Lo Lúdico en Cuestión. Juguetes y Juegos Indígenas

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e e ie e

Lo lúdico en cuestión
juguetes y juegos indígenas

foto Moema Costa

assis da Costa Oliveira


Jane Felipe Beltrão
Rita de Cássia domingues-Lopes

Juguetes y juegos tomados en serio


Juguetes como objetos l’dicos-infantiles procedentes de las sociedades indígenas son
artefactos, no necesariamente numerosos, en las colecciones etnográicas de las reser-
vas técnicas de los museos y universidades. Aunque no hayan sido recolectados o recogi-
dos a partir de investigaciones que tuvieran por objeto las relaciones sociales referentes
al mundo del juego o el universo del niño1, espacio en el que a menudo los juguetes se

. )nfancia es aquí percibida como noción distinta al concepto de niño. Así, mientras la infancia es la concep-
ción o representación social de determinado período inicial de la vida, los niños son los sujetos insertados
en esta condición Ferreira, .

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inscriben, los artefactos depositados en las reservas fueron recogidos dentro de pro-
puestas volcadas hacia los temas más candentes de la etnología indígena en Brasil, a
saber: los estudios de organización social y los contactos interétnicos que marcaron los
años y del siglo XX.

Los artefactos bajo la custodia de la reserva técnica del Laboratorio de Antropología


Arthur Napoleón Figueiredo, de la sniversidad Federal de nará sFnA , no escapan a la
regla. El reconocimiento de la diicultad relativa a la limitación producida por la colec-
ción no constituye un obstáculo para que se tomen en serio los juguetes y se los corre-
lacionen a los juegos que se describen en la literatura antropológica sobre el tema.

El diálogo con los artefactos se realiza a partir del registro de las piezas de la reserva,
lo que abre la posibilidad de análisis técnico a partir de la manipulación, la fotografía y
el dibujo de observación en detalle tanto del objeto en sí, como de partes del objeto
seg’n la necesidad de comprensión. nor lo tanto, la reserva técnica es el sitio de trabajo
de campo. Simultáneamente, se extiende el campo hacia la literatura antropológica
en busca de descripciones de objetos existentes en la reserva o piezas semejantes . Se
parte de la obra de los profesionales que han constituido las colecciones para, a conti-
nuación, alcanzar las referencias etnográicas presentes en las colecciones de los regis-
tros ubicados en las páginas de las instituciones relevantes en internet y en los trabajos
de etnología indígena e incluso no indígena, rastreando imágenes y descripciones de
la vida cotidiana de las sociedades que puedan indicar la fabricación y/o uso de objetos
analizados u objetos similares.

El trabajo de campo, como se airma en la tradición antropológica, se llevó a cabo entre


los Xikrin ubicados en la aldea aateté, en el actual municipio de narauapebas, estado de
nará. El procedimiento indiciario Ginzburg, adoptado permite ensayar una etno-
grafía de los objetos, a través de lo cuales se puede hacer una lectura de la representa-
ción y la sociabilidad sociocultural de los grupos generacionales, especialmente el de los
niños, pues los juguetes permiten ir más allá de los que producen los objetos o juegan
con ellos.

La b’squeda de lo l’dico, para los propósitos de este ejercicio académico, se hizo a par-
tir de la colección etnográica bajo custodia de la sFnA, donde hay juguetes en un
universo de artefactos. Los artefactos son de cuatro sociedades indígenas: ocho
juguetes Anambé, cuatro artefactos Suyá, una sola pieza rrumai y nueve juguetes Xikrín.
(echos en arcilla, madera o ibras vegetales trenzadas, se presentan como miniaturas de
arcos, lechas, sonajeros, cuchillo y remo rabla . Artefactos que, seg’n la clasiicación
museológica propuesta por Berta Ribeiro , pertenecen a la categoría artesanal
objetos rituales, mágicos y l’dicos , considerados utensilios l’dicos infantiles que ...
comprenden la amplia gama de juguetes de socialización... que enseñan a los niños de
cada sexo a familiarizarse con el patrimonio cultural de cada tribu... [los] objetos [son]
fabricados por adultos, o niños mayores para ocio y placer cotidiano Ribeiro, , p.
. luestra traducción .

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auadro . aategorías Artesanales de la colección etnográica del LAAlF/sFnA

Colección figueiredo
Categorías Colección frikel Colección Galvão & Colección Galvão &
& Vergolino e silva
artesanales (1965) Xikrín1 frikel (1966) trumai2 frikel (1967) suyá3
(1969) anambé4

Juguete/ Miniatura
de arco
Juguete/ Miniaturas
lº. y lº
armas de arcos, lechas y
Juguete/ Miniatura
azagayas lº.
de lecha lº. y
lº.

Juguete zoomorfo
Cerámica de arcilla lº. , lº.
, lº. y lº.

instrumentos Juguete/ Miniatura


Juguete/ Miniatura de
musicales y de de sonajero lº.
sonajero lº.
señalización y lº.

Juguete zoomorfo Juguete de taquara


objetos rituales,
en envira5 lº. y lº. , lº. y
mágicos y lúdicos
lº. lº.

Juguete trenzado aesta paneiriforme6


trenzados
lº. lº.

utensilios e Juguete/ auchillo de


implementos madera lo.
de materiales Juguete/ Miniatura de
eclécticos remo lº.

utensilios e
Juguete/ Miniatura de
implementos de
escoba
madera y otros
lº.
materiales

1
Recogidos por el antropólogo nrotásio Frikel, entre y , junto a los Xikrín del aateté, cuya entrada en la Reserva ocurrió
en . Sobre el tema, consultar Frikel .
2
Recopilado por Eduardo Galvão y nrotásio Frikel en .
3
Los artefactos Suyá fueron recogidos por los antropólogos Eduardo Galvão y nrotásio Frikel en la década de del siglo pasado
en el narque lacional del Xingu. Son juguetes que entraron en la Reserva récnica en . Sobre el tema, consultar Galvão .
4
Recolectados por los antropólogos Arthur lapoleão Figueiredo y Anaíza tergolino e Silva, ingresados a la Reserva récnica en
. Sobre el tema, veriicar Figueiredo y .
5
Envira- Fibra vegetal extraída de algunas árvores. l.r.
6
aesta de base rectangular y borde redondeado. l.r.

En su mayoría, los dibujos y artefactos l’dicos representan miniaturas de objetos cultu-


rales de probada importancia social. La designación miniaturas no asume la caracterís-
tica terminológica de reproducción iel y pasiva de formas normales de las herramien-
tas, sino que muestra la capacidad de ilustración y/o apropiación de los objetos hechos

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en plena conformidad con las especiicidades infantiles y para la utilización privilegiada
por este grupo generacional. Las miniaturas permiten la comprensión, aunque parcial,
de los materiales utilizados para la socialización y la caracterización de los elementos
identitarios de la niñez nativa.

Es importante tener en cuenta que la expresión nativa juego se inserta en una querella
de deiniciones, seg’n bumazedier , o en una iesta de conceptos tianna, . En
las sociedades occidentales, el juego no es una categoría rígida, tampoco es una categoría
deinida del comportamiento2. Mediante el uso de la expresión, se puede referir tanto al
juego en sí, como al trabajo profesional que, a pesar de la contradicción, puede ser placen-
tero. Se observa que abarca una amplia gama de situaciones, pasando, incluso, por obliga-
ciones, como cumplir con las obligaciones familiares visitas a familiares , ir a los servicios
religiosos, espacio de sociabilidad donde se encuentran los amigos. Juego es el término
utilizado para indicar las interrupciones en la faena diaria, cortas o largas, pero faena no
indica necesariamente trabajo, puede ser estudio o, incluso, la interrupción del juego.

La relación conceptual entre juego y ocio, establecidos como antónimos de trabajo/labor,


es, en las sociedades occidentales, situación que surgió en la época moderna, con el cam-
bio de la función del ocio. Era, en la Grecia y en la Roma antiguas, y también en la Edad
Media, una condición privilegiada para la realización de acciones políticas y militares, sen-
tido desplazado con el ascenso del modelo socioeconómico del capitalismo y la difusión
de las industrias, hacia la idea de trabajo, entendido como acción continua de producción
de determinados bienes de uso/consumo con valor en sí mismo y valor de cambio.

En el caso de los pueblos indígenas, se sabe que no necesariamente las actividades re-
lacionadas al juego y los juegos se limitan a los momentos de interrupción de la rutina,
puesto que, como no hay espacio formal para el aprendizaje, antes o después de la llega-
da de los blancos, la aldea y el territorio son espacios de sociabilidad y educación, donde
los eventos sociopedagógicos se llevan a cabo, por ejemplo, camino de la roza, en el bos-
que, en el río, mientras se practican actividades de rutina, porque se aprende haciendo.

de la sociabilidad a la identidad: ampliando la concepción de juguetes y


juegos
La sociabilidad – como posibilidad de establecer redes de relaciones sociales – se pre-
senta de una manera ’nica en cada sociedad, vinculada a la forma en que se expresa
la organización del tiempo y del espacio, condición simbólica en la que las personas se
ubican y se posicionan en el mundo social lunes, b . Los juegos representan parte
del espacio-tiempo de sociabilidad socioculturalmente construida. Sus signiicados mi-
den no sólo la dinámica de la interacción social, sino la lógica de la representación y del
desarrollo de la persona, pues los mecanismos de interacción lúdicas se pueden traducir

. En la concepción del folclore, el juego es entretenimiento, con o sin melodía o coreografía. Sobre el tema,
véase aâmara aascudo .

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como mecanismos de gestión y acción de/sobre individuos operados/legitimados por el
planteamiento de ciertos valores, intereses y ines.

En muchas sociedades, la narración de historias, los juegos de corro, jugar a la casita,


jugar con volantes o canicas , volar una cometa, cantar, correr, jugar, entre otras op-
ciones, representan formas de interacción l’dicas traducidas interculturalmente como
juegos3. ral vez, al interrogar a los niños e incluso a los adultos sobre el tema, estos no
vayan a tener diicultades al enumerar los juguetes que utilizan y los juegos en los que
participan, según el universo en el que se insertan. Los adultos, en los juegos, pueden
estar como jugadores4 o ser integrados como coadyuvantes, supervisores, productores
de juguetes y profesores, entre los muchos papeles que tienen a la hora de jugar. El jue-
go es el correspondiente nativo al ocio, y, como una política p’blica, es el ocio en vista
del experto popular5 o del sujeto que juega.

Entre los niños indígenas, los juegos se presentan en los relatos etnográicos a través de la
comparación intercultural que acent’a casi siempre caliicaciones de mayor libertad de ac-
ción e interacción en el grupo de pares y con los adultos6. Los juegos tienen funciones socio-
culturales de carácter educativo , para la formación y apropiación de las referencias locales;
l’dico , por la diversión producida con el objetivo de integración social; y de identidad , que
representa el modo como la autonomía, la representación y la socialización de grupos gene-
racionales, especialmente niños, se llevan a cabo en determinado pueblo indígena.

A los niños indígenas les interesa reconocer el lugar desde donde se produce el saber
sobre el niño , el saber del niño y el saber hacerse niño : una compleja interacción del
juego con el espacio experimentado, los lugares que eligen para llevar a cabo acciones en
grupos de pares y las maneras de reapropiación de los lugares/ objetos/discursos tradi-
cionales, las narrativas que expresan los procesos nativos de socialización y desarrollo
humano, porque es en el espacio-tiempo de un determinado territorio y en la deinición
de las representaciones culturales sobre cuerpo y persona que se insertan las condicio-
nes de posibilidad para la inscripción identitaria y etnográica de la/en la niñez indígena.

El saber sobre el niño y el saber del niño se convierten en variantes analíticas que
organizan la bidimensionalidad de la eicacia simbólica de los referentes niño/niñez en

. nara la comprensión de las connotaciones de juego, incluso las nociones populares, consulte: Azevedo
.
. Se utiliza jugador en un sentido amplio, como participante en las iestas populares.
5. Del mismo modo que en las instituciones responsables de la ejecución de las políticas públicas deno-
minadas de ocio o entretenimiento tenemos al animador cultural, en diversos espacios se hallan exper-
tos populares en juegos, el jugador , al que se puede llamar: João fogueteiro , puxador de ladainha ,
cantante de carimbó , narrador o contador de historias, entre muchos otros. Sobre el tema, consultar:
Lévi-Strauss .
6. La aprehensión de la libertad de los niños indígenas, en comparación a los niños no indígenas, señala
otras lógicas de comprensión de la racionalidad de las personas en las primeras etapas de la vida, en con-
traste con los modelos occidentales de incapacidad civil hasta los años de edad. aohn y , lu-
nes y lobre estructuran parámetros nativos y teóricos de comprensión de la circulación de los
niños indígenas por el territorio como condición sociocultural esencial para el aprendizaje y la maduración,
pero nunca para subyugarlos intelectualmente a los adultos.

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determinado contexto social, cuyo entrelazamiento metodológico permite la estructu-
ración de condiciones históricas, políticas y culturales de producción del saber hacerse
niño , un elemento clave para el establecimiento de los modos de producción local de
la identidad de la niñez y las conexiones de la generación con otros marcadores sociales
de la diferencia, como etnicidad, género, clase social y contexto de vida urbano o rural .

territorio(s) y contexto(s)
El concepto nativo de juego, utilizado originalmente por los hablantes de portugués en
la Amazonia, fue re apropiado por otros pueblos étnicos y culturalmente distintos en
la misma región, en el contexto del proceso de colonización y las relaciones interétnicas
decurrentes.

Los hablantes de lenguas indígenas, como los Gavião narkatêjê 7 o los Suruí Aikewára 8,
hacen uso de la palabra juego tanto para referir a los juegos de lecha practicados
diariamente en la aldea, como a los rituales y las iestas que celebran de acuerdo con
sus tradiciones. Y, reiriéndose a los no indígenas, hablan de juegos de blancos para
nombrar las iestas de los blancos. ouizás muy temprano los miembros de ambos gru-
pos han aprendido que la interrupción de la rutina, en portugués, es siempre sinónimo
de juego. m utilicen el término en la esperanza de reducir la carga de desconocimiento y
prejuicios de los blancos respecto de sus costumbres, pues quien sabe si con el uso del
término juego los blancos los vean menos exóticos y más cerca de la humanidad, que,
en principio, se les negó, a pesar de que la traducción intercultural produzca la pérdida
de signiicación sociocultural nativa, especialmente en los ritos de iniciación, como el
nemp 9, que ocurre entre los Gavião narkatêjê . Se supone que la situación no es muy di-
ferente en otras sociedades indígenas, dado el estado de contacto/conlicto interétnico.

lo son pocos los antropólogos que proporcionan información sobre el juego o el ju-
gar en las sociedades indígenas, aunque sus sujetos de investigación no sean necesa-

. Sociedad indígena Jê que habita la Reserva )ndígena Madre María, en el sudeste de nará, en la región
del río rocantins, hablante de lengua ailiada al tronco Macro-Jê, cuyo enfrentamiento con los blancos se
remonta a los años del siglo XX. nara informaciones actualizadas sobre el grupo, utilice Ricardo .
. Sociedad indígena rupí que habita la Zona )ndígena Sororó, en el sudeste de nará, en la región de la
cuenca hidrográica del Araguaia-rocantins, hablante de lengua ailiada al tronco rupí-Guaraní, cuya saga
de convivencia con los blancos fue traumática en función de la Guerrilla del Araguaia, ocurrida en los años
del siglo XX. nara obtener información actualizada sobre el grupo, utilice Ricardo . Acerca de los
juegos entre los Suruí Aikewára, ver: Mastop-Lima .
. El nemp es un rito de pasaje realizado por los Gavião narkatêjê y los Gavião Kyikatêjê , entre otros
pueblos pertenecientes al macro-tronco Jê, como los Kayapó , los Apinayé y los rimbira . El nemp repre-
senta el auge del proceso cultural de formación del cuerpo y la persona, el momento de la transición de ser
niño varón a ser adulto , marcado por reglas y procedimientos estrictos. Los líderes y los viejos tienden a
llamarlo juego serio y hacen analogía a los cuarteles militares para describir la intensidad del rigor reque-
rido en el ritual. )nvestigaciones etnográicas que resaltan el procedimiento y la inalidad sociocultural del
nemp se pueden encontrar en limuendaju y ba Matta .

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riamente los niños10. Las referencias y los cuidados a la hora de recoger datos etnográ-
icos sobre el jugar y el juego están presentes en los manuales antropológicos desde el
establecimiento del lotes and oueries on Anthropology , de , y los resultados se
encuentran en los ítems nombrados iestas y rituales, clases de edades, deportes y jue-
gos, o juguetes, en las monografías clásicas de la etnología brasileña, al igual que aurt
limuendaj’ para hablar sobre los Apinayé :

[los] muchachos Apinayé no tienen ninguna organización como la que tienen


los Ramkôkamekra y Xerénte. nor consiguiente tampoco hacen carreras de
troncos, y nunca los he visto jugar en conjunto otra cosa que volantes de paja
de maíz. Se ven pocos juguetes en sus manos, siendo el más com’n, del quin-
to año en adelante, el arco y la lecha. Los mayores de diez años se re’nen
a veces en la calle de la aldea para practicar el desliz de lechas por el suelo;
aquel cuya lecha vaya más lejos, gana todas las lechas que están detrás. Los
demás juguetes son casi los mismos de los Xerénte; el corrupio 11, el perro
de juguete, cuya cuerda entre los Apinayé tiene un palo, la peonza sonante,
una pequeña peonza de nuez de tucum, iguras de pájaros y otros juguetes
de tiras de paja, iguras de hilo armados entre los dedos y pequeñas iguras
de cera, que representan animales y personas. Les falta el arco sonante de los
Xerénte limuendaju, , p. . luestra traducción .

La situación descrita por limuendaj’, además de informar sobre los Apinayé, ofrece pis-
tas sobre otras sociedades Jê. El antropólogo se reiere, también, a las chicas Apinayé,
señalando que:

... no tienen muñecas y, por consiguiente, también pocos ajuares de jugue-


te. Juegan con una pequeña calabaza alargada y, están tan contentas con
este hijito , como sus compañeras de edad entre los Ramkôkamekra-aane-
las, con sus muñecas de tallo de buriti. No conocen el columpio, pero había en
el campo detrás de la aldea Bacaba un árbol ino y elástico, en el cual subían
a una altura de tres metros y después de inclinarlo con el peso del cuerpo, se
colgaban y, dando fuerte impulso con los pies, eran impelidas hacia arriba por
la fuerza del árbol limuendaju, , p. . luestra traducción .

Los juegos descritos por limuendaj’ se relacionan al contexto sociocultural espe-


cíico en el cual, incluso, reirió la estrecha relación entre abuelas maternas y nietos, ya
que, muchas veces, esta mujer que, por ocasión del nacimiento, fue partera y curadora
del nieto se convierte en tutora y responsable de su socialización, manteniendo, incluso,
el cordón umbilical del niño en una cesta, así como las pertenencias que forman parte de
la memoria de la niñez del nieto.

. Sobre cómo los niños eran y todavía son vistos en estudios antropológicos, consulte: lunes b y
aohn .
. Juguete hecho de una especie de botón con agujeros y un hilo que pasa por los agujero y luego se ata.
El niño coge el hilo con las manos y lo gira para producir sonido. l.r.

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El juego no aparece como un momento sin expresión, sino como una situación ubicada
en el espacio y el tiempo que conforma el escenario de las relaciones sociales, produ-
ciendo representaciones y sociabilidades, lo que indica la forma de integración e inte-
racción de los individuos en el período inicial de la vida. Las recurrentes informaciones
sobre las sociedades indígenas provocan relexiones sobre el hecho de que, a diferencia
de la sociedad brasileña, los adultos indígenas no demuestran tanta ansiedad a pasar,
lo que sea, a los niños. La omnipresencia de los niños en todos los rincones de la casa,
la aldea, entre muchos otros espacios destinados al juego, señala la gran permisividad
de los adultos hacia su comportamiento aohn, y lunes, b , y el activismo de
los niños en el proceso de apropiación y producción de la signiicación cultural nativa a
través de interacciones en grupos de pares y de forma individual, con o sin la presencia
de los adultos, inseridos en la construcción socio-cosmológica local de la persona y del
cuerpo, bases fundamentales para la comprensión de la formación, la socialización y la
transición generacional del universo cultural sobre y de la infancia.

aonsiderando que el n’cleo de la antropología, o la tarea del antropólogo, consiste en


el trabajo de campo, a través del cual tratamos de entender y explicar el modo de vida
de un grupo en particular, aquí tratamos de entender el juego a partir de juguetes de
colecciones etnográicas teniendo por referencia los Xikrín del aateté 12.

Jugando en territorio Xikrín


Las aldeas Xikrín 13 tienen forma circular, semejante a la de las aldeas Kayapó , consis-
ten en unidades residenciales, dispuestas una al lado de la otra y al centro se encuen-
tra mentorodjo plaza , donde está situado ngob , la aasa de los (ombres, donde los
hombres se re’nen para tomar decisiones, hablar y preparar las iestas. En las aldeas el
mentorodjo plaza es sede de iestas en momentos rituales, pero en la vida diaria se
constituye en el espacio de tránsito entre una casa y otra, donde las familias se re’nen
al inal de la tarde para charlar y los niños – seg’n la edad – juegan en pequeños grupos.
Algunos corren, otros juegan al f’tbol, de la misma manera que los jóvenes y los adultos.

mtro espacio de socialización, donde los niños pueden ser vistos, son las llamadas coci-
nas , dispuestas detrás de las casas, que consisten en construcciones hechas de troncos
de madera y techo de paja, algunas tienen paredes de madera o de relleno, otras están
desprovistas de paredes. Las cocinas siguen la forma circular de la aldea, dibujando un
anillo alrededor de las casas. Seg’n Silva, es allí donde

. sn parámetro de la importancia que se asigna a los juguetes indígenas fue la expedición hecha por
un grupo de investigadores sobre juguetes indígenas. Los organizadores de la expedición lanzaron, el
. . , en Brasilia, en el Ministerio de Educación, un kit de juegos y juguetes que se distribuyó, por lo
menos, a . escuelas, en particular a las escuelas indígenas de todo el país. El kit incluye un libro para
niños, una guía para los maestros y piezas de algunos juegos, con explicaciones de cómo jugar. Además, se
distribuyeron copias del video documental de la expedición. ter: Manchetes .
. sbicadas en la tierra indígena Xikrín del aateté en el sudeste de nará, son llamadas aateté y bjudjê-kô. So-
bre los Xikrín y, especíicamente, los artefactos bajo la custodia de la sFnA, véase bomingues-Lopes .

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... son realizadas la mayor parte de las actividades diarias. Es en esas estruc-
turas que los Xikrín suelen pasar varias horas del día, procesando y consu-
miendo alimentos, charlando, divirtiéndose entre ellos y con sus hijos, prac-
ticando la pintura corporal y produciendo la mayoría de sus ítems materiales
... , p. . .

En las aldeas Xikrín los niños pueden ser vistos reunidos por edad o cerca de los adultos
de sus familias en momentos de trabajo y ocio. burante la infancia, las actividades que
realizan son marcadas por la división sexual del trabajo, las kurere niñas , por ejemplo,
acompañan a las sesiones colectivas de pintura corporal hechas por las mujeres adultas,
quedan allí observándolas y a veces juegan a pintar su propia piel, la de un bebé, o a’n
sus muñecas14.

Así, el grupo estaría socializando a la niña como futura pintora. Mauss considera que

... en todos estos elementos del arte de usar el cuerpo humano, dominan los
hechos de educación... El niño, como el adulto, imita los actos que tuvieron
éxito y que vio triunfar en personas en las que tiene conianza y tienen auto-
ridad sobre él... el individuo toma prestado la serie de movimientos de que
se compone observando el acto realizado frente a él o con él por los otros.
, p. .

La kurere , de esta forma, ensaya para convertirse en una pintora cuando adulta, hace y
rehace la pintura en su piel, o en el papel, o a’n en bebés que normalmente cuidan. El en-
sayo, por más experimental que parezca, no disminuye la responsabilidad y la autonomía
de los participantes, ni deval’a el carácter educativo, l’dico e identitario de los juegos:
la joven madre ensaya en el cuerpo del hijo recién nacido hasta ganar práctica y técnica
mejorada, actividad que demuestra también afecto de parte de la madre, que socializa
al niño dentro del grupo tidal, , y las formas de intervención en el cuerpo hacia la
fabricación sociocultural de las niñas indígenas mujeres.

En las escuelas de las aldeas los niños dibujan adornos, armas, fauna y lora de la región, así
como el espacio de la propia aldea. Estos dibujos son manifestaciones que revelan/regis-
tran valores desarrollados por el grupo, convirtiéndose en un estándar de identiicación
de la persona frente a uno mismo y los otros Mauss, . El graismo es lenguaje visual
cargado de simbolismo , que es socializado y aprehendido por todos, dentro del grupo.
15

romando el dibujo hecho por Mokuka Xikrín16 Figura , se observa que desde temprano
los niños dominan los artefactos relacionados a la cultura. En la escuela, las armas utili-
zadas en la aldea fueron cuidadosamente dibujadas una al lado de la otra: un arco, dos

. Sobre las actividades en las cocinas y las pinturas de jenipapo en muñecas de plástico compradas en el
comercio de Maraba/nA, véanse el texto y las fotos de tidal .
. Sobre lenguaje simbólico, consultar: tidal y M“ller y Ribeiro .
. Estudiante de la Escuela )ndígena Bep-Karoti, años, haciendo el ª año.

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lechas con puntas distintas y una borduna17 espatulada, tales objetos son utilizados en
momentos rituales como el Merereméi , aunque a menudo los artesanos Xikrín prepa-
ran miniaturas para el disfrute de los niños.

Figura . bibujo Mokuka Xikrín: armas Xikrín

El registro permite mirar lo vivido en las aldeas,


sean las cazas, pinturas, rituales, confección de ar-
tefactos, entre otros, siempre hechos bajo la mira-
da atenta de niños y jóvenes que aprenden y trans-
miten de generación en generación las referencias
culturales Xikrín.

Se observa, por medio de los dibujos Figura , el


registro de la educación y la significación aprendi-
das a diario en las aldeas. La producción de artefac-
tos refleja, a’n, la continuación del uso de equipos
y materias primas, seg’n las creencias, valores y mi-
tos – estos ’ltimos aportan, a veces, el origen de
personas y objetos atribuidos a los antepasados y/o
héroes mitológicos.

En la reserva técnica de sFnA, los juguetes Xikrín


suman un total de nueve piezas entre miniatura de
djudjê arcos , kwakê-kakiére lechas , ngô-tói
sonajeros , mekarón juguete trenzado y kokói
igura de ibra vegetal que representa el mono ca-
puchino . Los artefactos registrados dejan evidente el cuidado de los niños hacia el aca-
bado y la reapropiación de dimensiones naturales para que sean manejables por niños
y jóvenes. Al observar la miniatura de arco lº. y lecha lº. entendemos que
están destinados a los jóvenes, así como el arco en miniatura lº. y la lecha lº.
corresponden a los niños, tales diferenciaciones indican los cuidados y la manera de so-
cialización de los Xikrín en los ’ltimos años.

El juguete antropomorfo trenzado en hojas de babas’ lº. es una máscara en for-


mato pequeño, que les sirve de juguete a los niños Frikel, , p. . Los elementos
constitutivos del artefacto – cabeza, tronco y miembros – son producidos por separado
y montados a través de cuerdas de ibra vegetal. Frikel nos informa de que la con-
fección es de orden masculino.

El juguete anterior de la producción del Kokói lº. y lº. es masculino, los padres
los fabrican para sus hijos. El muñeco de ibra vegetal que representa el mono capuchi-

. Arma indígena de madera compacta, en general cilíndrica y larga. l.r.

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no está confeccionado con hojas de castaño y presenta manos y pies hechos con tres
dedos, y, seg’n Frikel, [hacen] recordar ciertas representaciones en dibujos rupestres
, p. .

Los ngô-tói miniatura de sonajero, lº. y lº. son producidos con el mismo ma-
terial de los sonajeros destinado a los adultos, sin embargo, debido a que son más pe-
queños y para los niños, no tienen punta de paxi’ba18 y presentan el tamaño inferior del
asta. Este instrumento musical de uso infantil sirve para calmar a los niños y para jugar
y son fabricados solamente por los hombres, aunque utilizados por todos en la aldea.

rales juguetes forman parte de la Reserva récnica de sFnA y representan para el grupo
Xikrín momento histórico de contacto reciente, en los años . (oy todavía es posible
ver arcos, lechas y miniaturas de sonajeros siendo utilizados por los chicos en la aldea,
a diferencia del juguete trenzado y el muñeco de ibra, que ya no se fabrican. Sin embar-
go, seg’n aohn, la cultura material dirigida a los niños ... se ha enriquecido con nuevos
juguetes, inspirados en un mundo conocido hace poco tiempo, como las hélices de avión
o cometas , p. . . nor lo tanto, actualmente los Xikrín compran algunos juguetes
en las ciudades industrializadas cerca de la zona indígena.

Juguetes y juegos: seriedad que reclama derechos de/y relativización


La reciprocidad analítica entre niños y juego describe el acto de jugar como un derecho,
es decir, la condición situacional que contribuye al desarrollo infantil y que requiere que
los agentes socio-institucionales lo promuevan o lo aseguren.

El derecho a jugar o al acto de jugar está presente, en el derecho internacional, desde


la promulgación de la beclaración sniversal de los berechos del liño bsbl de ,
reconocido como forma de garantizar el acceso de los niños a los juguetes y juegos de
carácter educativo, con la promoción del ejercicio relacionada a la exigencia de materia-
lización por la sociedad y las autoridades p’blicas.

En la aonstitución de la Rep’blica Federativa de Brasil aRFB de , el derecho a jugar/


al acto de jugar adquirió estatus de derecho fundamental a partir de la inserción en el
artículo de la prioridad absoluta de que a los niños y adolescentes se les asegure el
derecho al ocio, género en el cual la especie juego puede ser alojada, al menos legalmen-
te. bel mismo modo, el Estatuto del liño y el Adolescente Ley l°. . / – EaA, en
portugués también incluye, en el artículo , el acto de jugar y divertirse como partes
constitutivas del derecho a la libertad.

Sin duda, los conceptos jurídicos abarcan la universalidad de los beneiciarios en relación
al principio de la igualdad presente en el aspecto político de la ciudadanía. Sin embargo,
queda pendiente, o invisible, precisamente el aspecto de la diversidad de los modos de
producción de juegos y juguetes, o sea, la deinición de los contextos particulares desde

. Especie de palmera l.r.

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los que emerge la alteridad de los modelos de representación y socialización humana.
nor lo tanto, el desafío de reconocer las situaciones concretas para la efectividad de los
derechos pasa, en el contexto de las diferencias socioculturales, por la propia capacidad
de relativización de las normalidades conceptuales para la realización de una “mirada
distanciada y la comprensión de las signiicaciones nativas que organizan la realidad del
saber sobre el niño y del saber del niño que dan lugar a la construcción del saber
hacerse niño .

El marco teórico desarrollado en este estudio pone de maniiesto la orientación de la po-


sibilidad de sustentación del derecho de relativización a los juegos y juguetes indígenas a
partir del cuestionamiento de la propia forma como ocurre la construcción sociocultural
de la persona y las m’ltiples agencias que estructuran el cuerpo. Lo l’dico indígena se
entrelaza a otras dimensiones sociales y cosmológicas nativas y también se modiica,
debido a los contactos interétnicos, pero el aspecto universal u homogeneizado de los
conceptos jurídicos occidentales y de las imágenes sociales estereotipadas de los pue-
blos indígenas impone espacios de tensión que se convierten en verdaderos obstáculos
para la comprensión del otro l’dico en términos de igualdad de condiciones y de va-
loración de las diferencias, lo que exige lo que Warat ha llamado simbolización
democrática , es decir, la dinámica de descentralización de los lugares comunes de sig-
niicación por la resistencia permanente ofrecida contra los centros establecidos de ho-
mogeneización autoritaria de los sentidos e institución de un campo social que busque
evidenciar la pluralidad de la que se forman las signiicaciones.

Más que criticar negativamente el etnocentrismo posmoderno, hay que entender las
funcionalidades y inalidades que estructuran/legitiman los paradigmas hegemónicos
occidentales, utilizando como herramienta de lectura los marcos teóricos y metodológi-
cos que sit’an a los juegos y los juguetes en la perspectiva sociocultural de formación y
socialización de la persona y el cuerpo. nor otro lado, la consolidación de marcas sociales
de la diferencia entre indígenas y no indígenas se ve reforzada por los instrumentos jurí-
dicos nacionales e internacionales relativos a los derechos colectivos de los pueblos indí-
genas, en los cuales la autonomía política y cultural y la ciudadanía diferenciada pasan a
representar la proyección ética de la igualdad en la diferencia y señalan que los huecos
de las normalidades conceptuales, especialmente respecto de los derechos de los niños
y los adolescentes, son las posibilidades de aplicación de la simbolización democrática
del ser niño indígena .

nara ello, las colecciones y los informes etnográicos recuperan el importante papel de
la cartografía geopolítica de las diferencias , proporcionando el acceso a las colecciones
e interpretaciones comprometidas con la mirada del otro y la resistencia a los valo-
res hegemónicos. nor supuesto, no todos los relatos etnográicos son guiados en esta
perspectiva, como se puede ver en la crítica de lunes b a la historicidad del lugar
epistemológico de los niños indígenas en las investigaciones antropológicas, pero la con-
tribución de la etnología indígena en el encuentro con la antropología del derecho sería
precisamente revelar las vidas que existen más allá de las cegueras modernas, haciendo
de este proceso el termómetro de la reivindicación del respeto a la libre determinación
en el diálogo tenso con los mecanismos de inclusión y participación social.

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resumen El trabajo se ocupa de los juguetes, o mejor, utensilios l’dico-infantiles, que se encuen-
tran en la colección etnográica del Laboratorio de Antropología Arthur lapoleón Fi-
gueiredo, de la sniversidad Federal de nará, y también en el relato etnográico sobre los
niños pertenecientes al pueblo Xikrin. Se consideran los juguetes como formas particu-
lares de apropiación de objetos utilizados por los niños en la vida cotidiana de todas las
sociedades, y que a menudo desempeñan una triple tarea: divertir, educar y construir las
representaciones y modos de socialización de los niños. nor otra parte, el acto de jugar
destaca la libertad de los niños indígenas en el proceso de re apropiación de los valores
culturales, entre los cuales, el saber del niño se mezcla al saber sobre el niño para
construir el sentido originario de saber hacerse niño , condiciones antropológicas que
exigen la traducción intercultural de los derechos dirigidos a los niños indígenas.

Palabras-clave: Juguetes, juegos, niños indígenas, colecciones etnográicas, derechos.

Fecha de recepción: / /

Fecha de aceptación: / /

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assis da Costa Oliveira
Abogado, máster en Derecho por la
Universidad Federal de Pará UFPA ,
profesor de la Facultad de Etnodesarrollo
de la UFPA, Campus de Altamira.
E-mail: [email protected]

Jane Felipe Beltrão


Antropóloga e (istoriadora, doctora en
(istoria por la Universidad Estadual de
Campinas UN)CAMP , profesora de los
Programas de Posgrado en Antropología
PPGA y Derecho PPGD de la
Universidad Federal de Pará UFPA .
E-mail: [email protected]

Rita de Cássia domingues-Lopes


Antropóloga, máster en Antropología
por la Universidad Federal de Pará
UFPA , profesora del curso de Ciencias
Sociales de la Universidad Federal
de Tocantins UFT , Campus de
Tocantinópolis.
E-mail: ritalopes @yahoo.com.br

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