Capítulo 5-6
Capítulo 5-6
Capítulo 5-6
Capítulo 5
Los estudios han mostrado que cuando los preadolescentes piden una de
jeans Hollister o el último juego de Wii para Navidad, están pidiendo algo más que
el producto más reciente y de moda, lo que realmente están pidiendo una dosis de
autoestima, en muchas ocasiones compramos cosas solo para impresionar a los
demás, productos que no necesitamos o que están afuera de nuestro alcance,
recurriendo a realizar algún préstamo para adquirir esos productos, solo para
satisfacer nuestro orgullo y presumir que también nos merecemos tener ese
artículo nuevo que apenas se está promocionando en el mercado.
Mirando al extranjero
En ninguna parte del mundo, las personas se dejan lavar el cerebro por las
marcas con mayor facilidad que en Asia. En los países asiáticos es normal que un
hombre tenga media docena de relojes suizos caros o que una mujer dedique un
mes de salario a la compra de una par de zapatos. La mayoría de las mujeres
asiáticas que tiene un bolso de Louis Vuitton no lo hacen porque estén
enamoradas de la marca. La capacidad o necesidad de encajar es un estímulo
muy fuerte. La sociedad asiática es colectivista y la identidad del grupo es
importante. Entonces, si una oficinista japonesa tiene un bolso de Louis Vuitton,
esto significa que el resto de las oficinistas también deberían tener uno para poder
encajar. Louis Vuitton ha capitalizado de manera muy inteligente la mentalidad de
manda de la cultura asiática recurriendo a un sueño que es común al 78% de las
mujeres japonesas: casarse en Paris. ¿Cómo? Recurriendo a su naturaleza
francesa en la comercialización, publicidad y tiendas, siendo clave un aspecto a
decididamente francés en el diseño de las tiendas en Japón.
Capítulo 6
Nostálgicos de la nostalgia
Viejos éxitos
Una de las formas clásicas y más eficaces en que las compañías crean el
factor nostalgia es quitando el polvo y relanzando comerciales, eslogan, o
campañas publicitarias del pasado. Pocos algo logrado esto mejor que Heinz en
2009, cuando revivió su famoso lema de la década de 1970 “Beanz meanz Heinz”.
Los nuevos comerciales de Heinz incluyen madres amorosas que alimentan a sus
hijos con platos repletos de frijoles marca Heinz con lemas pegadizos como un
telón de fondo, como por ejemplo: “A veces, cuando me siento triste, mi mama lee
las señales. Ella sabe que me anima y sabe que frijoles significa Heinz”. Este
anuncio fue tan memorable, que su lema fue declarado el más popular por el salón
de la Fama de Publicidad casi tres décadas después de su lanzamiento original.
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