Capítulo 30. Aldo Javier Rodríguez
Capítulo 30. Aldo Javier Rodríguez
Capítulo 30. Aldo Javier Rodríguez
El término leasing es empleado no solamente en cuanto hace a una locación, sino que se
extiende a la idea de un instrumento de financiación que tiene como base a aquella, pero
que excede sus límites.
En efecto, para que una empresa del sector industrial, por ejemplo, tenga un desarrollo
económico adecuado y pueda mantener su competitividad, requiere mejorar su producción
para lo cual a su vez debe renovar su tecnología, maquinarias, instalaciones y otros. Esto
requiere de una importante inversión en términos económicos, y es ahí donde el
mecanismo de locación con opción de compra constituye una alternativa válida.
CONCEPTO
José Alberto Garrone, en su obra “Derecho Comercial”, tomando en cuenta el tipo más
frecuente que se da en la realidad de los negocios, define el leasing como el contrato por el
cual una parte –el locador- cede en locación un bien de capital a la otra –el locatario-, por
un plazo equivalente a la vida útil de dicho bien y por un precio que comprende la
amortización total de su costo, más un interés por el capital adelantado y una ganancia,
teniendo el locatario, además, la opción de adquirir en propiedad el bien al término de la
locación mediante el pago de un precio adicional llamado valor residual. A esta modalidad
se la denomina Leasing Financiero.
Por su parte, en la República del Paraguay rige la Ley No. 1295/98 “DE LOCACIÓN,
ARRENDAMIENTO O LEASING FINANCIERO Y MERCANTIL”, que en su Art. 8º
define el Contrato de Locación Financiera, Arrendamiento Financiero o Leasing
Financiero, como aquel que celebran una parte llamada dador y otra parte llamada
tomador, por el cual el primero se obliga a arrendar al segundo un bien inmueble edificado
de su propiedad; o un bien mueble no fungible o un inmueble edificado de propiedad de un
tercero especificado por el tomador, de quien se obliga a adquirir o a ser adquirido del
propio tomador, con el único propósito de arrendarlo al tomador. En contraprestación, el
tomador se obliga a pagar una suma de dinero establecida en cuotas pagaderas
periódicamente, contemplándose ,además, una opción de compra irrevocable a favor del
aquel, a la conclusión del contrato de arrendamiento, por un precio residual que será
libremente acordado entre las partes.
Asimismo, podrá convenirse que finalizado el plazo inicial del contrato o el de la prórroga,
en su caso, si el tomador no ejerciese la opción de compra, el bien se restituirá al dador,
pudiendo este último venderlo, pactando libremente el precio con el nuevo propietario, o
entregarlo en arrendamiento financiero a un nuevo tomador.
PARTES EN EL CONTRATO
a) El dador, que es la parte que se obliga a dar en locación al tomador una cosa
mueble no fungible o un inmueble de elección de este último.
b) El tomador, es decir, quien recibe un bien del dador, en locación, y se obliga a
pagar una cuota periódica durante el tiempo convenido.
CARACTERES
En efecto, al regular en forma particular los diferentes contratos, el Código Civil se ocupa
de la compraventa en general, y dedica una sección a la compraventa con cláusulas
especiales. En esa sección, el Art. 783 establece: “Si la resolución del contrato tiene lugar
por incumplimiento del comprador, el vendedor debe restituir las cuotas cobradas, salvo el
derecho a una compensación equitativa por el uso de la cosa, además del resarcimiento de
todo el daño. Si se hubiere convenido que las cuotas queden en este caso ser adquiridas
por el vendedor a título de indemnización, el juez, según las circunstancias, podrá reducir
la indemnización convenida, si la juzgare excesiva. La misma disposición se aplicará en el
caso de que el contrato se configure como locación y se convenga que al término del
mismo, la propiedad de la cosa se adquiera por el locatario, por efecto del pago de los
cánones pactados”.
Es un contrato bilateral, pues crea obligaciones tanto para el dador como para el tomador.
Es un contrato de tracto sucesivo, ya que no se agota con una sola prestación. Además, es
un contrato consensual, oneroso y formal, pues se perfecciona con el consentimiento de las
partes, y también requiere la formalidad de la escritura pública para los bienes registrables,
e instrumento privado con certificación de firmas por escribanía pública, para los demás
casos.
CLASES DE LEASING
La Ley 1295/98 prevé este tipo de contrato en el Art. 7° inciso b). En esta modalidad, el
dador percibe cuotas mensuales que se aplican en parte a la amortización del capital y
en parte al uso, gastos de financiación, contratación de seguros y otros.
Es importante citar la previsión del Art. 64 de la Ley 1295/98, para los casos en que el
objeto del arrendamiento financiero fuesen inmuebles destinados a viviendas, donde el
incumplimiento de la obligación del tomador de pagar las cuotas dará lugar a los siguientes
efectos:
b) Si el tomador hubiese pagado más de un cuarto pero menos del 75% (setenta y
cinco por ciento) de las cuotas pactadas, el dador deberá intimarlo al pago de la o
las cuotas adeudadas, para lo cual el tomador tendrá un plazo de sesenta días
contados a partir de la recepción de la notificación. Pasado ese plazo sin que el
pago se hubiese verificado, el dador podrá demandar el desalojo;
El desalojo se tramitará por el procedimiento establecido en los Arts. 621 y siguientes del
Código Procesal Civil.
1) las filiales de las entidades autorizadas por la Ley 861 del 24 de junio de 1996,
constituidas a tal efecto;
6) un proveedor del exterior sobre los bienes que provea desde el exterior; y
El contrato debe ser otorgado por escritura pública, si fuesen bienes registrables; y por
instrumento público o privado con firmas certificadas por escribano público, en los
demás casos. A petición del dador, el contrato de leasing financiero debe ser inscripto,
sea en el Registro de Inmuebles, Aeronaves, Automotores, Buques y Prenda con
Registro, según el tipo de bien objeto del contrato. Los efectos de la inscripción en el
registro respectivo, según el Art. 19 de la Ley 1295, son los siguientes:
b) el tomador no podrá enajenar ni constituir ningún gravamen, sobre el bien objeto del
contrato, salvo de conformidad con lo previsto en la presente ley;
c) las anotaciones de litis trabados sobre el bien objeto del contrato en juicio seguido
contra el dador, con posterioridad a la inscripción del contrato de arrendamiento, no
impedirán la utilización del bien por el tomador, ni podrá disponerse su secuestro.
Tampoco obstarán a la compra-venta ni a la transferencia de la propiedad en favor del
tomador; y
a) Utilizar el bien según los términos del contrato y su destino natural en el lugar
convenido.
Por último, es conveniente mencionar, aunque sea en forma general, el punto referente al
tratamiento fiscal de este tipo de operaciones en nuestro país. La Ley 60/90 establecía el
régimen de incentivos fiscales para la inversión de capital de origen nacional y extranjero,
y en uno de los capítulos regulaba los beneficios fiscales reservados al arrendamiento
financiero, que comprendían exoneraciones de tributos fiscales, aduaneros y municipales.
CONCEPTO
El contrato de licencia es aquel por el cual la persona titular de uno o varios derechos de
la propiedad industrial, autoriza su uso a cambio de una retribución (José Alberto
Garrone, ob. cit.). Este autor también refiere que éste contrato tuvo su origen en el
derecho de patentes de invención, y desde ahí se hizo extensivo a otros derechos de la
propiedad industrial, como ser marcas, diseños, modelos ornamentales, modelos de
utilidad y otros.
Ella define en su Art. 1º. El dibujo industrial como “toda combinación de líneas y
colores…”, y el modelo industrial como “… toda forma plástica de líneas y colores,
destinados a dar una apariencia especial a un producto industrial o artesanal y que
sirva de tipo para su fabricación”.
Esta ley en su Art. 2º., define la licencia como la “autorización o permiso que concede
el titular de los derechos (licenciante) al usuario de la obra u otra producción
protegida (licenciatario), para utilizarla en una forma determinada y de conformidad
con las condiciones convenidas en el contrato de licencia”.
Por otra parte, el Título IX, De la transmisión de los derechos y de la explotación de las
obras por terceros, en su Capítulo I Disposiciones generales, contempla la posibilidad
de transferir, por mandato o presunción legal, el derecho patrimonial que deriva de la
obra de un autor, mediante una cesión por actos entre vivos o transmisión mortis causa.
Pero el titular de derechos patrimoniales también podrá conceder a terceros una simple
licencia de uso, no exclusiva e intransferible, que se regirá por las estipulaciones fijadas
en el contrato respectivo y las referentes a la cesión de derecho, en cuanto sean
aplicables al caso concreto. El contrato por el cual el titular otorga una licencia de uso,
requiere como única formalidad la realización por escrito, salvo en los casos en que la
ley presume la transferencia entre vivos de tal derecho.
El Art. 105 de la ley permite también al autor, sus derechohabientes o a una entidad de
gestión, licenciar a una persona física o jurídica el derecho de representar o ejecutar
públicamente una obra literaria, dramática, musical, dramático-musical, pantomímica,
coreográfica o cualquier otra escénica, mediante compensación económica. Cualquiera
de estos contratos puede celebrarse por tiempo indeterminado o por un número fijo de
representaciones o ejecuciones públicas.
Por otra parte, se encomienda a la Dirección Nacional del Derecho de Autor a llevar el
Registro Nacional del Derecho de Autor y Derechos Conexos, donde podrán inscribirse
las obras del ingenio y los demás bienes protegidos por la ley, así como los convenios o
contratos (por ej.: contrato de licencia) que en cualquier forma confieran, modifiquen,
transmitan, graven o extingan derechos patrimoniales, o por lo que se autoricen
modificaciones a la obra. Este registro tendrá carácter meramente declarativo y no
constitutivo, por lo que su omisión no perjudicará el goce ni el ejercicio de los derechos
que reconoce la Ley 1328/98.
En su Art. 1º. Esta ley define a las marcas como “… todos los signos que sirvan para
distinguir productos o servicios…”. Quien quiera registrar una marca, deberá presentar
su solicitud ante la Dirección de la Propiedad Industrial, debiendo dicha solicitud
cumplir una serie de requisitos enumerados en el Art. 5° de la Ley 1294.
El registro de una marca efectuado de acuerdo con la ley, concede a su titular el derecho
al uso exclusivo de la misma, como también a ejercer ante los órganos jurisdiccionales
las acciones y medidas correspondientes contra quien lesione esos derechos.
En cuanto a las licencias de uso de marcas, la ley autoriza al propietario de una marca
registrada a otorgar por contrato escrito una licencia de uso de ella, por la totalidad o parte
de los productos o servicios que comprenden.
Serán nulas las cláusulas del contrato de licencia de uso que importen para el licenciatario
restricciones que no sean las propias de los derechos emergentes del registro de la marca.
La ley confiere al licenciatario el derecho de usar la marca durante la vigencia del contrato
de licencia y sus renovaciones, en todo el territorio nacional, salvo disposición en contrario
del contrato, y se deberá indicar sobre los mismos productos o servicios que la marca es
licenciada.
Si no existe en el contrato de licencia una estipulación en contrario, cuando ella haya sido
concedida con carácter de exclusividad, el licenciante no podrá conceder otras licencias
respecto del mismo territorio, la misma marca y los mismos productos o servicios, ni podrá
usar por sí mismo la marca en ese territorio respecto a esos productos o servicios.
Esta ley protege las invenciones en todos los campos de la tecnología, las que a su vez
confieren a sus autores los derechos y obligaciones inherentes.
La Ley 1630 autoriza al titular o al solicitante de una patente a conceder licencia para la
explotación de la invención, la que tendrá efectos legales frente a terceros desde su
inscripción en la Dirección de la Propiedad Industrial.
e) limitaciones a la exportación del producto protegido por la patente hacia los países
con los que existiera un acuerdo para establecer una zona de integración económica o
comercial.
Por otra parte, la Ley de Patentes contempla situaciones en las cuales se establecen
licencias de carácter obligatorio, regulando estos casos en los Arts. 43 al 50.
También está previsto el supuesto legal de las licencias obligatorias por prácticas
anticompetitivas, mediante resolución a ser emitida por la Dirección de la Propiedad
Industrial, previo ejercicio del derecho a la defensa y demás garantías por el titular de la
patente.
En cuanto a las licencias por dependencia de patentes, el Art. 46 de la Ley de Patentes
de Invención establece que se concederá una licencia obligatoria para permitir la
explotación de una nueva patente – segunda patente - que no pueda explotarse sin
infringir otra patente – primera patente -, siempre que se cumplan las siguientes
condiciones:
b) que el titular de la primera patente tenga derecho a obtener una licencia cruzada en
condiciones razonables para explotar la invención reivindicada en la segunda patente; y
La solicitud de la licencia obligatoria indicará las condiciones bajo las cuales pretende
obtenerse la licencia. De la misma se correrá traslado al titular de la patente por el
perentorio plazo de treinta días corridos, vencido el cual, de no mediar oposición
expresa, se considerará que la acepta.
En todos los casos, las decisiones relativas a los usos no autorizados por el titular de la
patente, estarán sujetas a revisión judicial, como así mismo lo relativo a la remuneración
que corresponda cuando esta sea procedente. Durante la revisión judicial no se podrán
dictar medidas precautorias que afecten la validez o la modalidad de la licencia
otorgada; solo podrá considerarse en la sentencia correspondiente.
Los recursos interpuestos con motivo de los actos administrativos que guardan relación
con el otorgamiento de licencias obligatorias y otros usos no tendrán efecto suspensivo.
La ley resguarda los derechos del titular de la patente objeto de una licencia obligatoria,
quien recibirá una remuneración adecuada según las circunstancias del caso, el valor
económico de la licencia y la tasa de regalías promedio para el sector de que se trate en
contratos de licencias comerciales entre partes independientes. A falta de acuerdo, el
monto y la forma de pago de la remuneración serán fijados por la autoridad
administrativa.
Por su parte, aquel que solicite una licencia obligatoria deberá acreditar que posee
capacidad técnica y económica para llevar adelante la explotación, circunstancias que
deberán ser evaluadas por la autoridad nacional respectiva designada por la Dirección
de la Propiedad Industrial para cada rama de actividad específica, quien elevará el
informe respectivo.
El Art. 49 de la ley dispone lo que debe establecer toda decisión de concesión de una
licencia obligatoria, a saber:
Por último, la ley establece en su Art. 50 los supuestos en los cuales una licencia
obligatoria podrá ser modificada o revocada.
Una licencia obligatoria podrá ser modificada por la autoridad judicial, a solicitud de
una parte interesada, cuando nuevos hechos o circunstancias lo justifiquen; en
particular, cuando el titular de la patente hubiese otorgado licencias contractuales en
condiciones más favorables que las acordadas al beneficiario de la licencia obligatoria.
Una licencia obligatoria podrá ser revocada total o parcialmente por la autoridad
judicial, a pedido de cualquier persona interesada, si el beneficiario de la licencia no
cumpliera las obligaciones que le incumben, o si las circunstancias que dieron origen a
la licencia hubieran dejado de existir y no fuese probable que vuelvan a surgir. En este
último caso, la autoridad judicial podrá dictar las disposiciones necesarias para proteger
adecuadamente los intereses legítimos del licenciatario afectado por la revocación.
CONCEPTO
En realidad bajo esta denominación se agrupan varios sub-tipos contractuales que tienen
por objeto transmitir conocimientos científicos, técnicos o empíricos, que no están
amparados por algún derecho de propiedad industrial, y que están destinados a la
producción de bienes o prestación de servicios.
El factor que caracteriza a estos contratos es que recaen sobre conocimientos que no
están protegidos por una patente, por lo que para tutelar esos conocimientos es
necesario que cada contrato que recaiga sobre los mismos sea estructurado con sus
propias reglas en base al principio de la autonomía de la voluntad.
CONTRATO DE KNOW-HOW
No es necesario que el know-how sea secreto, siendo suficiente que el mismo no sea
conocido por una de las partes que celebran el contrato.
OTROS CONTRATOS
ANTECEDENTES
El Código Civil Paraguayo regulaba el contrato de edición en sus Arts. 867 a 879. La
totalidad de dichos artículos fueron derogados por la Ley 1328/98 De Derecho de Autor
y Derechos Conexos.
El derogado Art. 867 del Código Civil caracterizaba el contrato de edición como aquel
que tiene por finalidad la reproducción uniforme de una obra literaria, científica o
artística, su difusión y venta al público. Salvo renuncia expresa, el autor o su sucesor
tendrá derecho a una remuneración.
El Art. 92 de la citada ley lo define como “aquel por el cual el autor o sus
derechohabientes ceden a otra persona, llamada editor, el derecho de reproducir y
distribuir la obra por su propia cuenta y riesgo”.
En virtud del Contrato de Edición, que es de carácter bilateral y oneroso, el editor asume
los siguientes deberes y obligaciones:
8. Solicitar el registro del derecho de autor sobre la obra y hacer el depósito legal, en
nombre del autor, cuando este no lo hubiere hecho.
9. Restituir al autor el original de la obra objeto de la edición, una vez finalizadas las
operaciones de impresión y tiraje de la misma, salvo imposibilidad de orden
técnico.
10. Dar aviso previo al autor en caso de una nueva edición autorizada en el contrato, a
fin de que tenga oportunidad para hacer las reformas, adiciones, o mejoras que
estime pertinentes si la naturaleza de la obra lo exigiere. En caso de que dichas
mejoras sean introducidas cuando la obra ya estuviere corregida en prueba, el
autor deberá reconocer al editor el gasto ocasionado por ella.
Cuando se trate de una cesión exclusiva y salvo pacto en contrario, ni el autor de la obra
ni sus sucesores podrán disponer total o parcialmente de la obra, en tanto no se hayan
agotado las ediciones que el editor tiene derecho de hacer.
Durante la vigencia del contrato, se acuerda al editor el derecho de exigir que se retire de
circulación una edición de la misma obra hecha por un tercero.
Otro derecho acordado al editor se refiere al inicio y prosecución ante las autoridades
judiciales y administrativas de todas las acciones a que tenga derecho, por sí y en
representación del autor, para la defensa y gestión de los derechos patrimoniales de ambos
mientras dure la vigencia del contrato de edición, quedando investido para ello de las más
amplias facultades de representación procesal.
El autor de la obra asume las siguientes obligaciones y deberes, en virtud del contrato de
edición:
Por otra parte, en caso de quiebra o liquidación judicial del editor se producirá la rescisión
del contrato y, en consecuencia, el autor podrá disponer de sus derechos libremente.
No obstante, los ejemplares impresos en poder del editor podrán ser vendidos y el autor
tendrá, en tal caso, derecho a percibir la remuneración respectiva según los términos del
contrato. Sin embargo, al proceder a la venta de los ejemplares, el autor tendrá preferencia
para adquirirlos, con descuento de mayorista, o ejercer sobre ellos un derecho de
compensación por las sumas que le sean adeudadas.
APLICACIÓN ANÁLOGA
Las disposiciones desarrolladas en los títulos anteriores también serán de aplicación a los
contratos de coedición en los cuales existe más de un editor obligado frente al autor.
Se trata de una modalidad del contrato de edición que regula la Ley de Derecho de
Autor y Derechos Conexos, y en cuya virtud el autor cede al editor el derecho exclusivo
de edición y lo faculta para que, por sí o por terceros, realice la fijación y la reproducción
fonomecánica de la obra, la adaptación audiovisual, la traducción, la sub-edición y
cualquier otra forma de utilización de la obra que se establezca en el contrato, quedando
obligado el editor a su más amplia difusión por todos los medios, y percibiendo por ello la
participación en los rendimientos pecuniarios que ambos acuerden.
El autor podrá ceder además al editor hasta un 50% (cincuenta por ciento) de los
beneficios provenientes de la comunicación pública y de la reproducción de la obra y
hasta un 33,33 % (treinta y tres coma treinta y tres por ciento) de la remuneración
compensatoria a que se refiere el Art. 34 de la Ley 1328/98.
El autor podrá también pedir la rescisión del contrato si la obra musical o dramático-
musical no ha producido beneficios económicos en tres años y el editor no demuestra
haber realizado actos positivos para la difusión de la misma.
CONCEPTO
Garrone define el contrato de publicidad como “aquel contrato por el cual una empresa
de publicidad, mediante un precio convenido, se obliga a divulgar para atraer al público,
noticias que el anunciante le encomienda” (José Alberto Garrone, obra citada).
NATURALEZA JURÍDICA
CARACTERES
• Bilateral
• Oneroso
• Consensual
• No formal
• Conmutativo
• Intuitu personae
Por su parte, la empresa de publicidad se obliga a realizar los anuncios por el medio u
órgano anunciador estipulado en el contrato, en base a las modalidades acordadas en la
campaña de publicidad pactada. El publicista no garantiza la eficacia de la propaganda.
Por último, se prohíbe a la empresa de publicidad efectuar cesión del contrato respectivo,
ya que sus obligaciones son de naturaleza intuitu personae.
La Ley 1334/98 tiene por objeto eestablecer las normas de protección y de defensa de los
consumidores y usuarios, en su dignidad, salud, seguridad e intereses económicos.
Ella define al consumidor y usuario como “toda persona física o jurídica, nacional o
extranjera que adquiera, utilice o disfrute como destinatario final de bienes o servicios de
cualquier naturaleza”. En tanto que se considera anunciante “al proveedor de bienes o
servicios que ha encargado la difusión pública de un mensaje publicitario o de cualquier
tipo de información referida a sus productos o servicios”.
El Art. 6°, inciso e) consagra entre los derechos básicos del consumidor, la adecuada
protección contra la publicidad engañosa, los métodos comerciales coercitivos o desleales
y las cláusulas contractuales abusivas en la provisión de productos y la prestación de
servicios.
Bibliografía: