Síndrome de La Carencia Afectiva
Síndrome de La Carencia Afectiva
Síndrome de La Carencia Afectiva
El síndrome de la carencia afectiva es la percepción por parte del niño de que éste no se está
recibiendo la suficiente atención y afecto de los demás (generalmente de sus padres).
Este síndrome se puede basar en dos supuestos:
Esto trae consecuencias en la vida adulta pues la persona no es capaz de reconocer cuando recibe amor
por parte de otros.
Sin embargo ciertas personas que han sufrido abusos o maltrato físico y/o psíquico pueden presentar
este síndrome también.
Si una persona ha sido maltratada por mucho tiempo tendrá una tendencia mayor hacia el apego y una
predisposición a padecer este síndrome.
Pero no hay que detenerse en esta información básica, sino que hay que ir un poco más allá y poder
realizar una evaluación de todo el contexto del niño: ¿Qué tipo de familia tiene? ¿Fue un hijo
buscado/deseado por sus padres? ¿Tiene hermanos, primos, etc? ¿Con quién vive el niño? ¿Cómo se
desenvuelve en la escuela? ¿Presenta algún problema allí?
Todas las preguntas posibles serán necesarias para poder llegar a un conocimiento más profundo y
particular de lo que a ese niño lo aqueja y que lo ha llevado a desarrollar este síndrome.
Con frecuencia el síndrome de la carencia afectiva se puede presentar en familias ocupadas (que
trabajan muchas horas, fines de semana o padres que viajan a menudo por negocios, padres
divorciados, etc) y que no tienen tiempo suficiente para pasar unas horas a la semana con su hijo.
De este modo el niño comienza a sentir que ese adulto (padre o madre) no lo quiere, lo que refuerza
su baja autoestima en formación.
Esto produce un estado de ansiedad y tristeza pues el niño no comprende las razones que el adulto tiene
para no prestarle atención.
Sin embargo esta escena sólo puede representar un acontecimiento de descuido o abandono que los
propios padres han sufrido cuando eran pequeños y este suceso solo representa inconscientemente algo
que ellos mismos han vivido y que ahora reproducen con sus propios hijos.
Como consecuencias a mediano y largo plazo, los niños con síndrome de carencia afectiva pueden
llegar a comportarse como adultos verdaderamente sufridos a la pesca de una cuota de amor por parte
de otra persona.
También son adultos dependientes que no se han desarrollado plenamente. A nivel emocional pueden
manifestar su amor en exceso (por la carencia que sienten del entorno) o también pueden necesitar
incansablemente la demostración del amor que no han recibido de niños.
Demostrar el amor y pasar tiempo con los niños es una de las técnicas más sencillas para que el niño
se sienta querido.
Pero también (en caso que por cuestiones de fuerza mayor o laborales no se pueda pasar mucho tiempo
con el niño) lo ideal es poder conversar sobre esta situación (aunque esto no resolverá el problema en
lo inmediato, el niño tendrá una respuesta lógica sobre los motivos por lo que su padre o madre no pasa
tiempo con él).