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ANÁLISIS Y COMENTARIOS SOBRE EL LIBRO “EL PROCESO

ECONÓMICO” DE MANUEL F. AYAU CORDÓN.


6. CRÉDITO, INTERESES Y BANCA.

Luis Alberto Fernández Ramírez.*

Continuando con el análisis del libro que se comenta, corresponde en


esta ocasión abordar el sexto de los temas que trata lo referente al crédito, a los
intereses y a la banca.

El primer tema que el autor aborda es el relativo al crédito o préstamo


como comúnmente se le conoce, el cual define de la forma siguiente: “…consiste
en dar prestado algún bien, o lo que es lo mismo, una cantidad de poder
adquisitivo consistente en una suma de dinero por un tiempo determinado.”

Este fenómeno económico ha existido desde épocas muy antiguas, aún


antes que existiese el dinero como hoy lo conocemos o de que existiesen los
bancos. De hecho las primeras formas de crédito se dieron en especie, esto es, a
través del préstamo de cosas. Ejemplo: Una persona presta a otra, cien kilos de
maíz para semilla, quien promete devolverlo en la próxima cosecha. (Vale la
pena acotar que para que este tipo de préstamos en especie fueren posibles, las
cosas dadas en crédito necesariamente tenían que ser catalogadas como bienes
fungibles), que se entienden como: (Ossorio, 1982)
La característica de ésta clase de bienes es su posibilidad de reemplazo, por otros de la
misma calidad y cantidad. Capitant los define, con acierto, como los que, por hallarse
sólo determinados por su número, peso o medida, pueden ser utilizados indiferentemente
uno por otro para realizar un pago. Y según Cabanellas, son aquellos bienes muebles en
que cualquiera de la especie equivale a otro de la misma calidad y de igual cantidad…

*
Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales. Abogado y Notario. Universidad Rafael Landívar. Maestro en
Derecho Civil y Procesal Civil. Universidad San Carlos de Guatemala. Master en Ciencias Forenses.
Universidad de Valencia, España. Doctorando en Derecho. Universidad de Occidente. Juez de Sentencia de
Quetzaltenango. Organismo Judicial, Guatemala.
Pues de no ser así, no será factible su posterior devolución.

Adicional a lo apuntado, del ejemplo anterior ingresa un elemento


importante a tomar en cuenta en el tema de créditos, como es el hecho de la
fijación de tiempo, es decir, a través de un préstamo la persona dueña del
recurso (quien otorga el préstamo) se privará de gozar o disponer del bien de la
que es dueño, contrario sensu, la otra persona que no es dueña (quien recibe el
préstamo) disfrutará y dispondrá de forma inmediata de los recursos de otro
por un tiempo determinado.

De este tiempo que la persona no dispondrá de sus recursos por virtud


del crédito es que surge el concepto de interés. Que no es más que el precio del
crédito, es decir aquel pago adicional que realiza la persona que recibió el
crédito como contraprestación a quien lo concedió, siendo para este dicho
interés la utilidad recibida de haber hecho el préstamo. Ese interés en la
actualidad está compuesto de una serie de factores para su fijación, los cuales
son el interés originario, la prima por riesgo y la prima por inflación.

Por otra parte fruto del fenómeno de la división del trabajo surge la
actividad de la banca, que no es más que un servicio de intermediación de tipo
financiero entre los propietarios de los saldos en caja (ahorrantes) y las
personas que desean recibir un préstamo dispuestos a pagar un interés
(deudores). Es necesario hacer notar que los bancos no prestan dinero propio,
esto es que pertenezca al banco o a sus accionistas, el dinero disponible para
colocar en crédito es el de las propias personas ahorrantes que depositan su
dinero en dicha institución, por ende la actividad de intermediación tiene dos
momentos claramente establecidos:
1) La captación de capital a través de los ahorros percibidos, lo cual se
logra al ofrecer una tasa de interés que sea atractiva (máximo
beneficio) para las personas y por ende les motive a depositar su
dinero en dicha institución.
2) La colocación de ese capital en crédito a otras personas que necesiten
utilizarlo, lo cual se logra al ofrecer una tasa de interés que sea
atractiva (mínimo costo) para las personas y por ende les motive a
obtener crédito con el consecuente pago de interés.

Esta actividad bancaria cumple una función social muy importante,


inicialmente porque reúne los ahorros de diversas personas lo que permite dar
en crédito sumas de dinero, sumado a ello ejerce control y vigilancia sobre el
efectivo cumplimiento del pago de dichos créditos, lo que garantiza los ahorros
de las personas disminuyendo el riesgo de perderlos y permite una utilidad a
través de la diferencia del pago de interés del ahorrante versus el cobro del
interés a quien realiza el préstamo, lo cual sería sumamente difícil si cada
persona en lo particular lo hiciese.

El autor señala como el sistema de banca surgió libremente, no por


disposiciones gubernamentales, fruto de los fenómenos económicos que
sucedían en la sociedad. Sin embargo, es menester señalar que para el caso de
Guatemala, así como el de la mayoría de países, la autorización, y vigilancia de
funcionamiento de todos los bancos (incluido el banco central) corresponde al
gobierno a través de las dependencias respectivas, así lo regula la Ley de
Bancos y Grupos Financieros (Decreto 19-2002) que en el artículo 1 establece:
ARTICULO 1. Objeto. La presente Ley tiene por objeto regular lo relativo a la creación,
organización, fusión, actividades, operaciones, funcionamiento, suspensión de
operaciones y liquidación de bancos y grupos financieros, así como al establecimiento y
clausura de sucursales y de oficinas de representación de bancos extranjeros.

El control y supervisión de los mismos está a cargo de la


Superintendencia de Bancos, tal y como lo norma el artículo 1 de la Ley de
Supervisión Financiera (Decreto 18-2002) que señala:
ARTICULO 1. Naturaleza y objeto. La Superintendencia de Bancos es un órgano de
Banca Central, organizado conforme a esta ley; eminentemente técnico, que actúa bajo la
dirección general de la Junta Monetaria y ejerce la vigilancia e inspección del Banco de
Guatemala, bancos, sociedades financieras, instituciones de crédito, entidades
afianzadoras, de seguros, almacenes generales de depósito, casas de cambio, grupos
financieros y empresas controladoras de grupos financieros y las demás entidades que
otras leyes dispongan.

Adicional a lo ya apuntado, es menester señalar que por virtud de esa


regulación hecha por el gobierno hacia la actividad bancaria, solo las entidades
debidamente autorizadas y bajo la supervisión respectiva pueden dedicarse a
las actividades de la intermediación que el autor manifiesta (captar dinero para
luego darlo en crédito.) Cualquier otra persona que realice tales acciones sin
contar con la autorización legal, comete un delito denominado “Delito de
intermediación financiera”, el cual se haya regulado en el artículo 96 de la Ley
de Bancos antes mencionada, con lo cual se establece que para realizar estas
actividades necesariamente debe contarse con autorización gubernamental.

Por último es importante referirse a un concepto que el autor señala


como lo es el tema de los bancos estatales, los cuales gozan de la garantía del
Estado (a través de los fondos públicos con el que todos contribuimos), estos
bancos tiene la particularidad de “socializar las pérdidas” ya que en ese caso se
pagarían con los recursos estatales, pero de “privatizar las ganancias” ya que
en estas no participamos los contribuyentes. Tal y como sucede en el país por
ejemplo con el caso del Crédito Hipotecario Nacional.

Bibliografía
Ossorio, M. (1982). Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales. Argentina: Heliasta S.R.L.

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