Cap. 3 La Tradición Clásica: El Origen
Cap. 3 La Tradición Clásica: El Origen
Cap. 3 La Tradición Clásica: El Origen
DEL DESARROLLO
Thomas Malthus compartía con Smith ese análisis clásico del crecimiento, pero insistió
más que este en las consecuencias del progreso. El crecimiento hace aumentar la
demanda de mano de obra, lo que incrementa los salarios. Por otra parte, el aumento de
la población desemboca en un incremento en la oferta laboral, lo que hace descender los
salarios. A diferencia de Smith, Malthus insistió en la importancia de la demanda,
aunque considero que los factores iniciales del crecimiento se encuentran en el lado de
la oferta: formulación de capital, calidad de la tierra e invenciones ahorradoras de
trabajo.
David Ricardo también se interesó por las consecuencias a largo plazo del crecimiento
económico. Mostro más interés que Smith por la distribución, que consideraba un factor
principal de la acumulación y del desarrollo. Entendía que el crecimiento generaba
aumento de la demanda de trabajo e incremento de los salarios, de la población y de la
demanda de alimentos. La puesta en cultivo de tierras marginales haría aumentar el
coste medio y marginal de los productos agrícolas. Aumentarían los precios de los
alimentos y crecería la proporción de los salarios en la renta nacional y descendería la
de los beneficios.
La gran tradición clásica en Economía lego una teoría dinámica del crecimiento y
abordo el análisis económico desde el lado de la oferta. Pese a todo, este tiene
igualmente sus limitaciones en el mundo actual. Los clásicos contemplaron el desarrollo
como un proceso gradual, en situaciones de competencia perfecta, sobre la base de
instituciones y actitudes favorables ya existentes. En el mundo real, el desarrollo dista
mucho de ser armónico y acumulativo, se registra con importantes rigideces y desfase y
tardad mucho en generar el caldo cultivo necesario para su sostenimiento.
Por lo general, los economistas clásicos eran partidarios del colonialismo europeo en lo
que entonces se denominaban “áreas atrasadas”. Las colonias eran contempladas como
fuente de materias primas y productos alimenticios a bajo coste, mercados para las
exportaciones de manufacturas, así como lugares en los que era posible disponer de
posibilidades de inversión rentable y dar salida e la población excedente mediante la
emigración.
Ricardo y Malthus compartieron en gran medida esas opiniones. Las ventajas que para
la metrópoli suponían el tener colonias residían en la posibilidad de importar alimentos
a bajo precio o de aliviar el exceso de la población de la primera. J. S. Mill pensaba que
el colonialismo era beneficioso para las potencias europeas, principalmente porque
ejercían una contra tendencia al descenso de la tasa de beneficios y para las propias
colonias, en grado aun mayor.
Otros economistas clásicos como Say o J. Mill, tenían la impresión de que las colonias
suponían una pesada carga para los europeos y que su única justificación era de orden
moral: superar los obstáculos sociales y políticos para el desarrollo de esas áreas.
Además, Marx intentó poner de manifiesto las leyes del movimiento de la economía
capitalista, razón por la cual su aportación constituye la primera teoría importante del
desarrollo.
Marx situó la relación entre capital y trabajo en el corazón mismo del análisis del
capitalismo y puso de manifiesto el carácter anárquico y las contradicciones internas de
ese modo de producción. Predijo crisis periódicas de sobreacumulación y
sobreproducción y destaco las necesidades contrapuestas del capital: la voluntad de
abaratar el factor trabajo para generar más plusvalía y la exigencia de aumentar los
salarios reales para sostener la demanda.
Marx definió, de manera precisa y rigurosa, los elementos básicos del capitalismo: la
relación salarial, la relación mercantil y un tipo determinado de organización del
trabajo. Además, puso de manifiesto que el objetivo principal de los propietarios de los
medios de producción es el de acumular riqueza en forma de valor de cambio. Él decía
que el capitalismo tiene una dinámica propia de la que carecían los modos de
producción precapitalistas.
Marx pensaba que la composición orgánica del capital tendía a crecer a medida que se
registraba la acumulación. Los factores de tal incremento son la competencia inter-
capitalista intensificada, el desarrollo de fuerzas productivas y la acentuación de la
lucha de clases. Junto con la intensificación en capital, una eventual caída de la tasa
plusvalía tendría repercusiones negativas en la tasa de beneficio.