Carga y Deuda

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OBLIGACIONES QUE APARECEN CON LA MUERTE DEL

CAUSANTE
1. CARGAS DE LA HERENCIA

Se ha señalado ya con anterioridad que la liquidación de una sucesión sigue un


estricto orden. En primer lugar, está el compromiso que tienen los sucesores de
pagar lo que el Código denomina cargas, luego de ello deberán afrontarse las
deudas, para luego efectivizar el pago de la legítima, y por último, los legados.
Pudiera darse el caso de que si por pagar deudas de la herencia, no hay cómo
pagar legítima ni legados, pues todo el activo fue comprometido para el pago de
estas deudas, entonces no deberá ser atendido ni legitimario ni legatario, pues
ellos no tendrán derecho a reclamar estos beneficios.

Las cargas están referidas a los gastos ocasionados como consecuencia directa
de la muerte del causante, obligaciones, como le llama Héctor Goyera, que nacen
después de la muerte del autor de la herencia. Otros refieren que se trata de
obligaciones derivadas del propio desenvolvimiento de la herencia, tales como el
pago por inventario, tasación, honorarios del administrador y demás.

Nuestro Código Civil, en su artículo 869, señala que los gastos que se computan
como cargas serán a cuenta de la masa hereditaria.

1.1. GASTOS DE FUNERAL, Y EN SU CASO, LOS DE INCINERACIÓN QUE


SE PAGAN PREFERENTEMENTE

Sobre el particular, diremos que es el primer pago, necesario y urgente, que de


inmediato deberá ser afrontado por el albacea, o directamente por los sucesores,
pago que afecta el patrimonio hereditario.

1.2. GASTOS DE LA ÚLTIMA ENFERMEDAD DEL CAUSANTE

Sobre esta carga, deja mucho que desear el que se considere como tal, en virtud
de que en puridad estas obligaciones se dan cuando el causante está vivo, y por
lo tanto, debería comprenderse como deudas de la herencia; sin embargo, el
legislador ha considerado prudente considerarlos como cargas, en tanto que son
pagos a realizarse con preferencia a otros que puedan presentarse. Empero, es
de observar que no se establece término alguno, lo cual podría llevar a considerar
gastos de la última enfermedad del causante remontándose a muchos años antes
de que se produzca el deceso, lo que terminaría afectando a los sucesores. Por
ello, incluso el maestro Rómulo Lanatta, consideró que estos gastos no deberían
superar los 6 meses antes de la muerte del causante, propuesto con las que
mostramos conformidad.

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1.3. GASTOS DE ADMINISTRACIÓN

Comprendiéndose dentro de este rubro, los gastos derivados de la función del


albacea, del administrador o de los judiciales, relativos a la sucesión.

2. GASTOS DE ALIMENTACIÓN A FAVOR DE PERSONAS QUE HAYAN


VIVIDO EN CASA DEL CAUSANTE

El artículo 870 del Código Civil, regula esta carga que resulta peculiar, en tanto
que está referida a los alimentos de la persona que sin ser necesariamente
familiar del causante, ha sido atendido por este, al darle vivienda, y alimentación,
debido a razones personalísimas, e incluso de honda sensibilidad social del
causante; pues bien, muerto este, quizás los herederos no comulgan con esta
sensibilidad, suerte de solidaridad social, y pretendan deshacerse de aquel que se
alimentó a costa del causante. En esa circunstancia, surge el derecho de este a
solicitar a la sucesión que continúe la atención y hasta por tres meses, y de no
verificarse ello, tendrán derecho de demandar a la sucesión para el pago de lo que
represente esa alimentación.

Observamos de esta norma, que contiene una suerte de legado legal, pues se
trata de un beneficio económico a favor del interesado, que grava la masa
hereditaria; cierto es que este beneficio económico no lo dejó establecido el
causante, pues si así hubiera sido, estaríamos ante la presencia del legado de
alimentos. Sin embargo, es la ley la que está reconociendo este derecho a favor
de aquel que no siendo sucesor, puede exigir el pago de estos alimentos; empero,
la norma no ha previsto el tiempo de convivencia del tercero con el causante, para
que nazca esta suerte de derecho, en todo caso, quedará a criterio del juez
evaluar caso por caso.

OBLIGACIONES CONTRAÍDAS POR EL CAUSANTE Y QUE SE


TRANSMITEN POR HERENCIA
1. DEUDAS DE LA HERENCIA

Se trata de obligaciones contraídas por el causante, las que a su muerte se


encuentran impagas, obligaciones que por el fenómeno de la sucesión, ahora
deben ser asumidas por los sucesores del causante. Para ello, se debe tener
presente lo revisado sobre los límites de la responsabilidad limitada de los
herederos, quienes, ahora, asumen esas obligaciones en proporción a su
participación en la herencia. En efecto, el artículo 1218 del Código Civil señala: "La
obligación se transmite a los herederos, salvo cuando es inherente a la persona, lo
prohíba la ley o se ha pactado en contrario".

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CARACTERISTICAS:

• Son obligaciones del causante al momento de su deceso


• son obligaciones contraídas por el causante, las que a su muerte se
encuentran impagas.
• Las deudas que se refiere en el CC. son solamente transmitibles, pues las
personalísimas no son objeto de transmisión

DEDAS PERSIGUEN

PRIMERO: Los bienes de propiedad del causante

SEGUNDO: Los bienes en el condominio de los herederos.

TERCERO: La propiedad individual de cualquiera de los herederos cuando se


efectué la partición

2. PREFERENCIA DE LOS ACREEDORES DEL CAUSANTE

Señala el artículo 872 que los acreedores del causante tienen preferencia para ser
pagados con cargo a la masa hereditaria, respecto a los acreedores de los
herederos, regla que resulta obvia, pues si los acreedores que fueron del causante
y ahora lo son de la sucesión tienen preferencia sobre los mismos herederos, con
mayor razón, tendrán preferencia sobre los acreedores de los herederos; sin
embargo, el legislador ha creído necesario su tratamiento.

3. HEREDERO PUEDE PEDIR QUE ANTES DE PARTICIÓN SE PAGUEN


DEUDAS

El heredero tiene la facultad de solicitar que el pago de las deudas de la herencia,


que estén debidamente acreditadas y que carezcan de garantía real, sean
pagadas o se asegure su pago antes de la partición (artículo 873). Ahora bien, se
entiende la norma en tanto que resulta de interés y conveniencia para el heredero

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que se salden todas las deudas existentes, antes de efectuar la división del
patrimonio hereditario; esto posibilita que reciban bienes sin compromiso alguno, o
con el riesgo de que luego de recibir bienes de la herencia, deba comprometerlos
para hacer frente al pago de obligaciones; en consecuencia, el heredero piensa
que una partición estará totalmente saneada si no tiene que reservar parte de los
bienes que recibirá para pagos futuros.

4. ES DEUDA ALIMENTARIA EL PAGO A FAVOR DEL HIJO ALIMENTISTA

La regla contemplada en el artículo 874 del Código Civil, parte del supuesto de la
obligación alimentaria a la que estaba sometido el causante en vida, como
resultado de un juicio de alimentos promovido por el extramatrimonial no
reconocido ni declarado, pero que probó que su madre tuvo trato íntimo en la
época de la concepción con el causante; en esa circunstancia, se fijó alimentos a
favor de este alimentista tal como lo regula el artículo 415 del Código Civil. Ahora
bien, en vida del causante, este estuvo pagando dicha prestación, pero al ocurrir
su deceso, esta obligación será asumida por sus herederos, ya que el legislador la
considera como una deuda de la herencia, pasivo que afecta a la masa hereditaria
.y que debe ser atendido según los parámetros del articulo 874.

La precitada norma refiere que los herederos del causante tienen una opción para
hacer frente con esta deuda. En efecto, o asume uno de estos la obligación
alimentaria, pudiendo asegurarse su pago por hipoteca u otra garantía, lo que
implica que este heredero, seguro por disposición del causante o porque así
acordaron los herederos, ahora tendrá que pagar la prestación alimentaria dentro
de los límites que establece la ley (en este caso, lo previsto en el artículo 417 del
Código Civil, norma ya comentada y que alude a la obligación de los herederos de
pagar los alimentos), en la medida que no supere la cantidad que le hubiera
correspondido al alimentista de haber sido reconocido o declarado.

La otra opción está referida a que los herederos calculen el monto de la pensión
alimenticia durante el tiempo que falta para su extinción, y entreguen al alimentista
o a su representante legal, el capital representativo de la renta. Este capital estará
sujeto a los límites de la ley, esto es, la edad hasta la que dura el derecho
alimentario (18 años conforme al artículo 415), lo que le hubiera correspondido al
alimentista de haber sido reconocido o judicialmente declarado, tal como lo
establece el numeral 417, y en sede testamentaria, el límite está referido al
importe de la cuota de libre disposición, que como sabemos por la existencia del
artículo 728, la porción disponible queda afectada hasta donde sea necesario para
pagar la obligación alimentaria. Al respecto, señalamos que alcanzado cualquiera
de estos límites, se habrá extinguido el derecho del alimentista, debiendo reiterar
un concepto ya trabajado, el cual está referido a que estos pagos no tienen el

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carácter de alimentos, esto es, no constituyen una verdadera prestación
alimentaria, sino que son considerados como desembolsos correspondientes a
una deuda u obligación generada por el mismo causante.

5. ACREEDOR DE LA HERENCIA PUEDE OPONERSE A LA PARTICIÓN

Conocemos la preferencia del acreedor de la sucesión en cuanto al cobro de las


deudas, por lo tanto, lo aconsejable es que la partición no se lleve adelante
mientras no se hayan pagado estas, y si los herederos pretenden realizarla,
entonces la ley faculta al acreedor para la oposición a esta, mientras no se le
pague o se le asegure su pago. En efecto, el artículo 875 refiere que el acreedor
de la herencia puede oponerse a la partición y al pago, o entrega de los legados,
mientras no se le satisfaga su deuda (debió decir crédito) o se le asegure su pago.

Se dictan reglas procesales para viabilizar la oposición, y así se señala que la


oposición se ejerce a través de demanda o como tercero con interés en el proceso
existente, de ser el caso, y que también puede demandar la tutela preventiva de
su derecho, todavía no exigible.

6. PARTICIÓN SE REPUTA NO HECHA

Se regula el supuesto de la partición realizada, pese a no haberse pagado la


deuda ni asegurado su pago. En esa circunstancia, el artículo 876 señala que esa
partición, en cuanto a los derechos del oponente (acreedor), se reputará no
realizada, esto es, que el acreedor podrá iniciar las acciones legales del caso,
como si no existiera partición (acciones tales como la revocatoria, subrogatoria).

7. HEREDERO QUE PAGA DEUDA DE HERENCIA

Deuda de la herencia debidamente acreditada y cuyo pago ha sido efectuado en


su totalidad por el heredero, o que hubiese sido ejecutado por ella. En este
supuesto, tiene derecho a ser resarcido por sus coherederos en la parte
proporcional que a cada uno de ellos corresponda. En efecto, tal como lo manda el
artículo 877, y en atención a que las deudas se transmiten a los herederos,
quienes resultan obligados a pagar éstas de acuerdo a la cuota hereditaria que les
corresponde, en esa medida, si uno solo de estos herederos resulta pagando el
total de esa deuda, justo es, que los coherederos que no participaron en el pago,
deban entregar al heredero que pagó lo que le corresponde según su participación
en la herencia.

Ahora bien, si uno de los coherederos fuere insolvente al momento del pago, en
este caso, señala el artículo 878 del Código Civil, norma que debemos concordar
con lo dispuesto por el artículo 1204 del mismo cuerpo de leyes, se perjudican a

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prorrata el heredero que pagó como sus coherederos; en otras palabras, si alguno
de los coherederos es insolvente, su porción se distribuye entre los demás

8. LEGATARIO NO ASUME DEUDAS DE LA HERENCIA

Una de las diferencias sustantivas con el sucesor a título universal (heredero) y el


sucesor a título particular (legatario), está referida a que el primero hace suyas las
deudas de la herencia porque entra en la posición jurídica del causante, mientras
que el segundo no está obligado a pagar las deudas de la herencia, salvo que el
testador expresamente lo haya establecido, y no está obligado, pues como
sabemos el legatario no sucede al causante, solo es llamado a recoger un bien o
parte de un bien singular, Así lo encontramos en el artículo 879 que a la letra
señala: "El legatario no está obligado a pagar las deudas de la herencia, salvo
disposición contraria del testador. Si hubiera pagado alguna deuda debidamente
acreditada y que grave específicamente el bien legado, deberá resarcírsele por los
herederos lo que hubiere pagado."

9. HEREDERO O LEGATARIO ACREEDOR DEL CAUSANTE

El artículo 880 del Código Civil alude a este tema, y señala que el heredero o
legatario que fuere acreedor del causante conserva los derechos derivados de su
crédito, sin perjuicio de la consolidación qué pudiera operar. En efecto, no existe
incompatibilidad en la calidad de sucesor y acreedor a la vez, en ese sentido, si el
causante instituye a su acreedor como su heredero, este conserva dos calidades
en una misma persona: la de sucesor del causan-te y mantiene la de acreedor del
que ahora es su causante. Ahora bien, la misma norma alude a que, en este caso,
puede efectuarse la consolidación, la que como señala Osterling, puede operar en
toda la obligación o en parte de ella. Al respecto, refiere: "... es frecuente sin
embargo que este medio de extinguir la obligación opere tan solo en forma parcial
y que deje subsistente parte de la deuda". Sigue señalando este autor que ello se
presenta con relativa frecuencia en sucesiones, y consigna un ejemplo,
refiriéndola a una masa hereditaria de 90 con 3 herederos, y uno de ellos resulta
siendo acreedor del causante por 30, entonces a título de sucesor lo que le
corresponde recibir de esos 90, son 30; sin embargo, en su calidad de sucesor
asume parte de esa deuda. En este caso, asume 10 como deuda, por lo que el
heredero termina siendo acreedor y deudor (de 10) a la vez, por lo tanto, se
produce la confusión o consolidación por 10, esto es, solo por parte de la deuda.
En conclusión, recibe 20 como heredero pudiendo exigir a sus coherederos 10 a
cada uno, coherederos que por la sucesión, ahora, se han convertido en
deudores.

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