Acuerdo 09 2019 Legis - Pe
Acuerdo 09 2019 Legis - Pe
Acuerdo 09 2019 Legis - Pe
E propio” de los hombres y “lo propio” de las mujeres en cada cultura, y que sea usa ¿para
comprender conductas individuales y procesos sociales, así como para diseñ ar políticas
pú blicas. vo Es una construcció n social mediante la cual los seres humanos buscan
distinguir patrones o conductas que está n enraizadas en los valores culturales que cada
sociedad considera apropiado para los hombres y las mujeres dado su arraigo histó rico, y
que inciden en la generació n de desigualdades en diversos á mbitos de actuació n tales como
la vida laboral, política, militar, entre otros. Este constructo social contrasta dos
ategorías irreconciliables en cuanto a los roles que cada uno de ellos desempeñ a. Este
enó meno genera estereotipos que alimentan a su vez relaciones de poder dentro de las
uales la ventaja la obtiene quien se encuentra en la posició n de dominació n
A generalmente el hombre respecto de la mujer).
PODER JUDICE
.” VIOLENCIA. Importa la noció n de lo que son comportamientos aceptables e inaceptables,
o de lo que constituye un dañ o. Está influida por la cultura y sometida a una continua
revisió n a medida que los valores y las normas sociales evolucionan. La violencia puede
definirse de muchas maneras, segú n quién lo haga y con qué propó sito. Así la violencia se
define como “el uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de amenaza o
efectivo, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga
/ muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, dañ os psicoló gicos, trastornos del
desarrollo o privaciones”. oo La Ley 30364 conceptualiza la violencia en su artículo $ y
describe los tres tipos de violencia contra la mujer: (¿) física, (if) psicoló gica y (111)
econó mica o patrimonial. É stas han sido precisadas y, hasta cierto punto, ampliadas por el
Decreto Legislativo 1323, de 6 de enero de 2017, en el á mbito de la violencia psicoló gica al
excluir el dañ o síquico como resultado necesario de la violencia psicoló gica, y al introducir
expresamente la conducta omisiva, así como al comprender las acciones u omisiones que
tienden a humillar, estigmatizar y estereotipar a la víctima?.
8.” VIOLENCIA DE GÉ NERO. Debe ser entendida como toda forma de discriminació n que
ejerce el hombre contra la mujer dentro de su entorno privado o pú blico con la finalidad de
someter o dominar ya sea de manera física, sexual, psicoló gica, entre otras. Esta violencia
es la expresió n de una relació n asimétrica de poder que deviene de prá cticas histó ricas en
las que el hombre ejercía su dominio sobre la sociedad y que creó en él una conciencia de
superioridad con los alcances de autoridad en todos los á mbitos de interacció n social. Esta
falsa legitimidad de poder creó y crea aú n una suerte de regla erró neamente considerada
justificativa de la violencia contra la mujer.
co El Estado-peruano ratificó la Convenció n Interamericana para prevenir, sancionar y icá r
la violencia contra la mujer “Convenció n de Belem do Pará ” y con ello asumió
añ americana de la Salud y Organizació n Mundial de fa Salud. Informe mundial sobre la
violencia y la /
aten). Waghington. 2002, pp. 4-5. ién el Acuerdo Plenario 05-2016/CIJ-11 nano <A
AGA DEL 8 ¿2 PE,
PODER JUDICIAL
Y el concepto de violencia contra la mujer como violencia basada en el género. La
Convenció n señ ala que la violencia contra la mujer es “una manifestació n de las relaciones
de poder histó ricamente desiguales entre mujeres y hombres” y reconoce que el derecho
de toda mujer a una vida libre de violencia incluye el derecho a ser libre de toda forma de
discriminació n.
00 El concepto de “violencia contra la mujer”, tal como se define en la Recomendació n
general N* 35 (2017) del Comité para la Eliminació n de la Discriminació n contra la Mujer y
en otros instrumentos y documentos internacionales, hace hincapié en el hecho de que
dicha violencia está basada en el género. En consecuencia, en la ecomendació n, la expresió n
“violencia por razó n de género contra la mujer” se utiliza omo un término má s preciso que
pone de manifiesto las causas y los efectos elacionados con el género de la violencia. La
expresió n refuerza aú n má s la noció n de a violencia como problema social má s que
individual, que exige respuestas integrales, á s allá de aquellas relativas a sucesos coneretos,
autores y víctimas y supervivientes”. | Comité CEDAW considera que la violencia por razó n
de género contra la mujer es no de los medios sociales, políticos y econó micos
fundamentales a través de los cuales se perpetú a la posició n subordinada de la mujer con
respecto al hombre y sus papeles estereotipados. En toda su labor, el Comité ha dejado
claro que esa violencia constituye un grave obstá culo para el logro de la igualdad sustantiva
entre mujeres y hombres y para el disfrute por parte de la mujer de sus derechos humanos
y libertad”. co La violencia por razó n de género afecta a las mujeres a lo largo de todo su
ciclo de vida y, en consecuencia, las referencias a las mujeres en este documento incluyen a
las niñ as. Dicha violencia adopta mú ltiples formas, a saber: actos u omisiones destinados a,
O que puedan causar o provocar la muerte o un dañ o o sufrimiento físico, sexual,
psicoló gico o econó mico para las mujeres, amenazas de tales actos, acoso, coacció n y
privació n arbitraria de la libertad. co El Comité considera que la violencia por razó n de
género contra la mujer está arraigada en factores relacionados con el género, como la
ideología del derecho y el privilegio de los hombres respecto de las mujeres, las normas
sociales relativas a la masculinidad y la necesidad de afirmar el control o el poder
masculinos, imponer los papeles asignados a cada género o evitar, desalentar o castigar lo
que se considera un comportamiento inaceptable de las mujeres. Esos factores también
contribuyen a la aceptació n social explícita o implícita de la violencia por razó n de género
contra la mujer, que a menudo aú n se considera un asunto privado, y a la impunidad
generalizada a ese respecto”.
endació n General N* 35 Comité para la Eliminació n de la Discriminació n contra la Mujer.
Pá rrafo 9, En: Naciones
Unidas. CEDAW/C/GC/35, $ Recomendació n General N* 35 Comité para la Eliminació n de
la Discriminació n contra la Mujer. Pá rrafo 10, En: Naciones Unidas. CEDAW/C/GC/35.
ecomendació n General N? 35 Comité para la Eliminació n de la Discriminació n contra la
Mujer. Pá rrafo 14, En: Naciones
ió n de la Discriminació n contra la Mujer. Pá rrafo 19. EN:
6
UCA DEL o sn E,
F 9,2 VIOLENCIA CONTRA LOS INTEGRANTES DEL GRUPO FAMILIAR, Se erige como
PODER e Cualquier acció n o conducta que le cause muerte, dañ o o sufrimiento físico, sexual
o psicoló gico y que se produce en el contexto de una relació n de responsabilidad,
confianza o poder, de parte de un integrante a otro del grupo familiar? ?.
10.2 PERSPECTIVA O ENFOQUE DE GÉ NERO. Es la metodología y mecanismos que
permiten mirar la realidad identificando los roles y tareas que asumen los hombres y las
mujeres en una sociedad, así como las relaciones de asimetrías de poder e inequidades que
se producen entre ellos, a fin de explicar las causas y consecuencias que generan estas
desigualdades, y formular medidas que contribuyan a superarlas. Así el enfoque o
perspectiva de género “[...] se entiende como una mirada a la desigualdad a la situació n de
vulnerabilidad de las mujeres, se presenta como una herramienta metodoló gica que
ecesariamente debe ser empleada en el á mbito institucional [...], ya que ayuda a la
materializació n e las medidas pú blicas adoptadas para lograr una real igualdad en
derechos entre hombres y mujeres, y porque también constituye un instrumento ético que
dota de legitimidad a las decisiones institucionales que se tomen en aras de alcanzar una
sociedad má s justa e igualitaria”, co La incorporació n del enfoque de género abona en la
facultad de administrar justicia con igualdad, y se articula con el objetivo de la política
general del Poder Judicial . ) orientado a garantizar la protecció n de los derechos
fundamentales, igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, sin discriminació n;
toda vez que el enfoque de género nos permite evidenciar có mo es que determinados
hechos o situaciones afectan de manera distinta a los hombres y a las mujeres se explica
por sí misma la necesidad de su incorporació n!!. Por lo que, constituye una prioridad
optimizar la calidad de servicios y acceso a la justicia con perspectiva de género y énfasis
en las poblaciones vulnerables!? con arreglos a los principios democrá ticos reconocidos en
nuestro país.
11.2 JUSTICIA DE PAZ. Es un sistema especial dentro del sistema de justicia, cuyos
operadores solucionan conflictos y controversias preferentemente mediante la
conciliació n, y también a través de decisiones de cará cter jurisdiccional, conforme a los
criterios propios de la comunidad y en el marco de la Constitució n Política del Perú . La
justicia de paz puede aplicar el derecho consuetudinario existente en diversas
comunidades del país, siempre que las conductas que resuelva no configuren delito y que
se respeten los derechos fundamentales establecidos en la Constitució n. Los juzgados de
paz tienen presencia en muchas zonas rurales y alejadas del territorio
e
Tme se señ ala en el artículo 6 de la Ley para prevenir, sancionar y erradicar la violencia
contra las mujeres y los
integrantes del grupo familiar, Ley 30364,
? Se utiliza esta definició n que es má s precisa que el término violencia familiar o violencia
doméstica, siendo una
, Característiga de fa primera la alusió n a la relació n filial y jurídica que existe entre las
partes, en tanto; la segunda pone énfasis ten ug ame se produce dicha violencia (unidad
dipméstica) siempre que no medie retació n laboral y/o contractual.
encia del Tribunal Constitucional 01479-20189PR/TC, pá rrafo 9.
M Sentencia del Tribunal Constitucional 01479-2018-RA/TC, pá rrafo 10,
ativo Institucional 2019-2022, Objetivos olítica General del Poder Judicial, literal d), p. 3.
a7
POPER JUDICIAL
3. La pena privativa de libertad será no menor de tres ni mayor de seis añ os e
inhabilitació n conforme a los numerales 5 y 11 del artículo 36 del presente Có digo y
los artículos 75 y 77 del Có digo de los Niñ os y Adolescentes, segú n corresponda,
cuando: [...]
c. La víctima es mujer y es lesionada por su condició n de tal, en cualquiera de los
contextos previstos en el primer pá rrafo del artículo 108-B.
15, El artículo 122-B del Có digo Penal fue incorporado al ordenamiento jurídico mediante
el artículo 12 de la Ley 29282, de 27 de noviembre de 2008, y derogado por la Primera
Disposició n Complementaria Derogatoria de la Ley 30364 “Ley para prevenir, sancionar y
erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar”, de 23 de
noviembre de 2015.
c/ co Con posterioridad, por el artículo 2 del Decreto Legislativo 1323, Ley que fortalece la
lucha contra el feminicidio, la violencia familiar y la violencia de género, de 6 de enero de
2017, se incorporó nuevamente —aunque con un contenido totalmente modificado—, bajo
el epigrafe de “agresiones en contra de las mujeres o integrantes del grupo familiar”.
Finalmente, fue modificado por el artículo 1 de la Ley 30819 “Ley que modifica el Có digo
Penal y el Có digo de los Niñ os y Adolescentes”, de 13 de julio de 2018. c0 Así se tiene:
PODER JUDIC
MODIFICACIONES DEL ARTÍCULO 122B DEL CÓ DIGO PENAL
Art. 12 de la key N.? 29282
Primera Disposició n Derogatorla de la Ley N.? 30364
Art. 2 del Decreto Legislativo N.* 1323
Art. ide la Ley N.* 30819
==
23/11/2015 |
05/01/2017 ]
13/07/0018 | ]
Incorpora la primera fó rmula del art. 122-9 al Có digo Penal
Derogala primera fó rmula del art. 122-8 del Có digo Penal
Incorpora la segunda fó rmula del art, 122-B al Có digo Penal
Modifica la segunda fó rmula del art, 122- al Có digo Penal,
16.* El texto actual del artículo 122-B del Có digo Penal estipula: “El que de cualquier modo
cause lesiones corporales que requieran menos de diez días de asistencia o descanso segú n
prescripció n facultativa, o algú n tipo de afectació n psicoló gica, cognitiva o conductual que
no califique como dañ o ( / psíquico a una mujer por su condició n de tal o a integrantes del
grupo familiar en cualquiera de los contextos previstos en el primer pá rrafo del artículo
108-B, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor de tres
añ os e inhabilitació n conforme a los numerales 5 y 11 del artículo 36 del presente Có digo y
los artículos 75 y 77 del Có digo de los Niñ os y Adolescentes, segú n corresponda. La pena
será no menor de dos ni mayor de tres añ os, cuando en los supuestos del primer pá rrafo se
presenten las siguientes agravantes: 1 Se utiliza cualquier tipo de arma, objeto contundente
o instrumento que ponga en riesgo la vida de la víctima. 2. El hecho se comete con
ensañ amiento o alevosía. 3. La víctima se encuentra en estado de gestació n. 4. La víctima es
menor de edad, adulta mayor o tiene discapacidad o si padeciera de enfermedad en estado
terminal y el agente se aprovecha de dicha condició n. 3. Si en la agresió n participan dos o
má s personas. Ó . Si se contraviene tina medida de protecció n emitida por la qutoridad
competente. 7. Silos actos se realizan en presencia de cualquier niñ a, niñ o o adolescente.”
WN OA
ALCA DEL y ¿e e,
p $ 5. LA APLICACIÓ N DEL PRINCIPIO DE OPORTUNIDAD Y ACUERDO REPARATORIO EN
LOS DELITOS DE LESIONES LEVES Y AGRESIONES CONTRA LAS MUJERES E INTEGRANTES
DEL GRUPO FAMILIAR
PODER JUDICIAL
17.2 El principio de oportunidad es un mecanismo de simplificació n procesal reglado,
gobernado por el principio de consenso, que como excepció n a los principios de legalidad u
obligatoriedad y de oficialidad de la persecució n penal, privilegia el interés de la víctima
sobre el interés pú blico de persecució n del delito y se sustenta, procesalmente, en la noció n
de simplificació n procesal. En su mérito el Ministerio Pú blico, discrecionalmente, bajo
determinados supuestos y contornos normativos y con el consentimiento del imputado,
pese a la presencia de sospecha inicial simple del echo, puede abstenerse de ejercitar la
acció n penal, garantizando la satisfacció n integra de los intereses del agraviado. Dicha
facultad se plasma en criterios de elecció n en base a determinados presupuestos previstos
por la ley. En tal sentido, constituye una excepció n al principio de legalidad u
obligatoriedad y se ampara en el principio de proporcionalidad!* —en buena cuenta, su
aplicació n está condicionada no solo al respecto al principio de proporcionalidad, sino
también al principio-derecho de igualdad—. Empero, al constituir una regla de excepció n al
principio de legalidad u obligatoriedad del ejercicio de la acció n penal, el artículo 2 del
Có digo Procesal Penal establece supuestos específicos para su aplicació n. El previsto en su
literal a)!!, ( / conforme a la tipología de casos que este delito presenta, se vislumbra
claramente su inaplicabilidad. Mientras que en los supuestos recogidos en los literales b) y
c) se exige en comú n que no exista ningú n interés pú blico gravemente comprometido en su
persecució n.
18.” Para determinar la existencia de un interés pú blico gravemente comprometido se debe
analizar el á mbito de protecció n y funció n del tipo penal concreto, con principal incidencia
(¿) en el bien jurídico que se pretende tutelar, (¿¿) en el interés del legislador en la
problemá tica social de la que deriva el tipo penal, (dí) en las exigencias de
1 Peñ a Cabrera, Alonso Raú l — Frisancho Aparicio, Manuel: Terminació n anticipada del
proceso, Juristas Editores, Lima, 2003, p. 132.
14 “Artículo 2. Principio de oportunidad
1. El Ministerio Pú blico, de oficio o a pedido del imputado y con su consentimiento, podrá
abstenerse de ejercitar la acció n penal en cualquiera de los siguientes casos:
2) Cuando el agente haya sido afectado gravemente por las consecuencias de su delito,
culposo o doloso, siempre que este ú ltimo sea reprimido con pena privativa de
libertad no mayor de cuatro añ os, y la pena resulte innecesaria,
b) Cuando seAfá te de delitos que no afecten gravemente el interés pú blico, salvo cuando
el extremo minimo de la pena sea erió r a los dos añ os de pena privativa de libertad, o
hubieren sido cometidos por un funcionario pú blico en ejercicio de su
c) Cuando conforme a las circunstancias del hecho y a las condiciones personales del
denunciado, el Fiscal puede apreciar
• Que conceyfren los supuestos atentantes de los artículos 14, 15, 16, 18, 21, 22, 25 y 46
del Có digo Penal, y se advierta que no existe pifgú n interés pú blico gravemente
comprpmetido en su persecució n. No será posible cuando se trate de un delito
11
F prevenció n general y (iv) en la relevancia de la problemá tica desde una perspectiva
internacional,
POPER JUDICIAL 19.9 En cuanto al á mbito de protecció n del tipo penal regulado en el
artículo 122-B del Có digo Penal, éste se desprende de la interpretació n de los elementos
objetivos del tipo penal —con inclusió n, por cierto, de sus elementos de contexto—, que
incluyen, por
un lado, todo clase de agresiones de menor entidad —o levísimas— cometidas contra una
mujer por su condició n de tal —violgneta de género— y, por otro, las agresiones levísimas
cometidas entre integrantes del grupo familiar —violzneia doméstica—.
20.* La agresió n contra una mujer por su condició n de tal, es la perpetrada por el agente
ontra la mujer a causa del incumplimiento o imposició n de estereotipos de género,
ntendidos éstos como el conjunto de reglas culturales que prescriben determinados
omportamientos y conductas a las mujeres, que las discriminan y subordinan ocialmente!*.
El numeral 3 del artículo 4 del Reglamento de la Ley 30364 define la iolencia contra la
mujer por su condició n de tal, “como una manifestació n de discriminació n
que inhibe gravemente la capacidad de las mujeres de gozar de derechos y libertades en pie
de igualdad,
a través de relaciones de dominio, de sometimiento y subordinació n hacia las mujeres”.
21. El Comité CEDAW aclaró que la discriminació n contra la mujer, tal como se y
define en el artículo 1 de la Convenció n, incluía la violencia por razó n de género, que es “la
violencia dirigida contra la mujer porque es mujer o que la afecta en forma
desproporcionada”, y que constituía una violació n de sus derechos humanos y libertades
fundamentales.
22. Respecto a esto ú ltimo la señ ora fiscal Rivas La Madrid apuntó correctamente que, en
este contexto, el empleo de la fuerza fisica o psicoló gica es solo un medio para la
consecució n del fin ú ltimo que es el “sometimiento de la víctima y con ello se afecta la
salud, la igualdad, el derecho a no ser discriminado y la motivació n destructiva afecta
el libre desarrollo de la personalidad”.
23.2 A partir de lo expuesto es de identificar que el bien jurídico tutelado en el delito
previsto en el artículo 122-B del Có digo Penal es pluriofensivo pero con matices distintos
para cada uno de los supuestos citados. En el primer supuesto (violencia de género) se
protege la integridad física y la salud de la mujer, concretamente, el derecho de las mujeres
a una vida libre de violencia, contenido en la Convenció n Belém do Pará , Ley y su
reglamento; pero, principalmente, por su inescindible unidad con los bienes jurídicó s, la
igualdad material y libre desarrollo de la personalidad de la mujer ículo 9 de la Ley 30364
resalta el derecho a la mujer a estar libre de toda forma
Z
Pa ÍAz CASTILLO, INGRID y OTROS: Feminicidio. Int tació n de un delito de violencia basada
en género, Fondo Editorial /Pucr 2019 p. 69.
0)
Y de discriminació n, estigmatizació n y de patrones estereotipados de comportamientos,
¡prá cticas sociales y culturales basadas en conceptos de inferioridad y subordinació n—.
24.? Por tanto, es de anotar que la violencia de género puede presentarse tanto fuera como
dentro de la convivencia familiar; muestra mó viles específicos que lo diferencian de la
violencia ejercida entre otros miembros del grupo familiar (entre hermanos, primos,
cuñ ados, padres/hijos, suegros/yernos, etcétera). Así, por ejemplo, una mujer puede ser
agredida en el á mbito familiar por su conviviente, pero sin que la agresió n se haya
ejecutado por su condició n de tal; no obstante lo cual dicha conducta estaría abarcada por
el injusto penal, en tanto se produjo en el á mbito doméstico, como integrante del grupo
familiar.
25.2 La violencia contra la mujer se distingue de la que comete un integrante del grupo
amiliar contra otro, ya sea porque no tenga el mismo mó vil o porque la víctima no enga la
condició n de mujer. El numeral 4 del artículo 4, del Reglamento de la Ley
30634 entiende que violencia hacia un o una integrante del grupo familiar es la acció n
u omisió n identificada como violencia segú n los artículos 6 y 8 de la Ley que se realiza
en el contexto de una relació n de responsabilidad, confianza o poder de parte de un o
una integrante del grupo familiar hacia otro u otra.
so Consecuentemente, en el segundo supuesto, lo que respecta a la violencia de una
persona contra otro miembro del grupo familiar, que no califique como violencia de
género, se protege el derecho de éstos a la integridad física, psíquica y salud, así como f * al
derecho a una vida sin violencia.
26.” En lo concerniente al interés del legislador en el problema social de la que deriva el
tipo penal, cabe destacar las reiteradas modificaciones realizadas al artículo 122 del Có digo
Penal, que evidencian el interés del legislador nacional en afrontar el problema social de la
violencia de género y violencia doméstica.
co De modo particular, las agresiones contra las mujeres e integrantes del grupo familiar
que no calificaban como delito de lesiones leyes —previsto en el artículo 122 del Có digo
Penal- y que, por tanto, solo eran constitutivas de faltas, fueron incorporadas como delito
mediante el artículo 2 del Decreto Legislativo 13231, precisamente por comprometer
gravemente un interés pú blico.
27.2 Mediante el Decreto Legislativo 1323 se efectuó una multiplicidad de modificaciones
al Có digo Penal, entre ellas, dentro de los mó viles que agravan un delito a la prientació n
sexual e identidad de género, (¿) se modificó el conjunto de las j ancias agravantes de los
delitos de feminicidio, lesiones graves y lesiones leves; (17) se amplió la protecció n contra
la violencia psicoló gica; (111) se descartó la
' excusa absolutoria cuando el delito se comete en contextos de violencia contra las mujeres
o integrantes del grupo familiar; (iv) se reguló el atentado contra la libertad de trabajo; (w)
se incluyó dentro de los motivos de discriminació n a la orientació n sexual e identidad de
género; y, (vi) se reguló el maltrato. Asimismo, (vil) se creó un delito específico para
sancionar las agresiones en contra de mujeres o integrantes del grupo familiar, explotació n
sexual, esclavitud y otras formas de discriminació n y trabajo forzoso; (viii) se modificó los
tipos de violencia, ampliando el concepto de violencia psicoló gica penada.
co En la escueta Exposició n de Motivos se expresa que esta disposició n con rango de ley
tiene como fin fortalecer, entre otros, la lucha contra la violencia familiar y iolencia de
género, así como proteger de modo efectivo a los grupos vulnerables de ujeres, niñ as, niñ os
y adolescentes de la violencia familiar y cualquier otra forma de solencia y discriminació n.
Esta Exposició n de Motivos a su vez debe ser omplementada con lo establecido en el
artículo 6-B del Decreto Supremo 004-2019- IMP —Reglamento de la Ley 30364—,
modificado por el Decreto Supremo 004-2019- MIMP, que especifica textualmente que
todos los hechos de violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar
constituyen una grave afectació n al interés pú blico.
POPER JUDICHU
28.2 En lo atinente a la relevancia de la problemá tica desde la perspectiva
internacional, el Estado peruano asumió compromisos jurídicos orientados a la
prevenció n, sanció n y erradicació n de la violencia contra las mujeres, a través de la
ratificació n de la Convenció n sobre la Eliminació n de Todas las Formas de / Discriminació n
contra la Mujer (CEDAW)" y la Convenció n Interamericana para
Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Convenció n de Belém
Do Pará )!*.
oo Así se encuentra consignado de modo expreso en los siguientes términos:
CEDAW CONVENCIÓ N DE BELÉ M DO PARÁ Artículo 2 Artículo 7 Los Estados Partes
condenan la | Los Estados Partes condenan todas las formas
de violencia contra la mujer y convienen en adoptar, por todos los medios apropiados y sin
dilaciones, políticas orientadas a prevenir,
discriminació n contra la mujer en todas sus formas, (...) y con tal objetivo se compromete a:
c) Establecer la protecció n jurídica de los derechos de la mujer sobre la base de igualdad
con los derechos del hombre y garantizar, por a de los tribunales nacionales o
mpetentes y de otras instituciones pú blicas,
la protecció n efectiva de la mujer (...).
sancionar y erradicar dicha violencia y en llevar a cabo lo siguiente:
a. abstenerse de cualquier acció n o prá ctica de violencia contra la mujer y velar por que
las autoridades, sus funcionarios, personal y agentes e instituciones se comprometen
de conformidad con esta obligació n;
Suscrita por el Estado peruano el 23 de julio de 1981. Promulgada a través de la Resolució n
Legislativa 23432, de 5 de 21982. El documento de ratificació n fye entregado a las
Naciones Unidas el 13 septiembre de 1982. . 583, de 25 de marzo de 1996,
e Resolució n Legislativa
14
griGA DEL a, A ER,
PODER JUDICIAL
Articulo 5
Los Estados Partes tomará n todas las medidas apropiadas para:
a)Modificar los patrones socioculturales de conducta de hombres y mujeres, con miras a
alcanzar la eliminació n de los prejuicios y las prá cticas consuetudinarias y de cualquier
otra indole que estén basados en la idea de la inferioridad o superioridad de cualquiera de
los sexos o en funciones estereotipadas de
b. actuar con la debida diligencia para prevenir, investigar y sancionar la violencia contra
la mujer;
(...)
d. adoptar medidas jurídicas para conminar al agresor a abstenerse de hostigar,
intimidar, amenazar, dañ ar o poner en peligro la vida de la mujer de cualquier forma
que atente contra su integridad o perjudique su propiedad;
(.,)
Establecer los mecanismos judiciales y administrativos necesarios para asegurar que la
mujer objeto de violencia tenga acceso efectivo a resarcimiento, reparació n del dañ o u
otros medios de compensació n justos y eficaces,
hombres y mujeres.
Las normas mencionadas dan cuenta de la obligació n del Estado peruano —que iñ cluye,
definitivamente, al Poder Judicial— en materia de los derechos humanos de las mujeres, y
de su compromiso de garantizar su cumplimiento efectivo.
29. Conforme al artículo 55 de la Constitució n, los tratados celebrados por el Estado y en
vigor forman parte del derecho interno; y, en cumplimiento de la Cuarta Disposició n
Final y Transitoria de la misma Constitució n, las normas relativas a los derechos y a las
libertades se interpretan de conformidad con la Declaració n Universal de Derechos
Humanos y con los tratados y acuerdos internacionales sobre la materia. En
consecuencia, la Convenció n sobre la Eliminació n de Todas las Formas de
Discriminació n contra la Mujer (CEDAW) y la Convenció n Interamericana para
Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Convenció n de Belém Do
Pará ) forman parte de nuestra legislació n interna y se erigen en fuentes vá lidas de
interpretació n obligatoria y valoració n en casos de violencia contra las mujeres.
/y
30.? La Convenció n Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra
las Mujeres entró en vigor en 1995, La Convenció n afirma que la violencia contra las
mujeres constituye una violació n de los derechos humanos y que limita de forma parcial o
total, el reconocimiento, goce y ejercicio de tales derechos para las mujeres (artículos 4 y
5). La Convenció n, ademá s, define la violencia como cualquier acció n o conducta basada en
su género, que cause muerte, dañ o o sufrimiento físico, sexual o psieoló gico a la mujer,
tanto en el á mbito pú blico como en el privado (artículo
.? Es de mencionar que los avances en materia de protecció n y garantía de los Os de la
mujer a vivir una Vida libre de violencia alcanzados en el á mbito jurídico onalha tenido un
impar positivo en nuestro marco jurídico nacional. En ese
PNC
7
A ASLICA DEL
e Po,
do / (
E” sentido, ha irradiado en nuestra normativa siguiente cuadro comparativo:
interna tal como se puede apreciar en el
CONVENCIÓ N INTERAMERICANA PARA PREVENIR, SANCIONAR Y ERRADICAR LA
VIOLENCIA CONTRA LA MUJER (CONVENCIÓ N DE BELÉ M DO PARÁ )
LEY PARA PREVENIR, SANCIONAR Y ERRADICAR LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES Y
LOS INTEGRANTES DEL GRUPO FAMILIAR LEY N* 30364
Artículo 1
(...) debe entenderse por violencia contra la rujer cualquier acció n o conducta, basada en su
género, que cause muerte, dañ o O sufrimiento físico, sexual o psicoló gico a la mujer, tanto
en el á mbito pú blico como en el
privado.
Artículo 2
Se entenderá que violencia contra la mujer incluye la violencia física, sexual y psicoló gica:
a. quetenga lugar dentro de la familia o unidad doméstica o en cualquier otra relació n
interpersonal, ya sea que el agresor comparta o haya compartido el mismo domicilio
que la mujer, y que comprende, entre otros, violació n, maltrato y abuso sexual;
b. que tenga lugar en la comunidad y sea perpetrada por cualquier persona y que
comprende, entre otros, violació n, abuso sexual, tortura, trata de personas,
prostitució n forzada, secuestro y acoso sexual en el lugar de trabajo, así como en
instituciones educativas, establecimientos de salud o cualquier otro lugar, y
Cc. que sea perpetrada o tolerada por el Estado o sus agentes, donde quiera que ocurra,
Artículo 5 La violencia contra las mujeres es cualquier acció n o conducta que les cause
muerte, dañ o o sufrimiento físico, sexual o psicoló gico por su condició n de tales, tanto en el
á mbito pú blico como en el privado, Se entiende por violencia contra las mujeres: a. La que
tenga lugar dentro de la familia o unidad doméstica o en cualquier otra relació n
interpersonal, ya sea que el agresor comparta o haya compartido el mismo domicilto que la
mujer. Comprende, entre otros, violació n, — maltrato fisico O— psicoló gico y abuso sexual.
b. La que tenga lugar en la comunidad, sea perpetrada por cualquier persona y comprende,
entre otros, violació n, abuso sexual, tortura, trata de personas, prostitució n forzada,
secuestro y acoso sexual en el lugar de trabajo, así como en instituciones educativas,
establecimientos de salud o cualquier otro lugar. c. La que sea perpetrada o tolerada por el
Estado o sus agentes, donde quiera que ocurra.
co Tal es así que, respecto de la violencia que sea perpetrada o tolerada por el Estado, la
Ley 30862”, Ley que fortalece diversas normas para prevenir, sancionar y erradicar la
violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar, efectuó una modificació n
del artículo 18 de la Ley 30364. Estatuyó que: “En la actuació n de los
operadores de justicia, originada por hechos que constituyen actos de violencia contra las
mujeres y los integrantes del grupo familiar [...] deben seguir pautas concretas de actuació n
que eviten y, protedimientos discriminatorios hacia las personas involucradas en situació n
de víctimas.
IN
Sto
/
ifica algunos artículos de la Ley 30364, 16
publicadá el 25 de octubre de 2018,
over ocufPariencia, relacionada, entro otros aspectos. Se debe evitar, en todo momento, la
aplicació n de
P criterios basados en estereotipos que generen discriminació n”. 32. En lo que concierne al
supuesto de violencia de un miembro del grupo familiar contra otro que no califique como
violencia de género, el espacio familiar en la que É
en la totalidad del nú cleo familiar que la percibe, tolerancia
/ y tiene lugar tiende a generar, | a los actos de violencia y, peor aú n, la repetició n futura de
dichas prá cticas, infiriéndose razonablemente su repercusió n en la violencia de género del
mañ ana, por lo que se busca prevenir las raíces de la violencia. Así ha sido denotado en la
Asamblea Mundial de la Salud, en su reunió n de 1996, en Ginebra, donde se aprobó la
Resolució n
WHA49.25, que declaró a la violencia como uno de los principales problemas de salud
ú blica en todo el mundo,
3. La naturaleza del delito, los bienes jurídicos comprometidos, los motivos de su
ncorporació n como delito, los tratados internacionales y la innegable realidad de su
presencia en la sociedad como acto precedente a resultados má s lesivos, especialmente, en
lo que atañ e a la mujer, hace sumamente evidente el interés pú blico gravemente
comprometido que está detrá s de la investigació n, procesamiento y efectiva sanció n de los
perpetradores de este delito. Este contexto hace inviabie la aplicació n del principio /
de oportunidad segú n los supuestos contemplados en los literales b y c, del inciso 2, del
artículo 2 del Có digo Procesal Penal.
B. DE LA APLICACIÓ N DEL ACUERDO REPARATORIO
34.” Acerca del icugrdo Reparatorio existen planteamientos teó ricos que afirman que tal
figura jurídica es independiente y diferente al principio de oportunidad. Ambas figuras
tendrían, por tanto y desde esa perspectiva, supuestos de aplicació n diferentes*, Esta
postura sería compartida por el Ministerio Pú blico conforme se puede apreciar en el
Reglamento de aplicació n del principio de oportunidad y acuerdo reparatorio (018)!
35. Por lo demá s, el eugrdo Reparatorio, estipulado en el artículo 2, inciso 6, del Có digo
Procesal Penal, es un criterio adicional de oportunidad, distinto del previsto en los
incisos anteriores —que tienen como fuente la legislació n germana. Tiene dos
características” centrales que habilitan su aplicació n —siempre que no se den los
Uipuestos de inaplicació n expresamente establecidos—. Primero, a diferencia del DN
criterio de oportunidad, requiere necesariamente un acuerdo entre el imputado
.n
'Ambas figuras tienen supuestos de aplicació n, diferentes; es facultativo el principio de
oportunidad ya que se valora conceptos indeterminados como por ejemplo el inffá rés
pú blico y es obligatorio aceptar la aplicació n de un acuerdo reparatorio”
respecto solo de sín grupo limitado y preciso de delitos. 2 bado mediante Resolució n de la
Fiscalía d ació n 1245-2018-MP-FN, de 20 de abril de 2018,
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LIGA DEE o, e? A
Py la parte agraviada. Segundo, comprende supuestos taxativos, procede para un nú mero
romero Ae delitos determinados. o 0% ] co La viabilidad de su aplicació n en los delitos que
son materia de aná lisis será
analizada desde la perspectiva de ambas características.
36." En los delitos que procede un acuerdo reparatorio —supuesto taxativo de / aplicació n
el precepto procesal consideraba el delito previsto en el artículo 122 del Có digo Penal
(lesiones leves). Sin embargo, es de aclarar que este dispositivo legal hizo referencia al
texto legal del artículo 122 del Có digo Penal vigente en el añ o 2004, esto es, antes de las
reiteradas modificaciones legislativas que le fueron realizadas. En consecuencia, los
artículos 122, inciso 3, literal d), y 122-B del Có digo Penal, hoy vigentes, tienen elementos
contextuales y tutelan bienes jurídicos —detallados en los apartados previos— que los
diferencian sustancialmente del primigenio artículo 122 del ó digo Penal sobre el cual se
estructuró la posible aplicació n de un acuerdo eparatorio.
7.2 En lo referido a la posibilidad de que exista un acuerdo entre el imputado y la parte
agraviada —como presupuesto para la aplicació n del acugrdo rgparatorio— corresponde
realizar una interpretació n que guarde coherencia con la normativa, tanto nacional como la
consagrada en los instrumentos internacionales.
38." En el marco de las modificaciones legislativas para prevenir, sancionar y erradicar
( Y la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar, que reconocen la
posició n de desventaja estructural de la víctima en estos casos de violencia, se estableció
expresamente en el artículo 25 de la Ley 30364 la prohibició n de confrontació n —-o, mejor
dicho, careo— y conciliació n entre la víctima y el agresor. Igualmente, el artículo 32 del
Reglamento de la Ley 30364, modificado por el Decreto Supremo 004-2019-MIMP,
prescribió que no procede el archivo de la denuncia a pedido de la persona denunciante; y,
su artículo 6-B, estatuyó que es improcedente la aplicació n o promoció n de cualquier
mecanismo de negociació n y conciliació n entre la victima y la persona agresora que impida
la investigació n y sanció n de los hechos de violencia, bajo responsabilidad del servidor o
funcionario a cargo.
• 00 El fundamento de esta disposició n legal es diverso. Por un lado, los derechos
vulnerados por la violencia de género o por la violencia intrafamiliar, por su categoría
de fundamentales, son indisponibles, aú n para la víctima. Por otro lado, procura evitar
la revictimizació n o victimizació n secundaria, en tanto el contacto con el agresor
tiende a incrementar el dañ o sufrido por la víctima. Una perspectiva de interpretació n
el ordenamiento jurídico que pretenda ser coherente, anuncia tempranamente el sentido
interpretativo de que nose debe aplicar la institució n del acuerdo reparatorio en delitos de
violencia de género y tiolencia doméstica.
Ye “ar.
" 39.2 A mayor detalle, la referida disposició n no es exclusiva de nuestra legislació n
nacional, sino que se encuentra en coherencia con los dispositivos internaciones de los
PODER JUDICIAL cuales el Estado forma parte. En efecto, el Comité CEDAW, a través de su
Recomendació n General 33, pá rrafo 58 c), señ aló que respecto al enjuiciamiento y el
castigo de la violencia por razó n de género contra la mujer, debe velarse para que no
sea remitida a ningú n tipo de procedimiento alternativo de arreglo de controversias, como
la mediació n o la conciliació n, y que el uso de procedimientos alternativos debe regularse
estrictamente, y permitirse ú nicamente cuando una evaluació n anterior por parte de un
equipo especializado garantice el consentimiento libre e informado de las victimas y
supervivientes, siempre que no existan indicadores de nuevos riesgos para las víctimas y
supervivientes o sus familiares.
40.2 En el mismo sentido, desde una perspectiva convencional, la Corte Interamericana
de Derechos Humanos, en el caso SCoIDH Espinoza Gonzá les vs. Perú , pá rrafo 280, precisó
que la ineficacia judicial frente a casos singulares de violencia contras las violencia en
general y envía un mensaje segú n el cual la violencia contra las mujeres
mujeres propicia un ambiente de impunidad que facilita y promueve los hechos de puede
ser tolerada y aceptada, lo que favorece su perpetuació n y la aceptació n social del
fenó meno, el sentimiento y la sensació n de inseguridad de las mujeres, así como una
persistente desconfianza de estas en el sistema de administració n de justicia. Dicha
ineficacia o indiferencia constituye en sí misma una discriminació n de la mujer en el acceso
a la justicia. Este á mbito ha sido reconocido expresamente también en el inciso c, del
artículo 5, de la Ley 30364, al considerar que la violencia contra la mujer, tolerada por el
Estado o sus agentes constituye, en sí misma, una manifestació n específica de violencia
contra la mujer.
Y
41. Igualmente, el Comité de Expertas del Mecanismo de Seguimiento de la Convenció n
Belem do Pará (MESECVD),, a través de su Recomendació n N* 1 sobre “Legítima
defensa y violencia contra las mujeres” recuerda que en contextos de violencia contra
las mujeres, tal violencia es constante ya que la conducta del agresor en situació n de
convivencia puede suceder en cualquier momento y ser detonada por cualquier
circunstancia; consecuentemente, la mujer víctima tiene temor, preocupació n y
tensió n “constantes”, forma parte de un continuum de violencia donde se podría
precisar el inicio pero no el fin de la situació n. Y el cará cter cíclico de la violencia en la
vida cotidiana familiar, determinan el deber estatal, conforme señ ala la Convenció n
Belem do Pará (artículo 7), de tomar todas las medidas apropiadas para modificar
practicas jurídicas que respalden la persistencia o tolerancia de la violencia contra las
, 42.5 Es decir, en la interpretació n y aplicació n de las normas nacionales se debe j¡entificar
las desigualdader estructurales existentes para las mujeres, así como las diná micas
particulares della violencia contra ellas, especialmente en el á mbito
AN
46. Cabe precisar que esta salvedad no alcanza al proceso especial de terminació n
anticipada y el instituto de la conformidad procesal, en tanto no implican una
• negocfació n con la víctima en sentido fuerte ni está n dirigidos a evitar la sanció n
penal. A
2 En virtud de Já modificatoria del artiqhlo 47 de la Ley 30364 realizada mediante ) Y / 20
4
PODER JUDICIAL
ve
• segú n el caso) que se articula como un có ntrol continuado mediante medios
tecnoló gicos que permita simultá n
su pretensió n resarcitoria”,
$ 4. La PUNIBILIDAD EN LOS REFERIDOS DELITOS
47. El artículo 28 del Có digo Penal regula las penas aplicables en: (7) privativa de libertad;
(1) restrictiva de la libertad; (211) limitativa de derechos; y, (dv) multa.
v0 A su vez, el artículo 31 del Có digo Penal establece tres clases de penas limitativas de
derecho: (1) prestació n de servicios a la comunidad; (¿f) limitació n de días libres; y, (¿1¿)
inhabilitació n. Las dos primeras pueden ser aplicadas como autó nomas pero también como
sustitutivas o alternativas de la pena privativa de libertad cuando la sanció n sustituida, a
criterio del juez, no sea superior a cuatro añ os”*, Adicionalmente, como pena limitativa de
derechos, también es de aplicació n la vigilancia electró nica personal”.
vo Las alternativas punitivas que el Có digo Penal reconoce al juez, asimismo, comprenden
la suspensió n de la ejecució n de la pena privativa de libertad (artículo 57 del Có digo Penal)
o imposició n de la reserva del fallo condenatorio (artículo 62 del Có digo Penal), claro está
en tanto se cumplan los supuestos que lo habilitan.
48." La Ley 30710, publicada el 29 de diciembre de 2017, modificó el ú ltimo pá rrafo del
artículo 57 del Có digo Penal y eliminó la posibilidad de aplicar, como medida alternativa a
la pena privativa de libertad, la suspensió n de la ejecució n de la pena. A tenor del mismo,
“[...] la suspensió n de la ejecució n de la pena es inaplicable [...] para las personas
condenadas por el delito de agresiones en contra de las mujeres o integrantes del grupo
familiar del artículo 122-B y por el delito de lesiones leves previsto en los literales c), d) y
e), del numeral 3 del artículo 122 del Có digo Penal”. Es de precisar que cuando el
dispositivo legal señ ala su inaplicabilidad a las personas condenadas, no implica que se
exija una condena previa para su aplicació n, como erradamente se ha llegado a interpretar.
co Ante esta prohibició n expresa del legislador no concurre una interpretació n posible bajo
la cual, en dichos delitos, se pretenda aplicar la suspensió n de la ejecució n de la pena. Sin
embargo, el juez está habilitado a aplicar las penas sustitutivas previstas en el precepto
legal cuando concurran los supuestos previstos por ley.
23+La garantía de tutela jurisdiccional de la víctima debe ser respetada en el proceso penal,
bajo un sistema como el francés -Qque sigue nuestro Có digo Procesal Penal- que prevé el
proceso civil acumulado al penal”. Acuerdo Plenario 04-2019/CH- 116. Asunto: Absolució n,
sobreseimiento y reparació n civil, Prescripció n y caducidad en ejecució n de sentencia en el
proceso penal. Fundamentoquridico vigésimo noveno. 14LBetrreto Legislativo 1322, en su
artículo 1, establece que tiene como objeto regular la vigilancia electró nica personal como
alternativa de restricció n en las medidas coerció n procesal, como un tipo de pena aplicable
por conversió n o su imposició n en el otorgamiento de un beneficio penitenciario. G la,
% Se trata de una medida (pena convertida -sustitutivo penal o subrogado penal- o
restricció n específica de la Cobre ente al
“Vigilancia
electró nica personal. Fundamento juridicd ¿exto.
A DEL e, guar E E e
eooer Ane digo Penal, procede: (1) cuando el delito está sancionado con pena privativa de
libertad no mayor de tres añ os o con multa; (¿7) cuando la pena a imponerse no supere las
noventa jornadas de prestació n de servicios a la comunidad o de limitació n de días libres; y,
(+18) cuando la pena a imponerse no supere los dos añ os de inhabilitació n.
oo Respecto de su aplicació n al delito de lesiones leves, contemplado en el artículo 122,
inciso 3, literales c, d, y e, del Có digo Penal, ésta no procede en cuanto se sanciona con una
pena no menor de tres ni mayor de seis añ os de privació n de libertad, por lo que excede lo
estipulado en el primer supuesto para la aplicació n de reserva del fallo condenatorio. En lo
referido a su aplicació n al delito previsto en el artículo 122-B del Có digo Penal, si bien el
marco legal de la pena privativa de libertad cumple con el primer supuesto enunciado; este
delito también conmina una pena de suspensió n de la patria potestad segú n el artículo 36
del Có digo Penal, como pena principal, por lo que no satisface el tercer supuesto necesario
para su aplicació n.
50. Asimismo, aun cuando expresamente no se estipuló , es evidente que el juez,
obligado a interpretar las normas de acuerdo a la Constitució n y los tratados
internacionales —entre los que se encuentran la Convenció n sobre la Eliminació n de
odas las Formas de Discriminació n contra la Mujer y la Convenció n Interamericana
ara Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, ademá s de las
sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, como la SCoIDH Campo
Algodonero vs. México—, debe limitar que no impedir— la aplicació n de instituciones
Y sustantivas alternativas de menor rango en tanto no impliquen efectividad de la
sanció n, como la reserva de fallo condenatorio, prevista en el artículo 62 del Có digo Penal.
51. El Có digo Penal prevé otras medidas alternativas a la pena privativa de libertad que el
juez puede imponer, detalladas en el fundamento jurídico 47 del presente Acuerdo
Plenario, entre ellas, la conversió n de pena privativa de libertad a pena limitativa de
derechos: prestació n de servicios a la comunidad, limitació n de días libres y vigilancia
electró nica personal, conforme lo estipulado en el artículo 32, en concordancia con el
artículo 52, ambos del Có digo Penal. Esta posibilidad, a diferencia de la suspensió n de
la ejecució n de la pena, conlleva a la imposició n y cumplimiento efectivo de una
sanció n penal.
52.2 En estos casos la viabilidad de la conversió n de la pena privativa de libertad en penas
limitativas de derechos o de multa está condicionada al cumpliendo estricto del
1ncipi proporcionalidad, adecuada a los fines preventivos especial y general que se esperan
de la pena. El Juez debe efectuar, motivadamente, un juicio de pronó stico futuro que le
permita inferir que el sentenciado no cometerá un nuevo delito de la » misma naturaleza, a
cuyo efegio deberá atender a los antecedentes del imputado —aun
ando se encuentren cancela por delitos de similar naturaleza u otro de cará cter $ IA