Narrativa Desde 1939 Hasta 1970

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NARRATIVA DESDE 1939 HASTA 1970.

Al terminar la Guerra Civil, muchos autores se marchan al exilio (Ramón J.Sender, Pérez de
Ayala, Francisco Ayala…), otros han fallecido (Valle o Unamuno) y los que permanecen en
el país no escriben novelas de interés (Baroja y Azorín).
En este contexto, la censura prohíbe las novelas de posguerra y del exilio y el panorama
literario se empobrece.
La fecha clave será 1942, cuando aparecen La familia de Pascual Duarte de Camilo José
Cela y 1944 con Nada de Carmen Laforet.

LA NOVELA EN LOS AÑOS 40


En esta época se darán dos tipos de novela: Triunfalista (arraigada) y desarraigada.
La primera se caracteriza por su afinidad al régimen y la ausencia de espíritu crítico. En ella
se exalta a los vencedores de la guerra, la religión, la familia: R. García Serrano (La fiel
infantería).
La segunda se caracteriza por un enfoque existencialista, un intento de renovación y unos
personajes marginados, angustiados. Se disocia a su vez, en dos corrientes: el realismo
tremendista (La familia de Pascual Duarte de Cela) y el existencialista (Carmen Laforet,
Nada (1944) y Delibes con La sombra del ciprés es alargada).
En esta época muchos autores, tras la victoria Nacionalista de la guerra, huyen al exilio
donde continúan escribiendo. Destacan: Ramón J.Sender, Pérez Ayala o Max Aub.

REALISMO SOCIAL, AÑOS 50


Comienza a percibirse una relajación de la censura en el país. España ingresa en la ONU,
lo que conlleva su reconocimiento mundial. Todo ello propicia el paso de una novela
existencial a una que comienza a denunciar las injusticias sociales. Aunque la estructura
narrativa sigue siendo simple y realista aparecen algunas innovaciones como el personaje
colectivo. Destacan: El camino de Miguel Delibes (realismo ingenuo) de 1950, La colmena
(1951), de Cela, El Jarama (1955) de Rafael Sánchez Ferlosio, Primera memoria de Ana
María Matute y Entre visillos de Martin G..

NOVELA EXPERIMENTAL, AÑOS 60


El recuerdo de la guerra se aleja y se produce una mejora de las condiciones
socioeconómicas de España. Se produce una apertura al turismo y con él, llegan las
influencias de la literatura europea, norteamericana (Kafka, Proust, Joyce, Faulkner) y
sudamericana (Vargas llosa, Fuentes, Carpentier, Borges, García Márquez..).
La estructura narrativa resulta más importante que el argumento y se adoptan nuevas
técnicas: secuencias, monólogo interior, punto de vista múltiple, contrapunto, desorden
cronológico, inclusión de documentos, anuncios…
En esta época destacan: Luis Martín Santos y Tiempo de silencio (1962), Juan Goytisolo,
autor procedente del realismo social que dio, con acierto, el paso a la nueva novela
experimental con su trilogía sobre “la destrucción de España”: Señas de identidad (1966),
La reivindicación del conde Don Julián (1972) y Juan sin tierra (1975) y Juan Benet, influido
por Proust, Joyce...creó un universo novelesco que consolidó el experimentalismo en la
novela. Sus obras se desarrollan en el mítico lugar de Región (inventado por él), son una
serie compuesta por entre otras: Volverás a Región (1966) y Saúl ante Samuel (1980). Los
autores consagrados de generaciones anteriores también adoptaron el experimentalismo
narrativo. Miguel Delibes emplea técnicas de la nueva novela en Cinco horas con Mario
(1966) con el uso de la 2ª persona. C. J. Cela escribió dos novelas que desechan el hilo
argumental en favor del barroquismo lingüístico: San Camilo 1936 (1969) y Oficio de
tinieblas 5(1973). Singular es el caso de Gonzalo Torrente Ballester, que optó por la parodia
del disparate al que llevaron el lenguaje algunas de estas obras con La saga/fuga de J.B.
(1972).

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