Lectura Veloz
Lectura Veloz
Lectura Veloz
LECTURA VELOZ.
Introducción.
¿Por qué el hombre, indefenso al nacer, se convirtió en el dominador del planeta? Porque fue el único entre
todas las especies que aprendió a tallar el alfabeto en su cerebro.
El secreto de este valioso capital intangible permitió globalizar la comunicación, superando las barreras
del tiempo y del espacio. Pero como la creación requiere formación, Borges dijo: “No somos lo que somos
por lo que escribimos, somos lo que somos por lo que leemos”.
Y dado que la vida es muy corta como para aprender sólo de la experiencia, Newton expresó: “No soy un
genio, estoy parado sobre las espaldas de gigantes”.
La lectura es la gimnasia del cerebro. Se puede comparar con el manejo de un auto: en cualquier momento,
podemos detener la marcha y reflexionar. En cambio, el mensaje audiovisual se parece a un viaje en avión:
una vez que estamos volando, ya no podemos bajar.
La paradoja de la sociedad de la información es que mientras la producción de textos y conocimientos
crece exponencialmente, las habilidades lectoras se mantienen constantes o disminuyen.
El cambio acelerado requiere una actualización continua para sostener el nivel competitivo.
El problema que encierra el funcionamiento de la memoria es que cuando nos detenemos para registrar lo
que leemos, dejamos de recibir información, lentificando los procesos perceptivos y disminuyendo el
atractivo por leer.
En la comunidad educativa, empresarial y política, no existe una conciencia clara sobre el valor de la
lectura, ni una visión estratégica sobre los beneficios sistémicos que promueve.
Sin embargo, existen métodos, cursos y programas de capacitación que permiten aumentar de 3 a 10 veces
la velocidad y comprensión en la lectura.
La buena noticia es que se puede reaprender a leer, porque leer cualquiera sabe.
La mecánica de la lectura.
La lectura es un proceso complejo que implica el movimiento de los ojos y el proceso mental que transforma
los símbolos en significado.
Al analizar los mecanismos de la percepción visual es evidente que el ojo no realiza movimientos regulares
sino discontinuos, es decir, recorre la línea verificando una serie de saltos y pausas. La lectura sólo se
produce durante estas pausas que denominaremos “puntos de fijación”. La duración y número de los
“puntos de fijación” varían según cada individuo y la complejidad del texto.
Para unir dos puntos de fijación, los ojos realizan un movimiento de izquierda a derecha llamado “salto de
ojo”. El “movimiento de retorno”, en cambio, es el que efectúan al terminar un renglón y comenzar con el
siguiente. Otra tendencia común es la “regresión” que consiste en volver atrás para releer.
Un concepto fundamental al que haremos referencia a lo largo del libro es el de “campo visual”, que
definimos como todo aquello que puede observarse al detener la vista en el punto de fijación de la mirada.
Existen dos tipos de visión: la central y la periférica. La primera es más nítida pero reducida a lo que está
próximo al punto de fijación. La segunda posee mayor alcance pero no es precisa, ya que percibe sin
exactitud.
Sin embargo, unidos a la capacidad predictiva de la mente, ambos tipos de visión se complementan.
Por ejemplo:
x x
noche campo
“El” y “do” se perciben con la visión periférica y “día estaba nubla” con la visión central.
Lectura espacial.
La lectura espacial es una nueva manera de leer que consiste en fijar la mirada por encima de la palabra
(en la entrelínea) y en el centro geométrico de la misma.
Los objetivos de la lectura espacial son:
α) Eliminar la dependencia o esclavitud de las palabras debido a que el lector vive normalmente
dominado por ellas (las debe deletrear, pasar por ellas lentamente, etc.).
β) Ampliar el campo visual.
Ejemplo:
El lector tradicional se desplaza, como en la flecha, efectuando numerosos saltos y pausas sobre las
letras.
El lector espacial mira por encima de las palabras y en el centro geométrico de las mismas.
x x x x x x x x
Todo lo que Ud. me dijo era falso.
La lectura en el espacio elimina la costumbre de comenzar a leer desde la primera letra ya que permite
captar al menos una palabra a la vez.
El primer paso, entonces, es reemplazar la lectura tradicional por la lectura espacial. Es importante
advertir que durante la primera semana, ésta suele causar dificultades debido a la falta de costumbre,
pero se debe practicar hasta adquirirla. La lectura espacial tiene su fundamento en que el
reconocimiento de las palabras, y sobre todo el de las letras latinas, se realiza por su parte superior,
lo que se demuestra en el siguiente ejemplo:
La pausa que el ojo realiza en cada punto de fijación de la mirada puede reducirse en forma
significativa. Para ello, deben practicarse ejercicios que permitan aumentar la velocidad de la
percepción visual.
Formas de practicar:
1) Libro de texto: utilice un texto de dificultad común para practicar el curso de lectura veloz. Marque
en una página una “X” arriba y en el centro de cada palabra. Lea esa página varias veces fijando
la vista exclusivamente sobre las “X” marcadas, evitando que sus ojos “bajen” al nivel de las
palabras. En realidad, se trata de leer en las entrelíneas del texto. Cuando Ud. sienta que la vista
se ha habituado a esta nueva manera de leer, siga avanzando en las páginas de su libro sin la ayuda
de las “X” marcadas.
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2) Internet: Es imprescindible. Los ejercicios están presentados por niveles de velocidad. Usted
deberá comenzar por la Unidad 1, e ingresar al Ejercicio 1 y, paulatinamente, exigirse mayor
dificultad. En algunos casos se visualizan una o dos palabras (con y sin la ayuda de las “X”). Cuando
aparecen dos palabras juntas, deben leerse en una sola fijación (arriba y en el centro).
x
Ejemplo: Pez remera
Observe que cuando se dice que debe leer en el “centro” de las palabras, se refiere al centro geométrico de
ambas y en una sola fijación de la mirada. Al final de este capítulo, presentamos algunos ejercicios para
realizar mediante el uso del visualizador manual que obsequiamos con este libro y que contiene una ranura
para que usted mismo lo desplace verticalmente, acostumbrando a sus ojos a niveles crecientes de
velocidad.
Se puede leer mejor conociendo los factores psicológicos que influyen en la lectura y que consideraremos
más adelante. Por ahora, recuerde la importancia de estos elementos:
1) Problemas visuales: debemos consultar a un especialista ya que pueden generar una limitación
importante.
2) Salud y nervios: deben estar en condiciones óptimas de manera que propicien la lectura. Es inútil
que lea si se encuentra nervioso, alterado o con fatiga. Es preferible un breve descanso o practicar
ejercicios de relajación para iniciar la lectura en un estado receptivo óptimo.
3) Movimiento de la cabeza: la lectura la realizan los ojos, por lo tanto no es necesario mover la cabeza
para leer. Por el contrario, dicho movimiento influye negativamente pues exige una mayor
coordinación.
4) Iluminación: debe ser adecuada y el foco de luz debe estar ubicado a la izquierda, lo que produce
una mejor visibilidad.
5) Posición del cuerpo: la posición correcta es sentado, con la cabeza apoyada sobre el respaldo de la
silla, en forma erguida. Cada tanto es conveniente realizar pequeños ejercicios (caminar, moverse,
etc.).
6) Posición del libro: debe ser colocado sobre un atril que posea una inclinación de aproximadamente
45º.
7) Distancia del libro:
En este tema intervienen dos factores:
α) Cuanto más lejos se coloca el libro, menor es la nitidez.
β) Cuanto más lejos se encuentra, mayor es el campo visual y la visión periférica.
Regla: El material debe colocarse a la mayor distancia que permita la nitidez, conjugando así ambos
factores.
Intentaremos ahora unir los conocimientos adquiridos sobre lectura en el espacio y agilidad de percepción
con el concepto de salto de ojo.
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Salto de ojo.
Ejemplo:
campo noche
La flecha indica el salto de ojo efectuado. A diferencia de lo que muestra el gráfico, el ojo no debe barrer la
página sino actuar como un “resorte”. Rítmicamente, en forma sostenida, intentará pasar de un punto de
fijación a otro.
Nuestro siguiente objetivo será mejorar el salto de ojo e integrarlo a la lectura espacial para obtener un
avance en la percepción visual (Usted puede ejercitar el salto del ojo en los mismos ejercicios en los que
antes practicó con el visualizador).
Vicios de la lectura.
LECTURA LENTA
FONACIÓN. La información pasa de la vista al habla (articulación oral consciente o inconsciente). Implica
tiempo desperdiciado por los habituales vicios de vocalización y subvocalización.
AUDICIÓN. La siguiente etapa que recorre la información es del habla al oído (sonorización introauditiva,
generalmente inconsciente). Es otro paso innecesario que frena la velocidad de la lectura.
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CEREBRACIÓN. Oído-cerebro: integración de los elementos que llegan en forma separada. Tardía
culminación del proceso comprensivo en el modo de lectura común lenta.
LECTURA VELOZ,
Visualización global -varias palabras o frases enteras- y su integración cerebral totalizadora, lo que
permite una mayor concentración y una vía de lectura más rápida y comprensiva.
A través de ejercicios visuales y mentales realizados con la adecuada supervisión docente se pueden
modificar y eliminar los pasos retardatorios de las etapas A, B, C y D, logrando de esa manera el acceso
al modelo directo A, que permite leer y comprender en un proceso único.
La intermediación parasitaria de las funciones vocales y auditivas demanda una excesiva coordinación al
cerebro, incrementando el número de distracciones y creando la barrera del sonido ya que no se puede
hablar o escuchar a más de 100 palabras por minuto.
Mantener el bajo rendimiento de la lectura lenta es inconcebible en una época caracterizada por el
crecimiento exponencial de la información y la consecuente escasez de tiempo.
En un breve período se puede aprender a dominar el estilo de lectura mental directa (vista-cerebro), que
incidirá notablemente en el incremento de la velocidad y comprensión.
Una prueba de que se puede comprender sin subvocalizar mentalmente es el ejemplo de los sordomudos
de nacimiento que no poseen ninguna idea acerca del sonido de las palabras y que, pese a ello, pueden
leer y comprender sin problemas.
El circuito perfecto vista-cerebro es simultáneo con la lectura. Los otros son más largos y trabajosos y
retrasan el proceso. No es necesario repetir para comprender. La percepción visual por grupos de palabras
con sentido propio en un golpe de vista impide la repetición de cada una de ellas en forma aislada.
De esta manera, se aprovecha la mayor rapidez de la vista respecto de la fonación (así, usted puede percibir
que está frente a un enorme elefante en menos tiempo del que emplea para repetir la palabra “elefante”).
Soluciones:
1) Leer más rápido. Las técnicas recomendadas, una vez practicadas, le ayudarán a eliminar la
repetición labial y mental. El hecho de leer más rápido provoca que la voz no pueda seguirnos ya
que es imposible hablar a más de 150 ó 200 palabras por minuto. Sin embargo, aún quedarán
rastros de la repetición que debemos eliminar con los ejercicios siguientes. Al pasar con velocidad
creciente el visualizador, será imposible que pueda repetir las palabras labialmente, adquiriendo
así el hábito de la lectura visual.
2) Recitar un estribillo. Repita en voz alta 1-2-3-4, 1-2-3-4, etc., mientras intenta leer. Es necesario
aclarar que al inicio de la ejercitación, la comprensión disminuye pero con la práctica la misma
retorna a su nivel normal. Obviamente, se trata de un ejercicio y no debe realizarse durante la
lectura convencional sino como práctica.
3) Escuchar radio, música, etc. en diferentes estilos y volúmenes mientras se lee. Una vez dominada
esta técnica, combine el método 1 y 2, es decir, escuche música y repita el estribillo durante la
lectura.
4) Tararear y silbar mientras lee. Combinar posteriormente con los otros sistemas.
5) Lectura elaborativa. Consiste en opinar sobre los temas a medida que los vamos leyendo. Esto
impide la repetición porque interiormente estaremos pensando, por ejemplo, “¡Qué interesante!”,
“¡No entiendo bien!”, etc. También debemos combinar este ejercicio con los demás.
Hasta ahora nos hemos referido a un conjunto de factores de tipo mecánico que influye en la lectura
(posición del material, del cuerpo, luz, salud, movimientos de los ojos, etc.).
Todos esos elementos, pese a ser de gran importancia, no son los únicos que influyen en el proceso. Existen
variables no mecánicas (experiencia, vocabulario, comprensión, etc.) que condicionan la calidad y
velocidad de la lectura.
Mientras que los factores mecánicos se relacionan con la dinámica visual y receptiva, los no mecánicos
ponen el énfasis en la comprensión de los símbolos impresos.
La lectura es una actividad orientada a reducir la incertidumbre previa. Para lograrlo, se necesita obtener
información.
Cuanto mayor sea el conocimiento sobre el tema, dependeremos menos de la información visual que
proporcionan los ojos. De este modo, podemos afirmar que leemos más con el cerebro (con lo que ya
sabemos) que con los ojos, ya que estos actúan como instrumentos de la mente.
Esto explica por qué podemos leer con mayor facilidad sobre aquello que conocemos o reconocer con
rapidez las palabras que nos resultan familiares.
Anticipación y retrospección
Anticipar contenidos futuros es la técnica que permite pronosticar el texto en función de lo que sabemos,
relegando la tarea visual al control de dicho proceso.
Cada vez que se realiza una anticipación y se la controla visualmente, se tiende un puente hacia el futuro
prediciendo lo que ocurrirá.
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Luego realizamos la retrospección, es decir, la unión de lo nuevo con lo viejo. Enlazando el pasado nos
preparamos para volver a anticipar. El proceso debe ser dinámico y continuo. Redundancia
La redundancia es una manera de utilizar lo que conocemos disminuyendo la necesidad visual. Sabemos
mucho más de lo que creemos y eso nos permite pronosticar con eficiencia.
Un ejemplo es la posibilidad de completar mentalmente una palabra que no aparece al finalizar un renglón,
o bien saltear un contenido cuando se ha captado lo esencial.
Es importante considerar la capacidad de arriesgar que posee el lector, el estar dispuesto a cometer algún
error y poder seguir adelante para mantener la coherencia del relato.
Otro ejemplo del uso de la redundancia se da ante la presencia de una palabra desconocida. Nuevamente,
podemos deducirla por conocimientos previos o por el contexto de significado en la que se halla inmersa.
Recurrir al diccionario, a veces, lleva a la pérdida de la comprensión. Es preferible esperar que la palabra
dudosa aparezca nuevamente para confirmar la corrección del sentido que le otorgamos en la primera
interpretación.
Denominamos “tubular” a la lectura lenta, ya que funciona como si se leyera por un tubo estrecho, lo que
dificulta la comprensión.
Para recomponer el sentido de una palabra, precisa detenerse primero en cada sílaba lentificando el
proceso y otorgando preeminencia a la nitidez sobre la amplitud.
En cambio, el aumento del campo visual que produce la lectura espacial permite captar más fácil y
rápidamente el significado de una palabra o frase:
x
LA GUERRA DEL GOLFO
Vocabulario.
Adaptabilidad.
Llamamos así a la capacidad de adecuar su velocidad de lectura a los diferentes materiales que enfrente,
y de acuerdo a las distintas circunstancias que se le presenten. Por ejemplo:
El campo visual es todo aquello que puede distinguirse alrededor de un punto de fijación.
La visión central es la más cercana al mismo. Se caracteriza por su nitidez y precisión.
La visión periférica capta las palabras alejadas considerablemente del punto de fijación. Por razones
fisiológicas, es imposible distinguir estas palabras con total exactitud.
Sin embargo, el lector dinámico puede utilizar la visión periférica mediante la lectura de las formas. Toda
palabra tiene una forma externa, una silueta que la enmarca. Por supuesto que para poder comprender
un texto leyendo sólo estructuras, se requiere mucha práctica y concentración.
La vida práctica nos demuestra cómo se puede leer aplicando de memoria las frases que, por repetición,
tenemos incorporadas.
Ejemplos: “Prohibido fumar” y “Teléfono público” son frases que se leen por su forma.
Las personas que no poseen un gran campo visual pueden compensar esa deficiencia realizando con mayor
rapidez los saltos de ojo y las detenciones en los puntos de fijación.
Realice usted mismo esta sencilla prueba: dirija la mirada al frente. Extienda los brazos hacia los costados,
a la altura de los hombros tratando de que formen una línea recta perpendicular al cuerpo.
En esta posición, rote ligeramente sus muñecas dando movimiento a sus manos. Habrá notado entonces
que ese movimiento puede ser captado por su vista, aún con sus ojos fijos hacia el frente. Son precisamente
los 180º de visión periférica que tienen nuestros ojos los que nos dan esta posibilidad.
Este campo visual puede ser integrado progresivamente a la lectura. Una ejercitación adecuada permite
ampliar el foco de visión central y aprovechar al máximo el campo de visión periférica para obtener una
mayor velocidad de lectura comprensiva.
Aumento de la comprensión.
a) Párrafo Normal:
Contiene una idea central única, expresada a través de la frase principal. Ésta puede estar ubicada al
comienzo, en el medio o al final del párrafo. Para hallar la fase principal, el lector debe seguir los siguientes
pasos:
Una vez localizada, se está en condiciones de buscar la frase principal. Aunque todas las frases giran
alrededor de la palabra, es fácil saber cuál es la frase principal del párrafo pues su cualidad básica reside
en su carácter global o de inclusividad (encierra el resumen de todas las otras).
Para comprobar que la frase elegida sea la correcta, basta con suprimirla del párrafo y observar si el
sentido queda truncado o no. Las frases secundarias contribuyen a aclarar el significado de la principal.
Pueden hacerlo por contraste, repetición, ejemplificación o justificación.
b) Párrafo Excepción:
1. Con más de una idea principal: la técnica para leerlos consiste en integrar las frases principales en
una sola que represente la idea central.
2. Sin frase principal: puede deberse a la falta de ideas centrales, como sucede en los llamados
“párrafos de transición” (puente entre dos párrafos normales). En general, se trata de frases de tipo
enunciativo que pueden resumirse en una sola.
El autor de un texto envía señales en forma continua para que captemos el significado de su mensaje.
La tarea del lector es interpretarlas analizando la información visual impresa. Este proceso se denomina
“identificación”.
En ocasiones, se producen ruidos que dificultan la comunicación.
La habilidad del lector consistirá en saber distinguir “señales” y “ruidos”, lo que depende de su actitud.
Si se preocupa por obtener indicios o detalles en lugar de decidir si se encuentra ante un ruido o una
señal, perderá el sentido del texto.
Para identificar señales, brindaremos algunas ayudas:
El pensamiento no es algo estático sino que sigue un proceso a lo largo del párrafo: a ese despliegue de la
idea central se lo denomina “curso del pensamiento”.
El curso del pensamiento no es estrictamente progresivo sino que a lo largo del párrafo sufre avances,
detenciones y retrocesos. Las “palabras señales” se convierten en la guía que tiene el lector para seguir
con precisión el pensamiento. Se pueden clasificar en “palabras-avance”, “palabras-detención” y
“palabras-retroceso”.
Las primeras indican que las frases que ellas encabezan son un paso adelante en el desarrollo de la idea
principal. Ejemplos: “y”, “además”, “en consecuencia”, “puesto que”, “en conclusión”, etc.
Las palabras-retroceso encabezan frases en las que el autor expresa lo que no piensa o rechaza solamente
para aclarar más su pensamiento y volver con mayor fuerza a lo dicho originalmente. Ejemplos: “pero”, “al
contrario de”, “a pesar que”, “aunque”, “antes que”, “por otra parte”, “por el contrario”, etc.
Las palabras-detención señalan que las frases que las continúan sólo tienen por finalidad dar una
aclaración, es decir, no presentan ni un avance ni un retroceso en el curso del pensamiento. Ejemplo:
“porque”, “por ejemplo”, “especialmente”, etc.
El lector podrá observar que si efectúa la lectura de aquellas frases teniendo en cuenta las palabras-
avance, la comprensión será más clara y logrará una mayor velocidad.
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Signos de puntuación.
Un solo signo de puntuación puede cambiar el significado de un párrafo o una frase. Por lo tanto, los
signos de puntuación constituyen otra gran ayuda para poder seguir el curso de la idea principal.
La puntuación es el “termómetro” que mide la “temperatura” del texto. Hay escritos fríos y ambiguos que
se convierten en un amontonamiento de palabras sin jerarquía ni organización. Hay textos muy calientes
que están tan sobrecargados de puntos y comas que la lectura no es ágil ni directa. Como siempre, lo ideal
es el equilibrio.
Es importante saber que la palabra escrita ES MUDA, en general está destinada a la lectura silenciosa y
en soledad. Por lo tanto, los signos de puntuación deben hablar por el autor, darle al mensaje el tono y el
matiz preciso, sin vaguedades ni estridencias.
Unidad de pensamiento.
El principio de unidad de pensamiento intenta ampliar la comprensión. Para ello determina qué cantidad
de palabras deben ser captadas en cada fijación, conformando un conjunto con sentido propio.
Esto introduce en nuestro aprendizaje la idea de que los saltos de ojo no deben ser arbitrarios sino que
deben dirigirse de una unidad de pensamiento a la otra.
x _____________ x _____________ x
Mira esta llave, está colocada sobre el armario
_____1______ _____2____ _____3_______
x __________________ x
Mira esta llave, está colocada sobre el armario.
______ 1_____ __________2_____________
Ejemplo:
Campo visual 1:
x x
(De los Apeninos)(a los Andes)
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Campo visual 2:
x
(De los Apeninos a los Andes )
Una persona con campo visual 2 transforma el texto en una sola unidad de pensamiento. En cambio, el
lector con campo visual 1, debe descomponer el texto en dos unidades de pensamiento.
Autoaceleración.
Luego de haber practicado todos los ejercicios, el alumno llega a un momento de transición en el que
parece que ya no puede mejorar más.
Esta transición se debe fundamentalmente a la falta de estímulos. Por ejemplo, leer más rápido significa
un esfuerzo que entra en conflicto con la comodidad.
Para superar esa tendencia se han ideado sistemas cuyo fin es automatizar el proceso de lectura para
lograr niveles de super-velocidad. Lo ideal es realizar las prácticas en el CD de Lectura Veloz, pero existen
también otras alternativas.
Sistema manual.
Consiste en colocar una regla sobre el libro en el que se está practicando y bajarla con la mano en forma
rítmica y a una velocidad que debe ir en aumento día a día.
La regla debe ser deslizada en forma tal que exija a nuestros ojos moverse cada vez más rápido. Así,
comenzamos a practicar por el nivel que actualmente alcanzamos y lo vamos aumentando gradualmente
a fin de no perder comodidad.
La limitación de este sistema radica en que hay que controlar el tiempo, la velocidad y la comprensión,
que en primera instancia disminuye pero gradualmente recupera su nivel normal.
Al leer un texto, es posible determinar el número de palabras leídas por minutos (que en adelante
denominaremos P.L.M.).
El P.L.M surge de realizar el cociente entre la cantidad de palabras del texto y el tiempo empleado en leerlo.
El tiempo se determina por décimas de minuto, o sea, cada seis segundos. Por ejemplo, si para leer emplea
54 segundos, el tiempo será de 0,9 (cero minuto nueve décimas: 54/6 = 9 décimas).
A continuación se explica un procedimiento estadístico que evita al alumno contar en cada página la
cantidad de palabras.
1) Contar la cantidad de palabras de los cinco primeros renglones, dividiendo luego esta cifra por 5.
Así se obtiene el promedio de palabras por renglón.
2) Contar la cantidad de renglones que tiene la página.
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Ejemplo:
Último P.L.M. = 300
Cantidad de palabras por página = 600
Tiempo empleado para leer 600 palabras con PLM de 399 =
2´. Comenzar leyendo el texto en 2´.
Ejemplo:
P.L.M. actual = 300 (tiempo = 2´)
P.L.M. deseado = 600 (tiempo
=1´) P.L.M. deseado = 1.200
(tiempo = ½´) Lectura
estratégica.
No es cuestión de leer por leer sino de tener claros los objetivos que se persiguen.
Conocer la velocidad de lectura y la forma de determinar la cantidad de palabras de un texto completo
permite hacer de la lectura una actividad estratégica.
Supongamos que tiene un examen en 10 días y debe leer 100.000 palabras entre todos los textos de
estudio.
Si sabe que su velocidad de lectura es de 500 palabras por minuto, podrá calcular el tiempo que le insumirá
leer el material (200 minutos) y el tiempo que debe destinar por día a la lectura (20 minutos diarios).
La estrategia consiste en controlar diariamente la ejecución del plan y adoptar las medidas correctivas.
Relectura.
Autoridades, docentes y educadores, reconocen que existe un gran vacío en la formación de hábitos de
lectura en la población. Sin embargo, dentro de esta problemática real se deja de lado un factor esencial:
la formación de lectores eficaces. En efecto, si le preguntamos a un padre de familia preocupado por la
falta de hábitos lectores de sus hijos, seguramente su respuesta se relacionará con los adversarios más
obvios: “mi hijo no lee porque ve mucha televisión” o “mi hijo no lee porque todo el tiempo está con los
juegos de video”, etc.
Estos comentarios dejan de lado el hecho de que la lectura, tal como la hemos enseñado en la escuela, ha
creado una generación de lectores lentos, de baja comprensión y de poca eficacia.
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La realidad nos dice que el acto de leer responde a una ecuación entre esfuerzo y recompensa. La elección
de un medio de información (libro, periódico, TV, radio, etc.) dependerá de una relación entre el esfuerzo
que exige la decodificación de un medio determinado y el beneficio que se obtenga.
Cuando un niño a los pocos meses de haber nacido comienza a decodificar las imágenes de la televisión,
sin ningún esfuerzo deliberado ni entrenamiento previo, se introduce al mundo del entretenimiento y de
la información naturalmente.
En cambio, cuando ese niño llega a los seis años a su escuela e inicia el proceso de aprendizaje de la
lectura, se encuentra con la necesidad de un esfuerzo mental enorme en relación a la facilidad de percibir
imágenes.
El acto de aprender a leer que se verifica, entre los cinco y los siete años, es el mayor esfuerzo que realiza
el cerebro en toda la vida del ser humano. Ni el científico en su laboratorio ni el investigador de dedicación
absoluta, realizan un esfuerzo similar. De esta reflexión, podemos obtener una primera conclusión: sin
un objetivo definido y sin un esfuerzo dirigido, jamás lograremos convertir al niño en un lector frecuente.
En su desarrollo, y por la simple aplicación de la “ley del menor esfuerzo”, predominará en su conducta la
preferencia por el "acto de ver" antes que por el “acto de leer”.
Este hecho dejará múltiples huellas en sus habilidades, pensamiento y aprendizaje, y repercutirá en una
actividad intelectual perezosa. Analicemos por qué:
En primer lugar, el cerebro humano puede procesar información en dos direcciones: se denominan el
procesamiento secuenciado y el procesamiento simultáneo. El ritmo de la información desencadena uno
u otro proceso.
En el caso de la lectura, el ritmo de la información lo define el propio lector. En un texto, las palabras son
estáticas y están ordenadas en una sintaxis correcta que forma una unidad de pensamiento lógico. El
lector puede detenerse, releer, etc.
En el caso de la imagen, es el medio el que determina el ritmo de la información y no el observador. Si éste
deja de ver un programa en la televisión, el argumento o el programa seguirá independientemente de la
voluntad del espectador.
Esta diferencia genera actitudes, conductas y tipos de pensamiento diferentes. Mientras que el proceso
secuenciado genera habilidad en el pensamiento reflexivo, el procesamiento simultáneo crea actitudes y
conductas impulsivas.
Al describir las conductas de los alumnos actuales, concluimos que estamos frente a una generación de
jóvenes con marcada tendencia hacia la impulsividad más que a la reflexión. Son impacientes, la espera
los desespera y para todo necesitan respuestas inmediatas. No pueden persistir en la solución de un
problema, cualquier obstáculo imprevisto los conduce a abandonar la búsqueda de soluciones.
Estamos en presencia de una “generación de la imagen”, jóvenes cuya mayor habilidad reside en la
decodificación de imágenes más que en la letra impresa.
La gran paradoja es que mientras el proceso educativo tiene su columna vertebral en la destreza “lecto-
escritora” del educando, tenemos una generación de “no lectores”.
Al desconocer esta realidad, la tarea del docente se impregna de insatisfacción y frustración porque, a
pesar de poner su mejor esfuerzo, el alumno no responde de manera equitativa.
El maestro percibe al alumno como un joven apático, sin motivación, perezoso, etc., y el alumno percibe
a su maestro como un personaje monótono, aburrido, exigente, creando, en muchas ocasiones, una
corriente de antipatía recíproca.
En última instancia, estamos frente a un problema de incomunicación en el aula provocado por el
desconocimiento de las habilidades de los actores. No se entiende por qué se producen interferencias
permanentes en la comunicación. Se producen alejamientos porque se comunican en diferentes canales.
Otra manifestación de este conflicto provocado por el predominio de la imagen en la actividad intelectual,
es el tipo diferente de información que proporciona cada medio. Mientras que la lectura provee de
información implícita, la imagen genera información explícita. Ejemplo: cuando un lector se involucra en
una novela, la mitad del contenido lo proporciona el autor, pero la otra parte la completa el lector al
imaginar los personajes, o al imaginar el argumento. En cambio, la información que proviene de la imagen
no deja nada librado a la fantasía por su carácter explícito.
Hasta aquí hemos expuesto el diagnóstico de la crisis de la lectura, las consecuencias que provoca y la
necesidad de plantear algunas recomendaciones.
En primer lugar, los adultos debemos revalorizar el acto de leer como una conducta positiva que optimiza
el proceso de aprendizaje. Los errores de ortografía, la mala sintaxis y la escasez de vocabulario se
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relacionan directamente con la escasa lectura. Desde un punto de vista material, el acto de estudiar es un
acto de lectura. Por lo tanto, podemos concluir que el que lee mal estudia mal.
En segundo lugar, los niños imitan conductas. Actúan como consecuencia de lo que ven y no por lo que
se les dice que hagan. De allí la importancia de predicar con el ejemplo. No es válido el “doble mensaje”
del adulto que le aconseja al menor leer mientras está sentado frente al aparato de televisión.
En tercer término, es necesario crear un espacio propicio para la lectura ya que ésta requiere un mínimo
de concentración. Otro elemento a tener en cuenta es el interés por determinado tema. Muchas veces el
adulto tiende a influir en la elección del material. Se debe dejar al niño o al joven seleccionar el tema de
lectura respetando su propio interés.
Los conceptos expuestos no pretenden convertirse en una “receta”: apenas son sugerencias para el
proceso de incorporación de hábitos lectores.
Por último, si consideramos que la lectura es una destreza, concluimos que, aunque parezca una razón
de Perogrullo, la lectura se mejora leyendo.
Héctor Arber.
Hoy, la ecuación hombre = tiempo ya no cierra. El día sigue teniendo 24 horas pero la cantidad de
información que hay que leer crece en forma exponencial.
Como las horas no se pueden estirar, la mejor solución es superar las destrezas de lectura.
Otro problema es que el reducido espacio que se le destina a la lectura conduce a un nuevo analfabetismo
de tipo funcional que caracteriza a los que saben leer pero no leen. Asimismo, se ha comprobado que la
recepción pasiva de la información visual o auditiva frente a la TV no enriquece el procesamiento de la
información.
Existe una solución para la falta de tiempo: como el día no se puede estirar, mejoremos entonces nuestra
capacidad como lectores.
La técnica de lectura veloz es una tecnología revolucionaria que constituye una de las herramientas
básicas del método ILVEM. Se funda en los siguientes principios:
1) El campo visual puede ser optimizado. Mientras que el lector lento lee por palabras aisladas, el
lector entrenado puede captar de 6 a 15 palabras por golpe de vista.
2) El lector lento está condicionado por la barrera del sonido. Necesita escuchar cada palabra que lee
y los mensajes orales tienen una velocidad de emisión máxima de 100 palabras por minuto. El lector
rápido acorta camino enviando directamente la información desde el ojo al cerebro y puede superar sin
inconvenientes las 500 palabras leídas por minuto.
3) En materia de comprensión es donde las prestaciones de ambos modelos se inclinan decididamente
a favor de la lectura rápida. Mientras el lector común recibe sílabas o palabras sueltas que en sí mismas
carecen de sentido, el lector entrenado reúne las palabras en grupos con significado propio -denominados
técnicamente “unidades de pensamiento”-, lo que le permite entender mejor. Es decir, el lector lento ve el
árbol mientras que el rápido percibe el bosque.
4) Las distracciones y regresiones obligan al lector tradicional a relecturas continuas lo cual lleva su
rendimiento a niveles mínimos. El lector rápido aumenta la concentración al no dejar libre el espacio
mental que generan las distracciones. Así, como quien maneja rápido, el lector veloz se concentra
automáticamente.
La buena noticia es que a cualquier edad se pueden mejorar los hábitos de lectura. El dominio de la lectura
veloz requiere un abordaje teórico-práctico. La comprensión conceptual de la técnica no es sinónimo de
su internalización. Por lo tanto, para convertirse en un lector dinámico, es preciso realizar la gimnasia
mental que se obtiene en nuestros cursos.
Para concluir este capítulo, lo invitamos a realizar el test para medir su actual velocidad de lectura
comprensiva y los ejercicios que encontrará a continuación.
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Instrucciones:
A continuación presentamos el test para que usted mida su PLM, T.C. y P.L.M. Prepare un reloj para
controlar el tiempo de lectura:
Prueba de Comprensión.
A) 15 de febrero de 1895.
B) 28 de diciembre de 1895.
C) 22 de octubre de 1890.
D) 1º de mayo de 1892.
A) La ingeniería y la arquitectura.
B) La arquitectura y la música.
C) La ingeniería y la música.
D) La pintura y la escultura.
A) Representar la realidad.
B) Representar lo irreal.
C) Representar la realidad y lo cotidiano.
D) Representar lo inmaterial, lo intangible.
Tabla de Control:
Tiempo P.L.M
0,5 1056
0,6 880
0,7 754
0,8 660
0,9 587
1,0 528
1,1 480
1,2 440
1,3 406
1,4 377
1,5 352
1,6 330
1,7 310
1,8 293
1,9 277
2,0 264
2,1 251
18
2,2 240
2,3 229
2,4 220
2,5 211
2,6 203
2,7 195
2,8 188
2,9 182
3 176
3,1 170
3,2 165
3,3 160
3,4 155
3,5 150
3,6 147
3,7 143
3,8 139
3,9 135
4 132
EJERCITACIÓN
1. Práctica de lectura espacial. Desplace sus ojos ayudado por las cruces, saltando de x en x, de arriba-
abajo, abajo-arriba, izquierda-derecha, derecha - izquierda.
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x x x x
cuartel indicaciones eficaz desesperante
x x x x
vocabulario x blanco
fósforos oficina
aceituna x
x x x
acentuada
metal mampostería sentido
x
x selecto x x
fenergan x psiquiatra llorando
x flores x x
directa x peso increíble
x pasado x x
llamadas x bucal parece
x novia x x
x calefactor licenciado
margen
avestruz x
x x
x
tóxico asiento manufactura
cacique
x x x
x
posología certero mimo séptica
x x x x
gragea cinta contabilidad minutos
x x x x
autorizad codiciado x receta eficaz
a suboficial x x
x aires sintetizar
acción x x
x exclusivamente ojo
prolongado x x
x prescripción protectora
fiebre
revista oxígeno
pensar automóvil Equipo cerrojo
dominio solución
reloj supuesto tapiz elefante
paseo dedo
viaje nevera imán baile silla todavía
ocaso novela martillo trigo papel uña
electricidad saco agua borde
oído botón
disco resumen blanco ceniza
21
4. Practicar para acelerar la percepción y para eliminar la repetición labial o mental de las palabras.
5. Baje por el centro geométrico de cada renglón de la pirámide intentando captar todas las palabras que
componen cada renglón.
22
con Que
templar Crecido
refac cionar Crepitantes
dígitos hasta el idólatra mortal
en nada me afligió su nos habló lentamente
de nuestros audibles cuyos cabizbajo y meditabundo
impulsivamente acallaron los las lucubraciones previstas
desde su terraza se dominaba más es curiosa su particular manera
conchillas y restos de vida abundante vagamente recordábamos el sabor
las Una
mismas Tumba
manzanas será la
doradas del sol luna cuando
alimentan al hombre reúna el mundo
que el letárgico andar en su blancura azul
fuma su vi da insensiblemente fundamental, espacial yerro
en los albores de melancólicos yerros de piedras fundidas por el sol eran
un una
caso más masa
para el no sea marinero
tampoco tendrá pelo ensalzamiento
embarcado en un lío enorme ensortijadamente
publicidad de primer orden en la contrarrevolucionario
detenidamente se acerca a la cuesta de macromorfológicamente
la abrumadora importancia considerada resultaba inaguantable y gris
en la panacea de los escritores del siglo veinte
la criminología basada en la ciencia
o y
lerdo cromo
inspirado exquisito
especialmente deplorable al
para autodidactas imperdonable tiro
fueron defenestrados evítese excesivamente
incapaces de una reacción impresionadísima pensaba
entablados en una discusión o pintores impresionistas vamos
aparentemente incólume reaparecía un carácter sumamente expresivo
23
6. Lea cada renglón de la semipirámide izquierda tapando su ojo izquierdo y realizando el punto de fijación
en la primera letra izquierda de cada palabra o frase. Realice el proceso inverso con la pirámide derecha.
Luego, haga ambos ejercicios usando los dos ojos.
a y
un un
yoyo con
nos nada
debe vasos
reúna cuando
nevado pasados
panacea candados
añoraban anonadada
conchillas. desbocados
fundamenta mandatarios
meditabundo incapacitados
deseo grabar soberbiamente
aparentemente el león corrió
con este valor camino sin dejar
teoría que negó sistemáticamente
imagen tierna de mencionar detalles
una vez me dieron aventurar conceptos
investigó en 2 días a veces viene a mí
cuando fuimos para automóvil con frenos
ocasos de la vida del enamoramiento sincero
la liberación levantaba cursos de lectura veloz
determinaremos las cosas cuando vas a venir aquí
esperemos que sigan así no vayamos a los caminos
humildemente acepta todo invoquemos la verdad para
improbablemente sucederán comentar todo es
peligroso los gases letales influirán aumentar el
campo de visión continuemos la senda segura
prerrogativas de la sangre no el liderazgo en
expresión de actor desde la radio contestaron
desembarazadamente contestadas la virtud de ser
elocuente nos innumerablemente para suceder
algunas veces nos sentimos como
redundantemente expresado en la acaso si me los
pidieras yo no los la universidad al servicio de
ocho estrepitosamente irrumpió llamándolo
comuniquemos con nosotros y con la innumerables
problemas tenemos para el arte de hablar en público
retraen