Carta Vii Sintesis

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Al caer el régimen de los 30 tiranos, vuelve la democracia al poder y es así como algunos de los

que ocupaban el poder llevaran ante el tribunal a Sócrates, lo condenan y lo dan a muerte.

Al observar estas cosas, más difícil le parecía a Platón administrar bien los asuntos públicos, sin
embargo, no dejaba de reflexionar sobre la posibilidad de mejorar la situación. En esta
instancia se vio obligado a reconocer que sólo a partir de la filosofía es posible distinguir lo que
es justo, y que no cesaran los males del género humano hasta que ocupen el poder los
filósofos puros o bien los que ejercen el poder lleguen a ser filósofos verdaderos

Luego de la muerte de Dionisio I, Dión se propuso no guardar sólo para él esta manera de
pensar, para este entonces Dionisio II (hijo de Dionisio I) gobernaba Siracusa. Ante esta
oportunidad Dión invita a Platón a la ciudad para aconsejar al gobernante, y este acepta.

Lo lícito de la decisión platónica de ir a la ciudad y aconsejar al gobernante, tiene que ver con
los fundamentos que lo obligan a prestar este asesoramiento. Por un lado, la hospitalidad, la
amistad entre Dión y él. Por otro, el imperativo moral que se deducía de su filosofía.

Dadas las condiciones para instruir en el conocimiento de un gobernante, y de manera avanzar


en la construcción de un orden político justo, este se veía obligado a acudir a la cita. Esta
obligación moral tiene que ver con el conocimiento en sí, compartir este conocimiento para
gobernar, este consejo es lícito hasta que, a quien se le aconseja, hace caso.

Dionisio no hace caso a los consejos de Platón y éste decide irse de la ciudad.

Ya en su tercer viaje a Siracusa, Platón debía comprobar si Dionisio se encontraba realmente


inflamado como fuego por la filosofía. Este presumió está preparado y escribe un apartado
acerca del bien. Ante esto, Platón se dará cuenta lo errado que está Dionisio y dirá que estos
temas no pueden ser tratados como cualquier otro, sino que para hablar del bien no hay
palabras, no se puede precisar como se hace con otras ciencias, sino que después de haber
intimado con el problema, es que podemos encontrarnos con la verdad.

Lo que tenemos son herramientas, que son necesarias, pero insuficientes; esto nos obliga a
trabajar y esforzarnos en ese rose, entre las palabras, las definiciones y los conceptos; para
entonces si CONOCER: acceder al bien.

Libro1:

-Sócrates llega al Pireo con la compañía de Glaucon, allí realizaban una fiesta en honor a una
diosa, en donde podrán conversar.
-Sócrates y Glaucon visitan la casa de Polemarco. Sócrates se reencuentra con Céfalo (padre de
Polemarco), quien le dice que debe ir más seguido a la ciudad (para hablar) ya que él no puede
hacerlo por su edad, en dicha conversación. Céfalo le comenta a Sócrates que suele reunirse
con otros hombres de edad mayor a conversar conversar y la gran mayoría habla
negativamente de la vejez, culpa a esta de todos los males que le acogen, creen que sólo se
vive en la juventud y que la vejez ya no es vida. Sin embargo, Céfalo aprendió que el problema
no es realmente la vejez, sino el carácter de los hombres, ya que si ellos fuesen sensatos y
complacientes, la vejez seria moderadamente penosa; y si no lo son, no sólo la vejez, sino
también la juventud resultan difíciles.
-A partir de esta visita es que los dialogantes comienzan a conversar sobre la justicia y el
gobierno
CÉFALO: La mayor riqueza es la de hacer lo justo no engañar, ni mentir a nadie, ni siquiera
involuntariamente, y no deberle sacrificio a una divinidad ni dinero a un hombre. La justicia es
la devolución de lo que se debe.
SÓCRATES: refuta la concepción de justicia de Céfalo, argumentando que la justicia no puede
ser lo mismo que devolver a cada uno lo que se ha recibido ya que, por ejemplo, si un amigo
nos ha prestado un arma y luego ese amigo pierde la razón y nos las pide, corriendo riesgo de
que ocurra un inconveniente, no puede ser justo que se las devuelva. Céfalo acepto y
compartió el argumento y posteriormente fue a realizar su sacrificio a la diosa.

Aquí surge una nueva concepción de justicia: hacerles el bien a los amigos y el mal a los
enemigos. Entre Polemarco y Sócrates concluyen que los hombres pueden confundirse al
determinar quiénes son sus amigos (buenos) y quienes sus enemigos (malos), ya que es
habitual en los hombres aparentar ser algo que no se es. De esta manera se llega a una nueva
conclusión: es justo el tratar bien al amigo que es bueno y perjudicar al enemigo que es malo.
Sócrates determina que hacerle mal a una persona, vuelve más mala a esa persona, y un
hombre justo debe buscar crear personas justas, personas buenas, por lo tanto, el hombre
justo no debe hacer mal a nadie.

Ante esto:

TRASIMACO: Es lo que le conviene al más fuerte.

SÓCRATES: los más débiles han de obedecer a los más fuertes, pero agrega que los más fuertes
pueden equivocarse y ordenar a los más débiles que realicen tareas perjudiciales para ellos
mismos. Trasímaco dice que cuando un jefe de estado se equivoca, en ese momento no puede
ser considerado jefe de estado, y que sólo se equivoca cuando deja de serlo. De esta manera el
más fuerte nunca se equivoca y la justicia es aquello que él establece según su interés.

Trasímaco primeramente dijo que la injusticia es un vicio y la justicia una virtud, luego se
contradijo diciendo que la injusticia tiene utilidad, la justicia no. Además, que los hombres
injustos son cuerdos y sabios mientras tengan audacia y fuerza suficiente para someter a
estados y naciones. Y que el hombre injusto buscará prevalecer sobre todos, incluyendo al
hombre justo; mientras que el justo buscará prevalecer sobre el injusto, pero no sobre el justo.
Sócrates determina que debido a que el injusto buscará sobresalir sobre su contrario y sobre
su semejante, es ignorante y malo; mientras que el justo es bueno y prudente porque sólo
buscara sobresalir sobre su contrario. Finalmente, Sócrates determina que cada cosa cumple
una función, y cada función tiene una virtud (excelencia en un arte/tarea) determinada, y
aquello contrario a su virtud es su vicio. De igual manera, la justicia es una virtud del alma y la
injusticia un vicio de la misma, por consiguiente, el hombre justo será feliz y el hombre injusto
infeliz.

Libro 3

Ya censurados los poemas y desterrados los poetas, es necesario ocuparse de la educación de


los guardianes. Platón plantea una educación la cual resultaría un beneficio para esta clase y
no la del campesino.

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