Newmaniana 58
Newmaniana 58
Newmaniana 58
Indice
NEWMANIANA EDITORIAL
Con Newman en el Año de la Fe ................................... 2
ANTOLOGÍA
Algunos pensamientos de Newman sobre la fe ............. 5
SERMÓN
Esperando a Cristo ......................................................... 13
SERMÓN
Director
Disposiciones para la fe ................................................. 22
Mons. Fernando María Cavaller
CARTAS
NEWMANIANA 1
EDITORIAL
Con Newman
en el Año de la Fe
“La puerta de la fe” (cf. Hch 14,27), que valores inspirados por ella, hoy no parece que
introduce en la vida de comunión con Dios y sea ya así en vastos sectores de la sociedad, a
permite la entrada en su Iglesia, está siempre causa de una profunda crisis de fe que afecta
abierta para nosotros. Se cruza ese umbral a muchas personas”.
cuando la Palabra de Dios se anuncia y el co- Ante esta realidad el Papa responde inme-
razón se deja plasmar por la gracia que trans- diatamente: “No podemos dejar que la sal se
forma. Atravesar esa puerta supone empren- vuelva sosa y la luz permanezca oculta (cf. Mt
der un camino que dura toda la vida”. 5,13-16)”. Citando a San Agustín, nos recuerda
Así comienza la Carta Apostólica Porta Fi- que “la Iglesia debe continuar su peregrinación
dei de nuestro Papa Benedicto XVI con la cual ‘en medio de las persecuciones del mundo y
ha convocado a un Año de la fe que comen- de los consuelos de Dios’, anunciando la cruz
zará el 11 de octubre de 2012 y terminará en la y la muerte del Señor hasta que vuelva”, y que,
solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, el por eso, “el Año de la fe es una invitación a
24 de noviembre de 2013. La fecha de inicio una auténtica y renovada conversión al Señor,
corresponde a los 50 años de la apertura del único Salvador del mundo”.
Concilio Vaticano II y los 20 años de la publica- Recordando el principio paulino de la “fe
ción del Catecismo de la Iglesia Católica. que actúa por el amor” (Ga 5,6), el Papa nos
Estos aniversarios son la ocasión de la ini- anima a anunciar el Evangelio, “para redes-
ciativa del Santo Padre, motivada de modo cubrir la alegría de creer y volver a encontrar
profundo por lo que señala en el segundo pá- el entusiasmo de comunicar la fe”. Al mismo
rrafo de la Carta: “Sucede hoy con frecuencia tiempo nos dice que “la fe sólo crece y se for-
que los cristianos se preocupan mucho por las talece creyendo”, que “no hay otra posibilidad
consecuencias sociales, culturales y políticas para poseer la certeza sobre la propia vida que
de su compromiso, al mismo tiempo que si- abandonarse, en un in crescendo continuo, en
guen considerando la fe como un presupuesto las manos de un amor que se experimenta
obvio de la vida común. De hecho, este presu- siempre como más grande porque tiene su ori-
puesto no sólo no aparece como tal, sino que gen en Dios”.
incluso con frecuencia es negado. Mientras El deseo del Santo Padre es “que este Año
que en el pasado era posible reconocer un suscite en todo creyente la aspiración a confe-
tejido cultural unitario, ampliamente aceptado sar la fe con plenitud y renovada convicción,
en su referencia al contenido de la fe y a los con confianza y esperanza”. Esta confesión no
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EDITORIAL
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EDITORIAL
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ANTOLOGÍA
Algunos pensamientos
de Newman sobre la fe
Ordenados cronológicamente
Parece, pues, que las dificultades en la Revelación son dadas especialmente para probar “la
realidad de nuestra fe”... Son bloques de piedra para las mentes orgullosas no humildes, y fueron
intentados para eso. La fe es modesta, agradecida, obediente. 1
Los dos estados de la mente son en resumidas cuentas uno y el mismo: es indiferente si decimos
que un hombre busca a Dios en la fe o que lo busca por obediencia... No digo que la fe y la obediencia
no sean ideas separadas en nuestra mentes, pero nada más; no están divididas de hecho una de la
otra. Son una sola cosa vista distintamente…el mismo tipo de mentalidad.2
Por fe entiendo naturalmente, como lo demuestran las palabras de San Pablo (I Tim 6, 20), una
doctrina definida, no solamente una actitud de espíritu a unos principios de acción, y menos aún
unos datos vagos sobre la causa cristiana... Es una costumbre hoy día suponer que se hace daño a la
causa de la religión espiritual y perjudica evidentemente dicha religión, insistir sobre determinados
artículos de fe. Para ella sostener que el Evangelio exige la aceptación de artículos concretos y defi ni-
dos, es pasar por técnico y formalista; dice además que una noción semejante es supersticiosa y aten-
ta contra ‘la libertad que nos ganó Cristo’ (Gal 4, 31). Entonces hay autores prestos a escribir que el
objeto de la Revelación es puramente práctico y que por consecuencia las doctrinas teológicas son in-
útiles, especulaciones vanas y obstáculos a la difusión de la religión... Algunos preguntan: ¿Qué mal
hay en ser sabeliano o arriano? ¿En qué afecta esto el carácter moral? Se añade que el objeto fi nal
del Evangelio es la unión de los corazones en el amor de Cristo y del prójimo, y que, por consiguiente,
para las almas que han recibido el espíritu de adopción, los símbolos de la fe representan trabas...
NEWMANIANA 5
ANTOLOGÍA
San Pablo, repito, nos manda guardar fielmente la fe confiada a nuestro cuidado, y esta fe es “una
fórmula de la palabras ciertas”, un “marco”... Esta única y misma fe se trasmitía en el bautismo en
todas partes a todo cristiano y era considerada como el tesoro particular de la Iglesia de cada lugar y
de su Obispo, como recibida de su primer fundador, ya fuese apóstol o evangelista. En una palabra,
estos artículos de fe eran sagrados. 4
Tenemos en la Escritura, el recuerdo de aquellos que vivieron y murieron por la fe en los tiempos
antiguos, y nada puede privarnos de ellos...descubrimos que no estamos solos, que otros, antes que
nosotros, estando en nuestra misma condición, han tenido nuestros sentimientos, han llevado nues-
tras luchas y han trabajado por el premio que buscamos. Nada eleva más el espíritu que la conciencia
de ser un miembro de una grande y victoriosa compañía... Esta es la razón por la cual es caracterís-
tico del cristiano mirar hacia los primeros tiempos. El hombre de este mundo vive en el presente o
especula sobre el futuro, pero la fe descansa sobre el pasado y se contenta. Hace del pasado el espejo
del futuro... Ahora bien, una persona que cultiva estos pensamientos, encuentra en ellos, por la mi-
sericordia de Dios, gran ánimo...sabe que las opiniones de hoy son accidentes del momento, y que
caerán como han aparecido. Caerán seguramente, aunque en fecha distante. Trabaja para ese tiem-
po, para los próximos quinientos años. Puede sobrellevar en la fe esperar quinientos años, esperar
por largo tiempo, hasta después que se haya convertido en polvo... Y tan lejos como el cristiano mire
hacia atrás, tanto podrá mirar hacia adelante. Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un
Dios y Padre de todos, del principio al fi n. 5
Me refiero ahora a nuestros celebraciones sagradas, que pueden ser hechas como soporte de
nuestra fe y esperanza… Los ritos que contemplamos imponen a nuestros sentidos la verdad invisi-
ble. La misma disposición del edificio, la luz tenue, las naves, el altar con sus piadosos ornamentos,
son figuras de cosas invisibles, y estimulan nuestra fe vacilante. Nos parece ver las cortes celestiales,
con los coros de Ángeles, y los Apóstoles y Profetas escuchando, a medida que leemos sus escritos.
Y por eso, participar del Domingo puede aprovechar, por la misericordia de Dios, aún en el caso de
aquellos que no se han entregado a Él (no a su salvación, pues nadie puede salvarse por cumplir una
o dos observancias, o sin una vida de fe), pero tanto como para romper su sueño de pecado, y darles
pensamientos e ideas que pueden ser el germen de un bien futuro. Digo que, aún a aquellos que viven
para el mundo, el mero cumplimiento del domingo en la iglesia, es un momento continuo sobre sus
conciencias, que les da una vista momentánea de las cosas invisibles, y rescatarlos en cierta medida
de la servidumbre de Mamón o de Belial. De allí que sea el primer intento de Satanás, cuando quiere
arruinar un alma, convencerla de profanar el día del Señor.6
En esto consiste la excelencia y nobleza de la fe, esta es la verdadera razón por la que la fe es
singular respecto a otras gracias, y honrada como el medio especial de nuestra justificación: porque
su presencia implica que tenemos el corazón para asumir un riesgo... ‘La fe es la sustancia’, es decir
la realización, ‘de las cosas que se esperan, la evidencia’, es decir, la prueba, ‘de las cosas que no se
ven’. Esta es su verdadera esencia: hacer presente lo que no se ve, actuar sobre la mera perspectiva
de ello como si realmente fuera poseído... La carta a los Hebreos muestra con el ejemplo de los san-
4 The Gospel, a Trust Committed to Us, Parochial and Plain Sermons II, 22 (1834)
5 The Visible Church an Encouragement to Faith, Parochial and Plain Sermons III, 17 (1834)
6 idem (1834)
6 NEWMANIANA
ANTOLOGÍA
tos antiguos, quién arriesgó su felicidad presente a cambio de la futura. Abraham ‘salió sin saber
adónde iba’... Nuestro Señor aparece actuando después de la misma manera con San Pedro: aceptó
sus servicios, aunque le advirtió cuán poco él mismo lo entendía...tales fueron los riesgos hechos en
la fe, y en la incertidumbre, por los Apóstoles. Nuestro Salvador, en un pasaje del Evangelio de San
Lucas, nos dice a todos la necesidad de hacer deliberadamente lo mismo: ‘¿Quién de vosotros, si
quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular el costo, para ver si tiene suficiente para
terminarla?’... El caso del joven rico, que se fue triste cuando el Señor le pidió que dejara todo y le si-
guiera, es un ejemplo de uno que no tuvo fe para arriesgar este mundo por el próximo, fundado en Su
palabra… Si la fe, pues, es la esencia de la vida cristiana, y si es lo que hemos descrito ahora, se sigue
que nuestro deber reside en arriesgar, por la Palabra de Cristo, lo que tenemos por lo que no tene-
mos, y hacerlo de un modo noble y generoso... Esta es la cuestión: ¿qué hemos arriesgado nosotros?7
Además de este mundo universal que vemos, existe otro mundo, igualmente extenso, igualmente
próximo a nosotros y más maravilloso; otro mundo que nos rodea por todas partes, aunque no lo ve-
mos, y esta razón de no verlo y no otra, lo hace más maravilloso que el mundo que vemos. A nuestro
alrededor hay innumerables seres que van y vienen, que velan, que trabajan o esperan, y que no
vemos. Tal es este otro mundo que los ojos no alcanzan, sino únicamente la fe... El mundo conocido
por la fe es más importante que el mundo accesible por nuestros sentidos. Pues es en este mundo in-
visible, o más bien en la parte invisible del único mundo, donde Dios habita y Cristo entró, donde las
almas de los fieles se unirán a él, y donde los ángeles residen desde siempre.8
El gran error en el que se encuentran los hombres del mundo, es juzgar acerca de asuntos reli-
giosos sólo por lo que la experiencia de la vida les dice. Debemos creer algo. La gran diferencia entre
los hombres religiosos y los otros es que éstos confían en este mundo y aquéllos en el mundo invisible.
Ambos tienen fe, pero unos la tienen en la superficie de las cosas y otros en la palabra de Dios. Los
hombres del mundo dan por sentado que todo lo que parece ser realmente es. Imaginan que no existe
nada más profundo que lo que se presenta a primera vista. No pueden pensar que la verdad está
escondida, que los caracteres de los hombres, palabras, obras, profesiones, fortunas, doctrinas, ra-
zonamientos, deben ser cuidadosa y críticamente examinados antes de que podamos hallar siquiera
los rastros de la verdad.9
La fe y la esperanza son gracias de un estado imperfecto que cesarán con ese estado, pero el amor
es más grande porque es la perfección... La fe no estará cuando haya visión, ni la esperanza cuando
esté el gozo, pero el amor crece más y más hasta la eternidad. La fe y la esperanza son medios por
los cuales expresamos nuestro amor: creemos en la palabra de Dios porque la amamos; esperamos el
cielo porque lo amamos... La fe, pues, y la esperanza, son instrumentos o expresiones de amor, pero
en cuanto al amor en sí, no amamos porque creemos, puesto que los demonios creen pero no aman...
¿En qué sentido la fe es principio del amor, y en qué sentido el amor es el origen de la fe? ¿El amor
brota de la fe o la fe del amor? ¿Cuál viene primero y cuál última? La fe es el primer elemento de la
religión, y el amor, de la santidad; y así como santidad y religión son distintas, pero están unidas,
así son el amor y la fe...puesto que la religión es la ley divina que viene a nosotros desde fuera, y la
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ANTOLOGÍA
santidad la conformidad con la misma ley como escrita dentro nuestro… Mientras que el amor es la
raíz de donde crece la fe, la fe al recibir las noticias del Evangelio, y presentarle al alma sus objetos
sagrados, los misterios de la fe, la Santísima Trinidad, el Salvador encarnado, expande el amor y lo
levanta a una perfección que de otro modo no podría alcanzar. Y de este modo nuestro deber reside
en la fe operando con el amor; el amor es el sacrificio que ofrecemos a Dios, y la fe es el sacrificador...
Sacerdote y sacrificio son uno: la fe amante y el amor creyente.10
La moda del día es predicar la conversión, decirle a la gente que estén seguros de mirar a Cristo,
en vez de mostrárselo simplemente, en decirles que tengan fe, más que en suministrarles el objeto
de la fe...con el resultado de que la fe y la inclinación espiritual se han desarrollado como fines, y
obstruyen la vista de Cristo… La verdadera fe es incolora, por decirlo así, como el aire y el agua;
medio transparente a través del cual el alma ve a Cristo. Nuestros ojos no ven el aire y de la misma
manera nuestra alma no se detiene a contemplar su propia fe. Cuando, por consiguiente, los hombres
toman esta fe como si dijéramos en las manos, la inspeccionan curiosamente, la analizan, se absorben
en ella, se ven forzados a materializarla, a darle color para que pueda ser tocada y vista. En otros
términos, sustituyen a ella, colocan sobre ella, cierto sentimiento, cierta impresión, cierta idea, cier-
ta convicción, algo en fin en que la atención pueda prenderse. Cristo les interesa menos que lo que
llaman sus experiencias. Los vemos trabajando para seguir en sí mismos los signos de la conversión,
la variación de sus sentimientos aspiraciones y deseos: los vemos ponerse a conversar con los demás
sobre todo esto. Ahora bien, no se charla en un campo de batalla; cuando los hombres se sienten im-
presionados por noticias buenas o malas, por espectáculos hermosos, admiran, se regocijan, sufren,
lloran, todo ello espontáneamente y sin reflexionar respecto a sus emociones... Así ocurre con la fe...
Nuestros vecinos ven cómo vive nuestra alma, pero ésta, cuando se encuentra sana, ve solamente los
objetos que la poseen. Tal es la diferencia entre la verdadera fe y la contemplación de sí mismo.11
Antes de convertirse, no puede ver más claro. La luz es como la recompensa de los que por un
acto de la voluntad, por el dictado de la prudencia y de la razón, abrazan la verdad en ese punto en
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ANTOLOGÍA
que la naturaleza se encoge como un cobarde, no llega. Hay que aventurarse. Antes de la conversión,
la fe es una aventura; después es un don. Se acerca uno a la Iglesia por el camino de la razón, pero
para entrar dentro hay que seguir la luz del Espíritu. 13
¿Qué es la fe?... Es el asentimiento como verdadero a una doctrina, que no vemos y que no pode-
mos demostrar, porque Dios, que no nos engaña, dice ser cierta. Como Dios nos anuncia la verdad de
esta doctrina no con su propia voz sino por la palabra de sus enviados, la fe es también asentimiento
a lo que un hombre declara, considerado no como hombre a secas, sino en su función de mensaje-
ro, profeta o embajador de Dios... Quien cree que Dios es veraz y que ha comunicado su palabra al
hombre no albergará dudas. Tiene certeza de que la doctrina que se le enseña es tan verdadera como
Dios, que la ha revelado. Tiene certeza porque Dios es veraz, porque Dios ha hablado, no porque vea
la verdad o esté en condiciones de demostrarla. Es decir, la fe posee dos características: es segura, fir-
me e inalterable en su asentimiento, y lo presta no porque vea con los ojos o con la razón, sino porque
recibe las nuevas de uno que viene de Dios... La fe es, lo mismo que era en tiempos de los Apóstoles,
la característica del cristianismo, el instrumento típico de renovación interior, la disposición primera
para la justificación, y una de las tres virtudes teologales. Dios podría habernos regenerado por otros
medios, por la vista, la razón o el amor, pero ha decidido purificar nuestros corazones mediante la fe,
ha querido escoger un medio que el mundo desprecia y que, sin embargo, encierra un inmenso poder.
En su infinita sabiduría lo prefirió a otros. Si los hombres no lo tienen, carecen de la base sobre la
que se forman los santos y los siervos de Dios. No lo tienen, y viven y mueren, por lo tanto, sin las
esperanzas y bendiciones del Evangelio, porque a pesar de todo lo bueno que hay en ellos, a pesar
de su sentido del deber, su delicadeza de conciencia en muchos aspectos, su benevolencia, rectitud y
generosidad, se hallan bajo el dominio de un terrible enemigo. Habita en ellos un espíritu terco que
les lleva a ser sus propios maestros en asuntos que ignoran. Consideran, en efecto, que su razón es
superior a la de cualquier otro individuo, y no admiten que un mandato venido de Dios pueda con-
tradecir su propia idea de la verdad... Una cosa es ver que se debe creer, y otra creer realmente. La
razón dejada a sí misma puede llegar a la conclusión de que existen motivos suficientes para creer.
Pero creer es un don de la gracia. Sois lo que sois no por mérito vuestro, sino por gracia de Dios, que
os ha elegido... Alabadle y bendecidle continuamente por este beneficio... No os envanezcáis, orad
para no perderlo, y haced lo posible para que otros también lo reciban.14
Concluyo esta noticia sobre el Liberalismo en Oxford y el grupo que se le oponía, con algunas
proposiciones detalladas que yo, miembro de ese grupo, junto con la High Church, denunciaba y
rechazaba con toda energía..:
Nadie puede creer lo que no entiende. Por lo tanto, en una verdadera religión no hay misterios.
Ninguna doctrina teológica es más que una opinión, sostenida circunstancialmente por comuni-
dades de hombres. Por lo tanto, ningún Credo en cuanto tal es necesario para la salvación.
NEWMANIANA 9
ANTOLOGÍA
La fe de tantos miles de nuestros días en la divinidad de Jesucristo, no por ser común es nece-
sariamente nocional, sino que puede ser una fe real y personal originada en las diversas almas por
diversas experiencias y causas dispositivas combinadas de diversas maneras. Tales son una ima-
ginación cálida y fuerte, una gran sensibilidad, la compulsión y el horror al pecado, la asistencia
frecuente a la Misa y a otras ceremonias de la Iglesia, la meditación del contenido de los Evangelios,
la familiaridad con cantos y poemas religiosos, el pensamiento de los motivos de credibilidad, el
ejemplo y la instrucción de los padres, los amigos religiosos, las providencias extraordinarias, la
predicación elocuente.17
La vida no es lo suficientemente larga para una religión de inferencias. Nunca podremos comen-
zar, si determinamos no comenzar más que con pruebas racionales. Nos pasaremos la vida echando
fundamentos; convertiremos la teología en argumentos y los teólogos en prontuarios. Nunca llega-
remos a los primeros principios. Si uno se decide a no creer nada, tendrá que probar sus pruebas y
analizar sus elementos, hundiéndose cada vez más y hallando siempre en lo más profundo otra cosa
todavía más profunda, hasta caer en el amplio seno del escepticismo. Yo preferiría verme obligado a
defender la razonabilidad de “suponer” que el cristianismo es verdad, que no tener que “probar” la
ley moral a partir del mundo físico. La vida es para la acción. Si insistimos en la necesidad de pruebas
para todo, nunca llegaremos a la acción. Para obrar uno ha de suponer, y esta suposición es la fe.18
Quien busca, aún no ha encontrado; aún duda dónde se encuentre la verdad, y quisiera probar
o desaprobar su presente profesión. No podemos, sin caer en el absurdo, decir al mismo tiempo que
creemos y que estamos en búsqueda. No puede estar al mismo tiempo dentro y fuera de la Iglesia. Es
simple sentido común el decirle que, si está buscando, es porque no ha encontrado. Si la búsqueda
supone la duda, y la duda excluye la fe, entonces el católico que afirma que está buscando, declara
por el mismo hecho que no es un católico. Ha perdido la fe.19
Los Credos tienen un lugar en el ritual: son actos de devoción y tienen el carácter de oraciones
que se dirigen a Dios: hablar de dificultades intelectuales en tales oraciones estaría fuera de lugar...
No es una colección de ideas de gran peso. Es un salmo o Himno de alabanza, de confesión, de home-
naje profundo y reverente… Es el himno guerrero de la fe, con el cual nos comunicamos a nosotros
mismos y luego a los demás, a todos los que pueden llegar a oírlo, a los que llegan a oír a la verdad,
quién es nuestro Dios, cómo hemos de adorarle y cuán grande es nuestra responsabilidad si conocien-
do lo que hemos de creer no lo creemos... Lo considero como un control a nuestro razonamiento, para
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ANTOLOGÍA
Puesto que, al aceptar una conclusión, se da un reconocimiento virtual de sus premisas, puede
decirse, impropiamente, que el acto de fe incluye en sí mismo el proceso racional que es su anteceden-
te, y que la fe es bajo cierto aspecto una operación de la razón.
La fe...es implícita en sus actos, adopta el método de la verosimilitud, y parte de primeros prin-
cipios religiosos.
La fe se guarda de los abusos en que puede caer, por ejemplo la superstición, mediante un estado
anímico moralmente correcto, o sea, con las disposiciones y el talante propios del sentimiento y la
práctica religiosa, del amor a la santidad y a la verdad.21
La fe es un don divino. Se gana con la oración. Esta debe ser paciente y perseverante. 22
La fe viene del oído, por la Palabra de Dios. Racionalistas son aquellos que se contentan con las
conclusiones a las que llegan por la razón, pero ‘nosotros somos salvos por la fe’ (Ef 2, 8), y aún en
los casos o personas en los cuales se puede llegar a esas conclusiones, ésas deben ser creídas con el
argumento de que ‘Dios ha hablado’. Un hombre puede ser verdadera y propiamente un teísta, y sin
embargo no tener fe. Lo que le falta para tener fe es la gracia de Dios, que se concede como respuesta
a la oración.23
San Pablo nos dice que “miremos a Jesús, autor y consumador de la fe”. La fe es el primer paso
hacia la salvación, sin la cual no tenemos esperanza, pues dice San Pablo que “sin la fe no podemos
agradar a Dios”. Es una luz divina por la cual somos sacados de la oscuridad a la luz del sol, y en vez
de ir a tientas somos capaces de ver nuestro camino hacia el cielo. Más aún, es un gran don que viene
de arriba, y que no podemos obtener sino de Aquél que es el objeto de la fe. Nuestro Señor Jesucristo,
y sólo Él, nos da la gracia de creer en Él. Por eso los Santos Apóstoles lo llaman el autor de nuestra
fe, de principio a fin, llevándola a término y perfeccionándola.24
Veo y sé, mi buen Jesús, que el único camino por el cual puedo posiblemente acercarme a Ti
en este mundo es el camino de la fe, fe en lo que tú me has dicho, y seguir con agradecimiento este
20 idem p. 138
21 Oxford University Sermons, Prólogo de Newman a la edición de 1871-72.
22 Letters and Diaries , XXXI 177 (1886)
23 Letters and Diaries, XXXI 197-98 (1887)
24 Meditations and Devotions, Doce meditaciones para el Viernes Santo, 4 (ed. póstuma, 1893)
NEWMANIANA 11
ANTOLOGÍA
único camino que tú me has dado. ¡Dios mío, tú sobreabundas en misericordia! Vivir de la fe es mi
necesidad por mi actual estado de ser y mi pecado, pero tú has pronunciado una bendición sobre ello.
Has dicho que soy más bienaventurado en creer en ti que si te hubiera visto. Hazme compartir esa
bendición, y haz que sea en plenitud. Hazme capaz de creer como si viera, que te tenga delante de
mí como si estuvieras siempre presente, corporal y sensiblemente. Haz que esté siempre en comunión
contigo, mi escondido pero viviente Dios. Tú estás en lo más profundo de mi corazón. Tú eres la vida
de mi vida.25
MARTES 9 DE OCTUBRE
19.00 hs MISA
e inmediatamente
REFLEXIONES NEWMANIANAS
EN EL AÑO DE LA FE
20.30 hs Ágape
Los esperamos para orar juntos
con Newman
12 NEWMANIANA
SERMÓN
Esperando a Cristo
TRADUCCIÓN: FERNANDO M. CAVALLER
Servire Deo vivo et vero, et expectare Filium ejus de coelis, quem suscitavit ex mortuis, Jesum,
qui eripuit nos ab ira ventura.
Servir a Dios vivo verdadero, y esperar así a su Hijo Jesús que ha de venir de los cielos, a
quien resucitó de entre los muertos y que nos salva de la cólera venidera.
(1 Tes, 1, 9-10)
A
medida que nos aproximamos al tiem- vuestras cabezas” (Lc 21, 28), como si nuestro
po del adviento de nuestro Señor, somos deber fuera estar en alerta, poniéndonos de pie
advertidos, domingo tras domingo, por de un salto a la primera noticia, y esforzando los
nuestra tierna Madre, la Santa Iglesia, acerca ojos con ansia y devoto interés para poder cap-
del deber de estar a la expectativa del mismo. La tar la primera visión de Su presencia cuando se
semana pasada se nos recordaba ese día terrible manifieste en los cielos, del mismo modo como
en que los ángeles segarán la tierra, y juntarán una ciudad o país de tanto en tanto vela toda la
las hierbas nocivas y malas en medio del trigo, y noche ante la aparición de algún meteoro o es-
las atarán en fardos para quemarlas. La próxi- trella rara, que la ciencia ha dicho que viene. En
ma semana leeremos acerca de esa “gran tribu- otra parte este estado de ánimo es llamado vigi-
lación” que precederá inmediatamente a la caída lia, sea por nuestro Señor o por sus santos após-
del Sol y la Luna, y la aparición en el cielo de la toles después. “Vigilad, pues, porque no sabéis
señal del Hijo del Hombre. Y hoy se nos dice que cuándo viene el dueño de casa, si al atardecer,
esperemos expectantes ese signo tremendo, sir- o a media noche, o al cantar del gallo, o de ma-
viendo mientras tanto al Dios vivo y verdadero, drugada. No sea que llegue de improviso y os en-
como es debido a Aquel que “nos ha convertido cuentre dormidos. Lo que a vosotros digo, lo digo
de los ídolos” y “nos ha liberado de la ira veni- a todos: ¡Vigilad!” (Mc 13, 35-37). Y San Pablo
dera”. dice: “Ya es hora de levantarnos del sueño, pues
la salvación está más cerca de nosotros que cuan-
Lo que San Pablo llama “esperar”, o “estar a do abrazamos la fe” (Rom 13, 11). Y San Juan
la expectativa”, o “estar atentos” , es lo que nues- dice: “Mira que vengo como ladrón. Dichoso el
tro Señor nos manda hacer: “Cuando empiecen que esté en vela y conserve sus vestidos” (Apoc
a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad 16, 15).
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SERMÓN
Pasajes como estos podrían multiplicarse, y remos que nuestras almas sean invadidas por los
nos llevan a distintas reflexiones. La sustancia pecados veniales, que tienden al pecado mortal,
de la religión consiste en la fe, la esperanza, y la si no lo han alcanzado ya. Nos sentiremos de muy
caridad, y la calificación para la vida eterna es mala gana para enfrentar el pensamiento de la
estar en estado de gracia y libres del pecado mor- muerte. Seremos todo esto, y haremos todo esto,
tal. Sin embargo, cuando llegamos a la cuestión y en consecuencia será muy difícil para un espec-
de cómo tenemos que preservarnos en estado de tador decir en qué nos diferenciamos de los hom-
gracia y obtener el don de la perseverancia, se bres respetables y de buen comportamiento que
nos demandan un número de observancias por no son católicos.
encima de aquellas obligaciones en las que resi-
de la sustancia de la religión, pues son su salva- En ese caso, ciertamente, no daremos ningu-
na muestra de espíritu cristiano, ni seremos en
guarda y protección. Y estas mismas observan-
nuestras personas argumento alguno a favor de
cias, siendo de una naturaleza que capta el ojo
la verdad del cristianismo, pero confío y supongo
del mundo, se convierten en distintivos del cris-
que nuestra idea del cristianismo es más eleva-
tiano, comparado con otros hombres, mientras
da y no puede ser satisfecha con una conducta
la fe, la esperanza y la caridad, se alojan en lo
tan contraria a la que nos ha llamado nuestro
profundo del corazón y no se ven. Una de estas
Salvador y sus apóstoles. Hablando, entonces, a
características del espíritu cristiano, que brotan
hombres que quieren ahora estar del lado y en
de las tres virtudes teologales, y luego por turno
el lugar en que desearán haber estado cuando
las defiende y fortalece, es ese hábito de esperar
su Señor llegue realmente, digo que debemos no
y vigilar, al que nos invita este tiempo del año
sólo tener fe en Él, sino esperarle, y no sólo espe-
especialmente, y el mismo hábito es también una
rarle sino vigilar, y no sólo amarle sino anhelar-
señal de los hijos de la Iglesia, y una nota del ori-
le, y no sólo obedecerle sino buscar seriamente
gen divino de la misma. nuestra recompensa, que es Él mismo. No sola-
mente debemos hacer de Él el objeto de nuestra
Ciertamente, si escuchamos al mundo toma-
fe, esperanza y caridad, sino hacer que nuestro
remos otro rumbo. Pensaremos que el temple del
deber sea no creerle al mundo, no esperar en el
que estoy hablando es superfluo o entusiasta. As-
mundo, no amar el mundo. Debemos resolver no
piraremos a hacer solamente lo que es necesario,
aferrarnos a la opinión del mundo, o estudiar sus
y trataremos de averiguar lo poco que será sufi-
deseos. Nuestra simple sabiduría es ser indepen-
ciente. No buscaremos a Cristo, sino los premios
dientes de todas las cosas aquí abajo. El Apóstol
de esta vida. Formaremos nuestros juicios acerca
dice “El tiempo es corto. Por lo tanto...los que
de las cosas por lo que otros dicen, admirare-
lloran vivan como si no lloraran, los que están
mos lo que ellos admiran, y haremos reverencia
alegres como si no lo estuvieran, los que compran
y tendremos en mucho la opinión del mundo. como si no poseyeran nada, los que disfrutan del
Tendremos miedo de dar escándalo al mundo. mundo como si no disfrutaran. Porque la apa-
Tendremos una secreta vacilación ante las ense- riencia de este mundo pasa”. (1 Cor 7, 29-31)
ñanzas de la Iglesia. Tendremos un sentimiento
de inseguridad e inquietud cuando se hace men- Leemos en el Evangelio de nuestro Señor que
ción de las máximas de hombres santos y escri- en una ocasión “entró en un pueblo”, y fue reci-
tores ascéticos, porque no gustan, aunque sin bido y atendido “por una mujer llamada Marta”.
atreverse a disentir. Estaremos escasos de actos Había dos hermanas, Marta y María. “Marta
sobrenaturales, y tendremos poco o nada de los estaba atareada en muchos quehaceres”, pero
hábitos de virtud que están formados por ellos y María estaba sentada a los pies del Señor y escu-
son armadura a prueba de tentaciones. Permiti- chaba sus palabras. Recordaréis, hermanos, la
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comparación que hizo Jesús de estas dos herma- ticiparos a lo que necesita, que estáis tristes con
nas santas. “Marta, Marta”, dijo, “te preocupas su tristeza, afl igidos cuando está molesta, inquie-
y te agitas por muchas cosas, pero una sola cosa tos cuando no podéis comprenderla, y aliviados y
es necesaria. María ha elegido la parte mejor, consolados cuando habéis aclarado el misterio?
que no le será quitada” (Lc 10, 38-42).
Este es el estado de espíritu cuando nuestro
Entonces, los que vigilan y esperan al Señor Señor y Salvador es su Objeto, no inteligible al
son los que tienen una devoción afectuosa y deli- mundo a primera vista, ni fácil a la naturale-
cada hacia Él, los que se alimentan al pensar en za, pero de un cumplimiento tan ordinario en
Él y están pendientes de Sus palabras, viven de la Iglesia de todas las épocas, que llega a ser el
Su sonrisa, y crecen y florecen bajo Su manos. signo de la presencia de Aquel que es invisible,
Son impacientes esperando Su aprobación, rápi- y una suerte de nota de la divinidad de nuestra
dos en captar lo que quiere decir, y celosos de Su religión. Sabéis que existen instintos sutiles en
honor. Le ven en todas las cosas, le esperan en los animales inferiores, por los cuales entienden
todos los acontecimientos, en medio de sus cuida- la presencia de cosas que el hombre puede dis-
dos, intereses y ocupaciones de la vida, y no sen- cernir, como los cambios atmosféricos, las con-
tirían decepción sino un gozo grandísimo si escu- vulsiones de la tierra, o sus enemigos naturales
charan que está a punto de llegar. Dice el cántico que todavía no ven realmente, y consideramos su
inspirado: “Por las noches he buscado al amor de inquietud o el terror que muestran como prueba
mi alma. Le busqué y no le hallé. Me levantaré, de que hay algo cerca de ellos, que es el objeto del
pues, y recorreré la ciudad. Por las calles y las sentimiento y la evidencia de su realidad. Bien,
plazas buscaré al amor de mi alma” (Cantar de de algún modo, el continuo vigilar y esperar a
Cristo, que han manifestado profetas, apóstoles
los Cantares, 3, 1-2). ¿Deberé ser más definido
y la Iglesia edificada sobre ellos, siglo tras siglo,
en mi descripción de este temple afectuoso? Pre-
es una demostración de que su Objeto no es un
gunto pues: ¿conocéis el sentimiento de expecta-
sueño o una fantasía, sino que existe realmente.
ción por un amigo que está por llegar, y tarda?;
En otras palabras, El vive aún, siempre ha vivi-
¿conocéis lo que es estar en compañía con quie-
do, es el que estuvo una vez en la Tierra, murió,
nes no estáis a gusto y desear que el tiempo pase
desapareció, y dijo que volvería.
y que llegue la hora de estar libres de ellos?; ¿co-
nocéis lo que es estar ansioso de miedo a que algo Durante siglos, antes que Él llegara a la Tie-
pueda ocurrir o no, o estar en suspenso acerca rra, profeta tras profeta estuvo en su alta torre,
de algún acontecimiento importante que hace la- a la expectativa de su venida, a través de la no-
tir vuestro corazón cuando algo os lo recuerda, y che oscura, y vigilando el más leve vislumbre del
que es lo primero que pensáis a la mañana?; ¿co- amanecer. Uno de ellos dice: “En mi puesto de
nocéis lo que es tener amigos en un país lejano, guardia me pondré, me plantaré en mi muro, y
esperar noticias de ellos, y preguntarse día a día vigilaré para ver lo que Él me dice, lo que res-
lo que estarán haciendo y si se encuentran bien?; ponde a mi querella. Y me respondió el Señor y
¿sabéis, por otro lado, lo que es estar en un país dijo: ...La visión tiene su fecha, aspira a ella al
extraño, sin nadie con quien hablar, sin nadie fin y no defrauda; si tarda, espérala pues vendrá
que simpatice contigo, sentir nostalgia del hogar, ciertamente sin retraso” (Ha 2, 1-4). Otro dice:
estar abatido porque no recibes ni una carta, y “Oh Dios, Tú eres mi Dios, yo te busco, mi alma
perplejo de cómo podrás regresar?; ¿conocéis lo tiene sed de Ti; mi carne tiene ansia de Ti, como
es amar una persona y vivir con ella, de modo tierra reseca, agotada, sin agua” (Sal 62, 2). Y
que vuestros ojos la siguen, que leéis su alma, otro: “A Ti levanto mis ojos, a Ti que habitas en
que veis los cambios en su rostro, que podéis an- el cielo. Como están los ojos de los esclavos fijos
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en las manos de sus señores, como están los ojos sación está en el cielo”, dice San Pablo, es decir,
de la esclava fijos en las manos de su señora” (Sal que nuestra ciudadanía, nuestro deber social,
122, 1-2). Y otro: “¡Ah, si rasgaras los cielos y nuestra vida activa, nuestra relación cotidiana,
bajaras! –A tu presencia se derretirían los mon- es con el mundo invisible, “de donde esperamos
tes– cual fuego que enciende la leña seca, cual como Salvador al Señor Jesucristo” (Fil 3, 20).
fuego que hace hervir el agua... Porque nadie “Si habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas
oyó, ningún oído percibió y ningún ojo ha visto de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra
a otro Dios fuera de Ti, que obre así con los que de Dios. Aspirad a las cosas de arriba, no a las de
esperan en Él” (Is 64, 1-4). la Tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida
está oculta con Cristo en Dios. Cuando aparezca
Ahora bien, si existieron hombres que te-
Cristo, vida vuestra, entonces también vosotros
nían derecho a estar, no desapegados, sino ape-
apareceréis gloriosos con Él” (Col 3, 1-4)
gados a este mundo, fueron los antiguos siervos
de Dios. La misma palabra del Altísimo les dio Tan vívido y continuo era este estado de su
a ellos esta tierra como porción y recompensa. espíritu en los apóstoles y sus sucesores, que para
Nuestra recompensa es futura, al judío se le pro- el mundo parecían estar esperando la inmediata
metió una temporal. Aún así, hicieron a un lado reaparición de su Señor. Dice San Juan: “Mirad,
el buen regalo de Dios por Su mejor promesa, y viene acompañado de nubes; todo ojo le verá,
sacrificaron la posesión por la esperanza. No se hasta los que le traspasaron, y por Él harán due-
contentarían con nada menos que la fruición de lo todas las razas de la tierra... Dice el que da tes-
su Creador, ni esperarían nada menos que ver
timonio de todo esto: ‘Sí, vengo pronto’ ¡Amén!
el rostro de su Liberador. Si la Tierra debe ser
¡Ven, Señor Jesús!” (Ap 1, 7; 22, 20). Ellos olvi-
destruida, si los cielos deben ser rasgados, si los
daron el paso del tiempo, como los hombres san-
elementos tienen que derretirse, si el orden de la
tos hacen en éxtasis. Pasan por alto en su espíritu
naturaleza debe deshacerse, para que Él aparez-
el lento intervalo, como el ojo puede ser llevado
ca, que sea la ruina, antes que quedarse sin Él.
más allá de una gran extensión de campo llano,
Tal era el anhelo intenso de los fieles judíos, a la
y ve solamente las nubes gloriosas en el horizon-
expectativa de lo iba a venir. Y digo que su mis-
te lejano. Así es como San Pedro tuvo que expli-
ma ansia en vigilar y paciencia en esperar fue tal
car el asunto: “En los últimos tiempos vendrán
que impresionó al mundo, abriéndolo al reclamo
hombres llenos de sarcasmo, que dirán en son
del cristianismo de ser aceptado como verdad,
pues la perseverancia en esperar prueba que ha- de burla: ‘¿Dónde queda la promesa de su Veni-
bía algo para esperar. da?...Pero una cosa no podéis ignorar, queridos:
que ante el Señor un día es como mil años y, mil
Y después que nuestro Señor llegó y se fue, años como un día... Puesto que todas estas cosas
los apóstoles no se quedaron atrás de los profe- han de disolverse así, ¿cómo conviene que seáis
tas en la agudeza de percepción y el ansia vehe- en vuestra santa conducta y en la piedad, espe-
mente hacia Él. El milagro de la paciente espera rando y acelerando la venida del Día de Dios?”
fue continuo. Cuando Él ascendió desde el monte (2 Pe, 3, 3-4. 8. 11-12). Véis que el gran apóstol
Olivote, ellos se quedaron mirando al cielo, y fue no disuade a sus hermanos de anticipar el día,
necesario que los ángeles les mandaran hacer su mientras afirma que tardará en llegar. Explica
trabajo, antes que lo dejaran. Y desde entonces el el error del mundo, que entendió el ansia de ex-
Sursum corda1 estuvo con ellos. “Nuestra conver- pectación de ellos acerca de la venida de nuestro
Señor como una prueba de que pensaban iba a
1 NT: “Levantemos el corazón”, exclamación litúrgica del Pre-
llegar entonces. Pero, ¡qué intenso y absorbente
facio de la Misa. debió ser en ellos este pensamiento acerca de Él,
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de todos los que tienen la común esperanza del No fue un argumento antinatural en alguien que
cielo. Recuerdo, años atrás, haber escuchado tuvo esa pasión especial por la gloria humana,
hablar con asombro y perplejidad a un conoci- que ha sido el incentivo de tantas carreras he-
do, no católico, de una obra de devoción (escrita roicas y tantas revoluciones poderosas en la his-
como los católicos escriben por lo general), por- toria del mundo. Se dice que en la soledad de su
que, decía, el autor escribía como si tuviera “una prisión, y a la vista de la muerte, se expresó del
suerte de apego personal a nuestro Señor, como siguiente modo:
si le hubiera visto, conocido, vivido con Él, en
vez de profesar y creer simplemente en la gran He estado acostumbrado a ponerme delante
doctrina de la expiación”. Es el mismo fenóme- los ejemplos de Alejandro y César, con la espe-
no que sacude a los que no son católicos cuando ranza de rivalizar en sus hazañas y de vivir en
entran a nuestras iglesias. Están acostumbrados las mentes de los hombres para siempre. Pero,
a hacer actos religiosos simplemente como un de- después de todo, ¿en qué sentido viven César y
ber, son serios a la hora de rezar y se comportan Alejandro? ¿Quién conoce y a quién le importa
con decencia porque es un deber. Pero vosotros algo acerca de ellos? Como mucho se conocen
sabéis, hermanos, que el mero deber, el sentido sus nombres, pues ¿quién entre la multitud de
de la conveniencia, una buena conducta, no son hombres que escucha o pronuncia sus nombres
los principios rectores en el espíritu de nuestros sabe realmente algo sobre sus vidas o acciones,
fieles. ¿Por qué, al contrario, tienen esas pos- o vincula a esos nombres alguna idea definida?
turas espontáneas de devoción, esos gestos sin Aún sus nombres no hacen sino ir y venir por el
afectación, esos rostros distraídos, esa desaten- mundo como fantasmas, citados sólo en ocasiones
ción a la presencia de los demás, esa ausencia de particulares, o por asociaciones accidentales. Su
vergüenza que reina entre los profesores de otros hogar principal es el aula de la escuela, ocupan
credos? El espectador ve el efecto, pero no puede el primer lugar en las gramáticas y cuadernos
entender la causa. Nosotros no tenemos dificul- de ejercicios de los muchachos, son espléndidos
tad en responder por qué esta simple formalidad ejemplos para temas de composición, y son mate-
de culto. Es porque el Salvador Encarnado está rial de escritura. Tan bajo han caído el heroico
presente en el tabernáculo, y entonces, cuando Alejando y el imperial César. “Ut pueris placeat
la iglesia, hasta ahora silenciosa, se ilumina de et declamatio fias”.4
repente, por así decir, con el estallido pleno y
Pero (se dice que continuó), existe un solo
penetrante de las voces de toda la feligresía, es
Nombre en todo el mundo que está vivo: es el
porque El ha subido a su trono sobre el altar,
Nombre de Uno que pasó sus años en la oscuri-
para ser allí adorado. Es el Signo visible del Hijo
dad y que murió como un malhechor. Mil ocho-
del Hombre que estremece a todos los fieles con-
cientos años han pasado ya desde entonces, pero
gregados, y les hace rebosar de júbilo.
Él tiene un lugar en el espíritu humano. Ha po-
Esto me lleva a referir un pasaje de la his- seído el mundo y mantiene su posesión. El Dueño
toria de los últimos años del magnífico hombre de ese Nombre reina en las naciones más varia-
que influyó en los destinos de Europa al comien- das, bajo las circunstancias más diversas, en los
zo de este siglo.3 Atrajo ya la atención de fi lósofos intelectos más cultivados, y en los más rudos, en
y predicadores, en relación con sus sentimientos todas las clases sociales. Encumbrados y abaja-
hacia el cristianismo, y como argumento a favor dos, ricos y pobres, todos le conocen. Millones
del mismo, afín a lo que he estado insistiendo. de almas conversan con Él, se arriesgan por Su
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POESÍA
Coro
Oh madre doncella, sé tú nuestro auxilio
Ahora que el año florece,
Para que los encantos de la tierra
No engendren el pecado
Y acerquen al tentador.
Coro
Pero, doncella Madre,
Tú no te marchitarás.
Sobre tu frente estrellas
Y a tus pies la luna pálida,
Estás en tu trono para siempre.
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POESÍA
TRADUCCIÓN
JORGE FERRO
Coro
Oh María, bella y pura,
Tú eres la Reina de Mayo.
La Piedad, Miguel Angel (boceto lápiz).
Lleva en tu pelo nuestras guirnaldas siempre,
Y así nunca se marchitarán.
El Oratorio, 1850
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Disposiciones para la fe
TRADUCCIÓN: FERNANDO M. CAVALLER
Parate viam Domini: rectas facite semitas ejes: ovnis vallis implebitur,
et omnis mons et collis humilliabitur: et erunt prava in directa,
et aspera in vias planas : et videbit omnis caro salutare Dei
Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas : todo barranco será rellenado, todo
monte y colina será rebajado, lo tortuoso se hará recto y las asperezas serán caminos llanos. Y
todos verán la salvación de Dios. (Lc 3, 4-6)
E
l Santo Bautista fue enviado antes que a celebrar la fiesta de Santo Tomás, que por al-
nuestro Señor a preparar su camino, es gún tiempo incurrió en el pecado de increencia,
decir, a ser su instrumento para desper- como si nuestra tierna Madre, la Santa Iglesia,
tar, advertir, humillar e inflamar los corazones como una salvaguardad adicional, presentara
de los hombre, de modo que cuando llegara pu- como ejemplo para nosotros al gran apóstol, que
dieran creer en El. Él mismo es el autor y el con- ahora reina con Cristo en el cielo, en su imagen
sumador de esa fe, de la cual es también el objeto, de debilidad terrenal, para forzarnos a conside-
pero ordinariamente no la implanta en nosotros rar que ciertas disposiciones del espíritu son ne-
de repente sino que primero crea ciertas dispo- cesarias para la fe, cómo se muestra la carencia
siciones, y las lleva hacia la fe como recompen- de ellas, y dónde reside su culpa.
sa. Cuando estaba por aparecer sobre la tierra
entre su pueblo elegido y pedirles su fe en El, se Pienso, pues, que estaré hablando de un
sirvió de San Juan primero para crear en ellos tema apropiado al tiempo litúrgico y al día de
esas disposiciones necesarias. Por eso es que, en hoy. Intento establecer ante vosotros, herma-
este tiempo, cuando estamos por celebrar su na- nos, tanto como el tiempo lo permite, cómo es
cimiento, conmemoramos una y otra vez al gran que, humanamente hablando, un hombre llega a
santo que fue su precursor, como en el evangelio creer la palabra revelada por Dios, y porqué uno
de hoy, para que no olvidemos que sin una debi- cree y otro no. Y al describir el estado de espíritu
da preparación del corazón no podemos esperar y de pensamiento que lleva a la fe no olvidaré,
obtener y conservar el importantísimo don de la por supuesto, que la fe, como ya he dicho, es una
fe. obra sobrenatural y el fruto de la gracia divina.
Sólo llamaré vuestra atención a lo que debe ser
También hay que señalar que, el mismo día, vuestra parte en el proceso.
justo el quinto antes de Navidad, acostumbramos
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En cuanto al relato dado en la Escritura de trina muy contraria a la revelación, pero pienso
la incredulidad de Santo Tomás, sus puntos im- que no me equivoco al entenderlos en el sentido
portantes son los siguientes. Primero, que cuan- de que con buenas disposiciones la fe es fácil, y
do sus hermanos le dijeron que Nuestro estaba sin ellas no, y que los fueron alabados por su fe
resucitado dijo: “Si no veo en sus manos la señal tenían ya una buena disposición, y los que fue-
de los clavos y no meto mi mano en su costado, no ron culpados por su falta de fe carecían de ella,
creeré” (Lc 20,25). Ahora bien, la cuestión aquí y habrían creído, o creído más rápido, si hubie-
es ¿qué es lo que está mal aquí?, porque los otros sen tenido esas disposiciones necesarias o gran
apóstoles habían visto y tocado a nuestro Señor, parte de ellas. Esto es en lo que quiero insistir:
y no parece que hubieran creído hasta que lo hi- me guía el especial oficio del Bautista de “prepa-
cieron. Segundo, que nuestro Señor le dijo en la rar el camino del Señor”, pues se entiende por
siguiente ocasión, después de permitirle la evi- tal preparación la creación en los corazones de
dencia que deseaba: “Porque me has visto has los que le escuchaban las disposiciones necesa-
creído. Bienaventurados los que no han visto y rias para la fe. Y considero que la misma verdad
han creído” (Lc 20,29). Pero ¿porqué era más está incluida en el glorioso himno de los ángeles
bienaventurado creer en El sin ver, que haberle en la noche de Navidad, pues ¿para quién estaba
visto como los demás apóstoles cuando creyeron? llegando el Príncipe de la Paz? Ellos cantaban
“Gloria a Dios en las alturas, y paz en la tierra
La cuestión es muy larga, e intentaré seguir a los hombres de buena voluntad” (Lc 2,14). Se
solamente uno de los varios pensamientos a los entiende por “buena voluntad” la “buena dispo-
que da lugar. sición”, y la paz del Evangelio, los dones plenos
del conocimiento, del poder, y del consuelo de
Primero de todo, pienso que cualquiera que la redención cristiana, debían ser la recompen-
conozca bien la Escritura estará de acuerdo en sa a los hombres de buenas disposiciones. Ellos
que la doctrina que establece nuestro Señor en eran los hombres a quienes vino el Niño Salva-
esa ocasión la había expresado en otras oportu- dor, ellos en quienes su gracia encontraría fruto
nidades y de otra manera. Por ejemplo, dijo: “Si y recompensa, ellos serían llevados, por méritos
no veis señales y prodigios no creéis” (Jn 5,47). congruos, a “creer en su Nombre”, como dice el
Y en otro lugar leemos: “No hizo allí muchos mi- evangelio, y a “nacer, no de la sangre ni del deseo
lagros, a causa de su falta de fe “ (Mt 13,58). En de la carne, ni de deseo de hombre, sino de Dios”
estos pasajes da a entender que la dureza para (Jn 1,12-13).
creer es culposa. En otros lugares alaba la fa-
cilidad para creer. Por ejemplo: “Mujer, grande Ahora bien, para mostrar qué es esta bue-
es tu fe” (Mt 15,28); “Os aseguro que en Israel na voluntad, o buena disposición, y cómo atañe
no he encontrado en nadie una fe tan grande” a la fe, hago esta observación: ¿cuál es la guía
(Mt 8,10); “¡Ánimo!, hija, tu fe te ha salvado” principal del alma dada a toda la raza de Adán,
(Mt 9,22); “Tu fe te ha salvado; vete en paz” (Lc tanto fuera como dentro del verdadera rebaño de
7,50); “¡Qué es eso de si puedes! ¡Todo es posible Cristo, desde el amanecer de la razón, a pesar de
para quien cree!” (Mc 9,23). Podría citar mu- esta grave pena de la ignorancia que es una de las
chos otros pasajes al efecto, de los Evangelios, miserias más grandes de nuestro estado caído?
los Hechos de los apóstoles, y las cartas de San Es la luz de la conciencia, como dice el mismo
Pablo. evangelista en el mismo pasaje, “la luz verdade-
ra que ilumina a todo hombre que viene a este
Estos pasajes no quieren decir que la fe va mundo” (Jn 1,9). Sea que un hombre nazca en
en contra de la razón, o que la razón no precede la oscuridad del paganismo, o en alguna corrup-
ordinariamente a la fe, porque esta es una doc- ción de la religión revelada, que haya escuchado
NEWMANIANA 23
SERMÓN
o no el nombre del Salvador del mundo, que esa dictámenes, más comprensivas sus enseñanzas, y
esclavo de alguna superstición, o en posesión de más consistentes sus principios, sino que su mis-
algunas partes de la Escritura, y trate la Palabra mo tono es más alto, más autoritativo y obligan-
inspirada como una suerte de libro fi losófico que te. Y tan es así, que a aquellos que utilizan lo que
interpreta por sí mismo llegando a ciertas con- tienen se les da más, porque comenzando con la
clusiones acerca de su enseñanza, en cualquier obediencia continúan hacia la íntima percepción
caso, él tiene dentro de su corazón cierto man- y fe en un solo Dios. Es su misma voz que da tes-
dato dominante, no un mero sentimiento, no una timonio de Sí, y ellos creen en su propio testimo-
mera opinión, impresión, o punto de vista de las nio acerca de Sí mismo. Creen en su existencia,
cosas, sino una ley, una voz autoritativa, prohi- no porque otros lo digan, no meramente por la
biéndole ciertas cosas y permitiéndole otras. No palabra de los hombres, sino por una personal
digo que sus mandatos concretos sean siempre aprehensión de su verdad. Este es, pues, el pri-
claros, o siempre coherentes entre sí, pero in- mer paso en aquellas disposiciones que llevan a
sisto en que ella ordena, alaba, culpa, promete, la fe en el Evangelio.
amenaza, insinúa el futuro, y da testimonio de
lo invisible. Es más que el yo mismo del hombre, Y mi segunda observación es que, a pesar de
pues él no tiene poder sobre ella, o solamente todo lo que esta Voz hace por ellos, no es suficien-
con extrema dificultad, no la hizo, y no puede te, como sienten aguda y tristemente. Encuentran
destruirla. Puede silenciarla en casos o directi- muy difícil separar lo que ella dice realmente,
vas concretas, puede distorsionar sus enuncia- tomado en sí mismo, de lo que mezcla la pasión,
dos, pero no puede, o es una excepción si puede, el orgullo, el amor propio, o la propia voluntad.
emanciparse de ella. Puede desobedecerla, rehu- Muchas veces no podrán decir cuánto manda esa
sarse a consultarla, pero ella permanece. Guía verdadera interior, y cuánto procede de
una mera fuente mundana. Es decir que el don
Esto es la conciencia, y por la naturaleza del
de la conciencia hace brotar un deseo de algo que
caso, su misma existencia lleva nuestro espíritu
ella misma no provee totalmente. Inspira en ellos
hacia un Ser exterior a nosotros, porque si no
la idea de una guía autoritativa, de una ley di-
¿de dónde ha venido?, y a un Ser superior a no-
vina, y el deseo de poseerla en plenitud, no en
sotros, porque si no ¿cómo es tan extraña y fas-
meros fragmentos o sugerencias indirectas. Crea
tidiosamente perentoria? Digo que, sin avanzar
en la cuestión de lo que dice o de si sus dictáme- en ellos una sed, una impaciencia, por el cono-
nes concretos son siempre claros y consistentes cimiento de ese Señor invisible, Gobernador y
como deber ser, su misma existencia nos arroja Juez, que les habla sólo secretamente, que les
fuera de nosotros mismos, y más allá de nosotros susurra en sus corazones, que les dice algo, pero
mismos, para ir y buscarle a El en lo alto y lo no tan cercanamente como desean y necesitan.
profundo, pues ella es su Voz. Así como la luz Así es, hermanos míos, que estáis viendo cómo
del sol implica que el sol está en el cielo, aunque un hombre religioso, que no tiene la bendición
puede ser que no lo veamos, así como un llamado de la enseñanza infalible de la revelación, es lle-
a la puerta por la noche implica la presencia de vado a buscarla, por la misma razón de que es
alguien afuera en la oscuridad que pide entrar, religioso. Tiene algo pero no todo, y si no deseara
así esta Palabra dentro nuestro, no sólo nos ins- más sería una prueba de que no ha utilizado, que
truye hasta cierto punto, sino que necesariamen- no ha aprovechado, lo que tenía. Desde aquí es-
te eleva nuestro espíritu a la idea de un Maestro, tará en la expectativa. Podría decir que tal es la
de un Maestro invisible. Y en la medida en que definición de todo hombre religioso que no tiene
escuchamos esta Palabra y la seguimos, no sólo el conocimiento de Cristo: está a la expectativa.
aprendemos más, no sólo se hacen más claros sus Como los judíos creyentes estaban expectantes
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por el Mesías que sabían iba a venir, así en to- sas suyas tienen que ser perdonadas. Pero luego,
dos los tiempos, y bajo todas las dispensaciones, mientras crece así en el conocimiento de sí mis-
y en todos los sectores, están aquellos que saben mo, también comprende más y más claramente
que hay una verdad, que saben que no la poseen que la voz de la conciencia no tiene nada de gentil
salvo en poca medida, que desean conocer más, ni misericordioso en su tono. Es severa e, inclu-
que saben que sólo Aquel que les ha enseñado lo so, dura. No habla de perdón sino de castigo. Le
que conocen puede enseñarles más, que esperan sugiere un juicio futuro, y no le dice cómo puede
que Él les enseñará más, y entonces están a la eludirlo. Más aún, no le dice cómo está mejoran-
expectativa de Su enseñanza. do, y él se siente muy pecador en el mejor de los
casos, cautivo de una tiranía que ama demasiado
Hay otra razón por la que estarán vigilan- bien, mientras también la odia. Y entonces tiene
do y esperando algún conocimiento ulterior al gran angustia y clama con las palabras del Após-
que ahora poseen sobre la voluntad de Dios. Es tol: “¡Pobre de mí! ¿Quién me librará de este
que cuanto más una persona trata de obedecer cuerpo que me lleva a la muerte?” (Roma 7,24).
su conciencia, más se alarma de obedecerla tan
imperfectamente. Su sentido del deber se hará Por todas estas razones, porque siente su ig-
más agudo, y su percepción de la trasgresión más norancia, su esclavitud, su culpa y su peligro, un
delicada, y comprenderá más y más cuántas co- hombre religioso que no ha tenido la bendición
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La curación del ciego de nacimiento, El Greco,
Dresde, circa 1567.
Volviendo a lo que dije cuando empecé, ve- él hizo sólo lo que ellos habían hecho. Los judíos
mos ahora cómo era que nuestro Señor alababa habían sido desde mucho tiempo atrás el pueblo
la facilidad para creer y condenaba la dureza de Dios, y tenían los escritos de los profetas. El
para creer. Ser sencillo para creer es ni más ni cumplimiento de las profecías en la Persona de
menos que haber estado dispuesto a informarse, nuestro Señor era la evidencia más obvia y na-
y ser duro para creer no es más que haberse re- tural para los judíos de que Él era el Mesías,
husado y no querer investigar. Aquellos cuya fe pero no aceptarían esta evidencia, y decidieron
Él alabó no tuvieron una evidencia más fuerte tener otras. Decidieron estar convencidos de un
que los que condenó por su incredulidad, pero solo modo particular, esto es, por los milagros,
usaron sus ojos, su razón, sus mentes, y perse- y cuando por la abundante misericordia de Dios
veraron en preguntar hasta que encontraron, aparecieron los milagros delante de sus ojos, eli-
mientras que los otros que Él condenó habían gieron el tipo especial de milagro que les conven-
escuchado, ciertamente, pero dejaron la semilla ciera, y no creerían a menos que fuese un mila-
divina al borde del camino, o en terreno pedre- gro de ese tipo. Y por eso nuestro Señor dijo esas
goso, o entre espinas que la sofocaron. Y aquí palabras que ya he citado: “Si no veis señales y
está la falta del apóstol Santo Tomás, según me prodigios no creéis” (Jn 5,47). Y también dijo en
parece, y hasta donde es reverente conjeturar. otra ocasiones: “¡Oh insensatos y tardos de cora-
Él dijo que no creería que nuestro Señor ha- zón para creer todo lo que dijeron los profetas!”
bía resucitado a menos que le viera realmente. (Lc 24,25); “Si no oyen a Moisés y a los profetas,
Pero, ¿no hay más que un camino para arribar tampoco se convencerán, aunque un muerto re-
a la fe en Cristo?, ¿no existen cientos de prue- sucite” (Lc 16,31); “¡Generación malvada y adúl-
bas diferentes entre sí y todas ellas buenas?, ¿No tera! Pide una señal, y no se le dará otra señal
había otro modo de estar seguro de que El ve- que la señal del profeta Jonás” (Mt 12,39). Y por
nía de Dios, excepto el ver el gran milagro de la eso los judíos de Tesalónica son censurados, y los
resurrección? Ciertamente había muchos otros, de Berea alabados, porque estos “aceptaron la
pero Santo Tomás prescribió el único modo por palabra de todo corazón, y diariamente exami-
el cual consentiría creer en Él. Este fue también naban las Escrituras para ver si las cosas eran
el caso de sus compatriotas, porque en este punto así”, y se agrega: “creyeron, pues, muchos de
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ellos” (Hech 17, 11-12). Entonces, en el caso de dia y su alimento cuando finalmente se posee.
Santo Tomás, digo que cuando fue tan lento para Alimenta la llama de la fe y hace arder lumino-
creer su falta consistió en pensar que tenía dere- samente. San Pablo habla de aquellos que ha-
cho a ser fastidioso, y a escoger los argumentos biendo “rechazado una buena conciencia”, han
por los cuales se convencería, en vez de pregun- “hecho naufragar su fe” (1 Tim 1,19). Este será
tarse si no tenía ya suficientes, como si en ver- el caso en un momento como el actual. Los católi-
dad a su Señor le hubiese importado mucho que cos entran en el mundo, se mezclan con hombres
él creyera, pero a él nada. De aquí que cuando de todas las religiones, escuchan todo tipo de ob-
Cristo accedió bondadosamente al tipo de prue- jeciones sofísticas a la Iglesia, a sus doctrinas y
ba que deseaba, le dijo en consideración a noso- a sus normas. ¿Qué es lo que prácticamente los
tros: “Porque me has visto has creído. Dichosos mantiene firmes en la fe sino la íntima percep-
los que no han visto y han creído” (Jn 20,29). ción que tienen de su necesidad? ¿Qué los lleva
al sacramento de la penitencia sino su dolor y la
Y así es ahora: está el hombre que tiene atrac- detestación del pecado? ¿Qué los lleva a la co-
ción hacia la Iglesia Católica, pero la resiste con el munión sino una sed del Dios vivo y verdadero?
pretexto de que no tiene suficientes pruebas para ¿Cuál es su protección contra las aberraciones
aceptar sus demandas. Concedo que no pueda del intelecto sino las profundas convicciones y
tener todas las pruebas de repente, y no pueda las vehementes aspiraciones del corazón?
convertirse de inmediato, pero puede examinar,
puede decidirse a resolver la duda, antes de ha- Queridos hermanos, hoy se pone mucho én-
cerla a un lado, aunque eso cueste trabajo y tiem- fasis en los argumentos presentados para creer
po. El sentimiento íntimo de su corazón debería en la Religión, natural y revelada, y se escriben
ser: “¿Qué debo hacer para salvarme?”(Lc 18.18) libros para probar que debemos creer y por qué.
Y su mejor consuelo es la promesa: “Pedid y se os Estos libros se llaman Teología Natural y Evi-
dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá” dencias del cristianismo, y a menudo dicen nues-
(Lc 11,9). Si, en vez de esto, él disputa con esta tros enemigos que los católicos no saben por qué
o aquella prueba, sin pensar nunca en averiguar creen. No tengo ninguna intención de negar la
por sí mismo y determinar dónde reside la verdad, belleza y la lógica del argumento que estos libros
contentándose con admirar la Iglesia, y dando contienen, pero me pregunto mucho si de hecho
por terminado así el asunto, ¿qué es esto sino la hacen hombres cristianos o los mantienen tales.
conducta de alguien que no tiene una conciencia No tengo semejante duda acerca del argumen-
delicada, que ama lo suyo fácilmente, o la como- to que os he recomendado aquí. Estad seguros,
didad de la vida, o su reputación mundana, o la hermanos, que el mejor argumento, mejor que
sociedad de sus familiares, o sus intereses terre- todos los libros del mundo, mejor que todo lo que
nales, y considera que esa verdad religiosa no es pueden suministrar la astronomía, la geología,
digna del sacrificio de estas ventajas temporales? la psicología, y las otras ciencias, un argumen-
to inteligible para aquellos que no pueden leer
Hermanos, no supongáis que lo que he es- tan bien como los que pueden, un argumento
tado diciendo acerca de los que investigan no se que está “dentro nuestro”, una argumento in-
aplica a vosotros. Los católicos, por cierto, no tie- telectualmente conclusivo, y prácticamente per-
nen que buscar, las preguntas ansiosas que hace suasivo, sea para probar el Ser de Dios, o para
la conciencia natural están respondidas plena- dar fundamento al cristianismo, es ese que brota
mente en vuestro caso. Vosotros conocéis quién de una cuidadosa atención a las enseñanzas de
os salva y cómo. Pero recordad que esa misma nuestro corazón, y de una comparación entre
delicadeza de conciencia, que es la disposición los reclamos de la conciencia y los anuncios del
conveniente para la fe, es también su salvaguar- Evangelio.
28 NEWMANIANA
Tres cartas de Newman a directores
de distintos periódicos
TRADUCCIÓN: LUISA ZORROAQUÍN
Señor,
Me acaban de traer el diario The Times y veo allí un reporte sobre el discurso del Sr. Spooner1
en ocasión del tratamiento del Proyecto de Ley sobre Congregaciones Religiosas.2 Un pasaje del
mismo decía que:
NEWMANIANA 29
«Era inusual que un oficial de justicia tuviera que llevar a cabo una investigación,3 salvo que
se difundiera un rumor de que había necesidad de ello, y de cómo ha habido tal rumor y que viene
de las celdas subterráneas de los conventos. Si, repitió, celdas subterráneas y querría decir algo
sobre esto a los honorables miembros [del Parlamento]. En este preciso momento, en la Parroquia
de Edgebaston, municipio de Birmingham, se está edificando un convento de cierto tipo, y todo el
subsuelo, está siendo equipado con celdas; ¿y para qué son esas celdas? (escuchad, escuchad).4»
La casa a la que se alude en este reporte es la que yo mismo estoy construyendo para la Con-
gregación del Oratorio de San Felipe de Neri, congregación de la cual soy Superior. Aclaro que no
tengo otro Superior en ningún otro lado.
Las celdas subterráneas, a las que el Sr. Spooner se refi ere, se han planeado en orden a econo-
mizar espacio para actividades normalmente asociadas con una casa grande. Creo que son unas
cinco en número, pero no estoy seguro. Se encuentran debajo de la cocina y en sus inmediaciones.
Una será una despensa, la otra un depósito para carbón, en la tercera tal vez habrá vino y cerveza.
En cuanto al resto, al Sr. Spooner le interesará saber que tenemos idea de usarlas para hornear y
para la elaboración de cerveza pero no puedo asegurarle que eso será finalmente su destino.
Es muy común que en Londres se construyan grandes subsuelos debajo de las casas de los ca-
balleros; pero nunca, de pensamiento o palabra, las he conectado con prácticas de crueldad o con
investigaciones, y nunca he preguntado a sus dueños que uso hacían de ellas.
¿Cuándo acabará esta inquisición sobre los asuntos privados de los Católicos?
Su obediente servidor,
John H. Newman
Señor,
3 cursivas en el original.
4 ‘Hear, hear’, así corean los miembros del Parlamento británico los discursos de alguno de sus integrantes cuando quieren
expresar su aprobación. (N. del T.)
30 NEWMANIANA
Considero que usted ha transcripto esta afir-
mación, que es de otra persona, en su colum-
na, a fin de concederme, si así fuera el caso, la
oportunidad de negarla. De acuerdo con esto
no pierdo ni una hora en dirigirle estas líneas,
y estaré en deuda con Vd. si las da a conocer al
público inmediatamente.
Desde que fui recibido en el seno de la Iglesia Católica no he tenido ni por un instante la más
mínima pérdida de confianza en ella, sosteniendo siempre que su Soberano Pontífice es el centro de
la unidad y el Vicario de Cristo. Y siempre he tenido, y aún tengo, una límpida fe en su credo y en
todos sus artículos, una satisfacción suprema en su culto, disciplina y enseñanza y una vehemente
añoranza y esperanza de que los muchos y queridos amigos que he dejado en el protestantismo pue-
dan ser partícipes de mi felicidad.
Siendo que este es mi estado de ánimo, añadir, como lo hago a continuación, de que no tengo
intención, y jamás he tenido intención alguna de dejar la Iglesia Católica y volver a ser un protes-
tante parecería algo superfluo, salvo que los protestantes siempre están buscando algún subterfugio
o ambigüedad en las declaraciones de los católicos. Por lo tanto, en orden a ofrecerles, si es que
puedo, completa satisfacción, afirmo profesar ex animo, con un completo asentimiento y consenti-
miento interno, que el Protestantismo es la más lúgubre de todas las religiones posibles, que pensar
en el Servicio anglicano me hace temblar, y que pensar en los Treinta y nueve Artículos me hace
estremecer. ¡Volver a la Iglesia de Inglaterra! No; «la red está rota y nosotros escapamos» . Sería
un tonto consumado (para usar una expresión suave) si a mi edad provecta dejara «la tierra que
mana leche y miel» por la ciudad de la confusión y la casa de servidumbre.
Su obediente servidor
NEWMANIANA 31
Al Editor de THE TIMES
(para su publicación)
9 de septiembre de 1872
Señor,
En su artículo sobre la masacre del día de San Bartolomé, nos arroja Vd. un desafío sobre un
asunto muy serio. No tengo la pretensión de hablar por mis hermanos, pero hablo porque otros,
mejores que yo, no lo hacen.
Ningún Papa puede hacer bueno el mal. Ningún Papa tiene poder sobre aquellos principios
morales eternos que Dios ha impreso en nuestros corazones y nuestras consciencias. Si algún Papa,
con sus ojos abiertos, ha aprobado la traición o la crueldad, dejemos que aquellos que pueden de-
fiendan al Papa. Si algún Papa de cualquier época ha tenido su mente tan ocupada por el deseo
de que la Iglesia triunfe sobre sus enemigos como para ser completamente pasiva frente a los actos
salvajes y traicioneros por medio de los cuales se ha conseguido ese triunfo, dejemos que aquellos
que se sientan predispuestos digan que actuó así en virtud de su alto oficio de mantener la justicia y
mostrar misericordia. El engaño y la crueldad y todo lo que es malvado y bajo tienen una némesis
segura y al final golpean la cabeza de aquellos que son culpables de ellos.
Que Gregorio XIII tuvo parte en la culpa de la masacre de San Bartolomé, es un hecho que
debe ser probado antes de que yo lo crea. Comúnmente se esgrime en su defensa, que en este asunto
le presentaron un informe sesgado y falso y que actuó en consecuencia. Esto implica preguntarse
por los hechos y son los historiadores los que deben decidir. Pero aún si deciden contra el Papa, su
infalibilidad no está comprometida. Infalibilidad no es impecabilidad. Incluso Caifás profetizó, y
Gregorio XIII no fue, del todo, Caifás.
Su obediente servidor
John H. Newman
❉❉❉
32 NEWMANIANA
ARTÍCULO
Newman: hombre de fe
S
u vida abarca todo el siglo XIX menos la cerca del centro de la vida contemporánea que
última década. Fue el principal inspira- cualquier cosa que tenga que ver con Dios.
dor del Movimiento de Oxford, que cam-
bió la faz del cristianismo en Inglaterra. Fundó Es imposible apreciar la importancia de la
una universidad, y publicó un clásico sobre la fe que inspira la vida de John Henry Newman
Idea de una Universidad. Fue escritor genial y si uno empieza, como muchos hacen, a partir de
dijo que no podía pensar sin una lapicera en la suposiciones de materialismo práctico que ponen
mano. En la era de las cartas escritas fue el más la fe entre las fantasías superficiales, como irre-
prolífico y profundo de todas ellas. levante a lo que se piensa es la buena vida para
la humanidad hoy.
Fue malentendido como anglicano y sospe-
chado al principio como católico hasta que sú- Sin embargo, no debemos desesperar, pues
bitamente, en los últimos veinte años de su vida, existe un sentido real en el que siempre ha sido
adquirió fama y aprecio como una figura verda- así. Al menos siempre ha sido verdad que existe en
deramente nacional. Incluso cuando un nuevo la naturaleza humana una resistencia a la fe, que
papa, León XIII, decidió hacerlo Cardenal, fue la humanidad necesita tan urgentemente. Nuestro
contra alguna hosca oposición católica inglesa. Señor, en su vida entre nosotros antes y después
de su resurrección, reprendió constantemente a
Y ahora, por diferentes, razones es difícil
su generación, incluso a sus más cercanos segui-
hablar sobre él como un hombre de fe en la In-
dores, por la falta de fe. Los reprendió porque esa
glaterra de hoy, con su imperante atmósfera de
falta de fe era fatal para ellos. “Cuando el Hijo del
agresivo secularismo. Es duro encontrar el rec-
Hombre vuelva, ¿piensan que encontrará fe sobre
to lenguaje para una fe centrada en Dios en un
la tierra?” “¿Dónde está vuestra fe?” “Hombres
tiempo en que el hedonismo egocéntrico está más
de poca fe.” “Oh, duros de corazón y tardos para
creer.” “Tomás, crees porque me has visto. Bien-
aventurados los que crean sin haber visto”.
* Nota del traductor: conocí personalmente al abad Barry en
1995 durante el Congreso Internacional Newman en Oxford, Pero aquí debemos distinguir entre la du-
donde él tuvo a cargo la homilía de la Misa inaugural en la capi- reza general del corazón que resiste la fe en la
lla del Trinty College. En el año 2010, luego de la beatificación,
lo vi nuevamente al visitar la Abadía de Ampleforth, ya como humanidad caída y la hostilidad profunda hacia
abad emérito. Había tenido a cargo esta conferencia en la Aba- la fe en Dios de nuestro secularismo contempo-
día, en un curso especial sobre Newman en el que participaron
otros monjes. La recordada visita incluyó el permiso de publicar ráneo. La primera ha estado siempre ahí como
su conferencia en NEWMANIANA, lo cual cumplo ahora en lle- manifestación del letargo espiritual y la ceguera
var a cabo.
NEWMANIANA 33
ARTÍCULO
del hombre caído, pero la segunda es nueva y fe- esta afirmación con una cita de Dionisio Areopa-
rozmente agresiva. Newman la vio venir y advir- gita que dice: “ la fe se refiere a la verdad simple
tió a sus contemporáneos acerca de su amenaza. y eterna”. Por ello, en un sentido está insistiendo
Volveremos sobre esto más tarde, pero primero en que la fe en su esencia está más cerca de una
debemos considerar cuál es el significado de esa percepción mística que de un pensamiento inte-
resistencia a la fe o dureza de corazón de las cua- lectualizado.
les se queja Nuestro Señor, incluso en sus discí-
pulos elegidos. La experiencia de Newman es, quizás, una
ilustración vívida de la afirmación de Santo To-
Newman mismo, en las primeras páginas de más. La mente y el corazón de la creatura se dan
la Apologia, recuerda cómo su fe en Dios se en- definitivamente al origen y la fuente última de
frió por tempranas tentativas aventuradas en el toda Verdad. La fe, pues, es el primario don de
escepticismo y evangelismo hasta que adhirió a la sí primario o entrega del ser creado a Dios, el
irresistible claridad del don de la fe, haciéndome Creador. De varios modos esto llega a ser un
descansar en dos y sólo dos seres supremos y lu- tema constante en los escritos y el pensamiento
minosamente autoevidentes, yo y mi Creador.1 de Newman. A sus quince años tenía tan claro
Es fácil para el descuidado pensamiento de la dimensión de la fe para su vida que pudo usar
hoy ver este pasaje como si quisiera decir que en su Apologia esa frase impresionante de ‘dos y
Newman adoptó la teoría de la presencia de Dios sólo dos realidades luminosamente claras’ de las
y luego decidió aplicarla consecuentemente a su cuales era ya conciente, ‘él mismo y su Creador’.
vida. Es una interpretación torpe y muerta, típi- Su mente y su corazón se entregaron en última
ca de nuestra época. instancia a la Verdad Primera.
De hecho, las palabras de Newman refle- En nuestra vida humana y para nuestra vida
jan una doctrina de una trascendencia tal que humana esa respuesta personal a la Verdad Pri-
las mismas palabras no pueden contener. Él no mera, que es Dios nuestro Creador, debe, por
eligió y adoptó esta mentalidad de fe, sino que supuesto, ser expresada en verdades separadas
ella lo poseyó a él. Y fue una posesión completa e individuales, articulando en palabras la buena
– solus cum solo – excluyendo todo lo que no era nueva de la Revelación y haciendo accesible lo in-
Dios, de donde surge lo solitario y luminoso de la creado a nuestras mentes creadas.
experiencia, y su influencia creativa en Newman
Santo Tomás ve, pues, la Verdad Primera
y todos los que nos no la han rechazado. Mientras
como el objeto formal de la fe, porque nuestra fe
rechazaba como ‘detestable’ la doctrina calvinis-
no se dirige a ningún objeto aparte de Dios, de
ta de la predestinación a la condenación eterna,
Dios y de su Revelación. En términos modernos,
él estaba más seguro de su conversión por esa ex-
podríamos llamar a Dios, Verdad Primera, el
periencia que lo que estaba de ‘tener manos y
objeto decisivo y predominante de la fe.
pies’. Esa experiencia no fue una visión, sino un
acto de fe en el cual fue afirmada y aceptada de Para Santo Tomás los objetos “materiales”
todo corazón la orientación de toda su vida hacia de la fe son las verdades de la Revelación dadas
Dios. Cuando Santo Tomás pregunta en la Sum- a nosotros por Dios, como la vida de Cristo, las
ma cuál es el primer objeto de la fe, contesta que doctrinas de su Iglesia y sus Sacramentos y sus
es la Verdad Primera, Prima Veritas2, y refuerza preceptos esenciales para la vida cristiana.
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NEWMANIANA 35
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Fue durante este tiempo, entre 1833 y 1845, das las fortunas, ventajas, rangos, dignidades y
que Newman también predicó y publicó los Ser- placeres; sobre la lujuria de la carne, la lujuria
mones parroquiales y sencillos en la iglesia uni- de los ojos y el orgullo de la vida. Le ha puesto
versitaria de Santa María de la cual era vicario. un precio a las excitaciones, rivalidades, espe-
Los seis volúmenes de estos sermones no son sólo ranzas, temores, deseos, esfuerzos y triunfos del
una contribución docta para la vida universi- hombre mortal. Ha dado un significado al va-
taria, sino declaraciones poderosas que, libres riado y desviado curso de los problemas, tenta-
de retórica, que tenían efecto por la claridad y ciones y sufrimientos de su estado terrenal. Ella
franqueza de su enseñanza evangélica. Estos ser- ha unido y hecho consistente todo lo que parece
mones, y toda la obra de Newman por el Movi- discordante y sin objeto. Nos ha enseñado cómo
miento, fueron inspirados por un vasto estudio, vivir, cómo usar de este mundo, qué esperar, qué
pero hubo otro secreto detrás de ellos. desear, en qué confiar. Es el tono en el cual se
resuelven finalmente todas las disonancias de la
Las habitaciones de Newman estaban junto música de este mundo3.
a la capilla de Oriel, y convirtió el coro del órga-
no en su capilla personal, en un lugar silencioso En todo este tiempo hasta 1845 Newman tra-
y escondido de oración. Esa oración personal, bajó en lo que él llamó la Via Media, que preser-
entonces y después, fue sin duda el recurso que varía la riqueza de la doctrina católica al situarse
le sostuvo a través de esos años de intensa con- entre el protestantismo y la autoridad de Roma.
troversia e inexorable autocuestionamiento. Este Fue en sus estudios patrísticos donde primero vio
aspecto esencial de oración personal en la vida los defectos de su teoría. Vio claramente que el
de Newman es generalmente ignorado y subesti- catolicismo nunca había sobrevivido sin Roma y
mado – Secretum deum mihi. que nunca podría. La Via Media nunca había sido
real. Reconoció que su vida como anglicano había
Los que acudían en masa para escucharlo llegado a su fin, pero aquí debemos mirar cuida-
en la iglesia de Santa María quedaban tan exta- dosamente lo que estaba pasando realmente.
siados que ni el espíritu de un Matthew Arnold
pudo nunca olvidar su elocuencia calma, reser- En primer lugar su profunda adhesión a
vada, irresistible. Unos pocos ejemplos aún aho- Dios por la fe nunca vaciló. Permaneció comple-
ra pueden dar un vislumbre de la profundidad tamente fiel a Dios, la Verdad Primera. Lo que
ortodoxa de sus palabras, y traer a Newman mis- vaciló fue la creencia de que la Iglesia Anglicana
mo por un instante entre nosotros: pudiera ser identificada con la Iglesia fundada
por Cristo. Fue un tiempo peligroso y Newman
El mundo parece lleno de contradicciones reconoció más tarde que él mismo y aquellos que
y sin sentido. Porqué es, qué puede dar por re- afrontaban este desafío podrían haber caído fá-
sultado, cómo es lo que es, cómo llegamos a ser cilmente en la increencia. Pero su fe en Dios era
introducidos en él, y cuál es nuestro destino, son fuerte y pudo hacer frente al trastorno interior
todos misterios... Ahora, permitidme pregun- de revisar su fe acerca de la doctrina de la Igle-
tar: ¿cuál es la clave real, cuál la interpretación sia. En verdad su fe en Dios fue fortalecida y se
cristiana este mundo? ¿Qué se nos ha dado por sometió, como Pablo había hecho, a la nueva luz
revelación para estimar y medir este mundo? Es que le había cegado al principio.
la crucifixión del Hijo de Dios. La gran lección
para nosotros acerca de cómo pensar y hablar No hubo ni sombra de apostasía (rechazo de
de este mundo, es la muerte del Verbo Eterno de la fe). Su fe fue afirmada. Lo rechazado fue una
Dios hecho carne. Su Cruz ha puesto el verda-
dero valor sobre cada cosa que vemos; sobre to- 3 PPS VI, 7. La cruz de Cristo, medida del mundo. (1841).
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Cuando Newman, con todo su saber y su alto testimonio de lo invisible. Es más que el yo mismo
perfi l en la vida pública, se hizo católico, hubo del hombre, pues él no tiene poder sobre ella, o
una súbita sensación de excitación a lo largo del solamente con extrema dificultad, no la hizo, y
país. La Iglesia Católica a la que él arribó estaba no puede destruirla. Puede silenciarla en casos
comenzando a hacer pie después de la emancipa- o directivas concretas, puede distorsionar sus
ción política de los católicos, y se hallaba poco enunciados, pero no puede, o es una excepción si
preparada para Newman y la inundación de bri- puede, emanciparse de ella. Puede desobedecer-
llantes conversos ingleses que le siguieron. la, rehusarse a consultarla, pero ella permanece.
Durante los siguientes veinte años vino la Esto es la conciencia, y por la naturaleza
enredada historia de la Universidad Católica de del caso, su misma existencia lleva nuestro es-
Dublín, que fue ocasión de algunos escritos de píritu hacia un Ser exterior a nosotros, porque
Newman sobre la Idea de una Universidad y tam- si no ¿de dónde ha venido?, y a un Ser superior
bién algunos sermones, uno de los cuales es no- a nosotros, porque si no ¿cómo es tan extraña y
table por tratar el papel de la conciencia en la fe fastidiosamente perentoria? [...] Esta Palabra
religiosa. Cuando los hombres se apartan de Dios dentro nuestro, no sólo nos instruye hasta cier-
también se apartan del verdadero significado de to punto, sino que necesariamente eleva nuestro
la conciencia y de su conexión con la fe. Las pala- espíritu a la idea de un Maestro, de un Maestro
bras de Newman son todavía hoy muy necesarias: invisible. Y en la medida en que escuchamos esta
¿Cuál es la guía principal del alma dada a Palabra y la seguimos, no sólo aprendemos más,
toda la raza de Adán, tanto fuera como dentro no sólo se hacen más claros sus dictámenes, más
del verdadero rebaño de Cristo, desde el amane- comprensivas sus enseñanzas, y más consisten-
cer de la razón, a pesar de esta grave pena de tes sus principios, sino que su mismo tono es más
la ignorancia que es una de las miserias más alto, más autoritativo y obligante. Y tan es así,
grandes de nuestro estado caído? Es la luz de la que a aquellos que utilizan lo que tienen se les
conciencia, como dice el mismo evangelista en el da más, porque comenzando con la obediencia
mismo pasaje, “la luz verdadera que ilumina a continúan hacia la íntima percepción y fe en un
todo hombre que viene a este mundo” (Jn 1,9). solo Dios. Es su misma voz que da testimonio de
Sea que un hombre nazca en la oscuridad del pa- Sí, y ellos creen en su propio testimonio acerca
ganismo, o en alguna corrupción de la religión de Sí mismo. Creen en su existencia, no porque
revelada, que haya escuchado o no el nombre del otros lo digan, no meramente por la palabra de
Salvador del mundo, que sea esclavo de alguna los hombres, sino por una personal aprehensión
superstición, o en posesión de algunas partes de de su verdad. Este es, pues, el primer paso en
la Escritura, y trate la Palabra inspirada como aquellas disposiciones que llevan a la fe en el
una suerte de libro filosófico que interpreta por sí Evangelio.6
mismo llegando a ciertas conclusiones acerca de
su enseñanza, en cualquier caso, él tiene dentro De este modo, la visión de Newman sobre la
de su corazón cierto mandato dominante, no un conciencia para el bautizado es ‘la luz que ilu-
mero sentimiento, no una mera opinión, impre- mina a cada hombre y mujer’. Responder a ella,
sión, o punto de vista de las cosas, sino una ley, seguirla, usarla, es crecer espiritualmente en
una voz autoritativa, prohibiéndole ciertas cosas lo que fuimos creados para ser. Es por ello una
y permitiéndole otras. No digo que sus mandatos cosa muy positiva, especialmente en los bautiza-
concretos sean siempre claros, o siempre coheren- dos, que vive y crece con el uso.
tes entre sí, pero insisto en que ella ordena, alaba,
culpa, promete, amenaza, insinúa el futuro, y da 6 SVO V, pp.64-65, (1856) Disposiciones para la fe.
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NEWMANIANA 39
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docio católico. El efecto nacional de la Apologia lativismo que estaba avanzando sobre Europa’.
fue que cayeron las escamas de los ojos que lo ha-
Anteriormente, durante la oposición de
bían mirado desde 1845 con aversión, y de pron-
Newman al latitudinarismo anglicano, satirizó
to fue comprendido y aclamado por todos como
sobre ellos como hombres a los que se puede con-
un verdadero gran inglés. Siguieron luego quin-
fiar la conducción de la barca de la Iglesia entre
ce años en los cuales, aunque estuvo envuelto en
el Scylla del ‘sí’ y el Caribdis del ‘no’ con seguri-
controversias de tiempo en tiempo, gozó de una
dad en el mar del sin sentido.
posición en Inglaterra y cada vez más en toda la
Iglesia. Habló claro contra Gladstone sobre la Es tristemente posible discernir hoy voces
infalibilidad papal, contra Pusey sobre la de- de sirenas seduciendo a los incautos en el siem-
voción a Nuestra Señora, escribió la Gramática pre invasivo Mar del Sin Sentido que amenaza
del asentimiento y El sueño de un anciano, y fue con sumergir al cristianismo europeo. La técnica
escuchado del mismo modo por protestantes y ca- hoy es proclamar el amor a expensas de la fe, la
tólicos, a pesar de las continuas críticas calladas caridad con exclusión de la fe, la humanidad con
del partido de Manning y Ward. abandono de Dios. Lo que Newman previó tanto
tiempo atrás está sobre nosotros.
En 1878 el gran León XIII fue elegido Papa
y poco después creó Cardenal a Newman. Esto le Advirtió sobre lo que iba a venir específica-
dio oportunidad de hablar al recibir el Biblietto mente en una ocasión, hablando en la apertura
acerca de los principales testimonios de su vida, de un seminario, donde les dijo a los seminaris-
y comenzó por afirmar que el gran trabajo había tas que estaban entrando en un tiempo tal como
sido oponerse al liberalismo en religión: nunca antes la Iglesia había experimentado, un
tiempo de total infidelidad:
El liberalismo religioso es la doctrina que
afirma que no hay ninguna verdad positiva en El especial peligro de los tiempos ante no-
religión, que un credo es tan bueno como otro, sotros es la difusión de esa plaga de infidelidad
y esta es la enseñanza que va ganando solidez y que los Apóstoles y Nuestro Señor mismo habían
fuerza diariamente. Es incongruente con cual- predicho como la peor calamidad de los últimos
quier reconocimiento de cualquier religión como tiempos de la Iglesia. Y al menos una sombra,
verdadera. Enseña que todas deben ser toleradas, una imagen típica de esos últimos tiempos está
pues todas son materia de opinión. La religión entrando en el mundo.9
revelada no es una verdad, sino un sentimiento o
Poco después de la muerte de Newman la cri-
gusto; no es un hecho objetivo ni milagroso, y está sis modernista produjo una marea alta en el Mar
en el derecho de cada individuo hacerle decir tan del Sin Sentido pero fue nada comparado con lo
sólo lo que impresiona a su fantasía. 8 que iba a venir y está ahora sobre nosotros.
Era un ejemplo luminoso de la visión pro- No mucho después de la Apologia Newman
fética de Newman. Lo que llamaba ‘liberalismo encaró su propia muerte con El sueño de un an-
religioso’ es ahora generalmente llamado ‘re- ciano10. Newman/Geroncio hace su acto de fe in-
lativismo religioso’. La exactitud de la profecía transigentemente. Un corto pasaje será suficiente:
de Newman puede medirse por la alocución del
Cardenal Ratzinger a los Cardenales antes de ser
elegido Papa, donde les habló de la ‘plaga de re-
9 Sermones católicos, IX, La infidelidad del futuro (1873), en
la apertura del Seminario de St. Bernard de Olton.
8 El texto original está en My Campaign in Ireland, Aberdeen,
1896, pp.393-400. 10 The Dream of Gerontius, 1866.
40 NEWMANIANA
ARTÍCULO
NEWMANIANA 41
INDICE GENERAL
ÍNDICE GENERAL
NEWMANIANA 1991-2011
SERMONES
Sermones parroquiales y sencillos / Parochial and Plain Sermons La despedida de los amigos (Subj 26), nº 47, diciembre 2006.
(por orden de publicación) Los poderes de la naturaleza (PPS II, 29), nº 48/49, diciembre 2007.
La necesidad de la santidad para la beatitud futura (PPS I,1), nº1, Jeremías, una lección para los que están decepcionados (VIII,9), nº
septiembre 1991; nº 54, agosto 2010. 48/49, diciembre 2007.
Las aventuras de la fe.(PPS IV,20), nº3, abril 1992. La bendición de la aflicción (MS, vol II 37), nº 50, agosto 2008.
La encarnación (PPS II,3), nº5/6, diciembre 1992. El sufrimiento corporal (PPS III, 11), nº 50, agosto 2008.
La cruz de Cristo, medida del mundo (PPS VI,7), nº7, abril 1993. La aflicción: escuela de consuelo (PPS V, 21), nº 50, agosto 2008.
La religión del momento (PPS I,24), nº11, mayo 1994. La batalla, condición para la victoria (PPS VI, 16), nº 50, agosto 2008.
El mundo invisible (PPS IV,13), nº12, septiembre 1994. Los llamados de Dios, (PPS VIII, 2), nº 51, diciembre 2008
Tiempos de oración personal (PPS I,19), nº14, abril 1995. El pensamiento de Dios, sostén del alma (PPS V,22), nº 52, agosto 2009
Formas de oración personal (PPS I,20), nº14, abril 1995. El culto, una preparación para la venida de Cristo (PPS V,1) nº 52,
Los misterios de la religión (PPS II,18), nº17, mayo 1996. agosto 2009
Cristo manifestado en el recuerdo (PPS IV,18), nº18, septiembre 1996. La alegría religiosa (PPS VIII, 17), nº 53, diciembre 2009
Palabras irreales (PPS V,3), nº19, diciembre 1996. La reverencia en el culto (PPS VIII, 1), nº 56, septiembre 2011
Cristo, un espíritu vivificador (PPS II,13), nº20, mayo 1997. El pastor de nuestras almas (PPS VIII,16), nº 56, septiembre 2011
El bautismo de los niños (PPS VII,16), nº21, agosto 1997. El lapso del tiempo (PPS VII, 1), nº 57, diciembre 2011
La Iglesia, un hogar para los solitarios (PPS IV,12), nº23, abril 1998. El tiempo de Epifanía (PPS VII, 6), nº 57, diciembre 2011
El don del Espíritu (PPS III,8), nº24, agosto 1998.
El martirio (PPS II,4), nº25, noviembre 1998.
El amor a los familiares y amigos (PPS II,5), nº25, noviembre 1998. Sermones parroquiales y sencillos / Parochial and Plain Sermons
La mente de los niños (PPS II,6), noviembre 1998. (según el orden de volúmenes de la edición de Newman)
La individualidad del alma (PPS IV,6), nº26, abril 1999.
Ofrendas para el santuario (PPS VI,21), nº27, septiembre 1999. Volumen I:
Vigilar (PPS IV,22), nº28, diciembre 1999. La necesidad de la santidad para la beatitud futura (PPS I,1), nº1,
La paz de creer (PPS VI, 25), n° 29, abril 2000 septiembre 1991, nº 54, agosto 2010.
La abnegación, criterio de la seriedad (PPS I, 5), n° 29, abril 2000. La abnegación, criterio de la seriedad (PPS I, 5), n° 29, abril 2000.
El misterio de la Santísima Trinidad (PPS VI, 24), n° 30, setiembre Tiempos de oración personal (PPS I,19), nº14, abril 1995.
2000. Formas de oración personal (PPS I,20), nº14, abril 1995.
La comunión de los santos (PPS IV,11), n° 30, setiembre 2000. La resurrección del cuerpo (PPS I, 21), n° 38, mayo 2003.
Celebrar los días de los santos (PPS II,32), n° 31, noviembre 2000. La religión del momento (PPS I,24), nº11, mayo 1994.
La gloria de la Iglesia cristiana (PPS II,8), n° 31, noviembre 2000.
La sabiduría salvífica (PPS II,14), n° 33, agosto 2001. Volumen II:
Los benefactores del mundo (PPS II,1), n° 34, noviembre 2001. Los benefactores del mundo (PPS II, 1), n° 34, noviembre 2001.
Fe sin visión (PPS II,2), n° 34, noviembre 2001. Fe sin visión (PPS II,2), n° 34, noviembre 2001.
Los decretos divinos (PPS II,11), n° 35, mayo 2002. La Encarnación (PPS II,3), nº5/6, diciembre 1992.
La cobardía religiosa (PPS II,16), n° 35, mayo 2002. El martirio (PPS II,4), nº25, noviembre 1998.
Los testigos del Evangelio (PPS II,17), n° 35, mayo 2002. El amor a los familiares y amigos (PPS II,5), nº25, noviembre 1998.
El peligro de las riquezas (PPS II,28), n° 36/37, diciembre 2002. La mente de los niños (PPS II,6), noviembre 1998.
El peligro de los talentos (PPS II,30), n° 36/37, diciembre 2002. La gloria de la Iglesia cristiana (PPS II,8), n° 31, noviembre 2000.
Cristo oculto del mundo (PPS IV,16), n° 36/37, diciembre 2002. Los decretos divinos (PPS II,11), n° 35, mayo 2002.
La resurrección del cuerpo (PPS I,21), n° 38, mayo 2003. La reverencia debida a la Virgen María (PPS II,12), julio 2004
La presencia eucarística (PPS VI,11), n° 38, mayo 2003. Cristo, un espíritu vivificador (PPS II,13), nº20, mayo 1997.
La Ley de Cristo es estricta (PPS IV,1), n° 39, noviembre 2003 La sabiduría salvífica (PPS II,14), n° 33, agosto 2001.
La Ley del Espíritu (PPS V,11), n°40, diciembre 2003 La cobardía religiosa (PPS II,16), n° 35, mayo 2002.
La reverencia debida a la Virgen María (PPS II,12), n° 41, julio 2004 Los testigos del Evangelio (PPS II,17), n° 35, mayo 2002.
Resistir la censura del mundo (PPS VIII,10), n° 42/43, diciembre 2004. Los misterios de la religión (PPS II,18), nº17, mayo 1996.
La humillación del Hijo eterno (PPS III,12), nº 45, diciembre 2005. El peligro de las riquezas (PPS II,28), n° 36/37, diciembre 2002.
La buena parte que eligió María (PPS III, 22), nº 46, septiembre 2006. Los poderes de la Naturaleza (PPS II, 29), nº 48/49, diciembre 2007.
42 NEWMANIANA
INDICE GENERAL
El peligro de los talentos (PPS II,30), n° 36/37, diciembre 2002. La misión de san Felipe Neri (XII), nº15, julio 1995.
Celebrar los días de los santos (PPS II,32), n° 31, noviembre 2000.
Volumen VII:
El bautismo de los niños (PPS VII,16), nº21, agosto 1997. ENSAYOS / Essays
El lapso del tiempo (PPS VII, 1), nº 57, diciembre 2011
El tiempo de Epifanía (PPS VII, 6), nº 57, diciembre 2011 Sobre la Idea de una Universidad (extracto de un discurso), nº1,
septiembre 1991.
Volumen VIII. Discursos sobre el fin y la naturaleza de la educación universitaria,
La reverencia en el culto (PPS VIII, 1), nº 56, septiembre 2011 nº17, mayo 1996; nº18, septiembre 1996; nº19, diciembre
Jeremías, una lección para los que están decepcionados (VIII,9), nº 1996; nº20, mayo 1997; nº21, agosto 1997.
48/49, diciembre 2007. La teología de las siete cartas de San Ignacio (ECH, vol I, VI), n° 38,
Resistir la censura del mundo (PPS VIII,10), n° 42/43, diciembre 2004 mayo 2003.
La alegría religiosa (PPS VIII, 17), nº 53, diciembre 2009
El pastor de nuestras almas (PPS VIII,16), nº 56, septiembre 2011
OTROS ESCRITOS DE NEWMAN
Sermones sobre cuestiones del momento / Sermons Bearing on Biglietto Speach, con motivo del cardenalato, nº 54, agosto 2010.
Subjects of the Day
Los tres oficios de Cristo (V), nº22, noviembre 1997. MEDITACIONES Y DEVOCIONES / Meditations and Devotions
La fe y el mundo (VII), nº2, diciembre 1991.
La despedida de los amigos (XXVI), nº 47, diciembre 2006. Meditaciones sobre las estaciones de la cruz (Via Crucis), nº3, abril
1992.
Rezo meditado del Santo Rosario con textos de Newman. Misterios
Sermones predicados en distintas ocasiones / Sermons Preached in gozosos, nº8, julio 1993
Various Occasions Rezo meditado del Santo Rosario. Misterios dolorosos, nº9/10,
noviembre 1993.
El intelecto, instrumento de la educación religiosa (I), nº4, julio 1992. Rezo meditado del Santo Rosario. Misterios gloriosos,nº11, mayo 1994.
NEWMANIANA 43
INDICE GENERAL
Meditaciones para ocho días, nº14, abril 1995 Reverencia, n° 38, mayo 2003.
Oración de la mañana y de la noche, nº17, mayo 1996. Los elementos (coro trágico), n° 42/43, diciembre 2004.
Un camino corto a la perfección, nº18, septiembre 1996. Memoria, nº 44, julio 2005.
Meditación para la noche de Navidad, nº19, diciembre 1996. Nuestro futuro, nº 45, diciembre 2005.
La enseñanza de los cuarenta días, nº20, mayo 1997. Avisos, nº 46, septiembre 2006.
El Paráclito, nº23, abril 1998. San Pablo en Malta, nº 47, diciembre 2006.
El poder de la cruz. La resurrección. La ascensión. nº 26, abril 1999. Sueños, nº 47, diciembre 2006.
Dios y el alma, nº26, abril 1999. Angélica guía, nº 48/49, diciembre 2006.
El Santo Sacrificio, n°31, noviembre 2000. Acción de gracias, nº 50, agosto 2008.
Esperanza en Dios Creador, n° 36/37, diciembre 2002. El llamado de David, nº 51, diciembre 2008.
Irradiar a Cristo, n° 39, noviembre 2003 Los escondidos, nº 52, agosto 2009
El pecado, n° 39, noviembre 2003 Candelaria, nº 57, diciembre 2011.
Memorandum sobre la Inmaculada Concepción, n° 42/43, diciembre
2004.
Dios con nosotros, Dios suficientemente en sí mismo, Sólo Dios es ANTOLOGÍAS DE TEXTOS SEGÚN DIVERSOS TEMAS
inmutable, Dios es amor, La Santidad de Dios, nº 44, julio
2005. La Iglesia visible e invisible, nº1, septiembre 1991.
La perfección infinita de Dios, El conocimiento infinito de Dios, La Fe y razón, nº2, diciembre 1991.
providencia de Dios, Dios es todo en todo, La incomunicable Newman y el Papa, nº3, abril 1992.
perfección de Dios, Dios se comunica a nosotros, Dios es el Testimonio personal de Newman, nº4, julio 1992.
único sostén para la eternidad, nº 45, diciembre 2005. El principio de unidad que nos liga, nº5/6, diciembre 1992.
Novena a San Felipe Neri, Cuatro oraciones a San Felipe, Letanía de La presencia de Cristo en los sacramentos, nº12, septiembre 1994.
San Felipe, nº 48/49, diciembre 2007. Newman, consejero de los convertidos, nº14, abril 1995.
Tres oraciones famosas de Newman, nº 54, agosto 2010. Testimonio cristiano, nº20, mayo 1997.
El Padre se revela por Su Hijo en el Espíritu Santo, nº22, noviembre
1997.
CARTAS / Letters Lo sagrado en la liturgia, n°31, noviembre 2000.
Seguro en las manos de Dios, n° 35, mayo 2002.
Una carta de John Henry Newman a John Keble (8-6-44), nº14, abril La Comunión de los Santos, n° 36/37, diciembre 2002.
1995. La Iglesia como guardiana de la verdad revelada, n° 40, diciembre
Cartas de John Henry Newman a Mrs.Jemima Mozley, su hermana (21- 2003.
2-43; 30-11-44; 22-12-44: 15-3-45), nº15, julio 1995. María, la Segunda Eva, n° 41, julio 2004
Dos cartas de 1870 (2-1-70; 31-8-70), nº21, agosto 1997. Iglesia y mundo, nº 45, diciembre 2005.
Tres cartas a Emily Bowles (10-1-74; 18-1-74; 27-6-74), nº25, El desarrollo dogmático, nº 47, diciembre 2006.
noviembre 1998. Las huellas de Dios en la naturaleza y en la historia, nº 48/49,
Carta a Miss Trench (29-10-75), nº26, abril 1999. diciembre 2007.
Cartas de Newman en los días de la definición del dogma de la El espíritu de disensión, nº 51, diciembre 2008
Inmaculada Concepción, (6-12-54; 8-12-54; 30-12-54) n° Textos para Navidad, nº 57, diciembre 2011.
42/43, diciembre 2004.
Cuatro cartas de Newman (a Belamy, 25-1-39; a Holmes, 27-12-42; a
Allies, 18-1-64; a Giberne, 10-2-69) , nº 56, septiembre 2011. 2. ARTÍCULOS Y CONFERENCIAS
44 NEWMANIANA
INDICE GENERAL
Bouyer, Louis, Newman y la cultura, nº7, abril 1993. Ker, Ian, Newman: descubrimiento del catolicismo después de su
Cavaller, Fernando María, Newman responde a la New Age, nº8, julio conversión, nº26, abril 1999.
1993. Cassagne, Inés de, ‘Don’t be original’, o la humilde servicialidad del
Bouyer, Louis, Newman y la tradición, nº8, julio 1993. autor eclesiástico, nº26, abril 1999.
Bouyer, Louis, Newman como teólogo, nº8, julio 1993. Cavaller, Fernando María, Newman y la música, nº27, septiembre 1999.
Gasparino, Pacífico J., Dos lumbreras en el siglo XIX: John Henry Cassagne, Inés de, La concepción poética de John Henry Newman,
Newman y Bto.Domingo Barberi, nº8, julio 1993. nº28, diciembre 1999.
Cavaller, Fernando María, Newman en la última encíclica papal, Murray, Placid, El ministerio eucarístico, (traducido de ‘Newman the
Veritatis Splendor, nº9/10, noviembre 1993. Oratorian, UK, 1980), n°29, abril 2000.
Prémoli, Federico, Presencia de la teología en una Universidad, Cavaller, Fernando María, Newman en la Universidad, n°30,
nº9/10, noviembre 1993. septiembre 2000.
Cavaller, Fernando María, Cuatro principios newmanianos en relación Cassagne, Inés de, Newman y la literatura en la Universidad, n° 31,
a la educación, nº9/10, noviembre 1993. noviembre 2000.
Bouyer, Louis, Newman y el ecumenismo, nº9/10, noviembre 1993. Cavaller, Fernando María, Newman sacerdote, n°32, abril 2001.
Bouyer, Louis, Newman como maestro de espiritualidad, nº11, mayo Sacchi, Mario Enrique, Newman y la crisis modernista, n°32, abril
1994. 2001.
Bouyer, Louis, Newman y la vida llamada ‘religiosa’, nº11, mayo 1994. Cavaller, Fernando María, La fe en le pensamiento de John Henry
Cassagne, Inés de, Los Colegios de Oxford desde el medioevo hasta Newman, n°33, agosto 2001.
el tiempo de Newman y su Colegio de Littlemore, nº12, Mauti, Ricardo M., Newman en la vida y el pensamiento de Pablo VI,
septiembre 1994. n° 34, noviembre 2001.
Morales, José, La personalidad de John Newman en su teología, nº13, Cassagne, Inés de, Perder y ganar: novela de la inteligencia,
diciembre 1994. noviembre 2001.
Morales, José, La conciencia cristiana en la concepción ética y Murray, Placid, Oración y ministerio,(traducido de ‘Newman the
religiosa newmaniana, nº13, diciembre 1994. Oratorian, UK, 1980), n°36/37, diciembre 2002.
García Ruíz, Víctor, Perder y Ganar, nº13, diciembre 1994. Mauti, Ricardo M., Newman: el predicador de St. Mary, n° 38, mayo
Morales, José, Newman y los Padres de la Iglesia, nº13, diciembre 2003.
1994. Cavaller, Fernando María, Newman y el Papa, según algunas cartas y
Morales, José, Newman y la Idea de una Universidad, nº13, diciembre notas diarias, n° 39, noviembre 2004.
1994. Cavaller, Fernando María, La familia y la patria de Newman, n°40
Murray, Placid, Newman y el cuidado de las almas (traducido de diciembre 2003.
‘Newman the Oratorian’, Leominster, UK, 1980), nº15, julio Cavaller, Fernando María, La Iglesia anglicana: el hogar espiritual de
1995. Newman, n°41, julio 2004
Cavaller, Fernando María, Newman y la conversión, nº16, diciembre Mauti, Ricardo M., San Felipe Neri visto por Newman, n° 41, julio
1995. 2004.
Sugg, Joyce, Algunas conversas de Newman, nº16, diciembre 1995. Cavaller, Fernando María, Los estudios y la vocación sacerdotal y
Morales, José, Introducción a los Discursos sobre el fin y la naturaleza docente del joven Newman, n° 42/43, diciembre 2004.
de la educación universitaria, nº17, mayo 1996. Cavaller, Fernando María, Littlemore: el hogar del paso a Roma, nº 44,
Cavaller, Fernando María, ¿Un santo para nuestra crisis?, nº19, julio 2005.
diciembre 1996. Mauti, Ricardo M. La recepción de Newman en la teología del siglo
Cassagne, Inés de, Newman novelista, y en especial: Callista, nº19, XX, nº 44, julio 2005.
diciembre 1996. Cavaller, Fernando María, La Iglesia Católica: el hogar para siempre,
Morales, José, Las convicciones de John Henry Newman, nº20, mayo nº 45, diciembre 2005.
1997. Cavaller, Fernando María, La Iglesia Católica. el hogar para siempre
Murray, Placid, El legado de Newman en la predicación litúrgica (continuación), nº 46, septiembre 2006.
anglicana (traducido de ‘Newman the Oratorian, UK, 1980), Cavaller, Fernando María, La Iglesia Católica. el hogar para siempre
nº21, agosto 1997. (continuación), nº 47, diciembre 2006.
Cavaller, Fernando María, La persona de Jesucristo en los escritos de Cavaller, Fernando María, La visión cristiana del cosmos, nº 48/49,
Newman, nº22, noviembre 1997. diciembre 2007.
Cassagne, Inés de, La devoción de Newman a Jesucristo en la Cavaller, Fernando María, Influencia del Padre Charles Russell en la
eucaristía, nº22, noviembre 1997. conversión de Newman y la correspondencia de ambos en
Randle, Guillermo, Dar con el camino de la vida. Teología de la lucha torno a la Eucaristía y otras cuestiones, nº 48/49, diciembre
de espíritus en John Henry Newman, nº22, noviembre 1997. 2007.
Cassagne, Inés de, La muerte del gran amigo Ambrose St.John, nº23, Cavaller, Fernando María, La espiritualidad filipina de Newman, nº
abril 1998. 48/49, diciembre 2007.
Hodge, Robert, Cardenal Newman: contemplativo, nº23, April 1998; Cavaller, Fernando María, La aflicción en Newman, nº 50, agosto 2008.
nº24, agosto 1998. Cavaller, Fernando María, Newman y el amor a la verdad: del
Cavaller, Fernando María, Newman y el Verbo encarnado: plenitud anglicanismo al catolicismo con los Padres de la Iglesia.
de la Revelación y Mediador universal, ante el pluralismo Itinerario de fe, nº 51, diciembre 2008
religioso, nº24, agosto 1998. Cavaller, Fernando María, La espiritualidad personal y litúrgica de
Cavaller, Fernando María, Elías, el profeta de los últimos días, un Newman, nº 52, agosto 2009
sermón para la esperanza Nº25, agosto 1998. Ferro, Jorge, Los santos en la poesía de Newman, nº 53, diciembre
Cassagne, Inés de, Newman, crítico literario (en cartas a Emily 2009
Bowles), nº25, noviembre 1998. Cavaller, Fernando María, La santidad en el pensamiento y en la vida
Rodriguez Quiroga, Silvia, Newman y la teología, nº25, noviembre 1998. de Newman, nº 53, diciembre 2009.
NEWMANIANA 45
INDICE GENERAL
Cassagne, Inés de, La tarea especial encomendada a cada uno, nº 53, Cassagne, Inés de, La tarea especial encomendada a cada uno, nº 53,
diciembre 2009. diciembre 2009
Mauti, Ricardo M., Santidad y oración en John Henry Newman, nº 53, Cavaller, Fernando Marìa, La actualidad del pensamiento de Newman,
diciembre 2009. nº2, diciembre 1991.
Cavaller, Fernando María, Newman y los Padres de la Iglesia, nº 53, Cavaller, Fernando María, 1841-1845.Los años decisivos en Littlemore,
diciembre 2009. nº 5/6, diciembre 1992.
Cavaller, Fernando María, Discursos papales sobre Newman, nº 54, Cavaller, Fernando María, Newman en el Catecismo de la Iglesia
agosto 2010. Católica, nº7, abril 1993.
Cavaller, Fernando Maria, Newman en el Magistério de la Iglesia, nº Cavaller, Fernando María, Newman responde a la New Age, nº8, julio
54, agosto 2010. 1993.
Knox, Ronald, Sermón predicado en el centenario de la conversión de Cavaller, Fernando María, Newman en la última encíclica papal,
Newman, nº 54, agosto 2010. Veritatis Splendor, nº9/10, noviembre 1993.
Cavaller, Fernando María, El viaje de SS Benedicto XVI al Reino Unido Cavaller, Fernando María, Cuatro principios newmanianos en relación
y la beatificación de John Henry Newman, nº 55, diciembre a la educación, nº9/10, noviembre 1993.
2010. Cavaller, Fernando María, Newman y la conversión, nº16, diciembre
Ker, Ian, Syllabus de errores sobre Newman, nº 56, septiembre 2011 1995.
Ker, Ian, Newman y la hermenéutica de la continuidad, nº 56, Cavaller, Fernando María, ¿Un santo para nuestra crisis?, nº19,
septiembre 2011. diciembre 1996.
Cavaller, Fernando María, Newman y su experiencia de Dios, nº 56, Cavaller, Fernando María, La persona de Jesucristo en los escritos de
septiembre 2011 Newman, nº22, noviembre 1997.
Cavaller, Fernando María, Newman y el laicado, nº 56, septiembre Cavaller, Fernando María, Newman y el Verbo encarnado: plenitud
2011. de la Revelación y Mediador universal, ante el pluralismo
Cavaller, Fernando María, La influencia personal, nº 57, diciembre religioso, nº24, agosto 1998.
2011. Cavaller, Fernando María, Elías, el profeta de los últimos días, un
Cavaller, Fernando María, Newman, doctor en la verdad de Cristo y de sermón para la esperanza Nº25, agosto 1998.
la Iglesia, nº 57, diciembre 2011 Cavaller, Fernando María, Newman y la música, nº27, septiembre 1999.
Cavaller, Fernando María, Newman y “La idea de una universidad”, nº Cavaller, Fernando María, Newman en la Universidad, n°30,
57, diciembre 2011. septiembre 2000.
Cavaller, Fernando María, Newman sacerdote, n°32, abril 2001.
Por autor Cavaller, Fernando María, La fe en le pensamiento de John Henry
Newman, n°33, agosto 2001.
Bouyer, Louis, Iniciación a Newman, nº4, julio 1992. Cavaller, Fernando María, Newman y el Papa, según algunas cartas y
Bouyer, Louis, Newman y el desarrollo,nº5/6, diceimbre 1992. notas diarias, n° 39, noviembre 2004
Bouyer, Louis, Fe y razón según Newman, nº5/6, diciembre 1992. Cavaller, Fernando María, La familia y la patria de Newman, n°40
Bouyer, Louis, Newman y la cultura, nº7, abril 1993. diciembre 2003
Bouyer, Louis, Newman y la tradición, nº8, julio 1993. Cavaller, Fernando María, La Iglesia anglicana: el hogar espiritual de
Bouyer, Louis, Newman como teólogo, nº8, julio 1993. Newman, n°41, julio 2004
Bouyer, Louis, Newman y el ecumenismo, nº9/10, noviembre 1993. Cavaller, Fernando María, Los estudios y la vocación sacerdotal y
Bouyer, Louis, Newman como maestro de espiritualidad, nº11, mayo docente del joven Newman, n° 42/43, diciembre 2004.
1994. Cavaller, Fernando María, Littlemore: el hogar del paso a Roma, nº 44,
Bouyer, Louis, Newman y la vida llamada ‘religiosa’, nº11, mayo 1994. julio 2005.
Cassagne, Inés de, Newman: la vida y el escritor, nº 1, septiembre Cavaller, Fernando María, La Iglesia Católica: el hogar para siempre,
1991. nº 45, diciembre 2005.
Cassagne, Inés de, La despedida de los amigos,nº5/6, diceimbre 1992. Cavaller, Fernando María, La Iglesia Católica. el hogar para siempre
Cassagne, Inés de, Los Colegios de Oxford desde el medioevo hasta (continuación), nº 46, septiembre 2006.
el tiempo de Newman y su Colegio de Littlemore, nº12, Cavaller, Fernando María, La Iglesia Católica. el hogar para siempre
septiembre 1994. (continuación), nº 47, diciembre 2006.
Cassagne, Inés de, Newman novelista, y en especial: Callista, nº19, Cavaller, Fernando María, La visión cristiana del cosmos, nº 48/49,
diciembre 1996. diciembre 2007.
Cassagne, Inés de, La devoción de Newman a Jesucristo en la Cavaller, Fernando María, Influencia del Padre Charles Russell en la
eucaristía, nº22, noviembre conversión de Newman y la correspondencia de
Cassagne, Inés de, La muerte del gran amigo Ambrose St.John, nº23, ambos en torno a la Eucaristía y otras cuestiones, nº 48/49,
abril 1998. diciembre 2007.
Cassagne, Inés de, Newman, crítico literario (en cartas a Emily Cavaller, Fernando María, La espiritualidad filipina de Newman, nº
Bowles), nº25, noviembre 1998. 48/49, diciembre 2007.
Cassagne, Inés de, ‘Don’t be original’, o la humilde servicialidad del Cavaller, Fernando María, La aflicción en Newman, nº 50, agosto 2008.
autor eclesiástico, nº26, abril 1999. Cavaller, Fernando María, Newman y el amor a la verdad: del
Cassagne, Inés de, La concepción poética de John Henry Newman, anglicanismo al catolicismo con los Padres de la Iglesia.
nº28, diciembre 1999. Itinerario de fe, nº 51, diciembre 2008
Cassagne, Inés de, Newman y la literatura en la Universidad, n° 31, Cavaller, Fernando María, La espiritualidad personal y litúrgica de
noviembre 2000. Newman, nº 52, agosto 2009
Cassagne, Inés de, Perder y ganar: novela de la inteligencia, Cavaller, Fernando María, La santidad en el pensamiento y en la vida
noviembre 2001. de Newman, nº 53, diciembre 2009.
46 NEWMANIANA
INDICE GENERAL
Cavaller, Fernando María, Newman y los Padres de la Iglesia, nº 53, anglicana (traducido de ‘Newman the Oratorian, UK, 1980),
diciembre 2009. nº21, agosto 1997.
Cavaller, Fernando María, Discursos papales sobre Newman, nº 54, Murray, Placid, El ministerio eucarístico, (traducido de ‘Newman the
agosto 2010. Oratorian, UK, 1980), n°29, abril 2000.
Cavaller, Fernando Maria, Newman en el Magisterio de la Iglesia, nº Murray, Placid, Oración y ministerio,(traducido de ‘Newman the
54, agosto 2010. Oratorian, UK, 1980), n°36/37, diciembre 2002.
Cavaller, Fernando María, El viaje de SS Benedicto XVI al Reino Unido Prémoli, Federico, El ‘Ensayo sobre el desarrollo de la doctrina
y la beatificación de John Henry Newman, nº 55, diciembre cristiana’, nº5/6, diciembre 1992.
2010. Prémoli, Federico, Presencia de la teología en una Universidad,
Cavaller, Fernando María, Newman y su experiencia de Dios, nº 56, nº9/10, noviembre 1993.
septiembre 2011 Randle, Guillermo, Dar con el camino de la vida. Teología de la lucha
Cavaller, Fernando María, Newman y el laicado, nº 56, septiembre de espíritus en John Henry Newman, nº22, noviembre 1997.
2011. Ratzinger, Joseph, Newman pertenece a los grandes maestros de la
Cavaller, Fernando María, La influencia personal, nº 57, diciembre Iglesia, nº2, diciembre 1991; nº 44, julio 2005.
2011. Rodriguez Quiroga, Silvia, Newman y la teología, nº25, noviembre
Cavaller, Fernando María, Newman, doctor en la verdad de Cristo y de 1998.
la Iglesia, nº 58, diciembre 2011 Sacchi, Mario Enrique, Newman y la crisis modernista, n°32, abril
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diciembre 1992. 3. TEMAS VARIOS
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2009 Cronología de la vida de Newman, nº1, septiembre 1991; nº12,
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religiosa newmaniana, nº13, diciembre 1994. VIº Encuentro Newmaniano, nº16, diciembre 1995.
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Murray, Placid, El legado de Newman en la predicación litúrgica 2011
NEWMANIANA 47
INDICE GENERAL
5. EDITORIALES Newman en el libro del Papa Benedicto XVI, nº 48/49, diciembre 2007.
Más cerca de la beatificación, nº 50, agosto 2008.
Fundación de Amigos de Newman en la Argentina, nº1, septiembre En vísperas del gran anuncio, nº 51, diciembre 2008.
1991. Newman será beatificado, nº 52, agosto 2009.
A los amigos de Newman, nº2, diciembre 1991. El asombroso hecho que acompaña la beatificación de Newman, nº 53,
Las fiestas pascuales, nº3, abril 1992. diciembre 2009.
El 11 de agosto, nº4, julio 1992. Newman será beatificado por el Santo Padre Benedicto XVI el próximo
Si Newman viviera hoy, nº5/6, diciembre 1992. 19 de septiembre, nº 54, agosto 2010.
La beatificación de Newman, nº7, abril 1993. Asociación de Amigos de Newman en la Argentina: veinte años de la
Algo más sobre Newman y el catecismo universal, nº8, julio 1993. fundación, nº 54, agosto 2010.
La música de Lead Kindly Light, nº11, mayo 1994. El viaje de SS Benedicto XVI al Reino Unido y la beatificación de John
1995: año newmaniano, nº12, septiembre 1994. Henry Newman, nº 55, diciembre 2010.
El Vº Encuentro Newmaniano, nº13, diciembre 1994. Se difunde el interés por el Beato John Henry Newman, nº 56,
El año 1995, nº14, abril 1995. septiembre 2011.
Oxford International Newman Conference 1995, nº15, julio 1995. El papa Benedicto XVI siguió hablando de Newman después de la
Argentina presente en Oxford, nº16, diciembre 1995. beatificación, nº 57, diciembre 2011
A modo de presentación, nº17, mayo 1996.
Noticias varias, nº18, septiembre 1996.
Año 1997, siguiendo al Papa, nº20, mayo 1997. 6. RECENSIONES
Escritos de Newman recientemente traducidos al castellano, nº21,
agosto 1997. Conocere Newman, Introduzione alle opere, Urbaniana University
Mirar a Cristo, nº22, noviembre 1997. Press, Vaticano, n° 36/37, diciembre 2002-
Despedida a un amigo de Newman, nº23, abril 1998.
Oxford International Newman Conference 1998, nº23, abril 1998.
Novena para alcanzar la beatificación del cardenal John Henry 7. SUPLEMENTOS FOTOGRÁFICOS ESPECIALES
Newman, nº24, agosto 1998.
El Papa vuelve a citar a Newman, nº 25, noviembre 1998. Newman en fotos y pinturas, nº 53, diciembre 2009.
Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein) y el Venerable John Casas e iglesias en la vida de Newman, nº 54, agosto 2010.
Henry Newman, nº 26, abril 1999. Poster de Newman Cardenal, nº 54, agosto 2010.
Un encuentro “camino a Roma”, nº27, septiembre 1999. Viaje de SS. Benedicto XVI al Reino Unido y beatificación de Newman,
Los diez años de Newmaniana y el Jubileo del año 2000, nº28, nº 55, diciembre 2010.
diciembre 1999. Poster de Newman Cardenal, nº 55, diciembre 2010.
Año Santo 2000, n° 29, abril 2000.
Newman y el indiferentismo religioso, n° 30, setiembre 2000.
2001 Año newmaniano, n° 31, noviembre 2000. 8. BEATIFICACIÓN
Carta de S.S.Juan Pablo II con motivo del Bicentenario, n° 32, abril
2001. Más cerca de la beatificación, nº 50, agosto 2008.
International Newman Conference 2001 en Oxford y actividades en En vísperas del gran anuncio, nº 51, diciembre 2008.
Argentina, n°33, agosto 2001 El asombroso hecho que acompaña la beatificación de Newman, nº 53,
La crisis argentina y algunos textos newmanianos, n° 35, mayo 2002. diciembre 2009.
Oremos por la pronta beatificación de Newman, n° 36/37, diciembre Newman será beatificado por el Santo Padre Benedicto XVI el próximo
2002. 19 de septiembre, nº 54, agosto 2010.
Confiando en la Providencia divina, n° 38, mayo 2003. Cronología del proceso que tuvo la causa de beatificación, nº 54,
Bodas de Plata Pontificales de Juan Pablo II (1978-2003), n° 39, agosto 2010.
noviembre 2003. El milagro que llevó a Newman a la beatificación, nº 54, agosto 2010.
Juan Pablo II y Newman, n°40, diciembre 2003. Itinerario del Papa en su visita al Reino Unido, nº 54, agosto 2010.
2004: Año Mariano, 150° Aniversario de la declaración del dogma de Alocuciones y Homilías completas de S.S. Benedicto XVI en su viaje al
la Inmaculada Concepción, n° 41, julio 2004 Reino Unido, nº 55, diciembre 2010.
El gran aniversario mariano, n° 42/43, diciembre 2004 Misa de acción de gracias en la Argentina; liturgia y homilía del
¡Habemus Papam! Benedicto XVI, nº 44, julio 2005 Sr. Nuncio Apostólico, Mons. Adriano Bernardini, nº 55,
Dos noticias importantes, nº 45, diciembre 2005. diciembre 2010.
Las Meditaciones y Devociones completas han sido publicadas El viaje de SS Benedicto XVI al Reino Unido y la beatificación de John
recientemente en Argentina, nº46, septiembre 2006. Henry Newman, nº 55, diciembre 2010.
Newman y las certezas que sirven para vivir, nº 47, diciembre 2006.
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