02 Capitulo - 4 - Pedagogia - Autogestionaria
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MODULO II
TENDENCIAS PEDAGÓGICAS CONTEMPORÁNEAS
CAPITULO IV
LA PEDAGOGIA AUTOGESTIONARIA
Victoria Ojalvo
Ana Victoria Castellanos
Con este término se designa toda una serie de variadas experiencias y movimientos
pedagógicos de distinto alcance, que pretenden la transformación de la educación, a partir
de la participación directa de los interesados: profesores, alumnos y padres, en la
organización de todas las esferas de la vida del escolar.
Esta corriente heterogénea del pensamiento pedagógico actual busca la creación de una
escuela diferente a la tradicional, con una organización escolar novedosa y audaz, en
comparación con las corrientes de pensamiento establecidas.
Para lograrlo se apoya en la autogestión, que se utiliza al mismo tiempo como un medio y un
fin en la educación: un medio en la medida en que se crea un espacio que le permite
diferenciarse del sistema oficial de educación, para experimentar innovaciones; y un fin ya
que la autogestión implica el desarrollo de la responsabilidad de los estudiantes por su
propio aprendizaje, la formación de valores sociales orientados hacia el colectivismo y la
participación social.
Es por esto que no puede comprenderse plenamente el papel de esta corriente pedagógica si
no se analiza en su significación más amplia, como proyecto de cambio social.
En los años 80 surgen en ese país movimientos que insisten en la aplicación de la autogestión
a todos los aspectos de la vida social, incluída la educación. Surge el llamado "socialismo
autogestionario", proyecto global que sus partidarios presentan como alternativa de cambio
social más factible que la revolución radical.
Mientras sus partidarios afirman que es un medio de cambio social a través de la escuela,
pues: "es ahí donde se puede aplicar inmediatamente y donde se puede sembrar el
fermento de organización social futura", sus críticos sostienen que la autogestión es válida
como técnica y forma de enseñanza, pero no para alcanzar objetivos distintos de los
establecidos pues la escuela "sigue siendo un dispositivo al servicio de fines sociales
determinados" (15).
Por su parte Guy Le Boterf, estudioso del tema, aunque no rechaza los proyectos
autogestionarios, llama a no hacerse ilusiones en cuanto a sus resultados,
enmarcándolos como excelentes intermediarios pedagógicos para analizar la realidad de los
sistemas de formación y desarrollar el proceso de autoformación.
Psicoterapia institucional: Surge en Francia a partir de 1940 y ejercerá también una notable
influencia sobre los movimientos autogestionarios en educación.
• La escuela constituye un grupo social con vida propia, a partir de la participación directa
de todos sus miembros en su organización y funcionamiento. En el contexto escolar la
autogestión se valora no sólo como modelo de relación pedagógica, sino también
como modelo de relación social, en tanto los grupos de autogestión permiten a los
participantes una experiencia de comunicación, un tipo de relación en la que se descubre el
placer de actuar con el otro y de vincularse a él.
• Las reuniones cordiales y abiertas entre profesor y alumnos tornan agradable la estancia
en la escuela y despiertan lazos afectivos que permiten la aparición de nuevas motivaciones
para el aprendizaje y la promoción en general.
Los diversos intentos en ese sentido difieren en sus niveles de aplicación y alcance: no siempre
la autogestión es un objetivo en sí misma; en ocasiones, se enfatiza más la autonomía,
libertad, autoformación, como fin último de algunos de estos movimientos; en
otros casos aparece más claramente el fin autogestionario.
Ante tal diversidad, es posible agrupar las disímiles experiencias en dos grandes grupos:
• Las que se relacionan con la intervención del alumno sólo en algunos aspectos de la
institución pedagógica: entre ellas se encuentran las llamadas "pedagogías libertarias",
"activas" y la "personalización de la enseñanza".
Como puntos de referencia para los seguidores de esta línea se sitúan las experiencias de las
escuelas de Hamburgo (1920) y de Summerhill (Reino Unido, 1921), las cuales sitúan la libertad
del niño como objetivo central de la educación.
La experiencia de Summerhill ha ejercido una enorme influencia en las concepciones
educacionales progresistas; fue creada por A. S. Neill, quien sostenía que el saber no importa
tanto como la formación de la personalidad y del carácter, el primero vendría por añadidura
cuando el alumno hiciera consciente su necesidad.
• La tradicional relación de autoridad del maestro con respecto al alumno se pone en tela de
juicio: en la medida en que la plena libertad del niño es el primer objetivo, el control
ejercido por el maestro sobre la disciplina y sobre la naturaleza de las actividades
educativas, ya no se justifica. El poder del niño en la escuela se transforma: "cada individuo
es libre de hacer lo que quiere". Se abre la perspectiva de la autogestión en la escuela,
que reviste la forma de una intervención activa de los niños en la vida escolar.
• La pedagogía libertaria rechaza el papel del profesor como "modelo", en tanto el mismo es
entendido como una forma de poder o autoridad. La posición del profesor es claramente
no-directiva.
El interés por los aspectos institucionales en educación, que en este movimiento es central,
surge principalmente en Europa en las últimas décadas: el grupo escolar no es algo aislado,
sino que está inmerso en una institución y por tanto, regulado por las normas y
reglamentaciones que ella sustenta, aunque ni alumnos ni profesores tengan plena conciencia
de ello.
Se toma conciencia por sus seguidores de que para lograr cambios en la educación, es
imprescindible la transformación de las instituciones sociales. "Es ilusorio, afirma G.
Ferry, que pensemos en la posibilidad de elucidar las relaciones humanas viendo únicamente
el aspecto interpersonal de ellas y dejando de lado los factores institucionales, es decir,
todas las determinaciones que vienen de la estructura misma de la institución"(6,5).
La clase es una institución que puede ser cuestionada por maestros y alumnos. La
acción del grupo está sujeta, por lo tanto, a constantes análisis y perfeccionamientos.
La función del docente se basa en la no-directividad y en el fomento de la autogestión y el
análisis institucional.
En este apartado sólo se mencionarán algunos de los principales hitos en las reflexiones y
prácticas innovadoras en la educación latinoamericana; un análisis más completo del tema
puede encontrarse en la obra de A. Piuggrós (11).
En las primeras décadas del presente siglo se producen importantes sucesos sociales
como la Reforma Universitaria en 1918, en Córdova, Argentina, cuyas banderas de libertad
de cátedra, autonomía universitaria y gobierno co-gestionario se tornan rápidamente en
movimientos políticos que motivaron las luchas de varias generaciones.
En los años 60 se producen en la región toda una serie de intentos por transformar la
educación, bajo la influencia de la situación política y social imperante y por la presencia
esperanzadora de la Revolución Cubana. Existe un fuerte rechazo por las instituciones
escolares, que son incapaces de satisfacer las crecientes demandas de la población y resolver
los problemas sociales que ésta sufre. El énfasis de estos cambios está puesto en la
democratización de la enseñanza y en el rechazo al autoritarismo de la escuela. Sin
embargo, estas experiencias no resultaron exitosas pues respondían más a modelos impuestos
por instituciones extranjeras que a las propias realidades que debian transformar.
El rechazo a la institución escolar llega al punto extremo con Iván Illich (1971), quien
condena la escuela y la educación obligatoria por considerarla formas de sometimiento
y dominación. Este autor sostiene la necesidad de la autogestión educativa en su forma más
radical.
A pesar de estas dificultades, ésta es sin dudas una experiencia que merece seguirse con
atención; su influencia se ha extendido a otros países y representa lo que sus partidiarios
llaman "un gran salto hacia adelante", en el panorama de la educación tradicional de la
región. Como balance de éste movimiento se afirma que: "los docentes tienen ya una nueva
actitud frente a la enseñanza y los alumnos frente al conocimiento; la universidad misma,
aquí y ahora, frente a su realidad interna y social". (4,7).
A nuestro juicio, resultan aportes en esta tendencia el papel asignado al grupo y a su propia
gestión en la formación y desarrollo de la personalidad, y el reconocimiento de las
necesidades e intereses individuales y grupales como base del aprendizaje.
Por otra parte, no existe un modelo único para el establecimiento de la autogestión. Cada
establecimiento elabora su modo de funcionamiento, por lo que resulta imposible
establecer generalizaciones que faciliten su aplicación.
¿Es posible fomentar una escuela autogestionaria en sociedades clasistas? Como habíamos
señalado, es imposible ignorar la estructura social en la que está inmersa la escuela, esto,
sin dudas, impone límites a su alcance. Sin embargo, la autogestión puede jugar un
importante papel como "revelador" de las contradicciones sociales, por el análisis crítico
profundo que hace de la sociedad; de ahí su importancia como medio de concientización,
para la formación de los ciudadanos que han de vivir en ella y transformarla.
Otro importante aspecto a considerar es que cada vez con mayor frecuencia se incluyen, como
factores esenciales asociados a la calidad de la enseñanza, la autonomía, descentralización y
autogestión de las instituciones educativas, tanto en el nivel universitario como medio.
(Proyecto Principal de Educación de América Latina y el Caribe, OREALC, 1994), (S. Antunez,
1994), (E. Rodríguez Fuenzalida, 1994), (M.I. Abrile de Vollmar, 1994), (J. García Carrasco, 1996).
Sobre estos aspectos se afirma: “El surgimiento de la escuela como una organización con cierta
autonomía, es uno de los procesos más significativos que están ocurriendo en la transformación
de los sistemas educativos”. (3, p.19)
S. Antunez (1994) señala en su obra que la autonomía es un factor de gran importancia para
lograr la calidad educativa, es un requisito para implementar innovaciones, pero también puede
constituirse en un obstáculo si no se hace buen uso de ella, por falta de comprensión de sus
fines o de capacidad para ejercerla. En este sentido señala que la autonomía de la escuela
puede ser un simulacro, una coartada para diluir y ocultar responsabilidades.
BIBLIOGRAFÍA