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Delincuencia juvenil,
violencia familiar y mercado
de trabajo. Las configuraciones de los
descuidos familiares en los adolescentes en
conflicto con la ley de la Ciudad de México
Resumen
335
Abstract
This paper attempts to show the socio-structural conditions that lead families to be-
come a social group that increases the risk of law infractions among adolescents. In
particular, the research analyzes the influence of precarious work market conditions
and domestic violence on the material and immaterial care that the family referents
provide to the adolescents in conflict with the law. The research is conducted via a
qualitative research design consisting on interviews to family referents (mothers,
fathers, grandmothers) of the adolescents sanctioned by justice and interviews to
judicial operators of the adolescent’s justice system in Mexico City.
Key words: youth crime; family care; precarious work; family violence.
1. Introducción
2. Estrategia metodológica
1
Los referentes familiares son aquellas personas del hogar familiar que actúan o deberían
actuar, por mandato de la ley, como principales cuidadores de los adolescentes. Son las personas
que se responsabilizan ante la institución judicial y tienen filiación biológica o afectiva con los
adolescentes.
2
La Ley Nacional del Sistema Integral de Justicia Penal para Adolescentes (lnsijpa),
publicada en el Diario Oficial de la Federación el 16 de junio de 2016, señala que ciertas con-
ductas de adolescentes (12 a 17 años) son tipificadas como delitos por las leyes penales. Éste
es un cambio importante respecto de la norma precedente, ya que, manteniendo la diferencia
con el sistema penal general de adultos, se responsabiliza penalmente a los adolescentes. Este
cambio permite concebirlos como titulares de derechos y garantías, al igual que los adultos, en
función de sus condiciones etarias específicas: de la “condición de sujeto de derecho se deriva
la condición de sujeto de responsabilidad especial” (Beloff, 2004, p. 31).
3
El corte de género no es casual, las mujeres tienen una amplia participación en el pro-
ceso de los adolescentes por el sistema punitivo, debido a que es un fenómeno estrechamente
relacionado con las tareas de cuidado en el hogar, aspecto que en la tradicional división de
actividades de género se asocia a la mujer.
4
Las entrevistas se realizaron entre agosto de 2014 y febrero de 2015.
5
Dependiendo de la tradición epistemológica y metodológica, algunos investigadores
optan por capturar el pasado de las personas a través de métodos cualitativos (historias de vida,
relatos biográficos, etc.) o métodos cuantitativos (análisis de trayectorias delictivas, curso de
vida, etcétera).
Los jóvenes que se dedican a eso [que hacen carrera infraccional] y forman par-
te de bandas tienen una maduración más clara y están conscientes de que están
cometiendo un delito porque llevan un arma, se llevan otro tipo de objetos, hacen
maniobras para poder someter a su víctima. (Jueza de adolescentes 4)
esto quiere decir que el delito adolescente está movilizado por vivencias
emocionales precipitadas: probar el “sabor” de la experiencia, cumplir el de-
seo, vivir la aventura, la diversión de la transgresión, etc. Todo ello está
emparentado con la perspectiva psicológica del autocontrol y la maduración
(Steinberg, Cauffman & Monahan, 2015). Para estos estudios la impulsivi-
dad es un rasgo común en la transgresión de los adolescentes, sobre todo en
quienes no tienen antecedentes penales.6
Un aspecto que llama la atención es que ninguno de los referentes fami-
liares identifica a la familia como factor que influye en el delito adolescen-
te. Ello contradice, como se mostró en el apartado anterior, lo que sostiene
buena parte de la literatura criminológica. También se opone a lo que dicen
algunos operadores judiciales. Por ejemplo, tres juezas de la justicia para
adolescentes entienden que la violencia familiar, las carencias económicas y
el hogar monoparental con hijos a cargo es la combinación típica que incide
en el delito adolescente:
Hay familias disfuncionales que poco les importan los niños. A veces el niño
nace en una cuna equivocada. (Jueza de adolescentes 2)
Vale precisar que si bien el hogar monoparental puede ser una condición
para descuidar a los adolescentes (Farrington et al., 2001; Juby & Farring-
ton, 2001; Murray & Farrington, 2005; Theobald, Farrington & Piquero,
2013), no sucede con todos los adolescentes que viven en este tipo de arre-
glo familiar. Aunque con menor regularidad, los hogares nucleares también
pueden presentar adolescentes en conflicto con la ley: “[Hay familias] com-
6
En Steinberg, Cauffman y Monahan (2015), la inmadurez viene dada por la falta de
empatía, la falta de evaluación acerca de las consecuencias de la acción, la facilidad de ser
manipulado y la falta de habilidad para controlar los impulsos.
7
La cita reproduce la idea de las desigualdades de género en el hogar a partir de la desa-
creditación de las mujeres que tienen hijos con distintos varones y no son capaces de conservar
sus relaciones de pareja. El discurso de la entrevistada culpabiliza del delito adolescente a quien
se hace responsable del cuidado (mujer) y no a quien descuidó y desapareció (varón).
puestas por ambos padres, pero en el interior hay mucha desintegración, hay
mucho joven en abandono, en situación de calle” (juez de adolescentes 3).
Lo dicho es una crítica interesante para quienes únicamente prestan atención
a las variables estructurales de los arreglos familiares y no tienen en cuenta la
dinámica del hogar familiar. Una crítica similar se debe hacer a la idea (ma-
nifestada por la jueza de adolescentes 4) de que los adolescentes en conflicto
con la ley provienen de sectores con bajos recursos económicos: “Hay mucha
gente limitada económicamente, pero que tiene una muy buena contención
familiar… ¿Por qué? Porque hay compromiso, porque hay seguimiento del
hijo… No necesariamente la familia tiene que tener ingresos económicos
suficientes para hablar de principios y valores” (fiscal de adolescentes 1).
El cuidado inmaterial (el amor, la comunicación asertiva, compartir tiempo,
generar confianza, etc.) es tan importante como el cuidado material; las
desventajas en uno y otro no necesariamente orientan el comportamiento de
todos los adolescentes hacia el campo delictivo. Desde el punto de vista de la
criminología crítica (Taylor, Walton & Young, 2007), hay que reparar en el
hecho de que la población cautiva del sistema punitivo son los sectores me-
nos privilegiados de la sociedad. La fortaleza normativa que protege los deli-
tos contra la propiedad es un ejemplo paradigmático de que la ley es un bien
negativo desigualmente distribuido (Baratta, 2013). Este argumento puede
explicar, en parte, por qué varios operadores judiciales criminalizan la pobreza
y, en ese sentido, refuerzan el sistema de clasificación de los adolescentes
en conflicto con la ley sin dar cuenta de la selectividad del sistema punitivo.
De esta forma, se cierra el desarrollo sobre algunos de los condiciona-
mientos inmediatos (factores “visibles”) del delito adolescente, para aden-
trarse, en lo que sigue del texto, en los condicionamientos mediatos (factores
estructurales o externos) de las familias que las configuran como un grupo
social que influye en el comportamiento infraccional de los adolescentes.
Antes de que ocurriera eso [el delito] yo me metí a trabajar y siento que empecé
un poquito a soltar a mi hijo. Me acuerdo que él me decía llorando: “Mamá, te
extraño mucho, no me dejes solo”. (Azucena)
No le tuvimos la atención que debía y más a su edad. Tiene 15 años. Nada más nos
dedicábamos al trabajo, a cenar y a dormir. Ella faltaba a la escuela y no nos dá-
bamos cuenta. […]12 La dejábamos sola en la casa… Siempre se sentía sola.
(Jacinto)
8
Los trabajos que realizaban los referentes familiares al momento del delito eran: venta en
la calle de raspaditos (tipo de helado), de cosméticos, de dulces, meseros, cocineros, empleadas
domésticas, promociones, caja de comercio, limpieza en instituciones, policía/militar, tablajero
y albañil.
9
El aumento de las horas laborales no necesariamente implica un incremento del salario
en los estados donde predomina el vacío legal, el incumplimiento de la ley, la corrupción, las
fallas de fiscalización, etcétera.
10
El símbolo [ ] representa la apertura y cierre de una aclaración.
11
El símbolo… indica la omisión en un diálogo entre el entrevistador y el entrevistado,
que no se presenta para hacer más ágil la lectura y porque su contenido no es significativo para
el análisis.
12
El símbolo […] indica que los textos anteriores y posteriores a dicha simbología co-
rresponden a partes distintas de una entrevista.
Por lo regular la mamá trabaja y a veces se dedica tanto al trabajo que se olvida
[del cuidado del adolescente]. (Defensora de oficio 1)
En 80% de los casos la única que está en la casa es la mamá, pero la mamá es
periférica porque está trabajando y el adolescente no es el único hijo. Todo eso
influye, las condiciones y las necesidades llevan al descuido, pero no un descuido
por maltrato. (Defensor de oficio 3)
No sé si fue por lo mismo que ella se crió solita siempre. Esos ocho años que
yo trabajé en casas, se aisló de mí y perdí la confianza de ella, la comunicación
de ella. Eso es lo que más me duele […] En esos momentos difíciles yo la dejé
para irme a ganar más dinero. Lo que más me duele [llora] es no poder recuperar
su cariño, su confianza. (Dalia)
A lo mejor no la detecté [se refiere a su hija] por estar tan enfrascada queriendo
solucionar cómo pago la casa, cómo pago la comida, cómo pago la escuela…
Cómo veo a mi hija [su otra hija] con un tremendo problema cerebral —tiene
parálisis cerebral—… Que Mexicana de Aviación no me paga [empresa fundida],
que mi madre está enferma, o sea, mil cosas. (Camelia)
Por esta razón resulta importante diferenciar a las familias que, por un
lado, debido a un conjunto de condicionamientos que las afectan, incremen-
tan la posibilidad de que los adolescentes cometan delitos y, por otro, a las
“familias criminógenas”:
Creo que hay familias que arrojan delincuentes… Uno lee los estudios y se da
cuenta de que su papá está en la cárcel por robo, que su tío está en el Reclusorio
norte por homicidio. (Jueza de adolescentes 2)
por cuestiones económicas ambos padres tienen que trabajar y eso provoca que
los hijos no tengan a alguien que los esté supervisando. Entonces, siento que el
13
Podría agregarse otro tipo de trabajador en condiciones de vulnerabilidad.
Estado y las políticas públicas deben ayudar a las familias a que les suban los
salarios a los papás, que las guarderías estén cerca. (Jueza de adolescentes 4)
14
Toma terapia en la institución de ejecución de medidas de su hijo y en otra organización
concurre a un grupo de apoyo para mujeres violentadas.
15
(--) indica un salto de tiempo en la conversación.
Me junté a los 13 años, bien chamaca, y me tocó una pareja muy irresponsable,
huevón, pegador, borracho. Pues, uno de chamaco no dice nada, pero ya cuando
va pasando el tiempo reaccionas y dices: “¿Por qué me está pegando él que ni
de mi familia es?”. Y decidí estar sola. (Rosana)
Creo que ya tenía otra familia, cosa que no me decía […] Él rentó una casa en
la colonia La Paz [en Puebla], un lugar muy bonito y lo que quieras, pero le digo:
“¿Cuándo te traes tus cosas? Si dices que estás viviendo en un cuartito pues ya
vente para acá, si ya llegamos”. “No, no, espérate, espérate, hasta que se com-
pongan las cosas con mi hija no me vengo a vivir, mientras olvídalo”. (Camelia)
16
No se habla de una autoridad represiva, sino de supervisión y control informal (Sampson
& Laub, 1995).
17
Siguiendo a Posner (2011), el juez debe tener una lectura actitudinal, psicológica y
sociológica para comprender los elementos que intervienen en la decisión judicial.
Cuadro 1
Anexos
* Se nombró medidas en libertad a las medidas alternativas a la privación de libertad pa-
ra privilegiar el interés superior de los adolescentes al lado de su familia y su comunidad, y
no darle un lugar subsidiario respecto de la internación, a pesar de que las leyes nacionales
y las disposiciones internacionales establezcan que la privación debe ser aplicada como último
recurso. En este sentido, el castigo en prisión debería ser denominado “medida alternativa a la
libertad”.
Fuente: elaboración propia.
18
Las representaciones sociales de los operadores judiciales acerca de las familias capaces
de brindar cuidados son: arreglo familiar nuclear, acompañamiento familiar en las audiencias, de-
mostración parental de compromiso, supervisión y responsabilidad. Algunos operadores también
valoran que los referentes familiares no realicen largas jornadas de trabajo y que no sean de cla-
se baja.
5. Reflexiones finales
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