Misal Marzo 2015
Misal Marzo 2015
Misal Marzo 2015
El conocido relato del sacrificio de Isaac tiene múltiples sentidos. En primer lugar
podemos hacer una lectura en clave religiosa y afirmar que Dios rechaza que se le
ofrezcan personas como si fueran víctimas. Un carnero podía en esos tiempos
remotos del patriarca Abrahán servir como víctima, jamás una persona; ni
entonces ni ahora. Desde esta premisa no se comprende a primera vista que el
Padre reciba a su hijo como víctima. En el caso del Señor Jesús, su vida
entregada al servicio del Reino de Dios lo confrontó con una decisión suprema:
entregarse sin límites para que amaneciera el Reino. Su muerte no era un
sacrificio estéril, sino la entrega al servicio del valor supremo: el cumplimiento del
Señorío del Padre que humanizaría la vida de su pueblo.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor, Dios, que nos mandaste escuchar a tu Hijo muy amado, dígnate
alimentarnos íntimamente con tu palabra, para que, ya purificada nuestra mirada
interior, nos alegremos en la contemplación de tu gloria. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es
Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Del salmo 115, 10.15, 16-17, 18-19 R/. Siempre confiaré en el Señor.
Aún abrumado de desgracias, siempre confié en Dios. A los ojos del Señor es muy
penoso que mueran sus amigos. R/.
De la muerte, Señor, me has librado, a mí, tu esclavo e hijo de tu esclava. Te
ofreceré con gratitud un sacrificio e invocaré tu nombre. R/.
Cumpliré mis promesas al Señor ante todo su pueblo, en medio de su templo
santo, que está en Jerusalén. R/.
Hermanos: Si Dios está a nuestro favor, ¿quién estará en contra nuestra? El que
no nos escatimó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo
no va a estar dispuesto a dárnoslo todo, junto con su Hijo? ¿Quién acusará a los
elegidos de Dios? Si Dios mismo es quien los perdona, ¿quién será el que los
condene?
¿Acaso Jesucristo, que murió, resucitó y está a la derecha de Dios para interceder
por nosotros?Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Credo
PLEGARIA UNIVERSAL
Bendice, Señor, a tus fieles con una bendición perpetua, y haz que de tal manera
acojan el Evangelio de tu Hijo, que puedan debida y felizmente desear y alcanzar
la gloria que Él manifestó a los apóstoles. Por Jesucristo, nuestro Señor.
LUNES 2
Dn 9,4-10; Lc 6,36-38
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que nos mandaste mortificar nuestros cuerpos para sanar nuestras
almas, concédenos poder evitar todo pecado y que nuestras voluntades sean
capaces de aplicarse a cumplir los mandamientos de tu amor. Por nuestro Señor
Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
En aquellos días, imploré al Señor, mi Dios, y le hice esta confesión: "Señor Dios,
grande y temible, que guardas la alianza y el amor a los que te aman y observan
tus mandamientos. Nosotros hemos pecado, hemos cometido iniquidades, hemos
sido malos, nos hemos rebelado y nos hemos apartado de tus mandamientos y de
tus normas. No hemos hecho caso a los profetas, tus siervos, que hablaban a
nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo.
Tuya es, Señor, la justicia, y nuestra la vergüenza en el rostro, que ahora soportan
los hombres de Judá, los habitantes de Jerusalén y de todo Israel, próximos y
lejanos, en todos los países donde tú los dispersaste, a causa de las infidelidades
que cometieron contra ti.
Señor, la vergüenza es nuestra, de nuestros reyes, de nuestros príncipes y de
nuestros padres, porque hemos pecado contra ti. De nuestro Dios, en cambio, es
el tener misericordia y perdonar, aunque nos hemos rebelado contra él, y al no
seguir las leyes que él nos había dado por medio de sus siervos, los profetas, no
hemos obedecido su voz". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 78, 8.9, 11.13 R/. No nos trates, Señor, como merecen nuestros
pecados.
No recuerdes, Señor, contra nosotros las culpas de nuestros padres. Que tu amor
venga pronto a socorrernos, porque estamos totalmente abatidos. R/.
Para que sepan quién eres, socórrenos, Dios y salvador nuestro. Para que sepan
quién eres, sálvanos y perdona nuestros pecados. R/.
Que lleguen hasta ti los gemidos del cautivo; con tu brazo poderoso salva a los
condenados a muerte. Y nosotros, pueblo tuyo y ovejas de tu rebaño, te daremos
gracias siempre y de generación en generación te alabaremos. R/.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 6, 36
Que esta comunión, Señor, nos limpie de pecado y nos haga participar en los
gozos del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Opcional
MARTES 3
LA VERDADERA CONVERSIÓN
Las dos lecturas forman una secuencia inseparable. Isaías utiliza un tono
demandante, lleno de imperativos. El profeta está seguro de lo que afirma, es un
intérprete convencido de la voluntad de Dios, por eso afirma, exhorta y promete
con contundencia: "si saben obedecer lo sabroso de la tierra comerán; si rehúsan,
la espada los comerá". No hay términos medios, el lector se juega el todo o nada
dentro de la lógica implacable de la retribución: premio o castigo en el trayecto de
la historia. El Evangelio da un vuelco a este discurso afirmando que Dios es
nuestro Padre y que no le gustan los distintivos ostentosos, ni los báculos dorados
en oro. Nada de megalomanía ni de culto a la personalidad. El Maestro de Nazaret
no ostentaba títulos solemnes. Vivió y murió siendo servidor, queriendo impulsar
una comunidad de hermanos.
Da luz a mis ojos, Señor, para que no caiga en el sueño de la muerte; para que no
diga el enemigo: He triunfado sobre él.
ORACIÓN COLECTA
LITURGIA DE LA PALABRA
En aquel tiempo, Jesús dijo a las multitudes y a sus discípulos: "En la cátedra de
Moisés se han sentado los escribas y fariseos. Hagan, pues, todo lo que les digan,
pero no imiten sus obras, porque dicen una cosa y hacen otra. Hacen fardos muy
pesados y difíciles de llevar y los echan sobre las espaldas de los hombres, pero
ellos ni con el dedo los quieren mover. Todo lo hacen para que los vea la gente.
Ensanchan las filacterias y las franjas del manto; les agrada ocupar los primeros
lugares en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; les gusta que
los saluden en las plazas y que la gente los llame 'maestros'. Ustedes, en cambio,
no dejen que los llamen 'maestros', porque no tienen más que un Maestro y todos
ustedes son hermanos. A ningún hombre sobre la tierra lo llamen 'padre', porque
el Padre de ustedes es sólo el Padre celestial. No se dejen llamar 'guías', porque
el guía de ustedes es solamente Cristo. Que el mayor de entre ustedes sea su
servidor, porque el que se enaltece será humillado y el que se humilla será
enaltecido".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Reconciliados contigo por estos misterios, Señor, realiza a favor nuestro tu obra
santificadora, que nos purifique de nuestras pasiones terrenas y nos lleve a
disfrutar los bienes celestiales. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Favorece, Señor, los ruegos de tus fieles y sana las debilidades de su alma, para
que, recibido tu perdón, se alegren siempre con tu bendición. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
MIÉRCOLES 4
Morado Feria de Cuaresma o San Casimiro MR pp. 212 y 687 / Lecc. I p. 726.
Cuando su padre era rey de Polonia y Lituania, Casimiro (1458-1484) murió a los
26 años de edad. Su pueblo lo recordó como un príncipe generoso e inteligente,
dedicado a la penitencia y a la oración, gran devoto de la santísima Virgen y de
Cristo en la Eucaristía.
LO CONDENARÁN A MUERTE
Jr 18,18-20; Mt 20,17-28
Pocos personajes del Antiguo Testamento han prefigurado con tanta semejanza la
vida y muerte del Señor Jesús como el profeta Jeremías. El profeta de Anatot fue
perseguido y hostigado porque denunciaba la falsa confianza de la gente en el
culto. Los sacerdotes y dirigentes del reino de Judá lo condenaron a muerte por
este motivo. El Evangelio de san Mateo nos presenta el tercer anuncio de la
pasión, en dicha escena se transparenta la determinación de Jesús al asumir el
final violento que los sacerdotes judíos tramaron en su contra. No es una decisión
fatalista, es una actitud esperanzada en la fidelidad del Padre. En contraste con
esta esperanza, aparece la madre de los Zebedeos queriendo asegurarse los
primeros puestos para sus hijos. Jesús aprovecha la ocasión para aleccionar a los
Doce sobre su condición de servidores. El camino del servicio procura la
verdadera grandeza de las personas.
ORACIÓN COLECTA
En aquellos días, los enemigos del profeta se dijeron entre sí: "Vengan, tendamos
un lazo a Jeremías, porque no le va a faltar doctrina al sacerdote, consejo al sabio,
ni inspiración al profeta. Vengan, ataquémoslo de palabra y no hagamos caso de
sus oráculos". Jeremías le dijo entonces a Dios: "Señor, atiéndeme. Oye lo que
dicen mis adversarios. ¿Acaso se paga bien con mal? Porque ellos han cavado
una fosa para mí. Recuerda cómo he insistido ante ti, intercediendo en su favor,
para apartar de ellos tu cólera". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 30,5-6, 14, 15-16 R/. Sálvame, Señor, por tu misericordia.
Sácame, Señor, de la trampa que me han tendido, porque tú eres mi amparo. En
tus manos encomiendo mi espíritu y tú, mi Dios leal, me librarás. R/.
Oigo las burlas de la gente y todo me da miedo; se conjuran contra mí y tratan de
quitarme la vida. R/.
Pero yo, Señor, en ti confío. Tú eres mi Dios y en tus manos está mi destino.
Líbrame de los enemigos que me persiguen. R/.
Lo condenarán a muerte.
En aquel tiempo, mientras iba de camino a Jerusalén, Jesús llamó aparte a los
Doce y les dijo: "Ya vamos camino de Jerusalén y el Hijo del hombre va a ser
entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, que lo condenarán a muerte y
lo entregarán a los paganos para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen;
pero al tercer día, resucitará".
Entonces se acercó a Jesús la madre de los hijos de Zebedeo, junto con ellos, y
se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: "¿Qué deseas?" Ella
respondió: "Concédeme que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y el
otro a tu izquierda, en tu Reino". Pero Jesús replicó: "No saben ustedes lo que
piden. ¿Podrán beber el cáliz que yo he de beber?" Ellos contestaron: "Sí
podemos". Y Él les dijo: "Beberán mi cáliz; pero eso de sentarse a mi derecha o a
mi izquierda no me toca a mí concederlo; es para quien mi Padre lo tiene
reservado".
Al oír aquello, los otros diez discípulos se indignaron contra los dos hermanos.
Pero Jesús los llamó y les dijo: "Ya saben que los jefes de los pueblos los tiranizan
y que los grandes los oprimen. Que no sea así entre ustedes. El que quiera ser
grande entre ustedes, que sea el que los sirva, y el que quiera ser primero, que
sea su esclavo; así como el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a
servir y a dar la vida por la redención de todos". Palabra del Señor. Gloria a ti,
Señor Jesús.
Mira, benigno, Señor, las ofrendas que te presentamos y, por este santo
intercambio de dones, rompe las cadenas de nuestros pecados. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
El Hijo del Hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar la vida por la
redención de la multitud.
Que este sacramento que nos has dado, Señor, como prenda de inmortalidad, sea
para nosotros una firme ayuda para alcanzar la salvación eterna. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Opcional
JUEVES 5
Examíname, Dios mío y conoce mi corazón; mira si voy por mal camino y
condúceme por la senda de la salvación.
ORACIÓN COLECTA
LITURGIA DE LA PALABRA
Esto dice el Señor: -Maldito el hombre que confía en el hombre, que en él pone su
fuerza y aparta del Señor su corazón. Será como un cardo en la estepa, que
nunca disfrutará de la lluvia. Vivirá en la aridez del desierto, en una tierra salobre e
inhabitable.
Bendito el hombre que confía en el Señor y en él pone su esperanza. Será como
un árbol plantado junto al agua, que hunde en la corriente sus raíces; cuando
llegue el calor, no lo sentirá y sus hojas se conservarán siempre verdes; en año de
sequía no se marchitará ni dejará de dar frutos. El corazón del hombre es la cosa
más traicionera y dificil de curar. ¿Quién lo podrá entender? Yo, el Señor, sondeo
la mente y penetro el corazón, para dar a cada uno según sus acciones, según el
fruto de sus obras". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Recibiste bienes en tu vida y Lázaro, males; ahora él goza del consuelo, mientras
que tú sufres tormentos.
En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: "Había un hombre rico, que se vestía de
púrpura y telas finas y banqueteaba espléndidamente cada día. Y un mendigo,
llamado Lázaro, yacía a la entrada de su casa, cubierto de llagas y ansiando
llenarse con las sobras que caían de la mesa del rico. Y hasta los perros se
acercaban a lamerle las llagas. Sucedió, pues, que murió el mendigo y los ángeles
lo llevaron al seno de Abraham. Murió también el rico y lo enterraron. Estaba éste
en el lugar de castigo, en medio de tormentos, cuando levantó los ojos y vio a lo
lejos a Abraham y a Lázaro junto a él.
Entonces gritó: 'Padre Abraham, ten piedad de mí. Manda a Lázaro que moje en
agua la punta de su dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas
llamas'. Pero Abraham le contestó: 'Hijo, recuerda que en tu vida recibiste bienes y
Lázaro, en cambio, males. Por eso él goza ahora de consuelo, mientras que tú
sufres tormentos. Además, entre ustedes y nosotros se abre un abismo inmenso,
que nadie puede cruzar, ni hacia allá ni hacia acá'. El rico insistió: 'Te ruego,
entonces, padre Abraham, que mandes a Lázaro a mi casa, pues me quedan allá
cinco hermanos, para que les advierta y no acaben también ellos en este lugar de
tormentos'. Abraham le dijo: 'Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen'.
Pero el rico replicó: 'No, padre Abraham. Si un muerto va a decírselo, entonces sí
se arrepentirán'. Abraham repuso: 'Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no
harán caso, ni aunque resucite un muerto' ". Palabra del Señor. Gloria a ti,
Señor Jesús.
Por el presente sacrificio, santifica, Señor, nuestro esfuerzo, para que mediante el
testimonio externo de nuestras prácticas cuaresmales, obtengamos interiormente
su fruto. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Dichosos los que, con vida intachable, caminan haciendo la voluntad del Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Opcional
Ayuda, Señor, a tus siervos, que imploran el auxilio de tu gracia, para que
obtengan el amparo de tu protección y de tu guía. Por Jesucristo, nuestro Señor.
VIERNES 6
EL HERMANO INCÓMODO
La novela ejemplar que refiere las desgracias de José y los éxitos sucesivos, con
los cuales Dios premió finalmente su justo proceder, son de sobra conocidos. La
envidia y los celos envilecieron el corazón de sus hermanos, que quisieron
arruinarlo vendiéndolo como esclavo. Los "renglones torcidos" con que Dios
escribe la historia de cada persona, terminaron encumbrando a José en la corte
del faraón. No es el único caso de violencia fratricida. El relato parabólico del
Evangelio nos deja entrever que numerosos profetas y enviados de Dios fueron
silenciados por aquellos hombres públicos que se dejaron esclavizar por sus
intereses mezquinos. Finalmente toda esa necedad terminó arrancado de la tierra
de los vivos al Señor de la vida: Jesús de Nazaret.
ORACIÓN COLECTA
Jacob amaba a José más que a todos sus demás hijos, porque lo había
engendrado en la ancianidad. A él le había hecho una túnica de amplias mangas.
Sus hermanos, viendo que lo amaba más que a todos ellos, llegaron a odiarlo, al
grado de negarle la palabra. Un día en que los hermanos de José llevaron a
Siquem los rebaños de su padre, Jacob le dijo a José: "Tus hermanos apacientan
mis rebaños en Siquem. Te voy a enviar allá". José fue entonces en busca de sus
hermanos y los encontró en Dotán. Ellos lo vieron de lejos, y antes de que se les
acercara, conspiraron contra él para matarlo y se decían unos a otros: "Ahí viene
ese soñador. Démosle muerte; lo arrojaremos en un pozo y diremos que una fiera
lo devoró. Vamos a ver de qué le sirven sus sueños".
Rubén oyó esto y trató de liberarlo de manos de sus hermanos, diciendo: "No le
quiten la vida, ni derramen su sangre. Mejor arrójenlo en ese pozo que está en el
desierto y no se manchen las manos". Eso lo decía para salvar a José y devolverlo
a su padre.
Cuando llegó José a donde estaban sus hermanos, éstos lo despojaron de su
túnica y lo arrojaron a un pozo sin agua. Luego se sentaron a comer, y levantando
los ojos, vieron a lo lejos una caravana de ismaelitas, que venían de Galaad, con
los camellos cargados de especias, resinas, bálsamo y láudano, y se dirigían a
Egipto. Judá dijo entonces a sus hermanos: "¿Qué ganamos con matar a nuestro
hermano y ocultar su muerte? Vendámoslo a los ismaelitas y no mancharemos
nuestras manos. Después de todo, es nuestro hermano y de nuestra misma
sangre". Y sus hermanos le hicieron caso. Sacaron a José del pozo y se lo
vendieron a los mercaderes por veinticinco monedas de plata. Los mercaderes se
llevaron a José a Egipto.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 104, 16-17.18-19.20-21 R/. Recordemos las maravillas que hizo el
Señor.
Cuando el Señor mandó el hambre sobre el país y acabó con todas las cosechas,
ya había enviado por delante a un hombre: a José, vendido como esclavo. R/.
Le trabaron los pies con grilletes y rodearon su cuerpo con cadenas, hasta que se
cumplió su predicción y Dios lo acreditó con su palabra. R/.
El rey mandó que lo soltaran, el jefe de esos pueblos lo libró, lo nombró
administrador de su casa y señor de todas sus posesiones. R/.
En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo
esta parábola: "Había una vez un propietario que plantó un viñedo, lo rodeó con
una cerca, cavó un lagar en él, construyó una torre para el vigilante y luego lo
alquiló a unos viñadores y se fue de viaje.
Llegado el tiempo de la vendimia, envió a sus criados para pedir su parte de los
frutos a los viñadores; pero éstos se apoderaron de los criados, golpearon a uno,
mataron a otro, y a otro más lo apedrearon. Envió de nuevo a otros criados, en
mayor número que los primeros, y los trataron del mismo modo. Por último, les
mandó a su propio hijo, pensando: 'A mi hijo lo respetarán'. Pero cuando los
viñadores lo vieron, se dijeron unos a otros: `Éste es el heredero.
Vamos a matarlo y nos quedaremos con su herencia'. Le echaron mano, lo
sacaron del viñedo y lo mataron.
Ahora díganme: Cuando vuelva el dueño del viñedo, ¿qué hará con esos
viñadores?" Ellos le respondieron: "Dará muerte terrible a esos desalmados y
arrendará el viñedo a otros viñadores, que le entreguen los frutos a su tiempo".
Entonces Jesús les dijo: "¿No han leído nunca en la Escritura: La piedra que
desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra del Señor y
es un prodigio admirable?
Por esta razón les digo que les será quitado a ustedes el Reino de Dios y se le
dará a un pueblo que produzca sus frutos". Al oír estas palabras, los sumos
sacerdotes y los fariseos comprendieron que Jesús las decía por ellos y quisieron
aprehenderlo, pero tuvieron miedo a la multitud, pues era tenido por un profeta.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Jn 4, 10
Dios nos amó primero y nos envió a su Hijo, como víctima de expiación por
nuestros pecados.
Habiendo recibido esta prenda de eterna salvación, te rogamos, Señor, que nos
hagas dirigirnos con tanta decisión hacia ella, que la podamos un día alcanzar. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Concede a tu pueblo, Señor, salud de alma y cuerpo, para que, dedicados a las
buenas obras, merezcamos el amparo de tu protección. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
SÁBADO 7
AMA LA MISERICORDIA
Señor Dios, que gracias a tus celestiales remedios, nos haces participar, ya desde
este mundo, de los bienes eternos, dirige nuestra vida presente para que,
conducidos por ti, lleguemos a la luz en que tú habitas. Por nuestro Señor
Jesucristo...
O bien:
Dios todopoderoso, que con la fuerza de tu amor hiciste a las santas mártires
Perpetua y Felícitas intrépidas ante el perseguidor e invencibles ante los
tormentos de la muerte, concédenos, por su intercesión, crecer siempre en tu
amor. Por nuestro Señor Jesucristo... }
LITURGIA DE LA PALABRA
Del salmo 102, 1-3. 3-4. 9-10. 11-12 R/. El Señor es compasivo y
misericordioso.
Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga su santo nombre. Bendice al
Señor, alma mía, y no te olvides de sus beneficios. R/.
El Señor perdona tus pecados y cura tus enfermedades; él rescata tu vida del
sepulcro y te colma de amor y de ternura. R/.
El Señor no estará siempre enojado, ni durará para siempre su rencor. No nos
trata como merecen nuestras culpas, ni nos paga según nuestros pecados. R/.
Como desde la tierra hasta el cielo, así es de grande su misericordia; como dista
el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros delitos. R/.
ACLAMACIÓN Lc 15, 18 R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Me levantaré, volveré a mi padre y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y
contra ti. R/.
Alégrate, hijo mío, porque tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba
perdido y lo hemos encontrado.
Que la gracia de este sacramento llegue a lo más íntimo de nuestro corazón y nos
comunique su fuerza divina. Por Jesucristo, nuestro Señor.
DOMINGO 8
Mis ojos están siempre fijos en el Señor, pues él libra mis pies de toda trampa.
Mírame, Señor, y ten piedad de mí, que estoy solo y afligido.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
LITURGIA DE LA PALABRA
Del salmo 18, 8-9, 10-11 R/. Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.
La ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma; inmutables son las
palabras del Señor y hacen sabio al sencillo. R/.
En los mandamientos de Dios hay rectitud y alegría para el corazón; son luz los
preceptos del Señor para alumbrar el camino. R/.
La voluntad de Dios es santa y para siempre estable; los mandamientos del Señor
son verdaderos y enteramente justos. Que te sean gratas las palabras de mi boca
y los anhelos de mi corazón. Haz, Señor, que siempre te busque, pues eres mi
refugio y salvación. R/.
Predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los hombres, pero sabiduría de
Dios para los llamados.
Hermanos: Los judíos exigen señales milagrosas y los paganos piden sabiduría.
Pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, que es escándalo para los judíos y
locura para los paganos; en cambio, para los llamados, sean judíos o paganos,
Cristo es la fuerza y la sabiduría de Dios. Porque la locura de Dios es más sabia
que la sabiduría de los hombres, y la debilidad de Dios es más fuerte que la fuerza
de los hombres. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Prefacio I o II de Cuaresma.
Dirige, Señor, los corazones de tus fieles y da en tu bondad a tus siervos una
gracia tan grande que, cumpliendo en plenitud tus mandamientos, nos haga
permanecer en tu amor y en el de nuestro prójimo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
LUNES 9
EL DON DE LA GRATUIDAD
2 R 5, 1-15, Lc 4, 24-30
El vínculo que asocia las dos lecturas es más que evidente. El segundo libro de
los Reyes y el Evangelio de san Lucas se ocupan de la incorporación de los
extranjeros a la vida plena. El relato del Antiguo Testamento refiere la visita de
Naamán al profeta Eliseo y la consecuente curación, luego de haberse bañado
siete veces en el Jordán. En tiempos de Jesús había una dinámica excluyente
hacia los extranjeros; cuando el Señor Jesús visita la sinagoga de Nazaret
comienza a cuestionar esa mentalidad y aduce el caso de la viuda de Sarepta y
del leproso sirio, para mostrar que Dios no piensa a la manera humana, sino que
sorprendentemente en ese par de casos, se mostró más interesado en auxiliar a
los extranjeros que a los israelitas. Las visiones estrechas son producto de una
comprensión deformada de Dios y no corresponden a la realidad, ni reflejan su
corazón de Padre compasivo.
Mi alma se consume y anhela los atrios del Señor; mi corazón y todo mi ser se
regocijan por el Dios vivo.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que nos diste en santa Francisca Romana un singular modelo de
vida matrimonial y monástica, enséñanos a servirte con perseverancia, para que
podamos reconocerte y seguirte en todas las circunstancias de la vida. Por
nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Muchos leprosos había en Israel, pero ninguno fue curado, sino Naamán, el sirio.
En aquellos días, Naamán, general del ejército de Siria, gozaba de la estima y del
favor de su rey, pues por su medio había dado el Señor la victoria a Siria. Pero
este gran guerrero era leproso.
Sucedió que una banda de sirios, en una de sus correrías, trajo cautiva a una
jovencita, que pasó luego al servicio de la mujer de Naamán. Ella le dijo a su
señora: "Si mi señor fuera a ver al profeta que hay en Samaria, ciertamente él lo
curaría de su lepra".
Entonces fue Naamán a contarle al rey, su señor: "Esto y esto dice la muchacha
israelita". El rey de Siria le respondió: "Anda, pues, que yo te daré una carta para
el rey de Israel". Naamán se puso en camino, llevando de regalo diez barras de
plata, seis mil monedas de oro, diez vestidos nuevos y una carta para el rey de
Israel que decía: "Al recibir ésta, sabrás que te envío a mi siervo Naamán, para
que lo cures de la lepra".
Cuando el rey de Israel leyó la carta, rasgó sus vestiduras exclamando: "¿Soy yo
acaso Dios, capaz de dar vida o muerte, para que éste me pida que cure a un
hombre de su lepra? Es evidente que lo que anda buscando es un pretexto para
hacerme la guerra". Cuando Eliseo, el hombre de Dios, se enteró de que el rey
había rasgado sus vestiduras, le envió este recado: "¿Por qué rasgaste tus
vestiduras? Envíamelo y sabrá que hay un profeta en Israel". Llegó, pues,
Naamán con sus caballos y su carroza, y se detuvo a la puerta de la casa de
Eliseo. Éste le mandó decir con un mensajero: "Ve y báñate siete veces en el río
Jordán, y tu carne quedará limpia". Naamán se alejó enojado, diciendo: "Yo había
pensado que saldría en persona a mi encuentro y que, invocando el nombre del
Señor, su Dios, pasaría la mano sobre la parte enferma y me curaría de la lepra.
¿Acaso los ríos de Damasco, como el Abaná y el Farfar, no valen más que todas
las aguas de Israel? ¿No podría bañarme en ellos y quedar limpio?" Dio media
vuelta y ya se marchaba, furioso, cuando sus criados se acercaron a él y le
dijeron: "Padre mío, si el profeta te hubiera mandado una cosa muy dificil,
ciertamente la habrías hecho; cuanto más, si sólo te dijo que te bañaras y
quedarías sano".
Entonces Naamán bajó, se bañó siete veces en el Jordán, como le había dicho el
hombre de Dios, y su carne quedó limpia como la de un niño. Volvió con su
comitiva a donde estaba el hombre de Dios y se le presentó, diciendo: "Ahora sé
que no hay más Dios que el de Israel". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmos 41, 2. 3; 42, 3. 4 R/. Estoy sediento del Dios que da la vida.
Como el venado busca el agua de los ríos, así, cansada, mi alma te busca a ti,
Dios mío. R/.
Del Dios que da la vida está mi ser sediento. ¿Cuándo será posible ver de nuevo
su templo? R/.
Envíame, Señor, tu luz y tu verdad; que ellas se conviertan en mi guía y hasta tu
monte santo me conduzcan, allí donde tú habitas. R/.
Al altar del Señor me acercaré, al Dios que es mi alegría, y a mi Dios, el Señor, le
daré gracias al compás de la cítara. R/.
En aquel tiempo, Jesús llegó a Nazaret, entró a la sinagoga y dijo al pueblo: "Yo
les aseguro que nadie es profeta en su tierra. Había ciertamente en Israel muchas
viudas en los tiempos de Elías, cuando faltó la lluvia durante tres años y medio, y
hubo un hambre terrible en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue
enviado Elías, sino a una viuda que vivía en Sarepta, ciudad de Sidón. Había
muchos leprosos en Israel, en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de
ellos fue curado, sino Naamán, que era de Siria".
Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga se llenaron de ira, y
levantándose, lo sacaron de la ciudad y lo llevaron hasta un precipicio de la
montaña sobre la que estaba construida la ciudad, para despeñarlo. Pero Él,
pasando por en medio de ellos, se alejó de allí.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Que alaben al Señor todos los pueblos, porque grande es su amor hacia nosotros.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Opcional
Te rogamos, Señor, que tu diestra proteja al pueblo que te invoca y, una vez
purificado, dígnate llenarlo de sabiduría, para que, por medio de los consuelos
presentes, se encamine hacia los bienes futuros. Por Jesucristo, nuestro Señor.
MARTES 10
ORACIÓN COLECTA
Que tu gracia, Señor, nunca nos abandone, para que nos haga perseverar
dedicados a tu santo servicio y nos obtenga siempre tu ayuda. Por nuestro Señor
Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
En aquel tiempo, Azarías oró al Señor, diciendo: "Señor, Dios nuestro, no nos
abandones nunca; por el honor de tu nombre no rompas tu alianza; no apartes de
nosotros tu misericordia, por Abraham, tu amigo, por Isaac, tu siervo, por Jacob, tu
santo, a quienes prometiste multiplicar su descendencia, como las estrellas del
cielo y las arenas de la playa.
Pero ahora, Señor, nos vemos empequeñecidos frente a los demás pueblos y
estamos humillados por toda la tierra, a causa de nuestros pecados. Ahora no
tenemos príncipe ni jefe ni profeta; ni holocausto ni sacrificio ni ofrenda ni incienso;
ni lugar donde ofrecerte las primicias y alcanzar misericordia. Por eso, acepta
nuestro corazón adolorido y nuestro espíritu humillado, como un sacrificio de
carneros y toros, como un millar de corderos cebados. Que ése sea hoy nuestro
sacrificio y que sea perfecto en tu presencia, porque los que en ti confían no
quedan defraudados.
Ahora te seguiremos de todo corazón; te respetamos y queremos encontrarte; no
nos dejes defraudados. Trátanos según tu clemencia y tu abundante misericordia.
Sálvanos con tus prodigios y da gloria a tu nombre". Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
Del salmo 24, 4bc-5ab. 6-7 c. 8-9 R/. Sálvanos, Señor, tú que eres
misericordioso.
Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la verdad de tu doctrina. Tú eres
nuestro Dios y salvador y tenemos en ti nuestra esperanza. R/.
Acuérdate, Señor, que son eternos tu amor y tu ternura. Según ese amor y esa
ternura, acuérdate de nosotros. R/.
Porque el Señor es recto y bondadoso, indica a los pecadores el sendero, guía por
la senda recta a los humildes y descubre a los pobres sus caminos. R/.
Opcional
Señor Dios, maestro y guía de tu pueblo, aleja de él los pecados que lo acosan,
para que te agrade siempre y esté seguro con tu protección. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
MIÉRCOLES 11
Dt 4,1.5-9; Mt 5,17-19
ORACIÓN COLECTA
LITURGIA DE LA PALABRA
Del salmo 147, 12-13. 15-16. 19-20 R/. Demos gloria a nuestro Dios.
Glorifica al Señor, Jerusalén, a Dios ríndele honores, Israel. Él refuerza el cerrojo
de tus puertas y bendice a tus hijos en tu casa. R/.
Él mantiene la paz en tus fronteras, con su trigo mejor sacia tu hambre. Él envía a
la tierra su mensaje y su palabra corre velozmente. R/.
Le muestra a Jacob su pensamiento, sus normas y designios a Israel. No ha
hecho nada igual con ningún pueblo, ni le ha confiado a otro sus proyectos. R/.
El que cumpla y enseñe mis mandamientos, será grande en el Reino de los cielos.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No crean que he venido a abolir la
ley o los profetas; no he venido a abolirlos, sino a darles plenitud. Yo les aseguro
que antes se acabarán el cielo y la tierra, que deje de cumplirse hasta la más
pequeña letra o coma de la ley. Por lo tanto, el que quebrante uno de estos
preceptos menores y enseñe eso a los hombres, será el menor en el Reino de los
cielos; pero el que los cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de los
cielos".Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Santifica, Señor, a quienes hemos sido alimentados con los manjares de la mesa
celestial, para que, perdonados de todo pecado, podamos alcanzar las promesas
eternas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Opcional
JUEVES 12
Suficiente razón tienen quienes afirman que la escucha es algo más activo que el
habla. Para escuchar se requiere disposición interior, que implica un mínimo
reconocimiento de la propia ignorancia; también se necesita aceptar la autoridad
moral del hablante. El profeta Jeremías insiste que los israelitas de todas las
épocas fueron reacios para escuchar la voluntad de Dios, manifestada a través de
los profetas. Probablemente les parecía increíble que personas tan ordinarias
como los profetas, fuesen genuinos representantes de Dios. La misma tozudez y
necedad enfrentó el Señor Jesús con sus contemporáneos, que pretendían
desacreditar su acción y no tanto su palabra, alegando que era un emisario de
Satanás y que por lo tanto, sus acciones no podrían ser consideradas en manera
alguna como señales del Reino de Dios.
ANTÍFONA DE ENTRADA Mt 16,18-19
Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Los poderes del infierno no
prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los cielos.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que por designio de tu providencia quisiste edificar a tu Iglesia sobre
la roca de Pedro, y lo pusiste al frente de los demás apóstoles, mira con bondad a
nuestro Papa Francisco y, ya que lo has constituido sucesor de Pedro, concédele
que sea para tu pueblo principio y fundamento visible de la unidad de la fe y de la
comunión. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Del salmo 94, 1-2. 6-7. 8-9 R/. Señor, que no seamos sordos a tu voz.
Vengan, lancemos vivas al Señor, aclamemos al Dios que nos salva.
Acerquémonos a él, llenos de júbilo, y démosle gracias. R/.
Vengan, y puestos de rodillas, adoremos y bendigamos al Señor, que nos hizo,
pues él es nuestro Dios y nosotros, su pueblo; él es nuestro pastor y nosotros, sus
ovejas. R/.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: "No endurezcan su corazón, como el día
de la rebelión en el desierto, cuando sus padres dudaron de mí, aunque habían
visto mis obras". R/.
En aquel tiempo, Jesús expulsó a un demonio, que era mudo. Apenas salió el
demonio, habló el mudo y la multitud quedó maravillada. Pero algunos decían:
"Este expulsa a los demonios con el poder de Belzebú, el príncipe de los
demonios". Otros, para ponerlo a prueba, le pedían una señal milagrosa.
Pero Jesús, que conocía sus malas intenciones, les dijo: "Todo reino dividido por
luchas internas va a la ruina y se derrumba casa por casa. Si Satanás también
está dividido contra sí mismo, ¿cómo mantendrá su reino? Ustedes dicen que yo
arrojo a los demonios con el poder de Belzebú. Entonces, ¿con el poder de quién
los arrojan los hijos de ustedes? Por eso, ellos mismos serán sus jueces. Pero si
yo arrojo a los demonios con el dedo de Dios, eso significa que ha llegado a
ustedes el Reino de Dios.
Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están
seguros; pero si otro más fuerte lo asalta y lo vence, entonces le quita las armas
en que confiaba y después dispone de sus bienes. El que no está conmigo, está
contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos? Señor, tú lo sabes todo; tú bien
sabes que te quiero.
Opcional
Imploramos, Señor tu clemencia, confiados en tu misericordia, y ya que de ti
recibimos todo lo que somos, haz que por tu gracia podamos querer lo que es
bueno, y realizar lo que queremos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA
ORACIÓN COLECTA
Para que te agraden, Señor, las ofrendas de tu pueblo, te pedimos que nos
purifiques de todo contagio de mal y nos permitas que nos entreguemos a falsos
placeres ya que nos prometes el premio verdadero. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Tú promulgas tus preceptos para que se observen con exactitud. Ojalá que mi
conducta se ajuste siempre al cumplimiento de tu voluntad.
Opcional
Imploramos, Señor tu clemencia, confiados en tu misericordia, y ya que de ti
recibimos todo lo que somos, haz que por tu gracia podamos querer lo que es
bueno, y realizar lo que queremos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
VIERNES 13
No existe ningún otro dios igual a ti, porque tú eres grande y haces maravillas; tú
eres el único Dios.
ORACIÓN COLECTA
LITURGIA DE LA PALABRA
Del salmo 80, 6c-8a. 8bc-9. 10-11 ab. 14 y 17 R/. Yo soy tu Dios, escúchame.
Oyó Israel palabras nunca oídas: "He quitado la carga de tus hombros y el pesado
canasto de tus manos. Clamaste en la aflicción y te libré. R/.
Te respondí, oculto entre los truenos, y te probé en Meribá, junto a la fuente.
Escucha, pueblo mío, mi advertencia, ¡Israel, si quisieras escucharme! R/.
No tendrás otro Dios, fuera de mí, ni adorarás a dioses extranjeros, porque yo el
Señor, soy el Dios tuyo, que te sacó de Egipto, tu destierro. R/.
¡Ojalá que mi pueblo me escuchara y cumpliera Israel mis mandamientos!
Comería de lo mejor de mi trigo y yo lo saciaría con miel silvestre". R/.
Mira benignamente, Señor, los dones que te consagramos, para que sean gratos a
tus ojos y sirvan siempre para nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amar a Dios con todo el corazón y al prójimo como a uno mismo, vale más que
todos los sacrificios.
Opcional
Mira, propicio, Señor, a tus fieles, que imploran tu misericordia, para que, llenos de
confianza en tu bondad, puedan difundir por todas partes los dones de tu amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
SÁBADO 14
Morado Feria de Cuaresma MR p. 224 / Lecc. I, p. 754. Tomo II: pp. 1412, 3 y
248. Para los fieles: pp. 722 y 178. Edición popular: pp. 289 y 433.
ORACIÓN COLECTA
LITURGIA DE LA PALABRA
Esto dice el Señor: "En su aflicción, mi pueblo me buscará y se dirán unos a otros:
'Vengan, volvámonos al Señor; él nos ha desgarrado y él nos curará; él nos ha
herido y él nos vendará. En dos días nos devolverá la vida, y al tercero, nos
levantará y viviremos en su presencia.
Esforcémonos por conocer al Señor; tan cierta como la aurora es su aparición y su
juicio surge como la luz; bajará sobre nosotros como lluvia temprana, como lluvia
de primavera que empapa la tierra'.
¿Qué voy a hacer contigo, Efraín? ¿Qué voy a hacer contigo, Judá? Su amor es
nube mañanera, es rocío matinal que se evapora. Por eso los he azotado por
medio de los profetas y les he dado muerte con mis palabras. Porque yo quiero
misericordia y no sacrificios, conocimiento de Dios, más que holocaustos".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 50, 3-4. 18-19. 20-21ab R/. Misericordia quiero, no sacrificios, dice
el Señor.
Por tu inmensa compasión y misericordia, Señor, apiádate de mí y olvida mis
ofensas. Lávame bien de todos mis delitos, y purifícame de mis pecados. R/.
Tú, Señor, no te complaces en los sacrificios y si te ofreciera un holocausto, no te
agradaría. Un corazón contrito te presento, y a un corazón contrito, tú nunca lo
desprecias. R/.
Señor, por tu bondad, apiádate de Sión, edifica de nuevo sus murallas. Te
agradarán entonces los sacrificios justos, ofrendas y holocaustos. R/.
ACLAMACIÓN Cfr. Sal 94, 8 R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: "No endurezcan su corazón". R/
En aquel tiempo, Jesús dijo esta parábola sobre algunos que se tenían por justos
y despreciaban a los demás: "Dos hombres subieron al templo para orar: uno era
fariseo y el otro, publicano.
El fariseo, erguido, oraba así en su interior: 'Dios mío, te doy gracias porque no
soy como los demás hombres: ladrones, injustos y adúlteros; tampoco soy como
ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todas mis
ganancias'.
El publicano, en cambio, se quedó lejos y no se atrevía a levantar los ojos al cielo.
Lo único que hacía era golpearse el pecho, diciendo: 'Dios mío, apiádate de mí,
que soy un pecador'.
Pues bien, yo les aseguro que éste bajó a su casa justificado y aquél no; porque
todo el que se enaltece será humillado y el que se humilla será
enaltecido". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Señor Dios, de cuya gracia nos viene que podamos, contritos de corazón,
acercarnos a tus sacramentos, concédenos que, al celebrarlos dignamente,
podamos rendirte una alabanza perfecta. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Despliega, Señor, sobre tus fieles el auxilio de tu mano poderosa, para que
podamos buscarte de todo corazón y merezcamos recibir lo que dignamente te
pedimos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
DOMINGO 15
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Muertos por los pecados, ustedes han sido salvados por la gracia.
Dios envió a su Hijo al mundo para que el mundo se salve por Él.
En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: "Así como Moisés levantó la serpiente en
el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que
crea en Él tenga vida eterna.
Porque tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el
que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su
Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por Él. El que
cree en Él no será condenado; pero el que no cree ya está condenado, por no
haber creído en el Hijo único de Dios.
La causa de la condenación es ésta: habiendo venido la luz al mundo, los
hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo aquel
que hace el mal, aborrece la luz y no se acerca a ella, para que sus obras no se
descubran.
En cambio, el que obra el bien conforme a la verdad, se acerca a la luz, para que
se vea que sus obras están hechas según Dios".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos, al Señor, que no desea la muerte del pecador, sino que se
convierta y viva, y pidámosle que tenga misericordia de su pueblo penitente: (R/.
Escúchanos, Señor.)
Para que Dios aumente la fe y fortalezca la voluntad de los que se preparan a
recibir en estos días cuaresmales el sacramento de la penitencia y les conceda un
verdadero arrepentimiento de sus culpas, roguemos al Señor.
Para que el Señor abra la inteligencia y el corazón de los incrédulos, de manera
que lleguen al conocimiento de la verdad, y en la fe encuentren aquel descanso
que tanto desea su corazón, roguemos al Señor.
Para que Dios conceda su ayuda a los enfermos, a los pobres, a los que se
sienten tentados y a todos aquellos que con su sufrimiento participan de le cruz de
Cristo, roguemos al Señor.
Para que todos nosotros perseveremos en el esfuerzo cuaresmal y lleguemos,
purificados e iluminados, a las fiestas de Pascua que se acercan, roguemos al
Señor.
Dios bueno y fiel, que nunca dejas de llamar a los que se extravían para que se
conviertan y vuelvan a ti y, en tu Hijo elevado sobre la cruz, nos curas de las
heridas del Maligno, escucha nuestras oraciones y concédenos tu gracia, para
que, renovados en el espíritu, podamos corresponder a los dones de tu amor. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I o II de Cuaresma.
Jerusalén ha sido edificada como ciudad bien compacta. Allá suben las tribus, las
tribus del Señor, según la costumbre de Israel, a celebrar el nombre del Señor.
Señor Dios, luz que alumbra a todo hombre que viene a este mundo, ilumina
nuestros corazones con el resplandor de tu gracia, para que podamos siempre
pensar lo que es digno y grato a tus ojos y amarte con sincero corazón. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Protege, Señor, a quienes te invocan, ayuda a los débiles y reaviva siempre con tu
luz a quienes caminan en medio de las tinieblas de la muerte; concédeles que,
liberados por tu bondad de todos los males, alcancen los bienes supremos. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
LUNES 16
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que renuevas el mundo por medio de tus admirables sacramentos,
concede que tu Iglesia progrese gracias a tus designios eternos y que no le falten
los auxilios temporales. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Esto dice el Señor: "Voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva; ya no recordaré
lo pasado, lo olvidaré de corazón.
Se llenarán ustedes de gozo y de perpetua alegría por lo que voy a crear:
Convertiré a Jerusalén en júbilo y a mi pueblo en alegría. Me alegraré por
Jerusalén y me gozaré por mi pueblo. Ya no se oirán en ella gemidos ni llantos. Ya
no habrá niños que vivan pocos días, ni viejos que no colmen sus años y al que no
los alcance se le tendrá por maldito. Construirán casas y vivirán en ellas, plantarán
viñas y comerán sus frutos".Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 29, 2.5-6, 11-12, 13b R/. Te alabaré, Señor, eternamente.
Te alabaré, Señor, pues no dejaste que se rieran de mí mis enemigos. Tú, Señor,
me salvaste de la muerte y a punto de morir, me reviviste. R/.
Alaben al Señor quienes lo aman, den gracias a su nombre, porque su ira dura un
solo instante y su bondad, toda la vida. El llanto nos visita por la tarde; por la
mañana, el júbilo. R/.
Escúchame, Señor, y compadécete; Señor, ven en mi ayuda. Convertiste mi duelo
en alegría, te alabaré por eso eternamente. R/.
En aquel tiempo, Jesús salió de Samaria y se fue a Galilea. Jesús mismo había
declarado que a ningún profeta se le honra en su propia patria. Cuando llegó, los
galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que Él había hecho en
Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos habían estado allí.
Volvió entonces a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había
allí un funcionario real, que tenía un hijo enfermo en Cafarnaúm. Al oír éste que
Jesús había venido de Judea a Galilea, fue a verlo y le rogó que fuera a curar a su
hijo, que se estaba muriendo. Jesús le dijo: "Si no ven ustedes signos y prodigios,
no creen". Pero el funcionario del rey insistió: "Señor, ven antes de que mi
muchachito muera". Jesús le contestó: "Vete, tu hijo ya está sano".
Aquel hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino. Cuando iba
llegando, sus criados le salieron al encuentro para decirle que su hijo ya estaba
sano. Él les preguntó a qué hora había empezado la mejoría. Le contestaron:
"Ayer, a la una de la tarde, se le quitó la fiebre". El padre reconoció que a esa
misma hora Jesús le había dicho: 'Tu hijo ya está sano', y creyó con todos los de
su casa. Éste fue el segundo signo que hizo Jesús al volver de Judea a Galilea.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Infundiré mi Espíritu en ustedes, y los haré vivir según mis preceptos y cumplir mis
mandamientos, dice el Señor.
Te rogamos, Señor, que tus santos misterios, renovándonos, nos vivifiquen, nos
reanimen con su vigorosa fuerza y, santificándonos, nos conduzcan a la vida
eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Opcional
MARTES 17
NO TENGO A NADIE
Todos ustedes, los que tienen sed, vengan por agua, dice el Señor; y los que no
tienen dinero, vengan y beban con alegría.
ORACIÓN COLECTA
O bien:
Dios nuestro, que enviaste a tu obispo san Patricio a predicar el Evangelio a los
habitantes de Irlanda, haz que, por su intercesión, los cristianos anunciemos a
todos tu verdad y tu amor, con nuestra vida diaria. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Vi salir agua del templo: era un agua que daba vida y fertilidad.
En aquellos tiempos, un hombre me llevó a la entrada del templo. Por debajo del
umbral manaba agua hacia el oriente, pues el templo miraba hacia el oriente, y el
agua bajaba por el lado derecho del templo, al sur del altar. Luego me hizo salir
por el pórtico del norte y dar la vuelta hasta el pórtico que mira hacia el oriente, y
el agua corría por el lado derecho. Aquel hombre salió hacia el oriente, y con la
cuerda que tenía en la mano, midió quinientos metros y me hizo atravesar por el
agua, que me daba a los tobillos. Midió otros quinientos metros y me hizo pasar; el
agua me daba a las rodillas. Midió quinientos más y me hizo cruzar; el agua me
daba a la cintura. Era ya un torrente que yo no podía vadear, pues habían crecido
las aguas y no se tocaba el fondo. Entonces me dijo: "¿Has visto, hijo de
hombre?"
Después me hizo volver a la orilla del torrente, y al mirar hacia atrás, vi una gran
cantidad de árboles en una y otra orilla. Aquel hombre me dijo: "Estas aguas van
hacia la región oriental; bajarán hasta el Arabá, entrarán en el mar de aguas
saladas y lo sanearán. Todo ser viviente que se mueva por donde pasa el torrente,
vivirá; habrá peces en abundancia, porque los lugares a donde lleguen estas
aguas quedarán saneados y por dondequiera que el torrente pase, prosperará la
vida. En ambas márgenes del torrente crecerán árboles frutales de toda especie,
de follaje perenne e inagotables frutos. Darán frutos nuevos cada mes, porque los
riegan las aguas que manan del santuario. Sus frutos servirán de alimento y sus
hojas, de medicina".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 45, 2-3. 5-6. 8-9 R/. Con nosotros está Dios, el Señor.
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza, quien en todo peligro nos socorre. Por
eso no tememos, aunque tiemble, y aunque al fondo del mar caigan los montes.
R/.
Un río alegra a la ciudad de Dios, su morada el Altísimo hace santa. Teniendo a
Dios, Jerusalén no teme, porque Dios la protege desde el alba. R/.
Con nosotros está Dios, el Señor; es el Dios de Israel nuestra defensa. Vengan a
ver las cosas sorprendentes que ha hecho el Señor sobre la tierra. R/.
ACLAMACIÓN Sal 50, 12. 14 R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Crea en mí, Señor, un corazón puro y devuélveme tu salvación, que regocija. R/.
Era un día de fiesta para los judíos, cuando Jesús subió a Jerusalén. Hay en
Jerusalén, junto a la puerta de las Ovejas, una piscina llamada Betesdá, en
hebreo, con cinco pórticos, bajo los cuales yacía una multitud de enfermos, ciegos,
cojos y paralíticos. Entre ellos estaba un hombre que llevaba treinta y ocho años
enfermo.
Al verlo ahí tendido y sabiendo que ya llevaba mucho tiempo en tal estado, Jesús
le dijo: "¿Quieres curarte?" Le respondió el enfermo: "Señor, no tengo a nadie que
me meta en la piscina cuando se agita el agua. Cuando logro llegar, ya otro ha
bajado antes que yo". Jesús le dijo: "Levántate, toma tu camilla y anda". Al
momento el hombre quedó curado, tomó su camilla y se puso a andar.
Aquel día era sábado. Por eso los judíos le dijeron al que había sido curado: "No
te es lícito cargar tu camilla". Pero él contestó: "El que me curó me dijo: 'Toma tu
camilla y anda' ". Ellos le preguntaron: "¿Quién es el que te dijo: 'Toma tu camilla y
anda'?" Pero el que había sido curado no lo sabía, porque Jesús había
desaparecido entre la muchedumbre. Más tarde lo encontró Jesús en el templo y
le dijo: "Mira, ya quedaste sano. No peques más, no sea que te vaya a suceder
algo peor".
Aquel hombre fue y les contó a los judíos que el que lo había curado era Jesús.
Por eso los judíos perseguían a Jesús, porque hacía estas cosas en
sábado. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Te ofrecemos, Señor, estos dones que tú mismo nos has dado para que
testimonien el auxilio que has dispuesto para nuestra condición mortal y se nos
conviertan en alimento de inmortalidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Opcional
MIÉRCOLES 18
Is 49,8-15, Jn 5,17-30
La figura del padre y de la madre simbolizan realidades humanas profundamente
significativas. En la tradición del profeta Isaías se asocia al amor materno con la
fidelidad y la entrega sin condiciones. Una madre no olvida jamás a sus hijos, Dios
tampoco lo hará, porque siempre se ocupa de sus hijos con paciente cariño. El
Evangelio, que recoge el mensaje de Jesucristo, presenta insistentemente a Dios
como padre. Jesús no tiene en el cuarto Evangelio duda alguna de su íntima
filiación con el Padre. Así lo argumenta partiendo de la ejemplaridad de los padres
terrenos, que resultan modelos creíbles para sus hijos. Jesús defiende su derecho
a actuar en sábado, porque ese es el proceder del Padre, que siempre trabaja,
sosteniendo la creación por amor a sus hijos. Jesús es el reflejo encarnado de la
gloria del Padre.
Ahora, Señor, que estás dispuesto a escucharme, respóndeme, Dios mío, por tu
amor; que tu fidelidad me ayude.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que otorgas el premio a los justos y concedes el perdón a los
pecadores que se arrepienten, ten misericordia de quienes te dirigen sus ruegos,
para que el reconocimiento de nuestras culpas nos sirva para recibir tu perdón.
Por nuestro Señor Jesucristo...
O bien:
Dios nuestro, que por medio del obispo san Cirilo de Jerusalén condujiste
admirablemente a tu Iglesia a comprender con más profundidad los misterios de la
salvación, concédenos, por su intercesión, conocer de tal manera a tu Hijo, que
podamos participar abundantemente de subida divina. Él que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos (que lo perseguían por hacer curaciones
en sábado): "Mi Padre trabaja siempre y yo también trabajo". Por eso los judíos
buscaban con mayor empeño darle muerte, ya que no sólo violaba el sábado, sino
que llamaba Padre suyo a Dios, igualándose así con Dios.
Entonces Jesús les habló en estos términos. "Yo les aseguro: El Hijo no puede
hacer nada por su cuenta y sólo hace lo que le ve hacer al Padre; lo que hace el
Padre también lo hace el Hijo. El Padre ama al Hijo y le manifiesta todo lo que
hace; le manifestará obras todavía mayores que éstas, para asombro de ustedes.
Así como el Padre resucita a los muertos y les da la vida, así también el Hijo da la
vida a quien Él quiere dársela. El Padre no juzga a nadie, porque todo juicio se lo
ha dado al Hijo, para que todos honren al Hijo, como honran al Padre. El que no
honra al Hijo tampoco honra al Padre.
Yo les aseguro que, quien escucha mi palabra y cree en el que me envió, tiene
vida eterna y no será condenado en el juicio, porque ya pasó de la muerte a la
vida. Les aseguro que viene la hora, y ya está aquí, en que los muertos oirán la
voz del Hijo de Dios, y los que la hayan oído vivirán. Pues así como el Padre tiene
la vida en sí mismo, también le ha dado al Hijo tener la vida en sí mismo; y le ha
dado el poder de juzgar, porque es el Hijo del hombre.
No se asombren de esto, porque viene la hora en que todos los que yacen en la
tumba oirán mi voz y resucitarán: los que hicieron el bien para la vida; los que
hicieron el mal, para la condenación. Yo nada puedo hacer por mí mismo. Según
lo que oigo, juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la
voluntad del que me envió".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Prefacio de Cuaresma.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 3, 17
Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se
salvara por Él.
Al recibir tus celestiales dones, te rogamos, Señor, no permitas que sea causa de
condenación lo que en tu providencia diste a tus fieles como salvación. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Opcional
Que defienda a tus siervos, Señor, la protección de tu bondad, para que, haciendo
el bien en este mundo, puedan llegar hasta ti, que eres el sumo bien. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
JUEVES19
Su misión en esta vida consistió en velar por Jesús "haciendo las veces de padre"
(Prefacio). Pero el Señor ha querido que la cabeza de la Sagrada Familia siga
cumpliendo la misma función con la Iglesia, que es el cuerpo de Cristo. María es
madre de la Iglesia; san José, el protector. Blanco Solemnidad II Aniversario del
Inicio del Ministerio Petrino de S. S. Papa Francisco.
Del segundo libro de Samuel al Evangelio de san Mateo hay una gran distancia
temporal e ideológica. En la narrativa antigua, encontramos al rey David
entusiasmado con la idea de edificar un templo para su Dios. Luego de una
aprobación inicial por parte de Natán, el Señor lo desaprueba, invirtiendo
claramente los papeles. Dios será el constructor y no el rey de Judá; pero no será
un edificio material, sino una dinastía reinante. Dios adoptará como hijo suyo a
cada uno de los descendientes de David para auxiliarlos en la misión de gobernar
a su pueblo. El rey sería el hijo adoptivo de Dios. En la misma situación se
encuentra José, padre adoptivo de Jesús. Dios lo llama acoger como suyo a un
hijo que no lleva su sangre. Su confiada disposición fue un gran apoyo para María
su esposa. Ambos conciliaron sus proyectos de vida de manera fructífera, siendo
los transmisores de la fe para el pequeño Jesús.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso, que pusiste bajo la fiel custodia de san José los comienzos de
la salvación humana, te pedimos que, por su intercesión, pueda tu Iglesia llevarla
siempre a su plenitud. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
En aquellos días, el Señor le habló al profeta Natán y le dijo: "Ve y dile a mi siervo
David que el Señor le manda decir esto: 'Cuando tus días se hayan cumplido y
descanses para siempre con tus padres, engrandeceré a tu hijo, sangre de tu
sangre, y consolidaré su reino.
Él me construirá una casa y yo consolidaré su trono para siempre. Yo seré para él
un padre y él será para mí un hijo. Tu casa y tu reino permanecerán para siempre
ante mí, y tu trono será estable eternamente' ".Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
Credo.
Te rogamos, Señor, que así como san José sirvió con amorosa entrega a tu
Unigénito, nacido de la Virgen María, así también nosotros, con un corazón limpio,
merezcamos servirte en tu altar. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Señor, protege siempre a esta familia tuya que alimentada con el sacramento del
altar, se alegra hoy al celebrar la solemnidad de san José, y conserva en ella los
dones que con tanta bondad le concedes. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Opcional
Dios y Padre nuestro, protector de los que esperan en ti, bendice a tu pueblo:
sálvalo, protégelo y disponlo para que, libre de todo pecado y a salvo de las
asechanzas del enemigo, persevere siempre en tu amor. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
VIERNES 20
Santos: Cutberto de Lindisfarne, obispo; Fotina "la Samaritana", laica; Martín
de Braga, obispo.
Señor, sálvame por tu nombre y líbrame con tu poder. Señor, escucha mi plegaria,
presta oídos a las palabras de mi boca.
ORACIÓN COLECTA
LITURGIA DE LA PALABRA
Del salmo 33, 17-18. 19-20. 21 y 23 R/. El Señor no está lejos de sus fieles.
En contra del malvado está el Señor, para borrar de la tierra su memoria. Escucha,
en cambio, al hombre justo y lo libra de todas sus congojas. R/.
El Señor no está lejos de sus fieles y levanta a las almas abatidas. Muchas
tribulaciones pasa el justo, pero de todas ellas Dios lo libra. R/.
Por los huesos del justo vela Dios, sin dejar que ninguno se le quiebre. Salva el
Señor la vida de sus siervos; no morirán quienes en él esperan. R/.
En aquel tiempo, Jesús recorría Galilea, pues no quería andar por Judea, porque
los judíos trataban de matarlo. Se acercaba ya la fiesta de los judíos, llamada de
los Campamentos.
Cuando los parientes de Jesús habían llegado ya a Jerusalén para la fiesta, llegó
también Él, pero sin que la gente se diera cuenta, como de incógnito. Algunos, que
eran de Jerusalén, se decían: "¿No es éste al que quieren matar? Miren cómo
habla libremente y no le dicen nada. ¿Será que los jefes se han convencido de
que es el Mesías? Pero nosotros sabemos de dónde viene éste; en cambio,
cuando llegue el Mesías, nadie sabrá de dónde viene".
Jesús, por su parte, mientras enseñaba en el templo, exclamó: "Conque me
conocen a mí y saben de dónde vengo... Pues bien, yo no vengo por mi cuenta,
sino enviado por el que es veraz; y a él ustedes no lo conocen. Pero yo sí lo
conozco, porque procedo de Él y Él me ha enviado". Trataron entonces de
capturarlo, pero nadie le pudo echar mano, porque todavía no había llegado su
hora. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Señor, que el poder de este sacrificio nos purifique, para llegar bien dispuestos a
las fiestas pascuales, que son el origen de nuestra salvación Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Ef 1, 7
Opcional
Dios y Padre nuestro, vuelve tus ojos hacia estos hijos tuyos, y protege
bondadosamente con tu auxilio celestial a quienes confían en tu misericordia. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
SÁBADO 21
Vísperas I del domingo: la semana del Salterio. Tomo II: pp. 1099, 3 y 314
Para los fieles: pp. 472 y 178. Edición popular: pp. 13 y 435.
Jr 11,18-20; Jn 7,40-53
ORACIÓN COLECTA
LITURGIA DE LA PALABRA
Hemos sido rescatados con la Sangre preciosa de Cristo, el Cordero sin defecto y
sin mancha.
Concédenos, Señor, que tus santos misterios nos purifiquen y que con su eficacia
nos hagan gratos a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Opcional
Señor, hazme justicia. Defiende mi causa contra gente sin piedad, sálvame del
hombre injusto y malvado, tú que eres mi Dios y mi defensa.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
LITURGIA DE LA PALABRA
"Se acerca el tiempo, dice el Señor, en que haré con la casa de Israel y la casa de
Judá una alianza nueva. No será como la alianza que hice con los padres de
ustedes, cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto. Ellos rompieron mi
alianza y yo tuve que hacer un escarmiento con ellos. Ésta será la alianza nueva
que voy a hacer con la casa de Israel: Voy a poner mi ley en lo más profundo de
su mente y voy a grabarla en sus corazones.
Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Ya nadie tendrá que instruir a su prójimo
ni a su hermano, diciéndole: 'Conoce al Señor', porque todos me van a conocer,
desde el más pequeño hasta el mayor de todos, cuando yo les perdone sus culpas
y olvide para siempre sus pecados". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 50, 3-4, 12-13, 14-15 R/. Crea en mí, Señor, un corazón puro.
Por tu inmensa compasión y misericordia, Señor, apiádate de mí y olvida mis
ofensas. Lávame bien de todos mis delitos y purifícame de mis pecados. R/.
Crea en mí, Señor, un corazón puro, un espíritu nuevo para cumplir tus
mandamientos. No me arrojes, Señor, lejos de ti, ni retires de mí tu santo espíritu.
R/.
Devuélveme tu salvación, que regocija, y mantén en mí un alma generosa.
Enseñaré a los descarriados tus caminos y volverán a ti los pecadores. R/.
Hermanos: Durante su vida mortal, Cristo ofreció oraciones y súplicas, con fuertes
voces y lágrimas, a aquel que podía librarlo de la muerte, y fue escuchado por su
piedad. A pesar de que era el Hijo, aprendió a obedecer padeciendo, y llegado a
su perfección, se convirtió en la causa de la salvación eterna para todos los que lo
obedecen.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Entre los que habían llegado a Jerusalén para adorar a Dios en la fiesta de
Pascua, había algunos griegos, los cuales se acercaron a Felipe, el de Betsaida
de Galilea, y le pidieron: "Señor, quisiéramos ver a Jesús".
Felipe fue a decírselo a Andrés; Andrés y Felipe se lo dijeron a Jesús y Él les
respondió: "Ha llegado la hora de que el Hijo del hombre sea glorificado. Yo les
aseguro que si el grano de trigo, sembrado en la tierra, no muere, queda
infecundo; pero si muere, producirá mucho fruto. El que se ama a sí mismo, se
pierde; el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se asegura para la vida
eterna. El que quiera servirme, que me siga, para que donde yo esté, también esté
mi servidor. El que me sirve será honrado por mi Padre.
Ahora que tengo miedo, ¿le voy a decir a mi Padre: `Padre, líbrame de esta hora'?
No, pues precisamente para esta hora he venido. Padre, dale gloria a tu nombre".
Se oyó entonces una voz que decía: "Lo he glorificado y volveré a glorificarlo". De
entre los que estaban ahí presentes y oyeron aquella voz, unos decían que había
sido un trueno; otros, que le había hablado un ángel. Pero Jesús les dijo: "Esa voz
no ha venido por mí, sino por ustedes. Está llegando el juicio de este mundo; ya va
a ser arrojado el príncipe de este mundo. Cuando yo sea levantado de la tierra,
atraeré a todos hacia mí". Dijo esto, indicando de qué manera habría de morir.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús. Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Prefacio I o II de Cuaresma.
LUNES 23
Ten compasión de mí, Señor, porque me pisotean y me acosan todo el día mis
enemigos.
ORACIÓN COLECTA
Señor, tú que quisiste hacer florecer la vida de tu Iglesia en el Perú gracias a los
trabajos apostólicos de santo Toribio de Mogrovejo y a su amor por la verdad,
concédenos imitar sus virtudes, para que la fe y la caridad renueven también
nuestra vida. Por nuestro Señor Jesucristo.
Señor Dios, por cuya inefable gracia nos enriqueces con toda clase de
bendiciones, concédenos pasar de nuestros antiguos pecados a una vida nueva,
para prepararnos a la gloria del reino celestial. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Del libro del profeta Daniel: 13, 1-9. 15-17. 19-30. 33-62
Del salmo 22, 1-3a. 3b-4. 5. 6 R/. Nada temo, Señor, porque tú estás conmigo.
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace reposar y hacia
fuentes tranquilas me conduce para reparar mis fuerzas. R/.
Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el sendero recto; así, aunque
camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás conmigo. Tu vara y tu
cayado me dan seguridad. R/.
Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis adversarios; me unges la
cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes. R/.
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días de mi vida; y viviré en
la casa del Señor por años sin término. R/.
Que los sacramentos que hemos recibido, Señor, nos purifiquen de nuestras
malas inclinaciones y, fortalecidos con tu bendición, corramos a tu encuentro
siguiendo las huellas de Cristo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Opcional
Dios y Padre nuestro, purifica de sus pecados al pueblo que te suplica, para que
llevando una vida santa se vea libre de toda adversidad. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
MARTES 24
El relato del libro de los Números muestra la eficacia social de un símbolo ritual,
utilizado en tiempos antiguos para las picaduras de serpientes. De ese rito
milenario se valió la tradición religiosa para construir talismanes asociados con la
salud, aunque posteriormente se convirtieron en objetos idolátricos. Formaron
parte de un orden terrestre, viciado por la falsa confianza en las realidades
terrenas. Por esa razón el Señor Jesús se distancia de ese orden caduco, que
mantiene relaciones de opresión, marginando a los enfermos y débiles. Jesús se
asume como un símbolo elevado ante la mirada creyente de las personas. Quien
examine su vida y sus opciones sabrá reconocer la valía de su propuesta.
Jesucristo es el camino de humanización autentificado por la fidelidad del Padre
que lo resucita. Quien se decida a pertenecer al orden "de arriba" tendrá que
aprender a vivir como vivió Jesús.
ORACIÓN COLECTA
LITURGIA DE LA PALABRA
En aquellos días, los hebreos salieron del monte Hor en dirección al Mar Rojo,
para rodear el territorio de Edom; pero por el camino, el pueblo se impacientó y
murmuró contra Dios y contra Moisés, diciendo: "¿Para qué nos sacaste de
Egipto? ¿Para qué muriéramos en el desierto? No tenemos pan ni agua y ya
estamos hastiados de esta miserable comida".
Entonces envió Dios contra el pueblo serpientes venenosas, que los mordían, y
murieron muchos israelitas. El pueblo acudió a Moisés y le dijo: "Hemos pecado al
murmurar contra el Señor y contra ti. Ruega al Señor que aparte de nosotros las
serpientes". Moisés rogó al Señor por el pueblo y el Señor le respondió: "Haz una
serpiente como ésas y levántala en un palo. El que haya sido mordido por las
serpientes y mire la que tú hagas, vivirá". Moisés hizo una serpiente de bronce y la
levantó en un palo; y si alguno era mordido y miraba la serpiente de bronce,
quedaba curado. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 101, 2-3, 16-18, 19-21 R/. Señor, escucha mi plegaria.
Señor, escucha mi plegaria; que a tu presencia lleguen mis clamores. El día de la
desgracia, Señor, no me abandones. Cuando te invoque, escúchame y enseguida
respóndeme. R/.
Cuando el Señor reedifique a Sión y aparezca glorioso, cuando oiga el clamor del
oprimido y no se muestre a sus plegarias sordo, entonces al Señor temerán todos
los pueblos y su gloria verán los poderosos. R/.
Esto se escribirá para el futuro y alabará al Señor el pueblo nuevo, porque el
Señor, desde su altura santa, ha mirado a la tierra desde el cielo, para oír los
gemidos del cautivo y librar de la muerte al prisionero. R/.
Cuando hayan levantado al Hijo del hombre, entonces sabrán que Yo Soy.
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: "Yo me voy y ustedes me buscarán, pero
morirán en su pecado. A donde yo voy, ustedes no pueden venir". Dijeron
entonces los judíos: "¿Estará pensando en suicidarse y por eso nos dice: 'A donde
yo voy, ustedes no pueden venir'?" Pero Jesús añadió: "Ustedes son de aquí
abajo y yo soy de allá arriba; ustedes son de este mundo, yo no soy de este
mundo. Se lo acabo de decir: morirán en sus pecados, porque si no creen que Yo
Soy, morirán en sus pecados".
Los judíos le preguntaron: "Entonces ¿quién eres tú?" Jesús les respondió:
"Precisamente eso que les estoy diciendo. Mucho es lo que tengo que decir de
ustedes y mucho que condenar. El que me ha enviado es veraz y lo que yo le he
oído decir a él es lo que digo al mundo". Ellos no comprendieron que hablaba del
Padre.
Jesús prosiguió: "Cuando hayan levantado al Hijo del hombre, entonces
conocerán que Yo Soy y que no hago nada por mi cuenta; lo que el Padre me
enseñó, eso digo. El que me envió está conmigo y no me ha dejado solo, porque
yo hago siempre lo que a él le agrada". Después de decir estas palabras, muchos
creyeron en él. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Opcional
Señor Dios, que prefieres compadecerte en vez de enojarte con los que esperan
en ti, concede a tus fieles enmendarse de los males cometidos, para que
merezcan hallar la gracia de tu consuelo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
MIÉRCOLES 25
Nueve meses antes de Navidad celebramos la encarnación del Hijo de Dios, que
san Lucas describe en el anuncio del ángel a la santísima Virgen. Toda la liturgia
del día de hoy está coloreada por las palabras del salmista, que la carta a los
hebreos pone en labios de Cristo al llegar al mundo: 'Aquí estoy, Dios mío: vengo
para cumplir tu voluntad".
La profecía de Isaías tiene una larga historia. En un momento lejano sirvió para
estimular la confianza de un rey tan timorato y pragmático como Acaz, que prefirió
comprar seguridad con el imperio asirio, en lugar de apoyarse en sus soldados y
en el auxilio moral que Dios le ofrecía al darle la señal del Emanuel.
Posteriormente, los traductores del texto hebreo, interpretaron el mensaje antiguo
en clave virginal y se fue preparando el camino para la interpretación cristiana que
recoge el Evangelio de san Lucas. Jesús nacerá de una virgen. Esta afirmación
pretende hacernos entender que Jesús es un nuevo comienzo, una existencia
atribuible exclusivamente a la acción creadora de Dios. Jesús es una novedad
radical, que no reproduce los esquemas egoístas del comportamiento humano. Es
una existencia diseñada y asumida desde la óptica de Dios.
Cristo dijo, al entrar en el mundo: Aquí estoy, Dios mío; vengo para cumplir tu
voluntad.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que quisiste que tu Palabra asumiera la realidad de nuestra carne en
el seno de la Virgen María, concede, a quienes proclamamos a nuestro Redentor
como verdadero Dios y verdadero hombre, que merezcamos participar de su
naturaleza divina. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Del salmo 39, 7-8a.8b-9.10.11 R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Sacrificios, Señor, tú no quisiste, abriste, en cambio, mis oídos a tu voz. No
exigiste holocaustos por la culpa, así que dije: "Aquí estoy". R/.
En tus libros se me ordena hacer tu voluntad; esto es, Señor, lo que deseo: tu ley
en medio de mi corazón. R/.
He anunciado tu justicia en la gran asamblea; no he cerrado mis labios, tú lo
sabes, Señor. R/.
No callé tu justicia, antes bien, proclamé tu lealtad y tu auxilio. Tu amor y tu lealtad
no los he ocultado a la gran asamblea. R/.
En tu libro se me ordena cumplir tu voluntad.
Hermanos: Es imposible que la sangre de toros y machos cabríos pueda borrar los
pecados. Por eso, al entrar al mundo, Cristo dijo, conforme al salmo: No quisiste
víctimas ni ofrendas; en cambio, me has dado un cuerpo. No te agradaron los
holocaustos ni los sacrificios por el pecado; entonces dije —porque a mí se refiere
la Escritura—: 'Aquí estoy, Dios mío; vengo para hacer tu voluntad".
Comienza por decir: No quisiste víctimas ni ofrendas, no te agradaron los
holocaustos ni los sacrificios por el pecado —siendo así que eso es lo que pedía la
ley—; y luego añade: 'Aquí estoy, Dios mío; vengo para hacer tu voluntad". Con
esto, Cristo suprime los antiguos sacrificios, para establecer el nuevo. Y en virtud
de esta voluntad, todos quedamos santificados por la ofrenda del cuerpo de
Jesucristo, hecha una vez por todas.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea,
llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de la estirpe de David,
llamado José. La virgen se llamaba María.
Entró el ángel a donde ella estaba y le dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor
está contigo". Al oír estas palabras, ella se preocupó mucho y se preguntaba qué
querría decir semejante saludo.
El ángel le dijo: "No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios. Vas a
concebir y a dar a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. El será grande y será
llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, y él
reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reinado no tendrá fin".
María le dijo entonces al ángel: "¿Cómo podrá ser esto, puesto que yo
permanezco virgen?" El ángel le contestó: "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y
el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, el Santo, que va a nacer
de ti, será llamado Hijo de Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel, que a pesar de su
vejez, ha concebido un hijo y ya va en el sexto mes la que llamaban estéril, porque
no hay nada imposible para Dios". María contestó: "Yo soy la esclava del Señor;
cúmplase en mí lo que me has dicho". Y el ángel se retiró de su
presencia. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo. A las palabras del Credo: "y por obra...", hay que arrodillarse.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Is 7, 14
Señor, por esta comunión fortalece en nosotros la verdadera fe, para que, cuantos
proclamamos que el Hijo de la Virgen María es verdadero Dios y verdadero
hombre, lleguemos a la alegría eterna por el poder salvador de su resurrección.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Opcional
JUEVES 26
Gn 17,3-9; Jn 8,51-59
ANTÍFONA DE ENTRADA Hb 9, 15
Cristo es el mediador de la nueva alianza, para que, por su muerte, los que han
sido llamados reciban la herencia eterna que les había prometido.
ORACIÓN COLECTA
LITURGIA DE LA PALABRA
ACLAMACIÓN Cfr. Sal 94, 8 R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: "No endurezcan su corazón". R/.
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: "Yo les aseguro: el que es fiel a mis
palabras no morirá para siempre". Los judíos le dijeron: "Ahora ya no nos cabe
duda de que estás endemoniado. Porque Abraham murió y los profetas también
murieron, y tú dices: 'El que es fiel a mis palabras no morirá para siempre'. ¿Acaso
eres tú más que nuestro padre Abraham, el cual murió? Los profetas también
murieron. ¿Quién pretendes ser tú?"
Contestó Jesús: "Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. El que
me glorifica es mi Padre, aquel de quien ustedes dicen: 'Es nuestro Dios', aunque
no lo conocen. Yo, en cambio, sí lo conozco; y si dijera que no lo conozco, sería
tan mentiroso como ustedes. Pero yo lo conozco y soy fiel a su palabra. Abraham,
el padre de ustedes, se regocijaba con el pensamiento de verme; me vio y se
alegró por ello".
Los judíos le replicaron: "No tienes ni cincuenta años, ¿y has visto a Abraham?"
Les respondió Jesús: "Yo les aseguro que desde antes que naciera Abraham, Yo
Soy". Entonces recogieron piedras para arrojárselas, pero Jesús se ocultó y salió
del templo.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Mira con agrado, Señor, este sacrificio, y concédenos que sirva para nuestra
conversión y para la salvación del mundo entero. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Rm 8, 32
Dios no escatimó la vida de su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros
y en Él nos dio todo.
Opcional
Sé propicio a tu pueblo, Señor, para que, rechazando día con día lo que te
desagrada, se sacie sobre todo con las delicias de tus mandamientos. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Por decreto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los
Sacramentos del 18 de Marzo de 1995 (Prot. 452/95/L) en las parroquias e
iglesias en las que hoy, antiguo "Viernes de Dolores", siga habiendo gran
afluencia de fieles para honrar a la Virgen María en su advocación de Nuestra
Señora de los Dolores, se puede celebrar una única misa votiva (cfr. 15 de
Septiembre, p. 792 )
VIERNES 27
Jr 20,10-13; Jn 10,31-42
ORACIÓN COLECTA
Perdona, Señor, las culpas de tu pueblo, para que, por tu bondad, nos libres de
las ataduras de los pecados que por nuestra fragilidad hemos cometido. Por
nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
En aquel tiempo, dijo Jeremías: "Yo oía el cuchicheo de la gente que decía: 'Terror
por todas partes. Denunciemos a Jeremías, vamos a denunciarlo'. Todos los que
eran mis amigos espiaban mis pasos, esperaban que tropezara y me cayera,
diciendo: 'Si se tropieza y se cae, lo venceremos y podremos vengarnos de él'.
Pero el Señor, guerrero poderoso, está a mi lado; por eso mis perseguidores
caerán por tierra y no podrán conmigo; quedarán avergonzados de su fracaso y su
ignominia será eterna e inolvidable.
Señor de los ejércitos, que pones a prueba al justo y conoces lo más profundo de
los corazones, haz que yo vea tu venganza contra ellos, porque a ti he
encomendado mi causa. Canten y alaben al Señor, porque él ha salvado la vida
de su pobre de la mano de los malvados". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 17, 2-3a. 3bc-4. 5-6. 7 R/. Sálvame, Señor, en el peligro.
Yo te amo, Señor, tú eres mi fuerza, el Dios que me protege y me libera. R/.
Tú eres mi refugio, mi salvación, mi escudo, mi castillo. Cuando invoqué al Señor
de mi esperanza, al punto me libró de mi enemigo. R/.
Olas mortales me cercaban, torrentes destructores me envolvían; me alcanzaban
las redes del abismo y me ataban los lazos de la muerte. R/.
En el peligro invoqué al Señor, en mi angustia le grité a mi Dios; desde su templo,
él escuchó mi voz y mi grito llegó a sus oídos. R/.
En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar, los judíos cogieron piedras para
apedrearlo. Jesús les dijo: "He realizado ante ustedes muchas obras buenas de
parte del Padre, ¿por cuál de ellas me quieren apedrear?" Le contestaron los
judíos: "No te queremos apedrear por ninguna obra buena, sino por blasfemo,
porque tú, no siendo más que un hombre, pretendes ser Dios". Jesús les replicó:
"¿No está escrito en su ley: Yo les he dicho: Ustedes son dioses? Ahora bien, si
ahí se llama dioses a quienes fue dirigida la palabra de Dios (y la Escritura no
puede equivocarse), ¿cómo es que a mí, a quien el Padre consagró y envió al
mundo, me llaman blasfemo porque he dicho: 'Soy Hijo de Dios'? Si no hago las
obras de mi Padre, no me crean. Pero si las hago, aunque no me crean a mí,
crean a las obras, para que puedan comprender que el Padre está en mí y yo en
el Padre". Trataron entonces de apoderarse de Él, pero se les escapó de las
manos. Luego regresó Jesús al otro lado del Jordán, al lugar donde Juan había
bautizado en un principio y se quedó allí. Muchos acudieron a Él y decían: "Juan
no hizo ningún signo; pero todo lo que Juan decía de éste, era verdad". Y muchos
creyeron en Él allí. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Que tu ayuda, Dios misericordioso, nos haga dignos de servir siempre a tu altar, a
fin de que la asidua participación en este sacrificio nos obtenga la salvación. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 P 2, 24
Jesús, cargado con nuestros pecados, subió al madero de la cruz, para que,
muertos al pecado, vivamos para la justicia; por sus llagas hemos sido curados.
Opcional
SÁBADO 28
Santos: Gontrán de Borgoña, rey; Sixto III, Papa. Beata Renata María
Feillatreau, mártir.
Ez 37,21-28, Jn 11,45-56
Tú, Señor, no te quedes lejos; fuerza mía, ven aprisa a ayudarme; pues yo soy un
gusano, no un hombre, despreciado por la gente y rechazado por el pueblo.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que hiciste que todos los renacidos en Cristo, vinieran a ser linaje
escogido y sacerdocio real, concédenos querer y poder cumplir lo que mandas,
para que tu pueblo, llamado a la vida eterna, tenga unidos sus corazones en una
misma fe y actúe movido por el mismo amor. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Esto dice el Señor Dios: "Voy a recoger de las naciones a donde emigraron, a
todos los israelitas; de todas partes los congregaré para llevarlos a su tierra. Haré
de ellos un solo pueblo en mi tierra, en los montes de Israel; habrá un solo rey
para todos ellos y nunca más volverán a ser dos naciones, ni a dividirse en dos
reinos. Ya no volverán a mancharse con sus ídolos, sus abominaciones y con
todas sus iniquidades; yo los salvaré de las infidelidades que cometieron y los
purificaré; ellos van a ser mi pueblo y yo voy a ser su Dios.
Mi siervo David será su rey y todos ellos no tendrán más que un pastor; cumplirán
mis mandamientos y pondrán por obra mis preceptos. Habitarán en la tierra que di
a mi siervo Jacob y en la que habitaron los padres de ustedes, y ahí vivirán para
siempre ellos, sus hijos y sus nietos; mi siervo David será su rey para siempre.
Voy a hacer con ellos una alianza eterna de paz. Los asentaré, los haré crecer y
pondré mi santuario entre ellos para siempre. En medio de ellos estará mi templo:
yo voy a ser su Dios y ellos van a ser mi pueblo.
Las naciones sabrán que yo soy el Señor que santifica a Israel, cuando vean mi
santuario en medio de ellos para siempre".Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
Jesús debía morir para congregar a los hijos de Dios, que estaban dispersos.
En aquel tiempo, muchos de los judíos que habían ido a casa de Marta y María, al
ver que Jesús había resucitado a Lázaro, creyeron en Él. Pero algunos de entre
ellos fueron a ver a los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús. Entonces
los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron al sanedrín y decían: "¿Qué será
bueno hacer? Ese hombre está haciendo muchos prodigios. Si lo dejamos seguir
así, todos van a creer en El, van a venir los romanos y destruirán nuestro templo y
nuestra nación".
Pero uno de ellos, llamado Caifás, que era sumo sacerdote aquel año, les dijo:
"Ustedes no saben nada. No comprenden que conviene que un solo hombre
muera por el pueblo y no que toda la nación perezca". Sin embargo, esto no lo dijo
por sí mismo, sino que, siendo sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús iba
a morir por la nación, y no sólo por la nación, sino también para congregar en la
unidad a los hijos de Dios, que estaban dispersos. Por lo tanto, desde aquel día
tomaron la decisión de matarlo.
Por esta razón, Jesús ya no andaba públicamente entre los judíos, sino que se
retiró a la ciudad de Efraín, en la región contigua al desierto y allí se quedó con
sus discípulos.
Se acercaba la Pascua de los judíos y muchos de las regiones circunvecinas
llegaron a Jerusalén antes de la Pascua, para purificarse. Buscaban a Jesús en el
templo y se decían unos a otros: "¿Qué pasará? ¿No irá a venir para la fiesta?"
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Que te sea aceptable, Señor, la ofrenda de nuestro ayuno, para que, purificados,
nos haga dignos de tu gracia y nos lleve a participar de los bienes prometidos. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Cristo fue entregado a la muerte, para congregar en la unidad a los hijos de Dios,
que estaban dispersos.
Señor, suplicamos a tu majestad que así como nos nutres con el sagrado alimento
del Cuerpo y de la Sangre de tu Hijo, nos hagas participar de la naturaleza divina.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Opcional
DOMINGO 29
EL SEÑOR ME AYUDA
I. En todas las Misas, incluso en las vespertinas del sábado se ha de hacer la
conmemoración de la entrada del Señor en Jerusalén, con alguna de las tres
formas indicadas en el Misal.
II. No está permitida la bendición de ramos sin la procesión por lo menos, del
celebrante con sus ministros.
III. Si hay inconvenientes muy graves, se puede omitir la primera o segunda
lectura, o incluso las dos. En cambio, es obligatorio, en todas las Misas, la lectura
de la Pasión, por lo menos en su forma breve.
IV. Antes de empezar la lectura de la Pasión, no se dice: El Señor esté con
ustedes, ni se signa el evangelio; terminada la lectura, en cambio, se dice: Palabra
del Señor, pero no se besa el libro.
2. A la hora señalada, los fieles se reúnen en una iglesia menor o en algún otro
lugar adecuado, fuera de la iglesia hacia la cual va a dirigirse la procesión. Los
fieles llevan sus ramos en las manos.
3. El sacerdote y el diácono, revestidos con las vestiduras rojas requeridas para la
Misa, acompañados por los otros ministros, se acercan al lugar donde el pueblo
está congregado. El sacerdote, en lugar de casulla, puede usar la capa pluvial,
que dejará después de la procesión, y se pondrá la casulla.
ANTÍFONA Mt 21,9
Hosanna al Hijo de David. Bendito el que viene en nombre del Señor, el Rey de
Israel. Hosanna en el cielo.
R. Amén.
O bien:
Aumenta, Señor Dios, la fe de los que esperan en ti y escucha con bondad las
súplicas de quienes te invocan, para que, al presentar hoy nuestros ramos a
Cristo victorioso, demos para ti en El frutos de buenas obras. Él, que vive y reina
por los siglos de los siglos.
R. Amén.
8. Después del Evangelio, si se cree oportuno, puede tenerse una breve homilía.
Al iniciar la procesión, el celebrante u otro ministro idóneo puede hacer una
exhortación con estas palabras u otras parecidas:
ANTÍFONA 1
Los hijos hebreos, llevando ramos de olivo, salieron al encuentro del Señor,
clamando: "Hosanna en el cielo".
Si se cree conveniente, puede alternarse esta antífona con los versículos del
salmo 23.
SALMO 23
Del Señor es la tierra y lo que ella tiene, el orbe todo y los que en él habitan, pues
Él lo edificó sobre los mares, Él fue quien lo asentó sobre los ríos.
Se repite la antífona.
¿Quién subirá hasta el monte del Señor? ¿Quién podrá entrar en su recinto santo?
El de corazón limpio y manos puras y que no jura en falso.
Se repite la antífona.
Ése obtendrá la bendición de Dios, y Dios, su salvador, le hará justicia. Ésta es la
clase de hombres que te buscan y vienen ante ti, Dios de Jacob.
Se repite la antífona.
¡Puertas, ábranse de par en par; agrándense, portones eternos, porque va a entrar
el rey de la gloria!
Se repite la antífona.
Y ¿quién es el rey de la gloria? Es el Señor, fuerte y poderoso, el Señor, poderoso
en la batalla.
Se repite la antífona.
¡Puertas, ábranse de par en par; agrándense, portones eternos, porque va a entrar
el rey de la gloria!
Se repite la antífona.
Y ¿quién es el rey de la gloria? El Señor, Dios de los ejércitos, es el rey de la
gloria.
Se repite la antífona.
ANTÍFONA II
Los niños hebreos extendían sus mantos por el camino y clamaban: "Hosanna al
Hijo de David, bendito el que viene en nombre del Señor".
Si se cree oportuno, puede alternarse esta antífona con los versículos del
siguiente salmo.
SALMO 46
O bien:
RESPONSORIO
12. Donde no se pueda hacer la procesión fuera de la iglesia, la entrada del Señor
se celebra dentro del templo por medio de una entrada solemne, antes de la misa
principal.
13. Los fieles se reúnen ante la puerta de la iglesia, o bien, dentro de la misma
iglesia, llevando los ramos en la mano. El sacerdote, los ministros y algunos de los
fieles, van a algún sitio adecuado de la iglesia, fuera del presbiterio, en donde
pueda ser vista fácilmente la ceremonia, al menos por la mayor parte de la
asamblea.
14. Mientras el sacerdote se dirige al sitio indicado, se canta la antífona "Hosanna
al Hijo de David" (n. 4) o algún otro cántico adecuado. Después se bendicen los
ramos y se lee el Evangelio de la entrada del Señor en Jerusalén, como se indicó
en los nn. 5-7. Después del Evangelio, el sacerdote va solemnemente hacia el
presbiterio a través del templo, acompañado por los ministros y por algunos fieles,
mientras se canta el responsorio "Al entrar el Señor" (n. 10), u otro cántico
apropiado.
15. Al llegar al altar, el sacerdote hace la debida reverencia. Enseguida va a la
sede y, omitidos los ritos iniciales de la Misa, incluso el Señor, ten piedad, si es
oportuno, dice la colecta de la Misa, que prosigue luego de la manera
acostumbrada.
TERCERA FORMA: ENTRADA SENCILLA
16. En todas las demás misas de este domingo, en las que no se hace la entrada
solemne, se recuerda la entrada del Señor en Jerusalén por medio de una entrada
sencilla.
17. Mientras el sacerdote se dirige al altar, se canta la antífona de entrada con su
salmo u otro cántico sobre el mismo tema. El sacerdote, al llegar al altar, hace la
debida reverencia, va a la sede y saluda al pueblo. Luego sigue la misa de la
manera acostumbrada.
En las demás misas en que no es posible cantar la antífona de entrada, el
sacerdote, después de llegar al altar y de haber hecho la debida reverencia,
saluda al pueblo, lee la antífona de entrada y prosigue la misa de la manera
acostumbrada.
LA MISA
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que quisiste que nuestro Salvador se hiciera hombre
y padeciera en la cruz para dar al género humano ejemplo de humildad,
concédenos, benigno, seguir las enseñanzas de su pasión y que merezcamos
participar de su gloriosa resurrección.
El, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos
de los siglos.
PRIMERA LECTURA
En aquel entonces, dijo Isaías: "El Señor me ha dado una lengua experta, para
que pueda confortar al abatido con palabras de aliento. Mañana tras mañana, el
Señor despierta mi oído, para que escuche yo, como discípulo. El Señor Dios me
ha hecho oír sus palabras y yo no he opuesto resistencia ni me he echado para
atrás.
Ofrecí la espalda a los que me golpeaban, la mejilla a los que me tiraban de la
barba. No aparté mi rostro de los insultos y salivazos. Pero el Señor me ayuda, por
eso no quedaré confundido, por eso endurecí mi rostro como roca y sé que no
quedaré avergonzado".Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 21, 8-9. 17-18a. 19-20. 23-24 R. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me
has abandonado?
Todos los que me ven, de mí se burlan; me hacen gestos y dicen: "Confiaba en el
Señor, pues que Él lo salve; si de veras lo ama, que lo libre". R.
Los malvados me cercan por doquiera como rabiosos perros. Mis manos y mis
pies han taladrado y se pueden contar todos mis huesos. R.
Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré. Fieles del
Señor, alábenlo; glorifícalo, linaje de Jacob; témelo, estirpe de Israel. R.
C Faltaban dos días para la fiesta de Pascua y de los panes Ázimos. Los sumos
sacerdotes y los escribas andaban buscando una manera de apresar a Jesús a
traición y darle muerte, pero decían:
S "No durante las fiestas, porque el pueblo podría amotinarse".
C Estando Jesús sentado a la mesa, en casa de Simón el leproso, en Betania,
llegó una mujer con un frasco de perfume muy caro, de nardo puro; quebró el
frasco y derramó el perfume en la cabeza de Jesús.
Algunos comentaron indignados:
S "¿A qué viene este derroche de perfume? Podía haberse vendido por más de
trescientos denarios para dárselos a los pobres".
C Y criticaban a la mujer; pero Jesús replicó:
"Déjenla. ¿Por qué la molestan? Lo que ha hecho conmigo está bien, porque a los
pobres los tienen siempre con ustedes y pueden socorrerlos cuando quieran; pero
a mí no me tendrán siempre. Ella ha hecho lo que podía. Se ha adelantado a
embalsamar mi cuerpo para la sepultura.
Yo les aseguro que en cualquier parte del mundo donde se predique el Evangelio,
se recordará también en su honor lo que ella ha hecho conmigo".
C Judas Iscariote, uno de los Doce, se presentó a los sumos sacerdotes para
entregarles a Jesús. Al oírlo, se alegraron y le prometieron dinero; y él andaba
buscando una buena ocasión para entregarlo. El primer día de la fiesta de los
panes ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le preguntaron a Jesús
sus discípulos:
S "¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?"
C Él les dijo a dos de ellos:
"Vayan a la ciudad. Encontrarán a un hombre que lleva un cántaro de agua;
síganlo y díganle al dueño de la casa en donde entre: 'El Maestro manda
preguntar: ¿Dónde está la habitación en que voy a comer la Pascua con mis
discípulos?' Él les enseñará una sala en el segundo piso, arreglada con divanes.
Prepárennos allí la cena".
C Los discípulos se fueron, llegaron a la ciudad, encontraron lo que Jesús les
había dicho y prepararon la cena de Pascua.
Al atardecer, llegó Jesús con los Doce. Estando a la mesa, cenando, les dijo:
"Yo les aseguro que uno de ustedes, uno que está comiendo conmigo, me va a
entregar".
C Ellos, consternados, empezaron a preguntarle uno tras otro:
S "¿Soy yo?".
C El respondió
"Uno de los Doce; alguien que moja su pan en el mismo plato que yo. El Hijo del
hombre va a morir, como está escrito: pero ¡ay del que va a entregar al Hijo del
hombre! ¡Más le valiera no haber nacido!".
C Mientras cenaban, Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo
dio a sus discípulos, diciendo:
"Tomen: esto es mi cuerpo".
C Y tomando en sus manos una copa de vino, pronunció la acción de gracias, se
la dio, todos bebieron y les dijo:
"Esta es mi sangre, sangre de la alianza, que se derrama por todos. Yo les
aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día en que beba el vino
nuevo en el Reino de Dios".
C Después de cantar el himno, salieron hacia el monte de los Olivos y Jesús les
dijo:
"Todos ustedes se van a escandalizar por mi causa, como está escrito: 'Heriré al
pastor y se dispersarán las ovejas'; pero cuando resucite, iré por delante de
ustedes a Galilea".
C Pedro replicó:
S "Aunque todos se escandalicen, yo no".
C Jesús le contestó:
"Yo te aseguro que hoy, esta misma noche, antes de que el gallo cante dos veces,
tú me negarás tres".
C Pero él insistía:
S "Aunque tenga que morir contigo, no te negaré".
C Y los demás decían lo mismo.
Fueron luego a un huerto, llamado Getsemaní, y Jesús dijo a sus discípulos:
"Siéntense aquí mientras hago oración".
C Se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan; empezó a sentir terror y angustia, y les
dijo:
"Tengo el alma llena de una tristeza mortal. Quédense aquí, velando".
C Se adelantó un poco, se postró en tierra y pedía que, si era posible, se alejara
de Él aquella hora. Decía:
"Padre, tú lo puedes todo: aparta de mí este cáliz. Pero que no se haga lo que yo
quiero, sino lo que tú quieres".
C Volvió a donde estaban los discípulos, y al encontrarlos dormidos, dijo a Pedro:
"Simón, ¿estás dormido? ¿No has podido velar ni una hora? Velen y oren, para
que no caigan en la tentación. El espíritu está pronto, pero la carne es débil".
C De nuevo se retiró y se puso a orar, repitiendo las mismas palabras. Volvió y
otra vez los encontró dormidos, porque tenían los ojos cargados de sueño, por eso
no sabían qué contestarle. Él les dijo:
"Ya pueden dormir y descansar. ¡Basta! Ha llegado la hora. Miren que el Hijo del
hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. ¡Levántense! ¡Vamos! Ya
está cerca el traidor".
C Todavía estaba hablando, cuando se presentó Judas, uno de los Doce, y con él,
gente con espadas y palos, enviada por los sacerdotes, los escribas y los
ancianos. El traidor les había dado una contraseña, diciéndoles:
S "Al que yo bese, ése es. Deténganlo y llévenselo bien sujeto".
C Llegó, se acercó y le dijo:
S "Maestro".
C Y lo besó. Ellos le echaron mano y lo apresaron. Pero uno de los presentes
desenvainó la espada y de un golpe le cortó la oreja a un criado del sumo
sacerdote. Jesús tomó la palabra y les dijo:
"¿Salieron ustedes a apresarme con espadas y palos, como si se tratara de un
bandido? Todos los días he estado entre ustedes, enseñando en el templo y no
me han apresado. Pero así tenía que ser para que se cumplieran las Escrituras".
C Todos lo abandonaron y huyeron. Lo iba siguiendo un muchacho, envuelto nada
más con una sábana y lo detuvieron; pero él soltó la sábana y se les escapó
desnudo. Condujeron a Jesús a casa del sumo sacerdote y se reunieron todos los
pontífices, los escribas y los ancianos. Pedro lo fue siguiendo de lejos hasta el
interior del patio del sumo sacerdote y se sentó con los criados, cerca de la
lumbre, para calentarse. Los sumos sacerdotes y el sanedrín en pleno buscaban
una acusación contra Jesús para condenarlo a muerte y no la encontraban. Pues,
aunque, muchos presentaban falsas acusaciones contra Él, los testimonios no
concordaban. Hubo unos que se pusieron de pie y dijeron:
S "Nosotros lo hemos oído decir:
`Yo destruiré este templo, edificado por hombres, y en tres días construiré otro, no
edificado por hombres'.
C Pero ni aun en esto concordaba su testimonio. Entonces el sumo sacerdote se
puso de pie y le preguntó a Jesús:
S "¿No tienes nada que responder a todas esas acusaciones?".
C Pero Él no le respondió nada. El sumo sacerdote le volvió a preguntar:
S "¿Eres tú el Mesías, el Hijo de Dios bendito?"
C Jesús contestó:
"Sí lo soy. Y un día verán cómo el Hijo del hombre está sentado a la derecha del
Todopoderoso y cómo viene entre las nubes del cielo".
C El sumo sacerdote se rasgó las vestiduras exclamando:
S "¿Qué falta hacen ya más testigos? Ustedes mismos han oído la blasfemia.
¿Qué les parece?"
C Y todos lo declararon reo de muerte. Algunos se pusieron a escupirle, y
tapándole la cara, lo abofeteaban y le decían:
S "Adivina quién fue",
C Y los criados también le daban de bofetadas. Mientras tanto, Pedro estaba
abajo, en el patio.
Llegó una criada del sumo sacerdote, y al ver a Pedro calentándose, lo miró
fijamente y le dijo:
S "Tú también andabas con Jesús Nazareno". A Él lo negó, diciendo:
S "Ni sé ni entiendo lo que quieres decir".
C Salió afuera hacia el zaguán, y un gallo cantó. La criada, al verlo, se puso de
nuevo a decir a los presentes:
S "Ése es uno de ellos".
C Pero él lo volvió a negar. Al poco rato, también los presentes dijeron a Pedro:
S Claro que eres uno de ellos, pues eres galileo".
C Pero él se puso a echar maldiciones y a jurar:
S "No conozco a ese hombre del que hablan".
C En seguida, cantó el gallo por segunda vez. Pedro se acordó entonces de las
palabras que le había dicho Jesús: "Antes de que el gallo cante dos veces, tú me
habrás negado tres", y rompió a llorar.
Comienza la lectura breve
C Luego que amaneció, se reunieron los sumos sacerdotes con los ancianos, los
escribas y el sanedrín en pleno, para deliberar. Ataron a Jesús, se lo llevaron y lo
entregaron a Pilato.
Éste le preguntó:
S "¿Eres tú el rey de los judíos?"
C Él respondió:
"Sí lo soy".
C Los sumos sacerdotes lo acusaban de muchas cosas. Pilato le preguntó de
nuevo:
S "¿No contestas nada? Mira de cuántas cosas te acusan".
C Jesús ya no le contestó nada, de modo que Pilato estaba muy extrañado.
Durante la fiesta de Pascua, Pilato solía soltarles al preso que ellos pidieran.
Estaba entonces en la cárcel un tal Barrabás, con los revoltosos que habían
cometido un homicidio en un motín. Vino la gente y empezó a pedir el indulto de
costumbre. Pilato les dijo:
S "¿Quieren que les suelte al rey de los judíos?"
C Porque sabía que los sumos sacerdotes se lo habían entregado por envidia.
Pero los sumos sacerdotes
incitaron a la gente para que pidieran la libertad de Barrabás. Pilato les volvió a
preguntar:
S "¿Y qué voy a hacer con el que llaman rey de los judíos?"
C Ellos gritaron:
S "¡Crucifícalo!"
C Pilato les dijo:
S "Pues ¿qué mal ha hecho?"
C Ellos gritaron más fuerte:
S "¡Crucifícalo!"
C Pilato, queriendo dar gusto a la multitud, les soltó a Barrabás; y a Jesús,
después de mandarlo azotar, lo entregó para que lo crucificaran. Los soldados se
lo llevaron al interior del palacio, al pretorio, y reunieron a todo el batallón. Lo
vistieron con un manto de color púrpura, le pusieron una corona de espinas, que
habían trenzado, y comenzaron a burlarse de Él, dirigiéndole este saludo:
S "¡Viva el rey de los judíos!".
C Le golpeaban la cabeza con una caña, le escupían y, doblando las rodillas, se
postraban ante Él. Terminadas las burlas, le quitaron aquel manto de color
púrpura, le pusieron su ropa y lo sacaron para crucificarlo. Entonces forzaron a
cargar la cruz a un individuo que pasaba por ahí de regreso del campo, Simón de
Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, y llevaron a Jesús al Gólgota (que quiere
decir "lugar de la Calavera"). Le ofrecieron vino con mirra, pero Él no lo aceptó. Lo
crucificaron y se repartieron sus ropas, echando suertes para ver qué le tocaba a
cada uno. Era media mañana cuando lo crucificaron. En el letrero de la acusación
estaba escrito: "El rey de los judíos". Crucificaron con Él a dos bandidos, uno a su
derecha y otro a su izquierda. Así se cumplió la Escritura que dice: Fue contado
entre los malhechores. Los que pasaban por ahí, lo injuriaban meneando la
cabeza y gritándole:
S "¡Anda! Tú, que destruías el templo y lo reconstruías en tres días, sálvate a ti
mismo y baja de la cruz".
C Los sumos sacerdotes se burlaban también de Él y le decían: "Ha salvado a
otros, pero a sí mismo no se puede salvar. Que el Mesías, el rey de Israel, baje
ahora de la cruz, para que lo veamos y creamos".
C Hasta los que estaban crucificados con Él también lo insultaban. Al llegar el
mediodía, toda aquella tierra se quedó en tinieblas hasta las tres de la tarde. Y a
las tres, Jesús gritó con voz potente:
"Eloí, Eloí, ¿lama sabactaní?"
C (que significa: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?) Algunos de
los presentes, al oírlo, decían:
S "Miren, está llamando a Elías".
C Uno corrió a empapar una esponja en vinagre, la sujetó a un carrizo y se la
acercó para que bebiera, diciendo:
S "Vamos a ver si viene Elías a bajarlo".
C Pero Jesús, dando un fuerte grito, expiró.
(Aquí todos se arrodillan y guardan silencio por unos instantes)
C Entonces el velo del templo se rasgó en dos, de arriba a abajo. El oficial romano
que estaba frente a Jesús, al ver cómo había expirado, dijo:
S "De veras este hombre era Hijo de Dios".
Fin de la lectura breve
C Había también ahí unas mujeres que estaban mirando todo desde lejos; entre
ellas, María Magdalena, María (la madre de Santiago el menor y de José) y
Salomé, que cuando Jesús estaba en Galilea, lo seguían para atenderlo; y
además de ellas, otras muchas que habían venido con Él a Jerusalén. Al
anochecer, como era el día de la preparación, víspera del sábado, vino José de
Arimatea, miembro distinguido del sanedrín, que también esperaba el Reino de
Dios. Se presentó con valor ante Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Pilato se
extrañó que ya hubiera muerto, y llamando al oficial, le preguntó si hacía mucho
tiempo que había muerto. Informado por el oficial, concedió el cadáver a José.
Éste compró una sábana, bajó el cadáver, lo envolvió en la sábana y lo puso en un
sepulcro excavado en una roca y tapó con una piedra la entrada del sepulcro.
María Magdalena y María, la madre de José, se fijaron en dónde lo ponían.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo
Oración universal
Imploremos, hermanos, a Jesús, el Sumo Sacerdote de la fe que profesamos, que
en la cruz presentó, con lágrimas en los ojos, oraciones y súplicas al Padre, y
oremos también nosotros por todos los hombres: (R/, Escúchanos, Señor.)
1. Para que el Señor, que en la cruz excusó a los ignorantes y pidió perdón por
ellos, tenga piedad de los fieles que han caído en el pecado, les dé valor para
recurrir al sacramento de la penitencia y les conceda el gozo del perdón y de la
paz, roguemos al Señor.
2. Para que la sangre de Jesús, que habla más favorablemente que la de Abel,
reconcilie con Dios a los que aún están lejos a causa de la ignorancia, la
indiferencia, la maldad o las propias pasiones, roguemos al Señor.
3. Para que el Señor, que en la cruz experimentó la amargura de sentirse triste y
abandonado, se apiade de los enfermos, los afligidos y los oprimidos y les envíe a
su ángel para que los conforte, roguemos al Señor.
4. Para que el Señor, que recibió en su reino al ladrón arrepentido, se apiade de
nosotros nos dé sentimientos de contrición y nos admita, después de la muerte, en
su paraíso, roguemos al Señor.
Dios todopoderoso y eterno, que enviaste a tu Hijo al mundo, para que, con su
pasión, destruyera el pecado y la muerte y, con su resurrección, nos devolviera la
vida y la felicidad, escucha las oraciones de tu pueblo y haz que podamos gozar
de los frutos de la cruz gloriosa de Jesucristo. Él, que vive y reina por los siglos de
los siglos.
Padre mío, si no es posible evitar que yo beba este cáliz, hágase tu voluntad.
Tú que nos has alimentado con esta Eucaristía, y por medio de la muerte de tu
Hijo nos das la esperanza de alcanzar lo que la fe nos promete, concédenos,
Señor, llegar, por medio de su resurrección, a la meta de nuestras esperanzas.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Dios y Padre nuestro, mira con bondad a esta familia tuya, por la cual nuestro
Señor Jesucristo no dudó en entregarse a sus verdugos y padecer el tormento de
la cruz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Con el paso del tiempo el mensaje
de Jesús fue sufriendo un proceso de desgaste y deformación, que lo redujo a una
cierta moral pequeño burguesa, que estaba asociada a las prohibiciones y a cierta
espiritualidad individualista y separada de los compromisos sociopolíticos. El
mensaje original de Jesús era un verdadero proyecto integral que ofrecía un
cambio profundo del interior del ser humano, activado por la fuerza del Espíritu.
Dicho proyecto implicaba una reordenación profunda de las relaciones sociales y
familiares, marcadas por el dominio autoritario de los adultos mayores. Caifás
logró captar el alcance de su propuesta y se decidió a quitarlo de en medio, como
siguen hoy eliminando a los profetas incómodos que cuestionan los arreglos que
los gobernantes corruptos siguen tramando con delincuentes y empresarios.
Periodistas, líderes sociales y religiosos padecen represión bajo diferentes
modalidades. El mensaje del Reino sigue adelante.
LUNES 30
Juzga, Señor, a los que me hacen daño, ataca a los que me atacan, toma las
armas y el escudo, levántate y ven en mi ayuda. Señor, mi fuerza de salvación.
ORACIÓN COLECTA
Te rogamos, Dios todopoderoso, que quienes desfallecemos a causa de nuestra
debilidad, nos recuperemos gracias a la pasión de tu Unigénito. Él, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien
había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Martha servía y
Lázaro era uno de los que estaban con Él a la mesa. María tomó entonces una
libra de perfume de nardo auténtico, muy costoso, le ungió a Jesús los pies con él
y se los enjugó con su cabellera, y la casa se llenó con la fragancia del perfume.
Entonces Judas Iscariote, uno de los discípulos, el que iba a entregar a Jesús,
exclamó: "¿Por qué no se ha vendido ese perfume en trescientos denarios para
dárselos a los pobres?" Esto lo dijo, no porque le importaran los pobres, sino
porque era ladrón, y como tenía a su cargo la bolsa, robaba lo que echaban en
ella.
Entonces dijo Jesús: "Déjala. Esto lo tenía guardado para el día de mi sepultura;
porque a los pobres los tendrán siempre con ustedes, pero a mí no siempre me
tendrán".
Mientras tanto, la multitud de judíos, que se enteró de que Jesús estaba allí,
acudió, no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, a quien el Señor había
resucitado de entre los muertos. Los sumos sacerdotes deliberaban para matar a
Lázaro, porque a causa de él, muchos judíos se separaban y creían en Jesús.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Mira con bondad, Señor, los sagrados misterios que estamos celebrando y ya que
en tu misericordia dispusiste que nos sirvieran para desechar nuestros falsos
criterios, concédenos que nos ayuden a producir verdaderos frutos de vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
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MARTES 31
Las dos narraciones que nos comparte la liturgia forman un claro contraste. De un
lado tenemos a una figura profética anónima que emerge victoriosa porque ha
superado la prueba. Su mirada retrospectiva le permite revisar su misión cumplida
en el pasado. La tarea ya fue cumplida, aunque en un momento pensó que sus
fuerzas serían insuficientes. Posteriormente descifró el alcance del auxilio divino
en su vida: "en realidad mi derecho lo defendía el Señor". En el relato de la pasión
de Jesús encontramos a dos figuras opacas que no supieron resistir en la hora de
la prueba, efectivamente Pedro y Judas se apoyaron en sus solas fuerzas y en el
momento adverso, dichas fuerzas les fueron insuficientes y flaquearon. Confiar en
Dios o confiar exclusivamente en sí mismo, ese es el dilema recurrente.
ORACIÓN COLECTA
LITURGIA DE LA PALABRA
Te convertiré en luz de las naciones, para que llegue mi salvación hasta los
últimos rincones de la tierra.
Yo te aseguro que no cantará el gallo, antes de que me hayas negado tres veces".
En aquel tiempo, cuando Jesús estaba a la mesa con sus discípulos, se conmovió
profundamente y declaró: "Yo les aseguro que uno de ustedes me va a entregar".
Los discípulos se miraron perplejos unos a otros, porque no sabían de quién
hablaba. Uno de ellos, al que Jesús tanto amaba, se hallaba reclinado a su
derecha. Simón Pedro le hizo una seña y le preguntó: "¿De quién lo dice?"
Entonces él, apoyándose en el pecho de Jesús, le preguntó: "Señor, ¿quién es?"
Le contestó Jesús: "Aquel a quien yo le dé este trozo de pan, que voy a mojar".
Mojó el pan y se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote; y tras el bocado, entró
en él Satanás.
Jesús le dijo entonces a Judas: "Lo que tienes que hacer, hazlo pronto". Pero
ninguno de los comensales entendió a qué se refería; algunos supusieron que,
como Judas tenía a su cargo la bolsa, Jesús le había encomendado comprar lo
necesario para la fiesta o dar algo a los pobres. Judas, después de tomar el
bocado, salió inmediatamente. Era de noche.
Una vez que Judas se fue, Jesús dijo: "Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre
y Dios ha sido glorificado en Él. Si Dios ha sido glorificado en Él, también Dios lo
glorificará en sí mismo y pronto lo glorificará.
Hijitos, todavía estaré un poco con ustedes. Me buscarán, pero como les dije a los
judíos, así se lo digo a ustedes ahora: 'A donde yo voy, ustedes no pueden ir'.
Simón Pedro le dijo: "Señor, ¿a dónde vas?" Jesús le respondió: "A donde yo voy,
no me puedes seguir ahora; me seguirás más tarde". Pedro replicó: "Señor, ¿por
qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida por ti". Jesús le contestó: "¿Conque
darás tu vida por mí?
Yo te aseguro que no cantará el gallo, antes de que me hayas negado tres veces".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Mira con bondad, Señor, las ofrendas de esta familia tuya y, ya que la hiciste
partícipe de tus sagrados dones, concédele obtener plenamente su fruto. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Dios no escatimó la vida de su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros.
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