Drácula
Drácula
Drácula
Drácula
de Bram Stoker
Género Novela
Idioma Inglés
Título Dracula
original
Ciudad Londres
Índice
1Argumento
2El Drácula histórico
o 2.1Fuentes de Stoker
o 2.2Vlad el Empalador
o 2.3Erzsébet Báthory
o 2.4El extraño misterioso
3La novela
4Personajes
5Lugares donde transcurre la historia
6Etnias y nacionalidades de los personajes de la novela o que se mencionan en ella
7Adaptaciones en teatro
8Adaptaciones en cómic
9Pasajes suprimidos
10Véase también
11Notas y referencias
12Bibliografía
13Enlaces externos
Argumento[editar]
La historia es epistolar. Consiste en la lectura de una serie de documentos, siendo, en su mayoría,
los diarios de los personajes. Pese a su claro afán de objetividad, no omiten las opiniones,
sensaciones y sentimientos de sus respectivos autores.
La obra en sí comienza cuando Jonathan Harker, un joven abogado inglés
de Londres comprometido con Wilhemina Murray (Mina) se encuentra en la ciudad de Bistritz y debe
viajar a través del desfiladero del Borgo hasta el remoto castillo del conde Drácula, en los Montes
Cárpatos de Transilvania, una de las regiones más lejanas de la Hungría de esa época, para cerrar
unas ventas con él. Convirtiéndose durante un breve período de tiempo en huésped del conde, el
joven inglés va descubriendo que la personalidad de Drácula es, cuanto menos, extraña: no se
refleja en los espejos, no come nunca en su presencia y hace vida nocturna. Poco a poco va
descubriendo que es un ser despreciable, ruin y despiadado que acabará convirtiéndole en un rehén
en el propio castillo. En el mismo también viven tres jóvenes y bellas vampiresas que una noche
seducen a Jonathan y están a punto de chuparle la sangre, cosa que evita la interrupción del conde.
Para evitarlo, Drácula les entrega un niño que ha secuestrado para que se beban su sangre. La
madre del bebé no tarda en llegar al castillo para reclamarlo, pero el conde ordena a los lobos que la
devoren.
Teniendo al joven Jonathan Harker prisionero en su castillo, el Conde decide viajar a Londres, pero
ha de hacerlo metido en una caja con tierra de Transilvania, ya que debe descansar en la tierra
sagrada de su patria. Para alcanzar su destino, debe viajar en carruaje hasta un puerto cercano al
estrecho del Bósforo, y desde allí proseguir en barco desde Varna hasta Whitby, en la costa de
Inglaterra, atravesando el estrecho de los Dardanelos. Al mismo tiempo, para encontrar un poco de
descanso, la joven Mina Murray decide pasar una temporada veraniega con su amiga íntima de
infancia Lucy Westenra en la casa solariega que esta posee en Whitby, en la costa de Yorkshire.
Lucy es una hermosa joven de clase acomodada que vive en una lujosa mansión junto a su madre
viuda, la señora Westenra. Lucy padece de sonambulismo y Drácula se aprovecha de ello para
chuparle la sangre por primera vez en el cementerio de Whitby, hecho sangriento del cual Mina es
testigo; en este episodio recoge a Lucy y la lleva de vuelta a su casa.
Jonathan Harker sigue recluido en el castillo de Drácula, pero su cautiverio finaliza cuando logra huir
descendiendo por sus muros, cae al río que bordea el castillo y es arrastrado por la corriente. Lo
encuentran unas monjas en una abadía cercana, y posteriormente se aloja en un hospital
de Budapest, donde se recupera de una fiebre cerebral sufrida a raíz de los terribles hechos vividos
en la morada de Drácula. Una monja del hospital se pone en contacto por carta con Mina,
detallándole la situación de su prometido, y le pide que se desplace hasta ese lugar para cuidar de
Harker, donde, según resuelve Mina, contraerán matrimonio.
Mientras, en Whitby, Lucy Westenra sufre unos extraños síntomas: palidez extrema, debilidad y le
aparecen dos pequeños orificios en el cuello, producidos por una supuesta enfermedad; pero lo que
en realidad le sucede es que está convirtiéndose en vampiresa o no-muerta, debido a que Drácula le
extrae la sangre, que necesita para sobrevivir y rejuvenecer. Los síntomas de Lucy se van
agravando tras su regreso a Londres. Al no mejorar la salud de Lucy, su prometido Lord Arthur
Holmwood (Lord Godalming) y su amigo Quincey Morris piden consejo al doctor John Seward (los
tres se habían declarado a Lucy). Este médico es el director del manicomio en el que se encuentra el
paciente Renfield, un interno sometido a la influencia de Drácula. Este interno, entre otras cosas,
practica la zoofagia, caza y come moscas, arañas y pájaros. Al observar que la salud de Lucy
empeora, Seward decide pedir consejo al doctor Abraham van Helsing, un médico holandés experto
en enfermedades misteriosas, que fue su profesor durante sus años de carrera. Tras realizar
numerosos tratamientos y transfusiones, Lucy y su madre mueren (esta última de un ataque
cardíaco) y son sepultadas.
Días más tarde, unas noticias publicadas en el periódico de la ciudad hablan de una "hermosa
señora de sangre" que muerde a los niños pequeños. El doctor van Helsing sospecha que Lucy se
ha convertido en no-muerta, y él y sus compañeros montan guardia frente al mausoleo familiar en el
que ha sido sepultada la joven. A medianoche los hombres, armados de estacas y linternas,
descienden al recinto en el que reposa el cuerpo de Lucy; al correr la tapa del sarcófago se percatan
que el cuerpo no está dentro del ataúd; entretanto llega Lucy, convertida en una No-muerta,
cargando con un niño al cual le está bebiendo la sangre. El doctor van Helsing sella el sepulcro de
Lucy con hostia consagrada, de manera que esta no puede huir, y se sitúa detrás de la vampiresa
con un crucifijo de oro. Los tres enamorados se horrorizan al ver lo que le ha sucedido a la
muchacha que amaban. El doctor van Helsing le pide autorización a Arthur para "matar" al monstruo.
El joven, destrozado por la transformación de su amada, acepta. El doctor van Helsing y sus
ayudantes completan el rito para que la joven pueda descansar en paz: le clavan una estaca en el
corazón, la decapitan y le llenan la boca de ajo. De esta manera Lucy Westenra deja de ser una
vampiresa. El tormento abandona su alma, por lo que ya puede descansar en paz.
Mina Murray, ahora Mina Harker al casarse con Jonathan, tras volver de su boda se entera de la
muerte del Sr. Hawkins, que era un gran amigo de ella y de Jonathan; ambos lo consideraban un
padre. Al regresar del entierro, Jonathan descubre que el conde Drácula ya está en Londres, y
además rejuvenecido. Al llegar a la casa que el Sr. Hawkins les dejó como herencia, Mina recibe un
telegrama del Dr. van Helsing y, con gran dolor, se entera de la muerte de su amiga Lucy y la madre
de esta. Preocupado por su propia salud mental, Jonathan le pide a Mina que lea el diario que él
escribió durante su estadía en el castillo de Drácula, en Transilvania. Mina lo lee y queda
consternada, tras lo cual comparte esa experiencia con el doctor van Helsing, contándole todo lo que
sospecha. Este averigua finalmente que el conde Drácula es un vampiro, por lo que deciden darle
muerte, dejando a Mina en la supuesta seguridad del manicomio.
Primero intentan acabar con él en Londres, buscando y purificando todos sus refugios, sin conseguir
darle muerte. El conde hábilmente convence a Renfield para que le abra la ventana, ofreciéndole su
pasión: animales vivos, en concreto ratas, debido a que Drácula no podía introducirse en un edificio
donde no le hubieran permitido el paso. Aprovechando que los hombres se encuentran entretenidos
buscándole, entra y le chupa la sangre a Mina. Al saber esto Renfield, que antes consideraba a
Drácula su maestro y señor, decide luchar en su contra, porque además no ha cumplido la promesa
de entregarle a los animales, pero Drácula lo mata acusándolo de traición. Renfield, agonizante,
confiesa sus actos a van Helsing y luego muere. Seguidamente, Drácula vuelve a morder a Mina y le
hace beber de su sangre, para que quede de esta manera ligada a él. Este hecho será más tarde
denominado por van Helsing "el bautismo de sangre del vampiro". Poco más tarde, Drácula se
enfrenta a Jonathan y van Helsing, pero al no poder derrotarlos pese a su gran poder, huye de ellos
y parte hacia su castillo en Transilvania, fracasando así su intento de asentarse en Inglaterra para
conseguir víctimas femeninas que incrementen su harén de novias vampiresas.
Todos los que querían acabar con Drácula —Jonathan, John Seward, van Helsing, Quincey Morris,
Lord Godalming (prometido de la fallecida Lucy) y Mina Harker—, marchan tras él, pues saben que
ha huido gracias a las sesiones de hipnosis que le practica van Helsing a Mina, quien ha caído bajo
el influjo de Drácula, aunque no del todo. Tras varios días de viaje llegan a Galatz, donde se desvió
el conde con el barco Zarina Catalina gracias a su poder de controlar los vientos y la niebla, y
posteriormente llegan al castillo (se habían separado en dos grupos). Esa noche las tres vampiresas
se les aparecen a Mina y a van Helsing durante un alto en su viaje en calesa y tratan de que Mina se
les una, pero van Helsing logra ahuyentarlas con la hostia. Al amanecer, van Helsing entra al castillo
y las mata atravesándoles el corazón con sendas estacas; luego sale del castillo, vuelve con Mina, y
se van tanto a la búsqueda de Drácula como de sus amigos. Todos confluyen cerca del anochecer,
durante una tormenta de nieve y acechados por los lobos. Drácula, quien, recordemos, no podía
estar despierto a la luz solar, viajaba dormido y metido en una caja de tierra, llevado y flanqueado
por los cíngaros leales, quienes también lo habían llevado hasta el puerto en su viaje a Londres. Se
libra una batalla, la cual termina cuando el puñal de Jonathan corta el cuello del Conde, al tiempo
que Morris atraviesa el corazón del vampiro antes de morir víctima de la puñalada mortal propinada
momentos antes por un zíngaro. Se termina así para siempre con el sangriento vampiro de
Transilvania. Mina, cuando está siendo destruido, observa la paz que asoma al pálido rostro del
vampiro tras abrírsele el camino al cielo. La cicatriz que la hostia consagrada había dejado en la
frente de Mina desaparece tras la muerte de Drácula.
El epílogo es la reflexión de Jonathan Harker, siete años después de los hechos. Habían tenido un
hijo, y van Helsing sentencia que los diarios no serán necesarios para legitimar su historia: su hijo
debería sentirse orgulloso de ellos.
El Drácula histórico[editar]
Artículo principal: Conde Drácula
Fuentes de Stoker[editar]
Para describir los paisajes de Rumanía, Stoker se sirvió de dos obras: una, de Emily Gerard, La
tierra más allá de los bosques (1888); y la otra, un Informe sobre los principados de Valaquia. Para
hallar al verdadero Drácula histórico, debemos remitirnos a los antecedentes literarios de la novela
de Stoker: en Varney el vampiro o El banquete sangriento (novela de la época victoriana que
contribuiría a difundir el mito de los vampiros en Inglaterra) y en los textos de Polidori, Charles
Nodier, Hoffmann, Samuel Coleridge, Sheridan Le Fanu, Teophile Gautier entre otros.
Vlad el Empalador[editar]
Aunque algunos aspectos del personaje, están basados en Vlad III, el Empalador, príncipe
de Valaquia del siglo XV, en realidad la novela Drácula no tiene relación histórica con la vida de Vlad
el Empalador.
Erzsébet Báthory[editar]
Artículo principal: Erzsébet Báthory
También se dice que Bram Stoker se basó en la figura de la condesa húngara Erzsébet
Báthory (1560-1614) y, de hecho, esta aparece como personaje en Drácula, el no muerto, secuela
de la novela de Stoker escrita por su sobrino-bisnieto Dacre Stoker.
Según la leyenda bebía y se bañaba en sangre, creyendo que le devolvería la juventud. Publicaba
avisos en los que solicitaba doncellas para integrar su corte, a las que luego asesinaba y quitaba la
sangre. Cuando fue descubierta, se encontraron en las mazmorras de su castillo decenas de
cadáveres de mujeres desangradas. Sin embargo, muchos historiadores coinciden en que esto no
era más que invención de sus enemigos para justificar su ejecución y hacerse así con sus
posesiones. Todos los ayudantes de la condesa Báthory fueron decapitados. Ella fue condenada a
vivir encerrada en su cuarto recibiendo los alimentos por un hueco practicado en la pared, ya que
por aquel entonces la pena capital estaba prohibida para la nobleza. Tiempo después fue
encontrada muerta por uno de sus carceleros.
El extraño misterioso[editar]
Una de las más que posibles grandes referencias sobre todo lo que rodea a esta novela es el
relato El extraño misterioso. Se trata de un cuento publicado en 1844 por el escritor alemán Karl von
Wachsmann. Posteriormente sería traducido al inglés y publicado en 1854 en la revista Chambers's
Repository. En ella aparecen muchos de los que después han sido temas del mundo vampírico,
tanto en la literatura como después en el cine.
La novela[editar]
Castillo de Bran, el cual se presume fue usado por Bram Stoker como modelo para el castillo de
Drácula.
En algunas ediciones, la novela va precedida del cuento terrorífico El invitado de Drácula o El
huésped de Drácula. En él, Jonathan Harker, un joven abogado inglés que está de viaje rumbo a
Transilvania, se encuentra aún en Múnich, desde donde habrá de tomar un tren que lo llevará
a Viena y después a Budapest. Una tarde, desde Múnich, sale de paseo en un coche de caballos. Al
no faltar mucho para acabarse el día, el cochero quiere regresar porque esa es la Noche de
Walpurgis. Como buen inglés, Jonathan despide al cochero y continúa el paseo a solas y a pie por
un camino misterioso que se desviaba del camino principal. Siguiendo esa senda por un par de
horas, se interna en un bosque tenebroso que comienza a tornarse hostil con cada paso que da. Se
hace de noche y comienza a nevar, mientras el joven percibe una presencia malévola a su
alrededor. La tormenta se hace más fuerte y Jonathan es arrastrado a lo que parece ser un
cementerio abandonado. Buscando refugio para los truenos se dirige a una capilla de mármol blanco
que cree segura. En su exterior, tallado en la piedra se lee: Condesa Dolingen de Graz,
en Estiria buscó y halló la muerte. 1801 y otra inscripción en alemán que reza: "Denn die Toten
reiten schnell" ("Porque los muertos viajan de prisa", fragmento citado por Bram Stoker del
poema Lenore, escrito por Gottfried August Bürger). El asustado joven abre la puerta y encuentra
que sobre un catafalco de piedra se halla en reposo el cuerpo de una hermosa joven con los labios
manchados de sangre. En ese instante un rayo cae sobre la capilla y esta comienza a incendiarse.
Lo que parecía ser el cadáver de la suicida se levanta de su lecho y empieza a dar horribles gritos
de dolor en medio del fuego que la consume. El asustado joven corre ante lo que le parece imposible
y se cae en la nieve mientras la tormenta se hace más fuerte. Cuando recobra el sentido siente que
un lobo le está olfateando el cuello y calentándolo. El animal huye cuando una partida de hombres
con antorchas lo encuentran, pues habían salido a buscarlo habiendo informado el cochero de que el
joven se había internado solo en el bosque. Cuando el protagonista finalmente es devuelto a su
hotel, le espera un telegrama de Drácula, con el que va a reunirse en Transilvania, y en el que le
advierte de los peligros de la nieve y los lobos en la noche. (Para el resto del relato, véase El
invitado de Drácula).
No está clara la autoría de esa historia. Según algunos, se trata del principio de la novela, que fue
eliminado de la primera edición por considerar el editor que, de no hacerlo, la novela habría
resultado demasiado larga. Según otros, la autora sería la viuda de Stoker; según otros más, el
propio editor...
La novela, publicada en mayo de 1897 (Westminster, Archibald Constable and Company),
despliega erudición sobre vampirismo. El vampiro ha logrado conquistar la muerte, más que
la inmortalidad, puesto que está condenado a vivir casi como un espectro. El término vampiro
es eslavo: proviene del serbio "vampir" y del ruso "upir". No existe en rumano una palabra para
designar al vampiro. Algunos traducen el término rumano "strigoi" como vampiro, pero este vocablo
se refiere a una bruja o a un espectro. Algunos dicen que "nosferatu" es la palabra rumana que
significa "vampiro"; pero, según otros, en realidad proviene del griego "nosophoro", que significa
"portador del mal"; según otros más, Emily Gerard confundió dos palabras usadas en Transilvania
para referirse a criaturas o espíritus malignos de tal suerte que ofreció el híbrido "nosferatu", que
nada significa. La verdad es que la tradición europea de los vampiros como los que aparecen en la
novela ni siquiera proviene de Transilvania, sino principalmente de Hungría, Serbia, Moldavia y los
países eslavos. El vampiro es conocido «en todos los lugares en que ha existido el hombre», le hace
decir Stoker a su personaje, el doctor van Helsing, un médico experto en enfermedades oscuras.
«Ha seguido el rastro del berserker islandés, del huno (engendrado por el diablo), del eslavo,
del sajón, del magiar».
En las primeras páginas de su novela, Stoker insinúa la seducción horrorosa del vampiro. En un
castillo decadente, rodeado de un paisaje invernal y solitario, un hombre cultivado, aristocrático y
atemorizante acaba de franquear la entrada a un joven inglés con la frase clave: «Entre usted
libremente y por su propia voluntad».
El conde Drácula no refleja su imagen en los espejos, y por eso en su castillo no hay ninguno;
Jonathan se dio cuenta de esa extraña propiedad del conde en su propio espejo. Y es que
la superstición decía que el vampiro había perdido su alma (las antiguas culturas relacionan la
imagen reflejada con el espíritu). Drácula es peligroso, repugnante y veladamente sensual. Pronto se
verá que convive con tres jóvenes vampiresas de figura voluptuosa. Esta imagen del vampiro no es
un invento de Stoker: se había desarrollado ampliamente con anterioridad, desde la publicación del
relato El vampiro de Polidori en 1816 hasta la publicación de La buena Lady Ducayne: esta última
obra, en 1896, un año antes de la publicación de "Drácula". El vampiro había tomado varios
nombres: lord Ruthven, lord Seymour, sir Francis Varney; y había tenido muchos éxitos en
todas Europa en espectáculos de circo, obras
de teatro, melodramas, óperas, novelas, cuentos y folletines.
Mediante los diarios que escriben los personajes principales (excepto el propio Drácula), cartas que
se intercambian, telegramas, noticias de prensa, albaranes y facturas, Stoker desarrolla una historia,
con pequeños saltos en el tiempo bien administrados, en la que se revela la desmesurada ambición
de poder de Drácula, quien se traslada a Londres y mueve ejércitos de ratas, niebla, lobos,
murciélagos y tormentas para lograr su objetivo.
Stoker conocía los detalles de la superstición y atribuye a Drácula los rasgos peculiares del vampiro,
tales como:
Personajes[editar]
Inglesa.
Alemana.
Eslovaca.
Eslava.
Magiar.
Judía.
Sajona.
Huna
Sícula, que figura con la forma alemana Szekler en algunas traducciones. Esta es la raza a
la que dice pertenecer el Conde. Dice además que los sículos son descendientes de los hunos,
y que por las venas de él corre la sangre de Atila.
Turca u otomana.
Cíngara.
Holandesa.
Rusa.
Rumana.
Estadounidense, se trata de Quincey Morris, un joven millonario norteamericano de Texas y
uno de los tres pretendientes de Lucy Westenra (los otros dos son su amigo Arthur Holmwood y
el Doctor John Seward). A pesar de jugar un papel importante en la novela de Stoker (junto a
Jonathan Harker, es clave en la destrucción del Conde Drácula), este personaje no suele
aparecer en las películas de Drácula; sus apariciones más notables están en las
películas Conde Drácula (1970), personificado por Jack Taylor, Conde Drácula (1977)
encarnado por Richard Barnes (renombrado Quincey Holmwood en clara combinación con
Arthur Holmwood) y Bram Stoker's Dracula (1992) de Francis Ford Coppola, en la cual es
interpretado por el actor Billy Campbell.
Adaptaciones en teatro[editar]
El 18 de mayo de 1897 (ocho días antes de la publicación de la novela), se hizo una lectura de
Drácula por un grupo de actores en el Lyceum Theatre. Esta representación fue organizada por
Stoker, al parecer para garantizarse los derechos de autor sobre la novela y su personaje.
Hamilton Deane adaptó la novela con el mismo título al teatro y en 1924 estrenó la obra en Londres,
en 1927 en Broadway, después en Nueva York y en otras ciudades. En esta versión teatral se han
basado las tres versiones de la Universal Pictures: los dos Drácula de 1931 (primero y segundo) y el
que dirigiera John Badham en 1979.
En España, el actor Enrique Rambal junto con los autores Mariano Soriano Torres y Javier Pérez
Bultó, hicieron una adaptación escénica que se estrenó en el Teatro Fontalba de Madrid, en 1943,
en la cual se hace bastante hincapié en los episodios fantásticos y de carácter terrorífico.
El 29 de enero de 1979, en el teatro Odeón de Buenos Aires, los empresarios Tita Tamames, Rosa
Zemborain y Héctor Cavallero estrenaron Drácula de Balderston-Deane, incluyendo efectos,
vestuario y escenografía de la versión de Broadway; encargaron a Sergio Renán la dirección y el
protagonismo. Gigi Rúa y Pablo Alarcón entre otros, fueron parte del elenco.
Adaptaciones en cómic[editar]
La tumba de Drácula
Drácula (1982-1983) de Fernando Fernández
¿Drácula, Dracul, Vlad? ¡Bah…! de Alberto Breccia
Hellsing de Kōta Hirano
Pasajes suprimidos[editar]
En 1984 se descubrió un manuscrito de Drácula, que contenía pasajes suprimidos por Bram Stoker.
Uno de ellos es, justamente, el final, eliminado por el autor en la versión publicada:6
"Mientras mirábamos, sobrevino una terrible convulsión de la tierra que nos desestabilizó y nos hizo
caer de rodillas. Al mismo tiempo, con un rugido que parecía estremecer a los mismos cielos, el
castillo y la roca y hasta la colina donde se levantaba parecían elevarse en el aire y deshacerse en
fragmentos mientras una poderosa nube de humo amarillo y negro, cuyas volutas crecían en
tamaño, se elevó hacia arriba con una rapidez inconcebible... Desde donde estábamos, parecía
como si el que una vez fuera un feroz volcán hubiera satisfecho su necesidad natural y el castillo y la
estructura de la colina se hubieran hundido de nuevo en el vacío. Estábamos tan absortos ante esa
súbita grandeza, que olvidamos pensar en nosotros."7
Acaso Stoker, su editor, o la aguda inteligencia de Charlotte (madre de Stoker), sintieron que un final
como el anterior se aproximaba peligrosamente a La caída de la Casa Usher. Sin embargo, una
lectura atenta de Drácula revela en más de un momento paralelismos con varias de las Narraciones
extraodinarias: la muerte en vida, las visitas a los cementerios, el cambio de color en el cabello de
Lucy Westenra y su simbolismo sexual, la oscilación entre lo extraño y lo fantástico, los casos de
ambiguo vampirismo en Berenice, Morella o El extraño caso del señor Valdemar.