Carga y Deuda
Carga y Deuda
Carga y Deuda
CAUSANTE
1. CARGAS DE LA HERENCIA
Las cargas están referidas a los gastos ocasionados como consecuencia directa
de la muerte del causante, obligaciones, como le llama Héctor Goyera, que nacen
después de la muerte del autor de la herencia. Otros refieren que se trata de
obligaciones derivadas del propio desenvolvimiento de la herencia, tales como el
pago por inventario, tasación, honorarios del administrador y demás.
Nuestro Código Civil, en su artículo 869, señala que los gastos que se computan
como cargas serán a cuenta de la masa hereditaria.
Sobre esta carga, deja mucho que desear el que se considere como tal, en virtud
de que en puridad estas obligaciones se dan cuando el causante está vivo, y por
lo tanto, debería comprenderse como deudas de la herencia; sin embargo, el
legislador ha considerado prudente considerarlos como cargas, en tanto que son
pagos a realizarse con preferencia a otros que puedan presentarse. Empero, es
de observar que no se establece término alguno, lo cual podría llevar a considerar
gastos de la última enfermedad del causante remontándose a muchos años antes
de que se produzca el deceso, lo que terminaría afectando a los sucesores. Por
ello, incluso el maestro Rómulo Lanatta, consideró que estos gastos no deberían
superar los 6 meses antes de la muerte del causante, propuesto con las que
mostramos conformidad.
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1.3. GASTOS DE ADMINISTRACIÓN
El artículo 870 del Código Civil, regula esta carga que resulta peculiar, en tanto
que está referida a los alimentos de la persona que sin ser necesariamente
familiar del causante, ha sido atendido por este, al darle vivienda, y alimentación,
debido a razones personalísimas, e incluso de honda sensibilidad social del
causante; pues bien, muerto este, quizás los herederos no comulgan con esta
sensibilidad, suerte de solidaridad social, y pretendan deshacerse de aquel que se
alimentó a costa del causante. En esa circunstancia, surge el derecho de este a
solicitar a la sucesión que continúe la atención y hasta por tres meses, y de no
verificarse ello, tendrán derecho de demandar a la sucesión para el pago de lo que
represente esa alimentación.
Observamos de esta norma, que contiene una suerte de legado legal, pues se
trata de un beneficio económico a favor del interesado, que grava la masa
hereditaria; cierto es que este beneficio económico no lo dejó establecido el
causante, pues si así hubiera sido, estaríamos ante la presencia del legado de
alimentos. Sin embargo, es la ley la que está reconociendo este derecho a favor
de aquel que no siendo sucesor, puede exigir el pago de estos alimentos; empero,
la norma no ha previsto el tiempo de convivencia del tercero con el causante, para
que nazca esta suerte de derecho, en todo caso, quedará a criterio del juez
evaluar caso por caso.
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CARACTERISTICAS:
DEDAS PERSIGUEN
Señala el artículo 872 que los acreedores del causante tienen preferencia para ser
pagados con cargo a la masa hereditaria, respecto a los acreedores de los
herederos, regla que resulta obvia, pues si los acreedores que fueron del causante
y ahora lo son de la sucesión tienen preferencia sobre los mismos herederos, con
mayor razón, tendrán preferencia sobre los acreedores de los herederos; sin
embargo, el legislador ha creído necesario su tratamiento.
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que se salden todas las deudas existentes, antes de efectuar la división del
patrimonio hereditario; esto posibilita que reciban bienes sin compromiso alguno, o
con el riesgo de que luego de recibir bienes de la herencia, deba comprometerlos
para hacer frente al pago de obligaciones; en consecuencia, el heredero piensa
que una partición estará totalmente saneada si no tiene que reservar parte de los
bienes que recibirá para pagos futuros.
La regla contemplada en el artículo 874 del Código Civil, parte del supuesto de la
obligación alimentaria a la que estaba sometido el causante en vida, como
resultado de un juicio de alimentos promovido por el extramatrimonial no
reconocido ni declarado, pero que probó que su madre tuvo trato íntimo en la
época de la concepción con el causante; en esa circunstancia, se fijó alimentos a
favor de este alimentista tal como lo regula el artículo 415 del Código Civil. Ahora
bien, en vida del causante, este estuvo pagando dicha prestación, pero al ocurrir
su deceso, esta obligación será asumida por sus herederos, ya que el legislador la
considera como una deuda de la herencia, pasivo que afecta a la masa hereditaria
.y que debe ser atendido según los parámetros del articulo 874.
La precitada norma refiere que los herederos del causante tienen una opción para
hacer frente con esta deuda. En efecto, o asume uno de estos la obligación
alimentaria, pudiendo asegurarse su pago por hipoteca u otra garantía, lo que
implica que este heredero, seguro por disposición del causante o porque así
acordaron los herederos, ahora tendrá que pagar la prestación alimentaria dentro
de los límites que establece la ley (en este caso, lo previsto en el artículo 417 del
Código Civil, norma ya comentada y que alude a la obligación de los herederos de
pagar los alimentos), en la medida que no supere la cantidad que le hubiera
correspondido al alimentista de haber sido reconocido o declarado.
La otra opción está referida a que los herederos calculen el monto de la pensión
alimenticia durante el tiempo que falta para su extinción, y entreguen al alimentista
o a su representante legal, el capital representativo de la renta. Este capital estará
sujeto a los límites de la ley, esto es, la edad hasta la que dura el derecho
alimentario (18 años conforme al artículo 415), lo que le hubiera correspondido al
alimentista de haber sido reconocido o judicialmente declarado, tal como lo
establece el numeral 417, y en sede testamentaria, el límite está referido al
importe de la cuota de libre disposición, que como sabemos por la existencia del
artículo 728, la porción disponible queda afectada hasta donde sea necesario para
pagar la obligación alimentaria. Al respecto, señalamos que alcanzado cualquiera
de estos límites, se habrá extinguido el derecho del alimentista, debiendo reiterar
un concepto ya trabajado, el cual está referido a que estos pagos no tienen el
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carácter de alimentos, esto es, no constituyen una verdadera prestación
alimentaria, sino que son considerados como desembolsos correspondientes a
una deuda u obligación generada por el mismo causante.
Ahora bien, si uno de los coherederos fuere insolvente al momento del pago, en
este caso, señala el artículo 878 del Código Civil, norma que debemos concordar
con lo dispuesto por el artículo 1204 del mismo cuerpo de leyes, se perjudican a
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prorrata el heredero que pagó como sus coherederos; en otras palabras, si alguno
de los coherederos es insolvente, su porción se distribuye entre los demás
El artículo 880 del Código Civil alude a este tema, y señala que el heredero o
legatario que fuere acreedor del causante conserva los derechos derivados de su
crédito, sin perjuicio de la consolidación qué pudiera operar. En efecto, no existe
incompatibilidad en la calidad de sucesor y acreedor a la vez, en ese sentido, si el
causante instituye a su acreedor como su heredero, este conserva dos calidades
en una misma persona: la de sucesor del causan-te y mantiene la de acreedor del
que ahora es su causante. Ahora bien, la misma norma alude a que, en este caso,
puede efectuarse la consolidación, la que como señala Osterling, puede operar en
toda la obligación o en parte de ella. Al respecto, refiere: "... es frecuente sin
embargo que este medio de extinguir la obligación opere tan solo en forma parcial
y que deje subsistente parte de la deuda". Sigue señalando este autor que ello se
presenta con relativa frecuencia en sucesiones, y consigna un ejemplo,
refiriéndola a una masa hereditaria de 90 con 3 herederos, y uno de ellos resulta
siendo acreedor del causante por 30, entonces a título de sucesor lo que le
corresponde recibir de esos 90, son 30; sin embargo, en su calidad de sucesor
asume parte de esa deuda. En este caso, asume 10 como deuda, por lo que el
heredero termina siendo acreedor y deudor (de 10) a la vez, por lo tanto, se
produce la confusión o consolidación por 10, esto es, solo por parte de la deuda.
En conclusión, recibe 20 como heredero pudiendo exigir a sus coherederos 10 a
cada uno, coherederos que por la sucesión, ahora, se han convertido en
deudores.