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ASOCIACIÓN DE GUÍAS Y SCOUTS DE CHILE

Comisión Proyecto Educativo Institucional (PEI)

CONGRESO NACIONAL GUÍA Y SCOUT 2010


La Asociación que viene
Centro Scout Picarquín, Mostazal, 4 y 5 de septiembre de 2010

UNA MIRADA A 100 AÑOS


Breve reseña histórica de Guías y Scouts de Chile

Por Alberto Del Brutto


Ex Director Regional, Región Interamericana, Oficina Scout Mundial

Consideramos que Alberto Del Brutto es un actor válido para dar una mirada retrospectiva a
nuestra Asociación, aportando un equilibrio apropiado entre proximidad y distancia. Dirigente de
Scouts de Argentina desde junio de 1972, estuvo por primera vez en Chile en 1979, participando
por su país en el Seminario de Desarrollo de la Comunidad del Cono Sur. En 1983 fue designado
por la Oficina Scout Mundial como Ejecutivo de Cooperación Técnica para el Cono Sur, cargo que le
permitió visitar el país en numerosas oportunidades y dirigir cursos y eventos. Entre 1991 y 1992
se desempeñó en San José, Costa Rica, como Director de Administración de la Región
Interamericana. En 1992, junto con la apertura de la sede de la OSI en Santiago, se trasladó a vivir
a Chile, desempeñándose como Director de Recursos Humanos de la Región. En 1997 condujo la
elaboración de la Pauta de Recursos Humanos del 19º Jamboree Scout Mundial y luego, entre 1998
y 1999, dirigió la misma área durante la organización y realización del evento en nuestro país.
Entre 2006 y 2009 fue Director Regional de la OSI y actualmente ha fijado su residencia definitiva
en Santiago. Observador acucioso, acostumbrado a apreciar y registrar detalles, ha sido testigo y
partícipe de la vida institucional durante 32 años, casi un tercio de esa vida, lo que le ha permitido
conocerla por dentro, manteniendo la independencia de un extranjero y la perspectiva que le
proporciona su extensa participación internacional. Agradecemos su colaboración en la autoría de
este documento, que esperamos sirva de inicio a mayores reflexiones sobre nuestra historia de
propósito, tan desatendida e ignorada en las últimas dos décadas.
Comisión PEI

Para contribuir al análisis de la memoria histórica de la Asociación de Guías y Scouts de Chile,


me ha parecido útil distinguir cinco etapas que considero claramente delimitadas por hechos
igualmente significativos.

Primera etapa: 1909-1949.


Desde la visita de Baden-Powell a Chile
hasta la primera actividad internacional de formación de dirigentes
(Fundación, crecimiento, consolidación, tendencias heterodoxas y estancamiento)

El aroma del café y la famosa charla


en el Salón de Honor de la Universidad de Chile
Parece que la curiosidad de Baden-Powell por el aroma que emanaba de un barco que traía
café y especias del Brasil a Southampton lo impulsó a obtener un pasaje de ida y vuelta a
Sudamérica a cambio de redactar e ilustrar un artículo que la compañía naviera usaría en su
publicidad.1

1
W. Hillcourt, Baden-Powell, Las dos vidas de un héroe, traducción de F. Díaz L., Caracas, 1992, p. 383.

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Así, el viernes 19 de febrero de 1909 inició un viaje que lo llevaría a Río de Janeiro, a Buenos
Aires y finalmente a Santiago de Chile, donde su presencia y sus palabras detonaron la
internacionalización formal del Movimiento Scout.

En Buenos Aires residentes británicos habían comenzado a partir de agosto de 1908 algunas
experiencias scouts y, así, el domingo 14 de marzo cuando llegaba al puerto, Baden-Powell fue
recibido por una patrulla de la localidad de Lomas de Zamora.2 Durante una semana recibió
tratamiento de huésped de honor, participó en excursiones y visitas de inspección militar.
Manifestó su interés en viajar a Chile y el ferrocarril, propiedad de británicos, le obsequió el
pasaje hasta la Cordillera de los Andes. A partir de allí, dado que el túnel del ferrocarril
trasandino aún no había sido inaugurado, cabalgó por el paso a más de 3.700 metros de altura,
visitó el monumento al Cristo Redentor ubicado en la frontera (de lo cual nos ha quedado una
hermosa reflexión que escribió tiempo después)3 y entró a nuestro país para trasladarse de
inmediato en tren a Santiago, donde permanecería unos tres días.

El viernes 26 de marzo de 1909, en el Salón de Honor de la Universidad de Chile, a invitación


de diversas “sociedades sportivas”, Robert Baden-Powell realizó una presentación de su
“hobby” predilecto, la actividad scout. Entre los que convocaban a la conferencia se
encontraban el médico ginecólogo y fundador del Instituto de Puericultura don Alcibíades
Vicencio y el profesor del Instituto Nacional y director fundador del Instituto de Educación Física
y Manual don Joaquín Cabezas. Ambos habían recibido la ayuda del teniente coronel Enrique
Phillips para ubicar a Baden-Powell -quien había sido recibido por el Ejército de Chile, dada su
condición de general en servicio activo- y proponerle que diera la famosa charla. Hay registros
que indican que asistieron a la presentación el Presidente don Pedro Montt, el Ministro de
Guerra, don Darío Zañartu, entre otras personalidades, que tradujo a Baden-Powell don Carlos
Silva Vildósola y que también pronunciaron palabras el Dr. Vicencio y don Alfredo Ovalle
Vicuña.4

Sin duda sorprendió a los asistentes al decir: “Muchas instituciones se han propuesto […]
formar hombres […] dicen a los muchachos: ‘vengan y sean buenos’. Yo confieso que si a mí se
me hubiera dicho eso, habría sentido el impulso irresistible de ser malo. Entendamos la
cuestión de otra manera y procedamos como el pescador que para atrapar a los peces les
ofrece lo que les agrada. No pone en su anzuelo un pedazo de asado o una naranja, sino una
mosca o un gusano, porque esto es lo que a los peces les gusta.” 5

E ilustraba elementos del Método que proponía: “Ante todo, es preciso tener muy presente que
todo lo enseñamos por medio de juegos y ejercicios, y nada absolutamente por medio de
lecciones propiamente tales. […] puede desarrollarse lo mismo en las ciudades que en el
campo, pero, por supuesto, el campo es el verdadero terreno para aplicarla con todo su vigor
[…] Procuramos también desarrollar en ellos el sentimiento […] de ayudar a su prójimo…” E
invitaba a construir el programa de actividades a partir de la realidad local y personal: “… estas
son sólo indicaciones hechas al pasar. Hay muchas más que pudieran hacer y otras muchas
que ustedes mismos pueden descubrir dentro del espíritu general […] estudiando el carácter de
los niños, las costumbres del país, los gustos y aficiones peculiares.”

Se reconocen en estas palabras aspectos esenciales del Movimiento: acción educativa sobre la
base de los intereses de los jóvenes, aprendizaje por la acción, por el juego y por el servicio,
vida en naturaleza.

2
El Scout Argentino, revista de la Institución Nacional del Scoutismo Argentino, Buenos Aires, 1962.
3
R. Baden-Powell, Solo en los Andes, publicado en Cristo y el Rover, Sociedad E.V.C., México, 1959.
4
J. Rojas F., Los Boy Scouts en Chile, 1909-1953, Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, Santiago, 2006.
5
El Mercurio, Santiago, sábado 27 de marzo de 1909

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Por otra parte, reconocía que la idea ya se estaba esparciendo por diversos países:“En
Alemania, en Dinamarca y Rusia, se organizan grupos importantes… Estoy seguro que la idea
hallará adeptos en Chile y que muy pronto estará la institución produciendo entre ustedes sus
frutos.”

Por cierto, además de lo dicho de las actividades pioneras en Buenos Aires, se sabe que en
Chile un activo promotor de la educación física y biológica, don Demetrio Salas, había
impulsado una experiencia de tipo scout en La Serena antes de 1909, y así le fue reconocido
formalmente tanto en 1915 como en 1935.6

Nace la Asociación
Al terminar la conferencia del Fundador don Joaquín Cabezas tomó inscripciones a los
interesados en la idea. Una reunión en la Sociedad Médica dio comienzo a los encuentros para
dar forma a la iniciativa. El 5 de mayo fue elegido un directorio provisional, encabezado por el
Dr. Vicencio; el 12 del mismo mes quedó formalmente constituido el primer Directorio Central
–posteriormente llamado Directorio General- en el que, además de Vicencio y Cabezas,
aparecían Arístides Pinto Concha, Jorge Westman, José Alfonso, Rómulo Arriagada, Enrique
Balmaceda Toro, Felipe Casas Espínola, Galvarino Gallardo Nieto, Juan Antonio Iribarren,
Miguel Letelier Espínola, Benjamín Mardones, Enrique Oyarzún, Juan Carlos Pérez, Aníbal Pinto,
Carlos Silva Vildósola y Germán Valenzuela Basterrica. La Asociación de Boy Scouts de Chile se
declararía fundada el viernes 21 de mayo en una actividad al aire libre junto al río Maipo, en el
puente Los Morros, con más de un centenar de jóvenes. Estudiantes del Instituto Nacional, del
Instituto Comercial, del Curso de Leyes, del Instituto Pedagógico, del Curso de Ingeniería, de la
Escuela de Medicina, del Instituto Superior de Educación Física, del Instituto Agrícola, de la
Escuela Normal, de la Escuela de Dentística y del Internado Nacional se contaron entre los que
integrarían la que dio en llamarse “Brigada Central”, el primer Grupo Scout de nuestro país.7 Es
así como, no obstante las iniciativas surgidas en otras tierras, Chile sería el primer país que,
fuera de la Gran Bretaña, echara a andar de manera formal una Asociación de Scouts.

Crecimiento inicial
El crecimiento de la Asociación fue considerable desde el principio. Ya en septiembre de ese
año 1909 la Asociación envió representantes a la concentración de niños frente al monumento
a O’Higgins. Al año siguiente, scouts dirigidos por Demetrio Salas, ya mencionado, conformaron
la “Decuria del Centenario” y caminaron desde La Serena a Santiago en una actividad que fue
parte de las celebraciones por los 100 años de Chile como nación. En mayo se constataba la
presencia del Movimiento en Concepción, Valdivia y Valparaíso, además de lo mencionado en
Santiago y La Serena. Hacia 1914 las “brigadas” ya estaban asociadas en torno a unos 40
“agrupamientos provinciales” (en el lenguaje actual, probablemente Localidades), desde Arica a
Punta Arenas.

En los primeros años la Asociación se componía principalmente de jóvenes (hemos visto la


integración inicial de la “Brigada Central”) alumnos de liceos y del nivel universitario. En 1913
había “brigadas” en el Instituto Nacional y en los liceos de Aplicación, Barros Borgoño,
Lastarria, Valentín Letelier (entonces Liceo Santiago), el Instituto Superior de Comercio y el
Internado Barros Arana. Sin embargo, alrededor de ese mismo año en Valparaíso había
experiencia scout en las escuelas primarias Blas Cuevas, Sarmiento, San Enrique de Cerro
Alegre, y en las Nº 3, 6 y 32. No obstante, la expansión fuerte en la educación básica fue
posterior y los integrantes de las “brigadas” ubicadas en tal nivel llegaron a contar con la
mayor parte de los miembros durante los años ’20.

6
Asociación de Boy Scouts de Chile, Memoria [del] presidente del Directorio General … a la Asamblea General, 1935.
7
http://usuarios.multimania.es/scoutbp/historia/h1.html

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El primer reglamento formal de la Asociación, (1915), establecía la participación de niños y
jóvenes de entre 10 y 18 años de edad y, en consonancia con el desarrollo en Inglaterra, aún
no se los diferenciaba por grupos de edad: la primera Manada de Lobatos partiría en 1926 en la
“Brigada Miguel Tello”. Ese mismo año aparecería el “Cuerpo de Rover Scouts”.

Las unidades de niñas y jóvenes mujeres


Las primeras unidades de niñas partieron en 1912 con presencia en Rancagua, Valdivia y
Valparaíso, parece que con fuerte oposición del público y del clero. Eran conocidas como “girl
guides”, “lady scouts”, “señoritas scouts” o incluso “scoutesas”. La “brigada” femenina
establecida en Rancagua en 1913 bajo la conducción de Sara Vásquez, Lidia Pino e Irene
Morales, captó mayor atención institucional y tuvo asignado un papel central en la primera
Concentración Nacional de la Asociación de Boy Scouts, que tuvo lugar en noviembre de ese
mismo año en el Parque Cousiño, con ocasión de la visita del ex Presidente de los Estados
Unidos Theodore Roosevelt (a la vez Presidente Honorario de Boy Scouts of America).

No obstante la aparición de otras unidades de niñas en diversos puntos del país, la Asociación
sólo reconoció formalmente su existencia y actividad en 1918, cuando bajo la conducción de la
profesora de educación física Victoria Caviedes Brito “invistió” la “brigada” de la Escuela Normal
de Preceptoras Nº 3, más tarde denominada “Brigada Guide Educación Nº 1”. La dirigente
nombrada ocuparía seguidamente la función de Jefa Guía Nacional (o Guide Jefe Nacional,
como aparece en el boletín institucional).

El Movimiento en la prensa
La actividad institucional gozó desde un principio de cierta atención de la prensa como se
puede rastrear en frecuentes noticias, crónicas y artículos publicados en El Mercurio y en otros
medios que circulaban en la época, como El Diario Ilustrado, de Santiago y La Unión, de
Valparaíso, ambos de orientación católica, quienes siguieron con interés la actividad de la
Asociación. En seguida otras publicaciones periódicas se ocuparían del quehacer scout: La
Nación, Zig Zag, Los Sports, Dichos y Hechos, Educación Física, entre otros. Más adelante, y
como parte de debates por temas controversiales, se verían artículos en La Revista Católica, El
Despertar de los trabajadores, El Siglo, La Federación Obrera, Justicia (de la FOCh), La Verdad,
Claridad, Topaze, Verba Roja y otros.

La presencia de la Masonería y las relaciones con la Iglesia Católica


Entre las organizaciones de la sociedad que apoyaban el Movimiento destacaba la Masonería.
Los promotores de la idea eran masones, también lo fueron los sucesivos presidentes de la
Asociación por varias décadas y muchos integrantes de los primeros cuerpos directivos
integraban logias de esa institución. Ya en 1915 el Gran Maestre habría escrito “esperamos que
el esfuerzo hasta ahora desplegado a favor del scoutismo por la Masonería chilena se extienda
e intensifique sin intermitencias, [de] forma que no haya Logia y, si es posible, no haya
Hermano que no consagre su empeñoso afán a la fundación de nuevas brigadas o a la
prosperidad de las existentes”.8
La Iglesia Católica tuvo una simpatía inicial por el Movimiento. Por ejemplo, don Juan Enrique
Concha Subercaseaux, destacado político católico, en 1911 puso a disposición su propiedad en
Pirque para una excursión de la Asociación y dio la bienvenida en su casa a los “comandantes”.
Además, diversos colegios católicos de Valparaíso comenzaron a organizar “brigadas” a partir
de 1913: los Padres Franceses, el Seminario, los Salesianos y otros. Ese mismo año, en el
funeral del Dr. Vicencio, un orador se pronunció en nombre de los Exploradores Andinos, una
“brigada” de inspiración católica que seguía operando hacia comienzos de los ’20.

8
http://www.javlop.com/artedelosbosques/home.htm

Reseña Historia Institucional GySCh 4


Sin embargo, poco duraría la afinidad del comienzo, ya que hacia 1914 circulaban proyectos de
los textos oficiales de la Ley Scout y de la Promesa Scout que serían aprobados con ocasión del
primer Reglamento formal en 1915. En el texto de la Promesa se había omitido toda referencia
al “deber para con Dios” que era parte del original redactado por Baden-Powell desde 1908.9
Entonces surgió una fuerte crítica desde la jerarquía y las publicaciones eclesiásticas. No se
hacía cuestión de los propósitos originales del Movimiento sino de la forma en que se los había
aplicado en Chile.10 Cabe decir que el Manual del Boy-Scout elaborado por Manuel Alcayaga en
Valparaíso en 1911 contenía la frase “ser leal a Dios” en el texto de la Promesa. No obstante
algunos vínculos que subsistieron entre la Asociación y la Iglesia (alocución del vicario
castrense Rafael Edwards en Arica en 1914, relaciones cordiales con el obispo de La Serena
Mons. Ramón Ángel Jara, diversas “brigadas” patrocinadas por instituciones católicas como los
Recoletos Dominicos) se fue generando un conflicto que duraría largo tiempo y no encontraría
solución sino hasta muchos años después.

Apoyo gubernamental
El gobierno también manifestó tempranamente la importancia que asignaba al Movimiento
Scout, aspecto que se revela en los reconocimientos oficiales que se produjeron por parte del
Ministro de Guerra y del Ministro de Instrucción Pública don Carlos Balmaceda. En 1910 este
último recomendó a los rectores de liceo que prestaran su apoyo a la constitución de unidades
scouts y a los profesores y alumnos que las integrasen debido a sus “altos fines educativos”.
Fue también importante la participación de notables personalidades en la dirección de la
Asociación o bien en el apoyo a su desarrollo: autoridades políticas, defensores de la infancia,
educadores connotados, altos oficiales de las fuerzas armadas, médicos de renombre e
intelectuales de fuste.

Los nombres de Alberto Mackenna Subercaseaux, Ismael Valdés Vergara, Guillermo Labarca
Hubertson, Maximiliano Salas Marchán, Enrique Molina, Amador Alcayaga, Juan Nepomuceno
Espejo, Alfredo Ewing, Jorge Montt, Luis Uribe, Pedro Fajardo, Oscar Fontecilla, Isauro Torres y
Domingo Amunátegui Solar ilustran las diversas categorías enumeradas anteriormente. Con
ocasión de la visita de T. Roosevelt, ya mencionada, se dispuso de la plena colaboración de los
ministros de Instrucción Pública, Relaciones Exteriores, Guerra y Ferrocarriles.

En enero de 1915 el Gobierno otorgó a la Asociación la personalidad jurídica y en febrero de


1917 el Estado apoyó decididamente la participación scout en la celebración del centenario de
la Batalla de Chacabuco, que incluyó el cruce de la cordillera por la ruta del Ejército de los
Andes en conjunto con delegaciones de Scouts de Argentina y del Uruguay.11 Hacia comienzos
de la década del ’20 le fue solicitado al Presidente Arturo Alessandri Palma que otorgase a la
Asociación el título de Institución Nacional, algo que ya había ocurrido en Argentina en 1917
bajo la presidencia de Yrigoyen. Tras algunas posposiciones el reconocimiento mencionado se
concretó en la forma de un decreto ley, el Nº 520, promulgado en septiembre de 1925, poco
antes de la salida de su cargo del Presidente Alessandri. En enero de 1926 se promulgó el
reglamento correspondiente al decreto: otorgaba amplias facilidades para apoyar a la
Asociación y su actividad por parte de funcionarios públicos y establecimientos de educación a
la vez que indicaba que el Estado haría aportes fiscales al Movimiento.

9
El Scout. Siempre Listo, Nº 5, enero de 1914, pp. 6-8, en J. Rojas F., op. cit.
10
La Revista Católica, Nº 307, mayo de 1914, pp. 721-724, en J. Rojas F., op. cit.
11
J. Máximo Sartori, Los Scouts evocando el primer centenario de la Batalla de Chacabuco, Mendoza, 1955. Este libro
fue prologado por el entonces Ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Coronel Tobías Barros, quien siendo teniente
e integrante del Directorio de la Asociación había participado en funciones directivas en el mencionado cruce de la
cordillera.

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En cumplimiento de lo decretado, en 1928 el presidente Ibáñez y el ministro Eduardo Barros
firmaron un decreto que reglamentaba la organización de “brigadas” en las escuelas primarias.
Promovía además que las funciones de “comandantes” fueran desempeñadas por profesores.
En 1929 el presidente solicitó al Ministro del Interior el envío de una circular a intendentes y
gobernadores en la que explicaba que el Movimiento y el gobierno tenían coincidencia de
propósitos; en especial se solicitó el apoyo de Carabineros, además de las escuelas públicas,
para fortalecer la actividad de la Asociación.12 En 1931 se reiteraba tal recomendación
mediante una circular de la Dirección General de Educación Primaria, en que se señalaba que
los profesores verían contabilizadas como horas de trabajo aquellas dedicadas al Movimiento
Scout.13

A pesar de todo lo señalado, los aportes indicados en decretos y circulares nunca tuvieron la
regularidad ni la magnitud esperada. La cesión gubernamental de varios locales, ninguno en
forma permanente, no resolvió la falta de una sede adecuada. La crisis económica de los años
’30 tuvo efectos importantes en el funcionamiento: para los integrantes el costo del uniforme
constituía un problema, así promediando la década el número de miembros había caído a
menos de la mitad respecto de las cifras del año 1929. Se percibió cierta recuperación hacia el
final de los años ’30 y al comienzo de los ’40 se incrementaron los aportes del Fisco. Sin
embargo, hacia el final de la etapa histórica considerada en este trabajo, que coincide con el
final de esta última década, cundía el desaliento, en particular entre los profesores
desilusionados por la falta de reconocimiento efectivo por parte del Estado a la dedicación al
Movimiento, no obstante los compromisos estampados en diversas resoluciones
gubernamentales.

Imagen ambigua: ¿ideario patriótico, entrenamiento premilitar o fuerza educativa?


Desde un principio diversos sectores sociales reaccionaron ante la propuesta de Baden-Powell
de distinta manera, interpretándola desde su ángulo particular. Por una parte, desde el
comienzo la Asociación puso énfasis en el desarrollo de la ciudadanía, según se enfocaban los
valores cívicos en esos años. Así, el amor a la patria y la preparación para su defensa y su
desarrollo formaron parte del contenido que incluía la Asociación en sus actividades desde el
mismo día de su fundación: en la excursión al río Maipo, el 21 de mayo de 1909, un antiguo
tripulante de la Esmeralda, el Dr. Cornelio Guzmán, realizó una presentación acerca del
Combate Naval de Iquique y al regreso hacia Santiago los participantes en la actividad pasaron
a visitar a la viuda del Capitán Arturo Prat.

El mismo año 1909, con motivo de actividades de preparación realizadas por scouts en la
Escuela Militar, el Ministro de Guerra destacó que la educación del carácter y de la voluntad que
propiciaba la Asociación posibilitaba “robustecer nuestros hombres” tanto en el aspecto físico
como moral. Pocos meses después, en 1910, la Armada colaboró fuertemente con una
excursión de scouts a Talcahuano y la isla Quiriquina, incluyendo presentaciones a bordo del
Huáscar y la conducción de prácticas de tiro.14

12
Circular firmada por Enrique Bermúdez, Ministro del Interior, octubre de 1929.
13
Boletín Scoutivo Nº 70, septiembre de 1942, circular Nº 16 de mayo de 1931, firmada por Aristóteles Berlendis,
Director General de Educación Primaria.
14
J. Rojas F., op. cit., p. 20.

Reseña Historia Institucional GySCh 6


Hacia fines de ese año el Ministro de Guerra, el general don Arístides Pinto Concha, a su vez
vicepresidente de la Asociación, congratulaba al Movimiento por la calidad de su presentación
en la parada militar del 19 de septiembre y por preparar a la juventud en el vigor y el
desarrollo del cuerpo, aspectos vitales “para formar buenos militares, de modo que la
institución de los Boy-Scouts es una excelente escuela preparatoria para el servicio militar”.
Incluso evaluaba positivamente la acción de la Asociación en bien del Ejército “despertando el
espíritu militar”.15

Este concepto pre-militar del Método Scout continuó incrementándose, no obstante que hubo
voces desde la alta dirección de la Asociación que desde 1913 procuraron desactivar esta
percepción por parte de las fuerzas armadas y de la comunidad en general. Sin embargo, no
fue posible lograrlo y durante toda la etapa en estudio e incluso más allá, la actividad scout
estuvo bastante entrelazada con prácticas militaristas, incluyendo desfiles en que lucían “su
porte marcial”, llegándose al extremo que el Estado liberase de la obligación del Servicio Militar
a aquellos jóvenes que acreditasen haber participado regularmente en el Movimiento Scout
durante un cierto número de años.

Contrariamente a la interpretación ya comentada, quienes estaban vinculados a la educación


formal aplaudían sin embargo los aspectos que consideraban contribuyentes al desarrollo de
niños y jóvenes en la línea de la época. El Ministro de Instrucción Pública, don Carlos
Balmaceda, señalaba que las actividades scouts “desarrollan instintivamente el sentimiento
patrio” de los jóvenes. La propia Gabriela Mistral, entre otras ideas, alentaba en 1916 a
promover “el desarrollo físico de la juventud, con la gimnasia, el ‘escautismo’ y los deportes”.16
No obstante, unos 17 años más tarde, preocupada por el estilo militarista que observaba en las
actividades de la Asociación, criticaba los ejercicios duros “a la scout”.17

Otras voces desde este mismo ámbito irían más a la médula de la propuesta original scout. En
1931 la Dirección General de Educación Primaria consideraba al Movimiento un “poderoso
factor educativo” y un medio eficaz para llevar a la práctica los principios de la “Escuela
Activa”. La propia Asociación enfatizaba en las conclusiones de un congreso regional en 1933
que “el scoutismo no debe ser una institución preparatoria del servicio militar, sino una escuela
de civismo, solidaridad y paz universal”. El profesor Joaquín Cabezas, uno de los fundadores de
la Asociación, señalaba en 1936 que los aspectos militares de la actividad scout enmascaraban
su tarea educativa, la verdaderamente importante. Abogaba por la “educación cívica” en toda
su amplitud. Incluso desde el ámbito de la Federación Obrera de Chile, en 1921, un articulista
demostraba conocer aspectos clave de la propuesta scout, si bien pensaba que la práctica
distaba de la prédica: “muy pocas son las brigadas que se dedican a la vida del campo, a
enseñar cosas útiles para la vida práctica y ciudadana. Los Scouts los queremos nosotros sólo
como una institución esencialmente educativa, de modo que reemplace en parte siquiera la
extensa laguna que en este sentido tiene la enseñanza primaria que se da por nuestras
escuelas”.18

Los documentos de la época demuestran que la Asociación nunca pudo resolver en esta etapa
la ambigüedad entre su imagen pre-militar y su intencionalidad educativa. Más aun, la excesiva
expresión de su carácter patriótico a través de la mera ritualidad –desfiles, bandas de guerra,
ceremonias, celebraciones de acontecimientos militares y otros- contribuyó a su perfil
equívoco. Según el estudio del Sr. Jorge Rojas, el Directorio General estaba consciente de que
la imagen más extendida en el público era que la institución sólo se preocupaba de “las
marchas, de las evoluciones y de la exhibición pública”.19

15
Boy Scouts de Chile (institución fundada el 21 de mayo de 1909), enero de 1911.
16
G. Mistral, Manuscrito compilado en Magisterio y niño, pp. 247-248.
17
G. Mistral, en Revista de Educación Nº 38, mayo de 1933, pp. 18-21.
18
La Federación Obrera, septiembre de 1925.
19
J. Rojas F., op. cit., p. 143.

Reseña Historia Institucional GySCh 7


Existieron esfuerzos por evitar este estilo, “pero la tendencia predominante siguió acentuando
la ritualidad”. Agrega Rojas que “en 1933 se incentivaba la realización de actividades en fechas
significativas: el Día del Scout (23 de abril, día de San Jorge), el aniversario del fallecimiento
de Vicencio (30 de abril), el 21 de mayo (Combate Naval y aniversario de la Asociación), la
Fiesta del Árbol, la Fiesta del Ahorro, la Semana del Niño (en octubre o noviembre), la Semana
Scoutiva (septiembre), las Fiestas Patrias, el Día de la Bandera de la Raza (12 de octubre) y la
Navidad. Salvo esta última, todas estas actividades se desarrollaban en torno a ceremonias
cívicas, con desfiles y vistosas presentaciones.”20

Una década después, en 1943, la ritualidad de lo patriótico mantenía las prácticas carentes de
contenido, las que “estaban volcadas en mayor grado al lucimiento que a expresar un genuino
fervor”.21 Ese mismo año, el Comisionado General insistía duramente en este problema,
mediante un texto que se cita y analiza más adelante. Una ambigüedad como la expresada no
permitía eliminar la imagen militarista. Por ejemplo, el mismo congreso regional de
Concepción, citado anteriormente, que se quejaba porque el scoutismo era “una institución
preparatoria del servicio militar” propuso recomendar al Directorio General “que los desfiles de
los scouts deben verificarse antes que pasen las Tropas y nunca después de ellas. En caso que
las autoridades no le den esta colocación, que no se permita su presentación [o] limitar
estrictamente las presentaciones públicas a las ya fijadas por el Comisionado General”.22
Comos señala Rojas en su estudio “claramente la contención del militarismo era errática”.

Por último, y si bien la Asociación de esta época debe ser analizada en su contexto social y
cultural, no se observa en sus programas conceptos que son esenciales a la Misión del
Movimiento tales como la participación, la libertad, la justicia social, la defensa de la
democracia. El énfasis en lo externo y formal supera a la preocupación por la formación en
valores personales y por la integración de los jóvenes al servicio de la comunidad. Se debe
agregar que según los convencionalismos de la época, y más allá de su énfasis en la ritualidad,
la Asociación no tenía el carácter de lo que hoy entendemos como “Movimiento de Juventud”,
pareciéndose más a una obra benéfica para niños, dirigida y orientada por adultos. Así, como lo
señala Rojas en el estudio citado, “es probable que la experiencia mayoritaria de los niños en el
Movimiento no haya tenido el impacto que la institución buscaba. Auque se pudiera moldear
algún aspecto de la conducta, esto no necesariamente alteraba sus valores más profundos.”23

En estos primeros cuarenta años del Movimiento los niveles de libertad y participación eran
muy bajos para que operara el auto-aprendizaje que proponía Baden-Powell, lo que se hacía
más difícil con la cercanía cada vez más estrecha de las unidades scouts con el sistema escolar
formal. Esto mismo pudo haber influido en que en esta primera etapa que analizamos no se
observan líderes institucionales generados por el propio Movimiento, lo que va a ocurrir sólo
después de 1949, con lo que se llamó “la oficialidad joven”, que contrariamente a la expresión,
tuvo poco de oficialidad, lo que le permitió asimilar las nuevas ideas que llegaron en los cursos
internacionales de formación.

Estabilidad institucional y centralismo


Los primeros cuarenta a cincuenta años de vida de la Asociación, no exentos de conflictos y de
algunas crisis, mostraron sin embargo bastante estabilidad en cuanto al funcionamiento de sus
autoridades nacionales.

20
J. Rojas F., op. cit., p. 144, quien cita la Circular Nº 3 del 14 de marzo de 1933, publicada en Boletín Scoutivo Nº 1,
de abril del mismo año.
21
J. Rojas F., op. cit., p. 101.
22
Boletín Scoutivo Nº 7, octubre de 1933.
23
J. Rojas F., op. cit., p. 144.

Reseña Historia Institucional GySCh 8


En el período 1909-1949 se sucedieron sólo 7 presidentes: el médico Alcibíades Vicencio
(1909-13), el abogado y general Arístides Pinto C. (1913-19), el abogado José Alfonso (1919-
27), el profesor y militar Agustín Vigorena (1927-31), el odontólogo Luis de la Barra Lastarria
(1931-34), el abogado y juez Gregorio Schepeler (1934-40) y el médico Nacianceno Romero
(1940-58). Los tres primeros formaban parte del núcleo fundador y los siguientes llegaron a
presidente inmediatamente luego de ejercer como vicepresidentes, lo que manifiesta que el
Directorio General era mayormente generado por sí mismo.

A su autogeneración el Directorio General agregaba el centralismo. Ya en 1913 el Directorio


Provincial de Valparaíso se quejaba: “Hasta ahora […] no hemos sido llamados a constituir un
Directorio General”. En 1915 el Reglamento indicó que en el Directorio General debía haber
representantes de las provincias (los presidentes de los Directorios Provinciales), pero la
tensión entre las posiciones de la autoridad central, en Santiago, y las provinciales,
particularmente en Valparaíso y Concepción, se manifestarían durante toda esta etapa.

31 años sin sede propia


No obstante el apoyo que la Asociación obtuvo de los gobiernos durante esta etapa, no había
logrado adquirir una sede. En 1925 el Directorio seguía sesionando en el Instituto de Educación
Física como lo había hecho desde un principio. A comienzos de los años ’30 el Estado facilitó el
uso de varios locales, ninguno de los cuales fue permanente. En 1934 la sede estaba en calle
Nataniel y en 1936 se había trasladado a la Quinta Normal. En 1940 finalizaron las gestiones
para obtener la sede propia y 1941 vería a la Asociación en calle Serrano 240, su sede hasta
entrados los años ’70.

El método aplicado: entre B-P y la innovación criolla


Los inicios fueron sin partitura. Recién en 1911 un reglamento interno definió algunos aspectos
de la operación institucional, pero en cada lugar la práctica scout operaba con bastante
autonomía, tanto en organización como en aplicación del método. Sólo en 1915 se aprobó un
nuevo reglamento. La vida al aire libre fue un elemento que se adoptó tempranamente, junto
con la enseñanza de las técnicas y el desarrollo de las habilidades útiles para este tipo de
actividades, mediante la aplicación de un incipiente concepto de aprendizaje mediante la
acción. Esto se puede rastrear en numerosas fotografías, crónicas y noticias que detallan las
excursiones de los primeros años. Algo similar se puede decir de la práctica de juegos, aunque
no parece claro que se hubiere desarrollado el concepto educativo de tal tipo de actividad.

La participación de los jóvenes se reducía a formar parte de la estructura de las unidades, la


que cambiaba frecuentemente. Al comienzo se proponía la formación de “decurias”,
obviamente de 10 scouts (en lugar de las patrullas), conducidas por un “decurión” (en lugar del
guía o jefe de patrulla) con la ayuda de un “subdecurión”, y diez “decurias” formarían una
“centuria” (en lugar de la unidad), dirigida por un “centurión” (en lugar del responsable de
unidad). Se ignora dónde se originaron estos nombres y esta estructura. Muy pronto se dejaría
de lado la “centuria” y se introduciría el concepto de “brigada” (para denominar a la unidad)
formada por tres o más “decurias”, bajo la conducción de un “comandante”, operando en un
“cuartel” (en lugar del local). Parece obvio que estas denominaciones tendrían un origen
militar. Esta estructura con el tiempo pasó a identificarse con lo que hoy conocemos como
Grupo Scout al ampliarse la oferta programática a niños menores con la creación de las
Manadas de Lobatos y a jóvenes mayores con el establecimiento del Cuerpo de Rover Scouts.
Las denominaciones “decuria” y “decurión” aún se usaban en 1945; mientras que las
expresiones “brigada”, “comandante” y “cuartel” subsistieron hasta el proceso de unidad en la
década de los ’70. Estas estructuras no constituían un verdadero mecanismo de participación
juvenil ya que la determinación de las actividades estaba casi enteramente en manos de los
adultos, a quienes se atribuía el papel de instructores de los niños en su formación.

Reseña Historia Institucional GySCh 9


El marco simbólico se asoció, como sugería Baden-Powell, a los exploradores y aventureros que
se atrevían por los espacios aún poco conocidos para adquirir nuevos conocimientos, ayudar a
los demás y procurar la integración de todos en una sociedad más amplia. Sin embargo, como
ya hemos visto, esta propuesta no se reflejaba en la ritualidad del programa. El emblema de la
flor de lis, el lema Siempre Listos, la seña y el saludo, el apretón de mano izquierda, los
elementos del uniforme –calcado del usado en Gran Bretaña- y otros aspectos visuales,
formaron un temprano cuerpo de símbolos similar al del Movimiento en otros países en la
misma época. El emblema institucional consistía en la flor de lis sobre la cual se superponía un
cóndor con el escudete nacional en el centro.

Tempranamente se incorporó también un sistema de progresión personal vinculado al utilizado


en muchos otros países, con denominaciones tales como Aspirante (para el recién llegado que
aún no formulaba la Promesa), Tercera, Segunda y Primera Clase, y en la década del ’30
aparecería la etapa del Scout Cóndor. Igualmente se utilizaban otros distintivos que eran
evidencia de especialización o de méritos particulares, tanto para jóvenes como para adultos.

La educación mediante el servicio también tuvo su lugar en la temprana implementación del


Método. Los scouts se movilizaban para dar apoyo a damnificados de catástrofes y también
participaron activamente en “ollas del pobre” como se dieron en llamar las tareas de
alimentación solidaria en la crisis de 1914. Otras acciones en beneficio de ancianos residentes
en asilos, de niños en situación de calle (denominados “niños vagos” en la época), e incluso en
cooperación con sindicatos y comités de mineros durante las huelgas de 1942 y 1946, dan
algún testimonio de este aspecto. Sin embargo, como ya se expresó, la orientación social del
Movimiento era esporádica y se concentraba en tareas de asistencia o en aspectos referidos al
heroísmo y arrojo personal.

La vivencia de la Ley Scout estimulada por la Promesa era uno de los factores en que se
expresaba el divorcio entre la prédica y la práctica, como lo hicieron ver muchos dirigentes de
la época. En los 40 años de esta primera etapa la referencia a Dios había sido eliminada del
texto de la Promesa, se había modificado el orden y la redacción de los artículos de la Ley
respecto de la propuesta por Baden-Powell y había una insistencia casi exclusiva en aspectos
tales como lealtad, compañerismo, orden y disciplina. En cuanto al valor de Ley y Promesa
como herramientas educativas, se las veía como algo que correspondía “enseñar a los niños” y
“ser cumplido por ellos”, pero no como algo que necesariamente formaba parte del testimonio
de los “comandantes”. La cada vez mayor proximidad de las unidades scouts al sistema escolar
formal y la también progresiva participación de profesores como “comandantes”, derivó en que
se entendiera la tarea del dirigente como una extensión del trabajo del aula, lo que contradice
el papel que el Método asigna al adulto educador.

“Brigadas” ligadas a las escuelas primarias


Desde muy temprano las “brigadas” estuvieron patrocinadas por instituciones educacionales.
En un principio estas eran mayoritariamente liceos e institutos, pero luego fueron derivando, en
la medida que el Movimiento se infantilizaba, a escuelas públicas primarias. A mediados de esta
etapa, en 1928, de las alrededor de 275 “brigadas” existentes, algo más de 200 estaban en
escuelas primarias, 45 en liceos e institutos comerciales, 2 en industrias, 2 en regimientos, 6
en comisarías y 16 en locales particulares. Mientras un 73% de las “brigadas” funcionaba en
escuelas primarias, un 94% de los miembros era de las ramas scouts o guías, lo que indica que
en su gran mayoría eran menores de 12 años.

En cuanto al número de miembros, existen estimaciones no confirmadas que en 1913 la


Asociación contaba con unos 6.000 integrantes, los que en 1929 llegaron a cerca de 15.000
con un 150% de crecimiento, pero que en 1933 bajaron a 7.870 con prácticamente un 50% de
pérdida. Estas cifras se recuperaron para alcanzar en 1943 los 18.200 miembros.

Reseña Historia Institucional GySCh 10


Publicaciones
La necesidad de contar con literatura apropiada se reconoció tempranamente. En 1911 fue
publicado un pequeño folleto de divulgación.24 El Directorio Provincial de Valparaíso publicó ese
mismo año el Manual del Boy-Scout, elaborado por Manuel Alcayaga. Una versión chilena de
Scouting for boys también fue publicada muy pronto, en traducción del profesor Mariano Flores
con el título Guía del Scout (1912). La novela del inglés Martin E. Le Breton, La patrulla de las
nutrias, fue traducida y publicada en 1913. En Valparaíso surgieron folletos y manuales con las
pruebas que debían superar tanto los reclutas como los scouts de segunda y primera clase. La
primera revista oficial, El Scout de Chile, apareció a fines de 1911 y desapareció en seguida. En
1913 reapareció por algunos meses como El Scout. Siempre Listo, que volvió a publicarse entre
1919-1920 y de manera ocasional en 1925. Ese mismo año José Porras Castillo publicó su
memoria para optar al título de profesor de Educación Física en forma de texto titulado El
Scoutismo. En 1927, tras la adopción de la Rama Lobatos el año anterior, se publicó la versión
chilena del Manual del Lobato, de Baden-Powell y en seguida apareció Consejos de Akela, un
manual para responsables de Manada elaborado por Milos B. Dvorak. La Ley Scout fue
comentada en Decálogo Scoutivo, por Amador Alcayaga, en 1930. Por fin, Tomás de la Barra
tradujo en 1933 Roverismo hacia el éxito, de Baden-Powell. Otras publicaciones periódicas de
alcance provincial (Los Ángeles, Punta Arenas, Santiago, Valdivia, Valparaíso) tuvieron corta
vida, mientras que en Rancagua El Scout de Colchagua publicó más de 40 ediciones en el
período 1928-1933. Desde 1933 y hasta fines de los ’40 se publicaría el Boletín Scoutivo de
manera bastante regular. Además, entre otros textos, en 1943 se publicó el Manual de
Primeros Auxilios e Higiene, tomado de una versión original francesa, y en 1945 el Reglamento
de la Escuela de Comandantes (este último menciona la existencia de 5 tomos de Cartillas de
Instrucción, el folleto La Escuela Scoutiva, el texto Juegos Scoutivos, de Victoria Caviedes,
además de varios de los antes mencionados).25 Como se puede observar, en el período existía
un cierto material, en buena parte traducido de textos extranjeros. Resta por saber cuan
coherentes eran estos textos entre ellos, de qué manera facilitaban la tarea de los dirigentes
para su trabajo con los jóvenes y qué nivel de diseminación tenían.

Grandes actividades
Con cierta periodicidad la Asociación realizó grandes encuentros de 1.500 a más de 4.000
scouts que tuvieron el propósito de ofrecer una oportunidad a los jóvenes para compartir con
sus pares a la vez que se lucía ante la comunidad el alcance que iba teniendo el Movimiento.
Como se ha dicho, en noviembre de 1913 se realizaba la primera Concentración Nacional de
Boy-Scouts, en el parque Cousiño, con ocasión de la visita de T. Roosevelt, ex presidente de los
Estados Unidos. En septiembre de 1915 la Asociación convocó a una nueva Concentración
Nacional en Santiago, en que en el cerro Santa Lucía fue exhibida la estatua (entonces de
yeso) denominada Siempre Listo, elaborada por el artista Fernando Thauby.26 Nuevamente
hubo actividad amplia en 1917 con motivo del centenario de la Batalla de Chacabuco, como ya
se ha visto, y esta vez con la participación de scouts de la Argentina y del Uruguay. En
septiembre de 1921 hubo otra Concentración Nacional esta vez con visita a la Escuela de
Aviación y el ascenso al Cerro San Cristóbal. En septiembre de 1925, en los Campos de Sports
de Ñuñoa, con ocasión de la visita del Príncipe de Gales, hubo otro de estos encuentros que a
partir de ese momento pasarían a llamarse Jamborees. Ese mismo año se organizó el primer
Congreso Scout Nacional, que tuvo lugar en Santiago. En septiembre de 1926 Concepción sería
sede del segundo y Valdivia acogería el tercero en enero de 1928. En 1927 hubo un nuevo
Jamboree, en el Parque Cousiño y una nueva Concentración en San Luis de Las Condes.

24
Boy Scouts de Chile (institución fundada el 21 de mayo de 1909) , enero de 1911.
25
Boy Scouts de Chile, Reglamento Escuela de Comandantes, Santiago, 1945.
26
Pudiera ser la obra El Scout, cuya versión en bronce, posiblemente una reproducción, está en el cerro San Cristóbal.

Reseña Historia Institucional GySCh 11


Debido a la crisis de los años ’30 el cuarto Congreso fue pospuesto durante diez años y fue
realizado en 1940 con sede en Valparaíso. Asimismo, en diciembre de 1941 volvió a realizarse
un Jamboree Nacional, esta vez en la Quinta Normal.

Participación internacional
A partir de una excursión a Argentina en 1916 y del encuentro con scouts de la Argentina y el
Uruguay en Chacabuco y Santiago en 1917, se procuró mantener cierta presencia en el ámbito
internacional. En 1920 Álvaro Vicencio encabezó una representación al primer Jamboree
Mundial, para lo cual recibió importante apoyo de Agustín Edwards, ministro chileno en
Londres. A su vez, Armando Quezada Acharán y Carlos Morla Lynch se contaron entre los
delegados a la Conferencia Mundial de 1922, realizada en París. El terremoto de 1923 en
Atacama y Coquimbo fue la ocasión para una ayuda internacional de parte de los scouts del
Brasil, a quienes la Asociación obsequió una copia de la estatua El Scout, ya mencionada, que
se instaló en Río de Janeiro. Por su parte, en 1924 el scout Álvaro Francisco da Silva, de 15
años, caminó desde aquella ciudad hasta Santiago. En el segundo Jamboree Mundial, celebrado
en Dinamarca en 1924, hubo una importante delegación de la Asociación, la que también envió
delegados a la Conferencia Mundial en el mismo año y país. En esa oportunidad tomaron
contacto personal con R. Baden-Powell y dos dirigentes participaron en un Curso en Gilwell.
También en 1924, las guías de Chile estuvieron en el campamento internacional de Foxlease,
en Gran Bretaña. En 1925 dos representantes de la entonces Oficina Internacional de Boy-
Scouts visitaron el país. La participación internacional continuó con la Conferencia Mundial en
Kandersteg, Suiza (1926), el Jamboree Mundial en Birkenhead, Inglaterra (1929) y un
campamento internacional en Barcelona ese mismo año. En aquella oportunidad la Asociación
obsequió a Baden-Powell, quien la ubicó en Gilwell Park, una estatua denominada El Toqui.27 En
1935 una delegación participó en un Jamboree en Washington. No se observa en la historia de
esta etapa que ninguno de estos eventos haya marcado alguna huella en la historia de la
Asociación, con excepción de la participación en la primera Conferencia Scout Interamericana
(Bogotá, 1946), que serviría de detonante para la crisis que marca el final de este período.

Las tendencias heterodoxas de esta etapa


que marcan a la Asociación hasta el proceso de unidad
• Insuficiencia y espontaneidad metodológica
No obstante cierta atención a la producción de orientaciones impresas y a la publicación de
versiones chilenas de obras de Baden-Powell y de otros autores, se carecía de un sistema
eficaz para la formación de los animadores. Una detallada “escuela de comandantes” no ayudó
a controlar la dispersión por la cual cada localidad, y en ciertos casos cada “brigada”, realizaba
su actividad de acuerdo con lo poco que podía recoger de aquellas publicaciones –si las
conocían-, con la voluntad de sus dirigentes –que se sentían bastante autónomos- y con su
interpretación propia de aquello que consideraban pudiera constituir la propuesta educativa del
Movimiento. Así, como se ha visto antes sobre la forma en que operaba el Método, poco de su
riqueza podía observarse en la práctica habitual de las unidades.
• Militarismo
Numerosos oficiales del Ejército y de la Armada, de diversas jerarquías, integraron órganos
directivos de la Asociación desde un principio. Muchos de ellos, en particular del Ejército, fueron
instructores de los jóvenes en ejercicios militares que incluyeron tiro con rifle y fusil, eventual
destrucción y reemplazo de puentes, movimientos en trincheras, tiro en formación, salto de
cercas con alambres de púas y otros, además de las consabidas formaciones, evoluciones,
desfiles y paradas en que se replicaba el accionar de los soldados.28

27
Boletín Scoutivo Nº 59, agosto de 1941, p. 13.
28
El Mercurio, Santiago, varios artículos entre mayo de 1909 y octubre de 1911, en J. Rojas F., op. cit., p. 79.

Reseña Historia Institucional GySCh 12


T. Roosevelt recordaría con sorpresa el paso de parada tipo alemán. Pablo Neruda criticó este
aspecto en un artículo en Claridad, en 1921: “Obedecer… no hablar, ni reír, ni moverse en las
filas en que cada niño se mueve con una rigidez de esqueleto […] Obedecer… y así envenenar
el alma de los únicos que pueden prometer algo […] Y ensuciarles así el alma,
empequeñecerlos así, cortar en ellos todo lo que tiene alas y hacerlos marchar así […] Scouts…
la pasividad, el polvorismo, la guerrería de grito y canto, la mecanización, la estupidez”.29 Los
propios profesores, actuando como “comandantes” y sin la formación adecuada, reintroducían
estas prácticas no obstante cierta prédica en contrario de parte de las autoridades
institucionales. Esto se expresaba igualmente en un estilo de disciplina vertical, relaciones
impersonales, actitudes rígidas, estratificación de niños y jóvenes en “grados”, autoritarismo
educativo, trato ceremonioso y formal, entre otros.30 La misma nomenclatura de las
estructuras que integraban los jóvenes y los adultos (a quienes se seguía llamando “oficiales” y
“comandantes” hasta fines de los años ’40) contribuía a mantener estas prácticas en la vida
institucional. Ni siquiera las palabras de Baden-Powell, quien repetidamente alertó contra las
tendencias militaristas en el Movimiento, consiguieron desactivar esta corriente durante toda la
etapa en estudio. Joaquín Cabezas decía que hubo quien vio en las “brigadas” de scouts “un
remedo de los fenecidos batallones escolares”.31 Joaquín Cabezas, uno de los fundadores de la
Asociación, que desde 1909 venía alertando sobre esta tendencia, puede ser considerado con
propiedad como el verdadero líder durante esta época del papel educativo del Movimiento.
La tendencia militarista alejó a la Asociación del interés de los educadores, hizo muy rígidos los
métodos aplicados, desvirtuó el sentido de la disciplina y creó cierta imagen peyorativa del
Movimiento, ya que la presencia pública llegó a ser una caricatura de lo que era una adecuada
presentación militar. En algunas fotografías de archivo y colecciones se observa a unidades de
la época desfilando incluso con fusiles de madera.

• Laicismo
Diversos actores, dentro y fuera de la Asociación, reconocían que Baden-Powell incluyó el
desarrollo espiritual y la práctica religiosa como parte esencial del Movimiento, a la vez que
abogaba por una actitud pluralista en lo confesional. Sin embargo, amparados en cierta
autonomía que entendían les habría dado el Fundador para adaptar la práctica scout a la
realidad local, quienes establecieron la Asociación en Chile se apartaron de este aspecto de la
propuesta de Baden-Powell e impulsaron un estilo laicista desde un comienzo, excluyendo la
dimensión religiosa que B-P había considerado esencial. Este aspecto fue, de alguna manera,
sustituido por cierta “ritualidad cívica” en que se manifestaba una devoción casi religiosa a
instituciones seculares (abnegación por la patria, lealtad a las leyes, amor a la familia) que
“han de lucir en el alma de todo scout con la santidad del culto”.32 En la actividad cotidiana se
acentuaba el uso de algunos “ritos de iniciación”, “símbolos secretos” y “simbolismo indígena”
como forma de llenar el espacio que debiera haber ocupado el desarrollo espiritual y la relación
con Dios.
Ante la crítica de autoridades eclesiásticas, la Asociación argumentaba que sus objetivos no
podían estar al servicio de grupos determinados, en rechazo a lo que imaginaba como un
intento de exclusividad confesional de la práctica scout. La resistencia de la Asociación a
establecer el “deber para con Dios” en el texto de la Promesa en conformidad con el original, es
una evidencia clara de la influencia laicista imperante desde el comienzo: “Los ‘Boy-Scouts’
constituyeron un día obra por excelencia masónica. Fueron masones el alma de toda brigada en
la República entera”.33

29
Claridad Nº 41, noviembre de 1921, pp. 3-4.
30
Ejemplos en Boletín Scoutivo Nº 57, junio de 1941, pp. 21-23.
31
Boletín Scoutivo Nº 75, abril-mayo de 1943, p. 13.
32
Boy Scouts de Chile (institución fundada el 21 de mayo de 1909), enero de 1911, p. 6.
33
Luis Navarrete, Gran Maestre, Asamblea Ordinaria de la Gran Logia, mayo de 1918; en Veritas (seudónimo), La
Francmasonería y sus obras en Chile, Santiago, 1920, p. 15.

Reseña Historia Institucional GySCh 13


En distintos ejemplares del boletín institucional coexistían citas bíblicas del Antiguo
Testamento,34 con relatos sobre la Navidad35 y con la frase “¿acaso las religiones no predican el
amor a Dios porque le temen en el más allá?”.36 En 1944 se incorporó un artículo al
Reglamento que señalaba que “ningún organismo de la Asociación podrá participar en
actividades de carácter religioso”.37 En la primera Conferencia Scout Interamericana (1946) los
delegados de Chile plantearon que su Asociación era “arreligiosa” y apolítica, pero no
“antirreligiosa”. Poco después la prensa católica en Chile se preguntaba si la Asociación estaba
o no al margen del genuino Scoutismo.38

Este laicismo apartó al Movimiento de las iglesias, que tradicionalmente han cumplido en la
sociedad chilena funciones de agente educador y que en muchos países patrocinan numerosos
Grupos Scouts.

• Fragilidad del desarrollo en valores


Los objetivos declarados de la Asociación eran la formación del carácter y la transmisión de
valores a niños y jóvenes. Transcurrido algún tiempo las actividades recreativas, los desfiles y
la rutina de la marcha institucional pasaron a sustituir, en la práctica, aquellos ideales.
Esperanzas y esfuerzos de cambio se concentraban más en la estructura que en una
transformación en el plano de los valores. De modo que se cayó en una práctica que fue
perdiendo sentido, ceremonias públicas que cuidaban la imagen y poco interés en el verdadero
desarrollo de valores personales y sociales: “Doloroso es confesarlo, que solamente el niño,
que entra a militar en nuestra institución, se limita a vestir el uniforme, a participar en las
instrucciones de la Brigada y demás actividades, sin que su atención al cumplimiento de las
leyes del Scout, sea de mayor interés”.39 En igual sentido se queja el propio Comisionado
General en 1943: “las vanidades traducidas en afán de mando; exceso de distintivos no
reglamentarios […], auto bombo por medio de la prensa y el corrillo”.40

Era el efecto de 30 años enfocados en la valoración de lo formal y de los méritos personales,


sin referencia a valores sociales tales como la superación de la desigualdad, la democracia, la
participación o la libertad: ayudar a los demás no era habitualmente asociado a una mayor
solidaridad social o a la defensa del bien común, sino más bien al heroísmo y arrojo personal.
“Preparar un Chile más moral” según palabras de José Alfonso en 191941 se intentaría mediante
una obediencia ciega “aunque no le agrade […] como lo hacen los soldados”42 para “asentar los
principios de jerarquía, de orden y disciplina”.43 En tal perspectiva, conciencia moral parecía ser
sinónimo de patriotismo (asociado a nacionalismo económico y a equilibrio entre clases
sociales) y de poco más. No es sorprendente que tal enfoque derivara en que a mediados de
los años ’40 la mayoría de las “brigadas” estuviera en escuelas primarias y que alrededor del
80% de integrantes fuera menor de 14 años, transformando al Movimiento en una expresión
infantil más que juvenil. El énfasis en la disciplina exterior sin atención a la consecuencia entre
el pensamiento y la vida, había cobrado un alto precio en la calidad de la oferta educativa de la
Asociación.

34
Boletín Scoutivo Nº 57, junio de 1941, p. 16.
35
Boletín Scoutivo Nº 63, diciembre de 1941, pp. 11-12.
36
Boletín Scoutivo Nº 58, julio de 1941, p. 7.
37
Asociación de Boy Scouts de Chile, circular Nº 13, 9 de diciembre de 1944.
38
El Diario Ilustrado, Santiago, 27 de julio de 1946.
39
Washington Alarcón, Jefe de Sector, citado en Boletín Scoutivo Nº 72, noviembre de 1942, p. 19.
40
Asociación de Boy Scouts de Chile, Memoria… 1943, pp. 18-19, en J. Rojas F., op. cit., pp. 50 y 101.
41
El Scout. Siempre Listo Nº 1, septiembre de 1919, pp. 1-2, en J. Rojas F., op. cit., p. 69.
42
Boy Scouts de Chile (institución fundada el 21 de mayo de 1909) , enero de 1911, pp. 6-13/37-49.
43
Ministerio del Interior, Decreto Ley 520, 6 de septiembre de 1925.

Reseña Historia Institucional GySCh 14


Transición y cierre de la etapa
La orientación laicista y “arreligiosa” dificultaba la vida de las “brigadas” que operaban en
ámbito católico y pareciera que casi ninguna de las que existía antes de 1919 logró subsistir en
los años ’20. Hacia 1930 surgió la actividad scout en los Sagrados Corazones de Viña del Mar
(tomando como modelo a Scouts de France) y al año siguiente la misma congregación extendió
la experiencia a sus colegios en Valparaíso y en Santiago. La coordinación no se hizo esperar y
se estableció “Exploradores de Chile”, la primera Federación Nacional de Scouts Católicos, con
apoyo de la jerarquía eclesiástica.44 En 1932 la congregación del Verbo Divino estableció un
Grupo Scout en el Liceo Alemán de Santiago. Estas unidades de inspiración católica operaron al
margen de la Asociación en un comienzo, salvo los Padres Alemanes, quienes inscribieron el
Grupo ante el Directorio General. Otros siguieron el mismo camino. Y la tensión se desarrolló
cuando estos grupos exigieron la inclusión de los “deberes para con Dios” en la Promesa. Por
su parte, en Magallanes, lejos de las tensiones de la zona central, los Salesianos tuvieron
unidades scouts con el nombre de “exploradores” desde 1925 y por más de 20 años, sin
afiliarse a la Asociación. En otras vertientes cristianas, algunos grupos infantiles uniformados
del Ejército de Salvación llevaron el nombre de “Brigada de Boy Scouts Salvacionistas”.45

Varios de los aspectos deficitarios mencionados anteriormente, en particular el laicismo con su


exclusión de la dimensión religiosa, habían sido advertidos desde el exterior del país. En 1934
Hubert Martin, Director de la Oficina Internacional de Boy-Scouts, planteaba a la Asociación
que esperaba que se conservara en su totalidad el contenido de la Promesa original, incluyendo
el “deber para con Dios”.46 Pero en Chile se bajó el perfil al tema y tras el supuesto fracaso de
“gestiones amistosas, de franca tolerancia” la Asociación se amparó en el Decreto Ley 520 y
declaró “fuera de la ley” a los Exploradores de Chile.47

Sin embargo, no obstante la “irreligiosidad” institucional, en 1943 se “invistió” formalmente a


la “Brigada William Booth”, del Ejército de Salvación48 (¡mientras se reafirmaba la prohibición
de organizar o asistir a manifestaciones públicas de confesiones religiosas!) y en 1944 se
aceptó la inscripción de “brigadas” con base en colegios católicos. Pero en diciembre de ese año
se reglamentó que las unidades que surgieran en adelante debían declarar que no participarían
en actividades de carácter religioso. En Temuco la “Federación de Exploradores Católicos”
publicaba un boletín que recogía el debate sobre el tema.49

En mayo de 1946 la Asociación envió tres delegados a la primera Conferencia Scout


Interamericana, celebrada en Bogotá, Colombia.50 Al tratarse del punto de partida de las
estructuras regionales en la Organización Mundial del Movimiento Scout, esta Conferencia
abordó temas vinculados con los fundamentos del Scoutismo. Se debatió sobre los Principios
del Movimiento y sobre la Promesa. El temario se conoció de antemano y los delegados de
Chile llevaban el mandato de defender la posición de la Asociación, que se entendía era la
manera de respetar todas las creencias religiosas sin discriminación alguna mediante la
prohibición de toda exhibición pública que no implicara una acción “puramente scout”, con el fin
de evitar que el Movimiento apareciera como cuerpo confesando una determinada religión.51

44
Exploradores de Chile, primera Federación Nacional de Scouts Católicos, Estatutos y reglamentos aprobados por la
Autoridad Eclesiástica, 1931.
45
J. Rojas F., op. cit., p. 46.
46
Asociación de Boy Scouts de Chile, Reunión de presidentes y jefes ejecutivos provinciales celebrada del 18 al 21 de
mayo de 1947, Santiago, Imprenta La Economía, 1947, pp. 43-44.
47
Asociación de Boy Scouts de Chile, Memoria que el presidente del Directorio General de los Boy Scouts presenta a la
Asamblea General, celebrada el 28 de abril de 1934, Santiago, Imprenta y Enc. Pino, 1934, p. 12; también en Boletín
Scoutivo Nº 9, diciembre 1933, p. 2.
48
Asociación de Boy Scouts de Chile, Memoria… 1943, p. 31, en J. Rojas F., op. cit., p. 117.
49
Federación de Exploradores Católicos, Temuco, Nº 1 y 2, julio de 1945.
50
Erasmo Vergara, Nemecio Marabolí y Washington Desport.
51
J. Rojas F., op. cit., pp. 120-121.

Reseña Historia Institucional GySCh 15


De las 19 delegaciones nacionales, sólo Chile mantuvo tal postura. La Conferencia incluyó en
sus acuerdos orientaciones para la operación de grupos homogéneos y heterogéneos desde el
punto de vista religioso y para ambos casos sugería formas de abordar la orientación espiritual
y la práctica de las creencias de los jóvenes, a la vez que promovía la creación de grupos de
asesores religiosos formados por capellanes de las distintas denominaciones. Es obvio que la
delegación de Chile no firmó tal declaración. Se les habría dicho “ustedes no son scouts de
Baden-Powell”52 y el coronel John S. Wilson, Director de la Oficina Internacional expresó que
varias asociaciones habían manifestado su “profunda molestia” por el enfoque ideológico del
Scoutismo en Chile al “haberse apartado de los principios scouts establecidos”.53
Con posterioridad a la Conferencia Interamericana estallaron críticas internas contra los
delegados a la Conferencia, pero el Directorio General los respaldó y se amparó en el carácter
de “recomendaciones” de los acuerdos de la Conferencia. En desacuerdo con este respaldo, una
corriente disidente procuró obtener el control de la Asociación en la Asamblea celebrada en
agosto de ese año. Tras un final tumultuoso debido al desconocimiento de poderes de algunos
delegados favorables al grupo disidente, el Directorio encabezado por el Dr. Romero consiguió
mantener el control institucional y la disidencia organizó una directiva en paralelo.54 Sin
embargo, un resultado eleccionario distinto no hubiera resuelto el tema de la exclusión de la
dimensión religiosa, ya que los disidentes no daban señales de cambio en tal sentido.
Hacia fines de febrero de 1947 visitó Chile don Juan Lainé, el mexicano que en la Conferencia
de Bogotá había sido electo como primer presidente del órgano que hoy conocemos como
Comité Scout Interamericano. Lo acompañaba el capellán nacional de la Asociación de Scouts
de México. Lainé hizo declaraciones públicas en el sentido de reponer la dimensión religiosa en
el Movimiento en Chile. La tensión entre orientaciones opuestas culminó en incidentes con
gritos y golpes de puño al término de la ceremonia oficial en la Universidad de Chile el día 26.55
Sin embargo, Lainé no se reunió con la directiva disidente y esto se habría interpretado como
un aval al Directorio de Romero, el cual sin embargo tendría que ajustarse a los fundamentos
del Movimiento aceptados internacionalmente si quería mantener tal respaldo.
En abril, una comisión ad hoc propuso al Directorio que, además de mantener el texto de la
Promesa tal y como estaba desde los primeros años (con el argumento que había sido
reconocida internacionalmente y no había coartado los principios religiosos de niños y jóvenes),
se aprobase una fórmula optativa: “Prometo por Dios y por mi honor…”. Se acordó consultar a
las provincias y, posiblemente ese mismo año, se adoptó una única fórmula de Promesa que
incluía el concepto: “cumplir mi Deber a Dios”, que aparece en el Manual del Boy Scout
publicado pocos años después. Sin embargo, esta medida resultó cosmética, ya que no generó
un cambio en el espíritu laicista que se seguía imprimiendo.
En mayo de 1948 visitaron Chile el Cnel. John S. Wilson, Director de la Oficina Internacional y
el ingeniero Salvador Fernández Bertrán, Comisionado Ejecutivo Regional y Secretario Ejecutivo
del entonces Consejo Interamericano de Escultismo. Hubo visitas al Presidente González Videla,
Concentración Scout en Quinta Normal y acuerdos sobre futura colaboración.
En 1949, en coordinación con el dirigente Manuel Bustos, entonces Jefe del Clan Rover “Baden-
Powell” del Grupo Guillermo Rivera de Viña del Mar, regresó Salvador Fernández a dirigir un
“Curso Preliminar de la Insignia de Madera” (como se llamaba entonces el que posteriormente
se conoció internacionalmente como Curso Básico y en Chile como Curso Medio) para la
formación de animadores de la Rama Scout.

52
El Diario Ilustrado, Santiago, septiembre de 1946, en J. Rojas F., op. cit., p. 122.
53
El Diario Ilustrado dio a conocer una versión en español de las palabras de Wilson. La frase en inglés: “a great deal of
feeling”; fue publicada el 28 de septiembre de 1946.
54
La directiva de la corriente disidente estaba formada por el Gral. (R) Víctor Figueroa Vega, Armando Rodríguez
Quezada, Pedro J. Maldonado, Arturo Bustamante, Germán Mateluna y Álvaro Vicencio.
55
El Diario Ilustrado, Santiago, 27 de febrero de 1947, en J. Rojas F., op. cit., p. 126.

Reseña Historia Institucional GySCh 16


Manuel Bustos recordaba que “el curso empezó con grandes dificultades debido a que había
algunos dirigentes que no aceptaban lo que ellos llamaban ‘innovaciones’, como ser un
programa, Ley y Promesa, la religión dentro del Movimiento, pantalón corto (sic), horario de
actividades nocturnas; y no aceptaban un padrón establecido para las fogatas en reemplazo de
lo chabacano”.56
Agregaba el recuento de Manuel Bustos que “la actitud firme del Clan “Baden-Powell” del Liceo
Guillermo Rivera, impuso la aceptación del programa total, que resultó una visión nueva,
atrayente y de valor formativo integral. El curso terminó con llantos y promesas solemnes de
impulsar este nuevo método”.
Es evidente que tal supuesto “nuevo método” no era propiamente nuevo, sino que se trataba
simplemente del Método Scout en su plenitud, el que por primera vez era expuesto de una
manera completa a la dirigencia de la Asociación.
Sin embargo, y no obstante los éxitos que el período estudiado hasta el momento produjo en
materia de consolidación de una organización clásica, moderado crecimiento (registraba unos
20.000 miembros) y vinculaciones sociales, las desviaciones a que se ha aludido marcaron muy
profundamente a la Asociación, la que tomaba conciencia de la plenitud del método un poco
tarde, cuando ya se habían incubado los gérmenes de su futura división.
Como lo resumía hace poco el P. Guido Blanchette: “El fundador […] vino a Chile cuando recién
había hecho su primer experimento de vida scout en Inglaterra. Quizás vino demasiado pronto.
Vino cuando existía la satisfacción de una primera aplicación y la ilusión estaba instalada. Pero
faltaba la decantación de las primeras impresiones; faltaban las correcciones a esos inevitables
errores en la marcha; faltaba probar algo más ‘el modelo’. En Chile el optimismo de Baden-
Powell contagió a los que más se acercaron a él. Y de inmediato comenzó la ‘fórmula chilensis’.
Nacimos históricamente como una aplicación parcial de una experiencia aún incompleta. De
este apresuramiento inicial se originarán no pocos problemas. Mientras en Inglaterra y Europa
se difundía el Movimiento y se cotejaban los experimentos, en el lejano Chile se desarrollaba
un Movimiento entusiasta, lleno de mística, a veces brillante, pero con algunas desviaciones:
militarismo, verticalismo educativo, ateísmo práctico.”57

2ª etapa: 1949-1970
Desde el primer curso internacional de formación de dirigentes
hasta la constitución de COCEC
(Instituciones paralelas surgen de los conflictos y se hace urgente la unidad)
La formación como herramienta de renovación
En el plano internacional la Conferencia Scout Mundial promovía un modelo de formación de
dirigentes que fuera aplicado de manera estandarizada en todos los países que tenían
Organizaciones Scouts Nacionales miembro. Tal modelo se conocía como “esquema de Gilwell”
en alusión al Centro de Formación cercano a Londres que había establecido Baden-Powell en
1919 y en el cual ese mismo año partiría el sistema de capacitación de la Insignia de Madera.
Hacia 1951 el “esquema” contenía tres niveles de formación, el Curso Pre-Certificado orientado
a los recién llegados a una función de animación, el Curso Preliminar destinado a calificar a
asistentes y responsables de unidad y el Curso de la Insignia de Madera considerado como la
capacitación ideal que debía obtener cada Responsable de Unidad y/o de Grupo. Estos cursos
se impartían de manera diferenciada por cada Rama o grupo de edad y los había también
orientados a Responsables de Grupo y a quienes conducían estructuras territoriales (llamados
“Comisionados”).

56
Guías y Scouts de Chile, Manual del Curso Básico, Sesión Nº 1, Historia…, Documento de apoyo para el conductor de
sesión, Santiago, 1992, p. 10.
57
Blanchette, Guido, Ser uno mismo en la diversidad, Santiago, 2008, p. 5.

Reseña Historia Institucional GySCh 17


A partir de la primera Conferencia Scout Interamericana, en 1946, con la organización de la
Región Interamericana y de su sede regional de la Oficina Mundial, las asociaciones scouts de
los países iberoamericanos tuvieron la oportunidad de acceder a estos cursos en español y en
portugués que eran conducidos por formadores calificados en el plano internacional (tanto
voluntarios como profesionales) que viajaban a las diferentes naciones con tal propósito.
En los diferentes países, y Chile no fue la excepción, se acentuaba el interés por mejorar las
prácticas del Movimiento de una manera que reflejara el genuino Método Scout. Y la
capacitación mediante los cursos del “esquema de Gilwell” se convirtió como en el paso inicial
en tal sentido.

Sin embargo, no obstante el interés por parte de dirigentes con espíritu renovador, en general
dirigentes jóvenes, la adopción plena del sistema de formación de la Insignia de Madera y, en
especial la modificación que habría que introducir en la forma de operar el Método Scout en
lógica consecuencia, fue resistida durante buena parte de esta segunda etapa por parte de los
sectores más conservadores de la institución. Es claro que se fue imponiendo progresivamente,
y que produjo un cambio positivo en la organización. Pero durante mucho tiempo ambas
tendencias coexistieron, sin que nunca se lograra la desaparición total de la antigua.

Al Curso Preliminar de 1949 le seguirían otros y en 1953 se condujo el primer Curso de la


Insignia de Madera, en el cual hubo también participantes de Argentina, donde aún no se había
realizado tal actividad. Una serie de actividades formativas de carácter internacional continuó
con la diseminación de las ideas de renovación a lo que también contribuyó la participación de
dirigentes chilenos en cursos y actividades de capacitación realizadas en asociaciones de otros
países de la Región Interamericana. Hacia fines de los años ’50 la Asociación ya contaba con
formadores chilenos capacitados internacionalmente que se constituyeron en el fermento de la
renovación del método y en agentes de cambio en el plano institucional.

Esto fue vinculando a la Asociación con el desarrollo educativo que había tenido el Movimiento
en el mundo y ayudó a reducir su insuficiencia y espontaneidad metodológica y su tendencia
militarista, descritas como características de la primera etapa, pero no terminó con ninguna de
las dos, las que continuaron resurgiendo de tanto en tanto durante mucho tiempo (más la
primera que la segunda, hay que decirlo), en sectores puntuales, producto de la acción de
dirigentes que retornaban después de largos períodos de ausencia o que manifestaban desidia
en capacitarse para la tarea educativa.

En lo que no hubo grandes variaciones fue en cuanto al laicismo y en la fragilidad en el


desarrollo de valores, tendencias que coexistieron con las nuevas orientaciones, dando una
imagen confusa de la Asociación e impidiéndole la coherencia de un proyecto armónico entre
todos sus componentes.

Por ello es que en esta segunda etapa se manifiesta en profundidad la crisis que se había
incubado en el período anterior y que llevaría a profundas divisiones y a la operación de
modelos paralelos de Movimiento Scout.

El Movimiento Scout en el ámbito católico


La crisis que marcó la transición y cierre de la primera etapa había tenido como uno de sus
componentes más visibles el conflicto entre quienes operaban unidades scouts en ámbito
católico y la corriente laicista imperante en el Directorio General, que se rehusaba a considerar
la dimensión religiosa en el Movimiento.

Si algunos vislumbraban en 1947 una desactivación del conflicto con la inclusión en el texto de
la Promesa de la frase “cumplir mi Deber a Dios”, pronto verían que poco cambiaba en lo
cotidiano, ya que tal “deber” sería considerado por las autoridades de la Asociación como algo
de naturaleza “personal” y de ningún modo objeto de acción en el plano educativo.

Reseña Historia Institucional GySCh 18


Las raíces de tal confrontación, como lo hemos visto en la etapa anterior, eran muy antiguas y
no era posible esperar que la divergencia se resolviera con un simple cambio en el texto de la
Promesa, ya que la experiencia de los años anteriores había demostrado que se trataba de dos
puntos de vista muy divergentes respecto al papel de la dimensión religiosa en la educación
scout. Esta misma divergencia se prolongaba hacia el tema de la educación en valores y, dada
la lentitud con que operaban los cambios metodológicos debido a que no eran totalmente
aceptados, también se proyectaba hacia el ámbito educativo, confrontando dos modos
culturales de ver al Movimiento Scout.

Sin embargo, las “brigadas” católicas, y los grupos scouts católicos que en este período
empiezan a crearse con ese nombre, no actuaban concertados y sus reacciones ante la
Asociación dependían de las relaciones personales, de la zona del país en que se actuaba o de
la mayor o menor disciplina respecto del Directorio con que operaban los dirigentes regionales.

Así las cosas, las “brigadas” de los colegios de los Padres Franceses (Sagrados Corazones) y de
los Padres Alemanes (Verbo Divino), que habían recibido el impacto de la Asociación cuando en
1934 declaró “fuera de la ley” a los “Exploradores de Chile” (la primera Federación Nacional de
Scouts Católicos), continuaban operando totalmente al margen de la Asociación pero sin una
coordinación entre ellas. Algo parecido sucedía con experiencias aisladas que tenían lugar en la
zona Sur, como ocurría en la Araucanía y en Magallanes. Un poco diferente era la situación de
los Jesuitas (San Ignacio), Maristas (Champagnat, del Instituto O’Higgins), Mercedarios (San
Pedro Nolasco), Salesianos (Don Bosco) y numerosos grupos parroquiales de la provincia de
Santiago, que en atención a su proximidad, mantenían mayor contacto entre ellos sin constituir
una organización formal. Por último, en la Asociación continuaban algunos grupos pequeños
que seguían las orientaciones del capellán Romo, quien al mismo tiempo que los asistía de
manera incipiente, había tomado la determinación de luchar por el cambio desde dentro de la
Asociación. Como se puede ver, era una situación de disconformidad dispersa, en que cada
Grupo atendía a sus necesidades educativas de la manera que mejor le parecía, sin una
coordinación formal explícita y sin un liderazgo que los aglutinara.

La situación cambia significativamente hacia fines de los años ’40 cuando llega a Chile el
sacerdote belga Roberto Polain Cartier, quien había tenido una activa experiencia scout en su
país. Tras un par de años en Chile Chico, en que realizó animación pastoral y educativa en la
constitución de una colonia de compatriotas suyos, se trasladó a Santiago donde en 1952 fundó
el Colegio Notre Dame en la comuna de Providencia. En este ámbito el Padre Polain desarrolló
una intensa actividad scout sobre la base de su experiencia en la Fédération des Scouts
Catholiques Baden-Powell de Belgique, una de las primeras y de las muy pocas que recibieron
el privilegio del Fundador de poder utilizar su nombre en el de la asociación (1912).58 Mucha de
la actividad del Colegio estaba vinculada al Movimiento Scout: “…el Scoutismo está ligado a la
fundación del Notre Dame y aporta aspectos metodológicos en su expresión de colegio […] la
mayoría de estos jefes scouts eran profesores jefes y por tanto era natural que en los Consejos
semanales de profesores se tratasen temas referidos a las unidades…”59 El P. Polain no tardaría
en promover, desde el Colegio Notre Dame, la coordinación de los grupos scouts católicos,
hasta entonces bastante dispersos. Así, el P. Polain aportó a todos estos grupos el liderazgo y
la unidad metodológica que no les había aportado ni la Asociación ni la literatura traducida en
la que normalmente se apoyaban. Entre 1954 y 1956 su labor fructificó en la Federación de
Scouts Católicos que obtendría su personalidad jurídica en 1960. El primer Jefe Scout Nacional,
por unos meses, fue don Christian Richard, que fue sucedido por don Gonzalo Gutiérrez N.,
principal miembro directivo del Colegio Notre Dame. El P. Polain, no obstante su cargo formal
de Capellán Nacional, se desempeñó como ideólogo, organizador, animador y formador.

58
http://fr.scoutwiki.org/Fédération_des_scouts_catholiques
59
http://www.notredame.cl/index3.htm

Reseña Historia Institucional GySCh 19


Muchos de los profesores y responsables de unidades scouts del Colegio Notre Dame sirvieron
también como los primeros dirigentes nacionales de la Federación. Es el caso del propio
Gonzalo Gutiérrez y de Jorge Gray, Fidel Oteíza, Germán Aburto, Andrés Bansart, Roberto
Espinoza, el P. Iván Germain y muchos otros que con el tiempo se han destacado en educación
y en la dirección de colegios, tanto dentro como fuera del país.

Apoyada en el carisma del P. Polain y en los equipos de Notre Dame, a los que se agregaron
innumerables otros dirigentes a lo largo del país, quienes se sentían interpretados por el nuevo
estilo, la Federación no sólo aglutinó a los grupos scouts católicos existentes sino que
estableció otros nuevos, tanto en parroquias como en colegios. En adición a su orientación
espiritual y religiosa, estos grupos constituyeron una corriente renovadora en materia de
conceptos metodológicos y dirigencia joven. Desde su comienzo su característica fue una
estructura simple y flexible, sin vinculación con la Organización Mundial del Movimiento Scout
(OMMS), que sólo reconocía la existencia de la Asociación. La FSC adoptó enfoques educativos
similares a su inspiradora belga y un sistema propio de capacitación de sus dirigentes, bastante
más flexible que el estructurado “esquema” de la Insignia de Madera y por cierto carente de los
estrictos registros sistemáticos que lo caracterizaban en el marco de un modelo que operaba
bajo el control de organismos internacionales.

No obstante lo anterior, en algunas de las “brigadas” de inspiración católica que venían de los
años ’30 y ’40, coexistía una actividad pastoral inspirada en organizaciones de scouts católicos
de países europeos con formas de aplicar el método que habían caracterizado a la Asociación
de Boy Scouts. Es así como grupos de los colegios Salesianos y del San Pedro Nolasco eran
reconocibles por su formalidad, disciplina y rigidez. Por ello es que la FSC no sólo coordinó
pastoralmente a los grupos scouts católicos sino que les entregó también una unidad en lo
metodológico.

En 1962 la Federación instaló una sede institucional fuera del Colegio Notre Dame y se vinculó
de manera internacional, particularmente con la Conferencia Internacional de Escultismo
Católico (tal era entonces el nombre de la CICE), que en la época se vinculaba tanto con
asociaciones católicas en el marco de Organizaciones Scouts Nacionales de la OMMS, como con
otros agrupamientos de scouts católicos no inscritos en dicha organización. Desarrolló un
sistema de obtención de fondos con base en fuentes nacionales y extranjeras, un incipiente
servicio de dirigentes remunerados, publicó manuales y otros materiales educativos, además
de la revista Signo que comenzó a aparecer en 1966. Hacia mediados de los años ’60 enviaba
delegados a encuentros mundiales de la CICE en Europa y, en el plano nacional, su acción se
inscribía entre las actividades pastorales de la Iglesia Católica, con la cual intensificó sus
vínculos formales. En 1965 Gerardo González Erba fue elegido Jefe Scout Nacional e inició la
expansión de la FSC, la que a mediados de 1966 contaba con algo más de 5.000 miembros. En
1969 Cristián Urzúa sucedió a Gerardo González en el cargo de Jefe Scout Nacional y su
principal labor consistió en ampliar la acción de la Federación a todo el país, llegando en 1970 a
superar los 10.000 miembros.

El énfasis de la Federación estuvo puesto en el desarrollo de la persona en todas sus


dimensiones, en la plena incorporación de la dimensión religiosa a la vida del Movimiento y en
el desarrollo de un liderazgo de jóvenes capacitados. No competía ni confrontaba con la
Asociación sino que mantenía su vida institucional en un canal paralelo de funcionamiento,
limitándose a encuentros con la dirigencia de la Asociación con motivo de la visita de dirigentes
internacionales.

Reseña Historia Institucional GySCh 20


Progresiva autonomía de las Guías
Como se había relatado, las primeras unidades de niñas que partieron en 1912 no consiguieron
perdurar: “la fuerte oposición que encontraron en el público y principalmente en el clero, apagó
su entusiasmo”.60 La oficialización de las “girl guides” por parte de la Asociación en 1918 dio
motivo para la persistencia y aún la acentuación de las críticas.

Desde la autoridad eclesiástica, concordando con las perspectivas de la época, se veía como
peligrosa “la admisión del elemento femenino”: “¿Es posible que a cincuenta niñas de 12 a 16
años se les den por compañeros de excursión, por montes y quebradas y vericuetos, adonde no
puede penetrar la mirada de sus directores, a doscientos muchachos de la misma edad, y a
quienes se les ha formado o se les está formando el corazón alejado del temor de Dios, sin
nociones de moral, sin rastros de amor al prójimo, sin respeto a nada ni a nadie?”. Así, se
llamaba a padres y madres a medir la “profundidad del abismo a que ellos mismos lanzan a sus
propias hijas”. Y, no obstante la existencia de “brigadas de boy-scouts católicos”, se
desalentaba con firmeza la participación de niñas en tales organizaciones.61

Hacia 1938 la crítica continuaba y la Asociación defendía el papel que ocupaban niñas y
mujeres en el Movimiento mediante alusiones a la Iglesia en su mención a “añejos prejuicios
que esclavizan aún a respetables Instituciones que persiguen fines morales” y destacaba que la
participación femenina acentuaba el “mutuo respeto y cortesía, que aviva la emulación y
modera las costumbres”.62

De hecho, en la Asociación había cierta idea de sostener una postura avanzada: “…la práctica
del guidismo […] las hace aptas para luchar en la vida al lado de su compañero natural. La vida
de campo las fortifica y las robustece, preparándolas para su noble misión; la práctica de la
higiene, la natación y los demás deportes propios de su sexo, las hace fuertes y dignas del
compañero que más tarde compartirá con ellas la vida. Madres sanas de cuerpo y de espíritu y
abnegadas necesita nuestro país…”.63 Pero, como se puede ver en el mismo texto citado, en la
práctica cotidiana la orientación dada a las unidades de niñas enfatizaba el papel social de la
mujer que predominaba en la época: “…se dedican a labores propias de su sexo: atención de
enfermos, aseo de un hogar, etc.”.64 Y tras algunos años “…formar de la niña una mujer de
carácter y un modelo de esposa y de madre”.65

Pero había voces que proponían una formación más variada. Victoria Caviedes, por ejemplo,
sugería incluir para las “brownies” (nombre que entonces se daba a las niñas de 7 a 10 años),
nociones de electricidad, astronomía, fotografía y fabricación de muebles.66 El boletín
institucional incluía en sus sucesivas ediciones el contenido de la reglamentación específica
para el adelanto progresivo de las niñas.

De todos modos, hacia 1945 se reconocía que “Los trabajos de las girl-guides no están todavía
bien orientados, cada día se trabaja para darles una verdadera orientación”.67 Y esto se
reflejaba en que la estructura e integración de la Asociación continuaba siendo
predominantemente masculina. En 1928, con más de 13.000 miembros, alrededor de 3.250
eran guías; en 1943, entre más de 18.000 integrantes, 4.470 eran mujeres. Similar razón
mostraba el número de unidades femeninas respecto del total de “brigadas”. La proporción
seguía siendo de un 25% no obstante los esfuerzos desplegados.

60
El Scout. Siempre Listo Nº 4, 15 de diciembre de 1913, p. 8. En J. Rojas F., op. cit., p. 27.
61
Veritas (seudónimo), La Francmasonería y sus obras en Chile, Santiago, 1920, pp. 14-15 y 33.
62
Boletín Scoutivo Nº 39, noviembre de 1938, p. 2. En J. Rojas F., op. cit., p. 97.
63
Boletín Scoutivo Nº 1, abril de 1933, p. 1. En J. Rojas F., op. cit., p. 97.
64
El Mercurio, Santiago, 24 de noviembre de 1913. En J. Rojas F., op. cit., p. 96.
65
José Porras Castillo, El Scoutismo, Santiago, 1925, pp. 59-61.
66
Boletín Scoutivo Nº 61, octubre de 1941, pp. 15-16.
67
Boy Scouts de Chile, Reglamento Escuela de Comandantes, Santiago, 1945, pp. 19-20.

Reseña Historia Institucional GySCh 21


En tanto, en el plano internacional las Guías se habían constituido en 1928 en “Asociación
Mundial” y, con la formación de la Región Scout Interamericana en 1946, se iniciaba la
insistencia de la Oficina Scout Mundial en el sentido de aplicar el modelo internacional en que
Scouts y Guías funcionaban en organizaciones separadas. Esto afectaría a varios países de
América Latina que tempranamente habían integrado formalmente a niñas y mujeres en sus
asociaciones scouts, como fue el caso de Chile y Argentina.
En septiembre de 1946 Victoria Caviedes comenzaba a coordinar Comisiones en la ABSCh para
acelerar la reglamentación propia para niñas y mujeres (uniformes, especialidades, formación
de guiadoras).68 En octubre de 1949 la Asociación constituyó un “Directorio Nacional Guidista”
con carácter provisorio. Hacia 1952 se estableció la Asociación de Girl Guides (con unas 6.000
integrantes) y con delegados de los Boy Scouts en su directiva. Encabezaba el Directorio doña
Guillermina Chaparro quien por varios años había sido ayudante directa de Victoria Caviedes.69
Por fin, el 15 de junio de 1953, con acuerdo de la Asociación de Boy Scouts, la Asociación de
Girl Guides de Chile fue establecida como organización autónoma bajo la conducción de la
mencionada Sra. Chaparro, a quien acompañaban Marta Espinoza y Virginia Reyes de
Chaparro.70 Obtendría su personalidad jurídica en junio de 1955 y se uniría a la Asociación
Mundial de las Guías Scouts en 1957. En junio de 1960 el Estado la declararía Institución
Nacional.
No obstante el estrecho vínculo que había existido durante 40 años, en poco tiempo Guías y
Scouts operaban por caminos claramente paralelos con pocos puntos de convergencia. Parte
importante de la dirigencia Guía se abrió a incorporar la dimensión religiosa en la vida del
Movimiento y es posible que ese haya sido uno de los puntos que redujeron los contactos con
la Asociación. Paralelamente el vínculo con el mundo católico se acentuó por la temprana
influencia de las Guides de France, que también se expresó en manuales traducidos de tal
asociación y en capacitación para guiadoras chilenas en aquel país.
Con los años la Asociación de Girl Guides fue adquiriendo cierta rigidez, apego a las
formalidades externas (como uso de diversos uniformes dependiendo de las circunstancias) y
un estilo de dirección que planteó una enorme brecha entre la cúpula institucional y las
guiadoras de base que llevaban a cabo el programa. Este hecho y la falta de renovación en el
programa que ofrecía fue debilitando la presencia de la institución en el país y hacia fines de los
años ’60 era apenas una sombra de lo que había sido en el momento de lograr su autonomía.
Durante toda esa década Girl Guides y Boy Scouts operaban sin verdadera cooperación mutua;
de hecho poco a poco volvía a haber algunas unidades femeninas en la Asociación de Boy
Scouts, al tiempo que una incipiente sección de niñas y mujeres iba apareciendo en la
Federación de Scouts Católicos. Esa era la situación existente a fines de 1970 cuando se inician
los procesos de unidad entre las organizaciones scouts, proceso del cual la Asociación de Girl
Guides permaneció más bien ajena.

Las divergencia interna sobre método y generación de autoridad:


El Movimiento de Reforma
Los años ’60 encuentran a la Asociación frente a tres divergencias de naturaleza diferente. Por
una parte, las divergencias con la Federación de Scouts Católicos, centradas principalmente en
la dimensión religiosa y en la formación en valores y en el método; por otra, con la Asociación
de Girl Guides, divergencias que comenzaron en problemas de género y de dirigencia femenina
y que se ampliaron a cuestiones de estilo y procedencia social; y por último, el frente interno
con las generaciones jóvenes, centrado en problemas de método y de generación de la
autoridad institucional. Detengámonos un poco en este tercer frente.

68
Asociación de Boy Scouts de Chile, Memorias… 1945-1947, pp. 14-15, 41-42, 45-46. En J. Rojas F., op. cit., p. 56.
69
Fogata Nº 109, 110, 113, 114, 115, junio-julio y octubre a diciembre de 1952. En J. Rojas F., op. cit., p. 57.
70
El Mercurio, Santiago, 17 de junio de 1953. En J. Rojas F., op. cit., p. 57.

Reseña Historia Institucional GySCh 22


Hacia comienzos de los años ’60 aquellos dirigentes que fueron capacitados en el “esquema de
Gilwell” comenzaron a cuestionar la reticencia de las autoridades conservadoras de la
Asociación a introducir cambios en la implementación del Método Scout. Al mismo tiempo, el
sistema de generación de la autoridad institucional no daba cabida a la dirigencia joven
renovadora, que en general coincidía con aquellos que habían obtenido la “Insignia de Madera”.
El gobierno de la Asociación estaba en manos de un Consejo Nacional integrado por unos 16
delegados provinciales pero, en la práctica, la dirección efectiva era realizada por la Junta
Ejecutiva Nacional de 7 miembros. Estos organismos tendían a generar su integración por sí
mismos, sin participación de la base de la institución. Además, agudizaba la situación el hecho
de que 20 de los 23 integrantes de estos organismos estaban vinculados a la Masonería y no se
veía forma en que personas con una visión diferente pudiesen incidir en el funcionamiento de la
Asociación.71

La institución mantenía vinculación internacional e incluso participaba en el gobierno del


Movimiento a nivel continental: entre 1961 y 1966 don Hugo Vigorena integró el entonces
Consejo Interamericano de Escultismo. Sin embargo, hacia mediados de esa década las
estructuras internacionales comenzaron a observar con preocupación el debilitamiento
progresivo de la institución (la cantidad de miembros descendió de 26.000 en 1952 a unos
19.000 en 1956 y permanecía estable desde esa fecha). A lo anterior se agregaba el
dinamismo que mostraba la Federación de Scouts Católicos que se percibía a nivel internacional
como una división del Movimiento en la cual la Asociación tenía responsabilidad.

De todos modos, había esfuerzos por intentar una recuperación, si bien ellos se mantenían
dentro de los modelos que se habían usado por décadas. En 1964 una circular del Director de
Educación Primaria y Normal don Luis Moll Briones, promovía la formación de Grupos (o
patrullas) de Scouts y de Guías en escuelas urbanas y rurales, suministraba locales para
talleres, almacenes, gimnasios y todo lo que contribuyera a las “especialidades vocacionales”,
facilitaba la labor de profesores (el tiempo utilizado en actividades oficiales de la Asociación
sería considerado tiempo de servicio hasta 6 de las 30 horas semanales; habría anotación de
mérito por 5 años de servicio como dirigentes), divulgaba el Movimiento en ámbitos escolares e
incorporaba al programa de “moral social” el “decálogo del scout” (el texto de la Ley).72
En la dirección contraria, había quejas de que la Tienda Scout vendía “muchos elementos de
banda de música y muy poco de Escultismo. De literatura scout no hay prácticamente
nada…”.73
Hacia mediados de la década del ’60 los dirigentes de enfoque renovador comenzaron a
constituir una corriente interna, que ante la persistencia de las autoridades de la Junta
Ejecutiva Nacional de excluirlos de la dirección efectiva del Movimiento en el plano institucional,
en pocos años se convertiría en el Movimiento de Reforma Scout, como se explica más
adelante, que llegaría a separarse de hecho de la Asociación y a operar en forma paralela.74
Así las cosas, el Consejo Interamericano de Escultismo procuró estimular una unificación del
Movimiento Scout en Chile y envió como mediador a un dirigente scout brasileño, el
contralmirante (luego vicealmirante) José de Araujo Filho. La Oficina Scout Mundial, por su
parte, elaboró en 1965 un “proyecto de unión” con la participación del mayor general Daniel
Spry (Director de la Oficina), de Salvador Fernández B. (Comisionado Ejecutivo Regional) y de
Gonzalo Gutiérrez, por entonces Coordinador de la CICE para América Latina.75

71
Armando Salas Martínez, Documento probatorio Nº 2, Santiago, 1969, Archivo relaciones entre Chile y Oficina Scout
Interamericana.
72
Dirección de Instrucción Primaria y Normal, Circular Nº 45, Santiago, 21 de mayo de 1964.
73
Proyecto de Asistencia Técnica a Chile, documento de análisis, México, 1967, p. de notas complementarias.
74
Armando Salas Martínez, Documento probatorio Nº 4, Santiago, 1969, Archivo relaciones entre Chile y Oficina Scout
Interamericana.
75
Proyecto de Asistencia Técnica a Chile, documento de análisis, México, 1967, p. 2.

Reseña Historia Institucional GySCh 23


Por otra parte, el propio CIE se reunió en Santiago de Chile del 5 al 7 de mayo de 1966 y allí
acordó el “Plan 1966-1969” que contenía un proyecto “para promover la capacitación
democrática del joven y el niño latinoamericano mediante el Movimiento Scout” (un programa
de “desarrollo de la comunidad” como respuesta al “constante incremento de becas y
asignaciones de viaje de países comunistas para el adoctrinamiento de la juventud
latinoamericana detrás de la cortina de hierro” según se habría conocido en la reunión
mencionada).76 Como reacción a la situación específica del Cono Sur en que en paralelo a la
asociación scout miembro de la OMMS funcionaba una organización de scouts católicos, el CIE
acordó también el “Programa A” del mencionado “Plan 1966-1969” para la “Resolución de
problemas que afectan al Movimiento Scout en Chile, Argentina y Uruguay”. En éste se afirma
que “el propio Asesor para Asuntos Juveniles de la Presidencia de la República” [de Chile] está
presidiendo las gestiones de unificación.77 La alusión a esta persona bien pudiera referirse a
Marco Antonio Roca, Asesor de Asuntos Juveniles del Presidente Eduardo Frei Montalva, o al
señor Marco Julio Zúñiga, quien era uno de los principales colaboradores del señor Roca y era
dirigente scout que simpatizaba con las posiciones de los jóvenes dirigentes renovadores.

El “plan de asistencia técnica” del CIE,


que indirectamente culmina en la constitución de COCEC
Tras una negociación entre el CIE y la Asociación, el 27 de junio de 1967 se firmó el Convenio
de Asistencia Técnica entre la Asociación de Boy Scouts de Chile y el Consejo Interamericano
de Escultismo. Como parte del convenio y con financiamiento integral de parte del CIE y la
Oficina Scout Mundial, se trasladó a Chile, a partir de fines de abril de 1968, el profesor
Armando Salas Martínez, “Ejecutivo Viajero” de la Oficina Scout Mundial en la Región
Interamericana (por entonces dirigida por Humberto Pasos Marciacq). Salas pasaría a ser
“Comisionado Ejecutivo Nacional” de la Asociación de Boy Scouts de Chile con amplias
atribuciones para alentar el desarrollo institucional mediante –entre otras medidas-
modificaciones a la normativa de la organización, promoción del desarrollo financiero,
mejoramiento de la formación de dirigentes, ampliación de las operaciones en terreno e
impulso al crecimiento. Este punto se consideraba sensible y Armando Salas condujo un censo
que determinó que en 1968 había 19.590 miembros en 293 Grupos (74,4% de los Grupos y
87,06% de los integrantes operaban bajo el patrocinio de escuelas o liceos).78 El incremento en
número de miembros era nulo respecto de 1956.

La labor de Salas fue considerada exitosa por muchos de los actores nacionales que
interactuaron con él y fueron testigos de los resultados que impulsó: adopción de una política
religiosa, obtención de recursos de empresas y del Estado, fuerte dinamismo en la
capacitación. Además de la asistencia específica a la Asociación –y como parte del plan de
trabajo acordado- estableció cordiales relaciones con la jerarquía de la Iglesia Católica, en
particular con el entonces obispo auxiliar de Concepción Mons. Carlos Oviedo C. (quien
posteriormente sería cardenal arzobispo de Santiago) y con el obispo de Valdivia y en la época
Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, Mons. José Manuel Santos Ascarza.79

Transcurridos 6 meses de su misión en Chile, en noviembre de 1968 Armando Salas elevó un


informe al CIE, con carácter reservado, en que hacía un balance de lo realizado y analizaba las
falencias que veía en la institucionalidad de la Asociación de Boy Scouts (cuyos aspectos
esenciales ya han sido explicados en esta reseña). Presumiblemente en febrero de 1969 el
documento se habría “filtrado” hacia la directiva de la Asociación.

76
Interamerican Scout Committee, Plan 1966-1969 for promoting democratic training of Latin American youth and child
through Scouting, México 1966.
77
Consejo Interamericano de Escultismo, Plan 1966-1969, Programa A, Resolución de problemas que afectan al
Movimiento Scout en Chile, Argentina y Uruguay, México 1966.
78
Consejo Interamericano de Escultismo, Plan de Trabajo para el Proyecto de Asistencia Técnica, Santiago, 1968.
79
Cartas de Mons. C. Oviedo y Mons. J. M. Santos a Armando Salas, Concepción y Valdivia, marzo-abril 1969.

Reseña Historia Institucional GySCh 24


Hay testimonios que responsabilizan de esto a dirigentes de Argentina vinculados al Consejo
Interamericano de Escultismo: Tornquist, Chaieb y Barreiro.80 Como consecuencia, el 19 de ese
mes la Junta Ejecutiva Nacional, sesionando con sólo tres de sus miembros (dos de los cuales
aparecían cuestionados en el informe), cesó en sus funciones a Armando Salas, lo declaró
persona no grata y gestionó infructuosamente ante autoridades del Estado su expulsión del
país. Al mismo tiempo denunciaba el Convenio de Asistencia Técnica.81

Armando Salas recibió numerosas cartas de respaldo de dirigentes nacionales, provinciales,


locales y de base, obispos, empresarios, autoridades del Ministerio de Educación y otros.
Incluso la casi totalidad del entonces Equipo Nacional de Adiestramiento se pronunció
abiertamente en contra de la decisión adoptada por la Junta Ejecutiva Nacional y en
reconocimiento del mérito de la labor desplegada por Salas. La tensión llegó entonces al
máximo y los dirigentes que integraban el Movimiento de Reforma Scout “tomaron” la sede
nacional en Serrano 240 el miércoles 5 de marzo a las 00:00 horas y la mantuvieron ocupada
hasta el sábado 15 del mismo mes.82 El hecho fue cubierto por la prensa nacional e
internacional. El autor de esta reseña recuerda haber visto en manos de su padre (entonces
Comisionado de Distrito en Bahía Blanca, Argentina) el recorte de un periódico argentino que
informaba de “la toma”.

Por su parte, el CIE, que al mismo tiempo sesionaba en Paraguay del 5 al 8 de marzo, conoció
los hechos y respaldó a Salas a quien encomendó la misión de “realizar un estudio sobre el
terreno para verificar la efectividad de la aplicación de los Principios y Programas del
Movimiento Scout por parte de la Asociación Nacional de Boy Scouts de Chile”.83 El Presidente
del CIE, Gilbert R. Pirrung (de los EUA), señalaba en carta a Salas que se estudiaría
nuevamente el asunto con ocasión de la Conferencia Scout Mundial en Helsinki, el 22 de agosto
de ese mismo año. Desde Ginebra la Oficina Scout Mundial también respaldaba a Salas.

Con la toma de la casa scout el Movimiento de Reforma Scout afirmó la ruptura con la
Asociación y se apartó de la misma para operar en forma paralela. Esto acercó aún más a los
renovadores con Armando Salas y acentuó la distancia con el Presidente de la época J. Martínez
Camps y con el Jefe Scout Nacional José Pavez Orellana. El 6 de junio Salas emitía un informe
en el que proponía la forma en que pudiera estar integrado un “Consejo Coordinador del
Escultismo en Chile”, que se sugería paritario entre la Asociación, el Movimiento de Reforma y
la Federación de Scouts Católicos.84 Del 18 al 20 de junio visitaron Chile el presidente y el
vicepresidente del CIE, G. Pirrung y Nahím Isaías Barquet (del Ecuador), con el objeto de
entrevistar a dirigentes de las diferentes partes y de reunir antecedentes para el estudio del
caso.

La Asociación siguió mostrándose reticente a dialogar si en el proceso se la consideraba en un


pie de igualdad con el MRS y la FSC. Entonces en julio Armando Salas escribió a H. Pasos para
señalar que el presidente Pirrung le había encomendado estudiar la forma en que el “Consejo
Coordinador” se formase sólo con el Movimiento de Reforma y la Federación de Scouts
Católicos, “evitando contactar […] a la Asociación reconocida ya que ésta había rechazado la
propuesta original del CIE”.85 Poco después de esta nota, al considerarse que su misión en
Chile había concluido, Armando Salas dejó el país.

80
Carta de Julio Tobón de Páramo, Asesor del C.I.E., Bogotá, 10 de abril de 1969, citando a Juan Martínez Camps.
81
Cartas de Armando Salas a Humberto Pasos, Santiago, 20 y 21 de febrero de 1969. Circular Nº 519 de J. Martínez
Camps y J. Pavez O., Santiago, 3 de marzo de 1969.
82
Carta de Carlos Baeza Gajardo a Armando Salas, Santiago, abril de 1969.
83
Consejo Interamericano de Escultismo, Acta de la sesión celebrada en Paraguay del 5 al 8 de marzo de 1969.
84
Carta de A. Salas a H. Pasos, Santiago, 6 de junio de 1969.
85
A. Salas M., Estudio para la creación de una nueva organización Scout en Chile, Memo a H. Pasos, julio de 1969.

Reseña Historia Institucional GySCh 25


En agosto de 1969, el Comité Mundial de la OMMS, conciente del deterioro de la Asociación de
Boy Scouts y de la incapacidad de sus dirigentes para producir la anhelada unidad, acordó en la
Conferencia Mundial reunida en Helsinki suspender en sus derechos a la Asociación con
vigencia al 31 de diciembre de ese año. De no existir avances, a partir de esa fecha la
Asociación quedaría temporalmente al margen de la OMMS hasta la siguiente Conferencia en
1971. Nunca se implementaron acciones para lograr tales avances.

Una comisión formada por el Secretario General Laszlo Nagy, el miembro del Comité Scout
Mundial Elías Mendoza (del Perú) y el miembro del CIE Luis Esteban Palacios (de Venezuela)
debía dar seguimiento al caso. Esto se realizó sólo por correspondencia hasta noviembre de
1970, fecha en que L. E. Palacios y E. Mendoza visitarían Chile para obtener algún tipo de
acuerdo. En tanto, la rigidez de la Asociación había acercado las posiciones del MRS y de la FSC
quienes respondieron a la invitación de Palacios y de Mendoza. Tras diversas reuniones los días
sábado 28, domingo 29 y lunes 30, la Asociación primero no aceptó la presencia de dirigentes
del MRS en la mesa de discusión, pero tras una gestión de E. Mendoza accedió a participar. A
último momento el presidente Sr. Martínez Camps intentaría que el MRS desistiera de
concurrir, y al no lograrlo marginó a la Asociación del diálogo. Es así como el 1º de diciembre
de 1970 se acordó conformar la Comisión Coordinadora del Escultismo Chileno (COCEC) con el
propósito de llevar a cabo la unidad. Inicialmente la compusieron por el MRS Lutgarda Osorio y
Hernán Tobar Barra, y por la FSC Cristián Urzúa Pérez (JSN) y Gerardo González Erba
(Comisionado Internacional).86 La decisión, apoyada por los representantes designados por el
Comité Scout Mundial, va a demostrarse muy exitosa en los próximos años.

3ª etapa: 1970-1984
Desde la constitución de COCEC hasta el Congreso Guía y Scout de 1984
(Los procesos de unidad y sus primeros resultados)
Un nuevo escenario
En las numerosas reuniones de COCEC celebradas en 1971 y 1972 participaban indistintamente
por el Movimiento de Reforma Scout Lutgarda Osorio, Hernán Tobar, Ricardo Moya, Carlos
Baeza, Gastón Pérez y René Gómez; mientras que por la Federación de Scouts Católicos lo
hacían Cristián Urzúa, Jorge Gray, Jorge Correa y Gerardo González. Este último fue designado
Secretario General en enero de 1971, posición que mantuvo durante todo el proceso de unidad.

La constitución de COCEC tuvo el principal efecto de inaugurar para los antiguos grupos
disidentes (Movimiento de Reforma Scout y Federación de Scouts Católicos) un canal de
comunicación internacional del cual no habían dispuesto hasta ese momento, lo que les
permitió dar a conocer sus puntos de vista ante los organismos internacionales y las demás
asociaciones scouts.87

Paralelamente, al ser reconocida como única interlocutora chilena de los organismos


internacionales, COCEC fortalecía su posición ante las bases de la Asociación mientras sus
autoridades nacionales se debilitaban. Estas últimas no parecían apreciar la gravedad y
urgencia de la situación, ya que se acercaba la 23ª Conferencia Scout Mundial, a realizarse en
Tokio, entre el 11 y el 17 de agosto de ese año, en la cual el Comité Scout Mundial debería
decidir si levantaba la suspensión aplicada en 1969 o bien expulsaba definitivamente a la
Asociación de Boy Scouts de Chile de la Organización Mundial. Mientras COCEC desplegaba un
gran dinamismo, la Asociación se veía paralizada y sus dirigentes demostraban carecer de una
visión o al menos una estrategia que les permitiera superar la situación.

86
Acta de la reunión celebrada en Santiago de Chile el primero de diciembre de 1970.
87
Actas de COCEC, enero y febrero de 1971. Cartas de H. Pasos, S. Fernández y E. Mendoza, febrero-abril de 1971.

Reseña Historia Institucional GySCh 26


La expulsión de la Asociación de la OMMS
En espera de lo que ocurriría en la Conferencia Mundial de Tokio, COCEC consolidaba su
posición interna, ya sea ante las autoridades públicas como ante los dirigentes de base de la
Asociación de Boy Scouts e incluso entre la dirigencia joven de las dos organizaciones que la
integraban. Hay que tener presente que los dirigentes del MRS y de la FSC carecían de
contactos anteriores entre ellos e incluso los dirigentes de la FSC no habían tenido participación
de ninguna especie en las gestiones desarrolladas por Armando Salas durante su presencia en
Chile. Más aún, ignoraban que éste había mantenido frecuentes contactos con personalidades
de la jerarquía eclesiástica.

También en el ámbito internacional COCEC necesitaba afianzar su posición de interlocutora, ya


que para los organismos internacionales el punto clave consistía en vencer la actitud inflexible
que mantenían las autoridades de la Asociación de Boy Scouts. Era previsible que los
organismos internacionales abrieran una ofensiva diplomática de última hora, considerando que
la única gestión útil realizada desde la Conferencia de Helsinki en 1969 había sido la visita que
culminó en la constitución de COCEC a fines de 1970. Se trataba de evitar que esa gestión
pudiera afectar la nueva posición de COCEC.

De hecho, entre abril y mayo de 1971, Salvador Fernández, Secretario General Adjunto, desde
la Oficina Scout Mundial, mediante cartas al Comisionado Internacional de la Asociación
Georges Cauty, procuró convencer a la Junta Ejecutiva Nacional de la importancia de una visita
del Secretario General Laszlo Nagy antes de la Conferencia Mundial para intentar el logro de
algún acuerdo que evitara que en Tokio se adoptara una medida contraria a la Asociación. Sin
embargo, la Asociación rechazó la visita pues no consideraba conveniente dialogar “con grupos
ajenos a la institución” en referencia clara al MRS y a la FSC.88 Lo que podría haber sido una
oportunidad, aún siguiendo caminos diferentes a los trazados hasta ese momento, los propios
dirigentes de la Asociación la desperdiciaban.

Así la Asociación no pudo exhibir una solución a los problemas que habían causado su
suspensión en 1969, por lo cual en agosto de 1971 la Conferencia Scout Mundial reunida en
Tokio no tuvo otra alternativa que poner término a su condición de miembro de la OMMS, es
decir, determinó su expulsión formal del Movimiento.89

El Congreso Scout por la Unidad


Quedaba así abierto el camino para producir una renovación desde los cimientos y con todas
las apuestas a favor de COCEC. Junto con intensificar las actividades que hasta ese momento
había desarrollado, COCEC estimó conveniente abrir el juego a todos los dirigentes scouts,
cualquiera fuera su organización. Para ello convocó a un Congreso Scout por la Unidad, con el
propósito fundamental de crear un espacio amplio de diálogo donde se validaran los esfuerzos
unificadores por parte de todas las bases del Movimiento Scout en el país. Luego de intentar
diferentes fechas, el Congreso se celebró finalmente los días 19 y 20 de agosto de 1972,
realizándose con la participación de más de 600 dirigentes del MRS, la FSC y la Asociación de
Girl Guides. No obstante estar invitada, la Asociación de Boy Scouts no participó oficialmente,
pero sí lo hizo el Directorio Provincial de Santiago, encabezado por los Sres. Hernán Seguel y
Luis Riquelme.

88
Cartas de S. Fernández a G. Cauty y a COCEC, de L. E. Palacios a H. Pasos, de H. Pasos a L. Nagy y a L. E. Palacios,
y de L. Nagy a H. Pasos, abril y mayo de 1971.
89
XXIII Conferencia Scout Mundial, Acuerdo 10/71 ‘Chile’. El texto del acuerdo solicita al Comité Scout Mundial valerse
de los servicios del Comité Scout Interamericano, individual y colectivamente, para redoblar sus esfuerzos de modo
que se estableciese en Chile una Organización Scout conforme a los principios de la Conferencia Scout Mundial.

Reseña Historia Institucional GySCh 27


El Congreso, en el que participaron más de 600 dirigentes, provocó un gran entusiasmo y
sacudió la estructura de la Junta Ejecutiva Nacional, la mayoría de cuyas autoridades optaron
por dejar sus cargos luego de casi quince años de deterioro institucional.

Una visita sorprendente e histórica


Los 90 días que siguieron al término del Congreso Scout por la Unidad precipitaron los
acontecimientos con una velocidad que no había ocurrido durante los 23 años anteriores. El
hecho que detonó esta circunstancia consistió en la inesperada visita que las autoridades de
COCEC hicieran durante una reunión ordinaria a la Junta Ejecutiva Nacional de la Asociación de
Boy Scouts, la que a la fecha estaba integrada por autoridades más sensibles a la unificación
del Movimiento en el país. En esta histórica reunión, realizada en septiembre de 1972,
participaron el Presidente de la Asociación, General del Aire (R) Armando Ortiz Ramírez, y los
miembros de la Junta Ejecutiva señores Antolín Miqueles (presidente del Consejo de
Reestructuración, una instancia creada por la Asociación para tratar de responder a los cambios
que se deberían introducir luego de la renuncia de sus anteriores dirigentes), Georges E. Cauty
Lasternas (Comisionado Internacional), Graham Williams (Jefe Scout Nacional, quien había sido
comisionado internacional en la Junta anterior) y Adolfo Segovia Martín (Secretario Nacional).
Por su parte COCEC estuvo representada por Hernán Tobar, Cristián Urzúa y Gerardo González.

En dicha reunión, y en varias que la continuaron entre los mismos interlocutores, se


establecieron algunos criterios centrales: la unidad sería un proceso de encuentro y reflexión y
no un acto político aislado; en este proceso participarían todos los Grupos Scouts y no sería
sólo un acuerdo de las cúpulas; el proceso comprendería todos los aspectos en que se producía
conflicto: método, valores, pluralismo religioso, generación del poder, relación con la autoridad
y estilo de la nueva asociación; el Movimiento de Reforma Scout se reintegraría de inmediato a
la Asociación y ésta se incorporaría a COCEC; y la unidad se haría en torno a la Asociación de
Boy Scouts, en la que se introducirían todos los cambios que el proceso recomendara a fin de
que fuera considerada la casa de todos.

Con base en esos acuerdos básicos, el 20 de noviembre de 1972, en los salones del antiguo
Hotel Crillón de Santiago, se procedió a la firma del Documento Preliminar de Unidad, que dio
inicio a un proceso que culminó en noviembre de 1974, poniendo término a muchos años de
separación y conflictos. 90 La unidad se debe a mucha gente, pero los testimonios históricos
apuntan especialmente a algunos: Armando Salas, quien en 1968 dio a conocer ante los
organismos internacionales la real situación interna, despertando la duda en la dirigencia
internacional sobre la forma en que habían actuado hasta ese momento; Luis Esteban Palacios,
miembro del Comité Scout Interamericano, quien defendió hasta el final la estrategia de dar
representatividad y reconocimiento a COCEC; a los miembros de COCEC, encabezados por
Gerardo González, que condujeron el proceso y supieron hacer bajar la guardia a la Asociación
tendiéndole una mano a sus nuevos dirigentes en un momento en que éstos parecían no
encontrar salida; Armando Ortiz Ramírez, quien puso todo su prestigio al servicio del proceso
de unidad hasta las últimas consecuencias; Antolín Miqueles, quien fue el artífice de la
sorprendente reunión de los directivos de COCEC con la Junta Ejecutiva, abriendo las puertas al
diálogo.

El Documento Preliminar, nuevos conceptos y un lenguaje diferente

El documento suscrito en el Hotel Crillón en noviembre de 1972, tiene el mérito de ser el


primero en el cual los dirigentes máximos de las tres instituciones asumen la historia e instalan
desde ese momento los pilares de lo que será la nueva asociación.

90
Programa de Unidad de los Scouts de Chile, Documento Preliminar y Proyecto de Unidad, Santiago, 1973.

Reseña Historia Institucional GySCh 28


El primero de esos pilares consistió en definir al Movimiento Scout como “un método integral de
formación, que busca educar en el joven de hoy al adulto equilibrado de mañana, capaz de
ejercer plenamente su libertad y de integrarse solidariamente en la comunidad de los
hombres.”91 Frente a las tendencias en pugna y a las derivaciones heterodoxas que se
expusieron con anterioridad en esta reseña, desde sus primeras líneas el documento tomaba
una opción clara por definir al Movimiento como un método de educación.
Paralelamente hacía una opción por los jóvenes, estableciendo que “el joven de hoy tiene un
mejor dominio de la creación, que se traduce en una mayor influencia en las ideas, costumbres
y sentimientos de la sociedad adulta.” Al mismo tiempo se hace cargo de los cuestionamientos
del mundo juvenil a los adultos, que conducen a su contradicción entre pertenencia o evasión y
entre identidad o violencia. Para aliviar esa contradicción afirma que el Movimiento ofrece su
respuesta en las proposiciones de la Ley Scout, resumen de su humanismo, que “son una
puerta abierta por el lado de los valores, un llamado a la conciencia, un desafío para ponerse
de pie sobre uno mismo y caminar hacia los demás.”92
Al mismo tiempo, su exposición de motivos recoge los inciertos momentos que vivía la sociedad
chilena en los meses previos a septiembre de 1973, declarando que “independientemente de la
forma política que revistan los acontecimientos o del rumbo que éstos escojan en definitiva, no
es posible negar que la última década está caracterizada por la ascensión de grandes sectores
sociales que emergen en busca de sus derechos y de mejores días para ellos y para sus hijos.”
Frente a esa realidad define de entrada su vocación social: “El destino de la sociedad chilena es
también el futuro de los scouts chilenos. Pertenecemos a esta sociedad y ella nos pertenece.
Ningún prejuicio ni falso pudor impedirá que nos comprometamos siempre con nuestra
patria.”93
En la misma exposición de motivos define que “el Escultismo es por esencia un humanismo que
tiende hacia Dios.” […] “Es por eso que a pesar de haber nacido en la mente de un anglicano,
todas las religiones del mundo, sin excepciones, han hecho de él una manera de comunicar su
fe. Los scouts podrán discrepar entre sí sobre los caminos que señalan los mensajes
entregados por las distintas religiones, pero coincidirán fundamentalmente en que un Ser
Superior está al principio, dentro, y al final de la vida humana y de la historia.” Junto con hacer
esa declaración, el documento reconoce que “esta convivencia de distintas opciones religiosas
en el seno del Escultismo no siempre ha sido armónica. Hemos vivido en Chile la larga noche
del sectarismo, en que unos a otros han procurado imponerse tiránicamente su propia verdad,
y se han segregado entre sí en razón de sus convicciones religiosas y filosóficas.” Concluye este
punto, que responde a uno de los conflictos más extendidos en la historia de la Asociación,
diciendo que “Felizmente el diálogo ha sucedido al hermetismo y un nuevo espíritu se inaugura
entre los creyentes. Las relaciones que hoy existen buscan el pluralismo como único marco
posible dentro del cual ejercitar la convivencia.”
El Documento Preliminar cierra esta exposición de motivos diciendo que “todos los
razonamientos anteriores nos conducen a la urgencia de la unidad de los scouts.” Y más
adelante concluye: “Es por eso que hemos adoptado la serena y firme determinación de
solucionar el viejo problema de los scouts de Chile. Decididamente, queremos la unidad y
haremos cualquier esfuerzo para obtenerla. Queremos ver un Escultismo que sea renovada
expresión de pedagogía y técnica. Anhelamos un Escultismo cada vez más junto a las
aspiraciones de la juventud. Lucharemos por un Escultismo creador en medio de la comunidad
nacional. Enteramente a su servicio. El trance no es fácil. Sin embargo, la unanimidad de los
organismos máximos de las tres organizaciones actuales han tomado la firme resolución de
unificarse. Chile y su juventud serán testigos de la honestidad de nuestros propósitos.”

91
Programa de Unidad de los Scouts de Chile, Documento Preliminar y Proyecto de Unidad, Santiago, 1973, p. 7.
92
Programa de Unidad…, op. cit., pp. 8 y 9.
93
Programa de Unidad…, op. cit., pp. 9 y 10.

Reseña Historia Institucional GySCh 29


En sólo siete páginas de exposición de motivos, suscritas por la unanimidad de todos los
actores, el documento comenzaba a cerrar 63 años de conflicto, restableciendo la vigencia de
los conceptos esenciales del Movimiento e instalando un lenguaje diferente.

El Proyecto de Unidad
Al Documento de Unidad, suscrito en noviembre de 1972, le sucedió con rapidez el Proyecto de
Unidad, el que fue aprobado por las Asambleas Nacionales de la Asociación de Boy Scouts y de
la Federación de Scouts Católicos los días domingo 14 y sábado 27 de enero de 1973,
respectivamente. Aprobado de esa forma, el 10 de mayo de 1973 fue suscrito en la sede de la
Asociación en calle Serrano 240, Santiago. Concurrieron a su firma Armando Ortiz Ramírez,
Presidente de la Asociación de Boy Scouts de Chile; Germán Aburto Spitzer, Presidente y Jefe
Scout Nacional de la Federación de Scouts Católicos; y Gerardo González Erba, Secretario
General de COCEC.

El Proyecto de Unidad, prosiguiendo la exposición de motivos del Documento Preliminar,


contuvo los siguientes capítulos: 1) Método scout; 2) Pluralismo, educación moral y formación
religiosa; 3) Estructura y organización; 4) Administración y Finanzas; 5) Difusión y relaciones
internacionales; 6) Plazos de ejecución; y 7) Pedagogía de la Unidad. En los primeros cinco de
esos capítulos distinguía entre conceptos fundamentales y medidas concretas, lo que lo
convirtió a la vez en un documento orientador y en un instrumento operacional, que se
reflejará posteriormente en la aplicación del método, en la formación de dirigentes y en los
estatutos y reglamentos de la nueva Asociación.

En lo formal, el acuerdo consistió en unificarse en torno a la existente Asociación de Boy Scouts


de Chile, la que pasaría a cambiar su nombre por Asociación de Scouts de Chile.

Los pasos del proceso de unidad


En abril de 1973 se solicitaba al Comité Scout Mundial que la Conferencia Mundial que se
reuniría en Nairobi, en julio de ese año, restaurase el reconocimiento internacional a la
Asociación ya en proceso de unidad.94

El 17 de junio de 1973 las Asambleas Nacionales de ambas organizaciones sesionaron por


separado en el edificio que había servido de sede a la UNCTAD, que en esa época se llamaba
Gabriela Mistral y que después de 1973 pasó a denominarse Diego Portales. El objeto de estas
Asambleas consistía en discutir y aprobar el nuevo Estatuto, el que fue reducido a escritura
pública el 25 de septiembre, suscrita ante el Notario de Santiago don Enrique Morgan Torres.

En medio del proceso anterior, en julio de 1973, la Conferencia Scout Mundial –en presencia de
la delegación de Chile- acordó por unanimidad instruir “al Comité Scout Mundial finalizar
procedimientos restableciendo reconocimiento internacional a escultismo chileno en vista
resultados logrados en esfuerzos de integración”.95 Como indicaba expresamente el Proyecto de
Unidad, tal reconocimiento estaba condicionado a la firma del documento definitivo, lo que
debía hacerse a más tardar el 31 de diciembre de 1973.

Por su parte, a partir de agosto de 1973 COCEC redactó los nuevos reglamentos de la
Asociación y los presentó a los órganos de gobierno de la ABSCh y de la FSC para su análisis
pormenorizado en cada una de las dos organizaciones.

Carta a Antonio Delgado, Presidente del Comité Scout Mundial, en nombre de ABSCh, FSC y COCEC, abril de 1973.
94

Telegrama de Antonio Delgado, Presidente, 24ª Conferencia Scout Mundial a Salvador Allende, Presidente de la
95

República de Chile, 21 de julio de 1973. También, XXIV Conferencia Scout Mundial, Acuerdo 3/73 ‘Chile’.

Reseña Historia Institucional GySCh 30


Quedaba todavía obtener el acuerdo de la Conferencia Episcopal de Chile para que la
Federación de Scouts Católicos, en tanto movimiento de Iglesia, se fusionase con la Asociación.
Entre noviembre y diciembre, Gerardo González y Cristián Urzúa recorrieron todas y cada una
de las 28 diócesis del país con el objeto de discutir el tema en forma personal con los
respectivos obispos. No obstante la reticencia de algunos pastores, los dirigentes de la FSC
contaban con dos grandes aliados: Mons. Raúl Silva Henríquez, Arzobispo de Santiago y Mons.
Enrique Alvear, Obispo de San Felipe. Así, la Conferencia Episcopal de Chile, celebrada entre la
Navidad y el fin de año de 1973, acordó con el voto favorable de 25 de sus obispos otorgar a la
FSC la autorización para fusionarse con la ABSCh.96

El 31 de diciembre de 1973, plazo final fijado en el Proyecto de Unidad, fue firmado el


Documento Definitivo de Unidad, que establecía por escritura pública la integración de la FSC
en la Asociación de Scouts de Chile. El Gral. Ortiz Ramírez representó a la Asociación y el Prof.
Aburto Spitzer lo hizo en nombre de la Federación. El documento incluía además la constitución
de un Consejo Nacional Provisorio y una serie de etapas a cumplir hasta la primera Asamblea
de la nueva Asociación de Scouts de Chile.97

El Consejo Nacional Provisorio estuvo integrado por dirigentes que provenían de los tres
sectores que habían “construido” la unidad: Presidente Nacional, Armando Ortiz R.; Jefe Scout
Nacional, Germán Aburto S.; Secretario Nacional, Gerardo González E.; Comisionado
Internacional, Georges Cauty L.; Comisionado Nacional de Finanzas, Hernán Tobar B.;
Comisionado Nacional de Difusión, Juan Ugalde; Comisionado Nacional de Método, Graham
Williams; Comisionado Nacional de Lobatos, Edgar Hernández; Comisionado Nacional de
Scouts, Vicente Canet S.; Comisionado Nacional de Ruta, Fermín Pereira. Los acompañaban
representantes de las Regiones Norte, Centro y Sur.

Los nuevos reglamentos elaborados por COCEC y analizados en los órganos de gobierno de la
ABSCh y de la FSC, que continuaban vigentes, fueron sometidos a discusión y aprobación por
parte de ambas Asambleas Nacionales: en enero de 1974 lo hizo la FSC y en abril del mismo
año la ABSCh. A continuación, una comisión de 10 personas (3 nombradas por la Asamblea de
la Asociación, 3 por la Asamblea de la Federación y 4 por el Consejo Nacional Provisorio)
compatibilizó las modificaciones introducidas por las asambleas al Reglamento y editó su texto.

En agosto de 1974, en la Conferencia Scout Interamericana realizada en Miami, Estados Unidos


de América, le fue entregado a la delegación de Chile el certificado de reconocimiento como
miembro de la Organización Mundial del Movimiento Scout.

Tal como se había acordado, el Consejo Nacional Provisorio rigió desde la publicación del
Decreto Supremo de aprobación del nuevo Estatuto y hasta la realización de la Asamblea
Nacional Ordinaria de la asociación ya unificada en noviembre de 1974. Entre tanto, la ABSCh
continuó dirigida por su Junta Ejecutiva Nacional y el Consejo Nacional de la FSC continuó
operando hasta la integración total de la FSC en la Asociación, tanto en miembros como en
bienes.

Todo 1974 fue el año de integración de las estructuras territoriales: Distritos y Zonas. De esta
manera se alcanzaba un registro único de los integrantes de la Asociación de Scouts de Chile.
El último Distrito que se constituyó fue Villarrica, que conformado enteramente por Grupos
Scouts católicos pertenecientes al antiguo Vicariato Apostólico de la Araucanía, se resistieron
hasta el final. Pero una vez decididos fueron los primeros.98

96
Testimonio de Gerardo González en entrevista con el autor, abril de 2010.
97
Asociación de Scouts de Chile, Secretaría Nacional, Circular Nº 1/74, Programa de Unidad del Escultismo Chileno,
Documento Definitivo, Convenio suscrito entre la Asociación de Boy Scouts y la Federación de Scouts Católicos.
98
Testimonio de Gerardo González en entrevista aludida.

Reseña Historia Institucional GySCh 31


Finalmente, los días 1º y 2 de noviembre de 1974, en Santiago, en el Colegio Alonso de Ercilla,
perteneciente a los Hermanos Maristas, se celebró la primera Asamblea Nacional de la
Asociación ya unificada y fueron elegidas sus primeras autoridades definitivas con mandato por
los siguientes dos años. El General Armando Ortiz asumió la presidencia y Gerardo González
fue electo Jefe Scout Nacional.

El Gral. Ortiz Ramírez permanecería en la presidencia hasta la Asamblea Nacional


Extraordinaria de febrero de 1976. El 29 de marzo de ese año el Consejo designó presidente al
ingeniero agrónomo don Carlos Gayán Salinas, quien había participado como joven en el
Jamboree de Dinamarca en 1924. Durante 1975 el Comisionado Internacional sería Georges
Cauty y a partir de marzo de 1976 lo reemplazaría Hernán Tobar. Ese mismo año Vicente Canet
tenía la función de Comisionado de Adiestramiento.99

El padre Roberto Polain, quien había impulsado la Federación de Scouts Católicos y le había
trasmitido el estilo que ésta aportó al proceso de unidad, falleció en 1978, cuando el
Movimiento ya había alcanzado su unidad plena en el país.

El legado del proceso de unidad


El aporte histórico del proceso de unidad puede agruparse en tres órdenes de asuntos: 1) Los
efectos transformantes inmediatos; 2) las orientaciones rescatadas del contenido genuino del
método scout; y 3) las modificaciones introducidas a la administración y sus procesos.

1) Los efectos transformantes, que de un modo general pueden resumirse en los siguientes:100

 Puso término a un largo período de querellas interinstitucionales que desgastaban gran


parte del tiempo que los dirigentes destinaban al Movimiento.
 Produjo una profunda revisión histórica y renovación conceptual de la posición del
Movimiento frente a sí mismo, a los jóvenes y a la comunidad.
 Dio origen a una Asociación que asumía su historia con conciencia crítica y formulaba un
proyecto coherente para el futuro, el que se puede desprender tanto del Proyecto de
Unidad como de los sucesivos documentos que la Asociación fue elaborando durante la
década siguiente.
 Reestructuró enteramente la Asociación que surgió del proceso, convirtiéndola en una
institución democrática, comprometida socialmente, con mecanismos de renovación
permanente de sus autoridades y con una actitud de anticipación a los hechos
característicos de las organizaciones no gubernamentales que se consolidaban en la
época.

2) La restauración de los conceptos fundamentales del método scout:101

 El Método Scout es un método de educación integral, por lo tanto comprende el


crecimiento de los jóvenes en todos los aspectos de su personalidad.
 El Movimiento es un instrumento de liberación, que forma en los jóvenes una conciencia
libre.
 El Movimiento promueve en los jóvenes su integración solidaria en el acontecer social de
su país.

99
Carta de Hernán Tobar a Boris Ricci Valle, 13 de julio de 1976.
100
Guías y Scouts de Chile, Manual del Curso Básico, Sesión Nº 1, Historia…, Documento de apoyo para el conductor de
sesión, Santiago, 1992, p. 14.
101
Programa de Unidad de los Scouts de Chile, Documento Preliminar y Proyecto de Unidad, Santiago, 1973, pp. 35-38
y 44-47. Elementos en: Asociación de Scouts de Chile y Asociación de Guías de Chile, Documento de Unidad, mayo de
1977, pp. 1-3 y 5. También: Guías y Scouts de Chile, Manual del Curso Básico, Sesión Nº 1, Historia…, Documento de
apoyo para el conductor de sesión, Santiago, 1992, p. 15-16.

Reseña Historia Institucional GySCh 32


 Es condición de existencia del Movimiento que éste se identifique auténticamente con las
necesidades de los jóvenes.
 Por ese mismo motivo, los jóvenes son el centro del quehacer educativo y la justificación
de la participación de los adultos en el Movimiento.
 El Método Scout es un método activo que propende a la autoformación de los jóvenes,
convirtiéndolos en los principales interesados en su propia formación.
 El Método es dinámico y creativo y su contenido y modo de animarlo se hayan vinculados
al espíritu del Fundador más que a la letra de su obra, lo que exige continuidad
permanente en la elaboración y en la renovación.
 La vida en naturaleza es una condición esencial del Movimiento y es su recurso
propiamente original.
 El Movimiento posee un sistema de valores que se expresa en una serie de signos,
símbolos y solemnidades. Pero la formalidad simbólica no debe ahogar la vitalidad ni el
sentido de los valores que transmite.
 El Método debe recuperar continuamente el sentido de la tradición, sin exagerarla ni
despreciarla, reconociendo en ella una entrega valiosa que enriquece las elaboraciones
del presente. Pero no se entenderá como tradición las desviaciones metodológicas del
pasado.
 La disciplina que el Método propone es libremente aceptada y libremente vivida.
 La autoridad, en todos los niveles del Movimiento y de la organización, entraña el
cumplimiento de una responsabilidad y por ningún motivo el disfrute de un poder.
 El Método valora especialmente el trabajo en equipo, como más conforme a su estilo y
como más efectivo desde el punto de vista educativo.
 El dirigente educador debe ser un testimonio real de los valores que el Movimiento
propone.
 Para formar dirigentes es indispensable un proceso especial que les exija superación
personal y constante renovación de sus aptitudes.
 El Movimiento debe vivir en permanente contacto y relación de servicio con la comunidad.
Este concepto debe expresarse en acciones concretas, reales y significativas, integradas
al proceso educativo y exentas de todo exhibicionismo.
 El proceso educativo de la Asociación respetará fundamentalmente la vocación de cada
uno de los jóvenes que la integran y les ofrecerá oportunidades de ejercer su libertad.
 El Movimiento es pluralista, esto es, respetará las distintas opciones y opiniones que
conviven en su interior.
 La educación ética y religiosa es parte integrante de la formación en el Movimiento, y la
Asociación favorecerá el desarrollo espiritual en todos los niveles.

3) Los cambios en la administración y sus procesos:102

 Las estructuras de la Asociación se generarán con el máximo de democracia que permita


el carácter educativo del Método Scout, de manera de asegurar el dinamismo del
Movimiento.
 La estructura garantizará el máximo ejercicio de la autoridad que permita el carácter
democrático del Movimiento y su integración por jóvenes, de manera de asegurar la
orientación educativa.
 Ambos principios, democracia y autoridad, se sujetarán en todo al espíritu scout.
 La Asociación se dará una estructura lo más sencilla posible, cuya base será el Grupo.
 En la Asociación la administración está al servicio del Método y del Movimiento.

Programa de Unidad de los Scouts de Chile, Documento Preliminar y Proyecto de Unidad, Santiago, 1973, pp. 50-51,
102

58-59 y 62-63. Elementos en: Asociación de Scouts de Chile y Asociación de Guías de Chile, Documento de Unidad,
mayo de 1977, pp. 3-6. También: Guías y Scouts de Chile, Manual del Curso Básico, Sesión Nº 1, Historia…,
Documento de apoyo para el conductor de sesión, Santiago, 1992, p. 16-18.

Reseña Historia Institucional GySCh 33


 Sin embargo, la nueva Asociación valorará las funciones administrativas como
fundamentales para el logro de los objetivos educacionales.
 La nueva Asociación propenderá a la descentralización territorial.
 La nueva Asociación extremará sus esfuerzos por autofinanciarse y no aceptará
colaboraciones que signifiquen compromisos ajenos a su estilo y finalidad.
 La Asociación surgida de la unidad valora especialmente el esfuerzo de los dirigentes que
prestan servicios en calidad de profesionales y luchará por la dignificación de sus
funciones y el mejoramiento progresivo de sus condiciones de trabajo.
 Las comunicaciones internas serán oportunas y se harán llegar a todos los niveles; y la
difusión a la opinión pública contribuirá a una imagen real de lo que el Movimiento es y
quiere ser.
 La Asociación ampliará su acción no sólo a sus miembros sino que procurará convertirse
en reflejo de los intereses y aspiraciones de la juventud.
 La nueva Asociación mantendrá el criterio de promover las mejores relaciones con todos
los integrantes del Movimiento en el mundo en especial los de América Latina, sin otra
limitación que el interés de los jóvenes. Al mismo tiempo estará atenta a los adelantos
internacionales en materia educativa y mantendrá una adecuada información
internacional de las experiencias que realice en el plano nacional, destacando la
originalidad de su aporte.
 La Asociación adhiere a los principios inspiradores y normas de funcionamiento de la
Conferencia Scout Mundial y de la Conferencia Mundial de las Guías Scouts.

Los primeros signos, acciones y efectos de la unidad


En 1975, iniciando su nueva etapa, la Asociación de Scouts de Chile estableció su sede nacional
en la casa ubicada en calle Gorbea 1765, que había sido la sede de la FSC. En tanto, la
propiedad de Serrano 240 se utilizaría indistintamente y al mismo tiempo como sede de la
Tienda Scout, de la imprenta, de la Región Metropolitana y de algunos servicios de apoyo. La
Asociación adoptó como emblema institucional el mismo de la Organización Mundial del
Movimiento Scout, que pasó a ser utilizado en el uniforme como insignia de pertenencia al
Movimiento. En reemplazo de los colores de los uniformes de las organizaciones que se
unificaban, y como signo de unidad, se adoptaron nuevos colores: camisa gris, pantalón azul y
nuevas insignias en todas las Ramas.

Más allá de estos cambios formales, el primer énfasis de fondo estuvo puesto en la formación
de dirigentes. Al mismo tiempo que se diagnosticaba y se nivelaba la formación alcanzada por
los dirigentes durante la aplicación de los dos sistemas anteriores, el equipo nacional trataba de
construir un esquema unificado y obtener para ese esquema la aprobación de los organismos
scouts internacionales, particularmente de la llamada Comisión Interamericana de
Adiestramiento, como era la política internacional de la época.

Durante los años 1975 y 1976 el proceso anterior enfrentó dificultades, especialmente
originadas por el desencuentro entre la rigidez de los dirigentes regionales y la diversidad
interna de la nueva Asociación. Las dificultades cesarían con la aprobación de la nueva política
mundial sobre formación en la 26ª Conferencia Mundial celebrada en Montreal, Canadá, en julio
de 1977: a partir de entonces cada Organización Scout Nacional miembro tendría plena
autonomía para diseñar, desarrollar y aplicar sus sistemas de formación de dirigentes.103

La formación se acompañó con la producción de literatura, especialmente fichas técnicas,


material de apoyo para cursos y manuales destinados a formadores, esto es, a quienes debían
conducir los cursos para dirigentes de Unidad.

103
XXVI Conferencia Scout Mundial, Acuerdo 15/77 ‘Formación de Formadores’.

Reseña Historia Institucional GySCh 34


Era natural que la formación y las publicaciones generaran pequeños conflictos internos: la
tradición “gilwelliana” de los Grupos más progresistas de la ABSCh, matizada con arrestos de
los viejos militarismos, se debían conciliar con los sistemas un tanto desestructurados
provenientes de los Grupos ex FSC. De tanto en tanto, las suspicacias, especialmente de
algunos dirigentes ex ABSCh, se incrementaban al ver la presencia de sacerdotes en distintas
tareas, lo que era frecuente en la FSC, pero a lo que ellos no estaban acostumbrados.

Las exigencias de la formación, y la necesidad de resolver en armonía esos conflictos,


determinaron al mismo tiempo una intensa actividad en la animación territorial. Cada curso en
terreno era ocasión de hacer “pedagogía de la unidad”, lo que suponía armonizar las culturas
previas de ambas instituciones. Grandes hechos contribuyentes fueron en 1975 la donación del
parque de 20 hectáreas que luego sería el Campo Escuela Callejones; y en 1976 la realización
del Jamboree Nacional en Quebrada de Macul, que estuvo precedido por un exitoso Festival de
la Canción. El Campo Escuela tuvo una frecuencia de uso inmediata, al Jamboree asistieron casi
4.000 jóvenes, cifra inédita para un evento nacional, y al Festival se presentaron más de 30
composiciones originales, todo lo cual contribuyó a que los Grupos Scouts se sintieran parte de
la nueva Asociación y se identificaran con su estilo, incluidos sus dirigentes.

Las desconfianzas iniciales se superaban también en la medida en que la asociación unificada


daba testimonio del pluralismo prometido: en el Consejo Nacional como en las diversas
estructuras internas actuaban en armonía personas de distintas concepciones.

Un factor que hizo confiable la transparencia de la nueva asociación consistió en sincerar las
cifras de miembros, las que generalmente se abultaban por razones de competencia. En 1975
la Asociación contaba con 21.662 integrantes reales.104 La crisis de la década de los ’60 había
afectado al Movimiento a tal punto, que había crecido sólo 14% en 20 años, lo que era inferior
al crecimiento de la población.

Otro elemento que parece haber contribuido a dar sentido de pertenencia fue la moderada
solvencia financiera alcanzada por la Asociación, la que junto a recursos internos se fortalecía
con apoyos internacionales provenientes de la Oficina Scout Mundial, de asociaciones scouts de
países desarrollados y de fundaciones extranjeras, especialmente europeas, todas las cuales
miraban con simpatía los nuevos vientos aportados por el proceso de unidad. Esto permitía al
equipo nacional contribuir a subvencionar cursos y eventos, lo que aumentaba las posibilidades
de participar.

Para conseguir los apoyos provenientes de fuera del país era preciso hacer acto de presencia
en los eventos internacionales. En agosto de 1975 la Asociación participó en el 14º Jamboree
Mundial en Noruega y en la 25ª Conferencia Mundial en Dinamarca. Igual cosa hizo en 1977 en
la 26ª Conferencia Scout Mundial de Canadá. El 7 de mayo de 1975 Gerardo González era
invitado a integrarse al Consejo Interamericano de Escultismo, con mandato hasta la
Conferencia Interamericana que se realizó en México, en agosto de 1976.105 En febrero de
1977 la Oficina Scout Mundial, Región Interamericana, determinó que Chile sería sede del
Ejecutivo de Cooperación Técnica para el Cono Sur, función para que la cual designó al mismo
Gerardo González, quien se desempeñó en esa tarea hasta junio de 1979.

A comienzos de 1977, Juan Palacios Albornoz fue elegido como Jefe Scout Nacional, quedando
bajo su dirección la tarea de ampliar el proceso de unidad a las guías.

104
Censo al 31 de diciembre de 1975, enviado a la Oficina Scout Mundial.
105
Carta de Boris Ricci, Comisionado Ejecutivo Regional (Oficina Interamericana) a Georges Cauty, 7 de mayo de 1975.

Reseña Historia Institucional GySCh 35


La Asociación de Guías de Chile y la extensión del proceso de unidad
En el marco de los acuerdos de unidad, la Asociación de Scouts de Chile se entendía como
organización de integrantes varones solamente. De hecho y como consecuencia del Congreso
por la Unidad de agosto de 1972, la Asociación de Girl Guides había firmado un acuerdo con la
Federación de Scouts Católicos con el objeto de acoger a las integrantes de sus ramas
femeninas. En el proceso de integración de los miembros de la Federación en la Asociación a lo
largo de 1974, las unidades femeninas de la Federación se agruparon primero como “Guías
Católicas de Chile” y el 12 de octubre de 1974 acordaron integrarse con la Asociación de Girl
Guides en una organización que se llamaría Asociación de Guías de Chile.

En tanto, las unidades femeninas que había en la Asociación de Boy Scouts rehusaron salir de
ella con motivo del programa de unidad y no se integraron en la Asociación de Guías de Chile.
Por ese motivo la Asociación de Scouts de Chile se compuso por una muy amplia mayoría de
integrantes varones más una pequeña cantidad de unidades femeninas, lo cual obligó a crear
las subcomisiones de Alitas y de Guías a la vez que se definió que no habría unidades mixtas.

Esta situación no se sostuvo en el tiempo y ya en 1976 se iniciaron conversaciones entre la


Asociación de Guías y la Asociación de Scouts que llevaron a la elaboración de un documento
preliminar de unidad que fue aprobado por los consejos nacionales de ambas instituciones el 15
de enero de 1977. Posteriormente fue sometido a las asambleas nacionales de ambas
organizaciones en calidad de proposición.

La Asamblea Nacional extraordinaria de la Asociación de Scouts conoció tal propuesta y la


aprobó con algunas modificaciones el 28 de enero de ese mismo año. La Asamblea Nacional
extraordinaria de la Asociación de Guías conoció la proposición y también el texto aprobado por
la Asociación de Scouts, y dio su aprobación con modificaciones el 17 de abril del mismo año.
Una comisión mixta con plenos poderes, designada por ambas Asambleas, compatibilizó los
textos e introdujo las modificaciones efectuadas, lo cual se completó antes de fines de ese mes.

El 29 de abril de 1977 concurrieron a la firma del Documento de Unidad, por la Asociación de


Guías: María Teresa Maldonado Riquelme, Nora Cabrera Vargas y Hortensia Palma Alvear; por
la Asociación de Scouts: Ester Valenzuela Reyes, Diógenes Villegas Soto y Juan Palacios
Albornoz.106 Hasta que se concretase la unidad plena las comisiones nacionales de las ramas
femeninas de ambas organizaciones trabajarían coordinadamente pero mantendrían su
pertenencia institucional. Así elaborarían las líneas generales del método de trabajo en cada
rama para entregarlas a la Comisión Redactora del Estatuto y del Reglamento que regirían a la
nueva organización fusionada.

El proceso siguió durante el año 1977 con la discusión y aprobación del texto definitivo del
Estatuto y del Reglamento de la nueva organización fusionada en las asambleas nacionales
extraordinarias de ambas organizaciones que sesionaron por separado, lo cual fue realizado en
la Casa de Jornadas San Francisco Javier los días 23 y 24 de septiembre de 1977.107

El modelo de unificación planteaba una organización paritaria entre hombres y mujeres en


términos de gobierno institucional y de aplicación del programa. Por ejemplo, si el Consejo
Nacional elegía para la presidencia a un hombre, la vicepresidencia debía ser ocupada
obligatoriamente por una mujer, e igualmente en el caso contrario: si se elegía una presidenta
debía haber un vicepresidente; el Consejo tendría un número fijo de integrantes y estaría
formado por hombres y mujeres en proporción a la cantidad de miembros de sexo masculino y
femenino que hubiera en la institución.

106
Asociación de Scouts de Chile y Asociación de Guías de Chile, Documento de Unidad, mayo de 1977.
Guías y Scouts de Chile, Estatutos y Reglamento, aprobados por el Ministerio de Justicia mediante Decreto Nº 13 del
107

4 de enero de 1980, edición de 1983, Taller de Comunicación Scout, Sazié 1825, Santiago.

Reseña Historia Institucional GySCh 36


Junto a un Comisionado General para toda la institución, la Asamblea elegiría además una
Guiadora Nacional para la sección femenina y un Jefe Scout Nacional para la sección masculina.
La Asociación inscribiría a sus integrantes varones en la Organización Mundial del Movimiento
Scout mientras que las niñas y mujeres estarían afiliadas a la Asociación Mundial de las Guías
Scouts. Para atender las relaciones internacionales habría un Comisionado Internacional Scout
y una Comisionada Internacional Guía. De igual forma, existiría una Comisión de Pastoral
Católica que se registraría en la Conferencia Internacional Católica de Escultismo y en la
Conferencia Internacional Católica del Guidismo.

La Asociación de Guías y Scouts de Chile celebró su Asamblea Nacional Extraordinaria el 24 de


marzo de 1978, donde ratificó el Reglamento aprobado por las asambleas extraordinarias de
las dos organizaciones componentes en septiembre de 1977. Así se completaba un ciclo de
convergencia tras 25 años de caminos en paralelo desde la autonomía de las Guías en 1953.
Como presidente de la nueva Asociación fue electo Carlos Gayán Salinas y como Comisionado
General Juan Palacios Albornoz. María Teresa Maldonado ocupó el cargo de Guiadora Nacional y
Raúl Fernando Jara fue Jefe Scout Nacional.

Los primeros pasos de Guías y Scouts de Chile a partir de la unidad


La institución adoptó como emblema una superposición de los utilizados por la OMMS y la
AMGS, es decir, una flor de lis en color morado superpuesta a un trébol en color dorado, todo
rodeado con la cuerda cerrada por el nudo llano, también en color morado.108

La participación internacional fue intensa y sistemática. Con grandes esfuerzos, ya que se


disponía de recursos limitados, fueron enviadas delegaciones a las conferencias mundiales de la
Organización Mundial del Movimiento Scout y de la Asociación Mundial de las Guías Scouts.

En el plano regional se activaron las reuniones de Jefes Scouts Nacionales del Cono Sur con
fuerte impulso de parte de la asociación chilena para generar intercambios y coordinar
actividades conjuntas para jóvenes y para adultos. También en el ámbito internacional, en
1978 el padre Guido Blanchette recibía la invitación para integrarse a la Subcomisión
Interamericana de Adiestramiento, con mandato hasta la Conferencia Interamericana de
1980.109

En el Consejo Nacional el ingeniero comercial y empresario Rodolfo Kantor asumía como


presidente y en abril de 1979 la Asociación de Guías y Scouts de Chile estrenaba su unidad
acogiendo el Seminario de Desarrollo de la Comunidad del Cono Sur, conducido por personal de
la Oficina Interamericana y destacados formadores chilenos. A esta actividad concurrieron
participantes de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Un año más tarde, también para el
Cono Sur, la Comisión de Pastoral organizaría el Seminario de la Conferencia Internacional
Católica de Escultismo.

Una de las dificultades que planteaba el desarrollo de la Asociación era la necesidad de


recursos financieros que se seguían obteniendo a partir de proyectos patrocinados por diversas
fundaciones europeas, además de las cuotas de afiliación que pagaban los integrantes de la
institución y algunas campañas de obtención de fondos, tales como el calendario, con
fotografías que mostraban las actividades scouts, que recibía patrocinio de empresas y se
vendía al público.

108
No obstante un ensayo en los años ’90 por adoptar un emblema de diseño más moderno, nunca se ha modificado
formalmente el original que ya lleva 32 años de utilización.
109
Carta de Gale F. Johnston, Jr., presidente del CIE, a Guido Blanchette, 9 de octubre de 1978.

Reseña Historia Institucional GySCh 37


Ese mismo año 1979 se incrementó la obtención de fondos de manera sistematizada. Gerardo
González regresó a Guías y Scouts de Chile para establecer el Departamento Proyectos, que
tomaría a su cargo diversas iniciativas destinadas a producir resultados financieros tanto para
la institución en el nivel central como para sus estructuras de base.110 Así, por ejemplo, la
campaña de tarjetas de Navidad, que comenzó con ejemplares adquiridos a la Oficina Scout
Mundial y luego se desarrolló como producto propio con base en obras de pintores chilenos
reconocidos, cuyos originales se montaban en exposiciones a lo largo del país. La Asociación
llegó a vender dos millones de tarjetas. La rifa fue otra campaña exitosa y en su mejor época
llegó a sortear tres automóviles nuevos y otros premios menores. Estas dos campañas
distribuían en iguales partes la utilidad entre el nivel nacional y el Grupo que participaba. El
cancionero “Cantos para todos”111 fue un éxito editorial y financiero, ya que el Ministerio de
Educación compró 50.000 ejemplares que distribuyó en establecimientos educacionales como
un material de apoyo extraescolar. El libro de canciones tuvo como complemento un conjunto
de 3 casetes de aprendizaje y uno llamado “Todos cantan”, en formato medley, que grabó un
conjunto de jóvenes guías y scouts llamado “Los Cóndores de Fuego”. La tienda de la
Asociación fue reformulada y un préstamo, que fue enteramente cancelado en su oportunidad,
permitió establecer “Camping Scout”, que pronto operó con sucursales fijas en Santiago
Centro, Providencia, Valparaíso, Concepción y Temuco; e incluso tiendas móviles, que
funcionaban en un furgón que permanecía varios días en una misma ciudad. Junto con vender
literatura, insignias y artículos de camping, se vendía el uniforme completo, cuyas camisas se
confeccionaban en un taller que funcionaba en la misma sede del Departamento Proyectos.

Del 10 al 19 de octubre 1980 Chile fue sede de la 12ª Conferencia Scout Interamericana y de
diversos seminarios y talleres realizados simultáneamente, los que tuvieron lugar en la
entonces Feria Internacional de Santiago (FISA). En 1982 se realizó un nuevo Jamboree
Nacional, el primero tras la unidad entre Guías y Scouts, esta vez en Peñuelas, con notable
participación de delegaciones de asociaciones de países cercanos.

La Asociación tuvo también una intensa proyección hacia la comunidad: campañas de


solidaridad, atención de menores en situación de vulnerabilidad, actividades de protección de la
naturaleza y otras acciones, que mostraron a la sociedad el espíritu de servicio del Movimiento.

No debe olvidarse la situación política que se vivía en Chile en esos años, el golpe militar de
1973 había suspendido la vida democrática no sólo en las estructuras de gobierno del Estado
nacional y municipal, sino que la elección libre de autoridades fue suprimida en una variedad
de instituciones de la sociedad civil mediante intervenciones de parte de los mandos militares.
Sin embargo la Asociación, aunque observada por los organismos de seguridad, no tuvo que
sufrir intervención y operó de manera democrática en los niveles de Grupo, de Distrito y
nacional al punto que un número considerable de jóvenes veía en ella un espacio de
participación que difícilmente encontraba en otros ámbitos.

Los esfuerzos en todos los planos lograron un crecimiento moderado y el informe de 1983
revelaría la existencia de 29.857 miembros, un 38% de incremento en 8 años.112

110
El volumen de las operaciones del Departamento de Proyectos hizo necesario arrendar una propiedad en calle Sazié
Nº 1825, en la cual funcionaban sus oficinas, el taller de confección de uniformes, las bodegas y los sistemas de
despacho de las campañas institucionales.
111
Guías y Scouts de Chile, Ediciones de Extensión, Cantos para todos, primera edición, 1983. Presentación firmada por
Marta Stefanowsky Bandyra, Jefa del Departamento de Educación Extraescolar y Delegada Nacional del Canal Escolar.
112
Censo al 31 de diciembre de 1983 enviado a la Oficina Scout Mundial.

Reseña Historia Institucional GySCh 38


Algunas dificultades surgen en el camino
Sin embargo, no todo caminaba sobre rieles. Hacia 1981 un grupo de antiguos integrantes de
la Asociación de Boy Scouts que formaba parte del sector más identificado con el estilo
imperante en los ‘60, se manifestó disconforme con el camino que llevaba el Movimiento,
particularmente con su renovación educativa, el nuevo enfoque en la formación de los
dirigentes, la integración del desarrollo espiritual en la actividad habitual de niños, jóvenes y
adultos y, como suele ser en estos casos, por hechos que se agudizaron en atención a
diferencias personales y cuestiones de poder interno.
Este grupo se separó de la Asociación de Guías y Scouts de Chile y formó una organización
aparte a la que intentó denominar Asociación de Boy Scouts de Chile. Sin embargo, el Estado
no le permitió utilizar tal nombre del que era continuadora Guías y Scouts de Chile, quien
mantenía la titularidad de la personalidad jurídica otorgada en 1915. La personalidad jurídica
de esta nueva organización fue concedida entonces en 1982 con el nombre de Agrupación
Nacional de Boy Scouts de Chile. La “Agrupación” adoptó como emblema el de la antigua
Asociación de Boy Scouts, igualmente perteneciente a Guías y Scouts de Chile como
continuadora legal de la anterior, y lo ha seguido utilizando ya que las sucesivas autoridades de
la Asociación han optado por no objetar tal hecho. La “Agrupación” no tuvo una acogida
significativa al interior del Movimiento, ya que la mayor parte de Grupos y dirigentes que
provenía de la Asociación de Boy Scouts continuó su actividad en Guías y Scouts de Chile,
incluyendo numerosos adultos vinculados a la Masonería, institución que salvo el apoyo inicial a
la Agrupación dado por su Departamento de Acción Masónica, nunca ha optado por identificarse
enteramente con ella. Por informaciones indirectas se estima que su número de miembros
nunca ha superado el 10% del que registra la Asociación.113 Las tensiones iniciales generadas
en la década de los 80 por el surgimiento de esta nueva institución, que era vista como un
rompimiento a la unidad lograda, se han mitigado con el tiempo al punto de mantenerse en la
actualidad una relación diplomática cordial, con invitaciones mutuas a dirigentes para participar
en eventos significativos de ambas.
Otro aspecto que se mostraba poco eficaz era la estructura territorial de la Asociación. El
Proyecto de Unidad preveía que todo el país quedase organizado en 17 zonas, 3 de las cuales
en la Región Metropolitana. Sin embargo, pocos años más tarde la Asociación contaba sólo con
diez zonas, una de las cuales abarcaba la totalidad de la Región Metropolitana con alrededor de
la mitad de los Grupos de la institución. Esto creaba una falta de equilibrio entre estructuras y
dificultaba dar asistencia técnica a los niveles de base de una manera equitativa y efectiva.
Igualmente, el modelo de “asociación conjunta”, con una sección femenina y una masculina
para la mayor parte de los aspectos educativos, tendía a duplicar la necesidad de recursos
humanos para funciones directivas y de hecho mostraba una cierta “distancia” entre scouts y
guías que no reflejaba el espíritu con que había sido construida la unidad y la forma en que se
vivía el Movimiento en las estructuras de base.
En estas condiciones se llegó a la Asamblea Nacional de marzo de 1984 , en Valparaíso, en que
resultó electo Gerardo González como Comisionado General, acompañado por Janine
Constantin en la función de Guiadora Nacional y Patricio Hasbún Nazar como Jefe Scout
Nacional. El Consejo acordó invitar para desempeñar la presidencia a la doctora Paula Peláez
Gómez, destacada académica, educadora y servidora pública en el área de la medicina de la
adolescencia.114

113
Es interesante cotejar lo que la Agrupación de Boy Scouts dice de sí misma y de las razones por las cuales se
estableció en los ’80. Su sitio en Internet <www.boyscouts.cl> contiene detalles de la historia del Movimiento en Chile
durante sus primeros años. Un signo del bajo poder de convocatoria de esta organización es que para comienzos de
2010 anunciaba un “Jamboree del Centenario” con una expectativa de participación de 2.500 jóvenes y adultos.
114
Paula Peláez llegó sin vinculación personal o familiar al Movimiento y desde un principio se incorporó a múltiples
actividades institucionales incluyendo la formación de dirigentes. Aportó su notable prestigio en la comunidad y su
servicio a la Asociación y al Movimiento se extendió por muchos años más allá de su presidencia.

Reseña Historia Institucional GySCh 39


Una de las primeras acciones del nuevo equipo directivo, en busca de crear condiciones de
profundización de la acción institucional a 10 años del proceso de unidad, consistió en convocar
a un Congreso Nacional Guía y Scout que se realizó en Santiago, en mayo de 1984, como parte
de los actos conmemorativos de los 75 años de la Asociación, con la participación de dirigentes
invitados de Argentina, Bolivia y Uruguay, de la Comisionada Internacional de los Scouts de
Francia, Srta. Claire Cazin, del Secretario General de la OMMS, Dr. Laszlo Nagy y de la
Presidenta del Hemisferio Occidental de la AMGS, Sra. Sarah Workman.
El Congreso representó una oportunidad para evaluar y dar una mirada crítica a lo que se había
realizado desde el comienzo de los procesos de unidad en 1970, a la vez que motivó una
profunda reflexión sobre el futuro del Movimiento. Particularmente inspiradora fue la
presentación “El abierto futuro”, efectuada por el catedrático y Vicepresidente del Instituto
Carlos Casanueva Sr. Enrique Cueto. Junto con dar nombre al Congreso, esta presentación
inspiró en los participantes la necesidad de relacionar el nuevo enfoque que había adoptado el
Movimiento con su proyección a la comunidad, que se constituyó en el tema central del
Congreso. Señaló Enrique Cueto al término de su presentación “…nosotros, los que ya hicimos
gran parte del camino… renacemos cada vez que ustedes los jóvenes se ponen de pie, no se
dejan contaminar definitivamente con nuestras cobardías, con nuestros odios ni con nuestros
cansancios, cada vez que vuelven a creer y convocan hacia el abierto futuro ese tesoro oculto,
esa fuerza del amor y de la esperanza y no abdican de su libertad interior, porque es ahí donde
están sus voces más puras, más ricas, más nuevas y más creadoras.”115
Los temas analizados en las distintas comisiones dan testimonio de esta apertura del
Movimiento hacia los jóvenes y sus necesidades: presencia del espíritu scout y guía en la vida
institucional y su proyección en la comunidad nacional; educación para la solidaridad, servicio y
desarrollo de la comunidad en el Movimiento; el impacto de la violencia en la juventud y una
educación para la paz; la coeducación en el Movimiento; personas con discapacidad y
Escultismo de extensión; menores en situación irregular; juventud y participación; los medios
de comunicación y su impacto en los valores espirituales de los jóvenes; juventud y el
ambiente del futuro; juventud y drogadicción; juventud y alcoholismo.
El Dr. Laszlo Nagy a su vez reforzó ante los asistentes la pertinencia del Movimiento frente a
los desafíos que enfrentaban los jóvenes y que serían analizados durante el Congreso:
“…acabamos de pasar revista a los principios del Movimiento y nos damos cuenta de que todos
sin excepción, favorecen las condiciones que son indispensables para salir del subdesarrollo, y
quizás para encontrar, por añadidura, la felicidad.”
Agregaba el Dr. Nagy que “…en el Movimiento tenemos en nuestras manos una herramienta
fantástica para ganar la batalla no solamente contra el subdesarrollo económico, sino también
contra el subdesarrollo moral.” Pero su exposición también advertía de los riesgos: “los scouts
no tenemos la loca pretensión de poseer el poder o de proponer la panacea que podrá curar
todos los males del mundo.” Y además, “los scouts sabemos que con nuestros principios nos
ponemos del lado de los valores que no son populares a una mayoría. Dicho de otra forma, el
Movimiento aparentemente nada contra la corriente. Y nada contra la corriente con mucha
mayor dificultad si se tiene en cuenta que, como la juventud en general, también el Movimiento
es halagado, solicitado, asediado por todos lados y expuesto así a la tentación de la facilidad y
de la pasividad.” Pero luego de advertir sobre los riesgos, su exposición regresaba al
optimismo, porque “…después de todo, lo que el Movimiento propone es una visión de la vida
que no se detiene en el simple aspecto material, la práctica de la responsabilidad, el respeto al
prójimo, un estilo de vida en armonía con el medio ambiente y un método capaz de ayudarnos
a alcanzarlo. Ciertamente, no es siempre ésta la imagen que el público tiene de nosotros. Pero
debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance porque esta imagen cambie…”116

Guías y Scouts de Chile, El abierto futuro, Conclusiones y principales exposiciones del Congreso Guía y Scout,
115

Santiago, mayo de 1984.


Exposición del Dr. Laszlo Nagy, en documento citado.
116

Reseña Historia Institucional GySCh 40


Y concluía el Secretario General de la OMMS con una frase que va a resultar profética a la luz
del desarrollo que experimentará la Asociación con posterioridad al Congreso: “Si todos los aquí
presentes están tan convencidos, como yo lo estoy, de que el Movimiento representa en
nuestras manos un instrumento eficaz al servicio del bien, después de sus discusiones seguirá
la acción para engrandecer y extender nuestro Movimiento en Chile. Si esto es así, no hay duda
de que el Movimiento Scout chileno continuará su marcha ascendente hacia otros 75 años aún
mejores, fiel a la visión y a la fe del viejo soldado, nuestro fundador Baden-Powell.”

Examinados a 26 años de distancia, los contenidos del Congreso nos hablan de un Movimiento
que procuraba centrarse en los jóvenes y no en sí mismo. El espíritu de anticipación que
animaba a los participantes y a los dirigentes de la época, se reflejó finalmente en la
“Declaración de las Guías y de los Scouts de Argentina, Bolivia, Chile y Uruguay”, que fue
emitida por el Congreso a su término, el 21 de mayo de 1984:

“Nuestro Movimiento es un mensaje de paz para los jóvenes y los hombres de todo el mundo.
No vamos contra nadie. Creemos en la fuerza transformadora del amor, y lo ofrecemos a todos
sin reparar en el color de su piel, en su idioma, en su credo, en su condición social o en su
opción política. Aprovechando esta ocasión, y en la proximidad del Año Internacional de la
Juventud, les invitamos a optar por la paz. La paz tiene más héroes que la guerra. Por eso la
paz fascina y atrae a las almas grandes. Dominar por la fuerza es una tentación fácil en la que
han caído los débiles desde los albores de la humanidad. La paz la construyen los generosos,
los capaces de extraer de su propia vida lo que hace falta para la vida de los demás.”117

4ª etapa: 1984-1993
Desde el Congreso Scout de 1984 hasta la obtención del Jamboree Scout Mundial
(El desarrollo como resultado de la consolidación de una nueva visión)
Con un gobierno autoritario en el país, que en 1984 llevaba en el poder más de una década, el
Congreso constituyó una fuerza inspiradora que recorrió toda la Asociación y que la hizo muy
atractiva para jóvenes, padres y educadores, especialmente en los niveles locales, donde
operan los Grupos Guías y Scouts, corazón de la aplicación del método y de la vida del
Movimiento. Los cambios se sucedieron con rapidez.

Las primeras acciones posteriores al Congreso tuvieron relación con la adecuación de la


estructura territorial y la intensificación del servicio a los territorios, lo que se desarrolló por
medio del incremento del personal profesional, de la capacitación institucional de los dirigentes
voluntarios y de la animación territorial personalizada.

Reforma de estatutos y reestructuración de Zonas y Distritos


El primer paso consistió en la introducción de reformas a los estatutos y reglamentos, tarea
que se había mostrado como urgente con anterioridad al Congreso. Después de varios meses
de análisis y estudios el tema fue resuelto en 1985 en una Asamblea Nacional extraordinaria.
Se sustituyó el modelo de dos secciones, una femenina y otra masculina, y con ello la
necesidad de nombrar una Guiadora Nacional y un Jefe Scout Nacional, así como otras
autoridades paralelas que se duplicaban en diversas estructuras. El Consejo pasó a tener doce
miembros electos por la Asamblea, renovándose cuatro de ellos cada año. Al Consejo se
integraba también quien ocupase la función de Comisionado General, la persona que había sido
el Presidente o la Presidenta anterior, el Asesor Nacional de Formación Religiosa y el o la
dirigente que el Consejo eligiera como Presidente o Presidenta si el cargo no era ocupado por
ninguno de los consejeros electos.

117
Declaración del Congreso de 1984, en documento citado.

Reseña Historia Institucional GySCh 41


El Consejo se integraba así por un máximo de 16 personas en total.118 Las funciones de las
estructuras territoriales fueron definidas como de representación hasta el nivel Distrito y de
orientación desde el nivel nacional hasta el nivel zonal. Estas y otras reformas comenzaron a
regir a partir de la Asamblea Nacional de 1986, en que Gerardo González fue reelecto como
Comisionado General.

Con el objeto de posibilitar un mejor servicio y animación de las estructuras de base, el


Consejo Nacional aumentó el número de zonas a 20, con lo cual los Grupos de la Región
Metropolitana pudieron ser mejor atendidos a través de 8 zonas. Seguidamente se reorganizó
la división del país en distritos y se modificó su configuración, de modo que su número creció
sobre 60 distritos y sus funciones se definieron y relacionaron de forma articulada tanto con las
Zonas y el nivel nacional por una parte, como con los Grupos a los que asistían por la otra.

Servicio profesional, formación institucional y animación territorial


En la medida en que aumentaban las posibilidades financieras que siguieron al crecimiento, la
Asociación conformó un equipo profesional que en el año 1991 llegó a contar con 104 personas
remuneradas. Tres cursos para profesionales se desarrollaron en este período, mientras
paralelamente se incorporaba el concepto de capacitación institucional, la que se destinaba
específicamente a dirigentes voluntarios que cumplían funciones institucionales, tanto a nivel
Grupo, como a nivel territorios y nacional. En refuerzo de la tarea de formación institucional, en
abril de 1989 la Asociación envió a cuatro dirigentes a capacitarse en el Curso para el
Desarrollo de Habilidades de Liderazgo realizado en Argentina; y en julio y septiembre de ese
mismo año se realizaron en Talagante y Punta de Tralca, con la cooperación de la Oficina
Interamericana y de formadores de Argentina, los dos primeros de la que sería una larga serie
de Cursos de Liderazgo.

La existencia de numerosos profesionales y voluntarios capacitados en conducción institucional,


permitió que la estructura de la Asociación adquiriera fluidez y efectividad en el manejo de lo
que en la época se conoció como animación territorial personalizada, proceso de asistencia
técnica a Zonas, Distritos y Grupos, que junto con capacitar apoyaba en la tarea y conectaba a
los distintos niveles entre si, generando crecimiento en todos los aspectos.

Formación de dirigentes de Unidad


Muy ligado a la animación territorial operaba el sistema de formación de dirigentes de Unidad,
que destacó en este período por la frecuencia de los cursos y la cantidad de participantes,
llegando varios años a bordear, y en algunos años a superar, la cifra de 9.000 guiadoras y
dirigentes que cursaron el sistema. Para hacer posible este proceso se renovó completamente
la capacitación de formadores, realizándose alrededor de 12 cursos destinados a preparar
conductores de sesión, tutores y directores de cursos Básico, Medio y Avanzado, la mayor parte
de las veces con la colaboración de la Oficina Interamericana, que sólo a fines de este período
instalaba su sede regional en Santiago. A medida que se ampliaba el número de cursos se
preparaba y editaba material para la conducción de la formación, el que siempre resultaba
insuficiente.

En el período se hicieron también algunos proyectos puntuales de capacitación en líneas


complementarias. En cooperación con la Universidad Diego Portales y JUNAEB se produjo el
material “Drogas, un juego Mortal”, en parte adaptado de Boy Scouts of America.119

118
Guías y Scouts de Chile, Estatutos aprobados por la Asamblea Nacional Extraordinaria, realizada en La Leonera,
comuna de Codegua, el 31 de marzo de 1985; y por el Ministerio de Justicia mediante Decreto Nº 385, de 13 de abril
de 1987, publicados en el Diario Oficial el 16 de mayo de 1987.
119
Guías y Scouts de Chile, Ediciones de Extensión, Drogas, un juego mortal, elaborado por P. Cardemil, L. F. Fantini, P.
Criado, P. Peláez, D. Asún, A. Infante; en cooperación con la Universidad Diego Portales y la Junta Nacional de Auxilio
Escolar y Becas, octubre de 1993.

Reseña Historia Institucional GySCh 42


En octubre de 1985 la Asociación organizó un Seminario para el Cono Sur sobre la participación
en el Movimiento Scout de jóvenes con discapacidades y necesidades especiales, que contó con
una amplia participación internacional y la conducción de una experta de la Oficina Scout
Mundial.120
Sin embargo, el incesante esfuerzo en formación de dirigentes no se reflejó totalmente en los
resultados. No obstante que cada año cursaban su Nivel Avanzado alrededor de 250 dirigentes,
lo que hasta hoy continúa siendo una cifra apreciable, cerca de un 50% de los participantes
interrumpía o limitaba su formación al Nivel Básico, lo que junto con denotar la rotación de
dirigentes que ha sido característica del Movimiento, se atribuía a la tendencia del sistema a
exceder la exposición teórica de contenidos, a un cierto intelectualismo poco habilitante para la
función, a la ausencia de seguimiento por parte de los tutores y a una carencia de estos
últimos.

La planificación estratégica
Ante los resultados obtenidos por el proceso de formación, surgió la necesidad de que los
dirigentes tomaran conciencia de las numerosas posibilidades educativas que ofrece un Grupo
Scout y de ese modo valoraran la necesidad de ampliar su formación personal y su capacitación
para la tarea. Con ese propósito se diseñó un instrumento denominado “Hagamos un Plan de
Grupo”, que planteaba parámetros de desarrollo de un Grupo Guía y Scout en 6 diferentes
áreas estratégicas: valores, programa de jóvenes, recursos humanos, gestión institucional,
recursos financieros y crecimiento. El proceso de elaboración y aprobación de este instrumento,
que tuvo lugar entre junio y agosto de 1991, constituyó una interesante experiencia de
participación en la que intervino el equipo central, los equipos territoriales y parte del personal
de la Oficina Scout Interamericana, que aún tenía su sede en San José de Costa Rica.
Este instrumento fue publicado en octubre de 1991, en edición conjunta entre Guías y Scouts
de Chile y la Oficina Scout Interamericana. Tan pronto fue publicada esta herramienta no sólo
recorrió la Región Interamericana, sino que se tradujo y adoptó en países europeos, de modo
que conoció ediciones en español, inglés, portugués, francés e italiano. En noviembre del
mismo año, con ocasión de una reunión de responsables de comisiones del Comité Scout
Interamericano realizada en Viña del Mar, se comenzó a preparar el instrumento “Y ahora, el
Plan de Distrito” cuya edición definitiva fue tarea de la Oficina Interamericana, pero que
igualmente para su elaboración contó con el apoyo de Guías y Scouts de Chile.121 El proceso dio
origen a tres instrumentos de planificación, ya que poco más de un año después se publicó
“Todos con el Plan Nacional”, documento que cerraba el ciclo.
Estos instrumentos, especialmente el primero, tuvieron una aceptación inicial sin precedentes y
generaron un proceso de planificación participativa a todos los niveles, pero progresivamente la
motivación y el apoyo se redujeron y el interés fue disminuyendo. Puede que “Hagamos un
Plan de Grupo” haya sido un instrumento demasiado completo para una organización de
voluntarios no habituados a planificar, pero la falla parece haber residido en la cultura
institucional: falta de hábito en la base y de apoyo por parte de la dirección. Esta última cambió
a pocos meses de la partida del sistema y tuvo otra actitud y propuestas ante la iniciativa.
En todo caso, si bien el proceso no tuvo los resultados previstos desde la perspectiva de la
planificación, el manejo de los instrumentos produjo un efecto pedagógico apreciable sobre la
comprensión de los dirigentes en torno a todo lo que un Grupo Scout podía llegar a ser, lo que
se desprendía del carácter propositivo de los diferentes parámetros contenidos en las seis áreas
estratégicas.

120
Sólo como nota curiosa, la experta fue Beatriz Fernández L., hija de Salvador Fernández, quien fuera el director del
primer Curso Preliminar de la Insignia de Madera realizado en Chile en 1949 (ver final de la 1ª etapa de esta reseña).
121
Guías y Scouts de Chile – Consejo Interamericano de Escultismo, Comisión de Planeamiento Estratégico, Hagamos
un Plan de Grupo, 1ª edición, octubre de 1991.

Reseña Historia Institucional GySCh 43


Los resultados de este proceso, varios no previstos, tanto favorables como desfavorables,
tuvieron la virtud de acelerar la renovación del programa de jóvenes, tarea que se había
iniciado en 1985 con la publicación de la versión preliminar de un documento sobre
características del desarrollo evolutivo122, pero que comprendía todo el proceso de aplicación
del método y el programa de jóvenes.

Diseño de un modelo de actualización permanente del programa de jóvenes


Es así como un aspecto notable de este período lo constituyó la reflexión en torno al modelo de
aplicación del programa de jóvenes y su consiguiente actualización. El estudio cubrió desde la
misión del Movimiento hasta el desarrollo de las actividades, comprendiendo una serie de pasos
intermedios relevantes: proyecto educativo, objetivos terminales, edades de las Ramas,
características evolutivas de esas edades, objetivos educativos intermedios de Ramas y
edades, participación de los jóvenes en la determinación de las actividades, fichas de
actividades y cartillas y manuales.123

Luego de la aparición del mencionado documento sobre desarrollo evolutivo, el paso siguiente
consistió en la aprobación y edición del Proyecto Educativo de Guías y Scouts de Chile124 y
posteriormente de los Objetivos Terminales del Proyecto Educativo.125 Además de los tres
pasos anteriores, sobre la base de material preparado desde 1987, la elaboración de los
objetivos educativos intermedios se comenzó el año 1992, en que un equipo formado por
dirigentes y especialistas redactó la versión preliminar de las primeras cuatro áreas de
desarrollo: corporalidad, creatividad, carácter y afectividad. Estas versiones preliminares se
consultaron con dirigentes y jóvenes en seminarios nacionales y cursos avanzados, y
posteriormente fueron analizadas y aprobadas en la Comisión Nacional de Educación.

A mediados de 1992 sobrevino el cambio en la Dirección Ejecutiva de la Asociación y la Oficina


Scout Interamericana (OSI) inició la instalación de su sede regional en Chile, hechos que
alteraron la participación de la Asociación en este proceso. Sin embargo, la Asociación y el
organismo regional, que había decidido ampliar la experiencia a toda la Región, continuaron
trabajando en conjunto en la elaboración de los objetivos intermedios. En 1993 un equipo de
dirigentes chilenos contribuyó a pulir la primera versión de los objetivos del área sociabilidad; y
en 1994 otro grupo similar revisó en conjunto los objetivos del área espiritualidad. Finalmente,
en septiembre de ese año, la Asociación y la OSI introdujeron los últimos ajustes a dichos
objetivos, los que luego de ser aprobados por los organismos regionales pertinentes, fueron
publicados en versión definitiva para toda la Región al año siguiente.126

De esa manera, el estudio realizado a partir de la experiencia chilena, dio origen a nivel
internacional a lo que posteriormente se denominó Método de Actualización Permanente de un
Programa de Jóvenes (MACPRO), al que la Conferencia Interamericana celebrada en Cartagena
de Indias en 1995 le dio su aprobación por unanimidad, incluido el voto de la asociación
chilena, como política regional oficial en materia de programa de jóvenes.

122
Guías y Scouts de Chile, Desarrollo Evolutivo entre 7 y 21 años, elaborado por R. Correa, O. Pizarro y L. Morales, 1ª
edición, noviembre de 1989. Reeditado en junio de 1991 y octubre de 1994. Reimpreso en mayo de 1995.
123
El estudio contó con la asesoría del profesor Oscar Pizarro, ex director de la Unidad Técnico Pedagógica del Colegio
Seminario Menor de Santiago, quien encabezó un grupo de profesionales externos de 4 personas que se integraron a
los dirigentes scouts en el diseño del sistema.
124
Guías y Scouts de Chile, Proyecto Educativo, sancionado por el Consejo Nacional el 10 de octubre de 1985, publicado
en septiembre de 1988 como parte de las actividades conmemorativas del 80º aniversario de la Asociación y
presentado a nivel regional en la Conferencia Interamericana de Buenos Aires, celebrada ese mismo año.
125
Guías y Scouts de Chile, Objetivos Terminales del Proyecto Educativo, edición publicada en 1989 como parte de las
actividades conmemorativas del 80º aniversario de la Asociación.
126
Oficina Scout Interamericana, Objetivos Educativos del Movimiento Scout, Santiago, 1995.

Reseña Historia Institucional GySCh 44


Paralelamente, la Región Europea creaba, a partir de Macpro, el método denominado RAP
(Renovación y Actualización del Programa), el que contenía los mismos pasos de Macpro,
desarrollados con mayor detalle y amplitud.

En 1996, luego de frustrarse la iniciativa de publicar guías y cartillas en conjunto entre la


Asociación y la OSI, lo que marcó la separación definitiva de la Asociación del proceso, en una
reunión celebrada en Santiago en agosto de ese año, la Región dio inicio a la preparación de
esos materiales para la Rama Lobatos con la participación de las asociaciones de Argentina,
Brasil, El Salvador, México y Perú. Comenzaba así un largo proceso participativo de casi 13
años de duración, que culminó en enero de 2009, y que ha editado en total -entre Guías,
Cartillas, libros de actividades y material complementario- 17 publicaciones en español, 11 en
portugués y 8 en inglés. Uno de esos textos, la Guía para dirigentes de la Rama Scout, se ha
publicado en 7 idiomas, siendo declarado por la OMMS como “manual mundial” que sirve de
base para la edición de textos nacionales.

La Asociación, que dio la partida a este proceso en septiembre de 1988 con la publicación de su
Proyecto Educativo, con posterioridad a 1993 sólo participó en uno de los 14 encuentros que
tuvieron los diferentes grupos de trabajo que se realizaron.127

El Programa Nacional de Campamentos Escolares (PNCE)


En 1990 Chile retornaba a la vida democrática. Los esfuerzos de proyección hacia la comunidad
que la Asociación había realizado desde el Congreso de 1984 fueron valorados en forma
positiva por la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (JUNAEB), lo que dio lugar a un
convenio para la ejecución del Programa Nacional de Campamentos Escolares, cuya primera
versión se realizó a comienzos de 1991. Ese primer año se atendió a 46.000 niños, niñas y
jóvenes provenientes de sectores de alta vulnerabilidad social.

Cada año el PNCE, con el apoyo y orientación de cientos de voluntarios aportados por los
Grupos Guías y Scouts, movilizaría a decenas de miles de niños y jóvenes en situación de
pobreza y vulnerabilidad, los que participarían en una semana de campamento al estilo scout.
De esta manera, junto con ofrecer la oportunidad de extender los beneficios del programa y del
estilo del Movimiento a muchos miles de niños y jóvenes que quizá de otra forma nunca lo
hubieran disfrutado, el PNCE prestigió al Movimiento a través de un servicio estrechamente
vinculado a su método y experiencia. Paralelamente, permitió el desarrollo de los dirigentes
scouts como líderes en otros ámbitos, generando en ellos competencias que no sólo mejoraban
sus condiciones para desempeñarse en el Movimiento, sino que también los proyectaban sobre
la comunidad. Esto ha quedado demostrado en la práctica, ya que a partir de 1996, en que el
programa se abrió mediante licitación a otras organizaciones de la comunidad, varias de las
que han ido postulando se han creado integrando dirigentes scouts o por su iniciativa.128

Este programa tuvo también amplia repercusión en el ámbito scout a nivel interamericano, ya
que bajo la inspiración de la experiencia chilena y con asesoría de la Asociación y luego de la
OSI surgieron iniciativas similares en muchas asociaciones. Iniciativas de gran envergadura
tuvieron lugar en Argentina, Perú, Brasil, Colombia, Costa Rica, El Salvador y México. Incluso el
proyecto tuvo una versión similar en Scouts de France, quien puso en marcha el programa “Au
plein vent.”

127
En la última reunión del grupo de trabajo de la Rama Pioneros y primera de la Rama Caminantes, celebrada en
Santiago del 8 al 12 de junio de 2005, participaron parcialmente por la Asociación Renato Bustamante y Carlos Cox,
mientras en la totalidad de la sesión lo hizo Vladimir Rojas.
128
Es el caso de la Fundación Gesta, integrada por ex dirigentes de los Grupos patrocinados por los colegios maristas;
de la Fundación Profaces, dirigida y organizada por líderes scouts de la Zona Santiago Norte; de la Fundación Rerum
Novarum y de otras surgidas en varias Regiones del país.

Reseña Historia Institucional GySCh 45


Fuerte presencia internacional
Como consecuencia del desarrollo obtenido por la Asociación, en este período se multiplicaron
los contactos y el apoyo a nivel internacional. Al mismo tiempo, las iniciativas de la Asociación
eran replicadas en el exterior, como ocurrió con el Proyecto Educativo, los sistemas de
autofinanciamiento por medio de productos propios, la planificación estratégica, el
establecimiento de la Unión Parlamentaria Scout y los Campamentos Escolares, proyectos en
que la Asociación había sido pionera durante este período.

La intensa actividad internacional se incrementó desde los primeros años de este período. Poco
antes de la firma del tratado de paz y amistad entre Argentina y Chile que ponía fin a la tensión
por las disputas de las islas y áreas marítimas próximas al canal Beagle, la Asociación de Guías
y Scouts de Chile propuso a la Asociación de Scouts de Argentina y a la Asociación Guías
Argentinas la realización de un encuentro de jóvenes en la zona fronteriza en que está el
monumento a Cristo Redentor. La actividad, no exenta de dificultades por tempranas nevadas
que obstaculizaban el uso del túnel y retrasaron la celebración, movilizó a más de 200 jóvenes
de Chile que cruzaron a confraternizar con sus pares de Argentina. Un álbum recogió firmas y
testimonios de los participantes, el que fue posteriormente obsequiado al Papa Juan Pablo II en
agradecimiento por su intervención mediadora para preservar la paz entre los dos países.

En 1986 la Asociación obtuvo del Consejo Interamericano de Escultismo la nominación para


organizar en 1989 el 6º Jamboree Panamericano. El mismo año, en la Conferencia Scout
Interamericana celebrada en Trinidad, Patricio Hasbún fue electo miembro del CIE con mandato
hasta el año 1988.

En octubre de 1987 el Comisionado General de Guías y Scouts de Chile fue invitado a participar
en la dirección de un Seminario Internacional de Finanzas de la Asociación Mundial de las Guías
Scouts, realizado en Buenos Aires. En mayo de 1988 la Asociación acogió nuevamente la
Reunión de Jefes Scouts Nacionales del Cono Sur y amplió la actividad mediante la oferta de un
seminario para Comisionados Internacionales. En junio prestó ayuda a la Federação das
Bandeirantes do Brasil (Guías del Brasil) mediante un curso sobre obtención de recursos
financieros y desarrollo institucional que se realizó en Sao Paulo.

En la Conferencia Scout Interamericana de Montevideo, en noviembre de 1990, Patrick Lyon


D’Andrimont, quien en la época era Presidente de la Asociación después de ser tres años
Vicepresidente durante la presidencia de la Dra. Paula Peláez, fue elegido con amplia mayoría
para integrar el Comité Scout Interamericano. En la misma Conferencia, sus pares del Comité
lo nombraron Vicepresidente por el período 1990-1992.129

La elección y posterior designación de Patrick Lyon constituyó un respaldo a la posición chilena,


ya que la delegación de la Asociación había abogado fuertemente a favor de la adopción en el
plano regional de la Estrategia 2002, iniciativa de nivel mundial que se propuso crecer sobre la
base de mejorar el programa educativo de jóvenes, la gestión de los recursos adultos y el
desarrollo institucional. La delegación chilena obtuvo pleno éxito en ese propósito, para lo cual
debió lograr que la Conferencia cambiara casi totalmente la agenda prevista.

129
En 1992, en la Conferencia Scout Interamericana de San José, Costa Rica, Patrick Lyon pasó a ocupar el cargo de
Presidente del Consejo por el período 1992-1995. En la Conferencia Scout Mundial de Oslo, en 1996, fue elegido
miembro del Comité Scout Mundial, y a partir de 1999 se desempeñó como su Vicepresidente hasta la Conferencia
Scout Mundial de Tesalónica, Grecia, el año 2002. De esta manera, Patrick Lyon fue dirigente regional o mundial
durante todo el proceso de aplicación de la Estrategia 2002. Durante todo ese período, otro chileno, Gerardo González,
primero como Director de la Comisión Interamericana de Planificación Estratégica y desde 1992 como Director Regional
de la OSI, se desempeñó en la conducción de tareas ejecutivas, impulsando el mismo programa.

Reseña Historia Institucional GySCh 46


El nuevo presidente del CIE, el canadiense Geoff Wheatley, en equipo con Patrick Lyon,
configuró un dinámico Comité Ejecutivo que puso en marcha un Programa Preparatorio de la
Estrategia 2002,130 fundamentalmente elaborado en Chile entre abril y mayo de 1991, e
impulsó una profunda reforma a las comisiones del Consejo.

Como parte de esas reformas, Gerardo González asumió la presidencia de la recién creada
Comisión de Planificación Estratégica, con la asistencia del autor de esta reseña como ejecutivo
de apoyo. La principal tarea de la Comisión consistió en diseminar en el continente el
instrumento “Hagamos un Plan de Grupo”, que se había elaborado recientemente en Chile y
que conoció varias ediciones.

En febrero de 1992, en la Isla Teja, Valdivia, la Asociación fue anfitriona de una reunión
ampliada del CSI y sus Comisiones, lo que permitió enfocar las tareas que los equipos de la
Región deberían asumir en la línea de la Estrategia 2002, tal como señalaba el Programa
Preparatorio ya mencionado. La Asociación había integrado a varios de sus dirigentes
destacados en las Comisiones Interamericanas y el encuentro en la isla Teja fue ocasión para
una interacción con numerosos miembros de la institución dada la cercanía de Valdivia con la
localidad de Los Lagos, donde simultáneamente se celebraba el Jamboree Nacional de 1992.

En abril y mayo de 1992 dos dirigentes chilenos -José Varas, Coordinador de Operaciones y
Eduardo Chiang, Responsable de Campamentos Escolares- permanecieron un tiempo
prolongado en ciudad de México y en Tijuana, colaborando en temas de gestión institucional,
campamentos escolares y escuelas para padres, culminando en un Seminario de Desarrollo
Institucional. Al final de su viaje, los mismos dirigentes participaron en San Diego, California,
en un programa de promoción del Movimiento en barrios latinos. Era un signo de la activa
vinculación internacional de la Asociación.

La Unión Scout Parlamentaria


Con motivo del lanzamiento del PNCE y como parte de su activa presencia internacional, en
noviembre de 1990 el Dr. Jacques Moreillon, Secretario General de la OMMS, visitó Chile. Sólo
seis años antes, con ocasión del Congreso de 1984, la Asociación había acogido al Secretario
General de la época, Dr. Laszlo Nagy.
En la oportunidad también asistió al lanzamiento de la Unión Parlamentaria Scout de Chile, que
se establecía con el propósito de crear vínculos entre parlamentarios que habían sido scouts o
estaban relacionados con el Movimiento. No obstante pertenecer a diferentes sectores políticos,
estos parlamentarios compartían los valores propios del Movimiento y la unión entre ellos y
ellas permitía que en su labor legislativa fueran testimonio de esos valores en pro de la niñez,
la juventud, la familia, la naturaleza y la paz.
La Unión Parlamentaria Scout de Chile llegó a contar con 45 legisladores de las dos cámaras del
Congreso Nacional y demostró ser un grupo vital para determinados logros que exhibiría la
Asociación en los años venideros, particularmente en el aporte estatal a la construcción de
Picarquín y a la realización en el país del 19º Jamboree Scout Mundial.
La iniciativa de la UPSM y otras destinadas a una renovación profunda en el Movimiento en el
plano mundial, eran consecuencia de un análisis comenzado en 1987 bajo la dirección de Laszlo
Nagy con el objeto de contar con una estrategia a largo plazo para la OMMS.131

130
El “Programa Preparatorio de la Estrategia 2002” sentaría las bases para el desarrollo estratégico de la Región
Interamericana que se verificó a partir de 1992. Fue preparado por Patrick Lyon en consulta con Geoff Wheatley y con
la colaboración estrecha de Gerardo González E. y del autor de esta reseña.
131
El estudio denominado “Hacia una Estrategia para el Movimiento Scout”, considerado en la 31ª Conferencia Scout
Mundial celebrada en Melbourne, Australia, en enero de 1988, identificaba cuatro áreas en las que la Organización
debía actuar para incrementar la eficacia del Movimiento: el programa de jóvenes, la gestión de los adultos en el
Movimiento, la gestión institucional y el desarrollo de los recursos financieros.

Reseña Historia Institucional GySCh 47


Por ello es que la Unión Parlamentaria Scout de Chile se integraría a la Unión Parlamentaria
Scout Mundial, aún en formación.132 En 1991, con ocasión de la Asamblea Constitutiva de la
Unión Parlamentaria Scout Mundial celebrada en Corea, la delegación de Chile obtuvo el
mandato para organizar la Primera Asamblea Ordinaria de la UPSM.

La reunión tuvo lugar en 1994 en Santiago, con participación de 65 parlamentarios de 23


países y la asistencia del Rey de Suecia.

Los grandes eventos de jóvenes


A partir de 1985 se comienza a definir una política que permanecerá largo tiempo en la
Asociación, en el sentido de que cada edad debía tener una actividad nacional significativa de
sus Ramas cada tres años.

Es así como en 1986 un Jamboree Nacional reunió en Panguipulli a cerca de 6.000 jóvenes de
las Ramas Guía y Scout. Este evento mostró que la Asociación estaba madura para acoger un
gran encuentro internacional de jóvenes, lo que determinó postular al Jamboree Panamericano
de 1989. El Jamboree Panamericano de 1989, que reemplazó al Jamboree Nacional de ese año,
se realizó en Villarrica, reunió poco más de 11.000 jóvenes, de los cuales cerca de 800
participantes provenían de países de la Región Interamericana. Los resultados obtenidos
animaron a su vez a las autoridades nacionales a presentar su postulación para el Jamboree
Mundial, lo que se hizo efectivo en 1993 en la Conferencia Scout Mundial de Bangkok y ello se
analiza al considerar el final de este período. Culminó la serie de Jamborees cada tres años el
que se realizó en 1992 en la cercanía de la ciudad de Los Lagos, con una participación cercana
a los 6.000 jóvenes.

Igual política se siguió con los eventos de las Ramas Mayores, llamados Culla-Huentrú y luego
denominados Rover Moot o simplemente Moot. En 1985 se realizó el Culla-Huentrú en La
Serena, en 1988 el Moot tuvo lugar en Lautaro y en 1991 se efectuó en Valdivia. Igual política
se aplicó a los Paxtú, grandes eventos de las Ramas Menores, los que dada la edad de lobatos
y golondrinas (entonces denominadas Alitas) se realizaron en cadena los años 1987 y 1990.

Desarrollo financiero
A medida que la Asociación desarrollaba nuevos programas aumentaba el número de miembros
y de Grupos, los que solicitaban el apoyo de la Asociación para financiar sus actividades. De
esta manera el Departamento Proyectos activó las campañas financieras en apoyo a los Grupos
y a la Asociación, en especial las que ofrecían un producto propio. Se incrementaron las que se
habían iniciado en 1979 y 1980, esto es, la Rifa Anual y la venta de Tarjetas de Navidad, con
altos índices de venta y excedentes significativos para los Grupos y la Oficina Nacional.

En este período se diseñó una nueva campaña con producto propio y con contenido educativo:
el álbum “Caminando Chile”, que presentaba los diferentes ecosistemas del país a todo color y
en el cual se adherían láminas de la flora y fauna de cada uno de ellos, con explicaciones
educativas simples. No obstante su valioso aporte educativo, en su comercialización inicial no
produjo los resultados previstos e incluso generó importantes restricciones en la caja de la
institución. La dificultad fue pasajera, ya que cinco años más tarde sería relanzado como
material de apoyo al Programa Nacional de Campamentos Escolares. Su éxito sería tal que
agotó el stock y fue necesario editar varias reimpresiones, con los consiguientes beneficios
educativos y financieros.133

132
Presidió la Unión Parlamentaria Scout de Chile don Gabriel Valdés S., entonces Presidente del Senado y quien en su
juventud había sido Responsable de la Unidad Scout en el Grupo San Ignacio del Colegio homónimo (ubicado en
Santiago, calle Alonso Ovalle).
133
Guías y Scouts de Chile, Álbum Caminando Chile, 1984, declarado material didáctico complementario de la
educación chilena, por el Ministerio de Educación, República de Chile, Ord. Nº 563, de 4 de junio de 1984.

Reseña Historia Institucional GySCh 48


En esta etapa de la Asociación se ampliaron las actividades de Camping Scout, el que llegó a
facturar aproximadamente un millón de dólares al año. En este resultado fue determinante la
variedad y calidad de los productos, la cercanía a los usuarios, la mantención permanente de
stock y su autonomía financiera. Su contribución a la caja central se expresaba en aportes bajo
la forma de arriendo de las propiedades regionales en que operaba, las que se adquirieron en el
mismo período, con lo que se financiaba el dividendo de los respectivos créditos hipotecarios.

Por su parte, el PNCE requirió y generó una considerable movilización de recursos, lo que
permitió: a) ampliar la planta profesional, tanto en el nivel nacional como en los territorios;
b) incrementar la disposición de predios rústicos, algunos en propiedad y otros bajo distintas
formas que posibilitaban su posesión o tenencia, los que no solamente servían al PNCE sino
también a variadas actividades de distritos, zonas y nivel nacional; c) disponer de una pequeña
flota de camionetas y otros vehículos de trabajo, que junto con apoyar el programa que los
originaba, eran de mucha utilidad para la animación territorial; y d) contar con abundante
material y equipo para la vida al aire libre, el que también era utilizado en actividades de
formación de dirigentes y de programa de jóvenes.134

Por último, y a medida que la Asociación crecía aumentaban las cotizaciones pagadas por los
miembros, lo que empezó a ocurrir desde 1984, seis años antes que se iniciara el PNCE. Ya en
1986 el aumento de recursos permitió adquirir con un crédito hipotecario una nueva sede
nacional en calle Ejército Libertador 177 y vender la antigua de Gorbea 1765. La sede de calle
Ejército fue continuamente refaccionada y ampliada hasta completar 4 pisos en algunas áreas.

La adquisición de propiedades incluyó algunas sedes regionales: Valparaíso, Concepción y


Temuco. Además se adquirió una propiedad en la misma calle Ejército, que se utilizaba como
bodega de materiales. Los compromisos adquiridos en razón de estas adquisiciones eran
pagados casi en su totalidad con las utilidades que generaba Camping Scout.

Como siempre, no faltaron las dificultades


Esta etapa histórica también vivió problemas. Uno de ellos se debatió entre 1986 y 1988 y se
desarrolló entre la Asociación y uno de los miembros del Consejo, un religioso que operaba de
manera prácticamente autónoma un conjunto de hogares de menores en situación vulnerable
en el área de Puerto Varas, bajo el nombre y la responsabilidad de la institución. El conflicto se
acentuó debido a que un anterior Presidente de la Asociación tomó partido en el tema,
confundiendo algunas opiniones a nivel interno y produciendo inquietud en los sectores
externos que recibían sus denuncias. En noviembre de 1988 una Asamblea Nacional
extraordinaria conoció el caso, escuchó al anterior presidente y finalmente por casi la
unanimidad de sus miembros lo desautorizó en todos sus argumentos contra el Consejo de la
Asociación.135 Dos años después, el religioso cuyos programas habían originado el asunto
solicitó ser escuchado por el Consejo Nacional, ocasión en que presentó sus disculpas al
Consejo y solicitó perdón a los afectados, lo cual le fue aceptado por ambos.

Otra dificultad fue generada por algunas autoridades de la Agrupación de Boy Scouts, quienes
activaron contactos en el exterior cuestionando la equidad con que la Asociación de Guías y
Scouts de Chile habría respetado las diversas posiciones en su interior tras los procesos de
unidad, particularmente las relacionadas con el pluralismo religioso.

134
El volumen de las campañas financieras que realizaba la Asociación, el desempeño exitoso de Camping Scout y de la
imprenta y el Programa Nacional de Campamentos Escolares llevaron a que en 1991 Guías y Scouts de Chile operase
con un presupuesto cercano a los cuatro millones de dólares.
135
La dificultad surgió pues la gestión de los hogares de menores era de discutible eficiencia y generaba una
probabilidad alta de poner en riesgo la salud de los niños atendidos, lo que era supervisado por el SENAME. La
dirección nacional de la Asociación procuró poner en orden el programa y mejorar su gestión, pero el religioso a cargo
resistía la supervisión, pero continuaba operando en gran parte bajo el nombre y responsabilidad legal de la institución.

Reseña Historia Institucional GySCh 49


Concretamente se acusaba a la Asociación de tener responsabilidad en la separación de 1981-
1982 que había dado lugar al establecimiento de la mencionada Agrupación. El tema fue
tratado en la Conferencia Interamericana en Trinidad y motivó una visita del entonces
presidente del CIE Sr. Juan Niemann, la que se realizó en abril de 1987. Luego de escuchar las
distintas posiciones y observar los hechos en terreno, el CIE desestimó las acusaciones, las que
no se volvieron a interponer.136

Crecimiento
La variedad de acciones descritas para esta etapa a partir de 1984 tuvo una expresión evidente
en el crecimiento del número de miembros. Frente a los 29.857 miembros que existían en
1983, la Asociación alcanzaba a fines de 1991 poco más de 70.000 integrantes. Casi un 135%
en 8 años, o bien un 11,24% anual sostenido, quizás la tasa de crecimiento constante en el
tiempo más alta que ha tenido la organización en su historia. Con esto Guías y Scouts de Chile
pasaba a ser la organización con mayor número de miembros entre los países de habla
hispana. Además, el número de niños y jóvenes que la integraban, unos 60.000
aproximadamente, representaba el 1,75% de los jóvenes del país en edad de ser miembro
beneficiario, lo que también representaba la tasa más alta de los países del área
iberoamericana.

1992: cambian las autoridades y la Asociación


decide postular a sede del 19º Jamboree Scout Mundial
El 1º de mayo de 1992 Gerardo González fue nombrado por concurso como Director Regional
de la OMMS para la Región Interamericana, determinando el Secretario General que asumiera
de inmediato, el Consejo Nacional decidió que fuera sustituido en calidad de Director Ejecutivo
Subrogante por Daniel Oyarzún, quien a la fecha se desempeñaba como Director de
Operaciones. Posteriormente, en noviembre de ese año, la Asamblea Nacional reunida en La
Serena eligió a Daniel Oyarzún para la función en calidad de titular, cargo que desempeñaría
hasta comienzos de 1999.137 Hasta fines de 1992 la OSI funcionó en parte en Costa Rica y en
parte en las oficinas de la Asociación en Santiago, hasta que en enero de 1993 inauguró su
sede en avenida Ricardo Lyon 1085, comuna de Providencia.

Ese mismo año 1993 la Asociación presentó su candidatura como organizadora del 19º
Jamboree Scout Mundial y todo el primer semestre preparó la postulación con fuerte apoyo de
la OSI, ya instalada en Santiago. La planificación detallada y la originalidad de la propuesta
fueron clave para el éxito, ya que en julio de ese año la 33ª Conferencia Scout Mundial reunida
en Bangkok, Tailandia, otorgó la sede del Jamboree a Chile con más del 75% de las
preferencias en circunstancias que la organización que disputaba la postulación era Indonesia,
que podría considerarse casi como “local” por su cercanía con Tailandia y que reunía a 8
millones de jóvenes.138

136
La Conferencia Interamericana no pudo sustentar el caso que se había planteado contra la Asociación. La visita del
Presidente del CIE (acompañado por el autor de esta reseña), en la cual sostuvo entrevistas tanto con las autoridades
de la Asociación como con representantes de la Agrupación, simplemente confirmó que Guías y Scouts de Chile había
actuado y seguía actuando en el marco de las normas y el espíritu del Movimiento y que había honrado y seguía
honrando los compromisos asumidos con ocasión de los procesos de unidad.
137
Su mandato terminaba en noviembre de 1998 pero fue extendido hasta abril de 1999 por acuerdo del Consejo
Nacional debido al Jamboree Mundial que se celebró entre el 28 de diciembre de 1998 y el 8 de enero de 1999.
138
La presentación de la Asociación para obtener el apoyo de la Conferencia Mundial para el Jamboree fue innovadora,
juvenil y sumamente completa: el apoyo del Gobierno de Chile se aseguraba con una nota leída por una autoridad
pública; jóvenes dirigentes guía y scout manifestaron la invitación; un folleto muy moderno llegó a todos en español,
inglés y francés; poleras con el emblema del Jamboree fueron obsequiadas e inundaron la sala; y la canción del
Jamboree sonó por los altoparlantes con más de cinco años de anticipación a la actividad.

Reseña Historia Institucional GySCh 50


5ª etapa: 1993-2010
Desde la obtención del Jamboree Mundial hasta nuestros días
(En la cúspide internacional, recambio generacional, nuevos conflictos y decaimiento)

¿Qué causas originaron en este período


que la Asociación de 1993
se transformara en la de 2010?

Información para el lector:

Alberto Del Brutto nos ha entregado esta reseña completa, desde marzo
de 1909 hasta comienzos de 2010, es decir, incluidos y analizados los
antecedentes históricos que se tienen sobre esta quinta etapa. Sin
embargo, la Comisión PEI, considerando los fundamentos en base a los
cuales se ha convocado al Congreso Guía y Scout “La Asociación que
viene” y teniendo en cuenta que las reflexiones de sus grupos de trabajo
se centrarán en la Visión 2020 a partir de la realidad de los últimos años,
ha preferido no incluir esta última etapa, convencida que de esa manera
no anticipa el diagnóstico y el material previo ofrece más oportunidad a
la libre expresión de las ideas.

Comisión PEI

Reseña Historia Institucional GySCh 51

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