Agenda Inter Cult para Educ Nacional
Agenda Inter Cult para Educ Nacional
Agenda Inter Cult para Educ Nacional
net/publication/335650697
CITATIONS READS
0 3
28 authors, including:
Some of the authors of this publication are also working on these related projects:
2017-2019. Educación, escolarización y circunstancias socioculturales de niñas y niños de origen indígena de nivel primaria en Nuevo León, México. Política oficial,
expresiones emergentes y participación de la sociedad civil. View project
Procesos de la identidad y la tradición de la Sierra de Zongolica, Veracruz, en el contexto de la migración al norte View project
All content following this page was uploaded by Alejandro Martinez Canales on 06 September 2019.
INTRODUCCIÓN
1
Lo que aquí se presenta son los análisis, presentaciones y debates realizados a lo largo de
nueve sesiones de trabajo que se llevaron a cabo entre noviembre del 2017 y octubre del
2018, constituyen el corpus a partir del cual quienes firmamos el presente documento
colectivo sintetizamos los principales hallazgos y propuestas de acción que surgen de la
investigación educativa sobre un tema de vital importancia para un país como México que
se reconoce pluricultural en su Constitución Política, pero que, en pleno siglo XXI, aún no
ha logrado hacer realidad este reconocimiento en sus políticas y prácticas educativas por
medio de una educación intercultural para todos que permita valorar la diversidad
sociocultural y lingüística que lo caracteriza.
2
que se sigue focalizado preferencialmente a la niñez indígena, concentrándose en el
subsistema denominado de educación indígena (a la que paradójicamente no acude la
mayoría de NNA hablantes de lengua indígena) y en los niveles de educación preescolar y
primaria.
Ante esta atención sesgada y parcial, las y los jóvenes del país requieren de un enfoque
intercultural que forme a todas y a todos para convivir, respetar y apreciar al otro diverso,
que genere capacidades y competencias interculturales, tan necesarias para la inclusión,
pero también para la pacificación de la sociedad mexicana. Estas competencias no se
generan mediante un único enfoque, sino que los saberes-haceres requeridos para convivir
entre culturas, entre lenguas, entre géneros y otros, necesariamente se desarrollan desde
abajo, partiendo de los diferentes contextos de diversidad locales y regionales. No puede
haber respuestas educativas idénticas para situaciones tan heterogéneas como las que
caracterizan los contextos rurales y urbanos, indígenas y mestizos, comunitarios y
migratorios.
Por ello, una nueva generación de políticas educativas incluyentes e inteligentes, pensadas
e implementadas desde un enfoque de derechos, debe partir del reconocimiento de la
deuda histórica que el sistema educativo, científico y tecnológico mexicano tiene con los
pueblos originarios, cuyos saberes han sido expropiados, folklorizados y/o silenciados por
la Conquista y luego por la sociedad criolla y mestiza. Esta deuda de origen colonial que
persiste hasta la actualidad se expresa en desigualdades de acceso, equidad y pertinencia
educativa, en la exclusión de las lenguas, culturas y saberes indígenas y afromexicanos del
sistema educativo nacional y en el desconocimiento y desaprovechamiento de la riqueza
de la diversidad cultural y biológica, del “patrimonio biocultural” por parte por la sociedad
mexicana.
3
Como consecuencia de esta distinción de políticas para resolver diferencialmente desafíos
planteados por la desigualdad, por la diferencia y por la diversidad, proponemos distinguir
tres tipos de necesidades educativas y desarrollar por ello tres polos diferentes de
actuación prioritaria, que son mutuamente complementarios y que entrelazados generan
políticas educativas inteligentes, diversificadas y contextualizadas:
Desde su nacimiento en el siglo XIX, el SEN estableció un solo referente cultural como
sujeto pedagógico: el de la mexicanidad-mestiza. Éste alude a una cultura homogénea
como identidad nacional, al español como lengua dominante y al positivismo como canon
epistemológico de las ciencias escolares. Esta triada ha excluido otras culturas, lenguas y
conocimientos como las de los pueblos originarios y afromexicanos.
4
1) La acción política de los gobiernos entre 2000 y 2012 planteó la necesidad de un giro en
la forma de relación de las políticas, afirmando que la EIB no es sólo para los indígenas sino
para todos los habitantes de la nación. Si bien se emprendieron acciones de gran calado
como la creación de la Coordinación General de Educación Intercultural Bilingüe (CGEIB),
las universidades interculturales, el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI), el
esfuerzo mermó en el sexenio calderonista reduciéndose dramáticamente el rango de
acción de estas políticas, sobre todo ante las expectativas relacionadas con una EIB para
todos.
2) Ante este escenario, la acción política de la sociedad civil impulsó de manera innovadora
la necesidad de construir políticas educativas desde otras bases, en donde los sujetos de
atención y, en particular, las organizaciones indígenas pasaron a ser agentes activos del
diseño y puesta en marcha de tales políticas.
5
de tolerancia y armonía entre las diferencias y que no explícita las causas profundas que
subyacen al racismo y a la discriminación arraigados en la cultura nacional, y que también
se reflejan en las políticas educativas.
Desde abajo, o sea desde aquellas concepciones que brotan desde las organizaciones
indígenas, se reporta la prevalencia de concepciones críticas y conflictivas de la
interculturalidad, que hacen referencia a intensos procesos de apropiación de la escuela
por parte de los pueblos y organizaciones indígenas, protagonizando procesos etno-
genéticos, autonomías de facto y una interesante intermediación étnico-política de las
organizaciones indígenas con el Estado. Estas concepciones remiten a proyectos y
procesos educativos interculturales construidos en espacios autónomos y desde los
márgenes del sistema educativo, o bien desde aquellos intersticios que dejan abiertas las
políticas educativas oficiales, y que posibilitan que la educación intercultural adquiera
sustancia y sentido desde lo propio. Las propuestas educativas interculturales generadas
desde abajo y desde adentro están estrechamente relacionadas con reivindicaciones
político-societales por el control territorial, la autonomía, el buen vivir y la comunalidad,
así como por la importancia de articular los procesos educativos escolares formales con los
procesos de socialización comunitaria y familiar in situ que se dan en los pueblos y
comunidades.
La investigación educativa sobre EIB señala la importancia del tema del bilingüismo,
fenómeno lingüístico y social complejo que implica el dominio de dos lenguas por una
misma persona. Para que una persona sea considerada realmente bilingüe, ha de pasar por
procesos de adquisición y enseñanza que la pongan frente a la forma y el funcionamiento
de esas dos lenguas para llegar a ser realmente competente en ambas.
El bilingüismo tiene dos caras; una luminosa. que propicia el desarrollo del bilingüe y lo
pone en una situación de ventaja cognitiva, lingüística y social. Ser bilingüe es sinónimo de
estatus académico, de bonanza económica y de oportunidades óptimas; la otra, su cara
oscura, es la que lo pone en una situación de desventaja, pues desplaza a su lengua materna
en la mayoría de los ámbitos de uso; ello con un sinfín de consecuencias negativas, de
acuerdo con las circunstancias del contacto. Las más lesivas son la fractura de la identidad,
la deslealtad lingüística y la pérdida de la lengua materna. Éste es el caso de los hablantes
de lenguas originarias en contacto con el español.
Los antecedentes históricos del bilingüismo se remontan a la era prehispánica que siempre
tuvo imperios dominantes que imponían su canon lingüístico, como fue el caso del náhuatl
para los mexicas. En cada hito de la historia mexicana, Colonia, Independencia, Revolución,
6
se repite la misma disyuntiva: ¿se enseñan sus lenguas a los hablantes indígenas o se les
enseña el español?; ¿se les alfabetiza en español o únicamente se enseña la forma oral?
A partir de los años 90, desde la perspectiva de la EIB se prometió respetar los derechos
lingüísticos de los niños indígenas con una enseñanza en sus lenguas maternas como punto
de partida. Hasta donde señalan las estadísticas esta promesa se desvanece ante la
realidad: los niños indígenas no son enseñados en sus lenguas y el desplazamiento
lingüístico es apabullante si se toman en cuenta el aumento de las lenguas originarias en
peligro de extinción. Ante este sombrío panorama podemos afirmar que las políticas
lingüísticas están todavía muy distantes de cumplir con sus postulados y lineamientos.
Los datos del INEE (2017), bajo la perspectiva de identificación de la población indígena por
ser hablante de una lengua originaria (HLI), indican que si bien niñas/os indígenas en su
mayoría se encuentran en el nivel de preescolar y primaria indígena de la DGEI (68% y
54%), una alta proporción se encuentra en las escuelas de preescolar y primarias de tipo
general (23% y 43%), y en la secundaria la mayor proporción de jóvenes indígenas se
encuentran en telesecundaria (52.4%), en secundarias técnicas (23.3%) y en secundarias de
tipo general (21.4%). Estos datos muestran la necesidad de interculturalizar la formación
inicial y continua no sólo de los maestros que trabajan en el medio indígena, sino también
de los que laboran en todo el sistema de educación básica.
7
a la educación en el medio indígena; e) la persistente discriminación en distinto niveles
sobre los niños y maestros por ser hablantes de lengua originarias; f) la negación que desde
el sistema escolar se hace de los saberes y prácticas culturales de los pueblos originarios;
g) la inequidad en un amplio sector de escuelas con carencias básicas.
El tema de la formación docente para un trabajo bilingüe -con las lenguas originarias y el
español-, es una asignatura pendiente en los procesos formativos. El discurso recurrente
resalta que el problema para una enseñanza bilingüe es la carencia en “métodos
específicos” (lengua indígena como L1 o como L2 y el español), aspecto que se reduce a
una dimensión más bien técnica, sin reconocer y apuntar a la ausente operación de la Ley
de derechos lingüísticos (2003). En las aulas de primaria y secundaria no es un hecho el uso
de la lengua indígena como lengua de enseñanza ya que, aunque existen materiales en
algunas lenguas indígenas, éstas no abarcan la totalidad de las lenguas habladas y los
docentes tampoco tienen una formación que les permita el trabajo con las lenguas
presentes en las aulas; adicionalmente muchos de ellos no hablan la lengua de sus alumnos
y o de la comunidad en donde su ubica la escuela. En consecuencia, tampoco la
alfabetización inicial se realiza en la lengua indígena, para posteriormente pasar a la
enseñanza del español y de su escritura como segunda lengua.
Es así que, en las zonas urbanas, el sistema escolarizado mexicano reproduce una
universalidad hegemónica que, por una parte, se conforma con el reconocimiento y el
respeto como puntales para una “verdadera solidaridad social” que no se logra, ni se ha
visualizado como imprescindible y, por otra, plantea respeto y reconocimiento al indígena
dentro de su condición de indígena. En este sentido, el respeto se traduce como distancia
entre las culturas, manteniendo la hegemonía de una cultura dominante sobre otra.
En varios centros escolares de las principales zonas metropolitanas de México, las lenguas
distintas al castellano no se toman como un factor dentro del proceso de aprendizaje, sino
como justificante para la alienación del menor. Se identifican episodios de segregación
étnica y el desarrollo de ciertas pautas de bilingüismo como estrategia de defensa frente a
la violencia interétnica. En las principales zonas metropolitanas del país (Guadalajara,
Monterrey, Ciudad de México) no se resuelve la pertinencia lingüística de la atención
educativa en escuelas que presentan una composición multicultural, y la emergencia de
8
contextos donde coexisten varias lenguas y variantes coloca a los niños en mayores
desventajas de desigualdad y se aleja de la equidad educativa.
Una serie de situaciones afectan las escuelas multigrado. Una de estas es la indefinición
sobre lo que es “multigrado”. Para la SEP, es cualquier escuela donde un maestro atiende
a más de un grupo a la vez. Para el INEE una escuela multigrado es aquella en donde sus
docentes tienen que atender a grupos conformados por estudiantes de más de un grado.
Lo anterior no permite identificar y visibilizar de manera contundente cuántas escuelas se
encuentran en esta situación, así como evaluar sus resultados y condiciones en que
trabajan. No existe un programa de formación específica para los docentes de escuelas
multigrado. Otros problemas se derivan de la densidad poblacional, de la distancia de estas
escuelas de las cabeceras municipales donde suelen vivir los maestros, de infraestructura y
equipamiento deficiente y de la escasa posibilidad de acceso a programas públicos de
apoyo.
En lo que toca al sistema medio superior en regiones rurales e indígenas del país, el
programa federal de telebachilleratos comunitarios fue creado en el 2013 con el fin de
ampliar la cobertura en educación media superior, y cuenta hoy con más de 3,300 planteles.
Si bien esta modalidad de bachillerato se encuentra presente en contextos indígenas no
existe dato acerca de los planteles que cubren población indígena. Esta propuesta
educativa ha ampliado cobertura, pero presenta fuertes debilidades por las deficientes
condiciones laborales y de perfil de los docentes que no tienen la formación didáctico-
pedagógica requerida, dado que son egresados de diferentes licenciaturas e imparten
asignaturas que no van de acuerdo con su perfil.
9
Algunas universidades y centros de investigación han puesto en marcha diversas iniciativas
que impactan los currículos, pero estas acciones consisten principalmente en ofrecer
cursos o asignaturas optativas – sin adecuaciones disciplinares, ni transversalización real,
ni integración obligatoria a las mallas curriculares - de contenidos formativos que buscan
sensibilizar a profesores y estudiantes sobre la diversidad cultural de nuestro país. Pocas
universidades han asociado acciones de descentralización y regionalización de la oferta
académica con la atención de vocaciones regionales y demandas concretas de grupos
indígenas; esto permitiría que no se enfocarán sólo en el acceso a la educación superior,
sino en su pertinencia. Es sintomático que la diversidad en las universidades no es un tema
en la agenda de las autoridades universitarias de las propias instituciones; esto se observa
en el reciente documento entregado por la Asociación Nacional de Universidades e
Instituciones de Educación Superior (ANUIES) al gobierno federal entrante titulado "Visión
y acción 2030. Propuesta de la ANUIES para renovar la educación superior de México".
Por otro lado, las 12 universidades interculturales (UIs) actualmente en operación se han
constituido como un subsistema de la educación superior en México que tienen la intención
de atender necesidades, demandas y propuestas de formación de nivel superior,
particularmente de pueblos indígenas. Se identifican tres modelos de gobernanza de
universidades interculturales: el modelo CGEIB, que se caracteriza por la influencia de
dicha Coordinación y los gobiernos estatales en su funcionamiento, el modelo de
universidades privadas (como en el caso del ISIA, creado en colaboración con el sistema
universitarios jesuita) y/o dependientes de ONGs (IIÑ), y el modelo UVI, que se caracteriza
por estar inserta como entidad académica en la estructura de una universidad convencional
con autonomía.
Si bien desde su creación las universidades que han adoptado este enfoque no han
visualizado limitar el acceso a pueblos originarios, la mayoría de sus estudiantes son
indígenas y más del 50% son mujeres. Esto ha abierto posibilidades de acceso a educación
superior a jóvenes generaciones de origen culturalmente diverso, quienes de otra manera
no hubieran tenido la oportunidad de construir un proyecto de desarrollo profesional, así
como también ha generado procesos de reconfiguración de las identidades de los jóvenes
indígenas y de su posición en sus comunidades y regiones en razón de su grupo etario,
género, nivel de escolaridad, etc.
10
Es importante mencionar que la investigación en las universidades interculturales, además
de constituir una función sustantiva relevante que debe articularse a la docencia, a la
difusión cultural, a la divulgación del conocimiento y a la extensión de los servicios,
constituye la esencia de su misión y vocación institucional, debido al compromiso que estas
instituciones asumen al proponerse recuperar, sistematizar y poner en diálogo procesos
epistémicos diversos.
11
b) Asumir que las políticas de atención a la diversidad son para todos y no sólo para los
pueblos indígenas o una población específica, que son políticas diferenciadas que
deben regir la relación entre el Estado y los pueblos y grupos sociales, culturales o
lingüísticos diferenciados.
c) Revisar los indicadores educativos que se usan actualmente para medir el logro
educativo y la calidad educativa, que partan de investigaciones previas o por
realizarse que den cuenta de la riqueza de los pueblos indígenas y sus formas de
aprender y ver el mundo, y no desde el déficit y la imposición de criterios educativos
homogeneizantes que solo se miden a través de las pruebas estandarizadas.
d) Considerar el documento emitido por el INEE en el 2017, Directrices para Mejorar la
Atención Educativa de Niños, Niñas y Adolescentes Indígenas en Educación Básica,
como insumo de diseño de políticas educativas, sobre todo en un contexto en
donde la política educativa se alinea al concepto de inclusión y deja de lado la
diversidad cultural y lingüística de las escuelas mexicanas.
12
atención a los pueblos indígenas del país. Es necesario trabajar con la población que
no se reconoce indígena para eliminar prejuicios y barreras que no permiten
reconocernos como un país pluricultural.
g) Generar mecanismos de exigibilidad respecto al cumplimiento de las políticas
educativas, no en términos de la lógica interna de las mismas, sino a través de
modelos alternos y retomando por las Directrices del INEE para Mejorar la Atención
Educativa de Niños, Niñas y Adolescentes Indígenas en Educación Básica.
13
los centros públicos de investigación, universidades públicas y privadas, las
agencias de financiamiento, el CONACYT y el sector público en general. Lo anterior
implicará:
14
g. Concientizar a los padres de familia, a los maestros y a los niños de las llamadas
escuelas bilingües (sobre todo las urbanas) del valor de todas las lenguas y de su poder
comunicativo. Sólo haciendo visibles a los hablantes y sus lenguas, se dará el primer
paso a un bilingüismo medianamente equilibrado.
h. Motivar actos interculturales genuinos en donde se hagan visibles las lenguas
originarias sin folklorismos ni paternalismos.
15
modelos de evaluación de los aprendizajes escolares de las/los niñas/os y jóvenes
indígenas en perspectivas que reconozcan diversas formas de aprender y habilidades
de diversos tipos, lo que se vincularía con los enfoques socioculturales y para la
diversidad presentes en los debates educativos.
h. Impulsar procesos de investigación sobre las prácticas docentes y los procesos de
formación de docentes para el medio indígena y el general, en contextos de diversidad
y desigualdad, -ámbito abandonado-. Estas investigaciones pueden recuperar el
potencial pedagógico de los maestros desde diversas perspectivas, para contribuir y
nutrir los procesos de formación inicial y continua.
16
f. Mejorar las condiciones laborales de los docentes respecto al nivel de salarios y
atender la seguridad de los docentes al trasladarse a regiones alejadas.
g. Partir del cumplimiento al derecho a la educación de calidad de todos los niños, en
especial de la población migrante, proporcionando escuelas dignas, con posibilidades
de acceso, garantizando su permanencia y aprovechamiento y una educación
pertinente a su contexto, considerando los ciclos agrícolas y la particular forma de
vida de estas comunidades.
h. Emprender un estudio que actualice sobre las características sociales, culturales,
educativas y demográficas de los jornaleros migrantes en todas las zonas donde ellos
se asientan. Actualmente se cuenta con estudios parciales de determinadas
entidades o regiones agrícolas.
i. Enfatizamos la atención a las Directrices emitidas por el INEE para mejorar la
atención educativa de la población de niñas, niños y adolescentes de familias de
jornaleros agrícolas migrantes:
17
3.6. INTERCULTURALIDAD EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR
18
3.6.1.3. Posgrados
19
operación de las universidades interculturales, como por ejemplo la infraestructura
básica de bibliotecas, internet, laboratorios, comedores y dormitorios (teniendo en
cuenta la procedencia socioeconómica de la gran mayoría de sus estudiantes).
h. Diseñar e implementar programas específicos de basificación de sus docentes
como PTCs, dándoles acceso en términos equitativos a los fondos federales de SEP-
PRODEP, de CONACyT, SNI, etc. e integrando a las universidades interculturales
en términos equitativos en la atención que todas las IES reciben por la SES de la
SEP, para así poner fin a la discriminación institucional de las universidades
interculturales.
i. Generar becas específicas y focalizadas a estudiantes indígenas de bajos recursos,
a mujeres indígenas, a jóvenes afrodescendientes y a estudiantes procedentes de
comunidades campesinas igualmente marginadas, para que accedan a la
posibilidad de cursar estudios de licenciatura y de posgrado diseñados desde la
pertinencia cultural y lingüística y con criterios de calidad.
j. Diseñar e implementar políticas institucionales y de educación superior que
reconozcan la especificidad de las universidades interculturales, de su misión y
visión, en las políticas de contrataciones, promociones, financiación, certificaciones
y acreditaciones, incluyendo criterios de normalización lingüística (equiparación
plena de iure y de facto de las lenguas originarias) y de vinculación comunitaria.
k. Recuperar el fondo de financiamiento del Programa de Investigación para Educación
Indígena e Intercultural cuya convocatoria fue promovida por CONACYT, en 2012,
en colaboración con la CGEIB, el cual permitió dar un impulso a la investigación
adecuada a los fines de la educación intercultural, con la participación de
investigadores de diferentes IES interesados en aportar a estos temas.
l. Impulsar la creación de un Centro de Investigación y Enseñanza sobre Lengua y
Cultura, proyectado hace años como parte del modelo intercultural, cuyas acciones
promuevan la aplicación de los derechos lingüísticos de los pueblos originarios en
la educación superior mediante la implementación de estrategias de normalización
lingüística primero en las universidades interculturales y luego paulatinamente
también en las universidades convencionales.
20
sea que éstos se encuentren, y a la vez asegurar una educación intercultural para toda la
población y en todos los niveles educativos, que asegure que la riqueza de nuestra
diversidad se conozca y se valore.
La recomendación es definir una política lingüística de mediano y largo plazo que favorezca
el bilingüismo pleno en las escuelas, la valoración de la diversidad lingüística en la
población como un todo, el uso público de las lenguas – en letreros, en medios de
comunicación, en los discursos de autoridades locales, en la producción de materiales
diversos de lectura incluyendo aquellos que hablan de sus derechos y de las instituciones
que deben servirles --. Supone definir alfabetos para las lenguas que aún no los tienen y
consensar los alfabetos en las que tienen varios, desarrollar las gramáticas para las lenguas
en las que aún no se ha hecho, y fortalecer la producción escrita en todas ellas. La
educación bilingüe debe ser propósito de la educación para los indígenas a todos los niveles
educativos.
Por lo que toca las culturas, éstas deben encontrar múltiples espacios de expresión, y los
indígenas deben contar con los apoyos necesarios para sistematizar y fortalecerlas,
comenzando por su participación en su reproducción en la escuela.
21
c) En las comunidades de origen, la educación que reciben se caracteriza por una
lamentable pobreza de la oferta. En general, las escuelas tienen deficiencias de
infraestructura y equipamiento. Muchas escuelas son multigrado y, como todas las
escuelas multigrado, no cuentan con un diseño ni organizativo ni curricular adecuado a
estas condiciones, con la consecuencia de que los alumnos son desatendidos por la
necesidad de los docentes de atender varios grupos o labores administrativas. Si la
modalidad que los atiende es general, o se encuentran ya en secundaria o bachillerato,
no reciben educación en su propia lengua ni respecto de su cultura. Si en cambio la
modalidad que los atiende es la indígena, muchas veces los docentes no hablan la
lengua de la comunidad, y tienen una formación a menudo inferior a la de otros
docentes. Si la modalidad que los atiende pertenece a CONAFE, esta institución ha
abandonado el enfoque intercultural y bilingüe y por lo mismo la educación que ofrece
no es ni cultural ni lingüísticamente pertinente, con el agravante de que los que fungen
como docentes son egresados de secundaria o bachillerato y que la comunidad debe
encargarse de su alimentación y alojamiento. La obligatoriedad de la educación media
superior se ha traducido en una oferta de gran pobreza, que las comunidades indígenas
comparten con las rurales dispersas mestizas, en la forma del telebachillerato
comunitario.
22
e) Formación de los docentes del sistema educativo nacional no ha atendido la
especificidad de la educación indígena (intercultural y bilingüe) ni los requerimientos
de la educación intercultural para toda la población. Quienes van a trabajar en
poblaciones indígenas hasta hace muy poco eran en general reclutados con
bachillerato, enviados al aula después de seis semanas de formación, y
“profesionalizados” mediante un sistema semiescolarizado ofrecido por la Universidad
Pedagógica Nacional. Los que ahora ingresan con licenciatura en general no han
contado con espacios para formarse en la especificidad de la educación bilingüe y
pertinente culturalmente, pues apenas 22 normales cuentan con la licenciatura en
educación preescolar o primaria intercultural bilingüe, y a ésta incluso ya se le quitó el
calificativo de intercultural. En ningún caso se enseña la lengua propia para lograr su
dominio, a pesar de que después se les demandará ofrecer una educación bilingüe. En
general se forman en escuelas normales que no les ofrecen una formación específica.
Ya en servicio, tienen escasas oportunidades de formación continua y de apoyo
pedagógico en su propia escuela. Por su parte, quienes se forman para ser docentes en
los diversos niveles educativos carecen por completo de oportunidades para formarse
en un enfoque intercultural.
23
impacto en el perfeccionamiento de la lengua, el conocimiento de su cultura y el orgullo
de pertenecer a un pueblo indígena.
24
LISTA DE SIGLAS Y ACRÓNIMOS
25