Misal Junio 2011
Misal Junio 2011
Misal Junio 2011
En el relato de los Hechos el apóstol San Pablo hace un primer intento de presentar la fe cristiana
en clave de diálogo con la cultura griega. Cuando les proclamó el mensaje de la resurrección del
Señor Jesús, la mayoría de sus oyentes se desconcertaron y apenas unos pocos acogieron la fe.
En el discurso final que Jesús dirige a los suyos en el cuarto evangelio les hace una promesa
extraordinaria: Él les enviará al Espíritu Santo para que los auxilie y logren así comprender y
desentrañar la verdad, en las situaciones desafiantes que enfrentarán por causa de su fidelidad al
mensaje.
Frente a tu verdad, Señor, vano es el saber de los paganos. Por eso no he tenido miedo de
confesar tu Evangelio ante los poderosos. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, tú que enseñaste a san Justino que la sabiduría verdadera consiste en conocer a
Jesucristo crucificado, concédenos, por la intercesión de tu santo mártir, que nada llegue a
separarnos de ti ni del amor a la cruz de Jesucristo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
En aquellos días, los cristianos que ayudaron a Pablo a escapar de Berea, lo llevaron hasta la
ciudad de Atenas. Pablo los envió de regreso con la orden de que Silas y Timoteo fueran a reunirse
con él cuanto antes.
Un día, mientras los esperaba en Atenas, Pablo sentía que la indignación se apoderaba de él, al
contemplar la ciudad llena de ídolos. Entonces se presentó en el Areópago y dijo:
"Atenienses: Por lo que veo, ustedes son en extremo religiosos. Al recorrer la ciudad y contemplar
sus monumentos, encontré un altar con esta inscripción: `Al Dios desconocido'. Pues bien, yo
vengo a anunciarles a ese Dios que ustedes veneran sin conocerlo.
El Dios que hizo el mundo y todo cuanto hay en él, siendo el Señor del cielo y de la tierra, no habita
en templos hechos por hombres, ni es servido por mano de hombres, como si necesitara de algo o
de alguien; porque Él es quien da a todos la vida, el aliento y cuanto tienen.
De un solo hombre sacó todo el género humano para que habitara toda la tierra, determinó las
épocas de su historia y estableció los límites de sus territorios. Dios quería que lo buscaran a Él y
que lo encontraran, aunque fuera a tientas, pues en realidad no está lejos de nosotros, ya que en
Él vivimos, nos movemos y somos. Como lo ha dicho alguno de los poetas de ustedes: 'Somos de
su mismo linaje'.
Por lo tanto, si somos linaje de Dios, no debemos pensar que Dios es como una imagen de oro,
plata o mármol, labrada artísticamente por los hombres según su imaginación. Dios no tomó en
cuenta la ignorancia de la gente en tiempos pasados, pues ahora quiere que todos los hombres se
conviertan, porque tiene determinado un día en el cual ha de juzgar al universo con justicia, por
medio de un hombre designado por él, y ha dado a todos la prueba de esto, resucitándolo de entre
los muertos". Al oír hablar de la resurrección de los muertos, algunos se burlaron y otros dijeron:
"De esto te oiremos hablar en otra ocasión". Entonces Pablo se retiró. Sin embargo, algunos se
adhirieron a él y creyeron. Entre ellos se contaban Dionisio, el areopagita; una mujer, que se
llamaba Dámaris, y algunos más. Después de esto, Pablo salió de Atenas y se fue a
Corinto. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 148 R/. La gloria del Señor sobrepasa cielo y tierra. Aleluya.
Alaben al Señor en las alturas, alábenlo en el cielo; que alaben al Señor todos sus ángeles,
celestiales ejércitos. R/.
Reyes y pueblos todos de la tierra, gobernantes y jueces de este mundo; hombres, mujeres,
jóvenes y ancianos, alaben al Señor y denle culto. R/.
El nombre del Señor alaben todos, pues su nombre es excelso, su gloria sobrepasa cielo y tierra y
ha hecho fuerte a su pueblo. R/.
Que alaben al Señor todos sus fieles, los hijos de Israel, el pueblo que ha gozado siempre de
familiaridad con Él. R/.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Aún tengo muchas cosas que decirles, pero todavía
no las pueden comprender. Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, Él los irá guiando hasta la
verdad plena, porque no hablará por su cuenta, sino que dirá lo que haya oído y les anunciará las
cosas que van a suceder. Él me glorificará, porque primero recibirá de mí lo que les vaya
comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho que tomará de lo mío y se lo
comunicará a ustedes". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Concédenos, Señor, celebrar dignamente este misterio de la Eucaristía, que tan valerosamente
defendió el mártir san Justino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (1 Co 2, 2)
Cuando estuve entre ustedes nunca me precié de otra cosa que de conocer a Jesucristo
crucificado. Aleluya.
Tú, que nos has alimentado con el pan que da la vida, concédenos, Señor, que siguiendo las
enseñanzas de san Justino, vivamos en continua acción de gracias por tus dones. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
JUEVES 2
Santos: Marcelino y Pedro de Roma, mártires; Eugenio I, Papa; Beato Sadoc y compañeros,
y mártires. Feria (Blanco)
Todas las separaciones entre personas unidas por el afecto son dolorosas. Jesús y sus discípulos
habían ido consolidando sus vínculos de amistad y fidelidad. Esa estrecha cercanía quedaría
interrumpida por la muerte inminente. Jesús se dio cuenta de que su fidelidad al Padre provocaría
el rechazo violento de los hombres de Israel y se mantuvo firme en congruente obediencia. La
esperanza de que el Padre lo reivindicara al tercer día lo hacía resistir. Por eso hablaba del futuro
reencuentro con sus discípulos. Para los primeros cristianos en la Iglesia de Corinto, las cosas no
fueron diferentes. Su fidelidad a Jesús también les acarreó hostilidad y rechazo de parte de sus
conciudadanos.
Cuando saliste, Señor, al frente de tu pueblo y le abriste camino a través del desierto, la tierra se
estremeció y hasta los cielos se fundieron. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que nos has hecho partícipes de los dones de la redención, concédenos vivir siempre
la alegría de la resurrección de tu Hijo. Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es
Dios, por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
En aquellos días, Pablo salió de Atenas y se fue a Corinto. Allí encontró a un judío, llamado Aquila,
natural del Ponto, que acababa de llegar de Italia con su mujer, Priscila, en acatamiento a las
órdenes de Claudio, que expulsó de Roma a todos los judíos. Pablo se acercó a ellos, y como eran
del mismo oficio, se quedó a vivir y a trabajar con ellos. Su oficio era fabricar tiendas de campaña.
Cada sábado Pablo discutía en la sinagoga y trataba de convencer a judíos y griegos.
Cuando Silas y Timoteo llegaron de Macedonia, Pablo se dedicó por completo a la predicación y
afirmó delante de los judíos que Jesús era el Mesías. Como éstos lo contradecían y lo insultaban,
se rasgó las vestiduras y dijo: "Que la sangre de ustedes caiga sobre su propia cabeza: yo soy
inocente. De ahora en adelante, iré a hablar a los paganos".
Salió de allí y entró en la casa de Tito Justo, que adoraba a Dios, y cuya casa estaba al lado de la
sinagoga.
Crispo, el jefe de la sinagoga, creyó en el Señor, junto con toda su familia. Asimismo, al oír a
Pablo, muchos de los corintios creyeron y recibieron el bautismo. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Dentro de poco tiempo ya no me verán; y dentro de
otro poco me volverán a ver". Algunos de sus discípulos se preguntaban unos a otros: "¿Qué
querrá decir con eso de que: 'Dentro de poco tiempo ya no me verán, y dentro de otro poco me
volverán a ver', y con eso de que: `Me voy al Padre'?". Y se decían: "¿Qué significa ese `un poco'?
No entendemos lo que quiere decir".
Jesús comprendió que querían preguntarle algo y les dijo: "Están confundidos porque les he dicho:
'Dentro de poco tiempo ya no me verán y dentro de otro poco me volverán a ver'. Les aseguro que
ustedes llorarán y se entristecerán, mientras el mundo se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero su
tristeza se transformará en alegría". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Acepta, Señor, las ofrendas que te presentamos, y purifica nuestros corazones para que podamos
participar dignamente en este sacramento de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo, dice el Señor. Aleluya.
Dios todopoderoso y eterno, que en Cristo resucitado, nos has hecho renacer a la vida eterna, haz
que este misterio pascual en el que acabamos de participar por medio de la Eucaristía, dé en
nosotros abundantes frutos de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
VIERNES 3
DE LA ANGUSTIA A LA ALEGRÍA
Tanto el relato de los Hechos como el cuarto evangelio nos plantean temáticas semejantes. Las
opciones trascendentes que tomaron Jesús, San Pablo y los cristianos de Corinto generaron tanto
consecuencias desfavorables como positivas. Jesús decidió entregarse por entero a la misión que
su Padre le confió, aún sabiendo que la cerrazón de los dirigentes judíos, terminaría por quitarlo de
en medio. Le angustiaba morir, pero comprendió que la fidelidad de Dios respondería su entrega y
de esa manera se sobrepuso a la prueba. Pablo y los corintios reciben la invitación a continuar
testimoniando el nombre de Jesús, en medio de presiones y ataques, para facilitar la conversión de
numerosas personas en aquella ciudad.
Vengan, benditos de mi Padre, y tomen posesión del Reino, preparado para ustedes desde la
creación del mundo. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que has querido que la sangre de los mártires sea semilla de nuevos cristianos, haz
que el ejemplo de san Carlos y de sus compañeros y su lealtad a Cristo frente a las torturas,
atraigan a los pueblos africanos a vivir la fe cristiana. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
En aquellos días, Pablo tuvo una visión nocturna en Corinto, en la que le dijo el Señor: "No tengas
miedo. Habla y no calles, porque yo estoy contigo y nadie pondrá la mano sobre ti para
perjudicarte. Muchos de esta ciudad pertenecen a mi pueblo". Por eso Pablo se quedó allí un año y
medio, explicándoles la palabra de Dios.
Pero cuando Galión era procónsul de Acaya, los judíos, de común acuerdo, se abalanzaron contra
Pablo y lo llevaron hasta el tribunal, donde dijeron: "Este hombre trata de convencer a la gente de
que den a Dios un culto contrario a la ley". Iba Pablo a tomar la palabra para responder, cuando
Galión dijo a los judíos: "Si se tratara de un crimen o de un delito grave, yo los escucharía, como es
razón; pero si la disputa es acerca de palabras o de nombres o de su ley, arréglense ustedes". Y
los echó del tribunal. Entonces se apoderaron de Sóstenes, jefe de la sinagoga, y lo golpearon
delante del tribunal, sin que Galión se preocupara en lo más mínimo.
Pablo se quedó en Corinto todavía algún tiempo. Después se despidió de los hermanos y se
embarcó para Siria, con Priscila y Aquila. En Céncreas se rapó la cabeza para cumplir una
promesa que había hecho. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Al presentarte, Señor, nuestras ofrendas, te suplicamos humildemente que nos concedas celebrar
esta Eucaristía con la misma entrega que llevó a los jóvenes mártires de África a morir antes que
ofenderte. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios. Aleluya.
Te rogamos, Señor, que esta Eucaristía que dio fortaleza a tus mártires para soportar los
tormentos, nos ayude, en medio de las dificultades, a permanecer firmes en la fe y en el amor. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
SÁBADO 4
Vísperas I de mañana: todo propio. Tomo II: p. 920. Para los fieles: p. 349. Edición popular:
pp. 202 y 450. Feria (Blanco)
Dos despedidas y dos reencuentros. El Señor Jesús se despide de sus discípulos y les desvela su
íntima cercanía con el Padre. Jesús ha salido del Padre y así lo comunica abiertamente a sus
discípulos. Ha cumplido su misión en el mundo y regresa al Padre para interceder por los suyos a
fin que permanezcan en estrecha comunión con el Padre. No los dejará desamparados. San Pablo
se despide de las comunidades cristianas de Corinto y Éfeso que recién fundara. Con la confianza
de que el Señor asistiría con su Espíritu a aquellos hermanos, fue confortando a las jóvenes
iglesias. Dios lo traería de nuevo por aquella región y volvería a confirmarlos en la fe.
ANTÍFONA DE ENTRADA (1 P 2, 9)
Nosotros somos el pueblo redimido por Dios; anunciemos las maravillas del Señor, que nos ha
llamado de las tinieblas a su luz admirable. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Señor, inclina nuestros corazones al bien a fin de que, en el continuo esfuerzo por elevarnos a ti,
podamos vivir plenamente el misterio pascual. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
En aquellos días, después de haber estado en Antioquia algún tiempo, emprendió Pablo otro viaje
y recorrió Galacia y Frigia, confirmando en la fe a los discípulos.
Un judío, natural de Alejandría, llamado Apolo, hombre elocuente y muy versado en las Escrituras,
había ido a Éfeso. Aquel hombre estaba instruido en la doctrina del Señor, y siendo de ferviente
espíritu, disertaba y enseñaba con exactitud lo concerniente a Jesús, aunque no conocía más que
el bautismo de Juan.
Apolo comenzó a hablar valientemente en la sinagoga. Cuando lo oyeron Priscila y Aquila, lo
tomaron por su cuenta y le explicaron con mayor exactitud la doctrina del Señor. Como él deseaba
pasar a Grecia, los hermanos lo animaron y escribieron a los discípulos de allá para que lo
recibieran bien. Cuando llegó, contribuyó mucho, con la ayuda de la gracia, al provecho de los
creyentes, pues refutaba vigorosamente en público a los judíos, demostrando, por medio de las
Escrituras, que Jesús era el Mesías. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
El Padre mismo los ama, porque ustedes me han amado y han creído que salí del Padre.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Yo les aseguro: cuanto pidan al Padre en mi nombre,
se lo concederá. Hasta ahora no han pedido nada en mi nombre. Pidan y recibirán, para que su
alegría sea completa.
Les he dicho estas cosas en parábolas; pero se acerca la hora en que ya no les hablaré en
parábolas, sino que les hablaré del Padre abiertamente. En aquel día pedirán en mi nombre, y no
les digo que rogaré por ustedes al Padre, pues el Padre mismo los ama, porque ustedes me han
amado y han creído que salí del Padre. Yo salí del Padre y vine al mundo; ahora dejo el mundo y
vuelvo al Padre". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Acepta, Señor, estos dones que hemos preparado para el sacrificio eucarístico, y transforma toda
nuestra vida en una continua ofrenda. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Padre, quiero que donde yo esté, estén también conmigo los que tú me has dado, para que
contemplen la gloria que me diste, dice el Señor. Aleluya.
Te suplicamos, Señor, que esta Eucaristía que tu Hijo nos mandó celebrar en memoria suya y en la
cual hemos participado, nos una cada vez más con el vínculo de tu amor. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
DOMINGO 5
El reencuentro entre Jesús resucitado y sus discípulos tendría que ocurrir en Galilea. Si la
comunión entre Jesús y los suyos había quedado rota luego de su desbandada el día de su
ejecución, la reconstrucción del grupo iniciaría en el sitio mismo donde Jesús los había convocado.
Tanto el evangelio como el libro de los Hechos presentan el lanzamiento de la misión en un cerro
de Galilea. La Carta a los Efesios nos ubica frente a la presencia de Jesús glorioso, que ha sido
reivindicado por el Padre y constituido cabeza de la Iglesia, es decir, pionero de una comunidad de
discípulos que testimoniarán, con la fuerza del Espíritu, el acontecimiento de la pascua y de la
existencia plena.
Hombres de Galilea, ¿qué hacen allí parados mirando al cielo? Ese mismo Jesús, que los ha
dejado para subir al cielo, volverá como lo han visto marcharse. Aleluya.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Llena, Señor, nuestro corazón de gratitud y de alegría por la gloriosa ascensión de tu Hijo, ya que
su triunfo es también nuestra victoria, pues a donde llegó Él, nuestra cabeza, tenemos la
esperanza cierta de llegar nosotros, que somos su cuerpo. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
En mi primer libro, querido Teófilo, escribí acerca de todo lo que Jesús hizo y enseñó, hasta el día
en que ascendió al cielo, después de dar sus instrucciones, por medio del Espíritu Santo, a los
apóstoles que había elegido. A ellos se les apareció después de la pasión, les dio numerosas
pruebas de que estaba vivo y durante cuarenta días se dejó ver por ellos y les habló del Reino de
Dios.
Un día, estando con ellos a la mesa, les mandó: "No se alejen de Jerusalén. Aguarden aquí a que
se cumpla la promesa de mi Padre, de la que ya les he hablado: Juan bautizó con agua; dentro de
pocos días ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo".
Los ahí reunidos le preguntaban: "Señor, ¿ahora sí vas a restablecer la soberanía de Israel?".
Jesús les contestó: "A ustedes no les toca conocer el tiempo y la hora que el Padre ha determinado
con su autoridad; pero cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes, los llenará de fortaleza y
serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los últimos rincones de la
tierra".
Dicho esto, se fue elevando a la vista de ellos, hasta que una nube lo ocultó a sus ojos. Mientras
miraban fijamente al cielo, viéndolo alejarse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco,
que les dijeron: "Galileos, ¿qué hacen allí parados, mirando al cielo? Ese mismo Jesús que los ha
dejado para subir al cielo, volverá como lo han visto alejarse". Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
Del salmo 46 R/. Entre voces de júbilo, Dios asciende a su trono. Aleluya.
Aplaudan, pueblos todos; aclamen al Señor, de gozo llenos; que el Señor, el Altísimo, es terrible y
de toda la tierra, rey supremo. R/.
Entre voces de júbilo y trompetas, Dios, el Señor, asciende hasta su trono. Cantemos en honor de
nuestro Dios, al rey honremos y cantemos todos. R/.
Porque Dios es el rey del universo, cantemos el mejor de nuestros cantos. Reina Dios sobre todas
las naciones desde su trono santo. R/.
Hermanos: Pido al Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, que les conceda espíritu
de sabiduría y de revelación para conocerlo.
Le pido que les ilumine la mente para que comprendan cuál es la esperanza que les da su
llamamiento, cuán gloriosa y rica es la herencia que Dios da a los que son suyos y cuál la
extraordinaria grandeza de su poder para con nosotros, los que confiamos en Él, por la eficacia de
su fuerza poderosa.
Con esta fuerza resucitó a Cristo de entre los muertos y lo hizo sentar a su derecha en el cielo, por
encima de todos los ángeles, principados, potestades, virtudes y dominaciones, y por encima de
cualquier persona, no sólo del mundo actual sino también del futuro.
Todo lo puso bajo sus pies y a Él mismo lo constituyó cabeza suprema de la Iglesia, que es su
cuerpo, y la plenitud del que lo consuma todo en todo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea y subieron al monte en el que Jesús los
había citado. Al ver a Jesús, se postraron, aunque algunos titubeaban. Entonces, Jesús se acercó
a ellos y les dijo: "Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, pues, y enseñen a
todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y
enseñándolas a cumplir todo cuanto yo les he mandado; y sepan que yo estaré con ustedes todos
los días, hasta el fin del mundo". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo
PLEGARIA UNIVERSAL
Unidos a Jesús, pidamos al Padre por nosotros, por la Iglesia y por la humanidad entera. Pidamos
que envíe su Espíritu y nos renueve.
A cada petición diremos: Envíanos tu Espíritu, Señor.
1. Por nuestra comunidad, nuestra parroquia y por nuestra diócesis. Para que crezcamos cada día
en la fidelidad al Evangelio. Oremos.
2.Por nuestros familiares y amigos que no se sienten cristianos. Para que nosotros sepamos darles
un buen testimonio de fe y de entrega a los demás. Oremos.
3.Por los países que sufren a causa de la guerra o del hambre. Para que puedan alcanzar una vida
digna y en paz. Oremos.
4.Por los periodistas y por todos los que trabajan en los medios de comunicación. Para que se
esfuercen siempre al servicio de la verdad y de la concordia. Oremos.
5.Por nosotros. Para que nuestra celebración de la Eucaristía sea todos los domingos un encuentro
vivo e intenso con el Señor resucitado. Oremos.
Escucha, Padre, nuestra oración, y envía tu Espíritu Santo, sobre nosotros y sobre toda la
humanidad. Por Jesucristo, tu Hijo, nuestro hermano, que resucitado de entre los muertos vive y
reina contigo por los siglos de los siglos.
Acepta, Señor, este sacrificio que vamos a ofrecerte en acción de gracias por la ascensión de tu
Hijo, y concédenos que esta Eucaristía eleve nuestro espíritu a los bienes del cielo. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
PREFACIO I DE LA ASCENSIÓN
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación darte gracias y alabarte
siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque el Señor Jesús, Rey de la gloria, triunfador del pecado y de la muerte, ante la admiración
de los ángeles, ascendió (hoy) a lo más alto de los cielos, como Mediador entre Dios y los
hombres, Juez del mundo y Señor de los espíritus celestiales.
No se fue para alejarse de nuestra pequeñez, sino para que pusiéramos nuestra esperanza en
llegar, como miembros suyos, a donde Él, nuestra cabeza y principio, nos ha precedido.
Por eso, con esta efusión del gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría y también los
coros celestiales, los ángeles y arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo,
Santo...
Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo. Aleluya.
Dios todopoderoso, que ya desde este mundo nos haces participar de tu vida divina, aviva en
nosotros el deseo de la patria eterna, donde nos aguarda Cristo, Hijo tuyo y hermano nuestro. Él
que vive y reina por los siglos de los siglos.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- El acontecimiento central en el pueblo de Israel ha
sido la pascua, acontecimiento y memorial de la liberación de la esclavitud. El camino cristiano
también arranca a partir de la Pascua, que no se agota en la resurrección del Señor Jesús, sino
que incluye la transformación del cosmos y de la humanidad. El evento pascual es el comienzo de
la historia nueva que el Padre inaugura a partir de la amorosa entrega de su Hijo. El cristianismo no
puede avalar el inmovilismo y el mantenimiento del desorden social y económico vigentes. El
camino cristiano es una invitación a acoger la oferta del Espíritu: vida plena y abundante para
todos. Una sociedad lastimada por tanta exclusión y marginación de los más débiles, no puede
dejar satisfechos a quienes se confiesan cristianos.
LUNES 6
El evangelio nos refiere la advertencia de Jesús que anticipa la próxima dispersión de los
discípulos al momento de su arresto y condena. La oposición del mundo disgregó a los doce y
disgrega también a los discípulos de ahora, haciéndonos servir al poder y al dinero. La victoria de
Jesús sobre el mundo nos alienta para sobreponemos a la tentación de mundanizarnos. Quien
vence al mundo disfruta de la paz que da Jesús. El libro de los Hechos nos llena de esperanza al
contarnos el nuevo Pentecostés que viven los discípulos del Bautista, quienes inmediatamente
después que acogieron la buena nueva de Jesús, fueron sellados por la fuerza del Espíritu para
testimoniar la salvación
Cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes, recibirán fuerza para ser mis testigos en
Jerusalén y aun en los lugares más remotos del mundo, dice el Señor. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Infunde, Señor, en nosotros, la fuerza del Espíritu Santo, para que podamos cumplir fielmente tu
voluntad y demos testimonio de ti con nuestras obras. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
En aquellos días, mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo atravesó las regiones altas de Galacia y
Frigia y bajó a Éfeso. Encontró allí a unos discípulos y les preguntó: "¿Han recibido el Espíritu
Santo, cuando abrazaron la fe?". Ellos respondieron: "Ni siquiera hemos oído decir que exista el
Espíritu Santo". Pablo replicó: "Entonces, ¿qué bautismo han recibido?". Ellos respondieron: "El
bautismo de Juan".
Pablo les dijo: "Juan bautizó con un bautismo de conversión, pero advirtiendo al pueblo que debían
creer en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús".
Al oír esto, los discípulos fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús, y cuando Pablo les
impuso las manos, descendió el Espíritu Santo y comenzaron a hablar lenguas desconocidas y a
profetizar. Eran en total unos doce hombres.
Durante los tres meses siguientes, Pablo frecuentó la sinagoga y habló con toda libertad,
disputando acerca del Reino de Dios y tratando de convencerlos. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
En aquel tiempo, los discípulos le dijeron a Jesús: "Ahora sí nos estás hablando claro y no en
parábolas. Ahora sí estamos convencidos de que lo sabes todo y no necesitas que nadie te
pregunte. Por eso creemos que has venido de Dios".
Les contestó Jesús: "¿De veras creen? Pues miren que viene la hora, más aún, ya llegó, en que se
van a dispersar cada uno por su lado y me dejarán solo. Sin embargo, no estaré solo, porque el
Padre está conmigo. Les he dicho estas cosas, para que tengan paz en mí. En el mundo tendrán
tribulaciones; pero tengan valor, porque yo he vencido al mundo". Palabra del Señor. Gloria a ti,
Señor Jesús.
Que este santo sacrificio nos purifique, Señor, y llene nuestras almas con la fuerza divina de tu
gracia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
No los dejaré huérfanos, dice el Señor; vendré de nuevo a ustedes y se alegrarán sus corazones.
Aleluya.
Señor, tú que nos has concedido participar en esta Eucaristía, míranos con bondad y ayúdanos a
vencer nuestra fragilidad humana, para poder vivir como hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Dejen que los niños se acerquen a mí: no se lo impidan; de los que son como ellos es el Reino de
Dios. Les aseguro que el que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Padre santo, que por medio de tu Hijo unigénito has revelado el mandamiento de la nueva ley y
nos has dado a San Marcelino como ejemplo admirable del modo de vivirlo, concédenos, te
rogamos, que también nosotros, siguiendo sus enseñanzas, amemos a los hermanos de corazón, y
conduzcamos el mundo al conocimiento de la verdad de Cristo.
Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
LITURGIA DE LA PALABRA
Después de subir Jesús al cielo, los apóstoles se volvieron a Jerusalén, desde el monte que llaman
de los Olivos, que dista de Jerusalén lo que se permite caminar en sábado. Llegados a casa
subieron a la sala, donde se alojaban Pedro, Juan, Santiago, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé y
Mateo, Santiago el de Alfeo, Simón el Celotes y Judas el de Santiago.
Todos ellos se dedicaban a la oración en común, junto con algunas mujeres, entre ellas, María, la
Madre de Jesús, y con sus hermanos.
Los creyentes vivían todos unidos y lo tenían todo en común; vendían posesiones y bienes y lo
repartían entre todos, según la necesidad de cada uno. A diario acudían al templo todos unidos,
celebraban la fracción del pan en las casas y comían juntos alabando a Dios con alegría y de todo
corazón; eran bien vistos por todo el pueblo y día tras día el Señor iba agregando al grupo a los
que se iban salvando. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 111, 1-9 R/. Dichoso el hombre a quien tú educas, Señor.
Dichoso quien teme al Señor y ama de corazón sus mandatos. Su linaje será poderoso en la tierra,
la descendencia del justo será bendita. R/.
En su casa habrá riquezas y abundancia, su caridad es constante, sin falta. En las tinieblas brilla
como luz el que es justo, clemente y compasivo. R/.
Dichoso el que se apiada y presta, y administra rectamente sus asuntos. El hombre justo jamás
vacilará, su recuerdo será perpetuo. R/.
No temerá las malas noticias, su corazón está firme en el Señor. Su corazón está seguro, sin
temor, hasta que vea derrotados a sus enemigos. R/.
Reparte limosna a los pobres; su caridad es constante, sin falta, y alzará la frente con dignidad. R/.
Credo
Que te sea agradable Señor, nuestra ofrenda; y concédenos que, llenos nosotros del Espíritu de tu
amor, perseveremos en la enseñanza de los apóstoles, en la unión fraterna, en la fracción del pan
y en la oración. Por Cristo, nuestro Señor.
Jesús, al ver a su madre, y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre: "Mujer, ahí tienes a
tu hijo". Luego dijo al discípulo: "Ahí tienes a tu madre". Y desde aquella hora el discípulo la recibió
en su casa.
Señor, que nos has alimentado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, concédenos, a quienes
celebramos las grandes obras que has llevado a cabo en tu Iglesia por medio de San Marcelino,
que robustecidos con la fuerza de este sacramento, podamos siempre emprender mayores obras
de apostolado.
Por Cristo, nuestro Señor...
MARTES 7
Jesús proclama confiadamente la oración sacerdotal al Padre. Él sabe que el Señor le ha confiado
al grupo de los discípulos, conoce también que éstos enfrentarán tropiezos al testimoniar la gloria
de Jesús al mundo. Jesús continúa despidiéndose de los Doce y los deja en las manos amorosas
del Padre. El apóstol san Pablo sabe que no volverá a hacerse presente entre los cristianos de la
Iglesia de Éfeso, por esa razón les comunica su testamento espiritual y les advierte que en
adelante serán responsables de su propia fidelidad. El apóstol testimonió con total congruencia el
mensaje de Jesús. Los presbíteros de aquellas comunidades tendrán que animarlos a mantenerse
fieles al Señor Jesús
Yo soy el primero y el último, dice el Señor, yo soy el que vive; estuve muerto, pero ahora estoy
vivo para siempre. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Dios omnipotente y misericordioso, envíanos el Espíritu Santo para que habite en nosotros y nos
transforme en templos de su gloria. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Quiero llegar al fin de mi carrera y cumplir el encargo que recibí del Señor Jesús.
En aquellos días, hallándose Pablo en Mileto, mandó llamar a los presbíteros de la comunidad
cristiana de Éfeso. Cuando se presentaron, les dijo:
"Bien saben cómo me he comportado entre ustedes, desde el primer día en que puse el pie en
Asia: he servido al Señor con toda humildad, en medio de penas y tribulaciones, que han venido
sobre mí por las asechanzas de los judíos. También saben que no he escatimado nada que fuera
útil para anunciarles el Evangelio, para enseñarles públicamente y en las casas, y para exhortar
con todo empeño a judíos y griegos a que se arrepientan delante de Dios y crean en nuestro Señor
Jesucristo.
Ahora me dirijo a Jerusalén, encadenado en el espíritu, sin saber qué sucederá allá. Sólo sé que el
Espíritu Santo en cada ciudad me anuncia que me aguardan cárceles y tribulaciones. Pero la vida,
para mí, no vale nada. Lo que me importa es llegar al fin de mi carrera y cumplir el encargo que
recibí del Señor Jesús: anunciar el Evangelio de la gracia de Dios.
Por lo pronto sé que ninguno de ustedes, a quienes he predicado el Reino de Dios, volverá a
verme. Por eso declaro hoy que no soy responsable de la suerte de nadie, porque no les he
ocultado nada y les he revelado en su totalidad el plan de Dios". Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
En aquel tiempo, Jesús levantó los ojos al cielo y dijo: "Padre, ha llegado la hora. Glorifica a tu Hijo,
para que tu Hijo también te glorifique, y por el poder que le diste sobre toda la humanidad, dé la
vida eterna a cuantos le has confiado. La vida eterna consiste en que te conozcan a ti, único Dios
verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado.
Yo te he glorificado sobre la tierra, llevando a cabo en ti con la gloria que tenía, antes de que el
mundo existiera.
He manifestado tu nombre a los hombres que tú tomaste del mundo y me diste. Eran tuyos y tú me
los diste. Ellos han cumplido tu palabra y ahora conocen que todo lo que me has dado viene de ti,
porque yo les he comunicado las palabras que tú me diste; ellos las han recibido y ahora
reconocen que yo salí de ti y creen que tú me has enviado.
Te pido por ellos; no te pido por el mundo, sino por éstos, que tú me diste, porque son tuyos. Todo
lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío. Yo he sido glorificado en ellos. Ya no estaré más en el mundo,
pues voy a ti; pero ellos se quedan en el mundo". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Acepta, Señor, nuestras ofrendas y concédenos que esta Eucaristía nos ayude a conseguir la
gloria del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
El Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, dice el Señor, los instruirá en todo y les
recordará lo que yo les he dicho. Aleluya.
Te suplicamos, Señor, que esta Eucaristía que tu Hijo nos mandó celebrar en memoria suya y en la
cual hemos participado, nos una cada vez más con el vínculo de tu amor. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
MIÉRCOLES 8
A través de la llamada oración sacerdotal, Jesús continúa explicando a los discípulos cuál es su
misión en el mundo: Vivir la unidad que el Padre y Jesús viven. Si la comunidad de los discípulos
se mantiene unida en el amor y en la fidelidad al mensaje de Jesús conocerá el rechazo del
mundo. Cuando los cristianos se organizan conforme a los valores evangélicos provocan
reacciones negativas en su entorno. En esa misma sintonía Pablo continúa amonestando a los
presbíteros de Éfeso, animándolos a que asuman como norma fundamental de su vida, el mensaje
de gracia que Pablo les ha predicado. De forma transparente san Pablo testimonió ese mensaje
durante tres años, ganándose el pan con sus propias manos.
ORACIÓN COLECTA
Dios misericordioso, concede a tu Iglesia, congregada por el Espíritu Santo, entregarse plenamente
a ti y vivir siempre unida en el amor. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Ahora los dejo en manos de Dios, que puede hacerlos crecer y alcanzar la herencia prometida.
En aquel tiempo, Jesús levantó los ojos al cielo y dijo: "Padre santo, cuida en tu nombre a los que
me has dado, para que sean uno, como nosotros. Cuando estaba con ellos, yo cuidaba en tu
nombre a los que me diste; yo velaba por ellos y ninguno de ellos se perdió, excepto el que tenía
que perderse, para que se cumpliera la Escritura.
Pero ahora voy a ti, y mientras estoy aún en el mundo, digo estas cosas para que mi gozo llegue a
su plenitud en ellos. Yo les he entregado tu palabra y el mundo los odia, porque no son del mundo,
como yo tampoco soy del mundo. No te pido que los saques del mundo, sino que los libres del mal.
Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
Santifícalos en la verdad. Tu palabra es la verdad. Así como tú me enviaste al mundo, así los envío
yo también al mundo. Yo me santifico a mí mismo por ellos, para que también ellos sean
santificados en la verdad". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Acepta, Señor, este sacrificio de alabanza que tú mismo nos has mandado celebrar, y dígnate, por
esta Eucaristía, santificarnos y darnos tu salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Cuando venga el Consolador que yo les enviaré, el Espíritu de verdad que procede del Padre, dará
testimonio de mí, dice el Señor, y también ustedes darán
Señor, que esta comunión aumente en nosotros tu gracia, nos purifique de nuestros pecados y nos
disponga mejor a recibir tus dones. Por Jesucristo, nuestro Señor.
JUEVES 9
La oración de Jesús llega a su punto culminante. La súplica que Jesús dirige al Padre cierra con
gran intensidad. El Padre y Jesús asistirán a los discípulos y harán que se mantengan firmes en el
amor. Para eso se ha manifestado Dios por medio de su Hijo, para comunicarnos la experiencia
viva del amor, a fin que nos animemos a participar del mismo. El apóstol san Pablo comparece
ante el Consejo judío para poner punto final al ciclo del testimonio que rindió ante Israel. El Señor
lo conforta y lo anima a resistir para rendir ese mismo testimonio en la ciudad de Roma, corazón
del imperio.
ORACIÓN COLECTA
Señor, que el Espíritu Santo nos conceda abundantemente sus dones, para que podamos conocer
tu voluntad y ajustemos a ella nuestra vida. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 22, 30; 23, 6-11
En aquellos días, el comandante, queriendo saber con exactitud de qué acusaban a Pablo los
judíos, mandó que le quitaran las cadenas, convocó a los sumos sacerdotes y a todo el sanedrín, y
llevando consigo a Pablo, lo hizo comparecer ante ellos.
Como Pablo sabía que una parte del sanedrín era de saduceos y otra de fariseos, exclamó:
"Hermanos: Yo soy fariseo, hijo de fariseos, y me quieren juzgar porque espero la resurrección de
los muertos".
Apenas dijo esto, se produjo un altercado entre fariseos y saduceos, que ocasionó la división de la
asamblea. (Porque los saduceos niegan la otra vida, sea de ángeles o de espíritus resucitados;
mientras que los fariseos admiten ambas cosas). Estalló luego una terrible gritería y algunos
escribas del partido de los fariseos, se pusieron de pie y declararon enérgicamente: "Nosotros no
encontramos ningún delito en este hombre. ¿Quién puede decirnos que no le ha hablado un
espíritu o un ángel?".
El alboroto llegó a tal grado, que el comandante, temiendo que hicieran pedazos a Pablo, mandó
traer a la guarnición para sacarlo de allí y llevárselo al cuartel.
En la noche siguiente se le apareció el Señor a Pablo y le dijo: "Ten ánimo, Pablo; porque así como
Jerusalén has dado testimonio de mí, así también tendrás que darlo en Roma". Palabra de
Dios. Te alabamos, Señor.
En aquel tiempo, Jesús levantó los ojos al cielo y dijo: "Padre, no sólo te pido por mis discípulos,
sino también por los que van a creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como
tú, Padre, en mí y yo en ti somos uno, a fin de que sean uno en nosotros y el mundo crea que tú
me has enviado.
Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno. Yo en
ellos y tú en mí, para que su unidad sea perfecta y así el mundo conozca que tú me has enviado y
que los amas, como me amas a mí.
Padre, quiero que donde yo esté, estén también conmigo los que me has dado, para que
contemplen mi gloria, la que me diste, porque me has amado desde antes de la creación del
mundo.
Padre justo, el mundo no te ha conocido; pero yo sí te conozco y éstos han conocido que tú me
enviaste. Yo les he dado a conocer tu nombre y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor
con que me amas esté en ellos y yo también en ellos". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
Acepta, Señor, estos dones que hemos preparado para el sacrificio eucarístico, y transforma toda
nuestra vida en una continua ofrenda. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Que esta Eucaristía, Señor, nos haga comprender tus designios y nos comunique tu misma vida
divina, para que seamos dignos de recibir los dones de tu Espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor.
VIERNES 10
Festo escucha a Pablo y logra hacerse una visión panorámica del caso. Efectivamente, el
funcionario romano pronto descubre dónde radica el meollo de la cuestión. Los adversarios de
Pablo se han quedado en el nivel superficial de los acontecimientos, por eso siguen considerando
que Jesús es un difunto que genera polémicas religiosas entre los israelitas; en cambio, para Pablo
la situación es más profunda: Jesús está vivo y de esa experiencia él ha sido constituido portavoz y
testigo. En el diálogo final de cuarto evangelio el Señor recupera a Pedro para la misión que le
había confiado y le advierte que en el futuro habrá de testimoniarle, no solamente de palabra, sino
con su propia vida, su adhesión amorosa.
Cristo nos ama y nos ha purificado de nuestros pecados por medio de su sangre; Él nos ha
convertido en un reino y hecho sacerdotes para Dios su Padre. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que por medio del triunfo glorioso de Cristo y de la gracia del Espíritu Santo nos has
abierto las puertas del cielo, haz que comprendamos la grandeza de este don para que podamos
crecer en la fe y servirte con mayor empeño. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Pablo asegura que está vivo un hombre llamado Jesús, que había muerto.
En aquellos días, el rey Agripa y Berenice llegaron a Cesarea para saludar a Festo. Como se
detuvieron algún tiempo allí, Festo expuso al rey el caso de Pablo con estas palabras:
"Tengo aquí un preso que me dejó Félix, cuya condenación me pidieron los sumos sacerdotes y los
ancianos de los judíos, cuando estuve en Jerusalén. Yo les respondí que no era costumbre romana
condenar a ningún hombre, sin carearlo antes con sus acusadores, para darle la oportunidad de
defenderse de la acusación.
Vinieron conmigo a Cesarea, y sin dar largas al asunto, me senté en el tribunal al día siguiente y
mandé que compareciera ese hombre. Los acusadores que se presentaron contra él, no le hicieron
cargo de ninguno de los delitos que yo sospechaba. Se trataba sólo de ciertas discusiones acerca
de su religión y de un tal Jesús, ya muerto, que Pablo asegura que está vivo.
No sabiendo qué determinación tomar, le pregunté a Pablo si quería ir a Jerusalén para que se le
juzgara allá de esos cargos; pero como él pidió ser juzgado por el César, ordené que siguiera
detenido hasta que yo pudiera enviárselo". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 102 R/. Bendigamos al Señor, que es el rey del universo. Aleluya.
Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga su santo nombre. Bendice al Señor, alma
mía, y no te olvides de sus beneficios. R/.
Como desde la tierra hasta el cielo, así es de grande su misericordia; como dista el oriente del
ocaso, así aleja de nosotros nuestros delitos. R/.
En el cielo el Señor puso su trono y su reino abarca el universo. Bendigan al Señor todos los
ángeles, ejecutores fieles de sus órdenes. R/.
En aquel tiempo, le preguntó Jesús a Simón Pedro: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que
éstos?". Él le contestó: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis corderos".
Por segunda vez le preguntó: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". Él le respondió: "Sí, Señor, tú
sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Pastorea mis ovejas".
Por tercera vez le preguntó: "Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?". Pedro se entristeció de que
Jesús le hubiera preguntado por tercera vez si lo quería, y le contestó: "Señor, tú lo sabes todo; tú
bien sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas.
Yo te aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías la ropa e ibas a donde querías; pero cuando
seas viejo, extenderás los brazos y otro te ceñirá y te llevará a donde no quieras". Esto se lo dijo
para indicarle con qué género de muerte habría de glorificar a Dios. Despues le dijo:
"Sígueme". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Mira, Señor, con bondad, las ofrendas de tu pueblo y haz que el Espíritu Santo nos purifique para
que podamos presentarte un sacrificio agradable. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Cuando venga el Espíritu de verdad, dice el Señor, Él los guiará hasta la verdad plena. Aleluya.
Señor, tú que nos purificas y fortaleces por medio de tus sacramentos, haz que nuestra
participación en esta Eucaristía nos conduzca a la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
SÁBADO 11
Santos: Bernabé, apóstol; Paula Frassinetti, fundadora. Beata María del Sagrado Corazón de
Jesús, fundadora.
Vísperas l de mañana: todo propio. Tomo II: p. 1033. Para los fieles: p. 356. Edición popular:
pp. 289 y 452. Memoria (Rojo)
Los dos relatos nos presentan a un par de apóstoles que colaboraron intensamente, en medio de
adversidades, roces y enormes satisfacciones en la propagación del evangelio. Bernabé, según
nos refiere el autor del libro de Los Hechos, animó a san Pablo a incorporarse a la misión en
aquella comunidad tan dinámica como era la iglesia de Antioquia. El evangelio de san Juan, nos
presenta a dos pescadores galileos, Pedro y Juan, como testigos y colaboradores cercanos del
Señor Jesús. El cierre final del cuarto evangelio nos confirma que el fundamento último de dicho
relato es el testimonio verosímil de una comunidad y unos testigos que acompañaron de cerca al
Señor Jesús.
Bienaventurado san Bernabé, que fue digno de ser contado entre los Apóstoles, pues era un
hombre bueno, lleno del Espíritu Santo y de fe. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
LITURGIA DE LA PALABRA
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 11, 21-26; 13, 1-3
En aquellos días, fueron muchos los que se convirtieron y abrazaron la fe. Cuando llegaron estas
noticias a la comunidad cristiana de Jerusalén, Bernabé fue enviado a Antioquía. Llegó Bernabé, y
viendo la acción de la gracia de Dios, se alegró mucho; y como era hombre bueno, lleno del
Espíritu Santo y de fe, exhortó a todos a que, firmes en su propósito, permanecieran fieles al
Señor. Así se ganó para el Señor una gran muchedumbre
Entonces Bernabé partió hacia Tarso, en busca de Saulo; y cuando lo encontró, lo llevó consigo a
Antioquía. Ambos vivieron durante todo un año en esa comunidad y enseñaron a mucha gente. Allí,
en Antioquía, fue donde por primera vez los discípulos recibieron el nombre de "cristianos".
Había en la comunidad cristiana de Antioquía algunos profetas y maestros, como Bernabé, Simón
(apodado el "Negro"), Lucio el de Cirene, Manahén (que se crió junto con el tetrarca Herodes) y
Saulo. Un día estaban ellos ayunando y dando culto al Señor, y el Espíritu Santo les dijo:
"Resérvenme a Saulo y a Bernabé para la misión que les tengo destinada". Todos volvieron a
ayunar y a orar; después les impusieron las manos y los despidieron. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
Del salmo 97 R/. El Señor ha revelado a las naciones su justicia. Aleluya.
Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han
dado la victoria. R/.
El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su justicia. Una vez más ha
demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel. R/.
La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos y naciones
aclamen con júbilo al Señor. R/.
Cantemos al Señor al son del arpa, suenen los instrumentos. Aclamemos al son de los clarines al
Señor, nuestro rey. R/.
En aquel tiempo, Jesús dijo a Pedro: "Sígueme". Pedro, volviendo la cara, vio que iba detrás de
ellos el discípulo a quien Jesús amaba, el mismo que en la cena se había reclinado sobre su pecho
y le había preguntado: 'Señor, ¿quién es el que te va a traicionar?' Al verlo, Pedro le dijo a Jesús:
"Señor, ¿qué va a pasar con éste?". Jesús le respondió:
"Si yo quiero que éste permanezca vivo hasta que yo vuelva, ¿a ti qué? Tú, sígueme".
Por eso comenzó a correr entre los hermanos el rumor de que ese discípulo no habría de morir.
Pero Jesús no dijo que no moriría, sino: 'Si yo quiero que permanezca vivo hasta que yo vuelva, ¿a
ti qué?'.
Éste es el discípulo que atestigua estas cosas y las ha puesto por escrito, y estamos ciertos de que
su testimonio es verdadero. Muchas otras cosas hizo Jesús y creo que, si se relataran una por una,
no cabrían en todo el mundo los libros que se escribieran. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
Que el sacrificio que vamos a ofrecerte, encienda, Señor, en nosotros el amor que impulsó a san
Bernabé, Apóstol, a difundir la luz del Evangelio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Ya no los llamaré siervos, dice el Señor, porque el siervo no conoce lo que hace su señor. Los
llamaré amigos, porque les he dado a conocer todo lo que he oído.
Te suplicamos, Señor, por intercesión de san Bernabé, que esta Eucaristía, en la que hemos
recibido a Cristo sacramentalmente, nos haga merecedores de contemplarlo eternamente en el
cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
DOMINGO 12
DOMINGO DE PENTECOSTÉS
Santos: Nabor y Nazario de Milán, mártires. Beata Florida Cevoli, religiosa Solemnidad
(Rojo)
La misión y la causa de Jesús no podrán llevarse adelante con la buena voluntad de un grupo de
seguidores. Cada uno de los pasajes que nos proclama la liturgia lo enfatiza a su manera. La obra
misionera se construye con el impulso del Espíritu. El cuarto evangelio nos relata la manifestación
de Jesús a los discípulos y la comunicación del Espíritu. Otra versión de ese mismo acontecimiento
trascendental nos ofrece el capítulo segundo de los Hechos. Posteriormente san Pablo profundiza
en los alcances de ese acontecimiento. El Espíritu sigue manifestándose en la comunidad de los
discípulos y continúa otorgando sus dones para consolidar la íntima comunión en el Cuerpo de
Cristo.
Esta Misa se dice en la tarde del sábado, ya sea antes o después de las primeras Vísperas del
domingo de Pentecostés.
El amor a Dios ha sido infundido en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que habita en
nosotros. Aleluya.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
LITURGIA DE LA PALABRA
Se llamó Babel, porque ahí confundió el Señor las lenguas de todos los hombres.
En aquel tiempo, toda la tierra tenía una sola lengua y unas mismas palabras. Al emigrar los
hombres desde el oriente, encontraron una llanura en la región de Sinaar y allí se establecieron.
Entonces se dijeron unos a otros: "Vamos a fabricar ladrillos y a cocerlos". Utilizaron, pues, ladrillos
en vez de piedras, y asfalto en vez de mezcla. Luego dijeron: "Construyamos una ciudad y una
torre que llegue hasta el cielo, para hacernos famosos antes de dispersarnos por la tierra".
El Señor bajó a ver la ciudad y la torre que los hombres estaban construyendo y se dijo: "Son un
solo pueblo y hablan una sola lengua. Si ya empezaron esta obra, en adelante ningún proyecto les
parecerá imposible. Vayamos, pues, y confundamos su lengua, para que no se entiendan unos con
otros".
Entonces el Señor los dispersó por toda la tierra y dejaron de construir su ciudad; por eso, la
ciudad se llamó Babel, porque ahí confundió el Señor la lengua de todos los hombres y desde ahí
los dispersó por la superficie de la tierra. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 103 R/. Envía, Señor, tu Espíritu, a renovar la tierra. Aleluya.
Bendice al Señor, alma mía; Señor y Dios mío, inmensa es tu grandeza. Te vistes de belleza y
majestad, la luz te envuelve como un manto. R/.
¡Qué numerosas son tus obras, Señor, y todas las hiciste con maestría! La tierra está llena de tus
creaturas. Bendice al Señor, alma mía. R/.
Todos los vivientes aguardan que les des de comer a su tiempo; les das el alimento y lo recogen,
abres tu mano y se sacian de bienes. R/.
Si retiras tu aliento, toda creatura muere y vuelve al polvo. Pero envías tu espíritu, que da vida, y
renuevas el aspecto de la tierra. R/.
Hermanos: Sabemos que la creación entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto; y no
sólo ella, sino también nosotros, los que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos
interiormente, anhelando que se realice plenamente nuestra condición de hijos de Dios, la
redención de nuestro cuerpo.
Porque ya es nuestra la salvación, pero su plenitud es todavía objeto de esperanza. Esperar lo que
ya se posee no es tener esperanza, porque, ¿cómo se puede esperar lo que ya se posee? En
cambio, si esperamos algo que todavía no poseemos, tenemos que esperarlo con paciencia.
El Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene;
pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con
palabras. Y Dios, que conoce profundamente los corazones, sabe lo que el Espíritu quiere decir,
porque el Espíritu ruega conforme a la voluntad de Dios, por los que le pertenecen. Palabra de
Dios. Te alabamos, Señor.
El último día de la fiesta, que era el más solemne, exclamó Jesús en voz alta: "El que tenga sed,
que venga a mí; y beba, aquel que cree en mí. Como dice la Escritura: Del corazón del que cree en
mí brotarán ríos de agua viva".
Al decir esto, se refería al Espíritu Santo que habían de recibir los que creyeran en Él, pues aún no
había venido el Espíritu, porque Jesús no había sido glorificado. Palabra del Señor. Gloria a ti,
Señor Jesús.
Credo
Que tu Espíritu santificador descienda, Señor, sobre estos dones e inunde de amor a tu Iglesia
para que ésta pueda ser, en medio del mundo, tu signo y tu instrumento de salvación. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque tú, para llevar a su plenitud el misterio pascual, has enviado hoy al Espíritu Santo sobre
aquellos a quienes adoptaste como hijos al injertarlos en Cristo, tu Unigénito.
Este mismo Espíritu fue quien, al nacer la Iglesia, reveló a todos los pueblos el misterio de Dios y
unió la diversidad de las lenguas en la confesión de una misma fe.
Por eso, el mundo entero se desborda de alegría y también los coros celestiales, los ángeles y los
arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...
El último día de la fiesta, Jesús se puso de pie y exclamó: El que tenga sed, que venga a mí y
beba. Aleluya.
Que el sacramento que hemos recibido, nos comunique, Señor, el fuego del Espíritu Santo que
infundiste a tus Apóstoles el día de Pentecostés. Por Jesucristo, nuestro Señor.
El amor de Dios ha sido infundido en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que habita en
nosotros. Aleluya.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro que por el misterio de Pentecostés santificas a tu Iglesia extendida por todas las
naciones, concede al mundo entero los dones del Espíritu Santo y continúa realizando entre los
fieles la unidad y el amor de la primitiva Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
El día de Pentecostés, todos los discípulos estaban reunidos en un mismo lugar. De repente se oyó
un gran ruido que venía del cielo, como cuando sopla un viento fuerte, que resonó por toda la casa
donde se encontraban. Entonces aparecieron lenguas de fuego, que se distribuyeron y se posaron
sobre ellos; se llenaron todos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en otros idiomas, según el
Espíritu los inducía a expresarse.
En esos días había en Jerusalén judíos devotos, venidos de todas partes del mundo. Al oír el ruido,
acudieron en masa y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propio
idioma.
Atónitos y llenos de admiración, preguntaban: "¿No son galileos, todos estos que están hablando?
¿Cómo, pues, los oímos hablar en nuestra lengua nativa? Entre nosotros hay medos, partos y
elamitas; otros vivimos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia y en
Panfilia, en Egipto o en la zona de Libia que limita con Cirene. Algunos somos visitantes, venidos
de Roma, judíos y prosélitos; también hay cretenses y árabes. Y sin embargo, cada quien los oye
hablar de las maravillas de Dios en su propia lengua". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 12, 3-7. 12-13
Hermanos: Nadie puede llamar a Jesús "Señor", si no es bajo la acción del Espíritu Santo.
Hay diferentes dones, pero el Espíritu es el mismo. Hay diferentes servicios, pero el Señor es el
mismo. Hay diferentes actividades, pero Dios, que hace todo en todos, es el mismo.
En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común. Porque así como el cuerpo es uno y
tiene muchos miembros y todos ellos, a pesar de ser muchos, forman un solo cuerpo, así también
es Cristo. Porque todos nosotros, seamos judíos o no judíos, esclavos o libres, hemos sido
bautizados en un mismo Espíritu para formar un solo cuerpo, y a todos se nos ha dado a beber del
mismo Espíritu. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SECUENCIA
Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo: Reciban el Espíritu Santo.
Credo
PLEGARIA UNIVERSAL
Unidos por el Espíritu Santo, presentemos al Padre las necesidades del mundo y de la
Iglesia.
A cada petición diremos: Envía, Señor, tu Espíritu.
1. Para que en todas partes (en casa, en el trabajo, en la vida social y ciudadana) los cristianos,
que formamos el cuerpo de la Iglesia, demos un buen testimonio de justicia, de amor y de fe.
Oremos.
2. Para que los que no creen en Cristo lleguen a descubrir la alegría del Evangelio. Oremos.
3. Para que toda persona, de cualquier lugar del mundo, pueda vivir con dignidad, con confianza,
con esperanza en el futuro. Oremos.
4. Para que todos, llenos del Espíritu Santo, promovamos la justicia y la paz verdadera en nuestra
Patria. Oremos.
5. Para que la Eucaristía que nos reúne todos los domingos transforme nuestro corazón y nos llene
de los mismos sentimientos que tenía Jesús. Oremos. Padre, escucha complacido las súplicas de
tus hijos, y aviva en ellos la llama de tu Espíritu, que contigo y tu Hijo vive y reina por los siglos de
los siglos. Amén.
Señor, que el Espíritu Santo nos haga comprender mejor, según la promesa de tu Hijo, el misterio
de este sacrificio y toda la profundidad del Evangelio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque tú, para llevar a su plenitud el misterio pascual, has enviado hoy al Espíritu Santo sobre
aquellos a quienes adoptaste como hijos al injertarlos en Cristo, tu Unigénito.
Este mismo Espíritu fue quien, al nacer la Iglesia, reveló a todos los pueblos el misterio de Dios y
unió la diversidad de las lenguas en la confesión de una misma fe.
Por eso, el mundo entero se desborda de alegría y también los coros celestiales, los ángeles y los
arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...
Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y proclamaban las maravillas de Dios. Aleluya.
Señor, tú que nos concedes participar de la vida divina por medio de tus sacramentos, conserva en
nosotros el don de tu amor y la presencia viva del Espíritu Santo, para que esta comunión nos
ayude a obtener nuestra salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Para despedir al pueblo, el diácono o el mismo sacerdote dice:
Pueden ir en paz, aleluya, aleluya.
R/. Demos tracias a Dios. Aleluya, aleluya.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Ya lo sabemos desde nuestro bautismo. Por el don
de la fe hemos sido incorporados al Cuerpo Místico de Cristo. La comunidad creyente recibe la vida
divina y de esa manera realiza su misión evangelizadora. No somos vendedores de ilusiones, ni
publicistas de vaciedades. Al contrario, seguimos creyendo y viviendo el evangelio del Señor Jesús
porque el Espíritu nos sostiene. Nuestras incongruencias e infidelidades nos desalientan y
escandalizan a los que no creen. Sin embargo, estamos ciertos, que si nos mantenemos abiertos al
llamado y a la sacudida poderosa del Espíritu podremos salir adelante. La comunidad eclesial tiene
una historia con altibajos. El Espíritu sigue con nosotros y nos alienta a retomar nuestro
compromiso misionero.
LUNES 13
2 Co 6, 1-10; Mt 5, 38-42
Con una serie de frases contrastantes San Pablo nos muestra la forma única en que asumió su
adhesión a Jesús. Viviendo en el límite entre la vida y la muerte, entre la condena y el juicio, entre
la aparente carencia y la profunda satisfacción. El cristiano no se desalienta ante las adversidades
porque sabe que Jesús permanece a su lado para fortalecerlo. El mensaje de resistencia pacífica y
reconciliación que nos comparte el evangelio de san Mateo es una invitación a no devolver mal por
mal y a no mimetizarnos con el entorno violento y agresivo en el que vivimos. No hay certidumbre
de que venzamos a los violentos, tratándolos de forma pacífica, pero las posibilidades de lograrlo
son mayores que cuando recurrimos a los métodos violentos.
El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar la Buena Nueva a los pobres
y anunciar su liberación a los cautivos.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que en san Antonio de Padua otorgaste a tu Iglesia un predicador
insigne y un protector de los pobres y de los necesitados, concédenos, por su intercesión, que
vivamos de verdad conforme al Evangelio y experimentemos siempre tu protección y ayuda. Por
nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Hermanos: Como colaboradores que somos de Dios, los exhortamos a no echar su gracia en saco
roto. Porque el Señor dice:
En el tiempo favorable te escuché y en el día de la salvación te socorrí. Pues bien, ahora es el
tiempo favorable; ahora, es el día de la salvación.
A nadie damos motivo de escándalo, para que no se burlen de nuestro ministerio; al contrario,
continuamente damos pruebas de que somos servidores de Dios con todo lo que soportamos:
sufrimientos, necesidades y angustias; golpes, cárceles y motines; cansancio, noches de no dormir
y días de no comer. Procedemos con pureza, sabiduría, paciencia y amabilidad; con la fuerza del
Espíritu Santo y amor sincero, con palabras de verdad y con el poder de Dios.
Luchamos con las armas de la justicia, tanto para atacar como para defendernos, en medio de la
honra y de la deshonra, de la buena y de la mala fama. Somos los "impostores" que dicen la
verdad; los "desconocidos" de sobra conocidos; los "moribundos" que están bien vivos; los
"condenados" nunca ajusticiados; los "afligidos" siempre alegres; los "pobres" que a muchos
enriquecen; los "necesitados" que todo lo poseen. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Han oído que se dijo: Ojo por ojo, diente por diente.
Pero yo les digo que no hagan resistencia al hombre malo. Si alguno te golpea en la mejilla
derecha, preséntale también la izquierda; al que te quiera demandar en juicio para quitarte la
túnica, cédele también el manto. Si alguno te obliga a caminar mil pasos en su servicio, camina con
él dos mil. Al que te pide, dale; y al que quiere que le prestes, no le vuelvas la espalda". Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Que estos dones, Señor, que te presentamos en honor de tus santos y que van a dar testimonio de
tu poder y de tu gloria, nos alcancen de ti la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo, dice el Señor.
Te rogamos, Señor, que el sacramento que hemos recibido nos encamine al cielo Que ya mereció
obtener san Antonio de Padua sirviéndote con fidelidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
MARTES 14
Santos: Eliseo, Profeta; Anastasio de Córdoba y compañeros, mártires; Metodio de
Constantinopla, patriarca. Feria (Verde)
2 Co 8, 1-9; Mt 5, 43-48
La gratuidad escasea en una sociedad acostumbrada a ponerle precio a todo cuanto realiza. Quien
se deja dominar por el principio de la rentabilidad y el máximo beneficio le parece imposible dar
algo gratuitamente, o menos aún, donarse a sí mismo. Las relaciones se complican cuando
resultan ser trueques o inversiones para recuperar en el corto o mediano plazo. Dios es
desmedidamente bueno y no exige pagarés ni devoluciones. Se dona y se entrega sin medida.
Quizás valga la pena decir que lo único que espera, es que los beneficiarios de su amor, continúen
donándose y atendiendo a las necesidades de sus vecinos. Esa es la invitación que san Pablo
dirige a los cristianos de Corinto: que se solidaricen con los cristianos de Jerusalén.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, fuerza de todos los que en ti confían, ayúdanos con tu gracia, sin la cual nada puede
nuestra humana debilidad, para que podamos serte fieles en la observancia de tus mandamientos.
Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Hermanos: Queremos que conozcan la gracia que ha otorgado Dios a las comunidades cristianas
de Macedonia. Pues, en medio de las pruebas y de los sufrimientos, ha sido inmensa su alegría, y
su extrema pobreza ha producido tesoros de generosidad. Somos testigos de que han hecho lo
que podían y más de lo que podían; espontáneamente nos pedían con mucha insistencia el favor
de participar en la ayuda a los hermanos.
Y superando nuestras esperanzas, se pusieron ellos mismos a disposición del Señor y de nosotros,
tal como Dios lo quería, de suerte que tuvimos que pedirle a Tito que concluyera entre ustedes esta
obra de generosidad, puesto que él la había comenzado.
Y ya que ustedes se distinguen en todo: en fe, en palabra, en sabiduría, en diligencia para todo y
en amor hacia nosotros, distínganse también ahora por su generosidad. No se lo estamos
ordenando; sólo queremos comprobar, mediante su interés por los demás, qué tan sincero es su
amor.
Bien saben lo generoso que ha sido nuestro Señor Jesucristo, que siendo rico, se hizo pobre por
ustedes, para que ustedes se hicieran ricos con su pobreza. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Han oído ustedes que se dijo: Ama a tu prójimo y
odia a tu enemigo. Yo, en cambio, les digo: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los
odian y rueguen por los que los persiguen y calumnian, para que sean hijos de su Padre celestial,
que hace salir su sol sobre los buenos y los malos, y manda su lluvia sobre los justos y los injustos.
Porque, si ustedes aman a los que los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen eso mismo
los publicanos? Y si saludan tan sólo a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen
eso mismo los paganos? Ustedes, pues, sean perfectos, como su Padre celestial es
perfecto". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Dios nuestro, que en estos dones que te presentamos has otorgado al hombre el pan que lo
alimenta y el sacramento que le da nueva vida, haz que nunca llegue a faltarnos este sustento del
cuerpo y del espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Una sola cosa he pedido al Señor y es lo único que busco: habitar en su casa todos los días de mi
vida.
Que nuestra participación en este sacramento signo de la unión de los fieles en ti, contribuya,
Señor, a la unidad de tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
MIÉRCOLES 15
2 Co 9, 6-11; Mt 6, 1-6.16-18
En el principio creó Dios el cielo y la tierra. Creó Dios al hombre a su imagen. Y vio Dios todo lo
que había hecho y lo encontró muy bueno.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, creador de todas las cosas, que impusiste a los hombres el deber del trabajo,
bendice las obras que iniciamos para que contribuyan al bienestar de la sociedad y a la difusión de
tu Reino. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Hermanos: Recuerden que el que poco siembra, cosecha poco, y el que mucho siembra, cosecha
mucho. Cada cual dé lo que su corazón le diga y no de mala gana ni por compromiso, pues Dios
ama al que da con alegría. Y poderoso es Dios para colmarlos de toda clase de favores, a fin de
que, teniendo siempre todo lo necesario, puedan participar generosamente en toda obra buena.
Como dice la Escritura: Repartió a manos llenas a los pobres; su justicia permanece eternamente.
Dios, que proporciona la semilla al sembrador y le da pan para comer, les proporcionará a ustedes
una cosecha abundante y multiplicará los frutos de su justicia. Serán ustedes ricos en todo para ser
generosos en todo; y su generosidad, por medio de nosotros, se convertirá ante Dios en su acción
de gracias. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Tengan cuidado de no practicar sus obras de piedad
delante de los hombres, para que los vean. De lo contrario, no tendrán recompensa con su Padre
celestial.
Por lo tanto, cuando des limosna, no lo anuncies con trompeta, como hacen los hipócritas en las
sinagogas y por las calles, para que los alaben los hombres. Yo les aseguro que ya recibieron su
recompensa. En cambio, cuando tú des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace la
derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes hagan oración, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las
sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Yo les aseguro que ya
recibieron su recompensa.
Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora ante tu Padre, que
está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como esos hipócritas que descuidan la apariencia
de su rostro, para que la gente note que están ayunando. Yo les aseguro que ya recibieron su
recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que no
sepa la gente que estás ayunando, sino tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo
secreto, te recompensará". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Tú que con este pan y este vino que te presentamos das al hombre el alimento que lo sostiene y el
sacramento que lo renueva, concédenos, Señor, no carecer nunca de esta ayuda del cuerpo y del
espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Todo lo que hagan de palabra o de obra, háganlo en el nombre de Jesús, el Señor, dando gracias
por su medio a Dios Padre.
Señor, tú que nos has alimentado con el sacramento de la unidad y del amor, concédenos
desempeñar con fe el trabajo que nos has encomendado para obtener nuestro diario sustento y
cooperar a la edificación de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
JUEVES 16
El relato de la Cena final que Jesús celebró con sus discípulos enmarca adecuadamente con el
pasaje del profeta Isaías que nos comparte la primera lectura. El enigmático personaje que nos
presenta Isaías asumió por propia decisión el peso de los sufrimientos que librarían a otras
personas de padecer. La suya fue una existencia solidaria con el dolor de sus hermanos. Ese texto
resplandece ante los ojos de los primeros cristianos, como una referencia para explicarse los
gestos tan cargados de significado que Jesús vivió durante los últimos días de su vida. Las
palabras que el Señor pronunció en la Última Cena les servirían de guía para terminar de descifrar
su pascua.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que para gloria tuya y salvación de todos los hombres constituiste Sumo y Eterno
Sacerdote a tu Hijo, Jesucristo, concede a quienes Él ha elegido como ministros suyos y
administradores de sus sacramentos y de su Evangelio, la gracia de ser fieles en el cumplimiento
de su ministerio. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
He aquí que mi siervo prosperará, será engrandecido y exaltado, será puesto en alto. Muchos se
horrorizaron al verlo, porque estaba desfigurado su semblante, que no tenía ya aspecto de hombre;
pero muchos pueblos se llenaron de asombro. Ante él los reyes cerrarán la boca, porque verán lo
que nunca se les había contado y comprenderán lo que nunca se habían imaginado.
¿Quién habrá de creer lo que hemos anunciado? ¿A quién se le revelará el poder del Señor?
Creció en su presencia como planta débil, como una raíz en el desierto. No tenía gracia ni belleza.
No vimos en él ningún aspecto atrayente; despreciado y rechazado por los hombres, varón de
dolores, habituado al sufrimiento; como uno del cual se aparta la mirada, despreciado y
desestimado.
Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo tuvimos por leproso,
herido por Dios y humillado, traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes.
El soportó el castigo que nos trae la paz. Por sus llagas hemos sido curados. Todos andábamos
errantes como ovejas, cada uno siguiendo su camino, y el Señor cargó sobre él todos nuestros
crímenes. Cuando lo maltrataban, se humillaba y no abría la boca, como un cordero llevado a
degollar; como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca.
Inicuamente y contra toda justicia se lo llevaron. ¿Quién se preocupó de su suerte? Lo arrancaron
de la tierra de los vivos, lo hirieron de muerte por los pecados de mi pueblo, le dieron sepultura con
los malhechores a la hora de su muerte, aunque no había cometido crímenes, ni hubo engaño en
su boca.
El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento. Cuando entregue su vida como expiación, verá a sus
descendientes, prolongará sus años y por medio de él prosperarán los designios del Señor. Por las
fatigas de su alma, verá la luz y se saciará; con sus sufrimientos justificará mi siervo a muchos,
cargando con los crímenes de ellos.
Por eso le daré una parte entre los grandes, y con los fuertes repartirá despojos, ya que indefenso
se entregó a la muerte y fue contado entre los malhechores, cuando tomó sobre sí las culpas de
todos e intercedió por los pecadores. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
En aquel tiempo, llegada la hora de cenar, se sentó Jesús con sus discípulos y les dijo: "Cuánto he
deseado celebrar esta Pascua con ustedes, antes de padecer, porque yo les aseguro que ya no la
volveré a celebrar, hasta que tenga cabal cumplimiento en el Reino de Dios". Luego tomó en sus
manos una copa de vino, pronunció acción de gracias y dijo: "Tomen esto y repártanlo entre
ustedes, porque les aseguro que ya no volveré a beber del fruto de la vid hasta que venga el Reino
de Dios".
Tomando después un pan, pronunció la acción de gracias, lo partió y se lo dio diciendo: "Esto es mi
cuerpo que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria con mía”. Después de cenar, hizo lo
mismo con una copa de vino, diciendo: “Esta copa es la nueva alianza, sellada con mi sangre, que
se derrama por ustedes". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Que Jesucristo, nuestro Mediador, haga que te sean aceptables, Señor, nuestras ofrendas y que
su sacrificio redentor nos haga vivir cada día más unidos a Él, para que toda nuestra vida sea grata
a tus ojos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Ya que, por la unción del Espíritu Santo, constituiste a tu Hijo unigénito Pontífice de la alianza
nueva y eterna, y has querido que su sacerdocio único se perpetuara en la Iglesia.
Porque Cristo no sólo comunica la dignidad del sacerdocio real a todo el pueblo redimido, sino que,
con especial predilección y mediante la imposición de las manos, elige a algunos de entre los
hermanos, y los hace partícipes de su ministerio de salvación, a fin de que renueven, en su
nombre, el sacrificio redentor, preparen para tus hijos el banquete pascual, fomenten la caridad en
tu pueblo santo, lo alimenten con la palabra, lo fortifiquen con los sacramentos y, consagrando su
vida a ti y a la salvación de sus hermanos, se esfuercen por reproducir en sí la imagen de Cristo y
te den un constante testimonio de fidelidad y de amor.
Por eso, Señor, con todos los ángeles y santos, te alabamos, cantando llenos de alegría: Santo,
Santo, Santo...
Sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.
Que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, que hemos ofrecido en el sacrificio y recibido en la comunión,
sean para nosotros, Señor, el principio de una vida nueva, a fin de que, unidos a ti por el amor,
demos frutos que permanezcan para siempre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
VIERNES 17
El alegato que sostiene san Pablo en la carta a los Corintios con algunos cristianos que
malinterpretaban el alcance de su misión, nos permite entrever la secreta intimidad del apóstol. Él
era un hombre fuerte, que además de cargar responsablemente las consecuencias de sus propias
decisiones, se hacía solidario de las necesidades de sus hermanos y acogía los riesgos de aquella
misión. Su corazón pertenecía por entero al Señor. El Evangelio de san Mateo nos descifra uno de
los enigmas de la condición humana. Aquello que más nos interesa, bien sea el dinero, el gozo o el
poder se va convirtiendo en nuestro tesoro, hasta que finalmente se convierte en el amo y señor de
nuestro corazón.
Sin distinción de raza, lengua, pueblo o nación, nos compraste, Señor, con tu Sangre e hiciste de
nosotros un Reino para Dios.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que has redimido a todos los hombres con la preciosa Sangre de tu Hijo, protege en
nosotros la obra de tu misericordia, para que, celebrando siempre el misterio de nuestra salvación
merezcamos alcanzar sus frutos eternos. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Además de éstas y otras cosas, pesa sobre mí diariamente la preocupación por todas las
comunidades cristianas.
De la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios: 11, 18. 21-30
Hermanos: Ya que otros presumen de cosas humanas, yo también voy a presumir de ellas. Porque
de cualquier cosa que alguien presume, aunque sea una insensatez lo que digo, también yo puedo
presumir.
¿Ellos presumen de que son hebreos? Yo también lo soy. ¿De que son israelitas? Yo también lo
soy. ¿De que son descendientes de Abraham? Yo también lo soy. ¿De que sirven a Cristo? Es una
locura decirlo, pero yo lo sirvo más: yo les gano en fatigas y cárceles; y les gano por mucho en
azotes y en peligros de muerte.
Cinco veces me han dado los judíos los treinta y nueve azotes. Otras tres veces me han azotado
con varas y una vez me han apedreado. He naufragado tres veces y me he pasado un día y una
noche perdido en el mar.
He viajado sin descanso y me he visto en peligros en los ríos y entre ladrones; peligros por parte
de los de mi raza y por parte de los paganos; peligros en las ciudades y en despoblado, en el mar y
entre falsos hermanos. He andado muerto de cansancio; he pasado muchas noches sin dormir,
con hambre y sed; muchos días sin comer, con frío y sin ropa.
Además de éstas y otras cosas, pesa sobre mí diariamente la preocupación por todas las
comunidades cristianas. ¿Quién se enferma en ellas sin que yo no me enferme? ¿Quién cae en
pecado sin que yo no me consuma de dolor? Si se trata de presumir, presumiré de mis
debilidades. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No acumulen ustedes tesoros en la tierra, donde la
polilla y el moho los destruyen, donde los ladrones perforan las paredes y se los roban. Más bien
acumulen tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el moho los destruyen, ni hay ladrones que
perforen las paredes y se los roben; porque donde está tu tesoro, ahí también está tu corazón. Tus
ojos son la luz de tu cuerpo; de manera que, si tus ojos están sanos, todo tu cuerpo tendrá luz.
Pero si tus ojos están enfermos, todo tu cuerpo tendrá oscuridad. Y si lo que en ti debería ser luz,
no es más que oscuridad, ¡qué negra no será tu propia oscuridad!". Palabra del Señor. Gloria a ti,
Señor Jesús.
Al presentarte nuestras ofrendas, te suplicamos, Señor, que por medio de estos misterios, nos
acerquemos a Jesús, y renovemos la acción salvadora de su Sangre. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
El cáliz de nuestra acción de gracias, nos une a todos en la Sangre de Cristo; y el pan que
partimos, nos une a todos en el Cuerpo del Señor.
Habiendo sido reconfortados con el alimento y la bebida de salvación, te pedimos, Señor, que nos
purifiques siempre con la Sangre de nuestro Salvador, y que la conviertas en fuente de agua que
brote para darnos vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
SÁBADO 18
Vísperas I de mañana. todo propio. Tomo III: p. 649. Para los fieles: p. 372. Edición popular:
pp. 289 y 454. Feria (Verde)
PORQUE CUANDO SOY DÉBIL, ENTONCES SOY FUERTE
Busquen primero el reino de Dios, y todo lo demás vendrá en seguida. Palabras más, palabras
menos, ese es el mensaje final del capítulo sexto de san Mateo. Efectivamente los discípulos de
Jesús que aprenden a reorganizar su vida de acuerdo a los criterios del reinado de Dios, van
relativizando los valores secundarios, es decir, el bienestar personal, la seguridad, el consumo y
otros tantos, para ocuparse de manera preferente de las opciones del Reino. San Pablo vivió esa
experiencia y tal como lo testimonia en alguna carta, realizó un profundo reajuste en su vida, que le
permitió despojarse de lo periférico y aferrarse a lo esencial: la misión que daba sentido a su vida.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Dichosa tú, Virgen María, que llevaste en tu seno al creador del universo; diste a luz al que te creó,
y permaneces virgen para siempre.
ORACIÓN COLECTA
Padre eterno, Dios nuestro, que has puesto en la Virgen María el trono real de tu Sabiduría, ilumina
a la Iglesia con la luz de la Palabra que da vida, para que en el resplandor de la verdad caminemos
hasta el pleno conocimiento de tu misterio de amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive
y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
De la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios: 12, 1-10
Hermanos: Si hace falta presumir (aunque nada se saca con ello), hablaré de las visiones y
revelaciones del Señor. Sé de un hombre que hace catorce años fue arrebatado hasta el tercer
cielo (si fue con el cuerpo o sin el cuerpo, no lo sé, Dios lo sabe). Lo cierto es que ese hombre fue
arrebatado al paraíso (si fue con el cuerpo o sin el cuerpo, no lo sé, Dios lo sabe) y oyó palabras
misteriosas que el hombre no puede pronunciar.
De ese hombre sí podría gloriarme; pero en cuanto a mí, sólo me gloriaré de mis debilidades. Si
pretendiera, pues, gloriarme, no sería insensato, diría la pura verdad. Pero me abstengo de ello, no
sea que alguien se forme de mí una idea superior a lo que en mí ve o de mí escucha.
Y por eso, para que yo no me llene de soberbia por la sublimidad de las revelaciones que he
tenido, llevo una espina clavada en mi carne, un enviado de Satanás, que me abofetea para
humillarme. Tres veces le he pedido al Señor que me libre de esto, pero Él me ha respondido: "Te
basta mi gracia, porque mi poder se manifiesta en la debilidad".
Así pues, de buena gana prefiero gloriarme de mis debilidades, para que se manifieste en mí el
poder de Cristo. Por eso me alegro de las debilidades, los insultos, las necesidades, las
persecuciones y las dificultades que sufro por Cristo, porque cuando soy más débil, soy más
fuerte. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Nadie puede servir a dos amos, porque odiará a uno
y amará al otro, o bien obedecerá al primero y no le hará caso al segundo. En resumen, no pueden
ustedes servir a Dios y al dinero.
Por eso les digo que no se preocupen por su vida, pensando qué comerán o con qué se vestirán.
¿Acaso no vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Miren las aves del
cielo, que ni siembran, ni cosechan, ni guardan en graneros y, sin embargo, el Padre celestial las
alimenta. ¿Acaso no valen ustedes más que ellas? ¿Quién de ustedes, a fuerza de preocuparse,
puede prolongar su vida siquiera un momento?
¿Y por qué se preocupan del vestido? Miren cómo crecen los lirios del campo, que no trabajan ni
hilan. Pues bien, yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vestía como uno
de ellos. Y si Dios viste así a la hierba del campo, que hoy florece y mañana es echada al horno,
¿no hará mucho más por ustedes, hombres de poca fe?
No se inquieten, pues, pensando: ¿Qué comeremos o qué beberemos o con qué nos vestiremos?
Los que no conocen a Dios se desviven por todas estas cosas; pero el Padre celestial ya sabe que
ustedes tienen necesidad de ellas. Por consiguiente, busquen primero el Reino de Dios y su
justicia, y todas estas cosas se les darán por añadidura. No se preocupen por el día de mañana,
porque el día de mañana traerá ya sus propias preocupaciones. A cada día le bastan sus propios
problemas". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
DOMINGO 19
LA SANTÍSIMA TRINIDAD
Esta presentación de Dios destaca uno de sus rasgos más sobresalientes, a saber, su
magnanimidad y enorme compasión. Si nos atenemos a la lógica de las imágenes del Éxodo
podemos decir que Dios tiene un brazo desmedidamente amplio para compadecer y perdonar a
sus fieles y un brazo muy corto para castigarlos. Esa misma experiencia es la que nos comunica el
Señor Jesús en el evangelio. Su venida al mundo obedece a un plan de salvación. El Hijo no vino
para excluir ni marginar a nadie. Dios está tan dispuesto a hacer partícipes de su amistad y
compañía a todos, que reitera una y mil veces los llamados a la conversión y al reencuentro. Jesús
vive plenamente su misión: ser el signo y el llamamiento permanente de Dios para todos los
desesperados y afligidos.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Bendito sea Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, porque nos ha mostrado un amor inmenso.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios Padre, que al enviar al mundo al Verbo de verdad y al Espíritu de santidad, revelaste a los
hombres tu misterio admirable, concédenos que al profesar la fe verdadera, reconozcamos la gloria
de la eterna Trinidad y adoremos la unidad de su majestad omnipotente. Por nuestro Señor
Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
En aquellos días, Moisés subió de madrugada al monte Sinaí, llevando en la mano las dos tablas
de piedra, como le había mandado el Señor. El Señor descendió en una nube y se le hizo
presente.
Moisés pronunció entonces el nombre del Señor, y el Señor, pasando delante de él, proclamó: "Yo
soy el Señor, el Señor Dios, compasivo y clemente, paciente, misericordioso y fiel". Al instante,
Moisés se postró en tierra y lo adoró, diciendo: "Si de veras he hallado gracia a tus ojos, dígnate
venir ahora con nosotros, aunque este pueblo sea de cabeza dura; perdona nuestras iniquidades y
pecados, y tómanos como cosa tuya". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Hermanos: Estén alegres, trabajen por su perfección, anímense mutuamente, vivan en paz y
armonía. Y el Dios del amor y de la paz estará con ustedes. Salúdense los unos a los otros con el
saludo de paz. Los saludan todos los fieles. La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del
Padre y la comunión del Espíritu Santo estén siempre con ustedes. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
Dios envió a su Hijo al mundo para que el mundo se salvara por Él.
"Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no
perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino
para que el mundo se salvara por Él. El que cree en Él no será condenado; pero el que no cree ya
está condenado, por no haber creído en el Hijo único de Dios". Palabra del Señor. T. Gloria a ti,
Señor Jesús.
Credo
ORACIÓN UNIVERSAL
Presentemos ahora nuestra oración ante Dios, por nosotros, por la Iglesia y por toda la humanidad.
A cada petición diremos: Te rogamos, óyenos.
1. Por la Iglesia, por todas las comunidades cristianas extendidas por el mundo entero. Oremos.
2. Por el papa Benedicto, por nuestro obispo N., por los presbíteros y diáconos, y por todos los que
ejercen alguna responsabilidad en la Iglesia. Oremos.
3. Por los monjes y monjas, llamados a dar testimonio de la vida y la gracia de Dios en nuestra
sociedad. Oremos.
4. Por las naciones que están en guerra, por las personas que sufren a causa de la pobreza y de la
injusticia. Oremos.
5. Por los papás, que sepan ser verdaderos testigos del Evangelio para sus hijos. Oremos.
6. Por nosotros, por nuestros familiares y amigos, por nuestros vecinos, por nuestros compañeros
de trabajo. Oremos.
Escucha nuestra oración, Señor y Padre nuestro, y danos siempre tu Espíritu. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Por la invocación de tu nombre, santifica, Señor, estos dones que te presentamos y transfórmanos
por ellos en una continua oblación a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Que con tu único Hijo y el Espíritu Santo, eres un
solo Dios, un solo Señor, no en la singularidad de una sola persona, sino en la unidad de una sola
substancia. Y lo que creemos de tu gloria, porque tú lo revelaste, eso mismo lo afirmamos de tu
Hijo y también del Espíritu Santo, sin diferencia ni distinción. De modo que al proclamar nuestra fe
en la verdadera y eterna divinidad, adoramos a tres personas distintas, en la unidad de un solo ser
e iguales en su majestad. A quien alaban los ángeles y los arcángeles, y todos los coros
celestiales, que no cesan de aclamarte con una sola voz: Santo, Santo, Santo...
Porque ustedes son hijos de Dios, Dios infundió en sus corazones el Espíritu de su Hijo, que
clama: Padre.
LUNES 20
Abrahán (Abram) no puso en entredicho las promesas divinas. No se juzgó capaz de reclamarle
mayores evidencias al Dios de sus padres. Se confió sin dudarlo y emprendió la ruta hacia lo
desconocido. Su esperanza pronto se vería colmada. El exhorto del primer evangelio nos alerta a
mantener la boca cerrada antes de emitir juicios apresurados contra nuestros hermanos. En todo
caso, quien se considere habilitado para ocuparse de valorar el comportamiento de los demás,
tendría que ejercer primero una autocrítica honesta y severa de sus propios fallos. O como dijera el
proverbio oriental: el sabio tiene un oído grande y una boca chica.
Firmeza es el Señor para su pueblo, defensa y salvación para sus fieles. Sálvanos, Señor, vela
sobre nosotros y guíanos siempre.
ORACIÓN COLECTA
Padre misericordioso, que nunca dejas de tu mano a quienes has hecho arraigar en tu amistad,
concédenos vivir siempre movidos por tu amor y un filial temor de ofenderte. Por nuestro Señor
Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
En aquellos días, dijo el Señor a Abram: "Deja tu país, a tu parentela y la casa de tu padre, para ir
a la tierra que yo te mostraré. Haré nacer de ti un gran pueblo y te bendeciré. Engrandeceré tu
nombre y tú mismo serás una bendición. Bendeciré a los que te bendigan, maldeciré a los que te
maldigan. En ti serán bendecidos todos los pueblos de la tierra".
Abram partió, como se lo había ordenado el Señor, y con él partió también Lot. Tenía Abram
setenta y cinco años cuando salió de Jarán. Abram llevó consigo a Saray, su esposa, y a Lot, su
sobrino, con todos los bienes que habían acumulado y los esclavos que habían adquirido en Jarán,
y salieron en dirección a Canaán.
Llegaron a Canaán y Abram atravesó el país hasta la región de Siquem y llegó a la encina de
Moré. Por entonces habitaban ahí los cananeos. El Señor se le apareció a Abram y le dijo: "A tu
descendencia le voy a dar esta tierra". Entonces Abram edificó ahí un altar al Señor, que se le
había aparecido. De ahí pasó a las montañas, al oriente de Betel, y plantó su tienda entre las
ciudades de Betel, al poniente, y de Ay, al oriente. También ahí le construyó un altar al Señor e
invocó su nombre. Luego se fue trasladando por etapas hacia el sur. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No juzguen y no serán juzgados; porque así como
juzguen los juzgarán y con la medida que midan los medirán. ¿Por qué miras la paja en el ojo de tu
hermano y no te das cuenta de la viga que tienes en el tuyo? ¿Con qué cara le dices a tu hermano:
'Déjame quitarte la paja que llevas en el ojo', cuando tú llevas una viga en el tuyo? ¡Hipócrita!
Sácate primero la viga que tienes en el ojo, y luego podrás ver bien para sacarle a tu hermano la
paja que lleva en el suyo". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Acepta, Señor, este sacrificio de reconciliación y alabanza que vamos a ofrecerte, a fin de que
purifique nuestros corazones y podamos corresponder a tu amor con nuestro amor. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Los ojos de todos los hombres te miran, Señor, llenos de esperanza, y tú das a cada uno su
alimento.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, tú que nos has renovado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, concédenos que la
participación en esta Eucaristía nos ayude a obtener la plenitud de la redención. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
MARTES 21
El relato del Génesis aborda un conflicto por territorios entre los pastores de Abrahán (Abram) y los
pastores de Lot. Abrahán razona acertadamente preservando el valor de la fraternidad por encima
de los terrenos. Procedió con magnanimidad dejando que su sobrino eligiera la mejor parte. El
evangelio de san Mateo recomienda practicar la famosa regla de oro: "traten a los demás como
ustedes quieren que ellos los traten". El patriarca Abrahán se anticipó a vivir con su sobrino la
generosidad que él deseaba recibir. En una palabra, Abrahán transitó por la puerta angosta que
conduce a la salvación.
El que tiene manos inocentes y puro el corazón, subirá al monte del Señor y permanecerá en su
recinto sagrado.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que en la vida de san Luis Gonzaga quisiste dejarnos un modelo de pureza y en su
muerte, un ejemplo heroico de servicio al prójimo, por sus méritos e intercesión, concede a quienes
no hemos sabido imitar su inocencia, que podamos imitar su caridad. Por nuestro Señor
Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Abram era muy rico en ganado, plata y oro. También Lot, que acompañaba a Abram, poseía
ovejas, vacas y tiendas. La tierra no era suficiente para los dos y ya no podían vivir juntos, porque
sus rebaños habían aumentado mucho. Hubo pleitos entre los pastores de Abram y los de Lot.
(Además, los cananeos y los pereceos, habitaban por entonces en el país).
Entonces Abram le dijo a Lot: "Que no haya pleitos entre tú y yo ni entre nuestros pastores, pues tú
y yo somos hermanos. Tienes todo el país por delante. Sepárate de mí. Si te vas por la izquierda,
yo me iré por la derecha; y si tú tomas la derecha, yo tomaré la izquierda".
Lot levantó los ojos y vio que todo el valle del Jordán, hasta llegar a Soar, era de regadío (esto
sucedía antes de que el Señor destruyera a Sodoma y Gomorra); era como el paraíso o como la
región fértil de Egipto. Entonces Lot escogió todo el valle del Jordán y se trasladó al oriente, y así
se apartaron el uno del otro. Abram se estableció en Canaán, y Lot en las ciudades del valle,
donde plantó sus tiendas hasta Sodoma. Los habitantes de Sodoma eran malvados y pecaban
gravemente contra el Señor.
Después de que Lot se separó, el Señor le dijo a Abram: "Alza tus ojos y, desde el lugar en donde
estás, mira hacia el norte y el sur, hacia el oriente y el poniente. Pues bien, toda la tierra que ves te
la voy a dar a ti y a tus descendientes para siempre.
Voy a hacer a tu descendencia tan numerosa como el polvo de la tierra: el que pueda contar el
polvo de la tierra, podrá contar a tus descendientes. Anda, recorre el país a lo largo y a lo ancho,
porque te lo voy a dar a ti".
Y Abram fue a plantar sus tiendas en el encinar de Mambré, en Hebrón y construyó ahí un altar al
Señor. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Traten a los demás como quieren que ellos los traten a ustedes.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No den a los perros las cosas santas ni echen sus
perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen y después se vuelvan contra ustedes y los
despedacen. Traten a los demás como quieren que ellos los traten a ustedes. En esto se resumen
la ley y los profetas. Entren por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta y amplio el camino
que conduce a la perdición, y son muchos los que entran por él. Pero ¡qué estrecha es la puerta y
qué angosto el camino que conduce a la vida, y qué pocos son los que lo encuentran!". Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Concédenos, Señor, que a ejemplo de san Luis Gonzaga, participemos en esta Eucaristía con un
corazón libre de pecado, a fin de que recibamos la abundancia de tus dones. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
El Señor les envió pan del cielo y les dio a comer el pan de los fuertes.
Tú, que nos has alimentado con el pan de los fuertes, haz, Señor, que a ejemplo de san Luis
Gonzaga, te sirvamos con pureza y caridad y vivamos en continua acción de gracias. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
MIÉRCOLES 22
Santos: Paulino de Nola, obispo; Juan Fisher, obispo y mártir y Tomás Moro, mártir. Feria
(Verde)
El ritual sangriento que nos describe la primera lectura recoge las ceremonias de alianza que
celebraban los vecinos y antepasados de Abrahán (Abram). Quien se desentendiera de cumplir las
cláusulas pactadas sufriría un maltrato semejante al de las víctimas. Una ceremonia impresionante,
sin duda. Ni Dios ni Abrahán fallaron a sus compromisos; más aún en este relato se habla de un
compromiso unilateral: Dios entregará esa tierra a los descendientes del patriarca. En el evangelio,
el Señor Jesús nos alerta para que descubramos la continuidad entre las palabras y las acciones
de quienes pretenden hablarnos en nombre de Dios. Los profetas y maestros genuinos —tal como
lo dice el Señor— producen buenos frutos.
Si alguno, teniendo con qué vivir, ve a su hermano pasar necesidad, y sin embargo, no lo ayuda,
¿cómo habitará el amor de Dios en él?
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que diste un origen idéntico a todos los pueblos y quisiste formar con ellos una sola
familia, llena los corazones con el fuego de tu amor y suscita en todos los hombres el deseo de un
progreso justo y fraternal, a fin de que, con los bienes que has destinado para todos, se realice
cada uno como persona humana y, suprimida toda discriminación, reinen en el mundo la igualdad y
la justicia. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Abram creyó lo que el Señor le decía y, por esa fe, el Señor lo tuvo por justo, e hizo una alianza
con él.
En aquel tiempo, el Señor se le apareció a Abram y le dijo: "No temas, Abram. Yo soy tu protector,
y tu recompensa será muy grande". Abram le respondió: "Señor, Señor mío, ¿qué me vas a poder
dar, puesto que voy a morir sin hijos? Ya que no me has dado descendientes, un criado de mi casa
será mi heredero".
Pero el Señor le dijo: "Ése no será tu heredero, sino uno que saldrá de tus entrañas". Y haciéndolo
salir de la casa, le dijo: "Mira el cielo y cuenta las estrellas, si puedes". Luego añadió: "Así será tu
descendencia".
Abram creyó lo que el Señor le decía y, por esa fe, el Señor lo tuvo por justo. Entonces le dijo: "Yo
soy el Señor, el que te sacó de Ur, ciudad de los caldeos, para entregarte en posesión esta tierra".
Abram replicó: "Señor Dios, ¿cómo sabré que voy a poseerla?". Dios le dijo: "Tráeme una ternera,
una cabra y un carnero, todos de tres años; una tórtola y un pichón".
Tomó Abram aquellos animales, los partió por la mitad y puso las mitades una enfrente de la otra,
pero no partió las aves. Pronto comenzaron los buitres a descender sobre los cadáveres y Abram
los ahuyentaba.
Estando ya para ponerse el sol, Abram cayó en un profundo letargo, y un terror intenso y
misterioso se apoderó de él. Cuando se puso el sol, hubo densa oscuridad y sucedió que un
brasero humeante y una antorcha encendida, pasaron por entre aquellos animales partidos.
De esta manera hizo el Señor, aquel día, una alianza con Abram, diciendo: "A tus descendientes
doy esta tierra, desde el río de Egipto hasta el gran río Éufrates”. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Cuidado con los falsos profetas. Se acercan a
ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conocerán.
¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos? Todo árbol bueno da frutos buenos
y el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos y un árbol malo no
puede producir frutos buenos. Todo árbol que no produce frutos buenos es cortado y arrojado al
fuego. Así que por sus frutos los conocerán". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Acepta, Señor, los dones y plegarias de tu Iglesia y haz que todos los hombres se llenen del
espíritu de hijos de Dios, a fin de que, superadas por amor todas las desigualdades, lleguen los
pueblos a formar en tu paz una sola familia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
La tierra se sacia, Señor, de tu acción fecunda. Así sacas pan de los campos y vino que alegra el
corazón del hombre.
JUEVES 23
EL CUERPO Y LA SANGRE DE CRISTO
La comida es una de las necesidades básicas de las personas. A veces nos preocupa tanto que
dedicamos demasiado tiempo para conseguirla. Otras personas viven en condiciones tan adversas
que se podría afirmar que, viven para comer. En realidad, el libro del Deuteronomio, nos dice que
no basta con preocuparnos solamente por saciar nuestras necesidades materiales. El pasaje final
del discurso sobre el Pan de la vida, lo reafirma el Señor Jesús: Él ofrece un alimento que colma y
llena de sentido la existencia de sus discípulos. La plenitud de la vida se alcanza cuando se
aprende a vivir donándose como vivió Jesús. De ese alimento nos participa la Eucaristía y nos
anticipa el acceso a la vida que no acaba.
Alimentó a su pueblo con lo mejor del trigo y lo sació con miel sacada de la roca.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor nuestro Jesucristo, que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu pasión,
concédenos venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que
experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas con el
Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
En aquel tiempo, habló Moisés al pueblo y le dijo: "Recuerda el camino que el Señor, tu Dios, te ha
hecho recorrer estos cuarenta años por el desierto, para afligirte, para ponerte a prueba y conocer
si ibas a guardar sus mandamientos o no.
Él te afligió, haciéndote pasar hambre, y después te alimentó con el maná, que ni tú ni tus padres
conocían, para enseñarte que no sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que
sale de la boca de Dios.
No sea que te olvides del Señor, tu Dios, que te sacó de Egipto y de la esclavitud; que te hizo
recorrer aquel desierto inmenso y terrible, lleno de serpientes y alacranes; que en una tierra árida
hizo brotar para ti agua de la roca más dura, y que te alimentó en el desierto con un maná que no
conocían tus padres". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
El pan es uno y los que comemos de ese pan formamos un solo cuerpo.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 10, 16-17
Hermanos: El cáliz de la bendición con el que damos gracias, ¿no nos une a Cristo por medio de
su sangre? Y el pan que partimos, ¿no nos une a Cristo por medio de su cuerpo? El pan es uno, y
así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque todos comemos del mismo
pan. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SECUENCIA
(Puede omitirse o puede recitarse en forma abreviada, comenzando par la estrofa: "El pan que del
cielo baja ").
Al Salvador alabemos,
que es nuestro pastor y guía.
Alabémoslo con himnos
y canciones de alegría.
Isaac, el inocente,
es figura de este pan,
con el cordero de Pascua
y el misterioso mana.
Si lo parten, no te apures
solo parten lo exterior;
en el mínimo fragmento
entero late el Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: "Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma
de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo les voy a dar es mi carne para que el mundo
tenga vida".
Entonces los judíos se pusieron a discutir entre sí: "¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?".
Jesús les dijo: "Yo les aseguro: Si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no
podrán tener vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo lo
resucitaré el último día.
Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi
sangre, permanece en mí y yo en él. Como el Padre, que me ha enviado, posee la vida y yo vivo
por El, así también el que me come vivirá por mí.
Éste es el pan que ha bajado del cielo; no es como el maná que comieron sus padres, pues
murieron. El que come de este pan vivirá para siempre". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, concede a tu Iglesia los dones de la unidad y de la paz, simbolizados en las ofrendas
sacramentales que te presentamos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO I DE LA EUCARISTÍA
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación darte gracias y alabarte
siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor
nuestro.
El cual, verdadero y eterno sacerdote, al instituir el sacramento del sacrificio perdurable, se ofreció
a ti como víctima salvadora, y nos mandó que lo ofreciéramos como memorial suyo. Cuando
comemos su carne, inmolada por nosotros, quedamos fortalecidos; y cuando bebemos su sangre,
derramada por nosotros, quedamos limpios de nuestros pecados.
Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el
himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...
Concédenos, Señor, disfrutar eternamente del gozo de tu divinidad que ahora pregustamos, en la
comunión de tu Cuerpo y de tu Sangre. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
VIERNES 24
La conexión que plantea la liturgia es atinada, puesto que resalta los rasgos proféticos al
presentarnos a Juan Bautista. El texto de Isaías caracteriza a un profeta que congregará a Israel y
lo invitará a que escuche la palabra del Señor. En el libro de los Hechos la figura de Juan Bautista
emerge como el vocero que llamó la atención de sus oyentes para que se dispusieran a escuchar
"a quien venía detrás de él". El anuncio del nacimiento de Juan Bautista que nos comparte el
evangelio de san Lucas se cierra con un interrogante y una certeza. Un niño protegido desde los
primeros días de su vida por la mano de Dios era una señal importante. Era necesario estar
atentos a lo que dicho niño realizaría en el futuro.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que enviaste a san Juan Bautista para prepararle a Cristo, el Señor, un pueblo
dispuesto a recibirlo, alegra ahora a tu Iglesia con la abundancia de los dones del Espíritu y guíala
por el camino de la salvación y de la paz. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Escúchenme, islas; pueblos lejanos, atiéndanme. El Señor me llamó desde el vientre de mi madre;
cuando aún estaba yo en el seno materno, Él pronunció mi nombre.
Hizo de mi boca una espada filosa, me escondió en la sombra de su mano, me hizo flecha
puntiaguda, me guardó en su aljaba y me dijo: "Tú eres mi siervo, Israel; en ti manifestaré mi
gloria". Entonces yo pensé: "En vano me he cansado, inútilmente he gastado mis fuerzas; en
realidad mi causa estaba en manos del Señor, mi recompensa la tenía mi Dios". Ahora habla el
Señor, el que me formó desde el seno materno, para que fuera su servidor, para hacer que Jacob
volviera a El y congregar a Israel en torno suyo —tanto así me honró el Señor y mi Dios fue mi
fuerza—. Ahora, pues, dice el Señor: "Es poco que seas mi siervo sólo para restablecer a las tribus
de Jacob y reunir a los sobrevivientes de Israel; te voy a convertir en luz de las naciones, para que
mi salvación llegue hasta los últimos rincones de la tierra". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 138 R/. Te doy gracias, Señor, porque me has formado maravillosamente.
Tú me conoces, Señor, profundamente: tú conoces cuándo me siento y me levanto, desde lejos
sabes mis pensamientos, tú observas mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son
familiares. R/.
Tú formaste mis entrañas, me tejiste en el seno materno. Te doy gracias por tan grandes
maravillas; soy un prodigio y tus obras son prodigiosas. R/.
Conocías plenamente mi alma; no se te escondía mi organismo, cuando en lo oculto me iba
formando y entretejiendo en lo profundo de la tierra. R/.
Antes de que Jesús llegara, Juan predicó a todo Israel un bautismo de penitencia.
En aquellos días, Pablo les dijo a los judíos: "Hermanos: Dios les dio a nuestros padres como rey a
David, de quien hizo esta alabanza: He hallado a David, hijo de Jesé, hombre según mi corazón,
quien realizará todos mis designios.
Del linaje de David, conforme a la promesa, Dios hizo nacer para Israel un Salvador, Jesús. Juan
preparó su venida, predicando a todo el pueblo de Israel un bautismo de penitencia, y hacia el final
de su vida, Juan decía: 'Yo no soy el que ustedes piensan. Después de mí viene uno a quien no
merezco desatarle las sandalias'.
Hermanos míos, descendientes de Abraham, y cuantos temen a Dios: Este mensaje de salvación
les ha sido enviado a ustedes". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN (Lc 1, 76) R/. Aleluya, aleluya.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos
R/.
Juan es su nombre.
Por aquellos días, le llegó a Isabel la hora de dar a luz y tuvo un hijo. Cuando sus vecinos y
parientes se enteraron de que el Señor le había manifestado tan grande misericordia, se
regocijaron con ella.
A los ocho días fueron a circuncidar al niño y le querían poner Zacarías, como su padre; pero la
madre se opuso, diciéndoles: "No. Su nombre será Juan". Ellos le decían: "Pero si ninguno de tus
parientes se llama así".
Entonces le preguntaron por señas al padre cómo quería que se llamara el niño. El pidió una
tablilla y escribió: "Juan es su nombre". Todos se quedaron extrañados. En ese momento a
Zacarías se le soltó la lengua, recobró el habla y empezó a bendecir a Dios.
Un sentimiento de temor se apoderó de los vecinos, y en toda la región montañosa de Judea se
comentaba este suceso. Cuantos se enteraban de ello se preguntaban impresionados: "¿Qué va a
ser de este niño?". Esto lo decían, porque realmente la mano de Dios estaba con él. El niño se iba
desarrollando físicamente y su espíritu se iba fortaleciendo, y vivió en el desierto hasta el día en
que se dio a conocer al pueblo de Israel. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo
Acepta, Señor, este sacrificio que vamos a ofrecerte para celebrar el nacimiento de san Juan
Bautista, quien anunció la venida de nuestro Salvador y señaló su presencia entre los hombres.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias, siempre y en todo
lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Ya que en la persona de su precursor, Juan el Bautista, podemos alabar tu magnificencia, que lo
distinguió con particular honor entre todos los hombres.
Él fue, en su nacimiento, ocasión de gran júbilo y aun antes de nacer, saltó de gozo por la visita del
Salvador.
Sólo a él fue dado entre todos los profetas presentar al Cordero, Redentor del mundo.
Bautizó con el agua, que habría de quedar santificada, al mismo autor del bautismo, por quien
mereció dar el testimonio supremo de su sangre.
Por eso, unidos a los ángeles, te aclamamos llenos de alegría: Santo, Santo, Santo...
Por la misericordia entrañable de nuestro Dios, nos ha visitado la luz que nace de lo alto.
Señor, que la comunión que hemos recibido al celebrar el nacimiento del precursor de tu Hijo,
renueve en nosotros el amor y la fidelidad a Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
SÁBADO 25
Vísperas 1 del domingo: la semana del Salterio. Tomo III: p. 745. Para los fieles: p. 472.
Edición popular: pp. 13 y 469. Feria (Verde)
Las enfermedades, la vejez y la esterilidad no son fáciles de enfrentar. Quien las experimenta
procura encontrarles algún sentido desde su experiencia de fe. Abrahán y Sara anhelaban recibir
un hijo. Su edad avanzada parecía un obstáculo humanamente insuperable. Dios, que es Señor de
la vida, haría caso omiso de la incredulidad de Sara y cumpliría su promesa. En el evangelio
encontramos a varios personajes que se acercan a Jesús con la intención de conseguir salud para
sí o para sus familiares. Jesús accede a atenderlos porque sabe que Dios ama a los que sufren y
se compadece gustosamente. Las curaciones que el Señor realiza son la señal más clara de que
Dios soberano viene a aliviar el sufrimiento de su pueblo.
María, el Altísimo te ha bendecido más que a todas las mujeres de la tierra, y de tal manera te ha
glorificado, que los hombres no cesan de alabarte.
ORACIÓN COLECTA
Dios santo y misericordioso, que te complaces en los humildes y realizas en ellos, por medio de tu
Espíritu Santo, las maravillas de la salvación; mira la humildad de la Virgen María y danos un
corazón sencillo y humilde, que sepa responder positivamente a todo signo de tu voluntad. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios
por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
¿Hay algo difícil para Dios? Volveré a visitarte, y Sara tendrá un hijo.
Muchos vendrán de oriente y de occidente y se sentarán con Abraham, Isaac y Jacob en el Reino
de los cielos.
En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaúm, se le acercó un oficial romano y le dijo: "Señor,
tengo en mi casa un criado que está en cama, paralítico, y sufre mucho". Él le contestó: "Voy a
curarlo".
Pero el oficial le replicó: "Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa; con que digas una sola
palabra, mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis
órdenes; cuando le digo a uno: 've, él va; al otro: '¡Ven!', y viene; a mi criado: '¡Haz esto!', y lo
hace".
Al oír aquellas palabras, se admiró Jesús y dijo a los que lo seguían:
"Yo les aseguro que en ningún israelita he hallado una fe tan grande. Les aseguro que muchos
vendrán de oriente y de occidente y se sentarán con Abraham, Isaac y Jacob en el Reino de los
cielos. En cambio, a los herederos del Reino los echarán fuera, a las tinieblas. Ahí será el llanto y
la desesperación".
Jesús le dijo al oficial romano: "Vuelve a tu casa y que se te cumpla lo que has creído". Y en aquel
momento se curó el criado. Al llegar Jesús a la casa de Pedro, vio a la suegra de éste en cama,
con fiebre. Entonces la tomó de la mano y desapareció la fiebre. Ella se levantó y se puso a
servirles.
Al atardecer le trajeron muchos endemoniados. Él expulsó a los demonios con su palabra y curó a
todos los enfermos. Así se cumplió lo dicho por el profeta Isaías: Él hizo suyas nuestras
debilidades y cargó con nuestros dolores. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Me llamarán bienaventurada todas las generaciones, porque ha puesto Dios sus ojos en la
humildad de su esclava.
Habiendo recibido el sacramento celestial, te pedimos, Señor, que cuantos hemos celebrado con
veneración la memoria de la santísima Virgen María, merezcamos participar del banquete eterno.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
DOMINGO 26
Santos: Antelmo de Belley, obispo; Deodato de Nola, obispo. Beata María Josefina de Jesús
Crucificado, religiosa. (Verde)
Las relaciones y los vínculos familiares son expresión del amor. Una madre anciana y sin hijos
acoge al profeta Eliseo en sus correrías. Este viendo su angustia y su aflicción, se compadece de
ella y en nombre de Dios le anuncia que próximamente dará a luz a un hijo. Las relaciones
familiares son indudablemente valiosas. Sin embargo, el mensaje del evangelio nos anima a
relativizarlas poniéndolas por debajo del amor y la fidelidad a Dios. Quien experimenta el amor
excepcional del Padre, está dispuesto a despojarse de algo tan valioso como la propia vida, para
entregarla sin reservas a fin de que otros tengan vida.
ORACIÓN COLECTA
Padre de bondad, que por medio de tu gracia nos has hecho hijos de la luz, concédenos vivir fuera
de las tinieblas del error y permanecer siempre en el esplendor de la verdad. Por nuestro Señor
Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Un día pasaba Eliseo por la ciudad de Sunem y una mujer distinguida lo invitó con insistencia a
comer en su casa. Desde entonces, siempre que Eliseo pasaba por ahí, iba a comer a su casa. En
una ocasión, ella le dijo a su marido: "Yo sé que este hombre, que con tanta frecuencia nos visita,
es un hombre de Dios. Vamos a construirle en los altos una pequeña habitación. Le pondremos allí
una cama, una mesa, una silla y una lámpara, para que se quede allí, cuando venga a visitarnos".
Así se hizo y cuando Eliseo regresó a Sunem, subió a la habitación y se recostó en la cama.
Entonces le dijo a su criado:
"¿Qué podemos hacer por esta mujer?". El criado le dijo:
"Mira, no tiene hijos y su marido ya es un anciano". Entonces dijo Eliseo: "Llámala". El criado la
llamó y ella, al llegar, se detuvo en la puerta. Eliseo le dijo: "El año que viene, por estas mismas
fechas, tendrás un hijo en tus brazos". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
El bautismo nos sepultó con Cristo para que llevemos una vida nueva.
Hermanos: Todos los que hemos sido incorporados a Cristo Jesús por medio del bautismo, hemos
sido incorporados a su muerte. En efecto, por el bautismo fuimos sepultados con Él en su muerte,
para que, así como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también
nosotros llevemos una vida nueva.
Por lo tanto, si hemos muerto con Cristo, estamos seguros de que también viviremos con Él; pues
sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya nunca morirá. La muerte ya no
tiene dominio sobre Él, porque al morir, murió al pecado de una vez para siempre, y al resucitar
vive ahora para Dios. Lo mismo ustedes, considérense muertos al pecado y vivos para Dios en
Cristo Jesús, Señor nuestro. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
El que no toma su cruz, no es digno de mí. Quien los recibe a ustedes me recibe a mí.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: "El que ama a su padre o a su madre más que a mí,
no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no
toma su cruz y me sigue, no es digno de mí.
El que salve su vida la perderá y el que la pierda por mí, la salvará.
Quien los recibe a ustedes me recibe a mí; y quien me recibe a mí, recibe al que me ha enviado.
El que recibe a un profeta por ser profeta, recibirá recompensa de profeta; el que recibe a un justo
por ser justo, recibirá recompensa de justo.
Quien diere, aunque no sea más que un vaso de agua fría a uno de estos pequeños, por ser
discípulo mío, yo les aseguro que no perderá su recompensa". Palabra del Señor. Gloria a ti,
Señor Jesús.
Credo
PLEGARIA UNIVERSAL
Concédenos, Señor, participar dignamente en esta Eucaristía por medio de la cual tú te dignas
hacernos partícipes de los frutos de la redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.
Padre, te ruego por ellos, para que sean uno en nosotros, a fin de que el mundo crea que tú me
has enviado, dice el Señor.
Que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, que hemos ofrecido en sacrificio y recibido en comunión,
sean para nosotros principio de vida nueva, a fin de que, unidos a ti por el amor, demos frutos que
permanezcan para siempre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
LUNES 27
ANTÍFONA DE ENTRADA
Dichosa tú, Virgen María, que llevaste en tu seno al creador del universo; diste a luz al que te creó,
y permaneces virgen para siempre.
ORACIÓN COLECTA
Señor nuestro Jesucristo, que en tu santísima Madre, la Virgen María, has querido darnos una
madre dispuesta siempre a socorrernos, concédenos, por su intercesión maternal, experimentar en
nosotros los frutos de tu redención. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu
Santo y eres Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Los tres hombres que habían estado con Abraham se pusieron de pie y se encaminaron hacia
Sodoma. Abraham los acompañaba para despedirlos. El Señor dijo entonces: "¿Acaso le voy a
ocultar a Abraham lo que voy a hacer, siendo así que se va a convertir en un pueblo grande y
poderoso y van a ser benditos en él todos los pueblos de la tierra? Yo lo he escogido para que
enseñe a sus hijos y a sus descendientes a cumplir mi voluntad, haciendo lo que es justo y recto, y
así cumpliré lo que le he prometido".
Después el Señor dijo: "El clamor contra Sodoma y Gomorra es grande y su pecado es demasiado
grave. Bajaré, pues, a ver si sus hechos corresponden a ese clamor; y si no, lo sabré".
Los hombres que estaban con Abraham se despidieron de él y se encaminaron hacia Sodoma.
Abraham se quedó ante el Señor y le preguntó: "¿Será posible que tú destruyas al inocente junto
con el culpable? Supongamos que hay cincuenta justos en la ciudad, ¿acabarás con todos ellos y
no perdonarás al lugar en atención a esos cincuenta justos? Lejos de ti tal cosa: matar al inocente
junto con el culpable, de manera que la suerte del justo sea como la del malvado; eso no puede
ser. ¿El juez de todo el mundo no hará justicia?". El Señor le contestó: "Si encuentro en Sodoma
cincuenta justos, perdonaré a toda la ciudad en atención a ellos".
Abraham insistió: "Me he atrevido a hablar a mi Señor, yo que soy polvo y ceniza. Supongamos
que faltan cinco para los cincuenta justos, ¿por esos cinco que faltan, destruirás toda la ciudad?". Y
le respondió el Señor: "No la destruiré, si encuentro allí cuarenta y cinco justos".
Abraham volvió a insistir: "Quizá no se encuentren allí más que cuarenta". El Señor le respondió:
"En atención a los cuarenta, no lo haré".
Abraham siguió insistiendo: "Que no se enoje mi Señor, si sigo hablando. ¿Y si hubiera treinta?". El
Señor le dijo: "No lo haré, si hay treinta".
Abraham insistió otra vez: "Ya que me he atrevido a hablar a mi Señor, ¿y si se encuentran sólo
veinte?". El Señor le respondió: "En atención a los veinte, no la destruiré". Abraham continuó: "No
se enoje mi Señor, hablaré sólo una vez más. ¿Y si se encuentran sólo diez?". Contestó el Señor:
"Por esos diez, no destruiré la ciudad".
Cuando terminó de hablar con Abraham, el Señor se fue y Abraham volvió a su casa. Palabra de
Dios. Te alabamos, Señor.
Sígueme.
En aquel tiempo, al ver Jesús que la multitud lo rodeaba, les ordenó a sus discípulos que cruzaran
el lago hacia la orilla de enfrente.
En ese momento se le acercó un escriba y le dijo: "Maestro, te seguiré a dondequiera que vayas".
Jesús le respondió: "Las zorras tienen madrigueras y las aves del cielo, nidos; pero el Hijo del
hombre no tiene en donde reclinar la cabeza".
Otro discípulo le dijo: "Señor, permíteme ir primero a enterrar a mi padre". Pero Jesús le respondió:
"Tú sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos". Palabra del Señor. Gloria a ti,
Señor Jesús.
MARTES 28
Santos: Ireneo de Lyon, obispo; Pablo I, Papa; Juan Southwork, mártir. Memoria (Rojo)
Misa matutina
ANTÍFONA DE ENTRADA
Este santo luchó hasta la muerte por la ley de Dios y no se aterrorizó ante la amenaza de los
impíos, pues estaba afianzado sobre roca firme.
ORACIÓN COLECTA
Señor, tú que llamaste al obispo san Ireneo a defender tu verdad y a traer la paz a tu Iglesia,
aumenta en nosotros la fe y la caridad a fin de que nos esforcemos siempre por fomentar la unidad
y la concordia entre los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Aquel día, al rayar el alba, los ángeles apresuraban a Lot diciéndole: "Vamos; toma a tu esposa y a
tus dos hijas, para que no perezcas a causa de los pecados de Sodoma".
Como Lot no se decidía, los tomaron de la mano a él, a su mujer y a sus dos hijas, los sacaron de
su casa y los condujeron fuera de la ciudad, porque el Señor los perdonaba. Cuando estaban
fuera, uno de los ángeles le dijo: "Ponte a salvo, no mires hacia atrás, no te detengas en el valle;
ponte a salvo en los montes para que no perezcas".
Lot le respondió: "No, te lo ruego. Tú me has favorecido a mí, tratándome con gran misericordia al
salvarme la vida; pero yo no podré sobrevivir en los montes, pues la desgracia me alcanzaría ahí y
moriría. Mira, aquí cerca hay una ciudad pequeña, en donde puedo refugiarme y salvar la vida.
¿Verdad que es pequeña y puedo vivir en ella?".
El ángel le contestó: "Accedo a lo que me pides, no arrasaré esa ciudad que dices. Aprisa, ponte a
salvo, pues no puedo hacer nada hasta que llegues allá". Por eso la ciudad se llamó Soar. El sol
salía cuando Lot llegó a Soar. El Señor hizo llover desde el cielo azufre y fuego sobre Sodoma y
Gomorra. Arrasó aquellas ciudades y todo el valle, con los habitantes de las ciudades y la hierba
del campo. La mujer de Lot miró hacia atrás y se convirtió en estatua de sal.
Abraham se levantó de mañana y se dirigió al sitio donde había estado con el Señor. Miró en
dirección de Sodoma y Gomorra toda la extensión del valle, y vio una gran humareda que salía del
suelo, como el humo de un horno. Así, cuando el Señor destruyó las ciudades del valle y arrasó las
ciudades en las que Lot había vivido, se acordó de Abraham y libró a Lot de la catástrofe. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Dio una orden terminante a los vientos y al mar, y sobrevino una gran calma.
En aquel tiempo, Jesús subió a una barca junto con sus discípulos. De pronto se levantó en el mar
una tempestad tan fuerte, que las olas cubrían la barca; pero Él estaba dormido. Los discípulos lo
despertaron, diciéndole: "Señor, ¡sálvanos, que perecemos!".
Él les respondió: "¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?". Entonces se levantó, dio una
orden terminante a los vientos y al mar, y sobrevino una gran calma. Y aquellos hombres,
maravillados, decían: "¿Quién es éste, a quien hasta los vientos y el mar obedecen?". Palabra del
Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Que esta Eucaristía con la que celebramos, Señor, la fiesta de san Ireneo, te glorifique a ti y
aumente en nosotros el amor a la verdad, a fin de que permanezcamos firmes en la fe y en la
unidad de tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, que tome su cruz y que me siga,
dice el Señor.
Que la participación en este sacramento nos comunique, Señor, la fe viva por la que gloriosamente
murió san Ireneo, a fin de que podamos vivir como verdaderos discípulos de Cristo, que vive y
reina por los siglos de los siglos.
MIÉRCOLES 29
Esta Misa se utiliza la tarde del 28 de junio, antes o después de las primeras vísperas de la
solemnidad.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Celebremos con alegría la fiesta de san Pedro, el príncipe de los Apóstoles, y de san Pablo, el
Apóstol de los gentiles, porque ellos nos trasmitieron el Evangelio de Cristo.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que quisiste confiar a tus santos apóstoles, Pedro y Pablo, la misión de guiar y
proteger los primeros pasos de tu Iglesia, concédenos, por su poderosa intercesión, la ayuda
necesaria para alcanzar la salvación eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
En aquel tiempo, Pedro y Juan subieron al templo para la oración vespertina, a eso de las tres de
la tarde. Había allí un hombre lisiado de nacimiento, a quien diariamente llevaban y ponían ante la
puerta llamada la "Hermosa", para que pidiera limosna a los que entraban en el templo.
Aquel hombre, al ver a Pedro y a Juan cuando iban a entrar, les pidió limosna. Pedro y Juan fijaron
en él los ojos, y Pedro le dijo: "Míranos". El hombre se quedó mirándolos en espera de que le
dieran algo. Entonces Pedro le dijo: "No tengo ni oro ni plata, pero te voy a dar lo que tengo: En el
nombre de Jesucristo nazareno, levántate y camina". Y, tomándolo de la mano, lo incorporó.
Al instante sus pies y sus tobillos adquirieron firmeza. De un salto se puso de pie, empezó a andar
y entró con ellos al templo caminando, saltando y alabando a Dios.
Todo el pueblo lo vio caminar y alabar a Dios, y al darse cuenta de que era el mismo que pedía
limosna sentado junto a la puerta "Hermosa" del templo, quedaron llenos de miedo y no salían de
su asombro por lo que había sucedido. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Hermanos: Les hago saber que el Evangelio que he predicado, no proviene de los hombres, pues
no lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo.
Ciertamente ustedes han oído hablar de mi conducta anterior en el judaísmo, cuando yo perseguía
encarnizadamente a la Iglesia de Dios, tratando de destruirla; deben saber que me distinguía en el
judaísmo, entre los jóvenes de mi pueblo y de mi edad, porque los superaba en el celo por las
tradiciones paternas.
Pero Dios me había elegido desde el seno de mi madre, y por su gracia me llamó. Un día quiso
revelarme a su Hijo, para que yo lo anunciara entre los paganos. Inmediatamente, sin solicitar
ningún consejo humano y sin ir siquiera a Jerusalén para ver a los apóstoles anteriores a mí, me
trasladé a Arabia y después regresé a Damasco. Al cabo de tres años fui a Jerusalén, para ver a
Pedro y estuve con él quince días. No vi a ningún otro de los apóstoles, excepto a Santiago, el
pariente del Señor.
Y Dios es testigo de que no miento en lo que les escribo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
En aquel tiempo, le preguntó Jesús a Simón Pedro: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que
éstos?". Él le contestó: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis corderos".
Por segunda vez le preguntó: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". Él le respondió: "Sí, Señor, tú
sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Pastorea mis ovejas".
Por tercera vez le preguntó: "Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?". Pedro se entristeció de que
Jesús le hubiera preguntado por tercera vez si lo quería, y le contestó: "Señor, tú lo sabes todo; tú
bien sabes que te quiero".
Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas. Yo te aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías la ropa
e ibas a donde querías; pero cuando seas viejo, extenderás los brazos y otro te ceñirá y te llevará a
donde no quieras". Esto se lo dijo para indicarle con qué género de muerte habría de glorificar a
Dios. Después le dijo: "Sígueme". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo
Que este santo sacrificio que vamos a ofrecerte en la solemnidad de los apóstoles Pedro y Pablo,
nos llene, Señor, de alegría, al comprender la infinita misericordia con que has querido perdonar
nuestros pecados. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque la fiesta de tus santos Apóstoles nos llena de júbilo. Pedro es nuestro guía en la fe que
profesamos; Pablo, expositor preclaro de tus misterios. Pedro consolidó la Iglesia primitiva con los
israelitas que creyeron; Pablo fue preceptor y maestro de los paganos, que Dios quería llamar a su
Iglesia.
Así, después de haber congregado por caminos diversos a la familia de Cristo, esa misma familia
los asocia ahora en su veneración con una sola corona.
Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos, proclamando sin cesar: Santo, Santo,
Santo...
Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos? Señor, tú lo conoces todo; tú sabes que te amo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Fortalece, Señor, a tus fieles, por medio de este sacramento y confírmanos en la verdad que nos
ha trasmitido la predicación de los Apóstoles. Por Jesucristo, nuestro Señor.
La narración de la milagrosa liberación del apóstol san Pedro nos reafirma lo que ya sabemos. Dios
no desampara a los suyos, al contrario, atiende benévolamente las súplicas de los creyentes que
oraron intensamente a Dios, para que lo librara de la prepotencia de Herodes. La Carta a Timoteo
nos comparte el testimonio satisfecho del apóstol San Pablo que ve llegar el final de su misión y
agradece la asistencia del Señor que lo sostuvo en medio de la adversidad. El evangelio nos
presenta al Señor Jesús encargándole a Simón, la función de ser la roca y el cimiento de la fe para
sus hermanos. Como Pedro siguió y conoció de cerca a Jesús podrá animar a sus hermanos a
mantenerse firmes, a pesar de las fracturas e infidelidades.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Demos gracias a Dios en esta festividad de san Pedro y san Pablo, que con su sangre fecundaron
a la Iglesia, participaron de la pasión del Señor y se convirtieron en amigos suyos.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que nos llenas de santa alegría con la solemnidad de los santos apóstoles Pedro y
Pablo, haz que tu Iglesia se mantenga siempre fiel a las enseñanzas de estos apóstoles, de
quienes recibió el primer anuncio de la fe. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Ahora sí estoy seguro de que el Señor envió a su ángel, para librarme de las manos de Herodes.
En aquellos días, el rey Herodes mandó apresar a algunos miembros de la Iglesia para
maltratarlos. Mandó pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan, y viendo que eso agradaba a
los judíos, también hizo apresar a Pedro. Esto sucedió durante los días de la fiesta de los panes
Ázimos. Después de apresarlo, lo hizo encarcelar y lo puso bajo la vigilancia de cuatro turnos de
guardia, de cuatro soldados cada turno. Su intención era hacerlo comparecer ante el pueblo
después de la Pascua. Mientras Pedro estaba en la cárcel, la comunidad no cesaba de orar a Dios
por él.
La noche anterior al día en que Herodes iba a hacerlo comparecer ante el pueblo, Pedro estaba
durmiendo entre dos soldados, atado con dos cadenas y los centinelas cuidaban la puerta de la
prisión. De pronto apareció el ángel del Señor y el calabozo se llenó de luz. El ángel tocó a Pedro
en el costado, lo despertó y le dijo: "Levántate pronto". Entonces las cadenas que le sujetaban las
manos se le cayeron. El ángel le dijo: "Cíñete la túnica y ponte las sandalias", y Pedro obedeció.
Después le dijo: "Ponte el manto y sígueme". Pedro salió detrás de él, sin saber si era verdad o no
lo que el ángel hacía, y le parecía más bien que estaba soñando. Pasaron el primero y el segundo
puesto de guardia y llegaron a la puerta de hierro que daba a la calle. La puerta se abrió sola
delante de ellos. Salieron y caminaron hasta la esquina de la calle y de pronto el ángel
desapareció.
Entonces, Pedro se dio cuenta de lo que pasaba y dijo: "Ahora sí estoy seguro de que el Señor
envió a su ángel para librarme de las manos de Herodes y de todo cuanto el pueblo judío esperaba
que me hicieran". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Querido hermano: Ha llegado para mí la hora del sacrificio y se acerca el momento de mi partida.
He luchado bien en el combate, he corrido hasta la meta, he perseverado en la fe. Ahora sólo
espero la corona merecida, con la que el Señor, justo juez, me premiará en aquel día, y no
solamente a mí, sino a todos aquellos que esperan con amor su glorioso advenimiento.
Cuando todos me abandonaron, el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas para que, por mi
medio, se proclamara claramente el mensaje de salvación y lo oyeran todos los paganos. Y fui
librado de las fauces del león. El Señor me seguirá librando de todos los peligros y me llevará sano
y salvo a su Reino celestial. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
En aquel tiempo, cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus
discípulos: "¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?". Ellos le respondieron: "Unos dicen
que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías o alguno de los profetas".
Luego les preguntó: "Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?". Simón Pedro tomó la palabra y le dijo:
"Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo".
Jesús le dijo entonces: "¡Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ningún
hombre, sino mi Padre, que está en los cielos! Y yo te digo a ti que tú eres Pedro y sobre esta
piedra edificaré mi Iglesia. Los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves
del Reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que
desates en la tierra quedará desatado en el cielo". Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo.
PREFACIO
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque la fiesta de tus santos Apóstoles nos llena de júbilo. Pedro es nuestro guía en la fe que
profesamos; Pablo, expositor preclaro de tus misterios. Pedro consolidó la Iglesia primitiva con los
israelitas que creyeron; Pablo fue preceptor y maestro de los paganos, que Dios quería llamar a su
Iglesia.
Así, después de haber congregado por caminos diversos a la familia de Cristo, esa misma familia
los asocia ahora en su veneración con una sola corona.
Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos, proclamando sin cesar: Santo, Santo,
Santo...
Dijo Pedro a Jesús: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Jesús le respondió: Tú eres Pedro y
sobre esta piedra edificaré mi Iglesia.
Tú, que nos has alimentado con esta Eucaristía, haz, Señor, que la participación perseverante en
el memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, y la fidelidad a la doctrina de los Apóstoles nos
conserven unidos en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
JUEVES 30
El relato del frustrado sacrificio de Isaac pretende darnos una lección sobre la enorme confianza de
Abrahán, que no duda en cumplir las órdenes del Señor, aun cuando parezcan desmedidamente
crueles. En realidad, la narración también buscaba descalificar la práctica antigua de los sacrificios
de los primogénitos. Dios no quiere que las personas sean convertidas en víctimas y mucho menos
desea que, se invoque su nombre para justificar esas prácticas crueles. El Dios compasivo se
manifiesta de manera clara en la acción misericordiosa de su Hijo Jesús que acoge y auxilia al
paralítico y le devuelve la soltura, la movilidad y la alegría de estar sano
Abrió Dios las compuertas del cielo e hizo llover sobre ellos el maná para que comiesen; les dio un
trigo celeste, y el hombre comió pan de ángeles.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que llevaste a cabo la obra de la redención humana por el misterio pascual de tu Hijo,
concédenos que, al anunciar llenos de fe por medio de los signos sacramentales, su muerte y
resurrección, recibamos cada vez con mayor abundancia los frutos de la salvación. Por nuestro
Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
En aquel tiempo, Dios le puso una prueba a Abraham y le dijo: "¡Abraham, Abraham!". Él
respondió: "Aquí estoy". Y Dios le dijo:
"Toma a tu hijo único, Isaac, a quien tanto amas; vete a la región de Moria y ofrécemelo en
sacrificio, en el monte que yo te indicaré".
Abraham madrugó, aparejó su burro, tomó consigo a dos de sus criados y a su hijo Isaac; cortó
leña para el sacrificio y se encaminó al lugar que Dios le había indicado. Al tercer día divisó a lo
lejos el lugar. Les dijo entonces a sus criados: "Quédense aquí con el burro; yo iré con el
muchacho hasta allá, para adorar a Dios y después regresaremos".
Abraham tomó la leña para el sacrificio, se la cargó a su hijo Isaac y tomó en su mano el fuego y el
cuchillo. Los dos caminaban juntos. Isaac dijo a su padre Abraham: "¡Padre!". Él respondió: "¿Qué
quieres, hijo?". El muchacho contestó: "Ya tenemos fuego y leña, pero, ¿dónde está el cordero
para el sacrificio?". Abraham le contestó: "Dios nos dará el cordero para el sacrificio, hijo mío". Y
siguieron caminando juntos. Cuando llegaron al sitio que Dios le había señalado, Abraham levantó
un altar y acomodó la leña. Luego leña, y tomó el cuchillo para degollarlo. Pero el ángel del Señor
lo llamó desde el cielo y le dijo: "¡Abraham, Abraham!". Él contestó: "Aquí estoy". El ángel le dijo:
"No descargues la mano contra tu hijo, ni le hagas daño. Ya veo que temes a Dios, porque no le
has negado a tu hijo único". Abraham levantó los ojos y vio un carnero, enredado por los cuernos
en la maleza. Atrapó el carnero y lo ofreció en sacrificio, en lugar de su hijo. Abraham puso por
nombre a aquel sitio "el Señor provee", por lo que aun el día de hoy se dice: "El monte donde el
Señor provee". El ángel del Señor volvió a llamar a Abraham desde el cielo y le dijo: "Juro por mí
mismo, dice el Señor, que por haber hecho esto y no haberme negado a tu hijo único, yo te
bendeciré y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y las arenas del mar. Tus
descendientes conquistarán las ciudades enemigas. En tu descendencia serán bendecidos todos
los pueblos de la tierra, porque obedeciste a mis palabras". Abraham volvió a donde estaban sus
criados y juntos se pusieron en camino hacia Berseba. Y Abraham se quedó a vivir ahí. Palabra de
Dios. T. Te alabamos, Señor.
En aquel tiempo, Jesús subió de nuevo a la barca, pasó a la otra orilla del lago y llegó a
Cafarnaúm, su ciudad. En esto, trajeron a donde Él estaba a un paralítico postrado en una camilla.
Viendo Jesús la fe de aquellos hombres, le dijo al paralítico: "Ten confianza, hijo. Se te perdonan
tus pecados". Al oír esto, algunos escribas pensaron: "Este hombre está blasfemando". Pero
Jesús, conociendo sus pensamientos, les dijo: "¿Por qué piensan mal en sus corazones? ¿Qué es
más fácil: decir 'Se te perdonan tus pecados', o decir 'Levántate y anda'? Pues para que sepan que
el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados, —le dijo entonces al
paralítico—: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa". Él se levantó y se fue a su casa. Al ver
esto, la gente se llenó de temor y glorificó a Dios, que había dado tanto poder a los
hombres. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Señor, al celebrar el memorial de nuestra salvación, te pedimos humildemente nos concedas que
este sacramento de amor sea siempre para nosotros un signo de unidad y un vínculo de amor. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor. El que coma de este pan, vivirá
eternamente; pues el pan que voy a dar, es mi carne, y lo doy para vida del mundo.
Señor, que la participación en este banquete celestial nos santifique, de modo que, por la
recepción del Cuerpo y Sangre de Cristo, se estreche entre nosotros la unión fraterna. Por
Jesucristo, nuestro Señor.