Nacimiento Lenguas Romances (Pronto)

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Apuntes sobre Lenguas Romances. Lit. Española. Prof.

Fernando Rocha

El nacimiento de las lenguas romances


Por Arone-Ru Gumas López (Universidad de Chile: Facultad de Filosofía y Humanidades. Supervisión: Prof.
Soledad Chávez)

Son muchos los factores que desencadenan que el latín evolucionara en las lenguas romances, por medio del
siguiente trabajo se dará cuenta de aquellos que han sido más reconocidos por los estudiosos de la Lingüística
Románica.
El latín, la lengua de la que se derivan las lenguas romances, y que se expandió conjuntamente con la
ascensión del Imperio Romano, no era una lengua homogénea. La mayoría de los autores rescata la existencia
de un latín culto, unificado y codificado en la escritura, y de un latín, llamado vulgar, el que era más proclive a
las variaciones por ser de carácter más cotidiano debido a su uso en el habla.
Para autores como Coseriu 1 y José E. Gargallo estas experiencias se explican tanto por fenómenos sociales
como geográficos entre los que se pueden distinguir:
 Las diferencias cronológicas de la colonización, ya que las oleadas colonizadoras no se
producen simultáneamente y el latín que hablaban los conquistadores era distinta según el tiempo.
 Influye también los distintos lugares de procedencia de los soldados romanos, quienes llevaban
a cabo la adhesión de los distintos territorios al Imperio, lo que provocaba diferencias dialectales dentro del
propio ejército.
 El influjo del sustrato pre-romano, es decir, que el latín durante su expansión entró en contacto
con otras lenguas. Cabe mencionar el caso de la Península Itálica en la que, antes de la extensión del latín,
los hablantes se servían de otras lenguas para comunicarse, como el osco, el umbro, etc. (Vidos:201)
 La evolución interna del latín. La lengua está constantemente cambiando producto de la acción
de los hablantes.
 Las relaciones entre colonias y metrópolis, esto quiere decir que aquellas colonias que
mantenían una relación cercana entre sí y se encontraban lejos de un centro urbano desarrollaban la lengua
de manera diferente a los territorios que sí mantenían una comunicación fluida con una metrópolis.
Pero si bien el latín no era una lengua homogénea, se considera una unidad porque permitía la
intercomunicación. Para muchos autores la unidad política del Imperio salvaguardaba la uniformidad de la
lengua.
Tras la caída del Imperio Romano de Occidente (476 d.C.) se produce también el quiebre en la unidad
lingüística, ya que el latín pierde el poder integrador que ejercía como lengua de administración. Lo que a su
vez provoca que la norma hablada se vaya alejando de la escrita. Aún así el latín se mantiene como lengua de
cultura, ya que es la única lengua escrita del territorio romance. Se mantuvo bastante estable durante siglos e
incluso la escritura de Cicerón, por ejemplo, al convertirse en clásico, se volvía a la vez un modelo de escritura
digno de imitación.
Gargallo hace notar que se ha caído en un error histórico al considerar que el latín literario era un latín otro,
el que recibió el nombre de vulgar, cuando para el autor el fenómeno es más bien el contrario, es decir, el latín
literario “va forjando modelos y usos que lo diferencian del latín tout court2” (79).
Los hablantes no perdieron el contacto con el latín, ya que esta era también la lengua de culto, usada por la
Iglesia -cuya sede se encontraba en Roma-, como órgano de expansión y de conversión al Cristianismo. Más
adelante para la extensión del culto, se usa toda una serie de otras lenguas, lo cual favorecerá a las lenguas
nacionales.
A medida que fue pasando el tiempo “el latín se acomodó desde el punto de vista de la fonética, del léxico y
también de la gramática de los respectivos dialectos locales, de tal forma que incluso en el ámbito de los textos
escritos se llegó a una dialectización 3”. Aunque, para Gargallo “la lengua hablada tardó bastante en provocar
una sustitución de la lengua escrita”.
El hecho de que en el siglo VIII imperara el romance como lengua hablada en la Romania, provocaba una
situación de diglosia, esto sucede en especial cuando una de las dos lenguas goza de mayor prestigio 4. Este
escenario probablemente significaba un esfuerzo para los escritores de la época; debido a la dificultad de
escribir en una lengua que ya no se hablaba, de allí que el escribir “correctamente” dependiera precisamente del
punto en que dominaban el latín. Ello explica que en muchos documentos de la época se observen “errores” o
“faltas” en la norma clásica, en los cuales se entrevé el influjo de las lenguas romances.
1
Coseriu, Eugenio. 1954: El llamado “latín vulgar”y las primeras diferenciaciones romances.
2
Vos francesa para “a secas”.
3
Pöckl, Wolfgang; Rainer, Franz y Pöll, Bernhard. 2004: Introducción a la lingüística románica. Madrid: Gredos. Pág. 54.
4
Véase en www.rae.es
1
Algunos autores proponen que la lengua latina escrita comenzó a arromanzarse 5, es decir que la norma latina
empezó a contaminarse con formas romances y los textos que se producían en la época daban cuenta de ello.
Este fenómeno produjo que ya no fuera tan sencillo entender un texto, por lo que entre los siglos VIII-X
comenzaron a aparecer glosarios6 con el fin de abordar dichos documentos. Este fenómeno, entre otros, es uno
de los que desencadena el llamado Renacimiento Carolingio del latín 7.
En tiempos de Carlomagno el latín era escrito cada vez peor, ya que se hacía cada vez más difícil reprimir la
lengua vulgar, por lo que se realizó un reforma lingüística (en el año 782 d.C. aproximadamente) que buscaba,
entre otros aspectos, recuperar la norma de Cicerón. Así se ponía al latín, nuevamente en un lugar de honor, lo
que incluso derivó en el uso de este como una lengua de comunicación internacional, es decir, era el medio con
el cual los viajeros se comunicaban cuando llegaban a otro territorio, lo que sería un análogo al Inglés de hoy en
día. Este retorno al latín clásico, provocó una diferenciación definitiva con la lengua vulgar.
Los primeros testimonios escritos de la lengua vulgar, son en su mayoría textos utilitarios 8, los cuales se han
conservado más por ese valor que por su prestigio. Entre ellos es posible encontrar: sermones, contratos, glosas 9
(las que explicaban palabras de textos en latín), glosarios, versiones interlineales (traducciones encontradas en
los textos que daban cuenta de cada palabra del manuscrito). Inclusive la literatura vulgar gozaba de poco
prestigio para los siglos XII-XIV.
Poco a poco, y en siglos posteriores, la lengua vulgar recibirá mayor aceptación alcanzando incluso el
prestigio. Pero para que ello ocurriera fue fundamental el papel que jugó la Iglesia. Primeramente al suscribir el
artículo 17 del Concilio de Tours en el año 813, el que facultaba a los sacerdotes a celebrar las liturgias en
lengua popular «rustica romana lingua» 10, y de esta manera hacer más comprensible al pueblo la prédica, ya que
luego de la Reforma Carolingia se hizo menos comprensible que antes. Dicho hecho conllevó un
reconocimiento universal de la nueva lengua y es considerada como “el acta de nacimiento del Romance”
(Vidos: 253). Aún así dicha medida no tuvo mayor influjo en la escritura, puesto que para este tiempo los
sermones aún eran orales.
En 842, casi treinta años más tarde del Concilio de Tours, aparece escrito en romance el texto más antiguo
que se data en esta lengua: los Juramentos de Estrasburgo.
Como se ha mencionado, solo siglos después la escritura en romance comenzará a tener cierto prestigio,
incluso “el Cantar de Mío Cid, único cantar de gesta castellano trasmitido” 11, se conserva en una única copia
que data de comienzos del s. XIV. Ello se explica debido a que la mayoría de las narraciones se compartían de
manera oral, puesto que durante la Edad Media las tasas de analfabetismo de la población eran altísimas, y el
monopolio de la escritura descansaba en manos del clero, de allí que las obras de carácter religioso tuviesen
mayores posibilidades de ser conservadas en textos que las narraciones profanas.
A pesar de los testimonios que existen de textos en lenguas romances, la mayoría de estas voces vulgares se
han perdido, puesto que era bastante común que los copistas de la época igualaran las voces romances a las
voces originales del latín cuando se encontraban con ellas en los manuscritos 12.
Muchos autores reconocen en la literatura al factor más importante en la aparición de las variantes
lingüísticas. Aunque se reconoce literatura en francés producida durante la Edad Media, el alcance que esta
tuvo fue solo de índole regional, ya que la lengua francesa englobaba una serie de dialectos, en base a los cuales
se construyó posteriormente la lengua de cultura. Algunos autores nombran como excepción a este proceso la
lengua provenzal, la que se constituyó como una lengua de uso común entre los trovadores de los siglos XI al
XII, quienes incluso poseían otra lengua materna distinta al provenzal. Para los estudiosos el provenzal se
configura como una lengua supradialectal fija desde sus comienzos, pero aclaran que ello se debe a que se
desconocen las primeras fases de conformación de dicha lengua 13.
Pero cuando las variantes regionales tienden a homogeneizarse por contacto de los hablantes, se está en una
presencia de una Koiné14, que es la forma en que se designan las variantes suprarregionales de una lengua.
Hay dos fases de conformación de las lenguas romances en el plano de la escritura: la primera de ellas
ocurre durante la tardía Edad Media, este fenómeno respondió en su mayoría a factores políticos; se puede
mencionar como ejemplo el caso del Castellano, el cual tras la reforma de Cluny (en el siglo XI) a manos de

5
Pöckl, Wolfgang; Rainer, Franz y Pöll, Bernhard. 2004: Introducción a la lingüística románica. Madrid: Gredos. Pág. 54.
6
Catálogo de palabras oscuras o desusadas, con definición o explicación de cada una de ellas. www.rae.es
7
Gargallo, José Enrique y Bastardas, María Reina. 2007: Manual de lingüística románica. Barcelona: Ariel.
8
Pöckl, Wolfgang; Rainer, Franz y Pöll, Bernhard. 2004: Introducción a la lingüística románica. Madrid: Gredos. Pág. 54
9
Glosa: explicación o comentario de un texto oscuro o difícil de entender. www.rae.es
10
Vidos, Benedek Elemer. 1968: Manual de lingüística románica. Madrid: Aguilar. Pág. 252.
11
Pöckl, Wolfgang; Rainer, Franz y Pöll, Bernhard. 2004: Introducción a la lingüística románica. Madrid: Gredos. Pág. 55.
12
Ibid.
13
Pöckl, Wolfgang; Rainer, Franz y Pöll, Bernhard. 2004: Introducción a la lingüística románica. Madrid: Gredos. Pág. 56.
14
Información extraída desde http://etimologias.dechile.net.
2
Alfonso VI y secundado por la Iglesia, se impuso el uso del castellano por sobre el latín culto 15 con la finalidad
de extender el culto y hacer más asequibles los documentos religiosos, como las hagiografías, por ejemplo. Pero
cabe mencionar que el italiano y el occitano son excepciones a lo primeramente expuesto, ya que son los que
factores de índole cultural los que tuvieron mayor influencia en la conformación de estas lenguas.

Expansión de las lenguas Romances al final de la E. Media.16


La segunda fase de consolidación vino de la mano del Humanismo, lo que produjo que la mayoría de las
lenguas romances se fijaran, con mayor o menor éxito, en diccionarios y gramáticas. Proceso que fue facilitado
por la invención de la Imprenta a manos de Guttemberg, lo que colaboró en la masificación de una cultura, que
aunque, seguía en manos de una elite, ya no era monopolizada solo por el clero.
Para producir la fijación de las lenguas, se utilizó el modelo del latín, siguiéndose muy de cerca el modelo
de las gramáticas latinas, lo cual trajo bastantes complicaciones ya que costó mucho darle un lugar adecuado a
los artículos en las gramáticas, elemento que el latín no poseía. En la Primera Edición de la gramática de
Nebrija, se puede apreciar que está escrita en latín
Sobre los términos dialecto y lengua: el primero de ellos hace referencia a un sistema lingüístico que es
considerado por un grupo delimitado geográficamente pero que no posee la categoría de lengua. El segundo
hace referencia a un sistema lingüístico que posee un vocabulario y gramáticas que le son propias y que son
característicos de una época17.
Las lenguas son un factor que conforma identidad, de allí la necesidad de estandarizar 18 y codificar la
lengua, además de acceder, en el caso de los dialectos, a dicha categoría. La lengua, a su vez, frecuentemente,
desempeña un importante papel en factores políticos e ideológicos 19. Aquellos grupos que quieran separarse
políticamente lo harán también lingüísticamente, tal es el caso hoy en día, de regiones como las de habla
catalana en España.
Las lenguas romances han evolucionado en el tiempo y se han constituido como lenguas nacionales.
Actualmente la lengua romance más hablada es el Español, con un número cercano a los 365 millones de
hablantes, seguido de cerca por el Portugués con cerca de 180 millones.
Discrepancias: Si bien muchos autores comparten puntos de vista bastante similares con respecto a la
evolución de las lenguas romances, cabe mencionar una voz disidente al respecto: Yves Cortez, quien en su
libro El verdadero origen de las lenguas romances 20, desarrolla una teoría que se aleja bastante de las
propuestas ya explicitadas. Este autor niega que habría sido el latín vulgar la lengua de la cual derivaron las
lenguas romances. Para realizar dicha afirmación se basa en cuatro elementos que comparten las lenguas
romances y que no se encuentran presentes en el latín; ellos son:

15
Vidos, Benedek Elemer. 1968: Manual de lingüística románica. Madrid: Aguilar. Pág. 254.
16
Extraído de http://recursos.cnice.mec.es/latingriego/Palladium/cclasica/images/esc333map2.jpg
17
Acepciones extraídas desde www.rae.es pero que no son citas íntegras del sitio.
18
Fijación de una norma para la pronunciación, escritura, léxico y gramática, en Pö ckl, Wolfgang; Rainer, Franz y Pöll, Bernhard. 2004:
Introducción a la lingüística románica. Madrid: Gredos.pág 60.
19
Ibid. Pág 58.
20
Cortez, Yves. Le français ne vient pas du latin. L'Harmattan. 2007
3
 En primer lugar menciona una serie de diferencias en el vocabulario, como ejemplo se puede citar la
voz ‘guerra’ en español, que “se dice ‘guerre’ en francés, y ‘guerra’ en italiano y portugués, pero se dice
‘bellum’ en latín”.
 No considera que la gramática latina tenga mayor semejanza con la gramática de la mayoría de las
lenguas romances.
 De la misma manera plantea la existencia de serias inconsistencias entre la sintaxis del latín con la de
las lenguas romances.
 Establece que no existe en las lenguas romances un género neutro, que en cambio, sí está en el latín.
En base a lo que para el autor son contradicciones, desarrolla la hipótesis de que habría sido otra lengua, la
que designa como “italiano antiguo”, la lengua de la cual habrían evolucionado el resto de las formas romances.
Propone también que fue el latín, escogido e impuesto como norma culta, el que impidió que se accediera a esta
lengua de esencia puramente oral, hablada por los romanos. Así el latín sería, desde siempre, una lengua
destinada a la escritura y hace la analogía con los tiempos de Jesucristo, en los que la lengua hablada era el
arameo, pero la variante culta para la escritura era el hebreo.
Apuntes finales: No se puede dar cuenta de forma real y acabada de los procesos que habrían producido la
evolución de las lenguas romances desde la lengua latina, ya que los documentos escritos, a los que se tiene
acceso para investigar este cambio, son limitados y no permiten una visualización global del fenómeno, pues
solo admiten un acercamiento sincrónico a un fenómeno que es eminentemente diacrónico, es decir, que se va
sucediendo a través del tiempo.

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