Presentación Del Libro
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Y continúa el autor
Una mirada superficial podría llevamos a responder que no. Sin embargo, si vemos con
profundidad, nos daremos cuenta que en esta época estupenda y dramática que nos ha tocado
vivir, en la mayor parte de la humanidad permanece inalterable, al igual que en todos los
tiempos, el anhelo religioso.
Por eso buscamos respuestas a los enigmas más profundos de nuestra condición: ¿Qué soy?
¿De dónde vengo y hacia dónde voy? ¿Cuál es el significado y el valor de todo lo que me
rodea? ¿Qué sentido tiene la vida? ¿Porqué y para qué existen el mal y el dolor? ¿Se puede
hacer algo frente a ellos? ¿Es posible) liberarme de la soledad encontrando un Tú capaz de
satisfacer mi necesidad de un amor perfecto? ¿Hay algo después de la muerte? ¿Se puede
alcanzar una vida plena y eternamente feliz? ¿Cómo hacerlo?
El autor abunda:
Como 1o manifestaba Francois Marie Arouet, mejor conocido como "Voltaire" (1694-1778),
quien después de ofrecer un análisis del Evangelio, concluía: "Ahora pregunto yo si es la
tolerancia o la intolerancia lo que es de derecho divino. Si queréis pareceros a Jesucristo, sed
mártires y no verdugos". De ahí que la tolerancia fuera proclamada por los Padres de la
Iglesia, de entre ellos san Agustín (345-430 d.c.), que decía: "Sé tolerante, puesto que para esto
has nacido. Sé tolerante en la convicción de que también tú eres tolerado".
Pero esta conducta –pensamiento- cultura acerca del pensamiento no es el fin del camino, ni la
meta es el camino en sí con sus cambios y desviaciones siempre conducidos por el diálogo que
permite la reflexión de la validez de las creencias y y formas de pensar propios y ajenos
"El diálogo es paso obligado del camino a recorrer hacia la autorrealización, tanto del
individuo como también de cada comunidad humana... En la situación de un marcado
pluralismo cultural y religioso... este diálogo es también importante para proponer una firme
base de paz"15, afirmaba el Papa Juan Pablo II (1920-2005). Este diálogo es posible ya que en
todo hombre y en toda mujer actúa la única esencia humana, que nos llama a entrar en
comunión unos con otros.
Así lo expresa el hinduismo: "Quien reconoce como idénticos al Dios existente en sí mismo y al
Dios que late en todas las cosas, no hiere a otros, porque en ellos se ve a sí mismo";
El budismo: "Así como una madre protege al propio hijo, su único hijo, a costa de su propia
vida, de la misma forma uno debería ----- corazón _------ hacia todos los seres";
El IsIam: Alláh no os prohíbe que tratéis bien y con Justicia a los que no os hayan combatido a
causa de vuestra creencia ni os hayan hecho abandonar vuestros hogares... Alláh ama a los
equitativos".
Tal pareciera que los enunciados anteriores y el desconocimiento pleno de su trascendencia nos
pudiesen tentar a un reduccionismo expreso de semejanzas, pero es aquí donde el Padre Lira nos
presenta su hipótesis central:
El ser humano desde todos los tiempos ha buscado n bienestar centrado en lo primario del ser
humnao , es decir sus satisfacciones primigenias de en relación a las funciones fisiológicas y aa estas
satisfacciones les hemos llamado felicidad. En este libro nos describe el autor los caminos por loa}s que
el ser humano a devenido y ha tratado de explicarse a sí mismo y nos lo describe en tres niveles que más
que una regla es una realidad :
En el primer nivel la persona se descubre como cuerpo, con necesidades fisiológicas y sexuales, y su
motivación es la simple satisfacción de éstas. Por eso sólo valora lo sensible, lo útil, y lo inmediato. Este
primer paso es normal para la autoconservación. Sin embargo, el problema comienza cuando la persona
se queda estancada en él. Entonces se valora a sí misma y a los demás únicamente en referencia a su
cuerpo, relegado a lo puramente biológic. Su visión de felicidad se reduce al cuidado exagerado de lo
sano, de lo bello, de lo fuerte, de lo juvenil, y a la búsqueda de lo placentero en el "aquí" y "ahora". Los
demás son vistos como objetos que pueden ser utilizados y desechados según la propia satisfacción. Su
ética se reduce a establecer como bueno lo que le agrada y como malo lo que le desagrada. Este nivel de
felicidad, aunque sea divertido por un tiempo, no puede satisfacer por ser superficial, incompleto, frágil
y efímero. Deja a la persona aislada al no ser capaz de relacionarse con las otras como gente, y al
privarse de trascendencia.
En el segundo nivel la persona descubre la necesidad que tiene de los demás para su propia
realización. El individuo, a través del mensaje que percibe de sus padres y de sus semejantes se va ha-
ciendo una idea de quién es y qué lo hace aceptable. Sin embargo, cuando se queda en este nivel y no es
capaz del autoconocimiento y la autovaloración, busca insaciablemente la aprobación de los demás, a
quienes ve como "objetos gratificadores" ante los que proyecta una imagen en la que destaca aquello
que, según su percepción, le atrae la atención y, de alguna manera, el aprecio de los otros, a fin de
aceptarse a sí mismo. Dicha imagen puede ser: "agradadora" para ser "querido", "agresiva" para ganar
respeto, o aislada e indiferente para evitar que alguien le lastime. Si es creyente, su relación con Dios se
basará en un culto externo y formal, sin conexión con su vida concreta. Su ética se reducirá a considerar
que los fines justifican los medios, ya que no considera lo otro ni al otro como realidades con sus
propios derechos, sino como "piezas de una máquina"56. Este nivel de felicidad, superficial,
insatisfactorio, artificial, frágil y efimero, dejará a la persona con una permanente sensación de soledad
y de ansiedad.
En el tercer nivel la persona descubre la necesidad de conocer la verdad: saber quién es y lo que la
hace plena, de modo que pueda valorar y comprender el por qué y el para qué de sus necesidades
fisicas, sexuales, afectivas, intelectuales, sociales y espirituales, y saber conducidas a fin de lograr una
integración armónica que le permita elegir su verdadero bien, y así, liberándose del automa tismo de
necesidades conflictivas, ir alcanzando la unidad interior y la realización de su ser conforme a su
naturaleza, a través de un proceso de desarrollo objetivo, integral, armónico, jerarquizado, gradual,
progresivo, permanente y trascendente, tomando conciencia del ser profundo de los demás y de la
realidad, valorándolo todo, no por su utilidad, sino por lo que es, estableciendo entonces una relación de
encuentro, basada en la dignidad y en los derechos de todos y de cada uno, según la verdad de su
naturaleza, asumiendo una responsabilidad ética. Así va alcanzando una identidad que perdura a través
del tiempo y de las circunstancias
Esta búsqueda, o plenitud razonada que encuentra eco en su propio hacer comunitario y que le
llamamos cultura, también esta dotado de una unidad hacia un pensamiento mayor. Con el
pensamiento mágico prehistorico y el pensamiento religioso del encuentro entre la razón y la
ética.
Del libro del padre Lira solo tomo una breve parte de la extensa investigación que su libro
contiene:
Según Cicerón, "religio" expresa el respeto que el individuo siente a todo ser digno, particularmente
divino, y que se manifiesta a través de los ritos y otros gestos tradicionales de la sociedad
Es a partir de aquí que el autor se concentra en lo relativo a la religión y el análisis que de ello
resulte, conduciéndonos por el sendero histórico de lo religioso y su posición particular en la
historia
El término "hinduismo", que proviene de la palabra persa "hindú" -utilizada originalmente por los
musulmanes durante el siglo XIII d. C. para distinguir a los habitantes del sur del continente asiático que
vivían en los márgenes del río Sindhu
era un conjunto de religiones nacidas en la India, las cuales, aunque diversas, tienen por
denominador común la creencia en la "sanatana dharma", es decir, el "orden permanente" que
rige a cada ser según su categoría, asignándole un esfuerzo particular -moral, espiritual o
social-, cuyo respeto, observado a través de una disciplina que abarca todos los aspectos y
etapas de la vida, logra la liberación de la persona de su doloroso ciclo de reencarnaciones, para
alcanzar la unión última con el "brahaman", al que algunos indúes conciben como la absorción dentro
de la única realidad divina con una pérdida completa de la existencia individual
"'Los seguidores de esta disciplina la llaman "sanatana dharma" o "dharma de vaidlka" (la disciplina
de los vedas, del sánscrito "saber" o "¡conoce!"), y tiene por elementos comunes -aunque con diversa
interpretación- el "dharma" (orden), la reencarnación del alma inmortal, la devoción personal a un dios,
el templo, las castas, los cultos a Visnú y Siva, las vías espirituales y la gran virtud de la "ahimsa", que
es el respeto a la vida de todo ser viviente, por lo que algunos hindúes son vegetarianos y veneran a los
animales, como las vacas.
Estas enseñanzas fueron transmitiéndose de generación en generación, hasta quedar por escrito en una
colección de textos llamada "Vedas", cuyo cuidado correspondía a la casta superior de los brahamanes,
quienes sistematizaron y unificaron el hinduismo, dándole tan excesivo que en el siglo VI a.c. surgieron
diversas reacciones, entre ellas las de Buddha y de Mahavira, que darían como resultado el nacimiento
del budismo y el jainismo.
Pero al no encontrar satisfacción en las prácticas rituales de los brahamanes para alcanzar la unión
con el Absoluto (brahaman), probó someterse a grandes austeridades, lo que tampoco le resultó.
Entonces intentó la moderación, y vio que mejoraba su concentración. A este método le llamó "camino
medio", y fue el que lo capacitó para sentarse bajo una higuera en Bodhgaya, cerca de Benarés, y
entregarse a la meditación, obteniendo primero conocimiento de sus existencias anteriores, luego vio
morir y renacer seres de acuerdo con sus acciones, hasta que, tras vencer las tentaciones a las que le
sometió el demonio Mara (rey de los sentidos), logró lo que describiría así: "...había alcanzado... por mí
mismo la incomparable iluminación... 'Irreversible es la liberación de mi mente. Éste es mi último
nacimiento. No hay nueva existencia' ... ".
De esta manera, Siddharta se convirtió por sí mismo en el Buddha, y se dedicó a propagar sus
enseñanzas por todo el norte de la India, proclamando lo que había descubierto: "La Noble Verdad del
Sufrimiento" (duhka), su causa, y la forma de liberarse de él para alcanzar la Realidad Verdadera y
Última, el "Nirvana a través del esfuerzo interno y la dedicación. Su enseñanza no es un sistema de fe y
culto, sino un camino que propone el progreso intelectual y espiritual con la práctica de la compasión, la
moralidad, la sabiduría y la concentración que permiten superar la falsa ilusión de un "yo" y descubrir
el no-ser ("anatta"). Así, a diferencia del hinduismo -que señala que la verdadera identidad de lo
aparentemente individual es el brahaman-, Buddha afinna que no sólo no existe una identidad
individual, sino que tampoco la hay en el plano universal.
Shemá ("¡Escuchad!"), Israel: El Señor, nuestro Dios, es solamente uno"376. Estas palabras,
que el israelita considera reveladas por Dios, constituyen el corazón del judaísmo, término que designa
la religión, la tradición y la cultura del pueblo hebreo, cuya identidad se fundamenta en la elección y
alianza del único Dios, creador de todas las cosas, que se le ha revelado para invitarle a una relación
personal y comunitaria con Él. Rabí Shimón Bar Yojai decía: "Tres grandes regalos ha dado Dios To -
dopoderoso a Israel, y todos fueron otorgados acompañados de sufrimiento: la Toráh, la tierra de Israel,
y el mundo venidero". Esto se encuentra en la TaNaK (Biblia), un compendio de libros que el pueblo
judío considera sagrados.
La palabra "TaNaK" se compone de las iniciales de los tres términos que designan cada una de las
partes de la Biblia judía: Toráh ("Ley", "Instrucción"), Nebiim (Profetas) y Ketubim (Escritos). La
Toráh, que constituye el corazón de la TaNaK, está formada por: Génesis (Bereshit), Éxodo (Shemot),
Levítico (Vayikra), Números (Bemidbar), y Deuteronomio (Devarim). Los Nebiim están constituidos por:
Josué, Jueces, Samuell y 2, Reyes 1 y 2, Isaías, Jeremías, Ezequiel, aseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás,
Míqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías, y Malaquías. Los Ketubiim están integrados por:
Salmos (Tehilim), Job, Proverbios, Rut, Cantar de los Cantares, Eclesiastés (Qohelet), Lamentaciones,
Ester, Daniel, Esdras-Nehemías, y Crónicas 1 y 2.
La interpretación de la TaNaK está regida por la tradición oral (halakah, "camino"), que ha sido
codificada y comentada en la Mishná (siglo III d.C.), la "Tosefta" ("Suplemento") y el "Talmud",
("Estudio"), del cual existen dos versiones: el de Jerusalén (siglo IV d.C.) y el de Babilonia (siglo VI
d.C.), que es el único que se considera normativo. La literatura Rabínica post-bíblica, llamada
El cristianismo parte de la certeza de que Jesús no es un profeta o un sabio sino Dios, eterno,
infinitamente perfecto, todopoderoso, omnisciente, bienaventurado en sí mismo, y autor inteligente y
amoroso de todas las cosas, que se ha hecho uno de nosotros y ha inaugurado una forma totalmente
nueva de entrar en nuestro mundo, en nuestra historia y en nuestra vida, para rescatamos del pecado y
damos el poder de ser hijos suyos, partícipes de su vida plena y eternamente feliz. "Muchas veces y de
muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros padres por medio de los profetas: en estos últimos
tiempos nos ha hablado por medio del Hijo". Para el cristiano, la Buena Noticia ("Evangelio") es el
anuncio de Jesucristo, "el Hijo de Dios vivo", nacido de la Virgen María, muerto y resucitado, en quien
Dios cumplió las promesas hechas a Abraham y a su descendencia de conceder a la humanidad la
filiación adoptiva.
La existencia histórica y el influjo de Jesús de Nazareth han' sido testimoniados por historiadores
como Flavio Josefo (37-94),
El ISLAM es una religión que proviene a su ves de dos mas antiguas, el judaísmo y el
La palabra "Islam" (sumisión) es un término árabe que alude a la paz, la entrega, y, en sentido
religioso, a la relación del hombre con Dios. "Ornar ibn Jatab relató: Un día cuando estábamos
sentados con el Profeta, apareció ante nosotros un hombre (era el ángel Gabrie1)... Se sentó a un
lado del Profeta diciéndole, "dime, Muhammad ("el alabado") sobre el Islam". El Profeta
respondió: "El Islam significa que debes atestiguar que no hay Dios excepto Alláh, y Muhammad
es el mensajero de Alláh, establecer azalá (oración) diariamente, pagar el azaque (limosna),
ayunar durante Ramadán, y realizar el Hach (peregrinación a la Meca), si estás en posibilidad
de hacerlo".
Respecto a la calidad moral del Profeta, el Corán dice: "Si estáis en duda sobre lo que revelamos
a nuestro siervo Muhammad temed al fuego que tiene por combustible a las gentes; las piedras se
han preparado para los infieles. Albricia a quienes creen y hacen obras buenas, que tendrán unos
jardines en que corren ríos por debajo... Tendrán esposas puras, y ellos, en los jardines, serán
inmortales". "¡Oh Profeta! Te hemos enviado para ser testigo,
Muhammad nació el 9 del mes de Rabi-Awal (20 de abril de 570 d.C.) en La Meca, ciudad de la
península deArabia-ubicada en la confluencia de África y Asia-, cuyos diversos pueblos se
consideraban descendientes de Ismael, hijo de Abraham, y creían en muchos dioses y espíritus
protectores. En La Meca existía un santuario muy antiguo que era centro de las peregrinaciones
de los beduinos. En dicho lugar habían sido reunidos los ídolos de diversas tribus y familias, de
entre los que destacaba una piedra basáltica negra, tal vez un aerolito, llamada "La Kaaba", que
la tradición musulmana considera erigida por Abraham e Ismael para consagrar el lugar como
Casa de Dios.
Perteneciente a la familia de los hachemitas, cuyo poder había venido a menos, Muharnmad
sufrió la muerte de su padre y de su madre. Entonces, su abuelo Abd- al-Muttalib, y al fallecer
éste,
su tío Abu Talib, lo recogieron y procuraron su educación. A los veinticinco años, ya entrenado
en el negocio caravanero, Muharnmad se casó con Jadicha, una viuda rica con la que tuvo varios
hijos, de los cuales sólo sobrevivió su hija Fátima, quien se casó con Alí Ibn Abi Talib, primo de
Muharnmad. De ese matrimonio surgirían los descendientes legítimos del profeta, y Alí -primo y
yerno de Muharnmad- se convertiría en cuarto Califa.
A los treinta años de edad (601 d. c.) Muhammad, por mediación del arcángel Gabrie,
recibió el Corán ("Lección"), en el que "la sabiduría eterna selló sus leyes". Entonces se
convirtió en mensajero de Dios: "Alláh me ha enviado para completar la excelencia de las
virtudes y para perfeccionar todas las buenas acciones".
Al finalizar el libro, El padre Eugenio Lira nos conduce por lo que pudiésemos llamar la síntesis
del pensamiento en búsqueda, donde se encuentra y converge la felicidad, la razón y la religión y
para ello atrae a San Agustín y esribe:
San Agustín afirmaba: "La vida feliz es la alegría que nace de la verdad". Ciertamente el ser humano,
dotado de inteligencia y "corazón", anhela alcanzar y comprender-de algún modo y en medida al menos
suficiente-, la verdad sobre sí y sobre la realidad; el sentido de su existencia, y si puede esperar algo
más allá de esta escena temporal, a fin de hacer lo que le corresponde en el proceso de su plena
realización, consciente de que, como dice una frase atribuida a Séneca: No hay viento favorable para
quien no sabe a dónde va.
Muy en el fondo intuye que el universo no existe sólo porque sí, sin tener su origen en una Razón; que
su vida no se desenvuelve en un azar sin rumbo, encerrada en sí misma; que no se encamina
irremediablemente hacia la destrucción y la nada. Con todo su ser -intuición, sentimiento y razón-, la
persona se experimenta abierta a la trascendencia: al encuentro con los otros, con lo otro y con el Otro,
cuya existencia descubre, tanto al penetrar en sí misma, como al contemplar la realidad que le rodea, y
de la que ella forma parte.
Así concluye este brevísimo resumen de un libro cuya extensión del análisis lo hace un documento
obligado de estudio para quienes tienen la formación de la academia y para aquellos que buscan la verdad
no solo en al argumentación cotidiana, sino más allá en la investigación de los cientos o miles de recursos
de la historia y de la ciencia que el Padre Eugenio Lira ha sabido conducir de una manera pedagógica y
de fácil acceso.
Un libro de inicio a la filosofía histórica y a la dialéctica científica de un tema ontológico como lo es el
devenir y la trascendencia.
virtudes y para perfeccionar todas las buenas acciones".
Al finalizar el libro, El padre Eugenio Lira nos conduce por lo que pudiésemos llamar la síntesis
del pensamiento en búsqueda, donde se encuentra y converge la felicidad, la razón y la religión y
para ello atrae a San Agustín y esribe:
San Agustín afirmaba: "La vida feliz es la alegría que nace de la verdad". Ciertamente el ser humano,
dotado de inteligencia y "corazón", anhela alcanzar y comprender-de algún modo y en medida al menos
suficiente-, la verdad sobre sí y sobre la realidad; el sentido de su existencia, y si puede esperar algo
más allá de esta escena temporal, a fin de hacer lo que le corresponde en el proceso de su plena
realización, consciente de que, como dice una frase atribuida a Séneca: No hay viento favorable para
quien no sabe a dónde va.
Muy en el fondo intuye que el universo no existe sólo porque sí, sin tener su origen en una Razón; que
su vida no se desenvuelve en un azar sin rumbo, encerrada en sí misma; que no se encamina
irremediablemente hacia la destrucción y la nada. Con todo su ser -intuición, sentimiento y razón-, la
persona se experimenta abierta a la trascendencia: al encuentro con los otros, con lo otro y con el Otro,
cuya existencia descubre, tanto al penetrar en sí misma, como al contemplar la realidad que le rodea, y
de la que ella forma parte.
Así concluye este brevísimo resumen de un libro cuya extensión del análisis lo hace un documento
obligado de estudio para quienes tienen la formación de la academia y para aquellos que buscan la verdad
no solo en al argumentación cotidiana, sino más allá en la investigación de los cientos o miles de recursos
de la historia y de la ciencia que el Padre Eugenio Lira ha sabido conducir de una manera pedagógica y
de fácil acceso.
Un libro de inicio a la filosofía histórica y a la dialéctica científica de un tema ontológico como lo es el
devenir y la trascendencia.