Derecho de Acrecer
Derecho de Acrecer
Derecho de Acrecer
1. ¿QUE ES?
El derecho de acrecer es una consecuencia lógica del poder expansivo del que
goza todo heredero como derecho propio y vocación a la totalidad de la herencia.
Es una institución legal que tiene lugar cuando varios herederos concurren a una
misma herencia sin determinación de partes o en partes iguales y alguno de ellos
no quiere o no puede recibir su cuota.
Se critica a esta teoría porque se afirma que solo tendría eficacia en la sucesión
testamentaria pero no en la sucesión legal, dado que la única fuente sería la
voluntad del causante. Por la fuerza de las cosas, como señalan los profesores
Domínguez, la voluntad se presenta también en la sucesión intestada, aunque su
reglamentación está referida solo a la sucesión testamentaria. El fundamento del
derecho de acrecer en la sucesión intestada descansa en el mismo orden a
heredar establecido por la ley. Además solo valdría cundo el llamamiento se hace
en conjunto, lo cual constituye un presupuesto expreso y no tácito.
Según esta teoría la voluntad del testador no crea el derecho de acrecimiento, que
no aparece por el hecho del llamamiento solidario sino porque aquel llamado
acumulativo confiere a los herederos instituidos el derecho inicial a toda la
herencia. El derecho de acrecimiento proviene de la ley porque los coherederos
tienen vocación a la universalidad, o a la totalidad, de la herencia.
Muerto José Rivas, su hijo Felipe, quien tiene esposa pero carece de
descendientes, renunció a la herencia de su padre. ¿A quién corresponderá
la cuota hereditaria que pudo corresponder a Felipe de no haber renunciado
a la herencia de su padre?
El artículo 774 del Código Civil señala: «Si varios son instituidos en la
totalidad de los bienes sin determinación de parte o en partes iguales, y
alguno de ellos no quiere o no puede recibir la suya, ésta acrece las de los
demás, salvo el derecho de representación».
a) Que exista concurrencia plural de herederos, pues si hubiere uno solo, este
derecho no tendría objeto.
b) Que la institución de herederos se haya hecho sin determinación de partes o
en partes iguales, lo que ocurre siempre que se trata de herederos forzosos
(arts. 723, 729 y 733 del CC). Tratándose de herederos voluntarios podría el
testador otorgarles cuotas diferentes de la herencia, en cuyo caso no tendría
lugar el ejercicio de este derecho. Los legatarios, como son instituidos a título
particular, carecen de este derecho como regla aunque sí por excepción en el
caso que plantea el artículo 775 del Código Civil, es decir, cuando los legados
inciden sobre un mismo bien o bienes indivisos, sin determinación de partes.
Así lo señala expresamente el artículo 777 del Código Civil. Ahora bien, tal norma
no puede ser de aplicación para el caso de los herederos forzosos, que como ya lo
hemos mencionado, su derecho deriva de la ley y no del testador, limitándose este
a reconocer tales derechos, dentro de los cuales se encuentra la acrecencia, mas
si la norma es de perfecta aplicación para el caso del heredero voluntario, en tanto
que este convocado responde a una liberalidad del testador, quien no está
obligado a hacerlo, además que la existencia del heredero voluntario, presupone
ausencia Cíe los herederos forzosos. Por ello, el testador al ser libre de disponer
de su patrimonio en la forma que crea conveniente, puede instituir la figura de la
sustitutión para algún o algunos de los herederos voluntarios convocados. Esto
trae como consecuencia, que ante la inhabilidad del heredero voluntario, su cuota
que le hubiera correspondido, no aumenta la de los otros herederos voluntarios,
sino que esa cuota pertenezca ahora al sustituto.
El artículo 775 del Código Civil refiere: "Cuando un mismo bien es legado a varias
personas, sin determinación de partes y alguna de ellas no quiera o no pueda
recibir la que le corresponde, esta acrecerá la parte de las demás". Repárese que
se trata de un caso singular, pues de ordinario, como ya lo hemos señalado, los
legatarios no tienen el derecho de acrecencia; sin embargo, ante una situación
particular, en donde se aprecia la voluntad del testador de beneficiar a todos por
igual (pues de caso contrario lo hubiera, manifestado), y al no ser hábil uno de
ellos, resulta pertinente que los que si son hábiles, aumenten su participación con
lo que le hubiera correspondido al legatario que no quiso aceptar la herencia,
porque renunció, o que no pudo aceptar la herencia, porque murió antes que el
causante o fue excluido de la sucesión por indignidad.