Monstruo de Frankenstein
Monstruo de Frankenstein
Monstruo de Frankenstein
Información
Sexo Masculino
Ocupación asesino
Frankenstein, o el moderno Prometeo es un personaje de ficción que apareció por primera vez en la
novela de Mary Shelley, Frankenstein o el moderno Prometeo . Se trata de un ser creado a partir de
partes diferentes de cadáveres, al cual le es otorgada la vida por Víctor Frankenstein (su creador)
durante un experimento. El personaje ha llegado a formar parte de la cultura popular y ha sido fuente
para la creación de otros personajes de novelas, cómics, series televisivas y películas.
Índice
1Carencia de nombre
2Descripción y carácter
3En la novela
4Análisis e interpretación
5Representaciones notables
6Véase también
7Referencias
Carencia de nombre[editar]
Descripción y carácter[editar]
En la novela, el monstruo aparece como una criatura humanoide de enorme estatura (dado que «la
pequeñez de las partes constituía un gran obstáculo para la rapidez de mi trabajo», 3 según palabras
del propio Victor Frankenstein), de unos ocho pies de alto (2,44 m, aproximadamente). De forma
premeditada, los detalles del proceso de su creación se dejan imprecisos, aunque resulta implícito
que su creador se valió de fragmentos de cadáveres procedentes de las salas de disección,
patíbulos y mataderos. Este lo describe en los siguientes términos:
«¡Cómo expresar mis emociones ante aquella catástrofe, ni describir al desdichado al que con tan
infinitos trabajos y cuidados me había esforzado en formar! Sus miembros eran proporcionados, y
había seleccionado unos rasgos hermosos para él. ¡Hermosos! ¡Dios mío!
»Su piel amarillenta apenas cubría la obra de músculos y arterias que quedaba debajo; el cabello
era negro, suelto y abundante; los dientes tenían la blancura de la perla; pero estos detalles no
hacían sino contrastar espantosamente con unos ojos aguanosos que parecían casi del mismo color
que las órbitas blancuzcas que los alojaban, una piel apergaminada y unos labios estirados y
negros. [...] ¡Ah! No había mortal capaz de soportar el horror de aquel semblante. Una momia a la
que dotaran nuevamente de animación no podría ser tan espantosa como aquel desdichado.» 4
Casi inmediatamente después de nacer, es capaz de ponerse en pie, de caminar y de usar ropas: es
pues, en contra de lo que habitualmente ha mostrado el cine, un ser bastante inteligente. Además es
muy sensible y emocional, anhela la compañía y el afecto y su único objetivo es compartir su
existencia con otro ser dotado de sentimientos, semejante a él. Es muy elocuente y articulado,
llegando a hablar y a escribir con gran corrección en francés, y posiblemente también en alemán y
en inglés. Admira la belleza, y su mayor placer es ver «las flores, los pájaros y todas las alegres
galas del verano».5 Tiene inclinaciones pacíficas, y aunque conoce el uso de la carne, prefiere
alimentarse de raíces, bayas y nueces que encuentra por el campo, siendo vegetariano. Le gusta
leer, y varios de los libros que lee son El paraíso perdido de Milton (a cuyo héroe, Satán, admira, y
con el que llega a compararse "debería ser tu Adán, pero soy tu ángel caído", 6 le llega a decir a
Frankenstein, y que de paso le sirve para comprender las nociones de creación y divinidad), Las
desventuras del joven Werther, de Goethe (que también excita grandemente su admiración y le
introduce en el mundo de las relaciones humanas) y Las vidas paralelas, de Plutarco (que le
permiten llegar a conocer los hechos históricos más notables de la Antigüedad). Sin embargo, el
continuo rechazo de que es objeto, lo hace convertirse en un ser solitario, amargado y vengativo. A
pesar de eso, es continuamente atormentado por remordimientos, que lo diferencian de otros
monstruos de la literatura gótica , como Drácula o el vampiro Lord Ruthven de Polidori, quienes
jamás experimentan arrepentimiento. En ciertos aspectos, guarda un gran parecido con el arquetipo
literario, frecuente en aquella época, del "buen salvaje", popularizado durante
la Ilustración por Rousseau y otros escritores, quienes afirmaban que el hombre es bueno por
naturaleza, y que es la sociedad la que lo pervierte.
En la novela[editar]
Análisis e interpretación[editar]
Diversos críticos y estudiosos de la novela, que la han analizado en profundidad, han aventurado la
posibilidad de que el Monstruo sea una metáfora de un niño sin madre: la propia Mary Shelley perdió
a su progenitora a poco de nacer ella, 7 y ella misma tuvo una relación un tanto problemática con su
padre durante toda su vida. Como el Monstruo, Shelley también tuvo una niñez aislada y solitaria,
que pasó frecuentemente leyendo o escribiendo. 8 Otras veces el Monstruo, aparecido precisamente
en los albores de la Revolución Industrial, ha sido visto como el símbolo de una clase social
oprimida: la propia Shelley escribió que el Monstruo "reconocía la división de la propiedad, las
inmensas riquezas y la pobreza mísera". 9 Otros han visto al Monstruo como el resultado trágico de
una tecnología incontrolada:10 la encarnación del miedo de la gente a crear algo que no se pueda
dominar. También se ha querido ver en su historia una crítica implícita al tradicional conocimiento
científico de tipo patriarcal, del que las mujeres están excluidas. 11 Al mismo tiempo, entroncaría con
leyendas medievales europeas sobre la creación de vida artificial, tales como Fausto o el Golem, en
las que el componente mágico o sobrenatural habría sido sustituido por la ciencia. Pero el Monstruo
como individuo también tiene una vertiente trágica y casi existencialista. Joseph Carroll ha señalado
que ocupa: "un territorio limítrofe entre las características que típicamente diferencian protagonistas
y antogonistas".12 Alberto Manguel ha comentado que : "como Adán el sufriente, es un pedazo de
arcilla viva que nunca pidió venir a este mundo.[...] En su versión más elevada es Hamlet, es
Segismundo en La vida es sueño de Calderón, preguntándose si no es una mota de polvo dentro de
una cáscara o una mera forma entrevista en sueños.". 13 El conjunto de la novela puede verse como
"el grito de una criatura que fue creada y rechazada por su progenitor, por su dios [...], una cr ítica
sustancial de la ciencia, del sueño de la razón que produce monstruos..." 14
Representaciones notables[editar]