Aracne era la mejor tejedora de Grecia. Sin embargo, la gente decía que sus habilidades se las había enseñado Atenea. Cansada de los comentarios, Aracne retó a Atenea a demostrar quién era la mejor tejedora. Ambas tejieron durante todo el día, pero el tapiz de Aracne mostraba a los dioses comportándose mal, enojando a Atenea. Como castigo, Atenea maldijo a Aracne convirtiéndola en una araña condenada a tejer para siempre.
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Aracne era la mejor tejedora de Grecia. Sin embargo, la gente decía que sus habilidades se las había enseñado Atenea. Cansada de los comentarios, Aracne retó a Atenea a demostrar quién era la mejor tejedora. Ambas tejieron durante todo el día, pero el tapiz de Aracne mostraba a los dioses comportándose mal, enojando a Atenea. Como castigo, Atenea maldijo a Aracne convirtiéndola en una araña condenada a tejer para siempre.
Aracne era la mejor tejedora de Grecia. Sin embargo, la gente decía que sus habilidades se las había enseñado Atenea. Cansada de los comentarios, Aracne retó a Atenea a demostrar quién era la mejor tejedora. Ambas tejieron durante todo el día, pero el tapiz de Aracne mostraba a los dioses comportándose mal, enojando a Atenea. Como castigo, Atenea maldijo a Aracne convirtiéndola en una araña condenada a tejer para siempre.
Aracne era la mejor tejedora de Grecia. Sin embargo, la gente decía que sus habilidades se las había enseñado Atenea. Cansada de los comentarios, Aracne retó a Atenea a demostrar quién era la mejor tejedora. Ambas tejieron durante todo el día, pero el tapiz de Aracne mostraba a los dioses comportándose mal, enojando a Atenea. Como castigo, Atenea maldijo a Aracne convirtiéndola en una araña condenada a tejer para siempre.
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Yo soy Aracne y era una la de las mejores tejedoras de Grecia, en mi isla
(colofón) toda la gente comentaba sobre mis bordados, de lo maravillosos,
hermosos y perfectos que eran y claro lo siguen siendo, las personas constantemente decían que mis habilidades me habían sido concedidas por esa diosa Atenea y que lo más seguro era que yo era su discípula que había aprendido de ella, yo siempre les decía lo mismo “atenea no se compara nada a mí”, pero al parecer no me entendían, me quedaban mirando fijamente y se iban, Algunos decían que mi defecto es que yo era orgullosa, pero eso es una calumnia, yo simplemente quería que mi arte fuera grande por mérito propio y no quería deberle mis habilidades y triunfos a nadie, y menos a ella. Un día ya estaba cansada que me dijeron lo mismo de siempre, “que debía de estar agradecida”, “que como había hecho para que me enseñara aquel arte”, y yo me negué a seguir recibiendo aquel tipo de comentarios, entonces rete a la Diosa para mostrarles a todos quien era la mejor tejedora, al momento apareció una anciana me dijo que me comportará mejor con la diosa y me aconseja modestia, obviamente le dije lo mismo que les había respondido a los otros "Yo soy incluso mejor que Atenea” en ese instante por el salón paso una oleada de calor y la figura de la anciana brillo, con el brillo se esfumo la anciana pero quedo la imagen de atenea que me miraba con furor, ella no aceptaba tal humillación por una “mortal” entonces acepto mi reto, tejimos todo el día, Atenea representó a los dioses en todo su esplendor, también para asustarme me mostró algunas derrotas que habían sufrían los humanos que desafiaban a los dioses, pero eso no me asusto, por el contrario, yo le mostré a los dioses como eran comportaban como unos lobos y unos borrachos, una de las cosas que más me gustaron de mi pieza de arte fue a nosotros los mortales castigando a los Dioses y el detalle más importe de fue a Zeus disfrazado de serpiente justo en el centro, era una obra preciosa, se las mostraría pero… al parecer a la Diosa no le gustó mucho, se enojó y sus ojos brillaron de ira, se lanzó sobre mi obra y la rasgo, en ese instante caí en cuenta del error que había cometido, trate de salir corriendo, pero atenea me agarro de mi cabello y me maldijo, dijo que me convertiría en un monstro, que me condenaría a pasar toda la vida colgada en las alturas y tejiendo sin parar y a si fue… por la maldición que me hecho desde ese momento yo mando a mis hijas las arañas a atacar a sus hijos para …