Vísperas
Vísperas
Vísperas
Primeras Vísperas
Himno
Entonces proclamaremos:
«¡Cantadle con alegría!
¡El nombre de Dios es grande;
su caridad, infinita!
Ant: Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan y se los llevó aparte a
una montaña alta y se transfiguró delante de ellos.
Ant: Su rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz.
Ant: Su rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz.
Lectura
2Co 6,1-4a
Os exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios, porque él dice: «En tiempo
favorable te escuché, en día de salvación vine en tu ayuda»; pues mirad: ahora es tiempo
favorable, ahora es día de salvación. Para no poner en ridículo nuestro ministerio, nunca
damos a nadie motivo de escándalo; al contrario, continuamente damos prueba de que somos
ministros de Dios.
V/. Escúchanos Señor y ten piedad. Porque hemos pecado contra ti.
R/. Escúchanos Señor y ten piedad. Porque hemos pecado contra ti.
Cántico Ev.
Ant: Una voz desde la nube decía: «Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto; escuchadle.»
Ant: Una voz desde la nube decía: «Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto; escuchadle.»
Preces
Bendigamos a Dios, solícito y providente para con todos los hombres, e invoquémosle, diciendo:
Salva, Señor, a los que has redimido
• - Oh Dios, fuente de todo bien y origen de toda verdad, llena con tus dones al Colegio
de los obispos,
y haz que aquellos que les han sido confiados se mantengan fieles a la doctrina de los
apóstoles
• - Infunde tu amor en aquellos que se nutren con el mismo pan de vida,
para que todos sean uno en el cuerpo de tu Hijo
• - Que nos despojemos de nuestra vieja condición humana y de sus obras,
y nos renovemos a imagen de Cristo
tu Hijo
• - Concede a tu pueblo que, por la penitencia, obtenga el perdón de sus pecados,
y tenga parte en los méritos de Jesucristo
• - Haz que nuestros hermanos difuntos puedan alabarte eternamente en el cielo,
y que nosotros esperemos confiadamente unirnos a ellos en tu reino
Movidos por el Espíritu Santo, dirijamos al Padre la oración que nos enseñó el Señor:
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
Final
Señor, Padre santo, tú que nos has mandado escuchar a tu Hijo, el predilecto, alimenta
nuestro espíritu con tu palabra; así, con mirada limpia, contemplaremos gozosos la gloria de
tu rostro. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén.