Industria Del Siglo 19

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I.

INDUSTRIA DEL SIGLO XIX

1.1 ANTECEDENTES

Los estudios actuales han demostrado que tuvo lugar una modesta, pero decisiva,

diversificación de la economía peruana. Las primeras señales del nacimiento de la

industria peruana se dieron durante el primer gobierno de Castilla (1845-1851); careció

de un fundamento estructural debido a que tuvo inicio de una manera ligera y mediana

en el comercio de bienes y consumos básicos (APTT, 2012).

Las élites no se limitaron a participar de forma rentista y especulativa del auge

económico. En esta primera fase de crecimiento y diversificación económica, se

consideraba que el país necesitaba con urgencia mano de obra para las actividades

productivas y para la colonización y desarrollo de la nación. En esta problemática

influyeron algunos aspectos, de acuerdo con la época en que se pretendió resolver el

problema. Una primera coyuntura apareció con el auge guanero (1849-1870).

1.2 INICIO DE LA INDUSTRIA PERUANA

 1840-1845

Se dio con el mercader Jorge Moreto, quien abrió una fábrica de cristalería y utensilios

en 1841; José de Sarratea, hacendado y sobreviviente de las guerras de Independencia,

incursionó en la industria de la seda con la importación de máquinas a vapor.

También fue abierta una fábrica de papel por los propietarios del diario El Comercio,

Manuel de Amunátegui y Alejandro Villota, quienes invirtieron unos 50 mil dólares en

maquinaria importada.
José de Sarratea, hacendado y sobreviviente de las guerras de Independencia, incursionó

en la industria de la seda con la importación de máquinas a vapor.

 1845-1847

Los hermanos Bossio revivieron en 1847 la fábrica de cristalería y utensilios el

mercader Jorge Moreto, la mudaron al Callao y ampliaron la gama de productos e,

incluso, contrataron administradores europeos para llevar adelante el negocio.

El empresario Eugenio Rosell, abrió una fábrica de velas y una amplia gama de

productos derivados de la ballena. Incluso, el mismo gobierno de Castilla invirtió en la

fundición naval de Bellavista (1846), perteneciente a la Escuela Naval, que debía

preparar mecánicos para la empresa privada y mantenerse mediante contratos con

particulares para la fabricación y reparación de maquinaria sofisticada.

 1848-1850

El proyecto industrial más ambicioso de estos años fue, sin duda, la fábrica de telas de

algodón de “Los Tres Amigos”. El nombre provino de los tres socios que decidieron

montar el negocio: Juan Norberto Casanova, José de Santiago y Modesto Herce;

además, ellos contaron con el apoyo financiero de Pedro Gonzáles Candamo (el

capitalista más rico y conectado del país) y de Domingo Elías (otro capitalista y el

hacendado más importante de Ica). Importaron maquinaria desde Paterson (New

Yersey), llegarían a emplear 500 trabajadores y empezaron a producir 10 millones de

yardas al año, equivalente a todo el monto de telas importadas por el país. Impulsada

con agua, cabe mencionar que la inversión inicial alcanzaba los 200 mil dólares, una

suma importante para la época.

Lamentablemente, este primer impulso “industrial” fracasó muy pronto cuando el país

se alejó del proteccionismo alentado por el dinero fácil de la exportación del guano.
Vino una fiebre por la importación de artículos europeos y norteamericanos que arruinó

no solo la producción de estas fábricas sino también afectó la de los pequeños artesanos.

1.3 AUGE DE LA INDUSTRIA PERUANA (ERA DEL GUANO)

También llamada La República del Guano, fue una época de la historia republicana del

Perú entre 1845 y 1866 durante la cual, la exportación del guano de las islas de la costa

transformó la economía y la política nacional. Se considera su inicio con el primer

gobierno del general Ramón Castilla, tras este gobierno, el Perú logro alcanzar una

economía estable. Al ser el Estado peruano el dueño de depósitos de guano de las islas

del litoral y el primer interesado en sacarle provecho a este recurso natural, buscó

asociarse con el capital privado, peruano y extranjero. De esta manera, el estado

aportaba el recurso y los empresarios privados el capital necesario. Fue el comerciante

peruano Francisco Quirós el primero en asociarse con el Estado. En 1841 firmó un

contrato de arrendamiento por el que tenía los derechos de explotación a cambio de

pagar tan sólo 10 mil pesos anuales durante 6 años. El Estado se benefició al principio,

pues esta cantidad de dinero era importante para incrementar su presupuesto y la

primera plata que ingresaba por la venta de este recurso.

Fuente:

Revista

Historia Peruana
Figura 1: ferrocarril que transportaba guano.

A lo largo del periodo 1840 a 1875, siguió buscando obtener una proporción mayor del

valor total del guano vendido y decidió cambiar de sistema de explotación por segunda

vez. El sistema de venta que mayor tiempo permaneció activo (1847 a 1869) fue el de

consignaciones. Este sistema era un acuerdo entre el Estado y empresarios peruanos

como Francisco Quirós o Manuel Pardo y extranjeros como los británicos Gibbs o

Grace. En este sistema se les otorgaba la explotación del guano durante un tiempo a

cambio de un porcentaje que variaba entre el 35 y el 45 %. El consignatario se

encargaba de todo el proceso de explotación, exportación y venta del guano. El Estado

recibía una porción del ingreso líquido después de producida la venta. El problema era

que el Estado necesitaba efectivo y no podía esperar hasta el reparto de ingresos. Por

esta razón los consignatarios se convirtieron en los mayores prestamistas del Estado

cobrándole entre el 4 y 13% de interés. Perú se convirtió en el primer exportador

mundial de guano. Entre 1840 y 1880, el nivel de las exportaciones alcanzó los 11

millones de toneladas, que fueron vendidos en Europa y Norteamérica por un estimado

de 750 millones de pesos o 38 millones de dólares americanos. Los ingresos generados

por la venta del guano se convirtieron en la principal fuente de ingresos fiscales, los

cuales

aumentaron

considerablemente.
Fuente: RPP, 2016.

Figura 2: Extracción del guano de las islas de Chincha.

Los ingresos producidos por la explotación del guano permitieron atenuar las deudas

que se arrastraban desde la independencia. los beneficios de este nuevo negocio se

vieron particularmente en los gobiernos del presidente Ramón Castilla.

1.4 INDUSTRIA PARALELA A LA ERA DEL GUANO

 Industria cervecera

Pilsen Callao, fundada un 15 de octubre de 1863 por el inmigrante alemán Federico

Bindels, quien cinco años después, en 1868, Bindels se asocia con Aloise Kieffer, un

inmigrante francés que también elaboraba cerveza no industrial, y juntos amplían la

fábrica hasta que Kieffer fallece y deja la cervecería a sus hijos, quienes toman la rienda

de la compañía.

La familia Kieffer se asocian a

los empresarios Faustino

Piaggio y Elías Mújica y

Trasmonte y constituyen
formalmente la Compañía Nacional de Cerveza en 1904. Su nombre proviene de su

tipo, similar a su ascendente, la bebida checa Pilsner, una cerveza ligera, de color

dorado y suave aroma.

Fuente: El Comercio, 1962.

Figura 3: Antiguo Edificio de la Cervecería Pilsen Callao

 Industria de alimentos

En 1864, el inglés Arturo Field y el francés Adolfo Fribourg inauguraban la compañía

de galletas Arturo Field. En las décadas venideras el portafolio de la marca se amplió a

chocolates y caramelos.

Fuente: UPN, 2017.

Figura 4: Fábrica de Galletas Arturo Field.


 Industria textil

Asimismo, otro gran proyecto que se instaló fue la Fábrica de Hilados y Tejidos de Lana

fundada en 1861 en el valle de Lucre, considerada como la primera industria textil

moderna de Perú y de América del Sur, así mismo, esta fue la única que dio continuidad

a la actividad textil que el Obraje Hacienda Nuestra Señora de la Asunción realizaba

desde 1715.

Esta fábrica, llena de historia y tradición, de propiedad de empresarios peruanos y de

obreros incansables, cuya actividad textil se inicia en 1715, logró producir tejidos de

gran calidad, y por el contexto histórico de dos épocas que aconteció en el Perú, vistió a

ejércitos realistas, revolucionarios, republicanos y hasta extranjeros debido a la

exportación de tejidos a las Filipinas, EEUU y España a raíz de las Guerras Mundiales.

Fuente: Velarde, 2009.

Figura 5: Telares de madera de la época colonial empleados aún en 1919, fábrica

de Lucre.

 Industria de minera
A través de este sistema de “habilitación” y un bien organizado sistema de arrieraje, los

arrieros, en conexión con comerciantes de mayores ingresos como los Villate, Cavieses,

Argumanis, Larco, Lequerica y Matherus controlaban el comercio de la plata entre

Cerro de Pasco y Lima. Este dominio mercantil les permitía obtener el metal a bajo

precio directamente de los productores o como parte de pago por sus servicios de

“habilitación”. Luego, los comerciantes vendían la plata a precios elevados en la Casa

de la Moneda de Lima.

Fuente: Deústua, J. 1986.

 Industria agropecuaria

Además de la ruta Cerro de Pasco-Lima (que era complementada por una ruta alterna

por el puerto de Huacho), los arrieros y pequeños comerciantes crearon otros tres

circuitos mercantiles. Estas rutas comerciales conectaban el centro minero con las

ciudades de Huánuco, Huaraz y con la región del valle del Mantaro (Tarma y Jauja). El
comercio con esta última región constituyó uno de los mercados regionales más

importantes del siglo XIX. Trigo, ganado, lana y aguardiente fueron los productos más

importantes de este sistema mercantil.

Asimismo, las haciendas azucareras y algodoneras, mostraron un interés de las élites de

corte burgués de diversificar sus inversiones. Ulrich Mücke (2004) denomina a este

proceso “el ascenso de la burguesía”. Su auge se reflejó en el aumento de las

exportaciones agrícolas. Antes de 1865, el promedio de exportaciones de algodón era de

361 toneladas métricas, mientras que el volumen se elevó hasta más de 2.000 t hacia

1870 y a 4.264 t en 1875. En el caso del azúcar, el promedio de 1.189 t en 1865 pasó a

más de 8.000 t en 1870 y a 27.830 t en 1875.

 Industria artesanal

La producción artesanal y en obrajes predominaba también en la región sur y, al igual

que en la región central, las grandes casas comerciales que comenzaron a instalarse en

la ciudad de Arequipa buscaban controlar el incipiente mercado de lanas de camélidos y

bovinos a través de la consabida red de comerciantes mayoristas y rescatadores,

articulada a través del crédito comercial y el arrieraje. Existían importantes diferencias

entre la región sur y la central. En primer lugar, el mercado regional del sur era, tal vez,

uno de los más grandes, por tratarse de la región más poblada del Perú y por sus

estrechos vínculos con el altiplano boliviano. En segundo lugar, debido precisamente a

las relaciones comerciales con Bolivia, el uso de la moneda feble era más común que en

el resto del país. Finalmente, la región concentraba a la mayor parte de la población

indígena del Perú, por lo que el pago en metálico de la contribución personal o tributo

era uno de los catalizadores de la economía de la zona.


CONCLUSIONES

La creciente industrialización del Perú del siglo XIX no solamente dio trabajo a los

peruanos, trajo inversiones del extranjero con la explotación del guano, sino que

también genero robos sistemáticos entre las instituciones del estado de ese entonces

haciéndolos más ineficientes de lo que son, llevando al Perú a la bancarrota en el año

1870.
BIBLIOGRAFÍA

 Deústua, J. 1986. Producción minera y circulación monetaria en una economía

andina: El Perú del siglo XIX. Revista Andina CBC, 2: 335.

 Ludeña, W. 2008. Patrimonio industrial en el Perú del siglo XX: ¿Exotismo

cultural o memoria sin memoria?. Pontificia Universidad Javeriana, 21: 5.

 Bonilla, H. 1972. La coyuntura comercial del siglo XIX en el Perú. 46: 2-5.

 Mendoza, V. 2017. El guano de las islas del Perú: Una historia de guerras y

revoluciones. Revista de viajes y turismo. Sitio web:

http://soloparaviajeros.pe/el-guano-de-las-islas-del-peru-una-historia-de-guerras-

y-revoluciones/

 Universidad Privada del Norte (UPN). 2017. Empresas centenarias: la virtud de

la longevidad. Escuela de Postgrado y Estudios Continuos. Sitio web:

https://blogs.upn.edu.pe/postgrado/2017/04/27/empresas-centenarias-la-virtud-

de-la-longevidad/?

fbclid=IwAR0MPia6bg1X8q6y4niboI_dgRdHoluQGihKiiGtMXn38qBoLO-

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 Alonso, I. 2015. Perú: Nuestra propia revolución industrial. de El Cato Institute

Sitio web: https://www.elcato.org/peru-nuestra-propia-revolucion-industrial?


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