Periodo Inicial
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Periodo Inicial
Mónica Kac1
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Profesora en Ciencias de la Educación. Directora pedagógica del centro de capacitación, recreación y
animación de grupos Red Lúdica. Profesora de Educación Preescolar. Profesora en el seminario de
Tiempo libre de la Licenciatura de Educación Física de la Universidad Nacional de Rosario. Profesora en
los trayectos de la práctica en institutos de formación docente de Educación Inicial de la ciudad de
Rosario. Asesora pedagógica en instituciones de Jardín Maternal de la ciudad de Rosario.
Mónica Kac ha publicado numerosos artículos en relación con la temática del juego, la enseñanza y el
aprendizaje, y ha participado en la escritura del libro La planificación en la educación infantil:
Organización didáctica de la enseñanza, coordinado por María Renée Candia, publicado por Novedades
Educativas en 2010, y del libro Efemérides e historia: Caminos para abordar las ciencias sociales (2012),
de la misma editorial.
1
Dedicaciones desde el alma…
A Sandra Nicastro, profesora que tuve hace más de 20 años en la carrera de Ciencias de la
Educación y que, en el más bello final de la materia Instituciones, con todo su amor, me invitó a
dedicarme a trabajar con relación a “la vida de los grupos”.
A Laura Arocena, profesora del área Sujeto que también tuve en la carrera, quien me dio pistas
acerca de la recreación del deseo y, con ello, me ayudó a pensar la construcción de un camino
propio.
A Marta Souto, quien, a partir de una constante lectura de sus libros, me ayudó a sistematizar
el trabajo que desde la experiencia vivencial he tenido con los grupos.
A Jorge Larrosa, quien, a partir de su trabajo conceptual del término “experiencia”, me aportó
una de las claves fundamentales de mi accionar pedagógico.
A los estudiantes de mis cátedras y participantes de los innumerables cursos que di acerca del
proceso de iniciación de clases sin quienes no hubiese podido pensar ni sistematizar mis ideas
en este libro.
A los niños y niñas que, a lo largo de mi trayectoria docente, me enseñaron que querían ser
autores de su propio proceso de aprendizaje.
A todos mis amigos, profesionales y correctora de este libro, quienes, de una u otra manera,
me acompañaron y acompañan en el proceso de escritura de mi experiencia docente, que hace
un tiempo he iniciado.
Al equipo docente, a los niños y familias del Espacio Educativo y Recreativo Amanecer de la
ciudad de Rosario y muy especialmente a su Directora Nanci Alvarez y a la docente Maria
Nieves Perez, a todas agradezco su confianza en hacer posible lo inimaginado.
Y a Cirilo, quien, con su llegada a este mundo, potencia mi deseo de querer, desde la educación,
aportar a la construcción de un mundo mejor.
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Índice
Anexo
Fichero de juegos.
Canciones y bailes participativos.
Bibliografía consultada
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(PP) del año poniendo el acento en la creación de propuestas desde la dimensión lúdico-
creativa y el aprendizaje grupal.
Desde las perspectivas que se nombran, lo innovador de este primer proyecto (y luego de
todos los demás) radica en que ambas miradas confluyen y se articulan en el diseño de un
Proyecto Pedagógico Lúdico-Grupal (PPL-G) que, con la misma relevancia con la que planifica
el docente su proyecto, éste pueda ser planeado conjuntamente entre los educadores y los
niños (atendiendo siempre a las posibilidades de la edad). Pensado como dispositivo de
actuación que estratégicamente articula lo lúdico, lo grupal y el conocimiento a ser construido,
el PPL-G oficia de hilo conductor de una situación en la cual los actores de la escena se sienten
arte y parte del proceso que se disponen a vivenciar.
Este primer Proyecto Pedagógico, se constituye en una nueva propuesta de abordaje del
período de iniciación que desde un modo lúdico (Pavía, 2006) invita, a partir del Proyecto
Pedagógico Lúdico-Grupal, a educadores y niños a poner en juego el conocimiento a ser
construido acerca de la institución y del grupo de pares; una invitación que a modo de
aventura favorece que se descubran en esa nueva realidad cargada de incertidumbre, como
así también favorece que se construya el argumento vívido y experiencial que justifica, para
todos, el ser y estar ahí, en esa institución y con ese grupo.
Sólo en el juego, o mejor sería decir: “en juego”, los seres humanos somos capaces de crear
nuevas realidades. Construir conocimiento siempre es un acto creativo y, a la vez, un acto del
orden de lo colectivo, de lo grupal.
Aprender a ser un grupo y aprender a aprender en grupo resultan procesos que,
generalmente, se inician con un período de crisis , con una cierta sensación de caos que es la
que justamente propicia la necesidad de comenzar a crear un nuevo orden, una nueva realidad
devenida en “proyecto”.
Los educadores, como parte integrante del grupo que conformamos con los pequeños,
también vivenciamos un proceso que suele partir del caos y entrar en crisis. Pero, si bien
somos parte del grupo, la posición que ocupamos es diferente a la del resto de los miembros:
nosotros tenemos la responsabilidad de conducir el proceso, diseñar un proyecto pedagógico y
generar las condiciones para que, con los niños y niñas, nos encontremos elaborando un
proyecto conjunto que nos vaya dando identidad como grupo.
Mirar y comprender el período de iniciación de clases desde la conformación grupal y la
dimensión lúdico-creativa del aprendizaje nos exige conocer, estar y vibrar con el grupo a
partir de un proyecto de actuación compartido. Esta consonancia con los niños y sus familias
nos convierte, a los educadores, en diseñadores de propuestas que generen participación,
vehiculización de las expectativas y atención a las necesidades reales de los sujetos
5
involucrados. Proponer el diseño de planificaciones estratégicas, implica establecer las
coordenadas y tomar posición dentro de ciertos planos de actuación de manera tal que nos
permita visualizar los senderos a través de los cuales poder encontrarnos con los niños y desde
allí construir juntos un camino que ayude ( a todos) a transitar el proceso.
Considerado el período de iniciación como un tiempo en el que se hace camino al andar, las
estrategias que los educadores diseñamos dan señas acerca de por dónde circula la posibilidad
y el modo de construir el conocimiento. Estas estrategias se manifiestan no sólo en las
propuestas concretas de acción, sino también en la disposición y organización estética del
ambiente y en la habilitación que damos a los sujetos involucrados a crear sus propios
proyectos existenciales.
El objetivo de este libro es brindar fundamentos teóricos que, desde una mirada puesta en
lo grupal y lo lúdico, sirva a los educadores como base de sustentación para el diseño de su
proyecto de iniciación del año lectivo. Asimismo, el libro ofrece algunas herramientas prácticas
que, como recursos para la acción, a lo largo de casi treinta años de ejercicio y en la actualidad
como profesora y asesora pedagógica, he implementado y aún utilizo.
La estructura de esta publicación fue organizada en cinco partes y un anexo de recursos, en
su conjunto representan un sistema organizado que por un lado adquiere su dinámica en la
posibilidad de ir venir entre estas y el anexo, vale decir que, en tanto es un libro escrito desde
una lógica algo caótica (que intenté ir “domando”), muchos de los conceptos se van
anticipando desde el inicio para luego desarrollarse en capítulos específicos; por otro lado, la
estructura de la publicación fue pensada a modo de “sistema abierto”2 (Von Bertalanffy: 1968
y Prigogine: 1967) ésto significa que será necesario que el lector lea asociando con sus propias
experiencias vitales, sin las cuales los argumentos quedarán vacíos de sentido. En cuanto a la
síntesis descriptiva de las partes que componen este material, se observa lo siguiente:
En la Parte 1, se hace una fundamentación acerca de la necesidad de favorecer la
conformación grupal en tanto red que sostiene los nuevos aprendizajes a realizar, y, en función
de ella, se presentan las características del período de iniciación y las etapas a atravesar. Luego
de realizar un recorrido por la historia del concepto “grupo”, en esta primera parte también se
ofrece una referencia específica a aquello que se enseña y se aprende durante el período de
iniciación de clases.
En la Parte 2, se explica la dinámica del sistema inteligente y dentro de éste se hace una
focalización en la dimensión lúdico-creativa, como dimensión que aloja la puesta en juego del
conocimiento. A su vez, se presenta una clarificación de conceptos asociados al término
2
Véase este concepto en nota al pie N° 84.
6
“juego” y la especificación de una serie de “jugares” o “trabajos lúdicos” de carácter subjetivo
que son propios de todo proceso de iniciación.
En la Parte 3, se desarrollan los conceptos que acercan al lector a la dimensión de lo grupal,
que atraviesa toda situación didáctica, definiendo las coordenadas que orientan el proceso de
conformación de un grupo de aprendizaje y aportando una extensa descripción de las técnicas
lúdicas grupales que colaboran en la selección y diseño de recursos propios para la elaboración
de estrategias didácticas.
La Parte 4 se dedica exclusivamente al tema de la planificación desde una concepción
estratégica, proponiendo como punta visible de éste al Proyecto Pedagógico Lúdico-Grupal
que, operando como sub-estrategia o dispositivo de actuación, permite a los niños intervenir
en su propio proceso de aprendizaje diseñando con el docente un proyecto de elaboración
conjunta.
En la Parte 5 se aborda, finalmente, el trabajo con las familias que acompañan el proceso
de aprendizaje durante el período de iniciación, las reuniones y el acompañamiento que los
adultos de cada familia pueden hacer para que la integración de los niños y de los adultos
mismos a la vida institucional resulte un proceso fructífero y exitoso.
7
casada y con dos hijas; pese a ello, respeté la voz de una docente que, amablemente, me
permitió transcribir una narrativa suya en la cual utilizó el apócope “seño”.
Concluyendo el tema de la terminología que utilizo en la escritura de este libro, debo
advertir al lector y a la lectora acerca de algunos conceptos que son de mi autoría y que
resultan complejos en su lectura, como por ejemplo: Proyecto Lúdico-Grupal, Proyecto
Pedagógico Lúdico-Grupal, Territorio Lúdico de Existencia y otros. En algunos casos, los he
sintetizado con siglas que los abrevian pero que no garantizan su retención. Esta es una
cuestión que no he podido resolver, dado que estoy plenamente convencida de que, aunque
resulten complejos, debo denominarlos, por el momento, tal como los leerán.
Mónica Kac
Febrero 2015
Rosario, Santa Fe, Argentina.
8
Parte 1: El proceso de conformación grupal en el período de iniciación
3
En el grupo secundario, los niños y niñas con los cuales se compartirá el Jardín son, primero, “los otros
desconocidos” y, luego de un tiempo, pasan a ser “pares”. Ésto requiere la intervención del educador.
4
El concepto de “enseñante” es tomado de la psicopedagoga Alicia Fernández (2000, 2007), autora de
varios libros (véase Bibliografía consultada), concepto con el cual se refiere a la posición subjetiva de
aquel que enseña (véase definición en 4.2 La planificación estratégica). En este caso, la decisión de
utilizarlo en plural obedece a la necesidad de hacer notar que, si bien niños y niñas, en los primeros días
de clases, suelen tener como referente al docente de sala, son varios los educadores que, desde
diferentes áreas o disciplinas, participan del grupo secundario que conforma la institución.
9
formales. Los miembros se relacionan cara a cara, es decir, cada uno tiene una percepción
individualizada de los otros. Estos grupos inciden en las identificaciones de sus miembros,
quienes, a su vez, afirman sus respectivas personalidades dentro de los mismos. Los sujetos
pueden mostrarse más espontáneos, comunicar sus pensamientos sin temor a las críticas y ser
aceptados por el resto sin exigencias extremas. Ejemplos de ellos son la familia, los amigos, los
compañeros. Los grupos primarios –excepto la familia– son informales, surgen por afinidades y
creencias comunes, actividades compartidas, edades, etc. Su integración se establece en forma
gradual y las obligaciones no son vividas como exigencias, sino como la expresión de acuerdos
implícitos.
Los grupos secundarios, en cambio, se organizan de acuerdo a metas a lograr o intereses
compartidos (objetivos y acuerdos explícitos que, de una u otra forma, son conocidos por
todos). Sus normas de funcionamiento están prescriptas por la organización formal que los
alberga, el número de miembros es variable y, por lo general, pasa un tiempo hasta que todos
llegan a conocerse. Dentro de los grupos secundarios suelen conformarse grupos primarios
(subgrupos de amigos) y la cohesión grupal depende de objetivos compartidos y no de lazos
afectivos.
Ambos grupos operan como sostén5 y apoyo del niño6, pero, en tanto funcionan en
contextos separados, es necesario considerar el período de iniciación como un tiempo en que
los pequeños empiezan a tratar de articular –y articularse entre– ambos grupos. El éxito en el
tránsito del proceso que implica este primer tiempo escolar radica en que los sujetos
experimenten un cierto tipo de continuidad que les dé confianza y les otorgue el grado de
seguridad necesario para poder soltarse, simbólicamente, de un grupo e incorporarse al otro
(alternativamente). La vivencia de una “continuidad” es una experiencia subjetiva que de
ninguna manera implica ser reconocido en ambos grupos del mismo modo, sino que será
experimentada en tanto ambos grupos, con sus diferentes formas y modos, contengan,
presten su apoyo y sostengan la angustia y/o ansiedad propias del in-corporarse (que significa
el doble movimiento de “meterse en el cuerpo” la realidad y “meter el propio cuerpo” en ella –
véase 1.3 Etapas que conforman el proceso de iniciación desde la perspectiva grupal:
5
La palabra sostén significa literalmente “tener debajo”, es decir,“tener una base”. En forma figurativa,
refiere a“prestar apoyo”. Y en tercer lugar, designa “la prenda interior que las mujeres usan para
sostener el pecho”, que es lo que da el alimento. La palabra sostén se refiere, entonces, a la triple
función de ofrecer un pie, sostener y contener aquello que ofrece alimento y nutre.
6
Téngase en cuenta que, en la franja etaria que comprende el Jardín Maternal y de infantes, esta
posibilidad de “conformación grupal” es gradual en cada una de las edades. Desde bebés y hasta
podríamos aventurar los 4 años, los educadores cobran un rol fundamental como enseñantes que van
invistiendo de “grupalidad” a los distintos “grupos” de niños. Al considerarlos como un grupo le están
empezando a prestar esa posibilidad de serlo.
10
a. La etapa de la incorporación–) a un ámbito con modalidad de acción diferente a la ya
conocida (véase, más adelante, 5.2 Acompañamiento familiar y aprendizaje de los
Yo no permito que unos entren con la madre y otros no, se me hace mucho lío, prefiero
que llore que luego se le pasa. Si entra la madre de uno, luego todos reclaman a la suya.
Encima no sé cómo voy a hacer este año, ya vi que tengo dos líderes negativos y uno que
es un saboteador. (Registro de un comentario docente en la reunión, transcurrido el
primer día de clases).
Si bien las vivencias y experiencias en realidades diferentes enriquecen a los sujetos, resulta
necesario que, en la institución educativa, la construcción de aquello que representa “lo
distinto” para los niños (y también para los educadores) sea sostenida y andamiada de alguna
manera premeditada. Ésto implica que, dentro del proceso de planificación del período de
iniciación, se incluyan estrategias que favorezcan su simbolización..
En el seno de la familia, la diferencia entre el “mundo intrauterino” y el “mundo exterior”
es sostenida por la función de la madre. El sostén que ésta le ofrece con su cuerpo dador de
ternura habilita al niño a elaborar la experiencia de ruptura, proporcionándole esa continuidad
que le permite sentir la confianza y seguridad necesarias para el aprendizaje. En los grupos
secundarios, la vivencia de “sentirse parte de un grupo” es la que actúa como andamio de la
continuidad necesaria para superar las crisis y los conflictos que implica toda iniciación.
El grupo se va constituyendo, así, en el sustituto del cuerpo materno, permitiéndole
elaborar la nueva experiencia de ruptura que implica el ser partícipe de otro grupo de
pertenencia diferente al familiar.
7
En tanto el prefijo hétero- significa ‘otro’ o ‘distinto’, con el término “heteromorfo” se hace referencia
a lo que asume formas distintas.
8
El prefijo iso- significa ‘igual’ o ‘que denota uniformidad o semejanza’; con el término “isomorfo” se
hace referencia a aquellas entidades que asumen formas iguales.
11
Cuando la vida grupal se pone en marcha se convierte, en sí misma y para los sujetos que se
incorporan, en un “espacio de transicionalidad”9. Este espacio de carácter virtual resulta un
área intermedia de experiencia en la que concurren, articuladamente, tanto la realidad interna
del sujeto como la externa. El “espacio transicional” es un espacio ilusorio, “(…) zona
intermedia entre la realidad interna del individuo y la realidad compartida del mundo que es
exterior a los individuos” (Winnicott, 1972; p. 20).
En el primer ciclo de la Educación Inicial o Jardín Maternal, la situación de los niños, en
función de esa diferencia que se establece entre el grupo primario y el secundario, es un tema
aún más complejo. Los pequeños van aprendiendo a ser y estar en ambos grupos a la vez, lo
que hace que el respeto y la comunicación entre ambas instituciones requieran de muchísima
más atención (véase, más adelante, Parte 5: El trabajo con las familias que acompañan el
proceso de aprendizaje durante el período de iniciación).
Para que el “objeto madre” (lo que representa a la familia o lo conocido-familiar), que al
ingresar a la institución queda “afuera”, pueda ser asimilado en el psiquismo infantil como una
presencia en ausencia (permaneciendo en un “adentro subjetivo”), es necesario un proceso de
composición afectiva con la figura del educador y con los pares. Que los niños puedan empezar
a componerse afectivamente entre sí como “grupo” les proveerá el sostén que, a modo de
“objeto transicional”10, les permitirá realizar el aprendizaje que se requiere (aprender a ser y
9
Según el Diccionario Enciclopédico Abreviado Espasa-Calpe (1972), “Transición es la acción y efecto de
pasar de un modo de ser o estar a otro distinto. Deriva del latín transitio”. La transicionalidad es una
modalidad de funcionamiento psíquico que genera un espacio de transición entre la subjetividad del
niño y el reconocimiento del mundo exterior. Un espacio virtual que constituyen los fenómenos, el
espacio y los objetos transicionales. Los fenómenos transicionales son de características ilusorias,
permiten al sujeto habitar un espacio potencial de experiencia, que parte de una indistinción entre lo
subjetivo y lo exterior al sujeto, y deviene en ámbitos y procesamientos distinguibles y relacionables. El
objeto transicional es un objeto material del entorno, que el niño elige y usa dentro del área intermedia
de experiencia. Posee características paradójicas, porque aunque tiene materialidad, para el sujeto no
proviene del exterior ni del interior. Con la emergencia de la transicionalidad, se va produciendo el
nacimiento y despliegue de tres espacios de experiencia: el potencial, el interno y el externo. Según la
concepción de Winnicott (1972), el ser humano tiene la posibilidad de transitar desde la dependencia
absoluta del medio ambiente a una independencia relativa, desde la subjetividad total no organizada a
un mundo compartido. Ésto implica que, en el recorrido, se deberá aceptar la existencia de un mundo
que no es el propio Yo, es decir, el mundo no-Yo.
10
Parafraseando a Winnicott (1972), los “objetos y fenómenos transicionales” son un elemento que el
niño escoge (mantas, muñecos, etc.) o una conducta que suele realizar (tocarse un mechón de cabello o
el de su madre, por ejemplo), a los cuales se sujeta o recurre en su pasaje entre sus grupos primario y
secundario (sobre todo en ausencia del adulto significativo en rol materno), ante circunstancias que le
generan angustia o desequilibrio emocional, o bien cuando desea calmarse y/o adormecerse. La función
del objeto transicional es, precisamente, la de ser fuente de placer y seguridad, sustituto de la madre;
elemento que, a la vez, relaciona al niño con el entorno y le permite ir superando el estado de fusión
con quien desempeña el rol materno. Son objetos que pertenecen a un campo intermedio, entre lo
objetivo y lo subjetivo, creación de la imaginación del niño sobre una base material. El objeto
transicional es particular de cada pequeño y no puede ser impuesto o elegido por otro, como tampoco
es un fenómeno universal. No representa, para el niño, un juguete, sino su primera posesión.
12
estar en la institución) vinculando o estableciendo la continuidad necesaria entre la familia y el
grupo de compañeros.
11
Entre las numerosas acepciones de “grupo” que el DRAE (RAE: 2001) ofrece, se han escogido las
siguientes por más pertinentes: “Pluralidad de seres o cosas que forman un conjunto, material o
mentalmente considerado ǁ Esc. y Pint. Conjunto de figuras pintadas o esculpidas”. Si se recurre a la
etimología del término, se encuentra que proviene del antiguo vocablo germano kruppa, que significa
‘masa’ (amasada, trabajada). Alrededor del siglo XV, pasó al italiano: gruppo o groppo tendría el sentido
de ‘bulto’ y ‘nudo’. En el siglo VII, pasa al francés como groupe, aludiendo, en el ámbito del arte, al
conjunto de objetos presentes en una pintura o conjunto de esculturas expuestas. Más tarde, pasaría a
designar un conjunto de personas reunidas con un fin compartido, acepción que pasó al castellano.
(etimologias.dechile.net: s.f.).
13
Cada cual, ofreciendo su mirada particular sobre el fenómeno de lo grupal, fue enriqueciendo
su estudio. Así se comprende que en esta primera parte del libro, se describa a continuación
un sintético itinerario, que de ninguna forma pretende ser excluyente ni lineal, de algunos
estudios que se han realizado sobre el concepto “grupo”. El itinerario concluye ¿cerrando?
este tema con el posicionamiento que para esta mirada del período de iniciación se adopta
aquí frente a los grupos de aprendizaje y el fenómeno de lo grupal.
En 1905, en Estados Unidos, aparece un movimiento encabezado por Joseph Pratt
(médico), quien inicia el trabajo en grupo con fines terapéuticos.
En Noruega, surge una experiencia diferente a la de Pratt, donde se rescata la situación
grupal en la rehabilitación de pacientes psiquiátricos.
Durante la primera mitad del siglo XX, dos contribuciones fundamentales fueron los de
Jacob Levy Moreno y Kurt Lewin: Moreno, médico psiquiatra, de origen rumano-vienés, fue el
creador del término “Psicoterapia de grupo”, concentrándose en el estudio de las estructuras
de los grupos a través del análisis de los distintos juegos de afinidades y rechazos. Fue,
además, el creador del Psicodrama, la Terapia Familiar Interpersonal, el Sociodrama e hizo
importantes aportaciones a la Sociometría. Lewin, por su parte, fue un psicólogo alemán que
emigró a Estados Unidos, formado en la escuela de la Gestalt y la fenomenología, influyó
mucho en la creación de la Psicología Social Americana. Su aporte fundamental consistió en la
aplicación de los conceptos gestálticos a la situación de grupo. A partir de sus aportes, se
comenzó a pensar al grupo como una totalidad, como una gestalt, donde lo que sucede en
cualquiera de los elementos del grupo trae modificaciones en el conjunto.
Hacia la segunda mitad del siglo XX, surgen los aportes de la escuela inglesa, con Wilfred
Bion, y de la escuela francesa, con Didier Anzieu y René Kaës, entre otros.
Sartre por su parte, desde la filosofía existencialista, también teoriza sobre los grupos y
define la vida de los mismos en función de la tensión que surge entre los polos extremos
“serialidad” y “grupalidad” pasando por distintas etapas: fusión, juramento, organización,
fraternidad-terror e institucionalización (en este libro se hace una reelaboración de esta
discriminación de distintas etapas por las que atraviesa el grupo –véase en 1.3 Etapas que
conforman el proceso de iniciación desde la perspectiva grupal –).
Finalmente, cierra este itinerario de autores el padre de la Psicología Social, Pichon-Rivière,
quien elabora su teoría de Grupo Operativo en colaboración con otros colegas, en 1946 (véase
Pichon-Rivière: 1971), integrando conceptos propios de su disciplina con los del Psicoanálisis y
los de la Filosofía, entre otras.
14
De los estudios actuales y a los fines de este trabajo, se remarcan como fundamentales tres
importantes autores y sus obras: Marta Souto, haciendo explícita referencia a los grupos-clase
en Hacia una didáctica de lo grupal, Denise Najmanovich con El juego de los vínculos.
Subjetividad y redes: Figuras en mutación y, precediéndolas, Paulo Freire, del cual se toma el
concepto de “relación dialógica” (1968-2002, 1993-2002) como marco de referencia para
construir lo que aquí se presenta como el Proyecto de elaboración conjunta entre el grupo y el
educador, denominado Proyecto Pedagógico Lúdico-Grupal. Los datos bibliográficos se citan al
final del libro.
El aporte que ofrece el breve recorrido descripto permite hacer, en una asociación
aventurada, un parangón con el mismo proceso que vivencia un grupo al conformarse como
tal, como si en la génesis del concepto estuviera indicado el tiempo y el proceso que le lleva a
un conjunto de niños (en referencia explícita a la franja etaria que interesa a este libro) llegar a
ser “un grupo de aprendizaje y trascender desde lo grupal”. Con esto último que se resalta, se
avanzará a continuación.
Para intentar definir la mirada que, desde la conformación grupal, se tiene del período de
iniciación, se apeló, en mayor medida –a modo de herramientas teóricas–, a la utilización de
conceptos provenientes de las ya mencionadas Psicología Social y teoría de Grupo Operativo.
Considerando que ni la disciplina ni la teoría fueron pensadas, originalmente, para el estudio
de grupos de niños, es pertinente aclarar que, en el desarrollo de este libro, sus respectivos
aportes teóricos han sido reelaborados y articulados con otros, provenientes de enfoques y
construcciones teóricas de diversos autores oportunamente mencionados. La sistematización
que en esta producción se presenta acerca del proceso grupal que atraviesan los niños en el
jardín de infantes (y que se puede extender al Nivel Primario) se asume como original, propia
de la autora.
Un grupo es:
(…) un conjunto restringido de personas que, ligadas por constantes de tiempo y espacio,
y articuladas por su mutua representación interna, se proponen en forma implícita o
explícita una tarea que constituye su finalidad, interactuando a través de complejos
mecanismos de asunción y adjudicación de roles. (Pichon-Rivière: 1985, citado por
Pampliega de Quiroga, 1987; p. 78).
Acordando con el autor lo que se entiende por “grupo”, se propone a continuación hacer
un desagregado de las frases conceptuales que, en su conjunto, conforman la definición
transcripta (con algunos comentarios de ampliación). El objetivo es re-pensarlas, desde el
ángulo de la conformación grupal, en el contexto del período de iniciación de la Educación
15
Infantil. Su análisis posibilitará dar los argumentos que sustenten la potencialidad de la mirada
sobre el proceso a llevarse a cabo en esta etapa. A continuación, lo anticipado:
- Los miembros partícipes de esa totalidad “se proponen en forma implícita o explícita una
tarea que constituye su finalidad”, lo que significa que será a partir de estos objetivos
que se irá generando una particular dinámica, en la cual la interacción de los miembros
estará determinada por el interjuego de “complejos mecanismos de adjudicación y
asunción de roles”.
De lo expuesto, se analiza que las primeras particularidades que asumen los grupos en el
ámbito de la Educación Infantil son que ni los grupos suelen ser restringidos, ni son los
miembros del grupo quienes (en tanto son niños y no deciden por sí mismos concurrir al Jardín
de Infantes para aprender lo que allí se enseña) se proponen, en forma explícita, la tarea que
conforma su finalidad. Asimismo, la ligazón de los miembros del grupo definidas por
constantes de tiempo y espacio, que se entiende que no son condición suficiente para que los
niños se conformen como grupo de aprendizaje y la representación que cada niño tiene del
otro (incluyendo al docente) como al lazo identificatorio que une y en el mismo orden la
representación que el grupo tiene de sí mismo como un todo (Mutua Representación Interna),
constituyen, junto al aprendizaje de los roles en función de la tarea, aspectos nodales que
requieren de la intervención docente.
Desde la mirada que aquí se propone para el primer período del año lectivo, y que luego se
sostiene y enriquece durante todo el año, se asume la complejidad que ésta reviste, sin
12
El fenómeno actual de los grupos en Facebook y en WhatsApp reviste una novedad tal que resulta
difícil encontrar herramientas teóricas que ayuden a pensarlos en términos de “grupos”, tal como aquí
se concibe. Su abordaje resulta altamente interesante, pero excede la motivación central de este libro.
16
embargo y a pesar de ello se advierte la necesidad de tomarla como eje de trabajo. A partir de
lo dicho se pueden enumerar, como algunos de los múltiples argumentos, los siguientes:
Los niños pequeños se encuentran aún inmaduros (sin experiencias previas) para atravesar
solos el proceso que los conforme como grupo: ésta es una experiencia que no gira en torno a
los mismos ejes de otros aprendizajes.
13
La Psicología Social Norteamericana clasifica los grupos en: “grupos de pertenencia” y “grupos de
referencia”. Los primeros son aquellos dentro de los cuales una persona es reconocida por los miembros
como perteneciente al grupo, por lo tanto, esa persona cumple con las normas del mismo. En cambio,
los segundos son los grupos de los cuales una persona aprende sus normas, pero a los que no
pertenece, ya que no es reconocido por los otros miembros como parte del grupo.
14
Se entiende por trabajos grupales todas las operaciones cognitivas, actitudinales e instrumentales que
los miembros de un grupo realizan para conformarse como tal: conocerse, interrelacionarse,
interactuar, vincularse y otros.
17
Por último, la mirada que se tiene de los grupos de niños que asisten y participan en
contextos de educación formal queda sustentada en el siguiente concepto de grupo:
Imposible llevar a cabo la planificación que tenía para hoy, lloraron todos así que me
limité a que jueguen en el patio durante la hora de hoy. (Registro de un comentario
docente).
15
Se hace referencia al concepto de acontecimiento ya no como experiencia meramente cognoscitiva
sino a una experiencia estética. En este sentido, el concepto resulta inseparable de los afectos que lo
nutren.
18
ni con los mismos actores (aunque se trate de los mismos niños y docentes), ni de la misma
manera, ni en el mismo escenario (aunque se trate de la misma escuela y/o sala), ni en la
misma situación.
Lo que, precisamente, motoriza y pone en marcha el proceso de conformación grupal es la
ansiedad, los temores, las fantasías, en otras palabras, todo ese conjunto de sensaciones,
sentimientos y accionares que caracterizan a toda iniciación y la presentan asociada a cierta
sensación de caos. La carga de ansiedad provoca una energía que se va a potenciar en función
de dos tipos de faltas o ausencias que, siendo relativas a lo grupal, acontecen en esta primera
etapa:
- La falta de expectativas mutuas de conducta: Los miembros del grupo no se conocen
entre sí y no saben qué hará o cómo reaccionará cada uno; o bien se conocen, pero no
saben de las nuevas vivencias y experiencias que cada uno ha tenido en el tiempo en
que no se han visto, lo cual va a determinar otras nuevas modalidades de relación.
Estas dos faltas o ausencias, en una primera etapa, mantienen a los integrantes en un
estado de serialidad17 (Sartre, 1963), donde cada quien es uno más, indiferenciado dentro de
un conjunto de personas que conforman el grupo. En la etapa del proceso de iniciación,
todavía no se ha experimentado el sentimiento del “nosotros” que da cuenta de que algo del
orden de lo grupal se ha empezado a construir. Y si bien, en todo inicio, se observan cuestiones
que son comunes a todos como, por ejemplo: “Todos estos niños son de la salita X”, aún no se
ha construido ese algo en común que los ayude a tener una experiencia compartida. Un
ejemplo de lo que los niños y niñas pueden empezar a tener en común es la organización que
se den como grupo18 para llevarse a casa la mascota de la sala.
16
La grupalidad sobreviene como efecto del acontecer grupal (lo que sucede en y con los grupos), que
trasciende a los grupos en sí mismos y los singulariza. Es el desarrollo de ese sentimiento del “nosotros”.
17
La serialidad está en el origen de todo grupo, que se constituye, en un primer momento, contra la
misma serialidad. Al constituirse el grupo, existe una fusión que se da desde la subjetividad de cada uno
de sus integrantes. En el primer tiempo de un grupo, los integrantes representan “series”, entes
individuales, que más que dialogar suelen monologar (según Pichón Rivière, es el monólogo inicial).
18
Nótese la expresión:“(…) la organización que se den como grupo (…)”, lo que no es igual a decir que el
educador organiza al grupo, él solo. Tener una mascota grupal es una propuesta que favorece la
integración de los miembros a un grupo. Lo más importante, para generar una experiencia en común, es
que los niños puedan darse, ellos, una organización. Y si bien ésto dependerá de la edad de los
pequeños y sus posibilidades de acción, en el caso de los más chiquitos, darse una organización como
19
Entre las conductas que los integrantes de un grupo en gestación manifiestan durante el
período de iniciación de clases, pueden identificarse las siguientes:
- Una tendencia al desempeño individual, a lo que cada uno conoce, sabe hacer y puede
manifestar, para actuar con más seguridad.
- La manifestación de los distintos roles naturales19 desde los cuales los integrantes de un
grupo empiezan a hacerse presentes, es decir, la presentación de los miembros desde
sus propios modos de ser y estar en grupo: están quienes participan activamente, los
silenciosos, los observadores, los distantes, los que desvalorizan, los que idealizan el
grupo, los líderes, los solícitos frente a quien conduce, los que ponen a prueba al líder
formal y los que desafían los límites y las normas, entre otros.
- Una actitud de demanda dirigida al educador en calidad de líder formal con capacidad
de organizar la situación. La demanda, en general, no se manifiesta explícitamente, es la
falta de autoorganización la que da cuenta de ella.
En relación con el primer tipo de necesidades, la solución que cada integrante le pueda dar
a esa avidez de conocer no siempre es una solución calma y organizada. Cuando los niños
empiezan a conocerse, no siempre lo hacen de la forma esperada y deseada por el adulto:
muchas veces, buscan relacionarse con los demás a través de empujones o peleas, quite de
juguetes u otras provocaciones. Ésto sucede, también, frente a la necesidad de conocer a su
docente y el sistema de organización que se plantea al grupo: puede ser que haya niños o
niñas que desafíen a la autoridad que representa el educador, o bien que no se ajusten a las
grupo requerirá de mucha más ayuda pedagógica. No por ello, sin embargo, debiera hacerlo el educador
solo.
19
En todo grupo que se conforma con un fin explícito y manifiesto, como es el caso de un grupo de
aprendizaje, hay roles que son impuestos (como lo es el del educador) y roles que son naturales
(desempeñados por los participantes del grupo sin imposición alguna).
20
reglas de convivencia que la institución establece. En definitiva, en cualquier caso, la solución
que cada niño pueda llegar a darle a la necesidad de conocer lo irá “presentando”20 tal cual es,
en sus posibilidades de ser y estar en grupo. El desafío que se le presenta al educador consiste
en ir haciendo un diagnóstico de la realidad de ese grupo en proceso de conformación, en
relación con lo que se tendrá que poder “poner en juego de aprendizaje” (véase 2.1 La
inteligencia como sistema multidimensional y 2.2 Entre el Juego, el jugar y los juegos,
se construye el conocimiento).
Con respecto al segundo tipo de necesidades mencionado, es decir, la búsqueda de cosas o
cuestiones en común, los integrantes irán encontrando y/o expresando la resolución de esas
necesidades desde dos dimensiones del accionar del grupo:
- Desde la dimensión de lo explícito o manifiesto: lo explícito es lo que los niños y niñas,
abiertamente, van haciendo o diciendo, o cómo van procediendo. En un grupo adulto,
ésto está representado por el conjunto de intereses, razones o motivos por los cuales se
está allí; pero en grupos de niños pequeños, la situación es distinta: ellos están allí
porque fueron llevados por sus familias, están en el grupo que les tocó (no en el que
eligieron o en el que decidieron quedarse). No tienen intereses o motivos que puedan
explicitar. Lo común manifiesto, en tanto se trata de pequeños, está representado por lo
que, en general, les interesa y les gusta hacer, independientemente de sus compañeros,
como, por ejemplo: accionar sobre los objetos y jugar. Serán, por lo tanto, los juegos y
juguetes que empiecen a poder compartir y aquellos con quienes lo hagan, los
indicadores de lo que comienzan a encontrar en común, porque, de algún modo, les
genera “bien-estar”.
incorporación).
20
“Presentarse” es “hacerse presente”. Ésto trasciende el nombrarse (dar a conocer el nombre); en
general, es hacerse presente desde una actitud corporal y en los primeros modos de relación que cada
sujeto establece con los demás y con las cosas. Es darse a conocer a través de la voz, los gestos, los
pensamientos, los modos de hacer frente a la tarea grupal y las reacciones, entre otras cosas.
21
Lo expuesto hasta aquí da cuenta de ciertas condiciones que afectan el proceso que cada
niño y el grupo en su conjunto deberán atravesar durante este período. Lo mismo sucede con
el educador: no tiene experiencia con ese grupo, siente la necesidad de conocer a sus
integrantes, se confunde o se siente amenazado cuando los niños “no responden” de la
manera que tenía pre-visto, o cuando los integrantes de las familias de los niños no colaboran
como se les ha pedido. En estas circunstancias, el educador trata de ir encontrando
indicadores que oficien de “pistas” para ir definiendo un proyecto de sentido (Proyecto
Pedagógico Lúdico-Grupal), que le permita, con los niños y niñas, conformar el grupo.
22
aprendizaje, la finalización del proceso estará dada por la superación de los conflictos ya
mencionados, a partir de una elaboración simbólica, no coercitiva, y de la emergencia de
proyectos de carácter grupal.
a. La etapa de la incorporación
Inicialmente, un conjunto de personas reunidas arbitrariamente y con las cuales un sujeto
se encuentra representa un cierto tipo de potencial amenaza. Así, el conjunto de niños y niñas
suele representar, para cada uno, individualmente, una fuente de desintegración de su propio
ser.
Ingresar y empezar a ser parte de un grupo cuyos integrantes son, de alguna manera,
desconocidos implica la vivencia de una situación que genera una cierta “resonancia corporal”.
La “in-corporación” remite a algo que “se mete en el cuerpo” y también, por efecto sifón, a
algo que “sale”. Se habla de “resonancia corporal” como estado de afectación o movilización
interna que se vivencia como condición de desarreglo o fragmentación, que hace entrar en
crisis la integración intrapsíquica o subjetiva que cada uno tenía lograda antes de enfrentarse a
la situación desconocida.
22
El orden en que acontecen las diferentes etapas o momentos del proceso de iniciación se infiere del
orden establecido informalmente por la misma praxis humana, es decir, por la dinámica de la existencia
misma: nacer, incorporarse al mundo, ir aprendiendo a ser en él, integrarse y aportar lo propio. El
grupo, como sistema viviente, puede atravesar estos momentos con mayor o menor profundización,
estancamiento o rapidez. Conocer las etapas que atraviesan los grupos permite, a los educadores,
diseñar estrategias para lo que necesariamente tiene que acontecer.
23
En cada uno de los sujetos, se produce, por tanto, una carga de ansiedad que deviene en
“energía extra” (distinta a la que tiene el cuerpo en estado de estabilidad) y que, como
“potencia”, puede desembocar en otra cosa. Esta energía, a la vez individual y colectiva, pone
en marcha el inicio del proceso de conformación grupal, adquiriendo una determinada
cualidad (que oscila en la variada gama que hay entre lo positivo y lo negativo), según la
manera en que sea “canalizada”.
El educador, en su rol de conductor del proceso de iniciación, interviene haciendo distintas
propuestas lúdicas23 que van a permitir, a los miembros del grupo en gestación, canalizar la
energía producida por ese estado de afectación.
Nicolás entra a la sala aferrado a su madre: es la primera vez que asiste a un Jardín, y si
bien, tal como lo expresó su madre con cierto desconcierto por la reacción, tenía muchas
ganas de ir, la entrada lo conmociona y se aferra a las piernas de su madre. El intento
que de mi parte hice de invitarlo, dulce y amablemente, a participar con los demás niños
fracasa y la situación empeora. Tomé la decisión de invitar a su madre a sentarse cerca
de la ronda que estábamos haciendo y continúe jugando y cantando con los niños.
Pasado un tiempo, y tras haber colocado, en una caja, el títere que estuve usando con
los niños, se la acerqué a Nicolás y le pedí que la tenga, “para que nadie despierte a
Juancho (el títere). Luego, lo habilité a jugar con él, diciéndole que, de vez en cuando, lo
mire para ver si sigue durmiendo, y que, si se despierta, me avise, así lo volvemos a traer
a la ronda.
Pasados unos 15 minutos, en los cuales Nicolás abrió varias veces la caja, me avisó:
“¡Juancho se despertó y quiere estar levantado…!”.
Aproveché, entonces, la oportunidad y le pedí que me lo traiga. Ahí mismo, le pedí que,
por favor, se quedara cerca con la caja, por si se duerme y, así, él lo seguía cuidando.
(Registro de una narrativa docente).
23
Las propuestas lúdicas son estrategias mucho más amplias y significativas que las actividades. Son más
amplias porque, a su interior, pueden abarcar una, dos o más actividades, o bien pueden incluir algunas
líneas de acción específicas (grupales o individuales) que no necesariamente llegan a ser “actividades”; y
son más significativas porque el tipo y la cantidad de actividades o líneas de acción que amerita dicha
propuesta serán decisiones del educador, en función de la situación concreta del grupo y de cada uno de
sus miembros. El calificativo “lúdicas” se debe a que ponen en juego trabajos subjetivos a realizar,
asociados al contenido de enseñanza y de aprendizaje (véase 3.4 Batería de técnicas lúdicas grupales).
24
Según el Diccionario Latino-Español y Español-Latino Vox (1999), la palabra “distracción” proviene de
la voz latina distractio, siendo, la acepción que aquí interesa: ‘separación, división’. Se relaciona,
además, con el verbo, también latino, distraho: ‘arrastrar, solicitar en diversas direcciones ǁ separar,
apartar’. Las acepciones anteriormente citadas permiten entender que el término analizado refiere a
la acción y efecto de distraer, en el sentido de apartar la atención de alguien de aquello a que la
24
hacia sí mismo) y canalizar esa energía. Liberada, al menos en parte, esa “carga” de
afectación que le impedía aproximarse física y emocionalmente a la situación grupal, la
docente encuentra la oportunidad de acercar al niño y hacerlo partícipe con un rol
diferenciado.
Con mayor o menor carga de ansiedad, a todos los niños que se inician en una vida
grupal les sucede lo mismo, incluso le sucede al educador cuando no encuentra la
manera de acercarse y encontrarse afectivamente con el grupo. Las propuestas lúdicas,
actividades, juegos y/o líneas de acción al interior de una propuesta que pueda diseñar y
llevar a la práctica el docente no siempre estarán previstas de antemano, pero la
“ocurrencia pertinente” tampoco será nunca casual. La actitud reflexiva del educador es
la que le permitirá, de manera constante, ir haciendo distintas valoraciones (evaluando)
acerca de sus prácticas, de modo tal que las pueda convertir en experiencias25 y de esta
manera sumarlas a su “caja de herramientas”.
incorporación).
Los sujetos afectados reaccionan y es, justamente, ese modo singular de reaccionar lo que,
inicialmente, cada uno tiene para aportar a la conformación de un “cuerpo grupal” (Kaës:
1977). Considerado así, algunos podrán aportar sus risas (risas de angustia a veces), otros, sus
enojos (demostrados abiertamente y hasta con “berrinches” o no), su entusiasmo (aunque sea
fugaz), su inhibición, su hiperactividad, entre otras emociones.
Este nuevo cuerpo que se empieza a conformar a partir del surgimiento de lo grupal va
operando simbólicamente como “cuerpo materno” que, a modo de espacio de contención,
sostiene y andamia el aprender a ser y a ser parte de otro grupo, su grupo de pertenencia. Lo
aplicaba, siendo posible, entonces, vincular la distracción con el entretenimiento y la diversión. Con
relación a la situación que se analiza, el niño “se distrae” del estado de afectación que lo conmueve.
25
Jorge Larrosa (2000) dice que la experiencia es “eso que me pasa”. Así, el sujeto de la experiencia es
un sujeto abierto, expuesto, susceptible a que “algo le pase” y a registrarlo; en este sentido hablamos
también de experiencia como una exposición de la existencia.
26
La integridad subjetiva remite al estado de conformidad que cada uno tiene con su forma de ser,
hacer, pensar, sentir, es decir, el estar tranquilo consigo mismo, el sentirse íntegro.
25
grupal27 se diferencia cualitativamente de la mera suma de partes (Lewin: 1936), trasciende la
inicial y arbitraria reunión de niños y niñas y se empieza a manifestar en las primeras
enunciaciones de un “nosotros”. El pasaje del “yo” al “nosotros” le impone, a cada uno de los
miembros, despojarse (efecto sifón) de algunas creencias, conocimientos, formas y modos
propios e incorporar algunos modos de ser, hacer, pensar y sentir que los demás integrantes
van dando a conocer28 en sus reacciones frente a las interpelaciones del grupo. Entre el
despojarse y el incorporar, se produce el movimiento que provoca la crisis.
La construcción conjunta de una nueva realidad compartida no se da sin resistencias, pero
se convierte en la oportunidad para el pasaje a la integración y constitución de un primer
grado de grupalidad.
Pili siempre entra a la sala diciendo: “Yo no tomo la leche”, Matías nunca quiere ir al
baño, pero siempre termina haciéndose encima, Leo cada vez que lo invito a la ronda,
me grita: “Vos sos mala”, si a Lucas no le pongo una silla en la ronda no participa y luego
todos quieren silla, yo los dejo y a cada uno “lo corro por el lado que dispara”. No es fácil,
después de unos días, cada uno se muestra tal cual es. (…) Yo me doy cuenta de que
empiezan a integrarse cuando las madres me cuentan todo lo que los chicos hacen y
dicen en sus casas, por eso también me cuido mucho, porque las madres no saben en qué
contexto pasa cada cosa…
Yo siempre empiezo por observar cómo ellos se van agrupando naturalmente y, cuando
encuentro que dos o tres se reúnen para hacer algo juntos, les pregunto: “¿Ustedes, a
qué juegan?”. Cuando me contestan, inmediatamente, llamo la atención de los demás y
les digo: “¡Miren lo que están haciendo ellos, qué lindo!, ¿quieren que los ayudemos?”.
Luego, cuando logro que hagamos algo entre todos, les propongo: “¿Vamos a contarle a
la otra señorita lo que nosotros hicimos?”.
Así, y muy de a poquito, voy trabajando el “yo”, el “él” o “ella”, el “ellos”, y el
“nosotros”…. (Fragmentos del registro de una entrevista a una docente de Nivel Inicial).
La lectura del extracto de esta entrevista permite observar los modos de intervención del
docente como facilitador del tejido del entramado grupal, dando cuenta de la importancia que
tienen las herramientas teóricas para el diseño y ejecución de propuestas, actividades y líneas
de acción que no siempre se pueden establecer en una planificación previa, pero que el
docente utiliza porque es consciente y responsable del posicionamiento que ha asumido.
27
Marta Souto (2009) explica, acerca de lo grupal: “No sería posible pensar, actuar, intervenir en la
escuela como organización social sin referirnos a lo grupal. Es un espacio de intermediación entre el
sujeto considerado individualmente y la institución global” (p. 4). La autora afirma, también: “(…) la
indagación acerca de lo grupal y el trabajo desde lo grupal se presentan como una necesidad en la vida
cotidiana de la escuela. La institución escolar cobra vida, en buena medida, porque estos espacios
surgen” (p. 4).
28
Suele ser común que, pasados algunos días del comienzo de clases, los niños comiencen a imitar, en
sus hogares o en el mismo espacio institucional, algunas conductas que observan en sus nuevos
compañeros. Esto representa la operación básica, necesaria y fundamental de empezar a incorporar al
otro y a lo otro (en tanto también imitan o dramatizan otras cuestiones que no son las conductas de los
nuevos compañeros, sino algunos espacios, problemáticas, vocabulario, entre otros).
26
c. La etapa de la integración
En la medida en que los sujetos se van relacionando e interactuando en relación a lo que se
propone conjuntamente como tarea grupal, se van construyendo mutuamente en ese estar ahí
y como resultado de un proceso que implica que el otro (cada uno de los otros miembros del
grupo) pueda ocupar un lugar en el interior de cada uno. Los pares (e incluso el educador),
que operaban como entidades externas, pasan a ser representaciones internas29.
Relacionándose e interactuando en actividades grupales, conociendo y reconociéndose en lo
que tienen común a todos, los miembros del grupo van construyendo ese algo en común que
es la experiencia compartida.
Tanto la Mutua Representación Interna como la Tarea actúan, desde la teoría de Grupo
Operativo, como organizadores de lo grupal (véase, al respecto, 3.2 Indicadores que
orientan el accionar de la tarea del educador y 3.3 Técnicas lúdicas grupales). Ésto
significa que será con relación a lo que juntos tengan para hacer en común que se gestarán y
consolidarán los vínculos que alientan la conformación grupal. El “hacer juntos” provoca que
cada uno se vaya presentando30 desde su propia subjetividad y, también, dé cuenta de cómo
es o puede ser en el grupo. Esta presentación singular permite, a los miembros del grupo,
empezar a construirse una representación de las actitudes y conductas de los demás
integrantes, teniendo la posibilidad de anticiparse a las respuestas o reacciones de sus
compañeros y posicionarse en consecuencia.
Este nuevo movimiento dialéctico entre lo que puede hacer cada uno individualmente y lo
que pueden hacer todos juntos, entre lo que van asumiendo como propio de cada uno y lo
nuevo adquirido por la experiencia colectiva, va generando la integración.
Es la etapa de la “fusión grupal” (Sartre: 1963) y se constituye en el momento de salida de
la serialidad. Con el pasaje de la serialidad a la fusión, cada miembro del grupo reacciona de
una manera nueva: ya no como un individuo aislado, sino como la encarnación del grupo en su
persona.
El proceso que se vivencia en esta etapa hace que cada miembro se esté integrando a un
grupo que él mismo está fundando. El grupo, que es, a la vez, continente y contenido, crea su
propio continente a través de la interiorización de una reciprocidad que, en el caso del grupo
escolar, suele estar mediada por un tercero (el educador).
29
En este sentido, el concepto de Mutua Representación Interna, formulado por Pichon-Rivière (1985)
cuando hace mención de la “representación interna”, se refiere a la construcción de imágenes interiores
que se juegan dentro del propio sujeto, conformando lo que él llamó “Grupo Interno”.
30
Véase nota al pie N° 20.
27
Las propuestas lúdicas que el docente hace al grupo se constituyen en la vía regia que
canaliza el cúmulo de energía producido por efecto de la incorporación. Sin embargo, si las
propuestas no son de realización conjunta, si no se proponen en función del desarrollo de una
tarea en común, la integración incipiente se disuelve tan pronto como ha logrado calmar las
primeras ansiedades, y la sensación de soledad y aislamiento sobreviene nuevamente.
Algunos indicios que permiten detectar el punto de fusión:
La posibilidad, de uno de los integrantes, de expresar un deseo o una actitud común al
grupo, o sea, plantear el “nosotros”.
La vivencia de totalidad, cuando se percibe que “nadie queda afuera”.
La posibilidad, de un grupo que se formó hace poco, de tener una conducta común,
como cuando solos se reúnen a hacer algo todos juntos o, como comúnmente sucede y
tal como se observa en el ejemplo siguiente, cuando en la merienda todos golpean los
vasos vacíos sobre la mesa.
Yo quería que los chicos me prestaran atención para saludarlos, pero, en cambio, lo que
ellos querían era golpear sus manos contra el piso, haciendo “ruido”. Primero, cuando
empecé a cantar la canción del saludo, uno empezó a palmear en el piso, y se reía
cuando todos lo miraban, pero, de pronto, una nena lo imitó y ahí se empezaron a plegar
todos…
– ¿No quieren hoy que nos saludemos? –les pregunté, también yo sonriendo.
– Noooooooooooo –dijeron todos al unísono.
– Nosotros queremos hacer “ruido” –agregó Martín, que era quien había empezado “la
bataola”. (Fragmento del registro narrativo de Paula M., docente de sala de 3 años de
un Jardín Maternal).
d. La etapa de la juramentación
El educador es quien sostiene y andamia la conformación grupal, pero los grupos no se
constituyen ni se conforman para lo que aquel necesite, sino para sí mismos. La fusión grupal
31
La característica lúdica que asumen estos proyectos informales está dada por lo que posibilitan como
interjuego entre los unos y los otros. Cuando los miembros del grupo son de edades pequeñas, los
proyectos lúdicos grupales se observan como juegos organizados de menor o mayor duración. Cuando la
edad de los participantes lo permite, estos proyectos asumen la característica de salidas, encuentros,
reuniones extra institucionales, pasarse teléfonos y otros.
28
inicia la vivencia del “nosotros”. La integración provoca la salida del estado de serialidad con el
que cada uno se incorporó al grupo de pares. La Tarea en común favorece la aparición de los
roles y la Mutua Representación Interna, la gestación de vínculos de sostén.
Si el accionar del educador, con sus intervenciones y propuestas, resulta efectivo, lo que
prevalece, entonces, es el establecimiento de relaciones que son del orden de la alegría32, una
sensación de bien-estar con los demás y sentirse conjuntamente fusionados. Sin embargo, esta
experiencia de pasar de ser “uno” en una serie a ser un “nosotros” también genera ansiedad:
el “cuerpo grupal” comienza a cobrar densidad (espesor) y ésto produce otro plus de energía a
ser canalizado. Los niños van encontrando espacios y formas en común para hacer juntos lo
que encuentran que pueden hacer. Una vez fusionados (aunque esta fusión se vaya haciendo
en subgrupos), no necesitan de la intervención del educador para jugar juntos: ellos van
encontrando distintas formas de canalizar la energía que les genera el poder ser parte de un
“nosotros”.
Es la etapa de la “juramentación”33 (Sartre: 1963) simbólica, de la promesa de no separarse,
que está implícita en su accionar de juego. Lo que se juramenta es el vínculo. Los niños se
crean un espacio lúdico de confianza en el que van encontrando la posibilidad de gestar un
Proyecto Lúdico-Grupal que les da sentido existencial. Esta etapa advierte al educador que
debe estar atento: es momento de pensar en crear, con ellos, un Proyecto Pedagógico Lúdico-
Grupal (véase, también, 1.3 Etapas que conforman el proceso de iniciación desde la
32
Alicia Fernández (2011) trabaja la cuestión de la alegría desde la perspectiva psicopedagógica y
desarrolla el concepto de “potencia atencional de la alegría”. Aquí se destaca el siguiente fragmento:
(…) el psicopedagogo debe propiciar (…) espacios habilitantes de la autoría de pensar, en los que
se pongan en juego los saberes propios y el saber (a veces oculto) de sus atendidos.
Son espacios subjetivo/objetivos, en los que pueda desarrollarse y experienciarse la genuina
alegría de la autoría. La alegría de sentirse partícipe, gestor de los movimientos de
transformación de sí mismo y del entorno.
En otro de sus artículos, la autora expresa: “Es en las grietas de la atención que la distracción produce y
donde nuestra singularidad se encuentra para producir sentidos. Es decir, donde se abre la alegría de la
autoría” (Fernández, A.: s.f.).
33
El origen del juramento es el temor permanente a la dispersión inicial.
29
el apagar la luz. No sé yo si está bien, pero para mí era un juego de ellos, el primero que
organizaban solos… (Fragmento de una entrevista a Mariana, docente de sala de 5
años).
El Proyecto lúdico grupal que la docente relata y que consiste en crear los niños, el juego
de “esconderse debajo de la mesa” permite visualizar el espacio que, oportunamente, se abre
para el docente, en el que empezará a construir un Proyecto Pedagógico Lúdico Grupal. La
cualidad de este proyecto es que no se construye desde afuera de la situación ni desde la sola
perspectiva del educador, conlleva un tiempo de creación en el cual hay que estar muy
atentos y creativos para articular, con el deseo y necesidad del grupo, el propio proyecto
pedagógico.
Por otra parte, el juego que el docente relata no es un juego casual. El juego de aparecer y
desaparecer es propio de los “jugares o trabajos lúdicos de la iniciación” (véase 2.3 Los
jugares de la iniciación y 2.4 Los juegos y actividades que favorecen el desarrollo de
los jugares de la iniciación).
34
No todos los proyectos pedagógicos comprenden, exactamente, los mismos componentes ni se
formulan de la misma manera, ya que cada docente diseña una estrategia original para poder realizar su
tarea.
30
- El Proyecto Lúdico-Grupal refiere a lo que, juntos, los miembros van encontrando como
justificativo, como su razón de ser en el grupo, en ese “aquí y ahora”. El PL-G no tiene
entidad racional, se gesta en la dimensión lúdico-creativa (véase 2.1 La inteligencia
como sistema multidimensional), en la cual aquello que hacen juntos no es más que
un cebo pre-texto para crearse a sí mismos como grupo. Este tipo de proyecto es frágil,
conflictivo, cambiante y varía cualitativamente de grupo en grupo, de edad en edad y de
contexto en contexto.
En esta etapa del proceso se necesita establecer un acuerdo simbólico que favorezca la
articulación e integración entre ambos proyectos que conforman la situación didáctica. Así es
como la posibilidad de acordar y construir juntos dará como resultado la elaboración conjunta
de un Proyecto Pedagógico Lúdico-Grupal que les dé entidad y sentido como grupo (véase,
también, Parte 3: Trabajando lo grupal. Lineamientos para diseñar propuestas
GRÁFICO N° 1
Estábamos mirando los libros y revistas que cada uno había traído para mostrar y contar
en la ronda inicial. Mientras los chicos se pasaban una revista o cuadernillo de
propuestas de “Art Attack”, una nena dijo:
– ¡Mirá, “Seño”, acá te enseñan a hacer monstruos!
– A ver, Lu, pasame la revista que le muestro a todos lo que vos viste.
– ¿Y si hacemos muchos monstruos de esos para asustar a “los señores de blanco”? –
agregó Santi, que permanentemente se asomaba a la ventana para mirar a los chicos de
la primaria.
Inmediatamente, tomé la idea, y entre todos armamos una propuesta que consistía en
encontrar el momento en que los chicos de la primaria no estuvieran en las aulas, para
aprovechar y entrar a sus salones, y pegar en los pizarrones “los monstruos” que les
fabricamos.
El proyecto lo fuimos diseñando durante toda la jornada y ahí nos dimos cuenta de que
necesitábamos más tiempo para preparar todo lo que precisábamos, al final estuvimos
31
de lunes a jueves y el viernes jugamos a asustar a los chicos de la primaria.
(Fragmento de la narrativa de Mariana, docente de sala de 4 años)
35
Iglesias Forneiro (2008) define el “ambiente de aprendizaje”, que distingue del “espacio escolar”,
empleando las siguientes palabras:
El término “espacio” se refiere al espacio físico, es decir, a los locales para la actividad,
caracterizados por los objetos, materiales didácticos, mobiliario y decoración. Por el contrario, el
término “ambiente” se refiere al conjunto del espacio físico y a las relaciones que en él se
establecen (los afectos, las relaciones interindividuales entre los niños, entre niños y adultos,
entre niños y la sociedad en su conjunto).
De un modo más amplio podríamos definir el ambiente como un todo indisociado de objetos,
olores, formas, colores, sonidos y personas que habitan y se relacionan en un determinado marco
físico que lo contiene todo y, al mismo tiempo, es contenido por todos estos elementos que laten
dentro de él como si tuviesen vida (p. 52).
Rodríguez Saénz (s.f.) sintetiza, refiriéndose a la definición de la autora, que el ambiente es una
categoría que incluye la noción de espacio físico, pero, a la vez, la desborda.
32
un proceso lento, lleno de vaivenes que requieren cambios por parte de cada uno de los
integrantes del grupo, cambios que implican aprendizajes a realizar.
Después de un tiempo, ya nos habíamos puesto nombre como grupo: éramos “Los chicos
del barrio del Jardín”…. Fue muy lindo, y hasta nos habíamos inventado una canción de
saludo inicial, con el aporte de palabras que hicieron los chicos según lo que hacíamos en
el Jardín. La canción era divertida, porque cada chico esperaba cantar la palabra que
había aportado y levantaba la mano para que todos recordáramos quién había sido el
autor de ese aporte.
Con la llegada, a mis manos, de un libro de lectura que ya nadie usa (Las bicis del sol) se
me ocurrió cambiarle el título, los nombres de los personajes que eran todos niños ( yo
me tomé el trabajo de cambiar en el libro todos los nombres y poner los nombres de los
chicos del grupo) y un poco el argumento, y todos los días, al final de la jornada , leíamos
un capítulo del libro que contaba la historia de “Los chicos del barrio del Jardín”. Durante
todo el año, aproveché las modificaciones que me permití hacer en el argumento para
trabajar la dinámica grupal, fue genial, todos querían que lea el capítulo, les encantaba
aparecer como protagonistas… (Fragmento de la narrativa de Mariana, docente de sala
de 5 años).
El relato de esta narrativa da pistas acerca de algunos recursos36 que el docente utiliza para
afianzar, en esta última etapa, la construcción de lo grupal: la creación de un nombre para el
grupo (que no es lo mismo que el nombre de la sala como espacio físico), la canción grupal con
el aporte de los niños, como símbolo que los representa y les permite tener algo en común, y
el recurso del libro que, a modo de técnica lúdica de dinámica de grupos (véase 3.4 Batería
36
Es necesario aclarar que, en este libro, el término “recurso” no se identifica con el término “material”.
Un material por sí mismo no opera como recurso para la acción: un material es un objeto que se
convierte en recurso para la acción de acuerdo a la forma en que es ofrecido, presentado en la escena,
operando como artilugio y/o artificio que atrae la atención.
33
“Enseñar” (“en-señar”) representa la acción de “dar señas” acerca de por dónde circula la
posibilidad y el modo de construir el conocimiento (Fernández, A.: 2000). Enseñar no es dar el
conocimiento en sí mismo (pretensión que, desde una epistemología constructivista, resultaría
tarea imposible), sino favorecer las condiciones para que cada uno lo construya.
Por esta razón, conocer quiénes son los otros, cómo es la institución, la sala y cómo
funcionan (tiempos, espacios, ritmos, rutinas), qué se hace en un grupo de aprendizaje, cuáles
son las normas y reglas instituidas y cuál es el espacio para lo instituyente, entre otros tantos
conocimientos a construir, atañe a un proceso de índole personal (en el contexto de lo grupal)
que se desarrolla en base de cierta información que el educador pone a disposición.
Dependerá, entonces, de cómo esta información se ofrezca, que cada uno podrá construir, con
ella lo que pueda construir.
Por su parte, “aprender” (“a-prender”) representa la acción de “dejar de estar prendido a”,
“des-prenderse” del conocimiento que es de otro y construir el propio (Fernández, A.: 1996).
Para poder dejar de estar prendido y “soltarse”, los niños necesitan sentir confianza y
seguridad: sin ellas, no podrán transformar la información en conocimiento propio37.
Durante este primer período del año, y en aras de la conformación grupal, lo que se enseña
y se aprende está también relacionado con la canalización de la ansiedad que caracteriza a
este momento. La función del educador es enseñar, a través de distintas propuestas e
intervenciones, a encauzar ese plus de energía a favor de la interrelación e interacción de los
niños y hacia la elaboración de un Proyecto Pedagógico Lúdico Grupal.
El diseño de la estrategia que representa el Proyecto que el docente planifica incluye no
sólo las acciones primarias que lo llevarán a encontrarse con el grupo en pos de elaborar el
proyecto que los convoque a a prender juntos, sino que, además, prevé la implementación de
distintas “Técnicas lúdicas grupales” (véase 3.3 Técnicas lúdicas grupales). Estas suelen
tomar la forma de propuestas de enseñanza, actividades o juegos que tienen como objetivo
primordial favorecer, entre otros aprendizajes, los siguientes:
- El conocimiento y la apropiación del espacio institucional (tanto el espacio amplio como
el espacio del aula).
- El conocimiento y la apropiación del tiempo de permanencia en la institución.
37
Para poder dejar de estar prendido, antes se debió estar fuertemente prendido. El niño y la niña
ingresan prendidos de lo que representa su familia como grupo primario; luego, con el establecimiento
de vínculos con el educador y con los pares, pasan a estar prendidos de ellos. De a poco, y en el espacio
de transicionalidad que representa la gestación de lo grupal, podrán empezar a soltarse. El deseo de
saber, la curiosidad que le provoca lo que no conoce, es indicador de una construcción subjetiva en el
contexto institucional.
34
- La presentación de los niños a través de sus modos de ser y estar en grupo.
- La interrelación entre los integrantes, como condición básica para la conformación del
entramado que representa un grupo.
- Las primeras formas de estructuración grupal (interacción) a través de distintos
recursos.
Las distintas Técnicas Lúdicas Grupales que el educador implementa tienden a provocar que
los integrantes del grupo en gestación se vayan relacionando entre sí, tomen consciencia de la
posibilidad de hacer algo juntos, puedan ir apropiándose del espacio e identificando distintos
momentos dentro de la jornada.
Conocer y comprender la dinámica del sistema que posibilita a los seres humanos
aprehender el mundo permitirá comprender y dar sentido a la dinámica del
aprendizaje, sobre todo, con relación al conocimiento a construir durante el
período de iniciación.
El tradicional concepto de inteligencia ya no resulta una herramienta suficiente
para entender y comprender el complejo proceso en que consiste el aprendizaje.
Ante una realidad percibida en toda su complejidad, el trabajo cognitivo se nutre
de otras dimensiones que transforman la concepción de inteligencia, no concebida
ya “máquina para pensar”, sino “sistema inteligente multidimensional”.
Una de las dimensiones que conforman este sistema, en permanente intercambio
con el ambiente y, por ello, abierto, es la dimensión lúdico-creativa. Si la
enseñanza y el aprendizaje son concebidos como actos creativos y, por lo mismo,
significativos a partir de desarrollarse como prácticas desde la dimensión lúdico-
creativa, no resultará impertinente pensar al juego y a los juegos como
“dispositivos creativos” y al jugar como práctica significante que les imprime la
dinámica.
Diferenciar conceptos que, en la vida cotidiana, se confunden y distorsionan, tales
como "el juego", el jugar y "los juegos", permitirá al lector acercarse al concepto
de “trabajos lúdicos” expuesto por el psicólogo R. Rodulfo, concepto que aquí sirve
de sustrato teórico al término "jugares de la iniciación". El foco estará puesto en
aquellos “jugares” que los niños necesitan realizar en el período que es objeto de
estudio de este libro. Al final del capítulo se ofrecen numerosos ejemplos.
35
2.1 La inteligencia como sistema multidimensional
38
Véase nota al pie N° 84.
36
GRÁFICO N° 2
apropiación de
Hechos o sucesos
dela realidad que se
presentan como Dimensión Dimensión
acontecimientos emocional lúdico-creativa
sorprenden/afectan
37
GRÁFICO N° 3
Campo de lo Campo de lo
Campo de la
fantasioso- imaginario
realidad
inconsciente
39
Véase Fernández, A. (2000).
38
relacionando lo conocido-familiar y lo desconocido-por aprender. “Creativo” alude a que es,
precisamente, en ese movimiento relacional que el sujeto se va creando a sí mismo y aprende.
En el contexto de una situación educativa, es el educador quien enseñará a los niños cómo
poner en juego aquello que los ha desestabilizado. Para ello, intervendrá (“vendrá entre") en el
proceso grupal con técnicas lúdicas grupales (véase 3.3 Técnicas lúdicas grupales) que le
permitan iniciar el proceso y, luego, andamiarlo y sostenerlo, favoreciendo así el modo lúdico
el aprendizaje.
39
dramatización, etc. Éstos remiten a formatos organizados a partir de una serie de reglas que,
en algunas ocasiones, implican la utilización de materiales determinados y la localización de
contextos específicos donde es posible “jugarlos”.
Haciendo un uso metafórico del término “juego”, se puede inferir algo muy distinto al
significado cotidiano. Dos son las metáforas que se ajustan a este caso: “lo que hace juego” y
“lo que se pone en juego”. Ambas hacen alusión a un movimiento particular que se produce en
tanto “una cosa se pone en relación con otra”. Véase este ejemplo:
Un niño toma una tela, se la pone en los hombros y corre por todo el espacio simulando
que vuela. (Registro de una situación observada).
El análisis del registro permite entender cómo el niño toma un objeto (la capa), objeto
concreto de la realidad que llama su atención40 (campo de la realidad) y lo pone en relación
consigo mismo, según lo que este elemento, interna y subjetivamente, le viene a aportar con
relación a su necesidad, por ejemplo: tener poder de actuación sobre la realidad cotidiana
(campo de lo fantasioso). De esta manera, realiza un movimiento intrasubjetivo para producir
un efecto determinado: la representación de sí mismo con poder (campo de lo imaginario),
como un superhéroe, quizás.
Al movimiento relacional y articulatorio que el sujeto, internamente, realiza entre el objeto
(tela) y su deseo se lo denomina: “el juego”. Dicho movimiento relacional genera la propia
experiencia existencial. Concebido como un dispositivo natural, el juego oficia de “espacio
transicional” (Winnicott: 1972) (véase 1.1 El grupo como sostén de aprendizaje) en el que
los seres humanos establecen relaciones multidimensionales.
40
Alicia Fernández (s.f.) estudia “(…) la atención como un trabajo psíquico (inconsciente-preconsciente-
conciente) inherente al acto de pensar y aprender”. También, afirma: “Parto de que el atender es algo
que se va aprendiendo aunque no puede enseñarse. En este punto coincide con el jugar y el humor”. En
el mismo artículo, al hablar de la capacidad atencional, explica:
La capacidad atencional se sostiene en la capacidad lúdica y ésta, a su vez, en la capacidad de
estar a solas en presencia de otro disponible. Ambas se relacionan con la capacidad de interesarse
en el otro, en lo otro y, por lo tanto, en los objetos externos. Objetos que se irán transformando
en objetos de conocimiento.
En relación con el juego y el atender, esta psicopedagoga (s.f.) afirma lo siguiente:
La experiencia primera de autoría es el jugar. Algo que se hace porque sí. Algo que se hace sin la
demanda del otro y sin la exigencia de la necesidad. Surge en esa zona intermedia, que no es ni
interior ni exterior, y, a su vez, la crea. Allí el ser humano, desde cuando es bebé, toma su voz para
balbucear, sus piecitos para hacer un movimiento, o el sonajero ofrecido, haciendo una
experiencia de autoría que inaugura el pensar y el atender. Jugar nos permite hacer la experiencia
de tomar la realidad del objeto para transformarla. El pensar y el atender nacen tratando de
resolver ese desafío. Sólo se atiende, atendiéndonos.
40
El procedimiento interno, singular y subjetivo, involucrado en todo juego es “el jugar”. Éste
representa una práctica significante (Rodulfo: 1999) que provoca una ruptura de orden
simbólico y da ocasión para que el ser del sujeto se dé en existencia41.
Aprender implica una construcción singular del conocimiento, independientemente del
área o disciplina de que se trate. Tal como se expuso en los apartados 1.1 El grupo como
41
El juego, que involucra el jugar como práctica subjetivante, opera como dispositivo natural de
existencia (Kac: 2009), en tanto el niño, al “tomar de la realidad” un trozo de tela, pone en juego su
saber acerca de los superhéroes y, en articulación con su necesidad de tener poder sobre la situación,
juega a ser uno de ellos. El juego oficia de artificio, en el cual el jugar a ese juego favorece que advenga,
en el niño, su “ser superhéroe”.
42
La participación en juegos organizados no garantiza que el niño esté efectivamente “jugando”. Jugar
implica una práctica en la cual el jugador no solo se atañe a las reglas de juego sino que requiere que
éste participe de un modo lúdico, poniendo de si algo con qué conectar el desafío exterior que los
juegos provocan. Si no hay deseo, sensación de aventura e incertidumbre, se puede decir que el sujeto
está ahí, físicamente, pero no juega.
43
Véase nota al pie N° 25.
44
A las prácticas que refieren a los lenguajes expresivos se los denominará, de aquí en más,
“expresiones lúdicas”.
41
apartado, se presentará cada uno de estos trabajos lúdicos –que los seres humanos necesitan
realizar en todo acto de iniciación–, aunque recibirán, en este libro, el nombre de “jugares de
la iniciación”.
45
A lo largo de su desarrollo, los seres humanos van realizando los distintos “trabajos lúdicos” propios
de cada edad. Para ampliar el tema, léase Kac (s.f. c).
46
Véase nota al pie N° 32.
47
La incorporación de un ser humano al mundo cultural que lo recibe se inicia, ya, en la vida
intrauterina.
42
Estos “trabajos” son acciones y prácticas de carácter simbólico que permiten a los sujetos
conocer, relacionarse e interactuar con el espacio físico, el tiempo cronológico, con otros
sujetos y con situaciones o hechos.
A continuación, se describirán las cuatro prácticas simbólicas o “trabajos lúdicos” que, con
ordenamiento indistinto, producen efectos de suma importancia para incorporarse a la nueva
realidad institucional.
Agujerear: para extraer material significante48 del otro o de lo otro a conocer (objetos del
entorno, espacio físico o la misma situación que se vive como desconocida), para provocar
reacciones que, a modo de respuestas, le aporten información, el sujeto necesita la producción
de agujeros simbólicos por los cuales, de alguna manera, penetrar-agujerear la superficie
existencial del otro o de lo otro.
Conversar, preguntar, mirar, percibir, tocar y contactarse se convierten en trabajos lúdicos
de agujereamiento, que permiten al sujeto hacer construcciones de sentido acerca de quiénes
son los demás, acerca del espacio, los tiempos y los demás elementos de la situación a
conocer. Al mismo tiempo, le permiten presentarse ante los demás al dar cuenta de sus
propias reacciones frente a las reacciones o respuestas de quienes son interpelados.
En la situación de los bebés, este trabajo lúdico se da con predilección en el cuerpo del Otro
primordial (aquél que, como antes se mencionó, cumple la función materna). Así, tironear,
arrancar, chupar y hurguetear, entre otras acciones, resultan prácticas de agujereamiento.
Establecer superficies de continuidad: cada uno de los miembros del grupo, para poder
establecer relaciones con los demás y con lo demás, necesita prolongar su cuerpo, su sentir y
accionar corporal en los otros y en lo otro de la situación. Los niños necesitan fabricar
superficies existenciales que les permitan prolongarse simbólicamente en lo desconocido.
Hacer una ronda, mirarse, tocarse, dar y recibir, alcanzarse material y hasta idear una tarea
futura se convierten en oportunidades en las que los pequeños pueden prolongarse
simbólicamente en el cuerpo del otro, en los objetos y/o, también, prolongar un momento de
la jornada o situación a otra.
43
conductas propias, en beneficio de la integración. La controversia está representada por el
“¿quién se incorpora a quién?”, es decir, ¿es cada uno de los niños quien se incorpora al grupo
o es el grupo que se incorpora a cada uno de ellos? La crisis o desestabilización que el sujeto
experimenta requiere un trabajo de naturaleza simbólica, para ir elaborando su propia
inserción en un continente o contexto mayor (grupo, sala, institución).
Jugar a pasar por un túnel hecho con los mismos cuerpos de los miembros del grupo o
participar en actividades o juegos como “La jaula” (véase Anexo: Fichero de juegos), donde
los niños tengan que entrar y salir del espacio grupal, también se convierten en oportunidades
de simbolización de la inclusión recíproca o entubamientos.
La ansiedad que provoca lo desconocido requiere ser canalizada. El nuevo espacio físico,
sea el edificio escolar o la sala misma, también produce esta energía excedente. Cuando, en las
situaciones de inicio, los niños y sus familias entran a las aulas y no se les permite tocar nada o
introducir alteraciones en la “escenografía”, el trabajo de agujereamiento se ve obstruido y la
ansiedad se refuerza.
Acomodar las sillas, colgar afiches o dibujos en las paredes del aula, cambiarse de lugar,
buscar materiales en los armarios, ofrecer útiles a otro, recibir un pedido de otro, tocar a los
compañeros, mirarlos a la cara, ir a pedir algo a otra dependencia de la institución, entre otras
posibilidades, son prácticas lúdicas de agujereamiento. Resulta indispensable que los
educadores las favorezcan y las propicien en los grupos que se están conformando.
El cuerpo del educador es donde se encarna la institución misma. Muchas veces, él
presenta una “superficie sin fisuras”, imposible de agujerear y de la cual resulta difícil extraer
material significante. Ésto obtura la posibilidad de que los niños, incluso sus familias, hagan
44
una propia construcción de sentido. Si el educador es quien tiene el poder49 de generar
situaciones en las que los sujetos realicen los trabajos lúdicos necesarios, será, entonces, él
mismo quien deba permitirse, en primera instancia, ser agujereado por quienes van a
conformar el grupo de aprendizaje y el de acompañamiento del aprendizaje. Ejemplos de esta
apertura resultan: ofrecerse para la pregunta, solicitar que le tengan o alcancen cosas,
habilitar a que le pregunten por su vida, que conozcan sus opiniones, permitir ser mirado,
tocado, en definitiva, ser capaz de ofrecerse simbólicamente para la extracción de material
significante con el cual empezar a conocer.
Quienes recién ingresan a un grupo van constatando regularidades no sólo a partir del
material significante que obtienen de los sucesivos trabajos de agujereamiento, sino también
de las superficies continuas que cada miembro va estableciendo.
En tanto, para la conformación grupal, la construcción subjetiva del tiempo y el espacio se
hace indispensable, las actividades cotidianas o rutinas escolares bien pueden oficiar como
ejemplos de establecimiento de superficies continuas. Ayudar a los niños a establecer y
apropiarse de regularidades en el espacio y el tiempo significa ofrecer los medios para armar
una cotidianeidad, permitiendo que algo de lo que provoca ansiedad se empiece a tornar
conocido.
La discontinuidad entre lo propiamente familiar y lo no familiar también requiere poder ser
puesta en juego. En el caso de los más pequeños, “lo familiar” se refiere a sus familiares, a su
casa, a sus juguetes, a sus pertenencias, en general. Es por ésto que, durante el primer tiempo
de iniciación, los niños tienden a traer sus cosas50, o bien necesitan la continuidad existencial a
través de la manifestación de sus gustos e intereses: quieren cantar sus canciones, escuchar su
música o hacer las actividades que conocen. Elaborar y aceptar la discontinuidad entre lo
familiar y lo no familiar requiere crear una nueva continuidad ahí donde pasará mucho tiempo
de su día, integrando su nuevo grupo de pares.
Para poder separarse de alguien o de algo, se debe haber estado, previamente, muy unido.
El niño que se ve coaccionado a adaptarse a una separación prematura suele presentar
demostraciones de aferramiento, a través de las cuales muestra su necesidad de “adherirse”,
desesperadamente, a algo y/o a alguien. Cuando el educador o los mismos familiares imponen
49
El educador es quien porta el poder de actuación, impuesto por la misma condición del aula y
distribución de roles. En este sentido, se ofrece como modelo de acción de lo que, dentro de la situación
misma, es o no loable hacer.
50
Toda la infancia es un “tiempo de Iniciación” en la vida social; aceptar ésto implica aceptar también
que, más allá del período de iniciación, los niños necesitan llevar “algo de lo familiar” al espacio de lo
“extra-familiar”. Prohibirlo no colabora a elaborar este pasaje, por el contrario, diseñar estrategias para
que lo familiar se integre a lo extra-familiar resulta ser una práctica más saludable para la convivencia
grupal.
45
una separación abrupta de la familia, la consecuencia es la resistencia, que se manifiesta en
reacciones de llanto, pesar, timidez, violencia, mutismo o, incluso, en no ir al baño o no tomar
la merienda. Aunque en estos casos, aparentemente más violentos, se observe más
claramente, es en todos los casos, en mayor o menor medida, que el trabajo psicológico de la
separación se da no sin un cierto grado de afectación corporal o cuota de emocionalidad.
Comprender que hay distintas variaciones en ese quantum de ansiedad o energía excedente,
representadas en los distintos niveles de angustia que los niños manifiestan, permite, al
educador, evaluar hasta qué punto está siendo soportable la separación y, en consecuencia,
diseñar distintas estrategias para trabajarla. Se ofrece, a continuación, un ejemplo que pone
de manifiesto una estrategia secuenciada para favorecer la separación entre los niños y sus
familias:
- Los niños entran con sus familiares al Jardín (o con sus pertenencias familiares
si los adultos no vienen, no pueden o no quieren quedarse).
- El educador propone, a los niños, salir a jugar fuera de la sala. Pide a los
familiares que se queden dentro (en el espacio del aula, como lugar no
familiar).
- Cuando los niños vuelven con el educador, lo familiar de ellos está ahí, ha
permanecido.
- Los niños, el educador y las familias comparten una experiencia de trabajo o
juego conjunto.
- El educador sugiere, a los adultos que acompañan a los niños, que se
desplacen, con algún fin, fuera de la sala. Éstos, luego, vuelven con el encargo.
- El educador repite la misma secuencia en los sucesivos días, haciendo
variaciones diarias en el tiempo de ausencia de los adultos.
46
absorta, repetida y totalmente reversible. Están trabajando lúdicamente la relación
contenido/continente, que les permitirá elaborar su inserción grupal.
Finalmente, los innumerables juegos de aparición y desaparición de objetos, los juegos que
consisten en esconderse y aparecer –los pequeños mismos jugando a “La escondida”–, los
familiares prolongando, por horas, su vuelta a la sala, con el encargo del docente, y demás
situaciones que permiten a los niños elaborar la presencia en ausencia van favoreciendo la
construcción de una vivencia distinta de lo desconocido, hasta llegar a considerarlo “familiar”.
2.4 Los juegos y actividades que favorecen el desarrollo de los jugares de la iniciación
Se enuncian, aquí, los títulos de los juegos y actividades que, a modo de ejemplos,
proporcionan al educador pistas para el diseño y planificación de propuestas que favorecen
que los niños puedan realizar los trabajos lúdicos propios de toda iniciación. Se aclara que,
desde la concepción de planificación estratégica que en este libro se ofrece, estos juegos,
actividades y bailes grupales operan de recursos pero no constituyen la propuesta didáctica en
sí misma. Por lo demás se hace notar que los recursos que aquí se ofrecen a modo de ejemplos
se encuentran descriptos en el Anexo.
47
“¿Quién es quién?”. Jugar a mirarse.
Armado de:
48
Parte 3: Trabajando lo grupal. Lineamientos para diseñar propuestas didácticas
51
Morin (1999) concibe la complejidad en los siguientes términos:
El conocimiento pertinente debe enfrentar la complejidad. Complexus significa lo que está tejido
junto; en efecto, hay complejidad cuando son inseparables los elementos diferentes que
constituyen un todo (como el económico, el político, el sociológico, el sicológico, el afectivo, el
mitológico) y que existe un tejido interdependiente, interactivo e inter-retroactivo entre el objeto
de conocimiento y su contexto, las partes y el todo, el todo y las partes, las partes entre ellas. Por
esto, la complejidad es la unión entre la unidad y la multiplicidad. Los desarrollos probios a
nuestra era planetaria nos enfrentan cada vez más y de manera cada vez más ineluctable a los
desafíos de la complejidad.
En consecuencia, la educación debe promover una «inteligencia general» apta para referirse, de
manera multidimensional, a lo complejo, al contexto en una concepción global (p. 17).
49
intereses del docente; articulación que ofrece la posibilidad de hacer del aprendizaje todo un
acontecimiento.
Si bien cada diseño de estrategia es único, singular de cada docente, se proponen aquí tres
coordenadas que a modo de líneas de referencia ayudan, desde la mirada de la conformación
grupal, a configurar el terreno o campo de acción sobre el cual el grupo va a ir asentando su
proceso. Las tres coordenadas son: la confianza, el proyecto y la narrativa52.
GRÁFICO N° 5
Narrativa Proyecto
Confianza
- La coordenada de la CONFIANZA
Esta coordenada, que en el diagrama adquiere una forma lineal, orienta el desarrollo de
un proceso complejo de construcción de confianza, cuyo logro se constituye en la plataforma
que dará sustento a lo que en el período de iniciación emerja como proyecto de actuación
conjunta entre los niños y el docente, con el acompañamiento de la familia.
En este sentido, el docente diseña una estrategia de trabajo que incluye como aspectos
nodales para el diseño de propuestas a los ejes que hacen a la adquisición de la confianza
necesaria y ayudan, en ese sentido, al grupo (incluyendo al docente mismo) a configurar el
terreno y habitar su territorio:
52
Las coordenadas se mencionan en este apartado con relación a la conformación grupal, pero téngase
en cuenta que son las que orientan cualquier planificación estratégica, se trate de planificaciones
didácticas específicas o del mismo Proyecto Pedagógico. Para una mayor definición y ampliación del
tema, véase 4.2 La planificación estratégica.
50
o La apropiación del espacio físico.
o La apropiación del tiempo cronológico.
o El conocimiento del otro y de lo otro.
o La integración a un sistema normativo de convivencia institucional.
o El acuerdo entre las partes integrantes de una misma situación didáctica.
Recuerdo que un año fue bárbaro… Hice que cada familia prevea que uno de sus
integrantes pudiera venir al Jardín durante la primera semana de iniciación (en la
primera hora), y lo hicieron, se comprometieron. Durante esa semana jugamos a algo
que yo me inventé, y que se llamó “Fugitivos en la escuela” (en realidad lo pensé en base
a ese juego de que daban en la tele que se llamaba “Fugitivos”). El juego consistía en
que, después de saludarnos, los chicos y yo nos escondíamos en algún lugar de la
escuela, y los familiares nos tenían que encontrar. Luego, lo hacíamos al revés: se
escondían los familiares y nosotros los buscábamos. Fue re-divertido, y también para los
chicos fue divertidísimo ir dejando las pistas por el camino. (Fragmento de la narrativa de
Mariana, docente de sala de 5 años).
51
Ese año yo tenía a los de 3 años, eran tan chiquitos que no podía hacer una cartelera de
actividades, así que “jugábamos” a cuantas cosas haríamos cada día con tarjetas de
cartón todas de un mismo color. El juego consistía en que cuando llegaban y se
quedaban ya sin sus adultos acompañantes yo sacaba las tarjetas y entre todos
decidíamos cuántas queríamos usar ese día; ya los chicos sabían que cuando se
terminaban nos íbamos.
La estrategia fue genial, porque yo me había atribuido la potestad de decidir cuando la
tarjeta que estábamos usando “se gastaba”, ja ja ja eso se me ocurrió por eso de que a
las tarjetas de teléfono se les acaba el crédito. Un día uno de los nenes me sorprendió, ya
habían pasado como 4 días de horario reducido y la verdad es que los chicos podían
quedarse más, pero como habíamos decidido solo 3 tarjetas….jaj cuando planteé que se
nos habían acabado todas las tarjetas (una por actividad) y que nos teníamos que ir,
Matías dijo:- Seño yo traje una de mi casa, nos podemos quedar un rato más.
Toto, que ese año pasaba a la sala de 3, había asistido al Jardín durante casi todo el
verano. Antes de iniciar en Marzo un nuevo ciclo lectivo el jardín cerró por
remodelaciones y cuando Toto vovió a la institución su desorientación fue tan grande
que costó mucho que entrara confiado; la verdad que el edificio parecía otro. Para colmo
de males pobre chico, el día que se reincorporaron también asistieron 10 niños nuevos a
su sala. Por suerte con mi compañera docente habíamos podido preveer la situación y
jugamos a que nosotras también estábamos desconcertadas (¡¡y algo lo estábamos!!)
haciendo que nos mimetizábamos en esa incertidumbre que Toto mostraba.
Inmediatamente mi compañera propuso, entrar todos a la sala, contarles a los
compañeros nuevos que antes el jardín no estaba así e “ir a investigar que sucedía”. La
estrategia fue generar una propuesta que nos permitiera de entrada reconocernos y
53
Poner en juego el conocimiento implica enseñar en dos aspectos: el primero refiere a dar señas de por
dónde pasa la posibilidad de relacionarse con el otro y conocerlo; el segundo, a diseñar estrategias que
operen dentro de la dimensión lúdico-creativa del que aprende, sin forzarlo a que aprenda desde la
dimensión meramente racional.
52
conocer y reconocer el espacio físico, y para ello “teníamos que saber quiénes estábamos
ahí dispuestos para la gran aventura…”.
Al final nos divertimos tanto jugando con los nombres de cada uno, con las madres de los
niños que se incorporaban, jugando a abrir las mochilas y ver “que teníamos para ir a
averiguar que sucedía”, que cuando al final nos dispusimos (con trajes de detectives y
lupas) salir a investigar la situación, ya Toto había apaciguado sus ansiedades y nos
decía sonriendo: ”Seño, ahora somos un millón de chicos”.
54
El encuadre en un escenario institucional educativo refiere a la preparación de la situación educativa,
la definición de límites espacio-temporales, la predisposición del ambiente donde se trabajará, el
establecimiento de reglas (lo que se puede o no se puede hacer). Es posible que el educador presente
uno en principio, pudiendo, luego, abrir el juego para acordarlo entre todos. No debe confundirse con
contrato o acuerdo didáctico, que contempla las responsabilidades y expectativas del rol de enseñante y
del rol de aprendiente y que es de carácter tácito, aunque conocido por quienes participan de las
prácticas educativas.
53
El inter-juego que hace a los modos de ser, estar, sentir, pensar y hacer dentro de la
institución se desarrolla a modo de “negociación”. Cuanto más abierto sea el ambiente
educativo que caracteriza a una institución, más bajos serán los niveles de resistencia en sus
integrantes. Tanto en lo macro como en lo micro-institucional (el aula y/o la misma actividad
concreta), la posibilidad de interacción con el encuadre instaurado por la institución debe
conducir al establecimiento de un acuerdo entre niños y educadores. A manera simbólica, se
firma un “contrato” y, sobre esa plataforma de acuerdo, se monta la coordenada del Proyecto.
Uno de los mayores divertimentos de los chicos era mirar por la ventana que daba al
patio grande cuando salían los de la primaria al recreo, muchos buscaban ver a sus
hermanos u otros parientes. La ventana no era muy grande y siempre se suscitaban
peleas que llegaban a entorpecer el momento que yo ya había incorporado como una
“actividad cotidiana”. Como la cuestión de las peleas iba de mal en peor propuse hacer
una asamblea para debatir el problema exponiendo como argumento que en ese jardín
los problemas no se resolvían peleando sino hablando y tratando de encontrar entre
todos soluciones.
Después de que cada uno expuso sus motivos para “mirar por la ventana” ayudé al
grupo a visualizar la situación aportando que no todos los grados salían al mismo
horario y que ellos mismos no tenían a sus hermanos y conocidos todos en un mismo
grado.
- “Vayamos a preguntarles y que entonces mire por la ventana el que le toca”,
propuso Ignacio y yo ayudé a formularlo como un proyecto grupal
- ¿Vos decís que nos organicemos averiguando quien de los nenes y nenas de la sala
tiene conocidos, en qué grado están y en qué turno salen al recreo?
- Claroooooo y que solo miren lo que tienen a alguien
- No vale, dijo Lali, yo también quiero mirar y mi hermano va a otra escuela!!!
54
La doctrina que yo les presento es justamente lo opuesto al quietismo, porque declara:
Sólo hay realidad en la acción. Y va más lejos todavía, porque agrega: El hombre no es
nada más que su proyecto, no existe más que en la medida en que se realiza, no es, por
lo tanto, más que el conjunto de sus actos, nada más que su vida.
Posicionado en esta coordenada, la estrategia de trabajo que el docente ha diseñado
avanza para favorecer la consolidación y desarrollo de lo grupal teniendo como ejes:
o El desarrollo de acciones primarias que conduzcan al encuentro de los miembros del
grupo entre sí y con el educador.
o La elaboración de un posible proyecto conjunto de características lúdicas (con sabor a
juego).
o La organización (visible) de etapas que conlleva el proyecto.
o La distribución de tareas, roles y funciones.
o La implementación, desarrollo y cierre del proyecto.
para ir generando el tipo de encuentros que se necesitan hasta llegar al diseño de un proyecto
en común de mayor envergadura.
55
proyecto) le ofrezca al educador hacer viable su Proyecto Pedagógico. Entran en juego aquí la
perspicacia docente, su experiencia y disponibilidad para lograr identificar cual de todas las
oportunidades tienen la posibilidad de ser proyectadas como un PPL-G de alta consistencia.
Ese año, se había elegido a la Escuela Primaria, dentro de la cual funcionaba el Jardín,
como uno de los escenarios donde se filmaba una película que tenía como protagonista
a Darío Grandinetti. Una mañana en la que se filmaba una escena en el patio, los chicos
(y yo también) suspendimos todo lo que estábamos haciendo y nos pusimos a mirar por
la ventana que daba al patio todo el set de filmación que se había montado.
En lo mejor de la situación y antes que dijeran “Luz, cámara, acción” (como yo les había
anticipado a los niños que irían a decir), se dio la orden de que todos los grados y salas
de Nivel Inicial que daban al patio cerraran las ventanas. La perplejidad con la que nos
quedamos dentro de la sala nos dejó en silencio hasta que Noelia dijo:
- “ Seño, jugamos a filmar una película”
- ¿Y si filmamos en serio una película y luego hacemos un cine y la proyectamos?, le
respondí yo ya entusiasmada
56
En el afiche dibujamos y escribimos las etapas del proyecto : ver la película ,contar la
película y ver las partes, dibujar las partes para no olvidarnos de ninguna, distribuir los
personajes, pedir una filmadora , hacer “ la ropa”, ensayar y otras tantas hasta llegar a
construir el escenario de un cine y proyectarla. La organización visible de las etapas del
proyecto se mantuvo pegada en la pared no solo hasta que se proyectó la película como
cierre del período de iniciación, sino que después se propuso dejarlo pegado para “ir
poniendo ahí en esa pared todo lo que vamos haciendo” (propuesta de Lilí)
- La coordenada de la NARRATIVA
La vivencia de lo realizado se inscribe en el cuerpo como “escritura corporal” (Calmels,
1998) que, para poder apropiársela como experiencia de aprendizaje, el sujeto debe poder
narrarla. “La narración de la experiencia está unida al cuerpo y a la voz, (…). No hay testimonio
sin experiencia, pero tampoco hay experiencia sin narración: el lenguaje libera lo mudo de la
experiencia, (…)” (Sarlo: 2005; p. 29).
El dispositivo de enseñanza construido por el educador para que todos puedan habitar con
autoría la situación didáctica debe, necesariamente, contemplar espacios y formas en las que
cada uno y todos como grupo puedan narrar su experiencia. Para ello, ubicado en la
coordenada de la narrativa, la estrategia de trabajo concluye con propuestas que tienen como
ejes:
57
o La creación de un recurso que genere la síntesis de lo realizado y vivenciado.
o La integración de lo aprendido.
o La visualización de una Traspolación posible de los aprendizajes.
o El reconocimiento y valoración del proceso grupal en relación al desarrollo de la tarea
(Proyecto de elaboración conjunta)
o La despedida grupal.
La creación de un recurso que genere la síntesis de lo realizado y vivenciado.
No siempre la síntesis de lo realizado es deseable hacerla desde la dimensión literal del
acto, ni tampoco inmediatamente a continuación de haber terminado las actividades que
fueron parte del desarrollo de la propuesta. La mayoría de las veces el período atencional
natural de los niños se termina y es necesario darse un tiempo para poder hacer la síntesis y,
dependerá de la edad de los pequeños que esta requiera la utilización de algún tipo de recurso
lúdico que llame nuevamente su atención.
La integración de lo aprendido.
Hacer un raconto de las actividades realizadas no resulta suficiente para inscribir
aprendizajes, una parte fundamental del cierre de las propuestas o de un período consiste en
poder hacer una integración de lo realizado buscando tanto las conexiones, como las
paradojas y/o contradicciones. La otra parte fundamental es la traspolación de los
aprendizajes a otras situaciones de la vida cotidiana.
La visualización de una Traspolación posible de los aprendizajes.
Traspolar los aprendizajes implica poder visualizar e incluso realizar la aplicación de lo
aprendido a otras situaciones. Esto da verdadera cuenta del aprendizaje realizado.
El reconocimiento y valoración del proceso grupal en relación al desarrollo de la tarea
Desde la mirada del aprendizaje grupal, resulta indispensable revisar conjuntamente la
dinámica que se vivenció al hacer, sentir, pensar y estar todos juntos. Son las propuestas de
reflexión compartida como estas, las que van formando la conciencia grupal.
La despedida grupal.
Todo lo que se inicia necesariamente debe terminar y muy importante resulta, en los
tiempos que vivimos, poder dar cuenta de la finalización de algo. En cada cierre, en cada
despedida frente a la tarea realizada o experiencia vivida, el grupo vuelve de alguna manera a
la serialidad; es un retorno a lo mismo, pero de cualidad diferente, se le suma la experiencia
compartida.
58
3.2 Indicadores que orientan el accionar de la tarea del educador
Para orientar la tarea del educador en cuanto al diseño de estrategias que favorezcan el
proceso de conformación grupal con relación al aprendizaje, resulta útil tomar algunos de los
aportes que, desde la Psicología Social y la teoría de Grupo Operativo, Pichon-Rivière ha
realizado.
En este sentido y con el propósito de definir, a modo de herramientas conceptuales,
algunos indicadores que puedan orientar el accionar del educador como sostén y andamio del
proceso grupal, se considerarán los “vectores”55 que el autor define al explicar el “esquema del
cono invertido”56. Conocer sus características y operatoria permitirá al docente, por un lado,
reconocer o identificar los fenómenos que acontecen en la dinámica grupal, en función de
articularlos a uno u otro vector; por otro lado, podrá prever, dentro de su estrategia, los
trabajos de carácter simbólico que los miembros del grupo deben ir realizando en este
período, en aras de alcanzar la conformación grupal (véase 2.2 Entre el Juego, el jugar y los
55
Al considerar los “vectores del cono invertido”, ténganse en cuenta 3.3 Técnicas lúdicas grupales: b)
Técnicas lúdicas de Producción Grupal.
56
Se dice que el cono está invertido porque su base y su vértice, respectivamente, se observan en los
lugares opuestos a los habituales: si el vértice suele ser el punto superior del cuerpo y la base, su
superficie inferior, en el mencionado esquema, el vértice está en el lugar de la base y viceversa.
59
GRÁFICO N° 6
60
2. LA PERTENENCIA: implica una mayor identificación y compromiso de los sujetos con el
grupo y como parte de éste. Es un segundo grado (más profundo) que implica “acortar la
distancia” con relación a la situación que diariamente se vive. Ésto hace avanzar al
educador hacia el diseño de estrategias de integración. La pertenencia es lo que hace
posible la planificación grupal. Así, pueden encontrarse miembros del grupo que son
“pertenecientes”, es decir, se sienten formando parte del grupo, mientras otros aún no
son pertenecientes, sino “afiliados”, se sienten más en relación "yo - ellos". En lo
referente a la tarea grupal, el desarrollo de las propuestas se realiza con una intensidad
mayor, determinada por ese sentimiento de ser parte de un "nosotros": lo grupal actúa
como sostén, generando un clima de seguridad que favorece la realización de la tarea.
De tener, como afiliados, algo común a todos, los miembros del grupo tienen que pasar
a tener algo en común, algo que no es de uno ni de otro, sino que es “de todos”. Algunas
propuestas que, a modo de intervención, el educador puede ofrecer son: tener una
mascota o títere del grupo, crear una canción grupal que los identifique, acordar y/o
crear formas particulares para agruparse, trasladarse, etc. En este sentido, a partir del
indicador de PERTENENCIA, el educador podrá hacer su valoración del proceso,
atendiendo a si los niños pueden comprender que hay cosas materiales o aspectos de la
convivencia que ya no hacen a lo individual, sino a lo que es de todos y les da identidad
como grupo.
61
pertinencia como, por ejemplo: proponer temas de conversación sobre el cual todos den
su opinión (haciendo circular la palabra y promoviendo que unos pregunten a otros
sobre lo expuesto); ayudar a los miembros a subdividirse en pequeños grupos de
trabajo, pero todos con relación a una misma propuesta o consigna; proponer trabajos
individuales. El indicador de PERTINENCIA servirá al educador para hacer sus
valoraciones respecto del nivel de distracción y evasión de los niños frente a la tarea
grupal, intentando analizar los posibles motivos.
62
intervenciones que puede hacer el educador son: solicitar y prestar elementos de
trabajo, dar la palabra al otro, promover la escucha atenta, promover el respeto por la
opinión de un compañero, impulsar la valoración personal y ajena, favorecer la
apreciación de lo que cada uno hace, entre otros. Tener en cuenta la COOPERACIÓN
como indicador de conformación grupal resulta altamente significativo, sobre todo para
hacer una valoración del proceso en cuanto al grado de participación de cada uno de
los miembros, en función la consecución de la tarea. La participación se detecta en lo
observable que emerge en las conductas y no en lo que se declara intencionalmente.
7. LA TELÉ: es una categoría que representa la capacidad o disposición que cada uno de
los miembros tiene para trabajar con otros. La TELÉ puede ser positiva o negativa y
determinará los factores y el clima afectivos de las relaciones interpersonales y del
grupo, en general. La TELÉ es un factor interno del proceso que lleva adelante el grupo,
que puede favorecer la tarea o, por el contrario, obstaculizarla. A mayor TELÉ positiva el
proceso de aprendizaje y el clima grupal adquieren una estructura que provoca una
mayor disposición a la tarea. A la inversa, la TELÉ negativa representa la dificultad que
se tiene para trabajar con otro. En líneas generales, este vector o categoría de análisis
refiere a aquello que trasciende al grupo, entendiendo “lo grupal” como energía,
valencia o potencia que caracteriza el hacer colectivo. El educador interviene para
63
favorecer la emergencia de lo positivo del grupo en función del diagnóstico que,
permanentemente, hace de la TELÉ grupal, diseñando distintos tipos de propuestas que
la regulen positivamente.
Teniendo como orientación los indicadores basados en los “vectores del cono invertido”, el
educador podrá organizar su inter/vención (“venir entre”) en el proceso grupal, avanzando a
partir de la elaboración de un diagnóstico grupal que dé cuenta de lo que el grupo ha podido
aprender durante el período de iniciación de clases. Este diagnóstico final del proceso grupal,
necesariamente, debe partir de un primer diagnóstico inicial que el docente realizará durante
la primera semana de clases (la valoración de lo aprendido resultará si no, al menos, dudosa).
El conjunto de conocimientos, capacidades y habilidades que los miembros hayan adquirido
como construcciones grupales pasarán a conformar el ECRO grupal (Esquema Conceptual
Referencial Operativo), que le dará sustento como grupo de aprendizaje y en función del cual
avanzarán hacia su desarrollo.
El ECRO es otra categoría instrumental que, desde la Psicología Social y la teoría de Grupo
Operativo, también aporta Pichon-Rivière. Se trata de una configuración grupal, un "aparato
para pensar" (ideología), que los miembros del grupo se dan a sí mismos –con la ayuda del
educador– a partir del aprendizaje acerca de los modos de ser, estar, sentir, pensar y hacer en
grupo, y que, como esquema referencial, les permite percibir, distinguir, sentir, organizar y
operar en su realidad percibida.
64
Tras este breve acercamiento, entre etimológico y filosófico, al significado del término
“técnica”, se presentarán, en esta parte, las Técnicas Lúdicas Grupales (TLG). Si la técnica,
desde Heidegger, es entendida como aquello que desoculta (que patentiza, en términos de
Hernández Reynés), o mejor dicho, como aquel modo de desocultar, en el contexto de este
libro, las técnicas presentadas son entendidas como las propuestas, juegos o situaciones que el
educador, a modo de estrategias, implementa para impulsar, sostener y andamiar la
conformación y el desarrollo de la vida de un grupo, desocultando o haciendo patente aquello
que se simboliza y se pone en juego.
Lo que hace que algo sea considerado una “técnica” es la intencionalidad que el educador
le imprime a lo que dice, hace o propone hacer. De ésto se desprende que, si bien se
consideran TLG a determinadas propuestas, juegos o situaciones, incluso actividades y/o
ejercicios concretos –en tanto éstas implican la realización de algunos procedimientos
organizados con una finalidad–, existen algunas TLG que no llegan a conformarse en una
secuencia de procedimientos, sino que se visualizan como una acción simple que el educador
realiza buscando provocar un efecto determinado, es decir, con intencionalidad. Ejemplos son
los siguientes:
Los recursos gestuales y de la voz, por ejemplo, cuando dice algo gracioso para hacer
reír y “descomprimir”, así, un clima tenso;
el misterio y/o sorpresa que crea el educador para presentar una propuesta, con el fin
de atraer la atención de los miembros del grupo;
las normas que se establecen, ayudando a construir límites que hacen al encuadre del
trabajo grupal (véase 3.1 Coordenadas didácticas que orientan el proceso de
conformación grupal, particularmente, nota al pie N° 54);
el dar la palabra a los integrantes del grupo, aunque muchas veces lo hagan solo por
ser parte de la conversación y no recuerden qué lo que tienen para decir;
la utilización de títeres, como recurso que contribuye a que los pequeños puedan
concentrarse en la tarea y, de alguna manera, olviden aquello que los distrae);
y otros tantos ejemplos que el lector mismo podrá agregar desde sus experiencias.
El carácter lúdico que define a estas estrategias está dado por la posibilidad de que se
establezca un cierto distanciamiento operativo58 entre la situación real y concreta que se busca
58
La distancia operativa que se establece al utilizar las técnicas lúdicas grupales refiere a la posibilidad
de realizar los trabajos grupales de interrelación, interactuación, conocimiento mutuo y otros en el
contexto de una situación y/o actividad que, por sí misma, los requiere, y no directamente, sin un
presunto justificativo. Ejemplo: Si se pretende que el niño pueda hablar con el compañero, no resulta
65
canalizar o abordar y el grupo en sí. Vale decir, las técnicas crean un espacio transicional (véase
1.1 El grupo como sostén de aprendizaje), vivenciado a modo de un “como si” (al igual que en
un juego), lo que proporciona, a los sujetos, modos de expresión, comunicación y participación
liberados de toda carga emocional de angustia o resistencia.
Mediante la utilización de diferentes recursos lúdicos, las técnicas grupales promueven la
expresión y comunicación de emociones, conflictos, ideas, sentimientos y representaciones de
fantasías que no pueden manifestarse explícitamente de otra manera.
Con relación a lo grupal, y dado su carácter lúdico, estas técnicas favorecen que el grupo
mismo pueda ponerse en juego, adentrándose a la aventura del ser, estar, pensar y hacer
juntos. Poner el cuerpo, jugar, intercambiar, conocerse, cuestionarse y cuestionar, reírse,
festejar logros, compartir incertidumbres y otras tantas operaciones de este tipo resultan los
trabajos grupales de orden simbólico que favorecen y permiten a los sujetos ir aprendiendo a
ser, estar y aprender juntos (véase 2.3 Los jugares de la iniciación y 2.4 Los juegos y
igual que el educador le diga: “Andá a charlar con tu amiguito” a que le diga: “Preguntale si trajo el
cuaderno”. Como se infiere en la segunda propuesta, el educador interviene con una técnica que pone
la interrelación indirectamente en juego. Por otro lado, el educador debe tener como premisa no dar
informaciones o realizar trabajos que cada uno de los miembros, por su cuenta, y el grupo en su
conjunto deben hacer por sí mismos: ésto obstaculiza la tarea implícita que ellos deben desarrollar, para
conformarse, a sí mismos, como grupo.
66
es la articulación de ambas líneas de conocimiento y el grado de autoría del educador en el
diseño o recreación de las técnicas, en tanto instrumentos de actuación propios: ¡No hay
técnica que funcione por sí misma, hay que saber usarla!
Si bien puede parecer obvio, no está demás decir que las técnicas que el educador
selecciona y/o diseña e implementa están incluidas en la planificación estratégica de su
proyecto pedagógico, que, por elaborarlo antes de encontrarse con los niños (y sus familias),
deberá reorganizar y actualizar durante la implementación del proyecto.
Finalmente, dentro del conjunto de técnicas lúdicas grupales, se pueden diferenciar dos
grandes sub-grupos: las técnicas lúdicas de animación grupal y las técnicas lúdicas de
dinámica de grupo. Cada uno de ellos se relaciona, respectivamente, con una de las dos
formas básicas que adopta la tarea, a saber: la tarea explícita y la tarea implícita –
categorización de Pichon-Rivière (1985)– (véase otro aspecto del término en 1.3 Etapas que
GRÁFICO N° 7
Técnicas lúdicas
para favorecer Tarea
de animación
explícita
emplea grupal
El Educador
realizada
Grupo
Técnicas lúdicas
de dinámica de para favorecer por
Tarea
grupos
implícita
Para favorecer la relación del grupo con la tarea, y en función de cuál de los dos aspectos
necesite trabajar, el educador seleccionará y/o diseñará una/s técnica/s de uno de los dos sub-
grupos, vale decir que: utilizará técnicas lúdicas de animación grupal para promover trabajos
que hacen a la dimensión superficial del proceso grupal (favorecer la presentación, la
interrelación, la producción y la evaluación grupal, entre otros aspectos), y técnicas lúdicas de
dinámica de grupo para los trabajos que realizan en relación con la dimensión profunda, lo
67
implícito en el funcionamiento del grupo (ayudar a resolver conflictos internos, silencios, falta
de participación, estancamiento creativo u otros factores implícitos) .
Las técnicas lúdicas de Iniciación Grupal favorecen el empezar a “crear el grupo”, mediante
la conformación de una “atmósfera grupal” de confianza. Los objetivos que,
fundamentalmente, se persiguen son: propiciar la desinhibición, el conocimiento mutuo y la
integración de los integrantes, como así también, contribuir a la construcción del espacio y del
tiempo como apropiaciones individuales y grupales.
Las técnicas lúdicas de Producción Grupal están orientadas a favorecer que el grupo
pueda: poner en común expectativas y deseos respecto de la tarea; desarrollar su creatividad,
elaborando proyectos grupales que enriquezcan las propuestas iniciales del educador;
establecer pasos a seguir y organizarse respecto de la tarea específica a realizar, en un clima
gratificante de participación colaborativa.
Las técnicas lúdicas de Evaluación Grupal están diseñadas para que el grupo pueda evaluar
y valorar el proceso realizado en relación con la construcción grupal del conocimiento. Con
ellas, se evalúan tanto los resultados o logros obtenidos (aprendizajes) como los
procedimientos empleados, el nivel de satisfacción y disfrute personal y las relaciones que se
establecieron al interior del grupo.
Para una mayor operativización del acompañamiento que el educador realiza del grupo,
esta clasificación de técnicas lúdicas de animación grupal puede desagregarse, a su interior, en
los siguientes tipos de técnicas:
68
a) Técnicas lúdicas de Iniciación Grupal
o Técnicas de apropiación del espacio grupal.
o Técnicas de apropiación del tiempo grupal.
o Técnicas de presentación.
o Técnicas para generar conocimiento mutuo.
o Técnicas para la desinhibición, la creación de confianza y entrada a la Zona lúdica.
o Técnicas de interrelación e interactuación.
59
Véase nota al pie N° 35.
60
La apropiación subjetiva tiene que ver con poder introyectar, vale decir, hacer propia, subjetivamente,
una cosa como, por ejemplo, el espacio, el tiempo, modos de relación, etc. En el caso del espacio real y
concreto en el que se desarrolla la situación didáctica, la apropiación subjetiva refiere a introyectar el
espacio, haciéndolo parte del “yo”.
61
El acontecer grupal refiere al devenir o proceso de conformación grupal.
69
reconocido, nombrado, saberse parte del grupo en gestación. Así, el inicio de un
trabajo grupal está signado por “la presentación”. Se trata de un momento clave y
fundamental en el cual los miembros del grupo se hacen presentes: no se trata sólo
de ser un número en una lista y/u ocupar una silla, sino de poder decir,
simbólicamente: “Acá estoy, soy yo y estoy con ustedes, soy con ustedes y así soy y
estoy hoy” (véase nota al pie N° 20). Por ende, para que los sujetos cuenten con un
espacio de presentación en el que puedan “hacerse presentes”, el educador
implementa este tipo de técnicas lúdicas.
o Técnicas para generar conocimiento mutuo: favorecen que los participantes de un
grupo en gestación puedan empezar a conocerse entre sí, sus gustos, opiniones,
modos de ser y hacer, etc. Se trata de avanzar un grado más que en la presentación,
en aras de ir logrando la integración grupal.
o Técnicas para la desinhibición, la creación de confianza y entrada a la Zona lúdica: el
momento de inicio de la vida grupal se caracteriza por una cierta tensión que,
generalmente, mantiene a los miembros del grupo no sólo en un tipo de inhibición
(que impide que cada uno pueda hacerse presente tal cual es y desde ahí
relacionarse con los otros e interactuar), sino también en un espacio simbólico que
los tiene “fuera de juego”. El conjunto de técnicas que aquí se definen propicia el
movimiento y la risa, favorece la distensión psicológica y física y da entrada a la Zona
lúdica grupal (espacio transicional grupal). Comúnmente, para favorecer y propiciar
ésto, el educador utiliza juegos, bailes, canciones y otros recursos similares que van
generando el caldeamiento62 grupal. Estas técnicas también son funcionales para
cualquier otra ocasión en la que el grupo se encuentre en un estado de tensión o
desorganización, o bien haya participado de una propuesta que hubiera requerido
mucha concentración. Pueden, por ejemplo, ser utilizadas en el paso de una actividad
a otra o como cierre –despedida– de un trabajo en común.
62
Se entiende por caldeamiento el trabajo de disponibilidad que, desde el inicio de un encuentro grupal,
predispone para la tarea. El tipo de caldeamiento se irá adecuando a las diferentes etapas de trabajo en
el transcurso del proceso de aprendizaje. En un primer momento, éstos apuntarán a la disponibilidad
con respecto a la tarea, en general, favoreciendo el registro y apropiación del entorno, de los otros y de
cada uno de los miembros, en esa realidad. El orden no interfiere, quizá lo único importante sea que se
cumplan las tres instancias. Luego, a través de las técnicas lúdicas que hacen al caldeamiento, se puede,
también, trabajar la desinhibición, la confianza y la integración. Apuntar a la confianza grupal ayudará a
encontrar el grado de desinhibición necesario para el trabajo. Se hace importante destacar “grado de
desinhibición necesario”, para que no se le exija a los participantes más de lo que van a requerir en ese
proceso de conformación grupal y de aprendizaje.
70
o Técnicas de interrelación e interactuación: sin orden de implementación prescripto,
estas técnicas favorecen que los integrantes del grupo comiencen a ponerse en
relación unos con otros y a hacer algo juntos. Estas dos operaciones del trabajo
grupal van permitiendo llegar al estado de fusión o integración grupal, estado
necesario para el trabajo en común.
71
o Técnicas para la elaboración de proyectos: a diferencia de las técnicas de
planificación de actividades, éstas posibilitan que los miembros del grupo, además de
aportar sus puntos de vista acerca de cómo realizar tal o cual propuesta, tengan
ocasión de generar sus propios “planes” o proyectos (a su tiempo y modo), como
formas de proyectarse grupalmente. Ésto se relaciona con lo que se expone en 4.2 La
planificación estratégica, acerca del Proyecto Pedagógico Lúdico-Grupal.
o Técnicas para la organización grupal (distribución de roles y tareas): la organización
grupal frente a la tarea es un trabajo inherente a la conformación del grupo. En esta
vía, el educador implementa técnicas lúdicas que, principalmente, persiguen los
siguientes objetivos:
- favorecer la participación activa de todos en el trabajo a realizar, eliminando la
posible pasividad de algunos miembros escudados en el trabajo de otros;
- desarrollar la cooperación grupal como procedimiento (capacidad de hacer
juntos) y
- mejorar la organización como grupo de trabajo/aprendizaje.
o Técnicas para el desarrollo de las propuestas: si bien las técnicas de planificación de
actividades, elaboración de proyectos y organización grupal favorecen llevar a cabo la
tarea propuesta, en el momento en el que ésta se realiza, es necesario intervenir con
técnicas de andamiaje y sostenimiento de la tarea. Ésto significa: sostener el clima
agradable de trabajo grupal y ayudar a que la tarea se pueda realizar, favoreciendo la
interrelación y ayuda mutua entre los distintos integrantes del grupo.
72
valorizando lo positivo del compromiso colectivo– hace al contenido de las técnicas
lúdicas de evaluación grupal.
73
Estas técnicas ayudan al grupo a visualizar su relación con su ambiente de aprendizaje63.
Es decir, permiten a los participantes conocer cómo se están viendo a sí mismos, como
grupo, o cómo están siendo considerados por los demás. Ésto permite tomar conciencia
e intentar actuar en consecuencia, sea para modificar la dinámica de funcionamiento o
bien para valorarse y, así, reforzar la imagen grupal.
63
Véase nota al pie N° 35.
74
Las líneas de acción representan todas aquellas disposiciones y/o intervenciones que el
educador realiza en la organización del espacio, del tiempo, en la distribución de materiales
y/o, directamente, con respecto a los miembros del grupo, favoreciendo el alcance del
objetivo de la técnica.
Las propuestas lúdicas son estrategias que, a su interior, comprenden una o más
actividades concretas, que tienen “sabor a juego”, pero que, en sí mismas, no llegan a ser
juegos organizados.
Los juegos organizados, en el formato64 que adopten, funcionan, desde la mirada de la
conformación grupal, como instrumentos que también favorecen el andamiaje del proceso.
Propuestas lúdicas:
- Confeccionar carteles identificatorios para los distintos espacios físicos de la sala y/o
para los percheros (en este caso, puede proponerse realizar un auto-retrato que se
coloque sobre el perchero de cada uno).
- Colocar carteles en la puerta para no ser interrumpidos en ciertas ocasiones (momento
de la narración de un cuento, momento de descanso, otro).
- Confeccionar una cartelera de proyectos realizados.
- Forrar cajas o tarros para guardar los materiales de trabajo diario
- Limpiar, entre todos, las mesas con esponjas, agua y detergente.
- Pintar las paredes de la sala (con pinceles mojados en agua).
64
El desarrollo de los juegos mencionados, sobre todo, los poco conocidos, puede consultarse en el
Anexo de este libro.
75
Juegos organizados:
- Jugar a esconderse debajo de las mesas, para “asustar” a la maestra que llega detrás de
ellos.
- Jugar a atravesar circuitos de paso armados con mesas y sillas.
- Adivinanzas (con adivinanzas/pistas que hagan referencia a espacios u objetos de la
sala).
- Juegos de ocultamiento (el educador puede esconder objetos en la sala y dar pistas a los
niños para que, en el papel de detectives, los encuentren).
- “La escondida” (en la sala o en algún sector de la institución).
- “Veo-veo”.
Propuestas lúdicas:
- Realizar un conteo animado de las actividades realizadas (mirando la cartelera) y contar
cuántas faltan concretar. Al terminar el día, festejar con un aplauso por todas las
actividades logradas.
- Dibujar, cada niño, una secuencia de cómo piensa que se puede organizar el día, luego,
socializar las producciones y decidir la organización de los momentos y propuestas del
día.
- Hacer un “noticiero” al finalizar el día, jugando a contar lo que se hizo.
Juegos organizados:
- Jugar a contar en voz alta cuánto se tarda en juntar y ordenar los materiales usados.
o Técnicas de presentación
Líneas de acción:
- Traer, cada uno, una foto suya, mostrarla al grupo y describirse.
- Confeccionar carteles identificatorios que tengan los nombres de cada niño y donde
cada uno dibuje su autorretrato.
- Diseñar carteles para que las pertenencias de cada niño tengan su nombre (plato, taza,
otros).
- Mostrar, cada uno, un álbum de fotos de su familia y presentar a cada miembro.
- Confeccionar carnets de socio de la biblioteca con la foto de cada uno.
76
Propuestas lúdicas:
- Cantar una canción de saludo (u otra) que implique que cada uno salude con un
movimiento distinto.
- Hacer rodar, dentro de la ronda, un ovillo de hilo, pelota o símil. Quien la reciba deberá
decir su nombre y alguna característica propia o algo que quiera compartir.
- Pasar un micrófono y pedir que cada uno diga su nombre y mencione su juguete/ fruta /
animal/color/otro preferido.
- Decir, el educador, una palabra cualquiera y, entre todos, pensar y nombrar al
compañero cuyo nombre comience con la última letra de la palabra enunciada.
Juegos organizados:
- “Toc-Toc, ¿quién es?”.
- “¿Quién se fue?”.
- “Escondida sentados”.
- “La sirena”.
- “Lío en la selva”.
- “El hospital”.
- “Cadena de nombres”.
- “‘Me llamo y me pica’”.
- “El gran bonete” y otros juegos similares, en los cuales los niños, a su turno, deban
responder con “¿quién, yo?”. (Véase Anexo: Canciones y bailes participativos).
- “El reloj”.
- “La jaula”.
- “El perro a la cucha”.
Propuestas lúdicas:
- Proponer traer dibujos de la casa y que cada uno cuente con quién lo hizo, cómo se le
ocurrió, etc.
- Proponer traer juguetes de la casa, para compartirlos en una propuesta de juego.
- Confeccionar, entre todos, una lista de teléfonos de los compañeros e incentivar que se
llamen, desde sus casas, para recordarse algo inherente al Jardín.
- Proponer traer recetas de comidas favoritas de cada uno y cocinar todos juntos.
- Invitar a un familiar de cada uno de los niños, para que venga a contar un cuento o
enseñar un juego.
Juegos organizados:
- “El cartero”.
- “El personaje”.
- “¿Quién es quién?”
77
- “‘Si fuera un… Sería…’”.
Propuestas lúdicas:
- Presentar, el educador, a cada uno de los niños, formulando rimas o disparates con el
nombre. Más adelante, pedir a los niños que intenten lo mismo.
- Cantar canciones divertidas que provoquen risa o canciones que impliquen
movimientos corporales.
- Organizar parejas cuyos miembros, por turno, sean “escultor” y “escultura”. El primero
moverá, al segundo, los brazos, las piernas, lo hará girar o hacer otro movimiento. Al
finalizar, los escultores comentarán qué quisieron representar, cuál sería el título de la
obra… Luego, intercambiarán roles.
Juegos organizados:
- “Hop”
- “El espejo”.
- “Jirafas y elefantes”.
- En ronda, jugar a imitar las muecas que hace un compañero.
- Cantar canciones que estimulen el movimiento corporal: “Si Ud. tiene”, “Pum”, “Huevito
sin pollo”, “Ronda de San Miguel”, entre otras (Véase Anexo: Canciones y bailes
participativos)
- “Teléfono descompuesto”.
65
La risa genera endorfinas que colaboran a “aflojar” la resistencia manifiesta en la inhibición.
78
Propuestas lúdicas:
- Organizar a los niños en parejas, para saber quién se pone en contacto con quien
(telefónica o personalmente) si uno de los dos falta (dependerá de la proximidad de las
viviendas que puedan preguntarse personalmente el motivo de la ausencia).
- Contar, tocando la espalda o la rodilla, cuántos niños hay en el grupo, para saber
cuántos faltaron, o bien, de ser posible, pedir a uno de ellos que lo haga, cuidando que
se genere el contacto físico buscado.
- Pedir, a un subgrupo de niños, que, jugando a ser ayudantes del grupo (con carteles
identificatorios, sombreros y/o delantales) ayuden con la merienda, la limpieza de la sala
o el orden de los materiales.
Juegos organizados:
- “Dígalo con mímica”.
- “Te regalo un piringulito”.
- “Aguante el agujerito”.
- “Sacarse las ‘colitas’”.
- “Ponerle la cola al burro” o juegos que requieran la guía de un compañero para lograr
una tarea o desplazamiento.
Propuestas lúdicas:
- Elaborar una lista que sirva tanto para organizar a los niños en la tarea diaria de contar a
los compañeros presentes como para llamarse por teléfono o visitarse, en el caso de los
ausentes. (Véase, también, Técnicas de interrelación e interactuación).
- Jugar, de manera sencilla, al periodista que hace preguntas a los compañeros.
- Proponer la dramatización de un noticiero o programa radial que, periódicamente,
informe sobre novedades escolares, sucesos ocurridos en la sala o a algún compañero,
efemérides u otros eventos. Siguiendo alguna técnica de organización grupal, se pueden
distribuir e intercambiar los roles correspondientes.
79
Juegos organizados:
- “Teléfono descompuesto”
- “Dictado de un dibujo”
Propuestas lúdicas:
- Invitar a cerrar los ojos e imaginarse que…
Luego, pedir que los abran y que cada uno cuente (con palabras) qué imaginó, para
dibujarlo, finalmente.
- Leer un cuento o leyenda. Luego, pedir, a los niños, que cambien el final o agreguen
algún personaje.
- Proponer, a los niños, utilizar un títere para narrar el relato de una situación o cuento
que puedan inventarse.
- Luego de leer algún cuento, pedir, a los niños, elaborar artísticamente un personaje,
caracterizarlo e incorporarlo a un cuento elaborado por ellos mismos.
- Presentar, a los niños, el “binomio fantástico” de Gianni Rodari: en una bolsa, colocar el
nombre de personajes y escenarios ficticios (pueden estar escritos en papeles o
ilustrados con imágenes) que, sacados al azar y combinados, les permitan crear un
relato.
- Proponer, a los niños, producir y dramatizar una historia imaginada por ellos mismos.
También pueden armar, con imágenes, la secuencia narrativa de dicho relato.
- Elaborar una antología de adivinanzas, trabalenguas, cuentos seleccionados o creados
por los niños.
- Invitar, a los niños, a realizar una escultura con masa o material moldeable.
Juegos organizados:
- “1,2, 3, coronita es” (Ídem “Cigarrillo 43”).
- “Los indios”.
- “Los cavernícolas”.
- “Los fantasmas del museo”.
- “Oso dormilón”.
- “Indios y piratas”.
- “Los bomberos”.
- “El cazador aburrido”.
- “El patito feo”.
80
Líneas de acción:
- Dar la palabra a los niños, para que puedan decir cómo llevar a cabo una propuesta
planteada.
- Brindar, a los niños, los materiales necesarios para que dibujen y escriban, como
puedan, la organización de la jornada.
- Pedir, a los niños, que elijan una de las actividades planteadas y que expresen cómo
desearían llevarla a cabo.
Propuestas lúdicas:
- Proponer, a los niños, imaginar que alguno de ellos es la maestra y que cuente cómo
haría una actividad, invitando, luego, a los demás a dar su opinión.
- Planificar, entre todos, cómo jugar a dramatizar una situación.
Juegos organizados:
- Divididos en subgrupos ofrecer, a cada uno de estos, tarjetas con dibujos y palabras
sencillas escritas que representen las distintas etapas de un proyecto que se disponen a
realizar. Cada subgrupo tendrá como tarea ordenar en una secuencia lógica las distintas
etapas y argumentar las razones que lo justifican. Uno o dos niños podrán oficiar de
jurado estableciendo a través de un debate interno y con la docente cuál de las formas
organizativas parece más viable.
Propuestas lúdicas:
- Confeccionar un cartel donde figuren temas o curiosidades que los niños propongan
investigar. Organizarse e ir trabajando por semana o mes (los niños deberán preguntar,
buscar información u otro, para una posterior puesta en común).
- Inventar una “empresa” o “grupo que resuelva problemas de otras personas”:
presentar, el educador, una situación problemática y proponer, a los niños, analizar la
situación y diseñar soluciones.
Juegos organizados:
- Jugar a descubrir qué hay dentro de la caja y pensar qué se puede hacer con ello.
81
preparación de material para una actividad, la organización de la merienda, el trabajo en
la huerta y otras tareas).
- Analizar los roles involucrados en un juego de dramatización, distribuírselos entre los
miembros del grupo y plasmarlo en una pizarra o símil.
- Para un paseo o visita a algún lugar, organizarse previamente, distribuyéndose las tareas
como, por ejemplo: quiénes tomarán registro, quiénes harán la entrevista, entre otras.
Propuestas lúdicas:
- Retirar, al azar, de una bolsa, cuatro carteles con los nombres de compañeros. A cada
uno de los seleccionados, se le pide que, mirando la cartelera de las actividades que les
corresponde hacer a los ayudantes del grupo, elija una función. Al terminar el día, los
ayudantes ponen su cartel en otra bolsa (la bolsa de los que ya salieron sorteados).
Cuando ya lo han hecho todos los integrantes del grupo, cada uno analiza cómo fue su
desempeño.
- Dividir el grupo total en pequeños grupos, para distribuirse las tareas que realiza un
personaje de cuento. Unos prepararán el sombrero que puede llevar puesto, otros, su
vestimenta y algunos, su rostro.
Juegos organizados:
- Juegos de dramatización con distribución de personajes y roles (véase Anexo: Fichero
de juegos).
Propuestas lúdicas:
- Confeccionar, entre todos (quizá), una “alfombra mágica”, que será utilizada como
recurso para evitar que se dispersen en el momento de la lectura.
- Entregar, a quienes corresponda, carteles o brazaletes que los identifiquen como
ayudantes.
Juegos organizados:
- Para guardar juguetes o materiales utilizados, jugar a hacer una carrera contra reloj,
contando, la docente, en vos alta.
82
- Al finalizar una actividad, proponer hacer una puesta en común para analizar cómo se
llevó a cabo la misma. Se puede incorporar un registro escrito o gráfico elaborado por
los niños.
Propuestas lúdicas:
- Controlar el tiempo destinado a una actividad, programando una alarma y pidiendo que
estén atentos al sonido, o bien usar un reloj gigante de arena.
Juegos organizados:
- Cantar una canción de cierre de actividad (véase Anexo: Canciones y bailes
participativos).
Propuestas lúdicas:
- Hacer una votación para definir el nombre del grupo (con trabajo previo de presentación
de propuestas y exposición de argumentos pertinentes, exponiendo la relación entre el
nombre y las características del grupo, entre otras cuestiones).
- Proponer un concurso de logotipos creados por los niños, que sirva como distintivo
grupal (puede articularse con el proyecto de votación del nombre).
- Proponer la creación de una bandera que identifique a la sala y promover la
organización de torneos de juegos con las demás salas, como parte del proyecto de
iniciación.
- Organizar, juntos, el cancionero de la sala, que circulará entre los hogares y en el que
cada uno de los niños podrá aportar una canción que sepa, aumentando el cancionero
grupal.
- Crear, entre todos, una mascota que pueda circular entre los hogares y a la cual se le
puedan agregar vestimentas o accesorios.
- Elaborar el libro del grupo, en el que se incorporen fotos grupales, memorias, anécdotas,
dibujos y todo aquello que represente su vida grupal.
- Elaborar un diccionario en el que incluyan las palabras que, durante el año, les han
resultado desconocidas, graciosas, tristes, difíciles de repetir, etc.
- Elaborar la revista de la sala, donde se incluyan algunos proyectos, novedades, etc.
- Destinar un momento de la jornada (preferentemente, hacia el final de la misma) a
narrar o leer un relato.
83
Juegos organizados:
- Todo tipo de juegos, canciones y rondas grupales que favorezcan el contacto entre los
miembros, la necesidad de darse una organización, de alentar a otros compañeros , etc.
(véase Anexo: Fichero de juegos)
Propuestas lúdicas:
- Crear, juntos, una canción que represente al grupo.
- Crear las normas de convivencia: establecer, entre todos, las reglas de convivencia del
grupo, las de los juegos dentro de la sala, las de la merienda, entre otras necesarias.
Luego, pueden plasmarlas en un cartel, a la vista de todos.
- Confeccionar el “Cuaderno viajero del grupo” (cuaderno que circulará entre los hogares
y en el cual cada familia escribirá algo sobre el grupo).
- Elaborar, entre todos, un cuadro o mural que los identifique como grupo.
- Reunir elementos para donar a quienes los necesiten.
- Organizar, junto con las otras salas, una exposición de proyectos de arte o de ciencias,
una ronda o jornada de narración de cuentos creados por cada sala, entre otras
propuestas, para lo que cada grupo contará con un stand o sector.
- Organizar un pic-nic con las familias o entre varias salas.
- Organizar una pequeña kermes o feria de platos entre las salas.
Juegos organizados:
- Jugar al “Dígalo con mímica”, en base a situaciones grupales reconocidas por los niños.
84
- Pensar con lo que van aprendiendo qué otra cosa se les ocurre hacer que les implique
ese aprendizaje.
- Retirar los carteles de las actividades realizadas en el día.
Propuestas lúdicas:
- Organizar un noticiero
- Dictarle a la docente… para que anote en el “Diario grupal”….
- Sacarse fotos que representen los distintos momentos de la jornada
Juegos organizados:
- Juego del “Hop” ( ver Anexo) con actividades que se hicieron en el día
85
Parte 4: La planificación estratégica y la organización del año lectivo.
86
4.1 La planificación estratégica
66
En la teoría del conocimiento, la subjetividad es la propiedad de las percepciones, argumentos y
lenguaje basada en el punto de vista del sujeto, y por tanto influida por los intereses y deseos
particulares del mismo. Su contrapunto es la objetividad, que los basa en un punto de vista
intersubjetivo, no prejuiciado, verificable por diferentes sujetos. Desde el punto de vista de la sociología
la subjetividad se refiere al campo de acción y representación de los sujetos siempre condicionados a
circunstancias históricas, políticas, culturales, etcétera. http://es.wikipedia.org/wiki/Subjetividad
87
forma que le es posible y trascendiendo a partir de un encuentro de posibilidades de acción , de
voluntades, deseos, proyectos y vivencias que, en el mejor de los casos generarán experiencias
que desde lo emocional cargarán significativamente los aprendizajes de manera tal, que estos
se inscriban .
A continuación se analizarán la planificación estratégica cerrada, a la que se denominará de
acá en más planificación estándar y la planificación estratégica abierta a la que se llamará
propiamente, con fines prácticos, planificación estratégica, dejando sin analizar a la
planificación estratégica flexible por considerarla un tipo de planificación intermedia entre
una y otra.
La planificación estándar es la que, comúnmente, se conoce y se utiliza, en líneas
generales, conlleva los siguientes componentes didácticos: objetivos, contenidos, actividades,
materiales y criterios de evaluación. Se diseña a modo de “mapa de ruta”, constituyéndose en
un camino a seguir donde lo imprevisto puede hacer que “el camino” que se ha pre-
establecido pueda asumir cierta flexibilidad67; sin embargo, nunca se llegará a crear, in situ, un
camino distinto al que figura en el mapa.
En tanto construcción que el docente crea, la planificación estándar resulta un dispositivo
cerrado, que da cuenta de un cúmulo de conocimientos a ser enseñados por los “Maestros”
(aparentes poseedores de ese conocimiento o mediadores de lo que la sociedad, a través del
Currículo, dispone que debe ser aprendido) a los “Alumnos”, quienes ofician de receptores.
Esto se logra (si se logra) poniendo el acento en el “Conocimiento”, como actor principal de la
escena didáctica, y a través de la realización de una serie de actividades, previstas únicamente
por el docente.
Amerita hacer la siguiente aclaración respecto de la cualidad “cerrado” del dispositivo que
en si mismo representa la planificación estándar respecto del conocimiento como actor
principal de la situación didáctica. El dispositivo a su interior adquiere sentido (rumbo,
direccionalidad y también emoción) a partir de una serie de líneas de tensión que, una y
muchas veces, se ajustan entre si en la reorganización de la estrategia que le da dinámica,
pertinencia y funcionalidad. Las líneas en las cuales se hace necesario focalizar aquí son la línea
de objetividad, de subjetivación y de fuga: la primera da cuenta de los criterios de veracidad
que se tienen en este caso al tiempo de construir conocimiento, la segunda hace –entre otros-
a los modos de pensamiento que construye y la tercera hace a las posibilidades de autonomía
creativa que el dispositivo habilita.
67
Recuérdese aquél dicho que, al respecto de una vara rectilínea, dice: “Se podrá torcer, pero nunca
quebrar”.
88
Antes de avanzar se ofrece un gráfico que presenta la “Tríada didáctica” como
representación de la escena sobre la cual, y desde la perspectiva que la caracteriza, opera la
planificación estándar:
Gráfico N° 8
Conocimiento
Maestro Alumno
A los fines de elucidar algunos supuestos que parecieran orientar las decisiones que toman
los docentes en materia de planificación estándar, se ensaya aquí un sintético pero
significativo análisis del gráfico. Se propone para ello, prestar atención en las denominaciones
que reciben los actores intervinientes: Maestro, Alumno y Conocimiento.
En primer lugar, si se asocia la denominación Maestro a la expresión “llave maestra”, se
puede inferir, dada la particularidad de este tipo de llaves (abrir todas las puertas), que el
maestro es quien –cual llave– “abre a los niños la puerta del conocimiento”. El lugar de
privilegio y/o superioridad (respecto del alumno) que el imaginario social asigna a esta figura
se relaciona con el origen etimológico del término, pues “maestro” deriva del latín magister,
que significa ‘jefe, comandante, conductor’ (Diccionario Latino-Español y Español-Latino Vox:
1999).
En segundo lugar, el estudio etimológico de la palaba Alumno permite conocer que su
origen está en el término latino alumnus: ‘educado, criado niño, pupilo; discípulo, alumno’
(Diccionario Latino-Español y Español-Latino Vox: 1999). Alumnus, a su vez, deriva del verbo
latino alo, que significa ‘nutrir, sustentar, alimentar; educar, criar; fomentar, promover,
cultivar’ (Diccionario Latino-Español y Español-Latino Vox, 1999). Haciendo, entonces, un
análisis de la etimología de la palabra, queda a la vista la cualidad de receptor que se le otorga
al que aprende.
89
En tercer lugar, si el Conocimiento representa lo que el maestro tiene, otra aventurada
interpretación lo hace ver como algo ya construido que, en un acto unidireccional y “nutricio”,
el Maestro “da” al Alumno y sobre el cual éste, luego, tiene que dar cuenta (examen 68).
La planificación estándar tiene su origen en un tipo de pensamiento característico de la
Modernidad69. El paradigma al cual responde recibe el nombre de “Paradigma de la
simplicidad”, que se basa en postular un pensamiento esquemático y lineal que hace de y con
“La realidad” (considerándola una sola y para todos igual) un abordaje de simplificación y
reduccionismo. El conocimiento es considerado con carácter absoluto, objetivo y universal; el
sujeto, por su parte, debe limitarse a ser un observador neutral y reproductor de lo que ve.
La racionalidad, lo que emerge como conocimiento alcanzado, está en primer plano y
resulta cuantificable dado que los fenómenos son estudiados desde un enfoque objetivo,
apuntando a la predictibilidad de los mismos, desde la lógica de causa-efecto. Teniendo como
fundamento esta mirada objetivista de la realidad, la planificación estándar traza el camino a
seguir y se constituye en un dispositivo cerrado en cuanto el criterio de verdad se define de
antemano, produciendo una subjetividad reproductivista y coartando toda posibilidad de
“fuga” hacia universos autopiéticos70
68
Recuérdese la expresión “educación bancaria”, acuñada por Paulo Freire (1968): “En la visión
‘bancaria’ de la educación, el conocimiento, es una donación de aquellos que se juzgan sabios a los que
juzgan ignorantes. Donación que se basa en una de las manifestaciones instrumentales de la ideología
de la opresión: la absolutización de la ignorancia, que constituye lo que llamamos alienación de la
ignorancia, según la cual ésta se encuentra siempre en el otro” (p. 52). Dicho pasaje de conocimiento ,
dicha donación resulta más bien un préstamo bancario en tanto una vez efectuada la operación
“dadora”, se le pide al Alumno que devuelva lo que se le ha dado en una práctica archi conocida
denominada “El exámen”.
69
“La ciencia clásica nos ha mostrado un universo mecánico, manipulable, eficaz: el universo-reloj de la
Modernidad. Esta imagen mecanicista creada por René Descartes y adaptada por Isaac Newton y sus
sucesores reemplazó a la descripción aristotélica de un universo vivo, orgánico y creativo”. Najmanovich
(2008, p.35),
70
Los Universos Autopoiéticos son sistemas que se auto-organizan: Auto: a sí mismo; y Poiesis: (griego,
creación, fabricación, construcción) Literalmente, autopoiesis significa auto-organización. El concepto
que nace en la biología de la mano de los chilenos Humberto Maturana y Francisco Varela (1973), y que
designa un proceso mediante el cual un sistema (por ejemplo, una célula, un ser vivo o una
organización) se genera a sí mismo a través de la interacción con su medio. Los sujetos construyen para
si Universos Autopoiéticos cuando crean y se recrean a partir de lo que piensan, sienten, dicen y hacen.
71
Como dijo Edgard Morin (1999) :
(…), la estrategia elabora un escenario de acción examinando las certezas y las incertidumbres de
la situación, las probabilidades, las improbabilidades [a corto o mediano plazo]. El escenario
90
creativo) del orden de la enseñanza y el aprendizaje se pueda dar. Quizás convendría aclarar
que “lo concreto y específico” es que se espera que “algo” orientado al contexto de lo
educativo (en tanto ahí estamos situados) acontezca.
Si bien en el mismo diseño, se visualizan algunas acciones primarias para generar esas
condiciones de posibilidad, de ninguna manera se establece anticipadamente el camino (único)
a seguir para alcanzar el objetivo; este- el camino- va emergiendo en la dinámica misma de la
estrategia, a partir de la relación “entre” los distintos componentes del dispositivo y la
articulación de los distintos elementos de diagramación.
Este tipo de planificación está abierta a la irrupción de imprevistos72 y a la emergencia de
acontecimientos, se nutre de ellos en tanto producen efectos no pre-vistos y por lo mismo
provocan que la estrategia se reorganice permanentemente enriqueciendo al dispositivo de
enseñanza. La planificación estratégica espera lo imprevisto y al acontecimiento, de alguna
manera los atrae y provoca, no es sin ellos.
La pedagogía, que en materia de educación sustenta este tipo de planificación, toma
posición (política) del acto educativo desde enfoques y posturas tales como la concepción de
educación como practica liberadora de Paulo Freire, la corriente educativa socio-histórica de
Vygotzki, el constructivismo respecto de la epistemología de Piaget, la Didáctica de lo Grupal
de Marta Souto, el enfoque psicopedagógico de Alicia Fernández y el enfoque filosófico de la
complejidad de Morin, como así también hacen su aporte: Matturana y Varela, Espinoza,
Heidegger, Deleuze, Foucault y Guattari. Exponentes todos ellos, nombrando solo algunos
pensadores del concierto, que ya desde hace tiempo están creando “la melodía de los nuevos
tiempos”.
Relacionado con lo todo lo anterior, pero en otro orden de cosas, nadie puede hacer que el
otro aprenda ni aprender por el otro. Ya lo expresaba Freire (1968) con su famosa frase: “(…)
nadie educa a nadie, así como tampoco nadie se educa a sí mismo, los hombres se educan en
comunión, (…)” (p. 61). En la situación de enseñanza y de aprendizaje, el proceso de
aprendizaje lo hace cada uno, desde su propia vivencia corporal y emocional, en una
comunidad de diálogo y desde la dimensión lúdico-creativa que se puede vivenciar dentro de
la escena didáctica (véase 2.1 La inteligencia como sistema multidimensional).
puede y debe ser modificado según las informaciones recogidas, los azares, contratiempos u
oportunidades encontradas en el curso del camino.
De esta manera, el docente “(…) debe asumir una actitud activa, anticipadora, abierta al cambio (…)”
(Vega Almeida: 2006).
72
Lo imprevisto incluye no solo a lo azaroso del contexto que pueda acontecer, sino también y en el
mismo orden a lo que le sucede y aporta cada uno de los miembros del grupo, e incluso al docente
mismo. Esto hace que la planificación se reorganice permanentemente.
91
Lo expresado en el párrafo anterior sustenta el tipo de planificación que lleva a concebir
otra forma representativa de la relación que se establece entre los actores principales –pero
no únicos ni excluyentes73– de la situación didáctica y el Conocimiento: éste último ya no
cumplirá el rol de actor principal, sino de objeto que mediatiza la relación entre el grupo y el
educador en la construcción de realidades de sentido doblemente dimensionadas desde lo
singular y lo colectivo de ese aprendiente y ese enseñante (ya no Alumno y Maestro,
respectivamente), aprendiendo en grupo y en una situación contextualizada. Hablamos del
conocimiento como organizador de la tarea grupal y el vínculo que, en relación, los actores
gestan entre si y con éste.
La nueva forma despoja a la forma tradicional de su carácter plano (sin pliegues), para
dotarla de volumen y consistencia (Najmanovich, s.f.). Visto de esta manera, el espacio que
queda delimitado entre los distintos actores y el conocimiento (escena que se contextualiza en
el plano institucional), se resignifica, haciendo visible la zona donde todo se pone en juego de
articulación: la Zona lúdica, vinculada directamente a la dimensión lúdico- creativa del
aprendizaje.
GRÁFICO N° 9
Objeto de conocimiento
Zona
lúdica
73
La nueva forma de representación de la escena didáctica, que mantiene la disposición de una tríada
en cuyos vértices se posicionan sus actores principales, reconoce la existencia de otros actores que
también inciden en ella, como son: las familias de los aprendientes, los actores de la institución
educativa, las condiciones de existencia institucional y demás factores del entorno que, de una u otra
manera, tienen injerencia en el desarrollo de la situación de enseñanza y de aprendizaje.
92
La triada didáctica que sustenta la planificación de un proyecto pedagógico se representa a
partir de las siguientes denominaciones de los actores intervinientes:
Con relación a la planificación estándar Con relación a la planificación estratégica
CONOCIMIENTO OBJETO DE CONOCIMIENTO
MAESTRO ENSEÑANTE
ALUMNO APRENDIENTE EN SITUACIÓN DE MIEMBRO,
PARTÍCIPE DE UN GRUPO DE APRENDIZAJE
ESPACIO “ENTRE”: PLANO ESPACIO “ENTRE”: LÚDICO, DINÁMICO, CON
PLIEGUES
93
quien conduce, sostiene y andamia el proceso. La confianza abre la puerta al permiso, que no
es otro que el permiso que cada uno de los actores se da y obtiene para explorar y
equivocarse, fantasear y emocionarse.
Habilitar, hacer visible y tangible esta Zona lúdica que para la pedagogía tradicional estuvo
vedada implica adoptar un modo lúdico para la enseñanza y el aprendizaje, favoreciendo que
ambos procesos puedan darse con autoría. En este sentido, hacer hincapié en la cuestión del
“modo” exige diferenciarlo de la “forma”, en aras de evitar confusiones.
El término “forma” se utiliza aquí para identificar la configuración general que asumen los
formatos didácticos74, es decir, la fisonomía que la expresa como totalidad organizada que
hace que unos se diferencien de otros; por su parte, el “modo” refiere a indicios de cómo los
sujetos involucrados (sean enseñantes o aprendientes) se sumergen afectivamente en una
experiencia que si bien se relaciona con la enseñanza y el aprendizaje la trasciende
sustancialmente convirtiéndose en el mejor de los casos la experiencia en un acontecimiento
mismo.
Hablar del modo lúdico de la situación didáctica requiere considerar la manera particular
que adoptan los actores involucrados en el acto de enseñar y de aprender. No es un modo o
manera cualquiera, sino uno libremente elegido, que expresa la singularidad de cada uno y
que está cargado de deseo, aventura, incertidumbre, alegrías y también tristezas.
La posibilidad de poder enseñar y aprender de este modo es inversamente proporcional al
valor (cuantitativo) del objeto de conocimiento en juego y directamente proporcional a la
libertad para transformar y recrear, para fantasear, para comunicarse con otros
emocionalmente. Representa una construcción (del conocimiento) de equilibrio inestable,
permanentemente intervenida por acontecimientos que denotan paradojas, contradicciones
(ficción/realidad; principal/secundario; permitido/prohibido, etc.). Nadie puede aprender por
74
El diseño de las situaciones de enseñanza se expresa en distintos Formatos Didácticos. Estos hacen a
las distintas formas de articular los componentes al interior de una planificación estratégica, unos con
acento o focalización en la enseñanza, a los que se denominarán Contextos de enseñanza y otros con el
objetivo de promover distintas modalidades de aprendizaje, se denominarán Modalidades de
aprendizaje . Dentro de los primeros encontramos como ejemplos: las Actividades Cotidianas o de
Rutina, las Propuestas Específicas, los Trayectos Didácticos, los Proyectos y las Unidades Didácticas,
entre otras; dentro de los segundos: La clase dirigida, el Taller, los sectores de juego y la ludoteca entre
otros. Ambos tipos de formatos aparecen articulados los de un tipo con otros, aunque no de manera
indistinta dado que las distintas formas de relacionarse con el objeto de conocimiento y aprendizaje que
promueven, implican distintas modalidades de aprendizaje. Al respecto Candia, R. (2010) explica:
“Cuando el docente asume la tarea de elaborar una propuesta de enseñanza y piensa en la forma
didáctica que les va a imprimir a los contenidos, selecciona un tipo determinado de contexto de
enseñanza, en función de la especificidad de aquello que pretende enseñar. (P. 153).” Luego, define: “Los
contextos de enseñanza son formatos que pretenden ayudar a los docentes en la tarea de encontrarles
forma didáctica a los contenidos” (p. 153).
94
el otro, por lo tanto, los miembros partícipes del grupo sólo pueden actuar (enseñar y
aprender) inmersos en esas contradicciones, exponiéndolas y exponiéndose. En este sentido,
adoptar un modo lúdico para la enseñanza y el aprendizaje es siempre un jugar-se en la
creación de uno mismo en relación y con los otros.
Aun cuando, en los intentos de comprender mejor el posicionamiento pedagógico didáctico
que aquí se plantea, “forma” y “modo” constituyan dos categorías distintas, su diferenciación
es sólo formal y, por lo tanto, relativa en la práctica. Resulta, entonces, que preguntarse por el
“modo” es preguntarse, también, por la “forma”, en tanto cada una de las formas en las que se
contextualizan las propuestas y las actividades conlleva el sentido implícito de la práctica,
como efecto deseado, y, más aún y en primera instancia, la forma que adopta la misma
planificación da cuenta del sentido de la enseñanza.
75
La cartografía es un sustantivo que denota permanente movimiento, el diseño de un terreno que
alcanzará su status de territorio en el andar. La cartografía conlleva la dinámica del arte, no reproduce
un espacio sino que construye un espacio abierto, conectable, desmontable, modificable y alterable.
76
Muchas veces, en vez de planificar al modo cartográfico, “se calcan mapas” de otros, lo cual quita la
autoría de diseño y, por lo mismo, la autoridad a quien la lleva a la práctica, en tanto no puede ser autor
de su propio desarrollo. Otras veces, se enseña sin cartografía, pero también sin mapa. En estos casos, la
escena didáctica nunca llega a crearse y el caos se prolonga a lo largo de toda la clase, produciendo un
efecto de dispersión y aburrimiento, por la falta de sentido en aquello que se está haciendo (muchas
veces: nada).
95
La visión: representa la imagen inspiradora y profética que se quiere alcanzar. Da
sentido (rumbo, direccionalidad, pero, también, emocionalidad) a la planificación.
Los lineamientos estratégicos: hacen a los principios, criterios y valores que operan
como límites de lo posible dentro de la situación didáctica. Representan el encuadre de
la práctica docente; y si bien sobre ellos da cuenta el marco teórico que la institución
por su parte y el educador por la suya explicitan en su Proyecto Anual , en la
planificación concreta de uno u otro proyecto, se expresan luego como propósitos
estratégicos, estrategias de acción y objetivos generales.
Las acciones primarias: constituyen el conjunto de acciones, propuestas y actividades
que, en primera instancia, se prevé realizar para que la estrategia comience a
dinamizarse. Comprenden aquellas acciones que favorecen tanto a que cada uno de los
integrantes del grupo se integre a la vida institucional y grupal, como a que se vaya
produciendo el encuentro entre educador y grupo en un tiempo, espacio y proyecto
común. Como parte de lo andante que caracteriza a este tipo de planificación, a las
acciones primarias previstas, se le irán agregando otras que van surgiendo como
producto de ese andar.
La organización de las propuestas
Al inicio de clases, el espacio físico de la sala no estaba preparado para que los niños y
niñas con sus familias pudieran permanecer ahí (veníamos de un paro docente que
anunciaba el no inicio de clases pero éste se levantó el mismo día del comienzo), razón
por la cual había decido hacer actividades en el patio. Cuando los chicos y sus familias
ingresaban a la institución, se largó a llover fuertemente, con lo cual quedó inhabilitado
el patio.
A sabiendas de que algunos de los propósitos que tenía para el inicio de clases era la
apropiación subjetiva del espacio y tiempo, el establecimiento de relaciones entre los
niños y la interactuación que les fuera dando algo en común, tomé la decisión de
reorganizar la planificación prevista y, en vez de irnos al patio cubierto (que ya estaba
solicitado por las docentes de otras salas), entré a la sala y con gesto de sorpresa me
dirigí a los niños y niñas y a sus familiares acompañantes y les dije: “¡Miren como está la
sala! ¡Así no podemos jugar!, ¿alguno de ustedes tiene alguna propuesta?”. “¿Y si la
ordenamos todos juntos?”, dijo una madre…
Entramos todos juntos a la sala y pregunté si alguien encontraba un lugar donde
pudiéramos poner todos juntos las pertenencias que habían traído (bolsón de materiales
solicitados, mochilas con las “cosas para la merienda”, etc.)… Así fuimos organizándonos
en el espacio y entre nosotros. La tarea de acomodar y preparar la sala para poder jugar
juntos nos llevó prácticamente 2 horas. Cuando terminamos y aplaudimos, uno de los
niños exclamó: “¡Ahora sí!, ¡a jugar con los juguetes!”.
Sin esperar demasiada autorización, el niño de la propuesta y un grupo más que lo siguió
empezaron a jugar en el sector de construcciones, yo puse una música alegre y me
arrimé a los que aún permanecían cerca de sus familiares, proponiéndoles organizar una
merienda para festejar.
96
Sin haberlo previsto, los niños y niñas con sus familiares permanecieron en la sala casi el
horario completo de una jornada, con lo cual me preguntaba, en ese momento, cómo
decirles que al otro día solo vendrían 1 hora al jardín. Decidí hacer un cierre de la jornada
y plantear esta disyuntiva abiertamente al grupo total y entre todos resolvimos que, al
día siguiente, la mayoría vendría la jornada completa y que los que necesitaban lo harían
con sus familiares. (Registro de una narrativa docente).
[El entorno genérico], (…) que agrupa a todos los elementos que afectan por igual al
conjunto de [grupos/miembros de un grupo] en un tiempo y espacio determinados (…) [y
el entorno específico], (…) que se refiere a aquellos factores que influyen sobre los
resultados de un grupo (…) con características comunes (…) (Cuervo García et al.: 2008).
Al inicio de todo encuentro con un grupo, el educador que tiene en cuenta el entorno, sea
de uno u otro tipo, siempre realiza un diagnóstico cartográfico del mismo. Éste consiste en un
diagnóstico de situación del “aquí y ahora” de ese escenario didáctico, que orientará la toma
de decisiones sobre las acciones primarias a realizar (véase 3.2 Indicadores que orientan el
accionar de la tarea del educador).
Afrontar la incertidumbre del entorno implica, la elaboración de una estrategia que
contemple tanto los imprevistos como los acontecimientos como parte inherente y
constitutiva de la dinámica del sistema. De la mayor o menor consideración que se tenga de
esta cuestión, dependerá el andar de una planificación estratégica, pero también dependerá
de la capacidad que tenga el educador para activar y movilizar los recursos y para responder,
en forma pertinente, a las nuevas necesidades surgidas por las cambiantes condiciones del
entorno.
Una planificación estratégica de carácter abierto puede hacer que quien sea novato en esta
materia, se pierda y transforme su accionar en un activismo sin ningún tipo de “cuadrante de
reorganización”. Para disminuir este efecto, o intentar desarmar cualquier intento de
77
La planificación estratégica de una situación didáctica está condicionada por la influencia de factores exógenos
concretos –culturales, tecnológicos, educacionales, políticos, legales, sociales, económicos y otros—, en
determinadas circunstancias históricas. Básicamente y sin entrar en demasiados detalles para destacar lo pertinente
a estas páginas, quienes teorizan alrededor del concepto de “sistemas abiertos” de Von Bertalanffy (1968) y del de
“estructuras disipativas” de Prigogine (1967) plantean la relación dinámica entre los sistemas y su entorno, su
interacción e intercambio de materia y energía, que les permite mantener el equilibrio en aras del orden.
(Wikipedia: s.f. y Pacotraver: abril de 2010).
97
resistencia a intentarlo), se propone utilizar elementos propios de la cartografía (adaptados al
contexto educativo). A modo de herramientas de diseño, estos elementos, ayudan al
educador a posicionarse dentro de la estrategia y a comprender manifestaciones de conductas
y acontecimientos como posicionamientos existenciales en la escena. Estos son: las
coordenadas, los planos y los territorios.
Las coordenadas
Representan importantes sistemas de referencia a tener en cuenta al tiempo de diseñar
propuestas didácticas pertinentes e identificar las características de los acontecimientos según
el tipo de coordenada sobre la cual se actúa. Si bien estas coordenadas ya fueron presentadas
y definidas con relación al proceso grupal. Aquí se retoman en función del diseño de una
planificación estratégica:
La coordenada de la CONFIANZA: representa el primer campo de actuación sobre el cual el
educador se posiciona para trabajar con el grupo. Para que puedan “entrar en situación de
aprendizaje”, los sujetos tendrán que sentirse seguros de que “nada malo les puede pasar”.
Para ello, el educador que tiene en cuenta los trabajos lúdicos que resultan necesarios hacerse
y las etapas de la conformación grupal, apelará a la utilización de técnicas lúdicas de
animación grupal (véase 3.3 Técnicas lúdicas grupales: a) Técnicas lúdicas de Iniciación
Grupal) que, paulatinamente, irán permitiendo a los miembros del grupo habitar la escena
didáctica, como “Territorio Lúdico de Existencia”78. Vale decir que las herramientas con las que
el docente trabaja, invitan a los participantes a sumergirse en “la dimensión del como si”
(dimensión lúdico-creativa). Dentro de ella, lo que se hace se vive lúdicamente, sin
comprometer, desde “la dimensión de lo real”, al sujeto que se pone en juego (Véase 1.3
Etapas que conforman el proceso de iniciación desde la perspectiva grupal y 2.3 Los jugares
de la iniciación).
La coordenada del PROYECTO: las acciones que el educador realiza teniendo como eje la
primera de las coordenadas dan paso a la elaboración simbólica de un proyecto de actuación
conjunta denominado, el Proyecto Pedagógico Lúdico Grupal que si bien ya se ha venido
trabajado se abordará detalladamente luego en el punto 4.2) . Si bien el docente ha previsto,
dentro de su Proyecto Pedagógico, acciones primarias que propicien el encuentro entre el
grupo y el educador para la elaboración de este proyecto, necesita, para avanzar, el
78
Para comprender mejor el concepto de “Territorio Lúdico de Existencia”, es necesario diferenciar las
nociones de “campo de juego” y “territorio lúdico”: la primera alude al espacio acordado, preparado
intencional y materialmente para el hacer lúdico; la segunda, en cambio, refiere al espacio percibido y
habitado desde lo subjetivo en el cual el sujeto despliega con confianza todo su potencial.
98
consentimiento del grupo; éste incluso a partir de su participación puede proponer sucesivas
modificaciones (a las primeras ideaciones que se hagan) o incluso transformaciones totales en
el devenir de la creación colectiva.
De a poco, el educador intentará traspasar, al grupo, algo del poder de decisión que él tiene
(por su rol de líder impuesto) sobre lo que, finalmente, será la tarea pedagógica central79. El
objetivo es la elaboración conjunta de un PPL-G, en el cual, a mayor participación del grupo,
mayor será la apropiación y el compromiso por parte de éste.
79
Es lo que recibe el nombre de traspaso del poder de juego. Léase, al respecto, Kac, M. (s.f.).
99
El plano de inmanencia representa la superficie sobre la cual se genera la confianza
necesaria para iniciar todo proceso de aprendizaje; a tal fin, se pondrán en acto los trabajos
lúdicos grupales de interrelación e interactuación que habilitan al grupo a entrar en ese “como
si” que caracteriza al “Territorio Lúdico de Existencia”. Sobre este plano emerge el deseo de
ser, estar, sentir, pensar, hacer y aprender juntos. En términos de Sartre, es este el momento
de la salida del estado de serialidad.
No existe un modo único para diseñar cartografías. Este tipo de instrumento es diseñado
por cada cartógrafo (educador) conforme a los elementos de diagramación, las coordenadas,
los planos territoriales y los conocimientos, recursos, herramientas y la capacidad para definir
y trabajar con los diversos componentes del dispositivo.
80
La misma tarea explícita crea conflictos en la dinámica grupal, cuyo abordaje constituye, por parte del educador,
la tarea implícita (véase 3.3 Técnicas lúdicas grupales y 3.4 Batería de técnicas lúdicas grupales).
100
Para la escritura concreta del proyecto, en tanto planificación de una estrategia, no todo
se escribe siempre lineal ni detalladamente; esto dependerá de la explicitación que se haya
hecho o no de algunos componentes (y cuáles), en el Proyecto Anual, de los destinatarios de
la planificación y otras tantas variables. A modo de lo que son, estos elementos cartográficos
ayudan al educador a posicionarse en la escena con un pensamiento estratégico, organizando
tiempos y formas y favoreciendo la toma de decisiones respecto de la pertinencia de las
propuestas de enseñanza que crea. El siguiente gráfico ayudará al lector a integrar lo expuesto:
Gráfico N°9
Narrativa
Trascendencia
Proyecto
Consistencia
Insistencia
Inmanencia Confianza
101
La lógica que enlaza los componentes de este tipo de proyecto combina lo racional y lo
lúdico en una articulación particular, que se diseña y se produce, entre el conocimiento a ser
construido, el modo lúdico de la enseñanza y el aprendizaje, el aprendizaje grupal y el contexto
situacional en el que se crea. Posicionado, estratégicamente, en la coordenada del proyecto y
en el plano de consistencia, el educador va realizando un paulatino “traspaso del poder de
juego” (que ya ha iniciado en el “contrato” que acordó con el grupo, en el plano de insistencia)
que favorece –a partir de un quantum de emocionalidad, curiosidad, intriga, deseo, aventura
y, también, tristezas o angustias81– la apropiación del proyecto por parte de los niños. Éstos
actúan como artistas que diseñan el bosquejo de su obra.
En cuanto a la edad y capacidad de participación y toma de decisión de los participantes,
el PPL-G no se utiliza como elemento estratégico sólo con quienes pueden explícitamente
hacer con los otros en una construcción colectiva, ya desde la sala de bebés el docente que
cree que el niño y los niños pueden aprender colectivamente y quiere que así sea, crea un
espacio lúdico de posibilidad en el cual a partir de la mirada docente puede ir ayudando a los
pequeños en este aprendizaje. Solo es necesario creer, querer y crear espacios de posibilidad.
Estábamos en la alfombra y yo había dispuesto una serie materiales didácticos con los
que iríamos a jugar con los bebés. Casi instintivamente tomé la sonaja y comencé a
moverla para llamar la atención de los chicos y si bien algunos comenzaron a
“regalarme” una sonrisa, Lucas se desplazó gateando hacia donde estaban los cubos de
goma espuma y me sentó a jugar con el; como adentro tenía cascabeles, produjo un
sonido que llamó la atención de sus compañeros lo cual provocó que hasta yo dejara de
hacer lo que estaba haciendo. Me acerqué a Lucas y sin decir palabra le puse otro cubo
sobre el de él, sonriendo me miró y lo volteó iniciando un juego conmigo.
Después de consolidar el formato de juego, le ofrecí cubos de goma espuma a los demás
niños y en seguida todos empezaron a participar de “nuestro juego”.
A diferencia del Proyecto Pedagógico (PP), que es propio de cada docente, el PPL-G se deja
ver, se hace “tangible” y comunicable cuando, a partir de un incipiente e informal título que lo
enuncia, puede ser identificado por los niños, el educador y hasta por las familias. El título da
cuenta del argumento que a modo de “hilo conductor”82 lo atraviesa y hace que “comience a
funcionar” cual dispositivo de actuación conjunta al interior de la escena didáctica.
81
Se habla de “tristezas” o “angustias” que se ponen en juego al diseñarse el PPL-G, haciendo referencia
al caso particular del proyecto que atraviesa el proceso de iniciación y que intenta canalizar la angustia
misma que conlleva el aprender, de a poco, a integrarse en una nueva realidad extra-familiar.
82
La posibilidad concreta de que el título, a modo de “hilo conductor” del PPL-G, resulte una propuesta
más o menos conjunta dependerá de la edad de los miembros del grupo. Cuanto más pequeños sean los
niños, mayor será la participación del educador en las propuestas que plantee, siendo inversamente
proporcional si éstos son más grandes. De una u otra forma, no puede olvidarse que la responsabilidad
didáctica siempre es del educador y, en este sentido, será el docente quien dé, finalmente, “la forma
didáctica” al PPL-G, asegurándose que resulte una verdadera y significativa experiencia educativa. Este
último comentario es pertinente en tanto, muchas veces, los educadores novatos o inexpertos, con
102
El hilo conductor adquiere la consistencia de guión o libreto, con la particularidad de que
siempre está en estado de escritura, es abierto. El título del PPL-G se establece de antemano,
provisoriamente, pero se va trabajando; sucede que, en general, éste se termina de acordar
como síntesis de lo realizado (coordenada de la narrativa y plano de trascendencia).
Dentro del proyecto anual y como parte del proyecto pedagógico de iniciación del año
lectivo, yo me había propuesto trabajar con los niños “la escuela Belgrano”, como primer
ámbito en el cual ellos irían a participar, activamente, fuera del contexto de la familia.
Para ello, esperé la oportunidad y, al final, pudimos elaborar entre todos el primer
proyecto: seríamos “los detectives de la escuela, que buscan saber dónde está escondida
la campana que las maestras de la primaria tocaban, cuando el abuelo de Maxi venía a
estudiar acá”. Cuando el proyecto terminó, los niños preguntaron cuándo volverían a
jugar a “encontrar la campana”. Finalmente, así titulé al PPL-G y lo escribí en mi carpeta:
“La campana del abuelo de Maxi”. (Fragmento de una entrevista realizada a la Prof.
Mónica Kac)
Este tipo de proyecto articula e integra la lógica adulta del docente con la lógica infantil de
los aprendientes, ambos en relación con una serie de conocimientos (selección de contenidos)
que se disponen para la enseñanza y el aprendizaje y que se nuclean y singularizan como
problemática de análisis, enunciada como parte del argumento del hilo conductor del
proyecto. Desde esta articulación, el educador enseña (da señas acerca de por dónde se
construye el conocimiento) aquello que los niños, en calidad de aprendientes, de una u otra
manera, reclaman aprender para poder llevar adelante el PPL-G.
D– ¿Y cómo empezamos a buscar la campana si ni siquiera sabemos cómo es de grande
la escuela?
Ñ1– ¿Y por qué no vamos a ver…?
D– ¿A ver cómo es la escuela? ¡Ah, que “piola”! Yo después no me voy a acordar todos
los lugares.
Ñ2– ¿Y si dibujamos lo que vemos?
D– Podríamos hacer un croquis de la escuela… ¿Saben lo que es un croquis?
Ñs– ¡¡¡Nooooo!!!
D– Entonces, ¿qué les parece si mañana aprendemos lo que es? Y van a ver que nos sirve
para conocer la escuela y decidir por dónde empezar a buscar la campana que había
aquí cuando venía el abuelo de Maxi.
(Fragmento de una narrativa evaluativa de la docente Mónica Kac).
deseos de formarse en una didáctica que tenga como eje el juego y el grupo, suelen desbalancear el
PPL-G en lo que pesa de educativo, haciendo hincapié en el juego que éste representa y que, por lo
mismo, asegura el éxito en la adhesión por parte de los niños (incluso en lo que despierta en el
educador como interés).
103
Didáctica (UD) “La escuela en la cual se encuentra el Jardín”83, a la cual también se vinculan los
fragmentos de la entrevista y la narrativa evaluativa anteriormente transcriptos.
GRÁFICO N° 10
“Jugar a encontrar la
campana que había en
“La escuela en la cual “La campana del
la escuela cuando venía
se encuentra el Jardín” abuelo de Maxi”.
el abuelo de Maxi”
83
El docente planificó una UD para llevar adelante con un grupo de la sección de 4 años, de un Jardín céntrico de la
ciudad de Rosario, Santa Fe, Argentina. La tituló “La escuela en la cual se encuentra incorporado, ediliciamente, el
Jardín de infantes”. El PPL-G, por su parte, fue nombrado “La campana del abuelo de Maxi”. Esta aclaración permite
entender que todo PPL-G está sostenido en un contexto de enseñanza, sea una Unidad Didáctica, un Proyecto y una
Propuesta Específica (Candia, 2010).
84
La táctica es el conjunto de componentes que se integran para satisfacer una situación. Es el proceso en que se
conjugan todas las posibilidades, para dar una solución a las disímiles situaciones imprevistas y cambiantes que se
crean. Las tácticas constituyen maneras particulares de hacer.
104
planificación de un proyecto anual de cualquier índole, como por ejemplo para el Proyecto
Pedagógico Institucional, de ahora en más el PPI o Proyecto institucional.
En el Proyecto Anual, el docente, de una u otra forma, sintetiza y expresa su pertenencia
cultural a comunidades más amplias como por ejemplo una época, un país, una región, el nivel
del sistema escolar en el cual está inscripto, la comunidad educativa y la institución escolar a la
cual pertenece y en la cual su tarea se contextualiza.
La planificación de este proyecto le otorga rumbo y dirección a los sub-proyectos que
planifica a su interior (al respecto se ampliará mas adelante), se diseña a partir de una serie de
elementos de diagramación que, en líneas generales, representan a aquellas consideraciones
que ayudan al docente a ir dando forma y sustento a la mega estrategia que diseña para
enseñar y que los niños puedan aprender. Si bien se planifica durante el mes anterior al inicio
formal del año lectivo, la mega estrategia, se va reorganizando en el andar del proyecto
mismo.
Teniendo en cuenta los elementos cartográficos de toda planificación estratégica, el educador
visualiza la totalidad del año subdividido en tres grandes períodos. El objetivo (estratégico) es
configurar, como plataforma de sostén del año, el terreno donde el proceso de enseñanza y el
proceso de aprendizaje de cada uno de los niños aprendiendo en grupo, se llevará adelante.
Las coordenadas se utilizan aquí como líneas de posicionamiento; en la articulación de
sentido entre las características que asume cada período y las que asume cada una de las
coordenadas, se pone de manifiesto lo que el docente está dado a promover en cada uno de
estos grandes períodos: construcción de un clima de confianza y seguridad, el proyecto que
nuclea a educadores y niños y la revisión-reflexión de los vivenciado en aras de construir
experiencia, respectivamente.
105
Los sub-proyectos al interior de los períodos del año. Propósitos estratégicos.
El docente de cada sección planifica su Proyecto Anual diseñando a su interior a su vez tres
grandes sub-proyectos: El Proyecto Pedagógico de Iniciación del Año Lectivo -de ahora en más
PPIAL o Proyecto de iniciación-, el Proyecto Pedagógico de Desarrollo del Año Lectivo -de
ahora en más se lo nombrará PPDAL o Proyecto de desarrollo- y el Proyecto Pedagógico de
Cierre del Año Lectivo, al cual por su parte se lo denominará PPCAL o Proyecto de Cierre.
85
Los respectivos diagnósticos darán cuenta del ECRO grupal. Sobre ECRO, véase 3.2 Indicadores que
orientan el accionar de la tarea del educador.
86
Los nodos pedagógicos son puntos en donde se anudan distintas líneas de sentido en un núcleo de
contenidos, temas o problemáticas a ser trabajados.
87
La evaluación se concibe como un proceso de valoración en el cual se recoge y analiza la información
acerca de lo acontecido en el encuentro grupal. La intención es utilizar ese análisis para mejorar lo
necesario en relación al proceso grupal del aprendizaje. No se evalúa para medir o calificar los
resultados, sino para revisar el compromiso individual y colectivo con el accionar grupal y con el
aprendizaje, como así también la capacidad de disfrute del juego compartido. Con mayor o menor
complejidad, siempre es deseable que se realice, al final de cada uno de los períodos como síntesis
parcial del proceso.
106
- el favorecimiento de las condiciones en que, grupalmente, los niños y el educador
podrán ir diseñando pequeños proyectos o proyectos de corta duración hasta que,
hacia la última semana del periodo de iniciación, logren diseñar un proyecto común que
consolide la etapa de la integración. Éste proyecto, al cual aquí se hace referencia, es
uno de los elementos de diagramación más relevantes de la planificación estratégica, se
lo ha venido trabajando como el Proyecto Pedagógico Lúdico y grupal (PPL-G) y se le
dedicará también, más adelante en esta parte del libro, un punto específico de
tratamiento.
107
El Proyecto de cierre es el proyecto que el educador elabora como finalización del
Proyecto Anual. El propósito es poder hacer una evaluación88 de los aprendizajes realizados
tanto por los niños, el grupo en su proceso de aprendizaje grupal, como así también, el
aprendizaje mismo que el docente ha podido realizar.
Este último sub-proyecto se divide, a su vez, en tres partes que se corresponden con tres
instancias bien definidas:
1. La primera instancia implica elaborar un proyecto común con los niños con propuestas que
desde la intencionalidad docente, inviten a los niños a transpolar (trasladar) lo aprendido
durante el año a estas nuevas propuestas didácticas. La observación y registro de lo que el
docente observe, le permitirá hacer su valoración respecto de qué aprendizajes se han
promovido y han podido realizar los niños, se dará cuenta de aquellos contenidos
importantes que no fueron puestos a disposición e intervención en las distintas
problematizaciones didácticas y/o los que no han tenido ningún grado de apropiación por
parte de los pequeños. El análisis de los registros se convertirá en el insumo de trabajo para
el diseño de nuevas propuestas o reedición de las ya realizadas planificadas de otro modo
o con otras estrategias. Al mismo tiempo, esta primera instancia contempla la síntesis e
integración que los niños89 puedan hacer sobre lo trabajado durante el año y la evaluación
de la dinámica que atravesó tanto la enseñanza como el aprendizaje grupal, acciones, éstas,
que también permitirán involucrar aquello que no se ha logrado en el Proyecto que
docentes y niños idearon para la segunda instancia.
2. La segunda instancia implica elaborar, conjuntamente, el último PPL-G del año, con
propuestas que le permitan hacer un último análisis valorativo. Se incluye, también aquí,
una nueva y final evaluación con los niños. Generalmente, este último proyecto grupal
coincide con lo que el grupo con el docente puedan llegar a producir para la muestra de fin
de año.
88
La evaluación se concibe como un proceso en el cual se recoge y analiza la información acerca de lo
acontecido en el proceso grupal e individual que cada uno de los actores hay podido realizar. La
intención es utilizar ese análisis para mejorar. No se evalúa para medir o calificar los resultados, sino
para revisar el compromiso individual y colectivo con el accionar grupal y con el aprendizaje, o,
simplemente, la capacidad de disfrute del juego compartido. Con mayor o menor complejidad, siempre
es deseable que se realice, al final de cada período, una evaluación de lo realizado, sin dejar de
mencionar el cierre evaluativo metacognitivo que también es pertinente hacer en cada tras cada
propuesta realizada.
89
Considerándose que los niños de la educación infantil , dada su corta edad que por lo mismo denota
el inmaduro desarrollo de algunas de sus capacidades, los procesos de síntesis e integración de los
aprendizajes, como la evaluación de la dinámica grupal requiere considerárselos como un aprendizaje
en si mismos. Para ello, y desde la dimensión lúdico-creativa del aprendizaje se crearán recursos y
utilizarán técnicas grupales de evaluación.
108
3. La tercera instancia del Proyecto de cierre se corresponde con la organización de una
muestra de aprendizajes al resto de las secciones de la institución y a las familias, en el
marco de una despedida grupal y fiesta de cierre del año.
GRAFICO N° 11
Proyecto Pedagógico Anual
(PPA)
conformación Período de
Desarrollo de los
grupal evaluación
Diagnósticos “nodos
docente y
grupales pedagógicos” a
valoración de
partir del diseño
aprendizajes
de uno o más
PPL-G
Haciendo una síntesis de lo expuesto hasta aquí, se han expuesto cuestiones en relación a
la Planificación como parte de la estrategia abierta, se ha propuesto la subdivisión del año
lectivo en períodos y se ha evidenciado la relación que se establece entre los períodos, las
coordenadas, la perspectiva de los planos de visualización y la construcción en terreno de
distintos tipos de territorios a ser habitados en distintos momentos del año. Se ofrece un
cuadro a modo de ayuda visual:
insistencia existencia
Desarrollo Proyecto consistencia Territorio de la Creación
y el Aprendizaje
Cierre Narrativa Trascendencia Territorio de la Narrativa
109
De manera no excluyente, y siendo para cada docente más o menos relevante unos más
que otros, se enumeran aquí los “Elementos de diagramación” que consideramos resultan
importantes tener en cuenta para planificar estratégicamente el año lectivo. Se sugiere, así
mismo, poner éstos en consonancia con los elementos de diagramación que de manera
general se proponen para toda planificación estratégica (Véase Parte 4.1).
El marco teórico desde el cual cada educador se posiciona para llevar adelante su
práctica educativa. Por ejemplo su concepción de: educación formal, infancia y niñez,
grupo de aprendizaje, educador, enseñanza, aprendizaje, juego, evaluación,
organización didáctica del nivel inicial, su posicionamiento respecto del trabajo con las
familias, entre otros conceptos que considere necesarios como “ caja de herramientas
teóricas” que tiene inscripta para emprender su tarea.
Los propósitos estratégicos y estrategias de acción que, de manera general, definen el
diseño de la estrategia propiamente dicha y los lineamientos que hacen a la forma de
llevarla a cabo.
Los objetivos generales que se propone para con el grupo, para con cada niño, para con
el trabajo conjunto con las familias, para con el equipo de trabajo y para consigo mismo.
La selección de contenidos anuales que luego se trabajarán en los sub-proyectos.
La agenda de la sección, en función del calendario escolar y la agenda institucional90
Los ejes transversales que, como proyectos institucionales, se decidan trabajar a lo largo
del año.
La organización del año lectivo en períodos, estableciendo las características generales
que definen a cada uno.
La modalidad de trabajo institucional: ej: Proyectos institucionales, proyectos grupales,
trabajo en Talleres, el juego en sectores, ludoteca; otros.
La modalidad de acompañamiento valorativo de los aprendizajes del grupo y de cada
niño, por ejemplo: evaluaciones de seguimiento y acompañamiento permanente,
evaluaciones parciales al cierre de cada período y evaluación final.
El modelo orientador para los registros de las observaciones e informes.
El Hilo Conductor Institucional 91
del año y el modo en que éste atravesará su propio
Proyecto Anual.
90
Sobre el tema de Calendarios y Agendas institucionales, sugerimos leer el textos “La planificación en la
educación infantil, léase Candia, R. (2010).
91
El Hilo Conductor Institucional hace al argumento que cual película a ser guionada, producida y
realizada la institución, a través del trabajo didáctico de los docentes, se imagina como posible para ese
110
La acciones primarias generales, que se diseñan tomando consciencia de las distintas
coordenadas, planos y territorios que dan sustento a la mega estrategia anual.
El listado de niños, hoja de datos y referencias de cada uno (se puede adjuntar también
en un anexo los informes finales del año anterior del grupo y de cada niño)
El cronograma semanal estándar previsto, en el cual se incluyen los horarios generales y
los de las áreas especiales.
El Espacio Educativo y Recreativo Amanecer es una institución que, aunque con otro
nombre, tiene una historia en el barrio de casi 10 años o más. Hace solo un año, se hizo cargo
de la misma otra Directora, que redefinió su proyecto educativo y en función de ello también
cambió el nombre de la institución. Con la Visión de llegar a ser una institución que promueva
el desarrollo integral y aprendizaje creativo de los niños, la misma institución con el renovado
año, sin que por esto esa película, sea la que finalmente acontezca. En el acuerdo que establezca con los
grupos de niños, ésta se va a singularizar como un proyecto compartido, adquiriendo otros posibles
argumentos o enriqueciéndose la misma en la elaboración colectiva.
111
equipo de docentes, diseñaron un Proyecto Institucional. La particularidad de éste fue que,
pretendiendo encontrarse con los niños, sus familias y la comunidad del barrio, el proyecto se
diseñó estratégicamente a partir de la acción primaria de un Proyecto Lúdico Institucional92 al
que bautizaron “Noticias de un pueblo que se anima a crecer”.
Si bien ese fue el nombre que se le puso y escribió en el proyecto, con los niños y para usar
una denominación entendible para todos, se lo llamó informalmente: “Noticias de Amanecer”
Los actores institucionales involucrados en el diseño del proyecto fueron el plantel
docente, las familias de los niños que asisten al jardín, representantes de las instituciones y
negocios del barrio y la asesora pedagógica. En una serie de reuniones parciales y generales, se
acordaron el sentido y contenido de algunos de los elementos de diagramación del Proyecto
Institucional y se esbozaron las primeras líneas argumentales del hilo conductor del año. A
continuación se planificaron las acciones primarias de carácter institucional y las que
correspondían a cada grupo de niños con el objetivo de ir buscando y reconociendo espacios
de encuentro para avanzar en el diseño del hilo conductor CON los niños (atendiendo siempre
y como condición, a las posibilidades de la edad de los pequeños).
Primeras líneas argumentales del hilo conductor del Proyecto Lúdico institucional
“Amanecer es un pueblo que tiene una población muy chiquita y que como comunidad
están aprendiendo a conocerse. Para ello, el grupo que ayuda al pueblo a crecer, decidió crear
un “Noticiero” con algunas particularidades muy llamativas: algunas veces sale en televisión,
otras en radio y otras en el diario del pueblo 93.
A través del programa, los vecinos de cada barrio (grupos) escuchan las noticias del pueblo
que casi siempre son alegres y se trataban de eventos que se organizan para que los vecinos
se encuentren.
- Trabajar con los adultos acompañantes de los niños que se están incorporando a la vida
institucional , con aquellos que se quedan en el jardín con los niños, en:
92
El Proyecto Pedagógico lúdico Institucional responde a las mismas características que el Proyecto
Pedagógico Lúdico Grupal diferenciándose en que el acuerdo se realiza entre el equipo docente y la
comunidad educativa que incluye a las familias y a las instituciones y comercios del barrio.
93
La decisión argumental que el noticiero pueda aparecer en tres soportes distintos, fue pensada
estratégicamente para que quienes asumieran los roles no se desgasten y se pudiera jugar con las
distintas variables en función de los distintos imponderables o imprevistos; esto aparte de emular la
realidad de los medios de comunicación.
112
o La ambientación del espacio físico de la institución de manera tal que tenga cierto
aire a pueblo, por ejemplo se pensó en ponerle nombre a los pasillos como si
fueran nombres de calles, pintar árboles en las paredes del patio de juego como si
fuera una plaza, hacer una biblioteca institucional para las familias y los niños a
modo de kiosco de revistas y que tanto a la entrada como a la salida se puedan
pedir prestado al kiosquero los libros y revistas ( previamente donados por las
familias)
o La confección del televisor, la radio y el diario que se usarán como soporte
durante el año para trasmitir el programa o para que aparezcan las noticias que se
leerán.
o La creación de la cortina musical y algunas publicidades,
o Y otros elementos que se consideren necesarios y/o surjan en el momento
- Organizar, como dinámica de inicio y cierre institucional en cada turno, rondas de
encuentro con todos los niños y docentes del Jardín de manera tal que desde principio
de año se pueda percibir la idea de comunidad.
- Instalar en las rondas institucionales y de cada grupo, durante la primera semana de
inicio la pregunta por “las noticias” que cada uno pudiera tener y desee compartir
(ofreciéndose en todos los casos alguna docente como ejemplo de lo que significa una
noticia y ésta emulando las que el equipo docente ya tenía pergeñada).
- Invitar a las familias de los niños a participar en la medida de lo posible de 5 a 10’ de las
rondas de cierre de la jornada de cada turno, alentando de esta manera a que los niños
tengan deseos de contar lo que realizaron ese día y para qué, cómo, etc.
- Organizar, planificar y llevar a cabo cada docente y para con cada grupo, propuestas
tendientes a poner en juego los trabajos lúdicos de la iniciación (ver en este libro) al
interior de cada grupo y en relación a las demás secciones.
- Favorecer instancias de juego espontaneo entre los distintos grupos y con las docentes
de manera tal que posibilite a las mismas estar atentas y escuchar las distintas
temáticas de juego de los niños, como así también observar y participar de algunos
formatos de juego que los niños por su cuenta planteen.
- Generar incidentes las docentes que pongan a los niños de cada grupo en situación de
responder como se llaman como grupo más allá del color de la sala o de los muebles
(aspecto este que costaba modificar en tanto la experiencia anterior de muchas de las
docentes era nombrar a los grupos de niños por el color de las paredes de la sala. ¿….?).
- Pasada la primera semana de inicio, presentar en la ronda de inicio institucional de
cada turno, en un escenario preparado a modo de gran televisor al Programa “Noticias
113
de Amanecer” con las ayudantes de sala (las auxiliares, como las llaman en algunas
instituciones) caracterizadas con una estética simple y graciosa para no asustar a los
más pequeños.
114
Elementos Cartográficos que ayudan a diagramando la estrategia
Narrativa
Sem. Planos Lunes Martes Miércoles Jueves Viernes
Territorios
4 Plano de
trascendencia.
Territorio de
la Narrativa
3 Plano de
Consistencia.
2 Territorio de Proyecto
la creatividad
y el
aprendizaje
PPLG
1 Plano de
inmanencia e
insistencia
Territorio
lúdico
existencias y
de la Iniciativa
Confianza
115
Elementos de diagramación :
116
enseñanza que articulen el argumentales que permitan entramar los de la confianza ( especificadas
conocimiento, el aprendizaje distintos aspectos en cuestión. en el desarrollo del proyecto)
grupal, la corporalidad y el juego
como modalidad de relación
(modo lúdico), de forma tal que
se favorezca el que cada uno y el
grupo puedan aprender y jugar ,
jugándose en aquello que les va
pasando
Favorecer las condiciones para Diseñar propuestas contextualizadas en En relación con la coordenada
que emerjan oportunidades de formatos didácticos abiertos que habiliten del proyecto ( especificadas en
diseño de pequeños proyectos o la participación de los niños con la propia el desarrollo del proyecto)
proyectos de corta duración elaboración de propuestas para hacer
hasta que, hacia la última juntos.
semana del periodo de
iniciación, logren diseñar un
proyecto común que consolide la
etapa de la integración.
Hacer una valoración de la Realizar informes valorativos tanto En relación con la coordenada
vivencia y los aprendizajes individuales como grupales. de la narrativa ( especificadas
realizados durante el período, en el desarrollo del proyecto)
vale una evaluación tanto a nivel
individual, grupal con las familias
y el propio.
Objetivos generales del período que se proponen para con el grupo en relación a los
propósitos estratégicos y ampliación pertinente: a completar
Selección de contenidos que se ponen en juego de enseñanza y aprendizaje en este
primer proyecto (se desprenden del Proyecto Anual de la docente y aquí se
especifican) a completar
Modalidad de trabajo (selección de formatos didácticos ej: Propuestas específicas
proyectos de corta duración, el juego en sectores, ludoteca; otros): a completar
117
Modalidad de acompañamiento valorativo de los aprendizajes del grupo y de cada
niño, por ejemplo: evaluaciones de seguimiento y acompañamiento permanente,
evaluaciones parciales al cierre del período y evaluación final: a completar
Modelo orientador para los registros de las observaciones e informes: a completar
El Hilo Conductor Institucional del año y el modo en que éste atravesará su propio
Proyecto Anual: a completar
El cronograma semanal estándar previsto, en el cual se incluyen los horarios generales
y los de las áreas especiales: a completar
La organización de las semanas, teniendo en cuenta el establecimiento de
coordenadas y planos para la construcción de territorios existenciales, se organizarán
las semanas según ejes preponderantes de trabajo :
Ejes de Trabajo:
o Semana 3: ¿Quiénes son los vecinos que viven en los otros barrios del Pueblo
Amanecer? ¡Empieza el Noticiero!, ¿Qué le contamos?
Semana Nº1:
118
o “Todos a limpiar la sala”. ¡qué sucias que están estas paredes! ¿qué les parece si
las limpiamos con esponjas y agua? (se realizarán con intensión manchas de
témpera lavable en las paredes que están pintadas con esmalte sintético).También
se pueden limpiar mesas y sillas jugando con las esponjas y haciendo espuma.
o “Diseñando nuestro espacio”. ¿Dónde ubicamos las mesas para trabajar mejor? Y
todos los días van cambiando la/s mesa/s de lugar, sentándose , probando su
ubicación, cambiándose de lugar y conversando en grupo total, a ver qué lugar le
pareció mejor a cada uno (se promoverá que intenten argumentar).
o “¿y los trabajos de plástica, donde van? Un día probamos pegarlo en la pared (se
puede utilizar cinta pintor o de papel para que los niños aparte de pegar sus
producciones, jueguen a pegar y despegar la cinta) , otro dejarlos en la estantería,
viendo qué posibilidad es la que conviene, dialogando y decidiendo entre todos.
o “Todos con todo”. ¿Jugamos con todos los materiales que hay en la sala? ¿y si los
ordenamos juntos por sectores de juego? Debaten entre todos prueban, charlan,
concilian, al igual que el espacio de juego-trabajo para cada propuesta. ¿Y si
hacemos un cartel identificatorio de los espacios para no confundirnos?
Confeccionan carteles dividiéndose los grupos quien se encarga del cartel de cada
sector.
o ¡Lio en el perchero! Yo no conozco todavía sus mochilas, ¿Cómo podemos hacer
para saber cuál es la mochila de cada uno? Se escuchan propuestas, prueban si
funciona. La docente propone que cada uno haga un dibujo para pegar sobre un
perchero para reconocer su mochila.
o Mezcla de materiales: saben que de tanto usarlas y no ordenarlas, se mezclaron
los materiales en el armario. ¿los ordenamos entre todos? ¿qué podemos hacer
para poner cada cosa en un lugar distinto? ¿y si traen de casa o tarros para
guardarlos? ¿hacemos un dibujo para que puedan acordarse y lo pegamos en el
cuaderno de comunicaciones?, ¿Cómo podremos saber que material hay en cada
caja sin abrirla? Le hacemos carteles.
o Jugar a la escondida dentro de la sala entre ellos mismos o con objetos.
o Jugar al veo veo con espacios u objetos de la sala.
o Ir a pedirles todos juntos materiales de juego a docentes y directora que estén en
otras salas u oficina. ¿Practicamos cómo les vamos a pedir?
o *ver más en la Parte 3. en los puntos 3.3 y 3.4
o “De tarjetas y actividades”: tengo tarjetas con ideas que se me ocurrieron para
hacer en el día de hoy ¿quieren que se las muestre?, ¿Cómo las podemos
ordenar?, ¿Qué quieren hacer primero?. Los niños votan y deciden por mayoría, la
docente interviene aconsejando que conviene hacer.
o Cuando se confecciona la cartelera, puede ser revisada varias veces en el día para
ver que hicieron y con qué siguen. Al finalizar una actividad o momento del día,
sugerir que alguien lea la cartelera para saber con qué se sigue o revisar qué se ha
hecho y qué faltó.
119
o Otra variante sería que los niños decidan que hacer, organizando el día con
imágenes y luego, socializar las producciones y decidir la organización de los
momentos y propuestas del día.
o ¿Cuánto tardamos? ¿Qué les parece si jugamos a contar cuanto tardamos en
juntar todos los juguetes? la docente cuenta en voz alta y ellos la siguen.
Semana 2
Eje de trabajo / Título de Fantasía: ¡Empieza el Noticiero!, ¿Qué decimos?, ¿Quiénes somos?
o “Cosas de uno” Traje para compartir con ustedes un juguete de cuando yo misma
era chiquita, así se podría iniciar y contarles de mi juguete, quien me lo regalo, a
que jugaba con él, etc. Proponer que cada uno pueda traer cosas y juguetes de su
casa en una caja que decore con su familia (¡¡se advierte que todo debe venir con
nombre!!). La propuesta será compartir lo traído con los demás y dejar la caja
durante todo el período de inicio en la sala.
o A través del recurso de un cuento de un personaje niño que cuenta con quien vive
en su casa, cómo es esta, que líos y no líos hace, se abre el juego a que cada uno
cuente cómo es su propia casa, con quién vive, que hacen, etc. También se
propone dibujar lo que cada uno contó y hacer una exposición en la entrada del
Pueblo Amanecer (entrada de la institución).
o “Una comida favorita”: comienza la charla sobre el fin de semana de la docente,
que comió su comida favorita en la casa de su tía.¿ ustedes tienen comida
favorita? ¿Cuál es? Podemos mañana traer las recetas para intentar hacerlas en el
jardín. Se anotan las comidas favoritas para luego ver a quienes le gustan las
mismas.
o Juego “El cartero”: vino el cartero y trajo una carta para un nene con pelo asi, que
le gusta tal cosa y tiene la otra ¿Quién es?
o A través de la propuesta hecha por el noticiero del jardín, la docente dice es
verdad nosotros no tenemos nombre, ¿cómo nos podemos llamar? Les propone
cerrar los ojos e imaginar que somos un grupo de… (un animal) por ejemplo de
murciélagos, que volamos de noche, que nos colgamos de los árboles y comemos
insectos, o que somos un grupo de… y mientras piensa permite que los niños
propongan y prueban ser ese día un grupo con ese nombre y realizando
120
propuestas acorde a él. Lo anotan y al final de cada día conversan acerca si les
gusto llamarse el grupo”xxx” y cómo se sintieron jugando todos juntos (apelando a
que cada uno y entre todos vayan pudiendo empezar a construir un rol dentro del
grupo que no necesariamente desempeñan en su ámbito familiar) La docente
propone ¿si mañana probamos ser otro grupo a ver si nos gusta más?¿quieren
traer propuestas que piensen con sus familias? ¿cómo podemos dibujar esto para
que lo peguen en el cuaderno de comunicaciones y se acuerden?
o Se Intenta también ir narrando la historia insipiente que como grupo empiezan a
tener a partir de la utilización de títeres, o cambiando los nombres de los
personajes de algún cuento (usando los nombres de los niños) y modificando se
es necesario el argumento. La historia se puede ir construyendo también a partir
de los aportes de los niños.
o Otra opción para probar nombres para el grupo, es hacerlo a través del binomio
fantástico de Gianni Rodari. En él se pueden probar varios binomios todos los días
y jugar con ellos. Por ejemplo: si sale gusano armario, pueden pensar y como
hacemos si somos gusanos y ponen música y bailan como gusanos, intentan hacer
una historia del gusano y el armario y van dramatizando. O jugar a hacer gusanos
con masa. Y todos los días van probando, traen ideas y las prueban charlan y
deciden hasta presentarla el viernes.
o Propone jugar al juego “si yo fuera…” pensando en” si nosotros fuéramos” y
prueban hacerlo dramatizándolo o con títeres de dedo o manoplas de papel.
o Al finalizar la semana, se elegirá el nombre y se hará el cartel para poner en la
puerta y presentarse frente a los otros barrios.
Semana 3
Eje de trabajo / Título de Fantasía: ¿Quiénes son los vecinos que viven en los otros barrios del
Pueblo Amanecer? ¡Empieza el Noticiero!, ¿Qué le contamos?
121
Proyecto Lúdico Institucional
Téngase en cuenta que así como se van a invitar a otros grupos a visitarnos, también
seremos invitados, lo cual duplica o triplica la cantidad de propuestas que se realizarán
durante la semana.
Semana 4
122
Eje de trabajo / Título de Fantasía: Aquí estamos, y nos presentamos “somos los vecinos re-
contentos”
o Durante toda esta semana se recuperarán propuestas que los niños y docente
queramos repetir o que nos hayan quedado sin hacer; así mismo se crearán
otras que devengan del PPL-G que se irá gestando con el grupo de niños a partir
de la propuesta efectuada por los periodistas de “El noticiero”, que o bien puede
respetarse o modificarse o transformarse.
123
Desarrollo del Proyecto
Planificaciones y cronogramas semanales
*Se transcriben aquí solo la grilla de planificación y cronograma de propuestas para una
semana. Se sugiere planificar y evaluar durante todas las semanas que abarque el proyecto.
Durante los primeros días se trabajará prioritariamente en relación a la observación, reconocimiento y apropiación
del espacio de la sala e institucional y del tiempo de permanencia, intentando al mismo tiempo ir encontrándose
con los niños en la elaboración conjunta de pequeños proyectos de elaboración conjunta.
Propósitos
específicos
Conceptuales
Selección de
contenidos Procedimentales
específicos
Actitudinales
En relación al
aprendizaje
grupal/dinámica/
proceso
Otros
Propuestas semanales
Hs LUNES MARTES MIÉRCOLES JUEVES VIERNES
124
Planificaciones específicas de la semana:
Evaluación semanal:
125
Parte 5: El Período de iniciación y la inclusión de las familias en el proyecto.
126
Se viven tiempos que exigen un complejo análisis. No sólo los términos y conceptos que se
utilizan en el discurso pedagógico, muchas veces, quedan vacíos de sentido, sino también
muchas prácticas resultan anacrónicas y requieren su revisión.
Para pensar las reuniones con las familias, se tiene que tener en cuenta que el período de
iniciación del año lectivo comienza tiempo antes del primer día de clases. Al acercarse los
adultos a la institución a hacer sus primeras averiguaciones, ya se puede considerar que, para
ese niño y su familia, el primer período del año escolar ha comenzado. De acuerdo con este
planteo, cuanto más organizada sea la comunicación para con las familias que se acercan,
menos incertidumbre ellas vivenciarán. De a poco y con buena información, los adultos
responsables de los niños ingresantes a la institución podrán empezar a prepararse en todos
los aspectos que el inicio de una vida escolar requiere, y ésto, por ende, tendrá su repercusión
en los pequeños, quienes podrán, en la medida de sus posibilidades, canalizar algunas de sus
expectativas preparándose por sí mismos.
De manera muy general, las instituciones de Educación Inicial tienen previsto organizar, a lo
largo del año, entre tres y cinco reuniones. Aquí, sólo se abordarán las que hacen al período de
iniciación, comenzando con una primera gran tipología: “reuniones ordinarias” y “reuniones
extra-ordinarias”.
Las reuniones ordinarias son aquellas que la institución estipula en el calendario de
acciones del Proyecto Anual Institucional. La cantidad que se prevé realizar para el inicio del
año lectivo oscila entre una y cuatro reuniones (ésto varía en función del dispositivo de
iniciación que cada institución diseñe). Las características fundamentales que estas
convocatorias ordinarias suelen tener son las siguientes:
- implican participación de carácter obligatorio;
- convocan a la madre y/o al padre del niño;
- se llevan a cabo, en la mayoría de los casos, fuera del horario escolar;
- el espacio destinado a la reunión es siempre el edificio perteneciente a la institución.
- el temario a desarrollar lo define la institución.
Sin pretensiones de excluir alguna otra propuesta, se presentan, aquí, cuatro tipos de
reuniones con las familias, que se pueden organizar al inicio del año lectivo. Se las describe,
sintéticamente, con los objetivos que, habitualmente, persiguen y algunas sugerencias al
respecto:
Reunión informativa general: se realiza unos días antes del inicio de clases. En ella, la
institución se presenta como entidad educativa, dando una síntesis de su Proyecto
Educativo Institucional (PEI) y los lineamientos generales que considera necesario que
las familias conozcan, para el comienzo del período de iniciación.
127
Sugerencias:
Preparar el espacio de recibimiento de las familias de modo que represente la
confianza que la institución debe brindar a los adultos.
Generar un clima agradable para ambientar el espacio: puede ponerse música y,
quizás, presentar algunas imágenes de lo que la institución ha hecho otros años
(video, carteleras o imágenes en soporte papel).
Elaborar un programa en el que los adultos puedan ir leyendo el temario de la
reunión, de manera de calmar las ansiedades propias de la situación.
Entregar hojas y biromes para que las familias puedan anotar las preguntas que les
surgen durante la presentación de la institución.
Presentar en soporte visual (ejemplo: un PowerPoint) la síntesis del PEI que se
expone en la reunión, de modo que los adultos participantes puedan ir siguiendo el
relato.
Abrir un espacio de preguntas que pueda aclarar aquello que no se ha comprendido
o en lo cual se desea profundizar.
Elaborar un boletín que sintetice la información tratada en la reunión y que los
adultos puedan llevar a sus hogares, para luego compartirlo con los niños.
Terminar la reunión con alguna dinámica de cierre como, por ejemplo y entre otras:
escribir, en una cartelera o afiche, deseos para el año que se inicia.
Reunión informativa específica, con las familias del grupo de niños: por lo general,
estas reuniones se hacen el mismo día y a continuación de la reunión informativa
general. Los objetivos son: hacer una presentación más específica del educador y del
grupo de padres, madres y/o responsables adultos de los niños; explicar el sentido del
período de iniciación, según la edad de los niños; permitir que los familiares presentes
compartan las experiencias previas que puedan tener o no los niños; escuchar sus
preguntas.
Sugerencias:
Abrir la reunión con una técnica de animación grupal de presentación de los adultos y
del niño del cual son responsables.
Partir de lo que los familiares saben acerca de lo que implica el período de iniciación,
de manera que el educador pueda recabar información acerca del imaginario de ese
grupo de adultos.
Completar, el educador, lo que los adultos exponen con lo que preparó para
comentar.
128
Pensar juntos y en función de lo conversado qué objetivos generales se proponen,
tanto el educador como los adultos presentes, para éste período de iniciación del
año.
Hacer una síntesis escrita de lo hablado y lo propuesto como objetivos generales.
Cerrar la reunión con la invitación a los adultos a concurrir con los niños los días
previos al inicio formal de clases, de manera informal, para estar y hacer en la sala
(colaborar en la organización y decoración / ambientación).
Reunión de apertura concreta del período de iniciación: Si bien este tipo de reunión no
es habitual, algunas instituciones eligen hacerla a los pocos días de haber comenzado el
período de iniciación. El objetivo es atender a todo aquello que pudo no haberse
comprendido o registrado en las dos reuniones anteriores. Es decir, es una reunión para
realizar una primera reorganización del proceso a llevarse a cabo.
Sugerencias:
Pedirles a las familias, en la misma convocatoria, que traigan escritas las dudas que
tengan y las preguntas que quieran realizar.
Abrir la reunión con una ronda de presentación de los adultos, en la que digan,
además, de qué niño son responsables.
Indagar quiénes tienen preguntas para hacer, generar un momento en el que cada
uno las exponga, escribirlas en un pizarrón o afiche y elaborar, así, un temario.
Contestar las preguntas de manera generalizada para todos, aclarando que las
cuestiones particulares se responderán al final, con cada uno.
Tras haber contestado todas las preguntas, hacer un repaso general de los temas
abordados, hacer circular, in situ, una hoja en la que puedan escribirse los nombres
de los familiares directos del niño, el nombre del mismo, los teléfonos y mails (hacer
responsable a uno o dos de los adultos presentes para pasar en limpio los datos y
hacerlos circular) y dar por finalizada la reunión para poder atender los temas
individuales.
129
Sugerencias:
Recibir a los adultos responsables en una sala con sillas dispuestas en semicírculo,
hacia un frente en el cual estén expuestos, en un afiche, los objetivos generales que,
de manera conjunta, se propusieron.
Entregar un cuadernillo de evaluación del período de iniciación, en el cual estén
escritos los objetivos generales del período propuestos en la Reunión informativa
específica, una síntesis del informe evaluativo que el educador ha realizado sobre el
proceso que los niños han llevado adelante y una síntesis del diagnóstico grupal que
da cuenta de las características del grupo conformado.
Propiciar, a partir de una técnica lúdica grupal, que los adultos se subdividan en
pequeños grupos para que, leyendo los objetivos, puedan hacer una primera
evaluación que, luego, se expondrá en un plenario.
Dar un tiempo, en la primera parte de la evaluación, para que algún miembro del
subgrupo tome nota y, luego, pueda compartirlo en la evaluación con el grupo total.
Hacer la evaluación con el grupo total, promoviendo el análisis del proceso
vivenciado.
Establecer los puntos importantes que surgen, sean positivos, negativos,
controvertidos y/o a seguir trabajando (incluyendo sugerencias de cómo hacerlo).
Dar a conocer, el educador, el informe evaluativo acerca del proceso que vivenciaron
los niños. Se puede proyectar un video o diapositivas de fotos que ayuden a
comprender lo que el educador comenta.
Favorecer un momento, tras la presentación del informe, en el que los adultos
puedan hacer sus comentarios.
Presentar, el educador, el diagnóstico grupal realizado, que da cuenta de las
características del grupo, y los nodos pedagógicos que, a partir de lo evaluado, se
necesita trabajar con el grupo.
Presentar el PPDAL. Se sugiere entregar, a los familiares, una hoja en la cual esté
expuesto el proyecto de manera sintética, de modo que puedan seguirlo mientras el
educador lo explica y puedan, luego, compartirlo con otros adultos responsables de
los niños, que no asistieron a la reunión.
Trabajar el tema del rol de la familia en el acompañamiento de la tarea educativa y
generar un espacio en el que el grupo de familias pueda plantearse algunos objetivos
generales acerca de este rol, que están invitados a representar en la escena
didáctica.
130
Realizar, el educador, una breve síntesis acerca de lo trabajado en el encuentro.
Favorecer que puedan, los adultos, hacer algún comentario acerca de la dinámica de
la reunión.
Despedirse tomando, el educador o algún voluntario, una foto del grupo de adultos
en la reunión.
Finalizar la reunión con un aplauso para todos.
131
Invitar a niños y adultos a limpiar mesas y sillas de trabajo, pintar muebles, hacer
dibujos y/o carteleras, clasificar y rotular los materiales didácticos (materiales de
librería, juegos y juguetes), etc.
Invitar a pensar qué pueden traer de sus hogares para ambientar el espacio de la
sala.
Invitar a las familias a llevarse cajas para forrar, muñecos para lavar, disfraces para
arreglar, etc.
Reuniones de organización de los festejos de bienvenida (el 1er día de clases): esta
reunión se hace a posteriori de las presentaciones de las familias, en las que se puede
anticipar su temario, incluso, el educador puede dejar una tarea pendiente para cada
familia o grupo de familias. El objetivo es que, como grupo total, niños y adultos puedan,
en esta reunión, elaborar una propuesta de presentación y festejo para el primer día de
clases, o bien para el cierre de la primera semana.
Sugerencias:
Proponer la interpretación conjunta (adultos, niños y educador) de una canción de
bienvenida.
132
Pensar en algún tipo de juego masivo en el que participe toda la comunidad
educativa presente.
Practicar la coreografía de un baile de presentación del grupo.
Etc.
133
han estado construyendo en el seno familiar. El ser humano va aprendiendo a actuar de
distintas formas, según los diferentes contextos de actuación. En este sentido, resulta
importante que el educador, como conductor del proceso de aprendizaje que los niños
realizan, sea consciente de que la manera en que los pequeños son en el seno familiar
(información que recaba a través de entrevistas y comentarios) no determina las formas de
actuación que éstos construyen para sí, en la institución escolar.
Teniendo en cuenta estos dos trabajos realizados durante el período de iniciación, resulta
oportuno aportar algunas sugerencias para llevarlos a cabo:
Con relación al acompañamiento cotidiano de las familias:
- Trabajar con las familias, en las primeras reuniones de inicio, la importancia que tiene
establecer una continuidad entre el hogar y la institución.
- Durante los días previos al inicio del año lectivo, solicitar que los niños con sus familias
realicen producciones para llevar a la sala, como parte de la apropiación de la misma.
- Solicitar la ayuda de algún responsable adulto de los pequeños para ordenar armarios,
decorar / ambientar la sala, colaborar con la arquitectura del espacio físico, construir
algún material que se necesite, que sea didáctico, entre otras tareas.
- Organizar una cartelera permanente, que las familias puedan leer al traer o retirar a los
niños, en la cual esté escrito, por ejemplo: lo que se realizó ese día, fotos de lo que se
viene haciendo, anécdotas, dibujos, canciones cantadas, cuentos leídos, etc.
- Organizar un buzón de novedades en el que las familias con los niños puedan poner
notas dibujadas y escritas (por los adultos) en el hogar, que den cuenta de las novedades
familiares.
- Solicitar alguna tarea que puedan realizar en familia los fines de semana.
- Proponer que algún miembro de la familia pueda enseñar alguna canción al grupo de
niños.
134
y con el educador, no necesariamente tienen que ser iguales a los modos que ellos
actúan en sus hogares.
- Tratar de establecer, el educador, el vínculo afectivo necesario con cada niño, sin que,
necesariamente, se tenga que dar a la familia “el parte diario” de cómo se ha
comportado en el Jardín. Es preferible que los comentarios que el educador le hace al
adulto que retira al niño refieran a la tarea realizada y no a los vínculos, ya que, en
muchas ocasiones, los adultos actúan con los niños de manera impertinente en sus
hogares, mencionando cómo se han comportado en el grupo y sobre todo “con la
maestra”.
135
Palabras que concluyen la trama del libro.
Escribo las últimas palabras que anudan la trama de este libro que, de una forma u otra,
empecé a escribir hace ya mucho tiempo. Siempre supe que en el modo en que la iniciación se
llevara a cabo estaba la clave para el posterior desarrollo del año. Fue por ello que este tema
siempre me mantuvo alerta y provocó uno que otro debate con mis compañeras, en los
jardines.
No fue aleatoria la decisión de mirar y comprender el período de iniciación de clases desde
la conformación grupal y la dimensión lúdico-creativa del aprendizaje. No hay decisiones
ingenuas: todos los pensamientos, dichos y actos que los educadores tenemos, decimos y
hacemos tienen connotaciones políticas, entendiendo por político aquello que hace a la polis,
es decir, a lo público, como sociedad. Las generaciones de niños y niñas con las cuales
trabajamos son parte de lo público, porque son parte de esa polis que, entre todos,
construimos, y no da lo mismo que se inicien en lo institucional y en lo grupal de cualquier
manera. La forma en que lo hacen constituye una matriz que, a modo de ritual iniciación, da
sentido a lo que los niños perciben con relación a ser parte de un grupo, de un colectivo y de
una sociedad.
136
Por ese motivo, al planificar un período de iniciación de clases, siempre creí necesario
preguntarme, primero, qué tipo de grupo de niños quería ayudar a que se conforme, sabiendo
que, al mismo tiempo, la imagen de ese grupo sería la imagen de la sociedad que pretendía
ayudar a crear.
137
Anexo
Fichero de juegos
El juego tiene como eje una estrofa como la que sigue. El coordinador hace gestos con cada
verso enunciado. Todos repiten e imitan.
*NOTA: Se sugiere hacerlo dos veces al inicio, para que los niños puedan conocer y entender
el formato.
“Escondida sentados”
El coordinador indica que deben cerrar los ojos, pero luego dice algo para incitar/provocar a
los jugadores a mirar. Por ejemplo: cuando todos cierran los ojos, el coordinador dice: “Que
rico chocolate que tengo” o “¿A quién le doy la pelota que tengo acá?”. A quien mira, el
coordinador le dice: “¡Pica!”. Finalmente, anuncia al ganador, que es quien no abrió los ojos
por nada.
*NOTA: Los jugadores mayores a la edad sugerida, una vez que conocen la dinámica del
juego, difícilmente se equivoquen, por eso es preferible sólo jugarlo con los más pequeños.
138
“Veo-veo”
El coordinador dice un color y los jugadores, entonces, tienen que adivinar de qué objeto se
trata, señalando cosas del color elegido.
“Tiki-Tiki – Toco-Toco”
El jugador con los ojos vendados recibe algunas pistas del coordinador, quien sabrá
complejizarlas diciéndole, por ejemplo: “Intentá tocarle las piernas a ver si tiene
pantalones, pollera…”.
Si adivina, el que estaba sentado pasa al centro. Si no acierta, el juego puede continuar de
varias maneras: dependiendo de su edad y su capacidad de tolerancia, el jugador que
adivina puede intentarlo nuevamente, o bien puede hacerse el cambio de jugador como
cuando hay acierto, tras decir, quizá: “No adivinado”.
139
“Toc-toc, ¿quién es?”
Los miembros del grupo pueden ubicarse en semicírculo o en fila y uno debe pararse
delante del grupo, dándole la espalda y con los ojos cerrados. Con algún tipo de seña o
gesto, el coordinador indica a otro miembro del grupo que toque en la espalda a quien
tiene los ojos cerrados y, luego, vuelva con el resto del grupo. El que tiene los ojos cubiertos
debe adivinar quién fue, teniendo tantas oportunidades de acierto como se haya
establecido previamente.
“¿Quién se fue?”
En este juego, uno de los jugadores debe revisar y tratar de memorizar quiénes son los
participantes, antes de salir del recinto donde se desarrollará el juego. En su ausencia, otro
jugador se retira y se esconde, y cuando el que se fue regresa debe adivinar quién se
escondió.
NOTA: Este juego conviene jugarlo con un grupo numeroso, de lo contrario, se resuelve muy
fácilmente, a menos que jueguen niños de hasta 5 años.
“El anillito”
Los jugadores se ubican en ronda, mientras uno (propuesto espontáneamente o elegido por
el coordinador) pasa al centro de la misma. Cada uno debe juntar sus manos (palma con
palma) y disponerlas hacia adelante, preparadas como para recibir algo.
140
El coordinador tiene sus manos en la misma forma, conteniendo un anillo entre ellas, y las
pasa entre las manos de los jugadores, uno por vez, haciendo como que deja el anillo en la
mano de cada uno de los miembros del grupo, pero solo lo habrá dejado en las manos de
uno, mientras ha seguido la ronda. Luego, quien está en el centro deberá averiguar quién
tiene en sus manos el anillito. Es necesario indicar a los participantes que, hasta
descubrirlo, deben conservar las manos juntas.
“El reloj”
“La jaula”
El coordinador divide el grupo en dos equipos: los integrantes de uno se toman de las
manos formando la “jaula” y designan a quien dé la señal de “abrir/cerrar la jaula”. Los
jugadores del otro equipo son los “animales”.
Cuando el jugador designado dice: “¡La jaula está abierta!”, todos levantan las manos, que
siguen unidas, para permitir el ingreso a los “animales”. Éstos, a su vez, entran y salen
permanentemente hasta que el designado de la “jaula” da la señal: “Cierren la jaula”, y
todos bajan las manos rápidamente, dejando encerrados a los “animales” que no lograron
volver a salir. Éstos pasan a integrar la “jaula”. Gana el jugador que no fue atrapado.
141
Ver link: http://www.youtube.com/watch?v=g6GS-by9HUw
“La muralla”
En la línea media de una cancha como la de vóley o básquet, o bien en el patio, se ubica el
jugador que atrapa. Éste solo podrá moverse sobre esa línea media, a lo ancho de la cancha
(como en un pasillo), mientras el resto de los jugadores se encuentra en uno de los
extremos de la misma cancha.
A una señal del coordinador y sin salirse de la cancha, los jugadores correrán al extremo
contrario sin ser detenidos por el que atrapa. El que es tocado, se coloca en la línea del
atrapador, de tal forma que se va conformando una “muralla”, que cierra el paso al resto
de los compañeros que aún siguen pasando de un lado al otro.
“Popa cadena”
El juego termina cuando la “cadena” o “cadenas” (si se formaron varias, según la cantidad
de “popas” que inicien el juego), dejen sin tocar a un solo jugador en cancha, que será el
ganador.
“2 para 1”
142
Cantidad de jugadores: Par, preferentemente 8 en adelante.
Recursos materiales: Objeto tipo pelota o símil.
El coordinador ayuda a que se formen dos grupos. Los miembros de cada uno se ubican en
hileras: un jugador sentado al lado de otro y una hilera enfrentada a otra, con una distancia
importante entre ellas y equidistantes ambas de una línea central, donde se colocará el
objeto testigo.
El coordinador da una consigna para nombrar a cada uno de los miembros de los grupos
enfrentados, identificando de la misma manera al primero de cada hilera, al segundo de
cada una, etc. Ejemplo: “Los primeros de cada fila son ‘Perros’, los segundos son ‘Gatos’, los
terceros…”, etc.
Una vez identificados los miembros de cada sub-grupo, los participantes nombrados por el
coordinador deben correr hasta el centro, donde se ubicó el objeto testigo, tomarlo con sus
manos y volver a apoyarlo en su “casa” (lugar donde estaban sentados). En el camino, el
jugador que no tomó el objeto puede intentar sacárselo a su contrincante, forcejeando o
haciéndole cosquillas y, si lo logra, llevarlo entonces a “su casa”. Si forcejean demasiado, el
coordinador lo da por empatado.
El equipo suma puntos cada vez que sea el primero en atrapar el objeto y apoyarlo en “la
casa”. Puede acordarse un límite de puntos (por ejemplo, hasta 10).
El coordinador, sentado en ronda con el grupo, dice su nombre, señala dónde le pica y le
pide a quien está a uno de sus lados que le rasque. Éste, a su vez, primero repite el nombre
del jugador anterior e indica la parte del cuerpo que le está rascando, para luego decir su
nombre, indicar dónde le pica y pedir al tercero que le rasque. Así se repite el juego, hasta
llegar otra vez al coordinador.
Ejemplo:
Juana: –Me llamo Juana y me pica acá. –Indica rascándose la parte del cuerpo que le pica.
143
Rosana: –Se llama Juana y le pica ahí –dice, mientras le rasca donde a su compañera le
pica–. Y yo me llamo Rosana y me pica acá –dice y se rasca.
Mónica: –Ella se llama Rosana y le pica ahí –dice y le rasca–. Y yo me llamo Mónica y me
pica acá –dice y se rasca.
NOTA 1: El objetivo del juego es ayudar a que los miembros de un grupo que no se conocen
entre sí, aprendan los nombres de los otros de una forma relativamente rápida, y puedan
“tocarse” de una manera cuidada, a los fines de poder ir venciendo las resistencias
naturales de la iniciación de la vida grupal.
“Lío en la selva”
El juego consiste en que, cada vez que el coordinador nombre a uno de los animales, por
ejemplo: “León”, quienes tengan asignado ese animal deberán cambiarse de lugar entre sí
y, cada vez que diga: “Lío en la selva”, todos se cambiarán de lugar. Quien no cambie de
lugar cuando es anunciado suma una pérdida. Con la tercera pérdida consigue una
“prenda”.
El coordinador puede explicar estas consignas antes de comenzar el juego, o bien durante
el relato de la historia, siempre que ya haya asignado los animales.
Ejemplo de relato:
144
Una vez viajé a África, justo al centro de la selva… Estaba lleno de animales salvajes y
cada vez que yo nombraba a alguno como, por ejemplo, al león, todos los leones
cambiaban de lugar… ¡Vamos leones, a moverse!!
“El hospital”
El juego consiste en que, cada vez que el coordinador nombre un elemento o profesión,
quienes lo tengan asignado deberán cambiarse de lugar entre sí y, cada vez que diga:
“Hospital”, todos se cambiarán de lugar. Quien no cambie de lugar cuando es anunciado
suma una pérdida. Con la tercera pérdida consigue una “prenda”.
“Cadena de nombres”
Este juego sirve para animar la presentación de los miembros de un grupo y para
memorizar sus nombres. Tras ubicarse en ronda, el coordinador explica que cada uno
deberá decir su nombre, pero “encadenándolo” a los nombres de quienes ya se
presentaron.
145
Ejemplo 1:
Pedro: –Pedro.
Ana: –Ana, Pedro.
Lara: –Lara, Ana, Pedro.
Ejemplo 2:
Mónica: –Yo me llamo Mónica, ¿vos cómo te llamás? –pregunta a quien está a su derecha.
Pedro: –Yo me llamo Pedro, mucho gusto. –Se dan las manos. Luego, al que está a su
derecha le dice–: Yo me llamo Pedro y ella se llama Mónica, ¿vos cómo te llamás?
Flor: –Yo me llamo Flor, mucho gusto. –Se dan las manos. Y repite las presentaciones hacia
quien está a su derecha, para terminar diciendo–: ¿Y vos cómo te llamás?
Así continúan, hasta nombrarse el último participante: cada uno dice su nombre seguido
del de los anteriores en la ronda, mientras los señala.
NOTA: Una posible variante consistiría en agregar al nombre algún animal o, inclusive, el
sonido que éstos producen (para chicos es muy bueno). También, para hacerlo más
dinámico, o si ya se ha hecho de manera simple, se puede incorporar un gesto de expresión
corporal. Ejemplo: “Me llamo..., y me gusta...”, (gesticulando). Quien repita algún gesto de
los anteriores puede recibir una “prenda” (ésto contribuye a mantener un clima de
distención).
“La aduana”
Edad de los jugadores: 5 años en adelante (si la clave es muy simple, por ejemplo: frutas,
muebles, colores, etc., y el grupo está entrenado).
Cantidad de participantes: A criterio del coordinador / Sin límite.
Recursos materiales: Ninguno.
Este juego se desarrolla a partir de una clave que sólo conoce el coordinador y debe ser
descubierta por los jugadores. Quienes la descifren pueden “pasar la aduana”, pero la
mantendrán en secreto hasta que todos la hayan descubierto.
De esta manera, con los jugadores sentados en ronda, el juego puede consistir en que cada
uno diga su nombre y “pase la aduana” con una palabra que comience con la primera letra
de su nombre. Ésta será la clave a descubrir.
Ejemplo 1:
146
El coordinador dice: “Me llamo Juana y paso la aduana con jamón”. Luego, pregunta a
quien está a su lado cómo se llama y con qué pasa la aduana, pero sin indicar cuál es la
clave, es decir, sin aclarar que debe decir su nombre y una palabra que tenga la misma
inicial, en este caso, “J”.
Si el que está al lado acierta con la clave y dice, por ejemplo: “Me llamo Mónica y paso la
aduana con miguitas”, el coordinador contesta: “Pasa la aduana”. Pero si no ha descubierto
la clave y responde, por ejemplo: “Me llamo Mónica y paso con salchichón”, porque supone
que la clave es “alimentos”, el coordinador dice: “No pasa la aduana” y continúa con el que
sigue… Así se desarrolla el juego, hasta que todos descubran la clave.
Ejemplo 2:
Sergio: –Me llamo Sergio y paso la aduana con serpientes.
Laura: –Me llamo Laura y paso la aduana con lápices.
Luego, el coordinador puede repetir el juego cambiando la clave.
Ver
link:http://www.youtube.com/watch?v=8GHHJ2t6jCI&list=UUbaIk6MgDa6CXtKNiFm50uQ&
index=3
147
tomando elementos de utilería para dramatizar. Es decir, sobre la marcha del relato y
mientras actúan, se van colocando el atuendo pertinente (peluca, vestido, etc.) que estará
disponible en una mesa o símil.
“Hop”
Este juego se puede realizar ubicando al grupo en ronda o frente al coordinador, quien
selecciona una categoría acorde a la edad de los jugadores
(colores/comidas/golosinas/países/partes del cuerpo/equipos de fútbol/flores/marcas de
autos/partes de una casa, entre otros). Luego, anuncia que, cada vez que nombre, por
ejemplo, un “color”, todos deben decir “Hop” y levantar ambas manos.
El coordinador comienza, así, a nombrar colores, sin dar mucho espacio de tiempo entre
uno y otro, mientras levanta las manos y dice “Hop”. Pero, a veces, cambia de categoría,
repentinamente, y nombra otra cosa, probando la atención de los jugadores.
Ejemplo:
Coordinador: –Rojo
Jugadores: –Hop
C.: –Verde
J.: –Hop
C.: –Marrón
J.: –Hop
C.: –Bombón
J.: –Hop.
148
Allí detiene el juego y pregunta: “¿‘Bombón’ es un color?”… Y juega animadamente,
repitiendo: “¡Perdieron, perdieron!”. Luego, desafía al grupo a seguir jugando con mucha
más atención. Cambia, entonces, la categoría, nombrando, por ejemplo, “comidas” u otra.
“Jirafas y elefantes”
Edad de los jugadores: 5 a 6 años en adelante (según las características o posibilidades del
grupo).
Cantidad de participantes: Sin límite.
Recursos materiales: Ninguno.
El objetivo es la animación y concentración de los integrantes del grupo.
Todos los participantes forman un círculo, quedando uno en el centro (que, en principio o
de ser necesario, puede ser el coordinador), quien señala a otro, diciéndole: “Jirafa” o
“Elefante”. Si dice lo primero, el señalado deberá juntar las manos en alto (como formando
un largo cuello) e imitar sonido y/o movimiento del animal. Si dice lo segundo, deberá
simular una trompa con sus manos e intentar también alguna imitación.
NOTA: También se puede hacer imitando a otros animales. La técnica es muy divertida, ya
que hay que poner mucha atención. Se pueden hacer también los ruidos de los animales.
“El cartero”
El coordinador anuncia, luego: “Llegó el cartero y trajo carta para... todos los que...”. Aquí
comienza a nombrar variables sobre características físicas: “Todos los que tienen cabello
negro”; o sobre hechos personales: “Todos los que tienen novia/o”; sobre vestimenta,
149
profesiones, etc. Todo aquel que responda a esa característica tiene que cambiarse de
lugar.
“El personaje”
Una vez seleccionado el personaje, el que salió regresa al grupo y formula preguntas para
descubrir quién es el personaje elegido. Las preguntas admitidas deben ser cerradas (solo
pueden responderse con “sí” o “no"). Si juegan dos grupos, participa una vez cada uno a
través de un representante, quien adivina cuál es el personaje tras interrogar al equipo
contrario.
Una vez que quien pregunta (pueden ser dos para ayudarse) tiene bastante información y
cree que ya descubrió el personaje, puede arriesgar hasta tres veces.
150
“¿Quién es quién?”
El coordinador generala conformación de dos grupos. Cada equipo debe elegir a uno de sus
miembros (tratando de que este jugador tenga la mayor cantidad de cosas en común con el
resto de su grupo para dificultar el juego), quien será descubierto por el otro grupo y a la
vez, adivinar quién es el participante contrario.
De esta manera, los equipos se ubican enfrentados y formulan preguntas una vez cada uno
hasta obtener suficientes datos que los orienten en descubrir al jugador elegido. Las
preguntas admitidas deben ser cerradas (solo pueden responderse con “sí” o “no”). El
coordinador señalará a los equipos el final del juego, invitándolos a arriesgar hasta tres
veces el nombre del elegido.
Ejemplo de preguntas:
- ¿Tiene pelo largo?
- ¿Es mujer?
- ¿Tiene remera con algo negro?
Edad de los jugadores: 12 años en adelante (de 5 a 6 años, usando una versión simple).
Cantidad de participantes: Sin límite.
Recursos materiales: Ninguno.
Se puede organizar una ronda y pedirle a cada participante que complete oralmente (si lo
desea, puede agregar gestos o movimientos corporales) oraciones de este tipo:
151
- Si yo fuera fruta sería..............
- Si yo fuera color sería.................
- Si yo fuera un material sería......................
- Si yo fuera estación del clima sería.............
El coordinador puede regular los turnos de intervención: plantear una consigna por vez y
otorgar de uno en uno la palabra.
El grupo se divide en dos equipos y cada cual escribe una lista de determinada cantidad de
títulos de películas, que entregará al coordinador, tras haberle indicado el nombre de
equipo.
Cada equipo decide quién, a su turno, hará la mímica necesaria para que sus propios
miembros adivinen, en menos de 1’ (un minuto), el título de película de la lista del equipo
contrario, que el coordinador le habrá susurrado al oído. Si pasado el minuto no adivinaron,
el punto va para el equipo contrario. Gana el que más puntos obtiene al terminarse ambos
listados.
NOTA 2: También puede jugarse imitando a algún integrante del equipo (si los miembros ya
se conocen) o dramatizando un programa entre varios. Si los participantes son muy
pequeños, pueden imitar oficios, medios de transporte o animales.
152
Preferentemente de pie, los miembros del grupo se ubican en ronda, incluido el
coordinador.
Sin dar ninguna explicación previa, el coordinador simula tomar con una mano algo
(ejemplo: un lápiz) que a su vez le ofrece a quien esté a su derecha y le dice: “Te regalo un
piringulito”. Luego gira hacia quien está a su izquierda, como si de este jugador hubiera
recibido el “piringulito”, y le pregunta: “¿Un qué?”, esperando que conteste: “Un
piringulito”; nuevamente mira al participante de su derecha y le repite: “Un piringulito”. Así
indica la dinámica del juego sin explicarla e invita al de la derecha a que lo regale a otro.
Cada uno de los miembros del grupo debe repetir ésto, de modo que la pregunta se hace
hasta llegar a quien comenzó el juego, y la respuesta se repite hasta llegar al último que
recibió el “piringulito”.
Cuando se completa la ronda, el coordinador puede decir, para cerrar: “Muchas gracias” y
guardarse el piringulito en su bolsillo.
“Aguante el agujerito”
Se conforman dos equipos. Los integrantes de uno de ellos se acuestan boca abajo en el
piso, en ronda, con sus cabezas todas hacia adelante, enlazados por sus brazos y uniendo
sus propias manos hasta quedar todos como en una cadena de manos enlazadas.
Los del otro equipo intentan, una vez que el grupo que está boca abajo grita fuerte:
“¡Aguante el agujerito!”, tironear hacia atrás de sus piernas hasta lograr desarmar la
“cadena”. Quienes están en el piso van contando en voz alta cuánto tardan los de afuera en
desarmarlos. Luego cambian de roles. El equipo que tarde menos tiempo es el ganador.
153
Recursos materiales: Tiras de tela o de papel, de dos colores diferentes (puede ser friselina
o entre-tela).
Se conforman dos equipos y cada uno debe ponerse cintas del mismo color (para
identificarse y diferenciarse del contrario), simulando “colas” (pueden engancharse en
alguna prenda, de manera que se extraigan con facilidad).
Cada equipo debe tratar de sacarle al otro la mayor cantidad de “colas”. Gana el que
obtuvo más.
El coordinador dice a los jugadores, tras ubicarlos en un sector, que él debe ir a un lugar, y
luego les pide que se queden en ese sitio, muy quietos, pues no pueden salir. Empieza a
caminar de espalda a ellos y, alejándose, dice: “1, 2,3, coro coronita es…”, mientras los
jugadores lo siguen, intentando tocarle la espalda.
“Los indios”
154
Este juego es semejante a 1, 2, 3, CORONITA ES… En este caso, los “indiecitos” están
ubicados contra la pared o en un “refugio”. La “mamá/papá india/o” les dice que tiene que
ir a ver si viene algún enemigo y que ellos deben quedarse ahí, quietos. Para asegurarse de
que se quedarán en el lugar les da un “sermón indio” de frases cortas que los indiecitos van
repitiendo:
155
I.: –¡OTEKI TIKI! –repiten las palabras del sermón y los gestos, miradas y entonación de la
mamá india.
M.: –¡OTEKI TOCO!
I.: –¡OTEKI TOCO!
M.: –¡O WALKIE TALKIE!
I.: –¡O WALKIE TALKIE!
M.: –¡O CELULAR!
I.: –¡O CELULAR!
M.: –¡AIO!
I.: –¡AIO!
M.: –Yo ir a ver que no se acerque ningún enemigo, ustedes quedarse acá, ¿entendido?
I.: –¡¡HAU!!
“Los cavernícolas”
El coordinador motiva a los jugadores con algún relato acerca de cavernícolas o les habla de
Los Picapiedras, de Jurassic Park o de aquello que se relacione con esta temática. Puede
comenzar diciendo:
Había una vez, hace mucho, mucho, pero mucho tiempo... Un grupo de nenes y nenas
prehistóricos que estaban muertos de hambre. Ya casi se habían extinguido los dinosaurios
en el mundo y estos pobres pequeños cavernícolas no tenían nada para comer...
Los jugadores son ubicados contra una pared o en un sector que haga las veces de “cueva”
donde vivían los personajes del relato...
156
El coordinador, interpretando a la madre cavernícola, les indica que, haciendo un
movimiento de hambre en la panza, le griten a su madre: “Uaua, tener hambre, uaua tener
hambre”. A continuación, la “madre”, desesperada, les dice: “No se preocupen, yo voy a ir
al súper a comprar salchichas… ¡Oh! pero no existen los súper ni las salchichas...”. La
“madre” establece, así, un dialogo ridículo con sus “hijos cavernícolas”, hasta que por fin les
dice: “Bueno, yo ir a cazar el último dinosaurio de este lugar, ustedes quedarse acá y no
moverse”.
El “hijo cavernícola” atrapado recibe un “chas chas” de su madre (como suelen hacer las
madres del mundo cuando retan a sus hijos) y un garrote de plástico, para que vaya a cazar
con ella, ya que no sabe quedarse en la cueva.
Con esta dinámica se juega varias veces, siempre comenzando con el versito: “Uaua, tener
hambre, uaua tener hambre”. Ganan los “hijos cavernícolas” que no fueron atrapados.
Opcional: El juego puede cerrarse formando, todos, una hilera y cantando la siguiente
canción cavernícola para ir a cazar:
El hombre de la cueva fue a cazar un animal, / un animal los chicos de la cueva van a cazar,
/ un animal, un animal… / y cuando lo encuentren van a gritar, / van a gritar, van a gritar:
¡¡¡Aahhh!!! (Gritan todos juntos).
157
El coordinador motiva al grupo hablando de museos, castillos fantasmas, etc... Puede
cantar la “Canción de las calaveras”. Divide al grupo en tres subgrupos: unos son “estatuas”
que también hacen de fantasmas, otros solo son “fantasmas” y los demás, “detectives”,
ubicando a cada equipo en zonas opuestas del espacio de juego, mientras él mismo asume
el rol de “cuidador de museo”.
El coordinador entra con un plumero y hace que limpia las estatuas hasta que se cansa y
dice: “Mejor me voy a dormir un ratito, ya no quiero limpiar más”; cuando se da vuelta
invita a los jugadores “estatuas-fantasmas” a que le digan: “Buuuu…”. El coordinador voltea
y exclama: “¡Se me han metido los fantasmas en el museo!, tendré que llamar al cuartel de
detectives…”. Saca un teléfono y llama a los jugadores “detectives”, que están en otro
sector del espacio físico.
158
Los “detectives” corren hacia el lugar donde está ubicado el museo y el coordinador-
cuidador les señala que golpeen la puerta:
Detectives: (Toc-Toc).
Cuidador: –¿Quién es?
D: –Los detectives.
C: –¿Qué vienen a buscar?
D: –A los fantasmas.
C: –¡Ah! Sí, pasen, los estaba esperando…
El coordinador los reúne como para contarles un secreto y les dice que hagan como que
revisan, pero que luego digan: “¡Usted está equivocada/o, acá no hay fantasmas!”. El
coordinador dirá: “Ah… ¿No? Me habré equivocado… Los llevo entonces hasta la puerta y
disculpen la molestia…”.
El coordinador vuelve a reunir a los “detectives” como para contarles un secreto y les dice
que caminen todos juntos y bien despacio, que seguro los fantasmas vendrán detrás de
ellos. Les dice que, cuando diga: “¿Han escuchado algo?”, ellos contesten: “No, señor, Ud.
está loco”.
Así, la escena se repite varias veces mientras los “fantasmas” los siguen con disimulo, y
cuando el “cuidador del museo” dice: “¡Son ellos!”, todos los “detectives” voltean y corren
a tomarlos. El “fantasma” que es atrapado pasa a ser del “cuartel de detectives” y el juego
vuelve a empezar, repitiendo el coordinador su relato.
Se juega varias veces hasta que queda una sola “Estatua-fantasma”, que será el ganador.
“Oso dormilón”
94
Véase link: http://www.yes.fm/musica/Mazapan/Antologia-CD-2/Jeronimo.html.
159
- Versión simple
En un extremo del espacio de juego se ubica un jugador que es EL OSO DORMILÓN,
mientras cerca de él, para despertarlo, se encuentra el resto del grupo que grita
insistentemente: "Oso dormilón, oso dormilón, ¡¡despertate!!". Cuando el “Oso” decide
despertarse persigue a los jugadores, quienes intentan escaparse y llegar a su “refugio”
previamente escogido. El participante que sea TOCADO por el “Oso” antes de alcanzar el
“refugio”, será su ayudante.
Con mímicas, el coordinador invita a los jugadores a hacer como que se bañan, que se lavan
bien cara, dientes, orejas, etc... Tras mirarse al espejo, el coordinador les hace ver que les
falta algo para ser verdaderos indios: la vincha y la pintura, con lo que los ayuda. Luego
bailan juntos la danza de los indios. Al terminar de bailar, el coordinador dice que tiene
sueño y dormirá hasta que lleguen los indios grandes, pero les pide a los “indiecitos” que
no lo molesten...
Los “indiecitos” se acercan al “indio mayor” (coordinador) que simula dormir y le gritan:
“¡NO TE DUERMAS!”. EL “INDIO MAYOR” HACE QUE NO ESCUCHA y los “indiecitos” le
vuelven a gritar hasta que aquel se levanta enojado y los corre. El que es atrapado se va “a
dormir” con él... Así, se repite la secuencia varias veces, hasta que al final el coordinador les
hace escuchar otra vez la música, indicándoles que los indios vienen al galope, y les dice:
“¡Escuchen, ya llegan los indios grandes, vamos a prepararnos para que nos vean bien!”. El
coordinador los invita a sentarse en canastita india y, poniéndose una mano sobre las cejas,
simulan que los ven llegar...
“Indios y piratas”
160
En principio, el coordinador motiva a los jugadores haciéndoles escuchar música de indios
que vienen a caballo. Todos dramatizan la escena, simulando montara caballo y escaparse.
El coordinador pregunta: “¿Pero de quién escapamos? ¡Ah! ¡¡¡Ya me acuerdo, de los
piratas!!!”, y coloca la música de piratas. Interpreta corporalmente a estos personajes,
invitando a los chicos a imitarlo.
Luego, les propone sentarse en ronda para contarles "la verdadera historia de los indios y
los piratas": "Resulta que los piratas siempre venían a estas tierras, no porque quisieran
robar, aunque se diga que son malos y ladrones, sino porque se habían enamorado de un
grupo de indias que vivían en una tribu de estas tierras. Un día, los piratas navegaron en sus
grandes barcos, llegaron a la playa y, aprovechando que los indios dormían, los espiaron...".
El coordinador, interrumpiendo el relato, pregunta: “¿Quiénes serán los indios y las indias?,
mostrando las vinchas; “¿Y quiénes serán los piratas?”, ofreciéndoles las vinchas
correspondientes.
De esta manera, se conforman dos equipos y se trabaja con las dos músicas escuchadas al
principio.
Los indios/as, una vez disfrazados, se ponen en ronda y se presentan bailando su danza
india. Lo mismo hacen los piratas.
Se organiza un juego de persecución en el que los indios van a espiar a los piratas que yacen
en la orilla, dormidos y borrachos (se aclara que eso es cierto, borrachos eran borrachos), y
cuando se despiertan intentan atrapar a los indios. El que es capturado queda “prisionero
de amor” en el barco. Luego pueden intercambiarse los roles del perseguidor y del
perseguido.
El juego se cierra cuando el coordinador cuenta que los indios y los piratas deciden dejar de
asustarse unos a otros y ambos se enseñan mutuamente sus danzas.
“Los bomberos”
161
Recursos materiales: Canción de “Los bomberos”95: Introducción con sonidos de animales
de granja, seguido de música de suspenso para vestirse los bomberos y canción para que
marchen hacia la granja; gorro de bombero; piloto rojo; dos teléfonos de juguete; un
matamoscas; disfraz de granjero; máscaras de gallinas o disfraz de gallina; máscara de lobo
o disfraz de lobo; encendedor que no funcione, o encendedor o mechero gigante; sábana o
paracaídas; pelotitas; tachos.
El coordinador invita a los participantes a jugar a los bomberos y les pregunta si alguna vez
vieron un incendio o el coche auto bomba, etc... Les dice que para comenzar a jugar deben
acostarse en el piso y agrega: "El relato del incendio empieza así: Había una vez un señor
que vivía en una granja –el coordinador coloca la música con sonidos y ruidos de granja–.
Escuchen, escuchen… ¿Qué escuchan por ahí?”. Espera que los jugadores reconozcan y
nombren algunos animales. Luego dice: “¡GALLINAS, necesito gallinas para continuar este
relato!, ¿quiénes pueden hacer de gallinas?”. Una vez elegidos los jugadores que las
interpretarán, son ubicados en un gallinero imaginario.
Luego agrega: “¡Ah!!Hace falta un BOMBERO”. Se lo sienta en una silla, cerca de los
participantes que siguen acostados en el piso, y se le ofrece el gorro de bombero, el
matamoscas y un teléfono (suena la música de suspenso para vestirse el bombero).
Han cesado los sonidos de granja y tras la melodía de suspenso, la música se apaga. El
coordinador anuncia: “Bueno, ahora sí, como les iba diciendo este es un cuento, un juego o
el juego de un cuento. Trata de un señor, que soy yo –hace mímica, pone cara y queda
inmóvil–, quien vivía muy tranquilo en una granja. Pero una mañana, cuando abrí la
ventana para empezar a trabajar –el coordinador va dramatizando su relato–, vi que cerca
del gallinero se encontraba escondido ese animal tan feo y malo que se llama... –dice
mirando al que interpreta al lobo, esperando que los participantes den la respuesta. De
esta manera, se va dando un breve diálogo:
Jugadores: –Lobo.
Coordinador: –Sí, ese ¡el lobo! Era el mismo que estaba en el cuento de…
95
Puede utilizarse el tema musical “Bomberos voluntarios” del grupo teatral “La galera encantada”, o cualquier otro
que sea pertinente.
162
J.: –Caperucita roja.
C.: –Sí, ese ¡el de “Caperucita Roja”! En ese cuento, el lobo se había portado tan, pero tan
mal, que… ¿Se acuerdan lo que había hecho?
J.: –Sí, había...
Coordinador: –Claro, entonces el leñador lo echó de su cuento. ¡Sí, es como yo les digo
aunque no esté escrito en ningún cuento! El leñador lo sacó corriendo de su cuento. Pero el
lobo no tuvo mejor idea que caer justo en el mío, y tan enojado estaba que se trajo un
encendedor… Entonces, despacito, despacito, se acercó al gallinero y… Miren lo que pasó –
El coordinador hace señas al “lobo” para que se acerque lentamente al gallinero y haga
como que le prende fuego–: El lobo malvado prendió fuego al gallinero y las “Gallinas
turulecas” (sí, eran marca Turuleca) se pusieron a bailar, digo a cacarear, ¡escuchen...! –El
coordinador indica a las “gallinas” cómo cacarear, para que lo repitan–. Como las gallinas
no sabían hablarme, señalaban su.... su… –Se señala la cola y hace gesto de vergüenza por
tener que decir la palabra “cola”, mientras espera que alguno de los participantes la diga.
Así, puede exclamar horrorizado–: ¡¡El PLUMAJE, iba a decir!!
Cuando me di cuenta de que se estaban quemando, corrí por toda la granja buscando un
poco de agua –corre por entre los jugadores–. Pasé entre los chanchos, pasé entre las
vacas, pasé entre los caballos y pasé entre las tortugas... Pero tras no encontrar una sola
canilla, me acordé de que en mi granja el agua se saca de una bomba. ¿Ustedes vieron una
bomba de agua alguna vez?
Jugadores: –Nooo.
Coordinador: –Bueno, igual en las granjas de ahora ya no hay bombas, pero en la de mi
cuento sí… Entonces bombee, bombee y bombee –va haciendo la mímica– pero el agua no
salía. Entonces decidí llamar a los bomberos... ¡¡BOMBEROS!! –grita el granjero.
Bomberos: –¡¡QUEEEE!!–le contestan.
Coordinador: –AH!, no, esperen que me olvidé que tengo teléfono... Además, ustedes los
bomberos tienen que estar acostados en el piso y dormidos, solo el capitán se queda
levantado y sentado papando moscas de aburrido que está. –La señora marca en su
teléfono celular y llama a los bomberos.
Capitán de bomberos: –¡¡Hola!! Habla el capitán.
Grajero (coordinador): –Hola, ¿hablo con el cuartel de bomberos de acá a la vuelta...?
Capitán: –Sí, ¿qué necesita señor?
Granjero: –Necesito que le apague el fuego a mis gallinas.
163
Capitán: –Ah! Bueno, ya vamos…
Granjero: –Gracias señor, pero apúrense porque ya no les queda ni una pluma en el... –hace
nuevamente la mímica de señalarse la cola– en el plumaje señor.
Capitán: –Bueno, bueno, ya vamos...
El “capitán” llama a los “bomberos” que están dormidos y cuando éstos se levantan suena
la música de suspenso.
Granjero: –¡¡¡Momento!!! Los bomberos están en pañales, digo, en bombacha y
calzoncillo… Deben cambiarse para ir a pagar el fuego. –El coordinador hace la mímica de
vestirse–. Primero se ponen los pantalones, las medias, las botas, la remera, etc... Tomen
una manguera y llénenla con agua; también lleven un poco de arena para terminar de
apagar el fuego... –Suena la música de suspenso.
Granjero: –Bueno, ya que estoy acá, pónganse detrás de mí que vamos marchando hasta la
granja. –Comienza a escucharse la canción de los bomberos, quienes, encabezados por el
granjero y el capitán, van marchando hasta el lugar donde está ubicado el gallinero.
Granjero: –¡Saquemos las mangueras y mojemos! ¡Ahora las tiramos y tomamos una pala
con arena! Cuando diga “tres” la tiramos al fuego… A la una, a las dos y a las tres... –Todos
hacen que tiran arena.
Granjero: –¿Quién me tiró arena en el ojo? Soplen que me duele. –Los chicos soplan.
Granjero: –Gracias, gracias… Bueno, ya apagamos el incendio, ahora vamos a sacar a las
gallinas... –Todos mueven a las “gallinas”.
Granjero: –¿Y los huevitos de las pobres gallinas, cómo los sacamos?
Los “bomberos” plantean varias posibilidades.
Granjero: –¡Yo vi una película en la que los bomberos usaban una tela así de grande y la
gente se tiraba arriba! ¿Ustedes tienen esa tela?
Bomberos: –Nooo –contestan.
Granjero: –Entonces no son bomberos de verdad...No importa, yo les voy a prestar la
sábana que traje de mi casa. –Busca la sábana y les pide a los “bomberos” que la ayuden a
tenerla–. Cuando cuente “tres”, un millón de huevitos de todos los colores van a caer desde
el gallinero y ustedes los deben atajar. ¡No se les va a ocurrir romperme los huevos que me
quedo sin cena! Bueno, ahí vamos: a la una, a las dos y a las tres... –Todos se quedan
mirando y no pasa nada.
Granjero: –¡Uy! No se tiraron, ¿tendrán miedo?... Vamos a gritarles “¡Que se tiren, que se
tiren....!”. –Todos gritan... Nada ocurre.
Granjero: –¿Pero ustedes no tienen huevitos que se tiren?
Bomberos: –Nooo –contestan.
164
Granjero: –Entonces no son bomberos de verdad…No importa, yo les voy a prestar los que
traje de mi casa. Sostengan bien la sábana y cuando cuente “tres”, millones de huevitos
caerán. Cierren los ojos y cuenten... –El “granjero” busca la bolsa de huevitos, pero cuando
los jugadores terminan de contar y abren los ojos, aquel solo ha tirado una pelotita-huevo–
… ¡¡Ahhh!! Se la creyeron… ¿Cómo pudieron pensar que sin ser bomberos de verdad yo les
iba a tirar así, de repente, un millón de huevitos? Primero practiquemos con éste y
contemos hasta 10, sacudiendo la sábana sin que se caiga, vamos... –Lo hacen y,
finalmente, el granjero les tira la bolsa de pelotitas-huevo. Los jugadores sacuden la sábana,
todas las pelotitas-huevo se caen y el granjero comienza a llorar–: ¡Me rompieron todos los
huevos!
Finalmente, juegan a sacudir varias veces la sábana haciendo que las pelotitas-huevo
caigan.
Granjero: –Bueno, ya que se rompieron todos los huevos, vamos a ponerlos en la bolsa para
tirarlos a la basura. –Cierre del juego.
Esta es la historia del cazador que se convirtió en tal porque su padre, el padre de su
padre y el padre del padre de su padre también habían sido cazadores, al igual que el
padre del padre del padre de su padre.
Pero el cazador del que van a saber no era en realidad como había sido su padre, ni se
parecía al padre de éste, ni al padre de éste, mucho menos al padre de éste último...
El cazador del que estamos hablando era cazador por casualidad, en realidad no le
gustaba cazar, es más, les tenía un miedo bárbaro a los animales.
Un día, su padre le dijo lo mismo que su padre le había dicho, que a su vez le dijo su
padre y a éste su padre: “¡HOY APRENDERÁS A CAZAR GRANDES ANIMALES Y PARA
ESO TE LLEVARÉ A LA SELVA!”. ¿Y saben lo que pasó? Pasó lo siguiente…
165
El coordinador empieza a cantar y bailar, e indica a los jugadores que repitan después de
cada verso:
Entonces, los jugadores, ubicados contra una pared, rugen como leones y corren hasta la
pared que está enfrente, tratando de que el cazador no los atrape. Si son atrapados, se
quedan en el medio con él y se convierten también en cazadores. Juntos piensan en otro
animal para representar y la rutina se vuelve a repetir sucesivamente con distintos
animales.
El juego finaliza cuando la mayoría de los jugadores ya fue atrapada y el cazador les
propone hacer una trampa para capturar al resto: se ponen todos en ronda, tomados de la
mano y alzando los brazos (sin soltarse) gritan: “Queremos jugar con todos los animales”.
Cada jugador elige el animal que quiere ser y corre para no quedar atrapado por la trampa.
El coordinador motiva al grupo con la canción del pato o el cuento “El patito feo” (en su
versión más corta conocida o inventada). Luego les pregunta: “¿Ustedes saben jugar a un
cuento? Para que podamos hacerlo, necesito un jugador que sea el ‘pato feo’ y otro que
166
sea la ‘mamá pato’ que lo cuida. Los demás van a ser los ‘patos malos’, que están muy
celosos de cómo la mamá pata cuida a este pobre patito feo”.
Cuando llegan a la “laguna” donde duerme la “pata” y el “patito”, los “patos malos” gritan:
“¡¡PATO FEO!!”. La “mamá” y el “patito” se levantan y salen a correrlos. El “pato” atrapado
se convierte en “sapo de la laguna”, al que le ponen una vincha; luego, se duerme con ellos
en la “laguna” y cuando vienen los “patos” malos también sale a correrlos.
167
Canciones y bailes participativos
Para mover el cuerpo(o al menos, algunas de sus partes)
SI USTED TIENE
Si usted tiene muchas ganas de aplaudir (pla, pla, pla).
Si usted tiene muchas ganas de aplaudir (pla, pla, pla).
Si usted tiene la razón y no hay oposición,
no se quede con la ganas de aplaudir (pla, pla, pla).
Luego, aplaudir es reemplazado por zapatear, gritar, reír, llorar, etc., realizando las acciones
correspondientes.
PITITA
Yo tengo una pita.
Estiro la pitita.
Me la ato en una mano
Y....
ESTRIBILLO
Tiro la pititita, titita, titita.
Tiro la pititita.
No la tiro más.
Se canta de nuevo, “atando la pitita” en distintas parte del cuerpo. Cuando se canta el
estribillo, se realiza el gesto de tirar de la pitita, moviendo, también, la parte del cuerpo a la
cual está atada.
PUM
En ronda.
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Pongo la mano aquí (al centro y todos dicen: “¡PUM!”).
Pongo la mano allá (afuera de la ronda y todos dicen: “¡PUM!”).
Sacudo, sacudo, sacudo (adentro, nuevamente, y sacudiendo la mano), y una vuelta voy a dar
(dando la vuelta en el lugar, con todo el cuerpo).
Luego con un pie, con el otro, con la panza y, finalmente, termina con todo el cuerpo.
EL GRAN BONETE
Al gran bonete
se le ha perdido un firulete,
y dice que lo tiene... (Nombre) meterete.
–¿Quién, yo?
–Sí, señor…
–Yo no, señor…
–Pues, entonces ¿quién lo tiene?
– (Nombre)…
HOLA, HOLA
Hola, hola, para vos y para mí.
Hola, hola, para todo mi jardín.
Despacito, más ligero,
me lo pongo de sombrero.
Se me cae, lo levanto.
Y el jardín ya comenzó.
169
¡Súbete al barquito del amor!... (Tres palmas).
¡Súbete al barquito del amor!… (Tres palmas).
¡Súbete al barquito de la fantasía, súbete al barquito del amor!
Que hace chiki (saltando con ambos pies hacia delante, y continuando tomados de la cintura).
Que hace chaca (con ambos pies hacia atrás, y continuando tomados de la cintura).
Que hace chiki, chiki, chiki, chiki, chiki, chaca.
Un paso hacia adentro y se repite. Opciones: cuando dice: “Que hace…”, se puede hacer un
balanceo de caderas… También puede ser que, con cada frase musical, se den todos vuelta
hacia el otro lado.
170
– ¡Me estafaron con un huevo! –Y hace gesto, al centro de la ronda, de tener un huevo en la
mano. Todos repiten.
– Un huevito sin pollo –Repite el gesto de sostener el huevo. Luego, bate ambos brazos
flexionados, imitando a la gallina o, mejor dicho, al pollo.
– Que huevito más feo –Gesto de desagrado.
– El huevito sin pollo –Repite los gestos correspondientes.
– Vamos todos a reclamar –Gesto con dedo inquisidor.
– A la huevería –Gestos.
– ¡Al señor que me vendió! –Gestos.
– Un huevito sin pollo –Gestos.
– ¡Como estoy muy enojado! –Gestos.
– Se los digo gritando –Tono de voz correspondiente.
DOS GATOS
Para realizar con mímica, junto a los chicos, jugando con los muebles del aula o sala.
171
Chiribiribiribiribinbombon.
Y subieron hasta el techo entón.
Chiribiribinbombon.
172
Se movían para un lado,
se movían para el otro,
pero siempre sentadas en su lugar.
(Última)
Las hormigas se cansaron de
saltar y correr tanto, y se fueron
todas juntas a dormir...
LA GRANJA
Vengan a ver mi granja, vengan todos.
Vengan a ver mi granja, que es hermosa.
Tengo un perro que hace así (se señala a alguien, invitándolo a hacer el gesto).
Tengo un perro que hace así (todos repiten el gesto que hizo la persona señalada).
Opacabará - opacabará - opáopáopá...
Opacabará - opacabará - opáopáopá...
173
Ver link: https://sites.google.com/site/formaciondeanimadoresdegrupo/herramientas-para-
el-animador/canciones
VERDE, VERDE
Verde, verde, es todo lo que tengo.
Verde, verde, tengo todo yo,
porque yo amo
todo lo que es verde,
porque mi padre es un ...
ESTRIBILLO
Paco guarda
las pocas copas
que poco a poco
Pepe saco...
174
“Cuando yo digo GATO, ustedes dicen PERRO,
cuando yo digo PERRO, ustedes dicen GATO.
Atención y a escuchar,
no se vayan a equivocar”.
Se repite, variando los opuestos: flaco - gordo; alto - bajo; corto - largo; otros. Luego, se
pueden ir combinando: gato, flaco, blanco / perro, gordo, negro; otros.
http://www.youtube.com/watch?v=Tj6VGUvDV48
175
Si tu boquita fuera de calabaza,
yo me la pasaría
masa que amasa…
(Se repite y se le agregan las anteriores).
LA ORQUESTA DIVERTIDA
Toca que te toca,
afina y desafina,
la orquesta medio loca
alegra las esquinas. (Bis)
Tocamos en la plaza,
también en el café,
el quincho, la terraza.
¡O dónde quiera usted!
176
YO NUNCA VI
Iba manejando en un camino muy oscuro,
doblé para un costado
y me perdí.
Llegué a un lugar muy raro,
que nadie conocía…
¡¿y no saben ustedes a quien vi?!
ESTRIBILLO
Coordinador– Yo nunca vi.
Todos– Yo sí.
C– Yo nunca vi.
T– ¡YO SÍ!
C– Un lugar tan raro nunca vi...
177
Y subía y bajaba,
y subía y bajaba, Bis
y al cielo quería llegar...
ME TOCO LA CABEZA
Me toco la cabeza,
me toco la nariz...
Enciendo los motores
y aterrizo en París.
Me hago el distraído,
le doy un pisotón…
Enciendo los motores
y aterrizo en Japón.
FLI - FLA
Fli.
Fli, fla.
Fli, fla, flu.
178
Fli, fla, flu.
Chumbalaca, chumbalaca, chumbalaca vista.
No, no, no, non te vista.
Mini mini, tete mini, uaua.
Hey, mini tete, mini uaua.
UNA SARDINA
El conductor del juego-canción canta cada verso animadamente. Todos repiten, cada vez.
Una sardina...
Y un pato...
Programaron...
La manera...
De meterse...
En un zapato blanco, taco alto, en una noche de verano, con mosquitos y sin “OFF”...
En un zapato blanco, taco alto, en una noche de verano, con mosquitos y sin “OFF”...
Que lo repita......
Que lo repita... (Y el coordinador elige a alguien para que repita los versos).
ESTRIBILLO
Voy en busca de un león.
Cazaré el más grande.
No tengo miedo.
Tengo un gran fusil.
¡Oh!
179
¿Qué veo?
¿Qué veo?
Un largo y angosto puente.
No puedo cruzarlo,
no puedo saltarlo.
¡Lo cruzaré!
¡Lo saltaré!
180
Me meto en la cama.
Me tapo con la frazada.
Viene mi mamá.
Me dice: “¡¡Nene, despertate!!
MI ASISTENTE
El coordinador del juego-canción canta cada verso animadamente. Todos repiten, cada vez.
Mi asistente ya llegó,
vino desde Nueva York,
me trajo para mí
un hermoso yo-yo.
Mi asistente ya llegó,
vino desde Pekín,
y me trajo para mí
un hermoso banderín.
Mi asistente ya llegó,
vino desde Japón,
y me trajo para mí
una mesa de ping-pong.
Mi asistente ya llegó,
vino desde Malasia,
y me trajo para mí
un hermoso sube y baja.
Mi asistente ya llegó,
vino desde Madagascar,
y me trajo para mí
una goma de mascar... miam, miam, miam.
181
Mi asistente ya llegó,
vino desde Hong Kong,
y me trajo para mí
el final de esta canción.
TACO Y PUNTA
Taco y punta, aplaudamos.
Taco y punta, un, dos, tres.
Dame la mano y bailaremos,
una vuelta entera darás.
Dame la mano y bailaremos,
otra vuelta para terminar.
Taco y punta aplaudamos.
Taco y punta, un, dos, tres.
Mientras cantan, los miembros del grupo se pasan objetos hacia el mismo lado.
182
Luego, el tercero, a un tiempo, después del segundo, empieza con el primer movimiento
realizado, mientras el segundo ya está imitando el nuevo gesto del primero, y así
sucesivamente.
183
Una vez me encontré una barca en la playa,
y me fui navegando y a una isla llegué.
Y en la isla encontré a un oso goloso
que era muy majestuoso y cantaba con “o”, o, o, o...
APU
Apu, el indiecito, va tocando su tambor... (Cantan mientras se palmean las piernas).
Bomobombombombombom......
184
Con la lanza y el caballo al galope va....
Bombombombombombom....
Hace ronda junto al fuego y cantando está....
Bombombombombombom.....
HIEPO
Hiepo etata, hieepo.
Hiepo, etata hie,
hiepo, etata hiepo.
E tuqui, tuqui hiepo,
etuqui, tuqui hie.
Se realizan movimientos con los brazos: cuando se dice “hiepo”, se golpean las piernas con las
dos manos; cuando se dice “etata”, se golpean las manos cruzadas en el pecho; cuando se dice
“tuqui”, se golpean con las manos en la cabeza; y cuando se dice “hie”, se llevan los brazos
hacia delante, con los pulgares hacia arriba. Luego, se pueden combinar, haciendo el “hiepo” y
el “tuqui” en el compañero de al lado.
MALAIKA
Puede cantarse como nana.
Versión fonética de Luis Pescetti.
185
Ningekuoa dada.
Mashindano mali sina we,
Ningekuoa Malaika.
Otra versión:
Malaika, nakupenda Malaika
Malaika, nakupenda Malaika
Ningekuoamali we, ningekuoa dada
Nashindwana mali sina we, Ningekuoa Malaika
Nashindwana mali sina we, Ningekuoa Malaika
Pesa zasumbuarohoyangu
Pesa zasumbuarohoyangu
Naminifanyeje, kijanamwenzio
Nashindwa na mali sina we, Ningekuoa Malaika
Nashindwa na malisinawe, Ningekuoa Malaika
Kidege, hukuwazakidege
Kidege, hukuwazakidege
Ningekuoa mali we, ningekuoa dada
Nashindwana mali sina we, Ningekuoa Malaika
Nashindwana mali sina we, Ningekuoa Malaika
CANCIÓN DE LA AMISTAD
186
Se va la luz, se esconde el sol,
pero siempre ha de brillar
la antorcha que, en su fuego, da
el calor de la amistad.
LAS CALAVERAS
Cuando el reloj marca la una,
las calaveras salen de a una.
Chumba, la cachumba, la cachumba e o bam-bam?
Chumba, la cachumba, la cachumba e o bam-bam?
187
a las calaveras le queman los pies.
Chumba, la cachumba, la cachumba e o bam-bam?
Chumba, la cachumba, la cachumba e o bam-bam?
188
a las calaveras le queman los pies.
Chumba, la cachumba, la cachumba e o bam-bam?
Chumba, la cachumba, la cachumba e o bam-bam?
Me gusta asustar
a todos los demás,
y hacerlos gritar,
quiero verlos escapar, porque soy...
¿Quién sos?
Soy el esqueleto, soy el esqueleto del terror...
Alto y flaco, soy el esqueleto del terror...
189
porque soy...
¿Quién sos?
Soy el esqueleto, soy el esqueleto del terror...
190
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Links
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Red lúdica: http://www.youtube.com/user/REDLUDICA (Canal de YouTube)
Formación de animadores de grupo:
https://sites.google.com/site/formaciondeanimadoresdegrupo
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