Reseña Historica Agsch
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Consideramos que Alberto Del Brutto es un actor válido para dar una mirada retrospectiva a
nuestra Asociación, aportando un equilibrio apropiado entre proximidad y distancia. Dirigente de
Scouts de Argentina desde junio de 1972, estuvo por primera vez en Chile en 1979, participando
por su país en el Seminario de Desarrollo de la Comunidad del Cono Sur. En 1983 fue designado
por la Oficina Scout Mundial como Ejecutivo de Cooperación Técnica para el Cono Sur, cargo que le
permitió visitar el país en numerosas oportunidades y dirigir cursos y eventos. Entre 1991 y 1992
se desempeñó en San José, Costa Rica, como Director de Administración de la Región
Interamericana. En 1992, junto con la apertura de la sede de la OSI en Santiago, se trasladó a vivir
a Chile, desempeñándose como Director de Recursos Humanos de la Región. En 1997 condujo la
elaboración de la Pauta de Recursos Humanos del 19º Jamboree Scout Mundial y luego, entre 1998
y 1999, dirigió la misma área durante la organización y realización del evento en nuestro país.
Entre 2006 y 2009 fue Director Regional de la OSI y actualmente ha fijado su residencia definitiva
en Santiago. Observador acucioso, acostumbrado a apreciar y registrar detalles, ha sido testigo y
partícipe de la vida institucional durante 32 años, casi un tercio de esa vida, lo que le ha permitido
conocerla por dentro, manteniendo la independencia de un extranjero y la perspectiva que le
proporciona su extensa participación internacional. Agradecemos su colaboración en la autoría de
este documento, que esperamos sirva de inicio a mayores reflexiones sobre nuestra historia de
propósito, tan desatendida e ignorada en las últimas dos décadas.
Comisión PEI
1
W. Hillcourt, Baden-Powell, Las dos vidas de un héroe, traducción de F. Díaz L., Caracas, 1992, p. 383.
En Buenos Aires residentes británicos habían comenzado a partir de agosto de 1908 algunas
experiencias scouts y, así, el domingo 14 de marzo cuando llegaba al puerto, Baden-Powell fue
recibido por una patrulla de la localidad de Lomas de Zamora.2 Durante una semana recibió
tratamiento de huésped de honor, participó en excursiones y visitas de inspección militar.
Manifestó su interés en viajar a Chile y el ferrocarril, propiedad de británicos, le obsequió el
pasaje hasta la Cordillera de los Andes. A partir de allí, dado que el túnel del ferrocarril
trasandino aún no había sido inaugurado, cabalgó por el paso a más de 3.700 metros de altura,
visitó el monumento al Cristo Redentor ubicado en la frontera (de lo cual nos ha quedado una
hermosa reflexión que escribió tiempo después)3 y entró a nuestro país para trasladarse de
inmediato en tren a Santiago, donde permanecería unos tres días.
Sin duda sorprendió a los asistentes al decir: “Muchas instituciones se han propuesto […]
formar hombres […] dicen a los muchachos: ‘vengan y sean buenos’. Yo confieso que si a mí se
me hubiera dicho eso, habría sentido el impulso irresistible de ser malo. Entendamos la
cuestión de otra manera y procedamos como el pescador que para atrapar a los peces les
ofrece lo que les agrada. No pone en su anzuelo un pedazo de asado o una naranja, sino una
mosca o un gusano, porque esto es lo que a los peces les gusta.” 5
E ilustraba elementos del Método que proponía: “Ante todo, es preciso tener muy presente que
todo lo enseñamos por medio de juegos y ejercicios, y nada absolutamente por medio de
lecciones propiamente tales. […] puede desarrollarse lo mismo en las ciudades que en el
campo, pero, por supuesto, el campo es el verdadero terreno para aplicarla con todo su vigor
[…] Procuramos también desarrollar en ellos el sentimiento […] de ayudar a su prójimo…” E
invitaba a construir el programa de actividades a partir de la realidad local y personal: “… estas
son sólo indicaciones hechas al pasar. Hay muchas más que pudieran hacer y otras muchas
que ustedes mismos pueden descubrir dentro del espíritu general […] estudiando el carácter de
los niños, las costumbres del país, los gustos y aficiones peculiares.”
Se reconocen en estas palabras aspectos esenciales del Movimiento: acción educativa sobre la
base de los intereses de los jóvenes, aprendizaje por la acción, por el juego y por el servicio,
vida en naturaleza.
2
El Scout Argentino, revista de la Institución Nacional del Scoutismo Argentino, Buenos Aires, 1962.
3
R. Baden-Powell, Solo en los Andes, publicado en Cristo y el Rover, Sociedad E.V.C., México, 1959.
4
J. Rojas F., Los Boy Scouts en Chile, 1909-1953, Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, Santiago, 2006.
5
El Mercurio, Santiago, sábado 27 de marzo de 1909
Por cierto, además de lo dicho de las actividades pioneras en Buenos Aires, se sabe que en
Chile un activo promotor de la educación física y biológica, don Demetrio Salas, había
impulsado una experiencia de tipo scout en La Serena antes de 1909, y así le fue reconocido
formalmente tanto en 1915 como en 1935.6
Nace la Asociación
Al terminar la conferencia del Fundador don Joaquín Cabezas tomó inscripciones a los
interesados en la idea. Una reunión en la Sociedad Médica dio comienzo a los encuentros para
dar forma a la iniciativa. El 5 de mayo fue elegido un directorio provisional, encabezado por el
Dr. Vicencio; el 12 del mismo mes quedó formalmente constituido el primer Directorio Central
–posteriormente llamado Directorio General- en el que, además de Vicencio y Cabezas,
aparecían Arístides Pinto Concha, Jorge Westman, José Alfonso, Rómulo Arriagada, Enrique
Balmaceda Toro, Felipe Casas Espínola, Galvarino Gallardo Nieto, Juan Antonio Iribarren,
Miguel Letelier Espínola, Benjamín Mardones, Enrique Oyarzún, Juan Carlos Pérez, Aníbal Pinto,
Carlos Silva Vildósola y Germán Valenzuela Basterrica. La Asociación de Boy Scouts de Chile se
declararía fundada el viernes 21 de mayo en una actividad al aire libre junto al río Maipo, en el
puente Los Morros, con más de un centenar de jóvenes. Estudiantes del Instituto Nacional, del
Instituto Comercial, del Curso de Leyes, del Instituto Pedagógico, del Curso de Ingeniería, de la
Escuela de Medicina, del Instituto Superior de Educación Física, del Instituto Agrícola, de la
Escuela Normal, de la Escuela de Dentística y del Internado Nacional se contaron entre los que
integrarían la que dio en llamarse “Brigada Central”, el primer Grupo Scout de nuestro país.7 Es
así como, no obstante las iniciativas surgidas en otras tierras, Chile sería el primer país que,
fuera de la Gran Bretaña, echara a andar de manera formal una Asociación de Scouts.
Crecimiento inicial
El crecimiento de la Asociación fue considerable desde el principio. Ya en septiembre de ese
año 1909 la Asociación envió representantes a la concentración de niños frente al monumento
a O’Higgins. Al año siguiente, scouts dirigidos por Demetrio Salas, ya mencionado, conformaron
la “Decuria del Centenario” y caminaron desde La Serena a Santiago en una actividad que fue
parte de las celebraciones por los 100 años de Chile como nación. En mayo se constataba la
presencia del Movimiento en Concepción, Valdivia y Valparaíso, además de lo mencionado en
Santiago y La Serena. Hacia 1914 las “brigadas” ya estaban asociadas en torno a unos 40
“agrupamientos provinciales” (en el lenguaje actual, probablemente Localidades), desde Arica a
Punta Arenas.
6
Asociación de Boy Scouts de Chile, Memoria [del] presidente del Directorio General … a la Asamblea General, 1935.
7
http://usuarios.multimania.es/scoutbp/historia/h1.html
No obstante la aparición de otras unidades de niñas en diversos puntos del país, la Asociación
sólo reconoció formalmente su existencia y actividad en 1918, cuando bajo la conducción de la
profesora de educación física Victoria Caviedes Brito “invistió” la “brigada” de la Escuela Normal
de Preceptoras Nº 3, más tarde denominada “Brigada Guide Educación Nº 1”. La dirigente
nombrada ocuparía seguidamente la función de Jefa Guía Nacional (o Guide Jefe Nacional,
como aparece en el boletín institucional).
El Movimiento en la prensa
La actividad institucional gozó desde un principio de cierta atención de la prensa como se
puede rastrear en frecuentes noticias, crónicas y artículos publicados en El Mercurio y en otros
medios que circulaban en la época, como El Diario Ilustrado, de Santiago y La Unión, de
Valparaíso, ambos de orientación católica, quienes siguieron con interés la actividad de la
Asociación. En seguida otras publicaciones periódicas se ocuparían del quehacer scout: La
Nación, Zig Zag, Los Sports, Dichos y Hechos, Educación Física, entre otros. Más adelante, y
como parte de debates por temas controversiales, se verían artículos en La Revista Católica, El
Despertar de los trabajadores, El Siglo, La Federación Obrera, Justicia (de la FOCh), La Verdad,
Claridad, Topaze, Verba Roja y otros.
8
http://www.javlop.com/artedelosbosques/home.htm
Apoyo gubernamental
El gobierno también manifestó tempranamente la importancia que asignaba al Movimiento
Scout, aspecto que se revela en los reconocimientos oficiales que se produjeron por parte del
Ministro de Guerra y del Ministro de Instrucción Pública don Carlos Balmaceda. En 1910 este
último recomendó a los rectores de liceo que prestaran su apoyo a la constitución de unidades
scouts y a los profesores y alumnos que las integrasen debido a sus “altos fines educativos”.
Fue también importante la participación de notables personalidades en la dirección de la
Asociación o bien en el apoyo a su desarrollo: autoridades políticas, defensores de la infancia,
educadores connotados, altos oficiales de las fuerzas armadas, médicos de renombre e
intelectuales de fuste.
Los nombres de Alberto Mackenna Subercaseaux, Ismael Valdés Vergara, Guillermo Labarca
Hubertson, Maximiliano Salas Marchán, Enrique Molina, Amador Alcayaga, Juan Nepomuceno
Espejo, Alfredo Ewing, Jorge Montt, Luis Uribe, Pedro Fajardo, Oscar Fontecilla, Isauro Torres y
Domingo Amunátegui Solar ilustran las diversas categorías enumeradas anteriormente. Con
ocasión de la visita de T. Roosevelt, ya mencionada, se dispuso de la plena colaboración de los
ministros de Instrucción Pública, Relaciones Exteriores, Guerra y Ferrocarriles.
9
El Scout. Siempre Listo, Nº 5, enero de 1914, pp. 6-8, en J. Rojas F., op. cit.
10
La Revista Católica, Nº 307, mayo de 1914, pp. 721-724, en J. Rojas F., op. cit.
11
J. Máximo Sartori, Los Scouts evocando el primer centenario de la Batalla de Chacabuco, Mendoza, 1955. Este libro
fue prologado por el entonces Ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Coronel Tobías Barros, quien siendo teniente
e integrante del Directorio de la Asociación había participado en funciones directivas en el mencionado cruce de la
cordillera.
A pesar de todo lo señalado, los aportes indicados en decretos y circulares nunca tuvieron la
regularidad ni la magnitud esperada. La cesión gubernamental de varios locales, ninguno en
forma permanente, no resolvió la falta de una sede adecuada. La crisis económica de los años
’30 tuvo efectos importantes en el funcionamiento: para los integrantes el costo del uniforme
constituía un problema, así promediando la década el número de miembros había caído a
menos de la mitad respecto de las cifras del año 1929. Se percibió cierta recuperación hacia el
final de los años ’30 y al comienzo de los ’40 se incrementaron los aportes del Fisco. Sin
embargo, hacia el final de la etapa histórica considerada en este trabajo, que coincide con el
final de esta última década, cundía el desaliento, en particular entre los profesores
desilusionados por la falta de reconocimiento efectivo por parte del Estado a la dedicación al
Movimiento, no obstante los compromisos estampados en diversas resoluciones
gubernamentales.
El mismo año 1909, con motivo de actividades de preparación realizadas por scouts en la
Escuela Militar, el Ministro de Guerra destacó que la educación del carácter y de la voluntad que
propiciaba la Asociación posibilitaba “robustecer nuestros hombres” tanto en el aspecto físico
como moral. Pocos meses después, en 1910, la Armada colaboró fuertemente con una
excursión de scouts a Talcahuano y la isla Quiriquina, incluyendo presentaciones a bordo del
Huáscar y la conducción de prácticas de tiro.14
12
Circular firmada por Enrique Bermúdez, Ministro del Interior, octubre de 1929.
13
Boletín Scoutivo Nº 70, septiembre de 1942, circular Nº 16 de mayo de 1931, firmada por Aristóteles Berlendis,
Director General de Educación Primaria.
14
J. Rojas F., op. cit., p. 20.
Este concepto pre-militar del Método Scout continuó incrementándose, no obstante que hubo
voces desde la alta dirección de la Asociación que desde 1913 procuraron desactivar esta
percepción por parte de las fuerzas armadas y de la comunidad en general. Sin embargo, no
fue posible lograrlo y durante toda la etapa en estudio e incluso más allá, la actividad scout
estuvo bastante entrelazada con prácticas militaristas, incluyendo desfiles en que lucían “su
porte marcial”, llegándose al extremo que el Estado liberase de la obligación del Servicio Militar
a aquellos jóvenes que acreditasen haber participado regularmente en el Movimiento Scout
durante un cierto número de años.
Otras voces desde este mismo ámbito irían más a la médula de la propuesta original scout. En
1931 la Dirección General de Educación Primaria consideraba al Movimiento un “poderoso
factor educativo” y un medio eficaz para llevar a la práctica los principios de la “Escuela
Activa”. La propia Asociación enfatizaba en las conclusiones de un congreso regional en 1933
que “el scoutismo no debe ser una institución preparatoria del servicio militar, sino una escuela
de civismo, solidaridad y paz universal”. El profesor Joaquín Cabezas, uno de los fundadores de
la Asociación, señalaba en 1936 que los aspectos militares de la actividad scout enmascaraban
su tarea educativa, la verdaderamente importante. Abogaba por la “educación cívica” en toda
su amplitud. Incluso desde el ámbito de la Federación Obrera de Chile, en 1921, un articulista
demostraba conocer aspectos clave de la propuesta scout, si bien pensaba que la práctica
distaba de la prédica: “muy pocas son las brigadas que se dedican a la vida del campo, a
enseñar cosas útiles para la vida práctica y ciudadana. Los Scouts los queremos nosotros sólo
como una institución esencialmente educativa, de modo que reemplace en parte siquiera la
extensa laguna que en este sentido tiene la enseñanza primaria que se da por nuestras
escuelas”.18
Los documentos de la época demuestran que la Asociación nunca pudo resolver en esta etapa
la ambigüedad entre su imagen pre-militar y su intencionalidad educativa. Más aun, la excesiva
expresión de su carácter patriótico a través de la mera ritualidad –desfiles, bandas de guerra,
ceremonias, celebraciones de acontecimientos militares y otros- contribuyó a su perfil
equívoco. Según el estudio del Sr. Jorge Rojas, el Directorio General estaba consciente de que
la imagen más extendida en el público era que la institución sólo se preocupaba de “las
marchas, de las evoluciones y de la exhibición pública”.19
15
Boy Scouts de Chile (institución fundada el 21 de mayo de 1909), enero de 1911.
16
G. Mistral, Manuscrito compilado en Magisterio y niño, pp. 247-248.
17
G. Mistral, en Revista de Educación Nº 38, mayo de 1933, pp. 18-21.
18
La Federación Obrera, septiembre de 1925.
19
J. Rojas F., op. cit., p. 143.
Una década después, en 1943, la ritualidad de lo patriótico mantenía las prácticas carentes de
contenido, las que “estaban volcadas en mayor grado al lucimiento que a expresar un genuino
fervor”.21 Ese mismo año, el Comisionado General insistía duramente en este problema,
mediante un texto que se cita y analiza más adelante. Una ambigüedad como la expresada no
permitía eliminar la imagen militarista. Por ejemplo, el mismo congreso regional de
Concepción, citado anteriormente, que se quejaba porque el scoutismo era “una institución
preparatoria del servicio militar” propuso recomendar al Directorio General “que los desfiles de
los scouts deben verificarse antes que pasen las Tropas y nunca después de ellas. En caso que
las autoridades no le den esta colocación, que no se permita su presentación [o] limitar
estrictamente las presentaciones públicas a las ya fijadas por el Comisionado General”.22
Comos señala Rojas en su estudio “claramente la contención del militarismo era errática”.
Por último, y si bien la Asociación de esta época debe ser analizada en su contexto social y
cultural, no se observa en sus programas conceptos que son esenciales a la Misión del
Movimiento tales como la participación, la libertad, la justicia social, la defensa de la
democracia. El énfasis en lo externo y formal supera a la preocupación por la formación en
valores personales y por la integración de los jóvenes al servicio de la comunidad. Se debe
agregar que según los convencionalismos de la época, y más allá de su énfasis en la ritualidad,
la Asociación no tenía el carácter de lo que hoy entendemos como “Movimiento de Juventud”,
pareciéndose más a una obra benéfica para niños, dirigida y orientada por adultos. Así, como lo
señala Rojas en el estudio citado, “es probable que la experiencia mayoritaria de los niños en el
Movimiento no haya tenido el impacto que la institución buscaba. Auque se pudiera moldear
algún aspecto de la conducta, esto no necesariamente alteraba sus valores más profundos.”23
En estos primeros cuarenta años del Movimiento los niveles de libertad y participación eran
muy bajos para que operara el auto-aprendizaje que proponía Baden-Powell, lo que se hacía
más difícil con la cercanía cada vez más estrecha de las unidades scouts con el sistema escolar
formal. Esto mismo pudo haber influido en que en esta primera etapa que analizamos no se
observan líderes institucionales generados por el propio Movimiento, lo que va a ocurrir sólo
después de 1949, con lo que se llamó “la oficialidad joven”, que contrariamente a la expresión,
tuvo poco de oficialidad, lo que le permitió asimilar las nuevas ideas que llegaron en los cursos
internacionales de formación.
20
J. Rojas F., op. cit., p. 144, quien cita la Circular Nº 3 del 14 de marzo de 1933, publicada en Boletín Scoutivo Nº 1,
de abril del mismo año.
21
J. Rojas F., op. cit., p. 101.
22
Boletín Scoutivo Nº 7, octubre de 1933.
23
J. Rojas F., op. cit., p. 144.
La vivencia de la Ley Scout estimulada por la Promesa era uno de los factores en que se
expresaba el divorcio entre la prédica y la práctica, como lo hicieron ver muchos dirigentes de
la época. En los 40 años de esta primera etapa la referencia a Dios había sido eliminada del
texto de la Promesa, se había modificado el orden y la redacción de los artículos de la Ley
respecto de la propuesta por Baden-Powell y había una insistencia casi exclusiva en aspectos
tales como lealtad, compañerismo, orden y disciplina. En cuanto al valor de Ley y Promesa
como herramientas educativas, se las veía como algo que correspondía “enseñar a los niños” y
“ser cumplido por ellos”, pero no como algo que necesariamente formaba parte del testimonio
de los “comandantes”. La cada vez mayor proximidad de las unidades scouts al sistema escolar
formal y la también progresiva participación de profesores como “comandantes”, derivó en que
se entendiera la tarea del dirigente como una extensión del trabajo del aula, lo que contradice
el papel que el Método asigna al adulto educador.
Grandes actividades
Con cierta periodicidad la Asociación realizó grandes encuentros de 1.500 a más de 4.000
scouts que tuvieron el propósito de ofrecer una oportunidad a los jóvenes para compartir con
sus pares a la vez que se lucía ante la comunidad el alcance que iba teniendo el Movimiento.
Como se ha dicho, en noviembre de 1913 se realizaba la primera Concentración Nacional de
Boy-Scouts, en el parque Cousiño, con ocasión de la visita de T. Roosevelt, ex presidente de los
Estados Unidos. En septiembre de 1915 la Asociación convocó a una nueva Concentración
Nacional en Santiago, en que en el cerro Santa Lucía fue exhibida la estatua (entonces de
yeso) denominada Siempre Listo, elaborada por el artista Fernando Thauby.26 Nuevamente
hubo actividad amplia en 1917 con motivo del centenario de la Batalla de Chacabuco, como ya
se ha visto, y esta vez con la participación de scouts de la Argentina y del Uruguay. En
septiembre de 1921 hubo otra Concentración Nacional esta vez con visita a la Escuela de
Aviación y el ascenso al Cerro San Cristóbal. En septiembre de 1925, en los Campos de Sports
de Ñuñoa, con ocasión de la visita del Príncipe de Gales, hubo otro de estos encuentros que a
partir de ese momento pasarían a llamarse Jamborees. Ese mismo año se organizó el primer
Congreso Scout Nacional, que tuvo lugar en Santiago. En septiembre de 1926 Concepción sería
sede del segundo y Valdivia acogería el tercero en enero de 1928. En 1927 hubo un nuevo
Jamboree, en el Parque Cousiño y una nueva Concentración en San Luis de Las Condes.
24
Boy Scouts de Chile (institución fundada el 21 de mayo de 1909) , enero de 1911.
25
Boy Scouts de Chile, Reglamento Escuela de Comandantes, Santiago, 1945.
26
Pudiera ser la obra El Scout, cuya versión en bronce, posiblemente una reproducción, está en el cerro San Cristóbal.
Participación internacional
A partir de una excursión a Argentina en 1916 y del encuentro con scouts de la Argentina y el
Uruguay en Chacabuco y Santiago en 1917, se procuró mantener cierta presencia en el ámbito
internacional. En 1920 Álvaro Vicencio encabezó una representación al primer Jamboree
Mundial, para lo cual recibió importante apoyo de Agustín Edwards, ministro chileno en
Londres. A su vez, Armando Quezada Acharán y Carlos Morla Lynch se contaron entre los
delegados a la Conferencia Mundial de 1922, realizada en París. El terremoto de 1923 en
Atacama y Coquimbo fue la ocasión para una ayuda internacional de parte de los scouts del
Brasil, a quienes la Asociación obsequió una copia de la estatua El Scout, ya mencionada, que
se instaló en Río de Janeiro. Por su parte, en 1924 el scout Álvaro Francisco da Silva, de 15
años, caminó desde aquella ciudad hasta Santiago. En el segundo Jamboree Mundial, celebrado
en Dinamarca en 1924, hubo una importante delegación de la Asociación, la que también envió
delegados a la Conferencia Mundial en el mismo año y país. En esa oportunidad tomaron
contacto personal con R. Baden-Powell y dos dirigentes participaron en un Curso en Gilwell.
También en 1924, las guías de Chile estuvieron en el campamento internacional de Foxlease,
en Gran Bretaña. En 1925 dos representantes de la entonces Oficina Internacional de Boy-
Scouts visitaron el país. La participación internacional continuó con la Conferencia Mundial en
Kandersteg, Suiza (1926), el Jamboree Mundial en Birkenhead, Inglaterra (1929) y un
campamento internacional en Barcelona ese mismo año. En aquella oportunidad la Asociación
obsequió a Baden-Powell, quien la ubicó en Gilwell Park, una estatua denominada El Toqui.27 En
1935 una delegación participó en un Jamboree en Washington. No se observa en la historia de
esta etapa que ninguno de estos eventos haya marcado alguna huella en la historia de la
Asociación, con excepción de la participación en la primera Conferencia Scout Interamericana
(Bogotá, 1946), que serviría de detonante para la crisis que marca el final de este período.
27
Boletín Scoutivo Nº 59, agosto de 1941, p. 13.
28
El Mercurio, Santiago, varios artículos entre mayo de 1909 y octubre de 1911, en J. Rojas F., op. cit., p. 79.
• Laicismo
Diversos actores, dentro y fuera de la Asociación, reconocían que Baden-Powell incluyó el
desarrollo espiritual y la práctica religiosa como parte esencial del Movimiento, a la vez que
abogaba por una actitud pluralista en lo confesional. Sin embargo, amparados en cierta
autonomía que entendían les habría dado el Fundador para adaptar la práctica scout a la
realidad local, quienes establecieron la Asociación en Chile se apartaron de este aspecto de la
propuesta de Baden-Powell e impulsaron un estilo laicista desde un comienzo, excluyendo la
dimensión religiosa que B-P había considerado esencial. Este aspecto fue, de alguna manera,
sustituido por cierta “ritualidad cívica” en que se manifestaba una devoción casi religiosa a
instituciones seculares (abnegación por la patria, lealtad a las leyes, amor a la familia) que
“han de lucir en el alma de todo scout con la santidad del culto”.32 En la actividad cotidiana se
acentuaba el uso de algunos “ritos de iniciación”, “símbolos secretos” y “simbolismo indígena”
como forma de llenar el espacio que debiera haber ocupado el desarrollo espiritual y la relación
con Dios.
Ante la crítica de autoridades eclesiásticas, la Asociación argumentaba que sus objetivos no
podían estar al servicio de grupos determinados, en rechazo a lo que imaginaba como un
intento de exclusividad confesional de la práctica scout. La resistencia de la Asociación a
establecer el “deber para con Dios” en el texto de la Promesa en conformidad con el original, es
una evidencia clara de la influencia laicista imperante desde el comienzo: “Los ‘Boy-Scouts’
constituyeron un día obra por excelencia masónica. Fueron masones el alma de toda brigada en
la República entera”.33
29
Claridad Nº 41, noviembre de 1921, pp. 3-4.
30
Ejemplos en Boletín Scoutivo Nº 57, junio de 1941, pp. 21-23.
31
Boletín Scoutivo Nº 75, abril-mayo de 1943, p. 13.
32
Boy Scouts de Chile (institución fundada el 21 de mayo de 1909), enero de 1911, p. 6.
33
Luis Navarrete, Gran Maestre, Asamblea Ordinaria de la Gran Logia, mayo de 1918; en Veritas (seudónimo), La
Francmasonería y sus obras en Chile, Santiago, 1920, p. 15.
Este laicismo apartó al Movimiento de las iglesias, que tradicionalmente han cumplido en la
sociedad chilena funciones de agente educador y que en muchos países patrocinan numerosos
Grupos Scouts.
34
Boletín Scoutivo Nº 57, junio de 1941, p. 16.
35
Boletín Scoutivo Nº 63, diciembre de 1941, pp. 11-12.
36
Boletín Scoutivo Nº 58, julio de 1941, p. 7.
37
Asociación de Boy Scouts de Chile, circular Nº 13, 9 de diciembre de 1944.
38
El Diario Ilustrado, Santiago, 27 de julio de 1946.
39
Washington Alarcón, Jefe de Sector, citado en Boletín Scoutivo Nº 72, noviembre de 1942, p. 19.
40
Asociación de Boy Scouts de Chile, Memoria… 1943, pp. 18-19, en J. Rojas F., op. cit., pp. 50 y 101.
41
El Scout. Siempre Listo Nº 1, septiembre de 1919, pp. 1-2, en J. Rojas F., op. cit., p. 69.
42
Boy Scouts de Chile (institución fundada el 21 de mayo de 1909) , enero de 1911, pp. 6-13/37-49.
43
Ministerio del Interior, Decreto Ley 520, 6 de septiembre de 1925.
44
Exploradores de Chile, primera Federación Nacional de Scouts Católicos, Estatutos y reglamentos aprobados por la
Autoridad Eclesiástica, 1931.
45
J. Rojas F., op. cit., p. 46.
46
Asociación de Boy Scouts de Chile, Reunión de presidentes y jefes ejecutivos provinciales celebrada del 18 al 21 de
mayo de 1947, Santiago, Imprenta La Economía, 1947, pp. 43-44.
47
Asociación de Boy Scouts de Chile, Memoria que el presidente del Directorio General de los Boy Scouts presenta a la
Asamblea General, celebrada el 28 de abril de 1934, Santiago, Imprenta y Enc. Pino, 1934, p. 12; también en Boletín
Scoutivo Nº 9, diciembre 1933, p. 2.
48
Asociación de Boy Scouts de Chile, Memoria… 1943, p. 31, en J. Rojas F., op. cit., p. 117.
49
Federación de Exploradores Católicos, Temuco, Nº 1 y 2, julio de 1945.
50
Erasmo Vergara, Nemecio Marabolí y Washington Desport.
51
J. Rojas F., op. cit., pp. 120-121.
52
El Diario Ilustrado, Santiago, septiembre de 1946, en J. Rojas F., op. cit., p. 122.
53
El Diario Ilustrado dio a conocer una versión en español de las palabras de Wilson. La frase en inglés: “a great deal of
feeling”; fue publicada el 28 de septiembre de 1946.
54
La directiva de la corriente disidente estaba formada por el Gral. (R) Víctor Figueroa Vega, Armando Rodríguez
Quezada, Pedro J. Maldonado, Arturo Bustamante, Germán Mateluna y Álvaro Vicencio.
55
El Diario Ilustrado, Santiago, 27 de febrero de 1947, en J. Rojas F., op. cit., p. 126.
2ª etapa: 1949-1970
Desde el primer curso internacional de formación de dirigentes
hasta la constitución de COCEC
(Instituciones paralelas surgen de los conflictos y se hace urgente la unidad)
La formación como herramienta de renovación
En el plano internacional la Conferencia Scout Mundial promovía un modelo de formación de
dirigentes que fuera aplicado de manera estandarizada en todos los países que tenían
Organizaciones Scouts Nacionales miembro. Tal modelo se conocía como “esquema de Gilwell”
en alusión al Centro de Formación cercano a Londres que había establecido Baden-Powell en
1919 y en el cual ese mismo año partiría el sistema de capacitación de la Insignia de Madera.
Hacia 1951 el “esquema” contenía tres niveles de formación, el Curso Pre-Certificado orientado
a los recién llegados a una función de animación, el Curso Preliminar destinado a calificar a
asistentes y responsables de unidad y el Curso de la Insignia de Madera considerado como la
capacitación ideal que debía obtener cada Responsable de Unidad y/o de Grupo. Estos cursos
se impartían de manera diferenciada por cada Rama o grupo de edad y los había también
orientados a Responsables de Grupo y a quienes conducían estructuras territoriales (llamados
“Comisionados”).
56
Guías y Scouts de Chile, Manual del Curso Básico, Sesión Nº 1, Historia…, Documento de apoyo para el conductor de
sesión, Santiago, 1992, p. 10.
57
Blanchette, Guido, Ser uno mismo en la diversidad, Santiago, 2008, p. 5.
Sin embargo, no obstante el interés por parte de dirigentes con espíritu renovador, en general
dirigentes jóvenes, la adopción plena del sistema de formación de la Insignia de Madera y, en
especial la modificación que habría que introducir en la forma de operar el Método Scout en
lógica consecuencia, fue resistida durante buena parte de esta segunda etapa por parte de los
sectores más conservadores de la institución. Es claro que se fue imponiendo progresivamente,
y que produjo un cambio positivo en la organización. Pero durante mucho tiempo ambas
tendencias coexistieron, sin que nunca se lograra la desaparición total de la antigua.
Esto fue vinculando a la Asociación con el desarrollo educativo que había tenido el Movimiento
en el mundo y ayudó a reducir su insuficiencia y espontaneidad metodológica y su tendencia
militarista, descritas como características de la primera etapa, pero no terminó con ninguna de
las dos, las que continuaron resurgiendo de tanto en tanto durante mucho tiempo (más la
primera que la segunda, hay que decirlo), en sectores puntuales, producto de la acción de
dirigentes que retornaban después de largos períodos de ausencia o que manifestaban desidia
en capacitarse para la tarea educativa.
Por ello es que en esta segunda etapa se manifiesta en profundidad la crisis que se había
incubado en el período anterior y que llevaría a profundas divisiones y a la operación de
modelos paralelos de Movimiento Scout.
Si algunos vislumbraban en 1947 una desactivación del conflicto con la inclusión en el texto de
la Promesa de la frase “cumplir mi Deber a Dios”, pronto verían que poco cambiaba en lo
cotidiano, ya que tal “deber” sería considerado por las autoridades de la Asociación como algo
de naturaleza “personal” y de ningún modo objeto de acción en el plano educativo.
Sin embargo, las “brigadas” católicas, y los grupos scouts católicos que en este período
empiezan a crearse con ese nombre, no actuaban concertados y sus reacciones ante la
Asociación dependían de las relaciones personales, de la zona del país en que se actuaba o de
la mayor o menor disciplina respecto del Directorio con que operaban los dirigentes regionales.
Así las cosas, las “brigadas” de los colegios de los Padres Franceses (Sagrados Corazones) y de
los Padres Alemanes (Verbo Divino), que habían recibido el impacto de la Asociación cuando en
1934 declaró “fuera de la ley” a los “Exploradores de Chile” (la primera Federación Nacional de
Scouts Católicos), continuaban operando totalmente al margen de la Asociación pero sin una
coordinación entre ellas. Algo parecido sucedía con experiencias aisladas que tenían lugar en la
zona Sur, como ocurría en la Araucanía y en Magallanes. Un poco diferente era la situación de
los Jesuitas (San Ignacio), Maristas (Champagnat, del Instituto O’Higgins), Mercedarios (San
Pedro Nolasco), Salesianos (Don Bosco) y numerosos grupos parroquiales de la provincia de
Santiago, que en atención a su proximidad, mantenían mayor contacto entre ellos sin constituir
una organización formal. Por último, en la Asociación continuaban algunos grupos pequeños
que seguían las orientaciones del capellán Romo, quien al mismo tiempo que los asistía de
manera incipiente, había tomado la determinación de luchar por el cambio desde dentro de la
Asociación. Como se puede ver, era una situación de disconformidad dispersa, en que cada
Grupo atendía a sus necesidades educativas de la manera que mejor le parecía, sin una
coordinación formal explícita y sin un liderazgo que los aglutinara.
La situación cambia significativamente hacia fines de los años ’40 cuando llega a Chile el
sacerdote belga Roberto Polain Cartier, quien había tenido una activa experiencia scout en su
país. Tras un par de años en Chile Chico, en que realizó animación pastoral y educativa en la
constitución de una colonia de compatriotas suyos, se trasladó a Santiago donde en 1952 fundó
el Colegio Notre Dame en la comuna de Providencia. En este ámbito el Padre Polain desarrolló
una intensa actividad scout sobre la base de su experiencia en la Fédération des Scouts
Catholiques Baden-Powell de Belgique, una de las primeras y de las muy pocas que recibieron
el privilegio del Fundador de poder utilizar su nombre en el de la asociación (1912).58 Mucha de
la actividad del Colegio estaba vinculada al Movimiento Scout: “…el Scoutismo está ligado a la
fundación del Notre Dame y aporta aspectos metodológicos en su expresión de colegio […] la
mayoría de estos jefes scouts eran profesores jefes y por tanto era natural que en los Consejos
semanales de profesores se tratasen temas referidos a las unidades…”59 El P. Polain no tardaría
en promover, desde el Colegio Notre Dame, la coordinación de los grupos scouts católicos,
hasta entonces bastante dispersos. Así, el P. Polain aportó a todos estos grupos el liderazgo y
la unidad metodológica que no les había aportado ni la Asociación ni la literatura traducida en
la que normalmente se apoyaban. Entre 1954 y 1956 su labor fructificó en la Federación de
Scouts Católicos que obtendría su personalidad jurídica en 1960. El primer Jefe Scout Nacional,
por unos meses, fue don Christian Richard, que fue sucedido por don Gonzalo Gutiérrez N.,
principal miembro directivo del Colegio Notre Dame. El P. Polain, no obstante su cargo formal
de Capellán Nacional, se desempeñó como ideólogo, organizador, animador y formador.
58
http://fr.scoutwiki.org/Fédération_des_scouts_catholiques
59
http://www.notredame.cl/index3.htm
Apoyada en el carisma del P. Polain y en los equipos de Notre Dame, a los que se agregaron
innumerables otros dirigentes a lo largo del país, quienes se sentían interpretados por el nuevo
estilo, la Federación no sólo aglutinó a los grupos scouts católicos existentes sino que
estableció otros nuevos, tanto en parroquias como en colegios. En adición a su orientación
espiritual y religiosa, estos grupos constituyeron una corriente renovadora en materia de
conceptos metodológicos y dirigencia joven. Desde su comienzo su característica fue una
estructura simple y flexible, sin vinculación con la Organización Mundial del Movimiento Scout
(OMMS), que sólo reconocía la existencia de la Asociación. La FSC adoptó enfoques educativos
similares a su inspiradora belga y un sistema propio de capacitación de sus dirigentes, bastante
más flexible que el estructurado “esquema” de la Insignia de Madera y por cierto carente de los
estrictos registros sistemáticos que lo caracterizaban en el marco de un modelo que operaba
bajo el control de organismos internacionales.
No obstante lo anterior, en algunas de las “brigadas” de inspiración católica que venían de los
años ’30 y ’40, coexistía una actividad pastoral inspirada en organizaciones de scouts católicos
de países europeos con formas de aplicar el método que habían caracterizado a la Asociación
de Boy Scouts. Es así como grupos de los colegios Salesianos y del San Pedro Nolasco eran
reconocibles por su formalidad, disciplina y rigidez. Por ello es que la FSC no sólo coordinó
pastoralmente a los grupos scouts católicos sino que les entregó también una unidad en lo
metodológico.
En 1962 la Federación instaló una sede institucional fuera del Colegio Notre Dame y se vinculó
de manera internacional, particularmente con la Conferencia Internacional de Escultismo
Católico (tal era entonces el nombre de la CICE), que en la época se vinculaba tanto con
asociaciones católicas en el marco de Organizaciones Scouts Nacionales de la OMMS, como con
otros agrupamientos de scouts católicos no inscritos en dicha organización. Desarrolló un
sistema de obtención de fondos con base en fuentes nacionales y extranjeras, un incipiente
servicio de dirigentes remunerados, publicó manuales y otros materiales educativos, además
de la revista Signo que comenzó a aparecer en 1966. Hacia mediados de los años ’60 enviaba
delegados a encuentros mundiales de la CICE en Europa y, en el plano nacional, su acción se
inscribía entre las actividades pastorales de la Iglesia Católica, con la cual intensificó sus
vínculos formales. En 1965 Gerardo González Erba fue elegido Jefe Scout Nacional e inició la
expansión de la FSC, la que a mediados de 1966 contaba con algo más de 5.000 miembros. En
1969 Cristián Urzúa sucedió a Gerardo González en el cargo de Jefe Scout Nacional y su
principal labor consistió en ampliar la acción de la Federación a todo el país, llegando en 1970 a
superar los 10.000 miembros.
Desde la autoridad eclesiástica, concordando con las perspectivas de la época, se veía como
peligrosa “la admisión del elemento femenino”: “¿Es posible que a cincuenta niñas de 12 a 16
años se les den por compañeros de excursión, por montes y quebradas y vericuetos, adonde no
puede penetrar la mirada de sus directores, a doscientos muchachos de la misma edad, y a
quienes se les ha formado o se les está formando el corazón alejado del temor de Dios, sin
nociones de moral, sin rastros de amor al prójimo, sin respeto a nada ni a nadie?”. Así, se
llamaba a padres y madres a medir la “profundidad del abismo a que ellos mismos lanzan a sus
propias hijas”. Y, no obstante la existencia de “brigadas de boy-scouts católicos”, se
desalentaba con firmeza la participación de niñas en tales organizaciones.61
Hacia 1938 la crítica continuaba y la Asociación defendía el papel que ocupaban niñas y
mujeres en el Movimiento mediante alusiones a la Iglesia en su mención a “añejos prejuicios
que esclavizan aún a respetables Instituciones que persiguen fines morales” y destacaba que la
participación femenina acentuaba el “mutuo respeto y cortesía, que aviva la emulación y
modera las costumbres”.62
De hecho, en la Asociación había cierta idea de sostener una postura avanzada: “…la práctica
del guidismo […] las hace aptas para luchar en la vida al lado de su compañero natural. La vida
de campo las fortifica y las robustece, preparándolas para su noble misión; la práctica de la
higiene, la natación y los demás deportes propios de su sexo, las hace fuertes y dignas del
compañero que más tarde compartirá con ellas la vida. Madres sanas de cuerpo y de espíritu y
abnegadas necesita nuestro país…”.63 Pero, como se puede ver en el mismo texto citado, en la
práctica cotidiana la orientación dada a las unidades de niñas enfatizaba el papel social de la
mujer que predominaba en la época: “…se dedican a labores propias de su sexo: atención de
enfermos, aseo de un hogar, etc.”.64 Y tras algunos años “…formar de la niña una mujer de
carácter y un modelo de esposa y de madre”.65
Pero había voces que proponían una formación más variada. Victoria Caviedes, por ejemplo,
sugería incluir para las “brownies” (nombre que entonces se daba a las niñas de 7 a 10 años),
nociones de electricidad, astronomía, fotografía y fabricación de muebles.66 El boletín
institucional incluía en sus sucesivas ediciones el contenido de la reglamentación específica
para el adelanto progresivo de las niñas.
De todos modos, hacia 1945 se reconocía que “Los trabajos de las girl-guides no están todavía
bien orientados, cada día se trabaja para darles una verdadera orientación”.67 Y esto se
reflejaba en que la estructura e integración de la Asociación continuaba siendo
predominantemente masculina. En 1928, con más de 13.000 miembros, alrededor de 3.250
eran guías; en 1943, entre más de 18.000 integrantes, 4.470 eran mujeres. Similar razón
mostraba el número de unidades femeninas respecto del total de “brigadas”. La proporción
seguía siendo de un 25% no obstante los esfuerzos desplegados.
60
El Scout. Siempre Listo Nº 4, 15 de diciembre de 1913, p. 8. En J. Rojas F., op. cit., p. 27.
61
Veritas (seudónimo), La Francmasonería y sus obras en Chile, Santiago, 1920, pp. 14-15 y 33.
62
Boletín Scoutivo Nº 39, noviembre de 1938, p. 2. En J. Rojas F., op. cit., p. 97.
63
Boletín Scoutivo Nº 1, abril de 1933, p. 1. En J. Rojas F., op. cit., p. 97.
64
El Mercurio, Santiago, 24 de noviembre de 1913. En J. Rojas F., op. cit., p. 96.
65
José Porras Castillo, El Scoutismo, Santiago, 1925, pp. 59-61.
66
Boletín Scoutivo Nº 61, octubre de 1941, pp. 15-16.
67
Boy Scouts de Chile, Reglamento Escuela de Comandantes, Santiago, 1945, pp. 19-20.
68
Asociación de Boy Scouts de Chile, Memorias… 1945-1947, pp. 14-15, 41-42, 45-46. En J. Rojas F., op. cit., p. 56.
69
Fogata Nº 109, 110, 113, 114, 115, junio-julio y octubre a diciembre de 1952. En J. Rojas F., op. cit., p. 57.
70
El Mercurio, Santiago, 17 de junio de 1953. En J. Rojas F., op. cit., p. 57.
De todos modos, había esfuerzos por intentar una recuperación, si bien ellos se mantenían
dentro de los modelos que se habían usado por décadas. En 1964 una circular del Director de
Educación Primaria y Normal don Luis Moll Briones, promovía la formación de Grupos (o
patrullas) de Scouts y de Guías en escuelas urbanas y rurales, suministraba locales para
talleres, almacenes, gimnasios y todo lo que contribuyera a las “especialidades vocacionales”,
facilitaba la labor de profesores (el tiempo utilizado en actividades oficiales de la Asociación
sería considerado tiempo de servicio hasta 6 de las 30 horas semanales; habría anotación de
mérito por 5 años de servicio como dirigentes), divulgaba el Movimiento en ámbitos escolares e
incorporaba al programa de “moral social” el “decálogo del scout” (el texto de la Ley).72
En la dirección contraria, había quejas de que la Tienda Scout vendía “muchos elementos de
banda de música y muy poco de Escultismo. De literatura scout no hay prácticamente
nada…”.73
Hacia mediados de la década del ’60 los dirigentes de enfoque renovador comenzaron a
constituir una corriente interna, que ante la persistencia de las autoridades de la Junta
Ejecutiva Nacional de excluirlos de la dirección efectiva del Movimiento en el plano institucional,
en pocos años se convertiría en el Movimiento de Reforma Scout, como se explica más
adelante, que llegaría a separarse de hecho de la Asociación y a operar en forma paralela.74
Así las cosas, el Consejo Interamericano de Escultismo procuró estimular una unificación del
Movimiento Scout en Chile y envió como mediador a un dirigente scout brasileño, el
contralmirante (luego vicealmirante) José de Araujo Filho. La Oficina Scout Mundial, por su
parte, elaboró en 1965 un “proyecto de unión” con la participación del mayor general Daniel
Spry (Director de la Oficina), de Salvador Fernández B. (Comisionado Ejecutivo Regional) y de
Gonzalo Gutiérrez, por entonces Coordinador de la CICE para América Latina.75
71
Armando Salas Martínez, Documento probatorio Nº 2, Santiago, 1969, Archivo relaciones entre Chile y Oficina Scout
Interamericana.
72
Dirección de Instrucción Primaria y Normal, Circular Nº 45, Santiago, 21 de mayo de 1964.
73
Proyecto de Asistencia Técnica a Chile, documento de análisis, México, 1967, p. de notas complementarias.
74
Armando Salas Martínez, Documento probatorio Nº 4, Santiago, 1969, Archivo relaciones entre Chile y Oficina Scout
Interamericana.
75
Proyecto de Asistencia Técnica a Chile, documento de análisis, México, 1967, p. 2.
La labor de Salas fue considerada exitosa por muchos de los actores nacionales que
interactuaron con él y fueron testigos de los resultados que impulsó: adopción de una política
religiosa, obtención de recursos de empresas y del Estado, fuerte dinamismo en la
capacitación. Además de la asistencia específica a la Asociación –y como parte del plan de
trabajo acordado- estableció cordiales relaciones con la jerarquía de la Iglesia Católica, en
particular con el entonces obispo auxiliar de Concepción Mons. Carlos Oviedo C. (quien
posteriormente sería cardenal arzobispo de Santiago) y con el obispo de Valdivia y en la época
Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, Mons. José Manuel Santos Ascarza.79
76
Interamerican Scout Committee, Plan 1966-1969 for promoting democratic training of Latin American youth and child
through Scouting, México 1966.
77
Consejo Interamericano de Escultismo, Plan 1966-1969, Programa A, Resolución de problemas que afectan al
Movimiento Scout en Chile, Argentina y Uruguay, México 1966.
78
Consejo Interamericano de Escultismo, Plan de Trabajo para el Proyecto de Asistencia Técnica, Santiago, 1968.
79
Cartas de Mons. C. Oviedo y Mons. J. M. Santos a Armando Salas, Concepción y Valdivia, marzo-abril 1969.
Por su parte, el CIE, que al mismo tiempo sesionaba en Paraguay del 5 al 8 de marzo, conoció
los hechos y respaldó a Salas a quien encomendó la misión de “realizar un estudio sobre el
terreno para verificar la efectividad de la aplicación de los Principios y Programas del
Movimiento Scout por parte de la Asociación Nacional de Boy Scouts de Chile”.83 El Presidente
del CIE, Gilbert R. Pirrung (de los EUA), señalaba en carta a Salas que se estudiaría
nuevamente el asunto con ocasión de la Conferencia Scout Mundial en Helsinki, el 22 de agosto
de ese mismo año. Desde Ginebra la Oficina Scout Mundial también respaldaba a Salas.
Con la toma de la casa scout el Movimiento de Reforma Scout afirmó la ruptura con la
Asociación y se apartó de la misma para operar en forma paralela. Esto acercó aún más a los
renovadores con Armando Salas y acentuó la distancia con el Presidente de la época J. Martínez
Camps y con el Jefe Scout Nacional José Pavez Orellana. El 6 de junio Salas emitía un informe
en el que proponía la forma en que pudiera estar integrado un “Consejo Coordinador del
Escultismo en Chile”, que se sugería paritario entre la Asociación, el Movimiento de Reforma y
la Federación de Scouts Católicos.84 Del 18 al 20 de junio visitaron Chile el presidente y el
vicepresidente del CIE, G. Pirrung y Nahím Isaías Barquet (del Ecuador), con el objeto de
entrevistar a dirigentes de las diferentes partes y de reunir antecedentes para el estudio del
caso.
80
Carta de Julio Tobón de Páramo, Asesor del C.I.E., Bogotá, 10 de abril de 1969, citando a Juan Martínez Camps.
81
Cartas de Armando Salas a Humberto Pasos, Santiago, 20 y 21 de febrero de 1969. Circular Nº 519 de J. Martínez
Camps y J. Pavez O., Santiago, 3 de marzo de 1969.
82
Carta de Carlos Baeza Gajardo a Armando Salas, Santiago, abril de 1969.
83
Consejo Interamericano de Escultismo, Acta de la sesión celebrada en Paraguay del 5 al 8 de marzo de 1969.
84
Carta de A. Salas a H. Pasos, Santiago, 6 de junio de 1969.
85
A. Salas M., Estudio para la creación de una nueva organización Scout en Chile, Memo a H. Pasos, julio de 1969.
Una comisión formada por el Secretario General Laszlo Nagy, el miembro del Comité Scout
Mundial Elías Mendoza (del Perú) y el miembro del CIE Luis Esteban Palacios (de Venezuela)
debía dar seguimiento al caso. Esto se realizó sólo por correspondencia hasta noviembre de
1970, fecha en que L. E. Palacios y E. Mendoza visitarían Chile para obtener algún tipo de
acuerdo. En tanto, la rigidez de la Asociación había acercado las posiciones del MRS y de la FSC
quienes respondieron a la invitación de Palacios y de Mendoza. Tras diversas reuniones los días
sábado 28, domingo 29 y lunes 30, la Asociación primero no aceptó la presencia de dirigentes
del MRS en la mesa de discusión, pero tras una gestión de E. Mendoza accedió a participar. A
último momento el presidente Sr. Martínez Camps intentaría que el MRS desistiera de
concurrir, y al no lograrlo marginó a la Asociación del diálogo. Es así como el 1º de diciembre
de 1970 se acordó conformar la Comisión Coordinadora del Escultismo Chileno (COCEC) con el
propósito de llevar a cabo la unidad. Inicialmente la compusieron por el MRS Lutgarda Osorio y
Hernán Tobar Barra, y por la FSC Cristián Urzúa Pérez (JSN) y Gerardo González Erba
(Comisionado Internacional).86 La decisión, apoyada por los representantes designados por el
Comité Scout Mundial, va a demostrarse muy exitosa en los próximos años.
3ª etapa: 1970-1984
Desde la constitución de COCEC hasta el Congreso Guía y Scout de 1984
(Los procesos de unidad y sus primeros resultados)
Un nuevo escenario
En las numerosas reuniones de COCEC celebradas en 1971 y 1972 participaban indistintamente
por el Movimiento de Reforma Scout Lutgarda Osorio, Hernán Tobar, Ricardo Moya, Carlos
Baeza, Gastón Pérez y René Gómez; mientras que por la Federación de Scouts Católicos lo
hacían Cristián Urzúa, Jorge Gray, Jorge Correa y Gerardo González. Este último fue designado
Secretario General en enero de 1971, posición que mantuvo durante todo el proceso de unidad.
La constitución de COCEC tuvo el principal efecto de inaugurar para los antiguos grupos
disidentes (Movimiento de Reforma Scout y Federación de Scouts Católicos) un canal de
comunicación internacional del cual no habían dispuesto hasta ese momento, lo que les
permitió dar a conocer sus puntos de vista ante los organismos internacionales y las demás
asociaciones scouts.87
86
Acta de la reunión celebrada en Santiago de Chile el primero de diciembre de 1970.
87
Actas de COCEC, enero y febrero de 1971. Cartas de H. Pasos, S. Fernández y E. Mendoza, febrero-abril de 1971.
De hecho, entre abril y mayo de 1971, Salvador Fernández, Secretario General Adjunto, desde
la Oficina Scout Mundial, mediante cartas al Comisionado Internacional de la Asociación
Georges Cauty, procuró convencer a la Junta Ejecutiva Nacional de la importancia de una visita
del Secretario General Laszlo Nagy antes de la Conferencia Mundial para intentar el logro de
algún acuerdo que evitara que en Tokio se adoptara una medida contraria a la Asociación. Sin
embargo, la Asociación rechazó la visita pues no consideraba conveniente dialogar “con grupos
ajenos a la institución” en referencia clara al MRS y a la FSC.88 Lo que podría haber sido una
oportunidad, aún siguiendo caminos diferentes a los trazados hasta ese momento, los propios
dirigentes de la Asociación la desperdiciaban.
Así la Asociación no pudo exhibir una solución a los problemas que habían causado su
suspensión en 1969, por lo cual en agosto de 1971 la Conferencia Scout Mundial reunida en
Tokio no tuvo otra alternativa que poner término a su condición de miembro de la OMMS, es
decir, determinó su expulsión formal del Movimiento.89
88
Cartas de S. Fernández a G. Cauty y a COCEC, de L. E. Palacios a H. Pasos, de H. Pasos a L. Nagy y a L. E. Palacios,
y de L. Nagy a H. Pasos, abril y mayo de 1971.
89
XXIII Conferencia Scout Mundial, Acuerdo 10/71 ‘Chile’. El texto del acuerdo solicita al Comité Scout Mundial valerse
de los servicios del Comité Scout Interamericano, individual y colectivamente, para redoblar sus esfuerzos de modo
que se estableciese en Chile una Organización Scout conforme a los principios de la Conferencia Scout Mundial.
Con base en esos acuerdos básicos, el 20 de noviembre de 1972, en los salones del antiguo
Hotel Crillón de Santiago, se procedió a la firma del Documento Preliminar de Unidad, que dio
inicio a un proceso que culminó en noviembre de 1974, poniendo término a muchos años de
separación y conflictos. 90 La unidad se debe a mucha gente, pero los testimonios históricos
apuntan especialmente a algunos: Armando Salas, quien en 1968 dio a conocer ante los
organismos internacionales la real situación interna, despertando la duda en la dirigencia
internacional sobre la forma en que habían actuado hasta ese momento; Luis Esteban Palacios,
miembro del Comité Scout Interamericano, quien defendió hasta el final la estrategia de dar
representatividad y reconocimiento a COCEC; a los miembros de COCEC, encabezados por
Gerardo González, que condujeron el proceso y supieron hacer bajar la guardia a la Asociación
tendiéndole una mano a sus nuevos dirigentes en un momento en que éstos parecían no
encontrar salida; Armando Ortiz Ramírez, quien puso todo su prestigio al servicio del proceso
de unidad hasta las últimas consecuencias; Antolín Miqueles, quien fue el artífice de la
sorprendente reunión de los directivos de COCEC con la Junta Ejecutiva, abriendo las puertas al
diálogo.
90
Programa de Unidad de los Scouts de Chile, Documento Preliminar y Proyecto de Unidad, Santiago, 1973.
91
Programa de Unidad de los Scouts de Chile, Documento Preliminar y Proyecto de Unidad, Santiago, 1973, p. 7.
92
Programa de Unidad…, op. cit., pp. 8 y 9.
93
Programa de Unidad…, op. cit., pp. 9 y 10.
El Proyecto de Unidad
Al Documento de Unidad, suscrito en noviembre de 1972, le sucedió con rapidez el Proyecto de
Unidad, el que fue aprobado por las Asambleas Nacionales de la Asociación de Boy Scouts y de
la Federación de Scouts Católicos los días domingo 14 y sábado 27 de enero de 1973,
respectivamente. Aprobado de esa forma, el 10 de mayo de 1973 fue suscrito en la sede de la
Asociación en calle Serrano 240, Santiago. Concurrieron a su firma Armando Ortiz Ramírez,
Presidente de la Asociación de Boy Scouts de Chile; Germán Aburto Spitzer, Presidente y Jefe
Scout Nacional de la Federación de Scouts Católicos; y Gerardo González Erba, Secretario
General de COCEC.
En medio del proceso anterior, en julio de 1973, la Conferencia Scout Mundial –en presencia de
la delegación de Chile- acordó por unanimidad instruir “al Comité Scout Mundial finalizar
procedimientos restableciendo reconocimiento internacional a escultismo chileno en vista
resultados logrados en esfuerzos de integración”.95 Como indicaba expresamente el Proyecto de
Unidad, tal reconocimiento estaba condicionado a la firma del documento definitivo, lo que
debía hacerse a más tardar el 31 de diciembre de 1973.
Por su parte, a partir de agosto de 1973 COCEC redactó los nuevos reglamentos de la
Asociación y los presentó a los órganos de gobierno de la ABSCh y de la FSC para su análisis
pormenorizado en cada una de las dos organizaciones.
Carta a Antonio Delgado, Presidente del Comité Scout Mundial, en nombre de ABSCh, FSC y COCEC, abril de 1973.
94
Telegrama de Antonio Delgado, Presidente, 24ª Conferencia Scout Mundial a Salvador Allende, Presidente de la
95
República de Chile, 21 de julio de 1973. También, XXIV Conferencia Scout Mundial, Acuerdo 3/73 ‘Chile’.
El Consejo Nacional Provisorio estuvo integrado por dirigentes que provenían de los tres
sectores que habían “construido” la unidad: Presidente Nacional, Armando Ortiz R.; Jefe Scout
Nacional, Germán Aburto S.; Secretario Nacional, Gerardo González E.; Comisionado
Internacional, Georges Cauty L.; Comisionado Nacional de Finanzas, Hernán Tobar B.;
Comisionado Nacional de Difusión, Juan Ugalde; Comisionado Nacional de Método, Graham
Williams; Comisionado Nacional de Lobatos, Edgar Hernández; Comisionado Nacional de
Scouts, Vicente Canet S.; Comisionado Nacional de Ruta, Fermín Pereira. Los acompañaban
representantes de las Regiones Norte, Centro y Sur.
Los nuevos reglamentos elaborados por COCEC y analizados en los órganos de gobierno de la
ABSCh y de la FSC, que continuaban vigentes, fueron sometidos a discusión y aprobación por
parte de ambas Asambleas Nacionales: en enero de 1974 lo hizo la FSC y en abril del mismo
año la ABSCh. A continuación, una comisión de 10 personas (3 nombradas por la Asamblea de
la Asociación, 3 por la Asamblea de la Federación y 4 por el Consejo Nacional Provisorio)
compatibilizó las modificaciones introducidas por las asambleas al Reglamento y editó su texto.
Tal como se había acordado, el Consejo Nacional Provisorio rigió desde la publicación del
Decreto Supremo de aprobación del nuevo Estatuto y hasta la realización de la Asamblea
Nacional Ordinaria de la asociación ya unificada en noviembre de 1974. Entre tanto, la ABSCh
continuó dirigida por su Junta Ejecutiva Nacional y el Consejo Nacional de la FSC continuó
operando hasta la integración total de la FSC en la Asociación, tanto en miembros como en
bienes.
Todo 1974 fue el año de integración de las estructuras territoriales: Distritos y Zonas. De esta
manera se alcanzaba un registro único de los integrantes de la Asociación de Scouts de Chile.
El último Distrito que se constituyó fue Villarrica, que conformado enteramente por Grupos
Scouts católicos pertenecientes al antiguo Vicariato Apostólico de la Araucanía, se resistieron
hasta el final. Pero una vez decididos fueron los primeros.98
96
Testimonio de Gerardo González en entrevista con el autor, abril de 2010.
97
Asociación de Scouts de Chile, Secretaría Nacional, Circular Nº 1/74, Programa de Unidad del Escultismo Chileno,
Documento Definitivo, Convenio suscrito entre la Asociación de Boy Scouts y la Federación de Scouts Católicos.
98
Testimonio de Gerardo González en entrevista aludida.
El padre Roberto Polain, quien había impulsado la Federación de Scouts Católicos y le había
trasmitido el estilo que ésta aportó al proceso de unidad, falleció en 1978, cuando el
Movimiento ya había alcanzado su unidad plena en el país.
1) Los efectos transformantes, que de un modo general pueden resumirse en los siguientes:100
99
Carta de Hernán Tobar a Boris Ricci Valle, 13 de julio de 1976.
100
Guías y Scouts de Chile, Manual del Curso Básico, Sesión Nº 1, Historia…, Documento de apoyo para el conductor de
sesión, Santiago, 1992, p. 14.
101
Programa de Unidad de los Scouts de Chile, Documento Preliminar y Proyecto de Unidad, Santiago, 1973, pp. 35-38
y 44-47. Elementos en: Asociación de Scouts de Chile y Asociación de Guías de Chile, Documento de Unidad, mayo de
1977, pp. 1-3 y 5. También: Guías y Scouts de Chile, Manual del Curso Básico, Sesión Nº 1, Historia…, Documento de
apoyo para el conductor de sesión, Santiago, 1992, p. 15-16.
Programa de Unidad de los Scouts de Chile, Documento Preliminar y Proyecto de Unidad, Santiago, 1973, pp. 50-51,
102
58-59 y 62-63. Elementos en: Asociación de Scouts de Chile y Asociación de Guías de Chile, Documento de Unidad,
mayo de 1977, pp. 3-6. También: Guías y Scouts de Chile, Manual del Curso Básico, Sesión Nº 1, Historia…,
Documento de apoyo para el conductor de sesión, Santiago, 1992, p. 16-18.
Más allá de estos cambios formales, el primer énfasis de fondo estuvo puesto en la formación
de dirigentes. Al mismo tiempo que se diagnosticaba y se nivelaba la formación alcanzada por
los dirigentes durante la aplicación de los dos sistemas anteriores, el equipo nacional trataba de
construir un esquema unificado y obtener para ese esquema la aprobación de los organismos
scouts internacionales, particularmente de la llamada Comisión Interamericana de
Adiestramiento, como era la política internacional de la época.
Durante los años 1975 y 1976 el proceso anterior enfrentó dificultades, especialmente
originadas por el desencuentro entre la rigidez de los dirigentes regionales y la diversidad
interna de la nueva Asociación. Las dificultades cesarían con la aprobación de la nueva política
mundial sobre formación en la 26ª Conferencia Mundial celebrada en Montreal, Canadá, en julio
de 1977: a partir de entonces cada Organización Scout Nacional miembro tendría plena
autonomía para diseñar, desarrollar y aplicar sus sistemas de formación de dirigentes.103
103
XXVI Conferencia Scout Mundial, Acuerdo 15/77 ‘Formación de Formadores’.
Un factor que hizo confiable la transparencia de la nueva asociación consistió en sincerar las
cifras de miembros, las que generalmente se abultaban por razones de competencia. En 1975
la Asociación contaba con 21.662 integrantes reales.104 La crisis de la década de los ’60 había
afectado al Movimiento a tal punto, que había crecido sólo 14% en 20 años, lo que era inferior
al crecimiento de la población.
Otro elemento que parece haber contribuido a dar sentido de pertenencia fue la moderada
solvencia financiera alcanzada por la Asociación, la que junto a recursos internos se fortalecía
con apoyos internacionales provenientes de la Oficina Scout Mundial, de asociaciones scouts de
países desarrollados y de fundaciones extranjeras, especialmente europeas, todas las cuales
miraban con simpatía los nuevos vientos aportados por el proceso de unidad. Esto permitía al
equipo nacional contribuir a subvencionar cursos y eventos, lo que aumentaba las posibilidades
de participar.
Para conseguir los apoyos provenientes de fuera del país era preciso hacer acto de presencia
en los eventos internacionales. En agosto de 1975 la Asociación participó en el 14º Jamboree
Mundial en Noruega y en la 25ª Conferencia Mundial en Dinamarca. Igual cosa hizo en 1977 en
la 26ª Conferencia Scout Mundial de Canadá. El 7 de mayo de 1975 Gerardo González era
invitado a integrarse al Consejo Interamericano de Escultismo, con mandato hasta la
Conferencia Interamericana que se realizó en México, en agosto de 1976.105 En febrero de
1977 la Oficina Scout Mundial, Región Interamericana, determinó que Chile sería sede del
Ejecutivo de Cooperación Técnica para el Cono Sur, función para que la cual designó al mismo
Gerardo González, quien se desempeñó en esa tarea hasta junio de 1979.
A comienzos de 1977, Juan Palacios Albornoz fue elegido como Jefe Scout Nacional, quedando
bajo su dirección la tarea de ampliar el proceso de unidad a las guías.
104
Censo al 31 de diciembre de 1975, enviado a la Oficina Scout Mundial.
105
Carta de Boris Ricci, Comisionado Ejecutivo Regional (Oficina Interamericana) a Georges Cauty, 7 de mayo de 1975.
En tanto, las unidades femeninas que había en la Asociación de Boy Scouts rehusaron salir de
ella con motivo del programa de unidad y no se integraron en la Asociación de Guías de Chile.
Por ese motivo la Asociación de Scouts de Chile se compuso por una muy amplia mayoría de
integrantes varones más una pequeña cantidad de unidades femeninas, lo cual obligó a crear
las subcomisiones de Alitas y de Guías a la vez que se definió que no habría unidades mixtas.
El proceso siguió durante el año 1977 con la discusión y aprobación del texto definitivo del
Estatuto y del Reglamento de la nueva organización fusionada en las asambleas nacionales
extraordinarias de ambas organizaciones que sesionaron por separado, lo cual fue realizado en
la Casa de Jornadas San Francisco Javier los días 23 y 24 de septiembre de 1977.107
106
Asociación de Scouts de Chile y Asociación de Guías de Chile, Documento de Unidad, mayo de 1977.
Guías y Scouts de Chile, Estatutos y Reglamento, aprobados por el Ministerio de Justicia mediante Decreto Nº 13 del
107
4 de enero de 1980, edición de 1983, Taller de Comunicación Scout, Sazié 1825, Santiago.
En el plano regional se activaron las reuniones de Jefes Scouts Nacionales del Cono Sur con
fuerte impulso de parte de la asociación chilena para generar intercambios y coordinar
actividades conjuntas para jóvenes y para adultos. También en el ámbito internacional, en
1978 el padre Guido Blanchette recibía la invitación para integrarse a la Subcomisión
Interamericana de Adiestramiento, con mandato hasta la Conferencia Interamericana de
1980.109
108
No obstante un ensayo en los años ’90 por adoptar un emblema de diseño más moderno, nunca se ha modificado
formalmente el original que ya lleva 32 años de utilización.
109
Carta de Gale F. Johnston, Jr., presidente del CIE, a Guido Blanchette, 9 de octubre de 1978.
Del 10 al 19 de octubre 1980 Chile fue sede de la 12ª Conferencia Scout Interamericana y de
diversos seminarios y talleres realizados simultáneamente, los que tuvieron lugar en la
entonces Feria Internacional de Santiago (FISA). En 1982 se realizó un nuevo Jamboree
Nacional, el primero tras la unidad entre Guías y Scouts, esta vez en Peñuelas, con notable
participación de delegaciones de asociaciones de países cercanos.
No debe olvidarse la situación política que se vivía en Chile en esos años, el golpe militar de
1973 había suspendido la vida democrática no sólo en las estructuras de gobierno del Estado
nacional y municipal, sino que la elección libre de autoridades fue suprimida en una variedad
de instituciones de la sociedad civil mediante intervenciones de parte de los mandos militares.
Sin embargo la Asociación, aunque observada por los organismos de seguridad, no tuvo que
sufrir intervención y operó de manera democrática en los niveles de Grupo, de Distrito y
nacional al punto que un número considerable de jóvenes veía en ella un espacio de
participación que difícilmente encontraba en otros ámbitos.
Los esfuerzos en todos los planos lograron un crecimiento moderado y el informe de 1983
revelaría la existencia de 29.857 miembros, un 38% de incremento en 8 años.112
110
El volumen de las operaciones del Departamento de Proyectos hizo necesario arrendar una propiedad en calle Sazié
Nº 1825, en la cual funcionaban sus oficinas, el taller de confección de uniformes, las bodegas y los sistemas de
despacho de las campañas institucionales.
111
Guías y Scouts de Chile, Ediciones de Extensión, Cantos para todos, primera edición, 1983. Presentación firmada por
Marta Stefanowsky Bandyra, Jefa del Departamento de Educación Extraescolar y Delegada Nacional del Canal Escolar.
112
Censo al 31 de diciembre de 1983 enviado a la Oficina Scout Mundial.
113
Es interesante cotejar lo que la Agrupación de Boy Scouts dice de sí misma y de las razones por las cuales se
estableció en los ’80. Su sitio en Internet <www.boyscouts.cl> contiene detalles de la historia del Movimiento en Chile
durante sus primeros años. Un signo del bajo poder de convocatoria de esta organización es que para comienzos de
2010 anunciaba un “Jamboree del Centenario” con una expectativa de participación de 2.500 jóvenes y adultos.
114
Paula Peláez llegó sin vinculación personal o familiar al Movimiento y desde un principio se incorporó a múltiples
actividades institucionales incluyendo la formación de dirigentes. Aportó su notable prestigio en la comunidad y su
servicio a la Asociación y al Movimiento se extendió por muchos años más allá de su presidencia.
Guías y Scouts de Chile, El abierto futuro, Conclusiones y principales exposiciones del Congreso Guía y Scout,
115
Examinados a 26 años de distancia, los contenidos del Congreso nos hablan de un Movimiento
que procuraba centrarse en los jóvenes y no en sí mismo. El espíritu de anticipación que
animaba a los participantes y a los dirigentes de la época, se reflejó finalmente en la
“Declaración de las Guías y de los Scouts de Argentina, Bolivia, Chile y Uruguay”, que fue
emitida por el Congreso a su término, el 21 de mayo de 1984:
“Nuestro Movimiento es un mensaje de paz para los jóvenes y los hombres de todo el mundo.
No vamos contra nadie. Creemos en la fuerza transformadora del amor, y lo ofrecemos a todos
sin reparar en el color de su piel, en su idioma, en su credo, en su condición social o en su
opción política. Aprovechando esta ocasión, y en la proximidad del Año Internacional de la
Juventud, les invitamos a optar por la paz. La paz tiene más héroes que la guerra. Por eso la
paz fascina y atrae a las almas grandes. Dominar por la fuerza es una tentación fácil en la que
han caído los débiles desde los albores de la humanidad. La paz la construyen los generosos,
los capaces de extraer de su propia vida lo que hace falta para la vida de los demás.”117
4ª etapa: 1984-1993
Desde el Congreso Scout de 1984 hasta la obtención del Jamboree Scout Mundial
(El desarrollo como resultado de la consolidación de una nueva visión)
Con un gobierno autoritario en el país, que en 1984 llevaba en el poder más de una década, el
Congreso constituyó una fuerza inspiradora que recorrió toda la Asociación y que la hizo muy
atractiva para jóvenes, padres y educadores, especialmente en los niveles locales, donde
operan los Grupos Guías y Scouts, corazón de la aplicación del método y de la vida del
Movimiento. Los cambios se sucedieron con rapidez.
117
Declaración del Congreso de 1984, en documento citado.
118
Guías y Scouts de Chile, Estatutos aprobados por la Asamblea Nacional Extraordinaria, realizada en La Leonera,
comuna de Codegua, el 31 de marzo de 1985; y por el Ministerio de Justicia mediante Decreto Nº 385, de 13 de abril
de 1987, publicados en el Diario Oficial el 16 de mayo de 1987.
119
Guías y Scouts de Chile, Ediciones de Extensión, Drogas, un juego mortal, elaborado por P. Cardemil, L. F. Fantini, P.
Criado, P. Peláez, D. Asún, A. Infante; en cooperación con la Universidad Diego Portales y la Junta Nacional de Auxilio
Escolar y Becas, octubre de 1993.
La planificación estratégica
Ante los resultados obtenidos por el proceso de formación, surgió la necesidad de que los
dirigentes tomaran conciencia de las numerosas posibilidades educativas que ofrece un Grupo
Scout y de ese modo valoraran la necesidad de ampliar su formación personal y su capacitación
para la tarea. Con ese propósito se diseñó un instrumento denominado “Hagamos un Plan de
Grupo”, que planteaba parámetros de desarrollo de un Grupo Guía y Scout en 6 diferentes
áreas estratégicas: valores, programa de jóvenes, recursos humanos, gestión institucional,
recursos financieros y crecimiento. El proceso de elaboración y aprobación de este instrumento,
que tuvo lugar entre junio y agosto de 1991, constituyó una interesante experiencia de
participación en la que intervino el equipo central, los equipos territoriales y parte del personal
de la Oficina Scout Interamericana, que aún tenía su sede en San José de Costa Rica.
Este instrumento fue publicado en octubre de 1991, en edición conjunta entre Guías y Scouts
de Chile y la Oficina Scout Interamericana. Tan pronto fue publicada esta herramienta no sólo
recorrió la Región Interamericana, sino que se tradujo y adoptó en países europeos, de modo
que conoció ediciones en español, inglés, portugués, francés e italiano. En noviembre del
mismo año, con ocasión de una reunión de responsables de comisiones del Comité Scout
Interamericano realizada en Viña del Mar, se comenzó a preparar el instrumento “Y ahora, el
Plan de Distrito” cuya edición definitiva fue tarea de la Oficina Interamericana, pero que
igualmente para su elaboración contó con el apoyo de Guías y Scouts de Chile.121 El proceso dio
origen a tres instrumentos de planificación, ya que poco más de un año después se publicó
“Todos con el Plan Nacional”, documento que cerraba el ciclo.
Estos instrumentos, especialmente el primero, tuvieron una aceptación inicial sin precedentes y
generaron un proceso de planificación participativa a todos los niveles, pero progresivamente la
motivación y el apoyo se redujeron y el interés fue disminuyendo. Puede que “Hagamos un
Plan de Grupo” haya sido un instrumento demasiado completo para una organización de
voluntarios no habituados a planificar, pero la falla parece haber residido en la cultura
institucional: falta de hábito en la base y de apoyo por parte de la dirección. Esta última cambió
a pocos meses de la partida del sistema y tuvo otra actitud y propuestas ante la iniciativa.
En todo caso, si bien el proceso no tuvo los resultados previstos desde la perspectiva de la
planificación, el manejo de los instrumentos produjo un efecto pedagógico apreciable sobre la
comprensión de los dirigentes en torno a todo lo que un Grupo Scout podía llegar a ser, lo que
se desprendía del carácter propositivo de los diferentes parámetros contenidos en las seis áreas
estratégicas.
120
Sólo como nota curiosa, la experta fue Beatriz Fernández L., hija de Salvador Fernández, quien fuera el director del
primer Curso Preliminar de la Insignia de Madera realizado en Chile en 1949 (ver final de la 1ª etapa de esta reseña).
121
Guías y Scouts de Chile – Consejo Interamericano de Escultismo, Comisión de Planeamiento Estratégico, Hagamos
un Plan de Grupo, 1ª edición, octubre de 1991.
Luego de la aparición del mencionado documento sobre desarrollo evolutivo, el paso siguiente
consistió en la aprobación y edición del Proyecto Educativo de Guías y Scouts de Chile124 y
posteriormente de los Objetivos Terminales del Proyecto Educativo.125 Además de los tres
pasos anteriores, sobre la base de material preparado desde 1987, la elaboración de los
objetivos educativos intermedios se comenzó el año 1992, en que un equipo formado por
dirigentes y especialistas redactó la versión preliminar de las primeras cuatro áreas de
desarrollo: corporalidad, creatividad, carácter y afectividad. Estas versiones preliminares se
consultaron con dirigentes y jóvenes en seminarios nacionales y cursos avanzados, y
posteriormente fueron analizadas y aprobadas en la Comisión Nacional de Educación.
De esa manera, el estudio realizado a partir de la experiencia chilena, dio origen a nivel
internacional a lo que posteriormente se denominó Método de Actualización Permanente de un
Programa de Jóvenes (MACPRO), al que la Conferencia Interamericana celebrada en Cartagena
de Indias en 1995 le dio su aprobación por unanimidad, incluido el voto de la asociación
chilena, como política regional oficial en materia de programa de jóvenes.
122
Guías y Scouts de Chile, Desarrollo Evolutivo entre 7 y 21 años, elaborado por R. Correa, O. Pizarro y L. Morales, 1ª
edición, noviembre de 1989. Reeditado en junio de 1991 y octubre de 1994. Reimpreso en mayo de 1995.
123
El estudio contó con la asesoría del profesor Oscar Pizarro, ex director de la Unidad Técnico Pedagógica del Colegio
Seminario Menor de Santiago, quien encabezó un grupo de profesionales externos de 4 personas que se integraron a
los dirigentes scouts en el diseño del sistema.
124
Guías y Scouts de Chile, Proyecto Educativo, sancionado por el Consejo Nacional el 10 de octubre de 1985, publicado
en septiembre de 1988 como parte de las actividades conmemorativas del 80º aniversario de la Asociación y
presentado a nivel regional en la Conferencia Interamericana de Buenos Aires, celebrada ese mismo año.
125
Guías y Scouts de Chile, Objetivos Terminales del Proyecto Educativo, edición publicada en 1989 como parte de las
actividades conmemorativas del 80º aniversario de la Asociación.
126
Oficina Scout Interamericana, Objetivos Educativos del Movimiento Scout, Santiago, 1995.
La Asociación, que dio la partida a este proceso en septiembre de 1988 con la publicación de su
Proyecto Educativo, con posterioridad a 1993 sólo participó en uno de los 14 encuentros que
tuvieron los diferentes grupos de trabajo que se realizaron.127
Cada año el PNCE, con el apoyo y orientación de cientos de voluntarios aportados por los
Grupos Guías y Scouts, movilizaría a decenas de miles de niños y jóvenes en situación de
pobreza y vulnerabilidad, los que participarían en una semana de campamento al estilo scout.
De esta manera, junto con ofrecer la oportunidad de extender los beneficios del programa y del
estilo del Movimiento a muchos miles de niños y jóvenes que quizá de otra forma nunca lo
hubieran disfrutado, el PNCE prestigió al Movimiento a través de un servicio estrechamente
vinculado a su método y experiencia. Paralelamente, permitió el desarrollo de los dirigentes
scouts como líderes en otros ámbitos, generando en ellos competencias que no sólo mejoraban
sus condiciones para desempeñarse en el Movimiento, sino que también los proyectaban sobre
la comunidad. Esto ha quedado demostrado en la práctica, ya que a partir de 1996, en que el
programa se abrió mediante licitación a otras organizaciones de la comunidad, varias de las
que han ido postulando se han creado integrando dirigentes scouts o por su iniciativa.128
Este programa tuvo también amplia repercusión en el ámbito scout a nivel interamericano, ya
que bajo la inspiración de la experiencia chilena y con asesoría de la Asociación y luego de la
OSI surgieron iniciativas similares en muchas asociaciones. Iniciativas de gran envergadura
tuvieron lugar en Argentina, Perú, Brasil, Colombia, Costa Rica, El Salvador y México. Incluso el
proyecto tuvo una versión similar en Scouts de France, quien puso en marcha el programa “Au
plein vent.”
127
En la última reunión del grupo de trabajo de la Rama Pioneros y primera de la Rama Caminantes, celebrada en
Santiago del 8 al 12 de junio de 2005, participaron parcialmente por la Asociación Renato Bustamante y Carlos Cox,
mientras en la totalidad de la sesión lo hizo Vladimir Rojas.
128
Es el caso de la Fundación Gesta, integrada por ex dirigentes de los Grupos patrocinados por los colegios maristas;
de la Fundación Profaces, dirigida y organizada por líderes scouts de la Zona Santiago Norte; de la Fundación Rerum
Novarum y de otras surgidas en varias Regiones del país.
La intensa actividad internacional se incrementó desde los primeros años de este período. Poco
antes de la firma del tratado de paz y amistad entre Argentina y Chile que ponía fin a la tensión
por las disputas de las islas y áreas marítimas próximas al canal Beagle, la Asociación de Guías
y Scouts de Chile propuso a la Asociación de Scouts de Argentina y a la Asociación Guías
Argentinas la realización de un encuentro de jóvenes en la zona fronteriza en que está el
monumento a Cristo Redentor. La actividad, no exenta de dificultades por tempranas nevadas
que obstaculizaban el uso del túnel y retrasaron la celebración, movilizó a más de 200 jóvenes
de Chile que cruzaron a confraternizar con sus pares de Argentina. Un álbum recogió firmas y
testimonios de los participantes, el que fue posteriormente obsequiado al Papa Juan Pablo II en
agradecimiento por su intervención mediadora para preservar la paz entre los dos países.
En octubre de 1987 el Comisionado General de Guías y Scouts de Chile fue invitado a participar
en la dirección de un Seminario Internacional de Finanzas de la Asociación Mundial de las Guías
Scouts, realizado en Buenos Aires. En mayo de 1988 la Asociación acogió nuevamente la
Reunión de Jefes Scouts Nacionales del Cono Sur y amplió la actividad mediante la oferta de un
seminario para Comisionados Internacionales. En junio prestó ayuda a la Federação das
Bandeirantes do Brasil (Guías del Brasil) mediante un curso sobre obtención de recursos
financieros y desarrollo institucional que se realizó en Sao Paulo.
129
En 1992, en la Conferencia Scout Interamericana de San José, Costa Rica, Patrick Lyon pasó a ocupar el cargo de
Presidente del Consejo por el período 1992-1995. En la Conferencia Scout Mundial de Oslo, en 1996, fue elegido
miembro del Comité Scout Mundial, y a partir de 1999 se desempeñó como su Vicepresidente hasta la Conferencia
Scout Mundial de Tesalónica, Grecia, el año 2002. De esta manera, Patrick Lyon fue dirigente regional o mundial
durante todo el proceso de aplicación de la Estrategia 2002. Durante todo ese período, otro chileno, Gerardo González,
primero como Director de la Comisión Interamericana de Planificación Estratégica y desde 1992 como Director Regional
de la OSI, se desempeñó en la conducción de tareas ejecutivas, impulsando el mismo programa.
Como parte de esas reformas, Gerardo González asumió la presidencia de la recién creada
Comisión de Planificación Estratégica, con la asistencia del autor de esta reseña como ejecutivo
de apoyo. La principal tarea de la Comisión consistió en diseminar en el continente el
instrumento “Hagamos un Plan de Grupo”, que se había elaborado recientemente en Chile y
que conoció varias ediciones.
En febrero de 1992, en la Isla Teja, Valdivia, la Asociación fue anfitriona de una reunión
ampliada del CSI y sus Comisiones, lo que permitió enfocar las tareas que los equipos de la
Región deberían asumir en la línea de la Estrategia 2002, tal como señalaba el Programa
Preparatorio ya mencionado. La Asociación había integrado a varios de sus dirigentes
destacados en las Comisiones Interamericanas y el encuentro en la isla Teja fue ocasión para
una interacción con numerosos miembros de la institución dada la cercanía de Valdivia con la
localidad de Los Lagos, donde simultáneamente se celebraba el Jamboree Nacional de 1992.
En abril y mayo de 1992 dos dirigentes chilenos -José Varas, Coordinador de Operaciones y
Eduardo Chiang, Responsable de Campamentos Escolares- permanecieron un tiempo
prolongado en ciudad de México y en Tijuana, colaborando en temas de gestión institucional,
campamentos escolares y escuelas para padres, culminando en un Seminario de Desarrollo
Institucional. Al final de su viaje, los mismos dirigentes participaron en San Diego, California,
en un programa de promoción del Movimiento en barrios latinos. Era un signo de la activa
vinculación internacional de la Asociación.
130
El “Programa Preparatorio de la Estrategia 2002” sentaría las bases para el desarrollo estratégico de la Región
Interamericana que se verificó a partir de 1992. Fue preparado por Patrick Lyon en consulta con Geoff Wheatley y con
la colaboración estrecha de Gerardo González E. y del autor de esta reseña.
131
El estudio denominado “Hacia una Estrategia para el Movimiento Scout”, considerado en la 31ª Conferencia Scout
Mundial celebrada en Melbourne, Australia, en enero de 1988, identificaba cuatro áreas en las que la Organización
debía actuar para incrementar la eficacia del Movimiento: el programa de jóvenes, la gestión de los adultos en el
Movimiento, la gestión institucional y el desarrollo de los recursos financieros.
Es así como en 1986 un Jamboree Nacional reunió en Panguipulli a cerca de 6.000 jóvenes de
las Ramas Guía y Scout. Este evento mostró que la Asociación estaba madura para acoger un
gran encuentro internacional de jóvenes, lo que determinó postular al Jamboree Panamericano
de 1989. El Jamboree Panamericano de 1989, que reemplazó al Jamboree Nacional de ese año,
se realizó en Villarrica, reunió poco más de 11.000 jóvenes, de los cuales cerca de 800
participantes provenían de países de la Región Interamericana. Los resultados obtenidos
animaron a su vez a las autoridades nacionales a presentar su postulación para el Jamboree
Mundial, lo que se hizo efectivo en 1993 en la Conferencia Scout Mundial de Bangkok y ello se
analiza al considerar el final de este período. Culminó la serie de Jamborees cada tres años el
que se realizó en 1992 en la cercanía de la ciudad de Los Lagos, con una participación cercana
a los 6.000 jóvenes.
Igual política se siguió con los eventos de las Ramas Mayores, llamados Culla-Huentrú y luego
denominados Rover Moot o simplemente Moot. En 1985 se realizó el Culla-Huentrú en La
Serena, en 1988 el Moot tuvo lugar en Lautaro y en 1991 se efectuó en Valdivia. Igual política
se aplicó a los Paxtú, grandes eventos de las Ramas Menores, los que dada la edad de lobatos
y golondrinas (entonces denominadas Alitas) se realizaron en cadena los años 1987 y 1990.
Desarrollo financiero
A medida que la Asociación desarrollaba nuevos programas aumentaba el número de miembros
y de Grupos, los que solicitaban el apoyo de la Asociación para financiar sus actividades. De
esta manera el Departamento Proyectos activó las campañas financieras en apoyo a los Grupos
y a la Asociación, en especial las que ofrecían un producto propio. Se incrementaron las que se
habían iniciado en 1979 y 1980, esto es, la Rifa Anual y la venta de Tarjetas de Navidad, con
altos índices de venta y excedentes significativos para los Grupos y la Oficina Nacional.
En este período se diseñó una nueva campaña con producto propio y con contenido educativo:
el álbum “Caminando Chile”, que presentaba los diferentes ecosistemas del país a todo color y
en el cual se adherían láminas de la flora y fauna de cada uno de ellos, con explicaciones
educativas simples. No obstante su valioso aporte educativo, en su comercialización inicial no
produjo los resultados previstos e incluso generó importantes restricciones en la caja de la
institución. La dificultad fue pasajera, ya que cinco años más tarde sería relanzado como
material de apoyo al Programa Nacional de Campamentos Escolares. Su éxito sería tal que
agotó el stock y fue necesario editar varias reimpresiones, con los consiguientes beneficios
educativos y financieros.133
132
Presidió la Unión Parlamentaria Scout de Chile don Gabriel Valdés S., entonces Presidente del Senado y quien en su
juventud había sido Responsable de la Unidad Scout en el Grupo San Ignacio del Colegio homónimo (ubicado en
Santiago, calle Alonso Ovalle).
133
Guías y Scouts de Chile, Álbum Caminando Chile, 1984, declarado material didáctico complementario de la
educación chilena, por el Ministerio de Educación, República de Chile, Ord. Nº 563, de 4 de junio de 1984.
Por su parte, el PNCE requirió y generó una considerable movilización de recursos, lo que
permitió: a) ampliar la planta profesional, tanto en el nivel nacional como en los territorios;
b) incrementar la disposición de predios rústicos, algunos en propiedad y otros bajo distintas
formas que posibilitaban su posesión o tenencia, los que no solamente servían al PNCE sino
también a variadas actividades de distritos, zonas y nivel nacional; c) disponer de una pequeña
flota de camionetas y otros vehículos de trabajo, que junto con apoyar el programa que los
originaba, eran de mucha utilidad para la animación territorial; y d) contar con abundante
material y equipo para la vida al aire libre, el que también era utilizado en actividades de
formación de dirigentes y de programa de jóvenes.134
Por último, y a medida que la Asociación crecía aumentaban las cotizaciones pagadas por los
miembros, lo que empezó a ocurrir desde 1984, seis años antes que se iniciara el PNCE. Ya en
1986 el aumento de recursos permitió adquirir con un crédito hipotecario una nueva sede
nacional en calle Ejército Libertador 177 y vender la antigua de Gorbea 1765. La sede de calle
Ejército fue continuamente refaccionada y ampliada hasta completar 4 pisos en algunas áreas.
Otra dificultad fue generada por algunas autoridades de la Agrupación de Boy Scouts, quienes
activaron contactos en el exterior cuestionando la equidad con que la Asociación de Guías y
Scouts de Chile habría respetado las diversas posiciones en su interior tras los procesos de
unidad, particularmente las relacionadas con el pluralismo religioso.
134
El volumen de las campañas financieras que realizaba la Asociación, el desempeño exitoso de Camping Scout y de la
imprenta y el Programa Nacional de Campamentos Escolares llevaron a que en 1991 Guías y Scouts de Chile operase
con un presupuesto cercano a los cuatro millones de dólares.
135
La dificultad surgió pues la gestión de los hogares de menores era de discutible eficiencia y generaba una
probabilidad alta de poner en riesgo la salud de los niños atendidos, lo que era supervisado por el SENAME. La
dirección nacional de la Asociación procuró poner en orden el programa y mejorar su gestión, pero el religioso a cargo
resistía la supervisión, pero continuaba operando en gran parte bajo el nombre y responsabilidad legal de la institución.
Crecimiento
La variedad de acciones descritas para esta etapa a partir de 1984 tuvo una expresión evidente
en el crecimiento del número de miembros. Frente a los 29.857 miembros que existían en
1983, la Asociación alcanzaba a fines de 1991 poco más de 70.000 integrantes. Casi un 135%
en 8 años, o bien un 11,24% anual sostenido, quizás la tasa de crecimiento constante en el
tiempo más alta que ha tenido la organización en su historia. Con esto Guías y Scouts de Chile
pasaba a ser la organización con mayor número de miembros entre los países de habla
hispana. Además, el número de niños y jóvenes que la integraban, unos 60.000
aproximadamente, representaba el 1,75% de los jóvenes del país en edad de ser miembro
beneficiario, lo que también representaba la tasa más alta de los países del área
iberoamericana.
Ese mismo año 1993 la Asociación presentó su candidatura como organizadora del 19º
Jamboree Scout Mundial y todo el primer semestre preparó la postulación con fuerte apoyo de
la OSI, ya instalada en Santiago. La planificación detallada y la originalidad de la propuesta
fueron clave para el éxito, ya que en julio de ese año la 33ª Conferencia Scout Mundial reunida
en Bangkok, Tailandia, otorgó la sede del Jamboree a Chile con más del 75% de las
preferencias en circunstancias que la organización que disputaba la postulación era Indonesia,
que podría considerarse casi como “local” por su cercanía con Tailandia y que reunía a 8
millones de jóvenes.138
136
La Conferencia Interamericana no pudo sustentar el caso que se había planteado contra la Asociación. La visita del
Presidente del CIE (acompañado por el autor de esta reseña), en la cual sostuvo entrevistas tanto con las autoridades
de la Asociación como con representantes de la Agrupación, simplemente confirmó que Guías y Scouts de Chile había
actuado y seguía actuando en el marco de las normas y el espíritu del Movimiento y que había honrado y seguía
honrando los compromisos asumidos con ocasión de los procesos de unidad.
137
Su mandato terminaba en noviembre de 1998 pero fue extendido hasta abril de 1999 por acuerdo del Consejo
Nacional debido al Jamboree Mundial que se celebró entre el 28 de diciembre de 1998 y el 8 de enero de 1999.
138
La presentación de la Asociación para obtener el apoyo de la Conferencia Mundial para el Jamboree fue innovadora,
juvenil y sumamente completa: el apoyo del Gobierno de Chile se aseguraba con una nota leída por una autoridad
pública; jóvenes dirigentes guía y scout manifestaron la invitación; un folleto muy moderno llegó a todos en español,
inglés y francés; poleras con el emblema del Jamboree fueron obsequiadas e inundaron la sala; y la canción del
Jamboree sonó por los altoparlantes con más de cinco años de anticipación a la actividad.
Alberto Del Brutto nos ha entregado esta reseña completa, desde marzo
de 1909 hasta comienzos de 2010, es decir, incluidos y analizados los
antecedentes históricos que se tienen sobre esta quinta etapa. Sin
embargo, la Comisión PEI, considerando los fundamentos en base a los
cuales se ha convocado al Congreso Guía y Scout “La Asociación que
viene” y teniendo en cuenta que las reflexiones de sus grupos de trabajo
se centrarán en la Visión 2020 a partir de la realidad de los últimos años,
ha preferido no incluir esta última etapa, convencida que de esa manera
no anticipa el diagnóstico y el material previo ofrece más oportunidad a
la libre expresión de las ideas.
Comisión PEI