El Derecho Al Desarrollo
El Derecho Al Desarrollo
El Derecho Al Desarrollo
En 1986, tras años de debate, los gobiernos del mundo proclamaron por vez
primera que el derecho al desarrollo era un derecho humano inalienable. La
Declaración sobre el derecho al desarrollo, aprobada ese año por la Asamblea
General de las Naciones Unidas, representaba una nueva manera de abordar la
realización de los ideales de las Naciones Unidas al proclamar: "La persona
humana es el sujeto central del desarrollo y debe ser el participante activo y el
beneficiario del derecho al desarrollo". También afirma que es imposible la
plena realización de los derechos civiles y políticos sin el disfrute de los
derechos económicos, sociales y culturales.
Por recomendación del grupo de trabajo, que se había reunido durante ocho
años, las Naciones Unidas organizaron en 1990 una consulta a escala mundial
sobre el derecho al desarrollo para centrar la atención en los principales
problemas que planteaba la aplicación de la Declaración, los criterios que
podían seguirse para determinar el progreso que se alcanzara y los
mecanismos necesarios para evaluar y alentar dicho progreso. En la reunión se
llegó a la conclusión de que las estrategias de desarrollo debían ser
determinadas por los pueblos interesados y que las Naciones Unidas debían
desempeñar una función de liderazgo en la aplicación de la Declaración
mediante el establecimiento de mecanismos orientados a garantizar la
compatibilidad de sus programas y actividades con la Declaración.
Los gobiernos deberían emprender una campaña de educación para que las
personas tomaran mayor conciencia respecto de sus derechos y
responsabilidades;
Los niveles sin precedentes alcanzados por los conflictos armados en los
últimos años y el aumento consiguiente de la demanda de esfuerzos
humanitarios requerían que se adoptaran medidas más enérgicas a nivel
internacional para crear las condiciones necesarias para la paz y seguridad;
Reafirmación institucional
Una mayor actividad del sistema de las Naciones Unidas para reducir las
desigualdades sociales y económicas y la corrupción;
Las estadísticas de las Naciones Unidas muestran que los mayores beneficios
de la mundialización los recoge un pequeño grupo de países afortunados. Los
países menos adelantados del mundo, donde vive un 10% de la población
mundial, participan únicamente en el 0,3% del comercio mundial --cifra que
representa la mitad de la proporción de hace dos decenios. Y la relación de
intercambio no es favorable. Los aranceles medios en los países
industrializados sobre las importaciones procedentes de los países en
desarrollo son superiores en un 30% al promedio a nivel mundial. En
conjunto, los países en desarrollo pierden alrededor de 60.000 millones de
dólares al año como consecuencia de los subsidios agrícolas y las barreras a
las exportaciones textiles en las naciones industrializadas. Además, las
inversiones extranjeras directas han dejado de lado a más de la mitad de todos
los países en desarrollo.