbinas (VT), puede llegar a ser cero
en embalses de montaña donde una caída natural en el río, aguas abajo de la presa, brinda la
altura necesaria para el funcionamiento de las mismas.
Cálculo del volumen de embalse de operación o volumen útil (VU)
La determinación de la capacidad necesaria del volumen de embalse de operación de una
presa para regular un río y satisfacer una determinada demanda, es un estudio que debe
tener en cuenta no sólo los factores hidrológicos sino también las normas de manejo de la
presa.
Los factores hidrológicos en sí (fundamentalmente las entradas de agua al embalse)
conjuntamente con las demandas previstas darán una primera idea de las necesidades de
regulación.
Un análisis más detallado a nivel mensual, o diario o incluso horario según sean las
necesidades en un estudio de operación del embalse, dará el ajuste final del cálculo del
volumen útil. Para obtener la primera aproximación se usa la comparación de la curva de
masa de volúmenes del río vs la curva de masa de los volumenes de las demandas
estimadas denominado diagrama de
Rippl (capítulo 5). Las curvas de masa permiten visualizar los períodos secos y los
abundantes.
Es importante destacar que no siempre resulta fácil seleccionar el período más crítico,
porque frecuentemente una sucesión de períodos moderadamente secos resulta más grave
que un solo período muy seco, pero más corto.
La proyección de la línea de volumenes de las demandas acumuladas a través de todo el
período seco, indica en su máxima separación un valor que leído en la escala de las
ordenadas da el volumen de operación necesario para satisfacer la demanda estimada a
través de un período seco igual al histórico. La línea de volumenes de las demandas
acumuladas debe siempre interceptar en algún punto a la línea de volúmenes acumulados
de lo contrario la demanda estimada no puede ser satisfecha. La pendiente de la curva de
masa del río, en cualquier instante, es una medida del caudal medio en ese instante.
Con el diagrama de Rippl se pueden resolver dos problemas:
• Determinar la capacidad de embalse necesaria en un río para diferentes niveles de
consumo.
En este caso, se trazan líneas tangentes a la curva de masa siguiendo la pendiente de las
diferentes líneas de demandas, desde el punto inicial del período seco hasta la intercepción
con la misma. Como se mencionó en el capítulo 5, la máxima separación proporciona el
valor deVU.
• Para una capacidad dada de embalse determinar la demanda que puede satisfacer. En
ciertos casos, la capacidad del embalse está fijada por razones topográficas, geológicas o
constructivas. El procedimiento en este caso, consiste en trazar para los diferentes períodos
de sequías líneas de demanda tales que, la máxima separación de la curva de masa, no
supere el valor fijado de capacidad del embalse predeterminada.
De todas las líneas trazadas, aquella que tenga la menor pendiente será la que satisface la
demanda primaria (caudal firme). Otros niveles de demanda superiores corresponderán a
demandas secundarias que implican el riesgo de una determinada posibilidad de sequía. La
elección de un determinado riesgo de sequía depende del uso del recurso y por lo tanto, de
las consecuencias sociales y económicas que la restricción pueda ocasionar.
En generación eléctrica o abastecimiento a ciudades o industrias la demanda primaria tiene
que tener una confiabilidad no menor del 90%. En el caso de riego, es variable con el tipo
de cultivo pero en general se adoptan niveles de confiabilidad entre el 75% y el 85%.
Si la demanda es variable, la línea será una curva de masa de demandas y el procedimiento
es el mismo, sólo que se debe tener cuidado en superponer las líneas en forma que
coincidan cronológicamente, es decir, demanda de enero con caudal de enero, etc (capítulo
5).
En la construcción del diagrama de Rippl, usar series históricas de volumenes (aunque estas
sean largas), implica suponer una igualdad de los escurrimientos del pasado y del futuro, lo
cual es una simplificación improbable, sobre todo en lo que se refiere a su secuencia en el
tiempo. La utilización de series sintéticas generadas a partir de valores de la serie histórica
da series con probabilidades de ocurrencia iguales a la histórica, pero con distinta
secuencia. Esto significa una ventaja importante con respecto al uso exclusivo de la serie
histórica. En este caso, el cálculo de la curva de masa se hace de igual manera, utilizando
los valores de la serie sintética.
La curva de Rippl se puede corregir por evaporación restándole la evaporación estimada
para el embalse.
La capacidad actual de las computadoras y un software adecuado, permite hacer este
cálculo en forma más precisa, obviando el cálculo gráfico que pasa a tener un sentido mas
didáctico que operativo.

Cálculo del volumen de crecidas (VC)


En todos los estudios de embalses se deben hacer análisis hidrológicos de las crecidas del
río, ya que el adecuado control de estas contribuye no sólo con la seguridad hacia aguas
abajo de la presa, sino a la estabilidad de la misma.
El volumen de crecidas, en los embalses de propósito múltiple, o el volumen total del
embalse en aquellas que se construyen sólo para ese fin, tiene como objetivo amortiguar el
pico del hidrograma de la creciente, embalsando agua en el momento que se producen los
valores máximos de caudal, para luego descargar al río los mismos volúmenes en tiempos
más largos (caudales menores).
En un embalse el volumen de crecidas es un espacio vacío reservado para almacenar
temporariamente agua, mientras que el volumen de operación es sinónimo de agua
embalsada para usos posteriores. El dimensionamiento del volumen de crecidas implica el
cálculo previo de la creciente de diseño, para lo cual se deberá hacer uso de algunos de los
métodos de los capítulos 4 y 5. Sí se cuenta con el hidrograma de la creciente de proyecto,
la metodología a seguir es la siguiente:
• Se realiza un diseño preliminar de los descargadores y del vertedero de crecidas.
• Se selecciona la descarga máxima posible.
• Se efectúa la curva de descarga de la presa para diferentes niveles del embalse
• Finalmente, se simula el tránsito de la creciente del proyecto y se calcula el nivel máximo
preliminar del embalse.
El volumen de embalse de crecidas puede tener un nivel NC correspondiente a crecientes
hasta
un cierto valor de probabilidad de ocurrencia (100 años por ejemplo) y otro nivel NE, para
las situaciones de crecientes extraordinarias (1000 años o más) que descargan un volumen
por encima del vertedero (VE). Para analizar esta última situación, bastaría repetir el cálculo
del tránsito de la creciente partiendo de un valor inicial de embalse lleno al nivel de NC.
Cálculo del borde libre (BL)
Como se muestra en la Figura 9.2 la presa debe tener una altura superior al nivel máximo
que puedan alcanzar las aguas. Este nivel que no se ocupa con agua, se llama borde libre,
evita que por efecto de olas o movimientos en la superficie libre del embalse el agua
derrame por encima de la presa. Esta situación sería altamente indeseable principalmente en
presas de tierra y material mixto.
En el cálculo del borde libre (BL) intervienen: el efecto del viento, la inclinación de la
superficie del embalse, el choque de las olas en la presa y el asentamiento de la presa.
Efecto del viento
La altura de las olas varía con la magnitud de la velocidad del viento y su persistencia, es
decir, el tiempo que el viento se mantiene en una misma dirección a una determinada
velocidad.
Frecuentemente, el efecto mayor para la formación de olas, se manifiesta si la duración del
viento para una determinada dirección, supera los 60 minutos.
Los efectos producidos por el viento son más significativos si la dirección del mismo
coincide con el fetch del embalse. Se denomina fetch, a la mayor distancia rectilínea directa
desde algún punto de la presa hasta el borde opuesto del embalse.
Con frecuencia ocurre que la dirección del viento predominante no coincide con el fetch, en
tal caso, se puede tomar como “fetch efectivo” la distancia que corresponda tomada en la
dirección del viento predominante.
Algunos autores consideran como fetch efectivo al que resulta del siguiente cómputo:
• Se trazan dos ángulos de 45º, uno a cada lado del fetch máximo y se dividen
aproximadamente 15 segmentos iguales.
• Multiplicando la longitud del fetch correspondiente a cada segmento por el coseno del
ángulo de desviación desde el fetch máximo y dividiendo la suma de esos productos por la
suma de los cosenos se tiene “fetch efectivo”. (Linsley et al, 1964)

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